Вы находитесь на странице: 1из 272

revista DE

DERECHO PENAL
Y CRIMINOLOGÍA
DELITOS ECONóMICOS • CONTRAVENCIONAL •
GARANTÍAS CONSTITUCIONALES • PROCESal PENAL •
EJECUCIÓN DE LA PENA
Director
Eugenio Raúl ZAFFARONI

ÁREA PROCESAL
Miguel Á. ALMEYRA

COMITÉ ACADÉMICO
Eduardo AGUIRRE OBARRIO (Argentina 1923-2011)
Carlos Julio Lascano (ARGENTINA)
Lola ANIYAR DE CASTRO (Venezuela)
Luis ARROYO ZAPATERO (España)
David BAIGÚN (Argentina)
Nilo BATISTA (Brasil)
Roberto Bergalli (Argentina)
Jorge DE LA RUA (Argentina)
Edgardo Alberto Donna (Argentina)
Luigi FERRAJOLI (Italia)
José Luis GUZMÁN DALBORA (Chile)
Julio B. J. MAIER (Argentina)
Sergio MOCCIA (Italia)
Francisco MUÑOZ CONDE (España)
Esteban RIGHI (Argentina)
Gladys ROMERO (Argentina)
Norberto SPOLANSKY (Argentina)
Juarez TAVARES (Brasil)
John VERVAELE (Holanda)

COORDINADORES
MatÍas BAILONE
Rodrigo CODINO
COMITÉ DE REDACCIÓN

Gabriel Ignacio ANITUA Javier DE LUCA


Fernando ARNEDO Manuel Maroto Calatayud
Alejandro ALAGIA Juliana OLIVA
Javier Ignacio BAÑOS Graciela OTANO
Ricardo basílico Jorge Paladines Rodríguez
María Laura Böhm Nelson PESSOA
Mariano Borinsky Gabriel PÉREZ BARBERÁ
José Angel Brandariz García Marcelo RIQUERT
Sebastián Cabezas Chamorro Guido RISSO
Roberto manuel carlés José SAEZ CAPEL
Carlos CARAMUTI Cristina Sánchez Henríquez
Carlos CHIARA DÍAZ MÁXIMO SOZZO
Horacio Dias Sergio TORRES
Javier de la Fuente Renato VANELLI
Daniel ERBETTA Felipe VILLAVICENCIO
Adrián FERNÁNDEZ Julio VIRGOLINI
Rubén E. FIGARI verónica yamamoto
Gabriela GUSIS Myrna Villegas Díaz
Mariano Gutiérrez Romina ZARATE
Agustina Iglesias Diego Zysman Quirós

con el auspicio de
Asociación LATINOAMERICANA DE DERECHO PENAL Y CRIMINOLOGÍA (ALPEC)

Criterios uniformes para el envío


de colaboraciones

Los trabajos de doctrina y/o comentarios jurisprudenciales deben ser


remitidos vía e-mail a laley.redaccionjuridica@thomsonreuters.com
Los mismos deben ir acompañados del curriculum vitae del autor y
sus datos de contacto.

issn: 0034-7914
Registro Nacional de la Propiedad Intelectual EN TRÁMITE

IMPRESO EN LA ARGENTINA - Propiedad de La Ley Sociedad Anónima - Tucumán 1471 - CP1050AAC - Ciudad Autónoma
de Buenos Aires - Argentina - Tel.: (005411) 4378-4841
Nota de la Dirección: las opiniones vertidas en los comentarios firmados son privativas de quienes las emiten.
In memoriam a
Paulo José Da Costa Junior
Profesor brasileño de gran éxito, Paulo José da Costa
Junior, tras cumplir 90 años en febrero y con activi-
dad profesional y docente hasta el final ha fallecido
en Sao Paulo el pasado 3 de marzo. Nadie que le haya
conocido puede olvidar su inteligencia, su simpatía y
su capacidad de enfocar nuevos problemas, funda-
mentada en el estudio jurídico y en su amplia cultura.
Era uno de los pocos penalistas brasileños implicados en la vida internacional de la
Ciencia del Derecho penal internacional de antes de la globalización.
Nació en Sao Paulo en 1925 y estudio en su Facultad de Derecho. Se inició en
1954 como abogado penalista especializado en Tribunales de jurado, cátedra de
los grandes abogados. En 1958 comenzó su carrera académica en la Universidad
Mackenzie para desplazarse de inmediato a Roma donde obtiene su doctorado,
además de especializarse en criminología clínica con Di Tullio. A su regreso alcanza
la cátedra en la Universidad de Mackenzie y la sólida posición de profesor de libero
docente en la de San Paulo. En 1966 regresa a Roma y alcanza el profesorado en
Padua, Pavía y Bolonia, una experiencia italiana que acumulada a la anteriormente
citada configuran el personaje de modo definitivo.
En 1969 obtiene la cátedra de Derecho penal y procesal de Sao Paulo desde la
que realizó una intensa actividad publicista y académica, como la presidencia del
Instituto Latinoamericano de Criminología, la dirección de la Revista Brasileña de
Criminología y Derecho Penal y la representación en Brasil del Índice Penale que
dirigía en Milán Pietro Nuvolone. Siempre activo en las organizaciones científicas,
en la AIDP, la SIC y sobre todo, en la Société, de la que es miembro del Consejo de
Dirección y desde el Congreso de México de 2012 su Vicepresidente. Su obra es
muy intensa y destacan en ella sus libros sobre protección penal de la intimidad,
sus trabajos sobe el nexo causal, la tentativa, la aberratió Ictus, así como cuestiones
penológicas y penitenciarias así como sobre los grandes casos penales. Su curso
de Derecho penal alcanzó doce ediciones y los Comentarios al Código penal siete.
Bien presente en los Congresos Internacionales de Prevención del Crimen de Na-
ciones Unidas desde 1960 y en todos los demás de los que merece especial recuer-
do el de la Conmemoración de la abolición de la pena de muerte en Portugal, en
Coímbra en 1987. Acudió a Toledo en 2007 al Congreso de la Société. Lo visité en
Sao Paulo, donde me mostró orgulloso su excelente sede del Despacho de abo-
gados que compartía con su hijo Fernando. Entramos a comer en un gran restau-
rante y se levantaron más de 10 mesas para saludarlo. Me miró con aquellos ojos
preñados de alegría e inteligencia y me dijo sonriente, ¡todos los abogados y jueces
de los últimos 40 años son alumnos míos! Esa es la mirada que permanecerá en mí
recuerdo.
Interesa resaltar que el patriarca del penalismo euroamericano, Franz von Liszt fue
tempranamente traducido y publicado en Brasil por el catedrático de Recife y luego
Magistrado de la Corte Suprema Higinio Duarte Pereira en 1898, años antes que la
realizada en español por Quintiliano Saldaña y el joven Jiménez de Asúa. Sin em-
bargo  su influencia no se concentró en las Universidades sino en la calidad de la
jurisprudencia. En los años 50 y 60 se abría Brasil  sobre todo  a la doctrina italiana.
Giuseppe Betliol es de mayor influencia, Paulo José Da Costa fue el traductor en
el Tratado en tres volúmenes. La influencia de Bittiol  tiene que ver con su calidad
científica y con su pietismo cristiano, que tanto sirvió en la América de las grandes
desigualdades. Su influjo pervive en esferas políticas bien diferentes como Miguel
Reale jr.  o Alberto Silva Franco.
El profesor Da Costa tenía una extraordinaria vocación literaria que se manifestó en
escritos diversos y en dos libros, uno autobiográfico “A minha vida” y otro de recuer-
dos de la ciudad, lo que valió el sillón de la Academia Literaria Paulista, en la que
le acompañarían Ada Pellegrini y Miguel Reale, grandes juristas y literatos como
él. También se ocupa de otras manifestaciones artísticas, como del Museo de Arte
Contemporáneo de Sao Paulo.
En diciembre me invitó Mario Pisani a visitarlo en Pavía. Tras una intensa experiencia
con un guía tan magistral de su ciudad me llevó a comer al restaurante “Marechiaro”
en la plaza, tradicional y sencillo. Mario me dijo: es el restaurante preferido de Paulo
José Da Costa, donde siempre ha vuelto tras sus lecciones juveniles en esta Univer-
sidad.  Siempre lo tendremos en nuestro recuerdo.
Luis Arroyo Zapatero
sumario

DERECHO PENAL
DOCTRINA

Constitución y sanción penal


Por Eduardo Demetrio Crespo........................................................................................................ 3

Apostillas sobre la insolvencia alimentaria fraudulenta


Por Rubén E. Figari .......................................................................................................................... 35

La autoría mediata por aparatos organizados de poder de Roxin. Un caso paradigmático


Por Sebastián Félix García Amuchástegui.................................................................................... 62

La dogmática penal y el oscurecimiento de la política


Por Julio E. S. Virgolini y Alvaro Garma Bregante........................................................................ 74

CRIMINOLOGÍA
DOCTRINA

Homicídios de Jovens Negros em Salvador e as Novas Tessituras das Cidades


Por Marcia Esteves de Calazans..................................................................................................... 87

Neurociencias y responsabilidad penal


Por Daniel Gustavo Gorra................................................................................................................ 102

POLÍTICA CRIMINAL
DOCTRINA

El caso “Blumberg” como un proceso de securitización —más de diez años después—


Por Rodrigo M. Raskovsky............................................................................................................... 111

Políticas públicas en seguridad. Del paradigma de “reacción irracional” al ideal de “acción


preventiva” en seguridad
Por Hernán Gabriel Pasero.............................................................................................................. 122

GARANTÍAS CONSTITUCIONALES
La prohibición de doble punición y doble enjuiciamiento
Por Héctor Fabián Assad................................................................................................................. 155

AÑO v • Nº 07 • AGOSTO 2015 - Derecho Penal y Criminología • V


DERECHO PROCESAL
DOCTRINA

El uso del anticipo jurisdiccional de prueba para disminuir la revictimización de testigos-víctimas


del art. 158 del CPPN (ley 27.063)
Por Carlos E. Llera............................................................................................................................ 173

Diligencias de la defensa durante la Investigación Penal Preparatoria en el Código Procesal de


Santa Fe
Por Mariano Aliau............................................................................................................................. 187

NOTA A FALLO

La admisión de prueba ilícita en delitos graves


Por Maximiliano Hairabedián......................................................................................................... 193

PROCESO PENAL / Exclusión probatoria. Invasión a la privacidad. Teléfono celular olvidado


en un local de comidas. Hallazgo de videos que dieron inicio a una causa penal. Validez.
Rechazo de la exclusión de prueba (CNCrim. y Correc.)................................................................. 193

PENAL TRIBUTARIO
DOCTRINA

Reforma del Régimen Penal Tributario y ley penal más benigna a la luz de las Resoluciones
P.G.N. 5/12 y 1467/14
Por José Pablo Tumminello............................................................................................................. 207

PENAL JUVENIL
DOCTRINA

Sistema convencional de justicia para adolescentes


Por Zulita Fellini................................................................................................................................ 215

PÁGINAS CLÁSICAS
DOCTRINA

Notas sobre la teoría normativa de la culpabilidad


Por Jorge Frías Caballero ................................................................................................................ 235

actualidades
Los jueces de ejecución penal y la situación carcelaria bonaerense............................................... 251
Aspectos salientes de la problemática penitenciaria en la provincia de Buenos Aires................. 254
Congreso Mundial. Jurisdicción Universal en el Siglo XXI............................................................... 260

VI • Derecho Penal y Criminología - AÑO v • Nº 07 • AGOSTO 2015


Derecho Penal
DPyC Derecho Penal DOCTRINA

Constitución y sanción penal


Por Eduardo Demetrio Crespo (*) (**)

Sumario: I. Constitución y derecho penal. — II. Principios constitu-


cionales y sanción penal. — III. Conclusión. — IV. Bibliografía.

“Para que cada pena no sea una violencia Klaus Tiedemann (1991, p. 147) ya advertía
de uno o de muchos contra un ciudadano que desde la época de Weimar los manuales y
privado, debe ser esencialmente pública, comentarios de Derecho penal se limitan a men-
rápida, necesaria, la menor de las posibles en cionar los preceptos de los textos constituciona-
las circunstancias dadas, proporcionada a los les que hacen referencia a las relaciones entre el
delitos, dictada por las leyes”. Derecho penal y la Constitución, olvidándose
(Cesare Beccaria, “De los delitos de la cuestión más amplia de en qué medida el
y de las penas”, 1764). Derecho Constitucional influye sobre el Orde-
namiento penal (2). Efectivamente, la búsqueda
I. Constitución y derecho penal de una nueva fisonomía constitucional del De-
1. Hacia una hermenéutica constitucional pe- recho penal debe ser concebida hoy como una
nal: la interpretación constitucional de las nor- tarea incesante y abierta (Cascajo, 1996, p. 1645),
mas penales desde el convencimiento de que “todo jurista
debe comenzar la reflexión sobre su parcela par-
1.1. El “programa penal de la Constitución”: tiendo de la Constitución” (Quintero, 1998, p. 41;
algo más que una vieja aspiración Ib. 1976, pássim).
El tema de la relación entre la Constitución y Las constituciones modernas se erigen tras la
el Derecho penal tiene una importancia capital, Segunda Guerra Mundial en el fundamento de
basada en que seguramente el Derecho penal es todo el ordenamiento jurídico, que tiene que ser
la rama del ordenamiento jurídico más estrecha- interpretado y aplicado de conformidad con las
mente ligada con la Constitución, puesto que su mismas (Barbero, 2000, p. 14). Para evitar una
función consiste justamente en la tutela de valo- lectura fraccionada del texto constitucional, los
res e intereses con relevancia constitucional (Car- principios generales que consagra y su espíri-
bonell, 1998, 83). Se trata de un ámbito al que ha tu han de servir para configurar lo que Arroyo
dedicado especial atención la doctrina italiana (1987, pp. 97 y ss.) denominó “programa penal de
(Palazzo, 1998, pp. 49 y ss.) como consecuencia de la Constitución”. Este último es concebido como
la patente herencia de Franco Bricola (al respecto, marco en el que tendría que inspirarse tanto la
Donini, 2011, pp. 43 y ss.), pero en cualquier caso labor del legislador —que deberá ser coherente
insuficientemente estudiado hasta el momento (1). con los valores e intereses de naturaleza consti-
tucional que dotan de cohesión al ordenamiento
jurídico (Terradillos,1986, p. 656)— como la de
(*) Dedicado a mis queridos colegas, Prof. Dr. Fernando los Jueces a la hora de interpretar y aplicar las
Velásquez y Prof. Dr. Dr. h. c. Diego M. Luzón Peña, con mi
agradecimiento por sus respectivas invitaciones para par- leyes.
ticipar en el VII Congreso Internacional de Derecho Penal.
Derecho penal y Constitución (Universidad Sergio Arbo-
Esta “vieja” aspiración sigue siendo actual y es,
leda, Bogotá, 2-3/10/2012) y en el XVI Seminario Interuni- a mi juicio, no sólo reivindicable, sino necesaria,
versitario Internacional de Derecho Penal (Universidad de en el contexto actual de ausencia del mínimo de
Alcalá de Henares, 6-7/6/2013). racionalidad legislativa al que el Estado cons-
(**) Catedrático de Derecho Penal de la Universidad de titucional debe aspirar de manera permanente
Castilla-La Mancha, Toledo.
(1) Vid., últimamente, Díez Picazo y Nieto Martín
(Dirs.), 2010; Mir y Queralt (Dirs.), 2010; Mir y Corcoy (2) Vid., no obstante, Lagodny (1996), Stächelin (1998),
(Dirs.) 2012a, Mir y Corcoy (Dirs.) 2012b. Appel (1998).

AÑO v • Nº 07 • agosto 2015 - Derecho Penal y Criminología • 3


DPyC Derecho Penal doctrina

(Marcilla, 2012, pp. 67 y ss.). Esto no implica en esta corriente es el resultado de dos tradiciones
modo alguno partir de una visión estática de la separadas que ahora parecen converger: la tra-
sociedad y menos aún “ignorar la complejidad y dición norteamericana originaria que concibe
mutabilidad de las actuales sociedades”, propug- la Constitución como regla de juego de la com-
nar un “modelo rígido de sociedad” o “sometido petencia social y política, y aquélla proveniente
al arbitrio de las interpretaciones judiciales”, en de la Revolución Francesa que la entiende como
el sentido expuesto por José Luis Díez Ripollés encarnación de un proyecto político programáti-
(2003) en su (probablemente injusta) crítica a las co (pp. 124-125). Este autor resume el resultado
tesis constitucionalistas en general (p. 182). de esta confluencia entre la primera concepción,
más procedimental, y la segunda, más ambiciosa
Normativamente, este “Derecho penal consti- desde el punto de vista de la orientación de la ac-
tucional” estaría integrado por: a) determinados ción política, pero menos vigorosa desde la pers-
principios constitucionales de relevancia penal pectiva de la garantía jurisdiccional, del siguien-
como la libertad, igualdad, pluralismo y justicia te modo: “una Constitución transformadora que
(art. 1 CE), así como racionalidad, proporcio- pretende condicionar de modo importante las
nalidad y promoción de la libertad y la igualdad decisiones de la mayoría, pero cuyo protagonis-
(art. 9 CE); b) preceptos constitucionales sobre mo fundamental no corresponde al legislador,
mandatos, prohibiciones y regulaciones que di- sino a los jueces” (p. 127) (4).
rectamente afectan al Derecho penal (significa-
tivamente los arts. 15, 17, 24 y 25 CE); c) precep- Ahora bien, hacer alusión a este debate no im-
tos que consagran los derechos fundamentales plica asumirlo, ni decantarse por su significado
y que delimitan el ius puniendi tanto en el ám- en uno u otro sentido, que, por lo demás, per-
bito legislativo como judicial; d) preceptos que manece en la más absoluta ambigüedad en la
de modo expreso regulan conceptos del sistema teoría del Derecho. Como puso claramente de
penal (arts. 71, 117, 120, 125, 126 CE); e) cláusu- relieve el Profesor Velásquez en su estupenda
la general de cierre consistente en el principio conferencia pronunciada en las Jornadas que
de interpretación conforme a la Constitución motivaron la redacción inicial de este artículo,
de todo el ordenamiento penal vigente (art. 5.1 no hay que perder de vista el contexto jurídico-
LOPJ) (Berdugo et al., 2010, p. 46) (3). político y social (5). Esto mismo ha sido desta-
cado por Manuel Atienza (2012) en un reciente
1.2. El control constitucional “a secas” de las le- trabajo del que me permito citar el siguiente
yes penales pasaje: “El constitucionalismo como realidad
A) Estado Constitucional y Estado de Derecho jurídico-política se caracteriza por una serie de
rasgos que son graduables (la existencia de cons-
El Estado Constitucional aparece hoy como tituciones que incorporan derechos fundamen-
la formulación más acabada del Estado de De- tales expresados en enunciados de principio, la
recho, una en la que el sometimiento del poder fuerza vinculante de la constitución, la garantía
al Derecho comprende también al poder legis- jurisdiccional de la constitución, su grado de
lativo, que se ve limitado ab initio por la norma
normarum.
(4) Vid., entre otras referencias, Alexy, 1978, 1986; Za-
Se han dado pasos significativos en el con- grebelsky, 2000; García Figueroa, 2009; Atienza y García
texto del llamado “neoconstitucionalismo” (por Amado, 2012.
todos, M. Carbonell, 2003; Barberis, 2012), bien (5) Véase al respecto la siguiente reflexión de Fernando
que esté muy poco claro a qué se refiere exac- Velásquez (2009) referida a Colombia: “En otras palabras:
tamente el término. Luis Prieto (2003) cree que pese a que no cabe duda en el sentido de que el Código Pe-
nal de 2000 y la Carta Política de 1991 consagran el marco
ideal para desarrollar una legislación punitiva a tono con
(3) En la medida en que se trata básicamente de ma- los postulados del Estado social y democrático de Dere-
terializar el vínculo del Derecho penal con el modelo de cho, también es cierto que ello no es suficiente para que el
Estado consagrado en la Constitución a través de los de- modelo de derecho penal que se levante a partir de ese di-
rechos fundamentales, no se entiende bien dónde radica seño, pueda ser efectivamente llevado a la realidad, pues
el abismo conducente a la subversión de la división de ello sólo será posible en la medida en que el programa de
poderes al que se refiere González Cussac (2007, p. 363) trabajo que ellos conforman sea desarrollado por el legis-
respecto a la misma idea condensada en un programa. lador, los jueces y los estudiosos” (p. 80).

4 • Derecho Penal y Criminología - AÑO v • Nº 07 • AGOSTO 2015


DPyC Eduardo Demetrio Crespo

rigidez, la interpretación conforme a la Consti- cuestión se vuelve muy compleja debido “al mo-
tución de las leyes y del resto de las normas del nopolio de rechazo” de las leyes por motivos de
ordenamiento jurídico, etc.), de manera que constitucionalidad que se atribuye a los tribuna-
puede haber (hay) sistemas jurídicos en los que les constitucionales en la mayoría de países eu-
el fenómeno de la constitucionalización de los ropeos (in extenso, Ferreres, 2011), y la dificultad
Derechos es más acusado que en otros” (p. 21). de delimitar entre la mera interpretación de las
leyes y su reconstrucción, ya que “sería contrario
B) Estado Constitucional y Derecho Penal a la lógica profunda del sistema centralizado de
La referida posibilidad de jueces y tribunales control de constitucionalidad que también los
de “moldear” el contenido y los límites del De- jueces ordinarios pudieran ‘reconstruir’ la ley,
recho, a partir del carácter valorativo y el margen a través de una lectura que fuera más allá del
de discrecionalidad que comporta el juicio de círculo de las interpretaciones posibles” (Ferre-
ponderación, se deja ver en el Derecho Penal. res, 2012, p. 113).

Kuhlen (2012) muestra, por ejemplo, cómo Pero más allá de las concretas técnicas herme-
ha ido acuñándose en Alemania una dogmáti- néuticas conducentes a la progresiva configura-
ca del “derecho penal constitucional” tanto por ción de un Derecho penal conforme a la Cons-
la doctrina del Tribunal Constitucional, como titución, lo que importa resaltar es que, en todo
por la del Tribunal Supremo, de aquel país. La caso, aquéllas han de estar al servicio de esta fi-
evolución pone de relieve no sólo la concreción nalidad última. Se parte aquí, como en trabajos
de algunas técnicas hermenéuticas focalizadas, anteriores (Demetrio, 1999, 2004), del garantis-
sino además una tendencia hacia una cierta ca- mo, cuyo máximo exponente es el pensamiento
pacidad de “rectificación” al legislador en de- de Luigi Ferrajoli (1995, 2006, 2011) (7). Como
terminados casos. Estas técnicas parten de la ha explicado con lucidez Luis Prieto (2011), este
distinción entre “interpretación conforme a la modelo de entender el Derecho penal es a la vez
Constitución” cuando existen varias posibilida- una filosofía política o teoría de la justicia —cu-
des interpretativas, de las cuales al menos una yos postulados esenciales son la separación entre
conduce a la conformidad de la norma a la Cons- derecho y moral y la concepción contractualista
titución (p. 24), e “interpretación orientada a la del Estado y de las instituciones— y un modelo
Constitución”. Esta última, en cambio, significa de ciencia del Derecho y de dogmática jurídica
que hay que moverse en las “arenas movedizas” que sólo puede prosperar en el marco jurídico-
de la ponderación a la que nos referíamos más político que proporciona el constitucionalismo,
arriba. Mientras que la primera tiene la estructu- cuyo principal mérito es, por cierto, haber unido
ra de una regla, que obliga a rechazar todas las la filosofía de la Ilustración (8) con el positivismo
posibilidades interpretativas diferentes a aquélla jurídico (pp. 20 y ss.) (9).
“conforme a la Constitución”, la segunda hace
las veces de un principio (p. 25) (6). Claro que la (7) Con razón advierte Vives Antón (2013) que ya en De-
recho y Razón se pueden distinguir dos niveles de discur-
so: un alegato en defensa de las garantías penales y, por
(6) Sobre la diferenciación entre reglas y principios otro lado, la formulación, a partir del garantismo penal, de
véase Alexy, 1986, pp. 71 y ss., quien aclara que el punto una teoría general del garantismo. Resulta muy instruc-
decisivo de dicha diferenciación es que los principios son tivo leer las reflexiones críticas que lleva a cabo el autor
normas que imponen que algo se realice en la mayor me- mencionado acerca de cuestiones básicas de la teoría del
dida posible con relación a las posibilidades jurídicas y derecho en el pensamiento de Ferrajoli, tales como la idea
fácticas, de modo que quedan definidos como “mandatos de verdad, la separación entre derecho y moral o la deli-
de optimización” (p. 75). Por el contrario, las reglas son mitación del papel de la teoría frente a la dogmática (pp.
normas respecto de las cuales sólo caben dos opciones, o 284 y ss.).
bien se cumplen o no se cumplen, de modo que, cuando
rige una regla, resulta obligado hacer exactamente aquello (8) Sobre el pensamiento penal de esa época, vid. Prieto
que la misma exige, ni más, ni menos. A diferencia de los Sanchís (2003c) y Llobet Rodríguez (2012).
principios, las reglas contienen una suerte de fijaciones en (9) El propio Luigi Ferrajoli (1995) entiende por “garan-
el espacio de lo fáctica y jurídicamente posible. La conse- tismo”, según una primera acepción, un modelo normati-
cuencia de todo ello es que la diferenciación entre reglas vo de derecho, caracterizado en el plano epistemológico
y principios tiene carácter cualitativo y no de grado, de tal como un sistema cognoscitivo o de poder mínimo, en el
suerte que toda norma o bien es una regla o bien un prin- plano político como una técnica de tutela capaz de mini-
cipio (p. 77). mizar la violencia (y maximizar la libertad) y en el plano

AÑO v • Nº 07 • agosto 2015 - Derecho Penal y Criminología • 5


DPyC Derecho Penal doctrina

De todos modos, por mucho que la perspec- sino también en la prevención de reacciones in-
tiva constitucionalista en el Derecho penal pre- formales públicas o privadas frente al delincuen-
suponga un juez muy valorativo, esa facultad de te como máxima misión garantista del Derecho
controlar e interpretar las leyes a la luz de prin- penal (Ferrajoli, 1995, p. 332; Silva, 1992, p. 181).
cipios superiores de carácter constitucional se En palabras de Roxin (1997): “un Estado de Dere-
mueve en los límites marcados por el principio cho debe proteger al individuo no sólo mediante
de división de poderes, lo que la convierte en una el Derecho penal, sino también del Derecho pe-
capacidad potencialmente abstracta (Donini, nal” (p. 137). Es así como la reflexión acerca del
2003, p. 81). Esto no significa, sin embargo, que el fin del Derecho penal en el marco constitucional
control constitucional de las leyes deba ser uno conduce al análisis de los principios que limitan
“deferente” —entendiendo la “deferencia” como la potestad punitiva del Estado, y que extraemos
algo positivo, en el sentido de evitar los inconve- justamente de la Constitución. No puede ser de
nientes, a los que se refiere Juan Antonio Lascu- otro modo teniendo en cuenta que “el Derecho
raín (2012, p. 25), que puede conllevar la anula- penal es la rama del ordenamiento más irracio-
ción de una norma penal— sino que debe tratar- nal, violenta y autoritaria” (Donini, 2010, p. 2).
se, en mi opinión, de un control constitucional
“a secas”, o, si prefiere, de uno que efectivamente En definitiva, la relación entre Derecho penal
sea tal, para el que las cortes o tribunales consti- y Constitución hace referencia de modo esencial
tucionales están perfectamente legitimados. No a la legitimidad y a los límites del ius punien-
faltan ejemplos en la historia reciente, como el di (Arroyo, 1998, p. 1). Este objeto de estudio se
del Bundesverfassungsgericht a propósito de la corresponde con lo que tradicionalmente se ha
custodia de seguridad, en los que el exceso de llamado “Derecho penal subjetivo”, y su análisis,
condescendencia se ha revelado a la larga como como señala Gimbernat (1999), ha tenido como
una indeseable falta de verdadero control. Esta efecto beneficioso justamente poner de manifies-
tensión “irreductible” entre las competencias to, con especial vigor, los límites y exigencias que a
del legislador y las del órgano al que se confía su dicho derecho imponen los principios de política
control es justamente una característica del esta- criminal y los del Estado de Derecho (p. 26).
do constitucional (Lopera, 2006, p. 76).
No hay que perder de vista que la considera-
2. Los fines del Derecho penal en el marco cons- ción como límites de determinados principios,
titucional: el Derecho penal contemplado desde ámbito en el que de forma más clara, pero no
sus límites de modo exclusivo, se refleja la relevancia de
la Constitución para el Derecho penal (Cuello,
2.1. Los “principios constitucionales” como lí- 1996, pp. 54 y ss.) puede conducir, desde una
mites y como fines del Derecho Penal perspectiva reduccionista, a la “degradación” de
A) Fin del Derecho penal en el marco constitu- dichos principios, que en verdad son algo más
cional que límites, ya que constituyen, a su vez, autén-
ticos fines del Derecho penal (Silva, 1992, pp.
La cuestión más importante es, a mi juicio, pre- 187, 210, 242). Entiendo que este reduccionismo
guntarse por el fin del Derecho penal en el marco podría evitarse desde una perspectiva dinámica
constitucional, ya que este último no puede con- y abierta del texto constitucional a partir de un
sistir únicamente en la prevención de los delitos, conjunto de postulados político-criminales que
no sólo limitan el ejercicio de la potestad puniti-
va sino que aspiran a su configuración de acuer-
jurídico como un sistema de vínculos impuestos a la po- do con el esquema de valores que aquél consa-
testad punitiva del Estado en garantía de los derechos de
los ciudadanos. En una segunda acepción “garantismo” gra. Este “programa” está llamado a ser el eje de
designaría una teoría jurídica de la validez y de la efec- una elaboración científica que ejerza la función
tividad, como categorías distintas no sólo entre sí, sino de “contrapoder crítico” frente a la irracionalidad
también respecto a la existencia o vigencia de las normas. inmanente al sistema penal (Donini, 2010, p. 4).
Por último, la tercera acepción del “garantismo” sería una La idea clave, que recientemente ha recordado
filosofía política que impone al derecho y al Estado la car- Mir Puig (2011b), es en definitiva que “un Estado
ga de la justificación externa conforme a los bienes y a los
intereses cuya tutela y garantía constituye la finalidad de social y democrático de Derecho no sólo ha de
ambos (pp. 851 y ss.). cumplir su función de protección frente al delito,

6 • Derecho Penal y Criminología - AÑO v • Nº 07 • AGOSTO 2015


DPyC Eduardo Demetrio Crespo

sino que ha de hacerlo sin desbordar los límites ma del Código penal del año 2012 era claramente
que impone la Constitución al ejercicio del po- inadmisible desde la perspectiva de los derechos
der” (p. 14). fundamentales (10). Por su parte, la de la cadena
perpetua o “prisión permanente revisable”, que
B) El reto permanente del Derecho penal en el contemplaba el anteproyecto mencionado y man-
Estado Constitucional tiene el del año 2013, no lo es menos (Acale, 2013,
pp. 181 y ss., p. 189). Curiosamente, la propia Ex-
No cabe duda de que el reto permanente del posición de Motivos del anteproyecto viene a re-
Derecho penal en el Estado constitucional es conocer la inhumanidad del sistema legal vigente
encauzar adecuadamente el conflicto entre la hasta la fecha, que no prevé una revisión judicial
libertad del individuo concebida por el Estado y periódica de la situación personal del penado “ni
la limitación de dicha libertad para la protección para las penas máximas de veinticinco, treinta o
de la generalidad. Se trata, por tanto, en último cuarenta años de prisión, ni para las acumulacio-
término, de la restricción de la libertad con la fi- nes de condena que pueden llegar a fijar límites
nalidad de su preservación (Appel, 1998, p. 18). incluso superiores” (p. 3), cifrando dicha inhuma-
En este sentido, por lo que aquí interesa, es evi- nidad de la pena en “la falta de un horizonte de
dente que el legislador no es totalmente libre en la libertad”. Sin embargo, la previsión de un sistema
elección o modulación del sistema de sanciones de revisión judicial de una pena de esta naturale-
destinado a cumplir su función protectora, sino za, si bien resulta imprescindible, no basta, en mi
que se encuentra limitado por el conjunto de re- opinión, para salvaguardar la constitucionalidad
glas y principios configuradores del Estado cons- de una pena que queda definida ab initio como
titucional de derecho. La perspectiva de los dere- una sanción de duración indeterminada. La im-
chos fundamentales consagrados en la norma que parable evolución del “populismo punitivo”, sin
se sitúa en la cúspide del ordenamiento jurídico le embargo, está detrás de los fenómenos legislativos
obliga formal y materialmente a no perder de vista a los que hago referencia, cuya justificación pasa
la libertad del individuo al que se impone la san- paradójicamente por “acabar con el Derecho pe-
ción. Sólo aquellas sanciones que respeten ciertos nal, sustituyéndolo por un instrumento de control
criterios de adecuación constitucional relativos que está libre de las premisas de partida de aquél”
con carácter general a la pertinencia, idoneidad y (Acale, 2010, p. 330).
necesidad en orden a la meta propuesta, podrán 2.2. Expansión del Derecho penal y principios
ser admitidas (Appel, 1998, pp. 163 y ss.). A partir constitucionales
de estas premisas resultaría posible, por ejemplo,
razonar la inconstitucionalidad de la fórmula “cul- Justamente por esto el planteamiento que se
pabilidad + peligrosidad: inocuización”, subya- acaba de exponer quedaría convertido en una
cente a los sistemas de sanciones que introducen mera declaración de principios sin someterlo a
fórmulas al estilo de la Sicherungsverwahrung una labor de contraste con la evolución del De-
alemana (o “custodia de seguridad”) sobre la que recho penal en las últimas décadas, sobre todo
ya se ha pronunciado en sentido correctivo el Tri- aquélla referente al permanente proceso de ex-
bunal Europeo de Derechos Humanos (en ade- pansión experimentado y la crisis del papel de
lante TEDH) (con detalle, Borja, 2012, pp. 25 y ss.; los principios constitucionales en este terreno
Gazeas, 2013; Ziffer, 2013, pp. 1087-1090). (Vid., p.e, Mir, 2010, pp. 8 y ss.; Corcoy, 2012, pp.
153 y ss.; Weigend, 2013, pp. 22 y ss.).
En España, por añadidura, y dado que el texto
constitucional prevé en su articulado (art. 25.2 A) Relajación de garantías en la aplicación ju-
CE) expresamente la finalidad de la reeducación risprudencial
y reinserción social, las limitaciones constitu-
cionales son aún más amplias. Si la libertad vigi- En este sentido resulta evidente que el proceso
lada posterior al cumplimiento de la pena para de expansión del Derecho penal, ya abundante-
delincuentes imputables (introducida mediante
reforma del CP del año 2010) presenta ya dudas
(10) Vid. al respecto la motivación de la propuesta de
de constitucionalidad (García Rivas, 2012, p. 23; supresión de dicha regulación efectuada por un grupo de
Marco, 2012, p. 59), la regulación de la custodia de autores, entre los que me encuentro, en Acale et al. (2013,
seguridad que preveía el Anteproyecto de Refor- pp. 386 y ss.).

AÑO v • Nº 07 • agosto 2015 - Derecho Penal y Criminología • 7


DPyC Derecho Penal doctrina

mente denunciado por la doctrina, y la relajación Frente a esta tendencia, hay que recordar
de las garantías asociada al mismo (por todos, permanentemente que los límites a cualquier
Silva, 2011), cuya expresión más grosera ha que- interpretación o/y justificación de la actuación
dado simbolizada en el fatídico “derecho penal del legislador se encuentran en el catálogo de
del enemigo” (por todos, Cancio y Gómez-Jara, Derechos Fundamentales y Libertades Públicas
2006), no ha dejado inalterada la aplicación ju- consagrados en la Carta Magna, en virtud de los
risprudencial del Derecho penal. cuales habría que enfatizar que no cualquier
Derecho penal es posible desde la perspectiva
Más bien al contrario, en el caso español, se de la legitimidad constitucional. No otra cosa ha
detectan excesos claros en materia de prisión recordado el TEDH en la sentencia de 10/7/2012
provisional, cumplimiento de la pena y crimi- en el asunto del Río Prada contra España (12), en
nalización de actos de expresión, entre otros la que se establece la violación de los artículos
(Rodríguez Montañés, 2009, pp. 1660 y ss.). Es- 5.1 y 7 del Convenio (Muñoz Clares, 2012, pp. 6
pecialmente significativa resulta en este sentido y ss.). Mientras que en la STC 40/2012 de 29 de
la llamada Doctrina Parot, en virtud de la cual marzo no se concedió el amparo (13), en la STC
se hizo posible “sortear la prohibición de re- 57/2012 de 29 de marzo se estima, en cambio,
troactividad desfavorable” (Muñoz Clares, 2012, que “en aplicación del marco legal existente en
p. 5) respecto a las consecuencias prácticas el momento de comisión del hecho delictivo y
que instauró la LO 7/2003 de 30 de junio, que
endureció enormemente las condiciones para
acordar beneficios penitenciarios, permisos de (12) El TEDH subraya que “el principio de la legalidad
salida, la clasificación en tercer grado y la liber- de los delitos y de las penas, contenido en el artículo 7 del
tad condicional, muestra ciertamente de todo convenio, prohíbe que la legislación penal se interprete
un “programa maximalista” (Demetrio, 2004, p. extensivamente en detrimento del acusado” y, basándose
92). Así, en la STS 197/2006, el Tribunal Supre- en la legislación española en su conjunto, “considera que
el nuevo modo de cálculo de la remisión de penas aplica-
mo español, modificando su doctrina anterior,
bles, en base al giro jurisprudencial del Tribunal Supremo,
procede a reinterpretar el sentido del límite de no concernía sólo a la ejecución de la pena impuesta a la
30 años establecido en el art. 70.2 del CP 1973 demandante”. Muy al contrario, “se trató de una medida
en los casos de acumulación de condenas (11). que tuvo igualmente un impacto decisivo sobre el alcan-
Dicho límite no sería ya la nueva pena de la que ce de la “pena” impuesta a la demandante, llevando en la
había que partir para calcular los plazos corres- práctica a prolongar en casi nueve años la condena a cum-
plir”. Además añade que, si bien el Tribunal acepta que los
pondientes a los efectos antes mencionados,
Estados son libres de cambiar su política criminal refor-
sino que el sujeto tendría que cumplir las penas zando, en su caso, la represión de los crímenes y delitos,
impuestas en los distintos procesos de forma “considera que los tribunales internos no podrían aplicar
sucesiva, computándose los beneficios peniten- retroactivamente y en perjuicio del interesado el espíritu
ciarios respecto de cada una de ellas individual- de los cambios legislativos producidos después de la co-
mente (Muñoz Clares, 2012, p. 1 y ss.; Rodríguez misión del delito”.
Yagüe, 2013, pp. 126 y ss.). (13) De nuevo aquí es preciso destacar que el voto par-
ticular del Magistrado D. Eugeni Gay Montalvo, que ma-
nifiesta su convencimiento sobre la vulneración de los
arts. 17 y 25.1 CE, así como el de la Magistrada Dª Adela
(11) Significativo resulta el voto particular formulado Asúa Batarrita. Esta última considera que se trata “de un
por los Magistrados D. José Antonio Martín Pallín, D. Joa- cambio de las ‘reglas de juego’ en la contabilización del
quín Giménez García y D. Perfecto Andrés Ibáñez que sos- cumplimiento de la condena que difícilmente podrá su-
tienen que “lo que se propone como una mera interpreta- perar el test de previsibilidad sobre el alcance de las con-
ción innovadora de la regla 2ª del artículo 70 del Código secuencias punitivas previstas en la ley en relación a un
Penal de 1973, es, en realidad, una alteración drástica del elemento tan importante como la efectiva duración de la
sentido de la norma y de su contexto prescriptivo” (prime- privación de libertad que comporta la condena”. Además,
ro) y al tiempo que resalta que la irretroactividad de la ley destaca la paradoja que resulta de que “la aplicación de
penal desfavorable es un dogma intangible del Estado de la norma antigua, al reformularse conforme a la interpre-
Derecho consagrado como tal en el art. 9.3 CE, sostiene tación realizada en la STS 197/2006, desemboque en una
que en realidad se procede a una verdadera reescritura del situación comparativamente peor para el afectado que la
texto del art. 70.2ª CP 1973, “que equivale, lisa y llanamen- derivada de una aplicación retroactiva del Código penal
te, a aplicar de manera táctica —y retroactiva en perjuicio de 1995”, con el argumento de que en éste la exclusión de
del reo— el art. 78 del Código Penal de 1995, en su actual los beneficios penitenciarios tiene carácter facultativo y se
redacción debida a la LO 7/2003” (séptimo). limita a casos especialmente graves.

8 • Derecho Penal y Criminología - AÑO v • Nº 07 • AGOSTO 2015


DPyC Eduardo Demetrio Crespo

computando la redención de penas por el trabajo delimitador a priori del Derecho penal, criterio
conforme al criterio firme e intangible estableci- que debería buscarse más bien en la extensión
do por el propio órgano judicial encargado de la de la legitimación estatal de la pena, lo que no
ejecución, el recurrente había cumplido ya con implica, sin embargo, que no ejerza una impor-
la pena que le fue impuesta” (FJ 8), por lo que se tante función inmanente al sistema dentro del
declara vulnerado el derecho fundamental a la derecho positivo (Hirsch, 2001, p. 386).
libertad consagrado en el art. 17.1 CE. Además,
añade correctamente que “en un Estado de De- Esto es así porque en realidad ni esa ni ningu-
recho no cabe prolongar la privación de libertad na otra teoría es capaz por sí misma de garantizar
de una persona que ha cumplido ya la condena una política criminal legítima en el Estado cons-
que se le impuso en su día” (FJ 8, in fine). Dicha titucional de Derecho, sino que se opera en sen-
vulneración se hace derivar de una previa, la del tido inverso. Es decir, es el sistema constitucional
derecho a la tutela judicial efectiva del art. 24.1 y los principios filosófico-políticos que lo verte-
CE, dado que, en el caso en cuestión, el criterio bran los que confieren un significado u otro a las
de cómputo sí se había incorporado a una de- teorías. En este sentido, no tendría problemas en
cisión judicial firme (el Auto de 23 de marzo de admitir que el potencial crítico de la teoría del
1998) de forma decisiva para sustentar el sentido bien jurídico no deriva del propio concepto de
del fallo en el que se acuerda que no procede la bien jurídico o bien jurídico-penal en sí mismo,
revisión de las penas tras la entrada en vigor del sino de su interpretación en el contexto “externo”
CP de 1995 (FJ 7). de los baremos normativos y de legitimidad polí-
tica aplicables (como afirma Feijoo, 2010, p. 226),
B) Protección de bienes jurídicos versus pro- pero esto no la convierte, a mi juicio, en un ins-
tección de la vigencia de las normas en el debate trumento vacío de contenido, sino sólo en uno
científico manipulable. Afirmar lo contrario podría condu-
Pero, por otro lado, el análisis sería incompleto cir a incurrir en algo parecido a lo que denuncia
sin referirse al creciente debate producido en las Enrique Gimbernat (2003) cuando tacha de “in-
últimas décadas en el plano científico acerca de justicia histórica”, por ejemplo, “negar la decisiva
la verdadera función del Derecho penal. El pos- influencia del Proyecto Alternativo alemán sobre
tulado tradicional acerca de la protección de bie- delitos sexuales —que fundamentaba la reforma
nes jurídicos en el marco constitucional, del que que proponía en la teoría del bien jurídico— en
se parte en este trabajo, ha sido objeto de nota- la despenalización de la homosexualidad, en
bles ataques, cuyo foco proviene del funcionalis- particular, y en la radical modificación de los de-
mo (Hormazábal, 1991, pp. 7 y ss.). Este enfoque litos contra la ‘honestidad’ en general, y atribuir
arrastra consigo prácticamente la demolición del todas esas reformas exclusivamente a un supues-
“constructo” teórico al que nos hemos referido to e inexistente ‘cambio de percepción social so-
más arriba al analizar el Derecho penal, no des- bre la sexualidad’ que presuntamente se habría
de la perspectiva de sus límites, sino más bien, producido ya en el período 1969-1973” (p. 13).
de su funcionalidad en un sistema autopoiético
(Demetrio, 2010, pp. 13 y ss.; Donini, 2010, p. 20, Por supuesto, no se trata sólo de una observa-
esp. nota 45). ción histórica, sino que la teoría del bien jurídico
sigue manteniendo hoy en día un notable poten-
Siendo lo anterior básicamente cierto, en la cial crítico limitador de la legislación penal, bien
medida en que no se puede negar que el funcio- que se trate sólo de un primer paso necesario en
nalismo no parte de la idea de protección de bie- el proceso argumentativo que conduce a afirmar
nes jurídicos (Jakobs, 2012), sino de la de preser- la necesidad de la intervención del Derecho pe-
var la configuración normativa de una sociedad, nal en el Estado constitucional (Alonso, 2011,
esto no quiere decir que se “idealice” la teoría p. 13; Ib., 2009a, p. 69; Ib., 2009b, p. 115; Roxin,
del bien jurídico hasta el punto de otorgarle un 2013, pp. 6 y ss). Esta función de limitación no
“excesivo” rendimiento fiscalizador de la legiti- sólo desempeña su papel en un sentido axiológi-
midad constitucional de las normas penales. En co (o de legitimación externa) en la “elección” de
este sentido, no les falta razón a quienes advier- intereses dignos de protección, sino que adquie-
ten que el concepto de bien jurídico se encuentra re igualmente mucha importancia en el nivel de
con serias dificultades para servir como criterio validez interno a través de la estructuración de la

AÑO v • Nº 07 • agosto 2015 - Derecho Penal y Criminología • 9


DPyC Derecho Penal doctrina

teoría del delito (Fernández, 2004, passim). En 3.2. El límite al legislador y al juez penal
efecto, una noción del delito como lesión bie-
nes jurídicos presenta, entre otras, la indudable Según la propia doctrina del Tribunal Consti-
ventaja de ofrecer un criterio fundamental para tucional español (en adelante TC) el contenido
la valoración del hecho punible y consiguiente de los Derechos Fundamentales delimita la ha-
graduación de lo injusto, así como para el esta- bilitación legal para sancionar imponiendo una
blecimiento del grado mínimo de lesividad en condena penal (STC 110/2000, de 5 de mayo, FJ5,
virtud del cual se considera una conducta mere- entre otras) (16). Los Derechos Fundamentales
cedora de pena, cual es el del peligro para el bien
jurídico (Alcácer, 2003, pp. 116-119). Más allá va (16) STC 110/2000, de 5 de mayo FJ 5: “Este Tribunal ha
Schünemann (2007) al afirmar que la negación reiterado que cuando un órgano judicial aplica una nor-
de la teoría penal del bien jurídico implica a su ma penal como la analizada, que se refiere a conductas
vez la negación de los fundamentos del estado de en las que se halla implicado el ejercicio de un derecho
fundamental (en nuestro caso, del reconocido por el art.
derecho democrático liberal (p. 257). 20.1 CE), ha de tener presente el contenido constitucional
del derecho de que se trate, es decir, el haz de garantías
3. Derechos fundamentales como límite al Derecho y posibilidades de actuación o resistencia que otorga. De
penal modo que, en este caso, ni puede incluir entre los supues-
tos sancionables aquellos que son ejercicio de la libertad
3.1. El conflicto entre normas de diferente rango de expresión o información, ni puede interpretar la norma
penal de forma extensiva, comprendiendo en la misma
Dado que, como es obvio, el Derecho penal no conductas distintas de las expresamente previstas, pues
aparece aislado en el conjunto del ordenamiento en virtud de su conexión con el derecho fundamental la
jurídico, sino que se halla vinculado a normas garantía constitucional de taxatividad ex art. 25.1 CE de-
superiores como la Constitución y los tratados viene aún más reforzada. Al margen de las prohibiciones
anteriores tampoco puede el Juez, al aplicar la norma pe-
internacionales suscritos por el Estado que pro- nal (como no puede el legislador al definirla), reaccionar
tegen derechos fundamentales a los que aquél desproporcionadamente frente al acto de expresión, ni
por su propia naturaleza afecta (14), puede asi- siquiera en el caso de que no constituya legítimo ejercicio
mismo entrar en conflicto con ellas. del derecho fundamental en cuestión y aun cuando esté
previsto legítimamente como delito en el precepto penal.
En este sentido, advierte José Manuel Paredes La dimensión objetiva de los derechos fundamentales, su
Castañón (2013) que se produce una interferen- carácter de elementos esenciales del ordenamiento jurí-
cia necesaria (y no meramente contingente, como dico permite afirmar que no basta con la constatación de
que la conducta sancionada sobrepasa las fronteras de la
la que se produce en los conflictos entre normas expresión constitucionalmente protegida, sino que ha de
penales del mismo rango) entre cada una de las garantizarse que la reacción frente a dicha extralimitación
normas penales sancionadoras de la Parte Espe- no pueda producir ‘por su severidad, un sacrificio innece-
cial del CP con aquéllas relativas a los derechos sario o desproporcionado de la libertad de la que privan, o
fundamentales o los derechos humanos que pro- un efecto... disuasor o desalentador del ejercicio de los de-
claman el derecho que se ve restringido (cap. 3). rechos fundamentales implicados en la conducta sancio-
nada’ (sobre tal ‘efecto desaliento’: STC 136/1999, de 20 de
Esto sucedería, desde luego, genéricamente, tanto julio, FJ 20; y STEDH, de 22 de febrero de 1989, § 29 [Barfod
de modo directo por las prohibiciones penales, c. Noruega]; respecto a la exigencia de proporcionalidad:
como por las sanciones que éstas prevén, sean és- STC 85/1992, de 8 de junio, FJ 4, y SSTEDH de 13 de julio
tas penas o medidas de seguridad, pero también, de 1995, §§ 52 a 55 [Tolstoy Milovslasky c. Reino Unido], de
aunque no con carácter necesario en este caso, 25 de noviembre de 1999, § 53 [Nilsen y Johnsen c. Norue-
cuando se trata del nivel mínimo de protección ga], y de 29 de febrero de 2000, §§ 49 y 50 [Fuentes Bobo
c. España]). Como ha señalado nuestra jurisprudencia,
que debe proporcionar el Derecho penal cuando la interpretación de los tipos penales en los que se halla
se trata de tutelar un interés asimismo consagrado implicado el ejercicio de la libertad de expresión impone
como un derecho fundamental (cap. 3) (15). ‘la necesidad de que... se deje un amplio espacio’ (STC
121/1989, de 3 de julio, FJ 2), es decir, un ámbito exento
de coacción lo suficientemente generoso como para que
(14) Al mismo tiempo es claro que hoy en día el Dere- pueda desenvolverse sin angosturas, esto es, sin timidez
cho penal debe situarse en correlación con los principios y sin temor. De ahí que no disuadir la diligente, y por ello
y derechos fundamentales reconocidos a nivel internacio- legítima, transmisión de información constituya un límite
nal (Mir, 2010, p. 5; Nieto Martín, 2012, pp. 83 y ss.). constitucional esencial que el art. 20 CE impone a la activi-
(15) Agradezco al autor que me haya permitido consul- dad legislativa y judicial (STC 190/1996, de 25 de noviem-
tar y citar el texto antes de su publicación. bre, FJ 3, letra a)”.

10 • Derecho Penal y Criminología - AÑO v • Nº 07 • AGOSTO 2015


DPyC Eduardo Demetrio Crespo

limitan tanto al legislador penal, como al juez Por lo demás es evidente que, más allá de las
penal. Sin embargo, es preciso anotar, como con- repercusiones concretas en este ámbito de los
trapunto, que tanto la Jurisprudencia de la Corte grandes principios constitucionales, pero sobre
Iberoamericana de Derechos Humanos como la todo del principio de proporcionalidad, de las
del TEDH, han sostenido por vía interpretativa que me ocuparé más adelante, una de las claves
la existencia de obligaciones de tutela penal de que debería tener efectos aquí de manera más
algunos derechos fundamentales, tanto en el inmediata es la naturaleza secundaria de las le-
sentido de criminalización de las conductas co- yes penales y su conexión con los principios de
rrespondientes, como de efectiva persecución y ultima ratio y subsidiariedad en la propia moti-
castigo a los autores, que plantea enormes dudas vación de las leyes penales (Donini, 2010, p. 18).
tanto desde el punto de vista de la dogmática de En todo caso, un “control de constitucionalidad
los derechos fundamentales como de la teoría mínimo”, como afirma Paredes Castañón (2013),
delito (Viganò, 2012, pp. 311 y ss., 322 y ss.). debería encargarse de excluir del sistema penal
tanto aquellas normas que son claramente in-
En cuanto al primero, una amplia doctrina compatibles con el tenor literal de algún precep-
constitucional ha ido definiendo en España una to constitucional o de un tratado internacional
serie de criterios que han de ser tenidos en cuen- relativo a un derecho fundamental, como aque-
ta, de tal suerte que parece haberse asentado al llas que, desde el punto de vista teleológico o va-
menos una idea clara: la libertad de configura- lorativo, resulten claramente inadmisibles, bien
ción del legislador penal encuentra su límite en el sea por razones de justificación o racionalidad
contenido esencial de los Derechos Fundamen- moral como meramente instrumental, por con-
tales. Esto significa, por ejemplo, en materia de travenir criterios elementales como la adecua-
libertad de expresión, que “nuestro ordenamien- ción a la información empírica existente, consis-
to constitucional no permite la tipificación como tencia y generalidad (cap. 3).
delito de la mera transmisión de ideas, ni siquie-
ra en los casos en que se trata de ideas execrables En segundo lugar, en el marco del recurso de
por resultar contrarias a la dignidad humana que amparo, el Tribunal Constitucional ha ejercido
constituye el fundamento de todos los derechos y ejerce un control de la conformidad constitu-
que recoge nuestra Constitución y, por ende, de cional acerca de la interpretación y aplicación
nuestro sistema político” (STC 235/2007, de 7 de de las leyes penales por los tribunales. También
noviembre, FJ 6º) (17). aquí parecen haberse alcanzado algunas conclu-

(17) STC 235/2007, de 7 de noviembre, FJ 6 (las cursivas científica [art. 20.1 b)] y de conciencia (art. 16 CE) que se
son mías): “Aceptando, como no podía ser de otro modo, manifiestan a su través (STC 20/1990, de 15 de febrero, FJ
el carácter especialmente odioso del genocidio, que cons- 5), constituye un límite infranqueable para el legislador
tituye uno de los peores delitos imaginables contra el ser penal. En tal sentido, no estamos ante un supuesto de li-
humano, lo cierto es que las conductas descritas en el mitación de la libertad de expresión por parte del Código
precepto cuestionado consisten en la mera transmisión Penal, sino que éste interfiere en el ámbito propio de la
de opiniones, por más deleznables que resulten desde el delimitación misma del derecho constitucional. Más allá
punto de vista de los valores que fundamentan nuestra del riesgo, indeseable en el Estado democrático, de hacer
Constitución. La literalidad del ilícito previsto en el art. del Derecho penal un factor de disuasión del ejercicio
607.2 CP no exige, a primera vista, acciones positivas de de la libertad de expresión, del que hemos advertido en
proselitismo xenófobo o racista, ni menos aún la incita- otras ocasiones (SSTC 105/1990, de 6 de junio, FFJJ 4 y
ción, siquiera indirecta, a cometer genocidio, que sí están 8; 287/2000, de 11 de diciembre, FJ 4; STEDH caso Cas-
presentes, por lo que hace al odio racial o antisemita se tells, de 23 de abril de 1992, § 46), a las normas penales
refiere, en el delito previsto en el art. 510 CP, castigado con les está vedado invadir el contenido constitucionalmente
penas superiores. Las conductas descritas tampoco im- garantizado de los derechos fundamentales. La libertad
plican necesariamente el ensalzamiento de los genocidas de configuración del legislador penal encuentra su lími-
ni la intención de descrédito, menosprecio o humillación te en el contenido esencial del derecho a la libertad de
de las víctimas. Lejos de ello, la literalidad del precepto, expresión, de tal modo que, por lo que ahora interesa,
en la medida en que castiga la transmisión de ideas en sí nuestro ordenamiento constitucional no permite la tipi-
misma considerada, sin exigir adicionalmente la lesión ficación como delito de la mera transmisión de ideas, ni
de otros bienes constitucionalmente protegidos, viene siquiera en los casos en que se trate de ideas execrables
aparentemente a perseguir una conducta que, en cuan- por resultar contrarias a la dignidad humana que cons-
to amparada por el derecho a la libertad de expresión tituye el fundamento de todos los derechos que recoge
(art. 20.1 CE) e incluso eventualmente por las libertades la Constitución y, por ende, de nuestro sistema político”.

AÑO v • Nº 07 • agosto 2015 - Derecho Penal y Criminología • 11


DPyC Derecho Penal doctrina

siones en torno a la invalidez de interpretaciones ción desproporcionada frente al acto ilícito (Ro-
contrarias a los Derechos Fundamentales y la dríguez Montañés, 2009, p. 1667).
imposibilidad de valorar los hechos probados al
mismo tiempo como actos de ejercicio de un De- II. Principios constitucionales y sanción penal
recho Fundamental y conductas constitutivas de 1. El principio de legalidad
delito (SSTC 108/2008, de 22 de septiembre, FJ3,
entre otras) (18). Más concretamente en la STC 1.1. Fundamentación del principio
110/2000, de 5 de mayo (19) pueden extraerse
varios criterios de incompatibilidad tales como Se trata, sin duda, de un principio revestido de
el desconocimiento del contenido —o haz de ga- una singular importancia, y por ello encuentra
rantías— constitucionalmente protegido, falta de expresión no sólo en el Código Penal (arts. 1-4),
habilitación legal para la restricción del derecho sino además en la propia Constitución de forma
por interpretación extensiva de la norma y reac- expresa como Derecho Fundamental (art. 25.1),
así como en el art. 7 de la Convención Europa de
los Derechos del Hombre y las Libertades Funda-
(18) STC 108/2008, de 22 se septiembre, FJ 3: “Para mentales de 4 de noviembre de 1950, y en el art.
abordar esta cuestión conviene recordar que es doctrina 11 de la Declaración Universal de los Derechos
de este Tribunal que la dimensión objetiva de los derechos del Hombre de la ONU, suscritas por España.
fundamentales, su carácter de elementos esenciales del Además, el art. 49 de la Carta de Derechos Fun-
ordenamiento jurídico, impone a los órganos judiciales al
aplicar una norma penal la obligación de tener presente
damentales de la Unión Europea también recoge
el contenido constitucional de los derechos fundamen- los principios de legalidad y proporcionalidad de
tales, impidiendo reacciones punitivas que supongan un los delitos y de las penas (Schuhr, 2012, p. 395), si
sacrificio innecesario o desproporcionado de los mismos bien se presentan en este ámbito problemas es-
o tengan un efecto disuasor o desalentador del ejercicio de pecíficos de legitimidad democrática que se aso-
los derechos fundamentales (SSTC 2/2001, de 15 de enero, cian a una débil “legalidad comunitaria” (Muñoz
FJ 3; 196/2002, de 28 de octubre, FJ 6). Por ello, si los órga-
nos judiciales prescinden de la circunstancia de que está
de Morales, 2011, p. 444; ampliamente, Bernardi,
en juego un derecho fundamental e incluyen entre los su- 2011, p. 15 y ss.; Ib., 2012, pp. 39 y ss.).
puestos sancionables por aplicación de un tipo penal con-
ductas que inequívocamente han de ser calificadas como Se ha dicho que el principio de legalidad tiene,
pertenecientes al ámbito objetivo del ejercicio del mismo, sintéticamente, un doble fundamento: democrá-
vulneran éste, pues, aunque la subsunción de los hechos tico-representativo y político-criminal (Arroyo,
en la norma fuera posible conforme a su tenor literal, he- 1983, pp. 12 y ss.). El primero conecta con el prin-
mos afirmado reiteradamente que ‘los tipos penales no cipio de la división de poderes, núcleo del conte-
pueden interpretarse y aplicarse de forma contraria a los nido garantista de la legalidad penal, que implica
derechos fundamentales’ (SSTC 110/2000, de 5 de mayo,
FJ 4; 297/2000, de 11 de diciembre, FJ 4), y que ‘los hechos una doble exigencia: la garantía de legitimación
probados no pueden ser a un mismo tiempo valorados y la garantía de seguridad, y el segundo, especí-
como actos de ejercicio de un derecho fundamental y ficamente penal, se refiere a la función de moti-
como conductas constitutivas de un delito’ (STC 185/2003, vación que el principio de legalidad está llamado
de 27 de octubre, FJ 5). Es más, la falta del examen preli- a cumplir sobre los ciudadanos (García Rivas,
minar de la eventual concurrencia en el caso concreto de 1996, p. 69). También se distingue entre los dos
la circunstancia de que los hechos a considerar no sean
sino manifestaciones concretas del ejercicio legítimo de mencionados anteriormente y un tercero especí-
derechos o libertades constitucionalmente amparables, o ficamente referido a la tutela del ciudadano fren-
la carencia manifiesta de fundamento de dicho examen, te al poder del Estado (de Vicente, 2004, p. 31).
han de ser consideradas de por sí lesivas y dar lugar a la Por su parte, Claus Roxin (1997) diferencia entre
estimación del recurso de amparo y a la anulación de la una justificación jurídico-política y una jurídico-
resolución judicial impugnada a través de él (STC 2/2001, penal, dividiendo ambas en dos componentes
de 15 de enero, FJ 2). Bien entendido que nuestro control
en tales casos no se ha de limitar a enjuiciar externamente distintos de legitimación: el liberalismo político y
la actuación de los órganos judiciales, examinando la ra- la democracia y división de poderes, por un lado,
zonabilidad de la motivación de las sentencias objeto de la prevención general y el principio de culpabili-
impugnación, sino que hemos de comprobar si se ha rea- dad, por otro lado (pp. 144 y ss.).
lizado en éstas una ponderación adecuada que ‘respete la
posición constitucional de los derechos en juego’ (SSTC El principio de legalidad es la “quintaesencia”
20/2002, de 28 de enero, FJ 3; 174/2006, de 5 de junio, FJ 2). de los límites derivados del fundamento político
(19) Vid. supra extracto de la sentencia citado en la nota 8. del Derecho penal (Mir, 1976, pp. 141 y ss.), que

12 • Derecho Penal y Criminología - AÑO v • Nº 07 • AGOSTO 2015


DPyC Eduardo Demetrio Crespo

entronca directamente con el Estado de Derecho, la ponderación, en atención al grado de afecta-


y en particular con la teoría de la Ilustración so- ción a la libertad que conlleve la consecuencia
bre el contrato social (Jescheck / Weigend, 2002, jurídica (p. 56).
p. 140), viniendo a significar la imposición de la
ideología liberal procedente de la Revolución Por lo que se refiere a la garantía dirigida al
Francesa en el continente europeo frente a los legislador, ámbito espinoso de las llamadas sen-
postulados del Antiguo Régimen (Octavio, 1981, tencias interpretativas o reconstructivas, carac-
pp. 316 y ss.). No sólo se trata de una suerte de terizado por la falta de claridad (Díaz Revorio,
monopolio normativo de la ley estatal, sino que 2001, pássim.), tras una primera fase de absentis-
implica una imagen de ejercicio del poder en el mo, no faltan ejemplos de una cuasi subrogación
que la ley no sólo es el vehículo de la voluntad del del TC en la función del legislador cuando aquél
soberano, sino su límite (Lamarca, 1987, p. 100). marca una línea a partir de la cual el precepto es
conforme a la Constitución que de alguna mane-
Por otro lado, es significativo que la expresión ra afecta al sentido literal del tipo penal. Así su-
formal del principio de legalidad (nullum cri- cedió en la STC 24/2004, de 24 de febrero (20),
men, nulla poena sine lege) provenga de Feuer-
bach (1847, p. 23), formulado coherentemente
con su teoría de la coacción psicológica —ori- (20) STC 24/2004, de 24 de febrero, FJ 7 (las cursivas
gen de la prevención general negativa—, ya que son mías): “Descartada la anterior interpretación, exis-
ten otras posibilidades interpretativas, apuntadas en la
la pena sólo puede cumplir la función coacti-
aplicación judicial del precepto cuestionado que, desde
va que se le asigna si la ley indica previamente el respeto al tenor literal del mismo y a partir de los cri-
los comportamientos delictivos y las penas con terios interpretativos al uso en la comunidad científica y
que se amenaza su realización (vid. Greco, 2009, de los principios limitadores del ejercicio del ius puniendi
pássim). Además, y por la misma razón, sólo si (pautas que, conforme a nuestra jurisprudencia, han de
el sujeto tiene posibilidad de conocer la materia presidir la interpretación conforme a la Constitución de
toda norma penal; por todas, SSTC 137/1997, de 21 de ju-
de prohibición, puede motivar su conducta en el
lio, FJ 7; 189/1998, de 28 de septiembre, FJ 7; 42/1999, de
sentido indicado por la norma, y, por consiguien- 22 de marzo, FJ 4; 170/2002, de 30 de septiembre, FJ 12;
te, el principio de legalidad sirve igualmente 13/2003, de 28 de enero, FJ 3) permiten restringir su ám-
para determinar la culpabilidad del delincuente bito de aplicación, diferenciándolo del ilícito administra-
(Muñoz Conde, 1975, p. 87). Joachim Hruschka tivo y haciéndolo compatible con las exigencias derivadas
(2012) ha destacado recientemente que Feuer- del principio de legalidad (art. 25.1 CE). Ciertamente, es
deseable que el legislador trace de forma más precisa esa
bach no hizo sino seguir la senda marcada por
delimitación; ahora bien, las carencias detectadas en el
Kant, en el sentido de que sólo es posible castigar precepto resultan superables de acuerdo con las pautas
a alguien cuando ha cometido un delito, lo que que a continuación se establecen. La interpretación cons-
significa “que las definiciones del delito se deri- titucionalmente conforme ha de partir de que el art. 563
van de la ley penal y que una persona sólo puede CP en su primer inciso no consagra una remisión ciega a la
ser sancionada cuando ha realizado el tipo de normativa administrativa, cualquiera que sea el contenido
de ésta, sino que el ámbito de la tipicidad penal es distinto
una ley penal” (p. 93).
y más estrecho que el de las prohibiciones administrati-
vas. Tal reducción del tipo se alcanza, en primer lugar, en
El peso que se conceda a los valores que fun- el plano de la interpretación literal o gramatical, a partir
damentan el principio de legalidad no es indife- del concepto de armas, excluyendo del ámbito de lo puni-
rente al alcance que se confiere a las garantías ble todos aquellos instrumentos u objetos que no lo sean
que derivan del mismo, sino que aquél puede (aunque su tenencia esté reglamentariamente prohibida)
hacerse depender en alguna medida de la gra- y que no tengan inequívocamente tal carácter en el caso
concreto. Y, según el Diccionario de la Real Academia, son
vedad de la sanción prevista. Para Rafael Alcá- armas aquellos ‘instrumentos, medios o máquinas desti-
cer (2010), si se pone el acento en la seguridad nados a ofender o a defenderse’, por lo que en ningún caso
jurídica, tanto la garantía de taxatividad o lex será punible la tenencia de instrumentos que, aunque en
certa —dirigida al legislador— como la de tipi- abstracto y con carácter general puedan estar incluidos en
cidad o lex stricta —dirigida al juez— deberán los catálogos de prohibiciones administrativas, en el caso
exigirse con idéntico rigor, con independencia concreto no se configuren como instrumentos de ataque
o defensa, sino otros, como el uso en actividades domés-
de la magnitud de la consecuencia jurídica. Sin ticas o profesionales o el coleccionismo. En segundo lugar,
embargo, si se atiende al fundamento de la liber- y acudiendo ahora a los principios generales limitadores
tad, cabría pensar en introducir un margen para del ejercicio del ius puniendi, la prohibición penal de te-

AÑO v • Nº 07 • agosto 2015 - Derecho Penal y Criminología • 13


DPyC Derecho Penal doctrina

que resuelve una cuestión de constitucionalidad mite con especial significación en el sistema de
sobre el delito de tenencia ilícita de armas, en sanciones, el llamado ne bis in idem. Esta garan-
el que había una evidente desproporción de la tía presenta diversas manifestaciones, siendo la
sanción (pena privativa de libertad de hasta tres más significativa la prohibición de la doble san-
años) con relación a las posibles conductas, sin ción que impide castigar más de una vez el mis-
que fuera posible establecer elementos diferen- mo hecho (por ejemplo, con una pena criminal
ciales entre el ilícito penal y el administrativo (Al- y una sanción administrativa), siendo otras, por
cácer, 2010, p. 37). ejemplo, la imposición de más de una pena a un
mismo delito, la incoación de un nuevo proceso
En cuanto a la garantía sobre la aplicación de por un mismo hecho cuando el anterior conclu-
la ley penal, el TC español ha ido elaborando va- yó con una absolución, etc. (Arroyo, 1983, p. 19,
rios criterios de enjuiciamiento que van desde la nota 31).
previsibilidad semántica (que proscribe la analo-
gía y la interpretación extensiva), pasando por la Pese a lo declarado por el Tribunal Constitucio-
previsibilidad metodológica (que impide incu- nal en la Sentencia 2/1981, de 30 de enero (21), en
rrir en quiebras lógicas o hacer uso de criterios el sentido de que este principio se halla íntima-
extravagantes), hasta la previsibilidad axiológi- mente vinculado a los principios de legalidad y
ca (que excluye interpretaciones contrarias a la tipicidad principalmente recogidos en el artículo
Constitución) (Alcácer, 2010, pp. 48 y ss.). 25 CE, la doctrina ha señalado que esta garantía
es más bien consecuencia de la exigencia de ra-
1.2. Principio de legalidad y sanción penal cionalidad e interdicción de la arbitrariedad de
Además de las garantías genéricas a las que los poderes públicos, impidiendo la aplicación
antes hemos hecho referencia, tradicionalmente de sanciones desproporcionadas, postulados en
se hace derivar del principio de legalidad un lí- los que encuentra su más directo fundamento
(Arroyo, 1983, p. 19). En la mencionada senten-
cia, el Tribunal Constitucional se limita, en cual-
ner armas no puede suponer la creación de un ilícito me- quier caso, a prohibir la duplicidad sancionado-
ramente formal que penalice el incumplimiento de una
ra cuando exista “duplicidad de sujeto, hecho y
prohibición administrativa, sino que ha de atender a la
protección de un bien jurídico (la seguridad ciudadana
y mediatamente la vida y la integridad de las personas,
como anteriormente señalamos) frente a conductas que (21) STC 2/1981, de 30 de enero, FJ4 (las cursivas son
revelen una especial potencialidad lesiva para el mismo. Y mías): “El principio general del derecho conocido por non
además, la delimitación del ámbito de lo punible no pue- bis in idem supone, en una de sus más conocidas manifes-
de prescindir del hecho de que la infracción penal coexiste taciones, que no recaiga duplicidad de sanciones —admi-
con una serie de infracciones administrativas que ya otor- nistrativa y penal— en los casos en que se aprecie la iden-
gan esa protección, por lo que, en virtud del carácter de tidad del sujeto, hecho y fundamento sin existencia de
ultima ratio que constitucionalmente ha de atribuirse a la una relación de supremacía especial de la Administración
sanción penal, sólo han de entenderse incluidas en el tipo —relación de funcionario, servicio público, concesiona-
las conductas más graves e intolerables, debiendo acu- rio, etc.— que justificase el ejercicio del ius puniendi por
dirse en los demás supuestos al Derecho administrativo los Tribunales y a su vez de la potestad sancionadora de
sancionador, pues de lo contrario el recurso a la sanción la Administración. Como veremos más tarde, no hubo en
penal resultaría innecesario y desproporcionado. La con- el caso examinado infracción del principio de referencia y
creción de tales criterios generales nos permite efectuar ello nos releva de entrar en su consideración a la luz de la
nuevas restricciones del objeto de la prohibición, afirman- Constitución. No obstante, podemos señalar que, si bien
do que la intervención penal sólo resultará justificada en no se encuentra recogido expresamente en los arts. 14 a
los supuestos en que el arma objeto de la tenencia posea 30 de la Constitución, que reconocen los derechos y liber-
una especial potencialidad lesiva y, además, la tenencia tades susceptibles de amparo (art. 53.2 de la Constitución
se produzca en condiciones o circunstancias tales que la y art. 41 de la LOTC) no por ello cabe silenciar que, como
conviertan, en el caso concreto, en especialmente peligro- entendieron los parlamentarios en la Comisión de Asun-
sa para la seguridad ciudadana. Esa especial peligrosidad tos Constitucionales y Libertades Públicas del Congreso al
del arma y de las circunstancias de su tenencia deben prescindir de él en la redacción del artículo 9 del Antepro-
valorarse con criterios objetivos y en atención a las múl- yecto de Constitución, va íntimamente unido a los princi-
tiples circunstancias concurrentes en cada caso, sin que pios de legalidad y tipicidad de las infracciones recogidos
corresponda a este Tribunal su especificación. Esta pauta principalmente en el art. 25 de la Constitución. Por otro
interpretativa resulta acorde, por lo demás, con la línea lado, es de señalar que la tendencia de la legislación espa-
que, generalmente, viene siguiendo el Tribunal Supremo ñola reciente, en contra de la legislación anterior, es la de
en la aplicación del precepto en cuestión”. recoger expresamente el principio de referencia”.

