PROF. BESSMAR ALVARADO ROXIELA SILVA C.I: 27.613.802
BIRUACA, JUNIO 2020
INTRODUCCIÓN
El interés por relacionar a la semiótica con los estudios de la
comunicación y específicamente con la teoría de la comunicación, nació hace cerca de ocho años atrás, periodo donde también se formularía el primer esquema para un programa de investigación a largo plazo. Por lo tanto, el presente artículo es un intento por sintetizar los hallazgos, los problemas y las rutas posibles que existen en la relación entre la semiótica y los estudios de la comunicación, es decir, sintetizar los primeros años de un proceso de investigación que, si bien aún se encuentra en desarrollo, ya ha dado algunos resultados que es importante poner a discusión.
La semiótica describe procesos de comunicación no en términos de
intercambio de mensajes, sino en términos de producción de sentido, de acción de los signos, de semiosis, de procesos de producción de significado, de sistemas de significación, de procesos culturales o de intercambios simbólicos, todo lo cual parece expandir el espacio de pertinencia no sólo del objeto "comunicación" sino de su naturaleza ontológica, epistemológica y fenoménica. Es decir, desde el punto de vista semiótico, la comunicación no sólo aparece como la emisión y recepción de mensajes y tampoco aparece necesariamente vinculada a los medios de comunicación de masas, sino que aparece como algo más, como un elemento constructivo y generador de estructuralidad tanto a nivel biológico como a nivel social. LA SEMIÓTICA EN LOS ESTUDIOS DE COMUNICACIÓN SOCIAL
¿Identificar qué teorías se dan de la identidad en ámbito sociocultural?
La Teoría de la Identidad Social (TIS) supuso una teoría fundamental
para este campo de la psicología, que sirvió de precedente para el desarrollo de nuevas investigaciones y corrientes teóricas vinculadas al comportamiento grupal y a las relaciones interpersonales. La idea fundamental de la Teoría de la Identidad Social es que la pertenencia de un individuo a ciertos grupos o categorías sociales aporta aspectos importantes para la identidad individual del sujeto. Es decir, nuestra pertenencia a los grupos y nuestra relación con ellos determina en gran parte quiénes somos individualmente, es decir, influyen en nuestra identidad personal.
En la Teoría de la Identidad Social también se postuló que existe una
tendencia individual a la consecución de la autoestima positiva. Esta se satisface en el contexto intergrupal a través de la maximización de las diferencias entre el endogrupo (el propio grupo) y el exogrupo (el “otro” grupo) en las facetas que reflejan positivamente al endogrupo o que lo favorecen. Posteriormente a la Teoría de la Identidad Social, Turner y sus colaboradores complementan sus postulados con su modelo de identificación social (Turner, 1982) y, más tarde, con la Teoría de la Auto-Categorización del Yo (TAC) (Turner, Hogg, Oaks, Reicher, y Wetherell, 1987).
¿Cuál es el concepto de “otredad” bajo la perspectiva Semiótica de la
cultura?
Se trata del reconocimiento del Otro como un individuo diferente, que
no forma parte de la comunidad propia. Al reconocer la existencia de un Otro, la propia persona asume su identidad. La otredad no implica, de todos modos, que el Otro deba ser discriminado o estigmatizado; por el contrario, las diferencias que se advierten al calificar al prójimo como un Otro constituyen una riqueza social y pueden ayudar al crecimiento de las personas.
La otredad se construye a través de diversos mecanismos
psicológicos y sociales. Un Otro implica la existencia de algo que no es propio y, por lo tanto, no forma parte de la existencia individual de cada uno. Sin embargo, eso externo que se rige con autonomía respecto a uno mismo también puede afectar y alterar la individualidad del sujeto en cuestión que considera la otredad. A nivel social, lo habitual es que la otredad se construya a partir de la alteridad y la oposición: el Otro es aquello que nunca fuimos, no somos y no seremos. Incluso podría decirse que el Otro es lo que no queremos ser. Por supuesto, quien es el Otro varía según la perspectiva de cada individuo: para los occidentales, el Otro son los orientales mientras que, para éstos, la otredad estará dada por la existencia de los occidentales.
¿Cómo se establece el proceso comunicacional según el concepto de la
semiósfera?
Eco y Lotman comparten a la comunicación y la cultura como
conceptos centrales y al marco semiótico como teoría general, en realidad no comparten la misma lógica constructiva. En el primer caso, ambos conceptos se desarrollan en el marco de una teoría estructural, mientras que en el segundo caso, ambos son desarrollados desde el punto de vista sistémico. Este es un elemento clave para entender no sólo el movimiento posterior de la relación de ambos programas con los estudios de la comunicación, sino, sobre todo, para entender el origen de algunos malentendidos sobre la incorporación de la semiótica a los estudios de la comunicación. Mientras la cultura desde el programa estructural sigue funcionando como concepto de contextualización espacio-temporal, desde la perspectiva sistémica se transforma, pasa de ser un concepto de espacio a ser un concepto de configuración. Y en eso consiste el trabajo que aquí se presenta, es decir, en reconocer las características de la cultura y la comunicación en el marco de la semiótica de Umberto Eco y en la semiótica de Iuri Lotman con la finalidad de estudiar, sobre la base ya explícita de ambos sistemas conceptuales, la transformación ontológica y epistemológica de la cultura y la comunicación así como algunos malentendidos que se han producido en los estudios de la comunicación cuando éstos han decidido incorporar a sus estudios la perspectiva semiótica.
