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Trabajo practico N°3: Análisis de los perfiles de Facebook de los

candidatos Fabricio y Carlos Alvarado en las elecciones presidenciales de


Costa Rica 2018.

Alumnos: Santiago Altamirano, Juan Ibarra y Pablo Delgado.

Contexto electoral y político de Costa Rica:


El domingo 4 de febrero del año 2018 se realizaron las decimoséptimas elecciones presidenciales
de Costa Rica para elegir al presidente de la República, lxs vicepresidentes (dos por elección
popular) y lxs diputadxs del Congreso. Los dos candidatos más votados fueron: el diputado,
periodista y cantante cristiano Fabricio Alvarado Muñoz del partido conservador y evangélico
Restauración Nacional; y el escritor, politólogo, periodista y ex ministro Carlos Alvarado Quesada
del socialdemócrata Partido Acción Ciudadana con 24,91 % y 21,66 % respectivamente. Sin
embargo, debido a que ningún candidatx logró superar el mínimo constitucional del 40 % de los
votos necesarios para ganar los comicios, se debió realizar un balotaje el 1 de abril entre estos dos.
Uno de los datos más interesantes es que los comicios representaron un nuevo golpe a los partidos
clásicos, en el marco de un bipartidismo ya fracturado en las elecciones anteriores de 2014. En esta
ocasión, por primera vez desde que está vigente la Segunda República, ninguno de los dos partidos
tradicionales, Partido Liberación Nacional (PLN) y Partido Unidad Social Cristiana (PUSC),
pasaron a la segunda ronda. El PLN sufrió esta vez la mayor derrota electoral de su historia.
Ya en la segunda vuelta, el ganador fue Carlos Alvarado, quien logró el 60% de los votos por
sobre su rival Fabricio Alvarado que obtuvo 39%. Dicho esto, la contienda fue resonante por
algunos motivos más:por primera vez en la historia de Costa Rica el candidato que quedó segundo
en la primera ronda ganó el balotaje; fue la primera vez que el abstencionismo se reduce con
respecto a los resultados de la primera ronda; y la diputada Epsy Campbell Barr se convirtió en la
primera mujer afrodescendiente en ocupar la vicepresidencia de Costa Rica y de una nación
latinoamericana.
Según el New York Times en español, las elecciones se dan en un contexto en el que las
condiciones de bienestar social están amenazadas “por la situación fiscal y la dificultad para cubrir
las demandas de una población preocupada por el empleo, el costo de la vida y el deterioro de la
seguridad”, aun así, según el Programa de las Naciones Unidas para el desarrollo, Costa Rica ocupa
el puesto 9 en desarrollo humano en América Latina y el Caribe (a nivel mundial Costa Rica ocupa
la posición 66 de 188 países incluidos en el IDH) 1. Es decir, se trata de una economía estable 2 pero
frágil frente a ciertos embates. En este marco, lógicamente, el comienzo de la campaña estuvo
signado por temas como el desempleo, la inseguridad y la corrupción, pero en un giro violento la
centralidad de la agenda electoral la empezó a ocupar la religión y la “defensa de los valores”,

1
“Costa Rica ocupa puesto 9 en desarrollo humano en América Latina y el Caribe”
http://www.cr.undp.org/content/costarica/es/home/presscenter/pressreleases/2017/03/21/costa-rica-
ocupa-puesto-9-en-desarrollo-humano-en-am-rica-latina-y-el-caribe/
2
“Economía estable caracterizó a Costa Rica el primer semestre del 2017” http://gobierno.cr/economia-
estable-caracterizo-a-costa-rica-el-primer-semestre-del-2017/
debido al ascenso en el espacio público de la movilización de las fuerzas religiosas cristianas, sobre
todo evangélicas, que se encolumnaron en la candidatura de Fabricio Alvarado.
La efervescencia religiosa pisa sobre suelo fértil: Costa Rica es un país sumamente creyente (en su
mayoría se declaran cristianxs catolicxs) y no es ajeno al fuerte crecimiento de la iglesia evangélica,
no solo en seguidores, sino también como grupo de poder. Además, no se trata de un fenómeno
estricto del país caribeño, dado que tiene un atractivo creciente para considerables porcentajes de la
población latinoamericana y caribeña, y tampoco se reduce a un solo terreno, como bien expone
Javier Calderón Castillo para Celag:
“La participación pública de pastores y seguidores de iglesias evangélicas o neopentecostales en los procesos
electorales viene creciendo y haciendo sinergia en la ofensiva conservadora vivida en la región. Se han vuelto
una parte activa, con diversos niveles de protagonismo, de las facciones de derechas en sus respectivos países.
Participan en elecciones –con candidaturas propias o pautadas– utilizando su poder simbólico y retórico para
vincular las creencias de la fe a la elección de ofertas políticas, canalizando la desesperanza social de la
población/feligreses (en su mayoría pobre) y su enojo con los partidos políticos (que no les articulan, ni les dan
respuestas) de tal manera que combinan el poder de convicción de la predestinación religiosa de la salvación
pos-existencial al discurso político de un porvenir moralizador y bíblico como redención terrenal.”

