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DELDELEGADO
DEMÉXICO
¡.::-,; ¡,;1,
XVIII
CONGHESO
DI~
AMEIUCANISTAS,
DR.;\LFONSOPRlJNEDA.
1. -A N1'ECEDENTES.
X. En Stockhobn ( 11:'iDl).
XI. Bnl\Jéxicn(lHHG).
XII. E11 l'al'Ís (1UOO), porscg1111da \'CZ.
XIII. En NU1:\·a York (1002).
XIV. En Stuttgart (1 ~J04·).
XV. En Quchcc (190G).
XVI. En Viena (1 HOH).
XVII. Se diYidiú l'll rlos sesiones:
1.'.t En H11(·nos Aires (nwyn dt· l !llO).
2.'.' En :\!0xico (seplic11J!J1-cele 1'.>1O), por Sl',l.'.tllld:t \'l'Z.
Ed ificio de la Cniyersidacl de Londr es, en donde se efec luaron las sesiones del
X\"III Cong-reso Internaci ona l de Americanistas.
15:l
~El .' l'111.'\ 1\' .---1(1~· 1 cohrc 1ncco/0111hi110 en :\méricn,1¡ por el 8r. Row-
b11il H. Orr (de T1lronto ). E11 esln memoria se hnhla <le las localidades
<'11 q lll ' (' I t'<) hn- l 1:1 sido c11co11 tr;1 do, stHl istrihución, los métocl os emplea-
d os p ;1 r;1 lcrnplarl<> y los usos ornamentales ÍI otros, á que se destinaba.
1,.l /gw1os ¡iro/Jk ·nws en el csl tulio <Íclos n ntig uos cfifi~d wcffers de Amé-
ric:1, n pml'l Dr.J. O. Kinnnman. El mttor estudia laseondicionesetnoló-
g·íc·as de esos pttch!os, dcdórnlc vinieron, cuál foé la dirección de su inmi-
gración, y trata ele explicar por qué construyeron sns habitaciones en
lugares casi inaccesibles; después discute las relaciones que pueda ha-
ber entre los .ictuaks indios ((Puehlon y los «cliff-dwellers,ll y haciendo
notar las clificultaclcs cronol6g-icas que se presentan, llega ú la conclu-
sión de qne no es posible toda da tener una opinión exacta en cuanto á
dichos «cliff-dwellers.))
«Trnbr¡jos de fa Bscuehz Inter11aciom1l de Arqucologfa J Etnología
.,\mcricnnns, n por el Dr. Franz Boas. En esta interesante memorin, ilus-
trada con proyecciones, el autor relata las investigaciones llevadas ú
cabo por la institución referida, durante el año en que fué su Director :
los trabajos sobre la alfarería de AtzcapotznlcoydcCulhuacán; el estu-
dio ck los dialectos mexicanos y de las relaciones entre ellos y las len-
guas del Norte ck México; la formación de un mapa lingüístico del Esta-
dock (bxacn, basado en el estmlio ele los vocabularios recogidosporel
Dr. Pci1:1riel; el c:,;twlio ele! tepccano, que resultó ser un dialecto del I'i-
ma, siendo los pueblos que lo hablan; muy semejantes á los Coras y
H uichoks, y otras investigaciones relativas á antiguas tradiciones; todo
lo cual demuestra lo importante <le la obra emprendida por la Escuela
Internacional ck Arqueología y Etnología Americanas, enel último año.
((Lns prácticas mágicas de los indios Caras de Jalisco, México,)) por
e1 Dr. K. T. Preuss (ele Berlín). El autor, que ha pasado algún tiempo
entre esos indios, estmlia los caracteres distintivos de sus prácticas de
magia , especialmente ele las que tienen por objeto el obtener de los dio-
ses el cLtmplirni.ento de sus deseos. En estas prácticas, los pensamien-
tos y !ns pnlahras son considerados por los Corascomolaparte verda-
ckramcntc intrínseca de las ceremonias, y hacen admitir la idea, emiti-
da ya por otros autores, de que en esos casos no son decisivos en sus
efectos los actos má,i:.,ricosmismos, sino el <Cpodernmágico del que los
~jecuta. Parecen tan importantes las investigaciones del Dr. Preuss, so-
bre los indios Coras, que tal vez sería conveniente, en opinión del que
subscribe, que el Museo Nacional de Arqueología, .Historia y Etnología
adquiriera la obra de dicho señor: ((La Expedición del Nayarit,)) para
hacerla traducir y darla á conocer por medio de .sus Anales ó en publi-
cación separada.
((Sobre el signo ele] 1110110 en los códices mexictwos y mayas,)) por el
156
Sr. Herman Beyer (de Dresden). El autor sosti ene la opiniún de Fiirs -
temann, Schellhas y Brinton, de que el dios C (el dios uwy:t, co11 la rn-
ra armamentacla) tiene caheza de mono, y refuta, después de un exa-
men cuidadoso de los dioses bárbaros ele los cé>diees mayas, la tcorfrl
del Profesor Seler, de que la cara del dios C estíl formada por una cuk-
hra de dos cabezas.
