NUEVO PROCESO PENAL

ANÁLISIS

LA IMPUGNACIÓN DEL AUTO DE SOBRESEIMIENTO

Y LA SENTENCIA ABSOLUTORIA
Y LAS FACULTADES DEL ÓRGANO AD QUEM

Fredy Valenzuela Ylizarbe*

RESUMEN

Ante la falta de uniformidad de criterios respecto a la facultad del ad quem cuando

el auto de sobreseimiento o la sentencia absolutoria fue impugnado por el agraviado o
el actor civil, el autor nos precisa que lo determinante es identificar qué parte procesal
interpuso el recurso de apelación. Si el agraviado o el actor civil es el único recurrente,
el Tribunal Superior no podrá pronunciarse sobre el objeto penal, pues se vulneraría el
principio dispositivo y el de congruencia recursal, pero sí deberá pronunciarse sobre el
objeto civil, a efectos de asegurar el derecho a la tutela judicial efectiva del agraviado.

prescrito en el artículo 95, inciso 1, literal

MARCO NORMATIVO
• Código Procesal Penal: arts. 11, 95, 344, 404, 405,
406, 419, 420 y 425.
PALABRAS CLAVE: Iudex ad quem / Sobresei-
miento / Sentencia absolutoria / Impugnación
Recibido: 06/04/2020
Aprobado: 17/04/2020
I. Planteamiento del problema
El juez emite un auto de sobreseimiento,
el que es impugnado exclusivamente por
el agraviado o actor civil, en virtud de lo
d), del Código Procesal Penal (en adelante,
CPP). Este recurso es elevado ante la sala
penal de apelaciones. En el segundo grado
pueden presentarse dos situaciones; de un
lado, el fiscal superior no discrepa o guarda
silencio –incluso puede no asistir a la audien-
cia– de la posición del fiscal provincial de
sobreseer o no impugnar el auto de sobre-
seimiento; y, de otro, el fiscal superior de
manera expresa manifiesta su disconformi-
dad con la opinión del fiscal provincial, esto
es, estima que sí debió acusar e impugnar el
auto de sobreseimiento y expresa los funda-
mentos que respaldan su posición.

* Coordinador del área de litigio del Estudio Oré Guardia. Máster en Justicia Criminal por la Universidad Carlos III de
Madrid. Máster en Argumentación Jurídica por la Universidad de Alicante-España. Docente de la Universidad San
Martín de Porres y de la Universidad Inca Garcilaso de la Vega. Miembro del Instituto de Ciencia Procesal Penal.

