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LA PARROQUIA y EL PÁRROCO
La Iglesia fue creciendo en torno a la figura del Obispo, sucesor de los Apóstoles, junto a él y como
colaboradores, encontramos en primer lugar a los presbíteros y a los diáconos, así como una variada
diversidad de ministros y de ministerios. La vida eclesial era sencilla, cada ciudad tenía su propio
Obispo y junto a él concelebraban sus presbíteros que le asistían en la administración de los
sacramentos. Pero al pasar del tiempo y el crecimiento de la Iglesia, fue necesario ir integrando y
organizando las diversas poblaciones vecinas a las grandes ciudades.
Así, el Obispo asignaba presbíteros para que residieran ahí y en comunión con él organizaran y
apacentaran a esas comunidades cristianas, las cuales recibieron el nombre de "Parroquias" nombre
formado por dos vocablos griegos: para = junto a; y ouxia = casa; es decir: vivir cerca. Esto, ya que
el presbítero, ahora llamado párroco, no podía vivir, ni celebrar junto a su Obispo, sobre todo en razón
de las distancias.
Es por ello, que el Derecho Canónico, aún el día de hoy, denomina a los párrocos como "pastores
propios" (CIC 515; 519) y su investidura tiene cierto parecido con la de los Obispos, sin que por ello
se le equipare. De hecho, algunos de los ritos actuales de la Misa son resabios de esta transición a las
parroquias, por ejemplo, como el rito del conmixtión, es decir, cuando se une el Pan con el Vino
consagrados.
En efecto, el Obispo en su Misa dominical separaba del Pan consagrado y lo enviaba a sus párrocos,
los cuales le recibían entre semana y al domingo siguiente lo consumían, pero en razón a que ya se
había endurecido era suavizado en el Vino. Esto nos habla de la profunda comunión de intención y de
afecto que tenían los Obispos con sus párrocos y viceversa; y la firme conciencia de los párrocos de
que sin el Obispo no había Eucaristía (San Ignacio de Antioquía).
Tomado de la prenotadas de la
CELEBRACIÓN EUCARÍSTICA
AL INICIO DEL MINISTERIO DE UN NUEVO PÁRROCO
Ed. SAPAL
CELEBRACIÓN EUCARÍSTICA PARA EL INICIO DEL MINISTERIO DE UN NUEVO PÁRROCO 2
RITOS INICIALES
El Comentador, dice:
Buenas tardes. Hoy nos hemos reunido como comunidad para agradecer a Dios su
presencia entre nosotros, en la persona de sus pastores. Preside esta celebración Mons.
Heriberto Cavazos Pérez, Obispo auxiliar de Monterrey, quien, en nombre del Sr.
Arzobispo, hoy encomienda al P. Osbaldo Rentería Salinas, la tarea de ser el nuevo
párroco de esta comunidad parroquial San Pablo Apóstol.
Por ello, nuestro nuevo Párroco, recibe del Sr. Obispo las llaves de nuestra parroquia,
como un signo de que le confía el cuidado y administración de todas las cosas.
(un breve silencio para realizar el gesto y proseguir)
Nos ponemos de pie y entonamos con alegría el canto de entrada.
CANTO DE ENTRADA
Mientras se ingresa a la celebración, el coro y el pueblo entona el canto.
El Comentador, dice:
Nos podemos sentar. A continuación, se dará lectura del nombramiento con el cual se
designa a nuestro nuevo párroco.
Se da lectura al nombramiento del nuevo párroco, quien lo escucha de pie a un lado del Sr. Obispo.
ARQUIDIÓCESIS DE MONTERREY
GOBIERNO ECLESIÁSTICO
Con el favor de Dios, le haré entrega de la Parroquia; Rogamos a Usted que siempre en
comunión con un servidor, lleve a cabo este nuevo Oficio pastoral que nos permitimos
confiarle para que esta querida Comunidad Parroquial, que le estamos encomendando,
sea una comunidad unida en el amor, y la Eucaristía sea el corazón de la vida litúrgica
de las familias cristianas; igualmente lugar privilegiado para la Catequesis de los niños
y de los padres (cfr. C.LC. 2226).
En la Sede del Arzobispado de Monterrey, a los __ días del mes de __ _ del Año del
Señor 2019.
PROFESIÓN DE FE Y JURAMENTO
El Comentador prosigue:
Ahora, según una antigua tradición en la Iglesia, quien se ha de desempeñar como párroco,
debe hacer Profesión de fe y un juramento de fidelidad al ministerio que está asumiendo.
