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Intereses económicos priman sobre la vida de las abejas

https://www.salvaje.com.uy/2018/07/24/mas-alla-de-la-miel-la-muerte-masiva-
de-abejas-causas-impacto/ Desde hace ya un poco más de una década, se
viene registrando una muerte masiva de abejas a escala mundial por diferentes
razones. La desaparición de estos seres podría suponer una crisis de
proporciones ecológicas que impactaría en los beneficios que los humanos
toman de los ecosistemas.

Solo el 2% de las 22.000 especies de abejas silvestres se encarga de un 80%


del trabajo de polinización de cultivos. Si bien es bajo el porcentaje de abejas
encargadas de la polinización, las abejas son las que mejor hacen este trabajo.
Por más que no son las únicas polinizadores que existen ya que los
murciélagos, los pájaros, las mariposas y algunas moscas también pueden
hacerlo, la particularidad de las abejas es su morfología por tener el cuerpo
cubierto de pequeños pelos que ayuda a acumular el polen y que necesitan ese
polen para alimentar a sus larvas y eso es una motivación biológica para que lo
recojan.

Muchos tipos de abejas se están muriendo en masa, no sólo la abeja melífera.


Sin estas, se afectaría a una gran parte de los cultivos. Según un documento
del Instituto Humboldt, dedicado a la investigación científica sobre biodiversidad
en Colombia, el 70% de los cultivos alimenticios para los seres humanos
incrementa su producción de frutas o semillas gracias a la polinización animal,
según Elina L. Niño, que dirige un laboratorio de investigación de abejas en
California, "un análisis del mercado global de cultivos encontró que los
polinizadores son esenciales o ligeramente necesarios para 91 cultivos
consumidos por los humanos". La abeja tiene un papel ecológico vital, es como
el corazón de la biodiversidad del planeta. En China, por ejemplo, en el
condado de Hanyuan hay personas polinizando a mano, probablemente en
consecuencia de las reducciones masivas de población de abejas.
(https://www.infobae.com/salud/ciencia/2017/03/11/la-extrana-relacion-entre-
einstein-las-abejas-y-el-fin-del-mundo/)

 No hay estudios de gran escala que aborden las causas de las muertes
masivas, aunque se sabe que los grandes causantes de estas muertes son los
agroquímicos, los parásitos, el cambio climático, pero no hay consenso general
en la comunidad científica.
Mi investigación se focalizará en el rol que juegan los agroquímicos en esta
problemática que tenemos no solo a nivel nacional, sino a nivel mundial. Las
concentraciones de estos agroquímicos aplicadas hoy en día en las
explotaciones agrícolas están ejerciendo claros efectos negativos en la salud
de las abejas y colmenas, siendo uno de los factores principales del Síndrome
de Despoblación de las Colmenas.

En el territorio Uruguayo, las causas de la alta mortandad de abejas y


colmenas se atribuyen a Plagas y patógenos, desnutrición, problemas con la
reina e intoxicación con pesticidas según encuestas realizadas a los apicultores
del país desde el año 2013 en adelante.(
https://www.eltelegrafo.com/2017/12/desde-el-instituto-clemente-estable-
investiga-por-que-se-mueren-las-colmenas-en-uruguay/)

En 2016, la Asamblea Nacional de Apicultores del Uruguay encendió una


alarma, recordando que las abejas mielíferas y otros polinizadores silvestres
son “víctimas primarias” del modelo agroindustrial, como consecuencia del
cóctel de fungicidas y plaguicidas vertidos.

 Se acepta mundialmente por el ciclo de la abeja, por la naturaleza propia de la


misma, que exista una mortandad que fluctúa entre el 5% y 10%. Una encuesta
de 2013-2014 realizada en Uruguay revela que la mortandad fue del 30 % y en
2015-2016 del 20% según los apicultores consultados.

Cuando una abeja poliniza flores que están impregnadas en exceso con un
agrotóxico, llevan residuos a su colmena e infecta al resto de la colonia. Queda
en la miel, afecta al insecto y al producto, se ven intoxicadas y comienzan a
morir de apoco.

Cuando hablamos de agrotóxicos, hablamos de plaguicidas, fungicidas o


insecticidas, que afectan a la abeja y a cualquier otro agente polinizador u otros
tipos de insectos. En Uruguay, los más nocivos son: el glifosato, que contamina
la miel, y el fipronil, un plaguicida letal.

