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al Dador de la vida,
1
Un comentario a lo expresado en este capitulo -la dramática respuesta de los sacerdotes- en León
Portilla. La filosofía náhuatl. P.p. 129-136.
2
Los sacerdotes, humillándose, se refieren a sí mismos como macehuales, gente del pueblo.
3
Al igual que Moteuczoma dio la bienvenida a Cortés diciéndole que llegaba a “su agua, su monte”; (su
ciudad), también los sacerdotes hablan así, con extremada cortesía a los frailes (véase Códice Florentino,
lib. XII, cap. XVI).
4
Con estas frases, de reconocimiento y tolerancia, expresan los sacerdotes nahuas que consideran a los
frailes como personas que también representan a la divinidad.
al que es noche, viento,
su libro, su pintura,
raidos, miserables,
enfermos, afligidos.
5
Todas estas expresiones, puestas en labios de los sacerdotes nahuas, dan la impresión de que hubieran
ya aceptado la predicación de los frailes. Lo que a continuación manifiestan muestra que en realidad no
aceptan tales predicas y han hablado así con su característica cortesía.
6
Can timaceualtotonti(n), es forma despectiva o diminituva, de macehualli, entendido aquí como “pobre
gente del pueblo”.
7
“La punta de su estera, la punta de su sitial”, es este empleo del conocido difrasismo que denota la
idea de autoridad. Los sacerdotes proclaman su autoridad es pequeña.
devolvemos el aliento, la palabra,
su disgusto, su enojo.
Que no muramos,
que no perezcamos,
señores nuestros,
Vosotros dijisteis
8
Reconocen que, al expresar sus ideas, entran en peligro, “nos arrojamos al río, al barranco” (otro
difrasismo: ponerse en riesgo, peligrar).
9
Tras insistir que, al hablar, están en verdad exponiéndose, manifiestan con dolor cuál es su situación:
no les queda ya sino morir puesto que -según se les ha dicho y en su abandono parecen palparlo- “ya
nuestros dioses han muerto”.
10
“El cofre, la petaca”, difrasismo para decir el secreto, las cosas ocultas.
la que habláis
no hablaban así.
su norma de vida,
servían,
quemamos copal,
ofrecemos sacrificios.
11
Inician aquí los sacerdotes nahuas el rechazo de lo manifestado por los frailes.
12
Hacemos juramento
13
“Nos merecieron” techmaceuhqueh, cuando con su sacrificio de sangre nos dieron la vida. Véase: León
Portilla, op. cit., pp. 183-188.
14
“Cuando aun era de noche” in oc yohuaya, expresión que denota la idea de “en el principio, en los
orígenes del mundo.
que ellos [los dioses] nos dan
el agua, la lluvia,
son felices,
en su casa.
no hay enfermedad
ni pobreza.16
el valor, el mando,
15
Nuestra carne, nuestro sustento, es por excelencia el maíz, el frijol, los bledos, la chía.
16
Es ésta una breve pero atina da descripción del llamado “paraíso de Tlaloc”.
17
Enumera algunos de los objetos mas apreciados por los mexicas.
¿Y cuándo, dónde, fueron invocados,
fueron reverenciados?
de su estera, de su sitial.
Ellos dieron
el señorío, el mando,
la gloria, la fama.
Y ahora, nosotros,
¿destruiremos
18
Se mencionan a continuación algunos de los lugares sagrados que se tienen como muy importantes.
La arqueología confirma que en todos ellos existieron grandes edificaciones religiosas, algunas
provenientes del periodo clásico.
19
Se mencionan ahora aquellos pueblos que se consideran merecedores de respeto y que asimismo
mantuvieron “la antigua regla de vida”.
Porque así en nuestro corazón [entendemos] 20
son suplicados.
Señores nuestros,
no hagáis algo
su formación.
en su enojo incurramos.
Tranquila, pacíficamente,
20
Las palabras que siguen son afirmación decidida de quien se sabe conocedor de los misterios de la
divinidad.
21
“A vuestra cola, a vuestra ala”, es decir, “a vuestro pueblo”.
lo que es necesario.
y ciertamente no lo seguimos,
Aquí están
al mundo.
lo que queráis.
lo que contestamos,
oh señores nuestros.
22
In quitqui, in quimama: “los que la llevan, la tienen a cuestas”. Es este otro difrasismo, aplicado, como
resulta obvio, a los que gobiernan.
23
Si se ha perdido ya el mando y el poder, ¡que pueda preservarse al menos la antigua norma de vida, el
camino de acercarse a los dioses!