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EN BÚSQUEDA DE LA

VERDAD

¿MIRANDA, FUE MASÓN?

OVIDIO AGUILAR MEZA


DEDICATORIA

A mis hijas Katherine y Maríalejandra razón de mi existir.


A la memoria de mis padres, Gladys, símbolo de abnegación,
y Ovidio, la moral hecha hombre.
A mi hermano Leo y sus muchachos
A Fanny, un ser especial.
A mis hermanos Mireya, Miriam y Jorge y mis sobrinos.
A toda mi familia.
Y a los buscadores de la Verdad en el Orbe.

2
CONTENIDO

Consideraciones preliminares
¿Qué es la Masonería? Origen y evolución
Francisco de Miranda y el contexto histórico
masónico en el siglo XVIII.
Elementos vinculantes entre Miranda y la
Masonería
Versiones encontradas
Conclusiones
Bibliografía

3
Consideraciones preliminares.
La presente investigación biográfica nace de la necesidad de
esclarecer uno de los misterios que rodean la interesante vida
del prócer venezolano Sebastián Francisco de Miranda
Rodríguez. Una vida enriquecida con experiencias únicas,
estudios, circunstancias particulares y sucesos que difícilmente
haya experimentado algún otro personaje de su época, y por
que no decirlo, de todas las épocas.
Francisco de Miranda, como se dio a conocer, omitiendo su
primer nombre, tiene el privilegio de que hoy en día, aún
después de más de dos siglos y medio de haber visto la luz en
su nativa Caracas, su pensamiento cobra vigencia cada vez que
surgen en el mundo movimientos sociopolíticos que de una u
otra manera, sacuden los cimientos de la sociedad, sobretodo
en el continente que anheló convertir en una sola nación para
enfrentar el futuro como una potencia unida.
Sin embargo, en esta obra no se ahondará en su vida, toda vez
que existen importantes trabajos biográficos de reconocidos
autores acerca del librepensador caraqueño, que abundan en
detalles en relación a su interesante existencia, por lo que
nuestra investigación se concentrará en el tema que nos ocupa,
Miranda y la Masonería.
Francisco de Miranda, hombre de mundo que quiso absorber la
mayor cantidad de conocimientos que la vida le ponía a su
disposición, buscaba aún más en donde lo intangible estaba
superpuesto a lo evidente.
Ansias de conocimiento, curiosidad innata, investigador
incansable en la inacabada búsqueda de la Verdad, Miranda no
podía ser ajeno al mundo que la Masonería podría mostrarle,
aún a expensas de las consecuencias que el pertenecer a ella
representaba en la época a cualquier ciudadano, y sobretodo a
él mismo, en lo personal.

4
Viajando desde occidente hacia el oriente, de norte a sur, no
perdía oportunidad de observar y saberlo todo, procurando
percibir como un verdadero aprendiz lo que los viajes le
mostraban. Un sentido crítico único, le hacía evaluar con
elevada agudeza y libertad, desde lo más elemental hasta lo
más complejo, manteniendo un espíritu analítico hasta el final
de sus días.
Este increíble personaje, adelantado a su época en todos los
sentidos, tuvo la particularidad de utilizar doce pseudónimos
durante su vida para evadir las persecuciones de las que era
víctima, así como para relacionarse en diversos círculos,
manteniendo en secreto su verdadera identidad.
Una referencia de tales pseudónimos, la hace Carlos Sáenz de
la Calzada1
“Los patriotas de América, que alcanzan nuevos
triunfos en este año (1816), empiezan a hacer merecida
justicia al Precursor, que mientras viajaba y
conspiraba se llamó señor de Meran, en Hamburgo;
señor de Meirat, en Suiza; Coronel de Maryland, en
Roma; Coronel Mirandow, en Rusia; M. de Meroff, en
la República Bávata; Monsieur de Meroud, en Francia;
Mister Martín, en Inglaterra y Estados Unidos; Gabriel
Eduardo Leroux d´Helander, en una fuga de París;
“Don Pancho”; “Un peruano”; “Un Americano”; o
“Eleuteriatikos”, en sus salidas a las columnas de la
Prensa, y José Amindra – juego con las letras de su
apellido. Cuando intentaba evadir de su prisión.”
Asimismo, todos los biógrafos del precursor de la
independencia de Venezuela, coinciden en lo maravillosa de su
vida, llena de vicisitudes y aventuras irrepetibles, sin embargo,

1
CARLOS SÁENZ DE LA CALZADA, Diccionario Biográfico de Venezuela,
Talleres de Blass S.A. Tipográfica, Buenos Aires, 1953, p.750

5
en cuanto al tema que nos ocupa, existen divergencias e
imprecisiones acerca de si ingresó o no a la Masonería.
No obstante, es importante destacar que mucho de los
biógrafos del Generalísimo no son masones, por lo que tal vez,
de manera inconsciente en sus obras, han obviado elementos,
circunstancias y hechos que les resultan irrelevantes, pero que
ante una investigación objetiva biográfica-masónica, es
imposible que pasen desapercibidos por las connotaciones que
los mismos representan, y éste precisamente, es nuestro caso.
Dicha circunstancia la podemos ver reflejada en ejemplos,
como la opinión del historiador venezolano Tomás Polanco
Alcántara2: “En el equipaje venía un lote de libros adquiridos
por Miranda en Jamaica. Una cuidadosa revisión de los mismos
hace difícil pensar que en ellos hubiese alguno peligroso para
la revisión inquisitorial”.
Observaremos más adelante, lo contradictorio que puede
resultar esta afirmación ante un hecho significativo en cuanto a
esos libros de Miranda, que menciona el historiador Polanco
Alcántara.
En ese sentido, para los efectos de la presente obra, hemos
considerado estos hechos y circunstancias singulares, como
Elementos Vinculantes, cuyo análisis están orientados hacia la
aclaratoria del tema en cuestión. ¿Se inició Francisco de
Miranda en los Augustos Misterios de la Masonería?
Develemos pues, el velo de este misterio.

2
TOMAS POLANCO ALCANTARA, Miranda ¿Don Juan o Don Quijote?,
Ediciones GE, Caracas, 1997 p. 82

6
¿Qué es la Masonería?
Aunque la presente obra no es masónica, la metodología de la
investigación nos exige determinar las variables que conforman
este trabajo, que son por un lado, Francisco de Miranda como
sujeto investigado, y por otro, la Masonería como marco de la
investigación.
Asimismo, basándonos en tantas imprecisiones conceptuales
que acerca de esta Orden se han presentado a través del tiempo;
unas por desconocimiento exacto de sus principios, y otras tal
vez con el objeto explícito de desinformar, consideramos
menester ilustrar al lector en cuanto a la verdadera esencia de
lo que es la Masonería o Francmasonería Universal, toda vez
que aún hoy en día, ella, y por ende los masones, encuentran
detractores y enemigos en diversos ámbitos.
Una de las últimas acciones en su contra, la representa la
Declaración sobre la Masonería, dictada por la Congregación
para la Doctrina de la Fe, firmada por el entonces, Prefecto de
la Congregación, Cardenal Joseph Ratzinger en 19833 , en la
que se expone entre otros cargos: “Los fieles que pertenezcan a
asociaciones masónicas se hallan en estado de pecado grave y
no pueden acercarse a la santa comunión”.
En otras palabras, los masones siguen hoy en día
excomulgados por la Iglesia Católica.
No obstante, esta medida contrasta con la obra escrita mucho
antes, por el p.j. Dr. Töhötöm Nagy4 , quien tuvo la singular
experiencia de ser Sacerdote Jesuita y luego Iniciarse en la
Masonería, alcanzando en ambas instituciones los más altos
grados.

3
CONGREGACIÓN PARA LA DOCTRINA DE LA FE, Declaración sobre la
Masonería, Roma, 26-11-1983
4
NAGY TÖHÖTÖM, Jesuitas y Masones, Buenos Aires, Edición propia del autor,
1963, p 483.

7
En su libro, expone:
“Los católicos no prácticos, que no escuchan la misa
por años, que no comulgan por décadas y que dicen
*yo soy católico a mi manera*, se les puede tildar
prácticamente de paganos. Pues, si juzgamos a la
Iglesia a través de estos miembros, ella (la Iglesia), es
tan irreligiosa como la Masonería”
Una reflexión interesante, digna de ser analizada en todo su
contexto.
Pero los ataques provienen de muchos frentes. Una referencia a
palabras atribuidas al Papa León XIII (P. 1878-1903), son
plasmadas por el Pbro. Virgilio Filippo5:
“Los masones están imbuidos en el espíritu de Satán,
son su instrumento como inspirador del odio contra
Cristo, se aúnan contra la majestad de Dios, maquinan
la ruina de la Iglesia. Su propósito es despojar a los
pueblos de la Gracia de Dios”.
Sin embargo, analizando lo que se estipula en cuanto al aspecto
religioso de los masones, en la llamada Carta Magna de la
Masonería, conocida como Las Constituciones de los
Francmasones, compiladas y publicadas por James Anderson
en 1723, se afirma en el capítulo descrito como “Deberes de un
Francmasón”; Artículo I, DE DIOS Y LA RELIGIÓN6:
“El masón está obligado por su carácter a obedecer la
ley moral, y si debidamente comprende el Arte, no será
jamás un estúpido ateo ni un libertino religioso. Pero
aunque en tiempos antiguos los masones estaban

5
VIRGILIO FILIPPO, Imperialismos y Masonería, Buenos Aires, Edit.
Organización San José SRL. p. 62
6
GRAN LOGIA DE LA REPÚBLICA DE VENEZUELA, Constituciones de los
Francmasones , James Anderson, Caracas, Edición Cuadernos Simbólicos, Nº 4,
1996, p. 73

8
obligados a pertenecer a la religión dominante en su
país, cualquiera que fuere, se considera hoy mucho más
conveniente obligarlos tan sólo a profesar aquella
religión que todo hombre acepta, dejando a cada uno
libre en sus individuales opiniones”.
He aquí precisamente el sentido de libertad de culto que la
Masonería otorga a cada uno de sus miembros, sin hacer
proselitismo a favor o en contra de religión alguna. Este hecho
puede desvirtuar las causas de las Bulas antimasónicas de la
Iglesia Católica, que según algunas opiniones de historiadores,
tenían más de una carga política que verdaderamente religiosa.
De manera contradictoria, en una obra editada por la
Universidad Católica Andrés Bello, “Los archivos secretos
vaticanos y la Masonería, en el capítulo titulado EL CLERO
FRANCMASÓN, en cuanto a la presencia de muchos de sus
miembros en dicha Orden, señala José Antonio Ferrer
Benimeli”7:
“A lo largo del siglo XVIII una de las características
más uniformes en todos los países, sean o no católicos
(es decir de mayoría católica), es precisamente la
presencia de sacerdotes en casi todas las logias.
Pertenecen a todas las categorías religiosas:
Sacerdotes seculares, diáconos, archidiáconos,
beneficiados, chantres, deanes, canónigos,
arcedianos…”
Acota más adelante:
“Las órdenes religiosas están igualmente
representadas casi todas en las filas de la Masonería
del siglo XVIII: Congregación del Oratorio, religiosos

7
JOSÉ ANTONIO, FERRER BENIMELI, Los archivos secretos vaticanos y la
Masonería, Caracas. Universidad Católica “Andrés Bello”. Instituto de
Investigaciones Históricas, 1976, p. 708-709.

9
de San Juan de Dios, Capuchinos, Recoletos, Paulinos,
Hospitalarios, Benedictinos, Teatinos, Bernardos,
Premostratenses; Dominicos, Franciscanos,
Barnabitas, Lazaristas, de la Caridad, exjesuitas, etc.”
Cabe destacar que es durante el siglo XVIII, época de
Francisco de Miranda precisamente, cuando la Masonería y los
masones, fueron blanco de los mayores ataques de la Iglesia
Católica.
Asimismo, diversos Monarcas y Jefes de Estado de Europa,
dictaron decretos y edictos en contra de ella y sus miembros,
unos, bajo presión del Santo Oficio, y otros, por decisión
propia.
Sin embargo, en cuanto a qué es la Masonería y sus principios,
la propia Institución a través de las Grandes Logias en todo el
mundo, ha desvirtuado los conceptos errados emitidos en su
contra, basada en sus postulados.
En ese sentido, tenemos que el Artículo I de La Constitución de
la Gran Logia de la República de Venezuela8 reza:
”La Francmasonería, Institución esencialmente
filantrópica y progresiva, tiene por objeto la
investigación de la Verdad, estudio y práctica de la
moral y de la solidaridad. Trabaja por el mejoramiento
espiritual y material de la humanidad y por su
perfeccionamiento individual y social”… “Tiene por
principios la tolerancia mutua, el respeto de los demás y
de sí mismo, y la libertad absoluta de conciencia; no
dando cabida en su seno a debates sobre política y
religión”... “Es su divisa: Libertad, Igualdad y
Fraternidad”

8
GRAN LOGIA DE LA REPUBLICA DE VENEZUELA, Constitución de la Gran
Logia de la República de Venezuela, Caracas, 1982, p. 7

10
Por su lado, la Gran Logia Unida de Inglaterra, la llamada
“Madre de las Grandes Logias”, establece en su página web9:
“La Francmasonería es la mayor organización
secular, fraterna y de caridad en el Reino Unido.
Enseña el autoconocimiento mediante la participación
en una progresión de ceremonias. Se espera que sus
miembros mantengan una alta moral y estén motivados
a hablar abiertamente acerca de la Francmasonería”
(Traducido del inglés)
Agrega seguidamente con el propósito de aclarar acerca de su
condición religiosa en la misma página Web10:
¿No es una religión? Enfáticamente no. La
Francmasonería no intenta reemplazar a ninguna
religión o sustituirla. Se trata de la relación entre el
hombre con su prójimo, no en la relación del hombre
con su Dios. (Traducido del inglés)
Igualmente, aparece una referencia al respecto, en el
Diccionario Enciclopédico de la Masonería11 :
“Es lo mismo que Francmasonería y todos los autores
la definen distintamente, si bien en el fondo todos la
declaran un sistema moral dentro del que caben los
principios y creencias de todos los hombres amantes de
la humanidad y del progreso y dotados de rectitud de
criterio y buena voluntad. La etimología inglesa de esta
palabra significa albañilería o arte de edificar.”
Ahora bien, aunado a estos conceptos, es importante destacar
que la Masonería, aparte de ser una institución humanista,
filantrópica, altruista y progresista, defensora de la libertad del

9
UNITED GRAND LODGE OF ENGLAND: www.ugle.org.uk
10
UNITED GRAND LODGE OF ENGLAND; www.ugle.org.uk
11
LORENZO FRAU ABRINES, Diccionario Enciclopédico de la Masonería Tomo
2,México, DF, Editorial del Valle de México, p. 768

11
individuo en todas sus acepciones, es una fraternidad universal
a la cual se ingresa solamente mediante “iniciación”.
De hecho, las enseñanzas masónicas, desde sus inicios hasta
hoy en día, están basadas en el simbolismo, como herramienta
universal que aborda la conciencia del individuo, generando
efectos directos en la concepción de las ideas.
Siendo así, destaquemos que el simbolismo masónico posee un
aspecto exotérico (externo) y otro esotérico (interno), los
cuales sólo mediante la iniciación, el masón comprende y
asimila en toda su acepción.
Un ejemplo sencillo pero profundo
de lo que aquí referimos, podemos
verlo en el símbolo universal de la
Masonería, representado por una
escuadra, un compás y la letra G.
Para quien no es masón, podrían
representar herramientas de la
construcción y una letra en el
centro. Simplemente un logo.
Ese es el mensaje exotérico precisamente, pero para el iniciado
en la Masonería, simbolizan mucho más, son las herramientas
que rigen los actos de su vida y de su conciencia; he aquí el
aspecto esotérico, de allí, que se afirma que ser masón, es un
estado de conciencia.
Pues bien, el simbolismo ha sido usado desde tiempos
inmemorables por quienes han sido considerados los
antepasados de la Masonería., las antiguas Corporaciones de
Constructores.

12
En cuanto a las costumbres de aquellos canteros, acota Eduardo
R. Callaey12:
“Llevaban a cabo ritos fúnebres, enterrando a cada
cual bajo el emblema de su oficio, generalmente la
escuadra, el compás y el nivel: Muchos de estos
símbolos funerarios han llegado hasta la
francmasonería moderna, que los ha heredado de las
corporaciones medievales”
También se refiere a este hecho, Ferrer Benimeli13:
”La escuadra, el nivel, el compás se convirtieron en sus
atributos y símbolos característicos. Resueltos a formar
un cuerpo independiente de la masa de los obreros,
imaginaron entre ellos palabras de contraseña, y
toques, para distinguirse”
Pero al transcurrir el tiempo, la Masonería fue evolucionando
en cuanto a la amplitud de sus preceptos, entre los que
destacaban los valores de libertad de pensamiento, de igualdad
en la sociedad y fraternidad entre los hombres, llevados al
interior del individuo mediante iniciación y simbolismo.
Este hecho hizo que fueran ingresando una nueva clase de
miembros que no practicaban el oficio de la construcción,
incorporándose filósofos, pensadores, líderes, artistas,
monarcas, militares, la nobleza y diversas profesiones.
Cabría entonces preguntarse si Francisco de Miranda, un
hombre con una formación filosófica singular, pudo haber
tenido algún interés en la Masonería y sus preceptos, llegando
a iniciarse en ella.

12
EDUARDOR. CALLAEY., El Otro Imperio Romano (De la Orden del Temple a
la Francmasonería), Madrid. Ediciones Nowtilus S.L. 2005, p. 35
13
JOSÉ ANTONIO FERRER BENIMELI.; Ob. Cit. p.22

13
Miranda, desde muy joven, se dio a la tarea de estudiar
profundamente diversos temas, sobretodo los relacionados a
filosofía, política, sociedad, militares.
Una opinión acerca de las inquietudes del prócer venezolano, la
ofrece Antonio Egea López14:
“De filosofía progresista, el pensamiento de Miranda
se acoge a las ideas innovadoras que representan el
reformismo del siglo de las luces. En materia de
religión, el deísmo es la concepción predominante en
los ideólogos racionalistas. Las doctrinas pretenden ser
reducidas a la sola creencia en un Ser Supremo.”
Asimismo, es interesante analizar cómo lo describe Láutico
García15:
“Miranda no era un ideólogo. No baja del sistema a la
realidad, sino de ésta al sistema. Como en política,
también en religión, fueron las experiencias, los
contactos personales y las lecturas, las que progresiva
y lentamente fueron estructurando y remachando en su
espíritu unos cuantos prejuicios y principios
anticatólicos….Su dialéctica es vital, no racional ni
metafísica. Su proceso está marcado por el ritmo vital
de su metabolismo psíquico-espiritual. De ahí el gran
peligro de falsear sus actitudes – religiosas o políticas-
si uno se limita a espigar unos cuantos textos en su
inmenso archivo sin atender bien a sus conexiones con
u tiempo determinado, un estado concreto de su alma
versátil, su situación social y política”
Indudablemente, que el perfil del librepensador caraqueño se
adaptaba perfectamente a los preceptos que la Masonería

14
ANTONIO EGEA LÓPEZ, Ob. Cit. p. 59
15
LAUTICO GARCÍA, S.J. Francisco de Miranda y el Antiguo Régimen Español,
Academia Nacional de la Historia, Caracas 1961, p. 192

14
promulgaba, representados por la libertad de pensamiento, la
lucha contra la opresión y la tiranía, la igualdad de derechos
entre los individuos, y una sociedad más justa, por lo que no
era de extrañar que Miranda pudiera haberse interesado en la
Orden.
Por otra parte, siendo nuestro personaje un hombre de mundo,
que mantuvo relaciones y amistad con importantes personajes
de la época en diversos ámbitos, cabría preguntarse si sus
“amistades masónicas”, pudieron haber influido en sus
ideales.
Al respecto cita Egea López16 :
“Si, además, Voltaire, que influencia en el caraqueño, y
la Enciclopedia, que también dejó huella en nuestro
ilustrado, tienen que ver con las ideas religiosas de la
masonería, no puede dudarse que Miranda también
recibiera lecciones de la sociedad secreta”.
Al mismo tiempo. ¿Pudo Miranda haber formado alguna
verdadera logia masónica?
En ese orden ideas, para poseer un escenario mental y una
concepción más fiel acerca de estas circunstancias, demos un
vistazo fugaz por el origen y la evolución de esta Orden
Milenaria,

16
ANTONIO EGEA LÓPEZ, Ob. Cit. p. 68

15
Origen y evolución de la Masonería
La Masonería, tal y como la conocemos hoy en día, surgió en
Inglaterra en 1723, producto de una evolución paulatina y
sostenida en el tiempo, que generó una transformación en sus
fines, el desarrollo intelectual de su membresía y la evolución
de la sociedad.
Siendo así, para comprender en profundidad qué es la
Masonería, y de cómo evolucionó hasta la época que nos
ocupa, debemos remontarnos a sus orígenes, toda vez, que la
connotación etimológica de su nombre, está íntimamente
relacionada con su razón de ser y la definición de sus
principios.
En ese sentido, todas las teorías y versiones acerca del origen
de esta Orden, se remiten al antiguo oficio de la construcción.
Permítannos unas líneas para abordar este punto.
Masón proviene de la palabra, “maçons” término anglosajón
que significa “constructor”, “albañil” que agrupados en
gremios (guildes) durante la Edad Media, tenían diferentes
niveles de conocimientos y autoridad en el oficio de la
construcción, desde el Aprendiz hasta el Maestro Masón.
Poseían formas de reconocimiento para identificarse que sólo
ellos manejaban. Sus conocimientos eran transmitidos de boca
a oído, de generación en generación, para preservar los secretos
del oficio de la construcción, al que llamaron desde el punto de
vista iniciático, como Arte Real.
Ingresaban a través de un riguroso proceso selectivo y rituales
de Iniciación, reuniéndose en locales ubicados al lado de sus
obras que llamaron “logias”.

