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La Junta Nacional Legislativa publica una nueva Constitución que sustituye a las Siete Leyes de
1836. El nuevo ordenamiento fue elaborado por una comisión presidida por el general Valencia, y por
Sebastián Camacho, Cayetano Ibarra, Manuel Baranda, Manuel de la Peña y Peña, Simón de la
Garza y el arzobispo de México.
Según María del Refugio González (Diccionario Jurídico Mexicano): “IV. La Constitución de 1843
está dividida en once títulos, subdivididos por rubros que contienen artículos. El título I está dedicado
a precisar la forma de gobierno de la nación mexicana, que sería: república, representativa, popular;
el territorio y la religión de la misma. Como en casi todos los textos de la época, la religión católica
era la del Estado. El título II se ocupaba de los habitantes, el a. 9º' de ese título fijaba los derechos
de los habitantes de la República: libertad de todos los que se encontraran en el territorio mexicano,
libertad de imprenta, garantías del proceso, conservación de los fueros militar y eclesiástico, garantía
de inviolabilidad de la propiedad privada tanto de particulares como de corporaciones y libertad de
circulación.
V. En el título III se fijaban los derechos y obligaciones de los mexicanos y de los ciudadanos
mexicanos. La diferencia entre una y otra calidad dependía de que tuvieran o no tuvieran ingresos
anuales determinados, procedentes de capital físico, industrial o trabajo personal honesto.
VI. El título IV estaba consagrado al poder' legislativo dividido en dos cámaras: diputados, elegidos
por las asambleas departamentales, el presidente de la República y la Suprema Corte de Justicia en
un: complejo proceso que describe este título. Tanto los candidatos a diputado como los candidatos
a senador debían tener un ingreso anual determinado, para poder ser susceptibles de elección. En
este título se especificaban los periodos de sesiones del Congreso, el modo de formación de las
leyes, las atribuciones y restricciones del Congreso, las facultades económicas de ambas cámaras y
peculiares de cada una de ellas y la manera de constituir la comisión permanente, durante el periodo
de receso del Congreso.
VII. El título V se dedicaba a señalar los requisitos, funciones y prohibiciones del encargado del
Poder Ejecutivo. El presidente duraría en funciones cinco años, y estaría asistido en el desempeño
de éstas por cuatro ministros. Se preveía la existencia de un órgano colegiado, llamado consejo de
gobierno, constituido por diecisiete vocales, que realizaría funciones de consulta y asesoramiento del
ejecutivo, así como la proposición de reglamentos y medidas útiles para la administración.
VIII. El título VI se destinaba a fijar la composición del Poder Judicial, depositado en una Suprema
Corte de Justicia y los tribunales superiores y jueces inferiores que fijaran las leyes. Subsistían los
tribunales de hacienda, comercio y minería, mientras no se dispusiera otra cosa. Asimismo se
contemplaba la existencia de una corte marcial con magistrados nombrados por el presidente a
propuesta en terna del Senado y cuyo encargo sería vitalicio. Finalmente, se establecía un tribunal
para juzgar a los ministros de la Suprema Corte de Justicia.
IX. El gobierno de los Departamentos es el contenido del título VII. Al frente de estos estarían las
asambleas departamentales y el gobernador, asimismo tendrían tribunales superiores de justicia y
jueces inferiores. Las asambleas departamentales sólo tenían facultades reglamentarias,
administrativas y algunas hacendarias, aunque podían proponer al Congreso iniciativas de ley. Ellas
eran las encargadas de hacer la propuesta al Gobierno Supremo, de por lo menos cinco personas,
para la designación del gobernador. Este funcionario debía ser nombrado por el presidente de la
República. Sus funciones se reducían a cuidar de la conservación del orden público, y del proceso
de publicidad de las disposiciones emanadas del Congreso Nacional, el Ejecutivo y los decretos de
las Asambleas Departamentales. Asimismo podía regresar, para su revisión, a los órganos arriba
citados, las disposiciones que considerara contrarias a las bases o a las leyes; si insistían los
órganos creadores del derecho, debía publicarlas. Eran los gobernadores el conducto único y
necesario con las supremas autoridades de la República. La administración de justicia
departamental debía realizarse en todas sus instancias, dentro del territorio del departamento.