PROFESIÓN DE FE
Yo
C reo con fe firme y profeso todas y cada una de las cosas contenidas en el Símbolo
de la fe, a saber:
Creo en un solo Dios, Padre todopoderoso, creador del cielo y de la tierra, de todo lo
visible y lo invisible. Creo en un solo Señor, Jesucristo, Hijo único de Dios, nacido del
Padre antes de todos los siglos: Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios
verdadero, engendrado, no creado, de la misma naturaleza del Padre, por quien todo fue
hecho; que por nosotros, los hombres, y por nuestra salvación, bajó del cielo, y por obra
del Espíritu Santo se encarnó de María, la Virgen, y se hizo hombre; y por nuestra causa
fue crucificado en tiempos de Poncio Pilato, padeció y fue sepultado, y resucitó al tercer
día, según las Escrituras, y subió al cielo, y está sentado a la derecha del Padre; y de
nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos, y su reino no tendrá fin.
Creo en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que procede del Padre y del Hijo, que
con el Padre y el Hijo recibe una misma adoración y gloria, y que habló por los
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profetas. Creo en la Iglesia, que es una, santa, católica y apostólica. Confieso que hay
un solo bautismo para el perdón de los pecados. Espero la resurrección de los muertos
y la vida del mundo futuro. Amén.
Creo, también, con fe firme, todo aquello que se contiene en la Palabra de Dios escrita
o transmitida por la Tradición, y que la Iglesia propone para ser creído, como
divinamente revelado, mediante un juicio solemne o mediante el Magisterio ordinario
y universal. Acepto y retengo firmemente, asimismo, todas y cada una de las cosas
sobre la doctrina de la fe y las costumbres, propuestas por la Iglesia de modo definitivo.
Me adhiero, además, con religioso obsequio de voluntad y entendimiento, a las
doctrinas enunciadas por el Romano Pontífice o por el Colegio de los obispos cuando
ejercen el Magisterio auténtico, aunque no tengan la intención de proclamarlas con un
acto definitivo.
Así Dios me ayude, y estos Santos Evangelios que con mi mano toco.
El diácono le presenta al P. Osbaldo, el libro de los Evangelios.
En Monterrey, Nuevo León, al día veintisiete del mes de julio del año del Señor 2019.
Coram Me:
+ HERIBERTO
CAVAZOS PÉREZ
Ahora, hará el juramento de fidelidad a su ministerio.
ARQUIDIÓCESIS DE MONTERREY
GOBIERNO ECLESIÁSTICO
CELEBRACIÓN EUCARÍSTICA PARA EL INICIO DEL MINISTERIO DE UN NUEVO PÁRROCO 7
JURAMENTO
"DE MUNERE FIDELITER ADIMPLENDO"
Yo
OSBALDO RENTERÍA SALINAS
Ocuparé mi tiempo, en ésta que será mi principal tarea, y buscaré con toda fidelidad
tener una continua comunión de voluntad e intención con mi Obispo en quien reconozco
la autoridad de Jesucristo.
Así lo juro, y así Dios me ayude y estos Santos Evangelios que toco con mi mano.
En Monterrey, Nuevo León, al día veintisiete del mes de julio del año del Señor 2019.
Coram Me:
+ HERIBERTO
CAVAZOS PÉREZ
Se acerca una pequeña mesa y una pluma para que el nuevo párroco y el Sr. Obispo firmen los
documentos.
El Comentador, dice:
ACTO PENITENCIAL
Jesucristo, intercede por nosotros y nos reconcilia con el Padre.
Abramos, pues, nuestro espíritu al arrepentimiento, para acercarnos
a la mesa del Señor.
ORACIÓN COLECTA
LITURGIA DE LA PALABRA
El comentador dice
Hacer vida la Palabra de Dios, seguir sus mandatos, es garantía de que los frutos que
produzcamos, proceden de su infinita bondad y misericordia. Dios actúa en el tiempo y la
historia a través de la vida de cada uno de nosotros.
PRIMERA LECTURA
Moisés puso por escrito todas las palabras del Señor. Se levantó
temprano, construyó un altar al pie del monte y puso al lado del altar
doce piedras conmemorativas, en representación de las doce tribus
de Israel.
El comentador dice:
Pongámonos de Pie.
El Sr. Obispo entrega al nuevo párroco el libro de los Evangelios con estas palabras:
El nuevo párroco toma el Evangeliario y se coloca en medio de los ciriales y se dirigen al ambón.
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EVANGELIO
HOMILÍA
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Terminada la homilía, el nuevo párroco, puesto de pie frente al Sr. Obispo que permanece sentado,
renueva las promesas hechas el día de su ordenación sacerdotal.
El párroco dice:
Como buen colaborador del orden episcopal estoy dispuesto a
apacentar el rebaño de dios y a dejarme guiar por el Espíritu Santo.