16
En cuanto a sus orígenes, muchos historiadores se remontan a
los Colegios Romanos, conocidos como “collegia fabrorum”.
Así acota Frau Abrines17:
“Con esta palabra se han denominado las antiguas
sociedades de constructores, de las cuales se asegura
por muchos, se deriva el origen de las actualidades
Logias Masónicas. Según Clavel, por los años 714
antes de J.C., Numa instituyó en Roma los colegios de
arquitectos (collegia fabrorum)
Igualmente, en cuanto a la similitud entre ambas
organizaciones, refiere Eduardo R. Callaey18 :
”En verdad existen semejanzas entre la estructura de los
colegios y la de las logias masónicas: Cada colegio
debía estar presidido por un maestro y dos decuriones
que ejercían la autoridad sobre los demás miembros,
mientras que las autoridades que gobiernan una logia
masónica, son el venerable maestro y los dos
vigilantes”
No obstante, con el propósito de darle una connotación más
profunda a su oficio, los constructores tuvieron que abordar
temas y aspectos del simbolismo, para poder comprender el
verdadero Arte, recibiendo influencias de diferentes corrientes
iniciáticas.
Estudiaban Geometría, Numerología y la Astrología, entre
otras disciplinas de mucha utilidad para erigir construcciones
con características particulares, que para un constructor “no
iniciado” le sería difícil de realizar.
En dicha época, un gran número de masones pudieron ser
analfabetas funcionales, que aunque no supieran leer y escribir,

17
LORENZO FRAU ABRINES, Ob. Cit. Tomo 1, p. 299
18
EDUARDO R CALLAEY, Ob. Cit. p.34

17
eran unos iniciados, y precisamente, las enseñanzas iniciáticas
se transmiten a través de condiciones innatas del individuo, que
no requerían de la lectura ni la escritura; en tal sentido, el
simbolismo se convirtió en el lenguaje por excelencia.
A este respecto, exponen Christian Jacq y Francois Brunier19:
“En la Edad Media todo se considera a través de la
criba del símbolo. Este signo de la presencia divina se
utiliza en todos los niveles de la aventura humana, se
trae de la historia, de la sociedad o de la religión.
Semejante actitud, que podría parecernos sistemática o
arbitraria a la vez es, en realidad, la puesta en práctica
de una asombrosa toma de conciencia. El mundo es una
palabra de Dios, pues el mundo es sagrado.”
Un ejemplo del dominio del
lenguaje simbólico de los
constructores, se puede
observar en el Rosetón
principal de la Catedral de
Notre Dame. Para el hombre
común, el Rosetón podía ser
simplemente un vitral
ornamental, sin embargo, sus
constructores tenían otra
acepción.
Una explicación detallada del mismo, ofrece Udo Becker20:
”Rosa de los alquimistas, su diseño se basa en el
significado simbólico del número 16 (símbolo de la
perfección cristina); el círculo inferior representa a los

19
CHRISTIAN JAQ Y FRANCOIS BRUNIER, El Mensaje de los Constructores
de Catedrales, Plaza & Janes Editores S.A., Barcelona, España, 1976, p.131
20
UDO BECKER, Enciclopedia de los Símbolos, traducción de J. A. Bravo,
Barcelona, España, Ediciones Robin Cook, 1996, p. 280

18
profetas del Antiguo Testamento; el siguiente a los
jueces y los reyes, y el círculo exterior a los reyes y los
sumos sacerdotes, todo alrededor de la Virgen María y
el niño”
Se incorporaron entonces monjes benedictinos a las logias,
quienes eran los encargados de dirigir las obras, transmitiendo
a los masones muchas enseñanzas del simbolismo cristiano que
fue alimentando el espíritu de aquellos albañiles dedicados en
un principio a un trabajo tosco y rudo.
A este respecto, opina Eduardo R. Callaey21: “Durante la Edad
Media, el arte de la construcción fue desarrollado por los
monjes, principalmente por la Orden Benedictina, que asumió
fundamental importancia en tiempos del Imperio Carolingio”
Pero los masones ya habían abordado el tema religioso en sus
reuniones. En un poema que trata acerca de los deberes de los
masones, considerado el más antiguo documento de la
Masonería (1250), aparece una interesante reflexión a este
punto. Se trata del Manuscrito Reggio22:
En esta Asamblea se ordenaron otros puntos,
De grandes señores y también maestros;
Que quien conozca este oficio y adquiera dignidad,
Amará siempre bien a Dios y a la Santa Iglesia,

Esta afirmación refleja la avanzada orientación moral y


religiosa, que mantenían los constructores de la época.
Sin embargo, en las logias había una diversidad de miembros
provenientes de diferentes regiones, con creencias y fe muy
particulares, y entre ellos, algunos iniciados en otras Escuelas

21
EDUARDO R. CALLAEY, Ob. Cit. p. 40
22
GRAN LOGIA DE LA REPÚBLICA DE VENEZUELA, Cuadernos Simbólicos
Nº 1, Manuscrito Reggio, Caracas 1995, p.13

19
Iniciáticas, que poseían aptitudes para el arte de la
construcción.
Los masones fueron adoptando la figura del Gran Arquitecto
del Universo, para definir a la divinidad sin otorgándole el
nombre de un Dios específico, reconociendo así, a las
religiones particulares de cada miembro. Era el inicio de una
concepción primigenia de libertad de culto.
Muestra de esta amplitud
religiosa, lo representa una
ilustración del año 1250 de una
Bible Moralisée, en la que
aparece el creador del
Universo con las herramientas
de la construcción. Era el Gran
Arquitecto del Universo.
Una interpretación de ella,
ofrece Udo Becker23 :
“La noción de Dios creador
como Sumo Hacedor del
mundo se convirtió en un
tópico, en una imagen reiterada; lo pintan con el compás
gigante de los canteros en una mano, abarcando el círculo del
mundo cuyo verde representa el mar primordial que lo
delimita.”
No obstante, es importante mencionar que tiempo atrás,
producto de desinformación en una época caracterizada por el
poder omnímodo del Santo Oficio, se venían generando
persecuciones a estas agrupaciones, representadas en las
prohibiciones de sus reuniones y asambleas.

23
UDO BECKER, Ob. Cit. p. 111

20
Una referencia a este hecho, hace Robert Ambelain24:
“La condena más antigua entre las pronunciadas por la
Iglesia contra las corporaciones, es la del Concilio de
Rouen en 1189, condenación fulminada contra las
cofradías obreras de albañiles. El motivo fue (¡ya!) la
existencia de secretos (de oficio), de ritos (tanto de
recepción como de iniciación de una obra), de
asambleas, cuyas deliberaciones se mantenían
igualmente secretas”
Otro acto similar, cita Ferrer Benimeli25:
“En 1425, un Acta del Parlamento, en el tercer reinado
de Enrique VI, prohibió que los constructores se
reunieran en asambleas, considerándolos culpables de
felonía si desobedecían la disposición, castigando a los
demás obreros que tomasen parte en aquéllas, con la
pena de prisión o una multa, según la voluntad del
rey.”
Como podemos observar, los ataques a los constructores y
asambleas de masones trascendían
en el tiempo, y los más poderosos a
los que la Masonería tuvo que
soportar sin derecho a la defensa,
fueron las Bulas Papales, entre
éstas, las más contundentes
estuvieron representadas por las de
Clemente VII In Eminenti, y
Providas de Benedicto XIV, de
cuyas motivaciones da su
impresión Ferrer Benimeli26

24
ROBERT AMBELAIN, El Secreto Masónico, Colección Enigmas del
Cristianismo, Ediciones Martínez Roca, S.A. Barcelona, España, 1987, p.89
25
JOSÉ A. FERRER BENIMELI, Ob. Cit, p.61

21
“Es cierto que tanto Clemente XII, como Benedicto
XIV, a los motivos de seguridad del Estado, añaden
otro de tipo religioso, cual es la “sospecha de herejía”
por el hecho de admitir en las logias a individuos de
diversas religiones, motivo que en el siglo XVIII tenía
una valoración muy distinta a la de nuestros días”
Indudablemente, para la Iglesia
Católica y la Santa Inquisición, era
imperdonable y todo un delito, que
alguna organización mantuviera
secretos, juramentos, rituales, y
para colmo, aceptara individuos de
otras religiones.
Pero hay una circunstancia
particular en estas Bulas, se trata
de que se fundamentaban
prácticamente en rumores, denuncias de pobladores, de
funcionarios, de clérigos, pero verdaderamente no había la
certeza de lo que los masones hacían en sus reuniones.
Así lo señala Ferrer Benimeli27 :
“Por otra parte, tanto en la bula In Eminenti de
Clemente XII, como en la Providas de Benedicto XIV –
por no citar otros edictos o normas emanados de altos
eclesiásticos en sus respectivas jurisdicciones- se
condena una asociación que de hecho no se sabía qué
era, ni en qué consistía”
Asimismo, ya habían sido víctimas de ataques similares, los
Caballeros del Temple o Templarios, hasta que Clemente VII

26
JOSE A. FERRER BENIMELI, Masonería e Inquisición en Latinoamérica
durante el Siglo XVIII, Universidad Católica Andrés Bello, Instituto de
Investigaciones Históricas, Caracas, 1973, p. 6
27
JOSE A. FERRER BENIMELI, Ob. Cit. p. 6

22
ordenó en 1314 su abolición y encarcelación, despojándolos de
todas sus propiedades y riquezas,
acusados, entre otras causales, de
herejes, culminando con la
ejecución de Jacques de Molay, el
último Gran Maestre de la Orden.
Muchos autores otorgan a los
Templarios gran influencia en la
conformación de Ritos Masónicos
que posteriormente se crearon, y
que hoy en día, aún se mantienen.
La coincidencia de las causales atribuidas a los Templarios y
por las que fueron acusados igualmente los masones, se pueden
observar en la referencia al cuestionario en contra de los
Caballeros del Temple, que hace Martin Walker28:
1.- Que renegaban de Cristo y escupían sobre la cruz en
la ceremonia de admisión en la Orden.
2.- Que en esta ceremonia se intercambiaban besos
obscenos.
3.- Que los Sacerdotes de la Orden omitían las palabras
de la consagración cuando decían misa.
4.- Que practicaban la sodomía.
5.- Que adoraban ídolos.
6.- Que se confesaban mutuamente y que el presidente
del Capítulo perdonaba los pecados.

Ahora bien, en la línea del tiempo, la Masonería recibió


influencias de diferentes corrientes, reflejadas en su
simbolismo, ritos y rituales, como la Cábala Mística
(Kaballah), las escuelas del Antiguo Egipto, la Pitagórica, el

28
MARTIN WALKER, La Historia de los Templarios, Colección Arcana,
Edicomunicación S.A. Barcelona, España, 1993, p.168

23
Hermetismo y otras, que conformaron todas, un simbolismo
ecléctico único.
Igualmente debemos mencionar una escuela iniciática que jugó
un papel preponderante en la Masonería, se trata de la Orden
Rosacruz, que ciertamente tuvo gran ascendencia en ella,
debido al ingreso de destacados miembros de aquélla a las
logias masónicas, así como la incorporación definitiva de
elementos de su filosofía en la Masonería.
Prueba de ello son la conformación
de grados masónicos, en la creación
de los Capítulos Rosacruces de la
Masonería, así como los postulados
de personajes como el filósofo
inglés, Sir Francis Bacon, (1551-
1626).
A este respecto, cita Eduardo R.
Callaey29:
“La primera referencia indirecta de la
relación entre rosacruces y masones
aparece en un poema editado en
Edimburgo en 1638, que en una de sus
estrofas dice: Porque somos hermanos
de la Rosa Cruz, tenemos la palabra
del masón y una segunda vista,
podemos predecir correctamente las
cosas que vendrán”
Por su lado, una referencia en cuanto a
la relación Masonería y Rosacrucismo,
resalta Aldo Lavagnini30:

29
EDUARDO R. CALLAEY, Ob. Cit. p. 118

24
“En la segunda mitad del siglo XVII el rosicrucianismo
(sic) y la masonería se van enlazando tan íntimamente,
y se ejerce tal intercambio entre el simbolismo de la
una y de la otra, bajo la influencia del espíritu
filosófico humanista dominante, que, a principios del
siglo XVIII, los dos movimientos se han fundido
prácticamente, y la masonería se prepara para ser
heredera de las tradiciones rosacruces y de las
corrientes humanistas de la época”
Ciertamente, la base del gnosticismo en la Fraternidad
Rosacruz, tuvo gran impacto en la Masonería, que lo abrazó de
una manera inmediata, incorporándose como una de las
corrientes con gran aceptación dentro de ella.
Ahora bien, Europa vivía cambios determinantes en lo político,
intelectual y religioso que generaron trasformaciones en la
sociedad, y la Masonería no iba a ser la excepción. El
pensamiento medieval estaba en decadencia después de siglos
de dominio.
Y fue precisamente la Iglesia Católica la primera institución
que sufrió los rigores del cambio, afectando directamente a los
masones, que de una u otra forma, tenían su existencia
íntimamente ligada a la de ella, a través de las construcciones
de catedrales.
Por otro lado, se presentaba el Humanismo, una corriente que
influyó en la vida y razón de ser de la Orden, el cual tuvo gran
significación en la formación intelectual y la percepción
religiosa de muchos de aquellos constructores.
En esta época, daba sus primeros pasos La Ilustración para
convertirse en un fenómeno cultural, intelectual y filosófico
que generaría cambios determinantes en el Viejo Mundo, y de
30
ALDO LAVAGNINI, Manual del Caballero Rosacruz, Editorial Kier, S.A.
Buenos Aires, p 69

25
cuyo seno, muchos destacados propulsores se iniciaron en la
sociedad de la escuadra y el compás, incorporando sus
postulados a ella, convirtiendo a las logias, en centros de
estudios del hombre, su entorno y su progreso, bajo una
perspectiva iniciática.
Toda aquella etapa de los constructores ha sido identificada
como Masonería Operativa, porque los masones eran
operarios, constructores, lo cual progresivamente fue
cambiando, hasta llegar a la encrucijada de 1717, cuando se
transformó en lo que es hoy en día.
A partir de entonces, nace la llamada Masonería Especulativa,
toda vez que los masones dejaron de construir obras y templos
físicos, para que sus trabajos estuvieran orientados a erigir
templos a las virtudes, considerando al hombre como una
piedra bruta, la cual podía tallarse y convertirla en un cubo
perfecto para la construcción del propio Templo Interior, eran
los Libres y Aceptados Masones.

26
Libres y Aceptados Masones.
Agentes para cambios en la sociedad.
Las logias tuvieron que enfrentar una cruda realidad e iniciaron
un proceso de cambio representado en la aceptación de nuevos
miembros que no eran constructores, a quienes se denominaron
en adelante Free and accepted stone masons o Libres y
Aceptados Masones.
Se les identificó como aceptados, porque se comenzaron a
aceptar individuos de diversas actividades y profesiones
distintas a la construcción, y se dedicarían a construir las bases
de un nuevo hombre, como célula generatriz de una nueva
sociedad, y libres, porque no pertenecían a ningún señor Feudal
ni tenían obediencia explícita a persona alguna, porque eran
libres.
Sin embargo, una referencia a este punto del historiador Findel,
hace Ferrer
31
Benimeli : “Es en
Inglaterra, en 1350,
donde aparece por
vez primera la
denominación de
francmasón o de
free-stone-mason, es
decir, del albañil
libre que trabaja la
piedra de adorno,
para distinguirlo del rough-mason, trabajador tosco,
comúnmente aplicado a los canteros ingleses.”
La incorporación de estos nuevos miembros fue de tal
magnitud, que a mediados del siglo XVII, los constructores de

31
JOSÉ A FERRER BENIMELI,; Ob. Cit. 27

27
oficio eran minoría en las logias, ingresando la Ilustración con
éxito a la Masonería.
Igualmente, reyes, monarcas y la nobleza se motivaron a
iniciarse en aquella institución que generaba comentarios de
diversa índole. Un caso típico de este aspecto, refiere Santiago
Valentí Camp32:
”Los primeros gérmenes de la alianza universal
masónica en Alemania se relacionan con el reinado de
Enrique el Hechicero, y en Inglaterra, con el de
Eduardo III (1327-1376). Este monarca comprendió
que el arte de construir era el más necesitado de
energía y reglamentación, pues existía entonces un
excelente espíritu de fraternidad entre los obreros
constructores de edificios, que por su conducta correcta
eran fieles y sumisos, y por este motivo el monarca
favoreció a esta institución a título de favorecedor de
las ciencias y las artes”
Por otra parte, el hecho de que filósofos se motivaran a ingresar
a la fraternidad masónica, le dio una profundidad
extraordinaria que la proyectó definitivamente hacia un nuevo
pensamiento. Casos como los de Voltaire, Diderot, Rousseau,
Montesquieu y otros tantos, ofrecen una visión de la
proyección de la Orden.
Hechos como éstos fueron decisivos para la transformación de
la Masonería, que definitivamente abandonaba su antiguo
oficio para prepararse a un nuevo postulado.
Las Logias se dieron a la tarea de reformular su propósito, sus
principios y su objeto. Muchas de ellas se convirtieron en
centros de pensamiento avanzado de la época, trascendiendo en
el tiempo.
32
SANTIAGO VALENTI CAMP, Sectas y Sociedades Secretas, Tomo II, Editorial
del Valle de México, 1989, p. 479

28
El punto de quiebre de esta transformación se consolidó con la
creación en Londres en 1717, de la Gran Logia Unida de
Inglaterra y la promulgación en 1723 de The Constitutions of
free and accepted free-masons, (Las Constituciones de los
Libres y Aceptados Masones) compilada por el Reverendo Dr.
James Anderson.
Al respecto, expone Ferrer Benimeli33:
“El paso de la masonería medieval de los
constructores de catedrales (masonería operativa),
cuyos miembros se obligaban a ser buenos cristianos, a
frecuentar a la Iglesia y a promover el amor de Dios y
el prójimo, a la Masonería moderna (masonería
especulativa), puede seguirse a través de una serie de
documentos que permiten apreciar la transición. Estos
se encuentran sobretodo, en la famosa Gran Logia de
Edimburgo, que tenía sus reuniones en la St. Mary´s
Chapel.”
Fue así, que paulatinamente se fue generando un sentimiento
colectivo de transformación, representado por la incorporación
definitiva a la Masonería Especulativa.
Un interesante comentario sobre esta transformación, ofrece de
nuevo Ferrer Benimeli: 34
“Así concebida, la Masonería desde sus orígenes, quiso
ser una reunión, por encima de las divisiones políticas
y religiosas del mundo, de hombre que creían en Dios,
respetaban la moral natural y querían conocerse y
trabajar juntos a pesar de la diversidad de sus
opiniones religiosas y de su afiliación a confesiones o
partidos más o menos opuestos”

33
JOSÉ ANTONIO FERRER BENIMELI. ob. cit. p. 32
34
Ibíd.. p 37

29
Una diversidad que se expresaba principalmente en la libertad
de conciencia y de espíritu, libertad de pensamiento, libertad de
expresión, y desde luego, libertad de culto.
Para los masones, la concepción de Dios era, y es, un aspecto
exclusivo del fuero interno de cada uno de ellos. Y
consideraban que la sociedad requería de individuos con este
perfil para generar los cambios que irreversiblemente se
estaban produciendo.
Pues bien, toda esta amplitud de hechos, criterios, iniciados y
pensamientos de libertad estaba respaldada desde 1723, por
algunos de los postulados de las Constituciones de Anderson35:
“Aunque en tiempos antiguos los masones estaban
obligados a pertenecer a la religión dominante en su
país, cualquiera que fuere, se considera hoy mucho más
conveniente obligarlos tan sólo a profesar aquella
religión que todo hombre acepta, dejando a cada uno
libre en sus individuales opiniones.”
Esta circunstancia daba como resultado que para la época de
Miranda, ya la fraternidad masónica había sido blanco de los
ataques del Santo Oficio a través de Bulas Papales y Edictos,
que entre otros delitos, declaraban a los masones o liberi
muratori, como herejes y enemigos de la ley de Dios.
En tal sentido, una transcripción de parte de la Bula In
Eminenti, presenta Robert Ambelain36:
“Hemos sabido, y el rumor público no nos ha
permitido dudarlo, que se había formado cierta
sociedad, asamblea o asociación, bajo el nombre de
francmasones o Liberi Muratori, o bajo una apelación
equivalente, según la diversidad de las lenguas, en la

35
GRAN LOGIA DE LA REPÚBLICA DE VENEZUELA, Ob. Cit. p.3
36
ROBERT AMBELAIN,Ob. Cit., p. 90

30
cual se admite indiferentemente a personas de toda
religión y de toda secta, que bajo un exterior de
probidad natural afectada, que se exige y con la que se
contentan, se han dado ciertas leyes, ciertos estatutos
que les unen unos a otros y que, en particular, les
obligan bajo las penas más graves, en virtud de un
juramento prestado sobre las Santas Escrituras, a
mantener un secreto inviolable sobre lo que sucede en
sus asambleas”
Como puede observarse, este documento se fundamenta en la
prohibición expresa de admisión de personas de una religión
distinta a la católica a determinada asociación. Además de lo
capcioso que lucía el hecho de prestar juramentos secretos.
Igualmente, nótese que se basa en comentarios y rumores, mas
no en elementos probatorios.
Pero aún así, la Bula concluía con una condena estricta en
cuanto a todos los fieles. Así lo transcribe Ferrer Benimeli37:
“Prohibimos seriamente y en virtud de la santa
obediencia, a todos y cada uno de los fieles de
Jesucristo, de cualquier estado, grado, condición,
rango, dignidad y preeminencia que sean, laicos o
clérigos, seculares o regulares, aun los que merezcan
una mención particular, osar o presumir bajo cualquier
pretexto, bajo cualquier color que éste sea, entrar en
las dichas sociedades de Liberi Muratori o
Francmassons o de cualquier forma que se denominen,
propagarlas, sostenerlas o recibirlas en su casa o
darles el poder y los medios de reunirse, suministrarles
cualquiera cosa, darles consejo, socorro o favor,
abierta o secretamente, directa o indirectamente por sí

37
JOSÉ A. FERRER BENIMELLI Ob. cit. 131

31
o por medio de otros, de cualquier manera que esto
sea.”…
Extendiendo su alcance no sólo a los masones, sino a quienes
de alguna manera cooperasen con ellos:
“Es más, les ordenamos en absoluto que se abstengan
enteramente de estas clases de sociedades, asambleas,
reuniones, agregaciones o conventículos, bajo pena de
excomunión a incurrir ipso facto y sin ulterior
declaración, de la que nadie puede recibir el beneficio
de la absolución por otro sino por Nos, o por el
Pontífice romano que exista, a no ser en Artículo de
muerte”
Aparte de la de Clemente XII, para el año de 1771, cuando
Miranda comienza su periplo por el mundo, ya se habían
producido diversos decretos y bulas en contra de la Orden
Masónica, siendo la Bullarium Providas Romanorum;
Sanctissimi Domini Nostri Benedecti Papae XIV, Romae, typis
Sacrae Congregationis de Propaganda FIDE junto a In
Eminenti, unas de las más firmes condenas en contra de los
francmasones.
De esta manera, podríamos inferir que en esta posición
asumida por la Institución, había mucha influencia de las ideas
del Liberalismo, presente
desde el siglo XV. El hecho
de que importantes
librepensadores como John
Locke (1632-1704) propulsor
del empirismo y el
liberalismo, mostraran su
firme interés en la
Masonería, fue determinante.

32
Incluso, en contra de la opinión de algunos autores que niegan
la posibilidad de que Locke fuese masón, existen pruebas de
que sí perteneció a esta Orden, como la transcripción de un
importante documento relacionado con el filósofo inglés, quien
se refirió al Manuscrito Leiland, la cual es comentada por
James Davis Carter38:
“El Manuscrito Leland cuya autenticidad ha sido
cuestionada, pero firmemente defendida, contiene notas
y comentarios escritos el 6 de mayo de 1696, por Locke
a Thomas, Conde de Pembroke, en el cual, en una de
sus partes se lee: “No sé cuál es el efecto de una
revisión de este viejo documento puede producir a Su
Majestad; pero por mi parte no puedo negar, que ha
despertado mi curiosidad, que me ha inducido ingresar
a la fraternidad, la cual es una decisión que he tomado
(si puedo ser admitido), la próxima vez que vaya a
Londres, y será pronto” (Traducido del inglés)
Estas palabras de Locke se convirtieron en un estímulo para los
masones, traducida desde luego, en el ingreso de nuevos
miembros con ideales completamente liberales a las logias.
Con este postulado, la Masonería daba un paso adelante que
estremecía a la sociedad, al poder instituido, y desde luego, al
Santo Oficio.
Claro está, que en una época en la que el poder de la Iglesia era
tan desproporcionado, no sólo en lo religioso sino en lo
político, adoptar una posición de esta manera, era todo un
sacrilegio.
Este era el preámbulo de la Masonería que vivió Francisco de
Miranda.

38
DAVIS CARTER JAMES, Committée on Masonic education and service of the
Grand Lodge of Texas. Masonry in the US history.