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Comentario relevante del autor
Lo determinante es si la resolución
fue impugnada o, por el contrario,
fue consentida, con lo cual lo que
la sala puede realizar, con indepen-
dencia de la posición que pueda
asumir el fiscal superior o supremo,
es nada.
Las situaciones expuestas también pueden
presentarse en el contexto del procedimiento
ordinario conforme al Código de Procedi-
mientos Penales (en adelante, CdPP), con la
diferencia de que en estos casos el recurso
será el de nulidad, los actores serán el fiscal
superior –quien realiza el requerimiento– y
el fiscal supremo –quien acude a la vista de
la causa– y que no habrá audiencia, sino que
la opinión del fiscal se emitirá a través de un
dictamen.
Es importante aclarar que, aunque para la
Corte Suprema sí lo es, para mí resulta poco
relevante si el fiscal provincial acusó o soli-
citó sobreseimiento, lo realmente importante
es si el auto de sobreseimiento fue impug-
nado por él o no. Evidentemente, si el fis-
cal solicitó sobreseimiento y el juez resolvió
en ese sentido, el fiscal no podría impugnar
la decisión por ausencia de agravio, presu-
puesto esencial para recurrir una decisión
(artículo 405, inciso 1, literal a), del CPP).
En efecto, lo determinante es si la resolu-
ción fue impugnada o, por el contrario, fue
consentida, con lo cual –adelanto mi posi-
ción– lo que la sala puede realizar, con inde-
pendencia de la posición que pueda asumir
el fiscal superior o supremo –CPP y CdPP,
respectivamente–, es nada. Sin perjuicio de
ello, tendré en consideración los supuestos
referidos por la Corte Suprema.
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Otro aspecto que será abordado –porque
existe una estrecha vinculación con el men-
cionado– es el referido a la impugnación
de las sentencias absolutorias, las que son
impugnadas por el agraviado o el actor civil
o incluso por el fiscal. En este punto también
pueden presentarse situaciones similares a
lo que ocurre con el auto de sobreseimiento;
de un lado, que en la audiencia o en su dic-
tamen el fiscal supremo manifieste, pese a
la impugnación, que está de acuerdo con la
sentencia absolutoria; y, de otro lado, que
no está de acuerdo con esta y brinda razones
para sustentar su posición.
Todos estos puntos serán abordados porque
están vinculados con la competencia o la
facultad que le otorga el recurso de apela-
ción o nulidad al órgano ad quem. En con-
creto, teniendo en consideración los supues-
tos planteados, se buscará responder a la
siguiente interrogante: ¿el órgano ad quem
puede ingresar a pronunciarse sobre el objeto
penal del recurso si el único recurrente es el
agraviado o actor civil? La Corte Suprema ha
asumido una posición sobre esta interrogante
que no comparto y esta discrepancia es la
que ha motivado la elaboración del presente
artículo.
II. Posiciones de la Corte Suprema
sobre la competencia de la sala
superior cuando el auto de sobre-
seimiento es recurrido únicamente
por el actor civil o el agraviado
La Corte Suprema no tiene una posición
uniforme respecto al tema que es materia de
análisis, pues en sus resoluciones se pueden
advertir que existen ciertos matices sobre
en qué supuestos la sala superior puede pro-
nunciarse sobre el objeto penal de la reso-
lución recurrida, ya que parece ser que ello
depende de si el auto de sobreseimiento fue
como consecuencia de un requerimiento de
sobreseimiento o un requerimiento acusato-
rio. En el primero prevalecería la posición
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asumida por el fiscal superior, mientras que
en el segundo supuesto no sería relevante
la posición asumida por este. Es por ello
que es necesario mencionar cada uno de los
supuestos sobre los que se ha pronunciado
la Corte Suprema; y luego de ello recién dar
las razones por las que no estoy de acuerdo
con la posición asumida por este órgano
jurisdiccional.
Se pueden presentar las siguientes situacio-
nes que han merecido el análisis y el pronun-
ciamiento de la Corte Suprema. Veamos:
1. El fiscal superior o supremo considera
que el auto de sobreseimiento debe
ser confirmado
El auto de sobreseimiento puede haberse dic-
tado bien porque así lo solicitó el fiscal o
bien porque el juez, pese al requerimiento
acusatorio, consideró que no correspondía
pasar a la etapa de juzgamiento. Esta distin-
ción para mí resulta irrelevante, pero no así
para la Corte Suprema conforme se podrá
apreciar en los siguientes párrafos.
Empecemos por aquellos casos en los que
el juez dictó auto de sobreseimiento a pesar
de que el fiscal realizó un requerimiento
acusatorio, pero que no fue impugnado por
este, sino únicamente por el actor civil y el
agraviado, y en la audiencia de apelación el
fiscal superior considera de forma expresa
que el auto de sobreseimiento debe ser con-
firmado, esto es, que no se continúe con la
persecución del delito.
Así, en la Casación No 1032-2016-Lamba-
yeque, la Sala Penal Transitoria de la Corte
Suprema exige que el fiscal superior de
forma expresa ratifique el auto de sobresei-
miento, el que además debió emitirse por un
pedido del fiscal, para que la sala superior
pueda confirmar el auto de sobreseimiento,
bajo el argumento del principio acusatorio;
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es decir, deben presentarse las siguientes cir-
