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PROBLEMAS ACTUALES

DEL DERECHO PROCESAL PENAL


Daniel R. Pastor | Director
Nicolás Guzmán | Coordinador

PROBLEMAS ACTUALES
DEL DERECHO PROCESAL PENAL

Alberto Binder Eugenio J. Martínez Marcelo A. Sancinetti


Mirentxu Corcoy Bidasolo Santiago Vegezzi Eugenio C. Sarrabayrouse
Juan L. Finkelstein Nappi Francisco Castex John A. E. Vervaele
Vanina Almeida Federico Wagner E. Matías Díaz
Hernán G. Bouvier
Denise Bakrokar Martín Perel
Nicolás F. D’Albora
María Florencia Hegglin Julio B. J. Maier
Santiago A. López
Santiago Martínez Raúl Núñez Ojeda
Laura Deanesi
Pedro J. Bertolino Mauricio Duce J. Lucas Tassara
María Luz Castany Juliana Márquez E. Matías Díaz
Rafael Alcácer Guirao Santiago Schiopetto Diego Freedman
Román P. Lanzón Daniel R. Pastor Martiniano Terragni
ÍNDICE

Prólogo,
Daniel Pastor y Nicolás Guzmán ............................................... 11

PRIMERA PARTE
Cuestiones generales
de la legislación procesal penal
– La política criminal en el marco de las políticas públicas.
Bases para el análisis político-criminal
ALBERTO M. BINDER .......................................................... 19
– La interpretación en derecho penal. Favor libertatis vs.
Favor securitatis. In dubio pro reo vs. In dubio contra
reo
MIRENTXU CORCOY BIDASOLO .............................................. 43
– Las ruinas del modelo procesal penal nacional. La nece-
sidad de su sustitución por vía de la recodificación como
forma y de Humanitas como contenido
JUAN L. FINKELSTEIN NAPPI ................................................ 75
@

SEGUNDA PARTE
Sujetos del proceso penal
I
EL JUEZ
– La efectividad de la garantía de imparcialidad en función
del juicio por jurados
VANINA ALMEIDA y DENISE BAKROKAR................................... 109
8 PROBLEMAS ACTUALES DEL DERECHO PROCESAL PENAL ÍNDICE 9

– Poderes probatorios de oficio del tribunal IV


MARÍA FLORENCIA HEGGLIN ................................................. 131 LA VÍCTIMA

– El proceso penal escrito y las garantías de los ciudadanos: – Proceso penal y participación ciudadana
expediente vs. los principios de imparcialidad e indepen- FRANCISCO CASTEX ............................................................ 333

dencia del juzgador – Un límite a la tutela judicial efectiva


SANTIAGO MARTÍNEZ........................................................... 167 FEDERICO WAGNER ............................................................. 357

II
TERCERA PARTE
EL FISCAL Problemas de la prueba en el proceso penal
– Sobre la “responsabilidad” en la actuación del fiscal en el
– Observaciones sobre una variante de neopunitivismo. El
proceso penal acusatorio
problema de los abusos sexuales a menores
PEDRO J. BERTOLINO ......................................................... 189
HERNÁN G. BOUVIER .......................................................... 375
– La función del fiscal durante un secuestro en curso – El proceso penal en la ley de lavado de activos
MARÍA LUZ CASTANY ........................................................... 197 NICOLÁS F. D’ALBORA y SANTIAGO A. LÓPEZ ......................... 401

III – Introducción a la psicología del testimonio: nuevas pers-


EL IMPUTADO pectivas
LAURA DEANESI ................................................................. 439
– El silencio de los coimputados
– La admisibilidad de la prueba pericial a juicio oral en la
RAFAEL ALCÁCER GUIRAO .................................................... 227
Argentina: análisis de tres códigos procesal penales
– El deber del tribunal de asegurar el derecho a la defensa MAURICIO DUCE J. ............................................................. 449
¿efectiva? en el proceso penal argentino
– Medios probatorios no reglados en el Código Procesal Pe-
ROMÁN P. LANZÓN .............................................................. 257
nal de la Nación
– Procedimiento abreviado e integración de sentencias con- JULIANA MÁRQUEZ y SANTIAGO SCHIOPETTO.......................... 499
denatorias – Los problemas procesales de los delitos de tenencia
EUGENIO J. MARTÍNEZ........................................................ 291 DANIEL R. PASTOR ............................................................. 529
– El proceso y su mirada hacia el futuro. El peligro en la – De la insuficiencia del testimonio único, con especial re-
prisión cautelar ferencia al abuso sexual
SANTIAGO VEGEZZI ............................................................. 313 MARCELO A. SANCINETTI ..................................................... 547
10 PROBLEMAS ACTUALES DEL DERECHO PROCESAL PENAL

– La prueba de la relación de causalidad en el espejo de la


responsabilidad penal por el producto
EUGENIO C. SARRABAYROUSE............................................... 563
– Medidas de investigación de carácter proactivo y uso de
información de inteligencia en el proceso penal
JOHN A. E. VERVAELE ........................................................ 597

CUARTA PARTE
Los recursos en el proceso penal

– El principio de “igualdad de armas” y su vinculación con


el derecho al recurso como garantía constitucional del im-
putado
E. MATÍAS DÍAZ y MARTÍN PEREL ........................................ 657
– ¿Hacia un nuevo sistema de control de las decisiones ju-
diciales?
JULIO B. J. MAIER ............................................................. 685
– El sistema de recursos procesales en el ámbito penal en
un Estado democrático deliberativo
RAÚL NÚÑEZ OJEDA ........................................................... 699
– ¿Hasta dónde llega el control de una sentencia?
LUCAS TASSARA ................................................................. 735

QUINTA PARTE
Los menores en el proceso penal

– Principio de especialización en el sistema penal juvenil y


su relación con el derecho de defensa
E. MATÍAS DÍAZ ................................................................. 761
– La prisión preventiva a los niños: entre los criterios tute-
lares y los riesgos procesales
DIEGO FREEDMAN y MARTINIANO TERRAGNI ........................... 795
EL SISTEMA DE RECURSOS PROCESALES EN EL ÁMBITO PENAL
EN UN ESTADO DEMOCRÁTICO DELIBERATIVO*
RAÚL NÚÑEZ OJEDA**

1. Introducción
El tópico del presente artículo es analizar el sistema de recur-
sos procesales penales que reconoce el Código Procesal Penal chileno
del 2000 a la luz del concepto del Estado democrático deliberativo.
En especial, del llamado recurso de nulidad como forma de control
de los hechos establecidos en la sentencia definitiva dictada por un
Tribunal de Juicio Oral.
Un tema de gran sensibilidad para el usuario de la administra-
ción de justicia es, precisamente, el grado de control que un sistema
procesal reconoce de las resoluciones que dictan los funcionarios
que integran los órganos que ejercen la función de adjudicación en
un Estado de derecho.1 En otras palabras, para la sociedad en su
conjunto resulta importante saber hasta qué punto se puede contro-
lar el ámbito de discrecionalidad del órgano que ejerce la jurisdicción
al decidir un caso determinado.2 Ciertamente, que hablo de discre-

* Este artículo tiene su origen en un trabajo presentado el día 17/8/2011 en la Facul-


tad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires (Argentina), en el marco del Se-
minario de Derecho Penal dirigido por el Profesor Dr. Daniel Pastor. El texto que
hoy se publica es una versión revisada, corregida y aumentada de aquél. Agrade-
cemos al profesor Dr. Daniel Pastor por la invitación y por las sugerentes discusio-
nes que se sucedieron sobre el tema.
** Doctor en Derecho por la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona (España). Pro-
fesor Asociado de Derecho Procesal en la Facultad de Derecho de la Pontificia Uni-
versidad Católica de Valparaíso y Profesor invitado en la Facultad de Derecho de la
Universidad Pompeu Fabra de Barcelona (España). Correos electrónicos: raul.nu-
nez@ucv.cl y raulnunezojeda@gmail.com.
1 Se ha dejado de lado la discusión sobre una teoría general de los medios de im-
pugnación. Con todo, una buena aproximación al tema se puede ver en: TAVOLARI
OLIVEROS, Rául: “Hacia una teoría general de la impugnación”, Comentarios proce-
sales, Edeval, Valparaíso, pp. 37 y ss.
2 Para una visión de las reformas de los poderes judiciales de la Europa continental
e insular conf. con BELL, John: Judiciaries within Europe. A Comparative Re-
view, CUP, Cambridge, 2006, esp. pp. 1 a 43.
700 PROBLEMAS ACTUALES DEL DERECHO PROCESAL PENAL RAÚL NÚÑEZ OJEDA 701

cionalidad, ya que en las hipótesis de arbitrariedad no se podría ha- rias.6 El primero tiene por objeto justificar la validez o corrección de
blar en sentido estricto de decisión jurisdiccional, por ser un acto de una norma, justificación que viene dada por el principio de universa-
puro voluntarismo del sujeto que actúa en nombre del Estado adju- lidad. Aun cuando atendiendo al discurso de justificación o funda-
dicador.3 mentación una norma sea válida ello no significa que esa norma deba
Por otro lado, el tema entra de lleno en una discusión mucho ser automáticamente aplicada al caso concreto. Es aquí donde entra
más amplia que supera el marco del fenómeno jurídico, me refiero al en juego el discurso de aplicación o adecuación: este discurso se re-
tópico de la falibilidad humana. Efectivamente, según la doctrina clá- fiere a la corrección de la decisión jurídica, en la cual hay que esta-
sica nacional, los recursos han sido creados por el legislador como blecer si la norma prima facie aplicable es adecuada a una situación
medio de corregir los errores, vicios, agravios o faltas en que incu- determinada, para lo que es necesario tener en cuenta todos los da-
rran los jueces, ya que, como todas las personas, no son infalibles y tos que caracterizan a esa situación, es decir, la situación de aplica-
como personas que son los jueces, ellos también pueden equivo- ción. La diferencia entre discurso de fundamentación y discurso de
carse.4 aplicación de las normas jurídicas reside en que el primero es un dis-
Sin desconocer que la doctrina clásica tiene en parte razón, curso práctico sobre la validez de las normas independientemente de
nuestro enfoque será un tanto diverso. Para nosotros el punto de par- la situación individual en la que serán aplicadas; mientras que el dis-
tida es la noción de Estado democrático deliberativo estructurado curso de aplicación está centrado en la adecuación de las normas a
por el filósofo alemán Jurgen Habermas.5 Así las cosas, debemos pre- las circunstancias relevantes del caso concreto (aspectos o circuns-
guntarnos: ¿Cuál es la función que realizan los jueces al resolver un tancias de hecho).7 Por tanto, fundamentación y aplicación son dos
caso dentro de un Estado democrático deliberativo? Solo de esta ma- formas discursivas complementarias, la primera es labor del Poder
nera podremos saber qué controlar y qué parte queda fuera de esta Legislativo y la segunda es propiamente el discurso del órgano juris-
actividad. diccional.
También, se debe considerar que la decisión judicial debe ser
2. El discurso que desarrollan los órganos jurisdiccionales una decisión doblemente limitada.8 Por un lado, por el principio de le-
galidad, que implica que el juez tiene que tomar la decisión aplicando
Para nosotros la respuesta se construye a partir de la diferen- el ordenamiento jurídico; en otras palabras, la decisión judicial tiene
cia entre discurso de fundamentación (o justificación) y discurso de que ser una decisión legal. Por otro lado, como el ordenamiento no pre-
aplicación o adecuación, como formas discursivas complementa- determina totalmente la solución a los casos individuales, hay un se-