Para Eco (1999a), la primera hipótesis convierte a la semiótica en una
teoría general de la cultura y, en un momento dado, en un sustituto de la antropología cultural. Sin embargo, el reducir toda la cultura a comunicación no significa reducir la vida material a una serie de acontecimientos mentales puros, es decir, no quiere decir que la cultura sólo sea comunicación sino que ésta puede comprenderse mejor si se estudia e investiga desde el punto de vista de la comunicación. Por su parte, la segunda hipótesis implica tan sólo una posibilidad, una forma de aproximación al fenómeno de la cultura. Por último, la tercera hipótesis es la más seria, dado que implica a la semiótica no como forma de aproximación sino como forma de estructuración, como elemento de organización y configuración de la cultura.
¿Cómo se puede relacionar un hecho social y comunicacional en el
estudio de la semiología?
Parte de la historia del campo de estudio de la comunicación es su
relación con otros campos conceptuales de los que comienza a importar principios constructivos, los cuales van a ser más tarde principios epistemológicos. Por lo tanto, parte de esa historia es su relación con la Semiótica, la cual se establece en un primer momento como una fuente metodológica en los años sesenta a raíz de los trabajos de Algirdas Julien Greimas sobre la semiótica narrativa y principalmente con los trabajos de Umberto Eco en Italia, específicamente con aquellos trabajos que tenían que ver con la concepción de la cultura de masas, tema que interesó e interesa de forma relevante al campo académico de la comunicación. Sin embargo, es importante resaltar que los trabajos a los que se hace referencia no son trabajos académicos, sino trabajos periodísticos publicados por Umberto Eco en los años sesenta y setenta en revistas y periódicos (Eco, 2004 y 1999c).
De esta forma, las primeras intersecciones del estudio de la
comunicación con el campo semiótico en los años setenta adquieren una primera característica distintiva: la incorporación de modelos estáticos a los que se les atribuye a priori propiedades de legalidad (veracidad). Ésta es una relación que configuró y parece configurar hasta nuestros días la relación Comunicación-Semiótica: la instrumentalización conceptual y la desaparición de la estructura de los modelos semióticos. Ambos efectos sugieren la virtual desaparición de la matriz semiótica en los estudios de la comunicación, por lo que la pregunta sigue siendo ¿qué es lo que tenemos hoy en día en el campo de estudio de la comunicación? Si bien la pregunta por la presencia de la semiótica plantea problemáticas interesantes, el punto sobre el que aquí se llama la atención no es propiamente por la presencia, sino por las consecuencias de la relación, sobre todo, las consecuencias teóricas que ha tenido la incorporación de algunos programas semióticos para los estudios de la comunicación, dado que lo que aquí se sostiene es que ha prevalecido una confusión a nivel conceptual estrechamente ligada a los objetos de estudio. CONCLUSIÓN
La semiótica y el estudio de la comunicación, sino que se configura un
programa de investigación que pone al centro la necesidad de reflexionar sobre la semiosis y la comunicación como elementos centrales de los procesos de organización y desarrollo de la vida. Pero lo anterior se plantea sobre la base de la relación entre la biosemiótica y la comunicación, pero ¿qué hay de otras propuestas semiótica, que hay de la teoría propuesta desde el campo de estudio de la comunicación, cuál es la diferencia entre la semiosis y la comunicación, qué describe cada una? Como se puede observar aún es mucho lo que queda por indagar.
Finalmente, es necesario apuntar que, pese a que la comunicación
aparece en el esquema como subordinada a una categoría más general (semiosis), no está del todo claro sus funciones dentro de la semiosfera. Por un lado, la presencia del modelo matemático de la información en la propuesta biosemiótica es clara, lo cual quiere decir que la biología ha dialogado con ese principio comunicativo y no con el campo de la comunicación, pero por otro lado, la comunicación adquiere nuevas características, emerge como producto de la complejización progresiva de los sistemas semióticos. En este punto, la comunicación enlaza procesos de significación de distinta naturaleza, desde aquellos que implican la semiosis entre organismos vivos, pasando por la semiosis interna de los organismos hasta llegar a los intercambios cuasi energéticos, de materia. BIBLIOGRAFÍA
ANDERSON, James (1996). Communication theory. Epistemological
foundations. New York, London: The Guilford Press. BERGMAN, Matts (2004). Fields of signification. Explorations in Charles S. Peirce’s theory of signs. Vanta: Philosophical Studies from the University of Helsinki. BERGMAN, Matts (2000). “Reflections on the role of the communicative sign in semeiotic” en Transactions of the Charles S. Peirce Society: A Quarterly Journal in American Philosophy XXXXVI, No.2, pp. 225-254. BEUCHOT, Mauricio (2004). La semiótica. Teorías del signo y el lenguaje en la historia. México: FCE. http://www.razonypalabra.org.mx/actual/cvidales.html http://www.felafacs.org/files/vilchez.pdf http://www.razonypalabra.org.mx/N/N67/actual/6cevidales.html http://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0188- 252X2009000100003 https://webs.ucm.es/info/especulo/numero8/lozano.htm