cunstancias: i) el fiscal provincial requiera
sobreseimiento; ii) el juez resuelva en ese
sentido; y, iii) que el fiscal superior expre-
samente ratifique esta decisión (doble con-
formidad de los fiscales). Contrariamente,
si el fiscal no concurre a la audiencia –que
no puede ser entendida tácitamente como
un desistimiento de continuar con la inves-
tigación, pues tiene la facultad de no asistir
a la audiencia (artículo 420, inciso 5, CPP y
Directiva N° 005-2012-MP-FN)– no se pro-
duce “una doble conformidad que legitime
la invocación del principio acusatorio y de
jerarquía del Ministerio Público”; de manera
que el órgano ad quem “tiene el deber jurí-
dico de absolver las pretensiones de las par-
tes y pronunciarse sobre los alcances del
sobreseimiento que es cuestionado por la
parte agraviada, validando o no la decisión
del juez unipersonal o colegiado; asumir una
postura en contrario, sería vulnerar la tutela
jurisdiccional”.
En la Casación N° 546-2015-Arequipa, la
Sala Penal Permanente, aunque de manera
confusa, afirma que el pronunciamiento del
órgano ad quem sobre el objeto penal –ante
el recurso del agraviado o actor civil– está
supeditado a la posición que asuma el fiscal
superior en la audiencia. En el caso que ana-
lizó este órgano supremo no hubo un pronun-
ciamiento por parte de la sala superior, pues
este declaró inadmisible el recurso del agra-
viado bajo el argumento de que el agraviado
en su impugnación se centró en cuestionar el
objeto penal del auto de sobreseimiento, lo
que originó que el fiscal superior no emitiera
su opinión sobre el auto de sobreseimiento.
Sin embargo, en la Casación No 1184-2017-
El Santa, la propia Sala Penal Permanente
de la Corte Suprema sostiene una posición
distinta a las mencionadas, ya que afirma
que la posición procesal del fiscal superior
197
no es relevante1 para poner fin a la perse-
cución del delito, de modo tal que la sala
superior puede declarar la nulidad del auto
de sobreseimiento aun en el extremo penal
–pese a que el fiscal provincial no impugnó–
en los siguientes supuestos: primero, cuando
el auto de sobreseimiento no se amolda a
lo prescrito en el artículo 344, inciso 2, del
CPP, supuesto en el cual el fiscal “deberá ins-
tar otro requerimiento excluyendo el motivo
desestimado judicialmente o subsanando
algún defecto en que ha incurrido, bajo la
advertencia, claro está, de que no está obli-
gado a formular acusación. Cabe enfatizar
que el sobreseimiento está sometido a pre-
supuestos materiales legalmente estipulados
y, como tal, está sujeto al control judicial”;
segundo, cuando el auto de sobreseimiento
no está debidamente motivado, supuesto
en el que lo anulará; o, tercero, cuando por
diversas razones, faltan actos de investiga-
ción que deben llevarse a cabo, en cuya vir-
tud dispondrá la realización de una investi-
gación suplementaria.
Ahora bien, en los casos en los que el fis-
cal realice un requerimiento de sobresei-
miento, la Sala Penal Permanente, en la
Casación N° 475-2013-Tacna, sostuvo que
el fiscal superior no estaba obligado a concu-
rrir a la audiencia de apelación ni contestar el
recurso del actor civil.
[Ello se debe, pues a que] uno de los
principios que se rigen en la actuación
fiscal son de unidad y de jerarquía, por
lo que, al haber solicitado el fiscal pro-
vincial el sobreseimiento de la causa y
el fiscal superior no opinó en contrario,
1 El fiscal superior estuvo de acuerdo con el fiscal provincial y, por tanto, con el auto de sobreseimiento.
2 Los considerandos citados fueron establecidos como doctrina jurisprudencial.
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debe mantener la opinión del primero.
(Considerando 2.2.7.2.2)
En la Casación N° 187-2016-Lima, la Sala
Penal Permanente de la Corte Suprema
afirma –en un caso en que el fiscal superior
opinó porque se confirme el auto de sobre-
seimiento, que fue resuelto a pedido del fis-
cal provincial– que “es el requerimiento del
fiscal superior [el] que predomina y resulta
vinculante para el órgano jurisdiccional
–tanto más si el fiscal provincial que acusó,
no apeló, aceptando tácitamente el sobresei-
miento–”. No es necesario, agregó la Sala
Suprema, que se presente una doble confor-
midad, esto es, que tanto el fiscal provincial
y el fiscal superior coincidan, pues lo que
prima, por el principio acusatorio y de jerar-
quía, es la posición del fiscal superior (consi-
derandos 9 y 13).
[El órgano ad quem, en consecuencia,
debe] tener en cuenta para la continuidad
del proceso el requerimiento motivado
del fiscal superior a favor de la continua-
ción de la persecución del delito, caso
contrario vulneraría el principio acusato-
rio, ya que una decisión por confirmar el
archivo del proceso impide la imposición
de una condena (…). (considerando 10)2
En la Casación N° 353-2011-Arequipa, la
Sala Penal Permanente de la Corte Suprema
solo se limitó a declarar la nulidad de la reso-
lución de la sala –y ordenó que se emita un
nuevo pronunciamiento– bajo el argumento
de que el agraviado sí puede impugnar el auto
de sobreseimiento, pero no precisó si puede
impugnar sobre el objeto penal, tampoco
da mayores razones para contrarrestar los
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argumentos de la sala superior3 que, a mi jui-