3 Aquí nos encontramos con los supuestos de responsabilidad del juez. Sobre el 6 Aquí seguimos el pensamiento estructurado por Habermas y su discípulo Günther
tema consultar en español, entre otros: MONTERO AROCA, Juan: Independencia y (GÜNTHER, Klaus: Der Sinn für Angemessenheit. Anwendungsdiskurse in Moral
responsabilidad del juez, Civitas, Madrid, 1990, pp. 182 y ss.; DÍEZ-PICAZO GIMÉ- und Recht, Suhrkamp Verlag, Frankfurt, 1988, passim, y, HABERMAS: ob. cit., pp.
NEZ, Ignacio: Poder Judicial y responsabilidad. La Ley, Madrid, 1993, pp. 20 y ss.; 238 y ss.). Con todo, existe una opinión diversa del Profesor Alexy (ALEXY, Robert:
y, DELGADO DEL RINCÓN, Luis Esteban: Constitución, Poder Judicial y responsabili- Teoría de la argumentación jurídica, Centro de Estudios Constitucionales, Ma-
dad, Centro de Estudios Constitucionales, Madrid, 2002, pp. 23 y ss. drid, 1997, passim) que hacer referencia a la tesis del “caso especial”. El citado
4 Véase desde la dogmática procesal civil clásica, entre otros: BENAVENTE GORROÑO, autor sostiene que la pretensión de corrección también se plantea en el discurso
Darío: Derecho procesal civil, Editorial Jurídica de Chile, Santiago, 2002, p. 147; jurídico; pero esta pretensión, a diferencia de lo que ocurre en el discurso práctico
y, CASARINO VITERBO, Mario: Manual de derecho procesal (Derecho procesal civil), general, no se refiere a que las proposiciones jurídicas en cuestión sean sin más
t. IV, Editorial Jurídica de Chile, Santiago, 2007, p. 129. racionales, sino solo a que en el marco del ordenamiento jurídico vigente puedan
5 HABERMAS, Jürgen: Faktizität und Geltung, Suhrkamp Verlag, Frankfurt, 1992, ser racionalmente fundamentadas.
pp. 349 y ss. Sobre la posición de Habermas desde una pespectiva crítica: GRIMM, 7 GÜNTHER: ob. cit., passim; y, HABERMAS: ob. cit., pp. 272 y ss.
Dieter: “Bedingungen demokratischer Rechtsetzung”, Die Öffentlichkeit der Ver- 8 Sobre el problema de la interpretación me remito al escrito del discípulo del pro-
nunft der Öffentlichkeit. Festschrift für Jürgen Habermas (L. Wingert / K. Gün- fesor K. Günther, BUNG, Jochen: Subsumtion und Interpretation, Nomos, Baden-
ther), Suhrkamp Verlag, Frankfurt, 2001, pp. 489 y ss. Baden, 2003, pp. 9 y ss.
702 PROBLEMAS ACTUALES DEL DERECHO PROCESAL PENAL RAÚL NÚÑEZ OJEDA 703

gundo límite a la decisión judicial, límite que viene dado por la co- Esta autorreflexión institucionalizada del derecho sirve a la
rrecta justificación de la misma, justificación que está en función de protección del sistema jurídico desde un doble punto de vista que re-
las razones dadas a favor de cada una de las opciones que se le plan- presenta la justicia en el caso particular y la unilateralidad en la apli-
tean al juez en el proceso de aplicación. Por lo tanto, lo decisivo en la cación del derecho y en el desarrollo de éste.12 Así las cosas, la fina-
aplicación judicial del derecho no es solo la aplicación de enunciados lidad del recurso consiste, primariamente, en obtener en interés de
jurídicos (de fuentes del derecho) como fundamentos o razones para las partes decisiones correctas y, por tanto, justas, mediante la revi-
la decisión, sino también las razones dadas a favor de la aplicación sión de las sentencias dictadas. Con todo, la finalidad de los recur-
de dichos enunciados frente a otros potencialmente aplicables, la de- sos no se agota en ello. Antes hay también un interés general por un
terminación de un preciso significado de los mismos frente a otras eficaz sistema de recursos. La prohibición de la autotutela solo se
interpretaciones, la consideración de determinados hechos como puede realizar eficazmente si las partes reciben ciertas garantías de
probados (alternativamente a las razones a favor de los mismos obtener una decisión correcta. Además la secuencia de distintas eta-
como no probados) y como encuadrables en una categoría jurídica (y pas revisoras permite la concentración en un grupo de tribunales su-
no en otra), así como la elección de una correcta consecuencia jurí- periores, para terminar en el tribunal de mayor jerarquía dentro del
dica dentro de las alternativas legales.9
sistema procesal (en Chile la Corte Suprema), que conduce a la uni-
De aquí surge asimismo la obligación de motivar las senten-
lateralidad del derecho a la vez que su desarrollo, ambas cosas nece-
cias, obligación que no es solo una exigencia de orden legal, sino que
sarias para el sistema jurídico. Es importante tener presente que el
se deriva de la idea misma de la jurisdicción y de su ejercicio en los
interés público es más fuerte en el recurso de casación o de nulidad
Estados democráticos, donde no pueden desligarse las ideas de ju-
que en el recurso de apelación. El interés público por la unilaterali-
risdicción y motivación: ésta es constitutiva de aquélla, de tal forma
dad del derecho marca un importante rasgo de la lógica de la admi-
que la motivación no es algo obligatorio desde un punto de vista ex-
terno o formal, sino que es inherente a la aplicación de derecho.10 nistración de justicia: el tribunal debe, en cada caso particular, pro-
En otras palabras, la fundamentación se compone en el hecho teger la coherencia del ordenamiento jurídico en su conjunto.13 Sobre
de juzgar y los motivos de la decisión. Aquí junto con los consideran- este aspecto volveremos más adelante.
dos jurídicos se produce la valoración de la prueba. Las disposicio-
nes relativas a procedimientos no norman, pues, ni las razones que 3. Limitaciones del proceso en atención a la prueba
deban considerarse admisibles, ni tampoco la marcha de la argu-
mentación; pero aseguran ámbitos para discursos jurídicos, que solo Llegados a este punto conviene, además, reconocer que por ra-
en su resultado se convierte en objeto del procedimiento. Pues el re- zones de seguridad jurídica14 los procesos penales tienen que termi-
sultado puede ser vuelto a examinar por las sucesivas etapas supe-
riores.11 ción del derecho y justificación de la decisión judicial, Tirant lo Blanch, Valencia,
2003, pp. 251 y ss.; RODRÍGUEZ BOENTE, Sonia Esperanza: La justificación de las
9 GÜNTHER, Klaus: “Un concepto normativo de coherencia para una teoría de la ar- decisiones judiciales, Universidad de Santiago de Compostela, 2003, pp. 199 y
gumentación jurídica”, Doxa, Alicante, 1995, pp. 274 y ss. ss.; DÍAZ CANTÓN, Fernando: La motivación de la sentencia penal y otros estudios,
10 En el mismo sentido: TARUFFO, Michelle: La motivazione della sentenza civile, Ce- Editores del Puerto, Buenos Aires, 2005, pp. 97 y ss.; DE ASÍS ROIG, Rafael: El Juez
dam, Padova, 1975, passim. y la motivación en el derecho, Dykinson, Madrid, 2005, pp. 77 y ss.; ALISTE SAN-
11 Monográficamente sobre la fundamentación de las sentencias, véase entre otros: TOS, Tomás-Javier: La motivación de las resoluciones judiciales, Marcial Pons,
IACOVIELLO, Francesco: La motivazione della sentenza peale e il suo controllo in Madrid, 2011, pp. 33 y ss.; y, TARUFFO, Michelle: La motivación de la sentencia ci-
cassazione, Giuffre, Milano, 1997, esp. pp. 11 y ss.; COLOMER HERNÁNDEZ, Ignacio: vil, Trotta, Madrid, 2011, pp. 27 y ss.
La motivación de las sentencias: Sus exigencias constitucionales y legales, Ti- 12 HABERMAS: ob. cit., pp. 289 a 291.
rant lo Blanch, Valencia, 2003, pp. 157 y ss.; IGARTÚA SALAVERRÍA, Juan: La moti- 13 Ídem, p. 290.
vación de las sentencias, imperativo constitucional, Centro de Estudios Políticos 14 Sobre el tema consultar el agudo artículo de: ATRIA LEMAITRE, Fernando: “Seguri-
y Constitucionales, Madrid, 2003, pp. 19 y ss.; ITURRALDE SESMA, Victoria: Aplica- dad jurídica y derechos fundamentales: Sobre predictibilidad y autogobierno”,
704 PROBLEMAS ACTUALES DEL DERECHO PROCESAL PENAL RAÚL NÚÑEZ OJEDA 705

nar dentro de un plazo razonable.15 Pero alguno de los lectores po- Las razones de la despreocupación por los problemas de
dría cuestionar esta limitación destacando que una de las finalidades prueba, tanto de los teóricos del derecho como de los procesalistas,
del proceso penal16 es la búsqueda de la verdad. Así las cosas, parece podrían situarse en el marco de una específica concepción de la
apropiado hacer una breve aproximación al concepto y función de la prueba que, siguiendo al profesor italiano Taruffo,19 puede denomi-
prueba penal. narse como “cerrada”. Esta concepción se caracteriza por:
La prueba constituye uno de los capítulos más importantes del a) Considerar que todo el fenómeno de la prueba está com-
derecho procesal. En este sentido, concordamos plenamente con prendido y recluido en las normas jurídicas que se ocupan
Bentham17 quien señaló, ya hace mucho tiempo, que “el arte del pro- de él, de forma que solo vale la pena examinar y sistemati-
ceso es el arte de la prueba”. Con todo, es una materia que no ha te- zar esas normas.
nido un desarrollo dogmático acorde con la importancia práctica que b) Sostener que solo son pruebas las que están previstas y re-
representa. guladas en las normas jurídicas específicas, excluyendo la
Efectivamente, los teóricos del derecho se han preocupado más admisibilidad de las denominadas pruebas atípicas.
por la justificación de las decisiones judiciales, dando por descontado c) Asumir la tendencia a considerar que la regulación jurídica
el problema de la selección de las premisas, o bien estudiando princi- de la prueba constituye un contexto autosuficiente y autó-
palmente las decisiones interpretativas y el razonamiento judicial. nomo respecto de cualquier otro sector o teoría de la prueba
Por otro lado, para el procesalismo tradicional, el centro de su en general, no especialmente jurídica.
atención se estableció en la exégesis de los textos legales que regula- Si bien, no participamos de la idea de que se pueda hablar de
ban el período probatorio y, en algunas ocasiones, en el estudio de una teoría general de la prueba, en los mismos términos, de una te-
cada uno de los medios de prueba en particular.18 oría general del proceso.20 Con todo, podemos aceptar que, en tér-
minos generales, no existe ninguna diferencia entre la prueba jurídica
Justicia constitucional y derechos fundamentales, LexisNexis, Santiago, 2006,
pp. 7 y ss.
y aquella que es propia de cualquier otro ámbito de la experiencia.21
15 Sobre el tema de la eficacia temporal del proceso véase por todos: RIBA TREPAT, Por otro lado, es lógico que en cada uno de los sistemas jurí-
Cristina: La eficacia temporal del proceso. El juicio sin dilaciones indebidas, dico procesales y, en su interior, en cada una de los órdenes jurisdic-
Bosch, Barcelona, 1997, passim; y, PASTOR, Daniel R.: El plazo razonable en el
proceso del Estado de derecho, Ad-Hoc, Buenos Aires, 2002, passim.
16 En términos generales se entiende que no es posible determinar una meta única a nacio: Procedimiento civil, Editorial Jurídica de Chile, Santiago, 2003, pp. 91 y ss.
la que se dirija el enjuiciamiento criminal, por tanto es posible afirmar que el fin Como también, en materia penal revisar: HORVITZ LENNON, María Inés, y LÓPEZ
del proceso penal es complejo. En este sentido, el profesor Klaus Volk señala que MASLE, Julián: Derecho procesal penal chileno, t. II, Editorial Jurídica de Chile,
son tres las metas del enjuiciamiento punitivo, a saber: alcanzar la verdad, la jus- Santiago, 2004, pp. 450 y ss. y CAROCCA PÉREZ, Alex: El nuevo sistema procesal
ticia y el aseguramiento de la paz jurídica. Efectivamente, para el citado autor la penal chileno, Legalpublishing, Santiago, 2008, pp. 120 y ss.
sentencia que dicte en un proceso penal debe ser el resultado de un perfecto equi- 19 TARUFFO, Michele: La prueba de los hechos, Trotta, Madrid, 2002, pp. 343 y ss.
librio entre los tres elementos antes mencionados. En otras palabras, el proceso 20 En este sentido, compartimos la posición de la doctrina alemana que niega la po-
penal debe buscar la verdad de lo realmente acaecido. Pero esta búsqueda de la sibilidad de una parte general (incluido el capítulo sobre la prueba) entre el dere-
verdad no puede ser a cualquier precio, ya que la sentencia justa es aquella que ha cho procesal civil y el derecho procesal penal. Sobre el tema ver por todos:
sido producto de un proceso legalmente tramitado, es decir con pleno respeto de GRUNSKY, Wolfgang: Grundlagen des Verfahrensrechts, Gieseking, Bielefeld, 1974,
las garantías constitucionales del sistema penal. Pero además, es necesario que a pp. 7 y ss.; y, VOLK, Klaus: Grundkurs StPO, C. H. Beck, Múnich, 2005, pp. 2 y ss.
través de la sentencia se alcance el aseguramiento de la paz jurídica en la sociedad 21 Para un sector importante de la doctrina no existe una diferencia conceptual entre
(VOLK, Klaus: Strafprozeßreht, C. H. Beck, Múnich, 1999, pp. 3 y ss.). prueba civil y penal. Una manifestación de ello son los trabajos realizados por los
17 BENTHAN, Jeremías: Tratado sobre las pruebas judiciales, Ejea, Buenos Aires, académicos angloamericanos, para quienes no cabe duda de que la prueba (Evi-
pp. 12 y ss. dence) tiene una “parte general” común. En este sentido conf., entre otros: ANDER-
18 Como un ejemplo de ello en la doctrina chilena del proceso civil y penal, basta re- SON, Terence; SCHUM, David, y, TWINING, William: Analysis of Evidence, Cambridge,
visar los manuales nacionales, incluso los de nueva factura. Así puede apreciarse New York, 2005; y TWINING, William: Rethinking Evidence, Cambridge, New York,
en materia civil: BENAVENTE GORROÑO: ob. cit., pp. 32 y ss.; y, RODRÍGUEZ PAPIC, Ig- 2006.
706 PROBLEMAS ACTUALES DEL DERECHO PROCESAL PENAL RAÚL NÚÑEZ OJEDA 707