33
Francisco de Miranda y el contexto histórico
de la Masonería en el siglo XVIII
Francisco de Miranda, nace exactamente en la mitad de un
siglo que convulsionó a la humanidad en lo político, en lo
social, en lo económico, así como en lo religioso, y en el que la
Masonería fue a la vez, actora y receptora de parte de esos
cambios.
Era el siglo de las Luces, de los Enciclopedistas, en la que una
percepción nueva de la sociedad, del individuo y de la vida, era
presentada a la humanidad
Miranda, tal vez por esos dones innatos de algunas mentes
esclarecidas, fue sintiendo el momento histórico que vivía, y
con el tiempo, percibió el papel protagónico que él podría jugar
en la historia, dedicándose a escribirla, teniendo como actor
principal su propia vida.
Para ese efecto, se dedicó a escribir un Diario, al que llamó
Colombeia, del cual acota, Antonio Egea López39:
“Miranda, con una mentalidad ilustrada, ha empezado
a escribir un largísimo diario, que redactará y lo
acompañará a todos sus viajes. Al diario agregará
cuantos documentos va acumulando, terminando por
formar un voluminoso archivo, que, junto a los libros
que adquirirá, y que llegaron a sumar seis mil títulos,
portaría, lo que de por sí es meritorio, de una nación a
otra.”
Es conocido el nivel intelectual y cultural de Miranda. Su
biblioteca llegó a tener más de seis mil volúmenes.
Una descripción de parte de ella, hace Miguel Castillo Didier40:

39
ANTONIO EGEA LÓPEZ, Ob. Cit.;p. 20

34
“La colección mirandina muestra las obras completas de
Voltaire en 70 tomos, de Rousseau en 35, de Condillac en 23,
de Montesquieu, la Gran Enciclopedia de D’Alembert y
Diderot en 39 volúmenes (3 de láminas), edición de Lausanne
de 1781”
Francisco de Miranda
tuvo la particularidad,
de que organizó él
mismo sus archivos y
diario, clasificándolos
en: Viajes (26
volúmenes), Revolución
Francesa, (18)
volúmenes y
Negociaciones, (19)
volúmenes.
Cabe destacar, que en el
año 2007, el Comité
Consultivo
Internacional de la UNESCO, aceptó formalmente la
postulación de los Archivos de Miranda como parte de los
registros de la Memoria del Mundo.
Ahora bien, Miranda llega a Cádiz muy joven sin tener la
mínima experiencia de la vida, aunque comienza su espíritu
investigador a desarrollarse de manera vertiginosa en una
sociedad un tanto puritana para la época, lo que generó
diferentes reacciones en su ambiente.

40
MIGUEL CASTILLO DIDIER, Miranda y la senda de Bello; Ediciones de la
Presidencia de la República, Caracas, 1991, p.94

35
Una referencia a las reacciones en Cádiz, refiere J.G.
Lavretski41:
“Un joven oficial, que leía los autores griegos en el
original, y citaba a Rousseau y Voltaire, producía
desconfianza en los afectados e ignorantes generales
españoles, que le consideraban librepensador y
arribista”
Indudablemente, que esta inquietud y particularidad inédita en
un desconocido americano, generaba reacciones en su contra en
un ambiente que se resistía a los cambios
Asimismo, la Corona Española y la Inquisición, habían incoado
en su contra una causa que se convirtió en una persecución
durante toda su vida, por lo que, obviamente el prócer
venezolano estaba en pleno conocimiento de lo que
representaba el poseer libros prohibidos, y las consecuencias
que el tenerlos le acarrearía.
Precisamente, en una oportunidad, es informado por Juan
Manuel Cagigal, su superior y Gobernador de La Habana, del
decomiso de diversos libros y obras de su biblioteca personal,
de la cual había sido víctima, enviándole una correspondencia
secreta, en la que le escribe42 “Parece que G…ha leído y
quemado varios papeles pertenecientes a V.E. y que no podrían
hacerle una gravísimo perjuicio. Se ha quedado con los libros,
porque quiso su voluntad absoluta“.
Asumimos que “G”, podrían ser, José Gálvez, Ministro de
Indias o Bernardo de Gálvez. Recordemos que entre Cagigal y
Miranda se desarrolló una relación muy estrecha, que
sobrepasaba la natural entre un superior y su subordinado.

41
J.A. LAVRETSKI, Miranda, Biblioteca de la Academia Nacional de la Historia,
Caracas, 1991, p. 28
42
COLOMBEIA, Tomo I, p. 309

36
Realmente Miranda fue protegido por Cagigal
permanentemente.
Algunos autores lo atribuyen a la supuesta pertenencia de
ambos a la Masonería, sin embargo, lo cierto es que Cagigal se
encargó de apoyar y proteger al caraqueño de las intrigas y
persecuciones que en su contra se habían creado.
Por otro lado, en cuanto al perfil del Precursor, opina Láutico
García43:
“¿Puede considerarse a Miranda un producto típico de
su tiempo? Ciertamente, Miranda fue uno de los
hombres más simbióticos de la Historia. Las lecturas
incesantes, los viajes, las conversaciones le tenían en
contacto siempre con los hombres ilustrados, los más
diversos y los más numerosos que se pueda imaginar”
Así es, las ansias de conocimiento e investigación de Miranda
le llevaron a sostener los más disímiles contactos en todas las
ciudades que visitaba, pero entre ellos, predominaban aquellos
que de una u otra manera pudieran ser importantes para su
proyecto.
Como dato anecdótico, dentro de los contactos de singular
importancia para Miranda, estarían los que sostuvo con ex
jesuitas en varias ciudades.
Así lo refiere Egea López44:
“La vida política de Francisco de Miranda coincide
con la etapa de exilio de los jesuitas expulsados del
territorio español por Carlos III, en 1767. El contacto,
pues, del Precursor con los miembros de la Compañía

43
LAUTICO GARCIA, S.J., Francisco de Miranda y el Antiguo Régimen Español,
Academia Nacional de la Historia, Caracas, 1961, p. 143
44
ANTONIO EGEA LÓPEZ, Ob. Cit. p. 57

37
de Jesús se configurará bajo unos parámetros distintos
del clero regular o secular”.
Igualmente acota Rumazo González45:
“El arribo a Venecia trae significación especial,
conoce allí en la misión diplomática de España, al ex
jesuita español Esteban de Arteaga quien llega a
entregarle la primera lista de exjesuitas americanos
españoles que residen en Boloña”
Por su parte, también hace mención a ellos, J.G. Lavretski46:
“En Boloña los jesuitas expatriados reciben muy
amistosamente al criollo español. Le explican en detalle
los varios conocimientos de la situación económica y
administrativas de las colonias, le dan la dirección de
gente de confianza en diversas ciudades de Europa.”
En este orden de ideas, hay un personaje que ha pasado
desapercibido en cuanto a la importancia que tuvo para
Miranda; se trata del ex jesuita peruano, Juan Pablo Viscardo y
Guzmán, quien, en las postrimerías de su vida, le entrega al
Ministro de Estados Unidos en Londres, Rufus King, gran
amigo de Francisco de Miranda, un valiosísimo documento en
el que estaban plasmados postulados de independencia que
había desarrollado el peruano, a los que llamó “Carta a los
Españoles Americanos”
Rufus King, al leerlos, consideró que podrían ser importantes
para el Precursor. Esta fue realmente una decisión acertada, ya
que el librepensador caraqueño le dio tal connotación, que los
imprimió en francés en Filadelfia, posteriormente en Londres,

45
ALFONZO RUMAZO GONZÁLEZ, Ob. Cit. p. 96
46
J.G. LAVRETSKI; Miranda, Biblioteca de la Academia Nacional de la Historia,
Caracas, 1991, p. 62

38
otra versión en español original, para luego, remitírselo a Pedro
Gual a las Antillas.
Igualmente, en la proclama que Miranda lleva en su fallido
intento de invasión a Venezuela en 1806, reza47:
“Lean la epístola adjunta de D. Juan Viscardo de la
Compañía de Jesús, dirigida a sus compatriotas y
hallarán en ella irrefragables y sólidos argumentos a
favor de nuestra causa, dictados por un Varón Santo, y
a tiempo de dejar al mundo, para aparecer ante el
Creador del Universo”
Pues bien, lo cierto es que Miranda no escatimó esfuerzos para
lograr sus objetivos, o al menos, intentarlo. Sin embargo,
mientras nuestro personaje recorría el mundo, ya se habían
suscitados hechos que sacudieron internamente la Masonería.
 La Masonería Especulativa avanza.
Ya hemos mencionado la transformación que esta Institución
había vivido en 1717, y su salto al futuro, del que se
desprendería posteriormente, una concepción distinta de la
sociedad y el hombre.
Y aunque la formulación de sus nuevos principios representó
una importante proyección, sus actividades, sus jurisdicciones
y las influencias que pensamientos de importantes
personalidades dentro de la orden, producía en las logias
cambios acelerados en su razón de ser.
Es así, que comenta Ferrer Benimeli48:
“Pues, si bien hay en el siglo XVIII miles de hombres
afiliados a las logias masónicas, la Francmasonería
apenas presenta una unidad. Lo que en algunas partes
47
MINISTERIO DE COMUNICACIÓN E INFORMACIÓN; Palabras Esenciales,
Francisco de Miranda, Caracas, 2006, p.81
48
JOSÉ A FERRER BENIMELI, Ob. Cit. p. 55

39
es una institución de beneficencia, en otras se hace
racionalista y alienta el movimiento filosófico, y no
faltan lugares donde el carácter predominante es el
místico”
Ciertamente, muchos masones consideraban que debían
mantener el legado de los Templarios, otros, se aferraban a las
corrientes esotéricas del Oriente, un gran numero de ellos
abrazaron la corriente de los Iluministas o Iluminados, pero
definitivamente, un segmento importante le dio una
connotación social y hasta política a los postulados masónicos.
Sin embargo, todas estas corrientes pudieron amalgamarse de
alguna forma en que no chocaran entre su objetivo principal, el
hombre.
La Masonería se adaptaba al clima social y político que
imperaba en cada región., pero en general, sus miembros
estaban en el centro del acontecer europeo en diferentes
ámbitos.
En este orden de ideas, destaquemos que en los tiempos de los
viajes de Miranda, la Masonería Especulativa, tiene más de
cincuenta años de maduración desde la promulgación de Las
Constituciones de los Francmasones en 1723.
Ya los Enciclopedistas habían inyectado sus postulados en las
logias, y dentro de sus senos se planteaban temas de una gran
connotación filosófica y social, que iba nutriendo a pasos
acelerados la mentalidad de los masones de la época.
Uno de los casos más resaltantes es el de Voltaire, iniciado en
la logia parisina de Las Nueve Hermanas en 1778.
Una referencia a su iniciación hace Frau Abrines49:

49
LORENZO FRAU ABRINES, Ob. Cit., Tomo 3, p. 1942

40
“Presentado por Franklin (Benjamín) y Court de
Gibelim, la ceremonia tuvo lugar suprimiéndose las
pruebas físicas, limitándose a las morales y al examen.
La recepción fue un triunfo para Voltaire, que lo
apreció como el más importante de su vida; su
satisfacción no tenía límites, cuando descubrió que las
doctrinas y principios que informan a la
Francmasonería, eran exactamente los mismos que él
había profesado y difundido con tanto ardimiento
durante toda su vida, y que Francmasones y filósofos
eran, por tanto, en rigor, miembros de una misma
escuela, que caminaban hacia un mismo fin”
En esa iniciación podemos ver
además, dos importantes personajes
de la sociedad del siglo XVIII,
como son Benjamín Franklin y
Court de Gibelim.
(Mandil Masónico de Voltaire)

Coincidencialmente, en una
oportunidad, Miranda, hace
referencia a un acto en el que estuvieron presentes Voltaire y
Franklin. Reseña el prócer venezolano50:
“La Asamblea de Ciencias ha reanudado sus sesiones
públicas el miércoles 29 de abril.
“El señor Voltaire asistía a esta asamblea en la que se
encontraba también el señor Franklin, miembro
extranjero de la Academia. El público ha contemplado
con emoción, esos ilustres ancianos, gloriosos
benefactores de dos hemisferios, abrazarse y dar
muestras de una recíproca admiración y de una
fervorosa amistad entre dos hombres que, a dos mil
50
COLOMBEIA, Viajes, Tomo XXV, Folio 14

41
leguas el uno del otro, han consagrado su vida al
mismo fin: al triunfo de la Ilustración y de la Felicidad
del género humano” (traducido del francés)
Asimismo, el despertar de la conciencia hizo que el arte y la
música tuvieron su representación en la Masonería. Un ejemplo
que ilustra este punto lo representa Wolfang Amadeus Mozart,
iniciado en Viena, en el año de 1781 en la Logia La Esperanza
Coronada.
La Masonería repercutió de tal manera en la fibra creativa de
Mozart, que varias de sus obras tienen contenido iniciático. La
más representativa de ellas, es la Flauta Mágica, creada
conjuntamente con el poeta Schikaneder.
Asimismo, varias fueron sus obras creadas para la masonería,
entre ellas, resalta “El Elogio a la Amistad” , la cual se asumió
como el Himno de la Masonería Universal.. Igualmente, la
“Música Fúnebre
Masónica”, que
hicieron de Mozart un
respetado masón entre
las logias.
Otros grandes músicos
miembros de la
masonería fueron
Beethoven y Haydn,
este último, por cierto, (Escena de La Flauta Mágica)

intercambió conversaciones e impartió conocimientos de


música a Miranda, en la interpretación de la flauta.
Ahora bien, hubo dos movimientos universales durante el siglo
XVIII en los que los masones tuvieron un papel protagónico y
significativo y en los cuales nuestro personaje igualmente
participó, la Independencia de los Estados Unidos y la
Revolución Francesa,

42
Haremos una breve reseña de ellos, con el propósito de no
desviarnos del tema central de la obra.
 Independencia de los Estados Unidos.
Si algún movimiento revolucionario e independentista tuvo
como actores importantes a los masones, fue la Independencia
de los Estados Unidos. Desde los más destacados militares y
defensores de ella, hasta un grupo de los firmantes del Acta de
la Independencia y de la Constitución de los Estados Unidos,
fueron miembros de esta institución.
Es así, que Filadelfia, la llamada Cuna de la Libertad, además
de ser gestora de los movimientos de independencia de esa
nación, fue centro masónico de vital importancia en los Estados
Unidos, que aunque no fue la primera ciudad en donde su
fundó una logia, sí es considerada la de formación ideológica
de los principios libertarios de Norteamérica.
Siendo así, tenemos que en el año de 1733, se funda La Gran
Logia de San Juan en Boston, y al año siguiente, en 1734, se
constituyó una logia en Filadelfia, cuyo Venerable Maestro fue
Benjamín Franklin.
A partir de ese momento, el movimiento masónico mantuvo
una proyección permanente antes, durante y después de
haberse consolidado la independencia de esa nación.
Una referencia a este punto hace Frau Abrines51:
“Las Grandes Logias de Inglaterra y Escocia
ejercieron autoridad suprema sobre las que
respectivamente habían constituido en ese país, hasta el
fin de la revolución americana. Pero al confirmarse la
independencia política de los Estados Unidos, los
hermanos que ansiaban también verse libres de toda

51
LORENZO FRAU ABRINES, Ob. Cit. Tomo 1, p. 436

43
autoridad extranjera, empezaron a organizar Grandes
Logias en los Estados que iban conformando”
En otras palabras, los masones interiorizaron el sentido de
independencia de su nación, al aspecto de jurisdicción
territorial de sus logias, por lo que se dieron a la tarea de crear
Grandes Logias en casi todos los Estados de la unión, con la
finalidad de trasladar a la jurisdicción masónica, la
independencia que habían logrado en las armas.
Por otra parte, tal y como acotamos anteriormente, el nivel de
participación de los masones en el desarrollo de la
independencia de dicha nación fue decidido.
Cabe destacar que entre los firmantes de la Declaración de su
Independencia se encuentran 8 personajes que son reconocidos
masones: Benjamin Franklin, John Hancock, Joseph Hewes,
William Hooper, Robert Treat Payne, Richard Stockton,
George Walton, William Whipple, así como también, en siete
más de ellos, existen evidencias de haber sido iniciados o
relacionados con las logias, nos referimos a Elbridge Berry,
Lyman Hall, Thomas Jefferson, Thomas Nelson Jr., John Penn,
George Read y Roger Sherman.
Asimismo, en cuanto a la Constitución Norteamericana, nueve
de sus firmantes son igualmente reconocidos masones:
Gunning Bedford, Jr., John Blair, David Brearly, Jacob Broom,
Daniel Carrol, John Dickinson, Benjamin Franklin, Rufus
King, George Washington.
Mientras que otros trece, mantienen evidencias de haber
pertenecido a la Masonería: Abraham Baldwin, William
Blount, Elbridge Gerry, Nicholas Gilman, Alexander Hamilton,
Thomas Jefferson, John Lansing, Jr., James Madison, George
Mason, George Read, Robert Morris, Roger Sherman, George
Wythe.

44
Es importante destacar, que el término “reconocido” en la
Masonería, es utilizado a la confirmación real, por al menos un
masón, de que un determinado individuo pertenece a la Orden.
Las formas de reconocimiento, solamente ellos, los masones, la
conocen y utilizan.
Por otra parte, dentro de este selecto grupo de personajes
mencionados anteriormente, hay varios con los que Francisco
de Miranda sostuvo importantes conversaciones y amistad, a
saber, Henry Knox, Rufus King, Alexander Hamilton y George
Washington entre otros.
Más adelante veremos el nivel de relación que tenía con cada
uno de ellos.

 La Masonería y la Revolución Francesa.


Con el mismo tenor que expresamos en cuanto a la
participación de los masones en la independencia de los
Estados Unidos, igualmente nos referiremos al caso de la
Revolución Francesa
Siendo así, asumiendo que los postulados de los
Enciclopedistas tuvieron una gran repercusión en la sociedad y
en los promotores de la Revolución Francesa, y que dentro de
estos filósofos, habría un selecto grupo de importantes y
destacados masones como Voltaire, Juan Jacobo Rousseau,
Diderot, Montesquieu y otros más, cuyos ideales trascendieron
las fronteras de Francia, para convertirse en postulados de la
humanidad, estaríamos hablando pues, que la Revolución
Francesa estuvo alimentada filosóficamente por hombres
pertenecientes a la orden masónica.
Dentro de lo que aquí referimos, debemos destacar a la
consigna humanista, Libertad, Igualdad y Fraternidad, que se
convirtió más que en una consigna, en un estado de conciencia

45
ciudadana, que cada vez se interiorizaba en la mente y el
espíritu de aquellos luchadores franceses. Esta divisa fue
creada por los masones parisinos antes de la gestación de la
Revolución Francesa.
Una interesante reflexión presenta Santiago Valentí Camp52:
“La trilogía: Libertad, Igualdad y Fraternidad, como
conservación de una identidad redentora, hubo de
encarnar de tal modo en el alma de las muchedumbres
sedientas de justicia y que anhelaban vivir con la loca
intensidad sus sueños de emancipación, que fue inscrita
y esculpida en el frontispicio de los edificios públicos.”
Igualmente, lo que se
puede clasificar como el
clímax del pensamiento
humanista masónico en
este movimiento, se
consolida en lo que
podría llamarse la carta
fundamental de la
humanidad, nos
referimos a la
Declaración de los
Derechos del Hombre y
del Ciudadano.
Ahora bien, no podemos
obviar que durante los
años en que se
desarrolló este
movimiento, muchos
fueron los masones que por una u otra causa fueron ejecutados,
acusados de conspiradores y otros delitos, por lo que deja

52
SANTIAGO VALENTÍ CAMP, Ob. Cit. p.662

46
abierta una interesante expectativa acerca de la Masonería y la
Revolución Francesa.
Sin embargo, el abordar este tema, nos alejaría del objeto de la
presente obra.
El tema de la Revolución Francesa y la Masonería es una
materia que amerita muchas páginas, por lo que hemos
realizado tan sólo una referencia histórica dentro del contexto
masónico del siglo XVIII .
Sirva pues, este breve periplo por el mundo con las referencias
históricas de la Masonería, como preámbulo al hecho
fundamental de la presente obra. ¿Perteneció realmente
Francisco de Miranda a la Masonería?
Una manera de abordar esta circunstancias la hemos
identificado como ELEMENTOS VINCULANTES, los cuales
de una 7u otra manera, nos acercan a un hecho
fundamental…la Búsqueda de la verdad.

47
Elementos vinculantes
Mencionábamos al principio de la obra, el hecho singular que
se ha presentado con la biografía de Francisco de Miranda,
referida al caso específico de su pertenencia a la masonería y
en cuanto a la perspectiva histórico-biográfica masónica,
basada en circunstancias de particular importancia para la
masonería.
Para ofrecer una explicación lo más acertada posible,
procuraremos establecer la relación entre el hecho y la
afirmación de una manera analítica, sin prejuicios y con la
mayor objetividad posible, para abrir una puerta franca hacia la
búsqueda de la verdad, estando concientes que a partir de
nuestros análisis, se generarán opiniones y estudios que
llegarán cada vez más cerca de la realidad.
Asimismo, los Elementos Vinculantes no se presentan en un
orden cronológico, sino fundamentados en el valor documental
para esta investigación.
Igualmente, queremos resaltar el hecho, de que las
investigaciones realizadas están basadas en las actuaciones o la
probable iniciación de un ciudadano llamado Francisco de
Miranda y no la de algún individuo o masón identificado como:
Señor de Merán, Señor de Merat, Coronel de Maryland,
Coronel Mirandow, M. de Meroff, Monsieur de Meroud,
Mister Martin y Gabriel Eduardo Leroux d´Helander. ¿Quiénes
son estas personas?...Todas son una sola, Francisco de
Miranda.
Esta circunstancia es importante de tomar en cuenta, ya que no
es descartable que si aún existiesen registros y libros de actas
de la época de las logias lugareñas, pueda aparecer alguno de
esos nombres, omitiendo el de Francisco de Miranda. Ya
definido este punto, procederemos a nuestro estudio detallado.

48
 Elemento Vinculante Nº 1
Kingston, Jamaica, 1781
Miranda adquiere Libros Masónicos
El elemento vinculante Nº 1, lo consideramos uno de los más
sólidos en este trabajo investigativo.
Es el año de 1781, Francisco de Miranda es edecán de Juan
Manuel Cagigal en La Habana, quien lo comisiona en una
misión secreta para negociar un Cartel de Canje de prisioneros
con el Gobernador de Jamaica, donde están detenidos oficiales
y marineros de la escuadra española.
Dicha misión la hace respaldado por una correspondencia
titulada “Instrucción Reservada del Capitán General de la isla
de Cuba, fechada 9 de agosto53,
El militar venezolano viaja el 14 de agosto en la embarcación
parlamentaria “Nuestra Señora del Rosario”, provisto de
instrucciones secretas y amplias credenciales, dirigidas al
Gobernador y Capitán General de Jamaica, Mayor General
Dalling, y para el Vicealmirante Sir Pedro Parker, Comandante
General de las Escuadras de Su Majestad en la isla, arribando
el 5 de septiembre del mismo año.
Una vez instalado en la isla, Francisco de Miranda se dedica a
realizar reuniones secretas.
Se ha mantenido allí tres meses, tiempo durante el cual, entabla
importantes contactos. Está siendo observado por las
autoridades de la isla, y sin embargo, logra realizar reuniones
con diferentes personajes.
Producto de las instrucciones recibidas, ha adquirido dos
bergantines, El Three Friends y el Porcupines, en el cual
53
COLOMBEIA, Ediciones de la Presidencia de la República, Caracas 1983,
Tomo II, p. 131

49
regresa a La Habana el 13 de diciembre del mismo año.
Asimismo, durante su permanencia en Jamaica, Miranda ha
tenido tiempo de comprar la cantidad de 93 libros de diferentes
tópicos. Sin embargo, el prócer no ha hecho mayor referencia
en su diario acerca de este hecho.
Ahora bien, en el catálogo del equipaje de los libros que había
adquirido, aparecen dos obras de vital importancia en nuestra
investigación, que tienen singular interés para los masones: Las
Constituciones de los Libres y Aceptados Masones, y las
Ilustraciones de la Masonería.
En dicha relación de viaje, se lee entre las obras, las siguientes:
CATALOGUE OF BOOKS FOR DON FRANº DE
MIRANDA.54
Kingston; Nov. 15th, 1781
5 Constitutions of free & accepted Masons 4to. (sic)
60 Illustration of Masonry; 12mo (10)(sic)
Este elemento es determinante para nuestros objetivos. Al
destacar estos dos libros específicos, recordemos que en
páginas anteriores nos referimos a la evolución de la Masonería
operativa a la especulativa que culminaba con la promulgación
precisamente de “The Constitutions of free and accepted
Masons”, (Constituciones de los libres y aceptados masones)
compiladas por el reverendo Dr. James Anderson desde 1721 y
publicadas en 1723, y que en adelante, se convirtieron en la
Carta Magna de la Masonería Universal regular hasta nuestros
días.
Siendo así, es importante resaltar que ese libro, incluso hoy en
día, no es una obra literaria que se adquiera en librerías, menos
aún en aquella época, ya que su contenido, como su nombre lo

54
COLOMBEIA; Tomo IV, f. 76, Viajes.

50
indica, es la Constitución de la Masonería, la base de lo que
podríamos decir, la Pirámide de Kelsen de la Masonería; la
columna vertebral del estamento legal de la Institución; los
deberes y derechos de los masones dentro de su organización.
Por lo tanto, al igual
que otros temas
exclusivos de la
membresía
masónica, es un
documento de
interés particular
interno de la Orden,
y es entregado en
las logias, única y
exclusivamente al
masón, en el
momento de su
iniciación o en el
grado de Aprendiz,
con la finalidad de
que conozca el
ordenamiento
jurídico en que se
basa la Institución.
De tal manera, que resulta difícil pensar que Miranda lo haya
adquirido a través de algún librero en Jamaica, siendo que ya
para esa fecha, la Masonería estaba proscrita, acusada de
herejía y otros tantos delitos señalados en las bulas referidas en
capítulos anteriores.