cio, resultan razonables (considerando 4.5).
En lo que respecta al proceso ordinario,
conforme al Código de Procedimientos Pena-
les, o al proceso sumario, es posible afirmar
que la Corte Suprema tiene doctrina jurispru-
dencial uniforme sobre el tema planteado. En
efecto, de manera reiterada ha afirmado que
la sala superior sí puede declarar la nulidad
del procedimiento y del auto que dispuso el
sobreseimiento del proceso y ordenar que el
fiscal emita un nuevo pronunciamiento o que
se realicen nuevos actos de investigación,
a pesar de que el fiscal superior opinó por
confirmar el sobreseimiento, cuando se pre-
senten determinadas circunstancias.
Así, en la Queja No 1678-2006-Lima, que fue
establecida como precedente vinculante por
la Sala Penal Permanente, la Corte Suprema
afirma que
[E]s posible –asumiendo una pondera-
ción de otros derechos fundamentales
en conflicto– una anulación del proce-
dimiento cuando, de uno u otro modo,
y de manera especialmente relevante,
se afecte el derecho a prueba de la parte
civil (…) o la decisión fiscal incurra en
notorias incoherencias, contradiccio-
nes o defectos de contenido que ameri-
tan un nuevo pronunciamiento fiscal y,
en su caso, la ampliación de la propia
instrucción, tales como se omite valorar
determinados actos de investigación o
de prueba, no se analizan determinados
hechos que fueron objeto de la denuncia
fiscal y del auto de apertura de instruc-
ción, así como, desde otra perspectiva, se
Comentario relevante del autor
El principio de jerarquía bajo ningún
supuesto puede reemplazar o sub-
sanar la ausencia de impugnación,
mucho menos puede permitir que
un auto firme pueda ser anulado,
pues este principio es aplicable para
supuestos distintos y están estableci-
dos en la propia ley.
niega inconstitucionalmente la actuación
de prueba pertinente ofrecida oportu-
namente en la oportunidad, el modo y
forma de ley por la parte civil o cuando
admitida la prueba no se actúa en función
a situaciones irrazonables, que no son de
cargo de aquella (…).
En términos similares, la Sala Penal Perma-
nente de la Corte Suprema, en el Recurso
de Nulidad N° 5362-2008-Cusco, ha
establecido:
Que el auto recurrido fue emitido, como
no podía ser de otra forma, previo reque-
rimiento no acusatorio del señor fiscal
superior (…) y además, cuenta con la
aprobación de la señora fiscal adjunta
suprema en lo penal mediante dictamen
(…) que siendo así, el examen recur-
sal del sobreseimiento está delimitado
por la vigencia del principio acusatorio
(…) en cuya virtud, solo podrá revisarse
desde la perspectiva de la infracción
de las garantías de defensa procesal y

