Академический Документы
Профессиональный Документы
Культура Документы
Este escrito tiene como finalidad realizar una descripción de las facultades de las
Áreas Metropolitanas, como Autoridad Ambiental Urbana, frente a los problemas de
contaminación atmosférica dentro de su jurisdicción. Por tal motivo, el estudio de
esta problemática se llevará a cabo desde un enfoque formal-Dogmático, ya que
permite que las nomas y el ordenamiento jurídico constituyan el objeto de estudio,
logrando así un acercamiento objetivo sobre la regulación vigente para la protección
del medio ambiente en las metrópolis. Para cumplir con dicha finalidad se propone
dividir la temática en tres apartados, primero establecer la definición normativa de
las Áreas Metropolitanas dentro del ordenamiento jurídico colombiano, en segundo
lugar, se analizará su papel y posición dentro del SINA, y por último una descripción
de las normas que establecen el ámbito de acción para la protección del medio
ambiente con énfasis en la gestión del recurso aire.
Sin embargo, no implica entender que carecen de autonomía con respecto a los
Entes Territoriales, pues también la Corte, en la misma Sentencia, ratificó la
autonomía de estas Entidades Administrativas dentro del sector descentralizado, al
establecer que:
“De ahí que las garantías de autonomía territorial otorgadas por la Constitución
a los municipios se extiendan a este ente administrativo conformado por
municipios. No de otra manera puede entenderse la garantía de autonomía
territorial a los municipios, si en ejercicio de ella éstos deciden organizarse
como ente administrativo-área metropolitana, y a dicho ente se le restrinja la
autonomía cuyo respeto permitió su existencia. En últimas, para la Corte es
claro que un Área Metropolitana es para efectos prácticos, un conjunto o
agrupación de municipios.(Subrayado fuera del texto).
Una primera aproximación para comprender el SINA es saber que la Ley 99 de 1993
fue la encargada de unificar la normativa de la gestión del medio ambiente y los
recursos naturales en el territorio colombiano. Antes de su expedición las normas
que tenían como fin la protección del medio ambiente sano se encontraban
dispersas dentro del ordenamiento jurídico, pues le correspondía, en su mayoría, al
Ministerio de Salud y el INDERENA(Instituto Nacional de los Recursos Naturales
Renovables y del Ambiente) la gestión de la problemática ambiental. Para lograr la
unificación del sistema la ley creó el Sistema Nacional Ambiental, SINA, y al
Ministerio del Medio Ambiente y Desarrollo Sostenible como el órgano rector de la
política ambiental, máxima autoridad ambiental dentro del sistema con algunas
funciones específicas, y además el ente encargado de coordinar y articular a las
distintas instituciones y organizaciones pertenecientes al sistema.
Como puede apreciarse, esta definición resulta demasiado general para poder
lograr una inclusión práctica de las AM dentro de dicho sistema, pues el SINA así
enunciado puede ser considerado como una institución jurídica demasiado
abstracta. A manera de ejemplo el profesor Iván López trae una frase que puede
resumir esta preocupación:
“Una de las frases que más me ayudó en años anteriores a entender qué no
es el SINA fue la de ¿Y dondé queda el SINA? (…) Si pregunto el lugar donde
atiende el SINA podría pensarse que se trata de una oficina, o una persona
jurídica. Hoy existen muchas personas que todavía no identifican o asimilan
el concepto completo de la palabra SINA” (López, 2006).
