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Hermanas y hermanos:
Venimos a celebrar nuestra fe. Una fe que supone confiar en
que Dios viene a nuestra vida a liberarnos de lo que nos oprime.
Según la Palabra que proclamaremos, Juan, el bautista, indica
que Jesús es el Mesías esperado y que tiene el Espíritu de Dios
para llevar a cabo esta obra.
La Iglesia debe continuar esta obra de salvación
comprometiéndose a liberar del mal a todos los seres humanos.
Que nosotros en nuestra celebración, haciendo presente al
Señor Jesús, vivamos esta realidad con paz y alegría.
I lectura: Libro del Profeta Isaías 49,3;5-6
El Señor me dijo:
"Tú eres mi siervo, de quien estoy orgulloso." Y ahora habla el
Señor, que desde el vientre me formó siervo suyo, para que le
trajese a Jacob, para que le reuniese a Israel -tanto me honró el
Señor, y mi Dios fue mi fuerza-: "Es poco que seas mi siervo y
restablezcas las tribus de Jacob y conviertas a los supervivientes
de Israel; te hago luz de las naciones, para que mi salvación
alcance hasta el confín de la tierra."
SALMO 40 (39)
Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad.
Yo esperaba con ansia al Señor,
él se inclinó hacia mí y escuchó mi clamor,
Puso en mi boca un cántico nuevo,
de alabanza a nuestro Dios.
Muchos al verlo creerán,
y pondrán su confianza en el Señor.
Feliz el hombre que cuenta con el Señor,
que no hace caso a la maldad.
Señor, no quieres sacrificios ni ofrendas.
Por eso yo digo:
"Aquí estoy para hacer tu voluntad”.
Dios mío, lo quiero,
tu Ley está en el fondo de mi ser.
He proclamado tu salvación ante todos,
te anuncié, Señor, tú bien lo sabes.
2ª Lectura: 1ª Carta de S. Pablo a los Corintios 1,1-3
Yo, Pablo, llamado a ser apóstol de Cristo Jesús por designio de
Dios, y Sóstenes, nuestro hermano, escribimos a la Iglesia de
Dios en Corinto, a los consagrados por Cristo Jesús, a los santos
que él llamó y a todos los demás que en cualquier lugar
invocan el nombre de Jesucristo, Señor de ellos y nuestro. La
gracia y la paz de parte de Dios, nuestro Padre, y del Señor
Jesucristo sean con vosotros.
Aleluya. Habla, Señor, que tu siervo escucha. Tu tienes palabras de vida eterna.
Aleluya
ACCIÓN DE GRACIAS
Señor, Te damos gracias por tu hijo Jesús, Él nos alimenta con
esta eucaristía y quiere que estemos unidos en la diversidad de
cada cultura y pueblo, y nos ofrece la tarea de ser testigos del
evangelio, testigos de unidad, agentes de solidaridad. Él nos
anima a una gran tarea por realizar ya que Tú eres Padre de
todos, Gracias, Señor.