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A lo largo de la historia son muchos los autores que han hecho una definición de
planificación:
Definición de Stoner, 1996: “Es el proceso de establecer metas y elegir medios para
alcanzar dichas metas”
Definición Ortiz: “Es el proceso que se sigue para determinar en forma exacta lo que la
organización hará para alcanzar sus objetivos”
Definición Sisk: “Es el proceso de evaluar toda la información relevante y los desarrollos
futuros probables, da como resultado un curso de acción recomendado: un plan”
Definición de Goodstein, 1998: “Es el proceso de establecer objetivos y escoger el
medio más apropiado para el logro de los mismos antes de emprender la acción”
Definición Ackoff, 1981: “La planificación… se anticipa a la toma de decisiones. Es un
proceso de decidir… antes de que se requiera la acción”
Definición de Murdick, 1994: “Consiste en decidir con anticipación lo que hay que
hacer, quién tiene que hacerlo, y cómo deberá hacerse”
Definición Cortés, 1998: “Es el proceso de definir el curso de acción y los
procedimientos requeridos para alcanzar los objetivos y metas. El plan establece lo que hay que
hacer para llegar al estado final deseado” (Cortés, 1998).
Definición Jiménez, 1982: “Es el proceso consciente de selección y desarrollo del mejor
curso de acción para lograr el objetivo.”
Definición Jiménez, 1982: “La planificación es un proceso de toma de decisiones para
alcanzar un futuro deseado, teniendo en cuenta la situación actual y los factores internos y
externos que pueden influir en el logro de los objetivos”
Definición Terry, 1987: “Es el proceso de seleccionar información y hacer suposiciones
respecto al futuro para formular las actividades necesarias para realizar los objetivos
organizacionales”
La objetividad: Este principio plantea la necesidad de estudiar los hechos sin aferrarse a
juicios u opiniones preconcebidos. La planificación debe basarse en datos reales,
razonamientos precisos y exactos, nunca en opiniones subjetivas o especulaciones.
La coherencia: Este principio advierte que los diferentes planes programas o proyectos
deben formara una unidad coherente y orientar sus esfuerzos en un mismo sentido.
La sencillez: Este principio dice que los planes deben ser sencillos para que sean abordados
con mayor facilidad en el plano operativo, la claridad y sencillez de los planes impulsa al
trabajo. Los planes demasiados complejos son incomprensibles y dificultan su ejecución por
que se topan con la resistencia de los miembros de la organización.
En la planificación administrativa se incluyen tanto las misiones globales como los objetivos
específicos y los resultados esperables a corto plazo.
Características de la planeación administrativa
Continua: La planeación administrativa es un proceso continuo y unitario. No finaliza al
alcanzar un objetivo determinado, sino que se renueva, buscando nuevas metas. A medida
que se renueva cambian no sólo los fines sino también los medios y las actividades que se
utilizan para alcanzarlos.
Planificación estratégica:
Planificación táctica:
La planeación táctica establece los pasos específicos necesarios para implementar el plan
estratégico de una empresa. Es una extensión de la planeación estratégica, y se crean planes
tácticos para todos los niveles de una compañía. Las tácticas son las acciones específicas, pero
no muy detalladas, que se llevan a cabo para implementar la estrategia.
Estas acciones describen lo que una empresa necesita realizar, la prioridad de los pasos que
se necesitan para llevar a cabo esas tareas y las herramientas y personal necesarios para cumplir
los objetivos estratégicos de la compañía. Los planes tácticos suelen ser de corto plazo.
La extensión de los planes tácticos es más corta que el horizonte del plan estratégico. Por
ejemplo, si el plan estratégico se realiza por cinco años, podrían hacerse los planes tácticos por
lapsos de uno a tres años, supeditados a la regularidad del cambio y al tipo de mercado que la
empresa atienda.
Los planes tácticos deben enfocarse en los objetivos centrales de la empresa; de lo contrario,
las actividades de los empleados se fragmentan demasiado y será difícil para ellos comprender
cómo sus actividades se relacionan finalmente con los objetivos.
Se relaciona con las acciones tomadas día a día, y cuyos resultados harán avanzar a la
empresa para alcanzar los objetivos delineados en el plan estratégico. La estrategia es el qué y
por qué; la táctica es el cómo.
Los planes tácticos a veces se denominan planes de acción a corto plazo porque desglosan los
objetivos y estrategias de mayor tamaño en tareas más hacia acciones.
Lo esencial para obtener un plan táctico bien realizado es que tenga acciones determinadas en
concreto, designadas a empleados específicos con fechas límite bien definidas.
Flexibilidad: El objetivo de la planeación táctica es alcanzar las metas y los objetivos del
plan estratégico, pero el entorno empresarial y los mercados pueden cambiar con rapidez.
Cuando esto pasa, es el momento de evaluar de nuevo cómo las tácticas se están
desempeñando con respecto a los objetivos establecidos y si es necesario cambiar las tácticas.