14 • Derecho Penal y Criminología - AÑO v • Nº 07 • AGOSTO 2015


DPyC Eduardo Demetrio Crespo

fundamento, de lo que se deduce claramente que 2. El principio de proporcionalidad


no en todo caso el ne bis in idem impide la doble
sanción de unos mismos hechos por autoridades 2.1. Fundamentación del principio
de diferente orden, toda vez que los contemplen El origen del principio de proporcionalidad se
desde diferentes perspectivas. remonta a la Antigüedad, de lo que nos advierte
Por lo que aquí interesa, según una línea ju- Ferrajoli, recordándonos que la exigencia de que
risprudencial del TC, que pondría en cuestión la la pena sea proporcional a la gravedad del deli-
actual regulación de la libertad vigilada, tanto la to fue expresada ya por Platón (Las leyes, IX, 857
imposición de medidas de seguridad con antici- b, pp. 220-22), si bien, señala este mismo autor,
pación a la punición de la conducta penal, como sólo pudo afirmarse en la época de la Ilustración,
la concurrencia sobre un mismo hecho de pena y cuando llegaron a madurar todos los demás pre-
medida de seguridad sobre un mismo hecho son supuestos del Derecho penal moderno, como la
contrarias al principio de legalidad. Así lo decla- legalidad, la certeza, la igualdad, y sobre todo, la
ra el FJ 1 de la STC 23/1986, de 14 de febrero: mensurabilidad y el cálculo de las penas (Ferra-
joli, 1995, p. 398). Prueba de ello es la famosa re-
“La imposición de medidas de seguridad con flexión, citada al comienzo, con la que Beccaria
anticipación a la punición de la conducta pe- (1976, p. 188) concluye su famoso escrito De los
nal y la concurrencia sobre un mismo hecho de delitos y de las penas.
pena y medida de seguridad son, pues, contra-
rias al principio de legalidad penal, ya que por El principio constitucional de proporcionalidad
un lado no cabe otra condena —y la medida de ha experimentado un auge extraordinario al que
seguridad lo es— que la que recaiga sobre quien ha contribuido en España el TC al haberse pro-
haya sido declarado culpable de la comisión de nunciado (SSTC de 28 de marzo de 1996 y 2 de oc-
un ilícito penal, y por otro lado, no es posible sin tubre de 1997, entre otras) sobre su formulación,
quebrantar el principio ‘non bis in idem’, íntima- contenido y consagración constitucional (Agua-
mente unido al de legalidad, hacer concurrir pe- do, 1999, p. 25), corrigiendo con ello la deficiente
nas y medidas de seguridad sobre tipos de hecho definición anterior acerca de sus bases normati-
igualmente definidos, y ello aunque se pretenda vas y precisión de su alcance, como había venido
salvar la validez de la concurrencia de penas y denunciado la doctrina (González-Cuéllar, 1990,
medidas de seguridad diciendo que en un caso p. 51).
se sanciona la ‘culpabilidad’ y en el otro la ‘peli-
Gloria Lopera (2006) ha detallado cuáles son
grosidad’”.
los principales argumentos que sirven de funda-
De esta doctrina puede deducirse que la im- mento a este principio en el control de constitu-
posición cumulativa/consecutiva de penas y cionalidad de las leyes. Por un lado, su apoyo en
medidas de seguridad a la misma persona por el modelo de Estado constitucional como meca-
los mimos hechos puede considerarse violato- nismo para hacer frente a la tensión entre demo-
ria del principio “non bis in idem”. Obsérvese cracia y derechos, y en segundo lugar, su inserción
que no se trata aquí, como en el sistema vica- coherente en el marco de una teoría de los dere-
rial previsto para casos de semi-imputabilidad, chos fundamentales, que ofrecería la posibilidad
del cumplimiento de una medida, que se abona de una adecuada reconstrucción de su estructura
para el de la pena, con posibilidad de suspender normativa (p. 71). Son varias las vías que, a juicio
la ejecución de la pena si con ello se ponen en de esta autora, se abren para su fundamenta-
peligro los efectos conseguidos a través de aqué- ción jurídico-positiva en el ordenamiento jurí-
lla (arts. 99 y 104 CP). La presunta variación del dico español: a) adscripción al art. 1.1 CE como
fundamento en los casos de cumplimiento post- contenido del valor justicia y del principio de
penitenciario para los llamados “delincuentes Estado de Derecho; b) vínculo con la interdic-
imputables peligrosos” puede convertirse en un ción de la arbitrariedad recogida en el art. 9.3
simple “fraude de etiquetas”(22). CE; c) vínculo con la cláusula de reserva de ley
establecida en el art. 53.1 CE, entendiéndola
(22) Sobre ello, vid. más arriba las observaciones acerca
como “reserva de ley proporcionada”; d) ca-
de la inconstitucionalidad de la fórmula “culpabilidad + pe- rácter jurídico de los derechos fundamentales, a
ligrosidad = inocuización” efectuadas en el punto I.2.1.b). partir de una línea argumental que los concibe

AÑO v • Nº 07 • agosto 2015 - Derecho Penal y Criminología • 15


DPyC Derecho Penal doctrina

como mandatos de optimización, cuyo conte- penal constitucional existe una relación entre
nido concreto debe establecerse en cada caso a legitimidad y efectividad, de modo que un ins-
partir de sus sub-principios (pp. 72 y ss.). trumento total o parcialmente inefectivo pierde
su legitimidad. Esto no quiere decir, en cualquier
2.2. Principio de proporcionalidad y sanción caso, que la validez pueda derivarse de la efica-
penal cia, puesto que, como es sabido, este último es
un binomio conceptual con un significado y al-
Como se deduce fácilmente, del principio de cance totalmente distinto (Kelsen, 1993, pp. 217
proporcionalidad derivan una serie de elementos y ss.).
limitadores que afectan directamente al sistema
de sanciones. Veámoslo a partir de sus principa- La idoneidad se proyecta tanto sobre la norma
les (y generalmente admitidos) sub-principios: de conducta, como sobre la norma de sanción.
Según Gloria Lopera (2010), básicamente im-
a) La “idoneidad” plicaría comprobar respecto de la primera si la
El “criterio de la idoneidad” aparece reflejado conducta descrita en el tipo penal es susceptible
en el Manual de Parte General de M. E. Mayer de afectar al bien jurídico que se pretende pro-
(1923) para argumentar el carácter jurídico-pe- teger, exigiendo verificar en cuanto a la segunda
nal de un bien jurídico. Las proposiciones jurídi- que la conminación penal representa un medio
co-penales desarrollarían su función de garantía apto para prevenir la realización de la conducta
mediante la salvaguardia de determinados inte- prohibida (p. 114).
reses: aquéllos que aparecen a ojos del Estado b) La necesidad
como merecedores (schutzwürdig) y necesitados
(schutzbedürftig) de protección penal hasta el De entre todos los aspectos esenciales vincula-
punto de estimar que la vulneración de los mis- dos a la necesidad de la sanción penal en virtud
mos se debe, se puede y se tiene que mantener a de su pretendida capacidad de proteger bienes
raya y penalizar con el medio de protección más jurídicos (“principio de exclusiva protección de
enérgico cual es la pena (p. 21). El merecimiento bienes jurídicos”) a través de su función preven-
de protección (Schutzwürdigkeit) de un bien se tivo general, entre los cuales se hallan en primer
determinaría según el valor que una cultura deter- lugar el propio concepto de bien jurídico y el
minada le atribuye (p. 23). Su necesidad de pro- sometimiento a verificación empírica de dicho
tección (Schutzbedürftigkeit) guardaría relación mecanismo (Robinson, 2012, pp. 54 y ss.), exis-
con el grado de “vulnerabilidad” (Angreifbarkeit) ten algunos elementos que son especialmente
(p. 23). Y, por último, el legislador tendría que destacables.
comprobar si el bien es susceptible de ser prote-
gido por vía penal (Schutzfähigkeit), ya que no se El primero de ellos es el papel que ha de jugar,
puede forzar el cumplimiento de cualquier deber si es que todavía desempeña alguno (23), el sub-
(p. 23). Según esta premisa, pudiera incluso suce- principio de intervención mínima sobre la base
der que la intervención penal no sólo no sea apta de la subsidiariedad y la fragmentariedad. Mu-
para prevenir las conductas que vulneran el bien ñoz Conde (1975) definió en su día el “principio
jurídico, sino llegar a resultar contraproducente de intervención mínima” como aquél en cuya
(Gimbernat, 1999, pp. 26-27). virtud “el Derecho penal sólo debe intervenir en
los casos de ataques muy graves a los bienes ju-
Es un principio que conecta con el Estado so- rídicos más importantes” (p. 51), constituyendo
cial de Derecho, puesto que un Derecho penal los postulados de subsidiariedad (o ultima ratio)
que se mostrara inútil para proteger a la sociedad y fragmentariedad parte del mismo. A su vez, la
perdería, sin duda, una de sus bases legitimado- intervención mínima impone políticas crimi-
ras. Hay que tener en cuenta que el principio de nales de descriminalización, no sólo de delin-
proporcionalidad opera esencialmente como cuencia de bagatela, sino de todo tipo de injustos
límite, pero es discutible, sensu contrario, que meramente formales, desobediencias e irregu-
obligue a penar más gravemente, al menos des-
de la perspectiva de la norma penal como norma (23) Vid. Horder (2012), quien se pregunta expresamen-
de sanción (Lascuraín, 2012, p. 8). Ciertamente, te si alguien cree realmente en el minimalismo (pp. 85 y
puede decirse en este sentido que en el Derecho ss.).

16 • Derecho Penal y Criminología - AÑO v • Nº 07 • AGOSTO 2015


DPyC Eduardo Demetrio Crespo

laridades, “a las que puede poner eficaz coto el “no aplicar un precio excesivo para obtener un
derecho privado o administrativo-sancionador” beneficio inferior”, es decir, “si se trata de obtener
(Terradillos, 2003, pp. 355 y ss.). el máximo de libertad, no podrán preverse penas
que resulten desproporcionadas con la gravedad
Hasta ahora hemos afirmado que sólo son de la conducta” (Carbonell, 1999, p. 210). Este
merecedores de tutela penal aquellos bienes im- argumento se fundamenta no sólo en razones de
prescindibles para preservar un modelo de con- equidad, sino también de la propia eficacia pre-
vivencia social basado en los valores y principios ventiva y la racionalidad del sistema penal en su
consagrados en la Constitución, frente a com- conjunto.
portamientos especialmente graves que los le-
sionan o ponen en peligro, pero ello no significa Todo ello pasa por un diseño racional de la
que el legislador esté obligado necesariamente a política-criminal que respete la medida de pena
protegerlos penalmente, salvo en aquellos casos que corresponde en función de la gravedad de la
en que la Constitución prevé expresamente di- conducta y no se deje llevar por la influencia de
cha protección. “factores sociales que fomentan el predominio
de programas de acción no expertos” (Díez Ri-
En su proyección sobre la norma de conducta, pollés, 2003, pp. 40-41). Cuando estas “reglas de
en virtud de la fragmentariedad, el Derecho pe- juego” derivadas del principio de proporciona-
nal no debe proteger los bienes jurídico-penales lidad se rompen, se vulnera el necesario equili-
frente a cualquier tipo de ataque, sino exclusiva- brio valorativo del sistema penal de acuerdo con
mente frente a los que resulten más graves o pe- el marco constitucional, y es entonces cuando
ligrosos, bien por razones objetivas o subjetivas. la elevada aspiración de legitimidad del Estado
Este aspecto del modo de protección jurídico- democrático de Derecho quiebra y se impone la
penal de los bienes jurídicos, que en su día hermenéutica del deber frente a la hermenéutica
fuera criticado por Binding (1902, pp. 20 y ss.) de la libertad que debería presidirlo.
desde una lógica retribucionista, es considera-
do hoy una característica fundamental de un En el juicio de proporcionalidad en sentido
Derecho penal propio de un Estado de Derecho estricto entran en juego diferentes vectores, que
(Maiwald, 1972, p. 12; Prittwitz, 2000, pp. 427 y van desde el grado de afectación / satisfacción de
ss.; Vornbaum, 2012, pp. 660 y ss.). los derechos afectados, pasando por su peso abs-
tracto (o importancia material de los derechos
En su proyección sobre la norma de sanción, fundamentales afectados y los bienes jurídicos
en virtud de la subsidiariedad, tan sólo están protegidos), hasta la seguridad de las premisas
necesitados de protección penal aquellos bie- empíricas que sustentan los argumentos a favor y
nes jurídicos merecedores de la misma que no en contra (Lopera, 2010, p. 117). En este sentido,
pueden ser tutelados por otros medios menos parece que el principio de proporcionalidad en-
lesivos. Como señala Roxin (1997): “supone una tra a valorar sobre todo si la pena resulta excesiva
vulneración de la prohibición de exceso el hecho con relación a la conducta y el fin de la norma,
de que el Estado eche mano de la afilada espada aunque también se ha planteado en términos de
del Derecho penal cuando otras medidas de polí- si se precisa un aumento de pena para conseguir
tica social puedan proteger igualmente o incluso un mayor efecto preventivo desde la perspectiva
con más eficacia un determinado bien jurídico” de la norma de protección (24). Lascuraín (2012)
(p. 66). advierte, no obstante, que esto último sólo acon-
tecería cuando la eficacia de la norma no ha al-
c) Proporcionalidad en sentido estricto canzado aún el nivel de lo razonable arrojando
un balance positivo (p. 9).
El principio de proporcionalidad se formula
como la expresión de la necesidad de que la gra- Por lo demás, el TC ha tenido ocasión de pro-
vedad de la pena sea proporcional a la gravedad nunciarse acerca de casos en los que estaba en
del hecho antijurídico, exigencia que debe verse
satisfecha mediante un juicio de ponderación
entre ambas, teniendo a la vista el objeto de tu- (24) Sobre la llamada prohibición de infraprotección
tela y la consecuencia jurídica. En términos del (“Untermabverbot”), véase, p.e, Stächelin (2000, pp. 289
análisis económico del Derecho, se trataría de y ss.).

AÑO v • Nº 07 • agosto 2015 - Derecho Penal y Criminología • 17


DPyC Derecho Penal doctrina

cuestión la proporcionalidad de la pena, o, más según la cual toda actividad pública restrictiva
exactamente, la proporcionalidad de los efectos de derechos fundamentales ha de ser proporcio-
ablativos de la pena respecto a los derechos fun- nada en un cuádruple sentido: orientada a un fin
damentales que vulnera: insumisión a la presta- legítimo, útil a tal fin, mínima en su restricción o
ción social sustitutoria (STC 55/1996, de 28 de necesaria y ventajosa o estrictamente proporcio-
marzo), negativa a sometimiento a las pruebas nada (Lascuraín, 2012, p. 15). Con todo, advierte
de alcoholemia (STC 161/1997, de 2 de octubre) y Juan A. Lascuraín (2012), parece claro que “la
colaboración con banda armada (STC 136/1999, línea roja de intolerabilidad de desapego al prin-
de 20 de julio). Sólo este último fue declarado cipio” se sitúa en un punto bastante bajo, tanto
inconstitucional por desproporcionado, lo que en lo referente al criterio de la necesidad, como
probablemente explica que algún destacado au- a la proporcionalidad estricta (p. 16), puesto que
tor como José Luis Díez Ripollés (2008), a pesar se trataría de comprobar “si se ha producido un
de reconocer que es prácticamente el único ins- sacrificio patentemente innecesario” (FJ8), o si
trumento operativo del que se dispone actual- existe “un desequilibrio patente y excesivo o irra-
mente, crea que el principio de proporcionalidad zonable entre la sanción y la finalidad de la nor-
no está capacitado para integrar “los mínimos ma” (FJ 9) respectivamente.
contenidos de la racionalidad legislativa penal
por los que debería velar la jurisdicción consti- 2.3. “Efecto desaliento” y principio de propor-
tucional” (p. 258), otorgándole, en cambio, una cionalidad como límite
mayor potencialidad al principio de interdicción Asimismo, la idea de la proporcionalidad de la
de la arbitrariedad de los poderes públicos a es- reacción penal, vinculada a la dimensión objeti-
tos efectos (de otra opinión, Lascuraín, 2012, p. va de los derechos fundamentales y el llamado
14, nota 31). “efecto desaliento” de su ejercicio (entre otras,
La doctrina del TC sobre control de las leyes
penales ha pecado de ser estricta en la formula-
ción de los principios, pero deferente en la apli-
una tabla precisa que relacione unívocamente medios y
cación de los mismos (Lascuraín, 2012, pp. 12 y
objetivos, y ha de atender no sólo al fin esencial y directo
ss.), lo que ha tenido su reflejo en este ámbito de protección al que responde la norma, sino también a
considerado inicialmente competencia del legis- otros fines legítimos que puede perseguir con la pena y a
lador, salvo que se tratara de “una desproporción las diversas formas en que la misma opera y que podrían
de tal entidad que vulnere el principio del Estado catalogarse como sus funciones o fines inmediatos: a las
de Derecho, el valor de la justicia y la dignidad diversas formas en que la conminación abstracta de la
pena y su aplicación influyen en el comportamiento de
de la persona humana” (STC 160/1987, de 27 de
los destinatarios de la norma —intimidación, eliminación
octubre, FJ 6). Sin embargo, la segunda doctrina de la venganza privada, consolidación de las convicciones
sobre la proporcionalidad afirma que el control éticas generales, refuerzo del sentimiento de fidelidad al
constitucional no puede dejar fuera de control ordenamiento, resocialización, etc.— y que se clasifican
material a la pena (STC 55/1996, de 28 de marzo, doctrinalmente bajo las denominaciones de prevención
FJ 6) (25), y parte correctamente de la premisa general y de prevención especial. Estos efectos de la pena
dependen a su vez de factores tales como la gravedad del
comportamiento que se pretende disuadir, las posibilida-
(25) STC 55/1996, de 28 de marzo, FJ 6 (las cursivas son des fácticas de su detección y sanción, y las percepciones
mías): “La posición constitucional del legislador a la que sociales relativas a la adecuación entre delito y pena. En
antes aludíamos obliga a que la aplicación del principio definitiva, en relación con la proporcionalidad de una de-
de proporcionalidad para controlar constitucionalmente terminada pena, este Tribunal no puede, para establecer-
sus decisiones deba tener lugar de forma y con intensi- la, tomar como referencia una pena exacta, que aparezca
dad cualitativamente distinta a las aplicadas a los órga- como la única concreción posible de la proporción cons-
nos encargados de interpretar y aplicar las leyes. Como titucionalmente exigida, pues la Norma suprema no con-
acabamos de recordar, este Tribunal ha reiterado que el tiene criterios de los que pueda inferirse esa medida; pero,
legislador no se limita a ejecutar o aplicar la Constitu- tampoco le es posible renunciar a todo control material
ción, sino que, dentro del marco que ésta traza, adopta sobre la pena ya que el ámbito de la legislación penal no
libremente las opciones políticas que en cada momento es un ámbito constitucionalmente exento. Como afirmá-
estima más oportunas. En efecto, a diferencia de lo que bamos en la STC 53/1985, el legislador ‘ha de tener siem-
sucede respecto de los órganos que tienen encomenda- pre presente la razonable exigibilidad de una conducta y la
da la tarea de interpretar y aplicar las leyes, el legislador, proporcionalidad de la pena en caso de incumplimiento’
al establecer las penas, carece, obviamente, de la guía de (fundamento jurídico 9º).

18 • Derecho Penal y Criminología - AÑO v • Nº 07 • AGOSTO 2015


DPyC Eduardo Demetrio Crespo

STC 110/2000, de 5 de mayo, FJ 5º) (26), han ido reacción penal puede considerarse despropor-
creando cierto consenso en torno a la idea de la cionada aun cuando se produzcan excesos en
“inadmisibilidad”, desde el punto de vista de la el ejercicio del derecho, debido justamente al
hermenéutica constitucional penal, de sancio- carácter desalentador de su ejercicio que repre-
nar conductas que vengan a criminalizar el ejer- senta la sanción penal (Rodríguez Montañés,
cicio de aquéllos. 2009, pp. 1669-1671) (28). Se trataría de casos
en los que el exceso puede convertir la conducta
Cuerda Riezu (2002) ha advertido, con relación en antijurídica, aunque no alcance a legitimar
a la STC 136/1999, de 20 de julio, que no se tra- una sanción penal (ATC 377/2004, de 7 de octu-
ta de un efecto predicable de la pena o sanción bre, FJ 1) (29).
impuestas por una conducta relacionada con un
derecho fundamental de manera global, sino que
se vincula únicamente a la parte o fragmento de juiciamiento debería limitarse a analizar si, por otras razo-
la pena que resulta desproporcionada (p. 253). nes, la aplicación de esa sanción ha conculcado el princi-
El propósito de esta matización es poner al des- pio de legalidad penal ex art. 25.1 CE. Es cierto que, como
cubierto las diferencias entre fines de la pena y se declaró en la STC 111/1993, los tipos penales no pueden
efecto desaliento, ya que, si bien la imposición interpretarse y aplicarse de forma contraria a los derechos
de la pena en abstracto resultaría legitimada al fundamentales. Sin embargo, para poder determinar si
esa aplicación vulnera los referidos derechos, es necesario
no estar amparada la conducta por un derecho precisar previamente si la conducta objeto de sanción per-
fundamental que opere como causa de justifica- tenece al ámbito propio del derecho fundamental invoca-
ción, el exceso en la concreta cantidad de pena do y, en consecuencia, está amparado por el mismo. No
carecería, sin embargo, de tal legitimación (p. estamos en el ámbito de los límites al ejercicio del derecho
253). Mientras que la pena produciría sus carac- sino en el previo de la delimitación de su contenido”.
terísticos efectos preventivos respecto de futuros (28) Véanse las sentencias citadas por Teresa Rodrí-
delitos, la desproporción de la pena estaría en la guez Montañés, a saber, SSTC 88/2003, de 19 de mayo;
185/2003, de 27 de octubre; así como el ATC 377/2004, de
base del llamado efecto disuasivo o de desaliento
7 de octubre.
respecto al futuro ejercicio de derechos funda-
(29) ATC 377/2004, de 7 de octubre, FJ 1: Con carácter
mentales (p. 253).
previo al análisis de las circunstancias del caso, en rela-
Desde otra perspectiva, resultaría que no sólo ción con la pretendida vulneración del art. 20.1 a) y d) es
preciso recordar algunas premisas que tendrán relevan-
no cabe sanción penal en los casos de ejercicio cia para la presente resolución. Como se sabe, no resulta
legítimo de un derecho, que se resuelven sin constitucionalmente admisible la aplicación de un tipo
más mediante la correspondiente causa de jus- penal a conductas que constituyan actos de ejercicio de
tificación, sino que a la luz de una línea jurispru- un derecho fundamental. La anterior afirmación no nece-
dencial que parte de diferenciar entre los límites sita mayor apoyatura en los supuestos de ejercicio legíti-
del ejercicio del derecho y el ámbito previo de mo de un derecho fundamental, esto es, cuando la con-
ducta penalmente reprochada se sitúa inequívocamente
delimitación de su contenido frente a conduc- en el ámbito del contenido del derecho y, además, respeta
tas totalmente ajenas a este último, se podría ir los límites establecidos para su ejercicio. En tales casos,
más allá (STC 137/1997, de 21 de julio, FJ 2, en- la conducta no puede ser objeto de sanción penal ni de
tre otras) (27). De acuerdo a dicha distinción, la ningún otro tipo de sanción (STC 185/2003, de 27 de oc-
tubre, FJ 5). Más allá de lo anterior, teniendo en cuenta
los principios de ultima ratio e intervención mínima que
(26) Vid. supra extracto de la sentencia citado en la nota 8. han de orientar la intervención penal en un Estado social y
(27) STC 137/1997, de 21 de julio, FJ 2 (las cursivas son democrático de Derecho, como el consagrado por nuestra
mías): “Planteada la cuestión en estos términos, convie- Constitución, el límite a la posibilidad de intervención pe-
ne que precisemos la perspectiva constitucional del en- nal no puede establecerse sin embargo en función del res-
juiciamiento y, muy especialmente, la relación existente peto estricto a los límites del ejercicio del derecho funda-
entre el análisis de la vulneración relativa al derecho a la mental. En efecto no sería constitucionalmente acogible la
huelga y el referido a la legalidad penal. En efecto, para aplicación de una sanción penal en aquellos supuestos en
enjuiciar la doble queja formulada por el recurrente de- que el ejercicio no pueda calificarse de legítimo (por ha-
bemos determinar, en primer lugar, si la actuación del ac- ber incurrido en alguna extralimitación), pero en los que
tor que resultó sancionada como falta de coacciones está la conducta se enmarque inequívocamente en el ámbito
integrada en el ámbito del derecho de huelga. De ser así, objetivo del ejercicio del derecho fundamental, en el haz
ninguna sanción penal puede derivarse de la misma. Por de garantías y posibilidades de actuación o resistencia que
el contrario, si dicha actuación no pudiera considerarse otorga, en atención al contenido y finalidad del acto en-
fruto de un ejercicio legítimo de ese derecho, nuestro en- juiciado y a los medios empleados. En esos supuestos, el

AÑO v • Nº 07 • agosto 2015 - Derecho Penal y Criminología • 19


DPyC Derecho Penal doctrina

Lo anterior viene a ejemplificar de alguna ma- 3. El principio de culpabilidad


nera la distinta dimensión de los juicios de vali-
dez constitucional (interno) y el de legitimidad 3.1. Fundamentación del principio
externa que recaen sobre las normas penales. En sentido amplio, el principio de culpabilidad
Ambos juicios no son equivalentes, pero se pare- expresa el conjunto de presupuestos que permi-
cen en la medida en que comparten la estructura ten “culpar” a alguien por el evento que motiva
de argumentación que suministra el principio la pena, lo cual afecta a todos los requisitos del
de proporcionalidad. Esta similitud, recalca Glo- concepto de delito; y, en sentido estricto, se refiere
ria Lopera (2010), no es algo extraño al estado sólo a una parte de tales presupuestos del delito,
constitucional en el que ambos planos se super- aquellos que condicionan la posibilidad de atri-
ponen, bien que entre ambas dimensiones siga buir un hecho antijurídico a su autor (Mir Puig,
mediando la distancia característica que separa 2011a, pp. 123 y ss.; Demetrio, 2011b, pp. 299 y ss.).
al discurso jurídico del discurso práctico general
(p. 118). En sus orígenes, el principio de culpabilidad,
que se elabora en el siglo XIX vinculado al princi-
pio de legalidad, tuvo fundamentalmente el sen-
exceso puede convertir la conducta en antijurídica (y me- tido de exclusión de la responsabilidad objetiva
recedora, en su caso, de algún tipo de sanción civil, laboral y de exclusión de la responsabilidad colectiva,
o administrativa, en función del tipo de derecho ejercitado plasmándose en nuestro Código Penal TR 1973,
o del ámbito donde se perfeccione), aunque no alcance a
legitimar una sanción penal. En efecto, hemos afirmado
gracias a la reforma de 1983, en el artículo 1º.2
reiteradamente que la dimensión objetiva de los derechos con la fórmula “No hay pena sin dolo o culpa”,
fundamentales, su carácter de elementos esenciales del y posteriormente en el CP 1995 en el artículo 5º
ordenamiento jurídico, impone a los órganos judiciales, al (“No hay pena sin dolo o imprudencia”). Al mis-
aplicar una norma penal, la obligación de tener presente mo tiempo, se ha venido entendiendo como exi-
el contenido constitucional de tales derechos, impidiendo gencia de una pena justa, proporcionada a la cul-
reacciones que, por su severidad, supongan un sacrificio
innecesario o desproporcionado de los mismos o tengan
pabilidad personal del autor del delito, frente a
un efecto disuasor o desalentador de su ejercicio (SSTC penas excesivas o desproporcionadas respecto a
85/1992, de 8 de junio, FJ 4; 136/1999, de 20 de julio, FJ la gravedad del hecho y/o el reproche moral que
20; 110/2000, de 5 de mayo, FJ 5; 2/2001, de 15 de enero, el autor del mismo merece (Arroyo, 1999, p. 6).
FJ 3 y 196/2002, de 28 de octubre, FJ 6). De otro modo
existirían sólo dos terrenos, el de lo constitucionalmente Sin embargo, el principio de culpabilidad si-
protegido y el de lo punible, lo que no puede admitirse. gue careciendo de un reconocimiento expreso
Por ello, como decía nuestra STC 185/2003, antes citada,
si los órganos judiciales prescinden de la circunstancia de
en nuestro ordenamiento jurídico —ya que la
que está en juego un derecho fundamental e incluyen en- exigencia de dolo o imprudencia, o principio de
tre los supuestos sancionables por aplicación de un tipo responsabilidad subjetiva no equivale dogmáti-
penal conductas que han de ser calificadas como perte- camente al principio de culpabilidad—, lo cual
necientes al ámbito objetivo de ejercicio del mismo, vul- no implica en modo alguno que no se trate de
neran éste, pues aunque la subsunción de los hechos en un principio jurídico básico de interpretación de
la norma fuera posible conforme a su tenor literal, hemos
afirmado reiteradamente que ‘los tipos penales no pue-
las normas penales (Feijóo, 1997, p. 52). Efecti-
den interpretarse y aplicarse de forma contraria a los de- vamente, este principio puede, en primer lugar,
rechos fundamentales’ (SSTC 111/1993, de 25 de marzo, ser deducido del conjunto de normas de impu-
FFJJ 5 y 6; 137/1997, de 21 de julio, FJ 2; 110/2000, de 5 de tación de la parte general del Código Penal; y en
mayo, FJ 4; 297/2000, de 11 de diciembre, FJ 4) y que ‘los segundo lugar, aunque no está proclamado ex-
hechos probados no pueden ser a un mismo tiempo valo- presamente en la Constitución española, puede,
rados como actos de ejercicio de un derecho fundamental
y como conductas constitutivas de un delito’ (STC 2/2001,
no obstante, buscarse un fundamento al mismo
de 15 de enero, FJ 2). En consecuencia, para que el recurso bien en el propio art. 25 CE —implícito en el de
al instrumento penal resulte constitucionalmente lícito es legalidad—, bien en el art. 10 CE —como conse-
preciso que estemos sólo frente a un aparente ejercicio del cuencia necesaria de la dignidad de la persona
derecho fundamental y que la conducta enjuiciada, por humana como fundamento del orden político y
su contenido, por la finalidad a la que se orienta o por los de la paz social— (Cerezo Mir, 1997, p. 14), solu-
medios empleados, lo desnaturaliza situándose objetiva-
mente al margen del contenido propio del mismo y, por
ción esta última acogida por nuestros Tribunales
ello, en su caso, en el ámbito de lo potencialmente punible Constitucional y Supremo (SSTC 65/1986, de 22
(STC 185/2003)”. de mayo y 150/1991 de 4 de julio; SSTS de 6 de

20 • Derecho Penal y Criminología - AÑO v • Nº 07 • AGOSTO 2015


DPyC Eduardo Demetrio Crespo

abril y 17 de julio de 1990, 5 de julio y 28 de octu- En otro terreno, que nada tiene que ver, el TC
bre de 1991, entre otras). ha sostenido recientemente, a propósito de la
pena de alejamiento, que el principio de perso-
3.2. Principio de culpabilidad y sanción penal nalidad no se ve comprometido por el hecho de
Al principio de culpabilidad se vinculan tradi- que dicha pena afecte a la víctima del delito a la
cionalmente algunas garantías o sub-principios, vez que al autor, ya que en ningún caso represen-
entre los que figuran significativamente los si- ta una manifestación del ejercicio del ius punien-
guientes (Mir, 2011, pp. 123 y ss., 531 y ss.) (30). di del Estado sobre el ofendido (STC 60/2010, de
7 de octubre, FJ 4).
A) Personalidad de las penas
B) Responsabilidad por el hecho
Impide castigar a alguien por un hecho ajeno,
excluyendo formas de responsabilidad colectiva. Es consecuencia del modelo un Derecho penal
En este punto cabe preguntarse si el modelo de del hecho (al respecto, Hirsch, 2002, pp. 253 y ss.;
responsabilidad penal de las personas jurídicas Cuerda, 2009, 157 y ss.; Cuerda, 2009, 211 y ss.) y
que ha entrado en vigor recientemente en España se opone a la posibilidad de castigar por el carác-
es legítimo desde esta perspectiva, o, si se prefie- ter, el modo der ser o la conducción de la vida.
re, si las sanciones previstas son verdaderamente Éste es el caso del Derecho penal de autor del na-
penas, debate que no está ciertamente cerrado. Ya cionalsocialismo, en el que se proponía creación
no se trata de si las personas jurídicas son capaces de tipos de autor en vez de tipos de conductas
de acción, o de si se puede construir un concep- delictivas (Gómez Martín, 2007, pp. 115 y ss.).
to de culpabilidad adecuado a ellas, sino de si la Es, de nuevo, una exigencia de seguridad jurí-
responsabilidad (penal) que se les atribuye tiene dica como fundamento del principio de legalidad
verdaderamente naturaleza penal (en sentido ne- en un Derecho penal de un Estado de Derecho, y
gativo, Robles Planas, 2011, pp. 6 y ss.) o es más además, un postulado derivado del derecho funda-
bien una atribución de responsabilidad penal que mental al libre desarrollo de la personalidad con-
vulnera (al tratarse en esencia de responsabilidad sagrado en el artículo 10 CE. La responsabilidad
objetiva) los límites del ius puniendi estatal (31). por el hecho implica la tipificación previa de una
Obviamente, no es este el marco apropiado para conducta especialmente grave con auténtica ca-
el desarrollo de esta cuestión, que nos llevaría de- pacidad lesiva de un bien jurídico penal (con todo
masiado lejos. Por mi parte, ya he sostenido que lo que esto implica), lo cual significa asumir como
“la discusión en este punto no se situaría ya en el punto de partida un postulado fundamental de la
terreno de si es posible la responsabilidad penal cultura jurídica contemporánea como es la separa-
de la persona jurídica, pues es claro que la perso- ción entre el derecho y la moral, por lo que no cabe
na jurídica no puede responder penalmente en considerar delictivas cuestiones relativas a la per-
el sentido de la persona física, sino en el terreno sonalidad, la ideología, la orientación sexual, etc.
de su responsabilidad al margen de esta última”, y
ello con el doble objetivo de “evitar la extralimita- Hay un aspecto particular del sistema de de-
ción de las estructuras de imputación de la única terminación legal de la pena cuya legitimidad se
y verdadera responsabilidad penal, la individual, ve comprometida a la luz de esta exigencia, cual
y contribuir así a una auténtica delimitación de es la circunstancia agravante de reincidencia (de
esferas de responsabilidad y de sujetos responsa- Vicente, 1997, pp. 177-178; Demetrio, 1999, p.
bles” (Demetrio, 2009, pp. 53-54). 308) por mucho que el TC se pronunciara en su
día a favor de la constitucionalidad apoyándose
(30) Sobre mi punto de vista acerca de los diferentes as- en argumentos poco consistentes tales como una
pectos del concepto/principio de la culpabilidad y su es- genérica alusión a todo tipo de fines de la pena
tructuración dogmática en el sistema de la teoría del delito y y una evasiva remisión a la competencia del le-
la individualización judicial de la pena, vid. Demetrio, 1999, gislador (STC 150/1991, de 4 de julio, FJ 4b) (32).
pp. 215 y ss.; 2008, 2010, pp. 377 y ss., 2011c, pp. 689 y ss.
(31) La bibliografía al respecto es inmensa, por lo que
cito aquí sólo un extenso artículo de Gómez Martín (2012, (32) STC 150/1991, de 4 de julio, FJ 4b: “Tampoco la CE
pp. 331 y ss.) aparecido recientemente que plantea muy erige a la prevención especial como única finalidad de
bien los términos del problema, en el que pueden consul- la pena; antes al contrario, el art. 25.2 no se opone a que
tarse multitud de referencias en las notas 2 y ss. otros objetivos, entre ellos la prevención general, consti-

AÑO v • Nº 07 • agosto 2015 - Derecho Penal y Criminología • 21


DPyC Derecho Penal doctrina

C) Responsabilidad subjetiva Es interesante citar aquí las reflexiones de Fe-


rrajoli (1995) al señalar los fundamentos políticos
Excluye del Derecho penal todo tipo de res- o externos del principio de culpabilidad, en cuya
ponsabilidad objetiva o responsabilidad por el virtud queda sin justificación la responsabilidad
resultado, de modo que sólo cabe imputar res- objetiva, que a su juicio son esencialmente cua-
ponsabilidad penal por la causación de una le- tro: a) la reprobabilidad de la acción, condición
sión si ésta se produjo dolosamente o, al menos, necesaria, aunque no suficiente, para justificar
por imprudencia. Además, conforme al sistema su prohibición, y, en consecuencia, su punición;
un numerus clausus en la regulación de la im- b) la función utilitarista de la prevención general
prudencia de nuestro Código Penal actualmente, propia del Derecho penal, pues la conminación
la responsabilidad por imprudencia sólo es exigi- penal sólo puede ejercer su función intimidante
ble si expresamente el legislador ha incriminado y preventiva respecto a comportamientos cul-
la conducta por esta vía. pables; c) la posibilidad de prever y planificar el
rumbo futuro de la vida partiendo de la estruc-
tuye, asimismo, una finalidad legítima de la pena, razón tura coactiva del derecho (Hart), porque esto
por la cual el mismo planteamiento de las cuestiones de asegura que incluso cuando se cometen errores
inconstitucionalidad (que estiman que la agravante no o se producen accidentes, una persona que haya
responde a fines preventivos ni resocializadores), en este puesto lo mejor de su parte para respetar el dere-
concreto aspecto, aparece desprovisto de base. En primer cho no será castigada; d) las acciones culpables
término, el art. 25.2 CE no resuelve sobre la cuestión refe-
rida al mayor o menor ajustamiento de los posibles fines
son las únicas que pueden ser objeto de previ-
de la pena al sistema de valores de la CE ni, desde luego, sión, y por tanto, de prevención y reprobación;
de entre los posibles —prevención general; prevención es- son las únicas lógica y sensatamente prohibidas
pecial; retribución, reinserción, etc.— ha optado por una (pp. 491-492).
concreta función de la pena en el Derecho penal. Como
este Tribunal ha afirmado en otras ocasiones, el art. 25.2 Estas reflexiones enlazan con cuestiones de
CE contiene un mandato dirigido al legislador penitencia-
teoría de la norma de gran calado en el derecho
rio y a la Administración por él creada para orientar la eje-
cución de las penas privativas de libertad (por todas, SSTC penal y, a su vez, con el problema filosófico por
19/1988 y 28/1988), pero no establece que la reeducación excelencia relativo al fundamento último de la
y la reinserción social sean las únicas finalidades legítimas responsabilidad, la cuestión del libre arbitrio o
de las penas privativas de libertad. No cabe, por tanto, es- libertad de voluntad humana. Ciertamente, po-
timar inconstitucional la agravante de reincidencia por no dría pensarse que desde una consideración im-
ajustarse a los ‘fines constitucionales’ de la pena. En se-
perativista de la norma penal —o al menos no ex-
gundo término, el juicio de proporcionalidad de la pena,
prevista por la Ley con carácter general en relación a un clusivamente valorativa— basada en la función
hecho punible, es competencia del legislador, en función de motivación del derecho penal, resulta obliga-
de los objetivos de política criminal que adopte dentro del do partir de la idea del hombre como ser libre,
respeto a los derechos fundamentales de la persona en un capaz, por tanto, de elegir entre la observación o
Estado social y democrático de Derecho, como el que la CE incumplimiento de la norma, capaz en definiti-
consagra en su art. 1.1. En efecto, el juicio sobre la propor-
va de autodeterminación de su comportamiento
cionalidad de la pena, tanto en lo que se refiere a la previ-
sión general en relación con los hechos punibles como a (Rudolphi, 1969, pp. 13 y ss.). Con relación a esta
su determinación en concreto en atención a los criterios cuestión extraordinariamente compleja y enor-
y reglas que se estimen pertinentes, es competencia del memente actual, imposible de tratar en el marco
legislador en el ámbito de su política criminal, siempre de este artículo, cabe remitirse a unas reflexio-
y cuando no exista una desproporción de tal entidad que nes generales: a) Se ha dicho, no sin razón, que
vulnere el principio del Estado de Derecho, el valor de la
el derecho penal moderno debe situar las con-
justicia, la dignidad de la persona humana y el principio
de culpabilidad penal derivado de ella (STC 65/1986, an- diciones para la imposición de una pena en un
tes citada); lo que no cabe extraer, en todo caso y necesa- contexto comunicativo entre autor y norma, sin
riamente, de la apreciación de la circunstancia agravante desconocer la existencia del libre albedrío hu-
de reincidencia, ya que ésta ha de ser tenida en cuenta por mano como fenómeno social, asentado en las es-
los Tribunales únicamente dentro de unos límites fijados tructuras elementales de nuestra comunicación
por cada tipo penal concreto y su respectiva sanción: es
social y con real presencia en ella (Schünema-
decir, para determinar el grado de imposición de la pena
y, dentro de los límites de cada grado, la extensión de la nn, 1991, pp. 152 y ss.); b) Por otro lado, Hirsch
pena. Por tanto, no cabe apreciar, desde esta perspectiva, (1995) apuntaba en su momento a la idea de
la inconstitucionalidad del art. 10.15 CP”. que “aunque el libre albedrío no pueda probarse

22 • Derecho Penal y Criminología - AÑO v • Nº 07 • AGOSTO 2015


DPyC Eduardo Demetrio Crespo

completamente, debemos tener en cuenta a fa- estar rodeada de una serie de garantías ineludi-
vor del autor aquellos hechos que, conforme a la bles en un Estado de Derecho, para lo cual son
imagen indeterminista del hombre que rige en la básicos, a mi modo de ver, tres principios: el ca-
sociedad y que es sentida por los individuos, ex- rácter post-delictual de la medida, el criterio de
cluyen su culpabilidad” (p. 44); c) En mi opinión, la peligrosidad criminal (que no simplemente
sin embargo, todo ello no resta validez a la argu- social) y la limitación temporal. Estos principios
mentación acerca de la indemostrabilidad del fueron acogidos con acierto en el Código Penal de
libre arbitrio, en tanto que presupuesto biofísico 1995 (Urruela, 2009, pp. 55 y ss.), si bien un sector
del que partía el derecho penal retribucionista doctrinal se ha manifestado tradicionalmente en
para formular la culpabilidad como un juicio de contra del mencionado en último lugar. El Ante-
reproche por “no haber actuado de otro modo”, lo proyecto de reforma del Código Penal de 2013 se
que se ve corroborado actualmente en gran me- suma a dicho sector, lo que puede verse ya en la
dida por los resultados de la investigación sobre Exposición de Motivos, en la que se dice que “se
el cerebro (33). abandona definitivamente la idea de que las me-
didas de seguridad no puedan resultar más gra-
D) Imputación personal del hecho ves que las penas aplicables al delito cometido”
con la fundamentación de que “las medidas de
Aunque la cuestión es enormemente comple- seguridad deben ser proporcionadas, no sólo a
ja, también aquí habría que remitirse a unas re- la gravedad del hecho cometido, sino también a
flexiones generales. Por un lado, es importante la de aquéllos que se prevea que pudiera llegar a
poner de relieve que, dado que las condiciones cometer y, por tanto, a su peligrosidad”, sin que se
de imputación del hecho al sujeto sólo deben llegue a advertir de qué modo se puede compen-
examinarse una vez constatada la concurrencia sar algo que aún no se ha producido ni precisar
de un hecho antijurídico, esto implica que no se la manera en la que se llevará a cabo dicho juicio
trata de una “culpabilidad moral”, sino de una de peligrosidad que, visto desde la perspectiva de
“imputación jurídica” (Mir Puig, 2009, p. 540). hechos que aún no han tenido lugar, lo convierte
Coherentemente con ello y, según el único con- en uno de carácter pre-delictual. Por otro lado,
cepto de culpabilidad que me parece defendible no se puede perder de vista que las medidas de
en el Estado de Derecho, a saber, el de la “cul- seguridad no se diferencian sustancialmente de
pabilidad por el hecho” correspondiente al De- las penas en cuanto a su carga aflictiva (Ziffer,
recho penal del hecho, entiendo que existe una 2013, p. 1080). Eliminar la limitación temporal
interdependencia entre este último, la estructura no supone en todo caso “la definitiva consagra-
de la culpabilidad con relación a lo injusto y su ción de un sistema dualista”, sino que se trata más
función con relación a los fines preventivos de la bien de una solución de carácter defensista (34).
pena (Demetrio, 2008, pp. 59 y ss.; 2011c, pp. 693
y ss.). Por otro lado, el principio de igualdad adquie-
re una especial relevancia en este ámbito, pues
En otro orden de cosas, cuando no sea posible implica tratar lo desigual de forma desigual (STC
castigar con pena al autor de un hecho antijurí- 24/1993, de 21 de enero, FJ 3), ya que, como ya
dico por no alcanzar determinadas condiciones señalara Torío (1985), la capacidad de responder
psíquicas que según el modelo usual regla-ex- al mandato o prohibición jurídica no le es dada
cepción lo hacen posible, sin necesidad de entrar de forma general al hombre, sino que depende
ahora en las diferente teorías que buscan una ex- de múltiples factores que hacen referencia al
plicación al fundamento material de la culpabili- grado de socialización del autor (pp. 285 y ss.).
dad, debe recurrirse, en su caso, a la imposición Las consecuencias a las que conduce este plan-
de una medida de seguridad. Esta última deberá
(34) Sobre el problema del monismo y dualismo en el
(33) Un desarrollo de mi posición sobre la libertad de contexto actual, cfr. Quintero, 2013, pp. 651 y ss., y Ziffer
voluntad y su cuestionamiento actual a través de las neu- (2013), que advierte que la piedra de toque de una diferen-
rociencias puede verse en Demetrio, 2011a, pp. 1 y ss.; ciación seria entre pena y medida se halla en la realidad
ib. 2013, pp. 17 y ss. Además de la bibliografía allí citada, de la ejecución, de modo que, desde esta perspectiva, la
véanse las diferentes contribuciones contenidas en las si- legitimación de un sistema de sanciones de doble vía esta-
guientes obras colectivas: Feijoo (ed.) (2012) y Demetrio ría estrechamente relacionado con la multiplicación de las
(dir.) y Maroto (coord.) (2013). posibilidades de salir en libertad (p. 1083).

AÑO v • Nº 07 • agosto 2015 - Derecho Penal y Criminología • 23


DPyC Derecho Penal doctrina

teamiento pueden ir mucho más lejos, puesto (STC 299/2005, de 21 de noviembre, FJ 2; ATC
que parece claro que, en palabras de García Ri- 252/2008, de 10 de noviembre, FJ 2) (35) (36).
vas (1996), “el sistema penal no puede ‘lavarse
las manos’ frente al analfabetismo funcional o Se ha dicho, además, que concebir la reedu-
la deciente socialización del individuo que co- cación y reinserción social como un derecho del
mete un hecho delictivo: el Estado democrático condenado a pena privativa de libertad choca
debe garantizar a ese sujeto al que no ha sido con la naturaleza del objeto de protección, ya
capaz de integrar socialmente por sus propias que en realidad se trata de remover los obstácu-
carencias y contradicciones que tampoco le va los que impiden la plena integración social de los
a exigir lo mismo cuando cometa un hecho de- condenados a pena privativa de libertad, por lo
lictivo en cuya ejecución se aprecie la influencia que se integra mejor en los parámetros constitu-
—directa o indirecta— de ese déficit de sociali- cionales del Estado social que del Estado de De-
zación. De otro modo se estaría vulnerando el recho (Pérez Manzano, 1986, p. 241). En opinión
principio de culpabilidad, que se cohonesta con de Córdoba Roda (1979): “el propósito al cual la
el valor superior de la igualdad (art. 1.1 CE)” (p. referida norma parece responder, es de acoger
96). el principio de humanidad que proscribe la im-
posición de sanciones inútiles, cuando no cla-
4. Principio de resocialización
4.1. Fundamentación del principio (35) STC 299/2005, de 21 de noviembre, FJ 2 (las cursi-
vas son mías): “Este Tribunal ha declarado reiteradamen-
El artículo 25.2 CE dispone que “las penas pri- te que el art. 25.2 CE, en cuanto alude a la orientación de
vativas de libertad y las medidas de seguridad las penas privativas de libertad hacia la reeducación y re-
estarán orientadas hacia la reeducación y rein- inserción social, no contiene un derecho subjetivo, ni me-
nos aún un derecho fundamental, susceptible de protec-
serción social y no podrán consistir en trabajos ción en vía de amparo, sino tan sólo un mandato del cons-
forzados. El condenado a pena de prisión que tituyente al legislador y a la Administración penitenciaria
estuviere cumpliendo la misma gozará de los de- para orientar la ejecución de las penas privativas de liber-
rechos fundamentales de este Capítulo, a excep- tad, de modo que todo lo relacionado con los permisos de
ción de los que se vean expresamente limitados salida es una cuestión situada esencialmente en el terreno
por el contenido del fallo condenatorio, el senti- de la aplicación de la legalidad ordinaria (por todas, STC
115/2003, de 16 de junio, FJ 3). Del mismo modo, hemos
do de la pena y la ley penitenciaria. En todo caso señalado que el art. 25.2 CE no establece que la reeduca-
tendrá derecho a un trabajo remunerado y a los ción y la reinserción social sean las únicas finalidades le-
beneficios correspondientes de la Seguridad So- gítimas de las penas privativas de libertad ni, por lo tanto,
cial, así como el acceso a la cultura y el desarrollo que haya de considerarse contraria a la Constitución la
integral de su personalidad”. aplicación de una pena que pudiera no responder exclusi-
vamente a dicha finalidad (por todas, STC 167/2003, de 29
Este precepto se sitúa sistemáticamente en la de septiembre, FJ 6)”.
Sección primera del Capítulo segundo del Título (36) Véase ya en este sentido el Auto 25/1995 de 30 de
primero, y esto significa que goza de unas espe- enero, FJ 6, en el que el TC se pronuncia al respecto como
respuesta a la alegación de un ciudadano juzgado trans-
ciales características como su aplicación directa curridos catorce años desde la realización de los hechos,
(arts. 9.1 y 53.1 CE), regulación por Ley Orgánica y condenado a pena de privación de libertad pese a que,
(arts. 53.1 y 81 CE), tutela especial ante los Tri- en ese tiempo, se había convertido en un ciudadano tra-
bunales ordinarios, y en su caso, amparo ante bajador, asentado en un puesto de responsabilidad y esta-
el Tribunal Constitucional (arts. 53.2 y 161.1.b ble. Entiendo, sin embargo, que la aplicación de las penas
CE). Sin embargo, la virtualidad práctica de todo privativas de libertad en estos supuestos no sólo viola el
sentir constitucional de la orientación de las mismas hacia
ello es escasa en lo que se refiere al primer inci- la reeducación y reinserción social del reo, sino que igual-
so del precepto, debido a la ambigua expresión mente es contraria a la prevención general positiva, en
usada por el legislador, que es interpretada de cuanto que el cumplimiento de dichas penas es valorado
forma diversa por la doctrina (Serrano Gómez y socialmente como algo “injusto” e “innecesario”. Creemos,
Serrano Maíllo, 2012, p. 20). De hecho el TC ha por tanto, que el único fin que subsiste para poder funda-
declarado que el principio de reeducación y rein- mentarlas es la retribución. Junto a ello, no hay que olvidar
que se está haciendo cargar al ciudadano con las conse-
serción social no contiene un derecho subjetivo, cuencias de una justicia lenta, y, por tanto, ineficaz desde
como tampoco un derecho fundamental suscep- el punto de vista preventivo, lo que viola el derecho consti-
tible de protección mediante recurso de amparo tucional a la tutela judicial efectiva (Demetrio, 1999, p. 71).

24 • Derecho Penal y Criminología - AÑO v • Nº 07 • AGOSTO 2015


DPyC Eduardo Demetrio Crespo

ramente perjudiciales para el condenado, por la b) entender que el fin resocializador abarca tan-
injusticia y crueldad que supondría la aplicación to la fase de ejecución como de imposición de la
de tal clase de males, y al deseo de adaptar así las pena (García Arán, 1982, p. 186, ib., 1997, p. 81);
penas privativas de libertad y las medidas de se- c) entender que dicha finalidad tiene una dimen-
guridad a las exigencias actuales de las ciencias sión fundamentalmente penitenciaria (Boix,
criminológica y penal” (p. 562). 1979, pp. 131-132).
La Constitución Española menciona expresa- En mi opinión, la opción interpretativa más
mente el fin resocializador sin excluir expresa- adecuada del precepto es la primera, ya que la fi-
mente otros fines. Berdugo (1995) pone de relie- nalidad resocializadora de la pena condiciona ya
ve que “aunque el artículo 25.2 de la Constitución el contenido posible de los marcos penales típi-
contenga un pronunciamiento expreso sobre la cos en sí, de donde se deriva la inconstituciona-
orientación de las penas y medidas de privación lidad de penas que eliminen por sí mismas cual-
de libertad hacia la reinserción social del reo, su quier posibilidad de resocialización, tales como
contenido no excluye ni la coexistencia con éste la pena de muerte o la cadena perpetua (Cuerda,
de otros fines, ni que otra clase de penas persigan 2011, pássim.). Por otro lado, no tiene sentido
éste u otros fines” (p. 68). Incluso se puede afir- reservarla a la ejecución penal, en primer lugar
mar que la Constitución recoge tácitamente el fin porque dicha restricción no consta en modo al-
de la prevención general al afirmar que España guno en el texto constitucional y, en segundo lu-
se constituye en un Estado social y democrático gar, porque no serviría de nada intentar ejecutar
de Derecho, pues la función de la pena depende una pena orientándose en el principio resociali-
de la del Estado, y éste debe cumplir una función zador, si éste no ha sido previamente considera-
intervencionista para la protección de bienes en do en la individualización de la pena correspon-
la sociedad (C. Mir, 1986, p. 262). El TC se ha pro- diente. El propio contenido de la antigua regla 1ª
nunciado en este mismo sentido en numerosas del artículo 66 (hoy regla 6ª) viene a apoyar esta
sentencias (SSTC 19/1988 de 16 de febrero, FJ 9; consideración, toda vez que introduce las cir-
75/1998, de 31 de marzo, FJ 2; 159/1999, de 4 de cunstancias personales del reo como criterio de
julio, FJ 4; entre otras) (37). la individualización judicial de la pena (Choclán,
1996, p. 1518). Además, existe amplia jurispru-
4.2. Principio de resocialización y sanción penal dencia del TS en este sentido (STS 7162/1995, de
En la interpretación del artículo 25.2 CE ca- 6 de abril, FD 4; 3735/2000, de 8 de mayo, FD2;
ben diversas opciones: a) entender que el fin entre otras) (38).
resocializador de las penas debe impregnar El precepto presenta, además, el problema in-
todo el proceso de determinación de las penas, terpretativo de saber por qué restringe la finali-
desde la determinación legal, pasando por la in-
dividualización judicial y la ejecución de la pena;
(38) STS 7162/1995, de 6 de abril, FJ 4 (las cursivas son
(37) STC 19/1988, de 16 de febrero, FJ 9 (las cursivas son mías): “Las anteriores consideraciones se realizan para
mías): “La reeducación y la resocialización —que no des- poner de relieve cuál es el régimen sustantivo y procesal
cartan, como hemos dicho, otros fines válidos de la norma de la acumulación jurídica de penas (art. 70.2 del Código
punitiva— han de orientar el modo de cumplimiento de Penal y 988 de la LECr) y su trascendencia. La Constitu-
las privaciones penales de libertad en la medida en que ción Española en su art. 25 establece el principio de que
éstas se presten, principalmente por su duración, a la con- las penas privativas de libertad deben estar orientadas a
secución de aquellos objetivos, pues el mandato presente la rehabilitación y a la reinserción social del que las sufre,
en el enunciado inicial de este art. 25.2 tiene como desti- y como la Constitución no distingue esta finalidad esen-
natarios primeros al legislador penitenciario y a la Admi- cial debe procurarse no sólo en el momento legislativo de
nistración por él creada, según se desprende de una inter- fijar en la ley la pena correspondiente a cada delito, o en
pretación lógica y sistemática de la regla, y sin perjuicio de el ejecutivo del cumplimiento de las penas dentro del sis-
que la misma pueda resultar trascendente a otros efectos, tema penitenciario, sino también en el judicial, a la hora
de innecesaria consideración ahora. No cabe, pues, en su de señalar en la Sentencia la pena correspondiente, o en
virtud, descartar, sin más, como inconstitucionales todas determinar —en pleno uso de la jurisdicción— el límite
cuantas medidas privativas de libertad — tengan o no el punitivo que por aplicación de las normas legales, impida
carácter de ‘pena’— puedan parecer inadecuadas, por su una exacerbación deshumanizada cuando en un mismo
relativamente corta duración, para cumplir los fines allí sujeto se acumulan las consecuencias punitivas de más de
impuestos a la Ley y a la Administración penitenciarias”. una Sentencia”.

AÑO v • Nº 07 • agosto 2015 - Derecho Penal y Criminología • 25


DPyC Derecho Penal doctrina

dad de reeducación y reinserción social exclusi- dignidad de la persona humana (pp. 92 y ss.). Se
vamente a las penas privativas de libertad y a las trata, en sus palabras, “del más importante límite
medidas de seguridad, excluyendo el resto de las material al ejercicio de la potestad punitiva en el
penas, tales como las privativas de derechos y la seno del moderno Estado de Derecho social y de-
multa. A este respecto se ha dicho que la causa mocrático que, desde el punto de vista histórico,
es que éstas son las penas adecuadas para lograr ha sido considerado como el motor que ha po-
este fin, lo que resulta improbable con otras pe- sibilitado la racionalización del Derecho penal y
nas (Octavio, 1981, p. 281). Sin embargo, me pa- la evolución por él experimentada a través de los
rece más correcto pensar que se debe al carácter siglos...” (pp. 92-93) (40).
de texto informador general que tiene la Cons-
titución, lo cual explicaría que ésta haya tenido III. Conclusión
solamente en cuenta aquellas reacciones pena- 1. En general aceptamos la tesis conforme a
les que pueden suponer una mayor lesión de los la cual el análisis de la legitimidad de la pena y,
derechos fundamentales (García Arán, 1982, p. por ende, del Derecho penal, tiene dos niveles.
186) (39). El primero se identifica con la necesidad de la
No debe perderse de vista, en cualquier caso, misma para la protección de los bienes jurídicos
la posibilidad de que la prevención especial con- más importantes frente a los ataques más intole-
duzca a lesionar los derechos inviolables del in- rables. El segundo tiene que ver con el esquema
dividuo: imposición de medidas indeterminadas valorativo que ha de impregnar y limitar cual-
para conseguir la eficacia del tratamiento, e in- quier medio y/o fin que pretenda la consecución
cluso la propia concepción de este último como de aquella finalidad superior. El Derecho penal,
un instrumento dirigido a alterar la personalidad tanto desde el punto de vista estrictamente jurí-
del delincuente. La prevención especial, como dico —como conjunto de normas— como desde
la prevención general, encuentra sus límites el punto de vista sociológico —como sistema de
normativos en la propia Constitución, y particu- control social— ha de aspirar a responder al mo-
larmente, en lo declarado en el artículo 10 de la delo de Estado constitucionalmente consagrado.
misma, en el que la dignidad de la persona, los Mir Puig (1994) ha mantenido la posición de
derechos inviolables que le son inherentes y el que de los presupuestos del Estado social y de-
libre desarrollo de la personalidad se constitu- mocrático de Derecho recogidos en nuestra
yen como el fundamento del orden político y de Constitución se deriva la consecuencia de que a
la paz social. Resulta, por tanto, enormemente la pena sólo pueden atribuírsele funciones pre-
coherente comenzar la exposición de los límites ventivas (pp. 29 y ss.). Pérez Manzano (1986) se
materiales al ius puniendi, como hace Fernan- ha expresado en el sentido de que “de la misma
do Velásquez (2009), partiendo del principio de manera que las concepciones liberal y social
del Estado por separado tienen deficiencias, las
teorías absolutas y relativas de la pena son in-
(39) Si bien en Italia, cuya Constitución recoge en el
artículo 27.3 la orientación de las penas a la reeducación
suficientes e inadecuadas para explicar y legiti-
del condenado, la Corte Constitucional había defendido mar la pena en el Estado social y democrático de
tradicionalmente también la teoría plurifuncional de la Derecho” (pp. 236), y ha querido interpretar la
pena, en la sentencia nº 313 de 1990 pareció asumir una postura anteriormente mencionada de Mir Puig
teoría de la medición de la pena exclusivamente encami- en el sentido por ella propuesto, señalando que
nada al ideal reeducador (Manzzoni, 1996, p. 390). Desta- en realidad “también mantiene una teoría mixta
có igualmente en esta dirección la sentencia de 25 de julio
de 1994, que declaró inconstitucional la reclusión de seis
porque defiende el mantenimiento de la culpabi-
meses como mínimo legal previsto para el delito de inju-
rias. En opinión de Cascajo Castro (1996) “este pronun-
ciamiento judicial, lejos de considerar como letra muerta (40) En un libro reciente Pablo Sánchez-Ostiz (2012)
el mandato constitucional sobre la finalidad reeducativa defiende que en la praxis político-criminal se identifican
de la pena, establece que ésta no se limita a la sola fase de básicamente tres percepciones generalizadas sobre la per-
ejecución, sino que constituye una de las cualidades esen- sona que revisten el carácter de principios: a) el deber de
ciales y generales que caracterizan a la pena en su conte- asegurar los fundamentos de la vida social; b) el deber de
nido ontológico y la acompañan desde cuando nace, en la respetar la libertad humana; y c) el respeto de la dignidad
abstracta previsión normativa, hasta cuando en concreto de la persona en los medios de protección (p. 87 y, sobre
se extingue” (p. 1647). este último, pp. 110 y ss.).

26 • Derecho Penal y Criminología - AÑO v • Nº 07 • AGOSTO 2015


DPyC Eduardo Demetrio Crespo

lidad como límite de la pena, aunque entendién- tiempo. Se trata más bien de no perder de vista
dola como normal motivabilidad” (p. 238, nota la imagen del hombre en tanto que sujeto como
80). Desde mi punto de vista, hay que hacer una punto arquimédico del Estado constitucional,
clara diferenciación entre lo que sería una legiti- entendiendo por tal aquel que nos permite ale-
mación del Derecho penal otorgando a la culpa- jarnos del presente para poder observarlo, y que
bilidad carácter constitutivo no sólo para el sí de es fruto de un largo proceso que no finaliza ni
la pena, sino además para el cuánto en el marco permanece estático en el momento de su consa-
de la individualización judicial de la pena, y la gración en la Carta Magna (Häberle, 1988, p. 19).
aceptación de la culpabilidad sólo como límite El pensamiento jurídico se mueve, con todo, en
liberal o principio garantista, que no es incompa- el difícil balance que resulta entre ciertas contra-
tible con los presupuestos de un Derecho penal posiciones filosófico-jurídicas elementales tales
que atribuya a la pena exclusivamente funciones como, por un lado, la facticidad y la validez (Ha-
preventivas (Demetrio,1999, pp. 251 y ss.). bermas, 1998, pássim), así como, por otro lado, la
que se da entre las condiciones de validez inter-
2. Este trabajo es, en varios sentidos, sólo una na y las de legitimidad externa. Una concepción
aproximación. En la primera parte se ha preten- progresista, dinámica y transformadora del texto
dido llevar a cabo una defensa de un modelo de constitucional, no puede olvidar ninguna de es-
Derecho penal visto desde sus límites. Como se tas vertientes por mucho que se produzcan en
ha podido comprobar, son muchos los aspectos último término superposiciones entre ellas.
básicos que conciernen a la legitimación del cas-
tigo que se ven afectados. Entre ellos ocupa un IV. Bibliografía
lugar preferente los ataques a los que se ha so-
metido una idea básica de la ciencia del Derecho AA.VV. (2000), La insostenible situación del
penal durante mucho tiempo, aquélla según la Derecho Penal, Granada: Comares.
cual la sanción penal ha de servir para algo que
trasciende el hecho mismo —tan atávico como Acale Sánchez, M. (2010), Medición de la res-
violento— de castigar, esto es, pretende proteger puesta punitiva y Estado de Derecho, Cizur Me-
bienes jurídicos y, de ese modo, hacer posible la nor (Navarra): Aranzadi.
convivencia. Acale Sánchez, M. (2013), “Prisión permanen-
El enfoque que parte de la Constitución, así te revisable: Arts. 31 (3 y 4), 70.4, 76.1, 78 bis, 92,
como del conjunto de convenios y tratados inter- 136 y concordantes en la Parte Especial”, en Ál-
nacionales que protegen los derechos humanos varez García, F. J. (Dir.) y Dopico Gómez-Aller,
en el mundo contemporáneo, ofrece una feno- J. (Coord.), Estudio crítico sobre el anteproyec-
menal base para el desarrollo sistemático de este to de reforma penal de 2012, Valencia: Tirant lo
modelo mediante la profundización en los lími- Blanch, pp. 181-202.
tes que resultan de algunos principios constitu- Acale Sánchez, M. et al. (2013), “Custodia de
cionales básicos que han sido objeto de análisis seguridad: Arts. 96.2, 101, 102.3 y 103.2 CP”, en
de la segunda parte del trabajo (41). No sólo se Álvarez García, F. J. (Dir.) y Dopico Gómez-Aller,
logra por esta vía evitar un indeseable aislamien- J. (Coord.), Estudio crítico sobre el anteproyec-
to del Derecho penal del resto del ordenamiento to de reforma penal de 2012, Valencia: Tirant lo
jurídico, sino que, poniendo al ser humano y sus Blanch, pp. 395-402.
derechos en el centro, se establecen las vías para
contrarrestar la tendencia inmanente al autori- Aguado Correa, T. (1999), El principio de pro-
tarismo que caracteriza al derecho penal. Nada porcionalidad en Derecho Penal, Madrid: EDER-
más lejos de un programa de este tipo que una SA.
visión clausurada de la sociedad o anclada en el
Alcácer Guirao, R. (2003), ¿Lesión de bien jurí-
dico o lesión de deber?, Barcelona: Atelier.
(41) Véase el magnífico y detallado análisis de los lími- Alcácer Guirao, R. (2010), “El derecho a la lega-
tes materiales y formales que lleva a cabo Fernando Velás-
lidad penal y los límites de actuación del Tribu-
quez en el Capítulo Segundo de su Tratado (2009, pp. 79
y ss.); también Berdugo et al. (2010), pp. 43 y ss., y Luzón nal Constitucional”, en Mir Puig, S.; Queralt Jimé-
Peña (2012), pp. 23 y ss. nez, J. J. (Dirs.) y Fernández Bautista, S. (Coord.),

AÑO v • Nº 07 • agosto 2015 - Derecho Penal y Criminología • 27


DPyC Derecho Penal doctrina

Constitución y principios del derecho penal: al- Arroyo Zapatero, L. (1999), “El principio de
gunas bases constitucionales, Valencia: Tirant lo culpabilidad y sus plasmaciones. Reflexiones y
Blanch, pp. 15-66. propuestas para la construcción de una norma-
tiva europea”, RP, nº 3, pp. 5-10.
Alexy, R. (1978), Theorie der juristischen
Argumentation. Die Theorie des rationale Dis- Atienza, M. (2012), “Constitucionalismo y De-
kurses als Theorie der juristischen Begründung, recho penal”, en Mir Puig, S.; Corcoy Bidasolo, M.
Frankfurt am Main: Suhrkamp. (Dirs.) y Hortal Ibarra, J. C. (Coord.), Constitu-
ción y sistema penal, Madrid et al.: Marcial Pons,
Alexy, R. (1986), Theorie der Grundrechte, 2012, pp. 19-39.
Frankfurt am Main: Suhrkamp.
Atienza, M. y García Amado, J. A. (2012),
Alonso Álamo, M. (2009a), “Bien jurídico pe- Un debate sobre ponderación, Lima&Bogotá:
nal: más allá del constitucionalismo de los dere- Palestra&Temis.
chos”, EPC, Vol. XXIX, pp. 61-105.
Barberis, M. (2012), Stato Constituzionale, Mo-
Alonso Álamo, M. (2009b), “Bien jurídico dena: Mucchi.
material y bien jurídico procedimental... y dis-
cursivo”, en Carbonell Mateu; González Cussac; Barbero Santos, M. (2000), “Estado constitu-
Orts Berenguer (Dirs.) y Cuerda Arnau (Coord.), cional de Derecho y sistema penal”, Direito e Ciu-
Constitución, Derechos Fundamentales y Sis- dadania, Año IV, nº 10-11, pp. 13-24.
tema penal, Valencia: Tirant lo Blanch, pp. 91-
121. Beccaria, C. (1976), De los delitos y de las pe-
nas (Introducción, notas y traducción de F. To-
Alonso Álamo, M. (2011), “Fundamentación más y Valiente), Madrid: Aguilar.
pre-positiva de los bienes jurídico-penales y de-
recho penal mínimo de los derechos humanos”, Berdugo Gómez de la Torre, I. (1995), “El Pro-
RGDP, nº 15, pp. 1-33. yecto de Código Penal de 1992. Cuestiones de
Parte General”, en RFC, nº 87, pp. 70-76.
Álvarez García, F. J. (1991), “Bien jurídico y
Constitución”, CPC, 1991, pp. 5-44. Berdugo Gómez de la Torre, I. (2012), Viejo y
nuevo Derecho penal. Principios y desafíos del
Álvarez García, F. J. (2001), Consideraciones Derecho penal de hoy, Madrid: Iustel.
sobre los fines de la pena en el ordenamiento
constitucional español, Granada: Comares. Berdugo Gómez de la Torre, I. et al. (2010),
Curso de Derecho penal. Parte General, 2ª ed.
Amelung, Knut. (1972), Rechtsgüterschutz (coord. Demetrio Crespo y Rodríguez Yagüe),
und Schutz der Gesellschaft, Frankfurt am Main: Barcelona: Experiencia.
Athenäum.
Bernardi, A. (2011), “La aproximación consti-
Appel, I. (1998), Verfassung und Strafe, Berlin: tucional al Derecho penal frente a las fuentes e
Duncker & Humblot. instituciones supranacionales europeas”, RP, nº
27, pp. 15-40.
Arroyo Zapatero, L. (1980), “Prohibición del
aborto y Constitución”, RFDUCM, nº 3, monográ- Bernardi, A. (2012), “I principi di subssidarietà
fico La reforma del Derecho Penal, pp. 195-222. e di legalità nel diritto penale europeo”, Mir Puig,
S.; Corcoy Bidasolo, M. (Dirs.) y Gómez Martín,
Arroyo Zapatero, L. (1983), “Principio de lega- V. (Coord.), Garantías constitucionales y Dere-
lidad y reserva de Ley en materia penal”, REDC, cho penal europeo, Madrid et al.: Marcial Pons,
pp. 5-10. 2012, pp. 39-79.
Arroyo Zapatero, L. (1987), “Fundamento y Binding, K. (1902), Lehrbuch gemeinen deuts-
función del sistema penal: el programa penal de chen Strafrecht. Besonderer Teil I, Leipzig: Engel-
la Constitución”, RJCL, nº 1, 1987, pp. 97-110. mann.
Arroyo Zapatero, L. (1998), “Derecho Penal Boix Reig, J. (1979), “Significación jurídico-pe-
económico y Constitución”, RP, nº 1, pp. 1-15. nal del artículo 25.2 de la Constitución”, en Escri-

28 • Derecho Penal y Criminología - AÑO v • Nº 07 • AGOSTO 2015


DPyC Eduardo Demetrio Crespo

tos Penales, Valencia: Universidad de Valencia, Cuerda Riezu, A. (2009), “El principio constitu-
pp. 107-145. cional de responsabilidad personal por el hecho
propio: manifestaciones cualitativas”, ADPCP,
Borja Jiménez, E. (2012), “Custodia de seguri- Tomo 62, Fas. 1, pp. 157-209.
dad, peligrosidad postcondena y libertad en el
Estado democrático de la era de la globalización: Cuerda Riezu, A. (2009), “El principio constitu-
una cuestión de límites”, RGDP 18, pp. 1-57. cional de responsabilidad personal por el hecho
propio: manifestaciones cuantitativas”, ADPCP,
Callies, R. P. (1974), Theorie der Strafe im de-
Tomo 62, Fas. 1, pp. 211-252.
mokratischen und sozial Rechtsstaat, Frankfurt
am Main: Fischer. Cuerda Riezu, A. (2011), Cadena perpetua y las
Cancio Meliá y Gómez Jara Díez (Eds.) (2006), penas muy largas de prisión: por qué son incons-
Derecho penal del enemigo. El discurso penal de titucionales en España, Barcelona: Atelier.
la exclusión (Vols. I y II), Madrid et al.: Edisofer & De León Villalba, F. J. (1998), Acumulación de
BdeF. sanciones penales y administrativas: sentido y
Carbonell, M. (Ed.) (2003), Neoconstituciona- alcance del principio “ne bis in idem”, Barcelona:
lismo(s), Madrid: Trotta. Bosch.

Carbonell Mateu, J. C. (1999), Derecho penal: De Vicente Martínez, R. (1997), “La reinciden-
concepto y principios constitucionales, 3ª ed, Va- cia en el Código Penal de 1995”, ADPCP, Tomo 50,
lencia: Tirant lo Blanch. Fasc. 1-3, pp. 169-184.
Cascajo Castro, J. L. (1996), “Los fines de la De Vicente Martínez, R. (2004), El principio de
pena en el orden constitucional”, en La Ley, pp. legalidad penal, Valencia: Tirant lo Blanch.
1645-1648.
Demetrio Crespo, E. (1999), Prevención gene-
Cerezo Mir, J. (1997), Derecho Penal. Parte Ge- ral e individualización judicial de la pena, Sala-
neral (lecciones 26-40), Madrid: UNED. manca: Universidad de Salamanca.
Choclán Montalvo, J. M. (1996), “La pena ade- Demetrio Crespo, E. (2004), “Del Derecho pe-
cuada a la gravedad de la culpabilidad”, en LL, nº 6, nal liberal al Derecho penal del enemigo”, RDPC,
pp. 1514-1524. nº 14, pp. 87-115.
Corcoy Bidasolo, M. (2012), “Crisis de las garan- Demetrio Crespo, E. (2008), Culpabilidad y
tías constitucionales a partir de las reformas pe- fines de la pena: con especial referencia al pen-
nales y de su interpretación por los tribunales”, en samiento de Claus Roxin, Presentación de Carlos
Mir Puig, S.; Corcoy Bidasolo, M. (Dirs.) y Hortal Caro Coria, Lima: Grijley.
Ibarra, J. C. (Coord.), Constitución y sistema pe-
nal, Madrid et al.: Marcial Pons, 2012, pp. 153-173. Demetrio Crespo, E. (2009), Responsabilidad
penal por omisión del empresario, Madrid: Iustel.
Córdoba Roda, J. (1980), “La pena y sus fines
en la Constitución española de 1978”, Revista de Demetrio Crespo, E. (2010), “Crítica al funcio-
Sociología, nº 13, pp. 129-140. nalismo normativista”, en RDPC, nº 3, pp. 13-26.
Cuello Contreras, J. (1996), Derecho Penal es- Demetrio Crespo, E. (2011a), “Libertad de vo-
pañol. Curso de iniciación. Parte General. Teoría luntad, investigación sobre el cerebro y respon-
del delito 1, 2ª ed., Madrid: Civitas. sabilidad penal”, InDret, nº 2, pp. 1-38.
Cuerda Riezu, A. (2002), “Proporcionalidad, Demetrio Crespo, E. (coord.) (2011b), Leccio-
efecto, desaliento y algunos silencios en la sen- nes y materiales para el estudio del Derecho Pe-
tencia del Tribunal Constitucional 136/1999, que nal. Vol. II. Teoría del delito, Madrid: Iustel.
otorgó el amparo a los dirigentes de Herri Bata-
suna”, en Díez Ripollés et al. (ed.), La ciencia del Demetrio Crespo, E. (2011c), “Shuld und Stra-
derecho penal ante el nuevo siglo. Libro home- fzwecke”, en Heinrich, Jäger et al. (Hrsg.), Strafre-
naje al profesor doctor don José Cerezo Mir, Ma- cht als Scientia Universalis. Festschrift für Claus
drid: Tecnos, pp. 237-256. Roxin zum 80. Geburtstag, 2011, pp. 689-703.