Los datos son contundentes: según informes periodísticos, existen más de 19 mil iglesias
neopentecostales en el continente, que organizan a más de cien millones de creyentes 3. Esto, a
priori, implica una puesta en discusión de la centralidad en el tablero de la Iglesia Católica. En el
caso que nos convoca, las iglesias neopentecostales llegaron a Costa Rica hace más de cuarenta
años: mientras Centroamérica hervía en medio de guerras de insurrección popular en las que lxs
cristianxs, respaldados por la Teología de la Liberación, ponían en jaque el sistema de dominación
apoyado económica y militarmente por los Estados Unidos, el universo pentecostal se estructuraba
sigilosamente. Producto de la instalación de un sentido común neoliberal, en donde apareció el
imaginario del “emprendedurismo”, del self made man, a muchas personas el neopentecostalismo
les tenía preparada su receta: el de la Teología de la Prosperidad 4. Así, frente a crecientes
sentimientos de desamparo, frustración y disgusto, importantes sectores sociales se acercaron a
quienes les ofrecían refugio “a la vuelta de la esquina, en cada cuadra o caserío del país: las iglesias
pentecostales”. Allí, el evangelismo conecta con el ideario neoliberal pero le suman la ayuda social
y espiritual que brindan no solo en sus templos sino también en sectores subalternizados donde el
Estado no llega, todo lo cual hace a una importante capacidad de penetración ideológica. Ahora
bien, el rápido y nunca imaginado ascenso de una expresión electoral de este sector, con el mismo
perfil que otras fuerzas similares en el resto del centro y sur de América, hunde sus raíces en
tendencias de larga duración que ahora encuentran (y también generan) canales para expresarse
pública y masivamente, sobre todo, canalizando formas de descontento amplios, difusos y
generalizados.
Siguiendo a Rafael Cuevas Molina: “En el caso costarricense, este catalizador fue la resolución de
la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) que resolvió a favor de los grupos LGTBI
su derecho al casamiento. Inmediatamente después de la resolución la sociedad se dividió en
dos…”. Así, el contexto se fue perfilando cada vez más hacia un malestar social creciente traducido
en el resentimiento y descreimiento de grandes franjas de la sociedad. Una clara expresión, y

3
“Los evangélicos se lanzan a la conquista del poder en Brasil”
https://www.elconfidencial.com/mundo/2016-11-10/brasil-evangelicos-america-latina-religion-rio-de-
janeiro-alcalde_1287360/
4
“Costa Rica: guerra cultural – Por Rafael Cuevas Molina” https://www.nodal.am/2018/03/costa-rica-
guerra-cultural-rafael-cuevas-molina/
determinante en el proceso electoral, fue en la cultura, experimentada como una crisis de valores
que pone en cuestión a la sociedad “tradicional” por el crecimiento de la corrupción, visualizado en
el irrespeto cotidiano entre las personas; la irrupción de formas “corruptas” de vida como la
homosexualidad y la violencia. Esto tiene consecuencias concretas en la política: un amplio sector
de la ciudadanía está buscando alternativas políticas y a lxs politicxs tradicionales.
A su vez, en el arranque de la campaña electoral, la misma se vio empañada por el caso de
corrupción llamado “El Cementazo”. Allí se vieron involucradxs actores de los tres poderes de la
República y ha derivado en procesos de investigación judicial y legislativa en varios niveles. Como
destaca Gina Sibaja: “esto ha reforzado la idea popular que todo lo que tiene que ver con política y
políticos es “corrupto”, lo que definitivamente produce temor, paraliza y exige cautela ante un
nuevo proceso electoral”5.
En este cuadro se desarrollaron las elecciones del corriente año, las cuales también tuvieron su
cuota de incertidumbre y vertiginosidad: 10 días antes de los comicios había un alto porcentaje de
indecisxs y quien finalmente gano en segunda vuelta, promediaba en aquel momento solo un 6% de
la intención de votos. A continuación nos centraremos en un análisis de la comunicación política de
los perfiles de Facebook de los dos candidatos que pasaron a la segunda vuelta.