En este sentido, sin pretender una mirada reduccionista de lo que es el SINA, las
entidades del Estado responsables de la política y de la acción ambiental en la Ley
99/1993 en Colombia, Son muchas si la responsabilidad y la acción ambiental de
una entidad es una de sus funciones y no su función principal, pero son pocas, si
consideramos que la responsabilidad y la acción ambiental es su función principal
(López, 2006). Por tal motivo es necesario abarcar el estudio de las AM dentro del
SINA enfocándonos en la categoría de “Autoridades Ambientales”, ya que las
instituciones pertenecientes a esta categoría tienen como función principal la
gestión, preservación y protección del medio ambiente, donde se incluyen a las
Áreas Metropolitana como Autoridades Ambientales Urbanas. Lo anterior en virtud
del Art. 66 de la Ley 99 de 1993, que dispone que las áreas metropolitanas cuya
población urbana fuere igual o superior a un millón de habitantes (1.000.000)
ejercerán dentro del perímetro urbano las mismas funciones atribuidas a las
Corporaciones Autónomas Regionales, en lo que fuere aplicable al medio ambiente
urbano; en otras palabras, la ley dispuso que las Áreas Metropolitanas serian la
máxima autoridad ambiental en su jurisdicción de acuerdo con las normas de
carácter superior y conforme a los criterios y directrices trazadas por el Ministerio
del Medio Ambiente.
“En los Grandes centros urbanos con población igual o superior a un millón
de habitantes, la norma separó el ámbito de jurisdicción ambiental entre
ambas entidades: Las CARs son autoridades ambientales con jurisdicción en
las zonas rurales. Las AREAS son autoridades ambientales con jurisdicción
en el perímetro urbano.
Dentro de este contexto debe entenderse que la sentencia C-1096 de la
Corte Constitucional significa que a contrario sensu en las áreas
metropolitanas de menos de un millón de habitantes, las Corporaciones
Autónomas regionales existen en la totalidad de la jurisdicción (territorial y
material) de la respectiva área”.
Además, al considerar la contaminación del aire, de las aguas, del suelo y de los
demás recursos naturales renovables como factores que deterioran el medio
ambiente, la Corte Constitucional se ha pronunciado en distintas Sentencias( C-
431/000, C-632/11,C-449/15 y T-325/17) sobre la de defensa del medio ambiente
sano y el saneamiento ambiental como un servicio público consagrado en la
Constitución Ecológica, con el fin de lograr la conservación del medio ambiente y la
salud pública. Al respecto la Corte en Sentencia C-449/15 sintetizó la triple
dimensión del bien jurídico constitucional medio ambiente sano y su protección:
“Ha explicado la Corte que la defensa del medio ambiente sano constituye
un objetivo de principio dentro de la actual estructura del Estado social de
derecho. Bien jurídico constitucional que presenta una triple dimensión, toda
vez que: es un principio que irradia todo el orden jurídico correspondiendo al
Estado proteger las riquezas naturales de la Nación; es un derecho
constitucional (fundamental y colectivo) exigible por todas las personas a
través de diversas vías judiciales; y es una obligación en cabeza de las
autoridades, la sociedad y los particulares, al implicar deberes calificados de
protección. Además, la Constitución contempla el “saneamiento ambiental”
como servicio público y propósito fundamental de la actividad estatal (arts.
49 y 366 superiores).”
Ahora bien, la planeación más determinante para la gestión del medio ambiente se
encuentra en la administración del uso del suelo del territorio nacional, regional o
local. El instrumento de planificación idóneo que el sistema jurídico ha creado para
esta tarea son los Planes de Ordenamiento Territorial(POT). Actualmente se
encuentran regulados de manera general en la ley 388 de 1997- que
busca promover el ordenamiento del territorio de manera autónoma por parte de
los municipios, además promover la armoniosa concurrencia de la Nación, las
entidades territoriales, las autoridades ambientales y las instancias y autoridades
administrativas y de planificación en el ordenamiento del territorio- y en la ley 1454
de 2011 o “Ley Orgánica de Ordenamiento Territorial” que establece la distribución
de competencias entre los distintos esquemas asociativos territoriales, creando un
marco institucional de planeación en cascada. Este instrumento de planeación
guarda una estrecha relación con los Planes de Desarrollo, pues las autoridades
administrativas a través de los POT (constituidos entre otras cosas por la planeación
física concertada y la formulación de planes, programas y proyectos) buscan
orientar el desarrollo del territorio bajo su jurisdicción y regular la utilización,
transformación y ocupación del espacio, de acuerdo con las estrategias de
desarrollo socioeconómico, en armonía con el medio ambiente y las tradiciones
históricas y culturales. A diferencia de los Planes de Desarrollo, que tienen una
vigencia programada de 4 años, los POT tienen una vigencia de 12 años que logra
abarcar 3 periodos de elección de las autoridades administrativas en sus distintos
niveles territoriales.
