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Problemática

“Nadie se preocupa por la salud mental de los profesores. Estos tienen el deber de cumplir con su
trabajo y por sobre todo con los estudiantes, incluso al tener una gran sobrecarga laboral, esta tarea
se les hace más compleja al tratar de satisfacer el rol de un buen docente, pero esta nunca es
suficiente y debido a ello llega a sobre exigirse. Lo que todo esto conlleva a afectar la salud mental
del docente.”

Argumentación

El rol docente implica no solo la responsabilidad de transmitir el saber propio de la disciplina que
enseña, sino también el asumir el compromiso de formar y desarrollar actitudes, valores y
habilidades que apunten al desarrollo integral de sus estudiantes, “capacitándolos para conducir su
vida en forma plena, para convivir y participar en forma responsable, tolerante, solidaria,
democrática y activa en la comunidad y para trabajar y contribuir al desarrollo del país
(Art.2°LGE)”.(Ministerio de educación, 2009), también el ministerio de educación define al rol del
docente con los deberes que debe cumplir como un docente ejemplar:

“Por su parte, son deberes de los profesionales de la educación ejercer la función docente en forma
idónea y responsable; orientar vocacionalmente a sus alumnos cuando corresponda; actualizar sus
conocimientos y evaluarse periódicamente; investigar, exponer y enseñar los contenidos
curriculares correspondientes a cada nivel educativo establecidos por las bases curriculares y los
planes y programas de estudio; respetar tanto las normas del establecimiento en que se desempeñan
como los derechos de los alumnos y alumnas, y tener un trato respetuoso y sin discriminación
arbitraria con los estudiantes y demás miembros de la comunidad educativa.” (Ministerio de
educación, 2009)

Una de las situaciones que ha permanecido en el tiempo es la carga laboral que tienen los docentes,
para cumplir con los objetivos de cada clase con el alumnado, y que los objetivos de aprendizaje
sean llevados a cabo, según un estudio de Elige Educar realizado en 2018, “1 de cada 2 profesores
en Chile dice estar estresado. Falta de tiempo para preparar, revisar y diseñar sus actividades
pedagógicas, el enfrentar nuevos problemas y desafíos para los cuales no se sienten necesariamente
preparados, entre otras cuestiones, son algunos de los factores causales de este problema.”(Muñoz,
M, 2020) Lo que nos lleva a decir ¿Y Quién se preocupa del estrés que pasa cada docente dentro del
establecimiento?¿Acaso deben aprender a vivir con tal sobrecarga y estrés, “arreglárselas” por sí
solos?.
Otra de las situaciones permanentes es que, a causa del estrés como una reacción periódica frente a
demandas esperables a lo largo del año escolar, puede nacer el Burnout “como una reacción frente a
situaciones estresores que se vuelven crónicas y según la evaluación cognitiva que realiza la
persona afectada con pocas o ninguna posibilidad de solución”. dado que cuando este se vuelve
crónico y los estresores no se perciben como modificables por parte del trabajador surge el Burnout,
esto causa “el distanciamiento emocional propio de la despersonalización que actúa como un
mecanismo de defensa y protección frente a la frustración en el trabajo” (Cornejo y Quiñones,
2007). En un estudio realizado con docentes en Chile se da cuenta que el género resulta crucial al
momento de evaluar la satisfacción laboral y el malestar docente; “con una clara tendencia mayor
en las mujeres hacia el agotamiento emocional, mientras que los hombres se inclinan más a
reaccionar con despersonalización” (Quinteros, 2015). Lo que hace que el desempeño del docente
disminuya y no se logre una educación de “calidad”, pero dado que también se tiene una relación
con la ética y la moral A. cortina (2000) menciona que:

“Un profesional excelente es aquel que compite consigo mismo para ofrecer un buen producto
profesional; no se conforma con la mediocridad profesional, sino que aspira a la excelencia
en el servicio a las personas que le requieren como usuarios de su profesión. Para esa
revolución moral de la vida corriente es necesario apuntar si queremos profesionales y profesionales
que contribuyan a una sociedad civil decente y vigorosa” (A. Cortina, 2000).