3 Primero, sostuvo que el Ministerio Público es el único legitimado, por el principio acusatorio, para ejercer la
acción penal; segundo, el agraviado no tiene legitimidad para cuestionar el extremo penal del auto de sobresei-
miento, pues su legitimidad es solo respecto del objeto civil; y, tercero, el agraviado no cuestionó la pretensión
civil ni en la audiencia preliminar, ni en la audiencia de apelación, por lo que no corresponde, concluye la sala,
amparar la apelación. Esta es la única alternativa que tenía la sala superior.

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 de tutela jurisdiccional de la víctima,
si durante la secuela de la instrucción
se negó a la parte civil el derecho a la
prueba pertinente –rechazo irrazonable
de una solicitud para la actuación de
acto de investigación pertinente y útil o
no actuación de un acto de investigación
admitido esencial por causa no imputa-
ble a las partes–, o si se omitió valorar
un acto de investigación determinante
para la configuración del hecho puni-
ble o de la responsabilidad atribuida al
imputado o si el razonamiento judicial
vulneró la congruencia procesal –aspec-
tos que integran la garantía de tutela
jurisdiccional–.
2. El fiscal superior o supremo discre-
pan de la posición del fiscal y consi-
deran que no debió dictarse auto de
sobreseimiento
En la Casación Nº 879-2016-Piura, en un
caso en que el fiscal solicitó sobreseimiento
y el juez resolvió en este sentido, la Sala
Penal Permanente sostuvo que la oportu-
nidad para que el fiscal superior manifieste
su discrepancia con la posición del fiscal
provincial es en la audiencia de apelación,
supuesto en el cual la sala superior debe
analizar los argumentos que el fiscal supe-
rior plantea y debe pronunciarse respecto
de ellos.
En efecto, la mencionada Sala Suprema sos-
tuvo que si el fiscal superior considera que se
debe proseguir con la persecución del delito
–discrepa del fiscal provincial–, pese a que
el único recurrente es el actor civil, la sala
superior “se encuentra también facultada
para analizar el contenido penal de la contro-
versia de acuerdo a los agravios planteados
por las partes”. Agrega esta Sala Suprema
que el aspecto penal es de competencia
del Ministerio Público y en tanto el fiscal
superior emitió una disposición mostrando
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su disconformidad con el auto de sobresei-
miento “permite excepcionalmente que haya
una respuesta en tal materia al recurso del
actor civil, por su derecho al recurso y de
defensa” (considerandos 8 y 9).
III. Posiciones de la Corte Suprema
cuando se emite sentencia abso-
lutoria y esta es impugnada única-
mente por el agraviado y el actor
civil
La Corte Suprema no tiene una posición
uniforme respecto al tema que es materia
de análisis. Analizaremos cada una de las
posiciones para luego emitir nuestra opinión,
la que, adelantamos, no concuerda con la
posición asumida por este órgano supremo.
Se pueden presentar las siguientes situacio-
nes que han merecido el análisis y el pronun-
ciamiento de la Corte Suprema. Veamos:
1. Cuando el fiscal superior considera
que la sentencia absolutoria debe
confirmarse
En la Casación No 413-2014-Lambayeque, la
Sala Penal Permanente ha manifestado que
si el fiscal provincial expresa su conformi-
dad –al no haber recurrido la decisión– y el
fiscal superior reitera esta conformidad en la
audiencia de apelación, la única alternativa
que tiene la sala de apelaciones es confirmar
la absolución (considerando 21 y 22), pues
es al Ministerio Público al que le corres-
ponde ejercitar la acción penal, el que es un
organismo autónomo y rige su actividad por
el principio de jerarquía.
1.1. Cuando el fiscal superior discrepa de
la sentencia absolutoria
La Sala Penal Permanente, en la Casación
No 966-2017-Ica, sostuvo que el fiscal pro-
vincial no expuso una conformidad expresa,
ya que en el acta se anotó que este solo
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manifestó que los plazos para que impugne
corrían desde la lectura de la sentencia;
además, la sala mencionada considera que
la ausencia de impugnación por el fiscal
no puede interpretarse como expresión de
conformidad con la sentencia absolutoria
(considerando 16). Y el hecho de que en
la audiencia de apelación el fiscal superior
haya dicho que se emita pronunciamiento
con arreglo a ley, tampoco puede ser inter-
pretado como conformidad de no continuar
con la persecución penal.
[En definitiva, para esta Sala Suprema]
las omisiones de impugnar por parte
de los representantes del Ministerio
Público, bajo ningún contexto deben
interpretarse como expresión de confor-
midad de una sentencia absolutoria, en
tanto no manifiesten concretamente su
conformidad. Por tanto, la decisión del
Colegiado Superior, de no atender los
argumentos formulados por el agraviado
en su recurso de apelación, deviene en
nula.
Es decir, en la casación mencionada, la Sala
Suprema exige necesariamente un pronun-
ciamiento expreso del fiscal superior en el
sentido de que tiene que confirmarse la sen-
tencia absolutoria para que la sala superior
pueda pronunciarse en ese sentido. En otros
términos, a pesar de que el fiscal provincial
no impugna y que el fiscal superior no dis-
crepa expresamente de la sentencia abso-
lutoria, la Corte Suprema considera que el
tribunal superior debe pronunciarse por los
argumentos formulados por el agraviado. La
pregunta es: ¿también sobre el extremo penal
de la resolución? De lo afirmado por la Sala
Suprema, la respuesta debe ser sí.
IV. Posición de la Corte Suprema cuan-
do se emite sentencia absolutoria
que es impugnada por el actor civil
y el fiscal provincial, caso en el
que el fiscal superior opina que se
debe absolver al condenado
En el Recurso de Nulidad N o 964-
2018-Loreto, tanto el procurador como el fis-
cal superior interpusieron recurso de nulidad
contra la sentencia absolutoria, mientras que la
fiscal suprema en su dictamen opinó no haber
nulidad en la sentencia impugnada, lo que
motivó a la Sala Penal Transitoria a afirmar
que, por el principio de jerarquía, se desau-
toriza la pretensión del órgano persecutor de
menor grado; en consecuencia, por imperio
de la separación de funciones, la sala suprema
afirma que no se puede proseguir con el encau-
samiento de los absueltos, por no existir carga
acusatoria contra ellos4 (considerando 8).
En esta línea, en el Recurso de Nulidad
No 2875-2016-Amazonas, la Primera Sala
Penal Transitoria de la Corte Suprema ha
manifestado que:
[S]i se emite una sentencia absolutoria
que es apelada por el fiscal y el fiscal que
conoce del recurso (superior o supremo,
según sea el caso) opina que se debe con-
firmar, el órgano jurisdiccional no puede
decidir lo contrario. Este principio se
aplica en la fase de impugnación de la
sentencia absolutoria, en cuanto el repre-
sentante del Ministerio Público tiene que
mantener la petición de condena. (consi-
derando 22.3)
Sin embargo, esta Sala Suprema considera
que sí deben realizarse, aunque con límites,