ciones, puedan regir reglas sobre prueba distintas (regulaciones di- ciones de prueba y verdad.24 Es decir, una proposición está probada
versas sobre la admisión, práctica y valoración de ella). Pero ello no si los medios de prueba aportados permiten demostrar su verdad.25
supone necesariamente que la noción de prueba o del hecho probado En la doctrina nacional, esta tesis no goza del beneplácito de
quede sustancialmente alterada o deba ser construida para cada uno los académicos, para quienes la prueba no reconoce como finalidad
de esos ámbitos. la búsqueda de la verdad.26 Aquí se confunde dos cuestiones; la pri-
En cuanto a la expresión prueba, normalmente es utilizada en mera, es que teleológicamente la finalidad de la institución jurídica
tres sentidos. En primer lugar, para hacer referencia a los medios me- de la prueba es la averiguación de la verdad sobre determinados he-
diante los que se aportan o se puede aportar elementos de juicio a fa- chos a los efectos de aplicarles, como consecuencia jurídica, determi-
vor de una determinada conclusión. Se debe percibir que aún en este nadas soluciones normativas. La segunda cuestión concierne a si la
sentido se produce una ulterior ambigüedad. Efectivamente, en oca- verdad es o no un elemento definitorio de la prueba, en el sentido ex-
siones se hace referencia a los medios de prueba en sentido genérico, presado anteriormente, de modo que no pueda considerarse de nin-
para significar los tipos de medios utilizables o aceptados en derecho gún modo que una proposición está probada si es falsa.
(prueba documental, testifical, etc.). En otras ocasiones se hace refe- La prueba debe ser considerada como medio a través del cual
rencia al medio específico (p. ej. prueba documental constituida por el derecho pretende determinar la verdad de las proposiciones en el
la escritura pública). marco del proceso judicial. Por otro lado, dadas las limitaciones de
En el segundo de los sentidos, se usa el término prueba para ese medio, la presencia del mismo no garantiza la obtención del fin
indicar dos actividades consistentes en la aportación de elementos de (la verdad).
juicio a favor de una determinada conclusión o la fase del proceso ju- Las distintas limitaciones procesal (normas contraepistemoló-
risdiccional en el que se realiza esa actividad. Así hablamos de gicas) y no procesales (tiempo, costo y medios humanos) que pueden
prueba judicial, la fase de prueba, el período de prueba. interferir en la determinación de la verdad de los enunciados decla-
Finalmente, el tercer sentido hace referencia al resultado produ- rativos de hechos probados, produce que en algunas ocasiones se de-
cido por la aportación de elementos de juicio con relación a la confir- claren probados enunciados falsos.27
mación o falsación de una determinada hipótesis acerca de los hechos. Frente a ello se presentan dos alternativas, o bien se abandona
En ocasiones se sostiene que este tipo de pruebas tiene un carácter la definición de la prueba en términos de verdad, esto es, la relación
subjetivo, en la medida en que se equipara la prueba “al convenci- conceptual entre ambas nociones, o bien se sostiene que en los casos
miento o grado de convicción que produce en la mente del juez”.22 Con en que se declara probado un enunciado acerca de los hechos que re-
todo, no debe olvidarse una distinción básica, la que puede y debe tra- sulta falso, en realidad no está probado.
zarse entre que una proposición esté probada y que esa misma propo-
sición sea tenida por probada por algún sujeto.23 24 TARUFFO, Michele: Sui Confini. Scritti sulla Giustizia Civile, Il Mulino, Bologna,
Para nosotros, bajo el enunciado “está probado que p” se usa 2002, pp. 277 y ss.
25 Un panorama completo sobre las teorías de la verdad en la filosofía contemporá-
para hacer referencia al resultado de la actividad probatoria desarro-
nea se puede consultar, entre otros: NICOLÁS, Juan Antonio, y FRAPOLLÍ, María José
llada a favor y/o en contra de la conclusión p. Por tanto, decir que (eds.): Teorías de la verdad en el siglo XX, Tecnos, Madrid, 1997, y VALDÉS VILLA-
algo está probado equivale a predicar la verdad de aquello que se NUEVA, Luis M.: En búsqueda del significado. Lecturas sobre filosofía del len-
considera probado. De este modo, no habría diferencias entre las no- guaje, Tecnos, Madrid, 1995.
26 Conf. entre otros: BENAVENTE GORROÑO: Derecho procesal civil, cit., pp. 32 y ss. (in-
cluso omite pronunciarse sobre el fin de la prueba), y CAROCCA PÉREZ: Manual de
22 En este sentido, CAROCCA PÉREZ, ALEX: Manual de derecho procesal, t. II, LexisNe- derecho procesal, cit., pp. 151 y ss.; etc. También en la Argentina es la regla gene-
xis, Santiago, 2003, pp. 151 y ss. ral, como lo muestra: ARAZI, Roland: La prueba en el proceso civil, La Rocca, Bue-
23 Con todo, debe destacarse que también aquí se produce una ulterior ambigüedad. nos Aires, 1998, pp. 31 y ss.
Puede referirse al resultado probatorio de un medio específico de prueba. Otras 27 En el mismo sentido, ver por todos: HASSEMER, Winfried: Einführung in die Grun-
veces como resultado de la actividad probatoria (todos lo medios de prueba). dlagen des Strafrecht, C. H. Beck, Múnich, 1990, pp. 147 y ss.
708 PROBLEMAS ACTUALES DEL DERECHO PROCESAL PENAL RAÚL NÚÑEZ OJEDA 709

La doctrina alemana de finales del siglo XIX salvó este problema pecto de unos datos determinados. Críticas: 1) Como en el
inventando una distinción entre dos tipos de verdades, a saber: la caso anterior, se confunde el carácter jurídico de una reso-
verdad formal o forense y la verdad material o real.28 lución con su infalibilidad; 2) La noción de hecho probado
La verdad material es aquella de la que se habla fuera del pro- (esto es, la prueba como resultado probatorio) es conside-
ceso jurisdiccional. Por ello, también puede hacerse referencia a ésta rada de forma equivalente con la formación de la convic-
mediante la denominación de verdad en sentido fuerte. Esta verdad ción. Así en este caso también hay escaso margen para el
sería en la mayor parte de los casos inalcanzable en el proceso judi- error, ya que si el juez alcanza la convicción el hecho está
cial. Por otro lado, tenemos la verdad formal (o verdad en sentido dé- probado (problema de los recursos).
bil), que es aquella que se obtiene en el proceso como resultado de la c) La prueba como certeza del juez acerca de los hechos. La
actividad probatoria. Dicha verdad formal puede coincidir con la ver- actividad procesal que tiende a alcanzar la certeza en el juz-
dad material, pero sería aquella la que gozaría de autoridad jurí- gador respecto de los datos aportados por las partes. Críti-
dica.29 cas: No está claro cuáles son los límites entre la noción de
En la primera mitad del siglo XX se alzaron importantes voces convicción y la de certeza en este contexto (parece que la no-
de la doctrina para rechazar explícita y claramente la distinción en- ción de certeza tiene el carácter de subjetivo).
tre diversos tipos de verdad. En este sentido cabe mencionar la con- Finalmente, para nosotros, el punto de partida para resolver el
tribución del procesalista italiano Carnelutti:30 “La verdad es solo problema entre prueba y verdad de una proposición es la distinción
una y la verdad formal y material no tiene asidero alguno en la cien- entre “ser verdadera” y “ser tenida por verdadera”. Una proposición
cia moderna”. En otras palabras del mismo autor, “la verdad es como p es verdadera si, y solo si se da el caso que p. La clásica noción de
el agua, es pura o no es verdad”. Por tanto para esta parte de la dog- verdad que se utiliza es la de “verdad como correspondencia” defen-
mática la solución es que debe abandonarse la relación conceptual dida entre otros por Tarski.32 Es decir, si se produce una correspon-
entre prueba y verdad. dencia entre aquello que dice el enunciado y los hechos del mundo.
Así las cosas, entre el procesalismo tradicional se identifican Por tanto, la verdad de la proposición p que se menciona en el enun-
tres grandes tesis:31 ciado probatorio (está probado que p) no depende en absoluto de lo
a) La prueba como fijación de los hechos. Se sostiene que la que decida el juez, al emitir el enunciado probatorio en su deci-
finalidad de la prueba es la fijación de los hechos por parte
sión.33 Tampoco depende de nada que haya podido suceder en el
del juez con independencia de su relación con lo ocurrido.
transcurso del proceso, ni de los medios de prueba aportados al
Críticas: 1) No hay una diferencia sustancial entre esta tesis
mismo, etc. Depende única y exclusivamente de su correspondencia
y la de la verdad formal; 2) En ambos casos se produce una
con el mundo: de que los hechos que p describe se hayan producido
confusión entre atribución de efectos jurídicos, de autoridad
efectivamente.34
a una decisión judicial y su corrección, incluso jurídica.
b) La prueba como convicción del juez acerca de los hechos.
La prueba es el conjunto de operaciones por medio de las
32 TARSKI, Alfred: Logic, Semantics, Metamathematics, Hackett, Indianápolis, 1983,
pp. 152 y ss.
cuales se trata de obtener el convencimiento del juez res- 33 En el mismo sentido: DALBIGANT-DEHARO, GAËLLE: Vérité scientifique et vérité judi-
ciaire en droit privé, LGDJ, París, 2004, pp. 195 y ss.
28 FAIRÉN GUILLÉN, Víctor: Doctrina general del derecho procesal, Bosch, Barcelona, 34 Para una revisión de las teorías de la verdad desde el prisma del derecho, consultar
1992, passim. por todos: NEUMANN, Ulfried: Wahrheit im Recht. Zu Problematik und Legitimität ei-
29 BÜLLOW, Oskar: Zivilprozessrecht (Reedición del original 1895), Mohr, Tubinga, ner fragwürdigen Denkform, Nomos, Baden-Baden, 2004, pp. 11 y ss. Finalmente,
2004, pp. 203 y ss. para un análisis desde el ámbito del proceso penal conf. por todos: STAMP, Frauke:
30 CARNELUTTI, Francesco: La prueba civil, Depalma, Buenos Aires, 1982, p. 222. Die Wahrheit im Strafverfahren, Nomos, Baden-Baden, 1998, pp. 13 y ss., y GUZ-
31 MONTERO AROCA, Juan: La prueba en el proceso civil, Tecnos, Madrid, 2005, pp. 42 MÁN, Nicolás: La verdad en el proceso penal, Editores del Puerto, Buenos Aires,
y ss. 2006, passim.
710 PROBLEMAS ACTUALES DEL DERECHO PROCESAL PENAL RAÚL NÚÑEZ OJEDA 711

Lo que sí depende del juez que decide el caso es considerar a sas, una vez fijados los supuestos de hecho que determinan la apli-
p como verdadera. Esto es, el juez puede tener a p por verdadera en cación de una norma legal y legítima por sobre otra debe realizar una
su decisión, a la luz de los elementos de juicio aportados al expe- actividad de justificación que permita comprobar, frente a sus pares
diente judicial para probar la verdad de la proposición, e incorpo- y frente a la sociedad en general, la corrección de su decisión.
rarla como razonamiento decisorio, o no tenerla por verdadera.35
Vale la pena señalar que la decisión de no tenerse por verdadera la
proposición p no se debe confundir con la decisión de tenerla por
4. La oralidad y la inmediación frente
falsa. Ésta es otra diferencia entre el valor de la verdad de p y el he- al discurso de aplicación o adecuación
cho de que sea tenida por verdadera por alguien. En el primer caso, Todo legislador al estructurar un sistema procesal debe elegir
solo dos opciones son posibles: la proposición es verdadera o falsa. entre dos modelos contrapuestos de estructuración del procedi-
En el segundo, en cambio, existe una tercera opción o posibilidad in- miento penal, son en realidad dos criterios de organización de la tu-
termedia: puede considerarse a p como verdadera, como falsa (no-p) tela procesal.37 Efectivamente, el legislador de turno debe elegir entre
o no atribuirle valor de verdad. En este último caso es cuando no se un procedimiento oral o uno escrito.38 Más allá de los argumentos es-
dispone de elementos de juicio suficientes a favor ni en contra de la grimidos a favor de uno o de otro, se podría decir que existe una clara
proposición p. tendencia a nivel mundial a favor de la oralidad, como criterio de or-
¿Cuál es la relación de lo antes señalado con la prueba jurí- ganización de la tutela procesal,39 y con ella hacia la concentración e
dica? El problema puede verse de la siguiente manera: la finalidad de
la prueba como institución jurídica es la de permitir alcanzar el co-
nocimiento acerca de la verdad de los enunciados fácticos del caso.36 37 Aquí seguimos la nomenclatura utilizada por RAMOS MÉNDEZ, Francisco: El sis-
Cuando los específicos medios de prueba incorporados en el proceso tema procesal español, Bosch, Barcelona, 1992, pp. 377 y ss. Sobre los principios
aportan elementos de juicio suficientes a favor de la verdad de una del proceso civil en el sentido tradicional véase, entre otros: CORTÉS DOMÍNGUEZ, Va-
proposición, entonces puede considerarse que la proposición está lentín: “La Constitución española y los principios rectores del proceso civil”, Prin-
cipios Constitucionales en el Proceso Civil, Cuadernos de Derecho Judicial, CGPJ,
probada. En ese caso, el juez debe incorporarla a su razonamiento Madrid, 1993, pp. 139 y ss., y, VÁZQUEZ SOTELO, José Luis: “Los principios del pro-
decisorio y tenerla por verdadera. ceso civil”, Justicia, 1993, pp. 599 y ss.
En todo caso, podría añadirse que, a posteriori de la decisión 38 Desde finales del siglo XIX en Alemania se apostó por la oralidad como forma de or-
judicial, una vez que la sentencia haya pasado en autoridad de cosa ganización de la tutela procesal en el proceso civil como en el penal. Prueba de ello
juzgada y salvo excepciones, a los efectos jurídicos lo que le impor- son los manuales de la época que apuestan decididamente por la oralidad (v. gr.
SCHÖNKE, Adolf: Derecho procesal civil, Bosch, Barcelona, 1950, pp. 42 y ss.). En
tará será aquello que el juez ha tenido por verdadero y perderá rele- Chile el profesor Tavolari Oliveros señala “(…) cuando se detiene la marcha a la
vancia aquello que es verdadero (en el supuesto que difieran). Pero búsqueda de un mejor régimen de comunicación procesal, y se repara en la finali-
éste es un problema únicamente de atribución de efectos jurídicos dad del esfuerzo, surge un amplio espectro de submetas valiosas, dignas de consi-
que no tiene nada que ver con la verdad de ninguna proposición. deración, todas las cuales se orientan al fin último de una mejor justicia: así, la ce-
Recapitulando, los jueces al decidir un caso realizan un discurso leridad; la inmediación, en cuanto facilidad de formar la convicción del juzgador;
la concentración; la dirección cabal del proceso por el juez, etc., constituyen todos
de aplicación o adecuación sobre la base de fijar, a través de los me- valores menores que, no obstante, deben preservarse en la ordenación procedi-
dios de prueba, la verdad o falsedad de las afirmaciones sobre los he- mental. Así las cosas, las posibilidades concretas de opción, en el establecimiento
chos vertidos por la partes durante el juicio jurisdiccional. Así las co- de los sistemas comunicacionales al interior del proceso no terminan siendo nu-
merosas: o nos comunicamos oralmente, o lo hacemos por escrito, o buscamos
una fórmula intermedia que importe la expresión oral y un registro posterior es-
35 TARUFFO, Michele; COMOGLIO, Luigi Paolo, y FERRI, Conrado: Lezioni sul processo ci- crito (...)” (TAVOLARI OLIVEROS, Rául: “La oralidad en el proceso civil de América la-
vile, t. I, Il Mulino, 2006, Bologna, pp. 413 y ss. tina”, en El proceso en acción, Libromar, Valparaíso, 2000, p. 313).
36 Aquí seguimos la opinión de FERRER BELTRÁN, Jordi: Prueba y verdad en el dere- 39 Como se muestra en los trabajos de derecho comparado dirigidos por: DELMAS-
cho, Marcial Pons, Madrid, 2002, p. 84. MARTY, Mireille: Procesos penales de Europa, Edijus, Madrid, 2000, passim, y
712 PROBLEMAS ACTUALES DEL DERECHO PROCESAL PENAL RAÚL NÚÑEZ OJEDA 713