El fipronil, es un insecticida de amplio espectro que afecta el sistema nervioso


central de los insectos, causó la mortandad de miles de abejas en setiembre
del 2017 en los departamentos de Salto y Paysandú. La Sociedad Apícola del
Uruguay dijo que no se descarta la hipótesis de que la muerte de esas abejas
fue causada intencionalmente por una empresa para evitar la polinización de
las mandarinas y así evitar que tuvieran semillas para que puedan ser
exportadas a Estados Unidos, utilizando el producto ilegal Fipronil que, según
el Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP), fue el que causó la
muerte de las abejas. Este producto está prohibido en Uruguay desde el año
2009, luego de combatir una gran plaga de langostas que se dio a fines del año
2008 con fipronil. En enero del 2009, Flores denunció la mortalidad de abejas, y
en los meses siguientes miles de colmenas murieron a lo largo y ancho del país
por causa de este. (https://www.180.com.uy/articulo/70815_apicultores-
sospechan-que-muerte-de-abejas-fue-intencional-para-evitar-polinizacion)
http://www6.rel-uita.org/agricultura/agrotoxicos/imposible_coexistencia.htm

El glifosato es el herbicida más utilizado en el mundo. La capacidad de este


para matar las hierbas perjudiciales para los cultivos fue descubierta en 1970
por John E. Franz, de la multinacional Monsanto. El uso de este producto fue
considerado inofensivo para las personas y los animales silvestres hasta los
años 1990, cuando empezaron a aparecer estudios sobre efectos perjudiciales.
 Investigadores de la Universidad de Texas en Austin (Estados Unidos) indican
que la exposición a glifosato altera la comunidad microbiana en el sistema
digestivo de las abejas, haciendo que estos insectos sean más vulnerables a
las infecciones. (https://desinformemonos.org/estudio-relaciona-el-herbicida-
mas-popular-de-monsanto-con-la-muerte-de-las-abejas/)

El glifosato mata las plantas al bloquear una enzima que usan para producir
varios aminoácidos, componentes básicos de las proteínas.  Algunas bacterias
producen las enzimas que se ven afectadas por el glifosato y estas bacterias
viven en el sistema digestivo de algunos animales.
Los autores del estudio expusieron a decenas de abejas al glifosato, en
concentraciones similares a las que se pueden encontrar en campos de cultivo,
jardines, tratados con este herbicida, comparando los resultados con abejas no
expuestas a este producto. Los investigadores pintaron las espaldas de las
abejas con puntos de colores para que pudieran ser rastreados y luego
recapturados y observaron que en las abejas expuestas al herbicida durante
tres días se había reducido significativamente la microbiota intestinal saludable.
La especie bacteriana más afectada, Snodgrassella alvi, un organismo que
ayuda a las abejas a procesar los alimentos y defenderse de los agentes
patógenos. Aproximadamente la mitad de las abejas con un microbioma
saludable seguían con vida ocho días después de la exposición al patógeno,
mientras que solo una décima parte de las abejas cuyos microbiomas habían
sido alterados por la exposición al herbicida sobrevivieron al patógeno.

La alemana Bayer, actual propietaria de Monsanto desde 2018, defiende al


glifosato, niega la validez de este estudio, y niega los cientos de estudios
independientes que confirman los efectos nocivos en la salud.

Actualmente en Uruguay, hay unas 4 mil toneladas de miel sin exportar por
estar contaminadas con glifosato. Tiene altos niveles de este agrotóxico y eso
inhabilitó su ingreso a Alemania, el principal comprador de miel. “En agosto de
2016 un laboratorio alemán difundió un documento en el que se revelaban los
niveles de glifosato en las mieles extranjeras que ingresaban a Alemania. La
miel uruguaya resultó ser la más contaminada: un 70% de las mieles
presentaron glifosato por encima de 50 partes por billón (0,05 mg/kg), lo que la
inhabilitó para ingresar al mercado alemán. Alemania ha sido el principal
comprador de mieles uruguayas en los últimos decenios (alcanzando a
comprar un 90% de la miel exportada) y el que mejor ha pago”, señala una
carta que la Sociedad Apícola Uruguaya (SAU) le entregó a los precandidatos
de todos los partidos políticos.
(https://www.sudestada.com.uy/articleId__527f526c-5d4a-4811-b413-
f0d764b51859/10893/Detalle-de-Noticia)

Irónicamente, Alemania rechazó la miel uruguaya por su alto contenido de


glifosato, el país donde se encuentra la multinacional Bayer, principal productor
de este agrotóxico que continúa negando los efectos nocivos consecuentes de
este producto.

En este ultimo tiempo, se ha hablado sobre la negociación de un acuerdo de


Asociación Estratégica entre la Unión Europea y el Mercosur. ¿Será que esto
podrá cerrar el círculo de la contaminación de alimentos con pesticidas? Ya
que habría un círculo de envenenamiento. La mayoría de los pesticidas
provienen de Estados Unidos y de la Unión Europea. Los consorcios químicos
como Monsanto, Bayer o Syngenta también exportan a terceros países
pesticidas que están prohibidos en Europa, una gran parte de los daños
causados por estos regresaran a Europa en los alimentos exportados, como ya
esta ocurriendo con la exportación de mil.

