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LiaisonsDangereuses X.jpg
Subgénero Novela epistolar, novela libertina y novela erótica Ver y modificar los datos en
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Título original Les Liaisons dangereuses Ver y modificar los datos en Wikidata
Las amistades peligrosas (Les Liaisons dangereuses, título a veces traducido con mayor propiedad
por Las relaciones peligrosas) es una famosa novela epistolar escrita por Pierre Choderlos de
Laclos, publicada en 1782. Obra maestra de la literatura francesa del siglo XVIII, fue prácticamente
olvidada a lo largo de todo el siglo XIX, antes de ser redescubierta a principios del XX. Inscrita en la
tendencia dieciochesca de la sátira licenciosa, así como de la novela psicológica, destaca también
por la gran complejidad técnica que alcanza como novela epistolar.
Índice
1 Argumento
2 Personajes
4 Adaptaciones cinematográficas
5 Adaptaciones televisivas
6 Adaptaciones teatrales
7 Referencias
8 Enlaces externos
Argumento
Sin embargo, a pesar de ser rivales, no están en igualdad. El vizconde de Valmont, por su condición
de hombre, puede hacer alarde de su comportamiento libertino y gozar incluso por ello de una
cierta reputación. Las cartas que dirige a la marquesa de Merteuil solo son el relato de sus
aventuras.
Pero no sucede lo mismo con esta. Aunque llega a rivalizar con el vizconde en cuanto a aventuras
de alcoba, la marquesa de Merteuil, además, está obligada a mantener una doble vida. Su rango
social (es marquesa), matrimonial (es viuda) y su sexo (es mujer) obligan a que se comporte de un
modo hipócrita, e incluso maquiavélico. Es cierto que el vizconde también usa estas armas, pero
únicamente de manera puntual, como herramientas para lograr sus conquistas.
Para igualarse con él, la marquesa de Merteuil debe además, conseguir zafarse del papel social
que se le asigna. Ha declarado la guerra a los hombres, y, considerándose “nacida para vengar a su
sexo” (carta LXXXI [archivo])1, utiliza toda su inteligencia para conservar su independencia, sus
amantes y su reputación. Toda la fuerza de la novela reside en la narración de estas dos tramas
intercaladas: el relato de sus respectivas aventuras libertinas, sus estrategias y sus peripecias, pero
también el enfrentamiento del uno contra el otro. Un enfrentamiento que aparece en un principio
como un mero juego de seducción, para acabar transformándose en una rivalidad destructiva. En
definitiva, ambos se arrebatarán mutuamente aquello que les es más preciado.
El vizconde de Valmont está resuelto a seducir a madame de Tourvel, virtuosa, casada, y por tanto
inaccesible, que está alojándose con la tía de Valmont mientras su marido, un letrado notable,
está de viaje.
Para llevar a cabo su venganza, Merteuil propone a su aliado seducir a Cécile. Valmont se niega,
hallando el reto demasiado fácil y prefiriendo centrarse en seducir a madame de Tourvel.
Finalmente Merteuil, cuyos favores ha requerido Valmont infructuosamente desde el principio de
la novela, promete pasar la noche con él si este seduce a Tourvel y aporta una prueba de su
conquista. Sin embargo, Tourvel es una presa más difícil de lo que Valmont había imaginado en un
principio. Valmont descubre que ha sido advertida contra él por madame de Volanges, la madre
de Cécile, y, en consecuencia, decide vengarse de ella seduciendo a su hija y con ello cumpliendo
con el plan primigenio de Merteuil, que, mientras tanto, toma a Danceny como amante.
Tras conquistar a Tourvel, Valmont parece estar enamorándose. Merteuil, celosa, consigue
manipularlo para que la abandone, y se niega a pasar la noche con él como había prometido.
Valmont, al darse cuenta de la estrategia de su rival, le revela que ha alentado a Danceny a
reunirse con Cécile, lo que dejaría a Merteuil sola de nuevo. Esta le declara la guerra a Valmont, y
le revela a Danceny las relaciones entre su amada y el vizconde.
Danceny reta a Valmont a un duelo, en el que este último resulta fatalmente herido. Antes de
morir, Valmont le entrega su correspondencia con Merteuil, prueba más que suficiente para
arruinar la reputación de la marquesa. Esta se refugia en el campo, donde contrae la viruela,
perdiendo su principal baza, la belleza. También madame de Tourvel y Cécile tienen un final
trágico, la primera muere de unas fiebres, presa de la desesperación ante el abandono de
Valmont, mientras que la joven Volanges, deshonrada, se retira a un convento.