4 Véanse también los recursos de nulidad: N° 610-2018-Lima Sur; N° 2573-2017-Huánuco; N° 31-2018-Pasco;

N° 164-2018-Áncash; N° 82-2018-Lima; N° 2283-2015-Lima; N° 41-2014-Lambayeque; N° 65-2014-Huánuco;
N° 73-2014-Ica; N° 216-2014-Callao; N° 483-2014-Puno; N° 932-2014-Puno; N° 1271-2014-Lima Norte.

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Comentario relevante del autor
La posición que sostengo no tiene
como consecuencia dejar en inde-
fensión al actor civil, pues su recurso
será materia de pronunciamiento
por la sala superior, pero solo sobre
el objeto civil, sin alterar el objeto
penal de la resolución recurrida.
controles en determinados supuestos, en los
que la sala superior puede anular el procedi-
miento, pese a la posición del fiscal superior
(considerando 23). Son los mismos que se
refieren al auto de sobreseimiento y que ya
fueron mencionados en un apartado anterior,
al que nos remitimos.
En este mismo pronunciamiento la Corte
Suprema considera que solo en los supuestos
referidos puede declararse la nulidad de la
sentencia absolutoria; dicho de otro modo, si
ninguno de ellos se presenta, la sala superior
debe confirmar la resolución recurrida y para
ello es suficiente la invocación del principio
acusatorio.
V. Toma de postura
Uno de los efectos que es consustancial a los
recursos –con mayor razón al recurso de ape-
lación– es el efecto devolutivo, por medio
del cual el recurso se elevará y será resuelto
por un órgano superior. Además, por virtud
de este efecto, la competencia para resol-
ver definitivamente la controversia recaerá
5 San Martín Castro (2011) afirma, en cuanto a los alcances del principio dispositivo, que son las partes las que, emi-
tida una resolución, se adueñan del proceso en tanto que a ellos les corresponde delimitar las pautas del juego y su
voluntad es la que condiciona la etapa de impugnación (p. 650).
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en el órgano superior, por lo que, respecto
de lo impugnado, el iudex a quo carece de
competencia.
La competencia del iudex ad quem está esta-
blecida con meridiana claridad en el propio
CPP, que en lo que aquí interesa prescribe
que la impugnación confiere al tribunal
“competencia solamente para resolver la
materia impugnada, así como para declarar
la nulidad en caso de nulidades absolutas
o sustanciales no advertidas por el impug-
nante” (artículo 409, inciso 1); que la ape-
lación atribuye a la sala superior, “dentro de
los límites de la pretensión impugnatoria,
examinar la resolución recurrida tanto en la
declaración de hechos cuanto en la aplica-
ción del derecho” (artículo 419, inciso1); y
dentro de los límites del recurso, confirmar o
revocar la resolución recurrida (artículo 425,
inciso 3, literal b).
Pese a ello, conforme se ha mencionado, la
Corte Suprema ha hecho referencia a varios
supuestos para establecer si se confirma la
resolución –auto o sentencia– recurrida o si,
por el contrario, es anulada; sin embargo,
considero que lo relevante para dilucidar la
facultad del iudex ad quem se centra en esta-
blecer quién impugnó el auto de sobresei-
miento o la sentencia absolutoria, ya que los
medios impugnatorios se rigen, conforme
la propia Corte Suprema lo reconoce, por
el principio dispositivo y, en consecuen-
cia, “la revisión de la sentencia se ejerce de
acuerdo con la voluntad de las partes impug-
nantes que delimitan el marco de la com-
petencia del Tribunal” (Recurso de Nulidad
N° 2875-2016-Amazonas, considerando
11)5. Es decir, para establecer la competencia
del órgano superior –sea una sentencia o un
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auto– es insoslayable que se recurra a los
principios de los medios impugnatorios y a
lo que la propia ley establece.
En los casos planteados y analizados por la
Corte Suprema no está en discusión que el
único recurrente es el agraviado o el actor
civil, la pregunta es entonces ¿qué extremos
del auto de sobreseimiento o la sentencia
absolutoria puede impugnar esta parte pro-
cesal? La respuesta es clara y se halla en el
artículo 407, inciso 2, del CPP, el cual pres-
cribe “que el actor civil solo podrá recurrir
respecto del objeto civil de la resolución”6.
Esto significa que bajo ninguna circunstancia
el actor civil puede impugnar el objeto penal
del auto de sobreseimiento o la sentencia
absolutoria. Lo dicho queda más claro aún si
se recuerda –y esto es fundamental– que en
el proceso penal generalmente se produce la
acumulación de objetos, esto es, que tanto la
acción penal como la acción civil se ejercitan
en el proceso penal, salvo que el agraviado
decida acudir directamente a la vía civil
(artículo 12, inciso 1, del CPP). Ello origina
que haya dos objetos del proceso –uno penal
y otro civil– que se rigen por sus propias
reglas y que cada uno tiene un sujeto legiti-
mado casi siempre distinto –fiscal ejerce la
acción penal y actor civil, la acción civil–,
aunque la acción civil también puede ser ejer-
cida por el fiscal7, en tanto que el agraviado
no se constituya en actor civil, pues cuando
ello ocurre cesa la legitimidad de aquel
(artículo 11, inciso 1, del CPP). Lo anterior
deja en claro que –una vez que el agraviado
se constituya en actor civil– las facultades de
este y del fiscal están circunscritas, no pue-
den confundirse y mucho menos asumir una
facultad que no les corresponde. Es más, por
ello se ha establecido que el sobreseimiento
o la sentencia absolutoria no impedirán que
el tribunal superior se pronuncie sobre la res-
ponsabilidad civil (artículo 12, inciso 3, del
CPP).
Si lo referido se aplica a los medios impug-
natorios, queda claro, conforme ya se ha
manifestado, que la facultad para impugnar
el objeto penal recae exclusiva y excluyen-
temente en el fiscal y que, del mismo modo,
el objeto civil solo puede ser impugnado por
el actor civil. En otros términos, para que
no quede ninguna duda, el fiscal no puede
impugnar el objeto civil del auto de sobre-
seimiento y de la sentencia, así como el actor
civil no puede impugnar el objeto penal de
estas resoluciones.
Así las cosas, en virtud de que el auto de
sobreseimiento y la sentencia absolutoria
han sido recurridos únicamente por el actor
civil, queda claro que solo se impugnó el
extremo civil y, consecuentemente, el ámbito
del objeto penal –al no haber sido impug-
nado– ha sido consentido y tiene la calidad
de firme, de modo que es inmutable. En
efecto, en tanto que el objeto penal de las
mencionadas resoluciones no fue impugnado
por el sujeto legitimado, la sala superior no
puede ingresar a ese ámbito, tan solo tiene
que circunscribirse o limitarse a pronun-
ciarse sobre lo que fue impugnado por el
actor civil. Lo contrario significaría que la

6 Esto es aplicable también para el agraviado, pues quien no es parte procesal –el agraviado no lo es, enfatizo– no
puede tener mayores facultades que quien sí lo es (el actor civil); motivo por el cual, en adelante solo mencionaré
al actor civil.
En el Código de Procedimientos Penales de 1939 se establece que el único que puede impugnar es la parte civil,
mas no el agraviado (artículo 57, inciso 1)
7 La Corte Suprema, en el Acuerdo Plenario N° 04-2019, ha manifestado, en su fundamento jurídico 26, que la
acción civil ex delicto es ejercitada por el perjudicado o, en su defecto, por el Ministerio Público, supuesto en el
cual este actúa “mediante legitimación derivada o por sustitución”.