Nombre dado al orden jurídico o pirámide jurídica establecida por J. Kelsen y A.
Marka, formada por la Constitución, las leyes, reglamentos y disposiciones de las
autoridades administrativas”

51
Es así, que luce incomprensible el hecho de que si la Bula In
Eminenti, por mencionar tan sólo una, extendía la condena a
quienes de una u otra manera establecieran contacto,
protegieran o apoyaran a los Liberi Muratori o Francmasones,
pudiera haber algún individuo en la isla, que libremente le
ofreciera a un extranjero desconocido, unas obras prohibidas de
este tenor.
Es decir, ubicándonos en el tiempo y en el espacio, resulta
impensable la entrega a cualquier persona, de una obra de este
tipo en pleno siglo XVIII, salvo que fuese en su Tenida∴de
Iniciación en la Logia.
Por otro lado, tenemos el
otro libro referido en el
Catálogo de Equipaje de
Miranda. La obra
intitulada, Illustrations of
Masonry; se trataba de uno
de los libros de historia de
la Masonería más
importantes de la época,
que aún hoy, es marco de
referencia para el estudio
histórico-biográfico de
esta Orden.
Fue escrito por el
historiador masón William
Preston, célebre tipógrafo
y literato escocés, nacido en Edimburgo en 1742 y fallecido en
1818.


TENIDA: En masonería, nombre de las sesiones y reuniones de los masones. De
Iniciación: Cuando se inicia un nuevo miembro.

52
Una descripción acerca de Preston, es presentada por Lorenzo
Frau Abrines55 :
“Masón entusiasta y distinguido, fue Venerable
Maestro de la célebre logia La Antigüedad de Londres.
Se ocupó muy especialmente de las investigaciones
sobre la Francmasonería, y escribió varias obras
notables, que obtuvieron el más justo y brillante éxito,
como son: las renombradas Ilustraciones sobre la
Francmasonería (Londres 1772 en 12º) de las que se
han hecho numerosas ediciones. Así como también, el
Calendario del Francmasón y la Crónica de Londres.
Preston atribuye el origen de la Francmasonería de
Inglaterra a las Compañías de Constructores, traídas
de Roma por Albano y después por San Agustín.”
Indudablemente, que para un
masón de la época, ésta era una
obra de uso obligado para
comprender con mayor claridad los
orígenes de la Masonería, la cual,
obviamente, estaría incluida entre
los libros prohibidos del momento.
Una reflexión en detalle a la obra
de Preston, hace Frau Abrines56:
“La primera edición de
Illustration of Masonry de Preston apareció en el año
de 1775, y muy pronto fue seguida de una traducción
alemana de J.M. Chr. Meyer”…”Las ediciones que se
hicieron después, con mucha rapidez por cierto, fueron
considerablemente aumentadas hasta el punto de

55
LORENZO FRAU ABRINES, Ob. cit. Tomo 2, p. 1162
56
LORENZO FRAU ABRINES; Ob. Cit. Tomo 4, p. 161

53
formar un libro en el que se encuentra un manantial
fecundo de enseñanza masónica.”
Basado en este punto, podemos observar que para el momento
en que Miranda la adquiere, la obra de Preston tiene seis años
dentro de la vida de las logias, siendo ya conocida por los
masones de la época, y de lectura obligada dentro de la
fraternidad.
Ahora bien, resaltemos el status en que la Masonería se
encontraba en Jamaica para la época en que Miranda adquirió
los libros en dicha isla.
Jamaica se había convertido en la puerta de entrada de la
Masonería a América y el Caribe, debido a su ubicación
geográfica privilegiada, sumado al hecho de ser Colonia
Británica.
A este respecto, refiere Américo Carnicelli57 :
“En las islas del mar Caribe, colonias que eran de
Inglaterra, de Francia, de Holanda, no tardaron en
prosperar las logias masónicas. La primera fundada en
las Antillas, fue en la isla de Jamaica, colonia inglesa,
en la ciudad de Kingston, el 134 de abril de 1739,
distinguida con el número 182 por la Gran Logia de
Inglaterra. La segunda se fundó en la misma isla, en
Port Royal en 1742 con el nombre de Port Royal Lodge
Nº 193, puerto naval, entonces de gran importancia
para la Corona Inglesa en América y centro de
operaciones contra las colonias españolas. La tercera
logia se fundó en la misma isla, en Santiago de la Vega
(hoy Spanish Town). S estableció otra en la ciudad de
Kingston en octubre de 1771 titulada Unión Lodge Nº
257, y una segunda en Port Royal, llamada Harmony

57
AMÉRICO CARNICELLI, Ob. Cit. Tomo I, p. 38

54
Nº 281; además unas logias militares inglesas en los
años siguientes en la misma isla.”
Igualmente, hay una información interesante de reseñar, en
cuanto al aspecto histórico de la Masonería en Jamaica,
referida en la página web de la Gran Logia Distrital de
Jamaica, (District Grand Lodge of Jamaica)58:

“El 20 de noviembre de 1779, el Hermano William


Smellie, maestro de la Logia San Andrés 102, que al
parecer, se estaba reuniendo en Liguanea, recibió
permiso del Gran Maestro Provincial Inglés,
posteriormente Almirante Sir Peter Parker, para
celebrar el Festival de San Andrés en Half-Way-Tree el
martes, el 30 de noviembre. Esta fue la primera
celebración registrada del Festival de San Andrés en
Jamaica en 1780” (Traducido del inglés)

En esta reseña histórica del web oficial masónico jamaiquino,


se menciona a un personaje importante en la vida de la
institución en la isla, se trata del Almirante Sir Peter Parker,
quien en 1780, fue quien dirigió la primera celebración de San
Andrés de la Masonería en Jamaica.
Pues bien, es a este oficial, a quien precisamente Juan Manuel
Cagigal refirió con correspondencia privada a Francisco de
Miranda, y con quien el prócer venezolano sostuvo diversas
reuniones privadas, durante su estadía.
Se podría inferir, que producto de esas reuniones secretas,
habría podido surgir el tema de la Masonería entre ambos
militares, por lo que, si se hace un análisis de la secuencia de
los hechos, podremos ver, que fue en la salida de la isla,

58
www.dgljamaica.org ;John A.C. Sinclair, Chronological History of the District
Grand Lodge of Jamaica

55
después de las reuniones secretas de Miranda, cuando
aparecen por primera vez los libros masónicos en su equipaje.
Asimismo, tomemos en cuenta que Sir Peter Parker, para el
momento en que el prócer caraqueño visita a Jamaica, había
dirigido el año anterior las celebraciones masónicas de San
Andrés. En otras palabras, era la máxima autoridad de la
Masonería en la isla
Por otro lado, es allí, en Jamaica precisamente, por donde
ingresa con mucha fuerza la Masonería a América y el Caribe.
En ese orden de ideas, existe un personaje de importancia en la
historia de la Masonería hispanoamericana que vale la pena
mencionar; se trata de Etienne o Esteban Morín, destacado
masón que trajo desde Europa los fundamentos masónicos,
introduciéndolos a través de Jacquemel, fundando en primera
instancia, la Logia Perfecta Armonía.
Al respecto, acota Frau Abrines59:
“En 1762 desembarcó en Jacmel, isla de Santo
Domingo, Etienne Morín, delegado de los Orientes de
París y Burdeos, de quienes obtuvo patentes el 27 de
agosto de 1761, para propagar el Rito Escocés en
América”. “Morín funda la Logia y se celebra en ella
la primera Tenida del Rito Escocés Antiguo y Aceptado
en el Nuevo Mundo.”
Posteriormente, Morín en 1769, viaja a Kingston instalando y
nombrando a Henry Andrew Francken, Diputado Inspector
General para el Rito de Perfección, uno de los ritos masónicos
que se habían conformado en Europa.
En otras palabras, la Masonería estaba suficientemente fuerte y
posicionada en la isla para la fecha del arribo y permanencia de
nuestro personaje en Jamaica.
59
LORENZO FRAU ABRINES, Ob. Cit., Tomo 4, p. 467

56
Pero existen circunstancias que se deben tomar en cuenta,
Miranda ya había sido víctima de la Sumaria 210 de la Santa
Inquisición, con la Real Orden de ponerle en prisión en
noviembre de 1781 “por delito de proposiciones, retención de
libros prohibidos y pinturas indecentes”60
Tomás Polanco Alcántara61 acota:
“El 11 de noviembre de 1778, el tribunal Inquisitorial
de Sevilla remitió al Consejo de la Suprema Inquisición
de Madrid, una Sumaria de 155 hojas acusando a
Miranda por delitos de proposiciones, retención de
libros prohibidos y pinturas obscenas. El Consejo
devolvió la causa de Sevilla el 8 de noviembre de 1779
para que ejecutase lo que va sentado y ha resuelto el
Consejo”.
Siendo así, podemos deducir lo altamente riesgoso y peligroso
que resultaba para el caraqueño adquirir estos libros masónicos
por mera curiosidad, toda vez, que ya estaba siendo acusado de
tenencia de libros prohibidos. Por el contrario, luce
incongruente que alguna persona o vendedor de libros en la isla
se los ofreciese y él los aceptase libremente.
Estas circunstancias indudablemente que complicaban mucho
más las actuaciones de Miranda, a sabiendas de quienes
estaban tras sus pasos, para que se aventurara por simple
curiosidad a adquirir tales obras.
Asimismo, si Miranda se hubiese iniciado en la Masonería en
otro lugar y en otra oportunidad, ya hubiese tenido estos libros
dentro de su biblioteca, desde el momento en que ingresó a la
Orden.

60
COLOMBEIA, Ob. Cit. Tomo I
61
TOMÁS POLANCO ALCÁNTARA, Ob. Cit. p.62

57
 Elemento Vinculante 2.
La Habana, 1783
Miranda, dos años después, mantiene en su poder
los libros masónicos adquiridos en Jamaica.
Francisco de Miranda se ha mantenido activo en La Habana
durante dos años desde que regresó de Jamaica a finales de
1781. Pero el 12 de febrero de 1783 debe partir de Cuba.
Es sabido que el venezolano viajaba llevando consigo los
volúmenes de su extensa biblioteca, la cual estaba dando los
primeros pasos para su formación. Ya el venezolano tiene 33
años de edad y han transcurrido doce desde que salió de su
Caracas natal.
Pues bien, al momento de salir de La Habana, se elabora
lógicamente una lista del equipaje del viajero. En esta nueva
lista, aún se mantienen los libros de la Masonería que había
adquirido en Jamaica. Cabe entonces preguntarse: ¿Tenía
necesidad el librepensador venezolano de mantener obras que
lo comprometieran y complicaran más aún ante el Santo Oficio
y la Corona Española? ¿Qué sentido tenía mantener en su
poder tales obras?
Siendo así, el 12 de febrero de 1783, zarpa de la Habana y
aparecen de nuevo relacionados los libros masónicos.
EQUIPAGE DE LA HAVANA (sic)62
5 Constitutions of free & accepted massons – 4ª - 12 P (sic)
25 Illustrations of Masonry, 2-12º - 01 P (sic)
Ahora bien, no podríamos asegurar si Miranda mantuvo
actividad masónica en la isla durante esos dos años.

62
COLOMBEIA; Tomo IV, Viajes F. 279 vto.

58
Sin embargo, se tiene conocimiento de que la Masonería estaba
presente en Cuba desde años atrás, basado en un certificado del
Grado de Maestro otorgado a un ciudadano inglés llamado
Alexander Cockburn, fechado 3 de mayo de 1763.
Acota a este punto, Gustavo Pardo Valdés63
“La masonería se establece en forma definitiva en
Cuba, a partir de la llegada de miles de emigrantes
franceses procedentes de Haití, que trajeron con ellos
las logias “La Perseverance”, “La Concorde”, “La
Amitié” y “La Bonéfique, instalándose las dos primeras
en Santiago de Cuba y las otras dos en La Habana,
presumiéndose que ello ocurre entre 1798 y 1802”
En cuanto a la Masonería en las islas, también refiere Ferrer
Benimeli64:
“Respecto a Hispanoamérica, tampoco abundan las
noticias. Una de las primeras, no obstante, corresponde
a Cuba. Al igual que en Gibraltar y Menorca, la
dominación inglesa de dicha isla, durante los años
1762-1763, sirvió para la implantación de la
Masonería en aquel territorio. El Regimiento No. 48 de
tropas irlandesas que participó en el sitio de La
Habana, y permaneció en Cuba hasta la evacuación
inglesa, el 6 de Julio de 1763, constituyó una logia
militar, la No. 218 del Registro de Irlanda, según
consta de una patente de masón a favor de Alexander
Cockburn, fechada en La Habana el 3 de Mayo de
1763, que reproduce Miranda de Álvarez en su Historia
documentada de la Masonería en Cuba”

63
GUSTAVO PARDO VALDES, La Masonería en Cuba,www.visionmasonica.org
64
JOSÉ A. FERRER BENIMELI; Masonería e Inquisición en Latinoamérica
durante el siglo XVIII, Universidad Católica Andrés Bello, Caracas 1973, p. 10

59
De acuerdo a lo antes expuesto, la Masonería se encuentra
activa en Cuba, veinte años antes de que Miranda zarpara de la
isla.
Pero no es sino hasta 1804, cuando se funda regularmente la
Logia El Templo de las Virtudes Teologales Nº 103 en la
Habana, bajo la jurisdicción de la Gran Logia de Pensilvania.
Por otra parte, es un hecho reconocido que el librepensador
venezolano mantuvo una estrecha amistad con el General
Cagigal, de quien se asegura que pertenecía igualmente a la
Masonería, por lo que cabría preguntarse, si durante su
permanencia en la Habana, ambos personajes mantuvieron
reuniones masónicas.
Una acotación en cuanto a esta amistad, realiza Egea López65:
“Las relaciones entre Cagigal y Miranda continuaron
epistolarmente, y no puede dudarse de que debió haber
con seguridad una identificación ideológica entre
ambos. No debe olvidarse que el Ejército español
contaba con bastantes masones, partidarios de las
ideas liberales en política, y librepensadores en materia
de religión y de moral. La aproximación de Miranda a
los principios filosóficos que definían a la masonería,
en cuanto que eran modos de pensamiento
característicos del siglo de la Ilustración, es
innegable.”
Pues bien, Miranda acosado a diario, logra evadir en diversas
oportunidades a las comisiones que le buscan para su
detención, alegando el prócer, que se encontraba bajo el alegato
de estar bajo la jurisdicción del Tribunal General de Indias, sin
embargo, parte de sus obras, retratos y cuadros han sido
incautados y destruidos.

65
ANTONIO EGEA LÓPEZ, Ob. Cit., p.21

60
En la ocasión en que Cagigal le escribe a Miranda66 “Parece
que G…ha leído y quemado varios papeles pertenecientes a
V.E., y que no podrían hacerle un gravísimo perjuicio. Se ha
quedado con los libros porque quiso voluntad absoluta”
Pudiérase deducir que entre las obras que han sido
decomisadas y destruidas, estarían las dos mencionadas en esta
investigación, puesto que en las sucesivas listas de equipaje de
Miranda, no aparecieron mencionadas nunca más, o en caso tal,
también cabría la hipótesis de que Cagigal las haya tomado
para proteger a su edecán. En esta oportunidad escribe a
Miranda67:
“Amigo: aunque por la forma ha sido menester
apoderarse de los papeles de Miranda, como seré yo
sólo quien lo verá, aseguro a Vmd. Que si por
casualidad, hallase alguno que pudiera perjudicarse, lo
quemaré o no aparecerá nunca. Como entre sus libros
puede haber alguno que esté en el mismo cabo registro
de ahí, se quedan aquí para reconocerlos; se hará
después su inventario que se tendrían a su
disposición.”
“Exmo. Señor Don Manuel de Cagigal
Esta afirmación de Cagigal supone el conocimiento y
reconocimiento que tiene acerca de las inquietudes políticas de
Miranda, y la presunción sobre la tenencia de obras prohibidas,
entre las cuales pudieron haber estado las obras masónicas.
Lo cierto es que a partir de entonces, no aparecen los libros de
la Masonería en el equipaje de Miranda, los cuales pudieron
haber tenido dos destinos: el decomiso por parte de las
autoridades o la desaparición y destrucción realizada por Juan
Manuel Cagigal.
66
COLOMBEIA; Tomo I, doc. 349
67
COLOMBEIA. Tomo IV, folio 96

61
 Elemento Vinculante No 3.
Cristianía, Noruega, 1787
Miranda visita una Logia Masónica.
Corren los primeros meses del año 1787, han trascurrido cuatro
años desde que nuestro personaje zarpó de La Habana.
Miranda, bajo el pseudónimo de Conde de Miranda, está en
Rusia, en donde estableció muy buena amistad con la
Emperatriz Catalina II.
La reina le ha profesado gran admiración y respeto, al punto de
que en una ocasión, cuando el Encargado de Negocios de
España, al reconocer a Miranda le solicita su extradición a la
reina, aduciendo que era solicitado por la Corona Española,
Catalina II rechaza inmediatamente su petición, advirtiéndole
que Miranda estaba bajo sus servicios.
Ya habiendo permanecido varias semanas en Rusia, Miranda
considera prudente partir debido a aquel incidente, lo cual se lo
manifiesta a la Emperatriz.
Ella, a sabiendas del peligro que correría Miranda fuera de su
jurisdicción, le otorga el grado de Coronel para protegerlo,
autorizándole a la vez, a utilizar el uniforme oficial de los
Ejércitos de Su Majestad, le emite un Pasaporte Imperial,
cartas de recomendación a todos sus representantes en diversas
regiones y recursos económicos para sus viajes.
Siendo así, con fecha del 22 de Abril, el Conde Bezborodko, le
entrega al Señor Coronel Conde de Miranda una
correspondencia que reza entre sus partes 68:
“Su Majestad Imperial, persuadida de vuestro celo por
su servicio y dispuesta a recibirlo en él, en el momento

68
COLOMBEIA, T XI f. 175 Viajes (traducido del francés)

62
que V. encuentre conveniente, le permite, Señor, utilizar
el uniforme de sus Ejércitos.”
Asimismo, en cuanto al Pasaporte Imperial, estaba encabezado
de la siguiente manera69:
“Nos, Catalina II, por Gracia de Dios, Emperatriz y
Autócrata de todas las Rusias, y etc., etc., etc.
“Se notifica por medio del presente a todos y cada uno
a quienes concierne saberlo, que el portador del
presente, el Coronel Miranda, es enviado como Correo
a Londres y vuelta a Petesburgo, vía Estocolmo y
Copenhagen”.
Con estas credenciales, Miranda ha realizado un buen recorrido
hasta que llega a Noruega, llevando consigo, cartas de
recomendación del Conde Andrei Razumovsky, Ministro
Plenipotenciario de Catalina II, quien posteriormente lo remite
a los hermanos Bernard y Peter Anker, convertidos luego en
sus anfitriones.
Ya instalado en Cristanía, el 11 de Noviembre, sucede un
hecho singular, Bernard Anker lo busca para invitarlo a comer
y posteriormente le presenta al gobernador.
Al respecto, relata Miranda70: “Vino él mismo a la una y
fuimos a visitar al Gobernador, señor Scheel, que me recibió
con sumo agrado, y su mujer, persona
juiciosa y amable. Caballero, dicho
Gobernador, de la Orden que tiene
una cinta blanca con filete rojo”
A simple vista, la referencia sobre “la
Orden que tiene una cinta blanca con
filete rojo” puede lucir intrascendente,

69
COLOMBEIA, T XI f. Viajes (traducido del ruso)
70
COLOMBEIA, T VI, p. 49

63
pero es importante destacar, que la Orden que siempre ha
usado prendas con estas características es la Masonería; se trata
de la Banda y el Mandil de Maestro Masón del Rito Escocés
Antiguo y Aceptado, así como algunos Collarines de
Dignidades Logiales, prendas que solamente se utilizan en las
Tenidas masónicas ¿Cómo pudo Miranda estar en
conocimiento de esta condición del Gobernador? ¿Cómo supo
que pertenecía a esa Orden?
Pero hay un elemento de mayor relevancia aún en la visita de
Miranda a Cristania.
Al día siguiente, el 12 de noviembre, Bernard Anker lo va a
buscar de nuevo y lo lleva a conocer importantes sitios de la
ciudad, entre ellos, el propio Miranda menciona a uno de
particular importancia para esta obra: Una Logia Masónica.
Cita el librepensador caraqueño71:
“á (sic) la casa de Frank-masones mui (sic) buena sala,
que han comprado los frank-masones aquí pr. (sic)
5.000 Rix (sic) de (sic), cuia (sic) sociedad llega á (sic)
72. En el día –Mr. Khan vive allí” - “A la casa de
Francmasones, muy buena sala, que han comprado los
francmasones aquí por 5.000 Rix de cuya sociedad hay
72 en el día. Mr. Khan vive allí.”
Indudablemente, que al mencionar a “la casa de los Frank-
masones” se está refiriendo a un Templo Masónico, que es en
donde funcionan las logias.
Asimismo, se puede observar que le es permitida la entrada a la
logia, lo cual no es posible si no se es un iniciado, más aún en
la época que estamos refiriéndonos, y sobretodo, a un forastero
desconocido. Igualmente, tiene acceso a información

71
COLOMBEIA Tomo III, Viajes, p. 60

64
considerada clasificada para la Orden, como lo es el número de
sus miembros.
Pues bien, es importante destacar que para 1787, ya la
Masonería lleva más de cuarenta años funcionando
activamente en Suecia, en la que diversos miembros de la
Nobleza y ciudadanos destacados se iniciaron en ella, incluso
el Rey de Suecia también pertenecía a esta Orden.
En lo que respecta a la ciudad
de Cristania, la página oficial
de la Masonería en Suecia, The
Svenska Frimurare Order (la
Orden Sueca de los
Francmasones) hace una reseña
histórica de la trayectoria de la
masonería en esa nación72:
“La logia San Olai el Leopardo Blanco, se constituyó el
24 de junio 1749 en la isla de Ladegaard, en la
construcción de Bygdøy Kongsgaard en Christiana. El
nombre original de la logia fue San Olai y fue
nombrada después del rey noruego Olaf el Santo (Olai
es un genitivo de forma latina de Olav).En 1780 la
logia cambió su nombre a Saint Olaus al Leopardo
Blanco” (Traducido del sueco)
Asimismo, se expone: “San Logia San Olai, fue la primera
logia masónica en Noruega, y la madre logia de muchas logias
de la Orden Noruega de la masonería” (Traducido del sueco)
Como podemos observar, la Masonería ha estado muy activa
en Christiana para el momento en que la ciudad es visitada por
Miranda, de hecho, fue allí en donde se funda la que se
considera madre de muchas logias en Noruega.