El Sr. Obispo, que está dando posesión al nuevo párroco, lo va conduciendo a los distintos lugares aquí
señalados. El coro puede acompañar con música instrumental.
Miembros de la comunidad parroquial llevan en procesión los dones destinados a los pobres, como si
fuera el ofertorio. El nuevo párroco sale a su encuentro al pie del altar.
Esta casulla signo del Pueblo de Dios, que el Padre Osbaldo recibe, manifiesta que desde
ahora él es uno con todos nosotros, buscando cumplir así el mandato de Cristo: "Que todos
sean uno como Tú y Yo somos uno". El haber cambiado la anterior casulla, tiene ese
significado: ahora él nos recibe y junto con él nosotros formamos ya un nuevo pueblo.
Felicidades Padre Osbaldo ¡Bienvenido!
En esta sintonía, el P. Osbaldo recibe el saludo del Sr. Obispo, de los sacerdotes aquí
presentes y de una representación de fieles de nuestra comunidad.
Lector o diácono:
A cada petición respondemos:
R.- Escúchanos Padre.
1. Para que la fuerza del Espíritu Santo que el Padre dio a su Hijo amado y
que él comunicó a los santos apóstoles y, por medio de ellos, a los obispos,
fortalezca a Mons. Rogelio en su tarea como Arzobispo de Monterrey, y a
sus obispos auxiliares. Oremos. R.-
2. Para que Dios conceda a nuestro nuevo párroco, el P. Osbaldo que hoy
inaugura su ministerio entre nosotros, la fuerza del Espíritu, le otorgue un
conocimiento profundo de la Palabra divina, le conceda enseñar a su pueblo
con mansedumbre y santidad y le ayude en todo ser modelo para su rebaño,
Oremos. R.-
4. Para que Dios venga en ayuda de las familias de nuestra parroquia que
viven sometidas a diversas pruebas, conceda salud a nuestros enfermos,
otorgue su fuerza a nuestros ancianos, descubra a los incrédulos que viven
cerca de nosotros las riquezas de la fe, y dé a los pecadores la gracia de la
conversión, Oremos. R.-
5. Para que Dios suscite con abundancia en su Iglesia pastores que cuiden de
los fieles de las distintas parroquias y sean celosos administradores de sus
misterios, Oremos. R.-
6. Para que el Señor conceda el descanso eterno a los obispos que rigieron la
Iglesia de Monterrey, a los párrocos y a los demás presbíteros que
ejercieron su ministerio en nuestra arquidiócesis y han dejado ya este
mundo, Oremos. R.-
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LITURGIA EUCARÍSTICA
Comentador dice:
Los diáconos acompañan al celebrante en la incensación, pero solo inciensan los dones, el altar y el
crucifijo. Al terminar el diácono inciensa en al Celebrante a todos los concelebrantes.
Luego, inciensa de igual modo a la Asamblea.
Se acercan los acólitos con el servicio del agua.
Se acerca mientras tanto misal y lo coloca en el altar.
PLEGARIA EUCARÍSTICA II
Por eso,
con los ángeles y los santos,
proclamamos tu gloria, diciendo:
P or Cristo, con él y en él
a ti, Dios Padre omnipotente,
en la unidad del Espíritu Santo,
todo honor y toda gloria
por los siglos de los siglos.
R. Amén.
Se recogen los micrófonos y los misales restantes.
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RITO DE LA COMUNIÓN
PADRE NUESTRO
EMBOLISMO
RITO DE LA PAZ
CORDERO DE DIOS
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo,
ten piedad de nosotros.
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo,
ten piedad de nosotros.
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, danos la paz.
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El celebrante hace genuflexión, toma el pan consagrado y, sosteniéndolo un poco elevado sobre la
patena, lo muestra al pueblo, diciendo:
Éste es el Cordero de Dios,
que quita el pecado del mundo.
Dichosos los invitados a la cena del Señor.
R. Señor, no soy digno de que entres en mi casa, pero una palabra
tuya bastará para sanarme.
El Celebrante dice en secreto:
El Cuerpo de Cristo me guarde para la vida eterna.
Al comulgar el Celebrante, comienza el canto de la comunión.
Se distribuyen los lugares para la distribución de la comunión.
al finalizar, se purificará, en un lugar distinto del altar.
Se prepara la procesión de salida.
Se acerca misal. Se le entrega la llave del Sagrario al Sr. Obispo y él a su vez, al nuevo párroco.
ENTREGA DE LA LLAVE
DE LA CAPILLA DEL SANTÍSIMO
Terminada la distribución de la comunión y guardado el Sacramento en el sagrario, el Sr. Obispo
puede entregar al párroco la llave de éste, diciendo:
RITO CONCLUSIVOS
BENDICIÓN FINAL
Arquidiócesis de Monterrey