Carlos Alvarado y Fabricio Alvarado, del fondo a la segunda vuelta. Una


aproximación desde el análisis de sus perfiles de Facebook en campaña
El modo de hacer campaña ha mutado notablemente a partir de la llegada y masificación de las
redes sociales en casi todo el mundo. Y Costa Rica no ha sido la excepción. En el camino de ambos
candidatos al poder, un análisis en torno a la ciberpolitica en sus campañas puede producir valiosos
aportes para comprender la dinámica general de las mismas. En este marco, centrándonos en
Facebook y en sus perfiles, una primera aproximación es comenzar por el peso político del like: la
actividad en esta red social fue muy importante en la primera ronda, en enero de 2018 casi
cuatrocientas mil personas interactuaron con los perfiles de lxs ocho candidatxs que figuraban en
los principales lugares de las encuestas. Para ese mismo mes, los dos candidatos que más generaron
interacciones con likes fueron en orden Fabricio Alvarado y Carlos Alvarado. Por otro lado, la
cuota de lectura en la ciudadanía en Facebook sobre política no aumentó, sino que se saturó de
noticias sobre el Cementazo. Importante fue también la cuota de controversia que se generó desde la
comunicación informal entre usuarios con la viralizacion de memes en la primera ronda, generando
amplias redes de interacción. Temas como el ya mencionado caso de corrupción y el fallo de la
Corte Interamericana de Derechos Humanos funcionaron como desencadenantes de interacción en
redes sociales cobrando vida propia y relacionándose con diferentes agendas 6.
Como en cualquier campaña, sobre todo electoral, es necesario hacer un balance de las respectivas
inversiones en ella y sus resultados. Lo que se llama el retorno de inversión o ROI. Para el caso del
país caribeño, el “estratega de comunicación digital”, Cristian Cambronero, sostiene que “Los dos
partidos que pasaron a segunda vuelta, el PRN de Fabricio Alvarado y el PAC de Carlos Alvarado,
fueron los dos partidos que menos dinero invirtieron en publicidad durante las elecciones de inicios

5
Sibaja, G. (2018). “incertidumbre en presidenciales de Costa Rica: protagonizan los indecisos y el miedo”.
Más Poder Local. Número 34. pp 20-22.
6
“El papel de las redes sociales en la contienda electoral”
https://www.tec.ac.cr/hoyeneltec/2018/03/23/papel-redes-sociales-contienda-electoral
de 2018.”7. Pero para el candidato de la reacción evangélica hubo un hecho trascendental que lo
catapultó. El 9 de enero se da el ya mencionado fallo de la CIDH, cuya respuesta fue contundente:
todos los países miembros deben asegurar a todxs sus ciudadanxs el matrimonio entre personas del
mismo sexo y otros derechos para la comunidad LGBTTTIQ. Ese mismo día, Fabricio Alvarado,
publica unos videos8 en Facebook donde se opone férreamente a la presión de la CIDH. El resultado
es la viralizacion de esta publicación y las búsquedas en Google sobre él empiezan a subir
vertiginosamente. Los medios tradicionales, pero también los nuevos ligados a internet, empiezan a
poner la mirada en él, y la sociedad se empieza a polarizar sobre un tema, dejando en segundo plano
otros como las políticas económicas que cada candidato proponía. Según la encuesta realizada por
la Escuela de Ciencia Política y el Centro de Investigación y Estudios Políticos (ECP-CIEP), la
desaprobación del fallo es del 67% de lxs encuestadxs frente a un 33% que lo aprueba 9, lo cual
significa nada más ni nada menos que una reacción conservadora, que ya se venía manifestando en
otros temas y a través de otros índices. El mismo estudio rescata una encuesta realizada en
noviembre 2016 en la cual se sostiene que:
“…el 60% de las personas dice estar a favor de mantener la confesionalidad del Estado y un 59% indicó estar en
desacuerdo con las uniones entre personas del mismo sexo. Aproximadamente un 60% de las personas
entrevistadas desaprueba el aborto en casos de violencia sexual y cerca de un 80% está en desacuerdo con la
legalización de la marihuana con fines recreativos…” 10.

