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| | | } | Géneros, re-tl procedimientos, contextos Conceptos de uso frecuente en los estudios literarios H i 4 Lo Martina Lopez Casanova y Maria Elena Fonsalido (coordinadoras) Prdloga de José Luis de Diego EDICIONESUNGS Universidad Nacional de General Sarmiento Canon Maria Eten Fonsatino* Habitualmente se considera e] canon como una lista de autores u obras «ue deben ser lefdos porque representan lo més elevado de una determinada qutira. La etimologia dela palabra, que deriva del vocablo griego xavév, que significa vara, contribuye a esa concepcién, ya que ¢l canon estaria integrado por los textos que pasaran la prueba de ser medidos por esa vara, determi: fante de suimportancia y calidad. De ahi que una de las primeras acepciones tidtérmino fuera la ritual: eran.canénicos los textos que alguna autoridad re Iijesa considerara sagrados y dictados por Dios, Con el paso del tiempo, al agente canonizador no fue la ‘autoridad eclesidstica, sino instituciones como launiversiciad, la escuela, la critica literaria 0 el mercado. Enel dmbito de la literatura, lo problematico del concepto reside en ane gone en evidencia el cardctet conflictivo de los criterias estéticos a parte delos cuales se organizaria la Sista de autores o de obras elegidas (Sarlo, 2016). Es decir, no se trata de una categoria que se hereda, sino de ua espacio enel cual lnsagentes canonizadores intervienen desde sus diferentes opricas¢ intereses Harold Bloom, profesor norteamericano dela Universidad de Harvard, pu- Bieben 1994 su discutido libro El canon occidental. Enél, eleritico se propone pelemizar con Jas nuevas corrientes académicas ave consideran que el canon Sun cancepto rigido, autoritario y ernocéntrico. Bloom: postula dos a {We, de acordar eon su propuesta, definirfan que oF texto fuera considera io “Enonico:la“extraneza”, ala que define como “ena forma de originalida ari oben no puede ses seimilata,o bien nos asimila de al modo dr ee verla como extraiia” (1995: 13); y Ja “fuerza estética” que, segrin su prop ee ra Meet iniversidad Nacional de General Sarmient?- Moria ty arla conformada por “dominio de} lenguaje metaférica poser cogmitivo, sabiduria y exuberancia en la diceién" (9), Teniendo en cuenta estos ¢riterios Propane Veintistis autores, a jog ie considera “avloridades de la cultura’ (11). El centro de este canon, ta fyert airediedor de la cual se organiza, es William Shakespeare, habida cuents qe ia perteneacia ala lengua y a la cultura anglosajonas de Bloom. Desde ga concepein, [a nica Iégica posible seria acatar el magisterio de estas “suns ridades” de manera reverencial, aceptando la “angustia de las influenciay {Bloom, 1976) que provoca en el escritor novel la obra del maestro ingups, rable, £t critica affrma: “No puede haber escritura vigorosa y canénica sing proceso de influencia literaria” (1995: 17). El peso de la palabra “infiuenci implica necesariamente la aceptacion de un magisterio unidireccional que inf, desde el autor canénico al autor contemporaneo. ; La postura de Bloom deja de lado la clasica descripeién que resliza Ray. mond Williams cuando describe las interrelaciones que se establecen en el Ambito de la cultura. Segiin Williams (1977), esta dindmica permite reconocsr por lo menos tres niveles: el campo de lo dominante, el de lo residual yelde loemergente. Lo dominante, como su nombre lo indica, es lo que se impone, pero dentro de este dominio luchan también los elementos residuaies, todavia activos y portadores de sentido y los elementos emergentes, que luchan por hacer prevalecer nuevos valores, nuevas practicas y nuevas relaciones. Enel casodel canon, se trataria de la pugna por los modos de leer, en Ja cual tredi- ciones, instituciones y formaciones culturales residuales y emergentes luchan por poder dictaminar qué es lo canénico (VER “Campo literario”, p. 167]. Enel mismo sentido, para No¢ Jitrik, ta centralidad del canon se ve cons- tentemente acosada por la marginalidad (1998). Dos ejemplos de fa literatura argentina pueden dar cuenta de esto: Jorge Luis Borges, autor que se asume como periférico respecto de la literatura occidental y termina en ef centro de este canon; y Juan José Saer, quien escribe desde la