Unidad IV – Objeto
Como objetivo se denomina el fin al que se desea llegar o la meta que se pretende lograr.
Es lo que impulsa al individuo a tomar decisiones o a perseguir sus aspiraciones. Es sinónimo de
destino, fin, meta.
Objetivo es también alguien que se expresa sin que su manera de pensar o sentir influyan
en sus ideas u opiniones. Es una persona imparcial o desapasionada. Por ejemplo: “Jorge trató de
ser objetivo en sus comentarios”.
Para la filosofía, objetivo es todo aquello que existe fuera del individuo, que tiene
existencia real y concreta.
Por otro lado, objetivo es también como se denomina el punto de mira de un arma o el
blanco al que se apunta.
Importancia de la fijación de objetivos
La fijación de objetivos es fundamental para el éxito de las empresas: éstas definen los objetivos
y encaminan todas las medidas hacia su obtención pronta y segura, con esfuerzos razonables.
Aunque la importancia de los objetivos está ampliamente aceptada y todos estamos de acuerdo
en que son vitales, resulta difícil lograr que todas las personas de la empresa, especialmente los
administradores de todos los niveles, conozcan e identifiquen cuáles son sus objetivos y los
empleen con eficacia en el trabajo administrativo. Con demasiada frecuencia no se enuncian los
objetivos, se descuidan, se olvidan o ignoran.
En la mayoría de las empresas, resulta primordial la fijación de uno o varios objetivos básicos,
hacia los cuales todos los miembros, principalmente los directivos, estén impulsados y
motivados.
Los objetivos poseen facultades inherentes en sí mismos para estimular la acción. Cuando son
conocidos o están definidos claramente, ayudan a identificar lo que debe hacerse y reducen al
mínimo las falsas interpretaciones.
De mediano plazo: Conocidos como objetivos tácticos, son una instancia intermedia entre los de
largo y corto plazo, sirviendo como una adaptación por áreas de la empresa de los planes
necesarios para cumplir con el objetivo general.
De corto plazo: Estos objetivos de cumplimiento inmediato (en un rango menor a un año) se
diseñan para atender a situaciones puntuales cercanas en el tiempo, y suelen desglosarse por
unidad productiva o incluso empleado. Del cumplimiento diario de estos objetivos dependen los
de mediano y corto plazo, en el marco de los cuales deben éstos enfocarse.
1. CLAROS
Definidos: Qué es lo que exactamente queremos lograr a través de las acciones. Qué voy
a obtener cuando logre esto
Concretos: Que todos puedan entender. El objetivo debe ser aquello que necesitamos,
qué deseamos: ¿PARA QUÉ?
2. FLEXIBLES
Los objetivos deben ser suficientemente flexibles para ser modificados cuando las
circunstancias lo requieran, deben dejar un margen para ser adaptados de acuerdo a las
circunstancias y así aprovechar las condiciones del entorno.
4. REALES
Ser factibles de lograrse dentro de las condiciones y plazos establecidos.
5. COHERENCIA
Debe definirse teniendo en cuenta su utilidad para la empresa.
6. MOTIVACIÓN
La motivación es el conjunto de fuerzas o impulsos que incitan a las personas responsables, a
alcanzar los retos definidos.
Ningún proyecto nace porque sí. Todos tienen una justificación, un motivo, una razón de
tipo transversal que les da identidad. Unos nacen por necesidad; otros, por visión, proyección o
expansión de una idea específica. En cualquier caso, el asunto consiste en saber cuál es el origen
de cada uno de ellos. Por lo general, los proyectos no persiguen un solo objetivo; están
elaborados con base a unos de carácter inmediato y a otros planteados a mediano o largo plazo.
De la mixtura de estas dos categorías están hechos la mayoría de ellos. Otra clasificación que
puede ser de gran ayuda a la hora de establecer los objetivos de un proyecto es la que sugiere la
teoría corporativa tradicional, que los clasifica en tres categorías básicas. Veamos en qué
consisten:
1. Generales:
Se refiere a las finalidades genéricas de un proyecto. Por lo general, se trazan a mediano o largo
plazo y no pueden ser medidos con indicadores cuantificables. Son, digamos, la idea estructural
de los proyectos y expresan la misión de las empresas.
2. Específicos:
Son derivados de los objetivos generales: los concretan e indican la ruta para hacerlos efectivos.
Su carácter es inmediato en el tiempo, aunque tampoco pueden evaluarse a través de indicadores
tradicionales.
3. Operativos:
Concretan, a su vez, los objetivos específicos. Éstos, a diferencia de los otros grupos, sí pueden
medirse a través de indicadores y son, de hecho, directamente verificables en el campo de
acción: datos, número de tareas, niveles de rendimiento, entre otros. Son, además, los que
permiten hacer seguimiento y evaluación a los proyectos.
Bachiller: Alvarado Rivero Francisco Javier
Cedula de identidad: V-20408612