Como sostiene el CIEP, se trata de un “shock religioso” que modificó notablemente el curso de la
campaña y favoreció a Fabricio Alvarado. Según Cambronero “bastó con asumir una posición
radical y dejar que la cobertura periodística hiciera lo suyo”. Esta vorágine, a su vez, ayudó al
candidato a marcar el tono y los marcos para la discusión, capitalizando el descontento en una etapa
fundamental del desarrollo de la campaña y perfilando su imagen en base a una dialéctica de
renovación política y continuidad cultural o societal. Tal es así que pasa de estar al fondo de la
intención de voto a estar casi en el 20%. Como si fuera poco, pasó a ser el candidato más buscado
en Google hasta el 3 de febrero, seguido muy de cerca por Carlos Alvarado.
Este último, recordemos, había comenzado su campaña con tan solo un 6% de la intención de
votos, y como si fuera poco, en el transcurso del proceso, “6 de cada 10 personas cambiaron a su
candidato preferido y al menos un millón de personas entró en los llamados indecisos, casi un 40
por ciento del padrón electoral”11. Pero ya en enero había alcanzado una tendencia creciente para
nada despreciable. Si bien sus seguidores, en su momento, eran menos en cantidad, son los que
registran una mayor tasa de interacción (actividad de los seguidores en relación con el total
registrado). Por otro lado, si bien Carlos Alvarado, oficialista y portador de aires de continuidad,
intentó introducir otros temas en la agenda, en general la oferta de contenido político no se
fortaleció durante campaña electoral. Por ejemplo, debido a la enorme polarización, en los discursos
7
“Medios tradicionales y medios digitales en las elecciones de Costa Rica 2018”
https://ilifebelt.com/medios-digitales-en-las-elecciones-costa-rica-2018/2018/02/
8
Parte I https://www.facebook.com/FabricioAlvaradoCostaRica/videos/847075752162746/, Parte II
https://www.facebook.com/FabricioAlvaradoCostaRica/videos/847087355494919/ y “sepamos ser libres, no
siervos menguados” https://www.facebook.com/FabricioAlvaradoCostaRica/videos/847199302150391/
9
“Informe de resultados de encuesta de opinión sociopolítica realizada en enero de 2018”
https://ciep.ucr.ac.cr/images/INFORMESUOP/EncuestaEnero/Informe-encuesta-ENERO-2018.pdf
10
“El CIEP, la Escuela de Ciencias Políticas y el Semanario Universidad presentan
resultados de la “Encuesta de opinión: noviembre 2016” https://www.ciep.ucr.ac.cr/index.php/noticias/20-
encuestadeopinionnoviembre2016
11
“Ganó Carlos Alvarado, ¿qué sigue ahora en Costa Rica?” https://www.telesurtv.net/news/gano-carlos-
alvarado-sigue-ahora-costa-rica-20180401-0041.html
e intervenciones de ambos referentes hubo dos grandes temas ausentes: infraestructura y economía.
Ahora bien, como sostiene la politóloga Argentina Artavia Medrano:
"Los temas que marcaron mucho la primera ronda, como el matrimonio igualitario, ya no fueron tan destacados
en la segunda; ahora fue más la religión como un todo, la defensa de los valores cristianos, particularmente los
católicos, que abrió una nueva fisura y ha marcado los debates y entrevistas en medios de comunicación" 12.