AÑO v • Nº 07 • agosto 2015 - Derecho Penal y Criminología • 29


DPyC Derecho Penal doctrina

Demetrio Crespo, E. (2013), “Compatibilismo Feijóo Sánchez, B. (2010), “Funcionalismo


humanista. Una propuesta de conciliación entre y teoría del bien jurídico”, en Mir Puig, S.; Que-
Neurociencias y Derecho penal”, en Demetrio ralt Jiménez, J. (Dirs.) y Fernández Bautista, S.
Crespo, E. (Dir.) y Maroto Calatayud, M. (Coord.), (Coord.), Constitución y principios del derecho
Neurociencias y Derecho penal. Nuevas perspec- penal: algunas bases constitucionales, Valencia:
tivas en el ámbito de la culpabilidad y tratamien- Tirant lo Blanch, pp. 163-230.
to jurídico-penal de la peligrosidad, Buenos Ai-
res et al.: BdeF & Edisofer, pp. 17-42. Feijóo Sánchez, B. (Ed.) (2012), Derecho penal
de la culpabilidad y Neurociencias, Cizur Menor
Demetrio Crespo, E. (Dir.) y Maroto Calatayud, (Navarra): Civitas.
M. (Coord.) (2013), Neurociencias y Derecho pe-
nal. Nuevas perspectivas en el ámbito de la cul- Fernández, G. (2004), Bien jurídico y teoría del
pabilidad y tratamiento jurídico-penal de la pe- delito: un ensayo de fundamentación dogmática,
ligrosidad, Buenos Aires et al.: BdeF & Edisofer. Montevideo: BdeF.

Díaz Revorio, F. J. (2001), Las sentencias inter- Ferrajoli, L. (1995), Derecho y razón. Teoría del
pretativas del Tribunal Constitucional: significa- garantismo penal, Madrid: Trotta.
do, tipología, efectos y legitimidad, Valladolid: Ferrajoli, L. (2006), Garantismo. Una discusión
Lex Nova. sobre derecho y democracia, Madrid: Trotta.
Díez Picazo y Nieto Martín (Coords.) (2010), Ferrajoli, L. (2011), Principia iuris: teoría del
Los Derechos Fundamentales en el Derecho pe- derecho y de la democracia, Madrid: Trotta.
nal europeo, Cizur Menor (Navarra): Aranzadi.
Ferreres Comella, V. (2011), Una defensa del
Díez Ripollés, J. L. (2003), La racionalidad de las modelo europeo de control de constitucionali-
leyes penales: práctica y teoría, Madrid: Trotta. dad, Madrid: Marcial Pons.
Díez Ripollés, J. L. (2008), “El control de consti- Ferreres Comella, V. (2012), “El control de las
tucionalidad de las leyes penales”, en García Val- leyes penales por parte de los jueces ordina-
dés et al. (Coord.), Estudios penales en homenaje rios”, en Mir Puig, S.; Corcoy Bidasolo, M. (Dirs.)
a Enrique Gimbernat, Tomo I, Madrid: Edisofer, y Hortal Ibarra, J. C. (Coord.), Constitución y
pp. 221-262. sistema penal, Madrid et al.: Marcial Pons, pp.
Donini, M. (2001), “Un Derecho Penal fundado 109121.
en la carta constitucional: razones y límites”, RP, Feuerbach, F. (1847), Lehrbuch des gemeinen
nº 8, pp. 24-38. in Deutschland gültigen Peinlichen Rechts, 14ª
Donini, M. (2003), “La relación entre derecho ed, Gießen: Heyer.
penal y política: método democrático y método García Arán, M. (1997), Fundamentos y aplica-
científico”, en Arroyo Zapatero, L.; Neumann, U. ción de penas y medidas de seguridad en el Códi-
yNieto Martín, A. (Coords.), Crítica y justifica- go Penal de 1995, Pamplona: Aranzadi.
ción del Derecho penal en el cambio de siglo,
Cuenca: UCLM, pp. 69-97. García Arán, M. (1982), Los criterios de deter-
minación de la pena en el Derecho español, Bar-
Donini, M. (2010), “Principios constitucio- celona.
nales y sistema penal. Modelo y programa”, en
RGDP, nº 13, pp. 1-20. García de Enterría, E. (1981), “La Constitución
como norma jurídica”, en García de Enterría y
Donini, M. (2011), “La herencia de Bricola y el Predieri (Coords.), La Constitución española de
constitucionalismo penal como método. Raíces 1978. Estudio sistemático, Madrid: Civitas, pp.
nacionales y desarrollos supranacionales”, NFP, 97-160.
nº 77, pp. 43-83.
García Figueroa, A. (2009), Criaturas de la mo-
Feijóo Sánchez, B. (1997), El injusto penal y su ralidad. Una aproximación neoconstitucionalis-
prevención ante el Nuevo Código Penal de 1995, ta al Derecho a través de los Derechos, Madrid:
Madrid: Colex. Trotta.

30 • Derecho Penal y Criminología - AÑO v • Nº 07 • AGOSTO 2015


DPyC Eduardo Demetrio Crespo

García Rivas, N. (1992), El principio de deter- González Cussac, J. L. (1992), “Principio de


minación del hecho punible en la doctrina del ofensividad, aplicación del Derecho y reforma
Tribunal Constitucional, Madrid: Ministerio de penal”, en Poder Judicial, nº 28, p. 10.
Justicia.
Gonzaález Cussac, J. L. (2007), “Derecho penal
García Rivas, N. (1996), El poder punitivo en el y teoría de la democracia”, en ib., Política crimi-
estado democrático, Cuenca: UCLM. nal, reglas de imputación y derechos fundamen-
tales, Grupo Bogotá: Editorial Ibáñez & Universi-
García Rivas, N. (2011), “La libertad vigilada y dad Santo Tomás, pp. 357-369.
el derecho penal de la peligrosidad”, RGDP, nº 16,
pp. 1-27. González Rus, J. J. (1983), Bien jurídico y Cons-
titución (bases para una teoría), Madrid: Funda-
García-Pablos de Molina, A. (1997), “Princi- ción Juan March.
pio de intervención mínima del Derecho penal
como límite del ius puniendi”, en González González-Cuellar Serrano, N. (1990), Propor-
Rus, J. J. (Coord.), Estudios penales y jurídicos. cionalidad y Derechos Fundamentales en el pro-
Homenaje al Prof. Dr. Enrique Casas Barquero, ceso penal, Madrid: Colex.
Córdoba: Universidad de Córdoba, pp. 249-
260. Greco, L. (2009), Lebendiges und Totes in Fuer-
bachs Straftheorie, Berlin: Duncker & Humblot.
García-Pablos de Molina, A. (1995), Derecho
penal. Introducción, Madrid. Günther, H. L. (1983), Strafrechtswidrigkeit
und Strafrechtsauschlu?: Studien zur Rechtswi-
Gazeas, N. (2013), “La nueva regulación de la drigkeit als Straftatmerkmal und zur Funktion
custodia de seguridad en Alemania. Una pers- der Rechtsfertigungsgründe im Strafrecht, Köln
pectiva sobre la nueva concepción derivada de et al.: Heymann.
las sentencias del Tribunal Europeo de Dere-
chos Humanos y del Tribunal Constitucional Häberle, P. (1988), Das Menschenbild im Ver-
alemán”, en Demetrio Crespo, E. (Dir.) y Maroto fassungsstaat, Berlin: Duncker & Humblot.
Calatayud, M. (Coord.), Neurociencias y Dere- Hart-Hönig, H. (1992), Gerechte und zwec-
cho penal. Nuevas perspectivas en el ámbito de kmäßige Strafzumessung. Zugleich ein Beitrag
la culpabilidad y tratamiento jurídico-penal de la zur Theorie positiver Generalprävention, Berlin:
peligrosidad, Buenos Aires et al.: BdeF & Ediso- Duncker & Humblot.
fer, pp. 629-650.
Hefendhel, R. (ed.) (2007), La teoría del bien
Gimbernat Ordeig, E. (1999), Concepto y mé-
jurídico: ¿fundamento de legitimación del dere-
todo de la ciencia del Derecho penal, Madrid:
cho penal o juego de abalorios dogmático?, Ma-
Tecnos.
drid - Barcelona: Marcial Pons.
Gimbernat Ordeig, E. (2007), “Presentación”,
en Hedendehl (ed.), La teoría del bien jurídico. Hirsch, H. J. (1995), “La posición de la justifi-
¿Fundamento de legitimación del Derecho penal cación y de la exculpación en la teoría del delito
o juego de abalorios dogmático?, Madrid - Barce- desde la perspectiva alemana”, en Eser, Gimber-
lona: Marcial Pons, pp. 11-22. nat y Perron (Eds.), Justificación y exculpación en
Derecho penal, Madrid: UCM & CEJ, pp. 33-60.
Gómez Benítez, M. (1983), “Sobre la teoría del
‘bien jurídico’ (aproximación al ilícito penal)”, en Hirsch, H. J. (2001), “Acerca del estado actual
RFDUC, pp. 85-111. de la discusión sobre el concepto de bien jurídi-
co”, en AA.VV., Modernas tendencias en la ciencia
Gómez Martín, V. (2012), “Falsa alarma, o so- del Derecho penal y en la Criminología, Madrid:
bre por qué la Ley Orgánica 5/2010 no deroga UNED, pp. 371-387.
el principio societas delinquere non potest”, en
Mir Puig, S.; Corcoy Bidasolo, M. (Dirs.) y Gómez Horder, J. (2012), “Harmless Wrongdoing and
Martín, V. (Coord.), Garantías constitucionales the Anticipatory Perspective on Criminalisation”,
y Derecho penal europeo, Madrid et al.: Marcial en Sullivan y Dennis, Seeking Security, Oxford-
Pons, pp. 331-383. Portland: Hart, pp. 79-102.

AÑO v • Nº 07 • agosto 2015 - Derecho Penal y Criminología • 31


DPyC Derecho Penal doctrina

Hormazábal Malaree, H. (1991), Bien jurídico Llobet Rodríguez, J. (2012), Estudio de Dere-
y estado social y democrático de Derecho, Bar- cho penal ilustrado y clásico, San José: ISOLMA.
celona: PPU.
Maiwald, M. (1972), “Zum fragmentarisches
Hruschka, J. (2012), “Kant, Feuerbach y los Charackter des Strafrechts”, en Schroeder, F.C.
fundamentos del Derecho penal”, en Montiel et al. (Hrsg.), Festschrift für Reinhart Maurach,
(ed.), La crisis del principio de legalidad en el Karlsruhe: Müller, pp. 9-24.
nuevo Derecho penal: ¿decadencia o evolución?,
Madrid et al.: Marcial Pons, pp. 87-106. Mannozzi, G. (1996), Razionalità e “giustizia”
nella commisurazione della pena. Il Just Desert
Hussak, D. N. (2002), “Limitations on Crimi- Model e la riforma del Sentencing nordamerica-
nalization and the General Part of Criminal law”, no, Padova: CEDAM.
en Shute y Simester (Eds.), Criminal Law Theory,
Oxford: University Press, pp. 13-46. Marcilla Córdoba, G. (2012), “Argumentación
en el ámbito legislativo y prestigio de la ley pe-
Jakobs, G. (2012), Rechtsgüterschutz? Zur Le- nal”, en Mir Puig, S.; Corcoy Bidasolo, M. (Dirs.)
gitimation des Strafrechts, Paderborn et al.: Fer- y Hortal Ibarra, J. C. (Coord.), Constitución y
dinand Schöningh. sistema penal, Madrid et al.: Marcial Pons, pp.
Jescheck, H. J. y Weigend, T. (2002), Tratado de 67-107.
Derecho penal. Parte General, 5ª ed., Granada: Mayer, M. E. (1923), Der allgemeine Teil des
Comares deutschen Strafrechts Lehrbuch, 2ª ed., Heidel-
Kelsen, H. (1993), Teoría pura del derecho, 7ª berg: Winter.
ed., México D.F.: Porrúa. Marco Francia, P. (2012), La libertad vigilada,
Kuhlen, L. (2012), La interpretación conforme Trabajo Final de Máster (inédito).
a la Constitución de las leyes penales, Madrid: Mir Puig, S. (1976), Introducción a las bases del
Marcial Pons. Derecho penal. Concepto y método, Barcelona:
Lagodny, O. (1996), Strafrecht vor den Bosch.
Schranken der Grundrechte, Tübingen: Mohr.
Mir Puig, S. (1994), El Derecho penal en el Es-
Lamarca Pérez, C. (1987), “Legalidad penal tado social y democrático de Derecho, Barcelo-
y reserva de ley en la Constitución española”, na: Ariel.
REDC, nº 20, pp. 99-138.
Mir Puig, S. (2009), “El principio de propor-
Lascuraín Sánchez, J. A. (2012), “¿Restrictivo o cionalidad como fundamento constitucional de
deferente? El control de la ley penal por parte del límites materiales del Derecho penal”, en Car-
Tribunal Constitucional”, InDret, nº 39, pp. 1-34. bonell Mateu; González Cussac; Orts Berenguer
(Dirs.) y Cuerda Arnau (Coord.), Constitución,
Lopera Mesa, G. P. (2006), Principio de propor- Derechos Fundamentales y Sistema penal, Va-
cionalidad y ley penal, Madrid: Centro de Estu- lencia: Tirant lo Blanch, pp. 1357-1382.
dios Políticos y Constitucionales.
Mir Puig, S. (2010), “Constitución, Derecho
Lopera Mesa, G. P. (2010), “Posibilidades y lí- penal y globalización”, en Mir Puig, S.; Corcoy
mites del principio de proporcionalidad como Bidasolo, M. (Dirs.) y Gómez Martín, V. (Coord.),
instrumento de control del legislador penal”, en Política criminal y reforma penal, Madrid et al.:
Mir Puig, S.; Queralt Jiménez, J. (Dirs.) y Fernán- Edisofer & BdeF, pp. 3-13.
dez Bautista, S. (Coord.), Constitución y princi-
pios del derecho penal: algunas bases constitu- Mir Puig, S. (2011a), Derecho penal. Parte Ge-
cionales, Valencia: Tirant lo Blanch, pp. 105-137. neral, 9ª ed, Barcelona: Reppertor.
Luzón Peña, D. (1996), Curso de Derecho pe- Mir Puig, S. (2011b), Bases constitucionales del
nal. Parte General I, Madrid: Universitas. Derecho penal, Madrid: Iustel.
Luzón Peña, D. (2012), Lecciones de Derecho Mir Puig, S.; Corcoy Bidasolo, M. (Dirs.) y Gó-
penal. Parte General, Valencia: Tirant lo Blanch. mez Martín, V. (Coord.) (2012), Garantías cons-

32 • Derecho Penal y Criminología - AÑO v • Nº 07 • AGOSTO 2015


DPyC Eduardo Demetrio Crespo

titucionales y Derecho penal europeo, Madrid et Prittwitz, C. (2000), “El Derecho penal alemán:
al.: Marcial Pons. ¿fragmentario? ¿subsidiario? ¿ultima ratio? Re-
flexiones sobre la razón y límites de los princi-
Mir Puig, S.; Corcoy Bidasolo, M. (Dirs.) y Hor- pios limitadores del Derecho penal”, en AA.VV.,
tal Ibarra, J. C. (Coord.) (2012), Constitución y La insostenible situación del Derecho penal,
sistema penal, Madrid et al.: Marcial Pons. Granada: Comares, pp. 427-446.
Mir Puig, S.; Queralt Jiménez, J. (Dir.) y Fer- Quintero Olivares, G. (1976), Represión penal y
nández Bautista, S. (Coord.) (2010), Constitución Estado de Derecho, Barcelona: Dirosa.
y principios del derecho penal: algunas bases
constitucionales, Valencia: Tirant lo Blanch. Quintero Olivares, G. (1998), La justicia penal
en España, Pamplona: Aranzadi.
Muñoz Clares, J. (2012), “Sobre la llamada
‘Doctrina Parot’“, RGDP, nº 18, pp. 1-18. Quintero Olivares, G. (2013), “Monismo y dua-
lismo. Culpables y peligrosos”, en Demetrio Cres-
Muñoz Conde, F. (1975), Introducción al Dere- po, E. (Dir.) y Maroto Calatayud, M., (Coord.),
cho penal, Barcelona: Bosch. Neurociencias y Derecho penal. Nuevas perspec-
Muñoz de Morales Romero, M. (2011), El legis- tivas en el ámbito de la culpabilidad y tratamien-
lador penal europeo: legitimidad y racionalidad, to jurídico-penal de la peligrosidad, Buenos Ai-
Cizur Menor (Navarra): Civitas. res et al.: BdeF & Edisofer, pp. 651-667.

Nieto Martín, A. (2012), “Constitución y global Ramos Pascua, J. A. (1992), “El fundamento del
law”, en Mir Puig, S.; Corcoy Bidasolo, M. (Dirs.) vigor jurídico de los principios. Dworkin frente a
y Gómez Martín, V. (Coord.), Garantías constitu- Esser”, en Anuario de Filosofía del Derecho, 1992,
cionales y Derecho penal europeo, Madrid et al.: pp. 269-290.
Marcial Pons, pp. 83-104. Robinson, Paul H. (2012), Principios distributi-
Octavio de Toledo y Ubieto, E. (1981), Sobre el vos del Derecho penal. A quién debe sancionarse
concepto del Derecho penal, Madrid: UCM. y en qué medida, Madrid et al.: Marcial Pons.

Palazzo, F. (1998), “Estado constitucional de Robles Planas, R. (2011), “Pena y persona ju-
derecho y derecho penal”, en RP, nº 2, pp. 49-60. rídica. Crítica del art. 31 bis CP”, Año XXXII, nº
7705, pp. 1-10.
Paredes Castañón, J. M. (2013), La justificación
de las leyes penales, Valencia: Tirant lo Blanch Robles Planas, R. y Sánchez-Ostiz Gutiérrez, P.
(en prensa). (Coords.) (2010), La crisis del derecho penal con-
temporáneo, Barcelona: Atelier.
Pérez Manzano, M. (1986), Culpabilidad y pre-
vención: Las teorías de la prevención general Rodríguez Montañés, T. (2009), “Expansión
positiva en la fundamentación de la imputación del Derecho penal y límites constitucionales”, en
subjetiva y de la pena, Madrid: UAM. Carbonell Mateu; González Cussac; Orts Beren-
guer (Dirs.) y Cuerda Arnau (Coord.), Constitu-
Prieto Sanchís, L. (2003a), “Neoconstituciona- ción, Derechos Fundamentales y Sistema penal.
lismo y ponderación judicial”, en Carbonell, M. Semblanzas y estudios con motivo del setenta
(Ed.), Neoconstitucionalismo(s), Madrid: Trotta, aniversario del Profesor Tomás Salvador Vives
pp. 123-158. Antón, Valencia: Tirant lo Blanch, pp. 1655-1672.
Prieto Sanchís, L. (2003b), Justicia constitu- Rodríguez Yagüe, C. (2013), El sistema peniten-
cional y Derechos Fundamentales, 2ª ed., Trotta: ciario español ante el siglo XXI, Madrid: Iustel.
Madrid.
Roxin, C. (1997), Derecho penal. Parte Gene-
Prieto Sanchís, L. (2003c), La Filosofía penal de ral. Tomo I, Madrid: Civitas.
la Ilustración, México DF: INACIPE.
Roxin, C. (2013), “El concepto de bien jurídico
Prieto Sanchís, L. (2011), Garantismo y Dere- como instrumento de crítica legislativa sometido
cho penal, Madrid: Iustel. a análisis”, RECPC, 15-01, pp. 1-27.

AÑO v • Nº 07 • agosto 2015 - Derecho Penal y Criminología • 33


DPyC Derecho Penal doctrina

Rudolphi, H. J. (1969), Unrechtsbewußtsein, del objeto de tutela jurídico-penal”, RFDUC, nº


Verbotsirrtum und Vermeidbarkeit des Verbotsi- 63, pp. 123-149.
rrtums, Göttingen: Schwartz.
Terradillos Basoco, J. (1986), “Constitución y
Sánchez-Ostiz, P. (2012), Fundamentos de po- ley penal. La imposible convergencia”, en AA.VV,
lítica criminal, Madrid et al.: Marcial Pons. Estudios de Derecho penal en Homenaje al Prof.
Luis Jiménez de Asúa, Madrid: Universidad
Schuhr, J. C. (2012), “El principio de adecuación Complutense, pp. 651-665.
legal de las penas en el Derecho de la Unión Eu-
ropea”, en Montiel (Ed.), La crisis del principio de Terradillos Basoco, J. (2003), “La Constitución
legalidad en el nuevo Derecho penal: ¿decadencia penal: los derechos de la libertad”, en Capella Her-
o evolución?, Madrid et al.: Marcial Pons, pp. 371- nández, J. R. (Ed.), Las sombras del sistema consti-
398. tucional español, Madrid: Trotta, pp. 355-382.

Schünemann, B. (1991), “La función del prin- Tiedemann, K. (1991), “Constitución y Dere-
cipio de culpabilidad en el Derecho penal pre- cho penal”, REDC, nº 11, pp. 145-171.
ventivo”, en Schünemann, B. (ed.), El sistema Torío López, A. (1985), “El concepto individual
moderno del Derecho penal: cuestiones funda- de culpabilidad”, ADPCP, Tomo XXXVIII, Fasc. II,
mentales, Madrid, 1991, pp. 147-178. pp. 285-301.
Schünemann, B. (2007), “¡El Derecho penal Urruela Mora, A. (2009), Las medidas de segu-
es la ultima ratio para la protección de bienes ridad y reinserción social en la actualidad, Gra-
jurídicos!”, en ib., Aspectos puntuales de la nada: Comares.
dogmática jurídico penal, Bogotá: Grupo Edi-
torial Ibáñez & Universidad Santo Tomás, pp. Velásquez Velásquez, F. (2009), Derecho penal.
251-278. Parte General, Tomo I, Santiago: Editorial Jurídi-
ca de Chile.
Serrano Gómez, A. y Serrano Maíllo, Mª I.
(2012), El mandato constitucional hacia la ree- Viganò, F. (2012), “Sobre las obligaciones de tu-
ducación y reinserción social, Madrid: Dykinson. tela penal de los Derechos Fundamentales en la
jurisprudencia del TEDH”, en Mir Puig, S.; Corcoy
Silva Sánchez, J. Mª (1992), Aproximación al De- Bidasolo, M. (Dirs.) y Gómez Martín, V. (Coord.),
recho penal contemporáneo, Barcelona: Bosch. Garantías constitucionales y Derecho penal euro-
peo, Madrid et al.: Marcial Pons, 2012, pp. 311-328.
Silva Sánchez, J. Mª (2011), La expansión del
Derecho penal. Aspectos de la política criminal Vives Antón, Tomás S. (2013), “Ferrajoli y después:
en las sociedades postindustriales, Madrid et al.: una reflexión sobre los fundamentos de la teoría
Edisofer & BdeF. del derecho”, Teoría & Derecho, nº 13, pp. 281-327.
Silva Sánchez, J. Mª; Baldó Lavilla, F. y Corcoy Vornbaum, T. (2012), “Fragmentarisches Stra-
Bidasolo, M. (1997), Casos de la jurisprudencia frecht in Geschichte und Dogmatik”, ZStW, Vol.
penal con comentarios doctrinales. Parte Gene- 123, pp. 660-690.
ral. Adaptado al Código penal de 1995, Barcelo-
Weigend, T. (2013), “Wohin bewegt sich das Stra-
na: J. Mª Bosch.
frecht? Probleme und Entwicklungstendenzen im
Stächelin, G. (1998), Strafgesetzgebung im Ver- 21. Jahrhundert”, en Freund et al. (Hg.), Grundla-
fassungsstaat, Berlin: Duncker & Humblot. gen und Dogmatik des gesamten Strafrechtssys-
tems. Festscrift für Wolfgang Frisch zum 70. Ge-
Stächelin, G. (2000), “¿Es compatible la ‘prohi- burtstag, Berlin: Duncker & Humblot, pp. 17-30.
bición de infraprotección’ con una concepción
liberal del Derecho penal?”, en AA.VV., La insos- Ziffer, P. (2013), “Begriff der Strafe und Si-
tenible situación del Derecho penal, Granada: cherungsverwahrung”, en Freund et al. (Hg.),
Comares, pp. 289-304. Grundlagen und Dogmatik des gesamten Stra-
frechtssystems. Festscrift für Wolfgang Frisch
Terradillos Basoco, J. (1981), “La satisfacción zum 70. Geburtstag, Berlin: Duncker & Humblot,
de necesidades como criterio de determinación pp. 1077-1091. u

34 • Derecho Penal y Criminología - AÑO v • Nº 07 • AGOSTO 2015


DPyC Derecho Penal DOCTRINA

Apostillas sobre la insolvencia alimentaria fraudulenta


Por Rubén E. Figari

Sumario: I. Introducción y antecedentes. — II. Bien jurídico prote-


gido. — III. Naturaleza de la obligación alimentaria. — IV. ¿Agravan-
te o delito autónomo? — V. Aspecto objetivo y acciones típicas. —
VI. Sujeto activo. — VII. Sujeto pasivo. — VIII. Consumación y tenta-
tiva. — IX. Aspecto subjetivo. — X. Relación concursal con el delito
de incumplimiento de los deberes de asistencia familiar. — XI. Ca-
rácter de la acción.— XII. Bibliografía.

I. Introducción y antecedentes El despacho de las comisiones de Legislación


Penal y de Familia, Mujer y Minoridad de la Cá-
El art. 2 bis fue incorporado por la ley 24.029 a
mara de Diputados aconsejó que el tipo penal se
la ley 13.944 (según el Digesto Jurídico Argentino,
insertara dentro del sistema de la ley 13.944: “las
ahora art. 138 inc. 3º del C.P. —S-0155—) en estos
comisiones han aceptado la idea y la comparten,
términos: “Será reprimido con pena de uno a seis
pero han decidido incorporarla a la ley específica
años de prisión, el que con la finalidad de eludir
que trata sobre el incumplimiento de los deberes
el cumplimiento de sus obligaciones alimenta-
de asistencia familiar. Con ello se otorga una pro-
rias, maliciosamente destruyere, inutilizare, da-
tección más amplia a la asistencia familiar toda
ñare, ocultare o hiciere desaparecer bienes de
vez que no se circunscribe al curso de un proceso
su patrimonio o fraudulentamente disminuyere
o después de una sentencia judicial como lo hace
su valor y de esta manera frustrare, en todo o en
el art. 179 del Código Penal, sino que queda tipi-
parte el cumplimiento de dichas obligaciones”.
ficada aunque no exista ningún proceso en trá-
Del contexto de la norma antes expuesta se mite; basta que se insolvente para no cumplir los
advierte, sin hesitación, que ella se erige en una deberes alimentarios, frustrando de esa forma el
réplica del art. 179, segunda parte, del C.P., que cumplimiento de dichas obligaciones. Adviérta-
habla de la insolvencia fraudulenta y que la úni- se que la ley 13.944 donde se incorpora el nuevo
ca diferencia estriba en el aspecto objetivo, en tipo penal como art. 2º bis, se refiere exclusiva-
cuanto a una circunstancia de tiempo, pues en mente al incumplimiento de los deberes de asis-
dicho tipo la conducta disvaliosa debe desple- tencia familiar, con lo cual se protege a la familia
garse “durante el curso de un proceso o después como bien jurídico. En cambio, en el Código Pe-
de una sentencia condenatoria”, mientras que en nal hubiera quedado incorporado entre los deli-
la insolvencia alimentaria fraudulenta dicho re- tos contra la propiedad y al ponerse después de
quisito está ausente y por lo tanto no tiene gra- los quebrados la insolvencia fraudulenta se los
vitación. relacionaría con ellos, lo cual podría llegar a ser
La ley 24.029 tiene como fuente el Proyecto inconveniente” (Diario de Sesiones de la Cámara
de la diputada Irma Roy que fue sancionado el de Diputados de la Nación, 27 de septiembre de
29/11/91, promulgado el 9/12/91 y publicado en 1990, p. 3376) (1).
el B.O. el 18/12/91. El Proyecto ubicaba la figura La inserción de esta forma de insolventarse en
como tercer párrafo del art. 179, a continuación el contexto de la ley 13.944 ha sido materia de va-
de la insolvencia fraudulenta con el siguiente rias críticas por parte de la doctrina.
texto: “Si las conductas descriptas afectaran el
cumplimiento de obligaciones alimentarias, la
(1) TRABALLINI, Mónica, “Insolvencia alimentaria
pena será de tres a seis años de prisión, no siendo fraudulenta (art. 2º bis)”, en CARRERA, Daniel, Estudios
aplicables a este agravante las excusas absoluto- de las figuras delictivas, t. I, Advocatus, Córdoba, 1994,
rias del art. 185 de este Código”. p. 348 nota 26.

AÑO v • Nº 07 • agosto 2015 - Derecho Penal y Criminología • 35


DPyC Derecho Penal doctrina

Se ha dicho que la reproducción de la figu- para los sujetos activos previstos en la ley 13.944
ra del art. 179 del C.P. en la ley mencionada, de no aparece como irrazonable o arbitrario, como
modo aislado y asistemático, resulta sumamente así tampoco se viola el principio de igualdad si se
objetable, entre otras razones, por no contarse interpreta que el tipo del art. 2 bis (art. 138 inc.
con un catálogo de presunciones que le permita 3º C.P.) se aplica exclusivamente a las personas
al juez penal tener por acreditadas las maniobras comprendidas por la ley 13.944, en cambio, para
de insolvencia alimentaria, lo que procesalmen- cualquier otro deudor de una obligación alimen-
te provoca serias dificultades probatorias (2). taria que recurre a la insolvencia fraudulenta, su
conducta se encasillaría en el art. 179, 2ª parte,
Otros consideran que el acierto o no de la op-
del C.P. (5).
ción político-criminal de incorporar el delito a
la ley especial sobre asistencia familiar es una Estos autores plantean un interesante comenta-
cuestión que resulta sumamente discutible, pero rio sobre cómo se genera la preocupación por la
demuestra al menos la intención legislativa de insolvencia alimentaria fraudulenta, lo que puede
no dejar al margen de la penalidad ciertas con- tener un punto de contacto con los actos de fraude
ductas que, guiadas por una finalidad específica, conyugal en los episodios de separación o divor-
afectan el derecho de los individuos a la intangi- cio que más adelante se van a tocar (6).
bilidad de su vocación alimentaria (3).
Donna entiende que la dosificación punitiva (5) CAIMMI, Luis — DESIMONE, Guillermo (ob. cit.,
seleccionada no guarda relación de simetría no p. 152).
sólo con la insolvencia prevista en el art. 179, (6) “Incurre en el delito de insolvencia alimentaria
sino con la propia figura del incumplimiento de fraudulenta quien se desprendió de una parte muy im-
portante de su patrimonio conociendo la existencia de la
los deberes de asistencia familiar por cuanto el deuda alimentaria y de la demanda civil que existía en su
autor procura mediante otros medios no hacer contra, con la finalidad de disminuir su patrimonio para
frente a la satisfacción de los deberes alimenta- frustrar en todo o en parte sus obligaciones alimentarias”.
rios (4). T. Oral Crim. Nro. 1 Capital Federal, 04/09/2003 - T., J. A.
- LL 2004-A- 121.”El tipo penal del delito tipificado por el
Caimmi y Desimone ponen de resalto el tra- art. 2 bis de la ley 13.944 (ADLA, X-A, 86) se satisface con
tamiento dispar que el legislador les ha dado a la demostración de que fraudulentamente se pretendió
estas insolvencias —prisión de seis meses a tres eludir el pago de las obligaciones alimentarias, indepen-
dientemente de que se haya logrado su cometido o no”.
años para la genérica y uno a seis años para la C.N. Casación Penal, sala II - 16/06/1999 - R., M. A. - AR/
del art. 2 bis (art. 138 inc. 3º C.P.)— y plantean la JUR/3567/1999.1. “Corresponde condenar al imputado
pregunta acerca de si dicho destrato no afecta de por haberse insolventado con el fin de no cumplir con sus
algún modo el principio de igualdad que garanti- obligaciones alimentarias, si las operaciones patrimonia-
za el art. 16 de la C.N. Razonan que si se compa- les investigadas tuvieron por finalidad sustraer sus bienes
ra la situación de un acreedor de cualquier otra con tal objetivo”.2. “La disminución del patrimonio con
el fin de no cumplir con la obligación alimentaria hace
obligación civil con la de aquellos que son bene- aplicable la figura del delito del art. 2° bis de la ley 13.944
ficiarios de la asistencia familiar, se supone, en (Adla, X-A, 86 conf. ley 24.029 -Adla, LI-D, 3919-)”.3. “La
principio, que los que no se les ha suministrado existencia de otros bienes en el patrimonio del imputado,
los medios indispensables para su subsistencia no obsta a la tipicidad de su disminución provocada con
se encuentran en un estado más proclive a la vul- el fin de eludir obligaciones alimentarias, desde que la fi-
gura típica no exige la desaparición del patrimonio, sino
nerabilidad e indefensos, por consiguiente y con
que basta con que dicho comportamiento frustre, cuando
más razón tratándose de menores de edad. Por lo menos en parte, el cumplimiento de la obligación”. T. Oral
que concluyen que este tratamiento más severo Crim. Nro. 27 Capital Federal -16/08/1995 - V. R., P. O. -LL
1996-A - 783.”Incurre en insolvencia fraudulenta el esposo
(2) CAIMMI, Luis — DESIMONE, Guillermo, Los deli- que con conocimiento de la demanda por alimentos ins-
tos de incumplimiento de los deberes asistencia familiar taurada por su cónyuge, maliciosamente cedió sus cuotas
e insolvencia alimentaria fraudulenta, 2ª ed. actualizada, societarias con la finalidad de frustrar la acción instaura-
Depalma, Buenos Aires, 1997, p. 149. da”. C. Penal Morón, sala II- 30/04/1990 - P., S. O. y otro -DJ
1990-2-283.”Incurre en el delito de insolvencia fraudulen-
(3) BUOMPADRE, Jorge, Insolvencia fraudulenta, ta el procesado que frente a la notificación judicial de la
Astrea, Buenos Aires, 2002, p. 111. liquidación de la suma que por alimentos debía pagar a su
(4) DONNA, Edgardo, Derecho Penal. Parte Especial, t. II- hija, enajenó sus bienes para eludir el deber alimentario”.
A, Rubinzal-Culzoni, Santa Fe, 2001, p. 431. C.N. Crim. y Correc., sala II - 07/07/1989 - B. V. de P. - LL

36 • Derecho Penal y Criminología - AÑO v • Nº 07 • AGOSTO 2015


DPyC Rubén E. Figari

En efecto, dicen que ya en el año 1942 Ure ha- beneficiarias de dicho deber. Consideraba Ure,
bía efectuado un análisis crítico del Proyecto de como circunstancia de mayor peligrosidad, la
Código Penal de 1937 (7) expresando su preocu- insolvencia que reconoce como causa un com-
pación por la falta de criminalización específica portamiento fraudulento, mediante el traspaso
de aquellas conductas en las que el sujeto activo simulado de bienes a un tercero o cualquier otra
del delito de incumplimiento de deberes de asis- maniobra igualmente reprobable, sugiriendo
tencia familiar se colocaba en forma maliciosa en para estos supuestos la agregación de un aparta-
la insolvencia para no hacer frente a sus obliga- do legal especial (8).
ciones y al deber jurídico impuesto por la norma Refieren que la inquietud de Ure en 1942 tie-
penal, eludiendo su compromiso de prestar los ne tanta vigencia —yo agregaría como el tango
medios indispensables para la subsistencia de su “Cambalache”— ante los conflictos que se pro-
cónyuge e hijos, o de cualquiera de las personas ducen por rupturas matrimoniales y la conse-
cuente formación de nuevas parejas por algunos
1989-E - 76.”Corresponde condenar al imputado como au- de los ex cónyuges que lleva en varias oportuni-
tor penalmente responsable del hecho de sustraer bienes dades a situaciones que abarcan incumplimien-
del patrimonio conyugal en perjuicio de su cónyuge sepa-
rada de hecho, delito tipificado por el art. 2° bis de la ley
tos alimentarios e insolvencias como una espe-
13.944 (Adla, X-A, 86), pues aquél realizó una maniobra cie de “venganza” ante el suceso producido. “En
de insolvencia real al transferir, indebida e ilegalmente, virtud de esos mecanismos psicológicos y juicios
el dominio de un automotor, haciéndolo desaparecer del de valor desaconsejables, quien ha decidido
patrimonio y afectando sustancialmente la constitución e provocar la ruptura conyugal, mucho antes de
integración del mismo”. C. Apel. Penal Concepción, sala I,
11/08/2004 - M., F. R. LLNOA 2004 - 309.
promover una acción de divorcio o separación,
incurre en fraudes a la sociedad conyugal, o lue-
(7) En el Título I “Delitos contra la persona”, Capítulo
VI, “Incumplimiento de los deberes de asistencia” el art. go de obtenida la sentencia correspondiente —e
148 especificaba: “Se impondrá multa de cien a dos mil incluso mientras dura el proceso— se insolventa,
pesos al padre o madre, tutor o guardador que se sustraiga recurriendo a la intermediación de terceros para
al cumplimiento de sus deberes de asistencia para con el consumar la maniobra, disminuir su real caudal
menor de menos de dieciocho años que se encuentre bajo económico, disminuir y hasta eludir —con todo
la patria potestad, tutela o guarda. La misma sanción se
impondrá al curador que no prestare asistencia al inca-
ello— el cumplimiento de sus deberes de asis-
paz; y al descendiente que no cumpliere la obligación de tencia familiar”(9). Se ponen como ejemplos que
prestar alimentos a su ascendiente, aunque mediare sen- el inmueble que habita es de su actual pareja; el
tencia que lo conmine a ello”. El art. 149 decía: “Se impon- automóvil que utiliza es prestado por ella; el ni-
drá prisión de seis meses a dos años al marido que, aún vel socioeconómico que tiene también se lo atri-
sin mediar sentencia que lo conmine a ello, se sustraiga
buye a ella o a sus parientes; que sólo es emplea-
a sus deberes de asistencia a la mujer, si ésta se hallare en
la indigencia o sin más recursos que los indispensables, do del negocio o empresa que se le atribuye en la
provenientes de su trabajo personal”. En la Exposición de denuncia o querella como de su propiedad; no es
Motivos se exponía lo siguiente: “Por primera vez se pro- socio sino gerente de tal o cual sociedad, etc. De
pone, en nuestro país, considerar delictuoso el incum- allí su dificultad probatoria.
plimiento de los deberes de asistencia que una persona
tenga respecto de otra. La sanción de un hecho semejante
es, sin embargo, necesario. Son muchas las legislaciones (8) URE, Ernesto, Temas y casos de Derecho Penal,
que contemplan tal necesidad. Hay divergencia acerca de Ideas, Buenos Aires, 1942, ps. 32/33.
si la sanción ha de estar subordinada al pronunciamien- (9) CAIMMI, Luis — DESIMONE, Guillermo (ob. cit.,
to de una resolución judicial que imponga la obligación p. 15); LASCANO, Carlos, La ley 13.944 y el estado actual
de la asistencia. Entendemos que tal requisito no debe de la jurisprudencia (del delito de incumplimiento de los
ser exigido. Establecemos que la acción por este delito deberes de asistencia familiar), Lerner, Córdoba, 1964, p. 1
será privada cuando sea el marido el que se sustraiga al y sgtes. “Del articulado de la ley 13.944 se desprende que
cumplimiento de los deberes de asistencia respecto de la familia no se refiere tan solo a un determinado núcleo
la mujer. Dejamos constancia de que, acerca de lo que es fundado puramente en relaciones parentales entre ciertos
materia del presente capítulo, hemos recibido sugestiones sujetos activos y pasivos, sino que se amplía ese círculo
muy interesantes de los doctores Ernesto J. Ure y Antonio con núcleos determinados por relaciones de cuidado y di-
Beruti, jueces de instrucción en lo criminal de esta capital” rección, sustitutivos de la relación familiar parental, como
(Cfme. ZAFFARONI, Eugenio — ARNEDO, Miguel, Diges- son los casos de las vinculaciones entre el tutor, curador
to de codificación penal Argentina, t. IV, AZ Editores, Ma- y guardador con sus pupilos, incapaces y guardados, res-
drid, 1996, p. 612). pectivamente”.

AÑO v • Nº 07 • agosto 2015 - Derecho Penal y Criminología • 37


DPyC Derecho Penal doctrina

“En segundo lugar, las acciones desplegadas forma del Código Penal de 2014 que como se vio
por uno de los cónyuges en fraude a la sociedad supra tiene un título y un capítulo específico—.
conyugal, y que al mismo tiempo son un acto
de ejecución del delito que estudiamos, están Con respecto a la insolvencia alimentaria frau-
abarcadas por la excusa absolutoria del art. 185 dulenta ningún proyecto lo ha incluido en sus
inc. 1º del Código Penal, lo que impide ab initio dispositivos —con excepción de los Proyec-
su persecución. En otros supuestos, esas con- tos del M.J.D.H.N (art. 114) y el Anteproyecto
ductas son actos preparatorios y por lo tanto, no de reforma integral del Código Penal de 2014
punibles”(10). (art. 138.3)— por lo que el tipo penal ha que-
dado recluido como art. 2º bis y semejante al
El Anteproyecto de reforma integral del Có- art. 179, 2º párr. del C.P. en la ley 13.944 (aho-
digo Penal de 2014 dedica un título específico: ra art. 138 inc. 3º del C.P.). “La ausencia en el
“Delitos contra las relaciones de familia y el es- Código Penal de un título que proteja la familia
tado civil” y en el Capítulo III, “Incumplimien- como bien jurídico, conteniendo toda una gama
tos lesivos de relaciones familiares”, el art. 138.3 de modalidades delictivas, entre ellas, este tipo
establece: “Será penado con prisión de UNO a de incumplimientos, trae como consecuencia
CUATRO años el que, con la finalidad de eludir la proliferación de delitos relacionados entre sí
el cumplimiento de sus obligaciones alimenta- por la pretensión de tutela al bien, a ciertas re-
rias, maliciosamente destruyere, inutilizare, da- laciones, aspectos o proyecciones del mismo, di-
ñare, ocultare o hiciere desaparecer bienes de seminados en diversos títulos, capítulos o leyes
su patrimonio, fraudulentamente disminuyere especiales, careciendo de una sistematización y
su valor o simulare percibir menores ingresos, método propios de un Código, que en definitiva
frustrando en todo o en parte el cumplimiento aseguran la protección pretendida, tornando el
de dichas obligaciones”. En la Exposición de Mo- castigo más justo y civilizado. El artículo 2º bis no
tivos simplemente se expresa que “El inciso 3º escapa a lo dicho. El legislador decidió terminar
corresponde al artículo 2 bis vigente, introducido con la impunidad de ciertas conductas disvalio-
por la ley 24.029. A la redacción del texto vigen- sas y no tuvo otra alternativa que incorporarlo al
te se ha agregado sólo la simulación de menores articulado de la ley 13.944, a pesar de que como
ingresos”. veremos, no existe prácticamente similitud algu-
na entre los diversos tipos contemplados” (12).
Por medio de la ley 26.939 que adopta el tex-
to del Digesto Jurídico Argentino que entre otras II. Bien jurídico protegido
materias reordenan las relativas al fuero penal y
entre ellas al Código Penal (S-0155) y en lo que a Un sector doctrinario considera que este delito
esto concierne el art. 2 bis de la ley 13.944, como de insolvencia fraudulenta, en cuanto a su bien
sus otros artículos es insertado en el Título IV jurídico protegido, difiere del incumplimiento
“Delitos contra el estado civil” en el Capítulo III de los deberes de asistencia familiar, por lo tanto
“Incumplimiento de deberes de asistencia fami- el bien tutelado no es la familia, sino la vocación
liar”, art. 138 inc. 3º (11). alimentaria de quienes se encuentren ligados al
sujeto alimentante mediante un vínculo biológi-
Al margen del Proyecto de 1937, para recalar co o jurídico familiar (13).
en el año 1950 con la ley 13.944, los posteriores
incluían en sus respectivos textos bajo la rúbri- (12) CHAÍN, Alejandro, “Los delitos contra la asistencia
ca genérica de “Delitos contra la familia” los de familiar (ley 13.944)” en Revista de Ciencias Penales. Doc-
incumplimiento de los deberes de asistencia fa- trina. Jurisprudencia, Mave, Buenos Aires, 1998-1, p. 101.
miliar —con la salvedad del Anteproyecto de Re- (13) BUOMPADRE Jorge, Insolvencia... (ob. cit., p. 114);
CAIMMI, Luis — DESIMONE, Guillermo (ob. cit., p. 150);
NAVARRO, Guillermo — ASTURIAS, Miguel, en BAIGÚN,
(10) CAIMMI, Luis — DESIMONE, Guillermo (ob. cit., David — ZAFFARONI, Eugenio (dirección) — TERRAGNI,
p. 16). Marco (coordinación), Código Penal y normas comple-
(11) FIGARI, Rubén, “El Digesto Jurídico Argentino y mentarias. Análisis doctrinal y jurisprudencial, t. 7, Ham-
su implicancia en la Parte Especial del Código Penal (S- murabi, Buenos Aires, 2009 p. 684; NAVARRO, Guillermo,
0155)” en Digesto Jurídico Argentino comentado. Penal. Insolvencia fraudulenta en el Código Penal y en la ley
Procesal Penal. Militar, t. V, BRENNA Ramón (director), La 13.944, Ediciones Jurídicas Cuyo, Mendoza, 2005 p. 81;
Ley, Buenos Aires, 2014, ps. 89/113. D’ALESSIO, Andrés (director), DIVITO Mauro (coordina-

38 • Derecho Penal y Criminología - AÑO v • Nº 07 • AGOSTO 2015


DPyC Rubén E. Figari

Donna sostiene que, al igual que la figura del Código Penal hubiera quedado incorporado entre
incumplimiento de los deberes de asistencia fa- los delitos contra la propiedad y al ponerse des-
miliar, el tipo de la insolvencia fraudulenta tutela pués de los quebrados y la insolvencia fraudulenta
la satisfacción de las necesidades indispensables se los relacionaría con ellos, lo cual podría llegar
del menor o el incapaz para proporcionárselas, a ser inconveniente”(18), tal como se ha expuesto
de conformidad con la enunciación prevista en supra, con cita de Traballini.
el art. 2 de la ley 13.944 (art. 138 inc. 2º C.P.) (14).
Viéndolo a la distancia me apremia la necesi-
Para Chaín el bien jurídico tutelado es el de- dad de rever mi postura y considerar que la vo-
recho de los beneficiarios de prestaciones ali- cación alimentaria que deviene de una relación
mentarias civiles a percibir íntegramente en los familiar o jurídica es la que más se ajusta a las
rubros sin disminución alguna y, subsidiaria- propiedades del bien jurídico protegido, ya que
mente, se garantiza el cumplimiento de las obli- concuerda con nuestra realidad social.
gaciones alimentarias (15).
III. Naturaleza de la obligación alimentaria
En el fallo “Fernández, Omar”, la Cámara Na-
cional de Casación Penal sostuvo en sus consi- Destaca Buompadre que con anterioridad a la
derandos que el bien jurídico protegido seleccio- ley 24.029 se discutía si la obligación alimentaria
nado es la familia y que ello no sólo deviene de la a que hacía alusión el tipo penal de la ley 13.944
ley 13.944 sino que alcanza a la ley 24.029 de in- tenía su fuente sólo en la ley penal o si, por el
solvencia alimentaria fraudulenta (16). Así tam- contrario, también quedaban comprendidas las
bién lo entendí en su oportunidad al interpretar obligaciones que emergían del Código Civil.
que la familia, conceptuada ésta como una insti-
tución de derecho natural plasmada en el orde- En forma mayoritaria se sostuvo que la obliga-
namiento positivo y receptada en el art. 14 bis de ción alimentaria cuya omisión resultaba punible
la C.N. y en el art. 75 inc. 22 que incorpora el Pac- derivaba de la propia ley penal —ley 13.944—. En
to de San José de Costa Rica, que en este aspecto tal sentido, Lascano afirmaba que la obligación
establece: “La familia es el elemento natural de la civil y la ley penal obedecen a distintos criterios.
sociedad y debe ser protegida por la sociedad y el De esta manera la obligación cuya omisión es
Estado”(17). En consonancia con lo expuesto, el punible responde al criterio de lo indispensable
Diario de Sesiones de la Cámara de Diputados de para subsistir. En tanto que la obligación alimen-
la Nación, del 27/09/90 en la pág. 3357 1ª col. en taria civil está signada no sólo por un criterio
la parte final de los fundamentos concluye: “Ad- objetivo de ese tipo, sino que también toma en
viértase que la ley 13.944 donde se incorpora el cuenta circunstancias extrañas a esa pura ob-
nuevo tipo penal como artículo 2º bis, se refiere jetividad como es la mayor o menor capacidad
exclusivamente al incumplimiento de los debe- del obligado y esto surge de los arts. 658 y sgtes.
res de asistencia familiar, con lo cual se protege —anterior artículo 265— y 541 —anterior 372—
a la familia como bien jurídico. En cambio, en el del nuevo Código Civil y Comercial, de acuerdo
con los cuales es comprensiva no sólo de lo que
ción), Código Penal de la Nación. Comentado y anotado,
es indispensable para la subsistencia, sino que
t. III, 2ª edición actualizada y ampliada, La Ley, Buenos está por encima de ella y en relación con la con-
Aires, 2009 p. 175; RIZZI, Aníbal, El delito de Insolvencia dición social, poder económico y hábito de vida
alimentaria fraudulenta, elDial.com-DC7B4. de quién lo recibe (19) (20).
(14) DONNA, Edgardo, Derecho Penal... (ob. cit., t. II-A
p. 431). (18) LAJE ANAYA, Justo, Delitos contra la familia, Advo-
(15) CHAÍN, Alejandro (ob. cit., ps. 101/102). catus, Córdoba, 1997, ps. 225/226 nota 540.
(16) C.N. Casación Penal, Sala III, 22/02/02 - Fernández (19) LASCANO Carlos “La ley 13.944 y el estado actual
Omar - LL 2002-D-475. de la jurisprudencia” en Cuadernos de los institutos, nº 74,
(17) FIGARI, Rubén, “Conceptos básicos de los delitos p. 21 citado por BUOMPADRE, Jorge, Insolvencia... (ob.
de incumplimiento de los deberes de asistencia familiar cit., p. 126).
e insolvencia alimentaria fraudulenta (ley 13.944)” en Ca- (20) En el Título IV “Parentesco”, Capítulo 2 “Deberes de
suística Penal, Ediciones Jurídicas Cuyo, Mendoza, 1999, derecho de los parientes” sección 1ª Alimentos, el art. 537
p. 284; ROMERO, José, Delitos contra la familia, Medite- enumera a los parientes que se deben alimentos entre sí:
rránea, Córdoba, 2001, p. 68. “Los parientes se deben alimentos en el siguiente orden:

AÑO v • Nº 07 • agosto 2015 - Derecho Penal y Criminología • 39


DPyC Derecho Penal doctrina

El nuevo Código Civil y Comercial de la Nación La obligación alimentaria no se circunscribe a


en el Título VII “Responsabilidad parental”, Capí- lo estrictamente alimentario o con un concepto
tulo 5 “Deberes y derechos de los progenitores. restringido como en el supuesto de la obligación
Obligación de alimentos” en el art. 658 establece: alimentaria entre parientes, por el contrario, tra-
“Ambos progenitores tienen la obligación y el de- tándose de personas menores de edad, es decir
recho de criar a sus hijos, alimentarlos y educar- personas en pleno desarrollo madurativo y a
los conforme a su condición y fortuna, aunque el quienes le cabe una “protección especial”, todos
cuidado personal esté a cargo de uno de ellos. La los derechos humanos que titularizan las perso-
obligación de tal alimentos a los hijos se extien- nas adultas más un plus de derechos por su si-
de hasta los veintiún años, excepto que el obli- tuación de vulnerabilidad, la noción de alimento
gado acredite que el hijo mayor de edad cuenta se ve extendida a otros rubros más que los gastos
con recursos suficientes para proveérselos por sí en víveres o alimentos en sentido estricto (22).
mismo”. La ley 26.579 fijó la mayoría de edad a los 18
Los derechos-deberes que se derivan de la res- años y extendió la obligación alimentaria, como
ponsabilidad parental recaen en cabeza de am- regla general, hasta los 21 años. Es así que para
bos progenitores —que ostenten la titularidad los hijos de más de 18 años se trata de una obli-
y/o ejercicio de la responsabilidad parental— sin gación extendida o prorrogada de la responsabi-
tener en cuenta a quién se atribuye el cuidado lidad parental con el mismo contenido, de modo
personal. De modo que ambos progenitores tie- que entre dicho lapso etario opera la continuidad
nen la obligación y el derecho de criar a sus hijos, de los alimentos de la menor edad y el cobro y
alimentarlos y educarlos de acuerdo con su con- la administración de la cuota alimentaria corres-
dición y fortuna. Debe recalcarse que sobre am- ponden al progenitor con el que el hijo convive
(art. 662). Esta es la regla y no corresponde pro-
bos progenitores recae la obligación alimentaria
bar nada al hijo que reclama los alimentos, por el
aun cuando el cuidado personal esté a cargo de
contrario, es el progenitor el que debe acreditar,
uno de ellos. Ello está respaldado por la Conven-
para liberarse de dicha obligación, que el hijo
ción sobre los Derechos del Niño (art. 27.1 y 4).
mayor de edad —entre los 18 y 21 años— cuenta
En forma implícita la norma establece la exten-
con recursos suficientes para proveérselos por sí
sión y el contenido de la obligación alimentaria mismo (23).
que implica la crianza, la alimentación, educa-
ción y los gastos extraordinarios de salud, recrea- El art. 659 refiere: “La obligación de alimentos
ción, etc., conforme a la condición y la fortuna de comprende la satisfacción de las necesidades
los progenitores (21). de los hijos de manutención, educación, espar-
cimiento, vestimenta, habitación, asistencia, gas-
a) los ascendientes y descendientes. Entre ellos, están tos por enfermedad y los gastos necesarios para
obligados preferentemente los más próximos en grado; adquirir una profesión u oficio. Los alimentos
b) los hermanos bilaterales y unilaterales. En cualquier de están constituidos por prestaciones monetarias
los supuestos, los alimentos son debidos por los que están o en especie y son proporcionales a las posibili-
en mejores condiciones para proporcionarlos. Se dos o
dades económicas de los obligados y las necesi-
más de ellos están en condiciones de hacerlo están obli-
gados por partes iguales, pero el juez puede fijar cuotas di- dades del alimentado”.
ferentes, según la cuantía de los bienes y cargas familiares
de cada obligado”. El art. 541 fija el contenido de la obliga- Esta norma determina el alcance o extensión
ción alimentaria: “La prestación de alimentos comprende de los alimentos y la forma de su prestación.
lo necesario para la subsistencia, habitación, vestuario y Como se observa, la obligación es amplia pues
asistencia médica correspondientes a la condición del que comprende la manutención, educación, espar-
la recibe, en la medida de sus necesidades y de las posibi- cimiento, vestimenta, habitación, asistencia, gas-
lidades económicas del alimentante. Si el alimentado es tos por enfermedad y los gastos necesarios para
una persona menor de edad comprende, además, lo nece-
sario para la educación”.
(21) LLOVERAS, Nora - ORLANDI, Olga - TAVIP, Gabriel, (22) HERRERA, Marisa, en Código Civil y Comercial de
en Tratado de Derecho de Familia según el Código Civil y la Nación comentado, t. IV, LORENZETTI, Ricardo (direc-
Comercial de 2014, t. IV, KEMELMAJER DE CARLUCCI, tor), Rubinzal-Culzoni, Santa Fe, 2015, p. 390.
Aída - HERRERA, Marisa -LLOVERAS, Nora (directoras), (23) LLOVERAS, Nora - ORLANDI, Olga - TAVIP, Gabriel
Rubinzal-Culzoni, Santa Fe, 2014, ps. 156/157. (ob. cit., t. IV, ps. 157/158).

40 • Derecho Penal y Criminología - AÑO v • Nº 07 • AGOSTO 2015


DPyC Rubén E. Figari

adquirir una profesión u oficio. Todo ello en con- de medios necesarios para sostenerse indepen-
sideración a la protección, desarrollo y forma- dientemente. Pueden ser solicitados por el hijo o
ción integral del hijo (art. 638) y con los deberes por progenitor con cual convive; debe acreditar-
impuestos a los progenitores (art. 646 inc. a]). De se la viabilidad del pedido”.
hecho, el contenido de esta norma tiene su an-
tecedente en el art. 267 del Código Civil deroga- Se trata de un supuesto especial que requiere
do que añade al originario los gastos necesarios todos los condimentos de la norma. Según los
para adquirir una profesión u oficio. Según los doctrinarios especializados en el tema, la prácti-
autores en cita, “La obligación para los alimen- ca social refiere que habitualmente en la medida
tos derivados de la responsabilidad parental es que la familia se mantiene unida, los estudios del
más amplia que la fijada para los alimentos pa- hijo o su formación profesional son decididos
rentales, pues surge del derecho-deber de crian- teniendo en cuenta sus deseos y habilidades,
za y educación de los hijos de los progenitores, en simetría con las posibilidades de los proge-
más allá de reconocer el origen primario en la nitores, por ende se deduce que si el hijo quiere
filiación”(24). Desde luego, que el monto de los proseguir una carrera universitaria y los padres
pueden costearla, no habría inconvenientes o
alimentos guarda relación con la condición y for-
mejor dicho no se suscitan conflictos. Mas éstos
tuna de ambos progenitores. En tal medida no se
se plantean cuando existe una separación de los
puede exigir a un progenitor con ingresos míni-
cónyuges y el hijo convive con uno de los pro-
mos que envíe a su hijo a un colegio bilingüe o
genitores y el otro interrumpe la prestación ali-
a un instituto de idiomas, artes, etc. que resulte
mentaria cuando aquél alcanza los 21 años. Esta
sumamente oneroso de acuerdo con las posibili-
circunstancia, según la experiencia, sume al que
dades del alimentante.
ha iniciado sus estudios universitarios durante
El tema de esparcimiento —incluido en el de- la minoridad a abandonarlos por imposibilidad
ber alimentario— tiene su génesis en la concep- de solventarlos con recursos propios, salvo que
ción de una formación integral de la persona en quien convive con el hijo tome a su cargo en for-
todas las facetas de su desarrollo psíquico y físi- ma exclusiva todos los gastos que demande la
co; se pone como ejemplo el ser asociado a un finalización de sus estudios, lo cual obviamente
club deportivo, concurrir a espectáculos públi- resulta totalmente inequitativo. En el supuesto
cos, asistir a reuniones sociales o viajes de estu- de convivencia del hijo mayor con uno de los
dio, todo ello, claro está, de acuerdo siempre con progenitores, la acción puede ser ejercida por
la condición y la fortuna de ambos progenitores. el conviviente o por el hijo mayor de 21 años. A
diferencia de los alimentos de los hijos mayores
En lo concerniente a los gastos necesarios para de edad entre los 18 y 21 años (art. 662) en los
adquirir una profesión u oficio ello abarca tanto alimentos de los hijos mayores que se capaciten
la educación sistemática institucional como la entre los 21 y 25 años deben probarse algunos ex-
informal. Finalmente, cabe acotar que la pres- tremos: a) que curse estudios, cursos o carreras
tación de estos alimentos puede hacerse de for- de formación profesional o técnica, o de oficios
ma monetaria o en especie y proporcionarles a o arte; b) que realiza su formación de modo sos-
las posibilidades económicas de los obligados y tenido, regular y con cierta eficacia, de acuerdo
a las necesidades del alimentado. Se destaca la con las circunstancias de cada caso y c) que la
novedad de admitir en forma expresa el pago de realización de estos estudios o formación sea de
alimento en especie (25). una intensidad tal que no le permita proveer a su
sostenimiento (26).
El art. 663 habla de “La obligación de los pro-
genitores de proveer recursos al hijo subsiste Apunta Herrera que, con base en la realidad,
hasta que éste alcance la edad veinticinco años, es sabido que los hijos que llegan a los 21 años,
si la prosecución de estudios o preparación pro- por esa mera circunstancia, significa que se en-
fesional de un arte u oficio, le impide proveerse cuentran en condiciones de autosustentarse,
pero resulta de adverso pues el mercado laboral
(24) Ídem (ob. cit., t. IV, ps. 158/159). suele ser muy hostil y complejo tanto para los jó-
(25) Ídem (ob. cit., t. IV, ps. 159/160). En igual sentido
HERRERA, Marisa (ob. cit., t. IV, ps. 393/399). (26) Ídem (ob. cit., t. IV, ps. 175/176).

AÑO v • Nº 07 • agosto 2015 - Derecho Penal y Criminología • 41


DPyC Derecho Penal doctrina

venes como para las personas bien adultas. Por También se contempla dentro del mismo título
otra parte, las carreras universitarias e incluso las en el Capítulo 7 los “Deberes y derechos de los
terciarias como así también toda capacitación progenitores e hijos afines” que es el cónyuge o
para un oficio insumen una cantidad de años conviviente que vive con quien tiene a su cargo
que trasciende o se extiende de los 21 años, por el cuidado personal del niño o adolescente (art.
lo cual, el Código reconoce que no se le puede 672) que hace alusión a las denominadas “fami-
quitar a los hijos apoyo económico cuando más lias ensambladas”, para ello el Código suple el
lo necesitan. Se pregunta por qué se fijó una de- nombre dado a la relación entre un cónyuge y
terminada edad en 25 años, respondiéndose que los hijos propios del otro, reemplazando la desig-
con ello se evita una discrecionalidad judicial y nación de “padrastro” y “madrastra” en conside-
también se ajusta a varias legislaciones compa- ración a la carga negativa que poseen y por ello
radas que establecen el límite en esa edad (27). se ha acudido a un vocablo que ya existía en el
Código Civil como es el parentesco por afinidad
El art. 666 regula el cuidado personal compar- que establece lazos de parentesco derivados del
tido: “En el caso de cuidado personal comparti- matrimonio con los parientes consanguíneos del
do, si ambos progenitores cuentan con recursos cónyuge, extendiéndose la designación al convi-
equivalentes, cada uno debe hacerse cargo de la viente del progenitor (29).
manutención cuando el hijo permanece bajo su
cuidado; si los recursos de los progenitores no Por lo visto el Código propugna cambios
son equivalentes, aquel que cuenta con mayores sustanciales en el régimen referido al cuidado
ingresos debe pasar una cuota alimentaria al otro personal de los hijos que va de un sistema uni-
para que el hijo goce del mismo nivel de vida en parental a uno de “copaternidad”. Pero esta mo-
ambos hogares. Los gastos comunes deben ser dificación trae algunos interrogantes en su apli-
solventados por ambos progenitores, de confor- cación práctica con incidencia en la obligación
midad con lo dispuesto en el artículo 658”. alimentaria. El texto nuevo se encarga de acla-
rar que el cuidado personal compartido no es
Esta situación responde al principio de que obstáculo para que se pueda acordar por con-
ambos progenitores son responsables de la ma- venio o peticionar y establecer por orden judi-
nutención del hijo de conformidad a su condi- cial una cuota alimentaria a favor de un proge-
ción y fortuna, ya sea que el cuidado personal nitor: el más vulnerable desde el punto de vista
compartido sea alternado o indistinto. En el cui- económico. “En el interés superior del niño, es
dado personal compartido donde el hijo —que necesario que el nuevo texto civil diferencie el
constituye la regla (arts. 648 a 650)— si ambos cuidado personal compartido de la obligación
progenitores cuentan con recursos equivalentes, alimentaria que si bien en principio es compar-
cada uno debe hacerse cargo de la manutención tida, o sea, cada uno de los progenitores se hace
cuando el hijo permanece bajo su cuidado (art. cargo de los gastos de los hijos mientras cada
658). Esta equivalencia será evaluada por el juez uno está con ellos, lo cierto es que en determi-
en cada caso. nadas situaciones de gran desproporción en el
Si los recursos no son equivalentes, aquel que nivel de vida en uno y otro hogar, se entiende
cuenta con mayores ingresos debe pasar una que correspondería que el que se encuentra en
cuota alimentaria al otro para que el hijo goce mejor situación pueda contribuir económica-
del mismo nivel de vida en ambos hogares. El mente con el otro progenitor en acordar la bre-
fundamento de ello no se centra en el hecho de cha en el nivel de vida en beneficio, principal-
que el niño mantenga en lo posible las mismas mente, del hijo, pero también, en definitiva, de
condiciones que antes de la separación sino en todo el grupo familiar”(30).
lograr que, en el caso en que esté en la casa de
uno u otro progenitor, su nivel de vida sea seme- (29) GROSMAN, Cecilia, en Tratado de Derecho de
jante (28). Familia según el Código Civil y Comercial de 2014, t. IV
KEMELMAJER DE CARLUCCI, Aída - HERRERA, Marisa
- LLOVERAS, Nora (directoras), Rubinzal-Culzoni, Santa
(27) HERRERA, Marisa (ob. cit., t. IV, ps. 415 y 421). Fe, 2014, p. 235.
(28) Ídem (ob. cit., t. IV, ps. 188/189). (30) HERRERA, Marisa (ob. cit., t. IV, p. 436).

42 • Derecho Penal y Criminología - AÑO v • Nº 07 • AGOSTO 2015


DPyC Rubén E. Figari

En cuanto a los alimentos en esta situación lidad o la dificultad de los obligados principales:
art. 676 establece: “La obligación alimentaria del los padres; cesa con la ruptura de la convivencia
cónyuge o conviviente respecto de los hijos del o disolución matrimonial y debe ser solicitado
otro, tiene carácter subsidiario. Cesa este deber judicialmente, según las pautas establecidas por
en los casos de disolución del vínculo conyugal o la norma (32).
ruptura de la convivencia. Sin embargo, si el cam-
bio de situación puede ocasionar un grave daño Habiendo recurrido necesariamente a la le-
al niño o adolescente y el cónyuge o conviviente gislación civil y presentado dicho panorama por
asumió durante la vida en común el sustento del tener relación con la cuestión que se viene tra-
hijo del otro, puede fijarse una cuota asistencial tando, retomo la misma.
a su cargo con carácter transitorio, cuya duración Soler critica la técnica impuesta en la ley por
debe definir el juez de acuerdo a las condiciones ser bastante defectuosa y complicada, ya que
de fortuna del obligado, las necesidades del ali- en el art. 2 (art. 138 inc. 2º C.P.), en definitiva, se
mentado y el tiempo de la convivencia”. menciona a otros obligados o sujetos activos de
Como se aprecia del contexto de la norma, la la misma infracción y en las mismas condiciones.
obligación alimentaria del cónyuge o convivien- Ellos son: el adoptante, art. 2º b) (art. 138 inc. 2º
te respecto de los hijos del otro tiene carácter b) C.P.); el tutor, el guardador, el curador, art. 2º
subsidiario, es decir, tiene vigencia a falta de pa- c) (art. 138 inc. 2º c] C.P.); y los cónyuges, salvo
rientes consanguíneos o cuando éstos no tienen el culpable de separación, art. 2º d) (art. 138 inc.
recursos. Pero este deber cesa en los casos de 2º d] C.P.) —esta última situación entra en crisis
disolución del vínculo conyugal o la ruptura de ante las nuevas disposiciones del nuevo Código
la convivencia. No obstante, si el cambio de si- Civil y Comercial sobre el particular—. La obli-
tuación puede ocasionar un grave daño al niño gación se extiende al hijo, pupilo, protegido o
o adolescente y el cónyuge o conviviente asumió curado menor de dieciocho años y al cónyuge,
durante la vida en común el sustento del hijo del en todos los casos y por encima del límite de die-
otro, puede fijarse una cuota asistencial a su car- ciocho años, el deber alimentario cuyo incum-
go con carácter transitorio que será definida en plimiento es punible se funda no ya solamente
su duración por el juez de acuerdo con las condi- en el vínculo parental, sino en el hecho de que el
ciones económicas del alimentante y las necesi- beneficiario esté impedido, lo mismo ocurre con
dades del alimentado (31). el deber del hijo y del adoptado con respecto al
padre y al adoptante. “Para definir esta segunda
En definitiva, aquí se establece la obligación situación, la ley emplea varias veces la palabra
alimentaria subsidiaria del cónyuge o convivien- ‘impedido’, en lo cual parece sancionar una exi-
te respecto de los hijos del otro y la obligación gencia más severa que la contenida en el art. 370
cesa con la ruptura de la convivencia o la diso- del C.C. (33) (art. 343 según el DJA), toda vez que
lución del vínculo conyugal que lo une con el
progenitor del niño, salvo que el progenitor afín
(32) HERRERA, Marisa (ob. cit., t. IV, ps. 473 y 476/477).
y el cese de convivencia y consecuente cese ali-
(33) El nuevo Código Civil y Comercial de la Nación
mentario le causen al niño un grave perjuicio. El tiene una disposición similar en el art. 545: “El pariente
juez debe evaluar la pertinencia de la obligación que pide alimentos debe probar que le faltan los medios
alimentaria teniendo en cuenta la fortuna del económicos suficientes y la imposibilidad de adquirir-
progenitor afín, las necesidades del alimentado y los con su trabajo, cualquiera que sea la causa que haya
el tiempo que haya durado la convivencia. Es así generado tal estado”. “Para que proceda la obligación ali-
que el Código mediante este dispositivo recep- mentaria entre parientes no es suficiente la existencia del
presupuesto subjetivo dado por el vínculo de parentesco,
ta de manera expresa el deber alimentario del sino que además la obligación deviene exigible sólo cir-
progenitor afín por aplicación del principio con- cunstancialmente cuando concurren elementos de corte
sagrado en esta legislación de solidaridad fami- estrictamente objetivo, que deberán ser acreditados en el
liar. No obstante es una obligación con algunas juicio y valorados en cada caso por el juez que deba resol-
limitaciones, como se ha podido apreciar de este ver. Este artículo que se refiere a la prueba en el juicio de
carácter subsidiario, o sea se da ante la imposibi- alimentos encierra en realidad la consagración de sus re-
quisitos, de la misma manera que el viejo artículo 370 del
Código Civil. la norma exige acreditar la falta de medios
(31) GROSMAN, Cecilia (ob. cit., t. IV, p. 273). económicos suficientes para la subsistencia y la imposi-

AÑO v • Nº 07 • agosto 2015 - Derecho Penal y Criminología • 43


DPyC Derecho Penal doctrina

para la ley civil es indiferente la causa por la cual Apunta que el Proyecto Peco estuvo más acer-
el alimentado se encuentra en situación necesi- tado en lo que atañe a la ubicación del delito pues
tada. Con respecto a las personas consideradas no consideró el incumplimiento de los deberes
por la ley penal es curioso verificar que en cierto de asistencia como una lesión a los derechos
sentido la ley penal es más amplia y en otro sen- de la persona, sino un atentado al bien jurídico
tido más restringida que la ley civil, pues por una constituido por la familia (35). Haciendo un so-
parte abarca al guardador y, por la otra, excluye mero análisis refleja que la ley en cuestión sigue
grados de parentesco que por la ley civil generan el sistema italiano o directo que no depende de
deberes alimentarios (abuelos, hermanos, sue- una sentencia o de otro acto de autoridad esta-
gro y yerno). También difieren el concepto civil y blecedor del deber de prestar alimentos o asis-
el penal en cuanto al contenido de la prestación tencia económica. Empece a los términos “aún
debida, pues mientras la ley 13.944 se refiere a sin mediar sentencia civil” del art. 1º (art. 138 inc.
los medios indispensables para la subsistencia, 1º C.P.) que parecerían ligar el delito a la senten-
el art. 372 del C.C. —actual 541— define el con- cia civil sobre elementos o asistencia económica
cepto de ‘alimentos’ con más amplitud”(34). en el supuesto de existir ésta, ambas institucio-
nes mantienen su independencia en todos los
Núñez no desdeña que la ley haya sido objeto supuestos y ello se manifiesta en distintos aspec-
de críticas, pero ateniéndose a los precedentes tos: las fuentes de la obligación alimentaria y de
de los Proyectos Coll-Gómez y Peco señala que la obligación asistencial son distintas. La primera
la ley 13.944 de acuerdo con su Exposición de tiene su fuente en el Código Civil en tanto que la
Motivos: “Por primera vez se propone, en nues- obligación de subvenir a lo indispensable para la
tro país, considerar delitos el incumplimiento de subsistencia tiene su fuente en la propia ley re-
los deberes de asistencia que una persona tenga presiva 13.944. Tal diferencia se refiere no sólo a
respecto de otra...la sanción de un hecho seme- los que, como el tutor, guardador y curador (36),
jante es, sin embargo, necesaria. Son muchas las no tienen obligaciones alimentarias en relación
legislaciones que contemplan esa necesidad”. al pupilo, guardado o incapaz, sino también a los
otros obligados a las dos prestaciones, es decir,
bilidad de adquirirlos con su trabajo. También replica la a los padres, hijos, adoptantes, adoptados y cón-
indiferencia respecto de la causa que llevó a la necesidad, yuges. La diferencia entre ambos deberes se ma-
ya que no desaparece el derecho aunque se haya debido a nifiesta igualmente en lo referente a los rubros
su prodigalidad o a su culpa” (Cfme. MOLINA DE JUAN, que comprenden y a las condiciones para que los
Mariel, en Tratado de Derecho de Familia según el Có-
digo Civil y Comercial de 2014, t. II, KEMELMAJER DE
jueces declaren su existencia. Consecuentemen-
CARLUCCI, Aída - HERRERA, Marisa - LLOVERAS, Nora te, el delito de la ley 13.944 puede existir sin que
(directoras), Rubinzal-Culzoni, Santa Fe, 2014, p. 338). “El entre el autor y la víctima medie una obligación
precepto se aplica únicamente a la obligación alimenta- alimentaria civil y, al revés, el delito puede no
ria entre parientes en general, quedando exceptuados concurrir aunque el autor haya omitido cumplir
los alimentos entre cónyuges y los debidos a los hijos en debidamente una obligación de esa índole. Así,
cumplimiento de la responsabilidad parental. Para que
nazca la obligación alimentaria entre parientes, deben
acreditarse tres presupuestos: un vínculo de parentesco (35) NÚÑEZ, Ricardo, Tratado de derecho penal, t. V,
determinado; el estado de necesidad del alimentado, y la Vol. I, Marcos Lerner, Córdoba, 1992, p. 17. “La necesidad
capacidad económica del obligado a satisfacer la presta- de un título particular referido a los delitos que lesionan
ción... La persona que peticiona alimentos a un pariente la familia, encuentra su razón en que la familia es, se
debe hallarse en estado de insolvencia que le impida la puede decir, una institución que jurídica y naturalmen-
satisfacción de sus necesidades, de modo que no quedara te se encuentra al margen de la protección de los bienes
configurado este recaudo si el reclamante goza de un ha- pertenecientes a los individuos como tales y que no obs-
ber previsional o es propietario de bienes fructíferos que tante representar un bien protegido como valor social,
le permiten afrontar básicamente los distintos rubros que tiene la suficiente entidad y autonomía para figurar con
integran la prestación alimentaria. Tampoco basta la mera independencia de los delitos que afectan a la sociedad.
invocación de la falta de trabajo para obtener los alimen- El primer y necesario ámbito de integración del indivi-
tos debiendo acreditarse la imposibilidad de adquirirlo duo es la familia. El ámbito social viene después” (ídem,
por impedimentos físicos, o por razones de edad o salud”. ob. cit., p. 16).
(Cfme. HERRERA, Marisa, ob. cit., t. III, ps. 431/432). (36) En el nuevo Código Civil y Comercial de la Nación
(34) SOLER, Sebastián, Derecho Penal argentino, t. III, el régimen de tutela está legislado a partir del art. 104 y
Tea, Buenos Aires, 1970, ps. 367/368. sgtes. y el de la curatela desde el art. 138 y sgtes.