72
www.frimurarorden.se

65
Más adelante, se hace referencia a un hecho de vital interés en
esta obra.73
“En 1785, el segundo Ayuntamiento de Christiana
(construido 1733), fue comprado por la logia San Olai.
La inauguración de la logia fue realizada por Bernt
Anker, y tenía su residencia en la planta baja y la logia
en el primer piso hasta 1811” (Traducido del sueco)
Notemos un dato interesante en esta reseña histórica de la Gran
Logia de Suecia; se menciona a un reputado masón como
artífice de la inauguración de la logia St. Olai en 1785, el señor
Bernt Anker.
¿No es acaso el nombre del anfitrión que Miranda identifica
como Bernard Anker, quien le presenta al gobernador de la
cinta blanca con filete rojo?
¿Este mismo personaje no es quien lo lleva a conocer a una
logia de la ciudad?
A nuestro modo de ver, se trata de la misma persona que
Miranda identifica como Bernard Anker. Es decir, las
probabilidades de que Bernt y Bernard Anker, sean la misma
persona, son demasiado elevadas.
Por otro lado, cuando Miranda menciona que la persona que
los atendió, Mr. Khan, vivía en la logia, se estaba refiriendo al
Ecónomo∴ de la logia, un funcionario en la Masonería, cuyas
atribuciones son las de velar por la conservación del inmueble
y sus instalaciones, y que generalmente reside en áreas
continuas de la logia.
.

73
www.frimurarorden.se

ECÓNOMO: Cargo de las Logias que tiene por objeto tomar cuenta, custodiar y
renovar todos los útiles de las Logias.

66
 Elemento Vinculante Nº 4
Gotemburgo, Suecia, 1787
Miranda visita otra Logia Masónica
Prosiguiendo su viaje, Miranda llega a Gotemburgo, ciudad
ubicada a cuatrocientos kilómetros de Estocolmo. Ha estado en
compañía de un matrimonio que se ha convertido en gentiles
anfitriones, los señores Hall.
Gotemburgo (Gotemborg) había sido una ciudad de un gran
arraigo masónico, de hecho, para la fecha en que Francisco de
Miranda reencuentra allí, ya habían diferentes logias
establecidas bajos varios ritos.
De acuerdo al site oficial de la Gran
Logia De Suecia74 ya existía una
Gran Logia Provincial, y se habían
establecido varias logias en esa
ciudad, entre ellas, las logias de San
Juan: Adolfo Fredrik en 1753,
Salomón en 1755, San Enrique en
1756 y San Andrés de las Tres
Coronas Unidas en 1777.
Pues bien, Miranda llega a la ciudad
el 22 de noviembre, diez días
después de haber visitado la logia en
Cristiania. Tal y como ha sido su costumbre, ha tenido diversas
actividades desde el primer día que llegó, presentándose a
diferentes personas recomendadas y visitando instalaciones.
Pero apenas cinco días después de su llegada, visita a otra logia
de la ciudad.

74
www.frimurarorden.se

67
En ese sentido, Miranda escribe en su diario el 27 de ese
mismo mes75:
“Por la mañana temprano vestido. A las nueve a
almorzar con la amabilísima señora Hall, en cuya
compañía, después de tomar té… (Ilegible) fuimos a las
diez en su coche a ver la sala de los francmasones; vino
el señor J.P. Holterman, propietario de la casa, que nos
vino a enseñar dicha sala con suma política. Esta pieza
es sencilla, de buena proporción y en muy buen gusto;
su arquitecto, el señor Carlberg, que ha visto lo mejor
de Italia, Inglaterra, etc. La iluminación que es
solamente en la cornisa y algunas lámparas colgadas
del techo, debe producir un buen efecto.”
Así como en el caso de Cristanía, la
referencia de la “casa de los
francmasones” mencionada por
Miranda, es una logia, y el hecho de
que el propietario de la misma la haya
mostrado interiormente, ratifica de
nuevo, lo que mencionábamos en
páginas anteriores, es decir, es un
aspecto que no puede pasar
desapercibido.
Asimismo, es de hacer notar que el
venezolano menciona detalles sobre la
iluminación de la sala en aspectos
puntuales “La iluminación que es solamente en la cornisa y
algunas lámparas colgadas en el techo, deben producir un
buen efecto” ¿A cuál efecto se pudo haber referido?
Esta apreciación específica, la hace una persona que conoce
cómo puede ser la disposición de la iluminación utilizada

75
COLOMBEIA Ob. Cit. Tomo VI, p. 85

68
dentro de una logia, la cual no mantiene el mismo sentido que
en cualquier salón posible, por lo que el comentario de
Miranda no estaría referido al aspecto ornamental, sino al
efecto que dicha iluminación debe producir en las sesiones
masónicas, llamadas “Tenidas”

69
 Elemento Vinculante 5.
Estocolmo, Suecia, 1787
Miranda visita a orfanato auspiciado por los
masones.
Tal y como referimos al principio de este capítulo, los
Elementos Vinculantes no están señalados bajo un orden
cronológico, por tal razón, señalamos como número 5, la visita
de Miranda a un orfanato auspiciado por los masones, sucedido
en fecha anterior a los precedentes elementos.
Asimismo, ya hemos referido el nivel de actividad que
mantuvo la masonería en Suecia, al punto de que monarcas y
nobles se iniciaron en ella, logrando ocupar los más altos
cargos, incluyendo la Gran Maestría.
Sin embargo, la masonería sueca presentó diversos conflictos
con la Gran Logia de Inglaterra y la de Alemania,
conformándose a mediados del siglo XVII en una Gran Logia
Provincial.
Una mención al respecto, hace Frau Abrines76:
“La Francmasonería adquirió en Suecia, hacia los
años de 1735 y siguientes, el carácter de un arte
espiritualista, mucho más aún que en Francia. El
gobernador, conde Alejo Erikson, Wrede Sparre, que
había sido recibido en la Sociedad, en París, el 4 de
Mayo de 1731, y que después había visitado las logias
de Italia, fundó en 1735, en Suecia, la primera logia”
Asimismo, la información que al respecto ofrece la Gran Logia
de Suecia al respecto es importante destacar para tener una

76
LORENZO FRAU ABRINES, Ob. Cit. Tomo 4, p. 137

70
visión más exacta del escenario masónico de la época. Dice en
su página web77
“La Masonería llegó a Suecia por el conde Axel
Wrede-Sparre, un oficial de Caballería Durante el
servicio, que en París se inició como francmasón. De
vuelta a Suecia se reunió con unos amigos que como él
mismo, se habían iniciado masones en el extranjero. En
1735, él inició al Conde Carl Gustaf Tessin en
Estocolmo La mayor parte de los hermanos de la logia
Sparre's Lodge pertenecían a la alta nobleza Las
reuniones parecen haber cesado a finales de la década
de 1740”
“San Juan, fue llamada la "Madre Logia de Suecia" y
se consideraba con derecho a dictar órdenes a otras
Logias. El Conde Carl Fredrik Scheffer que se había
iniciado francmasón en París en 1737, fue elegido
Gran Maestro Nacional en 1753. Durante la década de
1750, La logia abrió sus puertas a los miembros de
distintas clases de la sociedad. En 1756, Charles
Frederick Eckleff junto con seis hermanos más,
formaron la logia escocesa L'Innocente en Estocolmo,
de acuerdo al rito llamado escocés de San Andrés.”
“El siguiente paso en el desarrollo de la Masonería
sueca fue tomado por Eckleff en 1759, cuando
estableció un Gran Capítulo en Estocolmo.”
“La Gran Logia de Suecia fue fundada en 1760, y fue
reconocida como una Gran Logia Nacional en 1770
por La Gran Logia de Inglaterra” (Traducido del
sueco)

77
www.frimurarorden.se/eng/index.html

71
Pues bien, Francisco de Miranda llega a Suecia el 21 de
septiembre de 1787 utilizando el pseudónimo de Conde de
Miranda, ha permanecido dos semanas en diversas actividades.
Le ha entregado al ya mencionado Conde Razumovsky, la carta
circular de la Emperatriz y la correspondencia particular del
Conde de Bezborodko, por lo que las atenciones hacia él son
completas.
El día 6 de octubre, muy temprano, está a la espera del Conde
Razumovsky y un amigo de éste, el Dr. Gahn. El grupo decide
recorrer hospitales y otras instituciones.
La primera de ellas es un orfanato auspiciado por los
francmasones.
Refiere el prócer en su Diario78: “Fuimos á (sic) corrér (sic)
ospitales, (sic) y otras instituciones- 1ª á la Casa de Expositos
(sic) de los Frac-masones, de quien el Pe. Carlos, hermano del
Rey es gran-maestre, y Directór, (sic) y el Rey mismo con-frer-
“.
Cabe destacar, que la Masonería sueca estuvo caracterizada por
una gran actividad filantrópica desde sus comienzos, incluso
hasta nuestros días, teniendo períodos que la mantuvieron
permanentemente en actividad filantrópica y altruista, como
sus principios estipulan.
Un evento realizado por esa Gran Logia, la hace Ferrer
Benimeli79
“El 3 de noviembre de 1797, la Gran Logia de Suecia
celebró las bodas de su Soberano, con una fiesta
masónica dedicada a la beneficencia. La Gran Logia
dio una comida a 150 pobres, a los que sirvieron los
mismos hermanos. Estuvo presente no sólo el duque de

78
COLOMBEIA; Tomo V, p.503
79
JOSÉ A. FERRER BENIMELI; Ob. Cit.

72
Sudermanie, en su calidad de Gran Maestre, sino que el
Rey mismo entró en la sala como un simple espectador,
e hizo distribuir a cada convidado una corona en
especies, y entregó un donativo de 2.000 coronas al
hospicio fundado por los francmasones para la
educación de los jóvenes huérfanos, a cuya suma
añadió el duque 200 coronas más.”
Una acotación a este personaje refiere Frau Abrines80: “Carlos
XIII, Rey de Suecia era ya Gran Maestro, siendo aún duque de
Sundermania”
Incluso, en cuanto a la actividad masónica del Rey Carlos XIII,
leemos en el site oficial de la Gran Logia de Suecia81:
“Cuando el Duque Carlos de Södermanland, más
tarde rey Carlos XIII, en 1774 asumió la dirección de
la Logia, se unió a San Juan, San Andrés e instauró un
nuevo título de la organización en un sistema que se
conoció como el sistema sueco.” (Traducido del sueco)
Asimismo, a principios del siglo XVIII la Masonería sueca
tenía gran influencia espiritualista., sin embargo, a raíz de la
Bula In Eminenti, fue suprimida, pero catorce años más tarde,
durante el año de 1752, se funda en Estocolmo precisamente, la
Logia Auxiliar de San Juan.
Luego, a mediados del siglo XVIII, se presentaron cambios
estructurales y de prácticas de ritos masónicos diferentes al
llamado Escocista. Uno de ellos fue el llamado de la Estricta
Observancia, con gran influencia jesuítica, propulsado por el
Rey Gustavo III, sin mayor éxito.

80
LORENZO FRAU ABRINES, Ob. Cit. Tomo 1, p. 270
81
www.frimurarorden.se

73
Lo cierto es, que a través de esta visita particular, Francisco de
Miranda continúa manteniendo relaciones con la masonería de
manera directa o indirecta.

 Elemento Vinculante 6.
Orden de Cincinnati.
Históricamente la Masonería a través de diferentes iniciativas
de sus miembros, ha creado y fundado diversas organizaciones
e instituciones, a las que podríamos llamar “paramasónicas”,
con el propósito de exaltar valores particulares de sus
miembros y llevar a la sociedad sus fundamentos.
En ese sentido, en los Estados Unidos de Norteamérica, en
Mayo de 1783, un grupo de masones decidieron crear una
Orden Militar con el fin de hacer un reconocimiento a los
militares que actuaron en la guerra de la independencia de ese
país.
Esta iniciativa fue llamada Orden o
Sociedad de Cincinnati, fundada por
los Generales Henry Knox y George
Washington, destacados masones,
quienes fueron sus primeros
directivos, y a la cual ingresaron
diversos miembros de la
francmasonería norteamericana,
aunque no era condición sine qua non
para pertenecer a ella, el ser masón.
.Ahora bien, en cuanto a una
referencia histórica oficial de dicha Orden, aparece en su
página web82:

82
www.societyofthecincinnati.org

74
“La Sociedad de Cincinnati es una organización
histórica con agencias en los Estados Unidos y Francia
fundada en 1783 para preservar los ideales y
fraternidad de los oficiales de la Guerra de la
Revolución y así preservar el honor de los oficiales que
pelearon por la independencia americana” (Traducido
del inglés).

Asimismo, se destaca su primera junta directiva:


“George Washington fue electo el Primer Presidente
General de la Sociedad. El sirvió desde diciembre de
1783 hasta su muerte en 1799. El segundo Presidente
General de la Sociedad fue Alexander Hamilton”
(Traducido del inglés)

Como podemos observar, sus principales propulsores, Henry


Knox, George Washington y Alexander Hamilton eran
masones activos para la época, que coincidencialmente,
mantuvieron amistad y contacto permanente con Francisco de
Miranda.

Igualmente, es interesante destacar que, el que fuesen


Washington y Knox sus fundadores, motivó a muchos masones
que participaron en la guerra de la independencia de Estados
Unidos, se motivaran a ingresar a esta Sociedad.

No obstante, en un Nota del Editor aparecida en un site


especializado en temas masónicos de Estados Unidos, se hace
una aclaratoria a esta Sociedad83
“Frecuentemente se pregunta acerca de la conexión
entre la francmasonería y la Sociedad de Cincinnati.
Actualmente, no hay otra que no sea que prominentes

83
www.masonictrowel.com

75
militares francmasones (particularmente de la época)
pertenecieron a ambas organizaciones. Probablemente
una conexión es hecha porque George Washington
influenció en la membresía de ambos grupos”
(Traducido del inglés)
Esta aclaratoria, lejos de desvirtuar el Elemento Vinculante que
presentamos, ratifica a nuestro modo de ver, la cercanía de
Miranda hacia las actividades masónicas.
Asimismo, acota el investigador masónico Alexander A.
Bleinmann 84:
“Del Directorio de New York (1786), se desprende que
muchos miembros de la Sociedad de Cincinnati era
conocido que habían sido francmasones. Estos
mencionados eran George Washington, el Marqués de
Lafayette, el General Friedrich Von Steuben, Robert
Livingston (Gran Maestro), John Paul Jones y el
General Henry Knox.” (Traducido del inglés).
Prosigue más adelante:
“Aunque la Sociedad de Cincinnati no es un Cuerpo
Masónico, ni lo fue jamás, la Sociedad puede bien ser
considerada una organización quasi masónica, si todos
sus fundadores fueron francmasones. “ (Traducido del
inglés)
Pues bien, Francisco de Miranda tuvo una relación muy
particular con masones miembros de esta Orden.
La primera referencia a este punto proviene del año de 1783,
cuando el prócer llega a Newberne en Carolina del Norte, con
varias cartas de recomendación de Juan Manuel Cagigal para

84
www.masonictrowel.com Bro. Alexander A. Bleimann, PDDGM, Editor, Logia
Americana de Investigación.

76
distinguidos personajes, entre ellos, George Washington, James
Hamilton y otros masones, fechada el 26 de mayo de 178385
Miranda transcribe en su diario86: “Varias cartas de
recomendación (sic) con que me favorecio (sic) mi propartida
me sirvieron de introduccion (sic), y concepto para con varios
literatos y miembros del congreso de Pennsilvania (sic) y
Jersey.”
Entre los personajes con quienes entabla amistad y relación,
está el Juez Adenaus Burke (1743-1802), Presidente de la
Corte Suprema de Justicia de Carolina del Sur, quien en una
oportunidad hizo un estudio de los principios de la Orden de
Cincinnati.
Una referencia a él, hace el propio militar venezolano87:
“Mr. Chief Justice Burck, autor del papel intitulado
Consideraciones Cincinatti que vaso (sic) el nombre de
Casuis se publicó en Charleston el 10 de octubre,
estando io (sic) allí, es persona de ingenio, habilidad y
buen juicio
Asimismo, en relación a esta Orden, refiere el mismo prócer:88
“El Conde de Mirabeau, exiliado en Londres lo ha traducido
al francés por indicación de Benjamín Franklin y las publicó
en 1788”
Resulta un hecho particular, de que ambos personajes
mencionados por el venezolano, el Conde de Mirabeau y
Benjamín Franklin, eran igualmente, destacados masones de la
época.

85
COLOMBEIA. Tomo III. P. 86
86
Id.
87
Id., p. 66
88
COLOMBEIA Tomo V, Folio 33. Viajes.

77
Ahora bien, veamos de qué manera Miranda se relaciona con
esta Sociedad. En septiembre de 1785, el librepensador
caraqueño se encuentra en Potsdam, Magderburgo.
Ha iniciado un viaje por varios países en compañía del Coronel
William Smith, quien fue Edecán de George Washington,
yerno del Presidente Adams y Secretario de la Legación de
Estados Unidos en Londres, además de ser un miembro activo
de la Masonería norteamericana, de cuyas actuaciones, acota
Frau Abrines89 :
”El 20 de Junio de 1764 se constituyó por la Gran
Logia de Inglaterra, una Gran Logia Provincial de
Pennsylvania, siendo nombrado Gran Maestro, el
hermano William Bell”…”Hasta la fecha de San Juan
de Invierno en 1779, no se tienen noticias de nuevas
reuniones, y se sabe que a esta ceremonia asistió el
hermano General Washington, nombrándose al
hermano William Smith, Gran Secretario y encargado
de preparar un resumen de todas las leyes necesarias
para la reorganización de la Logia.”
Pues bien, el 19 de septiembre de
1785, ambos compañeros se
encuentran en Potsdam. Se han
presentado con cartas de
recomendación al Príncipe
Fernando de Brunswick -
Wolfenbüttel.
El Coronel Smith, quien sigue
escribiendo el Diario, hace
referencia a una reunión sostenida
entre él, Miranda y el Príncipe.90

89
LORENZO FRAU ABRINES, ob. Cit. Tomo 4, p.152
90
Id.p-100-101

78
“Partimos de Berlín el día 19 a las siete y llegamos a
Potsdam a las doce. Nos alojamos en el hotel Alley”
“Respecto al actual Príncipe Fernando de Brunswick-
Wolfenbüttel, a quien tuvimos el honor de visitar, debo
decir que éste demostró más apego a los principios que
no gobernaron durante la revolución y que le
expusimos plenamente durante una conversación de
casi dos horas, de lo que yo esperaba de un Príncipe
criado y alimentado desde su más tierna infancia bajo
la férula del despotismo.”
Cabe mencionar, que Fernando de Brunwsick tuvo una
destacada participación en la Masonería europea, la cual
podemos verla en la siguiente referencia de Frau Abrines.91
“Príncipe alemán que intervino en los cismas y
complicaciones de las varias sectas masónicas surgidas
en Alemania. Los promotores del convento de
Wilhemsbad pretendieron ponerle al frente de las
Logias del sistema reforzado, excluyendo de la
Masonería los ritos templarios, pero la agitación
cismática de fines del siglo XVIII le obligó a separarse
de toda participación en tales
desinteligencias.”
Es así que, mientras sostenían
la interesante reunión con el
Príncipe, el Coronel Smith,
menciona la llegada de un
personaje interesante92:
“Llegó el Marqués de la
Fayette acompañado del
Coronel Gouvión, y el Marqués

91
LORENZO FRAU ABRINES, ob. cit., Tomo I, p.455
92
COLOMBEIA Tomo IV, Pág. 100-101

79
me visitó con gran afecto inmediatamente. Pasó tres
horas conmigo, dándome detalles de su gira por Silesia
y de su visita a la Corte Imperial…”…
Más adelante acota: “Me preguntó entonces por qué yo
no llevaba la Orden de Cincinatti, y observó que
tendría una singular importancia a los ojos del Rey y de
los oficiales de Europa, cuyos principales
representantes, el General Duportail y el Coronel
Gouvión, que habían ido a verle, aparecían con ella, y
yo como oficial Americano, sin ella, y muy
categóricamente me rogó la usase”
Ante esta petición personal, Smith le esgrimió las razones por
las cuales no la usaba, detallando la reacción del Marqués.93
“Me replicó que yo no necesitaba llevar el águila, pero
que no podía tener reparo alguno en ponerme la cinta;
que debíamos ponérnosla todos, o desecharla todos. Le
dije que en cuanto a llevar la cinta, que era el emblema
de la alianza, no podía más que considerarlo desde un
punto de vista honorable, pero como aquella
determinada cinta pertenecía a aquella determinada
orden, no podía más que considerarlas como una sola y
misma cosa”
El General norteamericano se extiende en justificativos ante el
Marqués de La Fayette, concluyendo finalmente con estas
palabras: 94
“Me lancé en una explicación completa de las razones
que yo tenía para ello, y al mismo tiempo hice observar
que yo opinaba que los oficiales franceses debían
llevarla, porque les fue otorgada por el ejército
americano, en prenda de amistad, pero nosotros la
93
Ibid. p. 101
94
Ibid., Tomo IV, p. 102

80
habíamos concedido a nosotros mismos y limitado a
nuestro país, etc., etc. Pareció quedar satisfecho, y
abandonó el tema”
Hasta aquí, el episodio en Postdam, Luego, siete años más
tarde, estando el Coronel Smith y el mismo Francisco de
Miranda en París, se presenta una confusión en cuanto a la
autoría de una carta incorporada al Diario de Miranda, que de
acuerdo a la versión manuscrita original en inglés, luce escrita
por Smith, debido que al pie de la mismas aparecen sus
iniciales.
En correspondencia fechada el 1º de noviembre de 1792,95 se
lee:
“My Dear friend.
The variety of important objects which you know
have engaged my attention for several years past, has
interfered with my, expressing my wish to you and my other
american friends, relative to my presenting myself as a
Candidate as a member of the Society of The Cincinnati, the
general pursuit of my life, if I know my own heart, have been
for the liberty and happiness of manking (sic). I fouth
successfully in the Cause of America when in the Spanish
service, during your great struggle for freedom & have been,
so successfull in the present struggle of the freeman of
France to cast off the calling yoke of oppression as to fill
with the same degree of applause the station of Leut.
General in the Armies of this great Republic, I much when I
request your & their support in getting me elected a member
of your respectable society, it is a society the component
parts of which I respect, & venerate the principles which
gave it birth, do me the favour (sic) of presenting me as a
Candidate & aid my wishes.
Yours sincerely

95
COLMOBEIA; Tomo XX, f.139

81
(W.S.S.) París, 1º de noviembre de 1792
Mi estimado amigo
La cantidad de asuntos importantes que V. (sic) conoce
y que han ocupado mi atención durante los años pasados, han
impedido que exponga ante V. (sic) y demás amigos
americanos, mis deseos de presentarme como candidato a
socio de la Sociedad de Cincinatti. El empeño general de mi
vida, si conozco mi propio corazón, ha sido la libertad y la
felicidad de la humanidad. Luché con éxito en la causa de
América, cuando estuve al servicio español, durante su gran
conflicto por la libertad, y he tenido éxito en la presente
contienda del hombre libre de Francia para deshacerse del
yugo opresor, como para culminar con el mismo grado de
aplauso, con el rango de Teniente General en los ejércitos de
esta gran República. Por lo tanto, yo creo que mis amigos
americanos no pensarán que ambiciono demasiado cuando
ruego el apoyo de V. (sic) y el de ellos para obtener mi
elección como socio de su respetable asociación.
Es una asociación cuyas partes componentes respeto,
venerando los principios que le vieron nacer. Hágame el favor
de presentarme como candidato y ayude a mis deseos.
Sinceramente.
W.S.
No obstante, historiadores atribuyen la autoría de la misma a
Miranda, como la historiadora Josefina Rodríguez de Alonso96
Analizando las circunstancias que rodean el caso,
independiente de que al pie de la carta aparezcan las iniciales
del General norteamericano, podríamos coincidir con la
historiadora en que la carta fue escrita por Miranda, debido a su

96
JOSEFINA RODRÍGUEZ DE ALONSO, Ob. Cit. Tomo X, p. 555, doc. 1859

82
contenido, toda vez que Smith nunca estuvo militando en las
milicias españolas.
Así mismo, ¿A quiénes se refería Miranda cuando acota?
“Yo creo que mis amigos americanos no pensarán
que ambiciono demasiado cuando ambiciono el apoyo
de usted y el de ellos para obtener mi elección como
socio de su respetable asociación.”
Indudablemente que se refería, entre otros, a George
Washington, Hamilton y Henry Knox, con quienes mantenía
estrecha amistad desde su estadía en Estados Unidos, y
habiendo actuado en la guerra de la independencia de ese país,
todos ellos, como acotamos anteriormente, pertenecientes a la
Masonería.
Washington tomaba en cuenta a otros miembros de la
fraternidad en sus actividades militares y políticas. Una
referencia a este hecho particular, la hace el historiador masón
estadounidense James Davis Carter97:
“Washington escoge para su primer gabinete a los
siguientes cuatro masones: Secretario de Estado,
Thomas Jefferson; Secretario del Tesoro, Alexander
Hamilton, Secretario de Guerra, General Henry Knox y
Procurador General, Edmund Randolph, Gran Maestro
de la Gran Logia de Virginia en 1788” (Traducido del
inglés)
Pues bien, al analizar este elemento vinculante, podemos
observar el interés que Francisco de Miranda demostró por
pertenecer a esta Orden Militar, cuyos miembros fundadores,
aparte de ser sus amigos, pertenecían a la Masonería.
Igualmente, podemos leer en la correspondencia enviada al

97
JAMES DAVIS CARTER, Published by the Committee on Masonic education
and service for the Grand Lodge of Texas. Masonry in US History

83
General Smith, la referencia que hace de sus amigos
americanos, ya mencionados, por lo que consideramos con
razones fundadas como un Elemento Vinculante, a la Sociedad
de Cincinnati

84
 Elemento Vinculante Nº 7
Londres, Inglaterra. 1798-1800
La Gran Reunión Americana y las Logias
Lautaro.
A través del tiempo, éste ha sido un punto que ha despertado
muchas controversias, y las seguirá teniendo entre los
biógrafos e historiadores pertenecientes o no a la Masonería,
debido a las connotaciones que su consideración, para los
efectos de la historia de esta Orden milenaria en América, y en
lo que respecta al tema que nos ocupa, representa para una
definición exacta de los hechos.
Diversas han sido las opiniones de destacados historiadores
acerca de las Logias Lautaro y la Gran Reunión Americana, en
cuanto a que hayan sido o no, logias masónicas, y sobretodo,
que Francisco de Miranda haya sido su fundador.
Existen diversos aspectos que dejan abiertas expectativas y
planteamientos cada vez que se profundiza en las
investigaciones.
La primera de ellas, está representada por el hecho, de que no
fue precisamente Francisco de Miranda quien da a conocer
estas agrupaciones, sino el prócer chileno Bernardo O’Higgins
Riquelme, doce años después de la fecha en que él refiere que
se sucedieron los hechos con el general venezolano, en
Londres.
Asimismo, diversos autores, han atribuido a esta Reunión de
Caballeros Racionales, como se hicieron llamar, el ser una
logia masónica fundada por Miranda, a la cual ingresaron
distintos próceres de la independencia de América, y en la que
hasta se otorgaban grados, así como también, el hecho de que
Francisco de Miranda, fuese erigido como Gran Maestro.