Como las Áreas Metropolitanas son entidades administrativas que tienen un
régimen jurídico especial, la Ley 1625 de 2013 ha creado dos instrumentos
especiales de planificación para el desarrollo territorial de los municipios que
deciden agruparse alrededor de un municipio núcleo. En este sentido la Ley ha
creado el Plan Integrado de Desarrollo Metropolitano y el Plan Estratégico
Metropolitano de Ordenamiento Territorial para garantizar el desarrollo social,
humano, económico y territorial mencionado en las Leyes anteriores. Dichos Planes
se basan en las necesidades del territorio conformado por la totalidad de los
municipios pertenecientes, municipios que deberán tener en cuenta para la
elaboración y adopción de su Plan de Desarrollo y POT local los determinantes
establecidos en los Hechos Metropolitanos, los componentes del PIDM y los
componentes de ordenamiento territorial del PEMOT, pues serán necesarios las
instancias de concertación y consulta con las Áreas Metropolitanas y otras
instancias de planeación para cumplir con los fines constitucionales de lograr un
desarrollo colectivo articulado, armónico y coordinado a nivel regional,
departamental y nacional.
Por lo tanto, las Áreas Metropolitanas que ejercen como autoridad ambiental en
virtud del artículo 66 cumplen una función de doble vía en los procesos de
planeación territorial en el ordenamiento jurídico colombiano. Por un lado cumplen
funciones “comunes” a todas las Áreas en cuanto a la planeación territorial, como
aquellas que consisten en formular y adoptar el Plan Integral de Desarrollo
Metropolitano y el Plan Estratégico de Ordenamiento Territorial, con las
consecuencias jurídicas necesarias para los municipios pertenecientes; Por otro
lado cumplen funciones como Autoridad Ambiental dentro del Sistema Nacional
Ambiental , que no se guían por los verbos de “formulación” o “adopción” de Planes
sino por la ejecución, coordinación, participación y asesoría a los municipios para la
elaboración de Planes locales que garanticen el desarrollo sostenible y del medio
ambiente urbano, garantizando la función de regular y orientar el proceso de diseño
y planificación de uso del territorio y de los recursos naturales renovables de la
nación, la región y la metrópolis a través del Ordenamiento Ambiental del Territorio.
Como Autoridad Ambiental, para el Ordenamiento Ambiental del Territorio, las Áreas
Metropolitanas tendrán las funciones de:
Es decir que dentro de esta red de sistemas las Autoridades Ambientales Urbanas
se establecen como un actor fundamental para la gestión y suministro de
información sobre los recursos naturales y ambientales del territorio dentro del SIA,
bajo la coordinación y dirección del IDEAM; y como un actor importante para
proporcionar y suministrar información sobre la gestión ambiental institucional del
territorio, bajo la dirección del Ministerio de Medio Ambiente y Desarrollo Sostenible,
ya que a través de la Resolución 643 de 2004 las Autoridades Ambientales tienen
la responsabilidad de implementar los indicadores mínimos de referencia(desarrollo
sostenible, ambientales y de gestión) para realizar el seguimiento al estado de los
recursos naturales renovables y el medio ambiente y el impacto de la intervención
institucional.