A lo que a esto también se le podría llamar vocación, el interés por encontrar un equilibrio y
justicia, en el cual podrían intervenir aspectos tales como, gustos e intereses. Otro factor que está
afectando a la salud mental del docente en la actualidad desde las políticas del estado es la
Evaluación docente instalado el año 2004 con la Ley Nº 19.961, “A partir de la evaluación, los
docentes son clasificados en cuatro niveles de desempeño: destacado, competente, básico e
insatisfactorio” (Centro de estudios Mineduc. 2017) a nivel de medir su desempeño como
profesional. A partir de esto nace una mayor presión por parte del docente ya que quiere cumplir
con las expectativas de esa prueba, agregando consigo otro factor estresor que sería en caso de tener
un desempeño insuficiente, “el profesor debe someterse a nueva evaluación y si nuevamente cae en
dicha categoría, debe dejar la enseñanza de aula y trabajar en un plan de superación profesional con
un docente tutor. Luego de esto, si mantiene un desempeño insatisfactorio, el docente debe dejar de
pertenecer a la dotación docente municipal.”(Centro de estudios Mineduc, 2017). Mencionando
también que no se le da un tiempo para prepararse ya que debe seguir dando clases con normalidad
en ese periodo, osea que debe ocupar el tiempo “libre” que le queda, fuera del periodo de trabajo
para organizarse para su evaluación. Aunque también existen oportunidades de desarrollo
profesional, que han mantenido la legislación de este periodo con un derecho de ley “(Ley Nº
19.070, 1991 y Ley N° 20.903, 2016) y el CPEIP sigue siendo el órgano ministerial chileno a cargo
de proponer, diseñar e implementar estrategias orientadas a fortalecer la formación continua de
profesores, ya sea mediante la ejecución directa de cursos o talleres (en formato presencial o a
distancia), o bien, mediante instituciones de educación superior, con la colaboración de los
sostenedores municipales” (Ministerio de Hacienda, 2008). A pesar de las capacitaciones a docentes
para dar una mejor educación a los alumnos, no existen tipos de cursos o talleres para el desarrollo
personal del docente, para poder estar bien consigo mismo. En mi opinión primero se debería velar
por la salud mental del profesor, para que este tenga las capacidades de poder dia a dia entregarle al
alumnado y a la institución una buena educación de calidad.

Posibles soluciones

Respecto a cómo se enfrenta el tema de la salud mental en los docentes en Chile, Nadur (2011)
asegura que “no está en los programas de las escuelas; no se enseña en la universidad ni en los
profesorados, es etéreo, no existe”. Lo cual es preocupante ya que en estudios como los de Vidal
(2011) indican que “Un tercio de los docentes que se desempeñan en establecimientos
educacionales municipales indicó tener deficiente calidad de su salud mental” (citado en Herrera y
Gómez, 2015). Por lo tanto no es menor, teniendo en cuenta que una buena salud mental de los
docentes es uno de los elementos indispensables al momento para obtener resultados óptimos en el
aprendizaje de los estudiantes (Osses, Quintana, Rodríguez, 2015).

Es tanto que, en términos de focalización de disciplinas, la formación en salud mental ha estado más
desarrollada en carreras del área de la salud que en las del ámbito educativo, lo cual es preocupante
teniendo en cuenta lo relevante de la inclusión de este tema en la formación de los futuros docentes
y el impacto que esta tiene a la hora de educar (Osses et al., 2015)

En la actualidad en Chile existe una gran exigencia sobre el profesorado, los cuales son
responsabilizados de los resultados en los aprendizaje, donde además de brindar apoyo y mediar el
aprendizaje de los alumnos debe afrontar cotidianamente una multiplicidad de temáticas que
exceden sus posibilidades de abordaje y responsabilidades, lo que, unido a condiciones laborales
desfavorables, produce un impacto negativo en la salud de los profesores, mermando de esta manera
su capacidad de contribuir a la creación de un clima escolar y laboral adecuado(Vidal, 2007).

Todo esto a llevado a diversas movilizaciones por parte del Colegio de profesores para dar solución
a problemáticas como lo es la Inestabilidad laboral, reflejado en extensiones horarias en modalidad
de ‘a contratas’ sobre la base de contratos de titularidad y evaluaciones nacionales con
consecuencias salariales y de despidos las cuales se preparan fuera de las jornadas de trabajo lo que
generan un agobio laboral extra, respecto a estas petitorias el gobierno no ha dado mayor respuesta
(González, 2019). Si bien a nivel social y gubernamental lo que respecta a la salud mental del
docente no se muestra como algo tan relevante y es más bien invisibilizada, la función de la
psicología educacional se debiera proponer la tarea de visibilizar este factor tan relevante a la hora
de desarrollar un óptimo aprendizaje (Belkis, 2006).