85
En ese sentido, se han levantado muchas discusiones al
respecto, ya que, aunque es un hecho irrefutable la creación de
las Logias Lautaro, igualmente se presenta la interrogante, si
las mismas podrían ser pruebas fehacientes de que ciertamente
Francisco de Miranda se inició en la Masonería.
Pues bien, veamos algunas referencias biográficas que acerca
de este punto, exponen diversos autores.
Acota el historiador venezolano Mariano Picón Salas98:
“Hay un joven – hijo natural de un Virrey de Perú y Ex
Gobernador de Chile- que aún no se atreve a usar el
paterno apellido de O’Higgins y se llama Bernardo
Riquelme. Ha pedido a Miranda que le enseñe
matemáticas. El gran Fésgoli, el sumo presdigitador que
también es el venezolano, despliega ante el joven
Riquelme, todo un prerromanticismo de logias y
secretos. Se han fundado en Londres en 1798, las
primeras sociedades secretas hispanoamericanas”
Al analizar esta opinión del
historiador venezolano, podemos
observar que se refiere a Sociedades
Secretas, más no, a logias masónicas
en sí.
Igualmente, William Spence
Robertson99 refiere:
“Entre 1798 y 1800, Miranda
fundó una sociedad secreta de
revolucionarios
hispanoamericanos, y se llamó Logia Lautaro”…”El

98
MARIANO PICÓN SALAS, Biografías, Monte Ávila Editores, Caracas, 1995, p.
20
99
WILLIAM SPENCE ROBERTSON, Ob. Cit.

86
examen de sus papeles inéditos nada revela que pudo
probar, sea que perteneciera a la Orden Masónica, sea
que fuese fundador de la Logia Lautaro”
En este puto cabe destacar, que fue O’Higgins quien le sugirió
a Miranda, el nombre de Lautaro a estas asociaciones secretas,
sin embargo, no se conoce algún registro en el que Francisco
de Miranda, personalmente, haya fundado alguna Logia
Lautaro.
No obstante, el prócer chileno refiere las palabras que le dijo al
General venezolano, como demostración del sentimiento que
sembró en su espíritu, Miranda y su proyecto: “Mirad en mí,
señor, tristes restos de mi compaisano Lautaro, arde en mi
pecho ese mismo espíritu que libertó entonces a Arauco, mi
patria, de sus opresores”
Por otra parte, afirma J.G. Lavtrerski100:
“Miranda fundó en Londres un centro clandestino
revolucionario con el nombre de “Gran Logia
Americana”. Otro centro fue fundado por él en España,
en Cádiz, bajo el nombre Lautaro, guerrero araucano
que durante largo tiempo luchó en Chile contra los
españoles”
Ahora bien, cuando se afirma que “otro centro fue fundado por
él en España, en Cádiz” se cae en una imprecisión, ya que no
se precisa en qué año crearía dicha logia en Cádiz, por lo que
se debía exponer, la fundación de una Logia Lautaro a
propósito de las instrucciones que le dio a Bernardo O´Higgins,
o en caso tal, a instancias de los planes de Miranda, por lo que
descartamos que él personalmente haya fundado alguna Logia
Lautaro.
También hace mención a este punto, Ángel Grisanti101:

100
J.F. LAVTRESTSKI, Ob. Cit.

87
“La logia Lautaro, que no podemos considerar centro
masónico, sino club político clandestino, se localizaba
en la ciudad gatidana, en casa del banquero y escritor
Nicolás de la Cruz. Esta logia aglutinó a la mayoría de
los hispanoamericanos disidentes: la casi totalidad de
los diputados americanos de las Cortes de Cádiz
pertenecían a este centro”
Esta aseveración de Grisanti en cuanto a que “no podemos
considerar centro masónico” es coincidente con la nuestra.
Igualmente, refiere Antonio Egea López102 :
“Ese año de 1798, en su casa de la capital londinense,
funda la Gran Reunión Americana, para organizar la
independencia y donde se formarán caudillos de la
emancipación”
Ahora bien, todas estas referencias parten de lo que O´Higgins
relató en 1812, más sin embargo, Miranda no hace mención
alguna en su Diario al respecto.
Asimismo, indudablemente que el personaje clave en la
creación de las Logias Lautaro, es el joven militar chileno,
quien quedó impactado por la personalidad de Miranda y por la
profundidad de sus proyectos libertarios, y es él, quien se
dedica de manera particular a promover logias, bajo las
directrices del Precursor venezolano, sumando voluntades de
otros líderes sudamericanos.
La impresión que sintió O´Higgins fue de tal nivel, que en
momentos en que recibió toda la información de los planes
Mirandinos, tuvo palabras cargadas de una gran emoción, que

101
ANGEL GRISANTI; Miranda, Precursor del Congreso de Panamá y del
Panamericanismo, Caracas, 1954
102
ANTONIO EGEA LÓPEZ, Ob. Cit. p. 24

88
hablaban del sentimiento nacionalista que había implantado
Miranda en su corazón.
Confiesa O´Higgins, que se dirigió en los siguientes términos:
“Padre de los oprimidos, si roto el primer eslabón de la
cadena que en el Norte ha hecho aparecer una nueva
nación, ¿Con cuántos mayores motivos debe
despedazarse la restante que ata las demás regiones del
Nuevo Mundo a los centros del continente
europeo?...Permitid, señor, que yo bese las manos del
destinado por la Providencia bienhechora para romper
esos hierros que nuestros compatriotas y hermanos
cargan tan ominosamente, y de sus escombros nazcan
pueblos y repúblicas que algún día sean el modelo y el
ejemplo de muchos de otros del antiguo mundo.”
Miranda le respondería:
“Sí, hijo mío, la Providencia Divina querrá que se
cumplan vuestros votos por la libertad de nuestra
patria común. Así está decretado en el libro de los
destinos. Mucho secreto, valor y constancia son la
égida que os escudará de los lazos de los tiranos”
Asimismo, una trascripción de las palabras del propio chileno,
hace Lorenzo Frau Abrines103: “Cuando yo oí aquellas
revelaciones y me posesioné del cuadro de aquellas
operaciones, me arrojé a los brazos de Miranda, bañado en
lágrimas y besé sus manos.”
En ese sentido, es comprensible la reacción de aquel joven que
ha pasado necesidades, hijo natural de un Virrey, ante un
intelectual de cuarenta y ocho años, que había recorrido el
mundo, con un sin fin de experiencias en dos movimientos
independentistas para el momento de sus encuentros.

103
LORENZO FRAU ABRINES, Ob. Cit. Tomo 2, Págs. 935-936

89
Miranda finalmente, le entrega instrucciones precisas y
recomendaciones personales, entre las que le
escribe:”Desconfiad de todo hombre que haya pasado de la
edad de cuarenta años, a menos que os conste el que sea
amigo de la lectura y particularmente de aquellos libros que
hayan sido prohibidos por la Inquisición…”
Esta conversación, que más parecía la profetización del futuro
del continente americano, en el que ambos personajes tendrían
un papel preponderante, fue suficientemente sólida como para
que a partir del momento en que el chileno partió de Londres,
jamás descansaría para llevar a cabo tales proyectos.
Ahora bien, se mantiene la interrogante acerca de la Gran
Reunión Americana. Todos los historiadores coinciden en que
era una especie de club secreto revolucionario y no una logia
masónica, sin embargo, existe una conexión de ideales y
funcionamiento entre ella y las llamadas Logias Lautaro.
Al respecto, acota el historiador masón chileno, Edgar
Perramón Q.104:
“La Gran Reunión Americana, había sido creada en
1798 por Miranda, en cuyo seno se fragua la
emancipación continental, que se fortalece y afianza en
Londres y en sus filiales, las Logias Lautarinas, ya
extendidas con éxito, entre 1800 y 1823 en París,
Madrid, Cádiz, Buenos Aires y Santiago de Chile”.
Más adelante agrega:
“Las logias Lautarinas, bajo la trilogía de Unión, Fe y
Victoria, estaban dispuestas a concretar los ideales
libertarios que estimulaba la Masonería con los valores
consecuentes que le dan justicia y dignidad al hombre.”

104
EDGAR PERRAMÓN Q.; Pensamiento Masónico de Bolívar, Gran Logia de la
República de Venezuela, Caracas 2006, p.6

90
Podemos observar, que Perramón establece similitud de
objetivos y principios entre ambas asociaciones, pero mantiene
el cuidado de no identificarlas como logias masónicas en sí,
aunque sus preceptos están impregnados en alto grado, de
principios masónicos.
Igualmente, acota el biógrafo masón venezolano, Pedro Alciro
Barboza de la Torre105:
“La de Miranda era, pues, una Gran Potencia
Masónica irregular, revolucionaria y política. Nació
sin solicitarle a ninguna Gran Logia una Carta
Patente, como ya estaba establecido en la costumbre
francmasónica. Las logias que la Gran Reunión
Americana fundaría, serían, también, irregulares; pero
servirían idóneamente a los fines de la conspiración y
la independencia.”
Barboza de la Torre, confirma así, que ciertamente esta
asociación secreta creada por Miranda, nunca se conformó
como logia masónica regular, como tampoco, que nunca se
realizó la solicitud por los canales regulares de la Masonería
para su creación ante ninguna Gran Logia, que en este caso, ha
debido ser a través de la Gran Logia Unida de Inglaterra.
Sin embargo, es cierto que posteriormente, surgieron en
diversos países logias regulares identificadas como Lautaro que
funcionaron como tales, sobre todo en Chile y Argentina, en la
que fueron centro de decisiones trascendentales en la vida
política y militar de ambos países.
Igualmente, muchos líderes revolucionarios mantenían una
dualidad en cuanto a que pertenecían a las logias

105
PEDRO A. BARBOZA DE LA TORRE; Bolívar y la Francmasonería,
Apuntaciones Históricas, Gran Logia de la República de Venezuela, Maracaibo,
1976, p. 4

91
revolucionarias Lautarinas, y a la vez, se iniciaban en logias
regulares masónicas.
Ahora bien, consideramos que no se debe utilizar el término
Iniciado en la Gran Reunión Americana, puesto que la
Iniciación es un ritual cuyas características y condiciones
mencionamos en capítulos anteriores, las cuales, no estaban
presentes en Grafton Street.
Igualmente, no se pudo haber otorgado grados, puesto que allí
no funcionaba ninguna logia regular como tal. También
consideramos que el llamar a Francisco de Miranda, como
Gran Maestro, es improcedente por las connotaciones que
dicho título conlleva en la Masonería Universal.
Un Gran Maestro es la máxima autoridad de la Masonería en
un país, o en caso tal, de una Gran Logia Provincial, y es electo
por los maestros masones activos de su jurisdicción, por lo que
su investidura va más allá de un mero título.
Ahora, el hecho de que nuestro personaje identificara a estas
asociaciones como Logias, indica el carácter secreto, místico y
consciente en Miranda, de lo que significaba identificarlas de
esa manera, así como los lazos y compromisos que ello
conllevaba.
Así como también, es conocido que entre los miembros de tales
asociaciones, se identificaban eventualmente, como Hermanos.
En ese sentido, solamente un masón puede tener plena
conciencia de lo que podría representar la creación de
asociaciones identificadas como Logias, por tal razón, hemos
calificado este hecho, como un Elemento Vinculante.

92
 Elemento Vinculante 8
Las relaciones y amigos masones de Miranda.
Francisco de Miranda, se destacó por mantener amistad y
relaciones con influyentes personajes en diversas ciudades y
países.
Entre ellos se encuentran importantes masones con quienes
fraternizó y estableció gran amistad, recibiendo ayuda y
cooperación incondicional en sus viajes y proyectos, lo cual es
muy representativo, toda vez que el venezolano era un reo de
Estado perseguido hasta su muerte por la Corona Española y el
Santo Oficio, pero si no hubiera sido por estos personajes que
le extendieron apoyo, protegiéndolo y otorgándole cartas de
recomendación, tal vez su destino hubiera sido otro.
Hemos querido incluir entre los Elementos Vinculantes, a los
amigos y contactos masones que tuvo Francisco de Miranda
durante toda su vida, como un hecho de singular importancia
en cuanto a los objetivos de la presente obra.
Entre estos importantes personajes, mencionaremos aquellos
masones de mayor significación para este trabajo investigativo,
sin ningún orden preestablecido de importancia entre ellos,
pero que representan de sumo interés para el desarrollo del
contenido de la investigación.
Veamos pues, quiénes son algunos de estos personajes y su
relación con Miranda
 George Washington.
Destacado activista de la masonería norteamericana, quien
ocupó diversos cargos en las logias masónicas, a la vez de que
mantuvo una permanente ascendencia en la Orden.

93
Se inició en la Logia Fredericksburg, en Virginia, el 4 de
noviembre de 1752, hasta que en agosto de 1753, es exaltado al
grado de Maestro Masón.
En cuanto a la actividad masónica
de Washington, podemos
mencionar parte de ella, referida
por Frau Abrines106: “El 25 de
abril de 1788 la Gran Logia de
Virginia expidió una patente para
la Constitución de la Respetable
Logia Alexandría Nº 22, siendo
designado el hermano Washington
para el cargo de Venerable
Maestro”.
Igualmente, en elementos
vinculantes anteriores mencionábamos el caso de la Sociedad
de Cincinnati, así como también es importante destacar, que
muchos son los documentos y hechos que confirman la
condición de masón de George Washington, por lo que este
punto no está en cuestionamiento.
Ahora bien, reseñemos cómo se conocen y relacionan
Francisco de Miranda y el General norteamericano, así como
las circunstancias que prevalecieron para ello.
El 10 de junio de 1783, Francisco de Miranda pisa suelo
norteamericano desembarcando en Newbern, Carolina del
Norte. Luego, el 29 de septiembre del mismo año, arriba a la
ciudad de Charleston, Carolina del Sur. Tres meses después,
Miranda llega a Filadelfia.

106
LORENZO FRAU ABRINES, Ob. cit. Tomo 3, p. 1957

94
El historiador José Antonio Carbonell acota107
“Diciembre 8 de 1783. Miranda conoce a Jorge
Washington que llega a Filadelfia en viaje a Annápolis;
lo visita con el encargado de negocios Rendón, le da
carta de Cajigal y es invitado a comer con el Héroe
Americano.”
Francisco de Miranda lleva en sus manos una correspondencia
de presentación firmada por Juan Manuel Cagigal, con fecha
26 de mayo de 1783 dirigida a George Washington en los
siguientes términos. 108:
Excmo. Señor.
Muy señor mío:
Ya que las presentes circunstancias no me lo
han permitido, concluida la guerra y de regreso a
España, visitar esos famoso países y tener el honor de
conocer al Fabio de estos tiempos, como lo había
premeditado, permítame V.E. lo haga por medio de esta
carta, ofreciéndome a su disposición y recomendándole
al mismo tiempo mi edecán, el teniente coronel Don
Francisco de Miranda, que con el propio designio se
acaba de embarcar para Filadelfia. Su carácter,
instrucción y demás circunstancias, me han merecido
siempre singular distinción y espero le hagan acreedor
igualmente del aprecio y estimación de V.E. que
celebraré infinito.
Soy constante admirador de las heroicas
virtudes de V.E. y por lo tanto tendré siempre singular

107
JOSÉ ANTONIO CARBONELL; Separata del Boletín de la Academia Nacional
de la Historia. Tomo LII, abril-junio 1969.Nº 206. Cronología de Francisco de
Miranda. P.292
108
COLOMBEIA, Viajes, 547

95
satisfacción en servirle y que me mande cuanto fuese de
su mayor agrado.
Nuestro Señor guarde su apreciable vida
muchos años y conserve sus gloriosos hechos a la
inmortalidad.
Excmo. Señor, B.L.M. de V.E. su más atento y
seguro servidor.
Juan Manuel Cagigal
Teniente Coronel
Como se puede observar, Cagigal y Washington no se conocían
personalmente, lo que desvirtúa la versión de algunos autores
que afirman, que Cagigal y Washington se reconocían como
masones, y de allí la especial recomendación de Miranda que
hacía el uno para el otro.
Asimismo, el militar venezolano se refiere a Washington de la
siguiente forma:109
“Su trato es sincuspecto, (sic) taciturno, y poco
expresivo; bien que un modo suave y gran moderación
le hacía suportable (sic)…” “nunca conseguí verle
deponer estas cualidades sin embargo de que el vaso
corría con umor (sic) y alegría por sobre mesa, y que al
bebér (sic) ciertos tostes (sic) (o saludes) (sic), se
ponían de pie y daba sus tres Cheers (sic) como todos
nosotros”
Tal vez, parte de estos comentarios puedan lucir irrelevantes.
Sin embargo, curiosamente, dentro de esas características
particulares de los brindis de Washington y sus amigos,
mencionadas por el prócer, existen elementos de gran similitud

109
COLOMBEIA

96
a costumbres masónicas universales relacionadas con
celebraciones de las logias.
Nos referimos a los ágapes masónicos∴ y las ceremonias que
los miembros de esta fraternidad efectúan al momento de
iniciar dichos actos.
Es uso y costumbre en la Masonería al momento de realizar
brindis, ponerse de pie, hacer una invocación, realizar unos
toques y dar tres expresiones al unísono, para culminar con
saludos masónicos.
Al comparar la mención de Miranda de las celebraciones de
George Washington y sus acompañantes, con estas costumbres
de los masones, se establece una referencia obligada entre
ambos hechos; aún a sabiendas de la condición de masón del
líder estadounidense, tal y como mencionábamos en líneas
anteriores.
En otras palabras, podríamos inferir, que Miranda hacía
referencia a ágapes masónicos celebrados por Washington.
Es importante destacar que George Washington tuvo una
actividad masónica permanente, y fue precisamente en
Filadelfia, en donde con más énfasis la desarrolló..
En tal sentido, se pudiera decir, que esa celebración particular
que reseña nuestro personaje sin mayores detalles, podría haber
sido entre masones, por cuanto la Masonería en esa ciudad, era
representativa desde años antes de la independencia de los
Estados Unidos.
Ya mencionábamos en líneas anteriores, que la primera logia
fundada, data de 1734, jurisdiccionada a la Gran Logia de
Massachusetts, siendo su primer Gran Maestro, Benjamín
Franklin.


ÁGAPE: Entre los masones, algunas comidas místicas y frugales que celebran los
miembros de las logias en ocasiones especiales.

97
Asimismo en 1764 se constituyó la Gran Logia Provincial de
Pensilvania, la cual parece que tuvo un receso durante la guerra
de la independencia, volviendo a reanudar sus trabajos años
más tarde. En ese sentido, de nuevo aparece Washington dentro
del quehacer masónico.
Menciona al respecto Frau Abrines110:
“Hasta la fecha de San Juan del Invierno de 1779 no se
tienen noticias de nuevas reuniones, y se sabe que a esa
ceremonia asistió el hermano General Washington,
nombrándose al hermano William Smith Gran
Secretario y encargado de preparar un resumen de
todas las leyes necesarias para la reorganización de la
Gran Logia. El hermano Smith presentó su trabajo el
27 de Noviembre de 1781, siendo aprobado.”
Finalmente, cabe destacar que sus honras fúnebres fueron
realizadas bajo el rito masónico, el 18 de diciembre 1799, en el
Mount Vernon.

 Henry Knox.
Henry Knox es un personaje
interesante de mencionar en este
trabajo biográfico-masónico de
Francisco de Miranda.
Knox, fue uno de los primeros
militares norteamericanos,
conjuntamente con Alexander
Hamilton, a quienes, en Junio de
1784, Francisco de Miranda presentó
su plan emancipador.