X. Dado que no estaba previsto el sufragio universal y directo, se constituyó un poder electoral, cuya
regulación se contenía en el título VIII. A través de un complicado proceso de representación
indirecta, este cuerpo elegía: diputados, vocales de las respectivas asambleas departamentales,
presidentes de la República, y un tercio del Senado. Asimismo cubría las vacantes de la SCJ.
XI. En el título IX se establecían las disposiciones generales sobre la administración de justicia, las
cuales complementaban -respecto a esta materia- el catálogo de los derechos de los habitantes de
la República, establecido en el título II. El título X se refería a la Hacienda Pública, que sería: general
y departamental y finalmente, el título XI fijaba las reglas para la observancia y reforma de las Bases
Orgánicas”.
El centralismo tampoco trajo la paz al país y por el contrario sirvió como pretexto para la separación
de Texas. La pugna entre los grupos continuó, así como la demanda de un nueva reforma
constitucional. Al regresar Santa Anna a la presidencia de la República en 1839, propuso al
Congreso la reforma sin esperar el plazo establecido en la Constitución de las Siete Leyes. El
Supremo Poder Conservador autorizó al Congreso para que asumiera funciones de Constituyente.
En junio de 1840 se encargó a una Comisión de diputados un proyecto de reformas. Pero Santa
Anna regresó el poder a Bustamente y el 28 de agosto del año siguiente, junto con los generales
Paredes y Valencia suscribió las Bases de Tacubaya, desconociendo a los Poderes Ejecutivo y
Legislativo. Nuevamente Santa Anna fue nombrado presidente y convocó a elecciones, las que
tuvieron lugar el 10 de abril de 1842.
El nuevo Congreso integrado en una mayoría por diputados liberales formuló un proyecto de
Constitución que fue rechazado; elaboró un segundo proyecto que fue por la Cámara en términos
generales, pero rechazado por los conservadores. En diciembre de 1842, Santa Anna se ausentó de
la presidencia en tanto un grupo de de Huejotzingo desconocía “exitosamente” al Congreso; así pudo
ordenar la disolución del mismo y el 6 de enero de 1843 reunir una Junta de Notables, presidida por
Nicolás Bravo para que formulara un nuevo estatuto constitucional. El 12 de junio de 1843, la nueva
Constitución fue sancionada por Santa Anna, quien con esta maniobra, según Emilio Rabasa (La
Constitución y la Dictadura), se ganó al clero por medio de la intolerancia, el fuero y los privilegios; se
aseguró a la casta militar también por los privilegios y los fueros, y obtuvo para el partido
conservador, “un poder omnímodo brutalmente autorizado en la ley primera de la Nación”.
Aspectos electorales.
En el título octavo de las Bases se encuentra lo relativo al Poder Electoral.
No presentan casi ninguna novedad respecto a las anteriores leyes en la materia. De hecho, en ellas
se afirma que “para facilitar las elecciones primarias y secundarias, se observaría lo que acerca de
ellas estaba dispuesto en la Ley de 30 de noviembre de 1836, en cuanto no se opusieran a las
propias Bases.”
Las Bases establecen que todas las poblaciones de la República se dividirán en secciones de
quinientos habitantes, para la celebración de las juntas primarias. Los ciudadanos votarán, por medio
de boletas, un elector por cada quinientos habitantes. Los electores primarios nombrarán a los
secundarios que han de formar el colegio electoral del Departamento, sirviendo de base el nombrar
un elector secundario por cada veinte de los primarios que deben componer la junta. El colegio
electoral nombrado hará la elección de diputados al Congreso, y de vocales de la respectiva
Asamblea departamental.