zona santatesina, elucien- do la centralidad de Buenos Aires, y Hega a ser unto de los escritores farodel2 Jiteratura argentina de la segunda mitad del siglo xx. Para ambos autores, “el margen es una zona estética, no una zona sociolégica” (Sarlo, 2016) y deste ese lugar se imponen. Eftexto candnico ofrece como valores elementos que permiten decodificat Ja culcura, un plus estrechamente relacionado con lo artistic, aunque nosed comprendido por las mayorias, no sea bendecido por el mercado 0 No exPre S¢ lo politicamente correcto (Sarlo, 2003). Ahora bien, estos valores deben rauihcarse en la lectura actualizada, En palabras de Carlos Gamerro: “El ¢a- non no €s algo que el pasado nos lega y nos impone, sino todo lo contratio es lo que nosotros, en el presente, decidimos que vale la pena leer. Fl eater ¢s, de alguna manera, ia memoria de la literatura. ¥ la memoria, tengamos €n cuenta, transcurre en tiempo presente. El acto de recordar es un acto we sucede ahora” (2016: 15-16, destacado en el original) ta, es » Originatidag como puede verse, habria por lo menos dos maneras de considerarla cate- priaconon: la que la propone como una lista fija determinada por una autor. dady le que la postula como una manera de leer siempre actualizable, acorde concireunstancias historicas, culturales y sociales. En esta oscilacién entre la fjacidn de un pasado valorable y la atencién a las variables del presente es que el canon se presenta como un “campo de batalla” (Gamerro, 2003: 18). Frente a estas discusiones que surgen a partir del concepto canon, propo- emos la consideracién de ta categoria de cldsico, porque nos parece un con- ceptoaledafio que ofreceria la ventaja de la sintesis: por un lado, conservarfa svslores atribuidos a los textos candnicos (alto nivel estético, preocupacién orel lenguaje, condensacién de significaciones culturales importantes); por otro, aportaria la flexibilidad de asumir y sumar las diferentes lectures que natravesaron, Para el escritor y critico Italo Calvino, “los clasicos son esos Wires que nos Hegan crayendo impresa la huella de las lecturas que han pre- ‘edido @ ta nuestra, y tras de si la huella que ha dejado en la cultura 0 en las ulturas que han atravesado” (1995: 15). Dado que el clasico se define como tItexto capaz de interpelar al lector de cualquier época, estas lecturas nunca én cerradas: “... un clasico es un libro que nunca termina de decir lo. que tiene que decir” (15). De este modo, el cldsico tendria en cuenta la tradicin ltetarie [VER, p. 207) que permitirfa que un texto fuera considerado canéni- ‘¥,l mismo tiempo, reemplazaria la lista estratificada por la conciencia de Wweanon variable, acorde con un modo de leer contextualizado. Puesta en anatisis tas lecturas que ha sufrido el Martin Fierro, el poema gauchesco de José *emindez, son una muescra tanto del valor literario que hace ala permanen- ae UN texto como de los avatares que sufre el canon eae a cise nets. La primera parte del poema, Ei gaucho Martin Fierro, 2 La segunda, La vuelta de Martin Fierro, en 1879. vomercene: nuf2tPavo de 1913, todavia en el Ambiro de ls fesrejos por €l primes AONE tin Heopoldo Lugones, ef poeta mas prestigioso de su momento, 00 St snc? Odesn de Buenos Aires dier conferencias con el Br sn oral mare COO candnico, Hay que considerar el aspacto socionmr nnn Tt donque Conferencias: el alud inmigratorio quese Mable PrN TE ie et*Santeriorss y que seguia vigente habia desestaDiNeacN! Me tn per t'd2d nacional. Por lo tanto, el poemaes objeto de TMT spt® también de tna lectura saciopolitica, LUgOMS eps S oinagl® terrateniente, ypartidario de una conceDelon ae We ¢ °ra de identidad, busca un texto fundacional, qu elias ra eendease los valores de la nacionalidad y loencuensTa FAT Te neste fin, se esfuerza por presentar el poema le lt de epopeya (VER, p. 53], ya que, en Europa, los textos me Gicos. De este modo, el protagonista esleido como ene supolizalaargentinidad, Fierroy Cruz son la pareja éica, al modgcge tloy Aquileso de Alvar Fanezy el Cid, y el texto es profusamente cya con Laitfada, La Odisea, LaJerusalén lberada y orr0s textos perteneea® género. sta ela lecture que canoniza elpoema de Heminceccomsene nacional y lo ubica estéticamente por encima de toda