44 • Derecho Penal y Criminología - AÑO v • Nº 07 • AGOSTO 2015


DPyC Rubén E. Figari

se resguarda únicamente las obligaciones de ca- Hasta aquí se puede decir que se hizo una in-
rácter económico (37). terpretación de los alcances contenidos en la ley
13.944, las prestaciones, los sujetos activos y pa-
Fontán Balestra, al abordar la naturaleza y la sivos y los objetivos de su normativa. Pero a par-
extensión del deber de asistencia en el incum- tir de la incorporación de la insolvencia alimen-
plimiento de los deberes de asistencia familiar, taria fraudulenta en dicho contexto, se producen
resalta que aquél, cuya omisión castiga la ley algunas opiniones doctrinales confrontativas.
penal, consiste en la prestación de los medios
indispensables para subsistencia (arts. 1º y 2º). En efecto, Buompadre considera que con mo-
“La expresión legal es clara, y de ella resulta, por tivo de la reforma introducida por la ley 24.029
una parte, la limitación a la asistencia econó- que propugna el art. 2º bis (art. 138 inc. 3º C.P.)
mica, y por la otra, la total prescindencia de la como un delito autónomo con relación a las fi-
condición social y los hábitos de la víctima para guras previstas en los arts. 1º y 2º de la ley 13.944
apreciar la naturaleza de la prestación. No se (art. 138 incs. 1º y 2º C.P.), la interpretación que
trata, pues, del aporte comprendido en el con- se venía adoptando deviene necesariamente
cepto de alimentos de la ley civil, que contem- distinta, pues a diferencia de la omisión de los
pla también la atención de necesidades no in- “medios indispensables para la subsistencia”
dispensables. Repetimos que la ley es clara: por que consagra esta ley, el art. 2º bis (art. 138 inc.
medios indispensables para la subsistencia sólo 3º C.P.). Por el contrario, extiende el alcance de la
puede entenderse lo necesario para vivir. La acción material al “cumplimiento de sus obliga-
opinión dominante comprende dentro de esta ciones alimentarias” expresión que abarca tanto
idea, la alimentación, el vestido, la habitación, a las obligaciones que tienen su fuente en la ley
la asistencia médica y los gastos de enfermedad penal como en la ley civil. De acuerdo con esta
en caso necesario. El cumplimiento parcial de última, están obligados a prestar alimentos y en
asistencia, que suponga la omisión de algunos consecuencia, pueden ser autores del delito de
de los aspectos que ella comprende, cae dentro insolvencia fraudulenta alimentaria, quienes
de la previsión legal del delito. Lo mismo puede están unidos por un vínculo de parentesco por
decirse de la irregularidad en los pagos, cuando consanguinidad —art. 367 C.C. (art. 341 según
satisfaciéndose el importe por períodos, éstos
el DJA) (40)— y los parientes por afinidad —art.
se hacen efectivos unas veces y otras no, o de los
pagos tardíos”(38).
sistencia, habitación, vestuario y asistencia médica co-
De acuerdo con los parámetros establecidos rrespondientes a la condición del que la recibe, en la
por la ley 13.944 era evidente que no se punía medida de sus necesidades y de las posibilidades eco-
nómicas del alimentante. Si el alimentado es una per-
cualquier omisión sino solamente aquella que sona menor de edad, comprende, además, lo necesario
consistía en sustraerse a prestar los medios in- para la educación”. Esta prestación se integra con los
dispensables para subsistencia y que son los alimentos naturales, cuando el beneficiario es mayor de
mínimamente requeridos para que una perso- edad y con los alimentos civiles, si el alimentado es un
na pueda subsistir, circunscriptos a aquéllos niño o adolescente. Así mediante la cuota ordinaria se
previstos en el art. 372 (art. 345 según el DJA) cubren las necesidades comunes, en tanto que la cuo-
ta extraordinaria satisface los requerimientos no com-
del C.C. (39) equivalente al art. 541 del nuevo prendidas en la primera, por haber sido previstas en
Código Civil y Comercial de la Nación. un momento de establecerlas. Los alimentos naturales
son los necesarios para el sustento, habitación, vestua-
(37) NÚÑEZ, Ricardo (ob. cit., ps. 21/22). rio del beneficiario y tratamiento de sus enfermedades.
En tanto que la prestación suministrada a una persona
(38) FONTÁN BALESTRA, Carlos, Tratado de Dere- menor de edad debe comprender los alimentos civiles
cho Penal, t. IV, Abeledo Perrot, Buenos Aires, 1992, ps. que implican los alimentos naturales más los gastos
404/405. de educación pero no pueden desvirtuar el límite de la
(39) Art. 372 C.C (art. 345 según el DJA): “La prestación obligación alimentaria entre parientes. La cuota debe
de alimentos comprende lo necesario para la subsistencia, cubrir las necesidades imprescindibles moral y cultural
habitación y vestuario correspondiente a la condición del de acuerdo con la posición económica y cultural del ali-
que la recibe, y también lo necesario para la asistencia en mentado, incluyendo lo que resulta indispensable para
las enfermedades”. En el nuevo Código Civil y Comercial de una vida de relación razonable con inclusión de los gas-
la Nación, el art. 541 contiene un dispositivo similar: “La tos superfluos o de lujo (Cfme. HERRERA, Marisa, ob.
prestación de alimentos comprende lo necesario para sub cit., t. III, p. 415).

AÑO v • Nº 07 • agosto 2015 - Derecho Penal y Criminología • 45


DPyC Derecho Penal doctrina

368 C.C. (art. 342 según el DJA) (41)— y más ade- la ley 13.944 (art. 138 incs. 1º y 2º C.P.), sino que
lante, al tratar el tema referido a los sujetos del también abarca a los obligados alimentarios pre-
ilícito, amplía el círculo de sujetos activos no sólo vistos en el Código Civil, consecuente con su tesi-
a las personas enumeradas en los arts. 1º y 2º de tura. “La amenaza —se ha dicho— está dirigida a
las personas que en el marco de la ley civil tienen
(40) Art. 367 C.C (art. 341 según el DJA): “Los pa-
a su cargo el cumplimiento de obligaciones ali-
rientes por consanguinidad se deben alimentos en el mentarias, sin distinción de tipos de alimentos,
orden siguiente: 1° Los ascendientes y descendientes. grados de parentesco, etcétera. Debe entenderse
Entre ellos estarán obligados preferentemente los más que están comprendidos todos los que resulten
próximos en grado y a igualdad de grados los que es- prestadores de alimentos en una determinada
tén en mejores condiciones para proporcionarlos. 2° relación jurídica de esta naturaleza (...). La nor-
Los hermanos y medio hermanos. La obligación ali-
mentaria entre los parientes es recíproca”. En el nuevo
mativa abarca, entonces, tanto a los sujetos pre-
Código Civil y Comercial contiene una norma similar vistos en la ley 13.944 (padres, hijos de padres
en el art. 537: “Enumeración. Los parientes se deben impedidos, tutores, curadores y guardadores,
alimentos en el siguiente orden: a) los ascendientes y adoptantes y adoptados y cónyuges) como a los
descendientes. Entre ellos, están obligados preferente- obligados por la ley civil (hermanos, bilaterales o
mente los más próximos en grado; b) los hermanos bi- unilaterales, suegros, yernos y nueras)”(42).
laterales y unilaterales. En cualquiera de los supuestos,
los alimentos son debidos por los que están en mejores Participa de esta idea Reinaldi al sostener que
condiciones para proporcionarlos. Si dos o más de ellos
están en condiciones de hacerlo, están obligados por
a través de la insolvencia provocada o simulada
partes iguales, pero el juez puede fijar cuotas diferen- que quiere incumplir el autor, abarca una obliga-
tes, según la cuantía de los bienes y cargas familiares de ción alimentaria que a diferencia de los arts. 1º
cada obligado”. “Los alimentos entre parientes procuran y 2º de la ley 13.944 (art. 138 incs. 1º y 2º C.P.) de
atender las necesidades materiales y espirituales del los que inequívocamente surge que los medios
alimentado antela circunstancia de no poder obtener indispensables para la subsistencia son los que
los medios indispensables para cubrirlos. Se fundan en
el derecho a un nivel de vida adecuado y en el deber de establece la ley penal, la fuente de la obligación
solidaridad que existe entre los miembros de una mis- a que se refiere la ley 24.029 —ya que no hace
ma familia. Como la obligación es sucesiva, el reclamo diferenciación alguna sobre el particular— tan-
contra el obligado subsidiario es procedente sólo des- to puede ser la penal como la civil. Esta ley sólo
pués de establecerse que el obligado principal está im- alude a las obligaciones alimentarias y éstas pue-
posibilitado de cumplir la prestación, o que la afronta den surgir de la ley penal, que antes de la reforma
en la medida insuficiente para proveer a las necesida-
des del alimentado” (Cfme. HERRERA, Marisa, ob. cit., eran las únicas a las que el delito tutelaba, como
t. III, ps. 397/398). In extenso MOLINA DE JUAN, Mariel las disposiciones civiles (43).
(ob. cit., t. II, ps. 280/299).
En esta inteligencia también se afirma que la
(41) Art. 368 C.C (art. 342 según el DJA): “Entre los
parientes por afinidad únicamente se deben alimentos naturaleza jurídica del delito creado por el art.
aquellos que están vinculados en primer grado”. En el nue- 2º bis (art. 138 inc. 3º C.P.) se erige en otra di-
vo Código Civil y Comercial el art. 538 dispone: “Parientes ferencia con las demás figuras de la ley 13.944,
por afinidad. Entre los parientes por afinidad únicamente de allí que con atinencia a los sujetos activos y
se deben alimentos los que están vinculados en línea recta pasivos, la amenaza está dirigida a las personas
en primer grado”. “La obligación alimentaria entre parien- que en el ámbito de la ley civil tienen a su car-
tes afines es subsidiaria a los de los parientes consanguí-
neos, se limita a quien están vinculados en línea recta en go el cumplimiento de obligaciones alimenta-
primer grado, y como regla, subsiste con posterioridad a rias sin distinción de tipos de alimentos, grados
la disolución del matrimonio... La obligación alimenta- de parentesco, etc. por lo que debe entenderse
ria entre parientes afines queda limitada a los que están que están comprendidos todos los que resulten
vinculados en línea recta en primer grado, por lo que se
deban recíprocamente alimentos los suegros y el yerno o
nuera, así como el progenitor y el hijo afín. Pese a que el (42) BUOMPADRE, Jorge, Insolvencia... (ob. cit., ps. 128
artículo en cuestión no establece expresamente ningún y 138/139).
orden de prelación, es evidente que quien reclama ali- (43) NÚÑEZ, Ricardo, Manual de derecho penal. Par-
mentos a un pariente afín debe demostrar que el cónyuge te especial, 4ª edición actualizada por REINALDI, Víctor,
o ex cónyuge, en su caso, y sus propios parientes consan- Lerner, Córdoba, 2009, ps. 350/351. En igual sentido
guíneos. No están en condiciones económicas de propor- ESTRELLA, Oscar - GODOY LEMOS, Roberto, Código Pe-
cionarlos” (ídem, ob. cit., t. III, p. 405, In extenso ídem ob. nal. De los delitos en particular. Parte especial, t. 2, 2ª edi-
cit., t. II, ps. 299/303). ción, Hammurabi, Buenos Aires, 2007, ps. 687/688.

46 • Derecho Penal y Criminología - AÑO v • Nº 07 • AGOSTO 2015


DPyC Rubén E. Figari

prestadores de alimentos en una determinada que, literalmente, el artículo “el” hace referencia
relación jurídica de esta naturaleza. “Apreciamos a cualquiera, y que entonces, cualquier obligado
una notable diferencia entre el art. 2 bis y los arts. podría cometer el delito. Pero también es cierto
1º y 2º de la ley 13.944, en lo referente al univer- que si el legislador hubiere querido ampliar el
so de posibles autores. En la normativa anterior, repertorio de posibles sujetos activos lo hubiese
los sujetos activos estaban definidos con preci- dicho expresamente. Sólo indican los fundamen-
sión: ‘los padres que’, ‘el hijo con respecto a los tos del Proyecto que luego sería ley, que la nor-
padres impedidos’, etcétera. En cambio, el art. 2 ma se refiere exclusivamente al incumplimiento
bis amplía el espectro permitido, posibilitando al de los deberes de asistencia familiar. Y quienes
sistema la persecución del ‘sujeto alimentante’, pueden incumplirlos, no son sino los enume-
que incurra en infracción, ofreciendo al investi- rados, sin que esa enunciación, salvo expresa
gador una escala penal generosa (de uno a seis disposición en contrario, pueda ser ampliada o
años de prisión) que le va a permitir adecuar el modificada por vía interpretativa. Como si todo
monto de la pena a la gravedad del injusto co- esto fuera poco, todavía el intérprete gramatical
metido, de acuerdo con la relación de parentes- o literal deberá, con este método, admitir que
co, consanguinidad, grado, fuente de obligación cuando el autor, guiado por el camino de la apa-
(ley, testamento o convenio), etc. entre el autor y rente insolvencia o por el perjuicio real causado
la víctima”(44). a su patrimonio para sustraerse al cumplimiento
de los deberes de asistencia familiar, sólo podrá
En posición opuesta se encuentran aquellos cometer el delito cuando medie sentencia previa,
que entienden que el art. 2 bis (art. 138 inc. 3º en razón de que el art. 2º bis ha guardado silen-
C.P.) es una calificante de las figuras contenidas cio sobre el particular, y entonces así, modifica-
en los arts. 1º y 2º de la ley 13.944 (art. 138 incs. da la regla que la ley 13.944 contiene sobre este
1º y 2º C.P.) y por lo tanto sólo pueden ser sujetos asunto. No parece, pues, que todo esto hubiese
activos y pasivos las personas que están incluidas ocurrido y que a ello pueda arribarse por la in-
en dicho dispositivo. terpretación literal. Entonces parece que debe
predominar una interpretación sistemática que
Laje Anaya lleva la voz cantante sobre esta
brinda el propio contenido de las disposiciones
apreciación: “Por nuestra parte, entendemos
como un conjunto unitario y armónico. Por estas
que a pesar de la referencia aparentemente in-
razones es que no se puede admitir que la nueva
determinada, la disposición no ha ampliado el figura hubiese entendido separarse o apartarse
repertorio de posibles y únicos autores de la in- de los límites establecidos no ya para todo tipo
fracción. Esto es, los padres, los adoptantes, los de obligación, sino para la que fue concebida y
tutores, los curadores, guardadores y los hijos sancionada la obligación penal, creada por ella.
cuando los padres estuvieren impedidos. Para En síntesis, y a nuestro entender, las obligaciones
ello se hace necesario tener presente que de ocu- alimentarias a que hace referencia el art. 2º bis
rrir lo contrario, resultaría que los comprendidos son las contenidas en los dispositivos 1 y 2 de la
en el art. 2º bis sólo podrían cometer esta infrac- ley, y que son establecidas con independencia de
ción que también consiste en sustraerse, pero no que exista una resolución judicial que las hubie-
delinquir por la vía del art. 1º porque resulta cla- re fijado o impuesto. De lo contrario, el tipo hu-
ro que, al no estar comprendidos en él, se hallan biera subordinado su existencia a una cuestión
excluidos. En una palabra podrían cometer un previa y, con ello, a desproteger a todo lo que en
delito más grave, pero no uno menos grave. ¿Cuál realidad se quiere tutelar: la familia”(45).
sería la razón de ello? Hay otra razón todavía para
sostener lo que sostenemos. Cuando el art. 2º bis
(45) LAJE ANAYA, Justo (ob. cit., ps. 227/229); GAVIER,
se incorporó a la ley 13.944, no hizo otra cosa que Enrique, en LAJE ANAYA, Justo - GAVIER, Enrique, Notas
incorporarse a su régimen y sistema, con lo cual a leyes penales, t. I, Marcos Lerner, Córdoba, 2000, p. 39;
lo ha seguido, sin que sea posible admitir que CAIMMI, Luis - DESIMONE, Guillermo (ob. cit., p. 151);
tácitamente hubiese ampliado los destinatarios NAVARRO, Guillermo (ob. cit., p. 87); CARRIZO, Rubén,
de la obligación penal, tan solo por no haberlos Ilícitos penales como producto de las relaciones familia-
nombrado o señalado expresamente. Es cierto res, La Ley, Buenos Aires, 2000, p. 173; D’ALESSIO, Andrés
(ob. cit., t. III, p. 176); NAVARRO, Guillermo -ASTURIAS,
Miguel (ob. cit., p. 681). TRABALLINI, Mónica (ob. cit.,
(44) CHAÍN, Alejandro (ob. cit., p. 104). ps. 352/353) indica que con anterioridad a la ley 24.029

AÑO v • Nº 07 • agosto 2015 - Derecho Penal y Criminología • 47


DPyC Derecho Penal doctrina

De esta opinión participa asimismo Romero, Erbetta manifiesta su preocupación por la in-
para quien este nuevo delito no ha ampliado los terpretación de la figura incorporada en la ley
límites fijados en su art. 1º (art. 138 inc. 1º C.P.), 13.944 como art. 2º bis por la ley 24.029 (art. 138
refiriéndose sólo a la obligación emergente de la inc. 3º C.P.), lo cual ha planteado agudos proble-
ley penal y no a aquélla que tiene por fuente la mas en aquel sentido. Ello debido a que insol-
ley civil, debiendo respetarse también su conse- ventarse para incumplir los deberes alimentarios
cuencia, el marco de posibles autores y víctimas es una forma de incumplirlos y ésta es la conduc-
fijadas por los arts. 1º y 2º (art. 138 incs. 1º y 2º ta que tipifican los arts. 1º y 2º de la ley 13.944
C.P.). De lo contrario, una interpretación en otro (art. 138 incs. 1º y 2º C.P.), con lo cual no se sabe
sentido no sólo resultaría violatoria del princi- si es un tipo independiente o una agravante de
pio y legalidad, sino que llevaría a incriminar a la figura básica. Además, los casos de insolvencia
quien, no obstante haberse insolventado, conti- fraudulenta podrían eventualmente ser perse-
núa efectuando una significativa prestación des- guidos a través de la figura del art. 179, 2º párrafo.
tinada a la manutención de sus hijos, por el solo Critica la manera en que el legislador introduce
hecho de ser ésta inferior a la civilmente estable- esta figura por las siguientes circunstancias: en
cida (46). primer término, la ley 24.029 eleva la pena de la
insolvencia fraudulenta alimentaria a prisión de
que introdujo la figura de insolvencia fraudulenta, doc- uno a seis años y estructura un tipo penal sin las
trina y jurisprudencia eran contestes en considerar que exigencias del art. 179; en segundo lugar, la figu-
provocar la propia insuficiencia patrimonial era una ra exige un elemento subjetivo distinto del dolo
forma de “sustraerse” al cumplimiento de dichas obli- consistente en la finalidad de incumplir las obli-
gaciones. Pero como los arts. 1º y 2º sólo se referían a la
prestación de los “medios indispensables para la subsis-
gaciones alimentarias y finalmente, amén de la
tencia”, sólo la insolvencia que llevara a desatender esa duda que genera su ubicación en el contexto de
obligación —de fuente penal, no civil— era tenida por la ley 13.944 y la falta de previsión expresa en la
delictiva. En la actualidad, con la incorporación del art. norma del art. 2º bis (art. 138 inc. 3º C.P.), al igual
2º bis no sólo aquella interpretación que tuvo origen doc- que los arts. 1º y 2º de dicha ley (art. 138 incs. 1º
trinario adquiere rango legal, sino que además asimila la
y 2º C.P.), limita el círculo de autores a los que
obligación alimentaria civil. Ahora bien, cuando la insol-
vencia alimentaria fraudulenta afecta el cumplimiento surge de esos artículos, pero el problema se da
de esta última no hay relación alguna entre los tipos de en el sentido de que la ley civil contempla más
los arts. 1º y 2º, que sólo se refieren a la obligación penal obligados alimentarios que los enumerados en
de asistencia. Pero cuando se busca la insolvencia patri- dichos artículos y además la ley mentada agrega
monial para eludir los deberes asistenciales penales, en al círculo de autores, a personas que no tienen
los límites de los arts. 1º y 2º, se produce entre éstos y el
art. 2º bis un concurso aparente de leyes por ser este úl- aquella obligación de acuerdo a la ley civil —tal
timo una forma especial de aquéllos. La peculiaridad de es el caso del guardador o resulta discutible que
la insolvencia alimentaria fraudulenta radica, entonces, la tenga el tutor o curador respecto de sus pro-
en el modo a través del cual el sujeto pasivo se sustrae pios bienes—. Por ello surge la imprecisión que
a prestar los medios indispensables para subsistencia genera duda sobre si puede perseguirse a todos
que no es otro que frustrar su cumplimiento alterando su
patrimonio. Más adelante, manifiesta que no se altera la
los obligados de acuerdo a la ley civil o si se res-
esencia del esquema originario, puesto que no se ha to- tringe a los mencionados arts. 1º y 2º de la ley pe-
cado los textos de los arts. 1º y 2º que continúan restrin- nal (art. 138 incs. 1º y 2º C.P.) (47).
giendo el espectro represivo a la omisión de los medios
indispensables para la subsistencia del protegido. No hay Aparentemente, además de la impropia in-
previsión expresa ni razón implícita que autorice a infe- clusión del art. 2º bis (art. 138 inc. 3º C.P.) en el
rir de la sola introducción de la figura del art. 2º bis una contexto de la ley 13.944, la colisión de interpre-
modificación de las primeras disposiciones. “Entonces, taciones sobre el alcance de la naturaleza de la
si bien es correcto afirmar que la ley 24.029 ha ampliado
el sistema de la ley 13.944, sólo lo es en cuanto permite obligación a prestar y los sujetos incluidos en
referir la insolvencia alimentaria fraudulenta tanto a la ella circunda alrededor de las frases “medios
obligación civil como a la penal. Pero es sólo este modo
de eludir el deber alimentario civil el que queda incri- (47) ERBETTA, Daniel, en BAIGÚN, David - ZAFFARONI,
minado. Cualquier otra forma de sustraerse a la presta- Eugenio (dirección) TERRAGNI, Marco (coordinación),
ción de los alimentos civiles es atípica” (ídem, ob. cit., Código Penal y normas complementarias. Análisis doc-
t. I, p. 353). trinal y jurisprudencial, t. 7, Hammurabi, Buenos Aires,
(46) ROMERO, José (ob. cit., p. 71). 2009, ps. 629/630.

48 • Derecho Penal y Criminología - AÑO v • Nº 07 • AGOSTO 2015


DPyC Rubén E. Figari

indispensables para subsistencia” —propia del —periódica—, mientras que los gastos extraordi-
art. 1º de la ley 13.944 (art. 138 inc. 1º C.P.)— y narios derivados de la asistencia en las enferme-
la de “cumplimiento de sus obligaciones alimen- dades requieren, en principio, una reclamación
tarias” —inherente al art. 2º bis de la ley 24.029 especial. Dentro de los gastos ordinarios quedan
(art. 138 inc. 3º C.P.)— (48). comprendidos ampliamente, no sólo los estricta-
mente indispensables para la subsistencia física,
A la primera hace alusión el art. 372 del C.C. sino también los de educación y las necesidades
(art. 345 según el DJA), ya transcripto, equivalen- sociales propias del pariente a quien se prestan
te al art. 541 del nuevo Código Civil y Comercial los alimentos. Quedan excluidos los gastos su-
de la Nación. perfluos o impuestos por lujo, etc. En los gastos
Zannoni reseña que la doctrina, al estudiar extraordinarios, además de los de asistencia mé-
los alcances de la obligación alimentaria ge- dica, se encuentran los de farmacia, intervencio-
neral, distingue entre los alimentos naturales y nes quirúrgicas, internaciones, etc., los funera-
los alimentos civiles. Esta distinción deviene de rios, gastos de mudanza, provisión de libros de
comentarios del Corpus Iuris Civile justinianeo estudio y litisexpensas, no así el pago de deudas
—especialmente elaborada por los pandectistas del alimentado o de vacaciones, salvo prescrip-
alemanes— que entendían que los alimentos ción médica (49).
naturales son aquellos que atienden estricta- En realidad el concepto de alimentos está defi-
mente a las necesidades básicas del alimentado; nido como un conjunto de medios materiales in-
en tanto que los alimentos civiles comprenden dispensables para la satisfacción de la subsisten-
también la satisfacción de necesidades de edu- cia, habitación, vestuario, necesidades culturales
cación e instrucción. El art. 1613 del Esboço de y eventualmente asistencia de las enfermedades
Freitas distingue claramente los alimentos na- del alimentista. Conforme con esto desde el pun-
turales y los civiles. Los primeros comprenden to de vista civil, la deuda alimentaria es aquella
sólo “lo necesario para el sostén, habitación y relación jurídica en virtud de la cual una persona
vestuario del alimentado y para el tratamiento está obligada a prestar a otra lo necesario para
de las enfermedades”. Los segundos, “lo necesa- su subsistencia y aunque el derecho a alimentos
rio para los gastos de educación, si el alimentado es un derecho subjetivo familiar de objeto patri-
fuese menor; y si fuese mayor, lo necesario para monial, su contenido no trasciende en la con-
un tratamiento correspondiente a su calidad de creción de un interés de esa misma naturaleza,
persona”. El viejo art. 372 del Código Civil (art. ya que dado el carácter asistencial, su finalidad
345 según el DJA), no obstante seguir a Freitas, primordial radica en que el alimentado resuelva
sólo acoge, literalmente, los llamados alimentos sus necesidades materiales y espirituales ante la
naturales, aunque en otra norma —art. 3790 (art. circunstancia de no poder obtener los medios in-
3750 según el DJA)— al legislar sobre el legado de dispensables para cubrirlas (50).
alimentos, dispone que éste se extiende o com-
prende la instrucción correspondiente a la con- El art. 541 contiene una fórmula más acota-
dición del legatario. da que la de los proyectos que lo antecedieron,
aunque más amplia que el propio 372 derogado.
Se mencionan asimismo los gastos ordinarios Esto es así porque incluye en forma expresa lo
y extraordinarios, así entre los primeros se cuen- necesario para la educación si se trata de perso-
tan los provenientes de la subsistencia, habita- nas menores de edad. Es decir, que no se encuen-
ción y vestuario; los segundos, comprenden las tran comprendidos los rubros de esparcimientos
erogaciones por asistencia en las enfermedades. y educación en el caso de los mayores de edad,
La distinción radica en que aquéllos deben ser pues tal extensión parece excesiva tratándose de
cubiertos, en principio, en forma permanente personas adultas. Para ello el legislador se apoyó
en los antecedentes del derecho comparado, por
(48) CAIMMI, Luis - DESIMONE, Guillermo (ob. cit., p.
153). Estiman que se debe interpretar con criterio sistemá-
tico y por lo tanto restrictivo, el alcance de los términos (49) ZANNONI, Eduardo, Derecho Civil. Derecho de fa-
“obligaciones alimentarias”, como sinónimo de los medios milia, t. I, 3ª edición actualizada y ampliada, Astrea, Bue-
indispensables para la subsistencia a la que se refiere el nos Aires, 1998, ps. 115/117.
art. 1º de la ley 13.944. (50) HERRERA, Marisa (ob. cit., t. III, p. 398).

AÑO v • Nº 07 • agosto 2015 - Derecho Penal y Criminología • 49


DPyC Derecho Penal doctrina

ejemplo, el Código Civil de México (art. 302), el En cuanto a la sanción penal, ella se prevé ex-
de Perú, el español (art. 142) y el de Puerto Rico clusivamente cuando no se prestan, entre quie-
(art. 142) (51). nes la ley prevé, los recursos indispensables para
la subsistencia; es decir que, para eludir la san-
Cabe aclarar, como se adelantó supra, que la ción penal, basta con proveer al alimentista lo
doctrina había interpretado el antiguo art. 372 en que le resulta indispensable para su subsistencia,
consonancia con el antiguo art. 3790 del Código aunque los alcances de la prestación debida sean
Civil el que se refiere al legado de alimento, in- mayores de acuerdo con el convenio o la senten-
terpretando que la prestación comprende la sa- cia dictada en el fuero civil. Ello quiere decir, que
tisfacción de las necesidades de educación e ins- la acción penal sólo procede cuando el alimen-
trucción de los mayores de edad en casos espe- tante se sustrae a la prestación de los alimentos
ciales. Pues el nuevo Código Civil y Comercial se de toda necesidad en sentido estricto (54).
pronuncia en forma expresa pero limitando los
alimentos sólo a las personas menores de edad En referencia a la segunda —“cumplimiento de
y extendiéndolo también a las personas con dis- sus obligaciones alimentarias”— ésta hace alu-
capacidad ya que, la educación de éstas últimas sión tanto a las obligaciones que tienen su fuen-
puede prolongarse mucho más que la de los de- te en la ley penal como las de la ley civil, según
más, y en determinadas circunstancias se extien- Buompadre y sus seguidores.
de durante toda la vida mediante la asistencia a
talleres protegidos o terapéuticos, centros de día En lo concerniente al alcance del primer ar-
para el desarrollo de competencias de autovali- tículo mencionado, acudiendo a los civilistas, se
miento, etc. (52). puede decir que se establece en lo referente a los
parientes por consanguinidad un orden de pre-
La doctrina y la jurisprudencia han adoptado lación de aquellos que se deben alimentos en-
distintas posturas en cuanto a la naturaleza de la tre sí sobre la base de que éstos constituyen una
prestación alimentaria. De esta manera algunos obligación legal con fundamento moral y finali-
sostienen que ella es una deuda de dinero, otros dad asistencial que comprende la satisfacción de
que se trata de una obligación de categoría espe- necesidades de subsistencia, formación y recu-
cial, por presentar facetas peculiares y finalmente, peración en la medida de los recursos y necesi-
hay quienes consideran que se está en presencia dades de los sujetos invitados por la ley. Así en
de una deuda de valor. Esta es la postura sostenida primer término se encuentran los ascendientes y
en la actualidad casi en forma unánime y es la que descendientes que recaerán en forma preferente
dio fundamento a un tratamiento específico en entre los más próximos en grado y en forma sub-
cuanto al contenido y la forma del cumplimiento sidiaria, sobre los más remotos, pero a igualdad
de las prestaciones alimentarias. La relación que de grados se preferirá a quien se halle en mejo-
determina el crédito alimentario atiende a la pre- res condiciones de prestarlos. En segundo lugar
servación del alimentado y no es de índole econó- están los colaterales pero limitados al segundo
mica, en la medida que no satisface un interés de grado, es decir los hermanos de vínculo doble y
naturaleza patrimonial. El dinero tan sólo funcio- vínculo simple. Por esto no se incluye a los cón-
na como un equivalente de bienes y servicios que yuges ya que éstos se encuentran unidos por un
compone la prestación alimentaria, atento a que vínculo distinto, que es el matrimonio (55).
ésta constituye una deuda de valor (53).
En alusión al otro artículo citado —art. 368
(51) MOLINA DE JUAN, Mariel (ob. cit., t. II, p. 316). (art. 342 según el DJA) equivalente al art. 538 del
(52) Ídem (ob. cit., t. II, p. 318) citando la Convención nuevo Código Civil y Comercial de la Nación—
sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad, ra- anteriormente la obligación entre parientes afi-
tificada por la ley 26.378 (art. 24); Convención Interameri- nes quedaba limitada al suegro, suegra, yerno y
cana para la Eliminación de todas las Formas de Discrimi- nuera legítima de modo que esta enumeración
nación contras las Personas con Discapacidad, ratificada excluía a otros parientes afines de primer grado.
por la ley 25.280 (art. 3º).
(53) BUERES, Alberto (dirección), HIGHTON, Elena
(coordinación), Código Civil y normas complementarias. (54) ZANNONI, Eduardo (ob. cit., p. 159).
Análisis doctrinario y jurisprudencial. Parte General. Fa- (55) BUERES, Alberto (dirección), HIGHTON, Elena
milia, t. I, Hammurabi, Buenos Aires, 1995, p. 1345. (coordinación) (ob. cit., p. 1339).

50 • Derecho Penal y Criminología - AÑO v • Nº 07 • AGOSTO 2015


DPyC Rubén E. Figari

En la actualidad se encuentran abarcados to- Acorde con la interpretación que se ha hecho


dos ellos, o sea, ya se han incluido a los hijos en el acápite anterior son las posiciones adopta-
afín —hijastro— y padre/madre afín —padrastro das respetando, en tal sentido, una coherencia.
y madrastra—. Al no producirse una distinción
entre parientes legítimos e ilegítimos, éstos tam- Para los que entienden que el tipo del art. 2º
bién se encuentran en la obligación. bis (art. 138 inc. 3º C.P.) es una figura agravada
que depende del art. 1º de la ley 13.944 (art. 138
Se ha afirmado, dentro de este contexto que la inc. 1º C.P.), se respaldan en lo que ya se ha ade-
fuente exclusiva de la obligación alimentaria en- lantado supra en cuanto sólo pueden ser sujetos
tre parientes es la ley —comprende a la Constitu- pasivos y activos las personas que están incluidas
ción Nacional y a las restantes normas infracons- en las disposiciones de los arts. 1º y 2º de la ley
titucionales— que le impone cuando se dan los 13.944 (art. 138 incs. 1º y 2º C.P.) y argumentan
supuestos de hecho que autorizan a su reclamo. que más allá de que la norma en su literalidad
Pero, no obstante ello y sin perjuicio de la regla- permitiría sostener que se ha referido a las obli-
mentación detallada que hace el Código Civil y gaciones alimentarias sin distinguir entre las que
Comercial, se alega que es innegable que los tienen origen en dicha ley y de las que proven-
alimentos entre parientes encuentran su fuente gan de la ley civil, la interpretación sistemática
primigenia en el bloque de constitucionalidad del art. 2º bis (art. 138 inc. 3º C.P.), al relacionarla
federal, que reconoce a toda persona el derecho con los arts. 1º y 2º de la ley 13.944 (art. 138 inc.
a un nivel de vida adecuado en los arts. 11 del 1º y 2º C.P.) conduce a la conclusión que se refie-
Pacto Internacional de Derechos Económicos, re a los sujetos mencionados en dichos artículos,
Sociales y Culturales y en el 25 de la Declaración quedando para el incumplimiento de las obliga-
Universal de los Derechos Humanos. Tales pre- ciones alimentarias emergentes de la fuente civil
ceptos, al hacer una enumeración de una suer- originadas en estados de insolvencia fraudulen-
te de derechos básicos indispensables para el ta, la aplicación del art. 179, 2º párr. del C.P. (57).
desenvolvimiento de la vida en condiciones dig- Asimismo, en oportunidad de que dicha ley
nas de existencia, permiten que el derecho a un fue analizada por los autores, se consideró y ad-
nivel de vida adecuado actúe como un concepto mitió que el contenido del art. 2º bis (art. 138 inc.
jurídico indeterminado que garantiza el logro de 3º C.P.) estaba tácitamente receptado o previs-
un cierto estatus social, para el cual es necesario to en ella porque el perjuicio al patrimonio o la
transformar una situación de hecho previamente aparente insolvencia, era el medio idóneo para
existente (56). poder sustraerse a prestar los medios indispen-
sables para la subsistencia y si efectivamente ello
IV. ¿Agravante o delito autónomo?
era de ese modo, es válido o idóneo sostener que
Otro ítem que también se plantea es la cues- no se está en presencia de un tipo genérico, por-
tión referida a si este tipo penal se erige en una fi- que el núcleo de la figura estará siempre referido
gura agravada de los delitos previstos en los arts. al hecho de sustraerse, que es lo que el agente
1º y 2º de la ley 13.944 (art. 138 incs. 1º y 2º C.P.) o pretende con el daño causado a su patrimonio,
si constituye un delito autónomo. o por el lado de la simulación de insolvencia.
Por otra parte hay una razón que la da el propio
Existen tres vertientes interpretativas: una fundamento que se desprende de que se trataba
considera que se trata de una figura agravada de de una circunstancia relativa al agravamiento de
los delitos de la ley 13.944 (arts. 1º y 2º) (art. 138 la pena y que el art. 2º bis (art. 138 inc. 3º C.P.)
incs. 1º y 2º C.P.), otra plantea la posibilidad de se refería exclusivamente al incumplimiento de
una figura autónoma independiente de los deli- los deberes de asistencia familiar. “Si al incum-
tos antes mencionados y finalmente, otra que la plimiento de estos deberes se llegaba, y se llega,
trata como una figura agravada de la insolvencia porque el autor se sustraía y, se sustrae, no se ve
simple del art. 179, 2º párr. del C.P. la razón por la cual el tipo no debe ser califica-

(56) SAGGESE, Federico, El derecho a un nivel de (57) GAVIER, Enrique, Notas a leyes penales, t. I, Marcos
vida adecuado, Platense, La Plata, 2009, p. 91, citado por Lerner, Córdoba, 2000, p. 39; ROMERO, José (ob. cit.,
HERRERA, Marisa (ob. cit., t. III, p. 399). p. 71).

AÑO v • Nº 07 • agosto 2015 - Derecho Penal y Criminología • 51


DPyC Derecho Penal doctrina

do, y entonces, pretender ser autónomo”(58). art. 2º bis (art. 138 inc. 3º C.P.) es autónomo (63)
Respalda esta posición el fallo “Aisen”(59) aun- y no una figura agravada de los arts. 1º y 2º de la
que está referido al cónyuge, también el fallo ley 13.944 (art. 138 incs. 1º y 2º C.P.). En esta inte-
“Livio”(60) y “Mugica”(61), todos citados por ligencia sostiene que el tipo en cuestión adolece
Buompadre (62). de elementos adicionales diferenciadores de la
figura básica que incrementen el contenido del
Este último autor es el que fundamentalmente
injusto, la infracción no deriva del tipo básico ni
enarbola la teoría de que el tipo encerrado en el
tampoco “depende” de él porque es factible una
insolvencia fraudulenta alimentaria sin que, al
(58) LAJE ANAYA, Justo (ob. cit., p. 226). En la nota 543 mismo tiempo, haya incumplimiento de los de-
señala: “Deróguese hipotéticamente esta disposición, y de
esa derogación resultará que el delito previsto en ella, no beres de asistencia familiar, o viceversa, o concu-
habrá corrido idéntica suerte, sino que el hecho será atra- rrir ambas figuras.
pable por el art. 1º”.
(59) “La conducta descripta en el artículo 2 bis de la
Razona que si el art. 2º bis (art. 138 inc. 3º C.P.)
ley 13.944 constituye, en opinión de esta Sala, una mo- contuviera una circunstancia agravante del art.
dalidad comisiva agravada del delito de Incumplimiento 1º de la ley 13.944 (art. 138 inc. 1º C.P.) siempre
de los deberes de asistencia familiar, delito de acción y en todos los casos el hecho de insolventarse
privada -cuando la víctima fuese el cónyuge- según lite- implicaría la conducta prevista en la ley especial,
ral inteligencia del artículo 73, Inc. 5º del Código Penal.
Adviértase, en primer lugar, que el particular elemento
por cuanto la figura agravada abarcaría a la figura
subjetivo de la figura en análisis -la finalidad de eludir básica, pero ello no siempre es así. Reafirma que
el cumplimiento de obligaciones alimentarias- vincula es factible que se dé la insolvencia fraudulenta
inescindiblemente a este tipo especial con el genérico alimentaria sin que, al mismo tiempo, se dé el
acuñado por la misma ley. Así lo hace, también, el resul- incumplimiento de los deberes de asistencia fa-
tado o consecuencia que la nueva norma exige del com-
portamiento incriminado, esto es, la frustración, en todo
miliar, circunstancia que podría acontecer cuan-
o en parte, del cumplimiento de aquellas obligaciones do se arriba a una situación de insolvencia, pero
alimentarias. Y a la misma conclusión se arribará, a par- el agente continúa cumpliendo con la obligación
tir de un criterio de interpretación sistemático, si se re- asistencial.
para en que el legislador -por ley 24.029- ha incorporado
expresamente el tipo en estudio a las previsiones de la ley Se debe recordar que el delito del art. 2º bis (art.
13.944, circunstancia ésta que no ha sido casual ni le ha 138 inc. 3º C.P.) se perfecciona cuando se frustra
pasado desapercibida sino que, por el contrario, tomó en
el cumplimiento de la obligación alimentaria, lo
cuenta al conformar un texto distinto del proyecto inicial
presentado por la diputada Irma Roy y que originaria- cual puede suceder en el momento preciso en
mente fue propuesto como modificatorio del art. 179 del que el deudor, por alguno de los medios típicos,
Código Penal. El texto en definitiva sancionado se apartó impide que se concrete la posibilidad que tiene
de toda relación con los delitos contra la propiedad, por el acreedor alimentario de acceder al patrimo-
considerarla inconveniente, y se seleccionó a la familia,
nio de aquél mediante alguna vía judicial. “Si el
excluyentemente, como bien jurídico protegido”. C. N.
Casación Penal, Sala I, 04/10/1993 — “Aisen, Eduardo” - obligado a prestar alimentos hace desaparecer su
elDial.com - AA2FE3. patrimonio con la finalidad de tornar imposible
(60) “La conducta descripta en el artículo 2 bis de la la concreción de los derechos alimentarios del
ley 13.944 constituye una modalidad comisiva agravada beneficiario de la prestación alimentaria, pero
del delito de incumplimiento de los deberes de asisten- da cumplimiento a su obligación asistencial, in-
cia familiar, delito de acción privada -cuando la vícti- currirá en el delito de insolvencia, pero no en el
ma fuese el cónyuge-, según se desprende del artículo
73, inciso 5to. del C.P.”. C. N. Casación Penal, sala IV,
del art. 1º de la ley 13.944, por cuanto si bien ha
20/07/1995 — “Livio, Osvaldo E. s/competencia” - el- frustrado el cumplimiento de la obligación ali-
Dial.com - AD2A8. mentaria no se ha sustraído a prestar los medios
(61) “La insolvencia fraudulenta cometida para no pa- indispensables para la subsistencia del sujeto
gar obligaciones alimentarias, art. 2 bis, ley 13.944, es un pasivo, que es la conducta punible en el delito
ilícito de acción privada, art. 73, inc. 4°, C.P., por lo tanto, de incumplimiento de los deberes de asistencia
al no tener parte instructoria, deberá resolver el Tribunal familiar”(64).
Oral que corresponda”. C. N. Crim. y Correc., sala I (Int.),
23/9/98 — “Mugica, Miguel A.” - elDial.com - AIE22.
(62) BUOMPADRE, Jorge, Insolvencia... (ob. cit., p. 131 (63) En igual sentido CHAÍN, Alejandro (ob. cit., p. 100).
nota 34). (64) Ídem (ob. cit., p. 133).

52 • Derecho Penal y Criminología - AÑO v • Nº 07 • AGOSTO 2015


DPyC Rubén E. Figari

Acota que la doctrina en ocasión de analizar procedimiento judicial reclamatorio o cobro de


la ley 13.944 entendió que las situaciones de in- alimentos, pudiendo tener lugar con anteriori-
solvencia procuradas que se presentaban para dad a la intervención judicial. Salta a las claras
eludir el cumplimiento de obligaciones alimen- que son tipos autónomos y especiales propios de
tarias, ya sean mediante el daño patrimonial o resultado material (67).
por acciones de fraudes, eran conductas que se
encasillaban en el art. 1º (art. 138 inc. 1º C.P.) de Luego de haber expuesto las razones dadas por
la ley señalada. De modo que el autor en cita, se los sostenedores de las tesis antagónicas, se pue-
pregunta: ¿por qué razón el legislador sancio- den sacar algunas conclusiones interesantes de
nó un nuevo tipo penal que ya estaba previsto ambas.
en el ordenamiento punitivo? Respóndese que
el objetivo era abarcar otros sujetos distintos de En mi modesta opinión me persuade la idea
los previstos en la ley 13.944, sobre quienes pesa de que el tipo contenido en el art. 2º bis (art. 138
igualmente una obligación alimentaria, y que, inc. 3º C.P.) introducido por la ley 24.029 en la ley
por adolecer de la condición específica reque- 13.944 se trata de un delito autónomo y no de un
rida por el tipo penal, quedaban impunes fren- agravante de los arts. 1º y 2º (art. 138 incs. 1º y
te a esta ley especial, como así también ante el 2º C.P.), porque tiene características propias —si
art. 179 del C.P. en ocasión de llegarse al estado bien idénticas al art. 179, 2º párr.— que lo ale-
de insolvencia con anterioridad al comienzo de jan del mero incumplimiento de los deberes de
un proceso judicial. Finalmente, para retrucar asistencia familiar. No se trata de insolventarse
a los que hablan de la “ubicación sistemáti- agravando la conducta del incumplimiento, por-
ca”, considera que ello no significa que por esa que como se ha dicho más arriba, el sujeto activo
única razón se convierta en una circunstancia bien puede insolventarse y no obstante ello cum-
agravante del tipo básico de la ley 13.944, dando plir con la prestación de los medios indispensa-
razones científicas sobre lo que se entiende por bles para la subsistencia, o viceversa, o incurrir
una agravante (65). en concurso de ambas figuras. Por otra parte la
ubicación de la insolvencia alimentaria fraudu-
Últimamente, en cuanto a la hipótesis que sus- lenta en el mismo contexto de la ley 13.944, por
tenta la tesis de que el delito del art. 2º bis de la sí sola no implica que se erija en una agravante
ley 13.944 (art. 138 inc. 3º C.P.) constituya una de una figura básica, sino más bien que es una
agravante del art. 179 del C.P., cabe expedirse por circunstancia desafortunada del legislador en
la negativa, pues en primer término, si bien el situarla allí, aunque en los fundamentos del Pro-
texto en análisis es una réplica del artículo men- yecto que luego sería ley se haya dispuesto que
cionado, ya se sabe que aquél no requiere de la la norma se refiere exclusivamente al incum-
existencia de un proceso en curso ni de una sen- plimiento de los deberes de asistencia familiar, lo
tencia. Estas circunstancias impiden que cuando cual es cierto, pues por eso se llama “insolvencia
el autor se insolventa antes del proceso sea pasi- alimentaria fraudulenta” pero por ello no debe
ble de una sanción más grave que cuando lo hace señalárselo como una agravante, sino como un
después de iniciado dicho proceso, afectándose delito alusivo más a este tipo de delitos. Como
dos bienes jurídicos: el patrimonio del acreedor en el Código Penal no hay un capítulo especí-
y la administración de justicia (66). fico sobre el particular tal como lo proponían,
Justamente, la diferencia esencial entre la in- por ejemplo, los Proyectos de 1941, 1951, 1953,
solvencia alimentaria y la patrimonial reside en 1960 y 1979, la única alternativa que se presen-
el tiempo de comisión: en el último el estado de taba era la ley 13.944 que habla exclusivamente
desequilibrio patrimonial tiene que producirse del incumplimiento de los deberes de asistencia
“durante el curso de un proceso o después de familiar.
una sentencia condenatoria”, en tanto que en el
primero —art. 2º bis (art. 138 inc. 3º C.P.)— la
conducta disvaliosa no está condicionada a un
(67) En tal sentido GRAPPASONNO, Nicolás - RODRÍGUEZ,
Marisa, “El delito de insolvencia alimentaria fraudulenta
(65) Ídem (ob. cit., p. 135). (artículo 2 bis de la ley 13.944, incluido por la ley 24.029)
(66) Ídem (ob. cit., p. 137). y una propuesta de reforma legislativa”, LL 2008-B-1144.

AÑO v • Nº 07 • agosto 2015 - Derecho Penal y Criminología • 53


DPyC Derecho Penal doctrina

Es sustentable la idea de que la ley 24.029 am- que insolventarse no es la conducta prevista en
plía el sistema de la 13.944 en lo concerniente el tipo, sino que es la de frustrar (70).
a que abarca no sólo a la obligación penal sino
también a la civil. Pero no obstante ello no me Acota, sobre el particular Buompadre, que
parece prudente (68) extender o ampliar el también se podría agregar que es la propia nor-
círculo de posibles sujetos activos en el caso de ma la que posibilita una situación de insolvencia
la insolvencia alimentaria fraudulenta a otros que no resulta punible a este título que es el caso
que no sean los mencionados en los textos de del deudor que se insolventa antes del comienzo
los arts. 1º y 2º (art. 138 incs. 1º y 2º C.P.), pues si de la acción judicial, adunando que otra sería la
bien los abuelos, yernos y suegras, entre otros, situación si se tratara de un tipo penal similar al
que pueden ser obligados alimentarios por la alzamiento del derecho español, que no requiere
ley civil, no sólo no figuran en los textos, tam- un proceso en curso como elemento del tipo ob-
bién debe tenerse en cuenta, como principio jetivo. “En nuestro derecho, en cambio, el sujeto
general, el carácter restrictivo interpretativo de activo puede insolventarse por cualquiera de los
la ley penal —ultima ratio— que se constituiría medios típicos previstos en el artículo; puede da-
en un impedimento para incluirlos en la órbita ñar su patrimonio o hacerlo desaparecer; pero si
represiva mediante la aplicación de la analogía, no frustra el cumplimiento de una obligación ci-
no obstante la consigna de la norma que alude vil, no se daría el delito de insolvencia fraudulen-
a “el que...”(69). ta. De manera, entonces, que nunca podría ser
la acción típica la de insolventarse, aunque ella
V. Aspecto objetivo y acciones típicas sea el modo más frecuente de afectar el propio
patrimonio”(71).
Dado que esta norma tiene idéntica redacción
que la acuñada en el art. 179, 2º párr. del Código En cambio, otros han considerado que la frus-
Penal, con excepción de que la conducta recto- tración es el resultado de una conducta prece-
ra se realice durante “el curso en proceso o des- dente que consiste en “incapacitarse” para cum-
pués de una sentencia condenatoria” valen las plir la obligación o en “insolventarse”(72), de la
mismas consideraciones que se realizan en el que los actos típicos serán medios, es decir, que
tratamiento de la insolvencia fraudulenta. la frustración se erige como el corolario de la in-
solvencia, debido a que dicha conducta sólo se
Es decir que con respecto a la acción típica se relaciona con el efecto de la acción, pero no con
generan algunas hipótesis conflictivas en cuanto ella misma (73).
a cuál es la verdadera acción típica.
La primera alternativa aparece como la más
Para Creus la acción típica consiste en frustrar viable desde el punto de vista interpretativo por
en todo o en parte el cumplimiento de las corres- la solidez de su argumentación, remitiéndo-
pondientes obligaciones civiles, mediante algu- me especialmente al razonamiento que efectúa
no de los actos que especifica el tipo penal. Buompadre. Por otra parte, respalda esta pos-
tura el Anteproyecto de Código Penal de la Na-
En tal sentido, “frustra” el cumplimiento de
una obligación el que la torna imposible, impi-
diendo con su conducta que se concrete en for- (70) CREUS, Carlos, Quebrados... (ob. cit., p. 196).
ma total o parcial la expectativa constituida por el (71) BUOMPADRE, Jorge, Insolvencia... (ob. cit., p. 23).
crédito del acreedor, difuminando la posibilidad (72) BACIGALUPO, Enrique (ob. cit., p. 92); MORAS
de que acceda a bienes suficientes para satisfa- MOM, Jorge (ob. cit., ps. 34/35); BREGLIA ARIAS, Omar
cerlo por vía de la ejecución de ellos. De modo - GAUNA, Omar, Código Penal y leyes complementarias.
Comentado, anotado y concordado, t. 2, 6ª edición ac-
tualizada y ampliada, Astrea, Buenos Aires, 2007, p. 378;
(68) Sobre la prudencia ya lo refería Soler en la nota al D´ALESSIO, Andrés (director), DIVITO, Mauro (coordi-
art. 184 del Proyecto de 1960 cuando decía: “Los deberes nación) (ob. cit., t. II, p. 812); parece seguir esta tendencia
alimentarios de la legislación civil van mucho más allá del DONNA, Edgardo, Delitos... (ob. cit., p. 785); NAVARRO,
núcleo familiar inmediato, pero acaso sería imprudente Guillermo - ASTURIAS, Miguel (ob. cit., p. 670).
llevar tan lejos una incriminación penal”. (73) BUOMPADRE cita la opinión de BACIGALUPO se-
(69) Parece ser de la misma opinión RIZZI, Aníbal guida por MORAS MOM y BREGLIA - ARIAS (BUOMPADRE,
(ob. cit., elDial.com -DC7B4). Jorge, Insolvencia... ob. cit., p. 22).

54 • Derecho Penal y Criminología - AÑO v • Nº 07 • AGOSTO 2015


DPyC Rubén E. Figari

ción (art. 156) el que pone énfasis en la acción de vencia, estará abarcado por lo dispuesto en el art.
“frustrar” y no en la de “insolventarse”. 179, 2º párr. del Código Penal (75).
Los medios comisivos son similares a los des- Navarro, apelando al criterio restrictivo, asi-
criptos en el art. 179, 2º párr., es decir: la destruc- mismo entiende que los autores son “especiales”
ción de los bienes, la inutilización de los mismos, o “calificados” dado que deben revestir alguno de
el daño, la ocultación o desaparición y la dis- los estados de familia que menciona la ley 13.944,
minución fraudulenta de su valor. Los primeros de lo contario se encontrarían alcanzado por los
cuatro actos son fundamentalmente materiales, supuestos del art. 179, 2º párr. del C.P. (76).
en tanto que el de desaparición también puede
ser por un medio material, sin dejar de lado que En la vereda opuesta, como ya se sabe, se encuen-
se pueda llevar a cabo mediante un acto jurídico. tra Buompadre, quien con base en la interpretación
Los primeros producen disminuciones patrimo- amplia que viene sustentando, abarca el círculo de
niales reales, el último puede representar una autores, no sólo a los previstos en la ley 13.944 sino
disminución simulada. también a los obligados por la ley civil —hermanos,
bilaterales o unilaterales, suegros, yernos y nueras,
VI. Sujeto activo hijastros y padrastros y los abuelos— (77).
De conformidad con lo dicho anteriormente, La participación se puede dar tal como lo conci-
respecto a la naturaleza de la obligación alimen- ben las normas pertinentes del Código Penal (78).
taria y el interrogante sobre si se trataba de una
figura agravada o autónoma, con atinencia a este VII. Sujeto pasivo
tópico, como es lógico donde hay opiniones an-
tagónicas, las aguas se vuelven a dividir. Es el beneficiario de la prestación alimentaria.

En la posición tradicional, como ya se ha vis- VIII. Consumación y tentativa


to, se encuentra Laje Anaya quien considera que Se trata de un delito instantáneo y de resultado
el autor o los autores de la insolvencia alimen- material, pues la consumación se produce cuando
taria fraudulenta son los mismos que enumera se ha frustrado el cumplimiento de la obligación
los arts. 1º y 2º de la ley 13.944 (art. 138 incs. 1º y
alimentaria, o sea, se ha logrado perjudicar al su-
2º C.P.) y que no obstante la referencia aparente
jeto pasivo por medio de los actos de insolvencia.
indeterminada, la disposición del art. 2º bis (art.
138 inc. 3º C.P.) no ha ampliado el repertorio de Aunque parezca sobreabundante es preciso
posibles y únicos autores de dicha infracción, y remarcar que la acción típica en el delito de in-
que si bien es cierto que el artículo “el que” hace solvencia alimentaria fraudulenta no consiste en
alusión a cualquiera, de modo que cualquier “sustraerse” a prestar lo mero indispensable para
obligado podría cometer el delito, lo cierto es que
si el legislador hubiese querido ampliar dicho (75) CAIMMI, Luis - DESIMONE, Guillermo (ob. cit.,
repertorio lo hubiese expuesto en forma clara y p. 151). En igual sentido DONNA, Edgardo (ob. cit., ps.
precisa (74). 432/433) y D’ALESSIO Andrés (ob. cit., t. III, p. 176).
(76) NAVARRO, Guillermo (ob. cit., p. 82); NAVARRO,
Siguen este ideario Caimmi-Desimone pues Guillermo - ASTURIAS, Miguel (ob. cit., t. VII, p. 680).
también consideran que la figura del art. 2º bis
(77) BUOMPADRE, Jorge, Insolvencia... (ob. cit., ps. 138 y
(art. 138 inc. 3º C.P.) se aplica solamente a los sgtes.); NÚÑEZ, Ricardo, Manual... actualizado por REINALDI,
sujetos activos enunciados en forma taxativa por Víctor (ob. cit., p. 351); CHAÍN, Alejandro (ob. cit., p. 104).
la ley 13.944, en tanto que aquel que no reviste (78) “Corresponde procesar como cómplice prima-
ninguno de los estados de familia contemplados ria por el delito de insolvencia fraudulenta en términos
en dicha ley y que es deudor de una obligación del art. 2º bis de la ley 13944 (Adla, X-A, 86) a la madre
alimentaria nacida de cualquier otra fuente que del imputado que recibió de éste una suma de dinero
dolosamente procurase o aparentase su insol- en concepto de cuotas societarias pertenecientes a una
firma que constituía la parte principal de su patrimo-
nio, teniendo conocimiento de la obligación de pago de
(74) LAJE ANAYA, Justo (ob. cit., p. 227); GRAPPASONNO, cuotas alimentarias que pesaba sobre aquél”. C.N. Crim.
Nicolás - RODRÍGUEZ, Marisa (ob. cit.); ROMERO, José y Correc., sala VII - 21/10/1999 — “C., E. y otra” - AR/
(ob. cit., p. 71). JUR/2125/1999.

AÑO v • Nº 07 • agosto 2015 - Derecho Penal y Criminología • 55


DPyC Derecho Penal doctrina

la subsistencia, tal como lo indican los arts. 1º y 2º es factible su tentativa y el comienzo de ejecución
de la ley 13.944 (art. 138 incs. 1º y 2º C.P.), sino que se verificará desde que el sujeto activo despliegue
la acción está referida a la frustración en todo o en alguno de los medios comisivos que señala el tipo,
parte del cumplimiento de una obligación alimen- con la finalidad de insolventarse y, consecuente-
taria, lo cual difiere de lo primero, pues en dicho mente, frustrar en todo o en parte el cumplimien-
caso hay una omisión y así lo ha clarificado la doc- to de sus deberes de asistencia familiar (80).
trina, en cambio, en la insolvencia se vislumbra el
comportamiento activo del sujeto alimentante. Romero, no obstante su conocida posición
sobre los tópicos principales de este tipo penal,
La discusión ronda sobre si en este tipo en es- admite la tentativa, al tratarse de un delito mate-
tudio es factible la tentativa, y en ese trance nue- rial y ejemplificando ésta en el supuesto en que
vamente las opiniones se dividen. el obligado, empece haber desplegado unos de
los medios comisivos y haberse insolventado,
En efecto, para una porción de la doctrina la ten-
no logra la frustración de la acreencia, por haber
tativa sería inviable porque los actos que podrían
podido el destinatario de los alimentos obtener
conformarla no son otra cosa que actos prepara-
efectivas medidas cautelares, o cuando pudo
torios por tratarse de un delito de omisión. En tal
ejecutar otros bienes aún no destruidos, ocul-
sentido se expide Laje Anaya al expresar sobre el
tados, etc. Agrega que tal situación es posible
particular que el delito no comienza a manifestar-
en los hechos, pues, en determinados patrimo-
se o a ejecutarse cuando los hechos son realizados
con la intención, o con en el determinado propósi- nios, supuestos tales como enajenaciones ficti-
to que la ley tiene en cuenta. Estos actos no pasarán cias, ocultación de bienes, aumentos de pasivo,
de la preparación, de modo que serían impunes. etc., difícilmente puedan ser logrados en un solo
Así la tentativa sería incompatible aunque el he- momento, tratándose de acciones que se desa-
cho material por el que se quiere buscar o llegar a rrollan en el tiempo. Pero —hace la salvedad—,
la insolvencia sea susceptible a su vez de quedar si pese a la realización de los medios comisivos
en tentativa. “Será necesario, en todo caso, verifi- el autor se insolventa pero sigue pagando, este
car qué actitud posterior asume el insolventado, delito no se dará ni como tentativa ni como de-
porque si a pesar de la aparente insolvencia pro- lito consumado, ya que, invocando palabras de
curada, y con la finalidad requerida, no se sustrae Soler, “con el pago queda excluida no solamente
al deber, sino que lo satisface ¿en qué quedarán la consumación, sino también la tentativa, que
los hechos tenidos eventualmente como tentativa pudiera entenderse constituida por alguna ope-
de ese delito? No debe descuidarse, por último la ración tendiente a la aparente insolvencia” (81).
propia redacción de la figura porque ella no está De hecho los postulantes respecto a la negativa
construida sobre la base de que los actos sean eje- de la posibilidad de la tentativa en la insolvencia
cutados de manera que ellos tiendan a frustrar el fraudulenta alimentaria se afirman en la circuns-
cumplimiento de las obligaciones, sino que requie- tancia de que al igual que en el incumplimiento
re que esas obligaciones se vean frustradas, como de los deberes de asistencia familiar, aquél tam-
resultado precisamente por su ejecución” (79). bién es un delito de omisión, cuando en puridad
En la corriente opuesta se encuentran aque- se trata de un delito de acción y de resultado
llos que abogan por la posibilidad de la tentativa material. A ello se le debe agregar que la idénti-
y básicamente se sustentan en el hecho de que la ca redacción que tiene este tipo penal con el del
frustración del cumplimiento de una obligación art. 179 párr. 2º no habilita a llegar a conclusio-
alimentaria no es una conducta omisiva sino acti- nes distintas, porque la única diferencia estriba
va que se pone de manifiesto con un hacer, con un en que en este último la insolvencia debe darse
comportamiento positivo por parte del sujeto acti- en el marco del curso de un proceso o luego de
vo. En efecto, la aceptan Caimmi y Desimone, pues una sentencia condenatoria, nada más.
estiman que al tratarse de un delito de resultado
(80) CAIMMI, Luis - DESIMONE, Guillermo (ob. cit.,
(79) LAJE ANAYA, Justo (ob. cit., ps. 231/232). Sigue p. 163); DONNA, Edgardo (ob. cit., p. 434); BUOMPADRE,
esta tendencia, básicamente con los mismos argumentos Jorge, Insolvencia... (ob. cit., p. 144/145); NAVARRO, Guiller-
REINALDI, Víctor, comentando a NÚÑEZ, Ricardo (ob. mo (ob. cit., p. 89); D’ALESSIO, Andrés (ob. cit., t. III, p. 179).
cit., p. 352). (81) ROMERO, José (ob. cit., ps. 74/75).

56 • Derecho Penal y Criminología - AÑO v • Nº 07 • AGOSTO 2015


DPyC Rubén E. Figari

IX. Aspecto subjetivo ponerse la escala penal más grave —la del art. 2
bis de la ley 13.944 (art. 138 inc. 3º C.P.)— indivi-
Este tipo delictivo es doloso y compatible con dualizando la pena de acuerdo con las pautas del
el dolo directo. Las expresiones “maliciosamen- art. 41 del C.P. (art. 40 C.P. DJA), pero teniendo en
te” y “fraudulentamente” no hacen otra cosa que
cuenta en la fijación de su quantum que el con-
remarcar esa especial exigencia subjetiva y como,
denado ha violado dos tipos penales. Sin embar-
reitero, la redacción es similar a la del art. 179, 2º
go, no resulta desdeñable la posibilidad de que
párr., valen para este caso, las mismas considera-
estos casos puedan resolverse por los principios
ciones que oportunamente se hicieron al tratar el
mismo acápite. Por el dolo eventual se inclina la del concurso aparente de tipos penales, pues al
solitaria opinión de Bacigalupo (82). existir, en principio, identidad entre los bienes
jurídicos protegidos de ambas figuras, la más
X. Relación concursal con el delito de incum- grave, o sea la del art. 2º bis (art. 138 inc. 3º C.P.),
plimiento de los deberes de asistencia familiar absorberá por consunción el incumplimiento de
los deberes de asistencia familiar (85).
Se deslizan algunas posibilidades concursales
entre la figura que se trata y la de incumplimien- Jurisprudencialmente parece ser esta última
to de los deberes de asistencia familiar. En ese la solución hallada —aunque siempre referida al
trance se sostiene que cuando se está en pre- incumplimiento alimentario del cónyuge— a par-
sencia de un proceso alimentario y el deudor del tir del fallo “Aisen”, ya transcripto, y seguido en los
art. 2 bis (art. 138 inc. 3º C.P.) se insolventa por mismos términos por los fallos “Fernández”(86),
cualquiera de las formas a que alude dicho tipo “F. R. M.”(87) y “Amoedo”(88), por ejemplo. Como
penal —sea en el curso de dicho proceso o luego
de dictar la sentencia condenatoria— y al mismo
Correc., sala V -09/06/2005 —“Martín, Diego y otros”— JA
tiempo viene sustrayéndose a prestar los medios 2005-IV-67.”Si el procesado renunció a su empleo con pos-
indispensables para la asistencia familiar, se está terioridad a la promoción de la demanda por alimentos,
en presencia de un conflicto que se debe resolver puede considerarse -en principio- que se ha configurado
por las reglas concursales. Idéntica solución se el delito de insolvencia fraudulenta que reprime el art. 179
adopta cuando se comprueba que el imputado del Cód. Penal, delito por el que fue indagado en la causa
y que concurría idealmente, conforme al art. 54, con el de
se ha insolventado como medio para la comisión incumplimiento de los deberes de asistencia familiar que
del delito de incumplimiento de los deberes de reprime el art. 1° de la ley 13.944 (Adla, X-A, 86). (Del voto
asistencia familiar (83). en disidencia del doctor de la Riestra)”. CNCrim. y Correc.,
sala III -11/05/1979- “Mangini, Rubén H.”- LL 1979-D-166.
De esta manera se considera que cuando está (85) CAIMMI, Luis - DESIMONE, Guillermo (ob. cit., p. 140).
acreditado que el agente se insolventó para apa-
(86) “Los delitos de incumplimiento de los deberes de
rentar una situación de imposibilidad económi- asistencia familiar y de insolvencia alimentaria fraudulen-
ca y se sustrajo a prestar los medios indispensa- ta concurren en forma aparente por especialidad, ya que
bles para la asistencia familiar, o sea, cuando se la conducta proscripta por el primero se encuentra com-
comprueba una relación de “medio a fin” entre prendida dentro del segundo”. C.N Casación Penal, Sala
ambos ilícitos, se podría dar el concurso ideal III, 22/02/02- “Fernández, Omar” - LL 2002-D-476.
(art. 54 del C.P.) (84), debiéndose en ese caso im- (87) “1 - Toda vez que entre los tipos penales de incum-
plimiento de los deberes de asistencia familiar y de insol-
vencia alimentaria fraudulenta media una relación de con-
(82) BACIGALUPO, Enrique (ob. cit., p. 79). curso aparente por especialidad, si se absuelve por el simple
(83) CAIMMI, Luis - DESIMONE, Guillermo (ob. cit., p. 139). incumplimiento, no se puede condenar por la conducta más
(84) “Configura delito de incumplimiento de los de- gravosa, puesto que en ambos casos la infracción consiste en
beres de asistencia familiar en concurso ideal con el de el incumplimiento de las obligaciones de asistencia familiar. 2
insolvencia fraudulenta la conducta del encartado, que - Visto que el art. 2° letra d) de la ley 13.944 (Adla, X-A, 86) prevé
habiendo sido condenado en un juicio de alimentos a como sujeto tutelado al cónyuge “no separado legalmente por
pagar determinada suma mensual incumplió con dicha su culpa” para la configuración del delito de incumplimiento
obligación, iniciando luego un incidente de reducción de de los deberes de asistencia familiar entre los cónyuges, es ne-
cuota por un monto que tampoco abonó, acreditándose cesario que exista sentencia de divorcio pasada en autoridad
que disponía de capacidad económica suficiente y que, de cosa juzgada” (con nota de SOLARI, Néstor), C.S. Tucumán
además, ejerció maniobras para aparecer como insolvente 27/04/04 — “F. R. M. s/rec. de casación” - LL NOA 2006-1040.
—ocultando dinero que integraba su acervo— con la úni- (88) “La concurrencia de la modalidad comisiva agra-
ca finalidad de no hacer frente a su obligación”. CNCrim. y vada prevista en el artículo 2° bis de la ley 13.944 excluye

AÑO v • Nº 07 • agosto 2015 - Derecho Penal y Criminología • 57


DPyC Derecho Penal doctrina

se ha insinuado anteriormente, al tratar otros as- Laje Anaya se plantea la hipótesis sobre qué
pectos de este tipo penal, Traballini se muestra tipo de concurso —material, formal o aparen-
partidaria del concurso aparente de leyes cuando te— se da en el caso del art. 179 y el art. 2º bis
se busca la insolvencia patrimonial para eludir los (art. 138 inc. 3º C.P.) y afirma que ninguno es en
deberes asistenciales penales, en los límites de los relación con el otro un tipo básico ni específico.
arts. 1º y 2º (art. 138 incs. 1º y 2º C.P.) (89). El art. 2º bis (art. 138 inc. 3º C.P.) es específico con
respecto al art. 1º de la ley 13.944 (art. 138 inc. 1º
Se ha considerado que se aplican las reglas C.P.) que es la norma general, pero tampoco hay
del concurso real si se tratare de dos hechos in- entre las dos disposiciones una cuestión relativa
dependientes (90). En un fallo se resolvió que a la subsidiariedad, donde sólo una se aplica en
existía tal concurso al tratarse de dos decisiones razón de que la otra la supone o la encierra, por
o resoluciones acontecidas en dos momentos lo tanto resta saber si el concurro es real o ideal.
temporales distintos: en el caso, sustraerse a la En su apreciación admite lo primero —concurso
obligación alimentaria —art. 1º de la ley 13.944 real— en virtud de que si se puede cometer uno
(art. 138 inc. 1º C.P.)— y posteriormente frustrar de los delitos, sin que se cometa el restante, el con-
su cobro, pues ello impide asignarles una única curso ideal se verá desplazado, porque éste supo-
finalidad (91). ne una indivisibilidad de derecho, y no indivisi-
bilidad de hecho y agrega —en la nota 559— que
la aplicación de la figura básica del artículo 1°, en tanto “al aun en la hipótesis citada, Traballini estima que se
analizar los tipos correspondientes a los delitos de incum- trata de un concurso aparente por especialidad,
plimiento de los deberes de asistencia familiar y de insol- pero es cierto que si bien entre ambas figuras exis-
vencia alimentaria fraudulenta, se advierte que media una te similitud, la una no contiene a la otra, que es lo
relación de concurso aparente por especialidad, ya que que requiere la regla invocada (92).
la conducta proscripta por el primero se encuentra com-
prendida dentro del segundo. Repárase al respecto que en XI. Carácter de la acción
ambos casos la sustancia de la infracción se circunscribe
al incumplimiento de las obligaciones de asistencia fami- Para algunos el delito previsto en el art. 2º bis
liar, radicando la diferencia entre ambas figuras en que
la calificada del artículo 2° bis prevé una modalidad co-
(art. 138 inc. 3º C.P.) es siempre de acción pública
misiva especial, añadiendo un contenido disvalioso adi- ya que no se trata de un incumplimiento de los
cional. Así, mientras que en el caso del artículo 1° lo que deberes de asistencia familiar mencionado en el
se sanciona es el simple incumplimiento, el artículo 2 bis art. 73 inc. 4º del C.P. y considerando que el pri-
conmina a quien lo hiciera mediante la disminución del mero es autónomo del segundo, así se llega a esta
valor de su patrimonio. Así, resulta jurídicamente intras- conclusión (93).
cendente el momento en que se hubiera desarrollado una
u otra acción, pues en la medida en que el delito continua- Por otra parte se argumenta que la enume-
do precedente no se ha interrumpido, la acción defrauda-
toria posterior integra su contenido, y queda constituida ración del art. 73 es de carácter taxativo, por lo
la figura agravada”. Se presenta la existencia de un único que en ese orden de ideas, no se puede incluir el
suceso, que a fin de resguardar la inviolabilidad del de-
recho de defensa en juicio, de raigambre constitucional, en su contra, con la finalidad de disminuir su patrimo-
y evitar la doble persecución penal, corresponde declarar nio para frustrar en todo o en parte sus obligaciones ali-
la nulidad del auto de procesamiento decretado en orden mentarias. Existe concurso material entre los delitos de
al delito de insolvencia fraudulenta alimentaria (art. 2° de incumplimiento de los deberes de asistencia familiar e in-
la ley 13.944), y el dictado en orden a la conducta previs- solvencia alimentaria fraudulenta, toda vez que se trata de
ta en el art. 1 de la ley 13.944, debiendo procederse a la dos decisiones o resoluciones distintas ocurridas en dos
ampliación de la declaración indagatoria del imputado y momentos temporales distintos: sustraerse a la obligación
a la acumulación material de ambos legajos”. C.N. Crim. alimentaria y luego, casi un año después, frustrar su cobro
y Correc., Sala VI, 17/03/05 — “Amoedo, Alfredo” -elDial. -en el caso, mediante la venta de una parte muy importan-
com - AI1FA7. te del patrimonio del imputado- ya que ello impide asig-
(89) TRABALLINI, Mónica (ob. cit., t. I, p. 352); ROME- narles una única finalidad”. T. Oral Crim. nº 1, 04/09/03 -
RO, José (ob. cit., p. 75). T. J. A. - LL 2004-A-121.
(90) CAIMMI, Luis - DESIMONE, Guillermo (ob. cit., p. 140). (92) LAJE ANAYA, Justo (ob. cit., p. 235).
(91) “...Incurre en el delito de insolvencia alimentaria (93) BUOMPADRE, Jorge, Insolvencia... (ob. cit.,
fraudulenta quien se desprendió de una parte muy im- p. 150); CHAÍN, Alejandro (ob. cit., p. 106); CAIMMI,
portante de su patrimonio conociendo la existencia de Luis - DESIMONE, Guillermo (ob. cit., p. 165). Así tam-
la deuda alimentaria y de la demanda civil que existía bién el fallo “Aisen” ya citado.