inmediación de actuaciones ante los tribunales de justicia como su ne- Por tanto, una vez establecida la oralidad (y con ella la inme-
cesaria consecuencia. diación y concentración) como el criterio de organización de la tutela
En el sistema procesal penal chileno el derecho a un juicio oral procesal cabe preguntase si ello tiene alguna repercusión frente a la
está reconocido con rango legal en el art. 1º del CPP. La fórmula uti- actividad desarrollada por el juez en el procedimiento de adjudica-
lizada por el legislador (“derecho a un juicio previo, oral y público”) ción.
revela que la vigencia del principio de oralidad ha sido considerada Si la labor realizada por los jueces al resolver un caso es preci-
una garantía indisolublemente asociada a la garantía de publicidad. samente un discurso de aplicación o de adecuación y no de legitima-
El derecho a un juicio oral impone la exigencia de que el fun- ción, discurso que solo le corresponde al legislador, cobra una impor-
damento de una sentencia solo puede provenir de un debate público tancia inusitada la fijación de los hechos que rodean al caso para
e inmediato. Lo anterior significa que el nivel donde la oralidad fun-
determinar cuál, de las varias normas jurídicas legal y legítima prima
ciona como garantía, por excelencia, es la etapa del juicio oral.
facie aplicables, es la más adecuada al caso concreto que se conoce.
El principio de oralidad aplicado al juicio se encuentra consa-
Por tanto, frente a la falta de actas que dejen constancia de cada ac-
grado en el art. 291 del CPP, conforme al cual esta audiencia se des-
tuación desarrollada por las partes dentro del enjuiciamiento penal
arrollará en forma oral, tanto en lo relativo a las alegaciones y argu-
mentaciones de las partes como a las declaraciones del acusado, a la respectivo y mor del sistema de libre apreciación de la prueba41 como
recepción de las pruebas y, en general, a toda intervención de quie- método de apreciación de la misma, queda claro que al único tribunal
nes participaron en ella. Las resoluciones serán dictadas y funda-
mentadas verbalmente por el tribunal y se entenderán notificadas inc. 3º, CPP), y en algunos casos en que se permite de manera excepcional la lec-
desde el momento del pronunciamiento, debiendo constar en el re- tura de documentos (art. 333, CPP) y de declaraciones anteriores de testigos, pe-
gistro del juicio. El Tribunal no admitirá la presentación de argumen- ritos o imputados (arts. 331 y 332, CPP).
taciones o peticiones por escrito durante la audiencia del juicio oral. También el derecho a un juicio oral es renunciable. Esto tiene lugar cuando el acu-
Este principio se reafirma en numerosas disposiciones lega- sado manifiesta su consentimiento con la aplicación del procedimiento abreviado,
ya que el efecto normal de este procedimiento será que la sentencia que se dicte
les, que en forma particularizada prohíben sustituir las declaracio-
estará fundada exclusivamente en los hechos materia de la acusación y en los an-
nes de testigos y peritos por la lectura de registros u otros documen- tecedentes de la investigación que lo fundaren, los que habrían sido aceptados ex-
tos (art. 329, CPP), en particular la de los policías (art. 228, inciso presamente por el acusado (art. 413 c), y 406, inc. 2º, CPP). El carácter de renun-
final, CPP). La ley prohíbe incorporar o invocar como medios de cia de esta manifestación es claro, por lo que la ley impone al juez que, antes de
prueba ni dar lectura durante el juicio oral, a los registros y demás decretar este procedimiento, se cerciore de que el acusado conociere su derecho a
documentos que dieren cuenta de diligencias o actuaciones realiza- exigir un juicio oral (art. 409, CPP).
das por la Policía o el Ministerio Público (art. 334, CPP).40 Un caso similar sucede con la mecánica del procedimiento simplificado y el pro-
cedimiento monitorio. El procedimiento simplificado el juicio oral tiene caracte-
MAIER, Julio B. J.; AMBOS, KAI; y, WOISCHNIK, Jan: Las reformas procesales pena- rísticas especiales, pero el imputado puede renunciar a este, admitiendo su res-
les en América latina, Ad-Hoc, Buenos Aires, 2000, passim. ponsabilidad en los hechos contenidos en el requerimiento (art. 395, CPP). En el
En el campo del proceso civil véase: ZUCKERMAN, Adrián A. (ed.): Civil Justice in procedimiento monitorio la regla se invierte, exigiendo del imputado una conducta
Crisis. Comparative Perspectives of Civil Procedure, Oxford University Press, Ox- activa posterior a la condena (reclamación) en orden a exigir la realización del jui-
ford, 1999, passim.; y, TROCKER, Nicoló, y VARANO, Vincenzo: The Reforms of Civil cio oral especial que constituye el procedimiento simplificado. Es decir, algo así
Procedure in Comparative Perspective, Giappichelli, Turín, 2005, passim. Sobre como aceptar una renuncia tácita al juicio oral por falta de reclamación (art. 392,
las bondades de la oralidad en el proceso de reforma del derecho procesal civil ita- incs. 3º y 4º, CPP).
liano, véase: DENTI, Vittorio: “La oralidad en la reforma de proceso civil”, en Estu- Durante la etapa de investigación el principio de oralidad se manifiesta en la au-
dios de derecho probatorio, Ejea, Buenos Aires, 1974, pp. 241 y ss.; y, CONSOLO, diencia de preparación, la que se desarrolla oralmente sin que se admitan durante
Claudio: Le tutele, Cedam, Padua, 2003, pp. 3 y ss. su realización la presentación de escritos (art. 266, CPP).
40 Con todo, el principio en estudio no es absoluto. La ley permite la posibilidad de 41 Sobre el tema de la libre apreciación de la prueba es obligado consultar WALTER,
intervención por escrito de los discapacitados que no pudieren hablar (art. 291, Gerhard: Freie Beweiswürdigung, Mohr, Tubinga, 1978, passim.
714 PROBLEMAS ACTUALES DEL DERECHO PROCESAL PENAL RAÚL NÚÑEZ OJEDA 715

que le corresponde fijar como verdaderas o falsas las afirmaciones so- plejidad jurídica de los asuntos que se someten al primer
bre los hechos formuladas por las partes es al juez de instancia. grado de jurisdicción, se cuestiona el por qué no encomen-
Una vez establecido lo anterior, el diseño institucional del sis- dar desde el principio, la decisión del proceso a esos órga-
tema de recursos en contra de la resolución dictada por el tribunal nos colegiados más expertos y mejor preparados.
de instancia requiere del cambio del paradigma42 tradicional en esta Por tanto, debemos reconocer que el recurso de apelación debe
materia.43 Efectivamente en el derecho histórico, el grado de apela- dejar de ser el medio de impugnación ordinario en contra de la sen-
ción representó, en líneas generales, una garantía procesal de dere- tencia definitiva de instancia dictada en un enjuiciamiento criminal.
cho común, beneficiosa para los justiciables, pues permitía extraer el Pero de inmediato surge una serie de preguntas: ¿Qué remplazará al
proceso de ambientes enrarecidos por las pasiones localistas, al recurso de apelación? ¿Bastará con dejar el solo recurso de casación
tiempo que sanear los ánimos. para el control de las sentencias dictadas por los tribunales de ins-
Sin embargo, la propia existencia de la doble instancia ha sido tancia? ¿Los tribunales superiores podrán alterar la apreciación de
una materia cuestionada por la doctrina tradicional.44 Básicamente, los hechos realizada por el tribunal de instancia?
se cuestiona su viabilidad desde una doble perspectiva:
– En primer lugar, si el enjuiciamiento de un mismo asunto 5. El recurso de nulidad penal y los hechos
por dos órganos diferentes ofrece una mayor garantía de se-
guridad y acierto que la labor de uno solo, se dice que la ga- Las interrogantes planteadas son las mismas que discutió, en
rantía aumentaría en caso de ser un número superior a dos su momento, la comisión redactora del proyecto de Código Procesal
instancias que puedan llegar a conocer del litigio. Penal, como también los legisladores chilenos una vez presentado el
– En segundo lugar, si nos atenemos a los criterios de expe- proyecto al Congreso de la República. Efectivamente, al reducir el ám-
riencia del personal jurisdiccional, relacionado con la com- bito de operatividad del recurso de apelación y dejar como único re-
curso en contra de la sentencia definitiva de instancia el recurso de ca-
42 Con esta terminología se alude a la funcionalidad que cabe asignarle al concepto sación, se corría el peligro de que el excesivo rigor formalista que
de paradigma luego de la tesis de Kuhn (KUHN, Thomas: Estructura de las revolu- acompaña al instituto de la casación redujera el ámbito de la revisión
ciones científicas, Fondo de Cultura Económica, México, 1971, passim), trasla- de las sentencias a una mera declaración retórica de aquellas que los
dando este término al ámbito legal o de la dogmática jurídica.
43 Sobre el sistema de recursos en un procedimiento penal moderno consultar, entre
legisladores del mundo usualmente realizan.45
otros: MAIER, Julio B. J. (comp.): Los recursos en el procedimiento penal, Edito- Por tanto, la solución debería venir por establecer, en contra
res del Puerto, Buenos Aires, 1999, passim, y, RAMOS MÉNDEZ, Francisco: Enjuicia- de la sentencia definitiva del juez de instancia, un recurso extraor-
miento criminal, Atelier, Barcelona, 2006, p. 281; y, id, El sistema procesal espa- dinario pero sujeto a un bajo nivel de formalidades.46 Así las cosas,
ñol, ob. cit., p. 70. Sobre esta garantía constitucional conf. ampliamente con YÁÑEZ
VELASCO, Ricardo: Derecho al recurso en el proceso penal. Nociones fundamenta- en el sistema procesal penal chileno el recurso de nulidad repre-
les y teoría constitucional, Tirant lo Blanch, Valencia, 2001, passim.
Para el ámbito del proceso civil véase: GILLES, Peter: Rechtsmittel im Zivilprozess, 45 Sobre el recurso de casación penal y los problemas que presenta para el control
Athenäum, Fráncfort, 1972, pp. 200 y ss. También consultar: ROSENBERG, Leo;
de los hechos consultar, a modo indicativo, las monografías de: BONET NAVARRO,
SCHWAB, Karl H.; y GOTTWALD, Meter: Zivilprozessrecht, C. H. Beck, Múnich, 2004,
pp. 929 y ss.; y GRUNSKY, Wolfgang: Zivilprozessrecht, Luchterhand, Berlín, 2003, José: Casación penal e infracción de precepto constitucional, Aranzadi, Pam-
pp. 186 y ss. Por España véase: RAMOS MÉNDEZ, Francisco: Guía para una transi- plona, 2000: LUZÓN CUESTA, José María: El recurso de casación penal, Colex, Ma-
ción ordenada a la LEC, Bosch, Barcelona, 2000, pp. 477 y ss.; y GIMENO SENDRA, drid, 1993; NIEVA FENOLL, Jorge: El hecho y el derecho en la casación penal,
Vicente: Derecho procesal civil, Colex, Madrid, 2004, pp. 551 y ss. Bosch, Barcelona, 2000; y, PASTOR, Daniel: La nueva imagen de la casación pe-
44 Entre otros consultar: SOLÉ RIERA, Jaume: El recurso de apelación, Bosch, Barce- nal, Ad-Hoc, Buenos Aires, 2001, passim.
lona, 1998, passim; GARCÍA ROSTÁN CALVÍN, Gema: El recurso de apelación en el 46 En el mismo sentido me expresé en “Comentario al libro Derecho procesal penal
proceso civil, Colex, Madrid, 2001, passim; y, OROMÍ I VALL-LLOVERA, Susana: El re- chileno de Horvitz y López”, Revista Actualidad Jurídica, nº 17, Universidad del
curso de apelación en el proceso civil, Atelier, Barcelona, 2002, passim. Desarrollo, Santiago, 2008, pp. 592 y ss.
716 PROBLEMAS ACTUALES DEL DERECHO PROCESAL PENAL RAÚL NÚÑEZ OJEDA 717

