Hipótesis Interpretativa "Los Dos Ángeles"

ÁNGELES”
Generalmente cuando se pretenda hacer un análisis de un poema, un texto literario o tradicional, incluso
imágenes y objetos, es de fundamental importancia identificar previamente ciertos elementos de historicidad,
cultura, situación político- social del autor ya que ayuda a tener una visión más amplia y “apropiada” de lo que
un receptor interprete al momento de encontrarse frente a alguna tipología textual.
Conocer antes de leer permite además (no en todos los casos) adentrarse o ponerse en la situación del autor,
que pudo sentir, pensar, qué provocaría que se expresara de determinada manera. 
Cada momento histórico de un autor (para este asunto, un poema) generalmente pertenece a …ver más… 

Constantemente muestra una incansable súplica y angustia que le genera un dolor muy fiero, que se mete en

lo más profundo de su cuerpo “¡Oh espadazo en las sombras…clavándose en mi cuerpo!” 

Él, suplicante, parece reconocer dentro de sí una fuerza del espíritu que le da sentido a lo que siente, cree y

hace. Existen ambas formas, a las que se puede acoger o resistir, cuyo origen no niega. Ángel de Luz y Ángel

de sombras se muestran como dos fuerzas y formas del control del hombre unidas a aquellos actos

irracionales, deseosos, que lleven al ser a estados negativos y cuyo fin podría ser, por qué no decirlo, la

muerte “vuela de mí… (Quémame Ángel de Luz)… y huye”.

LOS DOS ÁNGELES

Ángel de luz, ardiendo,

¡oh, ven!, y con tu espada incendia los abismos donde yace mi subterráneo ángel de las nieblas.

¡Oh espadazo en las sombras!

Chispas múltiples,

Clavándose en mi cuerpo, en mis alas sin plumas, en lo que nadie ve, vida. Me estás quemando vivo.

Vuela ya de mí, oscuro

Luzbel de las canteras sin auroras, de los pozos sin agua, de las simas sin sueño ya carbón del espíritu, sol,

luna.

Me duelen los cabellos

Y las ansias. ¡Oh, quémame!

¡Más, más, sí, sí, más! ¡Quémame!

¡Quémalo, ángel de la luz, custodio mío, tú que andabas llorando por las nubes, tú, sin mí, tú, por mí, ángel frío

de polvo, ya sin gloria, volcado en las tinieblas!

¡Quémalo, ángel de luz, quémame y huye!