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Tania Yeraldin García García

El Viejo y El mar

Era un viejo que pescaba solo en un bote viejo, hace ochenta y cuatro días que
él no pescaba nada, todos los días salía desde la madrugada hasta el atardecer
pero con su bote vacio, en un tiempo cuarenta días lo acompañaba un joven
que quería aprender a pescar, a las primeras semanas si pescaron unos peces
grandes y buenos

Pero después de eso ya no y sus padres del muchacho decían que el viejo tenía
mala suerte para la pesca por que ya estaba muy viejo, al muchacho le
ordenaron irse a pescar solo en un bote lejos del viejo, y por el contrario el
muchacho tenía mucha suerte al atardecer todos los días regresaba con buena
pesca.

El joven a pesar de que su padre le había ordenado ir de pesca solo, quería


salir con el viejo y lo iba a visitar cuando tenía tiempo. Un día el viejo regreso
como siempre con su bote vacio, cansado, quemado por el sol, y estaba en
muchacho sentado esperándolo, le dijo que le invitaba una cerveza en la
terraza, el viejo acepto, y cuando llegaron, los pescadores se reían del viejo por
no haber pescado nada, otros sentían lastima por el aunque no lo
demostraban, pero a el no le importaba en lo mas mínimo.

Unos pescadores traían tiburones y esperaban los camiones para que se los
llevaran, otros traían otros pescados grandes y esperaban el camión de hielo
para que se los llevaran al mercado pescadero.

El joven acompaño a el viejo a su casa para dejarlo descansar, pero empezaron


a recordar cuando el muchacho empezó a ir con el viejo tenía cinco años, la
primera vez que se subió al bote lo iba a tirar la corriente pero el viejo lo salvo
de una muerte segura en su primera salida, los peces que traían apenas podían
con ellos porque aun estaban vivos y no dejaban de moverse.

Al otro día el joven le dijo que quería ir con el pero que su papa no lo dejaba y
como era un joven aun tenía que obedecer y el viejo le respondió que era lo
mejor para él, además de que el tenia suerte para la pesca y el viejo ya no, el
muchacho traía de comer al viejo y este le decía que se había ido a lavar las
manos para poder desayunar, pero el muchacho sabía que no había agua en su
casa y pensó que era muy desconsiderado con él, que debería de conseguirle
una camisa limpia, una chamarra, zapatos.

El muchacho le dijo al viejo que le hablara del beisbol, y le comento que los
yankees habían perdido contra los tigres de Detroit, pero no tenía mucha
importancia porque se iban a recuperar en poco tiempo y eso le recordaba
cuando estuvo en África que veía a los leones caminar por la orilla del mar y
era estupendo.

El viejo le decía al joven que estaba muy viejo pero que aun tenía fuerzas para
salir cada madrugada a ver que pescaba, todo tenia viejo hasta las heridas
eran viejas menos sus ojos que eran del color del mar y veía muy bien, decía
que Martin el patrón del muchacho no veía muy bien or ir a la pesca de
tortugas, solo ahí se perdía la vista, y el joven le decía que el también había ido
a pescar tortugas pero él estaba bien, y le contestaba el viejo que él era muy
raro.

Al acostarse en su cama se quitaba el pantalón y lo enrollaba para ponerlo de


cabecera y se cobijaba con su chamarra arriba de unos periódicos el
muchacho lo dejaba descansar y se iba a su casa, para el otro día levantarse
temprano.

Un día los pescadores le dijeron al viejo que ya no saliera a pescar por qué no
pescaba nada en todo el día, tenía mala suerte y la atraía, entonces el viejo les
dijo que iba a salir a pescar y que no regresaría hasta traer un pescado el más
grande que pudieran haber visto sus ojos, y todos los pescadores se rieron de
lo que decía, pero el joven lo apoyaba y les dijo que confiaran en el que iba a
pescar el pez mas grande.

Al otro día el viejo se despertó muy temprano y ya estaba ahí el joven con
comida, agua y con su bote preparado para salir a mar abierto, los pescadores
solo lo veían y se burlaban de el diciendo que no iba a regresar por qué no iba
a pescar si no había pescado nada en ochenta y cuatro días menos lo iba a
hacer en unos cuantos días, el viejo no les tomo importancia y salió, el joven le
deseo buena suerte y que regresara pronto.

El viejo tenía dos días que había salido y aun no pescaba nada, sus manos se le
acalambraban y pasaba mucho frio en su bote, comía poco para que no se le
acabara además por que se mareaba, habían pasado ya tres días y aun no veía
nada, los tiburones golpeaban su bote cuando pasaban pero ninguno mordía la
carnada.

Un tiburón muy grande, azul lo atacaba, porque ya había mordido el anzuelo,


golpeaba su bote el viejo tenía mucho miedo pero trataba de gobernar su bote
por los golpes del tiburón y las olas que tiraban fuerte, pero el viejo le pegaba
en la cabeza al tiburón con los remos y se alejaba un poco, después se logro
escapar, y el viejo pensó que no iba a pescar nada que todo lo que decían los
pescadores de que ya no podía pescar como antes era verdad.

El viejo pensaba en su pasado, cuando era joven y pescaba grandes peces, fue
entonces cuando la caña se empezó a jalar, se levanto de la proa y vio a lo
lejos un pez, y lo empezó a jalar con el sedal, el pez salto fuera del agua y el
viejo no lo podía creer era un pez espada, y le dijo que lo iba a matar, pero
que debía tener calma y fuerza, le pedía a Dios resistencia, dijo que iba a rezar
cien padres nuestros y cien avemarías, pero que hiciera de cuenta que ya lo
había hecho, y después lo iba a hacer.