senta el mecanismo por el cual se solicita al superior jerárquico de anterior es necesaria ya que hasta ahora los intervinientes han reali-
un tribunal que invalide el juicio oral o la sentencia, o solamente esta zado el trabajo de solicitar y rendir la prueba.
última, cuando en cualquier etapa del procedimiento o en el pronun- A toda esta actividad se la denomina “valoración de la prueba”.
ciamiento de la sentencia se hubiere infringido sustancialmente dere- Y consiste, más propiamente, en la verificación de los enunciados fác-
chos o garantías asegurados por la Constitución o por los tratados ticos introducidos en el proceso a través de los medios de prueba, así
internacionales ratificados por Chile que se encuentren vigentes o como el reconocimiento a éstos de un determinado valor o peso por
cuando, en el pronunciamiento de la sentencia, se hubiere hecho parte del órgano de adjudicación sobre los hechos que se juzgan. Te-
una errónea aplicación del derecho que hubiere influido en los dis- niendo en cuenta que la fijación judicial de los hechos se produce a
positivos del fallo.47 través de un procedimiento institucionalizado,50 es posible configurar
Con el establecimiento del recurso de nulidad penal se busca dos distintos modelos de valoración.51-52
salvar el gran escollo dogmático que hubiera significado mantener un El modelo de la prueba legal tasada es simple en términos teóri-
recurso de apelación incompatible con el nuevo diseño institucional cos: la técnica de la prueba legal consiste en la producción de reglas
de procedimientos orales y sujetos al sistema probatorio de libre que predeterminan, de forma general o abstracta, el valor que ha de
apreciación de la prueba, como con la propia actividad desarrollada atribuirse a cada tipo de prueba. Por el contrario, el sistema de libre
por el juez al resolver un caso, que como señalamos al comienzo no valoración presupone la ausencia de estas reglas e implica que la efi-
es otro que un discurso de aplicación o adecuación. Al mismo tiempo, cacia de cada prueba para la determinación del hecho sea establecida
el reemplazo del tradicional recurso de casación por el de nulidad caso a caso, siguiendo criterios no predeterminados, discrecionales y
flexibles, basados esencialmente en presupuestos de la razón.53
permite, por una parte, liberarse de la tradición excesivamente forma-
Desde un punto de vista histórico, la aparición del sistema de la
lista que siempre ha acompañado al instituto, como también por otra,
prueba legal tasada representó un avance respecto del sistema de las
escapar de la propia autocomprensión que nuestra Corte Suprema
“ordalías”, en que claramente el juez decidía de manera irracional el
tiene de la Casación, que por decir lo menos, bordea lo racionalmente
conflicto, al no reconocerse la búsqueda de la verdad como fin del
aceptable.48
procedimiento probatorio.54 Efectivamente, el sistema legal de prueba
En cuanto al problema de qué es lo que se puede controlar vía
permitió dar una imagen de racionalidad al procedimiento de valora-
recurso de nulidad, vale la pena hacer algunas precisiones previas en
torno a los sistemas de valoración de la prueba.
Practicadas las pruebas, el juez debe formar un juicio sobre el
50 GASCÓN ABELLÁN, Mariana: Los hechos en el derecho, Marcial Pons, Madrid, 1999,
p. 157.
material probatorio aportado por los intervinientes.49 La actividad 51 Para un análisis histórico de los modelos véase por todos: NIEVA FENOLL, Jordi: La
valoración de la prueba, Marcial Pons, Madrid, 2010, pp. 37 y ss.
52 Tradicionalmente se ha incorporado un tercer modelo en la discusión, a saber: el de
47 Monográficamente sobre el tema en Chile consultar por todos: CORTEZ MATCOVICH, prueba libre. Según la definición clásica de Couture, es aquel sistema en que el juez
Gonzalo: El recurso de nulidad. Doctrina y jurisprudencia, LexisNexis, Santiago, puede decidir el asunto incluso en contra de la prueba rendida en juicio. En nuestra
2006, passim. También se puede consultar, pero menos interesante desde el as- opinión, éste no sería un modelo o sistema de valoración de prueba, ya que preci-
pecto dogmático, RIEUTORD ALVARADO, Andrés: El recurso de nulidad en el nuevo samente lo que hace el juez es prescindir de valorar las probanzas rendidas en jui-
proceso penal, Editorial Jurídica de Chile, Santiago, 2007, passim. cio. Por tanto, se encontraría más cerca de las ordalías o juicios de dios que de al-
48 Para un análisis y crítica de la labor de la Corte Suprema como Tribunal de Casa- gún método o sistema de valoración de la prueba.
ción véase: ATRIA LEMAITRE, Fernando: “La casación como problema”, Revista de 53 Véase entre otros: NOBILI, Massimo: Il principio del libero convencimento del giu-
Derecho, n° 2, Universidad Adolfo Ibáñez, Legis, Santiago, 2006, pp. 249 y ss. dice, Giuffrè, Milán, 1974, passim; WALTER: ob. cit., passim; y, TOURNIER, Clara:
49 Para algunos autores la valoración es solo una cuestión de criterios sociológicos y L’intime conviction du Juge, PUF, París, 2003, passim.
psicológicos, entre otros véase GORPHE, Francois: Apreciación judicial de las prue- 54 Como lo deja de manifiesto: FOUCAULT, Michele: La verdad y las formas jurídicas,
bas, Temis, Bogotá, 1985, passim. Gedisa, Barcelona, 1995, passim.
718 PROBLEMAS ACTUALES DEL DERECHO PROCESAL PENAL RAÚL NÚÑEZ OJEDA 719

ción de la prueba55 que autorizó, además, el control de aquél por el solo probables.57 Es entonces cuando debe descartarse, por inconse-
superior jerárquico.56 cuente con el presupuesto epistemológico del que se parte, cualquier
En este mismo sentido, se debe entender que con el paso del valoración predeterminada de los medios de prueba. Por tanto, el sis-
tiempo el sistema de la prueba legal fue cayendo en el descrédito. tema de libre valoración de la prueba lo que hace es proscribir que,
Efectivamente, el rechazo de la prueba legal y la adquisición del prin- con el fin de buscar la verdad sobre los hechos de la causa, deba
cipio de la libre convicción (valoración) tiene sentido, desde el punto darse por probado lo que, ha juicio del juzgador, todavía no goza de
de vista epistemológico, solo si se asume que la prueba judicial de los un grado de probabilidad aceptable.58
hechos no proporciona resultados irrefutablemente verdaderos, sino Sin embargo, aunque éste fuera su sentido originario en la ilus-
tración, no es así como ha sido concebido por amplios sectores de la
doctrina y praxis postilustrada, donde la libre valoración pasó
55 En el antiguo régimen solo ciertos medios de valor legalmente reconocido (prue- pronto a ser entendida como valoración libre, sin sujeción a reglas de
bas legales) servían para demostrar la verdad de los hechos alegados. El valor de ningún tipo. Es decir, el juez llega a la libre convicción de los hechos
tales medios probatorios estaba también previamente determinado (prueba ta-
sada). La teoría de la prueba en materia penal (de probatione delictorum) fue obra
a través de un sistema intelectivo particular y subjetivo propio de
de los doctores del derecho común y por lo mismo fue utilizada con ligeras varian- cada individuo.59 Esta versión extrema del sistema de libre valora-
tes por los tribunales de los diversos países europeos (TOMÁS Y VALIENTE, Francisco: ción de la prueba podría estar justificada si estuviera basada en una
El derecho penal en la monarquía absoluta, Tecnos, 1969, pp. 207 y ss.).
teoría del conocimiento que fuera adecuada para la averiguación de
La doctrina de la época elaboró para la teoría de la prueba algunos conceptos for-
males de los que con posterioridad se haría uso por las legislaciones y la doctrina la verdad. Pero es difícil sostener esta conclusión, ya que la concep-
de una forma absolutamente casuística. Así se distinguía entre la “información”, ción epistemológica que subyace a esta doctrina viene a decir que el
que consistía en simples dichos o afirmaciones pronunciadas ante el juez por al- método más fiable para conocer los hechos consistiría en procurar
guien sin que éste prestara juramento; el indicio o presunción, que era ya una ra- que el sujeto cognoscente llegue a estar convencido de los mismos
zonable o verosímil conjetura acerca de la participación de alguien en un hecho de-
lictivo; la semiplena probatio o prueba incompleta, que se producía al existir en sea cual fuere el razonamiento por el que llegue a ese convenci-
contra de alguien un testimonio de un solo testigo fidedigno; y finalmente, la plena miento.60
et legitima probatio, es decir, la plena prueba del hecho que estaba constituida por En un Estado democrático deliberativo,61 el sistema de valora-
la confesión voluntaria del imputado o por dos testigos oculares inobjetables en re- ción de la prueba debe ser el de libre valoración (Freie Beweiswür-
lación al hecho (LANGBEIN, John H.: Prosecuting Crime in the Renaissance. Eng-
land, Germany, France, Harvard University Press, Cambridge, 1974, pp. 141 y
digung). Así lo entendió el legislador chileno que lo consagró en el
ss.; del mismo, Torture and the Law of Proof, The University of Chicago Press, art. 297 del CPP:
Chicago, 1977, pp. 45 y ss.). Art. 297 – Valoración de la prueba. Los tribunales apreciarán la
Todos estos grados de aproximación a la verdad eran utilizados de manera hábil
prueba con libertad, pero no podrán contradecir los principios de la ló-
por el juez inquisidor, de manera que las primeras informaciones, por lo general
secretas, producían simples indicios contra alguna persona, tras los cuales se po- gica, las máximas de la experiencia y los conocimientos científicamente
día provocar la confesión del indiciado o acaso obtener varios testimonios coinci- afianzados.
dentes en su contra; en el peor de los casos difícil sería que los indicios, interpre- El tribunal deberá hacerse cargo en su fundamentación de toda la
tados en relación con un solo testimonio no permitieran formular una semiplena prueba producida, incluso de aquella que hubiere desestimado, indi-
prueba de culpabilidad del indiciado que autorizara su tortura.
Como se puede apreciar todo el sistema apunta hacia la obtención de la “reina de las
pruebas”, es decir la confesión del acusado. En efecto, si ella no se producía de ma- 57 FERRER BELTRÁN, Jordi: La valoración racional de la prueba, Marcial Pons, Ma-
nera espontánea, la existencia de indicios contra un sospechoso permitía al juez so- drid, 2007, pp. 93 y ss.
meterlo a tortura, habida cuenta de que solo se consideraba develada la verdad 58 WALTER: ob. cit., pp. 75 y ss.
cuando el atormentado confesaba su culpabilidad en el acto del tormento y ratifi- 59 GASCÓN ABELLÁN: ob. cit., p. 159.
caba su confesión después de la tortura, pero no si el torturado sostenía antes, du- 60 GONZÁLEZ LAGIER, Daniel: Quaestio Facti. Ensayos sobre prueba, causalidad y ac-
rante y después del tormento su inocencia (TOMÁS Y VALIENTE: ob. cit.). ción, Palestra, Lima, 2005, pp. 77 y ss.
56 TARUFFO: La prueba de los hechos, cit., pp. 387 y ss. 61 HABERMAS: ob. cit., pp. 349 y ss.
720 PROBLEMAS ACTUALES DEL DERECHO PROCESAL PENAL RAÚL NÚÑEZ OJEDA 721