58 • Derecho Penal y Criminología - AÑO v • Nº 07 • AGOSTO 2015


DPyC Rubén E. Figari

delito previsto en el art. 2º bis de la ley 13.944 (art. Traballini al analizar el tema referido a la ac-
138 inc. 3º C.P.), pues allí sólo se hace mención ción del cónyuge razona que el art. 5º de la ley
en el inc. 4º al delito de incumplimiento de los 13.944 dispone agregar como inciso al art. 73 del
deberes de asistencia familiar, cuando la víctima C.P. y como delito de acción privada, el incum-
sea el cónyuge (94), siempre al estar por la tesis plimiento de los deberes de asistencia familiar,
de la autonomía del tipo del art 2º bis (art. 138 cuando la víctima fuera el cónyuge. Pero, la ley
inc. 3º C.P.). 24.029 no hace mención alguna a la acción por
insolvencia alimentaria fraudulenta, de modo tal
Por la opinión contraria se expiden aquellos que debería aplicarse la regla del art. 71 del Códi-
que sostienen que la insolvencia alimentaria go Penal y asignarle el carácter de acción pública.
fraudulenta se trata de un tipo agravado del art. Mas se pregunta si la excepción para el cónyuge
1º de la ley 13.944 (art. 138 inc. 1º C.P.) de modo que la ley 13.944 originariamente contemplaba
que deben aplicarse las mismas reglas que para para los arts. 1º y 2º (art. 138 incs. 1º y 2º C.P.)
el incumplimiento de los deberes de asistencia puede hacerse extensiva al nuevo art. 2º bis (art.
familiar, es decir, que la acción será privada, en el 138 inc. 3º C.P.), cuando la víctima también es el
caso de que la víctima sea el cónyuge (95). cónyuge.
En ese contexto propone dos razonamientos:
(94) BUOMPADRE, Jorge, Insolvencia... (ob. cit., p. 151).
a) “En primer lugar, y teniendo en cuenta lo ex-
(95) Posición respaldada por los fallos “Livio” y “Mugi- presado en el parágrafo “b” que antecede, la in-
ca” ya transcriptos. ROMERO, José (ob. cit., p. 77).”Consi-
deramos que entre las figuras de incumplimiento de los
solvencia fraudulenta referida a las obligaciones
deberes de asistencia familiar e insolvencia fraudulenta alimentarias de fuente penal es indudablemente
alimentaria -entre cónyuges- media un concurso apa- una forma agravada de “incumplimiento de los
rente de normas, que conlleva a concluir que el proceso deberes de asistencia familiar” de los arts. 1º y 2º,
debería tramitar bajo los carriles de la acción privada, y por lo tanto es aplicable la excepción si el sujeto
por lo que podrá prosperar el desistimiento de la acción
pasivo es el cónyuge”. b) “Pero la solución se
que pretende la querella”. “Véase que del escrito de pro-
moción de querella, se desprende que la acusadora par- hace difícil cuando se provoca la insolvencia
ticular le atribuyó a Mario A. Esmoris la comisión de los para no responder a los deberes civiles, que
delitos de incumplimiento de los deberes de asistencia —como se dijo— no se corresponden con los
familiar e insolvencia fraudulenta alimentaria. Y es aquí de los arts. 1º y 2º, para los cuales ha sido con-
donde debemos detenernos, puesto que surge la primera cebida la excepción. Puede entonces optarse por
discrepancia con los fundamentos plasmados en la deci-
sión de fs. 86/87, ya que el Sr. titular del Juzgado de Ins-
sentidos opuestos en la interpretación. Uno de
trucción n° 37 consideró que la insolvencia fraudulenta ellos consiste en asignarle un sentido amplio a
alimentaria constituye una modalidad agravada del delito la expresión “incumplimiento de los deberes de
de incumplimiento de los deberes de asistencia familiar, asistencia familiar”, incluyendo en él la insolven-
mientras que, por nuestra parte -conforme ya lo adelanta- cia fraudulenta en perjuicio de las obligaciones
mos- consideramos que entre ambas figuras, en principio, civiles. Sin embargo también es válida una inteli-
media un concurso aparente; lo cual no conlleva de por
sí que la competencia deba declinarse en favor del fuero
correccional”. “No está en controversia que la figura de tervención estatal), debe correr la misma suerte. Y es esta
incumplimiento de los deberes de asistencia familiar en- la conclusión fundamental que nos permite sostener que
tre cónyuges es un delito de acción privada (art. 73, inc. en este supuesto la acción puede tenerse por desistida en
4°, C.P.), pero la circunstancia de que concurra de manera atención a la presentación realizada por la querella”. C. N.
aparente con la de insolvencia fraudulenta alimentaria Crim. y Correc., Sala I, 21/05/08 — “Esmoris Mario Aníbal”
tampoco implica que, necesariamente, la acción se con- - elDial.com - AA485E.”Corresponde tener por desistida la
vierta en pública”. “Según entendemos, la intención del acción penal entablada por un cónyuge en contra del otro
legislador fue vedar la intervención estatal oficiosa en los en orden a los delitos de incumplimiento de los deberes
casos en que el incumplimiento de los deberes de asis- de asistencia familiar e insolvencia fraudulenta alimenta-
tencia familiar lo es entre cónyuges -tal como se presenta ria pues, visto que conforme a lo establecido en el artículo
en el caso concreto-, en razón de dejar librado al arbitrio 73, inciso 4, del Código Penal, el delito de incumplimiento
privado la decisión de impulsar una acción penal cuan- de los deberes de asistencia familiar entre cónyuges es un
do el caso redunda en un ámbito tan personalísimo como delito de acción privada y que entre los delitos atribuidos
resulta del vínculo entre cónyuges.””De ello, se deriva que media un concurso aparente de normas, debe concluirse
el delito de insolvencia fraudulenta alimentaria denun- que el proceso debe tramitar bajo los carriles de la acción
ciada -también entre cónyuges- (sin afectación alguna a privada”. C. N. Crim. y Correc., Sala I, 21/05/08 — “E. M.
menores de edad ni otra circunstancia que implique la in- A.” - La Ley online.

AÑO v • Nº 07 • agosto 2015 - Derecho Penal y Criminología • 59


DPyC Derecho Penal doctrina

gencia restringida del dispositivo legal, especial- instaurado el régimen incausado de divorcio, los
mente teniendo en cuenta que dicha expresión alimentos no se condicen con la noción de culpa
originariamente sólo encerraba los delitos de los y se fundan en situaciones de objetiva y mani-
arts. 1º y 2º, y que, además, cuando la insolvencia fiesta vulnerabilidad, como la grave enfermedad
afecta obligaciones civiles, está sistemáticamen- o la carencia de bienes propios para sustentarse.
te más vinculada al delito del art. 179, segundo Por consiguiente, el tipo penal contemplado por
párrafo, que es de acción pública y no contempla el art. 138 inc. 2, apart. d) ya no encontraría sus-
excepción alguna”(96). tento legal.
Como se podrá apreciar las soluciones que se XII. Bibliografía
aportan son disímiles en cuanto a todo lo que se
ha expuesto, pues guardan un hilo conductor, BACIGALUPO, Enrique, “Cuestiones relativas
cual es el de considerar o no autónomo al tipo del a la quiebra fraudulenta y otros delitos concur-
art. 2º bis de la ley 13.944 (art. 138 inc. 3º C.P.), sales” en Estudios jurídicos penales sobre insol-
de los arts. 1º y 2º (art. 138 incs. 1º y 2º C.P.) de vencia y delito, Depalma, Buenos Aires, 1970.
la misma ley referidos al incumplimiento de los
deberes de asistencia familiar. De acuerdo con BREGLIA ARIAS, Omar - GAUNA, Omar, Códi-
la posición que se adopte, se llegará a diferentes go Penal y leyes complementarias. Comentado,
conclusiones en todo el contexto del análisis de anotado y concordado, t. 2, 6ª edición actualiza-
la insolvencia alimentaria fraudulenta. Ello vale da y ampliada, Astrea, Buenos Aires, 2007.
para el fundamento de la obligación alimentaria,
BUERES, Alberto (dirección), HIGHTON, Ele-
para el círculo de autores del tipo penal, para la
na (coordinación), Código Civil y normas com-
tentativa, y para el discernimiento de si la acción
plementarias. Análisis doctrinario y jurispru-
es pública o privada en el caso de que el cónyuge
dencial. Parte General. Familia, t. I, Hammurabi,
sea la víctima (97).
Buenos Aires, 1995.
Pero es del caso advertir una cuestión de suma
trascendencia con respecto al caso del art. 138 BUOMPADRE, Jorge, Insolvencia fraudulenta,
inc. 2º apartado d) —el cónyuge, con respecto al Astrea, Buenos Aires, 2002.
otro no separado legalmente por su culpa— pues CAIMMI, Luis - DESIMONE, Guillermo, Los
para ello hay que remitirse a las disposiciones delitos de incumplimiento de los deberes asis-
del Código Civil y en este orden el nuevo orde- tencia familiar e insolvencia alimentaria fraudu-
namiento del fuero recepta cambios fundamen- lenta, 2ª edición actualizada, Depalma, Buenos
tales con respecto a la disolución del matrimo- Aires, 1997.
nio en cuanto se deroga la separación personal
y el divorcio vincular culpable (98). Habiéndose CARRIZO, Rubén, Ilícitos penales como pro-
ducto de las relaciones familiares, La Ley, Bue-
(96) TRABALLINI, Mónica (ob. cit., t. I ps. 353/354). nos Aires, 2000.
(97) “Corresponde tener por desistida la acción penal
entablada por un cónyuge en contra del otro en orden a CHAÍN, Alejandro, “Los delitos contra la asis-
los delitos de incumplimiento de los deberes de asistencia tencia familiar (ley 13.944)”, Revista de Ciencias
familiar e insolvencia fraudulenta alimentaria pues, visto Penales. Doctrina. Jurisprudencia, Mave, Buenos
que conforme a lo establecido en el artículo 73, inciso 4, Aires, 1998-1.
del Código Penal, el delito de incumplimiento de los de-
beres de asistencia familiar entre cónyuges es un delito de CREUS, Carlos, Quebrados y otros deudores
acción privada y que entre los delitos atribuidos media un
concurso aparente de normas, debe concluirse que el pro-
punibles, Astrea, Buenos Aires, 1993.
ceso debe tramitar bajo los carriles de la acción privada”.
C.N. Crim. y Correc., sala I- 21/05/2008 — “E., M. A.”, LL
D’ALESSIO, Andrés (director), DIVITO, Mauro
Online. (coordinación), Código Penal de la Nación. Co-
(98) “Los daños que pueden ser indemnizados a través mentado y anotado, t. II y t. III, 2ª edición actuali-
del sistema general de la responsabilidad son aquéllos que zada y ampliada, La Ley, Buenos Aires, 2009.
no tienen su causa en el vínculo matrimonial en sí mismo
ni en los deberes que de él emana, sino en la condición de DONNA, Edgardo, Derecho Penal. Parte Espe-
persona”, Fundamentos del Anteproyecto. cial, t. II -A, Rubinzal-Culzoni, Santa Fe, 2001.

60 • Derecho Penal y Criminología - AÑO v • Nº 07 • AGOSTO 2015


DPyC Rubén E. Figari

ERBETTA, Daniel, en BAIGÚN, David - ZAFFA- LLOVERAS, Nora - ORLANDI, Olga - TAVIP,
RONI, Eugenio (dirección) - TERRAGNI, Marco Gabriel, en Tratado de Derecho de Familia se-
(coordinación), Código Penal y normas comple- gún el Código Civil y Comercial de 2014, t. IV,
mentarias. Análisis doctrinal y jurisprudencial, t. 7, KEMELMAJER DE CARLUCCI, Aída - HERRERA,
Hammurabi, Buenos Aires, 2009. Marisa - LLOVERAS, Nora (directoras), Rubinzal-
Culzoni, Santa Fe, 2014.
ESTRELLA, Oscar - GODOY LEMOS, Roberto,
Código Penal. De los delitos en particular. Parte MOLINA DE JUAN, Mariel, en Tratado de De-
especial, t. 2, 2ª edición, Hammurabi, Buenos Ai- recho de Familia según el Código Civil y Comer-
res, 2007. cial de 2014, t. II, KEMELMAJER DE CARLUCCI,
Aída - HERRERA, Marisa - LLOVERAS, Nora (di-
FIGARI, Rubén, “Conceptos básicos de los de- rectoras), Rubinzal-Culzoni, Santa Fe, 2014.
litos de incumplimiento de los deberes de asis-
tencia familiar e insolvencia alimentaria fraudu- MORAS MOM, Jorge, El delito de insolvencia
lenta (ley 13.944)”, en Casuística Penal, Ediciones fraudulenta, Abeledo-Perrot, Buenos Aires, 1975.
Jurídicas Cuyo, Mendoza, 1999, p. 284; ROMERO, NAVARRO, Guillermo - ASTURIAS, Miguel, en
José, Delitos contra la familia, Mediterránea, Cór- BAIGÚN, David - ZAFFARONI, Eugenio (direc-
doba, 2001; “El Digesto Jurídico Argentino y su ción) - TERRAGNI, Marco (coordinación), Có-
implicancia en la Parte Especial del Código Penal digo Penal y normas complementarias. Análisis
(S-0155)”, en Digesto Jurídico Argentino comen- doctrinal y jurisprudencial, t. 7, Hammurabi,
tado. Penal. Procesal Penal. Militar, t. V, BRENNA, Buenos Aires, 2009.
Ramón (director), La Ley, Buenos Aires, 2014.
NAVARRO, Guillermo, Insolvencia fraudulenta
FONTÁN BALESTRA, Carlos, Tratado de Dere- en el Código Penal y en la ley 13.944, Ediciones
cho Penal, t. IV, Abeledo Perrot, Buenos Aires, 1992. Jurídicas Cuyo, Mendoza, 2005.
GAVIER, Enrique, en LAJE ANAYA, Justo - NÚÑEZ, Ricardo, Manual de derecho pe-
GAVIER, Enrique, Notas a leyes penales, t. I, Mar- nal. Parte especial, 4ª edición actualizada por
cos Lerner, Córdoba, 2000. REINALDI, Víctor, Lerner, Córdoba, 2009; Trata-
do de derecho penal, t. V, Vol. I, Marcos Lerner,
GRAPPASONNO, Nicolás - RODRÍGUEZ, Ma- Córdoba, 1992.
risa, “El delito de insolvencia alimentaria fraudu-
lenta (artículo 2 bis de la ley 13.944, incluido por RIZZI, Aníbal, “El delito de Insolvencia ali-
la ley 24.029) y una propuesta de reforma legisla- mentaria fraudulenta”, elDial.com-DC7B4.
tiva”, LL 2008-B-1144.
SAGGESE, Federico, El derecho a un nivel de
GROSMAN, Cecilia, en Tratado de Derecho vida adecuado, Platense, La Plata, 2009.
de Familia según el Código Civil y Comercial de
2014, t. IV, KEMELMAJER DE CARLUCCI, Aída SOLER, Sebastián, Derecho Penal argentino, t. III,
- HERRERA, Marisa - LLOVERAS, Nora (directo- Tea, Buenos Aires, 1970.
ras), Rubinzal-Culzoni, Santa Fe, 2014. TRABALLINI, Mónica, “Insolvencia alimenta-
HERRERA, Marisa, en Código Civil y Comercial ria fraudulenta (art. 2º bis)”, en CARRERA, Da-
niel, Estudios de las figuras delictivas, t. I, Advo-
de la Nación comentado, t. IV, LORENZETTI, Ri-
catus, Córdoba, 1994.
cardo (director), Rubinzal-Culzoni, Santa Fe, 2015.
URE, Ernesto, Temas y casos de Derecho Penal,
LAJE ANAYA, Justo, Delitos contra la familia,
Ideas, Buenos Aires, 1942.
Advocatus, Córdoba, 1997.
ZAFFARONI, Eugenio - ARNEDO, Miguel, Di-
LASCANO, Carlos, La ley 13.944 y el estado gesto de codificación penal Argentina, t. IV, AZ
actual de la jurisprudencia (del delito de incum- Editores, Madrid, 1996.
plimiento de los deberes de asistencia familiar),
Lerner, Córdoba, 1964; “La ley 13.944 y el estado ZANNONI, Eduardo, Derecho Civil. Derecho
actual de la jurisprudencia” en Cuadernos de los de familia, t. I, 3ª edición actualizada y ampliada,
institutos, nº 74. Astrea, Buenos Aires, 1998. u

AÑO v • Nº 07 • agosto 2015 - Derecho Penal y Criminología • 61


DPyC Derecho Penal DOCTRINA

La autoría mediata por aparatos organizados de poder


de Roxin. Un caso paradigmático
Por Sebastián Félix García Amuchástegui

Sumario: I. Introducción. — II. El caso. — III. Argumentos del Tri-


bunal para la aplicación de la figura de autoría mediata por aparatos
organizados de poder. — IV. Requisitos estructurales de Roxin para la
configuración de su teoría. — V. Análisis crítico. — VI. Conclusión. —
VII. Bibliografía.

I. Introducción Dicha construcción teórica (4) implicó, entre


otras cuestiones, poner en el centro de la discu-
Desde que Claus Roxin desarrolló, por prime- sión jurídica del Derecho Penal Internacional (5)
ra vez, en el año 1963 (1) su teoría del dominio el tema central de la responsabilidad por críme-
por organización como forma independiente y nes internacionales (6) de los autores por man-
nueva de autoría mediata, muchas han sido las
cuestiones que se han suscitado al respecto, ya
cientemente, la teoría de mención ha experimentado un
sea en el ámbito doctrinario (2) como jurispru- reconocimiento universal a partir, principalmente, de una
dencial (3). importante decisión judicial de la Corte Penal Internacio-
nal (CPI), en el caso: “Prosecutor v. Katanga and Ngudjolo
(1) ROXIN, Claus, “Straftaten im Rahmen organisa- Chui”, Pre-Trial Chamber I, Decision on the confirmation
torischer Machtapparate”, en Goltdammer”s Archiv für for charges, del 30/09/2008 (ICC-01/04-01/07) para. 495 y
Strafrecht, 1963, p. 193 y ss. ss. (498, 500 y ss.). También es factible señalar la sentencia
de la Corte Suprema de Justicia del Perú, contra el ex pre-
(2) Diversos autores desde los albores de la cuestión ex- sidente Alberto Fujimori. Ambas decisiones se verán con
presaron su conformidad con ella aunque otros mostraron más detalle en el punto V del presente trabajo.
rechazo tanto a su contenido teórico como a su aplicación
práctica. Entre los primeros se encuentran a nivel interna- (4) De acuerdo con el desarrollo actual de la dogmática
cional Maurach/Gössel, Schumann, por citar algunos. A jurídica la imputación penal para este tipo de casos puede
nivel nacional, Edgardo Alberto Donna quien afirma que, fundarse en las formas de participación correspondiente a
frente a un nivel de ausencia absoluta del Derecho, como la instigación, la coautoría o la autoría mediata (AMBOS,
ocurrió durante el nazismo alemán, los ejecutores no te- Kai, GRAMMER, Christoph, “Dominio del hecho por or-
nían el dominio del hecho, que sólo correspondía a Hitler. ganización: la responsabilidad de la conducción militar
Entre los segundos podemos citar, entre otros, a Enrique argentina por la muerte de Elisabeth Käsemann”, en Iter
Gimbernat Ordeig quien sostiene, en prieta síntesis, que Criminis, Revista de Derecho y Ciencias Penales, nro. 08,
no puede ser autor mediato quien -situado en cualquier México, 2003, p. 4). Los dos primeros supuestos fueron
posición del aparato organizado- recibe la orden y man- rechazados por Roxin al entender que, en lo que respec-
da a su vez que se asesine a cierto número de personas, ta a la instigación, el inductor no domina la ejecución del
entendiendo, por consiguiente que aquellos que, p. ej., hecho en tanto la realización del tipo no depende de su
concibieron la idea del genocidio y la forma de llevarlo a voluntad y por su parte, en lo concerniente a la coautoría,
cabo, son inductores (LASCANO, Carlos J., “Teoría de los al afirmar, por un lado, que falta una resolución conjunta
aparatos organizados de poder y delitos empresariales, en o común a cometer el hecho y, por otro lado, porque tam-
Nuevas formulaciones en las ciencias penales, homenaje a bién falta una ejecución conjunta del hecho.
Claus Roxin, Lerner, Córdoba, 2001, p. 355 y 361). (5) Históricamente, el Derecho Penal Internacional no
(3) Fue admitida en el año 1994 por el Tribunal Supre- ofreció puntos de partida para una elaboración dogmática
mo Federal alemán al entender que, los miembros del de la autoría mediata. Con mucha buena voluntad la au-
denominado Consejo de Seguridad Nacional del anterior toría mediata puede ser identificada, de todos modos, en
gobierno de Alemania del Este fueron autores mediatos la forma de dominio por organización en el proceso a los
de homicidios dolosos porque habían ordenado impedir juristas de Núremberg (Cfre: AMBOS, Kai, La parte general
a fugitivos, que querían traspasar el muro divisorio del del Derecho Penal Internacional, bases para una elabora-
Estado alemán del Este, la puesta en práctica de su deci- ción dogmática, traducción de Ezequiel Malarino, Funda-
sión, en caso necesario mediante disparos mortales. Los ción Konrad Adenauer, Uruguay, 2005, p. 196).
soldados de frontera, que habían realizado los disparos, (6) En el art. 7 del Estatuto del Tribunal Penal Interna-
fueron condenados igualmente por homicidio doloso. Re- cional para la ex Yugoslavia (ETPIY), como en el art. 6 del

62 • Derecho Penal y Criminología - AÑO v • Nº 07 • AGOSTO 2015


DPyC Sebastián Félix García Amuchástegui

do (7), lo cual trajo aparejada cierta congruencia res inmediatos sean, asimismo, castigados como
con la idea primigenia de su autor, en cuanto al autores plenamente responsables.
traslado de ese concepto común a las precisas
categorías de la dogmática jurídica (8). Dicha concepción primigenia y novedosa en-
contró cabida a nivel jurisprudencial por prime-
La idea central de Roxin (9) se apoya en la tesis ra vez en nuestro país, a partir de su aplicación
de que en una organización delictiva los hom- por parte de la Cámara Nacional de Apelaciones
bres de atrás, que ordenan delitos con mando en lo Criminal y Correccional Federal de Capital
autónomo, pueden, en ese caso, ser responsables Federal en el denominado “juicio a las juntas
como autores mediatos, aun cuando los ejecuto- militares”(10); lo cual constituyó el basamento
inicial para su posterior adopción por parte de
Estatuto del Tribunal Penal Internacional para Ruanda (ET-
otros tribunales nacionales, entre los que se en-
PIR) y en el art. 25 , (b), (c) y (d) del Estatuto de la Corte Pe- cuentra el Tribunal Oral Federal en lo Criminal
nal Internacional (ECPI), los conceptos de planear, instigar, de La Rioja, el cual juzgó el homicidio perpetrado
ordenar o cooperar se configuran como formas de respon- en perjuicio de Monseñor Angelelli (11).
sabilidad accesoria en la comisión por delitos por terceros,
rigiéndose, por tanto, en principio, por los principios de La muerte del mencionado religioso vino a en-
accesoriedad y unidad de atribución (OLASOLO ALONSO, grosar la larga lista de actos criminales perpetra-
Héctor, Tratado de autoría y participación en Derecho Pe- dos por el terrorismo de Estado que asoló la Re-
nal Internacional, Tirant lo Blanch, Valencia, 2013, p. 190). pública Argentina entre los años 1976 y 1983, cuyo
(7) AMBOS, Kai, “Sobre la “organización” (...)”, op. cit. p. 3/4. ámbito de aplicación alcanzó a todos y a cada uno
(8) ROXIN, Claus, “El dominio de organización como de los sectores de la comunidad, no encontrán-
forma independiente de autoría mediata”, en Revista de dose excluidos, por consiguiente, aquellos sacer-
Estudios de la Justicia (REJ), n° 7, 2006, disponible en dotes, seminaristas, catequistas, etc., y miembros
www. rej.uchile.cl/ (consulta el 12.04.15). de otras confesiones, que estaban comprometidos
(9) En 1962, Roxin pretendió publicar una parte de su con la causa de los más carenciados y con aque-
escrito de habilitación como profesor de la Universidad llos que sostenían una actitud de denuncia frente
de Hamburgo en la prestigiosa revista jurídica alemana
Juristenzeitung. Dicho escrito versaba, precisamente, so-
a la violación sistemática de los Derechos Huma-
bre su tesis de la autoría mediata por aparatos organiza- nos, los cuales sufrieron secuestros, vejaciones,
dos de poder el cual, sin embargo, fue rechazado para su torturas y en muchos casos, la muerte (12).
publicación. La negativa a la difusión de la tesis de Roxin
puede encontrarse, entre otros aspectos, en el giro que im- (10) Sin embargo, para cierta parte de la doctrina la
plicaba para la época la aceptación de que en los pocos Cámara al juzgar a los ex comandantes no los trató como
casos juzgados de este tipo por los tribunales alemanes, autores mediatos -esto sin perjuicio de la calificación jurí-
los que antes eran considerados como meros partícipes dica atribuida- sino como partícipes accesorios. Así lo en-
ahora pasarían a autores. Para mayor abundamiento: tiende, entre otros, Sancinetti al considerar que el tribunal
MUÑOZ CONDE, Francisco, “La autoría mediata por do- de juicio al aplicar la falta de dolo respecto de los autores
minio de un aparato de poder como instrumento para la materiales en relación de resultados más graves de muerte
elaboración jurídica del pasado” en Intervención delictiva a causa de torturas, los consideró, en definitiva, simples
y Derecho Penal Internacional, reglas de atribución de la responsables de un hecho ajeno y no como autores. Es
responsabilidad en crímenes internacionales, GIL GIL, que, para dicho autor, las órdenes impartidas ya constitu-
Alicia, Dir., Dykinson, Madrid, 2013, p. 259 y ss). Repárese, yen un comienzo de ejecución de todo el plan. Entonces, a
en este punto, que tal como ocurrió en Alemania occiden- partir de dicho momento, el autor es responsable con dolo
tal, los crímenes de derecho internacional con frecuencia directo o eventual de la tentativa de todos los hechos que
fueron castigados con base en el derecho penal general, es podrían ser derivados de la ejecución, aunque finalmente
decir, gran parte de los juicios realizados en esa época no no se produjeran todos los resultados previstos (SANCI-
fueron juzgados como crímenes de lesa humanidad sino NETTI, Marcelo, A., Derechos humanos en la Argentina
como asesinato. A ello debe agregarse que en los procesos post-dictatorial, Lerner, Bs. As., 1988, p. 29/30).
seguidos por ante los Tribunales Militares Internacionales
de post-guerra y en los procesos sucesivos, no se diferen- (11) Tribunal Oral en lo Criminal Federal de La Rioja
ció entre las diversas formas de participación delictiva ac- (en adelante TOCFR), S. del 12/09/2014, in re: “Menéndez,
tuales. El principio rector señalaba que todo tipo de apoyo Luciano Benjamin y otros p.ss.aa homicidio agravado p/ el
o colaboración en el hecho debía ser valorado como inter- concurso de dos o más personas en concurso real con aso-
vención punible, siguiendo un concepto unitario de autor ciación ilícita, Expte. N° FCB97000411-2012”. Dicha senten-
(WERLE, Gerhard, “Tratado de Derecho Penal (...)”, op. cit. cia no se encuentra firme por haberse interpuesto recurso
p. 286). Es decir, en aquel entonces el Estatuto de Londres de casación ante la Cámara Federal de Casación Penal.
no distinguía entre autoría y participación, como tampoco (12) Así se sostuvo en el informe Nunca Más, de la
lo hacía la Ley n. 10 del Consejo de Control Aliado. Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas

AÑO v • Nº 07 • agosto 2015 - Derecho Penal y Criminología • 63


DPyC Derecho Penal doctrina

Sin embargo, el homicidio perpetrado en per- General Jorge Rafael Videla, dispuso un plan de
juicio de Monseñor Angelelli presenta aristas acción que integraba el resto de las Fuerzas Ar-
particulares que lo alejan del común denomina- madas (Armada y Fuerza Aérea) y de seguridad,
dor de aquellos otros ocurridos durante la dic- policiales y penitenciarias provinciales, con la
tadura militar. La mentada diferenciación no se finalidad de eliminar mediante la destrucción
encuentra, tal como se verá seguidamente, en el psíquica y física, a toda persona o grupo de per-
carácter religioso de las víctimas, ni siquiera en sonas que se opusieran —sea por la fuerza, sea
determinadas características que presentaban por las ideas— al estilo de vida adecuado a los
aquéllos que ordenaron la realización de los ac- valores de la cultura occidental y cristiana que
tos criminales sino, precisamente, en la metodo- la dictadura cívico-militar decía defender. En el
logía utilizada por las autores materiales para el marco de este plan, el General Albano Harguin-
desarrollo de su cometido, es decir en el modus deguy, titular del Ministerio del Interior entre
operandi orquestado por los autores de atrás y el 29.03.1976 y el 29.03.1981, emitió directivas
concretado por los ejecutores. precisas para eliminar los grupos vinculados
al Movimiento de Sacerdotes del Tercer Mun-
Es por ello que en el presente trabajo pretendo do. En la jurisdicción del III Cuerpo de Ejército,
analizar si el mentado órgano judicial adecuó o que coincidía territorialmente con la Zona de
no su jurisprudencia a los presupuestos esgrimi- Defensa 3, ese plan era delineado e implemen-
dos por Roxin, para la configuración de su teoría tado por su Comandante, el entonces General
de autoría mediata por aparatos organizados de de División Luciano Benjamín Menéndez, bajo
poder. cuya jurisdicción se encontraba la subzona 31
A tales fines, en primer término, reseñaré el y el área 314, conformada especialmente para
supuesto de hecho que tuvo por acreditado el la denominada ‘Lucha contra la subversión’, al
tribunal para, en segundo término, exponer los igual que las restantes Áreas en que se dividió
argumentos brindados por el mencionado órga- el país. Dependía a su vez del III Cuerpo, el Ba-
no judicial en orden a la aplicación de la figura de tallón de Ingenieros 141 que tenía su base en La
autoría mediata. Rioja, y se encontraba a cargo del Teniente Co-
ronel Osvaldo Pérez Bataglia (fallecido). Como
Posteriormente, me abocaré a enunciar los el Ejército Argentino detentaba la responsabili-
requisitos establecidos por Claus Roxin para la dad primaria en la ‘lucha contra la subversión’,
aplicación de su teoría, para luego determinar si dependía del mencionado Batallón y cuerpo de
la sentencia adecuó o no su decisión a ella, expo- Ejército, la Base Aérea Chamical ‘CELPA’ (Cen-
niendo finalmente la conclusión. tro de Ensayo y Lanzamiento de Proyectiles Au-
topropulsados), elemento orgánico de la Fuerza
II. El caso Aérea Argentina. El Jefe del Escuadrón y Tropas
El Tribunal Oral en lo Criminal Federal de La del Departamento Aeródromo de dicho ele-
Rioja tuvo por probado el siguiente hecho que, mento era el Vice comodoro Luis Fernando Es-
para un mejor descripción de él, se transcribe trella, quien, de acuerdo con su posición inter-
a continuación: “Conforme el plan denominado media dentro de la estructura castrense, emitía
‘proceso de reorganización nacional’, concebi- al personal bajo su mando, órdenes ilícitas en el
do, delineado e implementado a nivel nacional marco de las operaciones destinadas a combatir
con el alegado propósito de perseguir y aniqui- la ‘subversión’. A su vez, teniendo en cuenta el
lar la llamada ‘subversión’, durante la última dic- control operacional del Ejército sobre la policía
tadura cívico-militar 1976-1986, el Comandante de la Provincia de La Rioja, la Jefatura del Servi-
en Jefe del Ejército Argentino y Presidente de la cio de Informaciones (D-2) de ésta, a cargo del
Junta Militar que de facto gobernó nuestro país Comisario Juan Carlos Romero, se hallaba bajo
a partir del 24/03/1976, el entonces Teniente las órdenes del Jefe de Inteligencia y Operacio-
nes del Batallón de Ingenieros 141, desde donde
se retransmitían las ordenes provenientes del
(CONADEP). Aquí se cita el publicado por la Editorial de la
Universidad de Buenos Aires (EUDEBA). Buenos Aires, 1984 III Cuerpo de Ejército en el marco de la ‘guerra
(cuarta reimpresión de la segunda edición de 1996), especí- anti subversiva’, y se brindaba la infraestructu-
ficamente lo sustentado en el Cap. 2, punto E, “Religiosos”. ra y recursos necesarios para llevarla a cabo. En

64 • Derecho Penal y Criminología - AÑO v • Nº 07 • AGOSTO 2015


DPyC Sebastián Félix García Amuchástegui

este contexto, se planificó, ordenó e instrumentó vagos (v.gr: tomar parte en la ejecución del he-
el atentado de fecha 04.08.1976 con la finalidad cho), por lo tanto, la interpretación de acuerdo
de eliminar al Obispo de La Rioja Mons. Enrique con la teoría del dominio del hecho no presenta
Angelelli, quien junto al sacerdote Arturo Pin- inconvenientes, pues ello significa que es razo-
to partió ese día a las 14.30 hs., munido de una nablemente factible atribuir a los hombres de
carpeta con información sobre el homicidio de atrás, la circunstancia de que con sus órdenes
los sacerdotes Carlos de Dios Murias y Gabriel están tomando parte en la ejecución del hecho.
Longueville ocurrido días antes, desde Chami-
cal con destino a la ciudad de La Rioja, al mando En cuanto al marco teórico pretendido se pre-
del utilitario Fiat 125 Multicarga, modelo 1973, cisó que autores mediatos no sólo son aquellos
motor 125 BTO38-688807, por la ruta nacional que se encuentran en la cúspide de la cadena de
38, en dirección norte, tomando el camino viejo mando estructurada jerárquicamente dentro de
para evitar el conocimiento de su viaje por par- un aparato organizado de poder como el que ac-
te de los miembros del CELPA. En proximidades tuó en nuestro país entre 1976 y 1983, sino que,
del mojón que indica el Km. 1.056, luego de tras- también, dicha calidad se atribuye a las personas
poner una elevación de terreno (bordo), a unos 6 intermedias que organizan y controlan el cum-
Km. después de pasar la localidad de Punta de los plimiento de estas órdenes (14).
Llanos, se le acercó a gran velocidad un vehículo Como presupuestos fundamentales para la con-
de color claro -presumiblemente modelo Peugeot figuración de la autoría mediata se siguió la postu-
404- conducido por personas que no han podido ra de Roxin al considerar que, a los requisitos ya
ser individualizadas hasta la fecha, que circulan- conocidos de aparatos organizados de poder y del
do en el mismo sentido de dirección alcanzó a la carácter fungible (intercambiable) del ejecutor, se
camioneta por su izquierda, encerrándola hacia debe añadir el de actuación de los aparatos de po-
la derecha con una maniobra intencionalmente der al margen del ordenamiento jurídico (15), lo
brusca, momento en que se produjo una explo- cual entendió aplicable al caso juzgado.
sión, saliendo de la camioneta del asfalto e ingre-
sando a la banquina en forma de un semicírculo, Precisamente, en cuanto a las cuestiones fác-
para luego ingresar de nuevo a la ruta, donde se ticas se refiere se precisó que Luciano Benjamín
produjo su vuelco, que trajo como resultado la Menéndez ocupaba el cargo de Jefe del Tercer
muerte de Mons. Angelelli y lesiones en Arturo Cuerpo de Ejército, y desde ese rol desarrolló un
Pinto, aproximadamente entre las 15.15/15.30 estricto y permanente control de las zonas a su
horas, no consumándose la muerte de este último cargo, tomó decisiones, impartió ordenes, asegu-
por razones ajenas a la voluntad de los acusados”. ró las condiciones para su cumplimiento efecti-
vo, supervisando los resultados y controlando el
III. Argumentos del Tribunal para la aplica- impacto de las acciones.
ción de la figura de autoría mediata por apara-
tos organizados de poder Con respecto a Luis Fernando Estrella meritó
que ocupaba un rol fundamental de autoridad
El Tribunal Oral Federal en lo Criminal de La en la Base Aérea CELPA de Chamical, principal
Rioja sostuvo, en lo que aquí interesa, que la guarnición militar con jurisdicción sobre esa
condena de Luciano Benjamín Menéndez y Luis zona de la provincia de La Rioja desde donde se
Fernando Estrella como autores mediatos por su gestaban planes, se emitían órdenes, se hacían
participación en el hecho descripto precedente- tareas de inteligencia, asesoramiento, planifi-
mente, encuentra base legal en nuestro derecho cación estratégica y supervisión en la ejecución
positivo, pues halla favorable acogida dentro del de las órdenes emanadas del Comandante del
concepto de autor que el legislador argentino Tercer Cuerpo de Ejército; detentando Estrella
contempló en el art. 45 del Código Penal (13). poder y autoridad, como Segundo Jefe de la Base
En tal sentido, se indicó que las reglas sobre Aérea (16).
autoría que contiene el mencionado artículo son
amplias, dominadas por conceptos demasiados (14) TOCFR, supra nota 12, p. 573/574.
(15) TOCFR, supra nota 12, p. 575/576.
(13) TOCFR, supra nota 12, p. 571. (16) TOCFR, supra nota 12, p. 578.

AÑO v • Nº 07 • agosto 2015 - Derecho Penal y Criminología • 65


DPyC Derecho Penal doctrina

Un punto particular de la sentencia aquí ana- Por ello entendió que, en definitiva, los hechos
lizada lo constituye, tal como ya se adelantó, la cometidos en contra de Mons. Angelelli y el sa-
cuestión particular de la modalidad elegida para cerdote Pinto no consistieron en hechos aislados
terminar con la vida de Monseñor Angelelli y con y fuera de contexto, presididos por móviles parti-
el intento de hacerlo con la del sacerdote Pinto. culares sino que, por el contrario, las conductas
endilgadas debían interpretarse y comprenderse
En tal sentido, el Tribunal entendió que “(...) Si precisamente en el contexto de un plan sistemá-
bien es reconocido que el plan sistemático de re-
tico de eliminación de opositores políticos (18).
presión y aniquilación de opositores al régimen
respondía a determinados parámetros (intentos Considerándose, asimismo, que “(...) es fácil
de fuga fraguados, detenciones ilegales, tortu- observar la compleja trama que estuvo detrás del
ras, permanencias en centros clandestinos de homicidio de Angelelli. El Obispo formaba par-
detención, desaparición, fusilamientos, etc.), el te de la Iglesia Católica y su Pastoral había sido
caso bajo examen no se ajusta a ninguno de los aprobada por el propio Papa Paulo VI. Las inter-
mismos (accidente provocado). Ello tiene su ex- nas entre los distintos miembros de la Iglesia en
plicación en los siguientes elementos objetivos: relación a las denuncias de Angelelli y el silen-
en general: el significado de la Iglesia para el ré- cio ante sus reclamos, favorecieron la decisión y
gimen militar, la posición jerárquica de los Obis- oportunidad para cumplir con el Plan del Ejér-
pos en la estructura eclesiástica, su influencia en cito y ‘aniquilar’ al Obispo ejecutando un plan
las Conferencias Episcopales y en la mirada que perfectamente diseñado para ocultar el homici-
la comunidad internacional otorgaba a sus docu- dio bajo el manto del ‘accidente’. Para ello, desde
mentos; y en especial: la personalidad y trascen- la Base Aérea CELPA, a través de sus autoridades,
dencia del Obispo Diocesano Enrique Ángel An- Aguirre (f) y Estrella, realizaron las tareas de inte-
gelelli, quien mantenía una posición muy firme ligencia al menos para: a) conocer las actividades
y pública en sus homilías, denunciando la de- realizadas por Monseñor Angelelli durante su per-
tención de sus párrocos y laicos, persecución de manencia en Chamical. La policía controló abier-
religiosos, grabaciones de homilías, gestionando
ta y expresamente el movimiento de sacerdotes
en forma personal la liberación de los detenidos
y religiosos que concurrieron al velatorio y al en-
políticos ante las autoridades y exteriorizando
tierro. Al querer continuar con su investigación,
públicamente su opción por la paz y repudio de
después del sepelio, fue advertida por el Obispa-
la violencia. La postura pública de Monseñor
do de que éste colaborará en la medida en que la
Angelelli hacia la no violencia (que surge de re-
cortes periodísticos de la época que transcribían misma se den las garantías fundamentales de que
sus homilías —reservados en Secretaría— y los se busca llegar a la verdad (‘Crónica de los hechos
testimonios de los sacerdotes que integraban relacionados con los asesinatos de los P. Murias
la Iglesia riojana), la investidura que detentaba y Longueville’, firmada por Mons. Angelelli); b)
(Obispo de La Rioja), y la admiración y respeto conocer el día y hora de partida: ‘el 3 de agosto
que le dispensaba la mayoría de la feligresía (la vino un compadre de Angelelli a la casa de las her-
presencia del Obispo era convocante), impe- manas y le preguntó a Angelelli a qué hora se iba
día a las fuerzas de seguridad implementar con mañana...el compadre era un civil de la base, un
Monseñor Angelelli las clásicas metodologías empleado no uniformado, que para la dicente era
del plan sistemático previstas por el Proceso de el entregador... pudiendo ser el Pato Espartaco Ri-
Reorganización Nacional, consistentes de deten- gazzi (declaración de Luisa Sosa Soriano). ‘Espar-
ción, secuestro, torturas, asesinato por simulacro taco Rigazzi era personal civil de la Fuerza Aérea
de fuga, fusilamiento, desaparición etc., lo que sí y veía dentro del CELPA cómo llevaban gente de-
fue utilizado con sacerdotes de menor jerarquía tenida’ (declaración de Hilda Moreno de Rigazzi).
(secuestro y asesinato de Murias y Longueville, Asimismo desde la Base Aérea, Luis Fernando Es-
detenciones de Gervasio Mecca, Eduardo Ruiz, trella, al tener el control operacional de la Policía
entre otros), sin afectar, aunque sea en lo formal, de la Provincia, ordenó liberar la zona en la que
la relación de la Junta Militar con las autoridades usualmente había controles (...)” (19).
eclesiásticas y con el Vaticano (...)”(17).
(18) TOCFR, supra nota 12, p. 515/518.
(17) TOCFR, supra nota 12, p. 385/386. (19) TOCFR, supra nota 12, p. 551 y ss.

66 • Derecho Penal y Criminología - AÑO v • Nº 07 • AGOSTO 2015


DPyC Sebastián Félix García Amuchástegui

IV. Requisitos estructurales de la autoría 3. La fungibilidad del ejecutor inmediato (22):


mediata por aparatos organizados de poder en esto es, la sustituibilidad de los que en el actuar
Roxin delictivo de aparatos organizados de poder ejecu-
tan el último acto parcial que realiza el tipo (23).
Desde los albores de su construcción jurídica
Claus Roxin sostuvo que el dominio del hecho Estos tres requisitos deben estar presentes
constituye el criterio decisivo para la autoría y para la configuración de la teoría del dominio
que sólo existen tres formas prototípicas en las de la organización sin olvidar, claro está, que la
que se puede dominar un acontecimiento sin teoría propuesta por Roxin es un modelo, cuyos
poner las manos en la ejecución: a) obligando elementos constitutivos deben ser verificados en
o forzando al ejecutor, b) engañando a éste o cada caso concreto.
c) disponiendo de un aparato que asegure la En tal sentido, la necesidad de que la construc-
ejecución de órdenes incluso sin fuerza o en- ción teórica descripta encuentre su correlato fác-
gaño, porque el aparato como tal garantiza la tico a partir de la verificación de todos los requi-
ejecución (20).

Según el profesor alemán la novedosa cons- (22) Entre las varias críticas que se han formulado
contra la fungibilidad como presupuesto del dominio de
trucción jurídica encontró (en su momento) un
organización en los aparatos organizados de poder, se
claro ejemplo histórico en la dictadura nacional- encuentra desde el punto de vista fáctico que en las orga-
socialista, toda vez que cuando Hitler, Himmler nizaciones hay distribución de trabajo y especialidades,
o Eichmann daban una orden de matar podían situación que haría difícil el reemplazo o el intercambio
estar seguros de su ejecución, ya que la posible de un ejecutor material en determinada circunstancias;
negativa de uno de los incitados a la ejecución asimismo, los ejecutores materiales lo son, por la expe-
riencia que ostentan y porque se han ganado la confianza
no podía producir como efecto que no tuviera de sus superiores y, por ende, de la misma organización,
lugar el hecho ordenado. Éste era realizado por situación que debe observarse al momento de plantear la
otro (21). intercambiabilidad como automática. Del mismo modo,
si esa intercambiabilidad debe materializarse por la razón
Es por ello que, para el mentado autor tres son que sea, el cumplimiento de la orden ya no depende de
los requisitos necesarios para atribuir el dominio esa misma intercambiabilidad sino de la disposición que
los demás miembros de la organización tengan de come-
del hecho a los hombres de atrás: ter el hecho punible ordenado. Finalmente, no podría
adjudicarse un dominio de organización sobre un delito
1. Poder de mando: autor mediato sólo puede determinado, pues su realización es incierta hasta el mo-
ser quien dentro de una organización rígidamen- mento en que se sustituya efectivamente al ejecutor mate-
te dirigida, tiene autoridad para dar órdenes y la rial (ARANA SAGANOME, Federico, La autoría mediata en
ejerce para causar realizaciones del tipo. virtud de aparatos organizados de poder de Claus Roxin y
su aplicación en Colombia, en Dialnet, www.dialnet.uni-
2. La desvinculación del ordenamiento jurídi- rioja.es/, consulta el 27/04/2015).
co: como condición indispensable del dominio (23) Con respecto a este requisito Roxin ha reconocido
como acertado que en supuestos de designación de un
de organización. La desvinculación del Dere-
especialista (que no es fungible) entra en consideración
cho tiene que producirse no en toda relación, más bien la inducción. Admitiendo, asimismo, que pue-
sino únicamente en el marco de los tipos pena- den existir casos en los que el ejecutor no llegue a ejecutar
les realizados por él. Por otra parte, la ausencia el hecho. Sin embargo, tal cual lo sostiene Kai Ambos, tal
de conexión al Derecho no debe depender, en fracaso de organización no conduce en el autor alemán
segundo lugar, de la manera como se juzgue el a la inidoneidad general del criterio de la fungibilidad,
sino que comporta solamente su relativización y amplia-
sistema político anterior, sino de la actual valo- ción acudiendo a la exigencia de la disposición del hecho
ración jurídica. (Cfre: AMBOS, Kai, “Sobre la “organización” en el domi-
nio de la organización” op. cit. p. 5/6). Este último criterio,
es decir “la considerablemente elevada disponibilidad al
hecho del ejecutor” en el sentido de que un sujeto dentro
de la esfera de un aparato organizado de poder tiene una
(20) ROXIN, Claus, Derecho Penal, Parte General, Tomo posición distinta a un autor individual que se tiene que
II, especiales formas de aparición del delito, Civitas, Nava- desenvolver por sí mismo, no constituye, en realidad, un
rra, 2014, p. 111. requisito propiamente dicho en la teoría aquí analizada,
(21) ROXIN, Claus, “Derecho Penal...”, op. cit. p. 111. sino que se deriva de los tres anteriores.

AÑO v • Nº 07 • agosto 2015 - Derecho Penal y Criminología • 67


DPyC Derecho Penal doctrina

sitos enunciados, ha sido considerada como un Luego de ello, ya en el aspecto concreto de la


criterio excluyente al momento de su aplicación teoría del profesor alemán meritó no sólo que
al caso concreto. Menéndez y Estrella —cada uno en su rol— cum-
plían funciones de poder y control dentro de la
Como ejemplo de ello se puede citar la deci- estructura jerárquica de las fuerzas armadas que
sión del Tribunal Supremo Español (en adelan- ostentaban el poder en aquel momento sino que,
te TSE) que, al reexaminar la responsabilidad además, dichas funciones no eran meramente
del acusado Hassan El Haski por el atentado superficiales evidenciando, por el contrario, que
del 11 M (24), admitió la posibilidad teórica de ambos condenados las ejercían de hecho, con un
la autoría mediata por aparatos de poder —en el férreo control sobre sus subordinados.
derecho penal español— aunque no la conside-
ró aplicable al caso, al sostener, entre otras co- Esta primera aseveración no es menor, ya que
sas, que no puede declararse la responsabilidad para cierta parte de la doctrina, la jurisprudencia
como autor del nombrado sobre la única base de posterior a la sentencia del denominado “juicio
su posición como dirigente, en general, de la or- a las juntas militares” ha demostrado, aparente-
ganización terrorista. mente, una cierta relajación en orden a la com-
probación —en el caso concreto— del control
V. Análisis crítico de la organización y de la dación de las órdenes
limitándose, en muchos casos, exclusivamente, a
Tal como se desprende de la breve enun- una prueba del cargo o posición del superior en
ciación desarrollada en párrafos anteriores, el la estructura militar o policial (prueba del esta-
TOCFR comprobó, en el caso concreto, que los tus) (26).
requisitos exigidos por Roxin para la configura-
ción de la teoría de autoría mediata por aparatos La referencia, por otra parte, a que las con-
organizados de poder se encontraban presentes ductas desarrolladas por los condenados se
en las conductas desarrolladas por Menéndez y enmarcaron dentro del plan sistemático de
Estrella para perpetrar el asesinato de Monseñor aniquilamiento pergeñado por la dictadura
Angelelli. militar (27) persigue evidenciar, a mi entender,
por un lado, la existencia del elemento de con-
Dicha meritación la efectuó, en primer tér- texto (28) como requisito ineludible para la tipi-
mino, al entender que la base normativa para
derivar la autoría mediata se encuentra expre- vención en el hecho puede derivarse ya de las dispo-
samente reconocida en la fórmula del art. 45 del siciones de la parte especial. La “cuestión no depende
CP, lo cual luce congruente con lo sustentado tanto de una regla explícita sobre la autoría, cuanto de
por la doctrina clásica, en cuanto a que todos los un concepto relativo a qué es lo que está prohibido; por
ejemplo, en qué consiste matar a otro (art. 79, CP)...”
autores —también los autores mediatos— se en- (MALARINO, Ezequiel, “El caso argentino”, en AMBOS,
cuentran comprendidos en la primera parte del Kai (coord.), Imputación de crímenes de los subordina-
mentado art. 45: “Los que tomasen parte en la dos al dirigente. Un estudio comparado, segunda edi-
ejecución del hecho...”(25). ción revisada, Temis, Bogotá, 2009, p. 62).
(26) Cfre: MALARINO, Ezequiel, “El caso argentino”
(24) STS N° 503/2008 del 17 de julio de 2008, Ponente: (...)”, op. cit., p. 62.
Miguel Colmenero Menéndez de Luarca, citada por GIL (27) En clara referencia al requisito de desvinculación
GIL, Alicia, “La autoría mediata por aparatos jerarquiza- del derecho de la organización.
dos de poder en la jurisprudencia española” en Dialnet, (28) Todos los crímenes de derecho internacional re-
www.dialnet.unirioja.es/ (consulta el 27/04/2015). quieren un contexto de ejercicio de violencia sistemático
(25) Sin embargo, “...La doctrina más moderna, en o masivo. Así, en los crímenes contra la humanidad, el
cambio, deriva esta forma de intervención criminal de hecho global consiste en un ataque generalizado o siste-
la última parte de dicha disposición “[...] los que hu- mático contra la población civil. En el genocidio, el con-
biesen determinado directamente a otro a cometerlo”), texto de violencia organizada consiste en la destrucción
al igual que hace, como hemos visto, la jurisprudencia (intencionalmente buscada por el autor) total o parcial
mayoritaria. Esta posición encontraría un punto de de un grupo protegido. En los crímenes de guerra, el con-
apoyo en los antecedentes del Código penal vigente. Al- texto de violencia corresponde, por lo general, al conflicto
gunos autores han sostenido, por otra parte, que no es armado en cuyo marco los sucesos criminarles deben ser
necesario que exista una regla explícita sobre la autoría realizados. Cfre: WERLE, Gerhard, “Tratado de Derecho
mediata en el Código Penal, pues esta forma de inter- Penal Internacional”, op. cit. p. 84. Asimismo se puede

68 • Derecho Penal y Criminología - AÑO v • Nº 07 • AGOSTO 2015


DPyC Sebastián Félix García Amuchástegui

ficación de las conductas particulares como crí- En tal sentido, se pueden señalar que, a nivel
menes de lesa humanidad y, por otro lado, pre- internacional, la primera vez que se aplicó la teo-
cisamente, que los actos particulares desarrolla- ría aquí analizada fue en la sentencia del 31 de
dos por los ejecutores —los cuales no pudieron julio de 2003 de la Sala de Primera Instancia II del
ser identificados— se encuentran comprendidos Tribunal Penal Internacional para la ex Yugosla-
dentro de aquel contexto de ataque sistemático via (en adelante TPIY), en el caso contra Milomir
contra la población civil. Stakic, ex alcalde de la ciudad de Prijedor situa-
da a pocos kilómetros del tristemente conocido
Esto último guarda especial relevancia dado centro de detención de Omarska (Bosnia y Her-
que, tal como ya se adelantó, la metodología uti- zegovina) (31).
lizada para consumar el homicidio de Monseñor
Angelelli y del sacerdote Pinto —en este último Desde entonces, para cierta parte de la doc-
caso no lográndose tal cometido— se alejó de la trina (32) esta figura ha sido aplicada por varios
mayoría de conductas típicas perpetradas du- tribunales penales internacionales, incluyendo,
rante la dictadura de Estado lo cual, sin embar- entre otros: a) Los casos ante el TPIY contra Milo-
go, no impide considerarlas como parte de aquel mir Stakic, Radoslav Brdanin, Momcilo Krajisnik,
otro entramado de carácter general (29). Milan Martic, Vlasistimir Dordejic, Ante Gotovi-
na, Radovan Karadzic y Ratzo Mladic; b) El caso
Es evidente, por otra parte, que el TOCFR ha ante el Tribunal Penal Internacional para Ruanda
seguido, al menos implícitamente, los criterios (en adelante TPIR) contra Protais Zigiranyirazo y,
propugnados por la jurisprudencia internacional más recientemente y c) los casos ante la CPI con-
al respecto (30). tra Jean Pierre Bemba, Germain Katanga, Mathieu
Ngudjolo Chui, Omar Al Bashir, Abu Garda,
consultar: BASSIOUNI, M. Cherif, Crimes Against Huma- Muammar Gaddafi, Saif Gaddafi, Abdullah Al-Se-
nity in International Criminal Law, Nijhoff, Dordrecht, nussi, Francis Muthaura Uhuru Kenyatta, William
1992; CASSESE, Antonio, International Criminal Law, Ruta, Henry Kosgey y Laurent Nbagbo.
2ª edición, Oxford, University Press, 2008. También, al
respecto: GARCÍA AMUCHASTEGUI, Sebastián Félix, Sin embargo, para Alicia Gil Gil (33) hasta el
“Análisis del anteproyecto de reforma del Código Penal momento sólo se encuentran tres decisiones de
de 2014 en relación con los crímenes de Derecho Interna- confirmación de cargos por parte de la CPI en las
cional”, en Revista de Derecho Penal y Criminología, Dir.
Eugenio Raúl Zaffaroni, La Ley, Bs. As., 2015, p. 181 y ss. que se aplica la teoría del dominio por aparatos
(29) Por ello es que no se comparte la opinión en cuanto
de poder (34).
a que: “(...) tratándose el presente de un hecho singular
por su mecánica, era ineludible probar que el ejecutor del portancia de la regulación no procede de la existencia
homicidio disfrazado de accidente automovilístico perte- de una nueva criminalización, sino de la contemplación
necía al aparato organizado de poder, lo que no se pudo dogmática y precisa de las distintas constelaciones de
hacer en este caso porque nunca se identificó al autor casos (WERLE, Gerhard, “Tratado de Derecho (...)”, op.
material (...)” (Cfre: MARCOTULLIO, Silvia, E., “Delitos cit. 300/301).
de lesa humanidad. Caso Obispo Enrique Angelelli, nota a (31) OLASOLO ALONSO, op. cit., p. 213.
fallo”, en Actualidad jurídica-Derecho Penal, número 204,
Córdoba, 2014, A 6070). Es que, en realidad, la autora de (32) OLASOLO ALONSO, op. cit. p. 213 y sgtes. Para
mención soslaya, por un lado, que el TOCFR sí constató el autor de mención, si bien, en la gran mayoría de estos
que los autores materiales pertenecían al aparato organi- casos, la aplicación de la autoría mediata se llevó a cabo
zado de poder (ver TOCFR, supra nota 20, p. 551 y ss.) y, conjuntamente con la aplicación de la co-autoría basada
por otro lado, una cuestión evidente -incluso reconocida en el co-dominio funcional del hecho, no obstante ello, en
por la jurisprudencia internacional- en cuanto a que en el caso ante la CPI contra Omar al Bashir el concepto de
los hechos aquí meritados (v.gr.: crímenes de lesa huma- autoría mediata por estructura organizada de poder ha
nidad) la perpetración de las conductas individuales es sido aplicado de forma autónoma.
realizada, en la mayoría de los casos, por un gran número (33) GIL GIL, Alicia, “Imputación de crímenes interna-
de personas, lo cual dificulta su identificación en el caso cionales ¿expansión o universalización? Problemas y vías
concreto, pero no impide considerar la pertenencia de los de solución”, en Intervención delictiva y Derecho Penal In-
ejecutores al aparato organizado de poder. ternacional, reglas de atribución de la responsabilidad en
(30) Para Werle antes de la entrada en vigor del ECPI crímenes internacionales, Dykinson, Madrid, 2013, p. 523.
la autoría mediata no estaba regulada en el Derecho (34) ICC, PTC I, Prosecutor v. Germain Katanga and
Penal Internacional, ni había sido aplicada por la juris- Mathieu Ngudjolo, “Decision on the Confirmation of the
prudencia internacional. Por ello, entiende que la im- Charges”, ICC-01/04-01/07-717, 30.09.2008; ICC, PTC II,

AÑO v • Nº 07 • agosto 2015 - Derecho Penal y Criminología • 69


DPyC Derecho Penal doctrina

En dichas decisiones, las Salas de Cuestiones En tal sentido, la posición mantenida por el
Preliminares I y II (en adelante SCP) sostuvie- profesor alemán fue aplicada por la SCP I de la
ron que para que se dé la autoría mediata, el lí- CPI, en la orden de arresto que emitió el 27 de
der debe utilizar su control sobre el aparato para junio de 2011 contra Muammar Gaddafi (39), su
ejecutar los delitos, lo que significa que el líder, hijo Saif Al-Islam Gaddafi y el jefe de los servi-
como el autor detrás del autor, moviliza su auto- cios de inteligencia militar libios Abdullah Al-
ridad y poder dentro de la organización para ase- Senussi, en la que aplicó el concepto de autoría
gurar el cumplimiento de sus órdenes. mediata a través de estructuras de poder para
imputar a este último los delitos cometidos por
En la decisión de confirmación de cargos en el
las fuerzas armadas desplegadas bajo su mando
caso contra Katanga y Ngudjolo la SCP, refirién-
en la ciudad de Benghazi entre el 15 y el 20 de
dose de forma casi exclusiva a la jurisprudencia
febrero de 2011.
y a la doctrina alemanas y españolas, estableció
los siguientes requisitos para afirmar que existe La SCP I aplicó este concepto después de
un dominio sobre los actos de otra persona por haber declarado que Al-Senussi se encontraba
medio del dominio sobre la organización jerár- en un segundo escalón del aparato de poder
quica: a) el acusado y el ejecutor directo deben del Estado de Libia, por debajo de Muammar
operar dentro de la estructura jerárquica de un Gaddafi, de quién recibía instrucciones sobre la
aparato organizado de poder y b) el aparato or- ejecución del plan común para detener y disol-
ganizado y jerárquico debe hacer posible que ver en Benghazi las manifestaciones contra el
los superiores se aseguren la comisión de los régimen (40).
crímenes (35), lo que garantiza que la negativa
de un subordinado no impedirá los planes del Por otra parte, como un ejemplo de aplicación
dirigente (36). —aunque parcial— de la teoría propugnada por
Roxin en sus aspectos centrales se puede citar,
Por otra parte, una cuestión particular en tal como ya se adelantó, la sentencia de la Sala
donde también el TOCFR ha seguido la juris- Penal Especial de la Corte Suprema de Justicia
prudencia internacional es aquella referida a
considerar, conforme a lo postulado por Roxin,
ción. Dicha postura fue seguida por la Corte Superior de Jus-
a los superiores intermedios de las estructuras ticia de Lima en su sentencia de 8 de abril de 2008, en la que
organizadas de poder (37) (que reciben órde- condenó como autor mediato en aplicación del concepto de
nes de los niveles más altos y tienen la facultad EOP a Salazar Monroe (Director del Servicio de Inteligencia
de dar órdenes a sus subordinados inferiores Nacional del Perú (“SIN”) durante los gobiernos de Alberto
de la organización) como autores mediatos, Fujimori), mientras que a varios superiores intermedios del
SIN y a los autores materiales de los delitos (que pertenecían
debido a su dominio sobre la voluntad de los al “Grupo Colina” de operaciones especiales del SIN) se les
autores materiales (38). condenó, a pesar de la existencia de una relación superior-
subordinado entre los mismos, como coautores de la desa-
Prosecutor v. William Samoei Ruto, Henry Kiprono Kosgey parición forzada de un profesor y nueve alumnos en la Uni-
And Joshua Arap Sang, “Decision on the confirmation of versidad estatal de La Cantuta de Lima en 1992 (AMBOS, Kai,
charges”, ICC- 01/05-01/08-424, 23.01.2012; ICC, PTC II, “El juicio a Fujimori (...)”, op. cit. p. 260/261).
Prosecutor v. Francis Kirimi Muthaura and Uhuru Muigai (39) En este caso la SCP I explicitó los elementos que se
Kenyatta, “Decision on the confirmation of charges”, ICC- deben configurar para que una persona sea considerada
01/09-02/11, 23.01.2012. como responsable principal de un delito conforme al ar-
(35) WERLE, Gerhard, Tratado de Derecho Penal Inter- tículo 25 (a) del Estatuto como un autor mediato: (a) el sos-
nacional, Tirant lo Blanch, Valencia, 2011, p. 302. pechoso debe haber tenido el control sobre la organización;
(b) la organización debe consistir de una aparato de poder
(36) Como se desprende, la Sala no consideró aplicable jerárquico y organizado; (c) la ejecución de los delitos deber
el requisito de la desvinculación de la organización del ser asegurada a través del casi automático cumplimiento
Derecho. con las órdenes del sospechoso; (d) el sospechoso debe
(37) En el caso que nos ocupa, a Estrella. poseer todos los elementos subjetivos de los delitos; y (e)
(38) Para cierta parte de la doctrina, los superiores inter- el sospechoso debe ser consciente de las circunstancias
medios deben responder como coautores y no en el carácter fácticas que le permiten ejercitar su dominio del hecho por
de autores mediatos. Así lo entiende, entre otros, Kai Ambos conducto de otro en el caso de la autoría mediata.
al considerar que el control de los superiores intermedios (40) OLASOLO ALONSO, “Tratado de autoría (...)”, op.
sólo se extiende a ciertos miembros dentro de la organiza- cit., p. 210.

70 • Derecho Penal y Criminología - AÑO v • Nº 07 • AGOSTO 2015


DPyC Sebastián Félix García Amuchástegui

peruana en el caso contra el ex presidente Alber- Roxin (43)— que con respecto a Fujimori no ca-
to Fujimori (41). bía aplicarle el carácter de coautor, ya que faltaba
entre el autor directo y el nivel estratégico su-
En dicha decisión (42), el tribunal de perior, que controla el aparato de poder organi-
mención sostuvo —acorde con la postura de zado, un plan criminal de mutuo acuerdo y con
distribución del trabajo en función de una hori-
(41) Corte Suprema de Justicia de la República del Perú, zontalidad necesaria (44).
Sala Penal Especial (CSJSPE), Exp. No. AV 19-2001 (acumu-
lado), 7 de abril de 2009, casos “Barrios Altos”, “La Cantuta” También rechazó el supuesto de instigación, ya
y “Sótanos SIE”, disponible en: http://www.juicioysanciona-
fujimori.org/documentos/sentencia.pdf (consultado el 05
que con ello se ignoraría el rol de Fujimori como
de mayo de 2015); Corte Suprema de Justicia de la República una figura central del aparato de poder (45).
del Perú, Primera Sala Penal Transitoria (CSJ-PSPT), Exp.
No. 19-2001-09-AV, 30 de diciembre de 2009; disponible Sin embargo, con respecto a los superiores in-
en: http://www.juicioysancionafujimori.org/documentos/ termedios que habían intervenido en el plan cri-
R.N.fujisuprema.pdf (consultado el 5 de mayo de 2015). minal, consideró que no debían juzgarse como
(42) En 2009, el ex presidente peruano Alberto Fujimori autores mediatos sino como coautores, siguien-
fue condenado por la Sala Penal Especial y posteriormente do, en este punto, lo sustentado por cierta parte
en apelación por la Primera Sala Transitoria, ambas de la
Corte Suprema de Justicia, por graves violaciones del dere-
de la doctrina (46).
cho internacional de los derechos humanos, específicamen-
te por crímenes de lesa humanidad cometidos entre 1991 y (43) Es preciso aclarar que, si bien, la Sala Especial apli-
1992 durante su presidencia. Las condenas contra Fujimori có la teoría de Roxin, no obstante ello, posteriormente la
como autor mediato se basan en la teoría del dominio del Corte Suprema de Justicia Peruana, a través de su Sala Per-
hecho mediante un aparato organizado de poder (autoría manente, en su sentencia de 13.06.2013 (RN N. 4104-2010,
mediata por dominio de la voluntad en aparatos de poder). caso “Grupo Colina”) rechazó dicha postura sosteniendo
Ambas salas de la Corte Suprema establecieron cinco re- que no cabe atribuir la categoría de autoría mediata con
quisitos para esta modalidad de autoría mediata: a) como ejecutor responsable, sino que, por el contrario, se debe
requisito general la existencia de una organización jerár- acoger el concepto normativo de autor de Jakobs, basado
quica y como requisitos específicos: b) el poder de mando en la idea de competencia por organización.
del autor indirecto, c) la desvinculación de la organización (44) CSJ-SPE, supra nota 12, párrafo 726. Günther Jak-
del derecho, d) la fungibilidad de los autores directos y obs al analizar la sentencia de mención sostuvo que en
e) la disposición del autor directo (AMBOS, Kai, “El juicio a el supuesto aquí analizado, podría haber una interacción
Fujimori: responsabilidad de un presidente por crímenes en el reparto de funciones y de una decisión común del
contra la humanidad como autor mediato en virtud de un hecho, así que la suposición de complicidad afecta me-
aparato organizado de poder” en Revista de Derecho Penal jor la igualdad jurídica de las partes y su mutua depen-
y Criminología, 3, época, n. 5, 2011, págs. 229-272). En el pro- dencia. Para mayor abundamiento se puede consultar:
ceso contra Fujimori se constató que los actos considerados JAKOBS, Günther, “Sobre la autoría del acusado Alberto
como crímenes de lesa humanidad fueron cometidos por Fujimori Fujimori”, en La autoría mediata, El caso Fujimori,
un comando militar especial denominado “Grupo Colina”, AMBOS, Kai, /MEINI (editores), Ara, Lima, 2010, p. 105 y ss.
el cual estaba conformado por 38 integrantes. Dicho grupo
se integraba por el Servicio de Inteligencia del Ejército que (45) CSJ-SPE, supra nota 12, párrafo 720.
a su vez se encontraba subordinado a la Dirección General (46) En contraposición a Roxin, Kai Ambos considera
de Inteligencia del Ejército, la cual estaba sujeta a la Jefatura que a los superiores intermedios se les debería calificar
del Estado Mayor del Ejército, formando parte del Comando como coautores. Si bien coincide con Roxin en que los de-
Conjunto de las fuerzas Armadas. La Dirección General de litos sólo pueden ser cometidos a través de una estructura
Inteligencia informaba al Servicio de Inteligencia Nacional, organizada de poder porque sus miembros, en diferentes
el cual, como parte del Sistema de Inteligencia Nacional, niveles, dirigen la parte de la organización que está bajo
coordinaba todas las actividades de inteligencia, encontrán- su responsabilidad hacia la comisión de los delitos, para
dose dirigido por Vladimiro Montesinos, asesor de Fujimori Ambos el control de los superiores intermedios sólo se
y persona con estrechos vínculos con Fujimori. Es por ello extiende a ciertos miembros dentro de la organización
que se considera que en el presente caso, la sentencia abor- (o como mucho a una parte de la organización), de manera
dó la existencia de varios aparatos de poder organizados: en que, en todo caso, los más altos dirigentes de la organiza-
el nivel superior, el sistema de inteligencia nacional, en el ción pueden en cualquier momento interferir y bloquear
nivel intermedio, el servicio militar de inteligencia y, en lo dicho control. De ahí que, según Ambos, en el caso de los
más bajo, en el nivel ejecutivo, el comando homicida Colina. superiores intermedios sólo pueda hablarse, a lo sumo, de
Todos ellos se encontraban al servicio del aparato de poder un control parcial, puesto que únicamente los más altos
estatal en torno a Fujimori-Montesinos y estaban estructura- dirigentes de la organización (las personas que lideran un
dos jerárquicamente el uno en relación al otro (AMBOS, Kai, gobierno, y en circunstancias excepcionales quienes diri-
“Sobre la “organización” en el dominio (...)”, op. cit., p. 11/12). gen la policía de inteligencia), pueden ejercitar su control

AÑO v • Nº 07 • agosto 2015 - Derecho Penal y Criminología • 71


DPyC Derecho Penal doctrina

Asimismo, la Sala Especial Penal de la Corte pusieron “las manos en el hecho” sí ordenaron,
Suprema de Perú aplicó el llamado criterio de idearon, organizaron (entre otras conductas)
la “fungiblidad positiva”, conforme al cual el di- valiéndose de una posición de mando actos tan
rigente de la organización selecciona a un con- atroces como la consumación de crímenes de
junto de posibles autores materiales entre los Derecho Internacional, en lo que aquí interesa,
miembros más cualificados de la organización a los cuales afectan la base misma de la comuni-
los efectos de llevar a cabo el hecho punible (47), dad internacional en su conjunto.
con el objeto de evitar cualquier fallo (48).
Dicha correlación entre justicia material y apli-
En definitiva, la breve reseña de la jurispruden- cación práctica de una teoría de índole penal se
cia internacional existente al respecto, evidencia encuentra plasmada en la sentencia aquí anali-
que la sentencia del TOCFR aplicó la teoría de zada, ya que su aplicación al caso concreto po-
Roxin ajustada a las concretas circunstancias sibilitó una ajustada valoración de las conductas
fácticas, con arreglo —en su mayoría— a los pre- desarrolladas por los autores mediatos Menén-
cedentes internacionales, en especial, en lo con- dez y Estrella.
cerniente al dominio del hecho el cual constituye
un dato fáctico referido a la dirección del curso Es por ello que las críticas esbozadas a la teoría
causal, el cual fue meritado por el mencionado de Roxin en cuanto a sus deficiencias estructura-
órgano judicial bajo el parámetro del elemento les no deben conducir a su rechazo o al abando-
de contexto ya aludido. no de su figura, sino que, por el contrario, tal cual
fue sustentado por el TOCFR, la necesidad de su
VI. Conclusión aplicación surge congruente con la magnitud
La teoría de autoría mediata por aparatos or- de los sucesos juzgados siempre y cuando, claro
ganizados de poder elaborada por Roxin implicó, está, los requisitos esenciales de la teoría aplica-
en lo concreto, un avance decisivo a los fines de da se verifiquen en el caso concreto.
considerar a los dirigentes y superiores como au- VII. Bibliografía
tores de los hechos por ellos ordenados.
AMBOS, Kai, “Sobre la “organización” en el do-
Es que, tal como lo sostiene Kai Ambos, dicha minio de la organización”, en InDret, disponible
teoría contiene el punto de partida correcto para en www.indret.com
este tipo de casos, o sea, casos en los cuales los
autores inmediatos o materiales actúan en el - El juicio a Fujimori: responsabilidad de un
marco de una política de represión o persecu- presidente por crímenes contra la humanidad
ción sistemática y/o generalizada, desarrollada como autor mediato en virtud de un aparato or-
y preparada por la cúpula de una organización ganizado de poder”, en Revista de Derecho Penal
estatal (la junta de un gobierno de facto, el comi- y Criminología, 3ª época, n. 5, 2011.
té ejecutivo del partido político dominante, etc.).
- La parte general del Derecho Penal Interna-
En tal sentido, al menos intuitivamente, la idea cional, bases para una elaboración dogmática,
esbozada por la doctrina aludida evidencia que traducción de Ezequiel Malarino, Fundación
no es posible considerar como meros partíci- Konrad Adenauer, Uruguay, 2005.
pes, sin concretar una inadecuada subsunción
del substrato fáctico, a aquellos que, si bien, no AMBOS, Kai, GRAMMER, Christoph, “Dominio
del hecho por organización: la responsabilidad de
sin ningún tipo de interferencia (AMBOS, Kai, “Sobre la la conducción militar argentina por la muerte de
“organización” en el dominio (...)”, op. cit., p. 17/18). Elisabeth Käsemann”, en Iter Criminis, Revista de
(47) De esta manera, aunque el grupo especial de ope- Derecho y Ciencias Penales, nro. 08, México, 2003.
raciones “Colina” del Servicio de Inteligencia Nacional, al
que se le encargaron los delitos, estaba compuesto única- BASSIOUNI, M. Cherif, Crimes Against Huma-
mente de unos treinta miembros, no se excluía su fungi- nity in International Criminal Law, Nijhoff, Dor-
bilidad puesto que habían sido cuidadosamente seleccio- drecht, 1992.
nados y entrenados para realizar este tipo de actividades.
(48) OLASOLO ALONSO, “Tratado de autoría (...)”, op. CASSESE, Antonio, International Criminal
cit., p. 199. Law, 2da. edición, Oxford, University Press, 2008.