110
LORENZO FRAU ABRINES, Ob. Cit. Tomo 4, p.153

98
Menciona el historiador Carbonell111:
“Esboza un proyecto de liberación de su patria a
Henry Knox, General de Nueva Inglaterra y que había
organizado la artillería durante la guerra de
Independencia y a Alexander Hamilton, éste le da la
lista de generales americanos con los cuales debía
consultar sus planes, empieza con Washington y están
Lafayette (sic) y otros varios”
Precisamente, en dicha lista hay varios militares masones, y
entre ellos se encuentran Washington y Lafayette, dos
importantes iniciados con quienes Miranda mantuvo mucha
relación.
Asimismo, la amistad entre Miranda y Knox se refleja en
diferentes intercambios de correspondencias, una de ellas se
refiere cuando Miranda lo felicita por haber obtenido un
nombramiento en el ejército norteamericano, fechada el 19 de
octubre de 1798, desde Londres.
Escribía el prócer venezolano112
“¡Qué placer he recibido, mi muy querido general,
conociendo el nombramiento de V. en el Ejército
Continental de los Estados Unidos de América! Parece
que nuestros deseos van a cumplirse al fin y que todas
las circunstancias posibles se reúnen en este momento a
nuestro favor. ….Culminaba Miranda: “En fin, todo
parece juntarse para que nuestros proyectos del año
1784 se cumplan…Espero que V. mantendrá sus
promesas y que pronto tendré el honor de ir a buscar a
V. a su casa. Adiós, mi digno y muy querido amigo,
guarde esto y no olvide el Diccionario y la Gramática

111
JOSÉ ANTONIO CARBONELL, Ob. Cit. p.293
112
COLOMBEIA, Ob. Cit., Tomo XVIII, p168

99
que envié a V con Callahan y de mis respetuosos
saludos a la señora Knox.
Como podremos ver, las relaciones de Miranda y el general
masón, eran de varios años, y el nivel de confianza elevado,
por lo que no es de extrañar las palabras que le había escrito a
Smith en cuanto a los amigos comunes que pertenecían a la
Sociedad de Cincinnati, de la cual Henry Knox, era fundador
precisamente.
En cuanto a su condición masónica, Knox y Washington
mantuvieron mucha amistad y afinidad durante muchos años y
en diversas actividades que realizaron conjuntamente, dentro y
fuera de la Masonería.
 Alexander Hamilton
En capítulos anteriores referimos el
hecho de que Alexander Hamilton,
conjuntamente con George
Washington y Henry Knox habían
fundado la Sociedad de Cincinnati,
conformada por un gran número de
masones, entre quienes se
encontraban ellos mismos.
Igualmente, Alexander Hamilton es
reconocido como uno de los masones
signatarios de la Constitución de los
Estados Unidos.
Pues, es a Hamilton y Henry Knox, a quienes presenta
Francisco de Miranda en 1784 en la ciudad de New York, el
proyecto de liberación de su patria.
Aunque Hamilton mostró algunas reservas en cuanto al grado
de participación directa de los Estados Unidos en los proyectos
de Miranda, le recomendó que contactara a un grupo de

100
militares y personalidades importantes a quienes el venezolano
podría presentar sus planes.
En dicho listado aparecen distinguidos masones: Washington,
Knox, Barón de Steuben, St. Clair, Marqués La Fayette,
Coronel Ogden, entre otros.
Durante muchos años, Miranda y Hamilton intercambiaron
correspondencia fraternal.

 Rufus King
Dentro de los personajes que tuvieron
una relevancia importante en los
proyectos de Francisco de Miranda, se
encuentra Rufus King. Hombre de
confianza del Presidente Alexander
Hamilton, quien le nombró embajador
de los Estados Unidos en el Reino
Unido, desde 1796 hasta 1803, ambos
pertenecientes a la masonería.
Dentro del rol protagónico de primer
orden de Rufus King en la vida de
Miranda, está el hecho de que fue él, quien le hizo entrega de
un manifiesto independentista, escrito por el ex jesuita peruano
Don Juan Pablo Viscardo y Guzmán, que hemos mencionado
en páginas anteriores.
Referimos atrás, que Viscardo y Guzmán, le hizo entrega a
Rufus King, en las postrimerías de su vida, de su proyecto de
libertad para América, con la finalidad de que le diese el mejor
uso posible. En otras palabras, que cayera en manos de quien
pudiera valorarlo y darle continuidad.
Cuando King lo lee, inmediatamente relaciona esos postulados
con los proyectos que Miranda la he presentado, por lo que

101
decide decide entregárselos, a sabiendas de que ambos
sudamericanos coincidían perfectamente en sus ideales.
Cabe destacar el hecho, de que Miranda ya había recibido una
lista de los exjesuitas proscritos que estaban en Italia, y en ella
aparecía un tal Rossi, que para Miranda no representó nada en
particular. Pues bien, ese Rossi era Juan Pablo Viscardo y
Guzmán.
Es doce años más tarde, al recibir de las manos de Rufus King
los documentos de Viscardo, cuando se encuentra ante los
ideales que el peruano venía urdiendo años atrás, en pro de la
independencia, coincidiendo con el proyecto del Precursor.
Indudablemente, Rufus King como Ministro de los Estados
Unidos de América, ya conocía el proyecto mirandino, por lo
que no dudó en entregarle dichos documentos al Precursor.
¿Cuáles eran tales escritos que pudieran tener tanta
significación entre estos hombres?
La respuesta la tenemos en dos circunstancias cruciales en el
ideario de Miranda.
La primera de ellas, la publicación que ordenó en 1799 en
Londres y Filadelfia, de un folleto de 41 páginas titulado:
“Lettre aux espagnols américains par un de leurs
compatriotas”, el cual fue posteriormente traducido al español
por el mismo Miranda en 1801 bajo el título: “Carta derijida
(sic) a los españoles americanos por uno de sus compatriotas”,
considerada una obra realmente revolucionaria, que tuvo
repercusiones en la sociedad del momento, y la otra
circunstancia se refiere al momento en que Miranda en 1806,
invade a Venezuela por la Vela de Coro, y lanza su
“Proclamación a los pueblos habitantes del continente
americano-colombiano”.
Pues bien, el artífice de que el prócer venezolano tuviera en sus
manos esta proclama del jesuita peruano, fue el destacado

102
masón Rufus King, con quien Miranda sostuvo muchas
reuniones en Londres para presentarle sus proyectos,
recibiendo bastante acogida por parte de este diplomático
norteamericano, quien se convirtió en el intermediario entre
Miranda y el presidente Hamilton, perteneciente igualmente a
la masonería.

 Johann Kaspar Lavater


En páginas anteriores, habíamos
hecho referencia acerca de los
cambios estructurales que sufrió la
masonería europea durante el siglo
XVIII. Hubo diferentes influencias de
corrientes iniciáticas, así como
transformaciones en los diversos ritos
que se practicaban.
Unas de esas influencias fueron las
que se sucedieron a través del
llamado Rito de La Estricta Observancia de influencia
Templaria - jesuítica.
Una acotación a este punto hace Lorenzo Frau Abrines113:
“Nombre de un rito que se ha dividido en muchísimos
más, y que constituye las más completa expresión del
sistema Templario en Masonería. Este rito fue la
tercera innovación masónica de los jesuitas, alentando
entre los adeptos, la peligrosa esperanza de entrar en
posesión de las riquezas de los antiguos Templarios. La
historia cronológica de sus Grandes Maestros no es
otra que la historia de los Generales de la Compañía de
Jesús.”

113
LORENZO FRAU ABRINES, Ob. Cit., Tomo 1, p.439

103
Esta fue una de las principales pugnas históricas internas entre
los masones, cuando determinaron que muchos jesuitas habían
ingresado a la Orden. Esta circunstancia ocasionó una grave
incisión dentro de la fraternidad
Mientras estos hechos sucedían, Francisco de Miranda se
encontraba en Suiza, utilizando el pseudónimo de Señor de
Meirat.
En una tarjeta dirigida a un señor Brumenthal, remitida por los
hermanos Zorbeubuler114 se lee: “Se ruega al señor
Brumenthal, intérprete de Luneta, ayudar con sus buenos
consejos al portador, señor Caballero de Meirat, anglo-
americano. Su muy humilde y obediente servidor,
Trogen, 11 de agosto de 1788
J. Zouberbuler – Mayor
En el mes de septiembre de 1788, nuestro personaje conoce a
Johann Kaspar Lavater en la ciudad de Zurich. Miranda se
encontraba en la casa del canónigo Gesner, pero debe ir a una
cita con Lavater; siendo así, escribe el 5 de septiembre de
1788: 115 “En fin a las once me fue preciso dejarlo para ir a
ver al señor J. G. Lavater que me aguardaba a esta hora, por
la recomendación que traje del Sr. Spach.”… “Fui a casa de J.
G. Lavater que ya me aguardaba. Tuvimos larga
conversación”
Los dos personajes sostuvieron conversaciones acerca de
diversos temas, quedando comprometidos a verse nuevamente
en la noche, lo cual se llevó a cabo.
De esa nueva reunión, resultó otra cita a petición del
fisonomista, quien le pidió al prócer que posara para él, para

114
COLOMBEIA Tomo VII, p.461
115
COLOMBEIA. Tomo VII, p.464

104
realizar un retrato fisiognómico; un método impulsado por
Lavater que tuvo muchos seguidores.
Transcribe Miranda el 6 de
septiembre116 “Vino a las
siete en punto el pintor de
Lavater, y en menos de una
hora y concluyó un retrato
(en una pieza de pastel) de un
pie de grande y bastante
parecido”
Asimismo, el artista suizo
igualmente le escribió una
serie de pensamientos
dedicados al Señor de Meirat,
tal vez ignorando el
verdadero nombre del prócer
venezolano. Francisco de Miranda
Tales pensamientos los tituló “Recuerdos para viajeros
queridos,”117 en cuyo encabezamiento acota una condición
personal:
“Tengo más de un motivo importante para desear,
rogar y exigir que no exista copia de este manuscrito,
ni sea tomada, dada o permitida sin mi consentimiento;
menos aún, que este Recuerdo se publique sin mi
expreso permiso, bajo cualquier pretexto que sea.”
En cuanto al retrato que realizó de Miranda, Lavater le hizo
una dedicación:
Hombre todopoderoso, vives con el sentimiento de la
fuerza!

116
COLOMBEIA., Ob. Cit. Tomo VII p. 464
117
Id. p. 517

105
Los secretos del corazón, más que escucharlos los ves!
Quién puede penetrar la realidad como tú,
Tú, a quien escapan tan pocas cosas?
Quién pues, comprende como tú las debilidades de los
débiles?
Quién comprende como tú el poderío de los fuertes?
Qué resolución, qué energía, y qué habilidad,
Qué orgullo despreciativo, y qué valor te ha dado la
naturaleza!
Adjunto a esta prosa, Lavater le escribe al momento de
dedicarle sus pensamientos118:
“He aquí mi querido Mairat. He aquí una mezcla de
pensamientos para viajeros, que contiene más verdades
que novedades. Quienquiera que viaje aprende que no
hay nada absolutamente viejo ni nada nuevo bajo el sol,
Buscad y encontraréis; tocad a la puerta y se os abrirá;
dad y se os dará”
Así como hemos referido en oportunidades anteriores, hay
elementos en estas líneas que pudiesen pasar desapercibidos
para cualquier lector, pero para los efectos de esta obra, no
resultan tan vagos.
Nos referimos a las últimas palabras de Lavater, Buscad y
encontraréis; tocad a la puerta y se os abrirá; dad y se os
dará”.
Estas palabras tienen un gran significado para la masonería,
sobretodo para el grado de Aprendiz, por lo que suscribir unos
pensamientos con una despedida de este tipo, es muy singular.
por lo que al utilizar estos términos en la despedida a Miranda,

118
Id. p.517

106
Lavater deja un mensaje vedado al venezolano, que en el caso
de haber sido iniciado en la masonería, indudablemente que
captaría el simbolismo iniciático de las mismas.
Pero: ¿Qué representa para la masonería Lavater?
Una explicación de sus actuaciones, hace Lorenzo Frau
Abrines119
“El Dr. Lavater fue uno de los miembros más
distinguidos de la Orden de la Estricta Observancia.
Cuando las Logias suizas de este régimen se reunieron
en Basilea en 1778 para constituir el Directorio
Helvético Alemán, aclamaron unánimemente al doctor
Lavater, para desempeñar el cargo de Gran-pior o
Presidente. Gracias al celo y a los trabajos de este
hermano, se puso término al desorden que reinaba en
aquella época en Suiza.”
Este hecho se suscitó diez años antes de la fecha en que se
conocieron Miranda y Lavater, tiempo en la cual la masonería
suiza estaba consolidada.
Por todo lo antes expuesto, resulta interesante analizar estas
conversaciones y reuniones privadas entre el suizo y el
venezolano, en las que, como el propio Miranda confiesa,
fueron demasiada fructíferas.

119
LORENZO FRAU ABRINES, Ob. cit. Tomo 2, p. 706

107
Francisco de Miranda y los masones
venezolanos
Dentro de este trabajo investigativo no podía faltar el tema de
la relación de Francisco de Miranda con los masones de la
época., para cuando regresa a Venezuela a finales de 1810,
haciendo hincapié en el hecho de que nos referiremos a los
masones y no a la Masonería en sí, puesto que la misma no
funcionó como institución colegiada en Venezuela sino hasta
1824, año en que se fundó en Caracas, la Gran Logia de la
Gran Colombia.
Es importante destacar la circunstancia, de que la corta estadía
de Francisco de Miranda en su patria, fue acelerada, bajo
cientos de presiones, traumática. Muchas fueron las intrigas,
críticas y desaires de las que fue víctima de los mismos
venezolanos que pugnaban por la independencia de Venezuela.
Realmente Francisco de Miranda fue un incomprendido en su
propia tierra, que culminó con su entrega a Monteverde por los
propios compatriotas.
El velo de desconfianza que siempre estuvo presente entre
algunos destacados venezolanos, que no terminaban de digerir
a aquel General de 60 años, que usaba aretes, pelo largo,
exquisito en sus gustos, con un sin fin de historias y formación
militar muy avanzada para sus compatriotas, pudo haber
influido en la confianza y afinidad entre el Precursor y los
masones de la época, ya que aunque dentro de aquellos líderes,
se encontraban varios iniciados en la francmasonería, con
ninguno de ellos, el Precursor estableció lazos de fraternidad
masónica comprobables.
Sin embargo, al hablar de este tema, la primera idea que llega
a la mente está relacionada a la Gran Reunión Americana y las
actividades que Miranda llevaba a cabo a través de ella, así
como el por qué no tuvo eco en Venezuela como entre otros
108
países. La respuesta parece estar en que, en Venezuela se
desconocían en profundidad, los planes del Generalísimo.
Una referencia al respecto hace Cristóbal L. Mendoza120
“Bolívar no estaba al tanto de los proyectos del Precursor ni de
sus contactos con personajes extranjeros e hispanoamericanos
para promover la Independencia de las Colonias españolas”
Sin embargo, una opinión contraria tiene Américo
Carnicelli121:
“Bajo el nombre de “Sociedad Patriótica” de Caracas
se ocultaba la Logia patriótica revolucionaria, filial de
la “Gran Reunión Americana”, del General Francisco
de Miranda en Londres. Se desconoce cuándo y cómo
se efectuaron las primeras diligencias para su
fundación, la cual agrupó en su seno a los patriotas
venezolanos más entusiastas y fervorosos.”
Ahora bien, podríamos inferir, que si Bolívar desconocía los
proyectos que Miranda había realizado con otros líderes
sudamericanos, tampoco podría estar enterado de una
circunstancia mucho más privada, como sería el pertenecer a la
Masonería.
No obstante, el mismo autor Carnicelli, refiere una carta que
había sido enviada en un paquete de correo por Luis López
Méndez, la cual estaba firmada por Carlos Alvear dirigida a D.
Rafael Mérida, cuyo contenido es muy elocuente.
Sin embargo, para el momento en que los venezolanos llegan a
Londres, aún el prócer chileno no ha hecho pública su
experiencia con Miranda, acaecida entre 1798 y 1800. En otras

120
CRISTÓBAL L. MENDOZA; Las Relaciones entre Bolívar y Miranda,
Italgráfica, Caracas 1978, p. 42
121
AMÉRICO CARNICELLI, Ob. Cit., p. 92

109
palabras, ha transcurrido una década después de los encuentros
que menciona O´Higgins.
Igualmente, tampoco no se conoce registro alguno, ni
referencia histórica o personal, acerca de si Miranda sostuvo
con sus compatriotas el mismo tenor de sus planes con las
Logias Lautaro.
No obstante, el mismo autor Carnicelli, refiere una carta que
había sido enviada en un paquete de correo de Luis López
Méndez, la cual estaba firmada por Carlos Alvear dirigida a D.
Rafael Mérida:122:
“Mi estimadísimo Hermano: al fin he salido del poder
de los tiranos y me hallo aquí acompañado de los
hermanos que en el oficio indico, me ha sido muy
sensible no haber tenido aquí noticias de Ud. Y de
sus progresos. Pienso salir el mes que entra con
los Hermanos arriba expresados para Buenos Aires, y
desde allí comunicaré a Ud. Lo que ocurra, esperando
haga Ud. Lo mismo con lo que le haya ocurrido
después de nuestra separación”
Más adelante continúa:
“Aquí ha establecido una logia para servir de
comunicación con Cádiz, Filadelfia y esa, como
también para que encuentren abrigo los Hermanos que
escapen de Cádiz. Nuestro Román de la Cruz ha salido
del Castillo y tiene la ciudad por cárcel, y lo estoy
esperando de un momento a otro…”…”Si Ud. No
puede desde esa comunicarme lo que ocurre
directamente a Buenos Aires, puede hacerlo por la vía
de Londres, remitiéndoselo al Hermano López Méndez,

122
AMÉRICO CARNICELLI; Ob. Cit., p. 92

110
diputado de esa capital, que creo probablemente
quedará de Presidente de esta Sociedad”
Estas palabras escritas en la correspondencia que refiere
Carnicelli que fue interceptada por el corsario realista
llamado”El valiente Rovira”, al bergantín inglés en las
inmediaciones de Cabo Codera el 3 de enero de 1812, hablan
de una red de logias y “hermanos” en diferentes ciudades del
continente, incluso arroja un dato interesante sin confirmar, la
creación de una Logia en Filadelfia, la cual, nuestras
investigaciones no han arrojado resultados positivos.
Sin embargo, muchos biógrafos afirman que dentro de la
membresía de la Gran Reunión Americana, estaban incluidos
Bolívar, Bello y el propio López Méndez, quien era sobrino
político de Miranda.
Pues bien, en este punto, hay un elemento importante que
resaltar.
Francisco de Miranda no pudo haber iniciado a Bolívar en la
Gran Reunión Americana, porque para cuando el futuro
Libertador llega a Londres, ya pertenecía a la Masonería, toda
vez, que de acuerdo al Acta que en el año 1956, el historiador
Ramón Díaz Sánchez, adquirió en Francia, Simón Bolívar
recibió el grado de Compañero Masón en la Logia San
Alejandro de Escocia, ubicada en París, el 11 de Noviembre de
1805.
Incluso, el propio Libertador le confesó a Peroux de la Croix en
el Diario de Bucaramanga, que había recibido el grado de
Maestro Masón en París, sin mencionar en cuál logia había
sido, no obstante, podríamos inferir que haya sido en la misma
logia San Alejandro de Escocia.
A este respecto, menciona Barboza de la Torre123:

123
PEDRO A. BARBOZA DE LA TORRE, Ob. Cit. p. 6

111
“Se conserva en la Biblioteca Nacional de París, un
Cuadro de dicha Logia, de 1805, donde aparece Simón
Bolívar, Oficial español, en la Columna de los
Maestros Masones de dicha Logia”
En este sentido, resulta interesante analizar el hecho, de que,
estando ya Bolívar iniciado años atrás en la Masonería, estaban
dadas las circunstancias como para que existiese una
comunicación directa entre ambos masones, y un
reconocimiento mutuo de tal condición, de lo cual no se conoce
referencia histórica al respecto.
Este hecho refuta las versiones que aseguran que Bolívar se
inició en la Gran Reunión Americana cuando llegó a Londres
con Andrés Bello y López Méndez, así como también deja
abierta la duda de si Bolívar estuvo en conocimiento de la
pertenencia o no de Miranda a la Orden masónica.
En caso tal, resulta un tanto incomprensible, que si ambos
líderes se reconocían como masones, no agotase Bolívar esa
instancia antes de comandar al grupo de compatriotas hace
prisionero al Generalísimo y lo entrega a Monteverde, sin
derecho a la defensa.
Asimismo, para la tradición masónica venezolana, Andrés
Bello y López Méndez se habrían iniciado igualmente en esta
asociación secreta londinense, condición que ninguno de los
tres venezolanos menciona alguna vez, aunque en la
correspondencia que hace referencia Carnicelli anteriormente,
se menciona al Hermano Luis López Méndez.
Por otra parte, aunque hay evidencias firmes y registros acerca
de la creación de logias a principios del siglo XIX en
Venezuela, así como también la presencia de individualidades
masónicas, los historiadores masones no coinciden en cuanto a
cuál fue la primera logia fundada en el país.

112
Se podría afirmar que las primeras señales de presencia de
masones en Venezuela pudieron ser para el año de 1797, a
través de Juan Bautista Picornell, José Lax y Sebastián Andrés,
considerados masones españoles que fueron expatriados a raíz
de la conspiración de San Blas en 1795, quienes, de acuerdo
una vez más, a la tradición masónica venezolana, habrían
iniciado a José María España y Manuel Gual.
Es prudente aclarar que de haber sucedido esta “iniciación” de
los mártires venezolanos en los calabozos de La Guaira, la
misma estaría signada por algún juramento secreto y no por los
rituales masónicos regulares.
Ahora bien, para el año en que llega Miranda a la tierra que lo
vio nacer, posiblemente existiesen tan sólo tres logias, una
fundada en Caracas en 1805, la otra, en Margarita en 1808 y la
otra, como Triángulo Masónico en Barcelona, en junio de
1810, es decir, el mismo año en que el Generalísimo arriba al
país, de las cuales no hay mayores registros de sus actividades
y membresía.
Veamos las opiniones que se presentan en cuanto a las
primeras logias en Venezuela.
Afirma el historiador masónico Hello Castellón124:
”La primera logia regular que se fundó en Venezuela
fue “San Juan de la Margarita”, en 1808, en Pampatar,
según la documentación aportada por el historiador
Jesús Manuel Subero. Entre los asistentes a “tenidas”
posteriores entre 1810 y 1811, en la columna de los
visitantes aparece el nombre de Diego Bautista
Urbaneja.”