Ja literature ae del siglo xx. " En 1951, Jorge Luis Borges dicta su crucial conferenciaFl esr ygy, tinoy la radicién’, En elfa considera tes posibles tradiciones en'aseusian escritor argentino podria inscribirse: la gauchesca, la espaftola la ocidem! Uno de los objetivos de esta conferencia es deconstruir la lectura lponiags del Martin Fierro. Borges admira el poema de Hernandez, al que consider obra més perdurable que hemos escrito los argentinos”; sin embargo, reget) de su canonizacién opina “creo con la misma intensidad que no podemassy poner que el Martin Fierro es, como algunas veces se ha dicho, nuestra ib’ (1989: 267). A partir de esta pastura, se opone a la idea de que un géneto(t gauchesca) pueda ser el origen de toda la literatura nacional, Desde el punn de vista literario, su lectura le resta rasgos épicos al poema y lo desacrala: En el libro Martin Fierro, que escribié junto con Margarita Guerrero lege a afirmar que, “descontando el accidente del verso”, ¢] poema puede exe como una novela (1953: 40). Desde el punto de vista politic, su antiperrs mo lo hace recelar del poema por su cardcter populista y por el usoquesete hecho de él. Por esta raz6n, a pesar de considerar que el texto es una dbrace arte, subraya la falta de ética y de ejemplaridad del personaie central, qe legaria, en su opinién, al nivel heroico y ejemplar. La lectura borgiana sto dencia tanto en Ja critica como en la fiecién. En 1944 habia publicado Ate en su libro Ficciones; en 1949, “Biografia de Tadeo Isidoro Cruz’ en fl alt Ambos cuentos completan y pretenden dar un cierre al poeta hernodien, En 1985, Josefina Ludmer publica Ei género gauchesco, Un traada:oi" Patria. En este texto fundamental para el estudio de la gauchesca,|atuet 4 Mara itr enel contexto que le da el género. Lugones etn pedo erancia del poema por sobre los otros textos aici pelcan> O La refale ee, Sefiala los vinculos que mantiene con el Faustoct YE cag les, tambien CC Ascasubi. Pero ademas de seftalar las relacions® cerita establece las lineas directrices que pueden conta 7 By ore eosdel itecatura argentina: a festa dl mens dos Son los, et nifto proletario”, de Osvaldo Lamborghini n : 2 za 08 organizadores del género gauchesco: el “uso” que seg x Reo B2rchos y el “don” del autor letrado que fja ests Woe P™ ioe con el ugg’ ge tO9- A partir de estos dos elementos, estabiect I o econémico o mili | realina P militar que el Estado naciona ‘nostro ep del gauc) "OY Propone que detrds del “don del escritor,estd el" canon re 77 staneia. En este sentido es que ve relaci ‘ense ¥ a literatura indigenista andina o ant jodas ellas ta voz del somes es epropiedl unestrato superior en lo social, loeconémi it pieardo Pisa, 12s lecturas del Martin Fierro ae ee Fore gn general, consideradas como representacién de lo popular ae eee oliticammente con el peronismo. Desde su punto de vista, ef librode nlene, volicado en una democracia argentina apenasincipiente. es uns oqo realizala izquierda al peronismo: bajo el uso aparentemente Pa ane ibe: ie gauchesco, se esconde Io reaccionario (2013), Polar del Por De modo tal que, e] mismo texto, en diferentes momentos histéri puede ser eido de maneras diversas. Su canonicidad, su deconstruceién suubicacion dentro del sistema literario tienen relacidn directa con 6] m: a ylacireunstancia de la lectura. ¥ estos elementos exceden la literatura a incussionar en el Ambito dela cultura y de la politica, one entre la gauchesca ttopla- esclavista caribefa, ya que en y emunciada por el letrado, que delae Bibliografia para ampliar Cella, §. (comp.) (1998). Dominios de la literatura. Acerca del canon. Buenos Aires: Losada. lagmanovich, D. (2000). “Canon y vanguardia. Una perspectiva sudame- ricana”. En Wentzlaff-Eggebert, C. y Traine, M. Caron y poder en América Latina, pp. 78-103. Colonia: Universidad de Colonia, Centro de Estudios sobre Espaiia, Portugal y América Latina. WentzlaffEggebert, ©. (2000). “Canon y poder. Finalidades del canon lite- rario de Quintiliano a Harold Bloom”. En Wentzlaff-Bggebert, C. y Traine, M. Canon y poder en América Latina, pp. 8-22. Colonia: Universidad de Colonia, Centro de Estudios sobre Espafia, Portugal y América Latina.

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