cando en tal caso las razones que hubiere tenido en cuenta para ha- testigo. Con todo, como sabemos existe una excepción a la regla an-
cerlo. teriormente señalada. Es decir, existen algunos casos en los cuales el
La valoración de la prueba en la sentencia requerirá el señala- saber privado del juez puede ser aprovechado, a saber: el notorium
miento del o de los medios de prueba mediante los cuales se dieren
Facttum.67 Para definir un hecho notorio68 debemos recurrir a la doc-
por acreditados cada uno de los hechos y circunstancias que se die-
trina europea central. Para Tournier,69 el fundamento de la excepción
ren por probados. Esta fundamentación deberá permitir la reproduc-
ción del razonamiento utilizado para alcanzar las conclusiones a que se encuentra en la economía procesal y se puede definir como noto-
llegare la sentencia. rio lo que el juez sabe o puede comprobar sin la menor dificultad, sea
En la dogmática alemana clásica, se entiende que el sistema de cual fuere su fuente, al menos fuera del proceso concreto.
libre valoración de la prueba (o sana crítica) actúa sobre la base de la Por otro lado, uno de los límites más importantes que tiene el
convicción del juzgador se forma a través del contenido global de los juez al fijar su convicción de acuerdo al debate y prueba rendida
debates y el resultado de la eventual recepción de la prueba.62 Así, se (más allá del tema antes mencionado de los hechos notorios) es el de-
entiende que esta fórmula tiene un doble contenido, por un lado, ella ber que pesa sobre el mismo de fundamentar su decisión.
expresa que todo lo que haya sido objeto del debate y de prueba es Desde una perspectiva racionalista contemporánea de la
aprovechable en la sentencia (salvo que nos encontremos ante una prueba, la libre valoración prohíbe que el juzgador dé por probados
prohibición de producción de prueba que derive en una prohibición enunciados sobre los hechos que no gocen de una probabilidad acep-
de valoración de la misma o de una prohibición de valoración au- table. Sin embargo, este principio —de carácter metodológico nega-
tónoma63 ).64 Por tanto, el aspecto positivo de la fórmula no acarrea tivo—,70 no impone ningún criterio (positivo) de valoración; es decir,
problemas de comprensión. no indica cómo determinar la aceptabilidad de una hipótesis, por lo
No ocurre lo mismo con el llamado aspecto negativo de la fór- que nos sumerge en la problemática de encontrar criterios raciona-
mula, que sugiere que el juez, al formarse su convicción, solo debe- les de valoración.
ría utilizar aquello que fue objeto del debate. Por tanto, no podría Lo que se pretende es valorar la correspondencia de los enun-
aprovechar su “saber privado” (Private Wissen). Esta limitación ciados fácticos con los hechos que describen, y establecer los tipos
atiende, según la doctrina contemporánea,65 a la imposibilidad psico- de criterios que han de usarse para determinar el grado de probabi-
lógica de juzgar imparcialmente (objetiva)66 cuando uno mismo es lidad de las hipótesis, objetivo de los modelos de valoración.
En definitiva, una concepción racionalista de la prueba, se ca-
62 También se puede ver en Italia: NOBILI: ob. cit., pp. 384 y ss. racteriza por: a) El recurso al método de la corroboración y refuta-
63 Sobre el tema de prohibición de producción de prueba y prohibición de valoración ción de hipótesis como forma de la valoración de la prueba; b) La de-
en el campo penal, consultar: DALLMEYER, Jeans: Beweisführug im Strengbeweis- fensa de una versión débil o limitada del principio de la inmediación;
verfahren, BOD, Fráncfort, 2002, pp. 33 y ss.; y, JÄGER, Christian: Beweisverwer- c) Una fuerte exigencia de motivación de la decisión sobre los hechos
tung und Beweisverwertungsverbote um Strafprozess, C. H. Beck, Múnich, 2002,
passim. En español destacan los trabajos de: GUARIGLIA, Fabricio: Concepto, fin y
(no aplicable al jurado, por regla general); y d) La defensa de un sis-
alcance de las prohibiciones de valoración probatoria en el procedimiento penal.
Una propuesta de fundamentación, Editores del Puerto, Buenos Aires, 2005, pas- 67 En la doctrina comparada la excepción es aceptada por todos, véase entre otros:
sim; y, ARMENTA DEU, Teresa: La prueba ilícita (un estudio comparado), Marcial STEIN, Friedrich: El conocimiento privado del juez, CEURA, Madrid, 1990, pp. 133
Pons, Madrid, 2011, passim. y ss.; y, WALTER: ob. cit., pp. 271 y ss.
64 WALTER: ob. cit., pp. 262 y ss. 68 Para una crítica de la operatividad del concepto de “hecho notorio” conf. UBERTIS,
65 Ídem, pp. 270 y ss. Giulio: La prova penale. Profili giudidici ed epistemologici, Utet, Turín, pp. 36 y ss.
66 Sobre el tema de la imparcialidad objetiva consultar: NÚÑEZ OJEDA, Raúl: “La im- 69 TOURNIER: ob. cit., pp. 247 y ss.
parcialidad objetiva del juzgador penal y el principio acusatorio (el caso español)”, 70 Es decir, que solo consiste en “el rechazo de las pruebas legales como suficientes
Revista de Derecho y Jurisprudencia y Gaceta de los Tribunales, nº 1, Santiago para determinar la decisión y que constituye por ello una verdadera garantía epis-
de Chile, 1998, pp. 1 y ss. temológica”. GASCÓN ABELLÁN: ob. cit., p. 158.
722 PROBLEMAS ACTUALES DEL DERECHO PROCESAL PENAL RAÚL NÚÑEZ OJEDA 723

tema de recursos que ofrezca un campo amplio para el control de la


decisión y su revisión en instancias superiores.71 Ahora bien, para explicar cuál es la estructura del razonamiento probatorio reali-
A este respecto, surgen al menos dos grandes modelos de valo- zado por un sujeto decidor, es necesario dilucidar el porqué de la elección de una
determinada hipótesis y no otras. Al tener presente que, si bien, la formulación de
ración racional de la prueba: i) Los modelos de valoración basados
una o diversas hipótesis sobre lo ocurrido se sitúa más bien en el ámbito de la ima-
en la aplicación de métodos o instrumentos matemáticos; ii) Los mo- ginación, la invención o la creatividad, que se inspira en unos primeros datos, la
delos de valoración basados en la aplicación de esquemas de confir- decantación por una u otra hipótesis, también se ve influenciada por la observa-
mación. Ambos modelos se corresponde con las dos grandes nocio- ción del mundo, está mediatizada por la experiencia previa, por los conocimientos
nes de probabilidad: la matemática o estadística y la lógica o adquiridos con anterioridad, el saber científico del momento, etcétera.
Por otro lado, las hipótesis deben cumplir con ciertos requisitos para ser tomadas
inductiva.
en consideración. En la ciencia son: 1) Debe estar bien formada, esto es, ser lógi-
Aun cuando, a pesar de que en las últimas décadas los mode- camente consistente y significativa; 2) Debe estar fundada en alguna medida en el
los matemáticos se han desarrollado con fuerza,72 los modelos que conocimiento existente; 3) Debe ser empíricamente contrastable. Y el derecho
más predicamento han alcanzado son los basados en esquemas de agrega dos requisitos más, 4) La contrastabilidad no debe ser solo potencial sino
confirmación. El esquema valorativo basado en el grado de confirma- inmediata, ya que, la contrastación se debe producir en un lapso bastante acotado
(por lo general, en una fase del proceso) por razones de tipo práctico; y 5) Las hi-
ción entiende que la probabilidad (lógica o inductiva) de una hipóte-
pótesis deben tener como objeto hechos jurídicamente relevantes, es decir, hechos
sis depende del apoyo que le prestan las pruebas con las que está co- a los que el derecho vincule consecuencias jurídicas o hechos que permitan fundar
nectada a través de reglas causales. No obstante, si bien es arriesgado inferencias sobre la ocurrencia de otros hechos a los que el derecho atribuya con-
hablar de esquema de valoración, atendiendo las distintas situacio- secuencias jurídicas.
nes con las que el juez se puede encontrar, se permite realizar esta Formada la hipótesis, ésta debe ser capaz de predecir (no en el sentido cotidiano
de predecir el futuro, sino en el sentido de predecir sobre algo que se desconoce,
simplificación excesiva para evidenciar los criterios centrales de
por tanto, se puede predecir sobre un hecho del pasado) algún evento o estado de
aceptabilidad de las hipótesis. las cosas empíricamente contrastable, que, en caso de producirse, aportaría apoyo
Así, según el esquema valorativo de confirmación, las hipótesis inductivo (o corroboración, contrastación o como se prefiera) a la misma. No obs-
sobre los hechos serán consideradas como verdaderas si cumplen tante para realizar dicha predicción es necesario suponer una serie de conocimien-
con tres requisitos:73-74 tos previos del mundo que se denominan supuestos auxiliares (SA). Además, de
tomar en consideración las llamadas condiciones iniciales (CI), que son los he-
71 FERRER BELTRÁN: ob. cit., pp. 64 y 65. chos-condicionantes particulares que deben darse para que ocurra lo predicho.
72 Principalmente con la aplicación del teorema de Bayes a las inferencias jurídicas. La fórmula que expresa el razonamiento realizado, reza como sigue:
73 Ferrer Beltrán habla de la metodología de la corroboración de la hipótesis. Para (1) H y SA y CI → P
dar una clara explicación a este respecto, será necesario recurrir al esquema de donde H es la hipótesis a corroborar; SA los supuestos adicionales, CI las condi-
David Schum, denominado los momentos de sustancial importancia en el proceso ciones iniciales y P la predicción. Ahora, si bien la constatación del cumplimiento
probatorio, a saber: de la predicción aporta, en principio, apoyo inductivo a la hipótesis; ello no implica
necesariamente que si la predicción no se cumple, se rechace la hipótesis. Sino que
A c to I
simplemente que o bien las hipótesis o los supuestos adicionales o las condiciones
D e s c u b r im ie n t o
iniciales son incorrectas. Por lo que entre más seguridad exista respecto de la ver-
E s c e n a I E s c e n a II E s c e n a III A c to II A c to III
dad de SA y CI, se concluirá con el rechazo o revisión de la hipótesis analizada.
G e n e r a c ió n E lim in a c ió n E s tr u c tu r a c ió n P ru e b a D e lib e r a c ió n
En el esquema de razonamiento presentado, los supuestos adicionales están inte-
d e h ip ó t e s is d e h ip ó te s is d e la a r g u m e n t a c ió n y d e c is ió n
grados por generalizaciones empíricas, las cuales son la garantía de la inferencia
En lo medular, en el acto II o momento de valoración de la prueba es donde se va- que va de un hecho a otro y otorgarán mayor o menor fuerza a la inferencia en fun-
loran los resultados obtenidos durante la fase de descubrimiento, es decir, durante ción del grado de corroboración que las propias generalizaciones tengan. Éstas in-
la práctica de la prueba, los que se traducirán finalmente en un determinado grado tegran lo que los juristas denominan máximas de la experiencia, que incluyen co-
de corroboración de las hipótesis en conflicto o en su falsación. En este punto, el nocimientos técnicos, leyes científicas o simples generalizaciones del sentido
juez de los hechos (togado o jurado) debe evaluar el grado de corroboración de una común. Y como es natural, estas máximas de la experiencia no necesariamente
hipótesis a la luz de las demás hipótesis rivales tomadas en consideración, los da- pueden darse por sentado o no y someterla a prueba dentro del proceso, a efectos
tos disponibles, etcétera. Y para ello deberá revisar todos los pasos de la investi- de determinar su grado de corroboración, situación que constituye una prueba so-
gación, esto es, las pruebas y las inferencias realizadas a partir de ellas. bre la prueba.
724 PROBLEMAS ACTUALES DEL DERECHO PROCESAL PENAL RAÚL NÚÑEZ OJEDA 725