El viejo pensó en acercar al pez pero eran tan grande que le era imposible jalar
el sedal y clavarle el arpón para poder matarlo, así que decidió que en las
vueltas que diera el pez le iba a recoger más sedal, para tenerlo más cerca, el
pez daba vueltas y el viejo poco a poco le jalaba el sedal, en un momento lo
atacaron los tiburones y se tuvo que alejar, y el viejo estaba que desfallecía
pero aguantaba con mucho esfuerzo, después volvió a dar vueltas el pez y le
recogía el sedal.

El viejo pensó que debía matarlo para poder llevarlo con él y solo clavarle el
arpón en el corazón lo lograría que si lo hiciera en la cabeza, el pez estaba más
cerca pero aun no podía hacer nada solo acercarlo más, en una de esas el pez
se acerco mucho, que el viejo por fin pudo tomar un poco de agua, y mientras
jalaba el sedal vio pasar el pez por debajo del bote, era una sombra muy
grande que tardo para pasar el viejo no lo podía creer, estaba tan grande.

Jalo suficiente el sedal que ya podía clavarle el arpón, ya lo tenía preparado de


tras de él, cuando paso el pez por debajo del bote y el viejo tomo el arpón lo
lanzo con toda su fuerza y la que creo, el arpon estaba justo donde lo quería
pero el pez se alejo un poco, ya no se movía y de repente si, paso poco tiempo
y el viejo vio a lo lejos al pescado con la parte inferior hacia arriba, sin
moverse, era tan hermoso y grande, pensó que ya había terminado.

Descanso un poco y luego empezó a avanzar en el bote hacia el pez, porque


estaba muy grande para poder jalar el sedal, pensaba como lo iba a amarrar al
costado del bote, para llevarlo , el viejo estaba muy cansado, casi desfallecía,
tenia frio y miedo, ya que lo había amarrado empezó a tomar camino para la
costa, pero un tiburón ataco al pez que traía, y el viejo le pegaba con los remos
y la caña mientras trataba de gobernar el bote que se movía mucho por los
golpes.

Ese tiburón se alejo poco después peo atrás venia otro que hizo lo mismo
atacar a su pescado y de nuevo le empezó a pegar con todas sus fuerzas, pero
no era el ultimo de tras de el venia una manada de tiburones, el viejo no se
daba abasto con todos que atacaban, solo veía los pedazos de carne que
estaban en el agua mientras los tiburones comían su pescado, pero por fin
logro ahuyentar a los tiburones además de que ya solo quedaba el esqueleto
del pescado.

Con las pocas fuerzas que le quedaban gobernaba su bote, pensaba en que su
cama era su amiga y solo quería llegar para acostarse a descansar en su cama,
llegando a la orilla no había nadie quien lo ayudara, se bajo y ato su bote en
una roca jalando poco a poco, volteo hacia atrás y solo veía la cola y la parte
de atrás del esqueleto, solo se sentó y paso un gato lo siguió con la mirada y
después se fue a su casa.

El viejo llego a su cama y se acostó boca abajo con las palmas hacia arriba, el
muchacho llego a su casa y lo vio que estaba dormido y empezó a llorar,
mientras los pescadores estaban alrededor del bote del viejo, mirando
sorprendidos, uno estaba en el agua con el pantalón arremangado midiendo el
pescado, el muchacho regreso y no le importo que lo vieran llorando, uno de
los pescadores le grito que como estaba Santiago, y el muchacho respondió
que estaba dormido, el pescador que estaba midiendo dijo que tenia de largo
mas de dieciocho pies, que era el más grande que había visto.

El muchacho volvió a la casa con el viejo, pero todavía no despertaba, en una


ocasión quiso despertar pero volvió a dormir profundamente, el joven se quedo
sentado a su lado hasta que despertó, le dio de comer y le dijo que ya tenía su
camisa limpia, zapatos y chamarra para el invierno.

El viejo le dijo al muchacho que le trajera los periódicos que salieron en su


ausencia, y que le dijera a perico que se quedara con la cabeza, y le pregunto
si él quería la espada y le contesto que si, el joven le dijo que se iba a ir con él
a pescar, y el viejo le dijo que lo iban a regañar sus padres, pero el contesto
que no le importaba que lo regañaran, que él quería seguir aprendiendo y el
viejo tiene mucho por enseñarle todavía, todas sus estrategias, el muchacho le
dijo al viejo que lo andaban buscando los guardacostas y el viejo le contesto
que el mar era muy grande y su bote muy pequeño.

El joven dijo que de ahí en adelante pescarían juntos otra vez, y el viejo
recordó que es más agradable hablar con alguien que solo y con el mar, le dijo
que el tenia mala suerte y el muchacho le contesto que no era cierto, que el
iba a traer la suerte con él, que tendrían otro arpón, un cuchillo y los mandaría
afilar para salir de nuevo y aprovechar los días de viento, que se curara las
manos por que las traía maltratadas.

El muchacho le dijo que le traería la comida, los periódicos y la medicina de la


farmacia para que se compusiera y descansara bien. Esa tarde era la retirada
de los turistas de la terraza y una mujer que estaba mirando hacia abajo en el
mar, alcanzo a ver un espinazo blanco con una inmensa cola que se alzaba y
balanceaba con la marea y le pregunto a un camarero que, que era eso y le a
señaló el espinazo que ahora solo basura, y el camarero le dijo que era un
tiburón, y ella le contesto que no sabía que los tiburones tuvieran tan hermosa
cola, su acompañante dijo lo mismo.

El camarero quería explicarle pero no sabía cómo hacerlo, el viejo estaba en su


casa durmiendo nuevamente soñando con los leones de África, y el muchacho
a su lado esperándolo para salir a pescar nuevamente.

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