72 • Derecho Penal y Criminología - AÑO v • Nº 07 • AGOSTO 2015


DPyC Sebastián Félix García Amuchástegui

GARCÍA AMUCHASTEGUI, Sebastián Félix, instrumento para la elaboración jurídica del pa-
“Análisis del anteproyecto de reforma del Códi- sado”, en Intervención delictiva y Derecho Penal
go Penal de 2014 en relación con los crímenes de Internacional, reglas de atribución de la respon-
Derecho Internacional”, en Revista de Derecho sabilidad en crímenes internacionales, GIL GIL,
Penal y Criminología, Dir. Eugenio Raúl Zaffaro- Alicia, Dir., Dykinson, Madrid, 2013.
ni, La Ley, Bs. As., 2015.
OLASOLO ALONSO, Héctor, Tratado de auto-
GIL GIL, Alicia, “La autoría mediata por apara- ría y participación en Derecho Penal Internacio-
tos jerarquizados de poder en la jurisprudencia nal, Tirant lo Blanch, Valencia, 2013.
española”, en Dialnet, www.dialnet.unirioja.es/.
ROXIN, Claus, “Straftaten im Rahmen organi-
GIL GIL, Alicia, “Imputación de crímenes in-
satorischer Machtapparate”, en Goltdammer”s
ternacionales ¿expansión o universalización?
Archiv für Strafrecht, 1963.
Problemas y vías de solución”, en Intervención
delictiva y Derecho Penal Internacional, reglas - “El dominio de organización como forma in-
de atribución de la responsabilidad en crímenes dependiente de autoría mediata”, en Revista de
internacionales, Dykinson, Madrid, 2013. Estudios de la Justicia (REJ), n° 7, 2006, disponi-
LASCANO, Carlos J., “Teoría de los aparatos ble en www. rej.uchile.cl/.
organizados de poder y delitos empresariales” en
Nuevas formulaciones en las ciencias penales, - Derecho Penal, Parte General, Tomo II, es-
homenaje a Claus Roxin, Lerner, Córdoba, 2001. peciales formas de aparición del delito, Civitas,
Navarra, 2014.
MALARINO, Ezequiel, “El caso argentino”, en
AMBOS, Kai (coord.), Imputación de crímenes de SANCINETTI, Marcelo, A., Derechos humanos
los subordinados al dirigente. Un estudio compa- en la Argentina post-dictatorial, Lerner, Bs. As.,
rado, 2da. edición revisada, Temis, Bogotá, 2009. 1988.

MUÑOZ CONDE, Francisco, “La autoría me- WERLE, Gerhard, Tratado de Derecho Penal
diata por dominio de un aparato de poder como Internacional, Tirant lo Blanch, Valencia, 2011. u

AÑO v • Nº 07 • agosto 2015 - Derecho Penal y Criminología • 73


DPyC Derecho Penal DOCTRINA

La dogmática penal y el oscurecimiento de la política


Por Julio E. S. Virgolini y Alvaro Garma Bregante

Sumario: I. Introducción. — II. El problema del objeto de la dogmáti-


ca. — III. La dogmática surgió de la política. — IV. La versión reduc-
cionista: el camino a la dogmática normativista. — V. Consecuencias
de esta visión reduccionista de la dogmática. — VI. La necesidad de
recuperar las conexiones entre la dogmática y la política. — VII. Final.

I. Introducción do político. Si bien asumió desde sus inicios una


identidad propia, su estructura y finalidad se
Al igual que la criminología, la dogmática pe- orientaron, en materia de resolución de casos, al
nal se ha debatido históricamente entre dos mo- desarrollo del ideario político criminal del pena-
delos antagónicos: uno restringido que le asigna lismo moderno.
un carácter instrumental y técnico, y otro amplio
que parte de las resonancias que la práctica del Sin embargo, tanto la dogmática penal como
derecho penal tiene en el ámbito de las ciencias la criminología atravesaron períodos en los que
sociales y que se extiende hasta incluir la consi- pretendieron negar las conexiones entre sí y con
deración de las implicaciones políticas de sus re- la política, y asumir un carácter científico y neu-
sultados. Esas variantes han sido posibles porque tral desde el punto de vista valorativo. Mediante
en todos los casos la determinación de su iden- la distinción de los planos del “ser” y del “deber”
tidad, su método y su objeto tiene un carácter ser, la dogmática penal se inscribió en este úl-
necesariamente artificial e intencional (1), ligado timo universo, asumiéndose como un esquema
a los contextos políticos, sociales y culturales en abstracto de interpretación legal, desconectado
los que se desenvuelven. A riesgo de simplificar, de toda referencia a sus originarios fundamen-
podríamos asociar las versiones acotadas de la tos políticos y filosóficos. A través de distintas
dogmática con contextos de fuerte legitimación vías metodológicas, ambos saberes se desvincu-
del sistema normativo, mientras que las amplias laron de las condiciones bajo las cuales es exigi-
suelen ser compatibles con discursos críticos de ble y debe ser aceptado el mandato en el marco
ese sistema. de la relación política, esto es, de la relación de
mando y obediencia. El problema de la obliga-
La dogmática penal nació con la posibilidad de
ción política pone en primer plano el problema
desplegar una visión amplia en la construcción
del orden del cual el crimen es transgresión, y la
de su propio objeto, puesto que se desarrolló
naturaleza y las recíprocas relaciones entre am-
inicialmente sobre la base de principios y finali-
bos términos (3).
dades extraídos principalmente de los discursos
de la criminología liberal (2), de fuerte conteni-

(1) Sobre la artificialidad del discurso de la criminolo- ción reflexiva sobre las cuestiones del fundamento y la
gía, Virgolini, Julio, La Razón Ausente; Ensayo sobre cri- justificación del crimen y del castigo, fuertemente vin-
minología y crítica política, Editores del Puerto, Buenos culada a una concepción artificial del poder sobre base
Aires, 2005, primera parte, Cap. 10, “Horizontes artificia- contractualista; un capítulo de la teoría sobre el poder
les”, con cita de Ceretti, Adolfo, L’Orizzonte artificiale; pro- político.
blemi epistemologici della criminologia, Cedam, Padova (3) Que también atrae diferentes denominaciones en
1992, pag. 20, y Pavarini, Massimo, Lo sguardo artificiale función de la naturaleza imaginada del orden y de la esen-
sul crimine organizzato, en Giostra, Glauco e Insolera, cia atribuida a la transgresión (jurídica, sociológica, mé-
Gaetano (a cura di), Lotta alla criminalità organizzata: gli dica, etc.): orden y transgresión, ley y delito, normalidad
strumenti normativi, Giuffrè, Milano 1995, pág. 75 y ss. y anormalidad, conformidad y conducta desviada, etc.; en
(2) Hoy solemos llamarla criminología pero, como se los términos de la política todos ellos pueden reducirse al
verá después, en realidad se trató de la primera elabora- binomio obediencia-desobediencia.

74 • Derecho Penal y Criminología - AÑO v • Nº 07 • AGOSTO 2015


DPyC Julio E. S. Virgolini y Alvaro Garma Bregante

En la actualidad, y salvo algunas excepcio- cisión acerca del tipo y grado de relaciones que
nes (4), la dogmática tiende a presentarse como se admitirán con saberes relacionados. Toda dis-
un esquema cerrado e ideal que da por sentada ciplina necesita establecer un método y un obje-
la legitimidad de sus fundamentos y de su rol so- to específicos como condición de posibilidad de
cial, y se desentiende del o subestima el examen su desarrollo, pero debe también decidir si ten-
de su operatividad real justificando el castigo drá en cuenta —y en qué medida— las conexio-
estatal por el solo hecho de asegurar la obedien- nes y sobreposiciones con otros saberes que se
cia a la norma —cualquiera sea su contenido ocupan del mismo objeto u objetos relacionados.
o, por lo menos, restringiendo el examen sobre Y esa elección no es gratuita, ya que debe rendir
aquél— y sobre la vigencia del mandato políti- cuentas tanto de sus inclusiones como de sus
co —cualquiera sea la relación del obligado con omisiones. Los costos de esta tarea se pagan tan-
el Estado, que no examina en modo alguno—. to en términos de la validez de sus proposiciones
Se trata entonces de un discurso que afirma sin como de la eficacia de sus propuestas.
hesitación aquello que en la teoría política sigue
siendo objeto de discusión permanente: el pro- El estudio de las distintas ramas del derecho
blema de la obligatoriedad del mandato desde el no escapa a esta regla y suele comenzar por un
punto de vista de su legitimidad (5). Esto ocurre ensayo de definiciones y un cuidadoso deslinde
en ámbitos burocráticos en los que las conse- de campos de conocimiento con relación a otras
cuencias prácticas de esa concepción se hacen ramas. En el caso del derecho penal, este trabajo
carne en la vida y en la libertad de las personas: de definición de límites involucra con obviedad a
las agencias del sistema penal. Este discurso de disciplinas también jurídicas —como el derecho
afirmación acrítica del deber de obediencia, de la constitucional, procesal penal y de ejecución— y
legitimidad del sometimiento a la ley, es recitado a otras que no lo son, entre las que se destaca la
sacramentalmente (6) en la práctica cotidiana criminología. Las relaciones con estas últimas
de nuestros tribunales y en la interpretación co- son complejas porque presentan una heteroge-
rriente de los dogmáticos actuales. neidad de contenidos, objetivos y métodos con
respecto al derecho penal —y al derecho en ge-
Es necesario entonces repasar esos vaivenes neral— que hace difícil el establecimiento de co-
epistemológicos y poner de manifiesto el carác- nexiones y de límites.
ter intencional de los recortes metodológicos y
las consecuencias que de ellos se extraen. Sin embargo, el mayor problema de esta tarea
radica en que no se trata de un simple trabajo de
II. El problema del objeto de la dogmática reconocimiento de horizontes objetivos y verifi-
cables, sino de la toma de decisiones epistemoló-
La determinación de un ámbito de pertinen- gicas que acarrearán —cualquiera sea la decisión
cias no sólo comprende la elección del método y que se tome— consecuencias trascendentes sobre
la delimitación del objeto (7) sino también la de- la metodología, los contenidos y la naturaleza de
los resultados disciplinarios que se obtengan. En
(4) En nuestro medio principalmente la de Zaffaroni, E. otros términos, la definición del campo propio
Raúl; Alagia, Alejandro y Slokar, Alejandro, Derecho Penal de una disciplina no consiste en la identifica-
Parte General, Ediar, Buenos Aires, 2000, quienes expresa- ción o diferenciación de conceptos que refieren
mente recogen los aportes de los enfoques de la reacción a entes dotados de realidad objetiva y externa al
social a los que hacemos referencia en el apartado “VI” de
este trabajo.
sujeto que conoce, sino de una elección de los
contenidos y de las relaciones que se establece-
(5) Los crecientes movimientos sociales que expresan
descontento y hartazgo, provenientes de los más variados rán con las investigaciones que otras disciplinas
sectores de la población y que se extienden país por país, dediquen al mismo objeto u objetos relacionados.
constituyen la expresión clara de una crisis de legitimidad
que incide significativamente en la eficacia de los meca- La afirmación del carácter artificial de esta ta-
nismos tradicionales de ejercicio del poder político y, con rea no debería despertar mayores reparos en el
ello, en la legitimidad del orden normativo sobre el que éste ámbito de la dogmática penal tal como es con-
se sustenta. Piénsese, entre otros muchos ejemplos, en el
movimiento de los indignados en Europa hace unos años.
nadas, en un doble sentido, con el rol social que se procura
(6) O dado por sentado. atribuir a la disciplina o con el que ésta asumirá durante
(7) Decisiones que se encuentran íntimamente relacio- su desarrollo.

AÑO v • Nº 07 • agosto 2015 - Derecho Penal y Criminología • 75


DPyC Derecho Penal doctrina

cebida de manera predominante en la actuali- luntaria y por lo tanto esencialmente limitada


dad. Sus contenidos tradicionales —la teoría del tanto en fines como en medios.
delito y la teoría de la pena— son elaboraciones
— El problema de la justicia, vinculado princi-
estrictamente conceptuales en la mayoría de sus
palmente con los ámbitos de libertad individual
variantes. No parece haber forma de dotar de
que el poder político debía respetar.
realidad objetiva a tales conceptos sin caer en
una peligrosa reificación del “mundo normati- — El problema de la razonabilidad —relacio-
vo”. Sin embargo, en los ámbitos académicos con nado con el anterior— como necesaria corres-
mucha frecuencia se habla del “descubrimiento” pondencia entre medios y fines en la actuación
de categorías abstractas, o de la existencia de una del Estado.
“realidad pre-jurídica”. De allí que valga la pena
subrayar la intervención subjetiva en la cons- Pero por sobre todas las cosas, esa crimino-
trucción y en la discusión de los contornos epis- logía puso a la cabeza de sus preocupaciones al
temológicos de la materia. problema del fundamento del derecho de casti-
gar bajo una base contractual. El desarrollo de la
Ahora bien, el hecho de que el investigador in- idea utilitaria según la cual la creación del Estado
tervenga en esa construcción no significa que no se justifica convencionalmente en la satisfacción
existan consensos más o menos extendidos entre de las necesidades de seguridad de las personas
los especialistas acerca de la definición del obje- y de los bienes de los individuos conduce natu-
to. De hecho, es sobre la base de tales consensos ralmente a examinar la legitimidad de la actua-
que se generan períodos de relativa estabilidad ción del soberano en el marco de la relación de
que favorecen el desarrollo de ciertas líneas de mando y obediencia que lo une con el individuo
investigación. Pero, en cualquier caso, esos con- como sujeto político, no ya súbdito sino ciuda-
sensos son siempre precarios y están sujetos a dano.
constante revisión, todo lo cual condiciona ne-
cesariamente la naturaleza de los resultados. El examen de legitimidad abarca la preocupa-
ción por el consenso, pero entendido este último
Esa elección es siempre política, porque se en- no como un dato que se da por descontado sino
cuentra ligada a las ideas predominantes sobre la como una exigencia que debe verificarse en los
conformación de la sociedad y la estructura del hechos:
poder político y económico y éstas, a su vez, de-
terminan el rol social que deberán absolver los — Una parte del liberalismo —que se expresa
discursos sobre el crimen y sus mecanismos de en la dogmática normativista, a la que se hará re-
actuación material, de los cuales el derecho pe- ferencia más adelante— tiende a utilizar la metá-
nal y los sistemas policial y penitenciario son los fora del contrato en el primer sentido, afirmando
más destacados. o asumiendo que el consenso es un dato implícito
en la existencia misma del contrato, un elemento
III. La dogmática surgió de la política que se presupone fundante del pacto y por ello
otorga una legitimidad que no necesita verifi-
La dogmática fue fundada sobre los principios
cación. Desde esta perspectiva, el solo hecho de
de organización del Estado en materia criminal
que el contrato social tenga un carácter voluntario
que enunciaron los discursos de la criminología
otorgaría al Estado el derecho a castigar, porque
liberal del siglo XVIII, para los cuales la cuestión
quien acepta el contrato acepta con él las conse-
criminal era uno de los puntos a los cuales se di-
cuencias que se derivan de su incumplimiento.
rigía la teoría del Estado. Esa criminología liberal
Así planteado, el consenso juega un papel simi-
tenía en su agenda:
lar al del “consenso natural” de la criminología
— El problema de la libertad del sujeto que ac- reduccionista, y sus consecuencias prácticas no
túa. serían diferentes que las que se desprenden de
otras fuentes de autoridad, como la tradición o la
— El problema de la racionalidad, tanto del su- capacidad de liderazgo del soberano.
jeto al que se dirige la norma como de la trama de
relaciones sociales y políticas mediante la cual se — Pero existe otra visión en conflicto con la
relaciona con otros sujetos, en el marco de una primera que entiende que el consenso que el
sociedad concebida como creación política vo- sujeto presta para la formación del Estado no es

76 • Derecho Penal y Criminología - AÑO v • Nº 07 • AGOSTO 2015


DPyC Julio E. S. Virgolini y Alvaro Garma Bregante

sólo implícito y original sino real y actualizable, Estado, cuya legitimación se sustentaba ahora en
no es irrevocable sino dinámico, y no se limita el consenso, estaba llamado a respetar y proteger.
al castigo sino que comprende a un conjunto de Tales principios, que conforman el núcleo del de-
prestaciones recíprocas entre el individuo y el recho penal liberal, llegaron a tener consagración
Estado en el marco de la relación política. Desde legislativa al cabo de prolongadas disputas de po-
esta posición, el incumplimiento total o parcial der en cuyo marco esa embrionaria criminología
por parte del Estado a las prestaciones de ciu- prestó los discursos necesarios a tal fin. Todos los
dadanía (8) autoriza al individuo a revisar si las modernos principios y garantías liberales del de-
condiciones bajo las cuales el consenso había recho penal fueron pensados por autores centra-
sido otorgado y venía siendo mantenido todavía les (11) de una concepción de la sociedad y del
subsisten, coyuntura que despeja el camino para poder político que contenía como un capítulo
la consideración del derecho de resistencia (9) o esencial el drama del crimen y del castigo legal,
la resistencia civil (10). Esta es la única forma de antes de la sanción de cualquier cuerpo norma-
concebir al consenso en términos políticos, ya tivo.
que presupone un poder de decisión en el sujeto
que la otra alternativa le niega. Si tomáramos como referencia una obra clá-
sica del pensamiento criminológico como “De
Esta visión amplia de la criminología liberal los delitos y de las penas”(12), encontraríamos
conectada con la teoría del Estado fue funda- allí todos los elementos fundantes de la teoría
mental en la construcción de la dogmática penal del delito, enunciados con anterioridad a la san-
liberal. Tanto la teoría del delito como la teoría de ción de cualquier constitución o Código Penal
la pena son hijas de este discurso criminológico. moderno: el principio de responsabilidad por la
Los “dogmas” originarios con los que trabajan los acción, el principio de legalidad, el de culpabili-
penalistas reconocen la sintonía con los princi- dad, el de proporcionalidad, etc. Además de ello,
pios y las garantías constitucionales sugeridas o contaríamos con pautas de interpretación estric-
anunciadas por una criminología —no llamada ta de la ley penal y con reglamentaciones proce-
así aún— que era heredera de la concepción del sales más avanzadas que las de muchos Códigos
poder como creación artificial de los hombres modernos. Tendríamos también una imagen an-
que trajo la escuela del derecho natural, y de la tropológica del hombre y las razones morales del
visión de unos derechos fundamentales que el criminal, una explicación de los orígenes del acto
desviado, una dinámica del cometido y la actua-
ción de las penas y, sobre todo, una justificación
(8) Las prestaciones de ciudadanía, para diferenciarlas política de la función estatal del castigo, necesa-
adecuadamente de las que llamamos prestaciones de se- ria para preservar el contenido del contrato so-
guridad en sentido estricto, encarnadas éstas en los siste- cial y de las leyes que son, desde entonces, las
mas de control social punitivo y de vigilancia externa, son condiciones de inclusión dentro de la sociedad,
las que se encaminan —o deben encaminarse— a igualar
las oportunidades de los habitantes en punto al goce de como remedio o barrera contra la anarquía (13).
los derechos fundamentales; en este sentido, son presta-
ciones vinculadas con la seguridad (del ejercicio) de los
derechos y deben diferenciarse netamente de aquéllas (11) El caso de Beccaria.
implicadas en el contexto más estrecho de la seguridad (12) Beccaría, Cesare Bonecasa Marqués de, De los de-
contra agresiones de terceros. litos y de las penas, Aguilar, Madrid, 1969.
(9) El derecho de resistencia, como necesario correlato (13) Se trata de una completa teoría sobre la naturaleza
de la figura histórica del tirano, recorre casi ininterrumpi- humana, el acto criminal y el castigo legal, maravillosamen-
damente la historia de la ciencia política, hasta su actual te sintetizada por Beccaria en el siguiente pasaje de De los
decaimiento como parte de los fenómenos pertinentes al delitos y de las penas: “Las leyes son las condiciones con que
“fin de la historia” occidental. No obstante, es necesario hombres independientes y aislados se unieron en sociedad,
reactualizar el concepto, tanto de la tiranía en tanto sis- fatigados de vivir en un continuo estado de guerra y de go-
tema de dominación excluyente de los derechos de las zar de una libertad convertida en inútil por la incertidum-
minorías, o en su caso de las mayorías, como del derecho bre de conservarla. Sacrificaron una parte de ella para gozar
de resistencia, entendido ahora como derecho a la autoex- la restante con seguridad y tranquilidad. La suma de todas
clusión del excluido con relación a los deberes emergentes estas porciones de libertad sacrificadas al bien de cada uno
de la obligación política. constituye la soberanía de una nación, y el soberano es el le-
(10) Véase Arendt, Hannah, “Desobediencia civil”, en gítimo depositario y administrador de ellas. Mas no bastaba
Crisis de la república, Taurus, Madrid, 1998, pág. 81 y ss. con formar este depósito; era necesario defenderlo de las

AÑO v • Nº 07 • agosto 2015 - Derecho Penal y Criminología • 77


DPyC Derecho Penal doctrina

Pero luego la dogmática penal abandonó este siones de neutralidad valorativa y otra más am-
contacto con la necesidad de contar con una jus- plia, de perfil crítico, y abierta a la consideración
tificación ético-política, cuya existencia dio por de elementos políticos, heredera lejana de la vie-
sobrentendida, y desenvolvió una visión predo- ja criminología liberal del siglo XVIII (14).
minantemente técnica de los problemas del orden
social. Con ello acompañaba, desde la faz jurídica, La primera tuvo su desarrollo en el siglo XIX de
el desarrollo paralelo de las ideas, entonces pre- la mano del éxito alcanzado por el modelo de las
dominantes, provenientes del concepto moderno ciencias naturales durante la revolución indus-
de la ciencia, bajo las que todos los fenómenos trial. Ese modelo fue importado por los discursos
admitían una explicación y una resolución técnica sobre el orden social para liberar a la disciplina
desvinculada de factores metafísicos, filosóficos o de todo rastro de contenido moral y político, al
morales; este concepto acompañó el nacimiento que se tachaba de especulativo o metafísico. Esa
de la criminología positivista. criminología científica era en verdad un discurso
que sirvió para relegar a un ámbito de anorma-
Fue precisamente el influjo de la criminología lidad y patología el universo de los problemas
positivista la que inició el oscurecimiento de la sociales, de los cuales la criminalidad era el más
política en el campo de las ciencias penales, que sobresaliente y, además, en el marco de los dis-
recorrió del mismo modo las explicaciones cau- positivos disponibles, era técnicamente más
sales sobre el acto desviado y la versión jurídica gobernable; el fenómeno criminal fue, en cierto
original de la dogmática penal. modo, útil al poder atraer sobre sí y encapsular
una buena porción de los conflictos sociales de
IV. La versión reduccionista: el camino a la la época que, de este modo, se vaciaban de con-
dogmática normativista tenido político (15); por reflejo, este discurso
Ese proceso tuvo lugar en el marco del debate tuvo la virtualidad de legitimar el poder punitivo
que caracterizó históricamente el discurso crimi- del Estado. En ese contexto, el discurso acerca
nológico, entre una versión técnica y con preten- del crimen y del castigo dejaba de depender de
la dimensión donde se jugaba —o donde había
quedado establecida— la legitimidad del poder
usurpaciones privadas de cada hombre en particular, quien soberano, delegada al derecho público europeo
trata siempre de quitar del depósito no sólo la propia por- en plena afirmación de la autoridad del Estado,
ción, sino también la de los otros. Se requerían motivos sen- en el marco de los constitucionalismos del siglo
sibles que bastaran para desviar el ánimo despótico de cada XIX y el desarrollo del concepto de Estado de De-
hombre de su intención de volver a sumergir las leyes de la recho (16).
sociedad en el antiguo caos. Estos motivos sensibles son las
penas establecidas contra los infractores de las leyes. Digo
motivos sensibles porque la experiencia ha hecho ver que la
masa no adopta principios estables de conducta, ni se aleja (14) Sobre este recorrido histórico pueden consultarse
de aquel principio universal de disolución que se observa obras clásicas como Taylor, I.; Walton, P. y Young, J., La
en el universo físico y en el moral, sino por motivos que in- nueva criminología. Contribución a una teoría social de la
mediatamente impresionan los sentidos, y que se ofrecen conducta desviada, Amorrortu, Bs. As., 2ª reimpresión a la
continuamente a la mente para compensar las fuertes im- edición en castellano, 1997, trad. Adolfo Crosa; Pavarini,
presiones de las pasiones parciales, que se oponen al bien Massimo, Control y Dominación. Teorías criminológicas
universal; ni la elocuencia, ni las declamaciones, ni siquiera burguesas y proyecto hegemónico, Siglo XXI Editores,
la más sublime verdad son bastantes para frenar por mucho 1988, trad. Ignacio Muñagorri; en nuestro medio, Virgoli-
tiempo las pasiones excitadas por las vivas impresiones de ni, Julio, Ob. cit.; Anitua, Gabriel Ignacio, Historias de los
los objetos presentes. Fue, pues, la necesidad la que cons- pensamientos criminológicos, Editores del Puerto, 1ª re-
triñó a los hombres a ceder parte de la propia libertad: es, impresión, Bs. As., 2006; Zaffaroni, E. Raúl, La palabra de
pues, cierto que cada uno no quiere poner de ella en el de- los muertos. Conferencias de criminología cautelar, Ediar,
pósito público más que la mínima porción posible, la que Bs. As., 2011.
basta para inducir a los demás a defenderlo. La agregación
de estas mínimas porciones posibles constituye el derecho (15) Piénsese en el brigantaggio o en la mafia siciliana,
de penar; todo lo demás es abuso y no justicia; es hecho, fenómenos a los que la atribución de un carácter patológi-
no ya derecho”, Beccaria, ob. cit., pág. 72/3. Todos los ele- camente criminal permitía disolver o enmascarar sus cla-
mentos constitutivos de una reflexión sobre el crimen y el ros componentes de conflictividad social y política.
castigo, que luego pasarían a formar parte —conjugadas en (16) Véase Fioravanti, Maurizio, Los derechos fun-
un sentido obviamente distinto— de la criminología profe- damentales: apuntes de historia de las constituciones,
sional del positivismo, se dan cita en el párrafo transcripto. Trotta, Madrid 1998, cap. 3.

78 • Derecho Penal y Criminología - AÑO v • Nº 07 • AGOSTO 2015


DPyC Julio E. S. Virgolini y Alvaro Garma Bregante

El principal objetivo del criminólogo positi- proporcionales al acto, en favor de las medidas
vista era la anticipación (del acto criminal) y con de seguridad por tiempo indeterminado —por
ella la corrección/neutralización (del delincuen- el tiempo que en cada caso fuera necesario para
te): el conocimiento de los rasgos característicos completar exitosamente el tratamiento curativo
del sujeto criminal le permitiría detectarlo aún o neutralizante (18)—.
antes de que actuara. De esta forma, podía an-
ticiparse al crimen, impidiendo bien su realiza- Este primer alejamiento de la política redujo
ción, bien su repetición, mediante la aplicación tanto a la criminología como a la dogmática pe-
de un tratamiento curativo o neutralizador: su nal al papel de discursos serviles a las burocra-
crimen era sólo el síntoma de su personalidad cias policiales y judiciales del momento.
deficitaria, anormal o perversa y era sobre ella Aquel modelo integrado de ciencia penal su-
que se debía actuar. No importaba entonces si el friría una fractura con el ocaso del positivismo
sujeto ya había cometido algún crimen; en todo sociológico y el crecimiento del positivismo ju-
caso sus rasgos antisociales indicaban que tarde rídico en el siglo XX. La tajante separación de
o temprano lo haría o lo repetiría. Había que pre- los planos del ser y del deber ser propuesta por
decir para poder anticiparse y actuar. el neokantismo vendría a dividir aguas entre la
Esta visión de la criminología dominó la dis- criminología científica y la dogmática y le reser-
cusión sobre el crimen y el castigo durante la se- varía a esta última un contenido estrictamente
gunda mitad del siglo XIX y la primera parte del normativo (19). La dogmática proclamaría su
siglo XX, tanto bajo el esquema original de las independencia y, desde una posición hegemó-
explicaciones de orden antropológico y médico, nica, trataría a la criminología científica como a
como en la más amplia época de los discursos una disciplina auxiliar. Sin embargo, este cambio
de impronta sociológica. La dogmática penal se no alteró la relación de la dogmática penal con la
encargó en esta etapa de construir categorías ju- política, que siguió siendo distante.
rídicas que sirvieran de herramientas para que En adelante, el método de estudio de la ley pe-
policías y jueces llevaran a la práctica los resul- nal sería el dogmático, del que tomaría el nombre
tados obtenidos por la criminología científica. la disciplina, que consiste en analizarla descom-
Aquellas investigaciones sobre el “hombre cri- poniéndola en “dogmas” y estableciendo relacio-
minal” desembocaron en un “derecho penal de nes entre ellas por medio de reglas que tienden a
autor” que justificó: asegurar su coherencia interna.
— En el plano de la persecución criminal y el A través de esta concepción de la dogmática se
mantenimiento del orden público: la elabora- limitó el trabajo del especialista a las tareas de in-
ción de proyectos de códigos de “estado peligro- terpretar la ley y establecer su correcta aplicación
so sin delito”, la sanción de leyes de vagos, men- a un caso concreto, mediante un procedimiento
digos y mal entretenidos, la facultad de emitir argumental de carácter formal que proporciona
edictos policiales por parte de esta institución, cierta estandarización en los resultados. En una
entre otros mecanismos para encerrar personas buena muestra de que el método de investiga-
independientemente de que hubieran cometido ción condiciona al objeto de estudio, el dogmá-
o no algún delito, con lo que se legitimaban me- tico se reveló como un sujeto entrenado exclusi-
canismos de control policial de la pobreza y de vamente para resolver casos penales de manera
los conflictos sociales (17), carentes de las garan- estandarizada.
tías del derecho penal liberal.
La previsibilidad siguió siendo un valor fun-
— Desde el punto de vista del castigo, el na- damental, pero esta vez ya no estaba vinculada a
cimiento de una “obsesión correccionalista”
inspirada en la necesidad de dar un sostén ideo-
lógico a una institución como la cárcel, cuyas (18) Objetivo frecuentemente subordinado a las necesi-
funciones latentes no podían ser publicitadas. dades internas de gobernabilidad.
Este correccionalismo renegó de las penas fijas o (19) En nuestro país, la referencia ineludible de este
cambio fue el tratado de Sebastián Soler de 1940, quien
trasladó al derecho penal argentino las propuestas de Kel-
(17) En la Argentina, la preocupación por el anarquismo. sen, en abierta polémica con Luis Jiménez de Asúa.

AÑO v • Nº 07 • agosto 2015 - Derecho Penal y Criminología • 79


DPyC Derecho Penal doctrina

la anticipación de futuros comportamientos del Desde esta óptica, el trabajo del especialista se
delincuente sino a la necesidad de obtener una redujo a la tarea de identificar hechos delictivos
mayor uniformidad en la solución de casos: era siguiendo parámetros legales y a decidir sobre la
la previsibilidad de la actuación jurisdiccional. aplicación de una consecuencia también legal-
Los esfuerzos teóricos se enfocaron casi exclusi- mente preestablecida. Ni los presupuestos ni las
vamente a discutir variantes metodológicas que consecuencias forman parte relevante o deter-
contribuyeran a ese fin. Esta extrema preocu- minante de la discusión.
pación por obtener resultados previsibles suele
justificarse como una barrera contra la arbitra- La descripción que acaba de hacerse podrá ser
riedad. En este sentido, las escasas páginas que tachada de hiperbólica, pero no dista mucho de
la dogmática concede al estudio de la historia los esquemas de trabajo de los autores naciona-
del derecho penal presentan a la arbitrariedad les del causalismo que dominó la segunda mitad
de un modo simplista, como la lógica imperante del siglo XX en las universidades de nuestro país.
en algún período no siempre bien determinado Incluso en la actualidad sobrevive en las orienta-
de la Edad Media en el que los soberanos ha- ciones de muchas cátedras de nuestro medio en
brían ocupado parte de su tiempo tomando de- las que se exalta como un valor supremo el “ri-
cisiones antojadizas o caprichosas relacionadas gor científico” en la correcta resolución de casos
con la vida y la muerte de las personas someti- prácticos y se combate contra la apertura del ob-
das a su poder. Esa visión naif del problema de jeto de estudio a otros saberes no jurídicos, todo
la arbitrariedad pasa por alto que las burocra- lo cual constituye, en el fondo, una decisión tan
cias existen desde el desarrollo de los grandes política como su contraria.
Estados nacionales europeos hace más de ocho Como se advierte, existen paralelismos en to-
siglos, y que su lógica de actuación está mucho dos los modelos reduccionistas que acabamos
más emparentada con los procedimientos ri- de considerar:
tuales, las formas de actuación y los modos de
decisión como los que suele ofrecer la dogmá- — Tanto para el criminólogo científico como
tica normativista que con el capricho nacido en para el dogmático normativista, el valor funda-
el siempre cambiante estado de ánimo del so- mental es alguna clase de previsibilidad.
berano que, en última instancia, siempre estuvo
obligado a respetar la ley del país (20). — Las tareas de ambos se reducen a la identifi-
cación —de personas o de conductas—, su clasi-
Ni la racionalidad ni la justicia ni la legitimidad ficación —en tipos criminales o tipos legales— y
forman parte del repertorio de preocupaciones la aplicación de consecuencias preestablecidas,
de esta versión de la dogmática, que entiende siguiendo un procedimiento pretendidamente
que el estudio de esos problemas compete a científico o técnico-jurídico. Cualquier reflexión
otras disciplinas —con lo que estamos de acuer- más amplia queda fuera de sus respectivos hori-
do—, cuyas investigaciones tampoco tiene en zontes de incumbencias.
cuenta —lo que nos parece discutible—, so pena
de afectar la necesaria pureza del análisis. Esos — Ambos niegan o subestiman la dimensión
requisitos se dan por cumplidos recurriendo a política de sus disciplinas. Este recurso sirve
ficciones y abstracciones como que la ley emana para aparentar una neutralidad valorativa que
de un “legislador racional” o bien que la pena se no es real, y ha sido casi una constante en diver-
dirige a tutelar los “intereses fundamentales de la sos campos del conocimiento como la historia,
sociedad” o, frecuentemente, bajo la tácita equi- la economía e incluso —paradójicamente— la
paración entre legalidad formal y legitimidad propia política (21). A este género de estrategias
sustancial. pertenece la idea de que los problemas sociales
deben ser examinados con una mirada técni-

(20) Véase Fioravanti, Maurizio, Constitución, de la (21) No es infrecuente escuchar aun hoy a políticos en
antigüedad a nuestro días, Ed. Trotta, Madrid, 2001. Tam- campaña sosteniendo que muchos problemas, particu-
bién Elias, Norbert, El proceso de la civilización, Fondo larmente los relacionados con el crimen y su control, son
de Cultura Económica, Madrid, 1987, trad. Ramón García ajenos a la política y deben ser abordados desde la pers-
Cotarelo. pectiva de la gestión técnica.

80 • Derecho Penal y Criminología - AÑO v • Nº 07 • AGOSTO 2015


DPyC Julio E. S. Virgolini y Alvaro Garma Bregante

ca, orientada a gestionarlos en forma eficiente tralización). Para ambos, todo disenso, crítica o
y con aparente neutralidad valorativa. Lo que desviación debe dar lugar a una respuesta que
ocurre en estos casos es que la dimensión po- tienda a mantener el equilibrio dentro del orden
lítica no desaparece por la sola declamación y social, pero sin alterar a este último.
queda oculta tras el velo de la cientificidad o la
precisión técnica. Claro que, al quedar oculta, no Estos elementos comunes fueron, en el plano
puede cambiar, lo que pone de manifiesto que el discursivo, presupuestos teóricos del trabajo de
denominador común de estos recursos es su ca- los criminólogos positivistas y luego funciona-
rácter siempre conservador y legitimador de un listas. Incluso se debe al funcionalismo crimino-
estado de cosas previamente dado. Por lo tanto, lógico —primero en Durkheim y luego en Par-
las dos ocultan firmes convicciones políticas. sons— las bases de la formulación de la teoría
de la prevención general positiva de la pena, de
— Ambas comparten una visión consensual y amplio predicamento entre los dogmáticos más
estática del orden social, conforme a la cual el or- férreamente normativistas.
den se ha acercado al punto aceptable de su de-
sarrollo y existe un acuerdo generalizado y esta- En el fondo, varían en sus metáforas, pero am-
ble acerca de los valores tutelados por el Estado. bos discursos proponen una interpretación de
la realidad a la medida de la justificación de la
— Esa visión del orden interpreta a la sociedad obediencia a un orden dado que se presupone
como una comunidad básicamente homogénea, legítimo. Lo veremos con más detenimiento a
entendiendo que las disrupciones en su interior continuación.
sólo revelan un grado de anormalidad/delito que
debe ser neutralizado o prevenido, salvando las V. Consecuencias de esta visión reduccionis-
bases del orden establecido. ta de la dogmática
Un buen exponente de este reduccionismo
— Las dos son universalistas, en el sentido de
normativista es Jakobs (22), quien fundamen-
que trabajan con nociones y conceptos que se
ta su visión normativista de la dogmática si-
pretenden válidos en cualquier tiempo y esce-
guiendo la línea del funcionalismo sistémico
nario.
de Luhmann.
— Una y otra tienen una profunda convicción Jakobs sostiene que, tanto en su relación con
en que el sistema penal despliega una acción la naturaleza como en la interacción con otros
suficientemente idónea para, sea material o sea sujetos, el hombre sólo puede orientar su con-
simbólicamente, corregir o prevenir las incon- ducta si encuentra regularidades, ya que son és-
ductas y su repetición, y que su presencia y ac- tas las que le permiten anticiparse a un suceso
tuación constituyen un valor positivo, aunque y actuar en consecuencia. En la vida social, la
estén sujetas a correcciones o perfeccionamien- relación entre las personas se encuentra media-
tos menores, por lo general en clave expansiva. da por el rol que ellas desempeñan en la inte-
Estos puntos de contacto se explican por la fi- racción concreta (23). Esos roles están regulados
liación común que tienen las orientaciones que normativamente, lo que genera expectativas de
se encuentran en la base del pensamiento reduc- conducta en el otro: espero que el otro se com-
cionista de tales disciplinas: el positivismo en el porte como debe hacerlo un padre, un comer-
caso de la criminología y el funcionalismo en el ciante, un automovilista, etc., en el contexto de la
de la dogmática. El funcionalismo es una reela- correspondiente interacción. Esas expectativas
boración del positivismo en clave no biológica: conforman las regularidades que posibilitan la
la metáfora del organismo es remplazada por
la del sistema; el delito no es enfermedad sino (22) Jakobs, Günther, Derecho Penal. Parte General.
conducta disfuncional —aunque en algún sen- Fundamentos y teoría de la imputación, Marcial Pons,
Madrid, 1995, trad. Joaquín Cuello Contreras y José Luis
tido pueda ser funcional también, aunque con Serrano González de Murillo.
relación a efectos que, por lo general, no pueden
(23) El rol es tan cambiante como lo es la interacción, por
ser admitidos—; el tratamiento terapéutico con- lo que todos desempeñamos distintos roles a lo largo de un
tra el delito tiene fundamentos asimilables a los día en función de las diversas interacciones en las que par-
del proceso de resocialización (y éste al de neu- ticipamos: padre, esposo, pasajero, cliente, empleado, etc.

AÑO v • Nº 07 • agosto 2015 - Derecho Penal y Criminología • 81


DPyC Derecho Penal doctrina

vida social. Sin ellas la interacción sería caótica: impuestos a un autor competente, desobedien-
nadie sabría qué esperar del otro en ninguna si- cia que puede —aunque no necesariamente—
tuación. estar acompañada de un conflicto material.
Si el sujeto no se comporta conforme a las ex- Ahora bien, si lo que se castiga centralmente
pectativas generadas, defrauda los modelos de es la mera desobediencia, se vacía de contenido
orientación con los que todos contamos para vi- al presupuesto del castigo. Cualesquiera sean
vir en sociedad. El conflicto penalmente relevan- las características del hecho y el contenido de la
te no es el que se expresa en las consecuencias ley, el sistema punitivo estará siempre habilitado
externas de un acto —causar un daño a otro—, a aplicar un castigo por el solo incumplimiento
sino el que proviene de la desautorización de la de deberes conexos al rol e impuestos normati-
norma que impone los deberes atinentes al des- vamente, ya que es sólo el propio Estado quien
empeño del rol quebrantado. Desde esta pers- va a determinar cuáles son las normas a cuya ob-
pectiva, no sería penalmente relevante (o lo sería servancia general no se puede renunciar para el
sólo secundariamente) causar lesiones a bordo mantenimiento de la configuración social básica.
de un automóvil sino incumplir los deberes que
surgen de la reglamentación del tránsito; y lo De este modo, se impide examinar la legitimi-
mismo es aplicable al caso de quien golpea a su dad, racionalidad y justicia del castigo en función
hijo, en tanto ello implica prioritariamente que del hecho de un ciudadano. Con otra consecuen-
ha incumplido con sus deberes paternales; en cia sobre la coherencia interna del sistema, tan
general, lo que se reprocha no sería dañar a otro cara a los funcionalistas, puesto que el énfasis
sino desobedecer la ley. Jakobs limita el ámbito puesto sobre los actos particulares de desauto-
de las desobediencias penalmente relevantes a la rización de la norma oscurece el hecho de que,
infracción de aquellas normas a cuya observan- en un sistema cerrado como el que se plantea o,
cia general no se puede renunciar para el mante- para decirlo en términos corrientes, en un orde-
nimiento de la configuración social básica. namiento jurídico cualquiera, la desautorización
de la norma fundamental atrae necesariamen-
Este planteo pone de manifiesto que el dere- te consecuencias sobre el resto del sistema —u
cho penal no interviene en conflictos entre per- ordenamiento, como se quiera—. Estas conse-
sonas sino entre el particular y el soberano. Los cuencias se refieren a su validez o, en términos
conflictos entre particulares se resuelven por weberianos, a la creencia en su validez normati-
medio de otras ramas del derecho: al derecho pe- va, lo que no es otra cosa que el aspecto central
nal le queda reservada la tutela de la obediencia del concepto de legitimidad, tan difícil de apre-
al Estado, que se expresa en el necesario respeto hender en términos positivos, pero evidente en
a sus normas elementales. La pena sirve, desde términos de su crisis.
esta perspectiva, para reafirmar la vigencia del
derecho y la autoridad del Estado. Cuando nos referimos a la desautorización de
la norma fundamental, entendemos vincular la
Como consecuencia de este planteo, la aplica- validez general del ordenamiento —en términos
ción de la pena y su medida ya no están deter- de la dogmática sistémica— con el hecho de que
minantemente relacionadas con la conducta del las normas fundacionales (24) de reconocimien-
infractor sino con la necesidad que tenga el Esta- to de derechos (25) no hayan sido desautorizadas
do de reafirmar la vigencia del Derecho. Pero por
sobre todas las cosas, el quebrantamiento de la
ley dejaría de ser un filtro acumulativo al requisi- (24) En la Argentina, la Constitución y el plexo internacio-
to de la generación de un conflicto material —le- nal constitucionalizado a través de su art. 75, inc. 22, con las
sividad— para pasar a ser un presupuesto único leyes que reglamentan —en sentido ampliatorio y extensi-
para la procedencia de la pena, sobre la base de vo— el conjunto de las garantías y derechos fundamentales.
la creciente interpretación de los tipos penales (25) Nos referimos a normas de reconocimiento, asu-
como formas de infracción al deber. No es lo miendo que, bien en la realidad material sobre la base
mismo decir que el Estado pena a los autores de de un concepto material de derechos humanos, bien en
la realidad jurídico política de una asociación voluntaria
conductas lesivas siempre que tales conductas en la cual el poder político se legitime en la medida del
estén tipificadas, que afirmar que el Estado pena reconocimiento y aseguramiento de los derechos de la
la desobediencia a la ley, esto es, a los deberes población, es necesario asegurar la preeminencia de los

82 • Derecho Penal y Criminología - AÑO v • Nº 07 • AGOSTO 2015


DPyC Julio E. S. Virgolini y Alvaro Garma Bregante

de hecho por una práctica prolongada y extendi- — La necesaria selectividad de los procesos de
da de violaciones o incumplimientos que niega criminalización del sistema penal, en especial la
los presupuestos fácticos de la ciudadanía (26). criminalización secundaria, que presenta carac-
De este modo, el Estado efectivamente es par- terísticas problemáticas, particularmente en or-
te en el conflicto, pero su función de juez super den a la justicia y la igualdad.
partes está supeditada al cumplimiento de los
deberes a los cuales se encuentra jurídico-cons- — El papel de los estereotipos criminales en
titucionalmente obligado y que representan la esos procesos que pone a ciertos individuos, gru-
condición de legitimidad de su pretensión a la pos o clases en posición de vulnerabilidad frente
imposición de castigos legales. al sistema penal.

VI. La necesidad de recuperar las conexio- — Los efectos criminógenos del propio siste-
nes entre la dogmática y la política ma penal, en particular el sistema carcelario y
los modos de control social e investigación de la
La visión reduccionista de la criminología se policía.
encuentra enfrentada con una versión amplia
que incluye en su horizonte de incumbencias — Las limitaciones conceptuales del ideal co-
a la reflexión política acerca de sus contenidos rreccionalista y su imposibilidad práctica.
y de su rol social. Esa versión, que recuperó
la línea que orientó a la dogmática en sus ini- — La “cifra negra” del delito y el carácter de
cios, tuvo su auge a partir de la década de 1960, construcción que reviste la estadística penal.
cuando comenzó a realizar contribuciones fun-
damentales para la comprensión del fenómeno — Las funciones latentes y deletéreas de los
del crimen y el castigo, que reclaman una aper- sistemas de juzgamiento, de la cárcel y de la la-
tura de la dogmática jurídica a su considera- bor policial, que corren paralelas a sus funciones
ción, tales como (27): manifiestas.

— La noción de que el “delito” es una construc- — La puesta en crisis de arraigadas ficciones


ción que se define siguiendo la dinámica de los como la “universalidad” de los valores prote-
conflictos sociales y políticos. gidos por el derecho penal, la existencia de un
legislador racional, la neutralidad de la persecu-
— La existencia de procesos de criminaliza- ción penal, etc.
ción secundaria con orientaciones y funcionali-
dades diversas respecto del programa de crimi- — La puesta en crisis del mito de la sociedad
nalización formal. integrada con el descubrimiento de fracturas y
fragmentaciones de grupos o de clase que inci-
den sobre la construcción y el rol cumplido por
derechos del individuo por sobre los del Estado; la elec-
el derecho penal.
ción por una concepción ex parte populis en lugar de ex
parte principii podrá constituir un presupuesto valorativo — La crisis de la pena de encierro desde cual-
que quizás no se comparta, pero entendemos que es ne- quier perspectiva que la fundamente.
cesario partir de allá en el momento actual del desarrollo
—y sobre todo peligrosa involución— de los valores de la — El papel de los empresarios morales en la
civilización occidental. promoción de reformas legislativas general-
(26) Que no se satisface con el derecho de voto sino con mente enderezadas a ampliar la criminalización
el goce de todos los derechos fundamentales o, por lo me- formal en procura de la protección de intereses
nos, por el esfuerzo eficaz del Estado en igualar las chan- particulares o de grupo, que genera una tenden-
ces y posibilidades de disfrute. En general, sobre la vincu- cia a su expansión indiscriminada, que invalida
lación entre el problema de la ciudadanía y la legitimidad
del ordenamiento, Virgolini, Julio, La razón ausente, Ed.
la necesaria armonía del sistema sancionatorio y
Del Puerto, Buenos Aires 2005, parte cuarta y apéndice, conculca garantías fundamentales.
pág. 205 y ss. y 269 y ss.
(27) Pueden consultarse al respecto las obras citadas en
— La diferenciación entre el sistema penal y el
la nota 14. En el plano de la dogmática, la obra de Zaffaro- derecho penal, y cómo este último debe definir
ni, Alagia y Slokar citada en la nota 4 fue particularmente su rol en el sentido de la legitimación o bien de la
receptiva de estas investigaciones. limitación o contención del primero.

AÑO v • Nº 07 • agosto 2015 - Derecho Penal y Criminología • 83


DPyC Derecho Penal doctrina

— La desigualdad estructural de un sistema pe- sión o comportamiento desviado, en el fondo


nal de actuación a dos velocidades, con fuerte pre- no es más que desobediencia. La ciencia penal
sencia y actuación material en el área de los deli- recubre de fantasmas y de máscaras esa esencia,
tos atribuidos a los sectores de la desdicha social, recurriendo, entre otras cosas, algunas materia-
que contrasta con su valencia predominantemen- les y otras ficcionales, al concepto de bien jurídi-
te simbólica o inefectiva en el área de los delitos co (28), pero de lo que se trata, en términos polí-
atribuidos a los sectores dominantes de los circui- ticos, es de desobediencia.
tos de la producción y la circulación de la riqueza.
Hay situaciones en las que la desobediencia, el
VII. Final desconocimiento, la rebeldía frente a las reglas de
un derecho siempre desigual deja de ser la oca-
Todos esos aportes establecen un abismo entre sión de un crimen para convertirse en la resisten-
las ficciones idealistas a las que acude la dogmáti- cia a la opresión; cuando es colectiva u organiza-
ca normativista para justificarse, el funcionamien- da, la llamamos derecho de resistencia; cuando es
to real del sistema penal y el género de relaciones individual, espontánea, desesperada o impulsiva,
políticas en cuyo marco se desenvuelven las fun- la llamamos crimen y le aplicamos la ley.
ciones ostensibles y latentes del sistema penal.
En ausencia de un puente que conecte esos extre- Los penalistas y los criminólogos deben ser cui-
mos, el cometido de la dogmática queda reducido dadosos sobre estas cosas, porque el castigo es el
a la gestión más o menos exitosa de las demandas ámbito de la justicia; en las situaciones en las que
discursivas de las agencias penales, medido ese la ley fundamental ha sido desautorizada por su
éxito en términos de su capacidad de brindar re- inveterada inaplicación, en la que los presupues-
sultados homogéneos y previsibles, por lo general tos materiales de la ciudadanía se han convertido
de carácter formal. Por esta vía, la dogmática se en una quimera inalcanzable, pretender el ape-
transforma en una actividad burocrática recepto- go o la fidelidad a un derecho que no protege al
ra pasiva de los vicios del sistema penal y repro- desvalido, que no ampara al desdichado, es el frío
ductora de sus inequidades y falencias materiales. escalón jurídico de la injusticia. Ser conscientes
de esa injusticia no implica propiciar el perdón
La reconciliación de la labor del penalista con inmerecido ni renunciar a la defensa de los bienes
los discursos políticos sobre el orden obedece a defendibles ni bajar los brazos frente a la violen-
la necesidad de mantener en lo posible el contex- cia, todo lo que sigue constituyendo una de las
to de legitimidad que requiere cualquier acción prestaciones básicas del Estado; pero cuando el
en el área del control social, a partir del hecho de Estado ha desatendido su prestación primordial,
que éste encarna y expresa con claridad el poder que es la de la ciudadanía, se genera un dilema
coactivo del Estado, esto es, el poder político en moral que los penalistas y los criminólogos suelen
sí mismo. La exigencia weberiana de —preten- pasar por alto sobre la base de que los problemas
sión al— monopolio de la coacción como señal de legitimidad pertenecen a una esfera sobrena-
de la existencia de un Estado no puede despren- tural o metafísica del derecho imposible de esti-
derse del igualmente necesario requisito de la bar en conceptos objetivos, o que no encajan en
legitimidad de esa coacción. las limitadas incumbencias de sus cercados, o que
la teoría del delito no ofrece un nivel técnico ade-
Si el castigo legal no es otra cosa que la expre- cuado para examinarlos (29). Es que, en definitiva,
sión del poder político, carece de sentido ignorar más allá de las palabras de la ley, el tema es el de
las determinaciones de la política sobre esa di- la justicia y la injusticia, que suele perderse entre
mensión, a la que normalmente se reduce a una las líneas de tanto trabajo y filigrana intelectual. u
oscura y deslucida faz técnica. Entre las exigen-
cias de la determinación de la política se encuen-
tra la subsistencia de la obligación política, esto (28) El concepto de bien jurídico es importante por ra-
es, el estatuto por el cual el soberano tiene el de- zones sistemáticas, pero además es necesario y saludable,
por cuanto representa el mejor y más firme anclaje del sis-
recho a mandar —y por lo tanto a castigar la des- tema normativo a una realidad material, representada por
obediencia— y el súbdito —el ciudadano— tiene las vivencias y los intereses reales de las personas.
el deber de observar el orden normativo vigente.
(29) Es que el examen de la legitimidad puede invalidar
Es que en el tramo de realidad que penalistas y todo el proceso de análisis estratificado de los presupuestos
criminólogos recorren, el objeto de su quehacer, del delito, que carecería de sentido en presencia de un dere-
llámese delito, crimen, contravención, transgre- cho ilegítimo.

84 • Derecho Penal y Criminología - AÑO v • Nº 07 • AGOSTO 2015


Criminología
DPyC Criminología DOCTRINA

Homicídios de Jovens Negros em Salvador e as Novas


Tessituras das Cidades (*)
Por Marcia Esteves de Calazans (**)

É indiscutível a centralidade e relev”ncia da tade das mortes de jovens foi provocada por ho-
questão da violência e segurança pública no Bra- micídio. Além dessas mortes, acidentes de trans-
sil contempor”neo. Ainda que os homicídios não porte são responsáveis por mais 19,3% dos óbitos
expressem a criminalidade urbana em sua totali- juvenis, e suicídios adicionam ainda 3,9%.
dade, apontam significativos contornos desta. Os
Em conjunto, essas três causas são responsá-
números são elevados, os jovens, sobremaneira,
veis por quase dois terços (62,8%) das mortes dos
são atores principais, ou seja, atingem uma ca-
jovens brasileiros. Segundo o autor, o jovem do
tegoria bem definida —jovens negros— e loca-
Norte e Nordeste do país coloca-se em propor-
lizam-se em determinadas áreas integradas de
ções bem mais elevadas, não somente por causas
segurança pública. Ou seja, ao mesmo tempo em externas, mas também por causas naturais, o que
que dão visibilidade à desigualdade no que diz pode evidenciar o acesso e precariedade do siste-
respeito ao acesso desta população a serviços, ma de saúde nesta região. Respectivamente, são
também o fazem quanto à forma como a violên- 77 e 23% na população jovem, ficando os homicí-
cia é distribuída na metrópole e como a política dios com 50,7% na morte por causas externas.
pública de segurança intervém no território. Se
por um lado a violência letal aponta uma catego- Conforme o autor, esse diferencial nos ritmos
ria social bem definida, levando ao risco de uma de evolução da mortalidade indica a existência
associação à imagem da periferia, por outro é im- de processos diversos. Isso se deve ao fato de as
portante pensarmos que se trata de uma temáti- características da mortalidade juvenil não terem
ca urbana, da vida nas cidades, como a garantia permanecido congeladas ao longo do tempo,
de direitos fundamentais, o acesso a serviços tais mas mudado radicalmente sua configuração a
como saúde, educação, saneamento, cultura, es- partir do que poderíamos denominar “novos pa-
porte e lazer. drões da mortalidade juvenil”. Esse novo padrão
evidencia a morte por causas externas e o maior
Em recente estudo, Waiselfisz (2013) aponta responsável são os homicídios.
que as causas externas na população jovem são
responsáveis por 73,6% das mortes. Em alguns A Bahia está entre os cinco Estados que mais
Estados como Alagoas, Bahia, Pernambuco, Es- sofreram com o aumento da violência na década,
pírito Santo e no Distrito Federal, mais da me- sendo um dos que apresentou as mais altas taxas
de homicídios, com 195% —entre os anos 2000
e 2010—.
(*) Este trabalho contou com a colaboração de Paula
Melo e Rafael Casais, bolsistas de Iniciação Científica jun- Reconhecendo a centralidade desta temática
to ao Núcleo de Estudos e Pesquisas Interdisciplinares so- no cenário atual, o presente artigo se propõe a
bre Violências, Democracia, Controle Social e Cidadania analisar o significado das novas políticas públi-
UCSAL/CNPq. cas de segurança centradas na questão do terri-
(**) Doutora em Sociologia — UFRGS. Ph.D em Violên- tório, a partir dos primeiros resultados de uma
cia, Democracia e Segurança Cidadã USP/UFRGS/INCT. pesquisa em curso na cidade de Salvador: Orga-
Professora e Pesquisadora no Programa de Pós-graduação nização Social do Território e Homicídios de Jo-
em Políticas Sociais e Cidadania da Universidade Católi-
ca do Salvador — Bahia. Pesquisadora do Observatório
vens em Salvador.
das Metrópoles INCT-CNPq. Coordenadora do Núcleo de
Refletir, sobretudo, em que medida os novos
Estudos e Pesquisas Interdisciplinares sobre Violências,
Democracia, Controle Social e Cidadania UCSAL/CNPq. padrões da mortalidade juvenil, que vêm se de-
Coordenadora da pesquisa Organização Social do Territó- senhando em Salvador, têm sido impactados pe-
rio e Homicídios de Jovens Negros em Salvador. las novas políticas públicas de segurança.

AÑO v • Nº 07 • agosto 2015 - Derecho Penal y Criminología • 87


DPyC Criminología doctrina

Assim, este capítulo se propõe analisar as taxas demos interpretar tais reduções necessariamen-
de homicídios em Salvador no período de 2010- te como impacto da política pública de segu-
2011, partindo dos indicadores apresentados rança e das bases comunitárias de segurança. E,
pela Secretaria de Segurança Pública do Estado ainda, podemos afirmar que há concentração de
da Bahia, considerando as áreas integradas de homicídios em determinadas áreas integradas
segurança pública. de segurança pública, como no caso das AISP em
questão.
Na Portaria nº 184, de 21 de março de 2007,
o secretário de Segurança Pública do Estado da No entanto, devemos considerar a fragilidade
Bahia fixa as áreas integradas de Segurança Pú- da fonte, pois a Secretaria de Segurança do Esta-
blica para atuação das unidades operacionais da do da Bahia vem, sistematicamente, alterando o
Polícia Civil e da Polícia Militar. desenho das AISP, o que resulta em um “embara-
lhar as cartas” quando se trata de analisar a evo-
Considerando a necessidade de dar conse-
lução dos dados, pois há uma troca sistemática
cução aos trabalhos de integração operacional
na base da circunscrição, a saber, a circunscrição
entre os órgãos que compõem o Sistema Esta-
territorial das áreas integradas e o número cor-
dual da Segurança Pública; Considerando que
respondente as AISP. Destacamos que no perí-
o aumento e migração populacional geram pro-
odo de 2010-2011 identificam-se como AISP 16
blemas de ordem estratégicas, táticas e opera-
os bairros Periperi, Fazenda Coutos, Paripe, Ilha
cionais; Considerando que o geoprocessamento
Amarela, Rio Sena, Praia Grande, mas em 2012
dará maior visibilidade ao processo de integra-
passa a ser o bairro da Pituba (1).
ção entre os órgãos e em consequência melhores
resultados; Considerando que o controle da vio- Portanto, se o leitor consultar a base de dados
lência e da criminalidade por meio da soma de disponibilizada no site da Secretaria de Seguran-
esforços, prescinde de atuação planejada e inte- ça Pública da Bahia do ano de 2012, deve tomar
grada; Considerando a deliberação de ampliar a cuidado e considerar que atualmente a AISP 11
eficiência policial; Considerando a necessidade (2012) Tancredo Neves corresponde à antiga
de se reduzir a criminalidade, em todas as suas AISP 13 (2010-2011). E hoje a AISP 5 (2012) Pe-
formas. R E S O L V E: I — Fixar vinte e uma Áreas riperi corresponde à antiga AISP 16 (2010-2011).
Integradas de Segurança Pública (AISP) na cida- Desta forma, se utilizarmos a fonte da Secreta-
de do Salvador, que serão compostas pelas loca- ria de Segurança Pública sem esta informação
lidades inseridas em cada área e limitadas pelos (a qual não está no site da mesma, ainda que os
logradouros abaixo da forma que se segue [...]. dados lá estejam), à primeira vista parecerá que
houve significativa redução nas taxas de homicí-
A partir de então a cidade passa a ser dividida
dios dolosos, o que não é verdade. Consideran-
em áreas integradas de segurança pública (AISP),
do esta informação, observar no quadro a seguir
definindo a inclusão de bairros e delimitando os
as AISP 11 (TANCREDO NEVES: Granjas Rurais
limites territoriais dessas para as competências
Presidente Vargas, Jardim Santo Inácio, Calabe-
da Polícia Civil e da Polícia Militar e é lá onde se
tão, Mata Escura, Sussuarana, Nova Sussuarana,
materializa a política pública de segurança.
Novo Horizonte, Barreiras, Arraial do Retiro, Bei-
Como em outras metrópoles brasileiras, as ta- ru/Tancredo Neves, Arenoso, Engomadeira, São
xas de homicídios vêm se mostrando crescentes Gonçalo, Cabula, Cabula VI, Resgate, Narandiba,
em determinadas AISP da cidade de Salvador.
Escolhemos as áreas AISP 13 e AISP 16 pelo (1) Importante observar que para os anos de 2010 e
2011 a AISP 13 corresponde a TANCREDO NEVES: Naran-
fato de estas apresentarem no período 2010-2011 diba, Engomadeira, Tancredo Neves, Doron, São Gonçalo
taxas elevadas. E considerando que houve alte- do Retiro. E AISP 16 — PERIPERI: Periperi, Fazenda Cou-
ração na base da metodologia, sobretudo quanto tos, Paripe, Ilha Amarela, Rio Sena, Praia Grande. No novo
à circunscrição do campo —mas considerando desenho das AISP para 2012, a AISP 13 — CAJAZEIRAS
tais alterações— levamos em conta as regiões e corresponde a Águas Claras, Cajazeiras II, Cajazeiras IV,
Cajazeiras V, Cajazeiras VI, Cajazeiras VII, Cajazeiras VII,
bairros que as definiam para 2012. E estas tam- Cajazeiras X, Cajazeiras XI, Fazenda Grande I, Fazenda
bém apresentaram elevação. Em que pese, gros- Grande II, Fazenda Grande III, Fazenda Grande IV, Jagua-
so modo, apresentar redução no cômputo geral ripe e Boca da Mata. Já a AISP 16 — PITUBA: Pituba, Cam-
das taxas para a cidade e em uma AISP, não po- inho das Árvores e Itaigara.

88 • Derecho Penal y Criminología - AÑO v • Nº 07 • AGOSTO 2015


DPyC Marcia Esteves de Calazans

Doron, Saboeiro, Pernambués, Saramandaia, Centro Administrativo da Bahia) e AISP 05 (PERIPERI:


Ilha de Maré, São Tomé, Paripe, Fazenda Coutos, Coutos, Nova Constituinte, Periperi, Praia Grande,
Rio Sena, Alto da Terezinha, Itacaranha, Plataforma, São João do Cabrito, Alto do Cabrito, Lobato,
Santa Luzia) para o ano de 2012.
Ao observarmos as tabelas da distribuição dos homicídios em Salvador, é possível asseverar que os
crimes contra a pessoa estão sobremaneira concentrados na periferia da cidade.
Vejamos os homicídios dolosos em Salvador, referente ao ano de 2012
Tabela 1: Homicídios dolosos em 2012

HOMICÍDIOS DOLOSOS 2012


AISP AISP AISP AISP AISP AISP AISP AISP AISP AISP AISP AISP AISP AISP AISP AISP TOTAL
01 02 03 04 05 06 07 08 09 10 11 12 13 14 15 16
JANEIRO 7 10 9 13 23 4 5 6 9 17 14 16 11 1 0 0 145
FEVEREIRO 5 11 14 10 22 9 1 11 10 24 25 12 19 1 4 1 179
MARÇO 4 15 14 16 18 3 1 8 5 10 20 9 10 1 2 0 136
ABRIL 4 11 14 11 24 2 2 4 6 19 15 15 11 1 1 1 141
MAIO 4 14 10 11 13 5 5 3 0 10 20 13 7 0 1 0 116
JUNHO 4 8 6 10 15 4 3 1 7 1 20 13 7 0 1 0 100
JULHO 2 12 9 13 18 8 2 4 3 6 28 5 13 1 1 1 126
AGOSTO 8 10 8 11 24 11 0 3 3 9 14 16 12 0 2 0 131
SETEMBRO 3 9 10 9 24 8 4 2 7 6 23 11 11 0 5 0 132
OUTUBRO 5 7 10 10 20 2 0 3 4 7 20 13 10 0 3 1 115
NOVEMBRO 3 9 6 13 21 2 1 7 2 15 17 20 5 0 5 1 127
DEZEMBRO 6 11 6 9 21 7 0 5 1 11 20 15 14 1 0 1 128
TOTAL 55 127 116 136 243 65 24 57 57 135 236 158 130 6 25 6 1.576

Fonte: Secretaria de Segurança Pública do Estado da Bahia.

Para 2010 e 2011 podemos observar as AISPs 13 (Narandiba, Engomadeira, Tancredo Neves, Doron,
São Gonçalo do Retiro, Resgat) e AISP 16 (Periperi, Fazenda Coutos, Paripe, Ilha Amarela, Rio Sena,
Praia Grande), pois, conforme referido, nestas circunscrições a delimitação territorial compreende os
mesmos bairros. Optamos trabalhar com 2010-2011 tendo em vista que há maior qualidade corres-
ponde ano/espaço territorial.

AÑO v • Nº 07 • agosto 2015 - Derecho Penal y Criminología • 89


DPyC Criminología doctrina

Homicídios dolosos em Salvador — 2010 (2)


Tabela 2: Homicídios dolosos em 2010

HOMICÍDIOS DOLOSOS 2010


AISP AISP AISP AISP AISP AISP AISP AISP AISP AISP AISP AISP AISP AISP AISP AISP TOTAL
1 2 3 4 5 6 7 8 10 12 13 16 17 18 19 20
JANEIRO 1 7 4 7 8 6 11 0 8 6 23 30 13 10 11 10 155
FEVEREIRO 1 2 3 11 0 1 14 0 10 2 17 21 21 13 5 4 125
MARÇO 1 1 4 13 14 8 20 0 26 4 10 29 12 13 11 12 178
ABRIL 0 2 5 10 2 0 11 1 15 1 15 27 13 15 8 11 136
MAIO 0 2 1 13 4 6 14 1 16 7 20 27 25 15 10 10 171
JUNHO 1 4 3 8 7 6 8 0 13 8 20 26 6 14 14 14 152
JULHO 0 0 1 8 12 5 2 2 10 7 18 17 21 8 7 4 122
AGOSTO 0 3 3 12 5 4 12 0 14 4 5 7 14 4 12 3 102
SETEMBRO 0 2 4 7 6 4 7 1 9 3 12 13 11 14 6 7 106
OUTUBRO 0 0 4 7 7 7 5 0 13 4 12 11 11 13 8 6 108
NOVEMBRO 2 6 4 7 5 4 10 1 9 5 13 18 10 15 6 12 127
DEZEMBRO 1 3 4 2 10 6 9 1 15 4 18 25 13 19 7 20 157
TOTAL 7 32 40 105 80 57 123 7 158 55 183 251 170 153 105 113 1639

Fonte: Secretaria de Segurança Pública do Estado da Bahia.

(2) AISP 1 — BARRA: Barra, Graça e Vitória. AISP 2 — BARRIS: Barris, Canela, Garcia, Centro, Centro Histórico,
Santo Antônio, Barbalho, Baixa de Quintas, Macaúbas, Saúde, Nazaré e Tororó. AISP 3 — RIO VERMELHO: Fede-
ração, Engenho Velho da Federação, Alto das Pombas, Calabar, Ondina, Rio Vermelho, Nordeste de Amaralina. AISP
4 — BOMFIM: Ribeira, Mangueira, Caminho de Areia, Monte Serrat, Bonfim, Massaranduba, Boa Viagem, Vila Ruy
Barbosa/Jardim Cruzeiro, Roma, Uruguai, Mares, Calçada, Comercio, Santa Luzia, Boa Vista de São Caetano. AISP
5 — BROTAS: Santo Agostinho, Matatu, Vila Laura, Luiz Anselmo, Cosme de Farias, Boa Vista de Brotas, Engenho
Velho de Brotas, Acupe, Brotas e Candeal. AISP 7 — LIBERDADE: Liberdade, Curuzú, Santa Mônica, Pero Vaz, IAPI,
Lapinha, Caixa D’Água, Pau Miúdo, Baixa de Quintas e Cidade Nova. AISP 8 — PITUBA: Pituba, Caminho das Árvo-
res e Itaigara. AISP 10 — SÃO CAETANO: Pirajá, Marechal Rondon, Campinas de Pirajá, Boa Vista de São Caetano,
Capelinha, São Caetano, Bom Juá, Fazenda Grande do Retiro e Retiro. AISP 12 — BOCA DO RIO: Costa Azul, STIEP,
Jardim Armação, Boca do Rio, Imbui, Pituaçu. AISP 13 — TANCREDO NEVES: Granjas Rurais Presidente Vargas,
Jardim Santo Inácio, Calabetão, Mata Escura, Sussuarana, Nova Sussuarana, Novo Horizonte, Barreiras, Arraial do
Retiro, Beiru/Tancredo Neves, São Gonçalo, Engomadeira, Arenoso, Cabula VI, Cabula, Resgate, Saboeiro, Doron,
Narandiba, Pernambues, Saramandaia, Centro Administrativo da Bahia. AISP 16 — PERIPERI: Ilha de Maré, São
Tomé, Paripe, Fazenda Coutos, Nova Constituinte, Periperi, Praia Grande, Rio Sena, Alta da Terezinha, Itacaranha,
Plataforma, São João do Cabrito, Alto do Cabrito, Lobato, Santa Luzia, Boa Vista de São Caetano. AISP 17 — CIA:
Moradas da Lagoa, Valéria e Palestina. AISP 18 — PAU DA LIMA: Castelo Branco, Vila Canaria, Dom Avelar, Porto
Seco Pirajá, Jardim Cajazeiras, Pau da Lima, São Marcos, Sete de Abril, Jardim Nova Esperança, Novo Marotinho,
Canabrava, Nova Brasília, São Rafael, Vale dos Lagos, Trobogy. ASIP 19 — CAJAZEIRAS: Águas Claras, Cajazeiras VI,
Cajazeiras VII, Cajazeiras IV, Cajazeiras V, Cajazeiras II, Cajazeiras VIII, Cajazeiras X, Cajazeiras IX, Fazenda Grande
I, Fazenda Grande II, Fazenda Grande III, Fazenda Grande IV, Jaguaripe I, Boca da Mata. AISP 20 — ITAPUÃ: Nova
Esperança, Cassange, Itinga, Jardim das Margaridas, São Cristóvão, Mussurunga, Aeroporto, Bairro da Paz, Stella
Maris, Itapuã, Piatã, Patamares.

90 • Derecho Penal y Criminología - AÑO v • Nº 07 • AGOSTO 2015


DPyC Marcia Esteves de Calazans

Homicídios dolosos em Salvador — 2011 (3):

Tabela 3: Homicídios dolosos em Salvador — 2011

HOMICÍDIOS DOLOSOS 2011


AISP AISP AISP AISP AISP AISP AISP AISP AISP AISP AISP AISP AISP AISP AISP AISP TOTAL
1 2 3 4 5 6 7 8 10 12 13 16 17 18 19 20
JANEIRO 4 1 3 7 8 5 12 1 15 4 11 19 15 10 7 11 133
FEVEREIRO 1 4 2 9 6 7 10 2 15 1 13 17 12 17 11 10 137
MARÇO 0 1 7 15 3 3 15 0 13 6 13 10 12 11 5 8 122
ABRIL 0 3 0 5 10 2 12 1 10 5 17 28 6 14 6 16 135
MAIO 3 2 5 9 4 0 10 0 11 2 30 27 10 8 8 9 138
JUNHO 0 2 4 7 6 1 9 0 9 2 20 22 5 18 6 15 126
JULHO 1 6 6 8 5 2 10 3 10 1 18 16 5 16 12 14 133
AGOSTO 3 3 3 6 4 5 6 0 16 4 28 16 10 15 9 4 132
SETEMBRO 0 2 1 5 3 0 6 1 10 4 13 18 15 19 9 12 118
OUTUBRO 0 4 4 7 1 0 9 1 20 12 16 14 9 10 11 6 124
NOVEMBRO 0 7 2 5 2 2 8 0 14 2 17 12 9 20 10 6 116
DEZEMBRO 1 1 2 10 5 2 14 1 12 4 10 6 12 14 6 10 110
TOTAL 13 36 39 93 57 29 121 10 155 47 206 205 120 172 100 121 1524

Fonte: Secretaria Estadual de Segurança Pública da Bahia

Considerações sobre 2010 e 2011


A AISP 13 (Narandiba, Engomadeira, Tancredo Neves, Doron, São Gonçalo do Retiro, Resgat), nos
anos de 2010-2011 teve um aumento de 58 homicídios, e a AISP 16 (Periperi, Fazenda Coutos, Paripe,
Ilha Amarela, Rio Sena, Praia Grande) uma redução de 46 mortes por homicídio.
Em que pese a redução na AISP 16, a primeira hipótese alternativa que surge é que essa evolução
poderia simplesmente acompanhar a tendência geral na cidade que apresenta redução. Isto é, se a
violência letal estiver caindo na cidade, a redução dos homicídios nas AISP seria também esperada na
ausência do programa e, portanto, não poderia ser atribuída a ele. Para poder concluir pelo impacto
positivo de uma política pública, seria preciso evidenciar uma queda nas AISP e nas bases comunitá-
rias superior à obtida na população em geral.