1º. No refutación: Para aceptar una hipótesis es necesario que babilidad, es decir, a la credibilidad de la hipótesis a la luz del conjunto
esta no sea refutada por las pruebas disponibles. Por ello el someti- de conocimientos disponibles.
miento a refutación de las hipótesis —lo que hace necesario un mo- Dicho esto, el grado de confirmación (probabilidad) aumentará
mento contradictorio en el que se puedan rebatir las hipótesis— es la o disminuirá, con base en:
prueba de fuego para poder aceptarlas. 1. El fundamento cognoscitivo y el grado de probabilidad
expresado por las reglas y máximas de la experiencia
2º. Confirmación: Una hipótesis viene confirmada por una
usadas. Esto es indudable: mientras algunas de esas reglas
prueba si existe un nexo causal o lógico entre ambas (que es una sim-
expresan relaciones más o menos seguras (generalmente
ple ley probabilística o una máxima de la experiencia) que hace que la
aquellas que provienen de conocimientos científicos gene-
existencia de la prueba constituya una razón para aceptar la hipótesis.
ralizados), otras tan solo expresan toscas e imprecisas ge-
El grado de confirmación de una hipótesis es pues equivalente a su pro-
neralizaciones del sentido común. De esta forma, cuanto
más seguro y preciso sea el tipo de conexión entre la hipó-
En lo principal, como el cumplimiento de la predicción tampoco genera en un tesis y las pruebas, mayor será el grado de confirmación (o
ciento por ciento un elemento de juicio que corrobore (en cierto grado) la hipóte-
sis. Puede suceder perfectamente que la misma predicción P pueda formularse a
probabilidad) de la hipótesis, que, por el contrario, solo ob-
partir de diversas hipótesis, por lo que, la constatación del cumplimiento de P no tendrá confirmaciones débiles cuando las conexiones sean
otorga a ninguna de las hipótesis una probabilidad mayor que a las otras. Siendo genéricas, vagas y de incierto fundamento cognoscitivo.75
así que la contrastación de una hipótesis exige, junto a lo establecido por la fór- 2. El grado de certeza de las pruebas que la confirman. Es
mula (1), decir, que si el grado de certeza de una prueba es débil, el
(2) ¬ (H y SA y CI) → muy probablemente ¬ P
que se lee: si no es el caso (no son verdaderos) la hipótesis H y los supuestos adicio- grado de confirmación o probabilidad que atribuye a la hi-
nales SA y las condiciones iniciales CI, entonces muy probablemente no se dará P. pótesis no puede estimarse alto, por más fundada que esté
A la luz de estos antecedentes, se debe destacar que, en primer lugar, nunca se la regla que conecta la prueba con la hipótesis.
puede tener la certeza de que H sea verdadera, aunque disponga de un gran apoyo 3. El número de pasos inferenciales que separan la hipótesis
inductivo, porque siempre puede haber una hipótesis H’ que prediga lo mismo. No
de las pruebas que la confirman.76 La probabilidad de una
obstante, si se optó por considerar a H como válida (en el derecho: probada) será
siempre una decisión inferencialmente válida, por cuanto esa es la decisión justi- hipótesis es menor cuanto mayor sea el número de pasos
ficada sobre la base del actual conocimiento. que componen el procedimiento probatorio que conduce a
En segundo lugar, el grado de contrastación de H está en función de a) las predic- su confirmación.77
ciones que hayan resultado ser verdaderas que permite realizar a partir de los da- 4. La cantidad y variedad de pruebas o confirmaciones. Si la
tos disponibles, y b) la improbabilidad de que otra hipótesis H’ dé cuenta de los
probabilidad inductiva de una hipótesis es equivalente a su
mismos datos y permita formular las mismas predicciones verdaderas.
En resumen, cada predicción formulada a partir de una hipótesis, por un lado, la
desafía, en el evento de que si ella no se cumple aquélla queda cuestionada, y por 75 Ídem, p. 12.
otro lado, elimina las hipótesis que no pueden predecir lo mismo. Además, la pre- 76 Si bien, utiliza distintos términos, esta observación estaba presente en Bentham:
dicción cumplida se convierte en un nuevo elemento de juicio que se incorpora al “En una cadena de pruebas compuestas de un gran número de eslabones, cuanto
conjunto de pruebas e introduce el nuevo hecho. Luego, en el caso de que sobrevi- más eslabones intermedios haya entre el primer hecho circunstancial y el hecho
van más de una hipótesis se deberán formular nuevas predicciones que permitan principal, menor será con relación a éste su fuerza probatoria” (BENTHAM: ob. cit.,
eliminar algunas de ellas, dado que entre más hipótesis falsadas, mayor será la co- p. 365).
rroboración de la/s hipótesis sobreviviente/s. 77 “Ésta es la razón por la que la comúnmente denominada ‘prueba directa’ o sea, la
Finalizando en que el nivel de corroboración o apoyo inductivo corresponde a la pro- que acredita justamente el hecho que se pretende probar (p. ej., el relato del hecho
babilidad inductiva baconiana de la hipótesis. (FERRER BELTRÁN: ob. cit., pp. 126 a principal por un testigo ocular), tendría un valor tendencialmente mayor que la co-
138). múnmente denominada prueba indirecta o indiciaria. Y es también la razón por la
74 GASCÓN ABELLÁN, Mariana: “La prueba judicial: valoración racional y motivación”, que los comúnmente denominados en la doctrina indicios ‘mediatos’ (los que son
en http://www.uclm.es/postgrado.derecho/_02/web/materiales/filosofia/Prueba. a su vez probados mediante otros indicios) tienen menor fuerza probatoria” (GAS-
pdf, pp. 11 y ss. CÓN ABELLÁN: Los hechos en el derecho, cit., p. 182).
726 PROBLEMAS ACTUALES DEL DERECHO PROCESAL PENAL RAÚL NÚÑEZ OJEDA 727

grado de confirmación por el conjunto de conocimientos otro, que el estatus epistémico de una hipótesis siempre es la proba-
disponibles, la probabilidad de una hipótesis aumenta con bilidad, aun cuando se encuentre debidamente justificada, lo que
la cantidad y la variedad de las pruebas que la confirman. conlleva la posibilidad de que ante el surgimiento de nuevas pruebas,
Pues, todo ello, proporciona una imagen más completa de la hipótesis debe estar sujeta a revisión.80
los hechos y es, en este sentido, que surge una nueva regla: Si retomamos la noción de estándar de prueba, es necesario
no existen pruebas suficientes. Cualquier prueba relevante aclarar el rol que cumplen los mismos en el razonamiento probato-
es necesaria, y por tanto debería ser admitida.78 rio en los sistemas procesales penales. En efecto, la decisión sobre el
3º. Mayor probabilidad que cualquier otra hipótesis sobre los nivel de suficiencia apropiado para un tipo de proceso supone resol-
mismos hechos. Al final del proceso de confirmación y refutación de ver el riesgo de error epistémico (inevitable, dada la incertidumbre
propia del razonamiento probabilístico) que debería distribuirse de
las hipótesis puede resultar que hipótesis rivales estén suficientemente
manera igualitaria, o bien diferenciadamente entre las partes.81 Si los
fundadas, o que ninguna de ellas resulte suficientemente probada en
costos o daños que pueda provocar un error para una y otra parte se
detrimento de la otra. No obstante, el juez se encuentra en la necesidad
suponen equivalentes, el riesgo debería ser distribuido en forma si-
de resolver, lo que queda cubierto por las reglas legales de decisión que
métrica, a través de un estándar que considere que la confirmación
indican en cada caso a favor de qué hipótesis haya de orientar la solu-
de una hipótesis en mayor grado que las demás hipótesis en conflicto,
ción. Estas son, en resumidas cuentas, las reglas sobre la carga de la
resulta suficiente para tenerla por probada. Esto es lo que se suele con-
prueba. Ahora bien, teniendo presente que la mayor confirmación de
siderar que ocurre en los casos civiles, en los que por ello debería re-
una hipótesis por sobre otra es una cuestión de grado, queda claro que
gir el estándar llamado preponderancia de prueba. Si, en cambio, un
las exigencias institucionales que puedan existir en este punto, que im-
falso positivo (decisión en que se declara probada una hipótesis,
ponen requisitos más o menos severos para aceptar una hipótesis, son
siendo falsa) tiene un impacto potencial más grave, por la clase de
algo muy distinto a ello. Así, mientras en el sistema civil suele bastar
bienes que están en juego, que un falso negativo (decisión en que es de-
con que el resultado de la prueba sea una probabilidad preponderante,
clarada no probada una hipótesis, siendo verdadera), el riesgo debiera
en los procesos penales suele exigirse un resultado (probabilístico)
ser distribuido diferenciadamente, a través de un estándar de prueba
más allá de toda duda razonable. Esto último es lo que se denomina
más exigente que el de preponderancia de prueba.82 Éste sería el caso
como estándar de prueba.79
del enjuiciamiento criminal, en el que el costo de una condena errónea
De lo dicho hasta ahora se deducen dos consecuencias, por un se considera significativamente más grave que el de una absolución y
lado, el hecho de que la hipótesis debe justificarse mostrando que las en el que se impondría por eso un estándar de prueba particularmente
pruebas disponibles la hacen más probable que cualquiera de las hi- exigente. En nuestra legislación ese estándar se encontraría establecido
pótesis alternativas concordantes con esas mismas pruebas; y por en el art. 340 del CPP, que señala:
Art. 340 – Convicción del tribunal. Nadie podrá ser condenado por
78 Esta afirmación tiene sentido sobre la base de la doctrina que pretende evitar es- delito sino cuando el tribunal que lo juzgare adquiriere, más allá de toda
fuerzos probatorios inútiles, por lo que hace la distinción entre prueba relevante y duda razonable, la convicción de que realmente se hubiere cometido el
prueba necesaria, la cual está conceptualmente equivocada e incluso concluye en
resultados adversos a la averiguación de la verdad. Lo primero porque si los resul-
tados probatorios no pasan nunca de la mera probabilidad, cualquier prueba re- 80 Salvo exigencias legales de mayor peso, como por ejemplo, la cosa juzgada. Al res-
levante es necesaria, por cuanto constituye aumentar el grado de probabilidad de pecto véase: FERRER: Prueba y verdad en el derecho, cit., capítulo II.
la hipótesis. Lo segundo, porque, escudándose en esta distinción, el juez podría re- 81 STEIN, Alex: Foundations of Evidence Law, OUP, Oxford, 2005, pp. 133 y ss.; y LAU-
chazar la práctica de pruebas relevantes, conformándose con la más débil (y tal vez DAN, Larry: Truth, Error and Criminal Law. An Essay in Legal Epistemology,
falsa) declaración de los hechos (GASCÓN ABELLÁN: “La prueba judicial: valoración Cambridge University Press, Cambridge, 2006, pp. 68 y ss.
racional y motivación”, cit., p. 14). 82 ROBERTS, Paul, y ZUCKERMAN, Adrián: Criminal Evidence, OUP, Oxford, 2004, pp. 360
79 GASCÓN ABELLÁN: “La prueba judicial: valoración racional y motivación”, cit., p. 15. y ss.
728 PROBLEMAS ACTUALES DEL DERECHO PROCESAL PENAL RAÚL NÚÑEZ OJEDA 729

hecho punible objeto de la acusación y que en él hubiere correspondido herente, y que haya resistido a las eventuales contrapruebas
al acusado una participación culpable y penada por la ley. que pretendían refutarla.
El tribunal formará su convicción sobre la base de la prueba pro- 3. Que los datos probatorios disponibles resulten muy difícil-
ducida durante el juicio oral. mente explicables por las hipótesis compatibles con la ino-
No se podrá condenar a una persona con el solo mérito de su pro- cencia del acusado que hayan sido alegadas por la defensa,
pia declaración. excepto las hipótesis ad hoc que no son empíricamente con-
¿Es posible interpretar el estándar de prueba contenido en el trastables.
artículo antes trascrito desde una perspectiva objetiva? La respuesta Una sentencia condenatoria debería justificar la concurrencia
no puede ser sino positiva. Es cierto que el uso, en el art. 340 del CPP, de estas condiciones respecto de cada uno de los hechos probados
de la expresión “convicción” parece sugerir que lo relevante es la pre- principales incluidos en la acusación, conforme a las exigencias de
sencia de hecho en el adjudicador de una creencia libre de dudas; sin un modelo analítico de justificación, sin perjuicio de que adicional-
embargo, la referencia a dudas “razonables” admite un sentido nor- mente los enunciados que se declaran probados deban poder inte-
mativo que podría indicarse que lo relevante no es la presencia o au- grarse en un relato global que resulte coherente.
sencia subjetiva de dudas, sino la presencia o ausencia en el con- En caso de una sentencia absolutoria, bastaría justificar el in-
junto de elementos de juicio disponibles de ciertas condiciones que cumplimiento con respecto de alguno de esos hechos principales de
debieran razonablemente suscitar una duda. Esta interpretación alguna de las condiciones especificadas, el que de acuerdo con el mo-
puede defenderse a través de un argumento sistemático, que ponga delo propuesto podría considerarse constitutivo de una duda razo-
de relieve su coherencia con la opción legislativa por una concepción nable.
racional y justificada de la libre valoración de la prueba, expresada, Por otro lado, es necesario dedicar algunas líneas al modelo le-
gal de justificación del juicio sobre los hechos identificando los posi-
sobre todo en el art. 297 del CPP.83
bles defectos de fundamentación que, en tanto influyan en la parte dis-
Así las cosas, de acuerdo con el modelo de la probabilidad in-
positiva del fallo, podrán dar lugar a la nulidad de la misma y del juicio
ductiva, los criterios relevantes al valorar la relación entre un con- oral, por aplicación del motivo absoluto del art. 374, letra e) del CPP,85
junto de elementos probatorios y una hipótesis se refieren a la ri- referido a la omisión en la sentencia de “alguno de los requisitos pre-
queza de ese conjunto y al grado de corroboración de las hipótesis en
conflicto. Un alto grado de exigencia en los dos planos podría expre- 85 Art. 374 – Motivos absolutos de nulidad. El juicio y la sentencia serán siempre
sarse en los términos siguientes:84 anulados: a) Cuando la sentencia hubiere sido pronunciada por un tribunal in-
1. Que las pruebas de cargo cuya existencia resultara predica- competente, o no integrado por los jueces designados por la ley; cuando hubiere
sido pronunciada por un juez de garantía o con la concurrencia de un juez de tri-
ble, de acuerdo con nuestros conocimientos previos acerca bunal de juicio oral en lo penal legalmente implicado, o cuya recusación estuviere
del mundo, en el caso concreto, hayan sido efectivamente pendiente o hubiere sido declarada por tribunal competente; y cuando hubiere
aportadas. sido acordada por un menor número de votos o pronunciada por menor número
de jueces que el requerido por la ley, o con concurrencia de jueces que no hubie-
2. Que la hipótesis de la acusación sea capaz de explicar los
ren asistido al juicio; b) Cuando la audiencia del juicio oral hubiere tenido lugar
datos probatorios disponibles, integrándolos de forma co- en ausencia de alguna de las personas cuya presencia continuada exigen, bajo san-
ción de nulidad, los arts. 284 y 286; c) Cuando al defensor se le hubiere impedido
83 ACCATINO, Daniela: “El modelo legal de justificación de los enunciados probatorios ejercer las facultades que la ley le otorga; d) Cuando en el juicio oral hubieren sido
en las sentencias penales y su control a través del recurso de nulidad”, en ACCA- violadas las disposiciones establecidas por la ley sobre publicidad y continuidad
TINO, Daniela (coord.): Formación y valoración de la prueba en el proceso penal, del juicio; e) Cuando, en la sentencia, se hubiere omitido alguno de los requisitos
Legalpublishing, Santiago, 2010, pp. 139 y 140. previstos en el art. 342, letras c), d) o e); f) Cuando la sentencia se hubiere dictado
84 Ídem, p. 140. Otros modelos de contenido objetivo del estándar de prueba “más con infracción de lo prescrito en el art. 341, y g) Cuando la sentencia hubiere sido
allá de toda duda razonable” se pueden consultar en: STEIN: ob. cit., p. 178; y FE- dictada en oposición a otra sentencia criminal pasada en autoridad de cosa juz-
RRER: ob. cit., pp. 147 y ss. gada.
730 PROBLEMAS ACTUALES DEL DERECHO PROCESAL PENAL RAÚL NÚÑEZ OJEDA 731