«Algu11osproblemas del calendario ccntro-americ:.wo,)) por el Dr.
Walter Lehmann (de Munieh) . El autor, que aunquetoc1avía jonn, se
distingue ya por sus conocimientos americanistas, estudia en su memo-
ria, con todo detalle, diferentes problemas del calendario mexicano yc1el
calendario maya, haciendo notar su antigüedad respectiva y otros
, puntos de igual interés.
«La creación del1nu11clo según los mayas,» por el Sr. D. Jttan Mar-
tínez Hernández. Este trabajo, que fuédistribuícloimpresoentre los con-
gresistas, se refiere á las páginas del manuscrito maya de Chunmayel,
que contienen la versi6n maya de la creación riel mundo, y que el autor
publica ahora por primera vez con su traducción al español. Según el
autor, «bajo el simbolismo usado puedcdistinguirseu1madmirablccon-
«eepci6n cósmica, con el calendario como base; la religión de los mayas
«no es exclusivamente la adoración del Dios de la Luz ni tampoco pu-
«ramente un culto de los números; ambos están ineluídos, debido á las
((relaciones íntimas entre las estrellas y las matemáticas; dicha religión
((era un culto del calendario.n
«El medio-punto c11la arquitectura maya,n por el Conde M. de Pe-
ri¡;.,rny(ele París). En esta memoria, su autor se refiere á un género es-
pecial de ruinas de Nakcun, encontradas por él en el Petén, en 1905-06,
y descubiertas completamente en 190tl-191 O. Ese edificio, al que halla-
mado <<Casa.de los Sacerdotes ,)) por su destino probable, presenta algu-
nas bóvedas en forma ele medio-punto, lo cual parece ser interesante
desde el momento que no se le encuentra en las demás ruinas mayas co-
nocidas. Algo parecido observó el autor en las ruinas del Río Beque,
estudiadas por él en 1907-1 H08; concluyendo su estudio, que fué acom-
pañado de proyecciones demostrati, ·as, con la observación de que aun
cuando los antig1.1os mayas c<lifü:aron sus ciudades en una época que con
mucha razón se considera bastante antigua, conocían ya el medio-
punto, sobre lo cuál deseó llamar la atención del Congreso.
«Algunas cnracterísticns de fa ;trquitcctura 11w_1·r1,)) por el Dr. Ca pi-
tan (de París). Esta interesante memoria, aco111paiíada i,1{11:dmcntcd e
proyecciones, se refiere ú dos particnlarirladcs cu1-iosas qu e prcsenb't,
entre otras muchas, la nrquitel'tura maya: la construcción ck todos
los monumentossohreelevacioncstle tierra (i mampostería, {t Yeces muy
altas, y el hecho de q uc las fachadas de sus edificios, con su complicad~t
ornamentación, parecen ser la reprotlucei6n, en piedra, de fachadas he-
chas primitivamente en madera.
«Un dato arqueo/6gicm y «Rcconstrucciún IÍe los basamentos de las
A;;.u.1-:, .---T<>,1<,l , ·.
neo mesocéfalo; esta maniobra que la criatura tolera sin llorar, es repe-
tida por la madre tres días después. El padre, entretanto, huye ú los
bosques, en donde está tres días sin comer, hasta que toma un baí10, lo
que hace también la madre, para espantar al demonio.
«La vida diaria de los indios kekchi de Gzuitcmala, n por el Dr. Karl
Sapper (de Estrasburgo). El sabio autor ele esta memoria, ú quien se
deben importantes trabajos sobre etnología mexicana, causó la admi-
ración del Congreso con la rica colección de importantes proyecciones
en que hizo ver las ocupaciones diarias de los hombres, de las mujeres y
de los niños kekchi, en el hogar y en el campo; sus festividades, sus ca-
pacidades productoras, sus opiniones religiosas y algunas peculiarida-
des de carácter, siendo esta conferencia un verdadero modelo de lo que
la fotograña puede hacer para conservar documentos etnológicos. El
Dr. Sapperllam6 la atención de los congresistas, en cuanto á que lapo-
blación india de Centro-América presenta, desde la primera mitad del
siglo XVII, un decidido y gradual proceso de mejoramiento, que se con-
tinúa hasta la hora presente.
«Descubri111ie11tosrecientes en /a Guayana Hofandesa,» por el Sr. L.