Para ser elector primario o secundario, se necesita ser ciudadano en ejercicio de sus derechos,
mayor de veinticinco años, vecino del partido en donde se elija, y no ejercer en él jurisdicción
contenciosa. Los electores primarios deberán ser residentes en la sección que sean nombrados, y
los secundarios en el partido: éstos además deberán tener una renta anual de quinientos pesos por
lo menos, procedentes de capital físico, industria o trabajo honesto. Los Congresos constitucionales
podrán arreglar, según las circunstancias de los Departamentos, la renta que en cada uno haya de
requerirse para ser elector secundario.
Cada seis años se renovará el censo de la población de los Departamentos, y por él se computará el
número de sus representantes.
El 1º de noviembre del año anterior a la renovación del Presidente de la República, cada Asamblea
Departamental, por mayoría de votos, sufragará para Presidente por una persona que reúna las
calidades requeridas para ejercer esta magistratura. La acta de esta elección se remitirá por
duplicado y en pliego cerificado a la Cámara de diputados, y en su receso a la diputación
permanente.
El día 2 de enero del año en que deba renovarse el Presidente, se reunirán las dos Cámaras y
abrirán los pliegos, regularán los votos, calificarán las elecciones y declararán Presidente de la
República al que haya reunido mayoría absoluta de sufragios.
Si no hubiere mayoría absoluta, las Cámaras elegirán presidente de entre los dos que tuvieren
mayor número de votos. Si hubiere más de dos que excedan en votos, pero en número igual a los
demás, el Presidente será elegido entre éstos.
Si no hubiere mayoría respectiva, y entre los que reúnan menos votos hubiere dos o más que tengan
igual número, pero mayor que el resto, las cámaras para hacer la elección de Presidente, elegirán
entre estos últimos uno que compita por el primero. Todos estos actos se ejecutarán en una sola
sesión.
Ninguna elección podrá considerarse nula, sino por alguno de los motivos siguientes: 1º Falta de las
calidades constitucionales en el electo; 2º Intervención o violencia de la fuerza armada en las
elecciones; 3º Falta de mayoría absoluta de los que tienen derecho de votar en las elecciones que
no sean primarias, y 4º Error o fraude en la computación de los votos.
Sin embargo, las bases se distinguen de las Siete Leyes Constitucionales, en la elección del
Ejecutivo, gobernadores y senadores. Ahora las dos terceras partes de los senadores serán elegidos
por las asambleas departamentales y la otra parte por la Cámara de Diputados, Presidente de la
República y la Suprema Corte de Justicia. Las asambleas departamentales elegirán a los senadores
que les correspondan; desaparece el Supremo Poder Conservador y en su lugar se crea un Consejo
de Gobierno designado por el Ejecutivo.
Las Bases Orgánicas de la República Mexicana tendrán vigencia poco más de tres años, aunque
durante el gobierno del general Herrera (1844-1845) fueron sustituidos los artículos 31 a 46,
reformado el 167 y adicionado el 169.
Es importante conocer las diferentes instituciones jurídicas que se han ido implementando en el
caminar jurídico de nuestro país, las cuales nos sirven de referencia para poder ubicarnos en tiempo,
modo y espacio sobre los acontecimientos que en ciertas épocas pasaron y que de una u otra forma
nos han proporcionado beneficios que en la actualidad podemos disfrutar, pero para eso se tuvo que
pasar por un largo proceso. Por ello considero indispensable conocer o tener una idea del
fundamento que nuestra ley suprema ha tenido, como es el caso de las bases orgánicas de 1843.
Este ordenamiento fue acordado por la honorable junta legislativa establecida conforme a los
decretos de 19 y 23 de diciembre de 1842, sancionadas decretos del día 15 de junio del año de
1843, y publicadas por bando nacional el día 14 del mismo.
Establecían que:
1.- De la propiedad.