Con respecto a la gestión de la información del recurso Aire el MADS creo el
Subsistema de Información Sobre Calidad del Aire (SISAIRE) por medio de la
Resolución 651 de 2010, constituyéndose como un subsistema del SIA que tiene
por objeto servir como fuente principal de información para el diseño, evaluación y
ajuste de las políticas y estrategias nacionales y regionales de prevención y control
de la contaminación del aire. Además, estableció la administración de este
subsistema a cargo del IDEAM. También ordena a las Autoridades Ambientales
Urbanas, que operan Sistemas de Vigilancia de la Calidad del Aire, la obligación de
reportar y suministrar la información de calidad del aire, meteorológica y de ruido al
SISAIRE, donde posteriormente el IDEAM verificará que las autoridades
ambientales reporten sus mediciones de conformidad con la periodicidad
establecida( mensualmente si el SVCA genera información de manera manual;
semanalmente si genera la información de manera automática), asimismo validar y
sistematizar la información suministrada para proveer a las entidades
pertenecientes al Sistema Nacional Ambiental (SINA), al sector productivo y a la
sociedad.
Por lo tanto, para lograr los procesos de entrada y salida de información ambiental
dentro del sistema, se establecieron, entre otras, las siguientes funciones a las
Autoridades ambientales Urbanas, establecidas en la Ley 99:
1
Vigilancia y control ambiental “Entendida como el seguimiento y monitoreo, la comprobación, inspección,
evaluación, fiscalización e intervención policiva sobre el manejo y uso del territorio” (Restrepo, 2005).
“A partir de los anteriores criterios, es posible concluir que, en términos
generales, las funciones de inspección, vigilancia y control se caracterizan
por lo siguiente: (i) la función de inspección se relaciona con la posibilidad
de solicitar y/o verificar información o documentos en poder de las entidades
sujetas a control, (ii) la vigilancia alude al seguimiento y evaluación de las
actividades de la autoridad vigilada, y (iii) el control en estricto sentido se
refiere a la posibilidad del ente que ejerce la función de ordenar correctivos,
que pueden llevar hasta la revocatoria de la decisión del controlado y la
imposición de sanciones.
Establecida esta definición por parte de la Corte, donde se evidencia que el control
y la vigilancia van dirigidos hacia el cumplimiento de las normas ambientales por
parte de los sujetos destinatarios, se hace menester citar lo dicho por María
Restrepo frente a la importancia de estas acciones por parte de las autoridades
ambientales, para la protección y gestión de los recursos naturales y del medio
ambiente:
“Respecto de la eficacia en el ejercicio de las funciones del Estado,
especialmente las de control y vigilancia ambiental, la Corte Constitucional
en Sentencia T-232 de 1993, 19 de junio, M.P Alejandro Martinez Caballero,
resolvió a favor del derecho tutelado lo siguiente:
Así pues, esta Sala de Revisión considera que la sola expedición de las
resoluciones no ha sido suficiente para impedir la efectiva protección al
derecho a la vida. La decisión de la Corte debe de ir encaminada a vincular
en forma directa al Director de la CAR, a los alcaldes de los municipios
mencionados, a la Procuraduría Regional de Cundinamarca para que en
forma permanente se vigile la correcta utilización del agua del rio
Subachoque y de la Toma de San Patricio para consumo humano- en forma
exclusiva- y no para uso industrial o agropecuario , protegiendo así el
derecho fundamental del peticionario y de las personas que él
agencia(cursiva fuera del texto)” (Restrepo).
Hechas ambas precisiones es posible hacer una descripción más detallada de las
funciones otorgadas a las Autoridades Ambientales Urbanas en la inspección,
vigilancia y control de la gestión ambiental del recurso Aire, que garanticen a la
sociedad el derecho de gozar de un ambiente sano, como dispone el artículo 73
del Código de Recursos Naturales, al establecer que corresponde al Gobierno
mantener la atmósfera en condiciones que no causen molestias o daños, o
interfieran el desarrollo normal de la vida humana, animal o vegetal, además, indica
que los funcionarios competentes deberán velar por el cumplimiento de las
disposiciones de este Código y las demás legales sobre la materia, e impartir las
órdenes necesarias para la vigilancia y defensa de los recursos naturales
renovables y del ambiente(art.305).