Sin embargo, el perfil profesional del psicólogo educacional más extendido en Chile se encuentra
ligado al modelo clínico de intervención, el que pone énfasis en “los alumnos-problema o con
problemas” donde toda acción va dirigida hacia el propio alumno, lo que no provoca mayores
impactos en el sistema u organización escolar, dejando de lados factores relevantes como lo son los
profesores (Vidal,2007).

La psicología clínica ha entregado grandes conocimientos a la ciencia de la psicología y múltiples


herramientas al ámbito escolar, sin embargo, este modelo debe ser en este contexto complementado
con una visión más amplia y sistémica como lo son los modelos ecológicos y/o sistémicos que
permiten abordar y analizar procesos más complejos que nacen de la interacción entre múltiples
factores dentro de los establecimientos (Vidal, 2007).

Para dar cuenta la necesidad de operar con una visión ecosistémica al interior de los
establecimientos educacionales podemos tomar el caso del clima escolar es uno de los factores que
más inciden en los logros escolares, el cual emerge de las relaciones e interacciones de todos los
actores de una organización u establecimiento educacional especialmente el con los docentes.

Además, es importante señalar que el campo de la psicología educacional en Chile tiene una deuda
importante para con el ámbito educativo y para con la formación en pedagogía, pues queda en
evidencia que no se han desarrollado investigaciones ni propuestas para ayudar a docentes y
estudiantes a promover la salud mental (Osses et al., 2015).

Por lo tanto el desarrollo de investigaciones en el área de salud mental del docente y la influencia
que esta ejerce a la hora de aprender , contribuirían en gran medida a la visibilidad de la
problemática y a la mejora de estas ayudando respaldado el desarrollo de políticas públicas
dirigidas tanto a la formación de pregrado mediante el aumento de los programas que ayuden a
generar mayores herramientas a la hora de afrontar la diversidad de problemáticas que se
presentaran en su ámbito profesional y a su vez mejorar diversas áreas por las cuales hoy en día el
colegio de profesores exige respuestas las cuales llegan a influir en el estado de salud mental del
profesorado.
Bibliografía:

1. A. Cortina (2000), «Dignidad y no precio. Más allá del economicismo», en E. Guisan


(comp.); Esplendor y miseria de la ética kantiana, Barcelona, pp. 140-166

2. Cornejo, R y Quiñones, M (2007). Factores asociados al malestar/bienestar docente. Una


investigación actual. REICE, 5, 5, p. 75-80

3. Centro de estudios Mineduc. (2017). Revisión de las políticas públicas, desde 2004 a 2016.
División de Planificación y Presupuesto. Recuperado de
https://centroestudios.mineduc.cl/wp-content/uploads/sites/100/2017/06/CBR_Mineduc-
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4. Chile. Ministerio de Hacienda, Dirección de Presupuestos (DIPRES) (2008). Evaluación en


profundidad programas de perfeccionamiento a profesionales de la educación – Ministerio
de Educación. Recuperado de: http://www.dipres.gob.cl/572/articles-42926_doc_pdf.pdf

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https://radio.uchile.cl/2019/06/24/el-paro-de-profesores-y-la-reconstruccion-del-
movimiento-social-por-la-educacion/

6. Herrera, L, & Gómez, V. (2015). Disonancias entre la educación actual y el desarrollo


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http://www.scielo.edu.uy/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1688-74682015000200006

7. Muñoz, M. (2020, junio). La salud emocional de los docentes. Recuperado de


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Recuperado de https://www.leychile.cl/Navegar?idNorma=1006043

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Recuperado de: http://revistas.usil.edu.pe/index.php/pyr/article/view/70

10. Quinteros, C., Grey, N., & Alfaro, B. (2015). RIESGO EN SALUD MENTAL Y
BURNOUT EN DOCENTES DE ESTABLECIMIENTOS MUNICIPALES. UC Maule, 1,
1. Recuperado de http://revistaucmaule.ucm.cl/article/download/24/133?inline=1
11. Rojas de Escalona, Belkis (2006). La psicología educativa en la formación del educador del
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12. Vidal. (2007). Aportes del psicólogo educacional a los establecimientos educativos.
Universidad de Chile. Recuperado de: https://educrea.cl/aportes-del-psicologo-educacional-
los-establecimientos-educativos/

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