En este sentido, mientras Fabricio Alvarado se pronunció en contra del matrimonio igualitario, la
implementación de guías sexuales en colegios, la llamada “ideología de género”, el aborto o la
igualdad de derechos para las comunidades LGBTTTIQ, Carlos Alvarado hizo todo lo contrario y
apoyó cada uno de estos derechos. A su vez, el referente del PAC, fue el principal captador de
votantes de otros partidos políticos, e incluso atrajo un porcentaje importante (60%) de las personas
que no votaron en la primera ronda electoral (CIEP, 2018). En esa misma línea, el perfil de la
persona votante del PAC se caracteriza por ser joven, de clase media, con un alto grado académico
y que vive en el centro del país, lo cual evidencia las dificultades del partido para atraer
simpatizantes de las poblaciones de las regiones periféricas y empobrecidas del país, las cuales
continuaron apoyando al fundamentalismo religioso en medio de un contexto que brinda escasas
oportunidades y en el que las iglesias neopentecostales constituyen un refugio.

Alvarado vs Alvarado:
Si bien la televisión sigue ocupando un lugar clave para informarse sobre lxs candidatxs, las redes
sociales han crecido en importancia y ya ocupan el segundo puesto en preferencia a la hora de
consumir información sobre las fuerzas políticas. Es decir, han cambiado los hábitos de consumo de
información debido a internet y la conectividad móvil, por ello, la ciberpolítica ha sido un aspecto
esencial de la campaña. En este sentido, presentaremos a continuación una serie de datos sobre el
desempeño de los perfiles de Facebook de cada candidato.

Primera ronda (tomando como lapso de tiempo desde el 1 de noviembre de 2017 hasta el 31 de
enero de 2018):
 En enero Carlos Alvarado publicó tres veces más de posts (363) que Fabricio Alvarado
(87).
 Ambos candidatos tenían aproximadamente 40 mil seguidores en Facebook en noviembre y
diciembre y los dos logran más que duplicar esa cantidad en enero. Fabricio Alvarado casi
la triplica con 117 mil, el candidato del PAC en ese momento tenía 94 mil.
 En enero, 110 mil seguidores interactuaron con Fabricio Alvarado en su perfil de Facebook
y 71 mil lo hicieron con Carlos Alvarado.
 En el mismo mes, Carlos Alvarado obtiene más likes (372 mil) que el candidato del PRN
(300 mil), pero mucho menos “share” (65 mil) que Fabricio Alvarado (161 mil), llegando a
ser superado en 2,5 veces más. Esto puede deberse a que el 15% de las publicaciones del
pastor evangélico incluyen pedidos como “ayúdame a compartir” o “te invito a compartir”.
Además, en un post del 27 de enero, el candidato pide a sus seguidores que cada unx lo
incluya en su grupo más grande de Whatsapp “para hacer más grande este movimiento”.
 Ambos candidatos publicaron un 12% de posts relacionados con los debates del mes de
enero.

12
“La religión: el tema central de la segunda vuelta electoral en Costa Rica”
https://mundo.sputniknews.com/americalatina/201803301077487571-america-latina-evangelismo-
elecciones/
 Casi una cuarta parte de los posts de Fabricio Alvarado (24%) son llamados a la ciudadanía
“a unirse al movimiento”, a “votar”. Mientras que Carlos Alvarado solo utiliza un 6% de
sus posts.
 En enero Fabricio evolucionó a mensajes en videos, con mejor producción y ya con su
lema: #ConLasManosLimpias #HagámosloJuntos. Carlos comienza a utilizar un mensaje
más directo a partir del 19 de enero y utiliza el hashtag #ConvencéAUno (en 15% de sus
posts).
 Con respecto al fallo de la CIDH, si bien los dos candidatos se encuentran en los extremos
del clivaje ideológico, los posts con respecto al tema no fueron muchos: Fabricio Alvarado
solo realizó 4 (en donde el primer video está separado, a su vez, en dos partes debido a
dificultades técnicas y de calidad de imagen) con poco más de 300 mil reproducciones. En
cambio, los videos de Carlos Alvarado con más reproducciones no tienen que ver con el
tema sino que son más emocionales para motivar al voto y no llegan a la mitad de las
reproducciones que el otro candidato. Aun así, un solo video de Carlos, donde responde a
una pregunta en francés y luego en inglés (marcando esa diferencia con su adversario) llego
a 730 mil reproducciones.
 En enero, los datos de “engagement” de los 3 posts con más participación de Fabricio
Alvarado (107 mil para ser exactos) triplican los de Carlos Alvarado que logra en total 38
mil.