C. von Panhnys (de La Haya). El autor relata los resultados de la lla-
mada expedición «Suriname,J> la sexta de las organizadas por el Comi-
té de investigaciones científicas del interior de la Guayana Holandesa,
que trajo por consecuencia e1estudio etnológico ele los negros Bush que
viven en las orillas del río Surinmnc, adonde fueron importados de Afri-
ca en otras épocas, llevando consigo el paludismo que está acabando
con la población indígena de la región. Esta conclusión, descubierta por
el teniente Flu, va á ser motivo, seguramente, de serias consideraciones
del Gobierno Holandés, en bien de la conservación de 1a población in-
dígena de la comarca, ya que en la Guayana británica, donde no hay ne-
gros Bush, hay toda vía trece mil indios. El teniente Fludescubri6 igual-
1nente 1nexistencia de la filariosis en esa región, el modo como se trans-
mite, y la acción maravillosa del salvarsún (60G) sobre la «framboesía
tropical,)) pues en pocos días un hospital que contenía trescientos vein-
tiocho pacientes atacados de csa enfermedad, tuvo que clausurarse por
haber sanado todos con aquella droga.
«Nott:1 sobre los sn/r;_¡jcs del Cnnudá,)1 por el Sr. AlfonsoGagnon (de
Quebec). En este trabajo el autor cla cuenta del estado actual de la
población de los aborígenes del Canadft, su condici(m económica, mo-
ral é intelectual; refiere lo que el Gobierno hace para mejorar su suerte
y los progresos realizados á este respecto.
((Laprotección de los aboríg,:ncs del Brasil,n por el Dr. i\I. de Olivei-
ra Lima (de Rfo de Janeiro). El autor, después de reforir lo que se ha
hecho en el Brasil para protegerá la población ahorigcndcsde los tiem-
pos de fa conquista, y los fracasos que han resultado de las prácticas
establecidas, hace notar e¡ue recientemente se ha organizado un servicio
regular, más racional y lógico, que consiste en la fonnaciónde grandes
A:s;.\LER.-To~m I\'. LÁ~ I . 12.
.4.
B.
-
161
morin lllln noticin ck las príncipn ks filen tes en que puede hacerse ln his-
toria de In Igksia e11la América Espa úola en la primera época colonial:
diversos escritores mexicn11os (:\Icll(1ida, Torquemacla, Dávila Padi-
lla, l'ércz de 1-.'.i\·ns);m1 ma11t1scrito original de la Biblioteca del Con-
greso en Washington; <(El Concilio l'rnvincial de México en 1585;)) la
historia ele Juan Díaz de la Cnlle, _votros muchos, de donde tal vez no
muy tnnle poddt salir esa historia, que tanto interés tiene en la de la
coloniz:tción espaf1nl:i en América.
(SECCION DE MÉXICO.)
A solicitud del Sr. Lic. D. José Romero, Secretario que fué del XVII
Congreso Internacional de Americanistas, presenté al XVIII Congreso,
por conducto de su Secretario General, un ejemplar de la Memoria de
los trabajos de aquella asamblea en su sesión de México (Congreso del
164
Por indicación del Sr. Dr. Franz Boas, Secretario de la Junta Direc-
tiva de la Escuela Internacional de Arqueología y Etnología America-
nas, se reunieron el Sr. Dr. Eduardo Seler, Representante del Gobierno
de Prusia en esa Junta; el Sr. Byron Gonlon, Representante de la Uni-
versidad de Pennsylvania, y el mismo Sr. Boas, que representa en dicha
Junta á la Universidad de Columbia, para tratar de algunos asuntos
pertenecientes á la Escuela referida. El que snbscribc asistió igualmente
{tesa reunión, invitado por los tres representantes antes mencionados,
por su carácter de Delegado del Gobierno Mexicano en el Congreso de
Americanistas y por estar al tanto de la marcha de la Escuela.
El Sr. Dr. Boas inform6 que en el presente año de trabajos, corres-
pondía, según los estatutos, al Gobierno Francés, nombrar al Director
de la Escuela; pero que eomo dicho Gobierno no había nombrado has-
ta la fecha su representante en la Junta Directiva ni ratificado formal-
mente su adhesión, y tampoco la Universidad de Han'ard podía en
este año hacer tal nombramiento de Director, proponía (el Sr. Boas)
que se dirigiera atenta nota al Gobierno Mexicano para que él, si no
encontraba en ello inconveniente, se sirviera designar al repetido direc-
tor. La proposición del Sr. Boas fué aprobada, y, en tal virtud, se diri-
girá oficialmente á esa Secretaría.
El propio Sr. Boas inform6 después que, deseoso de aumentar los
recursos de la Escuela y de ampliar lo más que fuere posible su esfera
de acción, había comenzado á tratar de que la Academia de Cicnciasdc
San Petersburgo tomara parte en los trabajos, habiendo hablado ya,
al efecto, con el Dr. Sternberg, Director del Museo de dicha Academia,
quien se ofreció á iniciar las negociaciones. Iguales pasos había dado
cerca del Gobierno de Baviera y del Museo de Leipzig; y era de esperar-
se que estas gestiones tuvieran resultados satisfactorios.
Por último, el repetido Sr. Boas informó que, en unión del subscrito,
ANALES.-TOMO l\ ' . LÁ~L 14.
.,1
165
9.-VISITAS Y EXCURSIONES.
lO .-F1,;sT1·:.1os SOCIALES.
11.-CoNCLUSIO/\.