Академический Документы
Профессиональный Документы
Культура Документы
La Luna Roja
ePub r1.0
Titivillus 15.07.2020
Luis Leante, 2009
Cubierta
La Luna Roja
1.
2.
3.
4.
5.
6.
7.
8.
9.
10.
11.
12.
13.
Epílogo
Sobre el autor
A Juana Chacón
Te has ido apagando como un eclipse lunar, encerrada en tu
propio anillo de luz, como un espectro surgido del sueño, como
una terrible y cegadora luna roja.
EMIN KEMAL
La Luna Roja
GÉRARD DE NERVAL
El Desdichado
1.
Querido René:
Acabo de marcar tu número para darte una explicación, pero
no he tenido coraje para escuchar tu voz. Prefiero que tengas
estas palabras por escrito y que las leas cuantas veces quieras.
Así entenderás realmente lo que siento.
No puedes aparecer en mi vida treinta años después y
pedirme que lo deje todo y te siga. No es justo. Hubiera preferido
no saber que estabas aquí. He dedicado toda mi vida a mi familia
y especialmente, a mi hermano. Ahora ya no voy a cambiar; Esto
no tiene nada que ver con mis sentimientos, créeme. Te conocí a
los diecisiete años y desde entonces no ha pasado un solo día en
el que mi primer y mi último pensamiento no hayan sido para ti.
Sin embargo, creo que hasta ayer nunca estuve segura de tus
sentimientos.
Lamento que todo esto llegue demasiado tarde, pero al menos
viviré los años que me queden sabiendo que a tu manera también
me quisiste. Es un consuelo estúpido, pero es el único que tengo.
Y a él me aferraré para no morir de pena.
No voy a seguirte, René. Si tu vida está lejos de aquí es justo
que te marches. Pero la mía está en esta ciudad. Éste es mi sitio
y aquí seguiré mientras Utku me necesite. Reconozco que no
tengo valor para enfrentarme a ti y contártelo mirándote a los
ojos. Sé que no sería capaz de hacerlo y quizás me dejara
enredar en el amor. En el amor que siento por ti, en el cariño, si
quieres llamarlo así. En la desesperación, no lo sé.
Estaré una temporada fuera de Estambul. Así será más fácil
para los dos. Creo que no volveré a verte nunca, y eso es al
mismo tiempo una tortura y una liberación. Pero quiero que sepas
que si decides quedarte, o regresas algún día, mi corazón estará
abierto para ti. De nuevo eres tú quien decide, yo no sirvo para
eso. Eres un hombre afortunado, aunque quizás no hayas sabido
darte cuenta. Yo me habría conformado con que alguien me
quisiera la mitad de lo que yo te he querido a ti.
Con todo mi cariño,
Tuna