124
HELLO CASTELLÓN, Diego Bautista Urbaneja, El Padre de la Masonería
Venezolana, Impresión particular, Caracas 1997, p. 9

113
Pero otros autores hacen mención a otra logia, como Francisco
B. Storms125:
“La primera logia en Venezuela, fue Protectora de las
Virtudes Nº 1, fundada como Triángulo Masónico el 24
de Junio de 1810 y como logia el 24 de Julio de 1812,
con Carta Patente de la Gran Logia de Maryland”
En cuanto a esta logia, aunque con una diferencia de días en la
fecha de su fundación, hay una referencia interesante
relacionada con las autoridades masónicas que la instalaron y
algunos de sus asistentes, que hace Edgar Perramón126:
“El 1º de julio de 1812 se funda la logia “Protectora de
las Virtudes Nº 1 de Barcelona, su primer Venerable
Maestro fue Diego Bautista Urbaneja Sturdy, a quien
acompañaron, en la tenida de instalación, Manuel
Carías, José María Otero Guerra, general José Tadeo
Monagas, Juan Maimó, Rafael Meneses, coronel A.
Brito, general Juan Suárez, y como visitadores, el
general Carlos Soublette, Fernando Peñalver, general
Rafael Urdaneta y Pedro Gual”
Igualmente, en lo concerniente a las primeras logias fundadas
en Venezuela, destaca el mismo autor127:
“Muchos destacados venezolanos vieron la luz
masónica en la logia “Perfecta Armonía” Nº 74 de
Cumaná, fundada en 1811, funcionó bajo la
jurisdicción de la Gran Logia de Maryland hasta 1823”
En cuanto a la Logia Unión Nº 5, tal parece que acerca de la
fecha de su fundación, no existe registro confiable al respecto.
Acerca de esta circunstancia, hace mención a un artículo que
125
FRANCISCO B. STORM; Ob. Cit. , p. 122
126
EDGAR PERAMON Q., Breve Historia de la Masonería en Venezuela, Gran
Logia de la República de Venezuela, Caracas 1997, p 6-7
127
Ibid. P. 5

114
En artículo del 12 de Junio de 1962, en los 150 años de la
Logia Regeneradores, presentado por Pedro. A. Barboza de la
Torre, el historiador masón Francisco Storm128:
“Que si la logia Unión que debió funcionar
clandestinamente en local ubicado en las cercanías de
El Silencio en el área actual del Liceo Fermín Toro
entre 1808 y 1809, siendo la primera Logia Masónica
establecida en nuestra patria, pero sin contarse con
elementos que avalen esta suposición.”
Como podemos observar, las contradicciones en este tema son
significativas, no obstante, de una u otra manera, se asume que
para la época en que Miranda está de vuelta a Venezuela, a
finales de 1810 y hasta su entrega a Monteverde, hubo
actividad masónica, bien sea por logias o por individualidades.
Pero es de referencia obligada las Sociedades Patrióticas,
sobretodo, la Sociedad Patriótica de Caracas, una organización
de vital importancia en el génesis del movimiento civil y
político independentista de Venezuela.
En cuanto a su funcionamiento, una nota dirigida a
Monteverde en 1812, remitida a Madrid por Morillo en 1815,
hace referencia José Gil Fortoul129:
“Los individuos que componían esta Sociedad
Patriótica, al principio sólo eran aquellos que se
titulaban establecedores del Gobierno y protectores de
la libertad venezolana, que eran muy pocos y los
principales motores de la revolución del 19 de abril de
1810; después comenzaron a admitirse todos los que se
nominaban patriotas y que en el concepto de los

128
FRANCISCO STORM, Ob. Cit. p. 81
129
JOSÉ GIL FORTOUL, Historia Constitucional de Venezuela, Tomo I, Ediciones
Sales, Caracas 1964, p. 231

115
vocales lo eran, procediendo antes de su recibimiento
votación secreta”
Se deduce que las Sociedades Patrióticas actuaban a semejanza
de los Clubes de la Revolución Francesa. De este punto cabe
una reflexión acerca de por qué Miranda no transmitió o
mencionó a sus compatriotas el proyecto de las Logias Lautaro,
o por qué él personalmente no lo llevó a cabo en su propia
tierra.
Sin embargo, algunos autores afirman que las Sociedades
Patrióticas eran precisamente, una especie de versión criolla de
aquellas sociedades secretas, en la que varios de sus miembros
eran masones.
Esta circunstancia la confirma Edgar Perramón130:
“El 3 de julio de 1811 se había reunido la Sociedad
Patriótica con la presencia del General Francisco de
Miranda, el Coronel Simón Bolívar, Peña Iznardi,
Espejo, Roscio, Yáñez, Peñalver y otras importantes
figuras patrióticas, a todos los cuales se les acusaba del
delito de Masonería”
Ahora bien, en 1824, el comisionado francés Joseph Cernau,
llegó a Venezuela con la autorización de la Gran Logia de
Pensilvania, para otorgar altos grados masónicos a diferentes
personalidades, entre quienes, para los efectos de la presente
obra, podríamos mencionar a: Diego Bautista Urbaneja, Carlos
Soublette, Francisco Bermúdez, Santiago Mariño, José Antonio
Páez, Juan Bautista Arismendi, Pedro Gual, Simón Bolívar,
Pedro Briceño Méndez, José María Pelgrón y otros más.
Dicha información aparece en los archivos de un ilustre masón
de la época, José Félix Ribas, identificados como Papeles de
José Félix Ribas131

130
EDGAR PERRAMON Q. Ob. Cit., p.14

116
Al leer estos nombres, podemos ver que algunos de ellos eran
miembros de la Sociedad Patriótica y otros compañeros de
armas de Miranda, aunque desconocemos a ciencia cierta,
cuáles de ellos pertenecían a la Masonería para la fecha de la
llegada del Precursor a Venezuela, así como tampoco, en cuál,
dónde y cuándo se iniciaron, salvo el caso específico ya
mencionado, de El Libertador.
Igualmente, observemos que la autorización de estos altos
grados masónicos, se realiza catorce años más tarde de la
llegada de Miranda a Venezuela.
Asimismo, no hemos encontrado un registro que mencione el
conocimiento entre ellos, de una posible pertenencia de
Miranda a esta Orden, o igualmente, si el Generalísimo conocía
la condición de sus compatriotas.
En conclusión, aunque, como mencionamos anteriormente,
existían algunas individualidades masónicas en Venezuela
entre 1810 y 1812, no existe la comprobación firme de alguno
de los actores de estos movimientos, de que, al igual que
sucedió con las Logias Lautaro y la Gran Reunión Americana,
nuestro personaje, de manera personal y predominante, haya
utilizado bajo esos preceptos la Sociedad Patriótica.
Día Masónico Nacional de Venezuela
En un acto de reconocimiento a Francisco de Miranda, y su
condición de masón, el Gran Maestro de la Gran Logia de la
República de Venezuela, José Tomás Uzcátegui, el día 1º de
enero de 1950, en conmemoración del centenario del
nacimiento del prócer venezolano, decreta celebrar el Día
Masónico Nacional el 28 de marzo de cada año.

131
ARCHIVO GENERAL DE LA NACIÓN; Papeles de José Félix Blanco, Tomo
I, Nº 298, Caracas, Venezuela.

117
Ya mencionábamos anteriormente, que la Gran Logia de la
República de Venezuela tuvo sus comienzos orgánicos desde el
24 de Junio de 1824 bajo la denominación de Gran Logia de
Colombia.
De tal manera, que con la celebración anual de esta fecha, la
Masonería y los masones venezolanos, reconocen como tal a
Francisco de Miranda, así como también, mantienen vivos los
ideales y postulados Mirandinos.

118
Versiones Encontradas
Ahora bien, con el objeto de ilustrar más acerca de este
controversial tema, hemos querido presentar diferentes
versiones de historiadores, biógrafos y autores acerca de esta
circunstancia, de las cuales hacemos un breve análisis.
En ese orden de ideas, señalaremos algunos de los más
reputados historiadores y biógrafos de Francisco de Miranda, y
sus apreciaciones.
William Spence Robertson132 afirma:
“Aunque libros que tratan de la masonería figuraban
ya en su catálogo desde 1783, y aunque manifestó
interés por los establecimientos masónicos en el curso
de sus viajes por Europa, el examen de sus papeles
inéditos nada revela que pueda probar, sea que
perteneciera a la Orden Masónica, sea que fuese el
fundador de la Logia Lautaro. Tampoco se ha
encontrado, pruebas palpables indican que haya
Iniciado jamás a revolucionarios como San Martín y
Bolívar en una asociación de “carbonaris”
sudamericanos”
Como se puede observar, este autor no establece ningún
elemento que apunte hacia el hecho de que Miranda se haya
iniciado en la fraternidad masónica.
Spence Robertson crea además, una expectativa al respecto,
aduciendo que la Logia Lautaro, era una especie de sociedad
secreta a la que ingresaban líderes sudamericanos ganados a la
independencia de sus países, que no tenía nada que ver con la
Masonería regular.

132
WILLIAM SPENCE ROBERTSON, Francisco de Miranda y la Revolución de
la América Española, Bogotá, Imprenta Nacional 1918, p. 157-158

119
Cabe destacar, que la Gran Logia Unida de Inglaterra, no tiene
entre sus registros la existencia de esta organización, ni
tampoco una petición emitida por un grupo de masones para la
creación de una logia regular de la época con esta
denominación.
Prosiguiendo este orden de ideas, refiriéndose acerca de la
relación a las Logias Lautaro, el mismo historiador acota133:
“Existe la posibilidad de que algún historiador del
porvenir, con la ayuda de archivos secretos
sudamericanos, pueda vincular en forma indiscutible a
esos conspiradores con la telaraña gigantesca que
Miranda estaba tejiendo en Londres”
Por otra parte, Egea López considera que el librepensador
venezolano mantuvo contactos con masones radicados en
Cádiz.
Refiere Egea López134:
“Cuando Miranda arriba a la Península la sociedad
secreta cuenta con raíces; y, precisamente, la ciudad de
Cádiz, donde el caraqueño residiría y contara con
amigos, ya en 1748 disponía de al menos una logia, con
ochocientos afiliados.
Más adelante continúa:
“Teniendo presente que Miranda obtiene el grado de
Capitán en la Metrópoli, y que entre los militares
encuentra la masonería su mejor mercado, las
probabilidades de un Miranda masón se multiplican,
máxime con el carácter notoriamente contestatario,
reformador y progresista del venezolano, que aparecía
ante los ocultos masones como un socio interesante.”

133
WILLIAM SPENCE ROBERTSON, La vida de Miranda, p.158
134
ANTONIO EGEA LÓPEZ, Ob. Cit p. 68

120
En esta opinión, se puede observar cierto carácter subjetivo,
cuando se apela a la especulación en cuanto al carácter del
Precursor, cuando el autor menciona “las probabilidades de un
Miranda masón se multiplican, máxime con el carácter
notoriamente contestatario, reformador y progresista del
venezolano, que aparecía ante los ocultos masones”
Para algunos historiadores, fue aquí en donde se inició el
venezolano, basados en el hecho consabido de existir logias
desde principios del siglo XVIII, pero sin ninguna base
fundamentada, que así lo compruebe.
Sin embargo, recordemos que el rey Fernando VII fue uno de
los monarcas que se hizo eco de manera total de las condenas
del Vaticano, al punto de reaccionar casi inmediatamente
después de ser dictada la Bula Providas emanada por
Benedicto XIV.
A continuación, fragmentos del Decreto que emanó el 2 de
Julio de 1751135:
“Hallándome informado de que la invención de los que
se llaman Franc-Masones, es sospechosa a la Religión
y al estado, y que como tal está prohibida por la Santa
Sede debajo de Excomunión, y también por las Leyes de
estos Reinos, que impiden las Congregaciones de
muchedumbre, no constando sus fines; e institutos a su
Soberano: He resuelto atajar tan graves inconvenientes
con toda mi autoridad, y en su consecuencia prohíbo en
todos mis Reinos las Congregaciones de los Franc-
Masones, debajo de la pena de mi Real indignación, y
de las demás que tuviere por conveniente imponer a los
que incurrieren en esta culpa.”

135
JOSÉ ANTONIO FERRER BENIMELLI., Masonería e Inquisición en
Latinoamérica durante el siglo XVIII, p. 15

121
Veamos que las consideraciones del monarca no tenían ningún
tipo de vacilación, por lo que el pertenecer a la fraternidad
durante su reinado, y en el tiempo que nos ocupa, era una
verdadera temeridad, por lo que aún considerando a Miranda
un individuo audaz y hasta irreverente, para la fecha en que se
presentan estos actos, el caraqueño apenas tiene veintiún años y
es un perfecto desconocido en Cádiz.
Sin embargo, en cuanto al punto específico de este capítulo,
más adelante acota el propio Egea López136:
“En conclusión, la pertenencia de Miranda a la
masonería no queda ni afirmada ni refutada, sí es
evidente, en todo caso, que Miranda supo de la
masonería y contactó con ella, y que, por tanto,
con sus ideas se sentiría identificado, al menos en
algunas concepciones, que ya vimos afines”
No obstante, una opinión de Pedro de Leturia, quien los toma
de Mancini, refiere el mismo autor137: “El P. Leturia cuenta que
Miranda se habría iniciado en los misterios y juramentos de la
masonería en 1773”.
Nótese que en esta cita, no se hace referencia a ningún lugar en
especial, aunque en ese año, Miranda ya se encuentra en Cádiz.
Otro historiador que hace mención a la Masonería y Miranda,
es Alfonso Rumazo González138:
“Lo invitan a Gibraltar y acepta alborozado esta
ruptura de la monotonía taladrante de la vida de
cuartel. Gibraltar es un baluarte inglés desde 70 años
atrás. Se queda dos meses y ofrece retornar.
Probablemente esta segunda vez fue invitado a ingresar
136
Ibíd., p. 70
137
ANTONIO EGEA LÓPEZ, Ob. Cit. p.69
138
ALFONSO RUMAZO GONZÁLEZ; Miranda Protolíder de la Independencia
Americana, Colección Ambrosio Plaza Nº 4, Los Teques, Venezuela, 1985

122
a la francmasonería, la asociación más importante del
siglo XVIII y de buena parte del XIX”
Al observar la expresión de “probablemente esta segunda vez
fue invitado a ingresar a la francmasonería” nos refleja el
carácter especulativo de esta cita.
Asimismo, en otra obra de su autoría el propio Rumazo
González139 afirma: “En Cádiz, el capitán caraqueño ingresa a
la logia de la ciudad dependiente de Londres. En el año 1776
había ya una logia en Cádiz según informe de la Inquisición en
Madrid”
Nuevamente observamos en esta opinión, aspectos subjetivos y
contradicción del mismo autor, en cuanto al tiempo y lugar
identificados como de posible iniciación del prócer.
Para Frau Abrines, el prócer se inicia en la Masonería, pero no
indica, lugar ni fecha que así lo confirme.
Reflexiona al respecto140:
“El General Miranda era un verdadero aladid de las
ideas de la libertad e independencia: había sido
iniciado en los secretos de las Logias Masónicas por el
gran Lafayette”
Analizando esta opinión hecha sin fundamentos aparentes,
debemos agregar, que aunque Miranda y Lafayette tuvieron
contacto y amistad, no hubo una relación suficientemente
sólida como para que el oficial francés iniciara a Miranda en
logia alguna, más aún el afirmar que el propio Lafayette habría
iniciado a Miranda, significa que ocupaba el cargo de
Venerable Maestro en alguna logia que en dicha cita no se

139
ALFONSO RUMAZO GONZÁLEZ; 8 Grandes Biografías, Tomo II, Ediciones
de la Presidencia de la República, Caracas, 1993
140
LORENZO FRAU ABRINES, Ob. Cit. Tomo 3, p. 787

123
menciona cuál es, como tampoco el año y lugar de su
funcionamiento.
Asimismo, expone el historiador chileno masón, Edgar
Perramón Q141:
“No hay duda que Miranda, que partió de Caracas a
los 21 años e ingresó a la Masonería, seguramente en
Madrid, a los 23 años, en 1773, vio, en el sistema de la
Masonería, en su labor humanista, en el secreto o
privacidad de sus reuniones, en las palabras y signos
de reconocimiento, una forma eficaz para trabajar por
la emancipación de América, por la libertad y la
justicia”
Con estas consideraciones, Perramón reafirma lo que Egea
López había referido en cuanto al interés que pudo despertar la
Masonería en Miranda, lo cual es una constante entre sus
biógrafos, no obstante, no se arrojan mayores datos para
deducir que Miranda haya podido iniciarse en Madrid.
Por otra parte, una apreciación de la cual no hemos encontrado
comprobación, presenta Mario Briceño Perozo142:
“Recuerda el Precursor que en Francia, las principales
figuras de la Revolución, estuvieron afiliadas a la
francmasonería, en cuyos centros exponían sus ideas
progresistas los más ilustrados señores del siglo XVIII
francés.”
Aunque ciertamente la Revolución Francesa se nutrió del
pensamiento de filósofos pertenecientes a la Masonería, no
hemos encontrado un registro en el cual Miranda haga
referencia a que tales personajes eran masones. Incluso, es de
141
EDGAR PERRAMÓN Q., Breve Historia de la Masonería en Venezuela,
Ediciones de la Gran Logia de la República de Venezuela, Caracas 1997, p11
142
MARIO BRICEÑO PEROZO, Don Francisco de Miranda, Maestro de
Libertadores, p. 30

124
observar que el historiador Briceño Perozo no presenta la
respectiva fuente.
Asimismo, en un trabajo biográfico acerca del prócer
venezolano, afirma el GB (Ej) Eumenes Fuguet Borregales143:
“Algunos historiadores mencionan el ingreso de
Miranda en la Orden Masónica en Madrid el año 1773
a los 23 años, en algunas Respetables Logias de
Noruega, Suecia y Bélgica, tiene registrada la
asistencia de nuestro Precursor a tenidas (reuniones
masónicas)”
Es de hacer resaltar que cuando Francisco de Miranda recorre
estas naciones, poseía un Pasaporte Imperial emitido por la
Emperatriz Catalina II, en el que se identificaba con el
pseudónimo Señor Conde de Miranda, Coronel de los
Ejércitos de Su Majestad Imperial Catalina II de Rusia.
Por lo tanto, se hace un tanto inviable que en dichas logias
aparezca registrada la visita de un caballero llamado Francisco
de Miranda.
Otra versión presenta el investigador masón venezolano, B.G.
González Pachano144: “Es posible que Miranda se iniciara en la
francmasonería, durante su estadía en Gibraltar, donde la Gran
Logia Inglesa había fundado una filial en 1726”.
En la misma obra, más adelante reflexiona145: “Si nuestro
compatriota fue iniciado en Londres como suponemos, con el
interés y la minuciosidad que siempre demostró por todo lo
que fuera cultura, estudia los principios masónicos”

143
EUMENES FUGUET BORREGALES; Francisco “Libertad” Miranda, Gran
Logia de la República de Venezuela, Caracas, s/f.
144
B.G. GONZÁLEZ PACHANO; El Precursor Generalísimo Francisco de
Miranda, Primer Masón Venezolano, Edición Fungecamil, Maracay, Venezuela,
1999, p. 6
145
Ibid. p. 44

125
Asumimos que en estas dos opiniones del mismo autor, pudo
haber tenido una confusión entre la creación de la llamada
Legión Americana en Londres, con la iniciación de Miranda.
Prosiguiendo con las versiones acerca del planteamiento
histórico que nos ocupa, se afirma en una página web
venezolana que trata temas masónicos146:
“Varios historiadores masónicos norteamericanos y
franceses, aportan valiosa información sobre la
actividad masónica del caraqueño Francisco de
Miranda, de quien aseguran que se inició en 1783, en
una logia de Filadelfia, muy frecuentada por el famoso
general francés Mario José Lafayette.”
“No hay datos sobre el día y el mes. Por las
contingencias derivadas de la guerra, al parecer se
perdieron los archivos de la Logia donde Miranda
recibió la luz masónica. De lo que se sabe es que
Lafayette fue su padrino de iniciación. Existen muchas
referencias sobre la asistencia de Miranda a logias de
Nueva York y de sus tertulias con George Washington
en locales masónicos.”
“Sin embargo, investigaciones posteriores a la
publicación de los dos volúmenes de Américo
Carniccelli, arrojan bastantes evidencias sobre los
contactos de Miranda con Lafayette, que culminaron en
su iniciación en una logia de Filadelfia, en 1783”.
“Otros investigadores aseguran que Miranda se inició
en la masonería en París, Francia, en 1797, meses
antes de su regreso a Londres. Pero esas teorías se
desmoronan solas con las referencias publicadas por
diarios ingleses en 1785, donde hablan de las reuniones
146
www.glrbv.org.ve/ Generalísimo Francisco de Miranda, El Precursor de la
Independencia y padre de la Masonería Latinoamericana

126
masónicas de Miranda con intelectuales y personajes
de la nobleza.”
“Al citar esas evidencias, un historiador británico,
llegó a la conclusión de que Miranda se inició en
Filadelfia, Estados Unidos, en 1783; recibió el grado
de compañero en Londres, en 1785; y el grado de
Maestro, en París, en 1797. Esa cronología parece la
más ajustada a la verdad, ya que guarda relación con
el periplo del Precursor por esos países.”
Hemos querido presentar completa esta reseña, ya que entre las
versiones que hemos estudiado, ésta, en la que hasta se
describe en dónde recibió los diferentes grados, nos parece la
más inexacta y especulativa, toda vez que ningún historiador o
biógrafo, siquiera ha mencionado qué grado podría haber
obtenido Miranda, y mucho menos, la logia y el año en que los
recibió.
Asimismo, en nuestras investigaciones no se han presentado
ningún tipo de documentación que esté relacionada con la
asistencia de Miranda a logias en New York, por lo que
descartamos estas apreciaciones.
Tal y como se puede observar en las diferentes referencias
biográficas y opiniones de estos destacados autores, se aprecian
en algunas de ellas, inconsistencias y vacíos documenticios en
cuanto a fechas, lugares y personajes que confirmen de manera
fehaciente la pertenencia o no de Miranda a la masonería

127
Francisco de Miranda (1750-1816)

128
CONCLUSIONES
¿Se Inició finalmente Francisco de Miranda en la
Masonería?
¿Dónde y cuándo se Inicia?
Llegamos al final del camino con una convicción en mente.
Las probabilidades de que ciertamente Francisco de Miranda se
haya iniciado en la Masonería, son elevadas y firmes.
Para llegar a estas conclusiones nos hemos basado
fundamentalmente en los Elementos Vinculantes que hemos
presentado de manera objetiva, los cuales consideramos que
arrojan fuertes indicios de que ciertamente el Generalísimo
ingresó a esta fraternidad universal.
Es importante resaltar que los hechos y circunstancias en las
que referimos la relación de Miranda directa e indirectamente
con la Masonería, los hemos identificamos como Elementos
Vinculantes, es debido a que, basados en la objetividad que
hemos querido demostrar, no pueden llamarse elementos
determinantes, de allí el título de nuestra obra.
Asimismo, aunado a ellos están las diferentes versiones de
destacados historiadores y biógrafos, con las que en algunos
casos no coincidimos en cuanto a imprecisiones de los datos
que en ellas aparecen.
En base a todo lo planteado, nuestra conclusión va dirigida a
que fue en Kingston, Jamaica, en 1781, durante su estadía de
tres meses en la misión secreta ordenada por Juan Manuel
Cagigal, cuando ciertamente, se inició Miranda en la
Masonería.
La razón de mayor fundamento que poseemos para afirmarlo,
es la tenencia de los libros masónicos, Las Constituciones de
los Francmasones y la Historia de la Masonería.

129
Estas dos obras, como lo afirmamos en su momento, no podían
ser de venta libre en ningún local, ya que como hemos hecho
referencia, aún hoy en día, es un material bibliográfico que
recibe el masón al ser iniciado, y más aún, en una época en que
la Masonería estaba proscrita de las leyes de muchos Estados, y
sobretodo, del Santo Oficio.
En tal sentido, consideramos que cuando aparecen en el
inventario de obras del Generalísimo, son porque durante sus
reuniones secretas mantuvo contactos con masones de la isla.
Igualmente, es una circunstancia de relevancia para esta obra,
el hecho de que Francisco de Miranda llevó correspondencia
privada dirigid a Sir Peter Parker, quien para el momento era
una figura representativa de la Masonería jamaiquina, y es
posterior a esas reuniones secretas, cuando aparecen los libros
masónicos en el equipaje de Miranda.
Asimismo, el hecho de que dos años después, cuando sale de
La Habana aún mantenga estas obras, nos apuntan a que
ciertamente Francisco de Miranda se habría iniciado en
Jamaica, en 1781.
De allí, se deriva su firme interés en la Orden masónica a
través de sus viajes, así como los contactos específicos con
importantes personajes pertenecientes a la masonería.
Igualmente, consideramos que esta fue la razón por la cual le
sugirió a Bernardo O´Higgins que las asociaciones secretas
creadas para la gesta emancipadora de los países del continente
sudamericano, fuesen llamadas “logias”.
Finalmente, consideramos que hemos sentado bases
interesantes para continuar los caminos en la búsqueda de la
verdad a todos los investigadores de este interesante tema, con
el propósito de que cada vez nos acerquemos a la certificación
de que Francisco de Miranda, ciertamente se Inició en la
Masonería.

130
FIN

131
BILBLIOGRAFÍA

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Planeta

134
INDICE

Introducción…………………………………………….....4
¿Qué es la Masonería?.........................................................7
Origen y evolución de la Masonería……………………..16
Libres y Aceptados Masones…………………………….27
Miranda y el contexto histórico de la Masonería en el siglo
XVIII……………………………………………………..34
La Independencia de los Estados Unidos………………...43
La Revolución Francesa………………………………….45
Elementos Vinculantes entre Miranda y la
Masonería……………………………………...................48
Elemento Vinculante Nº 1………………………………..49
Elemento Vinculante Nº 2………………………………..58
Elemento Vinculante Nº 3……………………………......62
Elemento Vinculante Nº 4……………………………......67
Elemento Vinculante Nº 5………………………………. 70
Elemento Vinculante Nº 6………………………………..74
Elemento Vinculante Nº 7………………………………..84
Elemento Vinculante Nº 8………………………………..92
Miranda y los masones venezolanos…………………....107
Versiones Encontradas………………………………….118
Conclusiones……………………………………………129
Bibliografía……………………………………………..132

135

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