2.- Libertad de opinión.
Esta Constitución conocida como las Bases Orgánicas fue proclamada en junio de 1843 en
consecuencia se la segunda República Centralista, estuvo vigente hasta 1846, es decir, solo tres
años, esta disposición jurídica tuvo presencia durante la estadía de Santa Anna en el poder, entre
sus principales características apoyaba a la Iglesia promoviendo la intolerancia y los privilegios, lo
mismo con el ejército al que se le dio poder por sobre cualquier institución. Se distinguían de las
Siete Leyes porque desapareció el Supremo Poder Conservador.
Antecedentes Historicos.
En los años treinta, el cambio en el rumbo de la política de López de Santa Anna traería resultados
funestos para la República. En efecto, Santa Anna que debió haber definido las reformas liberales
impulsadas en el breve periodo de gobierno de Gómez Farías, por el contrario, se declaró a favor del
partido conservador. Santa Anna deroga la legislación reformista impulsada por Don Valentín Gómez
de Farías, produciendo un grave retroceso al conservadurismo, al mismo tiempo se asentaba un
duro golpe al federalismo. México adoptaría la estructura de una Republica Central sustentada en el
complejo legislativo conocido como las Siete Leyes o las Leyes Constitucionales de 1836.
Las revueltas internas entre federalistas del Partido Liberal y centralistas del Partido Conservador no
cesaron. Además sacudió al país la separación de Texas, el intento que en 1840 se hizo para
proclamar la independencia de Yucatán, la amenaza de invasión extranjera, el descontento popular
por las arbitrariedades de Santa Anna y la posibilidad de que éste intentara establecer una
monarquía constitucional.
La nueva constitución preserva buena parte de los logros legislativos impulsados por los liberales,
entre algunos:
La seguridad personal
No obstante, esta Constitución continuó el proyecto centralista y conservador de las Siete Leyes de
1833, e incluso fue más allá al instituir un desmesurado derecho de veto a favor del Poder Ejecutivo.
Las Bases de Organización Política de la República Mexicana de 1843 tuvieron vigencia hasta 1846,
apenas un poco más de tres años, durante la gestión del presidente José Joaquín Herrera y
comienzo de la guerra contra la intervención norteamericana.
Antecedentes Legislativos.
Las bases de Organización Política de la República Mexicana del 14 de junio de 1843, tiene como
antecedentes legislativos a las Siete Leyes Constitucionales de 1836; la Constitución Federal de los
Estados Unidos Mexicanos de 1824; el Acta Constitutiva de la Federación aprobada por el segundo
Congreso Constituyente el 31 de enero de 1824; el Decreto Constitucional para la América de 1814,
mejor conocido bajo el nombre de Constitución de Apatzingán; los Elementos Constitucionales(1811)
de la Junta de Zitácuaro; y de cierta forma la Constitución de Cádiz o Constitución Política de la
Monarquía Española de 1812.3
Establecian lo siguiente:
Su territorio comprendía lo que había sido el Virreinato de la Nueva España, Captaría General
de Yucatán, las Comandancias de las provincias internas de oriente y Occidente, la Baja y
Alta California y los Chiapas, con los terrenos anexos e islas adyacentes en ambos mares.
Consolida la división del poder en ejecutivo, legislativo y judicial. No se reunirán dos o mas en
una sola corporación o persona, ni el legislativo en un solo individuo.
Se considera mexicanos a los; nacidos en cualquier punto del territorio de la República y a los
que nacieran fuera de ella de padre mexicano, extranjeros nacionalizados.
1.- De la propiedad;
Presenta un avance en materia de seguridad social, al dar al ejecutivo para “dar jubilaciones y
retiros, conceder licencias y pensiones, con arreglo a lo que dispongan las leyes” así como
cuidar de la salubridad pública y reglamentar la conveniente para conservarla.
Instituye las Asambleas departamentales con un número que no pase de once vocales ni baje
de siete