En la misma vía el Decreto establece que el MADS definirá las listas de sustancias
de emisión prohibida y las de emisión controlada, así como los estándares de
emisión de estas últimas, es decir, establecer la norma de emisión. Dando
cumplimiento a estos mandatos el MADS ha expedido la Resolución 909 de 2008
“Por la cual se establecen las normas y estándares de emisión admisibles de
contaminantes a la atmósfera por fuentes fijas y se dictan otras disposiciones” y la
Resolución 910 de 2008 “Por la cual se reglamentan los niveles permisibles de
emisión de contaminantes que deberán cumplir las fuentes móviles terrestres, se
reglamenta el artículo 91 del Decreto 948 de 1995 y se adoptan otras disposiciones”,
modificada parcialmente por la Resolución 1111 de 2013. Estableciendo, para
ambas clasificaciones de fuentes contaminantes, que las Autoridades Ambientales
a que se refiere el artículo 66 de la Ley 99 de 1993, es decir las Autoridades
Ambientales Urbanas, ejercerán las funciones de evaluación, control y seguimiento
ambiental de acuerdo con lo dispuesto en dichas directrices normativas. Con
algunas consideraciones que se mencionan a continuación.
Con respecto a la Resolución 910 de 2008, la cual está dirigida al control y vigilancia
de las fuentes móviles, establece los niveles máximos permisibles de emisión de
contaminantes que deben cumplir las fuentes móviles terrestres, reglamenta los
requisitos y certificaciones a las que están sujetos los vehículos y demás fuentes
móviles, sean importadas o de fabricación nacional(art. 1). Para la determinación de
estos estándares se tiene en cuenta el tipo de vehículo y combustible utilizado en
las pruebas estáticas o dinámicas, las cuales son necesarias para la obtención de
la certificación de emisiones contaminantes permisibles. Para el ejercicios de estas
funciones las Autoridades Ambientales Urbanas cuentan con las siguientes
facultades:
● Resolución 910; Artículo 14. Verificación de las certificaciones. La
autoridad ambiental competente podrá, en cualquier tiempo, verificar el
contenido de las certificaciones expedidas por los comercializadores
representantes de marca, importadores, fabricantes o ensambladores sobre
el cumplimiento de las normas establecidas en la presente resolución, así
como las características de funcionamiento de los equipos y procedimientos
utilizados para la medición de los contaminantes en condición de velocidad
de crucero, marcha mínima (ralentí) o en aceleración libre.
La autoridad ambiental competente podrá, sin previo aviso, verificar el
cumplimiento de los límites máximos de emisión establecidos en la presente
resolución, en condiciones de velocidad de crucero, marcha mínima o ralentí
y en aceleración libre, de forma selectiva, en los vehículos y motocicletas,
motociclos y mototriciclos nuevos que vayan a ser vendidos por los
comercializadores representantes de marca, importadores, fabricantes o
ensambladores.
2
Modificada por la Resolución 2154 de 2010.
3
Ambos protocolos fueron modificados por la presente Resolución 2154 de 2017 en algunos de sus
apartados como el Índice de Calidad del Aire(ICA) y el procedimiento de calculo para las Areas-Fuente de
contaminación.
de acuerdo con los procedimientos, frecuencias y metodologías establecidas
en el Protocolo para el Monitoreo y Seguimiento de la Calidad del Aire.
● Artículo 6. Monitoreo de la calidad del aire realizado por las Autoridades
Ambientales Competentes. Parágrafo 1. Con base en la información
generada por los SVCA, las autoridades ambientales deberán elaborar o
modificar los Programas de Reducción de la Contaminación del Aire.
Parágrafo 2. cuando las concentraciones de contaminantes del aire excedan
los niveles máximos permisibles(...) las autoridades ambientales
competentes informarán a las autoridades de salud y demás organismos
responsables de la gestión de riesgo para que adopten las medidas a que
haya lugar, entre ellas, la divulgación de medidas para reducir la exposición.