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sala superior se pronuncie de oficio incluso
sobre un extremo de la resolución que no fue
impugnado, desnaturalizando las reglas de
los medios impugnatorios8. Distinto sería si
el fiscal impugnó solo por unos motivos y la
sala superior advierte que hay otros motivos
de nulidad absoluta, en dicho caso sí está
legitimado para pronunciarse, pues es claro
que el fiscal no consintió la resolución en su
ámbito penal.
La posición del fiscal superior, como ya se
tiene dicho, resulta irrelevante, pues si el fis-
cal provincial no interpuso recurso, aquel no
puede introducir una pretensión impugnato-
ria en la audiencia de apelación –sea verbal
o por escrito–, pues sostener ello sería des-
conocer disposiciones expresas del CPP, las
que establecen que los recursos se interponen
ante el juez que emitió la resolución recu-
rrida (artículo 404, inciso 1) y deben hacerse
por escrito y dentro del plazo de ley (artículo
405, inciso 1, literal b). Es más, ello tendría
como consecuencia la desnaturalización del
sistema recursivo. Tan evidente es esto que,
para no afectar el principio de igualdad, ten-
dría que permitírsele lo mismo –introducir
una pretensión impugnatoria en segunda ins-
tancia– a las otras partes. Y es que una regla
para no ser arbitraria debe ser universalizable
(aplicable para todos los casos). En otros tér-
minos, no se puede hacer distinción entre lo
que se le permite al fiscal superior con lo que
se le debe permitir a las otras partes, pues se
afectaría el principio de igualdad y se desna-
turalizaría el sistema recursivo.
El principio de jerarquía –al que alude en
varias oportunidades la Corte Suprema para
afirmar que la sala superior sí debe entrar
al análisis del objeto penal9– bajo ningún
8 Es del mismo parecer Mendoza Ayma (2017, p. 277).
9 En el supuesto de que el fiscal provincial no haya acusado, pero el fiscal superior considera que no correspondía el
sobreseimiento y que debió impugnarse la resolución
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supuesto puede reemplazar o subsanar la
ausencia de impugnación, mucho menos
puede permitir que un auto firme –en el
extremo del objeto penal– pueda ser anulado.
Considero, por lo demás, que el principio de
jerarquía es aplicable para supuestos distin-
tos y están establecidos en la propia ley. Es
el caso, por ejemplo, del forzamiento de la
acusación. Es claro que en este contexto pre-
valece lo que pueda manifestar el fiscal supe-
rior. Otro supuesto sería el del desistimiento
del recurso por parte del fiscal superior, pues
no tiene el deber de seguir con la impugna-
ción realizada por el fiscal provincial. Con-
trariamente, no existe un marco normativo
que habilite al fiscal superior, en virtud del
principio de jerarquía, a introducir una pre-
tensión en segunda instancia, pero sí existen
disposiciones en las que se prescribe en qué
casos se tiene que elevar al fiscal superior la
decisión del fiscal provincial.
Vinculado a lo anterior, se debe afirmar que la
doble conformidad –a la que también acudió
la Corte Suprema para sustentar su posición–
es aplicable en otro supuesto (forzamiento de
la acusación en fase intermedia o en el retiro
de la acusación en fase de juzgamiento), no
en la segunda instancia, mucho menos con el
objetivo de introducir soterradamente, bajo
este argumento, una pretensión sin que se
haya interpuesto un recurso.
Incluso, siendo estrictos, el fiscal superior
no tendría legitimidad para intervenir en la
audiencia de apelación, pues solo se discutirá
lo que fue materia de impugnación, esto es,
el objeto civil, sobre el cual –al haber actor
civil constituido– carece de legitimidad. En
consecuencia, si ni siquiera tiene legitimidad
para intervenir, mucho menos tendrá para
 DERECHO PROCESAL PENAL | NUEVO PROCESO PENAL
introducir una pretensión impugnatoria que
no fue realizada oportunamente. Una situa-
ción similar se produce con el actor civil, por
ejemplo, en las audiencias de prisión preven-
tiva, en las que –si bien algunas veces se le
permite estar presente– no tiene la facultad
de hacer uso de la palabra y mucho menos de
introducir una pretensión.
La posición que defiendo, es preciso acla-
rarlo, no tiene como consecuencia dejar en
indefensión o afectar la tutela judicial del
actor civil, pues su recurso –interpuesto
cumpliendo con todos los presupuestos– será
materia de pronunciamiento por la sala supe-
rior, pero solo –porque es el único extremo
que puede impugnar– sobre el objeto civil.
La sala, por tanto, emitirá la decisión que
corresponde con relación al recurso de ape-
lación interpuesto por el actor civil, pero
no podrá, como ya se tiene dicho, alterar el
objeto penal de la resolución recurrida.
Por todo lo expuesto, debe quedar claro que
la sala superior, ante la impugnación del auto
de sobreseimiento o la sentencia absoluto-
ria solo por el actor civil, tiene competencia
para resolver única y exclusivamente res-
pecto de lo que fue materia de impugnación
(el objeto civil de la resolución), pues así
lo exige el principio de congruencia recur-
sal (tantum devolutum quantum apellatum)
(Maier, 2004, p. 592); la sala superior no
puede arrogarse competencia para resolver
no solo respecto de lo que no fue impugnado
(el ámbito penal de la resolución), sino lo
