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NEGRO SIETE DIAS PAG.

DOMINGO 22 DE JULIO DE 2012 EL NACIONAL sietedías.5


cultura
ARCHIVO

Hace 30 años, el museo de esa calidad exponía


la obra de un artista popular.
Museo de Arte Nunca más ha habido una ex-
posición como esa en el país,
Contemporáneo marcó un hito”.
La prensa se abocó a publicar
expuso el trabajo la vida y obra del artista. Sán-
chez fue objeto de culto. Cien
de Juan Félix personas o más llegaron a per-
noctar en El Tisure los fines de
Sánchez. Fue el semana. Fiebre del páramo por
la noche. El que no iba, no esta-
boom artístico de ba en nada.

un país que se soñó El arte de olvidar. Pero pronto,


las noticias sobre Sánchez no
potencia cultural serían tan alegres. Los diarios
empezaron a reportar informa-
ciones sobre la mala situación
en que se hallaba el artista po-
pular, los problemas de salud,
la falta de recursos. En 1985 la
Mireya Tabuas denuncia era que estaba casi
mtabuas@el-nacional.com ciego y abandonado. El propio
Sánchez dijo a El Nacional ese
año: “Me prometieron mucho,

H
ay que conocer pero la realidad es otra, porque
a Juan Félix Sán- si bien he recibido condecora-
chez. Eso se decía ciones, con eso no resuelvo mis
en la década de los problemas”. Aclara Planchart
ochenta. Hay que ir a verlo a que el tallista tenía posesiones.
su casa del fin del mundo en “Era un terrateniente al que no
el páramo, caminar siete ho- se le notaba, tenía esa sencillez
ras o montarse en burro, mo- del campesino andino”. Tam-
rirse de frío en la madrugada bién afirma que no se movió
andina, un frío que no mata ni en el mercado del arte: “Rega-
el miche. Observarlo mientras laba sus piezas, no se interesó
teje o talla, cómo escribe en su en comercializarlas”.
cuaderno de visitas (una marca Las quejas del artista en la
de inmortalidad). Sacarse una prensa también estaban diri-
foto con él, junto a sus sillas de gidas al gobierno regional, al
madera. Otra foto más, con el que había donado la casa de
fondo de montaña y frailejones. sus padres, con la idea de ha-
Tocar su obra en ese espacio cer allí una institución cultural.
natural. Decir que uno comió Como no se hizo nada (incluso,
las arepas de trigo de Epifanía, él denunció que allí se instaló
su mujer. una miniteca), pidió la devo-
Juan Félix Sánchez era la mo- lución de la vivienda. Terminó
da de esa década. Juan Félix, habitando un pequeño cuar-
Yordano, las hombreras, la te- to mientras se resolvía el pro-
lenovela cultural. Un ícono pa- blema legal que lo indignaba.
ra los caraqueños, que sentían Seguían los reconocimientos:
que habían encontrado en él en 1987 ganó el Premio Nacio-
algo propio en qué creer. Era nal Aquiles Nazoa; en 1989, el
él, como el Teatro Teresa Carre- Premio Nacional de Artes Plás-
ño o como Carolina Herrera, lu- ticas. La salud mermaba. Los
ces parpadeantes de desarrollo últimos años los pasó en San
en un país del Tercer Mundo. Rafael. Ni siquiera pudo re-
Pero Sánchez iba más allá, era gresar a El Tisure, su adorado
una suerte de eslabón perdido, paraíso.
los orígenes de algo que sona- José Sant Roz, profesor de la
ba grande: si en el páramo más Universidad de los Andes, es-
remoto había un genio de la cribió el libro La cultura como
arquitectura, el país no estaba sepultura, basado en todos los
perdido. atropellos que, asegura, recibió
Hace 30 años, en julio de 1982, el artista popular. De acuerdo
Juan Félix Sánchez, un hombre con Sant Roz, Sánchez comen-
del páramo nacido en 1900 en
un pequeño pueblo merideño,
un creador sin estudios acadé-
micos, fue el primer y único ar-
tista popular que entró por la
El campesino zó a padecer a partir de su fama.
“Los políticos se disputaban su
prestigio, empezaron a inter-
ferir en su vida, había intelec-