● Artículo 17. Delimitación de las áreas fuente de contaminación del aire.
Las áreas fuente de contaminación del aire deberán ser delimitadas
individualmente por las autoridades ambientales competentes, con base en
modelización de contaminantes y las áreas de cobertura de cada punto de
monitoreo definidas en el diseño del SVCA, utilizando la metodología y
algoritmos matemáticos que representen el fenomeno a modelizar.
● Artículo 24. Informes del estado de la calidad del aire por parte de las
autoridades ambientales. Las autoridades ambientales deberán elaborar y
publicar como mínimo informes mensuales, trimestrales y anuales del estado
de la calidad del aire a través de sus páginas web y del SISAIRE, y de
conformidad con lo establecido en el Protocolo para el Monitoreo y
Seguimiento de la Calidad del Aire.
Hay que tener en cuenta que el permiso de emisión atmosférica solo es otorgado al
propietario de la obra, empresa, actividad, industria o establecimiento que origina
las emisiones con una vigencia máxima de 5 años4(renovable indefinidamente por
períodos iguales), además no crean derechos adquiridos en cabeza de su
respectivo titular, de modo que su modificación, suspensión o revocatoria, podrá ser
ordenada por la Autoridad Ambiental cuando surjan circunstancias que alteren
sustancialmente aquellas que fueron tenidas en cuenta para otorgarlo, o que
ameriten la declaración de los niveles de prevención, alerta o emergencia. También
cuando la Autoridad Ambiental haya declarado una área-fuente de contaminación
deberá abstenerse de expedir permisos de emisión atmosférica para el
funcionamiento de nuevas instalaciones, susceptibles de ser fuentes fijas de
emisiones contaminantes, hasta tanto la zona objeto de la restricción reduzca su
descarga contaminante global y permita un nuevo cupo de emisión admisible.
4
Cada renovación de un permiso de emisión atmosférica, requerirá la presentación de un nuevo Informe de
Estados de Emisión IE-1 que contenga la información que corresponda al tiempo de su presentación.
garantía de cumplimiento y la posibilidad de cesión y comercialización de cupos, los
cuales se transcriben a continuación:
“RECOMENDACIONES
(...) e. Adoptar la tasa retributiva por emisiones al aire, de acuerdo con lo establecido
en la Ley 99 de 1993 y el Decreto 1076 de 2015.
Las Autoridades Ambientales Urbanas, entre ellas las Áreas Metropolitanas con
más de 1 millón de habitantes, son organismos administrativos descentralizados por
servicios, por consiguiente el ordenamiento jurídico a través del articulo 31 numera
10 de la Ley 99 de 1993 faculto a estas autoridades para dictar normas ambientales
a través de los reglamentos de aplicación mencionados por Kelsen. Estos
reglamentos son acciones complementarias para la debida ejecución de los
principios y normas ambientales, y no deben confundirse con la facultad de
regulación consagrada a otros organismos del ordenamiento jurídico colombiano,
ya que “mientras que con la regulación se hace la creación originaria del derecho
mediante normas de carácter general, impersonal y abstracto, las cuales
constituyen materia reglamentable, con la reglamentación se complementa dicha
regulación con el objeto de lograr su cumplida ejecución” (Ibáñez Najar).
Autores como Angelica Barrera5 y Julio Gonzales6 han puesto en discusión que el
ejercicio de esta facultad no debe de hacerse por medio del Principio de rigor
5
“En este último evento se podría permitir que las autoridades ambientales procedan de manera directa a
expedir normas de protección del ambiente, con subordinación al principio de coordinación cuando se
involucren temáticas ambientales que desborden el ámbito local. Lo anterior no quiere decir que se propicie
la arbitrariedad en el manejo de los recursos naturales, porque en primer lugar el nivel superior, en virtud
del principio de subsidiariedad, siempre podrá intervenir en la protección del medio ambiente, cuando la
decisión del orden inferior haya resultado ineficaz para la atención de la problemática ambiental (Barrera
Osorio, 2006)”.
