Su dieta consta básicamente de insectos (son grandes reguladores de estas poblaciones,

favoreciendo a los cultivos) y/o néctar o polen. Los murciélagos cuentan con un sistema de sónar
altamente desarrollado: son capaces de procesar la información sonora que reciben cuando están
en pleno trayecto de vuelo.

Se calcula que hay unas 1.240 especies distintas de murciélagos, de los cuales casi una cuarta
parte de ellos obtienen alimentos de las flores. Estos últimos tienen el sentido del olfato muy
desarrollado, pero su sistema de sónar está algo menos desarrollado que en los murciélagos
insectívoros. Las flores que mantienen una estrecha relación con los murciélagos florecen de
noche y, a menudo, son únicamente visitadas por ellos.

¿Por qué son tan importantes?

La importancia la tarea que realizan los murciélagos respecto de la polinización se agiganta en

algunas zonas vírgenes y aisladas, donde las plantas carecen de compañía. Allí, estos nectarívoros
pueden llegar a transportar casi 50 kilómetros el polen en una sola noche.

Otros polinizadores valiosos

El acoplamiento es perfecto. El murciélago introduce la cabeza en la abertura, engancha los

pulgares en la base del pétalo-faro, pliega la cola y levanta rápidamente los pies. Sujetándose en lo
alto de la flor, introduce el hocico en la hendidura de la cual emana el olor a ajo. Su larga lengua
dispara un interruptor oculto que abre la quilla de la flor. Mientras lame el néctar, las anteras
emergen de la quilla y rocían con polen dorado el diminuto trasero del animal.
¡Bang! ¡Bang! ¡Bang! Diez flores detonadas y vaciadas de su néctar, y los murciélagos desaparecen.
Su rápido metabolismo y exigua dieta de agua azucarada no les permite perder el tiempo. Deben
visitar varios cientos de flores cada noche.

A la contribución imprescindible que realizan los insectos polinizadores (abejas, abejorros,

mariposas, polillas y muchos otros más) y los animales “voladores”, afortuandamente, debemos
sumar la colaboración con la polinización por parte de algunas especies como monos y zarigüeyas,
entre otros. A esta lista podemos añadir algunos mamíferos no voladores, animales que llegan a
trabajar sobre casi 85 especies de plantas en el mundo (marsupiales, roedores y primates). En
zonas tropicales y subtropicales, se conoce la existencia de algunos mamíferos vegetarianos
trasladan el polen luego de alimentarse para la reproducción de las plantas.

Un dato curioso: la pose que adoptan cuando descansan (boca abajo) se debe a que no pueden
desplegar su cuerpo para volar desde el suelo, dado que la elevación que pueden generar con sus
alas es mucho más limitada que la de las aves. Pese a su gran aporte a la naturaleza, hoy en día sus
poblaciones se encuentran en franca disminución e incluso muchas especies están en peligro de
extinción.