tuales que querían proyectarse
puerta inmensa del Museo de
Arte Contemporáneo de Ca-
racas, otro de los símbolos de
una nación que se soñaba in-
telectual. Todos los espacios del
que entró al museo a través de sus virtudes”. Plan-
chart considera que muchas
figuras de renombre cultural
sí se interesaron sinceramente
por el arquitecto ingenuo, pero
museo estuvieron dedicados a otros se aprovecharon: “Había
la obra de ese sencillísimo cam- les Brewer Carías y el coleccio- muchos intereses detrás de él,
pesino, que fue comparado con nista Dennis Schmeichler, que era un mito viviente”.
Gaudí. buscaban tejedores de cobi- El Señor de El Tisure falleció el
El escritor y semiólogo Um- jas. Llegaron sin imaginarse 18 de abril de 1997. “Se murió
berto Eco lo visitó en 1994 y, lue- Juan Félix Sánchez que realizarían tamaño ha- en la más horrenda desolación”,
go, escribió en la revista italiana llazgo cultural. A partir de ese sostiene Sant Roz. Luego, le hi-
L’Espresso: “Juan Félix Sánchez no es un aficionado momento, la fama se exten- cieron grandes homenajes, pe-
no es un artesano, no es un ar- dió gracias a un libro y a un ro no los que quería. “Él quiso
tista, no es un aficionado al bri- al bricolaje; es documental. crear una escuela para artistas,
colaje; es un asceta de la mon- un asceta de la Y llegó el momento cumbre: nunca recibió apoyo”, añade.
taña, un visionario”. El artista la exposición en el Museo de En San Rafael de Mucuchíes
popular –que nunca viajó al ex- montaña, un Arte Contemporáneo. Hubo está la última capilla que cons-
terior– se internacionalizaba. que trasladar pieza por pieza, truyó Sánchez. Es el atractivo
visionario” en mula, desde El Tisure hasta turístico principal (¿único?)
Fiebre de páramo. Juan Félix la carretera y de allí en vehícu- del pueblo. La gente se para, se
Sánchez nació el 16 de mayo Umberto Eco, 1994 lo a Caracas. A la imponente sa- toma fotos, se va. Pocos se en-
de 1900, en San Rafael de Mu- ESCRITOR la llegaron las tallas (el ladrón teran de que a varias horas de
cuchíes y estudió en la escue- bueno y malo en sus cruces, la camino está la mayor obra del
la del pueblo. Trabajó como ti- Virgen, San Juan y otros, lo que creador: el complejo arquitec-
tiritero, maromero y payaso, a no permitió bajar de la monta- tónico de El Tisure, sin vigilan-
la vez que hacía labores en la tres capillas hechas piedra so- ña fueron los cristos). También cia, abandonado desde hace
prefectura. Empezó a tallar en bre piedra, sin ningún tipo de estaban sus cobijas. Al acto más de 15 años, como reportan
1935. Se trasladó a la soledad cemento; una réplica de El Cal- inaugural asistió el presidente los pocos que lo visitan.
de El Tisure, un amplio terre- vario y el Santo Sepulcro y su de la república de ese momen- Planchart reclama que nin-
no que pertenecía a su familia, propia plaza Bolívar. Esa obra to, Luis Herrera Campins, que guna institución ha asumido
lejos de todo. Allí creó un telar era su conexión con Dios. Más declaró la obra patrimonio. A la protección de la obra. Hay
único, que le permitió elaborar nada. Sánchez se le describió como una comuna Juan Félix Sán-
cobijas con efectos cinéticos, Hasta que –como el Nuevo revelación y genio. chez, tienen su nombre un li-
que innovaron el típico tejido Mundo– fue descubierto. A fi- Eduardo Planchart, investiga- ceo, una escuela, un museo y
andino. Allí también comenzó nes de la década de los setenta dor del arte popular que ha es- pare de contar, pero desapare-
a construir su enorme comple- llegó a su casa una expedición crito dos libros sobre Sánchez, ce El Tisure, el legado para un
jo arquitectónico, formado por liderada por el explorador Char- sostiene: “Por primera vez, un país que se creyó ilustrado.

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