6
“En nuestro concepto esto no es el desarrollo del principio de rigor subsidiario consagrado en artículo 63
de la Ley 99 de 1993 para las entidades territoriales. (…)Lo autorizado por el numeral 10 del artículo 31 de la
Ley 99 de 1993 es una facultad amplia para que las corporaciones autónomas regionales dicten las normas
subsidiario sino que debe de considerarse como una facultad para que las
Autoridades Ambientales procedan de manera directa a expedir normas de
protección del ambiente, ya que el Principio de rigor subsidiario va dirigido a la
gestión realizada por los Entes Territoriales, posición que comparto. Sin embargo,
hasta el momento ninguna Autoridad Judicial o Legislativa han hecho claridad al
respecto. Por tal motivo, se tendrá en cuenta las disposiciones jurídicas vigentes
para el ejercicio de la reglamentación de Normas de Calidad del Aire y Normas de
Emisión por parte de las Autoridades Ambientales Urbanas contenidas en el Decreto
del Sector Ambiente.
ambientales que consideren útiles dentro de su jurisdicción, siempre y cuando no violenten o contradigan
las normas dictadas por el Ministerio de Medio Ambiente o consagradas en la ley” (González Villa, 2006).
● Para normas de emisiones:
a) Cuando mediante la medición de la calidad del aire, se compruebe que las
emisiones descargadas al aire producen concentraciones de los
contaminantes tales, que puedan alcanzar uno de los siguientes niveles de
contaminación:
El 75% de las concentraciones diarias en un año, son iguales o superiores a
los valores de la norma anual de calidad del aire o nivel anual de inmisión;
El 30% de las concentraciones diarias en un año, son iguales o superiores a
los valores de la norma diaria de calidad del aire o del nivel diario de inmisión;
El 15 % de las concentraciones por hora en un año, son iguales o superiores
a los valores de la norma horaria o del nivel de inmisión por hora.
b) Cuando a pesar de la aplicación de las medidas de control en las fuentes de
emisión, las concentraciones individuales de los contaminantes en el aire
presenten un incremento pronunciado hasta alcanzar los grados y
frecuencias establecidos en el literal a).
c) Cuando en razón a estudios de carácter científico y técnico se compruebe
que las condiciones meteorológicas sean adversas para la dispersión de los
contaminantes en una región determinada, a tal punto que se alcancen los
grados y frecuencias de los niveles de contaminación señalados en el literal
a).
Bibliografía
Fuentes Doctrina:
Atienza, M., & Ruiz, J. (1996). Las piezas del Derecho. Barcelona: Ariel.
Cadavid A., S., & Cadavid R., C. F. (2018). Algunas anotaciones ambientales en el desarrollo urbano
de la ciudad y su Área Metropolitana. En Construcción de metrópolis. Identificación de
procesos de planeación para un área metropolitana eficiente. (págs. 572-576). Bogotá:
Editorial Universidad Nacional de Colombia; Editorial Planeta.
González Villa, J. E. (2006). Derecho Ambiental colombiano: Parte general, tomo 1. Bogotá:
Universdad Externado de Colombia.
IDEAM. (2007). Marco Conceptual del SIAC: Aplicación del enfoque ecosistémico . Bogotá.
Kelsen, H. (2005). Teoría Pura del Drecho. Mexico DF: Editorial Porrúa.
Pérez Jaramillo, J. (2018). Medellín, lecciones aprendidas. Planeacion y gestión urbana como
proyeco ciudadano. En Construcción de metrópolis. Identificación de procesos de
planeación para un área metropolitana eficiente. (págs. 596-665). Bogotá: Editorial
Universidad Nacional de Colombia; Editorial Planeta.