José Luis Maya, un productor apícola de la zona Libertad, en el departamento


de San José, menciona que “El gran problema que tiene la apicultura en
Latinoamérica, en los países como Uruguay, Paraguay, Brasil y Argentina, es
el modelo productivo sojero y con todo el paquete de agroquímicos que
tenemos”
Fuente: Sociedad Latinoamericana de Investigación en Abejas (Solatina) a partir de un
estudio realizado en 2017.

Maya lamentó el anuncio, por parte de las autoridades, de la apertura de un


período de consulta pública para introducir a Uruguay trigo transgénico.

El Espacio 567 y Casa Grande del Frente Amplio llaman a los parlamentarios y
a las autoridades de gobierno a “aplicar el principio precautorio”, como lo
establece la Constitución de la República, “poniendo la salud de la población y
la conservación de nuestro ambiente por sobre intereses de grupos
económicos”, ante el anuncio del Sistema Nacional de Bioseguridad sobre la
evaluación del evento transgénico en trigo HB4-PAT para ensayos a campo y
del Instituto Nacional de Semillas (INASE).

El programa de gobierno del FA para el período 2020-2025 se plantea


implementar una “Estrategia Integrada de Ambiente y Salud” que “busca
mejorar la salud y la calidad de vida de la sociedad, estableciendo criterios que
permitan fortalecer la capacidad de control sobre la aplicación de agroquímicos
promoviendo legislación y normativa que integre las competencias del
Ministerio de Salud Pública y el Ministerio de Vivienda, Ordenamiento
Territorial y Medio Ambiente para proteger la vida por sobre intereses
económicos”

Se plantea como política de ambiente “revisar y fortalecer los criterios y


procedimientos para la evaluación de organismos genéticamente modificados y
la regulación de su uso a través de la aprobación e implementación de una Ley
de Bioseguridad que incluya los nuevos desafíos de la ingeniería genética.
Establecer una moratoria a la aprobación de nuevos eventos en tanto no se
apruebe dicha ley”.

Estos sectores del FA señalan que “los eventos transgénicos son parte de un


paquete tecnológico que incluye el uso de herbicidas sintéticos y otros
agroquímicos que afectan la salud humana, la calidad de los suelos y el agua”. 

Documentos indican que varios estudios nacionales e internacionales


demuestran que el modelo de agricultura industrial intensiva que utiliza este
tipo de tecnología “resulta en el empobrecimiento y erosión de los suelos y la
contaminación de las aguas”. Además, el uso de organismos transgénicos
“afecta la biodiversidad ya que contaminan las semillas nativas y pone en
riesgo la soberanía alimentaria desplazando cultivos destinados al
autoconsumo”. (https://www.sudestada.com.uy/articleId__bc9979c8-13a7-
4227-b9c2-e916efa2e658/10893/Detalle-de-Noticia)
El 01 de Julio de 2019, Los apicultores marcharon hacia el parlamento para
solicitar al gobierno subsidios ante las pérdidas económicas por no poder
exportar miel y también reclaman un mayor control a los productores agrícolas
por el uso y abuso de agroquímicos, en particular en las plantaciones de soja
del litoral. Su principal preocupación es la pérdida de la capacidad exportadora
por la gran cantidad de residuos de glifosato que se constataron en las mieles
uruguayas.
En 2016 la cantidad de apicultores en todo el país era de 3.071, según los
datos oficiales del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca. Hoy rondan los
2.500, Esto significa que en tres años se redujo en casi 550 la cantidad de
productores de miel. (https://www.sudestada.com.uy/articleId__527f526c-5d4a-
4811-b413-f0d764b51859/10893/Detalle-de-Noticia)

Retomando una frase atribuida a Albert Einstein que dice “Si la abeja
desapareciera del planeta, al hombre solo le quedarían 4 años de vida”,
haciéndole algunas modificaciones como lo hizo Jesús Manzano (activista en
Greenpeace, director ejecutivo de la Fundación Amigos de las abejas)
podríamos concordar más con la siguiente frase: “Si desaparece la
biodiversidad de plantas y los polinizadores, a este modelo de civilización
humana le quedarían pocos años. El ser humano sobreviviría, pero se reduciría
drásticamente su número y desaparecería el modelo de civilización actual, que
mantiene desconectado al consumidor del productor, forzando que todos los
consumidores fueran a la vez productores primarios para sobrevivir”

Ver consecuencias del mundo sin las abejas

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