(3) AISP 1 — BARRA: Barra, Graça e Vitória. AISP 2 — BARRIS: Barris, Canela, Garcia, Centro, Centro Histórico, Santo
Antônio, Barbalho, Baixa de Quintas, Macaúbas, Saúde, Nazaré e Tororó. AISP 3 — RIO VERMELHO: Federação, Engenho
Velho da Federação, Alto das Pombas, Calabar, Ondina, Rio Vermelho, Nordeste de Amaralina. AISP 4 — BOMFIM: Ribei-
ra, Mangueira, Caminho de Areia, Monte Serrat, Bonfim, Massaranduba, Boa Viagem, Vila Ruy Barbosa/Jardim Cruzeiro,
Roma, Uruguai, Mares, Calçada, Comércio, Santa Luzia, Boa Vista de São Caetano. AISP 5 — BROTAS: Santo Agostinho,
Matatu, Vila Laura, Luiz Anselmo, Cosme de Farias, Boa Vista de Brotas, Engenho Velho de Brotas, Acupe, Brotas e Candeal.
AISP 7 — LIBERDADE: Liberdade, Curuzú, Santa Mônica, Pero Vaz, IAPI, Lapinha, Caixa D’Água, Pau Miúdo, Baixa de
Quintas e Cidade Nova. AISP 8 — PITUBA: Pituba, Caminho das Árvores e Itaigara. AISP 10 — SÃO CAETANO: Pirajá, Mare-
chal Rondon, Campinas de Pirajá, Boa Vista de São Caetano, Capelinha, São Caetano, Bom Juá, Fazenda Grande do Retiro
e Retiro. AISP 12 — BOCA DO RIO: Costa Azul, STIEP, Jardim Armação, Boca do Rio, Imbui, Pituaçu. AISP 13 — TANCRE-
DO NEVES: Granjas Rurais Presidente Vargas, Jardim Santo Inácio, Calabetão, Mata Escura, Sussuarana, Nova Sussuarana,
Novo Horizonte, Barreiras, Arraial do Retiro, Beiru/Tancredo Neves, São Gonçalo, Engomadeira, Arenoso, Cabula VI, Cabu-
la, Resgate, Saboeiro, Doron, Narandiba, Pernambues, Saramandaia, Centro Administrativo da Bahia. AISP 16 — PERIPERI:
Ilha de Maré, São Tomé, Paripe, Fazenda Coutos, Nova Constituinte, Periperi, Praia Grande, Rio Sena, Alta da Terezinha,
Itacaranha, Plataforma, São João do Cabrito, Alto do Cabrito, Lobato, Santa Luzia, Boa Vista de São Caetano. AISP 17 — CIA:
Moradas da Lagoa, Valéria e Palestina. AISP 18 — PAU DA LIMA: Castelo Branco, Vila Canária, Dom Avelar, Porto Seco Pi-
rajá, Jardim Cajazeiras, Pau da Lima, São Marcos, Sete de Abril, Jardim Nova Esperança, Novo Marotinho, Canabrava, Nova
Brasília, São Rafael, Vale dos Lagos, Trobogy. ASIP 19 — CAJAZEIRAS: Águas Claras, Cajazeiras VI, Cajazeiras VII, Cajazeiras
IV, Cajazeiras V, Cajazeiras II, Cajazeiras VIII, Cajazeiras X, Cajazeiras IX, Fazenda Grande I, Fazenda Grande II, Fazenda
Grande III, Fazenda Grande IV, Jaguaripe I, Boca da Mata. AISP 20 — ITAPUÃ: Nova Esperança, Cassange, Itinga, Jardim das
Margaridas, São Cristóvão, Mussurunga, Aeroporto, Bairro da Paz, Stella Maris, Itapuã, Piatã, Patamares.

AÑO v • Nº 07 • agosto 2015 - Derecho Penal y Criminología • 91


DPyC Criminología doctrina

Considerando as alterações das AISP observa- O Mapa da Violência 2012: a cor dos homicídios
mos que de 2010 a 2012, nessas localidades, as no Brasil, segundo Waiselfisz (2013), cujos dados
taxas de homicídios vêm aumentando. A AISP dialogam com informações coletadas pelo Insti-
13, de 2011 para 2012, teve um aumento de 30 tuto Brasileiro de Geografia e Estatística (IBGE),
mortes por homicídio doloso, e a AISP 16 um au- do Sistema de Informações de Mortalidade do Mi-
mento de 38 mortes por homicídio doloso. nistério da Saúde que seguem as orientações da
Organização Mundial de Saúde quanto à forma de
Portanto, ampliando a análise dos dados apre- mensurar e ranquear os diversos países, Estados
sentados e considerando que a Secretaria de e municípios, tem como aceitável a taxa de dez
Segurança Pública do Estado da Bahia altera os mortes para cada cem mil habitantes.
territórios e as circunscrições das AISP, verifica-
mos um aumento do número de homicídios nos As informações presentes colocam-nos em
territórios onde se situam os bairros considerados alerta uma vez que podemos observar que os
populares em contraponto aos espaços elitizados dados de violência letal têm atingido majorita-
como, por exemplo, os bairros Caminho das Árvo- riamente homens, jovens, negros, pouca escola-
res e Graça. Localidades onde há maior densidade ridade e que vivem, em sua maioria, nas zonas
demográfica naturalmente tendem a sofrer com a periféricas de áreas integradas de segurança
abstenção do Estado, demonstrada na ausência pública. E mais, observamos uma tendência de
de serviços básicos como direito à educação de queda no número absoluto de homicídios na po-
qualidade, acessibilidade, habitação, segurança, pulação branca e de aumento no número da po-
etc. Essa população, não obstante os problemas pulação negra, compartilhada entre a população
popularmente conhecidos, é submetida a um pro- geral e a população jovem.
cesso de estigmatização, marginalização e crimi-
nalização através dos mais variados mecanismos Entre 2002 e 2010 há uma evolução do núme-
de poder impostos muitas vezes por uma cultura ro de homicídios no Brasil, passando de 45.997
do medo, que centraliza discursos discriminató- casos para 49.203, em 2010, e as informações da
rios, materializando a exclusão social. raça/cor desses casos é, respectivamente, 41%
branca e 58,6% negra (2002) e 28,5% branca e
Através das tabelas apresentadas percebemos 71,1% negra, o que confirma a tendência já sina-
a concentração de homicídios no subúrbio fer- lizada anteriormente.
roviário. Distante do centro, essa zona, composta
pelos bairros de Periperi, Fazenda Coutos, Pari- Observando os dados da Bahia no mapa da
pe, Ilha Amarela, Rio Sena e Praia Grande, so- Violência 2012, constatamos que a cor e os ín-
fre com o processo de periferização, comum às dices dos homicídios no Brasil, em 2010, são os
cidades que se projetam como grandes centros seguintes: 361 (branca) e 5.069 (negra), o que
urbanos. Esses bairros estão localizados nas ex- corresponde, respectivamente, a uma taxa de
tremidades da zona urbana, numa tentativa de 11,7 e 47,3% da população branca e negra, que
distanciar suas realidades e problemáticas do no Estado da Bahia relaciona-se a 22 e 78%. Isso
modelo civilizatório, marcado pela especulação demonstra o processo de desigualdade o qual a
imobiliária que atua a serviço do neoliberalismo política pública de segurança não alcança, tam-
e da lógica do capital. pouco tem produzido impacto positivo nessas
taxas. O poder estatal que deveria por atribui-
A taxa de homicídios em Salvador leva-nos à ção do soberano — o povo — garantir os direitos
hipótese de que a ausência de garantia dos direi- fundamentais resguardados pela Constituição se
tos fundamentais propicia um cenário favorável expressa nesse campo de ação problemático com
às novas modalidades de relações sociais engen- intervenções, na maioria das vezes, centradas na
dradas em um contexto de precariedade material coerção, visando a estabelecer apenas os limites
e submissão simbólica. E uma vez que a política necessários à manutenção de sua legitimidade e
pública de segurança se materializa nas áreas in- confinamento desses atores em zonas periféricas
tegradas de segurança pública, podemos afirmar de fácil manipulação. Segundo Costa, o Estado
que ela não alcança o processo de desigualdade dribla suas responsabilidades concernentes à
social, tampouco tem produzido impacto positi- criminalidade, utilizando de discursos em que
vo na taxa de homicídios nesses territórios. são relacionados intrinsecamente pobreza (cau-

92 • Derecho Penal y Criminología - AÑO v • Nº 07 • AGOSTO 2015


DPyC Marcia Esteves de Calazans

sa) e criminalidade (efeito). Dessa forma, ainda interesses localizados, agências multilaterais e
segundo o autor, na estrutura urbanística da ci- redes mundiais de cidades. A partir de alguns
dade, essas contradições são evidenciadas pela: centros de decisão e comunicação que, em varia-
1) lógica das áreas homogêneas, explicitadas dos fluxos e interações, parecem conformar um
pela segregação evidente no espaço urbano da campo político de alcance global, os atores que
cidade, e 2) pela ausência de operações públicas participam desse campo realizam as leituras das
municipais de urbanização (COSTA, 2004). cidades e constroem as imagens, tornadas domi-
nantes mediante estratégias discursivas, meios e
A cidade e a política pública de segurança instrumentos para sua difusão e legitimação em
Esta seção se propõe a analisar como as trans- variadas escalas. (Sánchez, 2001, p. 31).
formações das cidades para o século XXI e a nova Ainda segundo a autora, quando tomadas iso-
política de segurança pública através do Pronasci
ladamente, as imagens das “cidades-modelo”
e Planesp (4) estão imbricadas. E, ainda, como a
parecem, para o senso comum, apresentar dito
dimensão territorial articula essas relações ma-
estatuto de “modelos” como resultado apenas
terializadas nas áreas integradas de segurança
do desempenho dos governos das cidades que,
pública.
através de “boas práticas”, conseguiram destacar-
Na virada do século assistimos a mudanças se na ação urbanística, ambiental ou nas práticas
impulsionadas pelo fenômeno da globalização. de gestão das cidades. Essa aparência constrói a
Nos resultados iniciais desta pesquisa percebe- representação do processo de transformação de
mos que a classe, idade, sexo, cor e a raça dos determinados projetos de cidade em “modelos”,
sujeitos estão imbricados na produção das taxas como processo que se dá de dentro para fora,
de homicídios e têm articulação direta com o como se fosse construído apenas e essencial-
território em questão. E tais territórios, AISP, so- mente a partir da ação local dos governos e cida-
frem intervenções espaciais distintas da própria dãos e, posteriormente, descoberto por agentes
política pública de segurança, assim essas áreas externos, difundido em outros “mbitos e escalas.
têm seus controles radicalmente separados e se E assim tem sido na esfera da política pública de
encontram opostos uns aos outros. Esta oposição segurança em que seus programas, sobretudo o
dá-se como uma fratura que assume a forma de Pronasci tem obtido reconhecimento por orga-
antagonismo social, assim os defeitos estruturais nismos internacionais nas avaliações das “boas
do sistema de metabolismo social do capital, ma- práticas” —pelo Banco Interamericano de De-
nifestam-se de várias formas. Dito de outra for- senvolvimento (BID)—.
ma, como um instrumento da modernidade, as
chamadas “cidades-modelo” são representativas Em que pesem as altas taxas de homicídios
da coerção estatal, trazendo consigo a burocra- presentes em determinados territórios urbanos,
cia e a racionalidade instrumental características observamos que, no contexto da reinvenção das
do modo de produção capitalista, funcionan- cidades em “cidades-modelos”, destinou-se a es-
do como um modelizador da subjetivação, en- ses espaços principalmente a intervenção da po-
quanto dispositivo estratégico de um discurso lítica de segurança pública, através do Programa
dominante ocupa-se da sujeição subjetiva das Nacional de Segurança Pública com Cidadania.
próprias pessoas que a compõem, no intuito de O Pronasci foi instituído em outubro de 2007 e
prepará-las para o novo século XXI. E isso nos começou a ser implementado em 2008, é recém-
leva a refletir em que medida os novos padrões
nascido. Seu objetivo é articular ações de seguran-
de mortalidade juvenil estão imbricados com a
ça pública para a prevenção, controle e repressão
produção das novas cidades.
da criminalidade, estabelecendo políticas sociais
As chamadas “cidades-modelo” são imagens e ações de proteção às vítimas. O principal impac-
de marca construídas pela ação combinada de to esperado com o Pronasci é a redução da violên-
governos locais, junto a atores hegemônicos com cia letal no país. E tem quatro focos prioritários. O
primeiro foco é o etário: jovens de 15 a 24 anos;
(4) PRONASCI: Programa Nacional de Segurança com segundo foco é o social: jovens e adolescentes
Cidadania; PLANESP: Plano Estadual de Segurança Pú- egressos do sistema prisional ou em situação de
blica. moradores de rua, famílias expostas à violência

AÑO v • Nº 07 • agosto 2015 - Derecho Penal y Criminología • 93


DPyC Criminología doctrina

urbana, vítimas da criminalidade e mulheres em sas ações). Ainda segundo os autores, o Planesp
situação de violência; terceiro foco é o territorial: “apresenta a política de segurança pública do atu-
regiões metropolitanas e aglomerados urbanos al governo, consolidando suas diretrizes e princi-
que apresentem altos índices de homicídios e de pais ações até 2011, que já vêm sendo implantadas
crimes violentos, e o quarto foco é o repressivo: desde o início desta gestão” (PLANESP, 2008, p. 2).
combate ao crime organizado.
Assim, a estratégia definida no programa na-
O impacto da inclusão de intervenções na di- cional de segurança cidadã para se combater a
mensão espacial, através dos programas locais violência se faz presente no Estado da Bahia atra-
no interior do Pronasci, traduz e dá visibilida- vés do Plano Estadual de Segurança Pública:
de às ações do urbanismo contempor”neo nas
políticas de segurança pública. Já é conhecida [...] Implementação de ações preventivas intra
a intervenção espacial e política pública de se- e interinstitucionais e ações repressivas, que con-
gurança em determinados territórios, pois, em sidera também as diretrizes do Governo Federal
certa medida, podemos observar nos projetos de através do Programa Nacional de Segurança Pú-
requalificação urbana nos anos 1970, por exem- blica com Cidadania — PRONASCI, reveladas,
plo, os quais tratavam de estratégias de gentrifi- neste plano, em duas diretrizes: Modernização
cação, o chamado Projeto Renascença. E mesmo do Sistema de Segurança Pública e valorização
do servidor policial e redução da violência e da
nas décadas de 1990/2000 observamos interven-
insegurança. (PLANESP, 2008, p. 2).
ções deste tipo em algumas cidades impulsiona-
das pela especulação imobiliária. Nesse sentido O Pacto pela Vida faz a interlocução do Pro-
não há uma linearidade, o que temos observado grama Nacional de Segurança Cidadã e o Plano
no país são diferentes lógicas de intervenções na Estadual de Segurança Pública.
dimensão espacial, com a política pública de se-
gurança. Cabe ressaltar que é no segundo gover- Conforme Dias, Silva e Cordeiro (2011), o Pacto
no Lula que o uso racional dos conceitos típicos pela Vida é um Programa de Estado lançado, ofi-
de intervenção na dimensão espacial coloca-se cialmente, em seis de junho de 2011, pelo governo
como indissociável à estruturação de novos con- da Bahia, inserindo-se em um pacote de ações na
tornos para a política pública de segurança e área da Segurança Pública, “que envolve a articula-
reafirma e oficializa a inclusão da dimensão es- ção entre sociedade, Ministério Público, Defensoria
pacial na Política Nacional de Segurança Públi- Pública e poderes Judiciário, Legislativo e Executi-
ca, através dos Programas Locais (Território de vo Estadual, Federal e Municipais” (SECOM, 2011).
Paz; Integração do Jovem e da Família; Seguran-
A liderança do Pacto “é feita diretamente pelo
ça e Convivência), os quais se materializam nas
governador da Bahia, que dirigirá esforços de 13
AISP e nas Bases Comunitárias de Segurança, e Secretarias de Estado, com o objetivo principal
das ações estruturais: modernização das institui- de reduzir os índices de violência, com ênfase na
ções de segurança pública e do sistema prisional; diminuição dos crimes contra a vida e contra o
valorização dos profissionais de segurança pú- patrimônio” (PACTO PELA VIDA, 2011, p. 2). E
blica e agentes penitenciários; enfrentamento à este se materializa através das AISP.
corrupção policial e ao crime organizado, sobre
a vitimização e letalidades policiais. As bases co- O Programa persegue os princípios do Sistema
munitárias de segurança pública podemos dizer Único de Segurança Pública (SUSP) e do Pronasci
que estão imiscuídas entre os Programas Locais e e, ainda, as resoluções das conferências estaduais.
Ações Estruturais.
Portanto, é nas AISP que se materializa a polí-
Segundo Dias, Silva e Cordeiro (2011), na Bahia tica pública de segurança, é onde serão realiza-
o Pronasci, enquanto nova forma de tratar a segu- dos os projetos e ações do Programa como: pre-
rança pública, se dá, primeiramente, com a elei- venção social; ações de enfrentamento ao crack
ção do então governador Jacques Wagner (PT) em e outras drogas; meritocracia para as polícias e,
2007, a criação do Plano Estadual de Segurança finalmente, as Bases Comunitárias de Segurança.
Pública (PLANESP 2008-2011) e, posteriormen- Ou seja, as AISP são o aspecto mais visível da po-
te, com o lançamento do Programa Pacto pela lítica de segurança pública nacional e estadual.
Vida em 2011 (que irá reverberar nas mais diver- E agregam-se a essas intervenções na dimensão

94 • Derecho Penal y Criminología - AÑO v • Nº 07 • AGOSTO 2015


DPyC Marcia Esteves de Calazans

espacial, a saber: as bases comunitárias de segu- um “governo mundial” e favorece a realização


rança pública. Portanto, como dito anteriormen- dos imperativos do capital.
te a recente política, possui conotação espacial,
não se coloca como novo. Como afirma Sánchez:

Conforme prescrito pela Política Pública de Trata-se de uma retórica persuasiva que, em sua
Segurança, a base comunitária de segurança tem vertente urbana, configura uma agenda para as ci-
como representação um equipamento de po- dades, tornada dominante, com pautas definidas
liciamento comunitário, cuja função dentro da para ações e programas, em uma afirmação políti-
política pública de segurança é promover a se- ca da hegemonia do pensamento e ação sobre as
gurança e a convivência pacífica em localidades cidades. Como instrumento de consolidação des-
identificadas como críticas, visando à integração sa agenda urbana, são desenvolvidas políticas de
das instituições de segurança pública com a co- promoção e legitimação de certos projetos de ci-
munidade local, além de reduzir os índices de dade. Esses projetos são difundidos como emble-
violência e criminalidade. mas da época presente. Sua imagem publicitária
são as chamadas “cidades-modelo” e seus pontos
Na Bahia, já foram instaladas seis, a saber: de irradiação coincidem com as inst”ncias políti-
Base Comunitária de Segurança do Calabar cas de produção de discursos: governos locais em
(27/04/11), Bases Comunitárias de Seguran- associação com as mídias; instituições suprana-
ça do Complexo de Amaralina: Nordeste de cionais, como a Comunidade Europeia e agências
Amaralina, Santa Cruz e Vale das Pedrinhas multilaterais. (2001, p. 32).
(27/09/11); Base Comunitária de Segurança
Desta forma, assistimos a um fenômeno recen-
de Fazenda Coutos (16/01/12); Base Comuni-
te (Sánchez, 2001), que é a transformação das ci-
tária de Segurança de Itinga (Lauro de Freitas)
dades em mercadorias, o que aponta que a mer-
(15/08/12). Mas se os indicadores estão apon-
cantilização do espaço alcança outro patamar da
tando o crescimento do índice de violência letal
realização do capitalismo. Enquanto orientação
nas áreas estudadas, sugere que tais programas
estratégica está além da import”ncia que a sim-
e política não estão se mostrando suficientes. E
ples venda de parcelas de espaço, uma vez que
por não serem suficientes trazem ainda novos
busca realizar a reorganização da produção su-
elementos, pois o processo de produção do es-
bordinada às cidades e aos centros de decisão. E
paço social é objetivo e subjetivo e as novas ci-
a segurança é um ativo desta escala de valor que
dades-modelos têm priorizado a reorganização
evidencia um novo fenômeno do mercado de ci-
territorial. Segundo Sánchez (2001), como parte
dades, que é a produção global do espaço social.
da racionalidade do capitalismo, potencializa-
dor desta reorganização territorial, com vistas à A identificação desses elos políticos entre as
eficiência econômica, introduz formas moder- agências multilaterais de cooperação e alguns dos
nas de dominação. E, assim, a dimensão espa- principais ideólogos encarregados da difusão do
cial ganha forma de representação de imagens “novo modelo de gestão urbana” (constitutiva-
adequadas, o que corrobora para percebermos mente vinculado às representações e práticas da
a import”ncia que tem adquirido a dimensão Cidade-mercadoria), permite-nos o entendimento
espacial através do Programa Nacional de Segu- das conexões entre o chamado “pensamento glo-
rança Pública com Cidadania no contexto das bal” e a ideologia neoliberal. (Sánchez, 2001, p. 32).
“novas cidades”, a city marketing enquanto fer-
ramenta de política pública. Segundo a autora (2001, p. 32), a fase atual do
capitalismo só se realiza produzindo um novo es-
Portanto, pensar as taxas de homicídios nas paço, pressionado pelas novas exigências da acu-
áreas integradas de segurança pública, sobretu- mulação, mediante suas lógicas e estratégias à es-
do o crescimento destas taxas e quem está sob o cala mundial. Na produção desse espaço operam
risco maior de compor tais estatísticas, nos leva agentes e interesses combinados em diferentes
a pensar que as intervenções na dimensão espa- campos políticos e arranjos territoriais para cada
cial realizadas pela política pública de segurança caso. Sujeitos, instituições, práticas e produtos cir-
compõe a eloquente oratória dos atores hegemô- culam, de maneira relacionada, no “mbito de di-
nicos (agências multilaterais) ao que vem a ser ferentes mercados, materiais e símbolos. Efetiva-

AÑO v • Nº 07 • agosto 2015 - Derecho Penal y Criminología • 95


DPyC Criminología doctrina

mente, a análise do mercado de cidades permite micídios nas regiões citadas na primeira seção des-
identificar a produção, circulação e troca de bens te artigo, sendo esta a periferia, subúrbio da cidade.
materiais junto à produção, circulação e troca de
imagens, linguagens publicitárias e discursos. As- A Baixa do Fiscal —região que, segundo o
sim, o mercado mundial de cidades é movido e, IBGE, pertence ao bairro Calçada— é a localida-
ao mesmo tempo, movimenta outros mercados, de que apresenta considerável violência letal na
mercado de empresas com interesses localizados, cidade do Salvador. Em 2012, foram registrados
empresas e corporações; mercado imobiliário; oito dos dez homicídios de Calçada. Se conside-
mercado de consumo; mercado do turismo; mer- rarmos a população de todo o bairro, a taxa de
homicídios por 100 mil habitantes ao ano (refe-
cado de consultoria em planejamento, e ainda o
rência utilizada pela ONU para medir a violên-
chamado mercado das boas práticas.
cia) chega a exorbitantes 526 — a média em toda
O mercado das chamadas “boas práticas”: as a capital baiana para este ano foi de 65.
agências multilaterais, sob manifestos objetivos
Observamos a diferença entre as taxas de ho-
técnicos, têm implícitos interesses político ide-
micídios, as mais baixas nos bairros nobres, em
ológicos na promoção e difusão internacional
contraponto a uma alta violência na periferia e no
de imagens de “cidades-modelo”. Mediante a subúrbio Ferroviário, onde fica a Baixa do Fiscal.
legitimação de “administrações urbanas compe-
tentes”, “gestões competitivas” ou “planejamento A 2,5 km dali, o bairro Lobato registrou o maior
urbano estratégico”, as agências perseguem a re- aumento no número de vítimas da violência. Pas-
formatação do campo da administração pública sou de 11 homicídios na mesma quantidade de
e do Estado. (Sánchez, 2001, p. 34). dias de 2011 para 22 mortes violentas em 2012, um
aumento de 100% com relação ao ano anterior.
Aqui evidencia o valor simbólico do espaço
através de atividades de representações. Por- Se por um lado as cidades no século XXI, ou as
tanto, é importante compreendermos que os cidades mercadoria, colocam em xeque a cidade
espaços adquirem não apenas qualidades ma- democrática, a qual favorece os fluxos sobre os
teriais, mas também valor simbólico. Cabe res- lugares, a privatização em detrimento do espaço
saltar que as representações simbólicas têm im- público, pensar os homicídios de jovens na cidade
pacto sobre as avaliações e rankings de lugares de Salvador é reconhecer sobremaneira o divórcio
e determinam parte considerável das escolhas da urbs e da civitas (5). Nesta perspectiva, a valo-
locacionais. Estudos têm apontado a valoriza- rização de determinadas áreas em detrimento de
ção do mercado imobiliário em regiões onde as outras afeta a maneira de ser da sociedade e de
bases comunitárias e ou as UPPs foram instala- uma categoria social, como a juventude. E mais,
das. Portanto, materialidade, representação e se a privatização sobrepõe-se ao público, o mer-
imaginação não são mundos separados. Há um cado ao Estado, e se a tendência é que os fluxos
complexo interc”mbio entre a transformação sobreponham-se aos lugares produzindo dester-
material e o simbolismo cultural, entre a rees- ritorialização, por outro a política pública de segu-
truturação de lugares e a construção de iden- rança, com suas intervenções na dimensão espa-
tidades. Desse modo, a cultura é o meio que cial, sugere um esforço de reterritorialização. Ou
relaciona a textura da paisagem ao texto social seja, as novas conflitualidades e os novos padrões
(Sánchez, 2001, p. 35). de mortalidade juvenil sugerem que nessas novas
cidades, nas cidades mercadorias, coabitam des-
Esta seção apresenta os resultados iniciais da territorialização e territorialização.
pesquisa: Organização Social do Território: Ho-
micídios de Jovens em Salvador. Apresentamos neste gráfico o levantamento
dos Boletins de Ocorrências, correspondente aos
O levantamento realizado através dos boletins de meses de abril a julho de 2011, considerando a
ocorrência confirma que há concentração de ho- variável sexo.

96 • Derecho Penal y Criminología - AÑO v • Nº 07 • AGOSTO 2015


DPyC Marcia Esteves de Calazans

Gráfico 1: Homicídios por Sexo

Fonte: Secretaria de Segurança Pública do Estado da Bahia, 2013.

Para os referidos meses abril, maio, junho e julho de 2011, a taxas assim se apresentaram: 155, 184,
179 e 180.
Verificamos que homens são as maiores vítimas de homicídio na cidade de Salvador e região me-
tropolitana. No mês de abril, 146 homens foram mortos, para 9 mulheres no mesmo período. Maio
registrou números maiores, com 170 homens e 14 mulheres; junho com 159 homens e 20 mulheres, e
julho com 171 homens e 9 mulheres.
A juventude não se representa como uma categoria social apenas pelo atributo de idade; é, tam-
bém, uma característica sociocultural. O jovem se assemelha a outros pelas condições socioeconô-
micas em que vive em determinada área de segurança pública, inclusive. Portanto, a juventude é
uma categoria social que considera o fator biológico etário, e as condições sociais nas quais vive esse
jovem. Neste sentido, os dados alarmantes apresentados ao longo deste trabalho apontam que os
homicídios na cidade de Salvador estão colocando em risco determinada categoria social.
Os resultados da pesquisa apontam que a categoria social juventude é a maior vítima de homicídio.
Neste sentido, há atributos que conferem maior vulnerabilidade: jovem, homem, negro e determina-
das áreas integradas de segurança pública. Em que pesem os boletins de ocorrência não possibilita-
rem identificar a cor da vítima, a pesquisa de Wiselfisz (2012, 2013) aponta que são os jovens negros
as maiores vítimas de homicídios no Brasil.
No gráfico a seguir, sobre homicídios na cidade de Salvador, Bahia, apresentamos os números dis-
tribuídos por faixa etária, conforme levantamento realizado em boletins de ocorrência no período de
abril a julho de 2011.

AÑO v • Nº 07 • agosto 2015 - Derecho Penal y Criminología • 97


DPyC Criminología doctrina

Gráfico 2: Homicídios por Idade por Período

Fonte: Secretaria de Segurança Pública do Estado da Bahia, 2013.

Com base no levantamento dos boletins de ocorrências, observa-se que jovens entre 20 e 29 anos
são as principais vítimas de homicídios, no período considerado. Na cidade, durante o mês de abril,
foram 59 mortos; maio registrou 56 óbitos; 48 vítimas em junho e 58 mortes em julho. O gráfico mos-
tra também as outras faixas etárias e os respectivos meses. De certa forma, podemos dizer que no
levantamento realizado no mesmo período pelo Jornal A Tarde a incidência recai sobre a mesma faixa
etária observada nos boletins de ocorrência.

A seguir, apresentamos a distribuição dos dados sobre homicídios, considerando os dias da sema-
na. Mostramos os dias de maior incidência das mortes.
Gráfico 3: Homicídios por dia da semana por mês

Fonte: Secretaria de Segurança Pública do Estado da Bahia, 2013. Levantamento em boletins de ocorrência; abril a
julho de 2011.

Assim, com base na análise dos resultados apresentados, no levantamento realizado nos boletins
de ocorrência, identificamos que os crimes predominam nos finais de semana em relação aos outros
dias. Nos domingos do mês de abril encontramos números expressivos com 37 homicídios; em maio
foram 41 mortes; em junho foram registrados 31 casos aos domingos e em julho foram 39 vítimas.

98 • Derecho Penal y Criminología - AÑO v • Nº 07 • AGOSTO 2015


DPyC Marcia Esteves de Calazans

Conseguimos observar, ainda, que, além de maior incidência em finais de semana (sábado e domin-
go), há prevalência no horário entre 18 e 23h59 min. Ou seja, sobretudo no final da tarde de sábado e
ao longo dia de domingo.
Ainda que possamos observar o período, incidência de dias da semana e horário, a fonte Boletim
de Ocorrências, conforme dados lançados no site da Secretaria de Segurança Pública do Estado da
Bahia, não possibilita identificarmos as motivações. Já a fonte Jornal A Tarde evidencia em algumas
matérias sobre homicídios a motivação para os mesmos. Portanto, na sequência, apresentaremos os
números de homicídios na capital baiana, considerando o período de abril a julho de 2011, identifi-
cando as idades da vítima e suas motivações.

Gráfico 4: Homicídio, as vítimas são homens, correlacionados com a idade e motivações

Fonte: Jornal A Tarde, de abril a julho 2011.

Com relação a dívidas com traficantes, nota- ce, na tentativa de exercitarmos uma aborda-
mos que quatro jovens entre 20 e 29 anos foram gem axiológica que permita uma correlação
mortos. Três entre 30 e 39 anos, dois entre 15 e inequívoca com as variáveis motivacionais
19 anos e com mais de 40 anos. A dificuldade de desses crimes.
escolha entre os motivos a serem explicitados
no gráfico foi solucionada com ideia de repre- Conseguimos verificar facilmente no gráfico
sentar os mais comuns e elucidativos, isso fica que há relativa proximidade dos números de víti-
claro quando observamos os números das mor- mas de traficantes com as vítimas de agentes do
tes sem identificação, classificados aqui como Estado.
“outros”. Jovens entre 20 e 29 anos, segundo o gráfico,
são as principais vítimas de homicídios, dado
Podemos iniciar a análise do gráfico estabe- que encontra correspondência com outras pes-
lecendo questões sobre sua legitimidade por quisas quantitativas.
conta do elevado número de casos sem a ne-
cessária identificação de seus motivos. Dessa No Brasil, a falta de progresso na solução das
forma, partimos para a análise dos dados rela- problemáticas e preenchimento das lacunas
tivizando-os com a intenção de possibilitar a no modelo atual de segurança pública serve
relação com noções cotidianas de fácil alcan- para comprovar o gradativo aumento da mor-

AÑO v • Nº 07 • agosto 2015 - Derecho Penal y Criminología • 99


DPyC Criminología doctrina

talidade dos jovens vítimas de homicídios no o Rap. Nesse sentido a pesquisa tem promovido
país (Waiselfisz, 2012). Isso não seria diferente shows e está produzindo a gravação coletiva de
em Salvador marcada pelos seus altos índices de um CD, qual reúne música e poesia. E, ainda,
violência letal entre a população jovem. estamos construindo/produzindo um documen-
tário conjuntamente com os atores informantes
Num contexto de segregação socioespacial en- da pesquisa-jovens que estão vinculados a ações
contrado em Salvador e região metropolitana, culturais nessas comunidades e em outras, que
podemos identificar variáveis responsáveis pela aparecem com indicadores alarmantes quais
emergência de “ilhas urbanas” marginais e cri- sugerem o genocídio de uma categoria social. A
minalizadas: frágil intervenção do Estado no ação cultural e os espaços construídos por esses
equacionamento da expansão espacial urbanís- jovens têm dado pistas que a expressão artística
tica da cidade; desigualdade de oportunidades tem se colocado como fonte de reexistência re-
para ascensão socioeconômica de categorias sistência à esse Estado que vem promovendo a
menos privilegiadas (como o acesso dos jovens morte de uma parcela definida da população
aos bens de consumo que são impostos pela so- baiana: Jovens Negros.
ciedade); estagnação de políticas públicas que
priorizem a qualificação profissional dos setores Referências
mais pobres e vulneráveis da população; redução
dos postos de trabalho e sua estratificação. Esses Borges, D. C. A. (2009). A pobreza como foco
são alguns dos elementos que reconstroem uma da desordem e da violência. Artigo não publica-
conjuntura formada nas metrópoles e que pro- do, Unesp.
duzem consequências tanto no plano material
quanto no plano simbólico (Carvalho; Souza; Esteves de Calazans, Márcia. Organização do
Pereira, 2004). Território e Homicídios de Jovens Negros em Sal-
vador. Relatório de pesquisa, 2013/2014.
As cidades brasileiras, em especial as que pos-
suem maiores potenciais turísticos, estão sendo Carvalho, I. M. M., Souza, A. G. & Pereira, G.
projetadas mundialmente como mercadorias C. (2004). Polarização e segregação socioespa-
a serem consumidas por um mercado cada vez cial em uma metrópole periférica. Caderno CRH,
mais exigente. Como afirma Sánchez (2001), as 17:281-297.
cidades sofrem um processo de reestruturação
urbanística voltada para a satisfação de uma po- Costa, F. (2004). O lugar da violência: tipolo-
lítica mundial que exige através de cidades-mo- gias urbanas e violência em Salvador. In: O lugar
delo um discurso local em conson”ncia com a
da violência. Editais temáticos — segurança pú-
mídia e instituições supranacionais.
blica.
Esse paradigma que a cidade de Salvador
adotou reflete diretamente na forma de rela- Dias, C., Silva, M. A. & Cordeiro, P. R. O. (2011).
cionamento entre cidade e população. Delimi- Segurança pública com cidadania e a base co-
tando seus espaços e reestabelecendo novas munitária de segurança, do que se trata. In: A
formas de convivência sempre voltada para produção da cidade e a captura do público: que
a imagem que visa a sustentar, refletindo de perspectivas urb. BA.
forma direta em maior distanciamento social
entre os grupos, acentuando a desigualdade Mongin, O. (2009). A condição urbana: a ci-
e a segregação socioespacial responsável pelo dade na era da globalização. São Paulo: Estação
aumento de comunidades marginalizadas e Liberdade.
estigmatizadas.
Sánchez, F. (2001). A reinvenção das cidades
A presente pesquisa segue em curso. Nessa na virada do século; agentes, estratégias e escalas
etapa, junho de 2015, encontra-se desenvolven- de ação política. Revista Sociol. Polít. 16, 31-49.
do grupos focais com jovens (meninas e meni-
nos) e cartografando a ação cultural promovida Secretaria de Segurança Pública. (2008). Plano
por estes, sobretudo o movimento hip-hop, com Estadual de Segurança Pública. Bahia.

100 • Derecho Penal y Criminología - AÑO v • Nº 07 • AGOSTO 2015


DPyC Marcia Esteves de Calazans

Secretaria de Comunicação Social da Bahia. Waiselfisz, J. J. (2010). Mapa da violência. Ana-


(2011). Governo da Bahia lança oficialmente o tomia dos homicídios no Brasil. Centro Brasileiro
Programa Pacto pela Vida. Salvador. [Acesso em: de Estudos Latino-americanos e FLACSO Brasil.
15/03/2013]. Disponível em: http://www.comu-
nicacao.ba.gov.br/noticias/2011/06/06/governo- Waiselfisz, J. J. (2011). Mapa da violência. Os jo-
da-bahia-lanca-oficialmente-oprograma-pacto vens do Brasil: homicídios de mulheres no Brasil.
-pela-vida. Centro Brasileiro de Estudos Latino-americanos
e Flacso Brasil.
Secretaria de Segurança Pública. (2011). Pacto
pela vida. Bahia. Waiselfisz, J. J. (2013). Mapa da violência:
mortes matadas por armas de fogo. Centro Bra-
Sposito, M. E. B. (2010). Capitalismo e urbani- sileiro de Estudos Latino-americanos e Flacso
zação. São Paulo: Contexto. Brasil. u

AÑO v • Nº 07 • agosto 2015 - Derecho Penal y Criminología • 101


DPyC Criminología DOCTRINA

Neurociencias y responsabilidad penal


Por Daniel Gustavo Gorra

Sumario: I. Introducción. — II. Jaque al libre albedrío. — III. Análisis


de caso. — IV. Culpabilidad y justificación del castigo. — V. Conclu-
siones. — VI. Bibliografía.

Siempre se puede decir que la conducta las demandas situacionales proximales acaba
humana es un terreno particularmente difícil. influyendo en las decisiones que anteceden a
B. F. Skinner las conductas delictivas. Esos procesos se han
descrito en términos de operaciones cerebrales
I. Introducción y, con menos precisión, también en términos de
operaciones mentales. Los individuos toman las
El propósito de este trabajo es reflexionar acer- decisiones —y eso se puede monitorizar en la ac-
ca de los avances y aportes de las neurociencias tividad cerebral— que se convierten en sus actos
en el Derecho Penal, en particular, en el ámbito y conductas y 3) Los juristas admiten y re-elabo-
de la culpabilidad y de la pena. Quienes estamos ran sus teorías y modelos acerca de la responsa-
en el estudio del Derecho Penal y de la Crimi- bilidad y el libre albedrío; a la luz de estos avan-
nología hemos advertido el avance de las neu- ces, llegando a cuestionarse si la ‘culpabilidad’
rociencias en las ciencias sociales, por ejemplo —elemento central de la arquitectura del código
en pedagogía y psicología. En este trabajo en- penal— quizás sea una ‘característica’ propia de
tenderemos por neurociencias la disciplina que los humanos que no existe. Las consecuencias
estudia la estructura y la función del desarrollo para la aplicación de la ley penal son drásticas,
químico, farmacológico y patológico del sistema hasta el punto que algunos juristas afirman con
nervioso y cómo sus diferentes elementos inte- toda claridad que la responsabilidad penal no
ractúan dando lugar a las bases biológicas de la existe porque los seres humanos no son sujetos
conducta. con libertad de elección”.
En el Derecho Penal comenzaron a plantearse Las neurociencias contribuyen a profundizar
interrogantes sobre la justificación y la aplicación el estudio de la naturaleza de la conducta hu-
de las sanciones penales, al tomar conocimiento mana, lo que posibilitaría una mejor adecua-
de los estudios del cerebro y el comportamien- ción de las medidas penales ante conductas
to. Los estudios de neurociencias permiten una delictivas. “La neurociencia nos dice que, en el
concepción del derecho penal más reflexiva al momento en que el individuo experimenta algo
momento de seleccionar las estrategias punitivas conscientemente, el cerebro ya ha hecho su tra-
del Estado, y avanzar en un enfoque restaurativo bajo. Cuando somos conscientes de que hemos
de justicia. tomado una decisión, el cerebro ya ha inducido
ese proceso. Todo eso plantea la cuestión de
En concordancia con Pueyo (2013), señalamos si las acciones escapan a nuestro control. Una
tres puntos: “1) Que la biología humana tiene cosa es preocuparse por los atenuantes de la
que ver con la conducta criminal, ya está fuera responsabilidad a causa de una demencia senil
de dudas. Ya se puede plantear el tema sin que o enfermedad cerebral, y algo muy distinto es
los “ortodoxos” se rasguen las vestiduras —es que la conducta de toda persona normal esté
verdad que algunos de ellos ya se han jubilado— también determinada. ¿Debemos abandonar
porque hay numerosas evidencias que sustentan el concepto de responsabilidad personal?”
esta relación; 2) También está fuera de toda duda (Feijoo, 2011).
razonable que la causalidad del comportamiento
criminal, como de cualquier otro, está en la acti- Las neurociencias parecerían demostrar que
vidad mental del sujeto. La forma como son las muchas de las bases filosóficas sobre la concep-
personas psicológicamente en interacción con ción de la pena son erróneas.

102 • Derecho Penal y Criminología - AÑO v • Nº 07 • AGOSTO 2015


DPyC Daniel Gustavo Gorra

II. Jaque al libre albedrío lizarlo. Es decir, el primero ocurría incluso medio
segundo más tarde, aparecía la sensación cons-
Las neurociencias han terminado con el de- ciente de tener libertad de decidir llevar a cabo
bate entre libre albedrío y determinismo. Si bien esa acción” (Manes, 2014, 268). La neuroimagen
su agonía había comenzado con los avances de demuestra que cuando tomamos una decisión,
la psicología, las neurociencias le dieron la es- nuestro cerebro lo ha hecho siete segundos antes.
tocada final. El desarrollo de la conducta es una
sinapsis neural que determina al sujeto a com- En cambio, desde el determinismo, el sujeto
portarse de una u otra manera, esto suprime la se comporta conforme a un conjunto de factores
tesis acerca de la libertad de acción y decisión causales, en parte orgánicos y en parte ambien-
del individuo. La tesis del libre albedrío era en- tales. Debo aclarar que hay diferentes tesis de
cuadrada como un problema filosófico, aunque determinismo, y éste suele ser confundido con
en realidad tenía su origen en la teología, para el fatalismo. Cuando me refiero a un conjunto de
resolver el problema del comportamiento de condiciones causales, éstas no deben interpre-
un hombre “malo” ante Dios, su creador suma- tarse en forma lineal sino que actúan como una
mente bondadoso según la literatura religiosa. especie de red que atraviesa al hombre, pero que
La discusión se centra en el concepto de “liber- al ser infinitas sólo llegamos a conocer las más
tad”. Para algunos desde un plano metafísico, el inmediatas.
hombre tendría libertad para elegir entre hacer el La conducta humana puede ser analizada des-
“bien” o el “mal”. Esta libertad funcionaría como de diferentes niveles. En efecto, el profesor Tieghi
una especie de burbuja dentro del organismo (1978) diferenciaba un nivel socio-jurídico, don-
donde el hombre tendría un margen de decisión de se diferencia lo valioso y disvalioso a partir de
independientemente de su organismo. Este es- las valoraciones ético-sociales de cada sociedad;
quema acerca del comportamiento del hombre nivel psico-socio-jurídico, donde se confronta la
basado en su libertad moral de decisión ha sido conducta disvaliosa con el marco penal desde la
durante mucho tiempo la base de la justificación activación orgánica de la conducta en obedecer
moral del castigo. Como el hombre tiene liber- o no las leyes; nivel bio-neurofisiológico, don-
tad moral para dirigir su conducta se le reprocha de actúan los mecanismos de aprendizaje de la
una responsabilidad moral. Al respecto Skinner conducta, la adaptación orgánico ambiental y las
(1973) manifiesta que cuando decimos que una interacciones neuro-cortico-humoral, muscular
persona se comporta de modo determinado y visceral; nivel holístico, sobre la observación
como consciente de su propia filosofía, pero el conductual inescindible que atiende a todos los
hecho es que en realidad deducimos esa filosofía factores implicados en la conducta y que posibi-
a partir de su conducta, por lo que no puede ser litan la unidad de los niveles.
explicada de modo satisfactorio; por otro lado, la
filosofía de la libertad ofrece libro, folletos, etc., “Lo que pretenden resaltar es que dichas de-
con el propósito de invitar a las personas a que se cisiones no son en última instancia libres sino
liberen a sí mismas de diversas clases de control, determinadas por multitud de condiciones que
pero más que una auténtica filosofía de la liber- no se pueden controlar conscientemente. Por
tad, esta estimula a actuar a la gente, es decir, la ello lo que se pone en cuestión no es si los seres
liberación se explica en última instancia por la humanos tenemos capacidad para controlar ins-
conducta. trumentalmente nuestras acciones, sino que lo
que pretenden evidenciar es que todo proceso
“En la década del 80, Libet pidió a voluntarios, mental es reconducible en última instancia a una
mientras medía la actividad electrónica de sus explicación científica y, por tanto, causal. Formu-
cerebros, que eligieran al azar un momento para lado en términos dogmáticos, las críticas de los
sacudir sus muñecas. Y que, cuando sintieran neurocientíficos no afectan tanto a la teoría del
que tenían el deseo de sacudir la muñeca, ob- injusto (capacidad de acción) como a la teoría de
servaran las agujas del reloj y reportaran ese mo- la culpabilidad. Formulado en términos clásicos,
mento exacto. El hallazgo fue sorprendente: la se trata del viejo tema del ‘libre albedrío’. No se
actividad electrónica del cerebro necesaria para trata tanto de si las personas hacen lo que han
llevar a cabo el acto motor precedía al momento decidido, sino más bien de por qué han decidido
en que los participantes sentían el deseo de rea- en un determinado sentido” (Feijoo, 2011.)

AÑO v • Nº 07 • agosto 2015 - Derecho Penal y Criminología • 103


DPyC Criminología doctrina

Las consecuencias legales de abandonar el li- la perspectiva estrictamente jurídico-penal se


bre albedrío no son sencillas. En este sentido, se- puede afirmar que las técnicas de neuroimagen
ñala el Dr. Manes (2014, 269): “Si los seres huma- permitieron encontrar una alternativa a una ex-
nos no tenemos libre albedrío y nuestra conduc- plicación que normativamente algunos años an-
ta resulta de la interacción de moléculas, ¿puede tes habríamos definitivo y tratado como delito,
un criminal ser juzgado por sus actos delictivos? tal y como demuestra fehacientemente la reac-
¿Por qué condenar a alguien que no tuvo volun- ción jurídica (por tanto, social) hasta que se des-
tad sobre sus acciones?”. cubrió el tumor. El recurso a la neuroimagen hizo
innecesaria en este caso la pena, especialmente
III. Análisis de caso en la segunda ocasión. Hace cuarenta años este
Las técnicas e instrumentos utilizados en las hombre habría quedado etiquetado como un
neurociencias como los métodos de neuroi- ‘malvado’, es decir, como un sujeto culpable. Las
magen, tomografía por emisión de positrones, nuevas técnicas de neuroimagen permitieron ver
resonancia magnética funcional o nuclear han que su ‘maldad’ no era más que una ‘enferme-
posibilitado indagar causas neuronales de com- dad’ de la que no se le podía hacer responsable.
portamientos calificados como socialmente dis- La primera pregunta un tanto provocativa, que
valiosos. Un ejemplo expuesto por Feijoo (2011) hay que hacerse es, ¿Significa esto que las so-
nos da la pauta de complejidad de las causas de ciedades han venido condenando injustamen-
comportamiento humano y la necesidad de ade- te a un cierto número de personas en virtud de
cuar las estrategias punitivas a los estudios neu- nuestros desconocimientos? La única respuesta
rocientíficos: razonable que encuentro a esta pregunta que
vengo formulándome hace mucho tiempo es que
“Burns y Swerdlow (2003) han descrito el caso aquéllos que han sido condenados debido a que
de un hombre de cuarenta años, profesor y padre no disponíamos de conocimientos para encon-
de familia, que desarrolla un creciente interés trar una alternativa a su responsabilidad no han
en pornografía infantil que le lleva a acosar a su sido tratados injustamente por la sociedad. El
hijastra preadolescente y a sus alumnas. Como ordenamiento jurídico, como obra humana, sólo
consecuencia de sus comportamientos es sen- puede garantizar a los ciudadanos que su culpa-
tenciado en un primer momento a una terapia bilidad será valorada de acuerdo con los mejo-
que incluye tratamiento con hormonas. Como res conocimientos disponibles. Más no se puede
la terapia no tiene éxito es ingresado en prisión. hacer, pero ello nos debería hacer asumir o ser
Durante el cumplimiento de dicha condena se le conscientes de que nuestra falta de conocimien-
descubre un gran tumor cerebral en la parte de- tos nos pueden hacer —y nos han hecho hacerlo
recha de la zona orbito-frontal como consecuen- con toda seguridad— declarar la culpabilidad de
cia de unos crecientes dolores de cabeza. Siete alguien que en el futuro sólo sería tratado como
meses después de una exitosa operación, debido una persona que ha tenido la mala suerte de pa-
a su falta de peligrosidad se le deja en libertad. decer una enfermedad que le ha llevado a come-
Lo curioso del caso es que —lo que se puede en- ter un hecho delictivo”.
tender como un experimento fruto del capricho
de la naturaleza que los humanos éticamente El caso citado pone de relevancia cómo los
no podemos llevar a cabo— tres meses después datos que aportan las neurociencias ponen en
vuelve a empezar con dolores de cabeza y, al evidencia que las bases dogmáticas y filosóficas
mismo tiempo, a coleccionar pornografía ilegal. de las tesis sobre el castigo han sido erróneas por
Una revisión demuestra un nuevo crecimiento limitarse al primer nivel —socio-jurídico— de
del tumor lo que conduce a que sea operado conducta señalado por Tieghi (1978). El castigo
nuevamente y, a raíz de la intervención, vuelvan se limita sobre la base de la valoración de la con-
a desaparecer sus tendencias sexuales anóma- ducta, pero sin atender a los demás niveles que
las. Hay que destacar, por su interés para el tema actúan en el comportamiento.
de este trabajo, que este sujeto describe como,
mientras padecía las consecuencias del tumor, se “Estudios han demostrado que en los jóvenes
daba cuenta de lo incorrecto de su conducta des- el cerebro y la corteza prefrontal, todavía se está
viada si bien actuaba con la convicción de que su desarrollando. Esta es la parte del cerebro respon-
comportamiento estaba indeterminado. Desde sable de nuestra ‘memoria de trabajo’, la manipu-

104 • Derecho Penal y Criminología - AÑO v • Nº 07 • AGOSTO 2015


DPyC Daniel Gustavo Gorra

lación de pensamiento consciente, que incluye la percute en el concepto de culpabilidad construi-


toma de decisiones, la comunicación, recordar, do sobre la base de la idea de libertad. Las tesis
discernir entre los impulsos bien y el mal y la in- sobre las teorías de la pena tomaron como base
hibición. Otros estudios han demostrado que las la autonomía de libertad del sujeto para justifi-
anormalidades en la amígdala cerebral (parte car el castigo, ya sea en la versión retribucionista
del sistema límbico, que desempeña un papel de Kant o en la utilitaria de Bentham. La primera
en el procesamiento emocional) y bajos niveles sumamente metafísica al momento de funda-
de una enzima llamada monoamina oxidasa A, mentar el castigo, y la segunda aunque intenta
también conocida como MAO-alfa, puede con- una fundamentación basada en el bienestar de
ducir a aumento de la agresión. Así que sabiendo la sociedad, sigue sin dar respuestas de por qué
esto, ¿serán los tribunales más indulgentes hacia esas circunstancias son mejores que otras, por lo
los delincuentes juveniles o con los delincuentes que en el fondo adquiere un compromiso metafí-
violentos? En 2007, un equipo de neurocientíficos sico. En materia de justificación de la pena es no-
alemanes realizó un experimento en el que se usa- table la divergencia que existe entre ciudadanos
ron imágenes de resonancia magnética funcional y penalistas. El Dr. Guibourg (2009) lo resume de
para monitorear la actividad cerebral en tiempo manera clara: entre los ciudadanos hay dos gru-
real, mientras que los participantes tenían que pos: el primero corresponde a quienes se sienten
elegir entre utilizar la mano izquierda o la derecha víctimas reales y potenciales de delitos y con ma-
para presionar un botón. Encontraron que mien- yor o menor ferocidad, se fundan en el retribu-
tras la decisión consciente de pulsar el botón se cionismo y con relativa confianza en la preven-
hizo sólo un segundo antes de que el botón fue ción negativa, general y particular. En segundo
pulsado, los patrones de actividad cerebral de los grupo a quienes se sienten más vulnerables ante
participantes parecía predecir sus decisiones por la acción de las agencias del Estado, esgrimen las
hasta siete segundos antes. En otras palabras, siete garantías procesales y de fondo. Muchos de éstos
segundos antes de que los participantes tuviesen pertenecen a los dos grupos y ejercen actividades
la actividad motora, desde la unidad motora de su cambiantes según sean la persona de la víctima o
asta anterior, se hizo consciente tomar la decisión, victimario. Entre los penalistas, en cambio se ob-
el cerebro parecía haber decidido ya por ellos” serva una tendencia a desechar el retribucionis-
(Antonio Ruiz, 2013). “La propensión a una activi- mo, a creer muy poco en la eficacia de cualquier
dad agresiva impulsiva parece estar asociada con prevención y a menudo a ver su propia rama del
una falta de autocontrol sobre ciertas respuestas derecho como un límite a la acción represiva del
emocionales negativas y una incapacidad para Estado y como un modo de proteger a las perso-
comprender las consecuencias negativas de este nas vulnerables ante la venganza privada de las
comportamiento. Los circuitos neuronales impli- víctimas o sus allegados.
cados en la regulación de la agresión están rela-
cionados con las áreas cerebrales involucradas en Las teorías de la pena se han debatido entre
el control del miedo y el control efectivo. El efecto retribuir o prevenir. En ambos casos se invoca la
negativo (que describe una mezcla de emociones racionalidad para enmascarar fines sin ninguna
y estados de ánimos como la ira, la angustia y la observación que indague sobre la complejidad
agitación) puede provocar o agravar un compor- de la conducta humana, y sin embargo se habla
tamiento agresivo” (Manes, 2014, 228). de readaptación, reinserción, resocialización,
rehabilitación, pero bajo el viejo esquema de la
En ese sentido Adrian Reine (2014) en su The libertad de decisión y responsabilidad moral.
Anatomy Violence, expresa que el estudio de las
raíces biológicas de la conducta criminal —o La tesis de la prevención especial parece ser
“neurocriminology”— no sólo va a ayudar a la que podría tomar como punto de partida los
comprender la satisfacción en humano naturale- datos del cerebro humano por focalizar su ac-
za, puede incitar a métodos eficaces y humanos tuación sobre el sujeto a diferencia de la preven-
para reducir la delincuencia. ción general. Sin embargo nuevos estudios han
IV. Culpabilidad y justificación del castigo ampliado la función de la pena hacia una tesis
restaurativa. En este sentido, el neurocientífico
La sinapsis neural como síntesis de la conduc- Daniel Reisel (2013) plantea los siguientes inte-
ta humana sin libertad de acción y decisión re- rrogantes: ¿es el enfoque de justicia restaurativa

AÑO v • Nº 07 • agosto 2015 - Derecho Penal y Criminología • 105


DPyC Criminología doctrina

capaz de volver a cablear el cerebro lo suficiente nesis. Algunos estudios sobre reincidentes como
para prevenir la delincuencia futuro? ¿No debe- el realizado por Buikhuisen y Hoestra (1974) se
ríamos usar nuestros conocimientos sobre el ce- plantearon investigar la incidencia del cambio
rebro para ayudarles a rehabilitarse? ¿Cuál es la de grupos de pares habitual de condenados que
causa de este comportamiento? ¿Hay una causa egresan, idea que toma de la teoría de la asocia-
neurológica? “Las áreas frontales son claves para ción diferencial, a través del factor del cambio de
la conducta moral así como la cognición social, residencia posterior al egreso, encontrando que
la función cognitiva que procura entender y ex- esta variable tiene una relación estadística con
plicar cómo los pensamientos, las sensaciones y la reincidencia. Las tasas de reincidencia serían
el comportamiento del individuo se ven influi- menores en sujetos que se mudan y la variable
dos por la presencia real o imaginaria de otros. La tendría menos peso cuando prevalecen factores
conducta moral refiera a aspectos éticos, legales, que denominados factores externos, denomina-
creencias y normas e involucra varios procesos dos ambiente asocial e inestabilidad familiar. Las
psicológicos como la emoción y la empatía” (Ma- conclusiones sobre los casos estudiados deter-
nes, 2014, 220). minaron que los sujetos reincidentes eran aque-
llos que habían vuelto al mismo barrio o comuni-
Reisel efectuó un estudio sobre un grupo de dad en la que vivían al momento de cometer sus
presos calificados como psicópatas por interme- delitos anteriores.
dio de resonancias magnéticas y advirtió un de-
fecto en un área del cerebro llamada amígdala. V. Conclusiones
La amígdala es un órgano con forma de almen-
dra que está en la profundidad de cada hemis- Las neurociencias aportan al derecho penal el
ferio del cerebro. Se cree que es crucial para la debate científico y una mejor comprensión de la
empatía. Mientras más empatía tiene una perso- naturaleza de las conductas humanas repercu-
na, más activa es su amígdala. Esta base crucial tiendo en las estrategias punitivas del Estado. La
de los comportamientos “morales”, exige la ne- base neuronal del comportamiento lleva a re-
cesidad de construir nuevas formas y métodos flexionar y reconstruir algunos de los conceptos
al momento de adoptar medidas sancionatorias. de la teoría del delito, particularmente en ma-
Otro interrogante de Reisel: ¿puede cambiar el teria de imputación, culpabilidad y sanción. No
cerebro? Durante mucho tiempo se pensó que es lo mismo —expresa Pueyo (2013)— sostener
no se generaban nuevas neuronas. Sin embar- que las personas que cometen delitos graves no
go, estudios de neurogénesis demostraron la realizan acciones violentas o delictivas porque
generación de nuevas neuronas en el cerebro son “malas personas” sino que toman decisio-
mamífero adulto primero en el bulbo olfativo, nes de actuar violentamente o de forma desho-
responsable del sentido del olfato, después en nesta, amoral, dañina o ilegal. Sin embargo, es
el hipocampo, que actúa en la memoria a corto necesario asumir una actitud de cautela ante los
plazo, y finalmente en la propia amígdala. Reisel avances de las neurociencias. Muchas de las in-
realizó estudios sobre ratones. Algunos fueron vestigaciones sobre los procesos mentales aún
encerrados aislados, y otros en forma conjunta se encuentran en sus inicios y no pueden ais-
con diferentes aparatos para movilizarse, es de- larse dentro de otro ámbito complejo como la
cir, los primeros tenían un ambiente hostil, y los “vida social”. Las neurociencias encuentran re-
segundos, uno favorable. Los del segundo grupo sistencia. Muchas de las críticas giran en torno a
demostraron neurogénesis —formación de nue- la refutación del concepto de libertad moral por
vas neuronas— más significativas que los ratones el reemplazo de las emociones o reducir los atri-
aislados. butos de las personas a estados cerebrales, o el
derecho penal debería tener su propio concepto
Este estudio pone de manifiesto que es po- de libertad y responsabilidad o la voluntad no
sible cambios en el cerebro en una vida adulta. debería reducirse a una escala neuronal, ya que
No obstante, Reisel no sugiere que los criminales esta actúa dentro de un sistema donde interac-
presenten resonancias magnéticas como prueba túan niveles sociales y culturales. Sin perjuicio
en un juicio; pero ¿cómo aplicamos este cono- de las críticas que forman parte de la cautela al
cimiento? Tal vez la clave esté en propiciar un momento de conectar derecho penal y neuro-
ambiente favorable, que contribuya a la neurogé- ciencias, éstas establecen un nuevo paradigma

106 • Derecho Penal y Criminología - AÑO v • Nº 07 • AGOSTO 2015


DPyC Daniel Gustavo Gorra

para el Derecho Penal, y en particular, para la es/derecho_penal/8/?&sa=10&fc=131&sn=8&in


Criminología. dret=.

VI. Bibliografía Guibourg, Ricardo, 2009, Exposición del acer-


ca del caso “Simón”, reunión entre las comisio-
Buikhuisen y Hoestra , 1974, “Factors related to nes directivas de la AAFD y la AADP, martes 28
recidivism”. Vol. 14, I, pp. 63-69. de abril de 2009 en la Secretaría de Investigación
de la Facultad de Derecho, Universidad de Bue-
Burns Jeffrey M., MD; Swerdlow Russell H., nos Aires.
MD “Right Orbitofrontal Tumor With Pedophilia
Symptom and Constructional Apraxia Sign”, Arch Manes, Facundo, 2014, Usar el cerebro, Buenos
Neurol. 2003; 60: 437-440. doi:10.1001/arch- Aires, 2014.
neur.60.3.437.
Pueyo, Antonio Andrés, 2013, “Neurociencia
Crespo, Eduardo Demetrio (Comp.), 2013, Neu- y Justicia: el papel del cerebro en las decisio-
rociencias y Derecho Penal, Buenos Aires, BDF. nes que anteceden a los delitos”, Recuperado de
http://www.il3.ub.edu/blog/?p=2671.
Delgado Caderón, Ivania, “El dilema del dere-
cho penal y las neurociencias: ¿libre albedrío o Raine, Adrian, 2014, The Anatomy Violence,
determinismo?”, Revista Asociación Pensamien- Vintage; Reprint edition.
to Penal, Junio de 2013. Recuperado de http://
www.pensamientopenal.com.ar/buscar?search_ Reisel, Daniel, 2013, La neurociencia de la jus-
api_views_fulltext=dilema%20del%20dere- ticia restaurativa, Mayo, conferencias TED.
cho%20penal%20neurociencias%20libre%20al- Ruiz, Antonio, 2013, “Neurociencia y cambio
bedrio%20determinismo. social”. Recuperado de http://www.antonioruizf.
Feijoo, Bernardo (2011). Derecho penal y neu- com/neurociencia-el-cambio-social.
rociencias. ¿Una relación tormentosa? En InDre- Skinner, B. F., 1973, Mas allá de la libertad y de
tPenal: Revista para el Análisis del Derecho, nú- la dignidad, Barcelona, Ed. Fontanella.
mero 2, abril. Barcelona. Recuperado de “http://
www.indret.com/es/derecho_penal/8/?&sa=10 Tieghi, Osvaldo, 1978, La conducta Criminal,
&fc=131&sn=8&indret”http://www.indret.com/ Buenos Aires, Ábaco. u

AÑO v • Nº 07 • agosto 2015 - Derecho Penal y Criminología • 107


Política Criminal
DPyC Política Criminal DOCTRINA

El caso “Blumberg” como un proceso de securitización


—más de diez años después—
Por Rodrigo M. Raskovsky (*)

Sumario: I. Introducción. — II. Contexto histórico. — III. La teoría de la


securitización. — IV. Análisis del caso Blumberg como un caso de secu-
ritización exitoso. — V. Consecuencias. — VI. Conclusión. — VII. Biblio-
grafía, jurisprudencia y otras publicaciones.

I. Introducción trabajo, y conforme a su limitada extensión, nos


proponemos analizar brevemente aquel episo-
Hace poco más de 10 años (1) se sucedió en
dio a fin de demostrar que constituyó un caso
la sociedad argentina, con epicentro en la clase
exitoso de securitización (3) y asimismo abor-
media de la Ciudad de Buenos Aires y el conur-
dar, sobre sus aspectos concretos, cuáles fueron
bano bonaerense, un reclamo de reformas legis-
las medidas excepcionales adoptadas y cuál ha
lativas y nuevas leyes en materia penal y en otras
sido la suerte corrida por ellas con el pasar de los
ramas del derecho vinculadas, unido a cambios
años.
en las formas de aplicar esas leyes, como —su-
puesta— respuesta a una serie de hechos delic- II. Contexto histórico
tivos que lo precedieron, el cual fue encabezado
Resulta fundamental para comprender el fenó-
públicamente por el Sr. Juan Carlos Blumberg,
meno realizar un bosquejo del contexto históri-
quien contó con masivo apoyo popular, a través
co en el cual se desarrolló. Sin embargo, razones
de repetidas apariciones mediáticas y manifesta-
de espacio nos obligan a concentrarnos sólo en
ciones en lugares públicos.
los hechos que rodearon la concreta movida se-
Este proceso recibe indistintamente el nombre curitizante de Blumberg: se trató de un contexto
de “caso Blumberg” cuando se alude a él en su general en el que, con relativa frecuencia, se su-
conjunto o “leyes Blumberg” cuando se alude a cedieron diversos hechos delictivos de secuestro
su resultado y en la doctrina penal local se lo ha extorsivo, algunos bajo la modalidad denomina-
llamado Blumbergstrafrecht (2). En el presente da express y otros bajo una modalidad más clá-
sica. Dentro de este panorama, a finales del mes
de marzo de 2004 fue secuestrado Axel Blum-
(*) Agradezco los aportes de la Dra. María Laura Böhm, berg, único hijo de Juan Carlos Blumberg y pro-
quien desinteresadamente corrigió este trabajo e impulsó veniente de una familia de clase media-alta de
su publicación.
la localidad de Vicente López de la provincia de
(1) Entre Abril y Agosto de 2004, aunque con prolonga-
ciones hasta finales de ese año y réplicas posteriores. Buenos Aires. El secuestro duró prácticamente
una semana sin que fuera conocido, siendo que
(2) La expresión corresponde al título de un artículo de
Julio B. J. Maier, “Blumbergstrafrecht” (2004) en Nueva
Doctrina Penal, Vol. 2004/B, Editores del Puerto, Bs. As.,
págs. 1 y sgtes. donde realiza un juicio crítico a lo que en Luis mayo 2012”, disponible en www.rubenfigari.com.
aquel entonces era un movimiento actual. El autor reco- ar/2012/10/ (estado al 11/09/2014), entre otros y también
noce la inexactitud gramatical de la expresión sin embar- en la jurisprudencia, vid: CFCP, Sala II, C. 10.004, “Judiche,
go la reputación del mismo unida a la fuerza expresiva Ricardo M. y otro s/ Recurso de inconstitucionalidad”, del
de la construcción ha perpetuado su uso para referirse a 27/03/2012, reg. 19.763).
aquel fenómeno, así aluden al mismo: Castex, Francisco, (3) Para profundizar sobre este concepto, más allá de lo
“Reforma penal y delitos de corrupción”, en www.dere- que se desarrolla en el presente, puede consultarse: Barry
chopublicointegral.com/wp-content/uploads/2014/06/ Buzan, Ole Weaver y Jaap de Wilde, “Security a New Fra-
doctrina6.6.14.pdf. (estado al 11/09/2014), Figari, Rubén, mework of Analysis”, Boulder, CO: Lynne Riener, 1998, pág.
“Derecho penal simbólico: ley antiterrorista”, Ponen- 21 y ss.; y en castellano: Böhm, María Laura, “Securitiza-
cia expuesta en el “V Encuentro Académico Cuyano San ción”, Revista Penal Nº 32 (julio) 2013, págs. 72-90.

AÑO v • Nº 07 • agosto 2015 - Derecho Penal y Criminología • 111


DPyC Política Criminal doctrina

la noticia tomó estado público recién cuando la Una segunda marcha, de menor magnitud,
víctima del secuestro apareció muerta luego del tuvo lugar el 22 de abril de 2004 frente al palacio
pago del rescate y de un frustrado operativo poli- de Tribunales en el que Blumberg fue recibido
cial (4). Fue a partir de allí que Juan Carlos Blum- por autoridades de la Corte Suprema de Justicia
berg comenzó a circular exponiendo su caso por de la Nación a fin de entregar su petitorio. La ter-
programas de radio y televisión y por la prensa cera marcha, que logró convocar entre 17.000 y
escrita encaramando un reclamo de seguridad y 70.000 personas (según estimaciones fuertemen-
justicia en nombre de su difunto hijo. te divergentes e ideológicamente diferentes) fue
realizada el 26 de agosto de 2004 y en el marco de
En poco tiempo la cuestión tomó estado ella Blumberg entregó su petitorio a los presiden-
público y su voz se replicó infinitas veces con tes de ambas Cámaras del Honorable Congreso
creciente repercusión; fue con ese marco que de la Nación y al gobernador de la provincia de
Blumberg comenzó a realizar una serie de mar- Buenos Aires. Luego de ello una cuarta y quinta
chas exigiendo cambios legislativos y la aplica- marcha tuvieron lugar el 2 de mayo de 2005 y el
ción de las leyes penales. La primera marcha 31 de agosto de 2006 con una imagen de Blum-
tuvo lugar el 1 de abril de 2004 y su consigna fue berg mucho más deteriorara y cuestionada (7).
concurrir con velas en la oscuridad de la noche,
a la Plaza de Los Dos Congresos donde Blum- El petitorio de Blumberg fue luego convertido,
berg se dirigió a una multitud (convocada desde en su mayor parte, en las leyes números 25.882,
los medios masivos de comunicación) esbozan- 25.886, 25.891, 25.892, 25.893, 25.928 (8), 25.938
do un discurso de “mano dura” que estaba resu-
mido en un petitorio que se hizo circular para
recolectar firmas de adhesión y llegó tiempo (7) Vid. sobre el caso Blumberg y sus antecedentes Ce-
después a reunir más de 5 millones de ellas. Esa saroni, Claudia; Feldman, Denise e Irrazábal, Gabriela,
primera marcha resultó la de mayor convoca- “Reflexiones en Torno a Los Diez Años de las Leyes Blum-
berg”. CEPOC, Documento de Trabajo Nº 1 Año 2004, en
toria, aunque la cifra exacta no fue establecida
http://cepoc-cepoc.blogspot.com.ar/2014/04/a-10-anos-
en tanto que hubo estimaciones de alrededor de-las-leyes-blumberg.html (estado al 11/09/2014).
de 150.000 a 200.000 personas (5) (6). Por ese
(8) “Síntesis de las Reformas Blumberg. Ley 25.882
entonces, Blumberg logró recabar un amplio (7/4/2004) Agravamiento de las Penas para los Delitos de
apoyo popular, casi total en la clase media y alta robo: se agravó las penas para los robos cometidos con ar-
e inclusive en algunos sectores de clases bajas. mas de fuego en un tercio. Ley 25.886 (14/4/2004) Repri-
Su discurso de aumento de penas, negativa a ex- mir con penas de prisión no excarcelable a la portación de
carcelaciones, baja de la edad de imputabilidad, armas; Ley 25890 (21/4/2004) Agravamiento de las penas
para los delitos de hurto y robo de cabezas de ganado;
unido a su reclamo de purga policial y control
Ley 25.891 (28/4/2004) Registro público de telefonía mó-
a los jueces convocaba, por diversos motivos, vil Ley 25.892 (5/5/2204): aumento de las penas mínimas
a sectores opuestos, siendo dable señalar que, y máximas para los delitos de homicidio, secuestro, viola-
luego de la todavía por aquel entonces recien- ción y establecer un régimen especial de severidad. Acceso
te reacción popular de diciembre de 2001 bajo a libertad condicional conminados con prisión perpetua
el lema de “que se vayan todos”, el reclamo de luego de 35 años de cumplimiento efectivo. Prohibición de
libertad condicional para delitos “aberrantes”. Ley 25.893
seguridad se destacaba por presentarse como
(5/5/2004) Prisión perpetua para delitos de abuso sexual
neutral y apolítico e incluso enfrentado con seguidos de muerte. Ley 23.077, Art.10: Agregase como
todo el sector de la política al que se considera- Artículo 227 ter del Código Penal, el siguiente: Artículo 227
ba cómplice de la inseguridad. ter. El máximo de la pena establecida para cualquier delito
será aumentado en un medio, cuando la acción contribuya
a poner en peligro la vigencia de la Constitución Nacional.
(4) El mismo Juan Carlos Blumberg oportunamente co- Esta disposición no será aplicable cuando las circunstan-
mentó que el pago fue hecho, siguiendo directivas de la cias mencionadas en ella se encuentren contempladas
policía de la provincia de Buenos Aires que intervenía en como elemento constitutivo o calificante del delito de que
la investigación del caso. se trate. Ley 25.928 (18/10/2004) Se fija el tope de 50 años
de reclusión o prisión para los responsables de delitos con-
(5) Diario Clarín online http://edant.clar.com/diario/ currentes” (Cesaroni, Feldman e Irrazábal, “Reflexiones en
2004/04/01/um/m-734923.htm (estado al 12/02/2015). torno a los diez años de las leyes Blumberg”, Op. Cit. que lo
(6) Diario La Nación online http://www.lanacion.com. cita como perteneciente a Cesaroni, Claudia (2010), “La
ar/588493-multitudinaria-marcha-contra-la-inseguridad vida como castigo. Los casos de adolescentes condenados
(estado al 11/09/2014). a prisión perpetua en la Argentina”. Buenos Aires: Norma).

112 • Derecho Penal y Criminología - AÑO v • Nº 07 • AGOSTO 2015


DPyC Rodrigo M. Raskovsky

y 25.948 (9). Resulta interesante observar que en vado al carácter de referente, y que al adquirir
el Congreso de la Nación, durante el año 2004, legitimación por parte de una audiencia rele-
sólo se llevaron a cabo 22 sesiones para tratar vante habilitará la implementación de medidas
cuestiones penales, 11 por cada cámara. Así, 7 de de emergencia que desbordan los caminos tra-
las 11 sesiones de las Cámara de Diputados y 8 dicionales de acción estatal (13). Böhm explica
de las 11 sesiones de la Cámara de Senadores se claramente la securitización del siguiente modo
realizaron en torno a las marchas de Blumberg, y “La idea central de la securitización, consiste en
de las 10 normas penales sancionadas durante el identificar una causa plausible, real o construida,
2004, ocho correspondieron a las propuestas de de amenaza, de manera que ésta pueda ser pre-
Blumberg y fueron dictadas en torno a las mar- sentada públicamente como objeto a combatir,
chas promovidas por él (10). quedando habilitados los medios legales, e inclu-
so los medios hasta el momento no legales, para
III. La teoría de la securitización la neutralización de la amenazas en cuestión. La
El concepto securitización fue desarrollado esencia de los procesos de securitización reside
por Barry Buzan, Ole Weaver y Jaap de Wilde en precisamente en que no sólo los medios legales,
su obra: Security a New Framework of Analy- sino incluso aquellos que estaban considerados
sis (11). Esta teoría presenta una perspectiva ilegales, pasan a ser habilitados como válidos y
de la seguridad de tipo constructivista en la legítimos por la (presunta, supuesta) absoluta
cual, según uno de sus mejores exponentes, necesidad generada por la amenaza existencial...
las estructuras de la sociedad están compuestas De esta manera, mediante medidas de excepción
de diversos elementos: recursos materiales, co- lo ilegal deviene legal” (14).
nocimientos y prácticas usuales. Siendo por ello Así las cosas, aun cuando los procesos de se-
que dichas estructuras pueden definirse como curitización pueden tener diversos objetos de re-
expectativas, entendimientos o conocimientos ferencia, e incluso “cualquier tema puede verse
compartidos (12). Bajo esta óptica, la seguridad securitizado” (15) sólo si la demanda de medidas
es definida como una estructura social, o una si- excepcionales es aceptada por una audiencia re-
tuación, integrada por entendimientos intersub- levante —social y políticamente atendible— la
jetivos de un determinado grupo. “movida securitizante”, o sea el mero reclamo,
La securitización en esencia puede ser definida se convierte en una securitización exitosa en el
como un posicionamiento discursivo, a través de sentido de que las medidas excepcionales serán
“actos de habla” (en general proferidos por quien efectivamente habilitadas (16). Se sostiene que la
se encuentra en una situación de poder), de una securitización de una actuación o un agente con-
determinada situación o agente particular como creto no es un estado normal de las cosas, sien-
amenaza para la sobrevivencia de un objeto ele- do que una securitización efectiva debe ser vista
como negativa pues significa un fracaso para los

(9) Éstas se refieren, respectivamente a la creación de


un Registro Nacional de Armas decomisadas y secuestra- (13) Conf. con el sentido del texto: McDonald, Matt,
das y la otra modificatoria de la Ley de Ejecución Penal en “Securitization and the construction of security”, en Euro-
consonancia con la Ley 25.892. pean Journal of International Relations, Vol.14, Nº 4, 2008,
(10) Se exceptuaron las leyes 25.890 (modificatoria del pág. 567, disponible en http://wrap.warwick.ac.uk/1232.
Código Penal en materia de abigeato) y 25.990 (modificatoria También en el mismo sentido: Williams, Michael, “Moder-
del Código Penal en materia de prescripción). En torno a la nity, Identity and Security: A commento on the ´Copen-
primera marcha se dictaron dos leyes ley 25.882 el 07/04/04 hagen controversy´ en Review of international studies 23
y ley 25.886 el 14/04/04, en torno a la segunda marcha cuatro 435-440, citado por Böhm, María Laura, “Securitización”,
leyes ley 25.890 el 21/04/04, ley 25.891 el 28/04/04, ley 25.892 Manuscrito aprobado para su publicación en Revista Pe-
y 25.893 el 05/05/04 y en torno a la tercera marcha dos leyes nal Nº 32 (julio) 2013, entregado por la autora en el marco
más ley 25.928 el 18/08/04 y ley 25.938 el 22/09/04. del curso dentro del cual se presenta este trabajo.
(11) Buzan, Weaver y De Wilde, op. cit. (14) Böhm, op. cit., pág. 75.
(12) Wendt, Alexander, “Anarchy is what State Makes (15) Buzan, Waever y De Wilde, op. cit., pág. 23.
of it: The Social Construction of Power Politics” en Inter- (16) Böhm, op. cit., pág. 76, con cita a Buzan, Waever y
national Organization, MIT Press, Vol. 46, Nº 2, 1992, pág. De Wilde, op. cit., pág. 23 y a C.A.S.E. Collective, “Critical
397, online en ic.ucsc.edu/~rlipsch/Pol272/Wendt.An- Approaches to Security in Europe: A Networked Manifies-
arch.pdf (estado al 11/09/2014). to”, en Security Dialogue, vol. 37 , pág. 448.