vistos” en la letra c) —además de las d) o la e)— del art. 342,86 el que aportado (sea para atribuirle valor probatorio, o sea para
se refiere a la justificación de la decisión de tener ciertos hechos por negárselo); y b) Por omisión parcial de consideraciones
probados conforme a las exigencias del art. 297 del mismo Código, de algún medio de prueba, al no considerarse debida-
al que remite expresamente. mente objeciones, pruebas auxiliares o contrapruebas
De manera breve, un control que abarque efectivamente el presentadas en el proceso, que pudieran afectar el valor
cumplimiento de todos y cada uno de los requisitos que integran el probatorio del medio de prueba en cuestión.
modelo legal de fundamentación de los hechos, debería integrar cada c) Fundamentación defectuosa88
una de las hipótesis siguientes en la causal absoluta de nulidad del
– Defectos lógicos: a) Contradicción lógica entre afirma-
art. 374 letra e) del CPP:87
a) Ausencia de fundamentación ciones contendidas en la sentencia; b) Inconsistencia en-
– Falta de identificación total o parcial de los enunciados tre las premisas (elementos de juicio y generalizaciones)
probatorios (cada uno de los hechos y circunstancias que y las conclusiones en las inferencias individuales; y, c) In-
se tienen por probados). consistencia entre las premisas (elementos de juicio y es-
– Falta de identificación de los elementos de juicio (medios tándar de prueba) y las conclusiones en la valoración
de prueba) que justifican cada enunciado probatorio. conjunta que resuelve sobre la prueba de cada enunciado
b) Fundamentación incompleta probatorio principal.
– Insuficiencia interna al texto de la sentencia. Falta de ex- – Defecto en el uso de la máximas de experiencia: a) Con-
presión de la relación de corroboración entre elementos tradicción entre una relación de corroboración estable-
de juicio y enunciado probatorio, cuando ella no sea evi- cida en la sentencia y una máxima de la experiencia ge-
dente. neralmente aceptada; b) Falta de fundamento de las
– Insuficiencia en relación con el proceso: a) Por omisión presuntas máximas de la experiencia invocadas; y, c) Falta
absoluta de consideración de algún medio de prueba de descarte de las circunstancias que harían inaplicable la
máxima de la experiencia al caso concreto.
86 Art. 342 – Contenido de la sentencia. La sentencia definitiva contendrá: a) La – Defectos relativos a los conocimientos científicamente
mención del tribunal y la fecha de su dictación; la identificación del acusado y la afianzados. Es decir, el uso, expreso o tácito, de generaliza-
de el o los acusadores; b) La enunciación breve de los hechos y circunstancias que
hubieren sido objeto de la acusación; en su caso, los daños cuya reparación recla-
ciones que contrasten con conocimientos científicamente
mare en la demanda civil y su pretensión reparatoria, y las defensas del acusado; afianzados.
c) La exposición clara, lógica y completa de cada uno de los hechos y circunstan-
cias que se dieren por probados, fueren ellos favorables o desfavorables al acu- 88 En la doctrina se distinguen tres caminos para obtener el control sobre el razona-
sado, y de la valoración de los medios de prueba que fundamentaren dichas con- miento del juzgador, a saber: el llamado argumento de consecuencia, que se basa
clusiones de acuerdo con lo dispuesto en el art. 297; d) Las razones legales o en el principio lógico de la no-contradicción y persigue que la decisión judicial no
doctrinales que sirvieren para calificar jurídicamente cada uno de los hechos y sus sea contradictoria, es decir que el tribunal sea consecuente en su razonamiento
circunstancias y para fundar el fallo; e) La resolución que condenare o absolviere práctico; el llamado argumento de totalidad, en virtud del cual las pruebas deben
a cada uno de los acusados por cada uno de los delitos que la acusación les hu- explicar la totalidad de circunstancias sobre hechos que tienen importancia para
biere atribuido; la que se pronunciare sobre la responsabilidad civil de los mismos la decisión; y, el argumento de coherencia, que consiste en un test de probabili-
y fijare el monto de las indemnizaciones a que hubiere lugar; f) El pronuncia- dad cuando no se dispone de una prueba directa mediante la observación inme-
miento sobre las costas de la causa, y g) La firma de los jueces que la hubieren dic- diata, en este sentido, casi todas las disputas jurídicas se refieren a hechos ya
tado. acontecidos, y como ningún hecho del pasado es susceptible de prueba directa, la
La sentencia será siempre redactada por uno de los miembros del tribunal cole- coherencia narrativa es un test de importancia en la justificación de las decisiones.
giado, designado por éste, en tanto la disidencia o prevención será redactada por En definitiva, la vulneración de las normas de las máximas de experiencia y de las
su autor. La sentencia señalará el nombre de su redactor y el del que lo sea de la reglas de la lógica importa la vulneración de una ley (MACCORMICK, Neil: “Coherente
disidencia o prevención. in The Legal Justification”, Theory of legal Science, Roermund, Dordrech, 1984,
87 ACCATINO: ob. cit., p. 143. pp. 48 a 55).
732 PROBLEMAS ACTUALES DEL DERECHO PROCESAL PENAL RAÚL NÚÑEZ OJEDA 733

Para concluir un tema importante, es el que si nosotros somos mativa frente a la pregunta sobre la compatibilidad del modelo de su-
fieles a la función epistemológica que realiza el juez durante un pro- presión de los recursos de apelación y de casación, y su reemplazo
cedimiento de adjudicación, debería mantenerse el mecanismo del re- por un nuevo recurso de nulidad, con la concepción que mantiene la
envío para la mayor parte de los casos y dejando el sistema de senten-
cia de reemplazo para el supuesto de vicios incurridos en la sentencia.
Con todo, desde un punto de vista psicológico el mecanismo de la sen- tales, proponemos tomar en serio la idea del autogobierno. Este compromiso nos
tencia de reemplazo es un incentivo perverso para los jueces de los tri- llevará a defender una concepción mayoritaria de la política, a juzgar negativa-
bunales de nulidad, especialmente de aquellos encargados de alcan- mente la constitucionalización de una carta de derechos, y a calificar como inade-
cuado el método del control judicial contramayoritario, como hoy lo conocemos en
zar la uniformidad en la interpretación de la ley. Efectivamente, la Chile y el mundo. Si la democracia es valiosa no es sino porque reconocemos la
fuerte atracción que ejerce sobre ellos la idea de hacer justicia mate- igualdad básica de todos los ciudadanos y su capacidad para tomar decisiones au-
ria al caso concreto les lleva a perder de vista su función y a buscar tónomas (para desarrollar un plan de vida racional) o deliberar con los demás
enraizadas interpretaciones para poder dictar finalmente una senten- con los que se encuentra en desacuerdo, acerca de cuál es la mejor solución a un
cia de reemplazo y hacer justicia al caso concreto. Por ello más de al- problema común. Por ello se identifica al Parlamento (democrático) como la insti-
tución que da forma casi natural ha armonizar estos valores, y como un órgano es-
gún autor ha propuesto la vuelta a la estructura original de la casación pecialmente bien situado para lidiar con las circunstancias de la política. Esta opi-
revolucionaria y establecer como único mecanismo el reenvío frente a nión choca frontalmente con la sustentada por una parte importante de la doctrina
una sentencia o juicio anulado.89 que habla de la “tiranía de la mayoría” y que elaboran intrincadas teoría neocons-
titucionalistas a través de un férreo control jurisdiccional de la constitucionalidad
de las leyes. Para nosotros estas teorías suponen un desconocimiento de la idea del
6. El problema de la posible respeto que nos merecemos las personas por parte del Leviatán.
vulneración del derecho al recurso Así las cosas, para nosotros existe una importante conexión entre derechos y la
idea de democracia, así como la existencia de ciertos derechos individuales que de-
Un tema que hoy ronda en las discusiones dogmáticas y políti- ben ser considerados para tener una decisión mayoritaria legítima. Para lo ante-
cas en Chile es, precisamente, el de la compatibilidad del cambio de rior se distingue tres clases de derechos individuales: a) Derechos que de hecho
paradigma con la autocomprensión que el sistema interamericano son constitutivos del proceso democrático (derecho de participación); b) Derechos
que, aunque no sean formalmente constitutivos de la democracia, representan en
tiene de la llamada garantía constitucional del derecho al recurso.90 todo caso condiciones necesarias para su legitimidad (libertad de expresión y aso-
Mas allá de la crítica que se pueda dirigir al movimiento neo- ciación); y, c) Derechos totalmente desvinculados de la democracia (derechos de
constitucionalista, por la creación del modelo del juez activista y la sucesión patrimonial). Al menos los derechos de las dos primeras categorías, aun-
interpretación desmedida e ilegítima de las garantías constituciona- que por razones diferentes y de modos diversos, son imprescindibles para cual-
les en los sistemas procesales,91 es posible responder de manera afir- quier modelo democrático de legitimación.
Si partimos del hecho inevitable del desacuerdo, tendremos que admitir también
la existencia de desacuerdos importantes acerca del número, contenido o alcance
89 ATRIA LEMAITRE: ob. cit., pp. 254 y ss. de los derechos. Por tanto nos enfrentamos a un problema de autoridad, es decir,
90 Para una visión del llamado derecho al recurso en el proceso panal conf. por to- quedamos entregados a la necesidad de encontrar una vía a través de la que resol-
dos YÁÑEZ VELASCO, Ricardo: Derecho al recurso en el proceso penal, Tirant lo ver nuestras disputas. En este ámbito, el derecho a la participación aparece como
Blanch, Valencia, 2001, passim. Para un estudio de la garantía constitucional del una salida especialmente adecuada. Efectivamente, la participación es un derecho
Derecho al recurso en la jurisprudencia de la Corte Interamericana de Derechos cuyo ejercicio parece peculiarmente apropiado en situaciones en la que los porta-
Humanos ver el libro de discípula: TORO JUSTINIANO, Constanza: El debido proceso dores razonables de derechos discrepan acerca de qué derechos tienen. Por ello
penal. Un estudio desde el prisma de la dogmática procesal penal y la jurispru- nuestro autor los llama el derecho de los derechos, porque en definitiva, la parti-
dencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, Ediciones Jurídicas cipación y la decisión mayoritarias se muestran como las únicas herramientas que,
de Chile, Santiago, 2009, pp. 117 y ss. en las circunstancias políticas, resultan consistentes con la idea de que todas las
91 Frente al dilema de las llamadas garantías constitucionales del proceso, seguimos personas son fundamentalmente iguales. Solo ellas parecen hacerse cargo del res-
la opinión sustentada por el profesor Jeremy Waldron. Es decir, frente a una teo- peto debido (a toda persona) en tanto que sujeto deliberativo dotado de razón
ría refractaria a una filosofía política liberal, complaciente con el elitismo cons- (WALDRON, Jeremy: The Dignity of Legislation, OUP, Oxford, 1999, pp. 7 y ss.; y,
titucional y simplista frente a la protección jurisdiccional de derechos fundamen- WALDRON, Jeremy: Law and Disagreement, OUP, Oxfrord, 2001, pp. 23 y ss.).
734 PROBLEMAS ACTUALES DEL DERECHO PROCESAL PENAL

Corte Interamericana de Derechos Humanos del contenido y alcance


del derecho al recurso.
Efectivamente, la Corte Interamericana ha mantenido,92 siem-
pre desde la perspectiva del proceso penal, que el llamado derecho
al recurso se satisface con la existencia de una institución procesal
que permita que un tribunal superior revise íntegramente el conte-
nido de la decisión del tribunal inferior, negando así que aquellos re-
cursos que no permiten la revisión de los hechos superen el estándar
que el sistema interamericano dispensa a las personas.
Así las cosas, el recurso de nulidad contenido en el Código Pro-
cesal Penal del 2000 cumple con creces el estándar señalado por la
Corte. En concreto, permite al tribunal de nulidad entrar a revisar las
cuestiones de derecho y de hecho, pero con respeto a la función que
realiza el funcionario público que integra el órgano que ejerce la fun-
ción de adjudicación en un Estado democrático deliberativo, como
con el diseño del nuevo enjuiciamiento punitivo.

7. Conclusión
La tesis que defendemos es que el sistema procesal penal chi-
leno es, como se ha señalado en reiteradas oportunidades en el tra-
bajo, coherente con el cambio de paradigma del sistema recursivo.
Así, frente al tradicional establecimiento del recurso de apela-
ción, como medio de impugnación de las sentencias definitivas, el
sistema avanzó hacia el establecimiento de un recurso de nulidad
que permita una revisión de los hechos y el derecho, pero de una ma-
nera funcional con los cambios que conlleva un enjuiciamiento puni-
tivo moderno, oral, concentrado y sometido al sistema de libre apre-
ciación de la prueba. Además, el sistema permite ser respetuoso con
la labor que despliegan los jueces cuando realizan su función de ad-
judicación, es decir, el discurso de aplicación o adecuación.

92 Conf. con el fallo de la CIDH, del 2/6/2004, en la causa “Herrera Ulloa con Costa
Rica”.

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