que ya fue consentido y, por tanto, al tener
la calidad de firme, es inmutable, con inde-
pendencia de cuál es la posición que asume
el fiscal superior.
De otro lado, un supuesto distinto es cuando
la sentencia absolutoria, además del actor
civil, fue impugnada por el fiscal provincial
(CPP)– o superior (CdPP), y el fiscal superior
o supremo, respectivamente, consideran que
no debió impugnarse; en ese supuesto lo que
GACETA PENAL & PROCESAL PENAL | Nº 130 • ABRIL 2020 • ISSN: 2075-6305 • pp. 195-206
debería hacer el fiscal superior o supremo es
desistirse del recurso interpuesto (artículo
406 CPP) y la sala superior o suprema, en
virtud a ello, tendrá que dar por consentida
la resolución. Y es que, si solo se trata de
una opinión fiscal, la sala superior podría
sostener válidamente que se encuentra habi-
litada para pronunciarse sobre la resolución
impugnada, ya que en la segunda instancia
no se evalúa la opinión del fiscal, sino la
resolución recurrida. Ello no ocurriría si el
fiscal superior se desiste del recurso, pues el
medio que habilitaba la revisión al tribunal
superior desparece, de manera que este no
tiene otra alternativa que dar por consentida
la resolución en su extremo penal (Valen-
zuela Ylizarbe, 2015, pp. 269-270).
Finalmente, porque podría darse que el juez
emita una sentencia absolutoria o un auto
de sobreseimiento arbitrario y el fiscal pro-
vincial fue negligente al no impugnar, se
podrían plantear alternativas. Una puede ser
que el fiscal superior se adhiera al recurso del
actor civil; sin embargo, esto no es posible
no solo porque la oportunidad legalmente
establecida para adherirse es antes de que
se eleve el expediente ante el juez superior
–después de que esto ocurra recién el fiscal
superior toma conocimiento del caso–, sino
también porque mediante la adherencia a un
recurso no se puede crear una pretensión dis-
tinta al del recurrente –en este caso la apela-
ción del actor civil está circunscrita al objeto
civil–. Otra alternativa que debería evaluarse
es que en casos de autos de sobreseimiento y
sentencias absolutorias –por la trascendencia
que tienen: clausuran la persecución penal–
el que debe decidir si se recurre o no debe ser
el fiscal superior, pero esta alternativa exigi-
ría que el Ministerio Público así lo decida,
pues el CPP no exige que el recurso sea inter-
puesto por el fiscal provincial, tanto más si
en este órgano autónomo rige el principio
de unidad. Esta alternativa, conviene aclarar,
solo sería aplicable en los casos de autos de
205
sobreseimiento cuando el fiscal provincial
haya acusado, pues si su requerimiento fue
de sobreseimiento, carecería de un presu-
puesto para impugnar: el perjuicio o agravio
(artículo 405, inciso 1, literal a) del CPP).
VI. Conclusiones
n Como una primera conclusión podemos
mencionar que la Corte Suprema tiene
pronunciamientos contradictorios sobre
el tema de la competencia del iudex ad
quem cuando el auto de sobreseimiento o
la sentencia absolutoria solo fue impug-
nado por el agraviado o el actor civil, lo
que debe ser resuelto –para efectos de no
generar inseguridad jurídica y cumplir
con la función uniformadora de la casa-
ción– a través de un pleno casatorio.
n Segunda conclusión, lo determinante para
fijar la competencia del tribunal superior
es determinar qué parte procesal inter-
puso el recurso de apelación en contra del
auto de sobreseimiento de la sentencia
absolutoria. No resulta relevante, en con-
secuencia, si el auto de sobreseimiento
fue producto de un pedido del fiscal o de
la defensa, tampoco lo es la posición que
asume el fiscal superior en la segunda
instancia.
n Tercera conclusión, si el agraviado o el
actor civil es el único recurrente bajo nin-
gún supuesto el tribunal superior puede
pronunciarse sobre el objeto penal, pues
ello significaría la clara vulneración del
principio dispositivo y de congruencia
recursal. El tribunal superior sí tendrá
que pronunciarse sobre el objeto civil de
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la resolución, a efectos de no vulnerar la
tutela judicial efectiva que resguarda al
agraviado.
n Cuarta y última conclusión, debería eva-
luarse como alternativa para evitar estas
situaciones –juez que no justifica sufi-
cientemente su resolución y fiscal provin-
cial que no impugna– que solo en casos
de autos de sobreseimiento y sentencias
absolutorias –por las implicancias que
tienen estos pronunciamientos, clausu-
ran la persecución penal– la facultad
para impugnar se le otorgue directamente
al fiscal superior, lo que dependería en
buena cuenta de una posición institucio-
nal del Ministerio Público.
ŠŠReferencias
San Martín Castro, C. (2011). Derecho Pro-
cesal Penal. Lecciones. Lima: Inpeccp
- Cenales.
Mendoza Ayma, C. (2017). La legalidad del
proceso impugnatorio, Casación N° 413-
2014-Lambayeque. En: Análisis y comen-
tarios de las principales sentencias casa-
torias en materia penal y procesal penal.
Lima: Ministerio de Justicia y Derechos
Humanos, pp. 255-269.
Maier, J. (2004). Derecho Procesal Penal.
(2ª ed.). (T. I). Buenos Aires: Editores del
Puerto.
Valenzuela Ylizarbe, F. (2015). El desistimiento
del recurso de apelación, a propósito de una
reciente resolución emitida por el Tribu-
nal Constitucional. Actualidad Penal, (7),
pp. 262-270.