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El thriller, especialmente el thriller psicológico es uno de los géneros más interesantes que
han surgido desde hace muchos años, primero tuvo gran auge como género literario y luego con
la aparición del séptimo arte se convirtió en uno de los géneros cinematográficos más atractivos y
más difíciles de realizar especialmente en cuanto a guion se refiere.
Uno de los directores de cine más conocidos ha sido sin duda Alfred Hitchcock, este
maestro del cine que revoluciono este género del thriller , creando con sus películas,
características propias con las cuales se puede identificar fácilmente un film de su autoría ya que
creaba en el espectador con cada aspecto de la película una gran tensión por saber que iba a
ocurrir con los personajes que estaba viendo a través de una pantalla y al mismo tiempo hacia
que sentía como si estuviese dentro de esta historia viviendo con ellos todas estas intrigas
Este nació en 1899 en Londres, donde comenzó su carrera como director de cine,
realizando varias películas pertenecientes al cine mudo y trabajando en distintos géneros como la
comedia, el drama e incluso algún musical, pero el género que más trabajo fue el thriller, y este
fue el que le dio más fama, llegando a lograr llamarse como el maestro del suspense con más de
50 películas más una muy conocida serie de tv “Alfred Hitchcock presenta”. Y como un gran
exponente de este género exploró muchos de los temas que se pueden tocar usando el suspenso
como principal característica, tal como el thriller policiaco, el thriller psicológico, el thriller sobre
asesinos, el thriller romántico, etc.
Pero una de sus películas más interesantes es Yo confieso (I Confess, 1953) la cual
aunque es considerada una obra menor y es poco conocida, lo cierto es que sus aspectos
cinematográficos son muy bien logrados y el tema que trata es bastante controversial: el sigilo
sacramental que tienen los sacerdotes católicos y que les obliga a callar para siempre, aun en
peligro de muerte todo cuando escuchen en calidad de confesión.
Hasta este punto de la trama se pueden identificar algunos elementos característicos del
genero thriller, un crimen, un asesino, una investigación en curso, un falso culpable con un futuro
incierto y una posible solución, que en este caso es la aparición de Ruth (Anne Baxter) , una
mujer que aunque está casada siempre ha estado profundamente enamorada del padre Logan, y
por esta razón decide ayudar a la investigación dando información muy personal de ella, la cual
cree que ayudara a probar la inocencia del padre.
Acá nuevamente se encuentra otra característica del thriller y es el uso de los flashback
donde se cuentan al espectador hechos que ayudan a aclarar los conflictos por los que están
pasando los personajes de la historia, y en esta en particular cuentan al espectador que Ruth y el
padre Logan fueron novios en el pasado, que el decidió alistarse para servir en el ejército y al
regresar varios años después se reencuentra con ella, y sin saber que ella ya está casada, pasan un
día juntos y son descubiertos por el señor Villete ( el hombre que fue asesinado) el cual los
comienza a chantajearlos con contar al marido de Ruth la supuesta infidelidad. Todo esto
aparentemente resolvería muchas cosas en la trama pero no es así, y el conflicto vuelve a
centrarse en la imposibilidad del padre Logan en demostrar su inocencia sin violar el secreto de
confesión y todo esto van llevando a los investigadores a la conclusión de que es el culpable y es
llevado a juicio.
El uso del lenguaje cinematográfico que tiene esta película es muy “Hitchcockniano”, los
planos, las locaciones, el casting, la banda sonora, la trama, el conflicto y las metáforas usadas
nos hablan de un Hitchcock católico, que fue educado en un colegio de jesuitas y ell cual
explota la simbología cristiana católica para subrayar la dimensión ética y teológica de Yo
confieso.
Los crucifijos y las vírgenes ocupan un lugar destacado en las escenas. Durante el
juicio contra el padre Logan, un enorme crucifijo cuelga sobre el jurado,
insinuando que la justicia de los hombres sólo adquiere legitimidad cuando se basa
en las enseñanzas del Evangelio… Los primeros planos de Montgomery Cliff
reflejan angustia, impotencia, desconcierto, pero en ningún momento expresan
inseguridad o duda. Nunca se plantea romper el silencio sacramental, pues sabe
que ese gesto pondría en crisis su vocación. Hitchcock quería que imitara a Cristo
hasta las últimas consecuencias, aceptando una muerte injusta. (Pierce, 2015)
Es así como yo confieso se convierte en una joya del cine, tanto de la carrera cinematográfica de
Hitchcock como del genero de thriller y especialmente el thriller religioso en el cual esta película
podría catalogarse como una de las mejores, claro está sin dejar atrás grandes películas como
Diario de un cura rural (1951), Absolución (1978), En nombre de la rosa (1986), Los crímenes
del rosario (1987), El reverendo (2017); entre otras más.
Referencias bibliográficas