Segunda ronda (con datos tomados hasta el 28 de febrero):


 Seguidores: entre finales de enero y finales de febrero, la cantidad de seguidores de Carlos
Alvarado creció en un 71% (de 94.164 a 161.216) mientras que los de Fabricio Alvarado lo
hicieron en un 42% (de 117.454 a 167.565).
 Cantidad de posts: en febrero de 2018, el candidato del PAC hizo 306 posts mientras que el
del PRN hizo 112.
 Likes: Carlos 417.880 / Fabricio 464.856
 Shares: Carlos 80.707 / Fabricio 142.548
 Comentarios: Carlos 55.243 / Fabricio 108.333
 Engagement: Fabricio logra un 22% más que Carlos. 846.902 vs 694.218).
 En el día de las elecciones: Carlos realizó 74 posts que alcanzaron un engagement de
94.060 / Fabricio solo publicó 11 posts y logró un engagement superior de 119.282.
 Hashtag: mientras que Carlos lo modifico y empezó a utilizar #EsPorCostaRica en el 64%
de sus posts en febrero, Fabricio siguió con “ConLasManosLimpias pero aumento un 10%
su utilización en posts llegando al 65% en febrero.
 Tono: el 72% de los posts de Carlos tienen un tono “informativo”, el 36% de los posts de
Fabricio tiene un tono “militante”.
Además de estos datos, que refieren sobre todo a un análisis de corte cuantitativo, para el análisis
de sus perfiles de Facebook podemos utilizar otras categorías y adentrarnos en un análisis de corte
cualitativo: con respecto al uso de imágenes, en el perfil de Fabricio Alvarado, vemos que ha
utilizado 18 diferentes portadas, las cuales en su mayoría son de él con su familia, luego le siguen
las que tienen su eslogan #ConLasManosLimpias o las que son, gráficamente, manos limpias y
extendidas dando a entender como si nos estuvieran tendiendo la mano para ayudarnos. En las fotos
de perfil se ve una lógica idéntica. Con respecto a Carlos Alvarado, todas sus fotos de perfil son de
él (con traje y corbata), excepto una donde aparece quien serie electa vicepresidenta. En cuanto a las
portadas de Carlos encontramos diferentes estilos: desde un flyer con algún slogan de campaña o
indicando ir a votar, tres fotos de él solo, una de su vicepresidenta y las demás de él junto a
simpatizantes. Dicho esto, es interesante ver que el perfil de Fabricio siempre está mostrando un
modelo de familia hegemónica heteropatriarcal, que va en línea con sus ideas de “proteger la
familia”, es decir, ese tipo de familia; mientras que Carlos re-encuadra la situación (dado que el
candidato evangélico había tomado la delantera de la agenda en esta cuestión) y muestra familias
“disidentes” además de la suya, es decir, se corre de la imagen hegemónica de la misma para
mostrar otros tipos y para contrarrestar los discursos que le adjudican “atacar” a “la base de la
sociedad: la familia” patriarcal. Incluso, ha subido una foto a su muro en una misa. En lo relativo al
género, mientras el pastor evangélico demuestra una posición machista a rajatabla, el oficialista
muestra una posición contraria y presenta sus propuestas de corte progresista y a tono con el
movimiento Ni Una Meno, en Facebook, siempre en un clivaje “hombre-mujer”, invisibilizando
otras identidades a pesar de su apoyo a la agenda del colectivo LGBTTTIQ. En lo atinente a la
intertextualidad, en el caso del candidato de centro-izquierda, no encontramos fotos de instagram
reposteadas en su página de Facebook. En cambio, en el candidato de derecha, encontramos un
álbum con 28 fotos subidas a su página desde instagram en la cual la mayoría corresponden a actos
públicos con simpatizantes del partido, la cuales fueron subidas durante marzo, allí tampoco faltan
las fotos con su familia. Otra categoría es la construcción de la imagen del candidato: Carlos
Alvarado se presenta a sí mismo como una persona creativa, con confianza, conciliador y cercano a
lxs jóvenes, donde habla abiertamente de sus gustos musicales y entabla conversaciones con sus
seguidores. En cambio, Fabricio Alvarado trata de proyectar una imagen de energía y de autoridad,
que engarza con cierto autoritarismo social rampante que cree en la “mano dura” para “corregir” el
país.

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