AÑO v • Nº 07 • agosto 2015 - Derecho Penal y Criminología • 113


DPyC Política Criminal doctrina

sistemas políticos tradicionales que buscan ha- En la vida real, el acto discursivo no es único
cer frente a tales tipos de situación de una ma- sino que se repite en múltiples formas y variadas
nera ordinaria (17). Seguidamente analizaremos ocasiones. Sin embargo, el contenido de esos múl-
los componentes de un proceso de securitiza- tiples actos discursivos puede ser estudiado como
ción con referencia al caso Blumberg propuesto un único y colectivo acto de habla dada la unifor-
como objeto de estudio. midad de las consignas principales del discurso
cada vez que éste es repetido de modo tal que
IV. Análisis del caso Blumberg como un caso contribuya al proceso de securitización. Mediante
de securitización exitoso ese mensaje, el actor securitizador, señala a la au-
IV.1. Acto de habla diencia aquello que, a su modo de ver, representa
una amenaza existencial sobre un objeto referente
Los procesos de securitización se basan en ac- que se considera digno de protección.
tos discursivos concebidos, según Buzan, Waever
y de Wilde, como la combinación “del lenguaje En el caso en estudio, el mensaje puede ser re-
y la sociedad”(18). El acto discursivo se realiza sumido en el petitorio que Juan Carlos Blumberg
principalmente mediante el lenguaje (escri- presentó ante las autoridades del Congreso, el
to, oral o incluso representado por imágenes), Ejecutivo y el Poder Judicial en sus distintas mar-
siendo ese lenguaje el que posibilita el posicio- chas, y cuyo texto completo era el siguiente:
namiento de ciertos agentes o situaciones como “1- Impulsar la sanción en la Honorable Cá-
amenazas existenciales a la comunidad y de tal mara a vuestro cargo, de la legislación penal que
modo habilita su securitización. contemple los siguiente puntos. Una ley que re-
El concepto de acto de habla es explicado por prima la portación de armas con pena de prisión
Böhm, en criterio que compartimos, dicien- no excarcelable. 2- Una ley que obligue a la regis-
do que “La teoría de la securitización se basa tración pública de la telefonía celular móvil con
en el concepto de acto de habla y entiende que indicaciones de los datos personales del titular y
los temas de seguridad son el resultado político su documentación. Asimismo, se registren quié-
del poder o fuerza ilocutoria de los agentes de nes venden o alquilen dichos aparatos. Prohibi-
seguridad”(19). Añadiendo luego que “Los actos ción de venta a quienes registren antecedentes
ilocutivos... son aquellos que ‘hacen cosas’ me- penales. Regular la facultad de las fuerzas de se-
diante palabras... Se trata de actos de habla por- guridad a verificar la titularidad en la vía pública
que en sí mismos constituyen un acto y generan y al secuestro de la tenencia irregular. 3- Adoptar
una transformación en las interrelaciones de los un sistema de documentación personal (DNI)
hablantes y del entorno”(20). Así, al expresar que que impida su falsificación o adulteración, simi-
determinado tema constituye una cuestión de lar a lo implementado en los pasaportes. 4- Le-
seguridad, o está relacionado con ella, se pone en gislar un sensible aumento en las penas mínimas
marcha un desarrollo particular hacia ese área y y máximas para los delitos de homicidio, secues-
es desde ahí que comienza el reclamo del dere- tro y violación (mínimo 20 años). Establecer un
cho a utilizar cualquier medio necesario para régimen de especial severidad cuando en el de-
solucionar el asunto (21). Para esto, el lenguaje lito participen o estén involucrados funcionarios
debe permitir la identificación social del actor o miembros de fuerzas de seguridad. Las penas
securitizador con su audiencia de modo que se sean siempre de cumplimiento efectivo y total
verifique una efectiva comunicación entre ellos sin salidas anticipadas en ningún caso. Modifi-
pues de lo contrario, si tal vínculo falla, habrá fra- cación del régimen de imputabilidad penal de
casado el proceso de securitización. los menores. 5- Modificar la pena en condena
por dos o más hechos. Las penas deben sumarse
sin límites máximos. 6- Que la pena perpetua sea
(17) Buzan, Waever y De Wilde, op. cit. pág. 29. perpetua. No más 25 años de máximo. 7- Legislar
(18) Buzan, Waever y De Wilde, op. cit. pág. 32. imponiendo para los excarcelados, sean procesa-
(19) Böhm, op. cit., pág. 76 con cita a Bouzan, Waever y dos o condenados, una reeducación a través del
De Wilde, op. cit. y a C.A.S.E. Collective, op. cit., pág. 448. trabajo. Establecer un mínimo de 8 horas diarias
(20) Böhm, op. cit., loc. cit., con cita a Austin, “Como de trabajo para la comunidad, obras públicas na-
Hacer Cosas Con Palabras”, Barcelona, Paidos, 1982. cionales, provinciales o municipales. Asimismo
(21) Conf. McDonald, op. cit., pág. 568. cárceles para el trabajo y el aprendizaje de artes y

114 • Derecho Penal y Criminología - AÑO v • Nº 07 • AGOSTO 2015


DPyC Rodrigo M. Raskovsky

oficios. El trabajo dignifica tanto al hombre libre construido socialmente de tipo intersubjetivo, es
como al detenido. Todas las medidas requieren por ello que los autores sostienen que no existen
también una verdadera reforma del sistema ju- amenazas objetivas a la seguridad sino que ellas
dicial a los efectos de obtener una Justicia rápida, son construidas desde el punto de vista subjetivo
efectiva y con jueces idóneos para garantizar la del ser humano (27).
plena vigencia del Estado de Derecho. Por todo
Bajo esta perspectiva se ha considerado que
lo expuesto, le solicito inste a la pronta sanción
“Incluso si uno quisiera adoptar un enfoque más
de las leyes solicitadas que acompañará a la
objetivista, no está claro cómo podría hacerse ex-
brevedad la firma de quienes adhieran a esta
cepto en los casos en los cuales la amenaza fuera
solicitud en ejercicio del derecho a peticionar y
inequívoca e inmediata” y ni siquiera en esos ca-
establecer la Constitución Nacional. Finalmente
sos tal enfoque resultaría del todo correcto (28).
les recuerdo que todos merecemos vivir seguros
Por ello, desde nuestro punto de vista, lo relevante
dentro del marco de la ley, que la ley se cumpla
es comprender los procesos y las dinámicas de la
hoy y siempre. Saludo a vuestra excelencia con
construcción social de tipo intersubjetivo detrás
nuestra mayor consideración”(22).
del concepto de amenaza para entender cómo y
Como se ve el actor securitizador inicial (23) cuándo una persona puede securitizar un tema.
(Blumberg) utiliza argumentos relativos a la ur- Es por intermedio del acto del habla que se
gencia del caso e inminencia de la amenaza exis- construye el concepto de amenaza a la seguri-
tencial para intentar apartarse de los procedi- dad. De hecho, un agente o situación particular
mientos normales a los que está sujeto el proceso no son considerados amenaza sino a partir del
político regular (v.gr. falta de iniciativa legislativa momento en que un actor securitizador realiza
popular en materia penal por expresa veda cons- una denuncia al respecto, toda vez que, es el se-
titucional (24) e inmediato tratamiento) (25) lo ñalamiento de una supuesta situación que afecta
que constituye una “movida” securitizante (26) la continuidad del objeto referente lo que cons-
que, como veremos, resultó exitosa. truye la amenaza (29).
IV.2. Construcción de la amenaza existencial En el caso Blumberg la construcción de la
Una amenaza a la seguridad, según lo explican amenaza resulta clara. Los secuestros, las porta-
Buzan, Weaver y De Wilde, no existe como un ciones de armas, los delitos en general, existían
hecho objetivo, ni es posible que sea reconocida en el país desde hacía tiempo. También existían
por todos los involucrados, siendo que la ame- desde hace tiempo los documentos con deficien-
naza surge recién como resultado de un proceso tes medidas de seguridad, las salidas anticipa-
das de las penas de encierro e incluso, aunque
por supuesto más recientemente, la venta poco
(22) Un facsímil del petitorio original con la firma de documentada de aparatos y líneas de telefonía
Blumberg puede ser consultado en http://www.patago- celular. Nada de esto era una amenaza por sí
niaaustral.com.ar/sitio/Imagenes/InformacionGeneral/ sola o en su conjunto hasta que fue señalado por
PA_InfoGral_DerechoAVivirConSeguridad.htm (estado al
10/02/2015) o también su reproducción en la prensa es-
crita en: Diario La Nación online en http://www.lanacion.
com.ar/588575-el-texto-completo-del-petitorio-de-juan- (27) Conf. Buzan, Waever y De Wilde, op. cit. pág. 29/30.
carlos-blumberg (estado al 11/09/2014). (28) Conf. Buzan, Waever y De Wilde, op. cit. pág. 30
(23) Hubo también actores securitizadores posteriores quienes sostienen que aun cuando un “tanque hostil cru-
que contribuyeron con el desarrollo del proceso de securi- ce la frontera” por más que pueda parecer un caso de una
tización desde distintos roles. amenaza clara y objetivamente reconocible, el carácter
hostil no es un atributo del vehículo sino de la construcción
(24) El Art. 39 de la Constitución nacional expresamen- social a su alrededor. Por demás, según los autores citados,
te dice: “...No serán objeto de iniciativa popular los proyec- ninguna teoría ha podido establecer aún un estándar para
tos referidos a reforma constitucional, tratados internacio- determinar los supuestos en que, objetivamente, existen
nales, presupuesto y materia penal”. amenazas a la seguridad.
(25) Sobre esto se dijo que “La movilización encabezada (29) Hayes, Jarrod, “Boundary Conditions: Identity and
por Blumberg implicó reformas penales profundas que se Securitization”, Working draft, ISA Montreal 2011, Georgia
sancionaron con una velocidad inédita para los tiempos par- Institute of Technology, en www.academia.edu/469014/
lamentarios” (Cesaroni, Feldman e Irrazábal, op. cit., pág. 6). Boundary_Conditions_Identity_and_Securitization (estado
(26) Buzan, Waever y De Wilde, op. cit. pág. 25. al 12/09/2014).

AÑO v • Nº 07 • agosto 2015 - Derecho Penal y Criminología • 115


DPyC Política Criminal doctrina

Blumberg como causante de la muerte de su hijo nemos que, aun cuando lo más común sea que el
y como probable causa de la muerte de muchas actor securitizante sea quien ya se encuentra en
personas más. Fue ese discurso lo que convirtió el poder, nada impide que el proceso de securi-
aquello en algo perceptible como una amenaza a tización sea realizado por quien accede al poder
la vida y bienes de los ciudadanos. a través del reclamo mismo de seguridad. La de-
tentación del poder sí nos parece, sin embargo,
IV.3. Actor securitizador y objeto referente
un factor relevante para el éxito del proceso se-
Elegimos tratar ambos conceptos juntos pues curitizador.
consideramos que están íntimamente vinculados
En cuanto al objeto referente, éste debe ser un
en la medida en que el objeto referente debe ser
bien (en el sentido más amplio del término) que
valioso para el actor securitizador. La denuncia
goce de lo que se denomina “legitimidad de se-
involucra necesariamente a un agente (actor se-
guridad”, es decir del reconocimiento por parte
curitizador) que reconoce la existencia presente
de la audiencia de que se trata de algo valioso
de una amenaza a un objeto que busca proteger y
cuya preservación a largo plazo indiscutible-
la realiza frente a una audiencia relevante que con-
mente debe ser protegida y asegurada (33). En el
sidera que comparte su inquietud. Si bien es cierto
caso en cuestión, es evidente que el Sr. Blumberg
que en líneas generales el actor securitizador, para
eligió los bienes más básicos, y por ello los de
lograr una actuación efectiva, debe contar con un
más fácil reconocimiento por la sociedad occi-
capital social importante a fin que la audiencia re-
dental, para su reclamo: la vida y la propiedad.
levante logre considerar seriamente el acto discur-
Blumberg, dentro del marco de su reclamo, creó
sivo, no debe por ello pensarse que sólo pueden
incluso una fundación llamada “Fundación Axel
securitizar un asunto “aquellos que ya cuentan con
Blumberg. Por la vida de nuestros hijos”(34) cuyo
un acceso privilegiado al ejercicio del discurso, es
elocuente nombre ilustra claramente el punto
decir de reconocida autoridad” (30), pues el caso
que comentamos, lo mismo que sus eslóganes:
en estudio demuestra lo contrario.
“Vos podés ser la siguiente víctima” y “Seguridad
En efecto Blumberg era un ignoto empresario y justicia para todos”.
textil hasta que la muerte de su hijo atravesó su
IV.4. Audiencia relevante
vida y luego de ello se convirtió en el adalid de un
reclamo de seguridad basado en la “mano dura”. La audiencia tiene un lugar sumamente im-
Aquí puede verse que lo realmente relevante portante en el marco de la teoría de la securi-
para la audiencia fue la legitimación social que tización en la medida que ella no responde al
aquél adquirió como “víctima de una tragedia” señalamiento de la existencia de una amenaza
para hablar sobre ella y reclamar respecto de ese existencial sobre el objeto referente la securitiza-
hecho medidas excepcionales para evitar otros ción no se completará (35). La denuncia del actor
hechos similares (31) (32). Es por esto que soste- securitizador está dirigida a captar la atención y
convencer a la audiencia pues es ella la que le-
gitima la amenaza y justifica la posterior habi-
(30) Sostiene esa idea Böhm, op. cit., págs. 76/77. litación de medidas excepcionales, es así claro
(31) No debe menospreciarse, no obstante, el accionar su papel crítico en el proceso de securitización.
de los llamados “hombres de atrás” ni la manipulación del Böhm explica la cuestión del siguiente modo,
actor securitizante por otros actores políticos con otros in-
tereses, así por ejemplo es significativa la denuncia hecha
que compartimos: “Únicamente si la deman-
por Cesaroni, Feldman e Irrazábal sobre que “Las refor-
mas propuestas por Blumberg tuvieron como ideólogo al
abogado Roberto Durrieu que fue subsecretario de justicia (33) Conf. Hayes, op. cit., pág. 5.
en la dictadura militar... bajo la conducción de Jorge Ra- (34) Puede visitarse su página Web en: http://www.par.
fael Videla” (en op. cit., pág. 7). org.ar/Miembros/blumberg.htm (estado al 12/09/2014).
(32) Respecto de la legitimación social dada a Blumberg (35) Buzan, Waever y De Wilde, op. cit., págs. 27/28 alu-
en el momento, puede leerse que al respecto se ha dicho den a la existencia de procesos de securitización donde
que “Como el petitorio fue acompañado con la firma de las amenazas son frecuentemente institucionalizadas y
miles de ciudadanos, se interpretó que las reformas solici- que no dependen de la aceptación de la audiencia, como
tadas por el Sr. Blumberg eran un reclamo de la sociedad por ejemplo en los contextos militares. Sin embargo tal
en su conjunto” (Cesaroni, Feldman e Irrazábal, op. cit. esquema no es plenamente trasladable a los procesos de
pág. 7). securitización de la sociedad civil.

116 • Derecho Penal y Criminología - AÑO v • Nº 07 • AGOSTO 2015


DPyC Rodrigo M. Raskovsky

da de tratar algo con medidas excepcionales es es el de trasladar, amplificar y multiplicar el men-


aceptada por una audiencia relevante —social saje securitizador permitiendo su instalación en
y políticamente atendible—, la movida securiti- el público. El caso Blumberg es un claro ejemplo
zante, o sea, el mero reclamo, va a convertirse en de esto que comentamos, en donde debemos
una securitización exitosa en el sentido de que tomar en cuenta que antes de su tragedia perso-
las medidas excepcionales serán efectivamente nal el Sr. Blumberg no tuvo jamás ningún acceso
habilitadas”(36). Cuando la audiencia acepta y personal a los medios masivos de comunicación,
acompaña el reclamo, éste se aparta del proceso pero luego de ella su historia y su reclamo secu-
político normal e ingresa en el ámbito de la segu- ritizante se esparció por ellos en proporciones
ridad (en el caso contrario, es decir sin la acep- épicas (40) en tanto que es fácil advertir que sin
tación de la audiencia, el proceso securitizante el apoyo que significó la constante presencia me-
habrá fracasado), es por ello que señalamos que diática la movida securitizante de Blumberg ja-
es la audiencia quien tácitamente dará autoriza- más habría triunfado, máxime en la medida en
ción al actor securitizante para la utilización de que fue esa exposición mediática la que catapul-
medidas excepcionales para combatir la amena- tó a Blumberg a la posición de líder o referente
za (37). del reclamo de seguridad.
En el caso Blumberg el acompañamiento po- IV.5. Medidas excepcionales
pular del reclamo fue sin dudas muy fuerte y fue
la clave de su éxito. En una sociedad descreída de Según hemos expuesto, el etiquetamiento de
la política, el reclamo securitizante presentado una situación como asunto de “seguridad” ha-
como apolítico logró conmover la sensibilidad bilita al actor securitizante a reclamar, como una
de una masa adormecida que se volcó a las ca- necesidad, el derecho de abordar el caso median-
lles en actos multitudinarios para apoyarlo, sien- te la aplicación de medidas excepcionales (41) y
do que incluso el Sr. Blumberg llegó a jactarse su aceptación por la audiencia es lo que legitima
de que su petitorio había obtenido la friolera de la adopción de esas medidas. Esto es explicado
5.125.000 firmas (38). por Böhm del siguiente modo: “El proceso secu-
ritizante resulta finalmente concluido cuando se
Consideramos que dentro de la audiencia, y reclama por parte de los agentes... el combate de
con el papel fundamental de articuladores entre la amenaza existencial mediante la implementa-
el actor securitizante y el público receptor del ción de medidas excepcionales dentro del ámbi-
mensaje, se encuentran los medios masivos de to penal. Estas medidas excepcionales pueden
comunicación que son un eslabón irremplazable consistir en una nueva legislación penal o proce-
en los procesos de securitización (39). Su rol vital sal penal, en nuevas prácticas institucionales, en
la ampliación de facultades policiales, en una re-
forma constitucional, etc. Se tratará en todos los
(36) Böhm, op. cit., pág.76, con cita al respecto a C.A.S.E.
Collective, op. cit., pág. 453.
casos de medidas que habilitan una actuación
(37) Son de esta idea Buzan, Waever y De Wilde, op. cit.,
págs. 31 quienes dicen: “Una securitización exitosa no es php?script=sci_arttext&pid=S0798-11712009000200005&ln
decidida por el securitizador sino por la audiencia del acto g=es&nrm=iso> (estado al 12/09/2014).
de habla securitizante...”. (40) Sólo como ejemplo: entre la primera y la quinta
(38) Diario Clarín del 10/11/2014, “La fundación Axel marcha (es decir entre el 23/03/2004 y el 03/09/2004) el
Blumberg ya es legal y tiene sede propia”, online en http:// diario Clarín publicó la asombrosa cantidad de 843 notas
edant.clarin.com/diario/2004/11/10/policiales/g-04101. directa o indirectamente vinculadas con el asunto (ver
htm. (estado al 12/09/2014). mi búsqueda en http://buscador.clarin.com/blumberg?
(39) Comparte esta idea Böhm, op. cit., pág. 80. También order=0and;from=20/03/2004and;to=03/09/2006and;p
McDonald, op. cit. pág. 11. Vide al respecto: Salazar Echea- age=85 (estado al 12/09/2014) mientras que el diario La
garay, Melissa, “La dimensión mediática de la estrategia de Nación, en el mismo periodo publicó la friolera de 1380
miedo y securitización en América Latina”, el Cotidiano Nº notas en relación con el caso (mi búsqueda en: http://
170, 2011, págs. 101-110 disponible en: http://www.redalyc. buscar.lanacion.com.ar/blumberg?filter=modified:[2004-
org/articulo.oa?id=32520935011 (estado al 12/09/2014) 03-22T00:00:00Z ;2006-0903T23:59:00Z ]_sitioid:
y también: Salazar Pérez, Robinson, “América Latina: se- 1&sort=default). Ello sin perjuicio de no poder plasmar la
curitización de la política y guerra contra la ciudadanía y cantidad de apariciones radiales y televisivas del caso, sea
los movimientos populares”, Revista de Filosofía, Nro 62, en la voz del actor securitizador o sus repetidores.
2009, pp. 139-162, online en www.scielo.org.ve/scielo. (41) Conf. Buzan, Waever y De Wilde, op. cit. pág. 26.

AÑO v • Nº 07 • agosto 2015 - Derecho Penal y Criminología • 117


DPyC Política Criminal doctrina

más agresiva del sistema punitivo, generalmen- armas (45). Este nuevo delito, que consagró una
te mediante la violación de derechos y garantías manifiesta inversión del principio in dubio pro
reconocidos en procesos penales regulares, con reo, no encontró, sin embargo, mayor resistencia
miras a la neutralización de la amenaza existen- en los tribunales (46) y ha sido convalidado ree-
cial, y que cuentan con generalizado apoyo de la ditas veces por la jurisprudencia (47) y quedó así
sociedad” (42). definitivamente incorporado al elenco represivo.
Consideramos relevante destacar que las me- 2. La inclusión, mediante ley 25.886, del últi-
didas deben ser realmente excepcionales y no mo párrafo al parágrafo 8 del Ap. 2 del art. 189
sólo la utilización de medidas legales tradicio- bis del Código Penal, el cual agrava el delito de
nales (del tipo aumento de penas) en contextos portación de armas por el hecho de que el agente
de reclamo popular, pues consideramos que en registrare antecedentes penales por delitos dolo-
esos casos no ha existido una verdadera securiti- sos contra las personas o con el uso de armas, o si
zación pues nada se ha salido del curso ordinario se encontrare gozando de excarcelación o exen-
de las cosas (43). ción de prisión. Esta reforma implicó consagrar
un derecho penal de autor prohibido constitu-
En el caso en análisis, consideramos que exis- cionalmente que reprime no sólo por el hecho
tió una verdadera adopción de medidas excep- sino por el modo de conducir la vida, violando
cionales, mezclada con la adopción de muchas flagrantemente el principio ne bis in ídem al ge-
medidas ordinarias en el contexto del reclamo nerar un segundo castigo por el primer hecho
que no serán abordadas en ese trabajo ya que (el del antecedente). A diferencia de la anterior,
no pueden ser explicadas como ejemplo de se- esta reforma no fue acogida favorablemente por
curitización. Dejando de lado aquellas medidas los tribunales que han declarado su inconstitu-
ordinarias, nos concentraremos en las medidas cional en reiteradas ocasiones (48). Sin embargo
que podemos considerar excepcionales y en la
suerte de ellas:
(45) Núñez, Ricardo, “Tratado de Derecho Penal”, t. IV,
1. La inclusión, mediante ley 25.882, del último Ed. Lerner, Córdoba, 1989, p. 240; Soler, Sebastián, “Dere-
párrafo del inc. 2 del art. 166 del Código Penal cho Penal Argentino”, t. IV, Ed. Tea, Buenos Aires, 1970, p.
que agrava el robo cometido con un arma cuya 267; Fontán Balestra, Carlos, “Tratado de Derecho Penal”,
aptitud para el disparo no pudiera ser tenida por t. V, Ed. Abeledo Perrot, Buenos Aires, 1992, p. 559; Don-
acreditada o un objeto de utilería que imite un na, Edgardo,  “Derecho Penal.  Parte especial”,  t. II B, Ed.
Rubinzal-Culzoni, Santa Fe, 2001, p. 160.
arma (44). Esta modificación implicó contradecir
una pacífica doctrina que había interpretado que (46) Salvo alguna disidencia que postuló su correcta
inconstitucionalidad, v.gr. Garrigós de Rebori en CNCrim
se requería la demostración de la aptitud de dis- y Correc. Sala IV, C. 24.781, “Escudero, Javier Alejandro”,
paro para agravar el delito de robo por el uso de Rta. 22/09/2004; Ibíd. C. 25.999, “Manrique, Roberto N.”,
Rta. 25/02/2005.
(47) La constitucionalidad de la norma fue, casi, uná-
nimemente aceptada y la discusión se centró en si incluía
(42) Böhm, op. cit., págs. 80/81. Asimismo pueden verse armas descargadas pero aptas, armas de juguete, armas
múltiples referencias a la exigencia de medidas excepcio- que no funcionan por deflagración de pólvora sino por
nales efectivamente concretadas a lo largo de todo el texto otros mecanismos, etc. Un resumen de jurisprudencia
en cita. a este respecto puede verse un boletín publicado por la
(43) Esto siempre que se den dos condiciones: 1) que Secretaría de Jurisprudencia de la CNCrim y Correc, bajo
el aumento relativo de las penas cada cierto tiempo sea el título de “Primera entrega temática de Jurisprudencia y
un proceso normal en la sociedad explicable por otras bibliografía de interés para la práctica judicial: Tema: Los
construcciones (v.gr. neopunitivismo) y 2) que el aumento Problemas generados a partir del artículo 166 inc. 2 párra-
de penas no sea exagerado al punto de tornar la pena en fo tercero del C.P...” online en http://www.pjn.gov.ar/Pu-
inhumana pues ello sería un caso de medida excepcional blicaciones/00009/00009242.Pdf (estado al 12/09/2014).
(v.gr. reprimir el hurto con prisión perpetua o el robo con Véase también al respecto: D’Alessio, Andrés -director-
pena de muerte, por la desigualdad de los bienes jurídicos Divito, Mauro -coordinador-, “Código Penal Comentado y
en juego que violaría el principio de proporcionalidad de Anotado”, Buenos Aires, La Ley, 2004, págs. 419/422.
la pena). (48) Se han pronunciado por la inconstitucionalidad,
(44) Hablar de “arma de utilería” como lo hace la ley es entre otros: CNCrim y Correc, Sala de Feria B, C. 21, “E.,
no sólo una impropiedad sino también un error intencio- A. A.”, Rta. 24/07/2009; Íd. Sala V, C. 29.061, “Ramírez, Lu-
nal. ciano”, rta. 16/03/2006, Íd. Sala VI, C.31.991, “Gil, Omar

118 • Derecho Penal y Criminología - AÑO v • Nº 07 • AGOSTO 2015


DPyC Rodrigo M. Raskovsky

esta modificación continúa vigente en el Código con línea incorporada a los celulares con chip)
Penal y existe el riesgo de que sea aplicada (49). unida a la falta de reglamentación (que nunca
fue dictada). Sin embargo, aún se encuentra vi-
3. La ley 25.891 constituyó una de las más gran- gente.
des excepciones en la medida en que vino a im-
plementar un excesivamente riguroso sistema de 4. La creación, mediante ley 25.893 y ratificada
registro para la comercialización y transferencia por ley 25.948, de la categoría de delitos insuscep-
de equipos de telefonía celular que contiene la tibles de gozar de libertad condicional ni otros
previsión de tipos penales en sus arts. 10 a 14 institutos como la semi-detención o la libertad
para supuestos vinculados a la adquisición, uso, asistida (v.gr. los de los arts. 80. Inc., 7º, 124, 142
transferencia y tenencia de aparatos de telefó- bis anteúlt. párr., 165 y 170 anteúlt. párr.). Es que
nica celular o sus líneas. La excepcionalidad es si bien la imposibilidad de otorgar libertad con-
evidente en la medida en que se piense que no dicional a los reincidentes (condición personal)
sólo nada autorizaba dicha regulación inaudita ya era conocida por nuestro derecho, no lo era la
y rigurosa sino también que ella resultaba una categoría de delitos insusceptibles de gozar de
regulación inadecuada para la materia de telefo- estos derechos (condición objetiva). Asimismo
nía móvil atento al necesario carácter “móvil” de la prohibición jamás alcanzó a los otros institu-
ella. Esta ley nunca fue totalmente implementa- tos como la semi-detención y la libertad asisti-
da (50), ni siquiera en medida significante, por el da. La división de los condenados entre quienes
cambio de tecnología (de los antiguos celulares pueden gozar de tales derechos y quienes no
consagró en tales casos para la prisión perpetua
una verdadera prisión de por vida (o condena a
Alberto”, Rta. 25/04/2007; Íd. Sala VII, C. 36.126, “Villa, muerte en la cárcel) y sin ningún tipo de posibi-
Diego”, Rta. 18/02/2009; CFCP, Sala II, C. 9583, “Garaza lidad de regresar a la sociedad (51). Esta norma
Pereira, Rodolfo S/ Recurso de Casación”, reg. 14331.2, rta.
22/04/2009; CFCP, Sala I, C. 15949, “Amato, Diego Marcos en principio no recibió mayor atención por su
S/ Recurso de Revisión”, reg. 21.199.1, rta. 12/06/2013; en- lejanía en el tiempo y recién hace poco han co-
tre muchos más. menzado a referirse a ella los pronunciamientos
(49) Y de hecho lo ha sido, por ejemplo por el Trib. Cas. declarando su inconstitucionalidad, la cual aún
Penal Bs. As., Sala III, C. 8250, “P.B., C.D. S/ Recurso de Ca- no es generalizada (52). A pesar de ello su vigen-
sación”, rta. 01/12/2009 bajo el insostenible argumento del cia también se mantiene.
Juez Ricardo Borinsky: “La ley dispone consecuencias más
gravosas para quien porta ilegalmente armas de fuego, tras
ser condenado por un hecho en el que se emplearon armas. (51) Recordemos que este había sido uno de los puntos
Esto no significa, como se sostiene en el recurso, aplicar pena del reclamo de Blumberg en su petitorio, cuando exigía
por el hecho ya juzgado o violar el principio de culpabilidad que “la pena perpetua sea perpetua. No más 25 años de
por el mismo, sino tomar en consideración la condena prece- máximo”, aun cuando la pena de prisión perpetua, desde
dente. Entonces, si P. registra condenas anteriores por delitos la sanción del Código Penal jamás tuvo un máximo de 25
perpetrados con el uso de armas conforme surge de la quinta años sino que recién cumplido ese lapso surgía la posibi-
cuestión del veredicto, se trata de una portación de arma de lidad de acceder a la libertad condicional, la cual no era
guerra agravada por registrar una condena por delito doloso automática.
contra las personas, en el que además se emplearon armas. (52) Al respecto puede leerse, en palabras que compar-
Es decir, la punición en el caso del artículo 189 bis último timos: “Debe advertirse que no es posible encontrar aún
párrafo del inciso 2° del Código Penal, no se relaciona con la demasiada jurisprudencia nacional sobre la constitucio-
personalidad del autor ni comporta un nuevo castigo por el nalidad de las Leyes N° 25.948 y N° 25.892, principalmen-
hecho anterior, sino un mayor reproche dirigido al sujeto en te desde que se ha remarcado en forma contundente la
función de su grado de culpabilidad por la comisión de un imposibilidad de aplicarla en forma retroactiva. De este
nuevo hecho delictivo que posee, como particularidad, una modo, únicamente comenzará a apreciarse cuando quie-
especial relación con la naturaleza del delito por el que fue nes cometieron un delito de los allí catalogados, a partir
condenado anteriormente, por lo que tal calificación no re- de 2004, se encuentren en condiciones temporales de
sulta violatoria de los principios de culpabilidad ni supone solicitar salidas transitorias u otros beneficios peniten-
un doble enjuiciamiento”. ciarios. Sin embargo, pueden verse algunos precedentes,
(50) Sin embargo, sí lo fue parcialmente la parte penal, en el orden provincial -en donde el catálogo de delitos
persiguiendo y penalizando, V.gr. en los recientes casos de es más amplio y mayor también la vigencia de las nor-
CNCrim y Correc. Fed., Sala I, “R., D S/ Sobreseimiento” mas locales-, que han tenido ya oportunidad de expedir-
Rta. 21/02/2013: íd. Sala II, C.32.346, “Mazabel Birot, Jorge se sobre la legitimidad de las normas y han declarado la
A. S/ Ampliación procesamiento” rta. 23/10/2012, entre inconstitucionalidad de las reformas, considerando que
muchos casos más. la restricción de beneficios penitenciarios, en función del

AÑO v • Nº 07 • agosto 2015 - Derecho Penal y Criminología • 119


DPyC Política Criminal doctrina

V. Consecuencias Sin embargo, poco ha cambiado luego de 10


años con esas leyes (salvo por el endurecimiento
Una acertada frase de Böhm ilustra el tema en del sistema penal), en la medida en que ellas no
palabras claras y precisas a las que sólo podemos han servido, tal como propugnaba su impulsor,
adherir; la autora sostiene que “Criminalizar es para disminuir la criminalidad ni para evitar que
simple y rápido. El gran problema reside en que se repitan episodios delictivos, siendo que lo úni-
luego de cada nuevo securitization move el siste- co que se ha favorecido con ellas es una mayor
ma penal se deforma un poco más y el derecho tasa de encarcelamiento preventivo y una mayor
penal debilita sus principios, redibuja los límites duración de las condenas. Así se puso en prácti-
que impone al poder estatal. Se desfigura. Las ca una vez más la ilusión de que el aumento de
movidas securitizantes acarrean visibles conse- la acción punitiva estatal es eficaz para el control
cuencias negativas”(53). del delito (55).
En el caso en estudio el accionar de Blumberg VI. Conclusión
(y de quienes lo impulsaron y lo siguieron) y las
reformas que propugnó fueron el comienzo de Consideramos que el proceso que se inició en
un continuo reclamo de seguridad que no se ha abril de 2004 con la primera marcha de Blum-
detenido hasta la fecha (con contadas excepcio- berg (o incluso antes), que recibió una masiva
nes en los momentos donde la crisis económica difusión por parte de los medios de comunica-
ha desplazado el problema) al que han segui- ción y el apoyo popular materializado en la sus-
do una profundización de la política de “mano cripción de su petitorio, y que fue el indudable
dura” y del reclamo de medidas excepcionales detonante de la sanción de una multiplicidad de
que abrieron la puerta a incluso peores leyes pe- leyes penales, muchas de las cuales incluyeron
nales (54). medidas excepcionales, constituyó un efectivo y
exitoso proceso de securitización en la sociedad
argentina.
delito cometido, violaba la constitución nacional, en tanto
ésta determina que la ejecución de la pena debe tender a Consideramos también que las medidas ex-
la resocialización del condenado” (Seitún, Diego, “Ejecu-
ciones penales diferenciadas. Comentario a las Leyes Nº
cepcionales producto de la “reforma Blumberg”
25.892, Nº 25.948 y Nº 26.813 de reformas a la ejecución han proyectado consecuencias desiguales, ya
penal en función del delito cometido”, Revista Argentina que mientras algunas han sido pacíficamente
de Derecho Penal y Procesal Penal, en www.ijeditores. aceptadas, otras han caído en desuso y otras han
com.ar/articulos.php?idarticulo=65571&print=1 [estado sido, y todavía son, resistidas en el ámbito judi-
al 12/09/2014] con citas respecto de la irretroactividad de cial por repugnantes a la Constitución Nacional.
las normas a: CNCP, Sala I, causa 12.551, de 14/04/2010,
“Vega, Heriberto s/ rec. de casación”; Sala II, causa 11.846,
Sin embargo, estas modificaciones que sin duda
“Cuello, Walter s/ rec. de casación”, de 09/06/2011 (voto han deformado un poco más el sistema penal ar-
del Dr. Yacobucci); y Sala III, causa 13.833, de 30/09/2011, gentino, se han vuelto permanentes al perdurar
“Leites, Roberto s/ rec de casación”. Véase también Tribu- en el tiempo más allá de la contingencia en que
nal de Casación Penal de la Prov. de Bs. As., Sala I, causa surgieron y aun cuando han resultado ser noto-
23.055, de 26/09/2006 y de su inconstitucionalidad a Juz- riamente inútiles para los satisfacer los fines para
gado de Ejecución Penal n° 2 de La Plata, causa 2835, de
26/08/2010, “F., Carlos Alberto s/ Legajo de Ejecución”;
los que fueron propuestas.
Tribunal de Casación Penal de la Prov. De Bs. As., Sala I,
causa 43.933, de 15/07/2011 y Sala III, causa 15.324 de
13/09/2012; y Cámara de Apelación y Garantías en lo Pe- incorporó la figuras de femicidio y delitos relacionados a
nal de Mar del Plata, Sala I, de 08/08/2012, causa 21.805. la llamada violencia de género, ley 26.879 de creación del
Véase también: Mora, Emanuel G., “El inconstitucional registro de datos genéticos vinculados a delitos contra la
carácter retributivo de la pena”, online en www.derecho- integridad sexual y la ley 26.904 que incorporó el “groo-
penalonline.com/derecho.php?id=13,775,0,0,1,0 (estado ming” como delito, entre otras.
al 12/09/2014) y CFCP, Sala IV, C. 675/2013, “Soto Trini-
dad, Rodolfo S/ Recurso de Casación” Reg. 2557.13.4, rta. (55) Respecto del “control del delito” y el “mito del Es-
20/12/2013. tado soberano”, véase Garland, David, “The Limits of the
Sovereign State: Strategies of Crime Control in Contempo-
(53) Böhm, op. cit., pág.78. rary Society” (Los límites del estado soberano. Estrategias
(54) V.gr. incorporación del Art. 193 bis. al Cód. Penal, de control del Delito en la Sociedad Contemporánea),
modificación del Art. 63 del Cód. Penal que aplaza la pres- “The British Journal of Criminology”, Vol. 36, 1996, págs.
cripción de delitos contra menores de edad, ley 26.791 que 445/471.

120 • Derecho Penal y Criminología - AÑO v • Nº 07 • AGOSTO 2015


DPyC Rodrigo M. Raskovsky

Este es el peligro último de los procesos de lo son la mayoría de las veces), existe un te-
securitización: la instalación permanente de rreno fértil para que una nueva movida se-
medidas excepcionales y su normalización, curitizante exija medidas aún más excepcio-
pues cuando esto sucede, y se evidencia que nales sobre el mismo, deformado, sistema
esas medidas son en realidad inútiles (como penal. u

AÑO v • Nº 07 • agosto 2015 - Derecho Penal y Criminología • 121


DPyC Política Criminal DOCTRINA

Políticas públicas en seguridad. Del paradigma de


“reacción irracional” al ideal de “acción preventiva” en
seguridad
Por Hernán Gabriel Pasero

Sumario: Introducción. — Primera parte: De la identificación de los


paradigmas. — Segunda parte: De la seguridad ciudadana y la política
criminal. — Tercera parte: Del análisis del conflicto en el ámbito de los
Derechos Humanos. — Cuarta parte: De la seguridad y la política cri-
minal en Argentina. — Quinta parte: De la transición del paradigma
de reacción irracional al de acción preventiva. — Consideraciones
finales. — Bibliografía y páginas web visitadas.

“La inseguridad social no sólo mantiene viva Lo que me propongo en este Trabajo es ana-
la pobreza. Actúa como un proceso desmorali- lizar el fenómeno de la inseguridad de hoy en
zador de disociación social... disuelve los lazos día. Para lograr clarificar dicho análisis dividiré
sociales y socava las estructuras psíquicas de los la exposición en diversos capítulos, los cuales gi-
individuos... Estar en la inseguridad es no poder rarán en torno a dos paradigmas generales, ma-
dominar el presente ni anticipar positivamente el nifiestamente latentes al efectuar el estudio de la
porvenir”. problemática aquí tratada. A esos paradigmas he
decidido llamarlos: “Paradigma de la Reacción
Robert Castel
Irracional” y “Paradigma de la Acción Preventiva
en seguridad”. (1)
Introducción
Ambos paradigmas son francamente contra-
La temática de la seguridad ciudadana, y más dictorios. cada uno se compone de elementos e
precisamente, su desviación, la inseguridad, se ideologías ostensiblemente diferentes, recono-
encuentra desde ya hace algunas décadas como ciendo que el segundo de los nombrados no pasa
protagonista casi absoluta de las decisiones po- de ser el modelo que resulta ideal en un Estado
líticas. Integra indudablemente la agenda de democrático y garante de los Derechos Huma-
cuestiones político-criminales. No se la puede nos, pero que aún su aplicación pragmática es
evadir de los medios de comunicación, los que casi nula a pesar de que los esfuerzos dogmáticos
con titulares y planas “espectaculares” procuran insisten en su inmediata utilización.
conmover a la opinión pública. Ante tamaña re-
percusión, la apelación a las argumentaciones de Abordar toda esta problemática ciñéndonos
políticos, abogados, sociólogos, filósofos e inclu- exclusivamente a la evaluación de causas de la
so psicólogos, se sucede de manera inexorable, inseguridad, ordenando meticulosamente las
muchas veces tal vez, buscando aquella respues- soluciones ensayadas, deja a mitad del cami-
ta que la inacción estatal soslaya. Pero no puede no un análisis que excede ampliamente tales
evitarse considerar que aquellas opiniones, en la cuestiones toda vez que se involucran aspectos
mayor parte de los casos, en los últimos años han legislativos, políticos, filosóficos y hasta munda-
intentado poner límites a la reacción exacerbada
de las políticas criminales, las que con el afán de
tranquilizar las inquietudes sociales, trascendie- (1) Debe tenerse en cuenta que diversos han sido y son
ron los muros de la legitimidad olvidando que el los paradigmas que en la temática de la seguridad (e inse-
monopolio de la justicia y seguridad reservado al guridad) se establecen. No obstante tal amplitud doctri-
naria, pueden perfectamente resumirse en los dos seña-
Estado debe observar, respetar y cumplir con los lados. Se trata en realidad, más que nada, de una cuestión
derechos y las garantías que una Norma Funda- de terminología y designaciones por las que cada autor, a
mental reconoce en sus súbditos. su arbitrio, propone darlas a conocer.

122 • Derecho Penal y Criminología - AÑO v • Nº 07 • AGOSTO 2015


DPyC Hernán Gabriel Pasero

nos. Abandonarlos es dejar a medias algo que no do parecen no ser lo suficientemente eficientes.
acepta superficialidad de estudio. En este senti- Las discusiones tomadas a la ligera ante los in-
do, la presente monografía busca establecer en cesantes reclamos populares, lejos de paliar la
sus capítulos, la ideología de los modelos elabo- crisis, por el contrario, son generadoras de nue-
rados en los últimos tiempos, examinando cómo vos conflictos que se van ramificando y haciendo
la política criminal los ha incluido en la legisla- extensibles a otras materias, como violaciones a
ción nacional, sin dejar de mencionar las políti- Derechos Humanos, proliferación de normas in-
cas y legislaciones internacionales. Esta última, necesarias o contradictorias de difícil aplicación;
sin ninguna duda, como núcleo racional de toda sanción de leyes que alteran el espíritu constitu-
política pretendidamente democrática, republi- cional luego de un brevísimo y superficial debate
cana y tutora de los Derechos del Hombre. parlamentario; establecimiento de “hegemonías
electorales” que con disertaciones conformistas
Técnica legislativa, bloque internacional, fac- logran calmar un clamor que, por momentos, pa-
tores de riesgo y soluciones propuestas, serán rece alcanzar su fin pero que no tarda en resurgir
cuatro ejes esenciales en esta exposición, que ante la primera visión de ineficacia.
permitirán concluir al final, si la inseguridad,
como “faz negativa” de la seguridad, es un nuevo Con ello, estimo que la inseguridad es hoy el
elemento de irritable convivencia en la sociedad principal “actor objetivo” en la política criminal
moderna, que carece de soluciones acordes al y no en vano es común la actualización de para-
espíritu constitucional y cuyo sentimiento o sen- digmas que pugnan por ser los descubridores del
sación altera de modo potencial la malograda pa- gran dilema, pero ese embate lejos está de dar la
cificación social. receta mágica, o al menos si la tiene, difícilmente
pueda llevarse a cabo. Así, una reacción irracio-
“Una política activa en contra de las exclu- nal se antepone a una acción que puede prevenir
siones y la inseguridad en los medios urbanos, y actuar desde la raíz de la problemática misma.
se afirma en una estrategia que combina la pre-
vención general y especial de la delincuencia y la PRIMERA PARTE
firmeza necesaria, proporcional y adecuada en el
De la identificación de los paradigmas
tratamiento de las conductas delictivas. Es sabido
que el sentimiento de inseguridad experimentada 1. Definición de “Paradigma”
(sic) por las personas no corresponde, en muchos
casos, a la inseguridad real. Comenzaré este primer capítulo identificando,
como su título lo indica, algunos de los princi-
La lucha en contra de las amenazas de agresio- pales modelos teóricos existentes en materia de
nes, incluidas las delictivas, encuentra su punto seguridad. Para ello resulta necesario aproximar-
de partida, entonces en políticas en contra de las nos conceptualmente al término paradigma.
exclusiones y se apoya en el aprendizaje de la re-
gla y de la ley, como fuerzas de apoyo para su in- Como lo expuse anteriormente, varios son
tegración, lo cual es inseparable del conocimiento los patrones o marcos teóricos que han surgido
por cada uno, de sus derechos y de sus deberes”. (2) y surgen actualmente pretendiendo imponerse
por sobre cualquier estipulación científica —o
Indiscutiblemente es un tema que preocupa no— que intente dar respuesta al dilema de la
y mucho a los ciudadanos en la actualidad. Los inseguridad.
índices de criminalidad en cualquiera de sus mo-
dalidades se han incrementado considerable- Con el fin de alcanzar cierta “economía expo-
mente. Adultos y menores aparecen a diario en sitiva” haré someras referencias a algunos para-
las crónicas policiales tras su aprehensión luego digmas, pues de la lectura de cada uno de ellos
de la presunta comisión de algún ilícito. Pero es posible encuadrar el marco problemático en
las soluciones llevadas a la práctica por el Esta- dos grandes modelos, a los que como ya adelan-
té denomino paradigma de reacción irracional y
paradigma de la acción preventiva. (3)
(2) DOMÍNGUEZ VIAL, Andrés; HACIA UNA SEGURI-
DAD CIUDADANA; Serie Estudios Básicos de Derechos
Humanos; Instituto Interamericano de Derechos Huma- (3) Ambos modelos serán tratados con amplitud en los
nos; Tº 3; reimpresión diciembre; 1999. próximos capítulos.

AÑO v • Nº 07 • agosto 2015 - Derecho Penal y Criminología • 123


DPyC Política Criminal doctrina

Pero, ¿de qué hablamos cuando nos referimos cuando uno de los nuevos paradigmas sustituye
a “paradigma”? Paradigma es un modelo o pa- al paradigma tradicional.
trón en cualquier disciplina científica u otro con-
texto epistemológico. “Estas revoluciones científicas —expresaba el
filósofo— se consideran aquí como aquellos epi-
Fue el filósofo y científico Thomas Kuhn (4) sodios de desarrollo no acumulativo en que un
(1922-1996) quien dio a paradigma su significa- antiguo paradigma es reemplazado, completa-
do contemporáneo al adoptarlo para referirse al mente o en parte, por otro nuevo e incompatible”.
conjunto de prácticas que definen una disciplina
La idea de Kuhn era revolucionaria en su tiem-
científica durante un período específico de tiem-
po y causó más cambios que todos los académi-
po. El mismo Kuhn prefería los términos “ejem-
cos hablando sobre ciencia. De esta manera fue
plar” o “ciencia formal”, ambos por poseer un sig-
en sí misma un “cambio paradigmático” en la
nificado filosófico más exacto. (5)
historia científica y de la sociología.
El autor define paradigma en los siguientes Afirmaba en su obra La Estructura de las Revo-
términos: considera los paradigmas como reali- luciones Científicas que para ser aceptada como
zaciones científicas universalmente reconocidas paradigma una teoría debe parecer mejor que sus
que, durante cierto tiempo, proporcionan mode- competidores, pero no necesita explicar y, en efec-
los de problemas y soluciones a una comunidad to nunca lo hace, todos los hechos que se pueden
científica. Los paradigmas son, por tanto, el mar- confrontar con ella.
co o perspectiva bajo la cual se analizan los pro-
blemas y se trata de resolverlos. (6) En definitiva, podemos tomar el paradigma si-
guiendo las enseñanzas de Kuhn como un patrón
Así, se hace referencia a un término que, vi- o modelo, o más sencillamente, como un ejem-
gente actualmente en la comunidad científica, plo.
reconoce la superación de modos diseñados con
anterioridad por otros modernos que proyectan 2. El fenómeno de la inseguridad. Los paradig-
nuevas soluciones sobre una problemática de- mas en torno a la problemática
terminada. Para explicar la mencionada situa-
La cuestión de la seguridad ciudadana ha
ción, Kuhn consideraba que, en ocasiones, no
emergido desde la segunda mitad de la década
obstante, un paradigma no es capaz de resolver
del ´90 como tema central que pone en juego la
todos los problemas y éstos persisten a lo largo
capacidad del Estado de cumplir con sus funcio-
de los años o de los siglos, tal vez acumulándose
nes básicas. Este problema exige políticas res-
junto con otros. En ese caso el paradigma en con-
ponsables y soluciones efectivas para la protec-
junto comienza a ponerse en cuestión y los cien- ción de los derechos de las personas. (7)
tíficos coinciden en reflexionar en la elaboración
de un marco más adecuado o la forma más co- Si bien es sabido que la inseguridad afecta a
rrecta de abordar los problemas o quizás, consi- toda la sociedad, no podemos omitir considerar
derar si debe, definitivamente, ser abandonado. que quienes con mayor gravedad la sufren son
La crisis supone la proliferación de nuevos para- los sectores con menores recursos.
digmas, en un principio tentativo y provisional,
con vistas a resolver la o las cuestiones más pro- La seguridad ciudadana es una cuestión que
blemáticas. Estos nuevos paradigmas compiten involucra problemas básicos de la relación entre
entre sí y cada uno trata de imponerse como el ciudadanos, entre éstos y las instituciones y de
enfoque más adecuado. Es a partir de allí, donde las instituciones entre sí.
Kuhn establece la Revolución Científica, es decir, Los reclamos por mayor seguridad que hoy
priman por sobre cualquier otra interpelación
(4) KUHN, Thomas S.; LA ESTRUCTURA DE LAS REVO- a los órganos estatales ponen en movimiento la
LUCIONES CIENTÍFICAS; Ed. Fondo de Cultura Econó-
mica de Argentina S.A.; Bs. As.; 1996.
(7) Documento MÁS DERECHOS, MÁS SEGURIDAD;
(5) http:// www.webdianoia.com/contemporánea/kuhn. POLÍTICAS PÚBLICAS Y SEGURIDAD EN UNA SOCIE-
html. DAD DEMOCRÁTICA; publicación del Centro de Estudios
(6) Ibídem. Legales y Sociales (CELS); http://www.cels.org.ar.

124 • Derecho Penal y Criminología - AÑO v • Nº 07 • AGOSTO 2015


DPyC Hernán Gabriel Pasero

compleja labor político-criminal en procura de Por otra parte, el nacimiento de agrupaciones


estabilizar cualquier situación de alteración de la No Gubernamentales, muchas de ellas confor-
paz social. madas por víctimas de delitos, intenta arrimar
soluciones conmoviendo a una opinión pública
Desde este punto de vista, a estas demandas ya amenazada por la crisis diaria, que precisa
ciudadanas las divido en: sentir que debe estar alerta a cualquier impre-
-Reclamos primarios (o directos): referenciando visto.
a la aproximación inmediata del individuo (vícti- Gran parte de estos organismos y muchos de
ma) con algún hecho ilícito. Tal inmediación, de los integrantes de las manifestaciones fueron en
carácter necesariamente particular, se manifiesta su momento formadores de los reclamos prima-
por medio de la denuncia ante cualquier organis- rios o directos. Así surgen:
mo estatal competente en la investigación y reso-
lución de conflictos sociales o delictivos. -Reclamos secundarios (o indirectos): este gru-
po de reclamos lo encabezarían los medios de
Estos reclamos primarios generan indicadores, comunicación y los nuevos actores sociales (v. gr.
los cuales, manejados cautelosamente serán de ONGs.). La inmediación a la que aludí en los re-
suma utilidad para la formulación de las políticas clamos primarios aquí se desvanece haciéndose
públicas. Pero estas estadísticas se enfrentan hoy mediata, pero logran incrementar la sensación
en día al intrincado obstáculo que brindan los popular de estar viviendo en medio de un caos.
estudios parciales de inseguridad. (8)
Es así que nacen las cifras extraoficiales y el in-
La mirada parcializada de la crisis, lejos de cesante choque entre lo que se hace, por un lado,
ayudar, profundiza la situación toda vez que se y lo que se debe hacer, por el otro.
agrava la desconfianza de todo lo público por
parte de la población. Se produce una relación, Mientras que la primera clasificación de de-
a su vez, inversa desde que la desconfianza hace mandas por mayor seguridad (reclamos directos)
declinar la idea de denunciar cualquier ilícito ponen en movimiento al Poder Judicial al reque-
que se protagoniza, creyendo el ciudadano que rir su intervención para que se den respuestas
se encuentra en medio de un desamparo por ante un caso particular, el segundo tipo de re-
parte del Estado. Muy por el contrario, la falta de clamos (reclamos indirectos) intenta promover
anoticiamiento de ilícitos y la baja de los índices la actividad parlamentaria mediante la sanción o
dados en consecuencia no llevan a entender que modificación de Normas, no ya en virtud de un
el delito y la inseguridad mermaron, sino que caso particular sino de una situación que suele
provoca un alza en la sensación de inseguridad generalizarse a consecuencia de una continui-
que se experimenta. dad de hechos particulares. En este último su-
puesto, el Poder actuante debe ser el Legislativo.
Los medios masivos de comunicación comple-
“Hacerse cargo del reclamo por mayor seguri-
mentan necesariamente el sentimiento de inse-
dad de un modo responsable significa otorgar-
guridad. Las manifestaciones sociales se inten-
le su real dimensión, resolverlo en un contexto
sifican como “pseudo omnipotentes” motores de
de respeto por los derechos y no limitarlo a una
intranquilidad hacia el aparato gubernamental
demanda que busca solamente reducir el riesgo
en busca de soluciones urgentes, en la mayoría
de que ciertos delitos ocurran. La negación de
de las veces a cualquier precio.
las múltiples facetas del problema sólo conduce
a la restricción y no a la protección de los dere-
(8) Se verá más adelante que cualquier estudio que se chos”. (9)
propone encarar con relativa completitud termina siendo,
en la mayor parte de los casos, el relevamiento de datos Del encuentro entre reclamos primarios y los
sobre causas de la inseguridad en delitos “simples” como indirectos surgen las opiniones de los especia-
el homicidio, robo, hurto, dejándose de lado aquellos ilíci-
tos complejos y que en muchos casos generan mucho más
daño. A su vez, son casi inexistentes las soluciones políti- (9) Documento MÁS DERECHOS, MÁS SEGURIDAD;
cas que se proponen y, en el peor de los casos, las cifras POLÍTICAS PÚBLICAS Y SEGURIDAD EN UNA SOCIE-
son manipuladas con el fin de probar que la problemática DAD DEMOCRÁTICA; publicación del Centro de Estudios
dista de ser tan grave. Legales y Sociales (CELS); http://www.cels.org.ar.

AÑO v • Nº 07 • agosto 2015 - Derecho Penal y Criminología • 125


DPyC Política Criminal doctrina

listas y, asimismo, hallan su lugar en el mundo chos otros, como asimismo, de las conclusiones
científico, los paradigmas. de todos pueden reunirse elementos para reela-
borar nuevos patrones. (13)
“No es novedad que las políticas de seguridad
requieran de la comprensión de diversidad de fac- 3.1. El paradigma de la criminología adminis-
tores. Esta pluralidad es propia de toda política trativa
pública en cualquier otro campo, sea por ejemplo,
el económico, el laboral o el educativo”. (10) Desde la visión de este modelo, el delito no se
puede eliminar, erradicar o combatir, lo único
Pero el problema se profundiza al insistir con que se puede hacer con él es controlarlo. La úni-
un discurso que pretende que la seguridad pue- ca solución viable que postula este paradigma
de abordarse con soluciones simplistas y res- frente al problema de la criminalidad es la admi-
tringidas que sólo dependen de la voluntad de nistración del delito.
luchar contra el delito.
Patrón conocido también como “criminología
“Dar una respuesta que contemple la comple- administrativa”, en los últimos treinta años ha
jidad de factores [...] implica aprovechar expe- dejado teorías, prácticas y programas que con-
riencias que ya dieron resultados positivos en la servan el eslogan de prevención del delito entre
protección de derechos; sumar la capacidad de los más antiguos, y entre los más recientes, el de
otras instituciones públicas -además de aquellas reducción del delito.
tradicionalmente involucradas en las políticas de
seguridad- y desarrollar políticas de control del 3.2. El paradigma de la cultura del control
delito cuya dinámica promueva mejores niveles
de integración social. La criminología administrativa tiene un com-
ponente ideológico de carácter conservador.
Por otro lado, implica un rechazo activo de las Basa sus principios en la bandera de la ley y el
concepciones reduccionistas y autoritarias frente orden. Este fundamento y el uso intenso por casi
al problema de la inseguridad. El recorte arbitra- todas las sociedades desarrolladas ha generado
rio del problema sostiene un fracaso comprobable la posibilidad de que sus postulados (con gran
y su continuidad sólo agrava la crisis”. (11) consenso social) sienten las bases para un nuevo
paradigma: la cultura del control.
3. Los modernos paradigmas en seguridad
El crecimiento y fortalecimiento de este nuevo
Motivados por alcanzar una respuesta que con
modelo, expresa Arroyo Juárez, se debe a la exis-
cierto carácter científico desentrañe la comple-
tencia de un factor clave como lo es la emergen-
jidad del fenómeno de la inseguridad, desde di-
cia de nuevos riesgos para la seguridad, reales o
ferentes paradigmas, diversos actores políticos y
sociales han intentado imponerse en el mundo no, pero que se han convertido en las grandes
académico y dogmático convencidos de haber amenazas de las sociedades industriales: ellos
hallado aquella respuesta más acorde a la pro- son la marginación, la droga y el terrorismo.
blemática. Esta cultura del control ve a la seguridad como
Siguiendo un Informe del Centro Internacio- vigilancia, no como protección. De este modo,
nal de Estudios sobre Seguridad (12) los actuales cotidianamente, se comienza a vigilar a cada
modelos de seguridad que compiten por posicio- ciudadano a través de las nuevas tecnologías de
narse en el mercado de las ideas y de las políticas información, comunicación, policiales y milita-
públicas son básicamente tres. Pero es dable ad- res. (14)
vertir que no son los únicos pues, con diferentes
postulados y conclusiones, pueden idearse mu- (13) Como en su momento lo señalé, es más que nada
una cuestión de nominación científica. O tal vez, pueda
tratarse de hallar el mejor nombre a un paradigma que
(10) Ibídem. reitera muchos elementos de otro anterior, sin producirse,
(11) Ibídem. necesariamente, el deseado “cambio paradigmático”.
(12) ARROYO JUÁREZ, Mario; NUEVOS PARADIGMAS (14) Como consecuencia de estas innovaciones, hoy es
EN SEGURIDAD; Centro Internacional de Estudios sobre muy común el uso de artefactos y tecnologías de vigilancia
Seguridad; http://www.estepais.com. como las cámaras de circuito cerrado de televisión; cáma-

126 • Derecho Penal y Criminología - AÑO v • Nº 07 • AGOSTO 2015


DPyC Hernán Gabriel Pasero

Es posible agregar dentro de este planteo De todas formas, la reconstrucción de la legali-


aquellas propuestas que tienen como objetivo el dad aparece básicamente vinculada al orden en
reforzamiento del orden en las calles que igno- las calles y la promoción de este orden desplaza
ran derechos y garantías constitucionales. (15) otros derechos ciudadanos.
a) La demagogia punitiva Sin atención a los contextos sociales y resis-
tiéndose a que la legalidad funcione como un
“Las respuestas que postula el orden en las calles sistema de resolución de conflictos, este segundo
como único objetivo, no sólo tienden a la restric- grupo de discursos termina negando derechos.
ción de derechos ciudadanos, sino que son inefica-
ces y plantean soluciones que sólo pueden acarrear A partir de un arbitrario recorte de la legalidad,
más violencias, riesgos e inseguridad”. (16) esta concepción concentra el poder punitivo y la
atención estatal sobre delitos que afectan sólo a
Estas propuestas tienen su fundamento en ciertos sectores sociales, o sobre conductas que
situaciones como los temores y resentimientos están asociadas a los grupos que son percibidos
que se generan en una sociedad crecientemen- como amenazas al orden en la calle. En el con-
te desigual. Este temor no proviene únicamente texto general, la incidencia real en la reducción
de los grupos más privilegiados sino también de de la violencia es mínima o nula pero genera
amplios sectores desfavorecidos que son los que efectos que tranquilizan a los sectores con mayor
más empeoraron en términos relativos. peso en la formación de opinión pública.
Empero, no logran reducir la delincuencia. Los Sólo un Estado con capacidad para controlar
efectos de estas políticas no son inocuos ni care- el nivel de la violencia de sus acciones puede
cen de sectores beneficiados, pues avanzan pro- obtener resultados exitosos y legitimar su accio-
tegiendo a ciertos sectores y profundizando una nar. Al no promover políticas de reducción de la
sociedad dual en la que el acceso a la seguridad violencia desde las prácticas de sus agencias de
es uno más de los bienes desigualmente distri- seguridad, las políticas públicas se vuelven parte
buidos. del problema y así la capacidad de respuesta es-
tatal queda atada a su capacidad para desarrollar
b) El Estado de Derecho sin derechos. El reco-
cada vez más violencia. (17)
nocimiento de ciertos derechos a determinados
sectores c) La seguridad por añadidura. Cuando las
propuestas se agotan en el testimonio
Si bien estas políticas tienen en la práctica con-
secuencias similares a la anterior, rechazan, por Los diagnósticos de este tercer grupo de dis-
el contrario, una retórica belicista y abiertamente cursos incluyen, por ejemplo, las manifestacio-
autoritaria e incorporan en el discurso elemen- nes de la violencia, como la violencia delictiva
tos tales como el compromiso con la legalidad y común, la institucional y la doméstica, y colocan
un rechazo a la violencia institucional. estos problemas en el contexto de la exclusión
social, económica y política. Este grupo de dis-
Según el discurso de esta propuesta, el diag-
cursos parte de una noción más amplia de ciu-
nóstico indica que el problema no sólo es el
dadanía que incluye el goce de derechos econó-
aumento de la violencia en los hechos, sino
micos y sociales. Al esbozar una definición más
también el decaimiento del imperio de la ley.
amplia de ciudadanía, surge una noción más
vasta y compleja del problema de la inseguridad,
ras o radares de velocidad; intercepción de las comunica- al menos en su enunciación.
ciones privadas; vigilancia vía satélite; arcos detectores de
metales; detectores de mentiras; exámenes antidoping; Este grupo de políticas puede ser efectivo en
analizadores de aliento; sensores de movimiento y mu-
chos más.
articular acciones de resistencia ante los avances
de la demagogia punitiva, pero su capacidad se
(15) Documento MÁS DERECHOS, MÁS SEGURIDAD;
POLÍTICAS PÚBLICAS Y SEGURIDAD EN UNA SOCIE-
muestra reducida al momento de construir pro-
DAD DEMOCRÁTICA; publicación del Centro de Estudios puestas y consensos que están al nivel del diag-
Legales y Sociales (CELS); http://www.cels.org.ar.
(16) Ibídem. (17) Ibídem.

AÑO v • Nº 07 • agosto 2015 - Derecho Penal y Criminología • 127


DPyC Política Criminal doctrina

nóstico realizado. De este modo, el análisis de la seguridad de los habitantes, inclusivo de todos
situación se organiza alrededor de dos argumen- aquellos que viven en un territorio determinado.
tos principales:
En este último sentido, la seguridad humana
-En primer lugar se busca respuesta median- atiende, por un lado, a las amenazas crónicas
te propuestas de reingeniería del poder punitivo como hambre, enfermedad y represión. Por otro
del Estado, ya sea con reformas institucionales de lado, a su vez, significa protección ante eventua-
las policías o de sus capacidades de investigación lidades que pueden perjudicar las actividades
y represión del hecho delictivo. Mejoras, induda- cotidianas de la gente, ya sea en el trabajo, en el
blemente necesarias pero, al mismo tiempo, cla- hogar o en sus comunidades. Así, la pérdida de
ramente insuficientes para enriquecer la capa- seguridad humana puede ser un proceso pau-
cidad del Estado de actuar sobre el problema de latino derivado de una catástrofe, ya sea por los
la inseguridad y generar un marco institucional resultados negativos de políticas públicas mal
que restablezca el pleno Estado de Derecho. implantadas, por fuerza de la naturaleza o por
una combinación de ambas.
-En segundo lugar, al hacer referencia a las con-
diciones de desigualdad y exclusión como una va- “La idea de seguridad humana, aunque aún
riable fundamental al momento de analizar cues- precaria, se convierte en la ruta ideal para hacer
tiones tales como la falta de respeto a la ley, el in- contrapeso a los excesos represivos que implica la
cremento de algunas prácticas delictivas o de los cultura del control”. (19)
niveles de violencia termina funcionando como
3.4. El paradigma integral de seguridad
una línea de escape al momento de diseñar pro-
puestas útiles en materia de seguridad ciudadana. Las discusiones sin acción no conducen a
Las respuestas se derivan a una mejora genérica nada. Es imprescindible actuar sobre el presente,
de las condiciones socioeconómicas, como si los ya. Para lograrlo es necesario hacer una síntesis
problemas de seguridad se solucionaran median- multidisciplinaria aprovechando el conocimien-
te una mejora general de dichas condiciones. to social actual en torno a la seguridad y delinear
un modelo integral que sirva para comprender y
Por ello, las políticas de seguridad parecen pa-
reordenar los discursos, ideas y prácticas, en oca-
ralizarse a la espera de una mejora del contexto
siones contradictorias.
y de soluciones estructurales que reduzcan los
niveles de delito. Dentro de este Modelo Integral de Seguridad,
las políticas públicas no pueden dejar de lado
3.3. El paradigma de la seguridad humana (18)
los siguientes supuestos básicos, entre muchos
Los nuevos enfoques y planteamientos sobre otros:
seguridad han dado lugar al surgimiento de fo- a) La criminalidad es multicausal
ros para discutir y encontrar modernas formas de
seguridad. Un cambio importante se ha dado en Existen factores de riesgo, en al menos cuatro
el ámbito de la justicia penal y consistió en aban- niveles: el individual, el familiar, el comunitario
donar el concepto de seguridad pública. y el social.
En primer lugar se optó por adaptar las políticas La interacción social de cada uno de estos
públicas al término de seguridad ciudadana pre- niveles hace que lo que ocurra en uno de ellos
tendiendo, bajo éste, dar certidumbre jurídica a los influya en los otros, propiciando lo que algunos
ciudadanos y no ya al Estado o sus instituciones. autores llaman “criminalidad”.
Pero la limitación de aquel término, reservado b) El estudio de la criminalidad requiere inter-
y circunscripto sólo a quienes reúnen la categoría disciplina
de “ciudadanos” ya sea por su edad, el tiempo de
residencia, etc., dio lugar a una nueva nominación: Los enfoques unitarios son parciales y por lo
general sesgados. Para estudiar el delito se re-
quiere sintetizar y utilizar los conocimientos pro-
(18) ARROYO JUÁREZ, Mario; NUEVOS PARADIGMAS
EN SEGURIDAD; Centro Internacional de Estudios sobre
Seguridad; http://www.estepais.com. (19) Ibídem.

128 • Derecho Penal y Criminología - AÑO v • Nº 07 • AGOSTO 2015


DPyC Hernán Gabriel Pasero

venientes de diferentes disciplinas y técnicas: cri- Debe comprenderse que la pretensión estatal
minología, antropología, psicología, sociología, de monopolio de la fuerza tiene sentido como
geografía, salud pública, ingeniería en sistemas, instrumento para la protección de los derechos y
Derecho, mercadotecnia, estadísticas y adminis- no para el mantenimiento del orden fáctico.
tración, entre otras.
Discutir las instituciones de seguridad implica
c) Intervenir sobre la criminalidad requiere la revertir la crisis que atraviesa el uso de la fuer-
participación de múltiples actores za por parte del Estado. En primer lugar, el uso
de la fuerza pública aparece como elemento que
Cualquier política criminológica debe tener un reproduce las lógicas de la violencia y la insegu-
carácter integral. Pretender resolver el problema ridad más que como una herramienta capaz de
exclusivamente con estrategias de carácter poli- intervenir eficazmente en la desarticulación de
cial, penales o sectoriales es limitado. esas dinámicas para solucionar potenciales con-
El camino de la solución, teniendo como obje- flictos.
tivo primordial el de la reducción de la criminali- En segundo lugar, las instituciones que admi-
dad, se halla a partir del despliegue de una serie
nistran la fuerza pública tienen grados altísimos
de acciones en diversos ámbitos: salud, educa-
de deslegitimación frente a amplios sectores so-
ción, desarrollo, seguridad y justicia, legislación,
ciales con quienes deberían interactuar a fin de
información y tecnologías, medios de comunica-
proteger sus derechos.
ción y participación ciudadana.
En tercer lugar, no se han desarrollado prácti-
d) Reconstruir los lazos de ciudadanía: arti-
cas de gobierno y control de las instituciones de
culación entre políticas públicas de seguridad y
seguridad que las incorporen dentro de la socie-
otras políticas públicas (20)
dad democrática.
La articulación entre las políticas de seguridad
Reducir la violencia de las instituciones de se-
y otras políticas públicas incluye no sólo varia-
guridad no es sólo una cuestión de principios,
bles relacionadas con la actividad laboral de las
esta violencia es en sí misma un riesgo para la
personas y políticas de empleo, sino también ac-
vida y la integridad de los ciudadanos y compo-
ciones relacionadas con el espacio público, los
vínculos sociales y la salud. Implica a las políticas nentes del problema de la inseguridad.
que intervienen sobre los modos de convivencia En vistas a reducir la violencia ejercida desde
y proporcionan recursos para el mejoramiento las instituciones policiales, se requiere garantizar
de la calidad del lazo social. Como ejemplo se un control político de aquellas que aumente su
señala la implementación de mecanismos par- trasparencia. (21)
ticipativos y autogestionados de resolución de
conflictos en barrios con altos índices de violen- f) El papel del Poder Judicial y del Ministerio
cia. Esto permite, asimismo, promover la recons- Público en materia de seguridad ciudadana
trucción de vínculos sociales que la exclusión
económica y social deterioró. La cuestión de la administración de justicia
también requiere un cambio de perspectiva, en
e) Controlar la violencia tanto se la quiera optimizar en función de la se-
guridad ciudadana.
Promover el control de la violencia supone re-
pensar las condiciones en que las instituciones Bajo esta óptica, el Poder Judicial y el Minis-
de seguridad se insertan en la sociedad e inter- terio Público tienen una responsabilidad funda-
vienen en la circulación social de esa violencia, mental para que el respeto de los derechos vuel-
de modo tal de evitar dinámicas violentas en la va a enlazarse con la seguridad ciudadana.
gestión de conflictos.
Ampliar la mirada sobre el papel de estas ins-
tituciones, desde este enfoque, implica atender,
(20) Documento MÁS DERECHOS, MÁS SEGURIDAD;
POLÍTICAS PÚBLICAS Y SEGURIDAD EN UNA SOCIE-
DAD DEMOCRÁTICA; publicación del Centro de Estudios (21) Se volverá sobre estas cuestiones en los próximos
Legales y Sociales (CELS); http://www.cels.org.ar. capítulos.

AÑO v • Nº 07 • agosto 2015 - Derecho Penal y Criminología • 129


DPyC Política Criminal doctrina

junto con el tema de la detección e investigación A su vez, en una sociedad democrática el con-
de delitos, cuestiones tales como su función de cepto y el alcance de la palabra Seguridad, está
contralor sobre los otros Poderes Públicos, el ac- vinculada en primer lugar al Derecho Humano
ceso a la justicia y la protección de los derechos a la libertad y seguridad de cada persona y, en
de los ciudadanos. segundo lugar, a la estabilidad y correcto fun-
cionamiento de las instituciones públicas que rea-
La coordinación entre políticas sociales y po- lizan el Estado democrático de Derecho que vin-
líticas de seguridad, debe incluir a las institucio- cula y organiza las relaciones entre las personas y
nes judiciales. (22) entre éstas y los bienes”. (24)
g) Coordinar el diseño de políticas públicas Concluyendo, el modelo Integral reseñado
La condición para la eficacia y el respeto por puede ser un medio eficaz para alcanzar mayores
los derechos parte de una política de seguridad niveles de seguridad. Contempla conocimiento
eficiente, democrática y basada en los derechos científico, tiempos políticos, demandas ciuda-
ciudadanos que explora las capacidades insti- danas y, lo más importante, permite la construc-
tucionales y la consistencia entre los niveles de ción de una agenda de futuro que hace posible
gobierno nacional, provincial y municipal. Esto disponer recursos, sumar voluntades y asignar
significa abandonar la idea de que los liderazgos responsabilidades para lograr una sociedad más
individuales en alguno de esos niveles, por sí segura.
mismos y por su propia autoridad, resolverán los
SEGUNDA PARTE
problemas. (23)
De la seguridad ciudadana y la política cri-
Es notable que los discursos políticos formu-
minal
lan distintas propuestas sin una diferenciación
clara de cuáles son las facultades y recursos pro- Sin dudas, un trabajo que aborde determina-
pios de cada nivel de gobierno, ya sea nacional, do conflicto necesita ubicar conceptualmente
provincial o municipal. el núcleo de la problemática. Para ello, en este
“Una política de Seguridad Ciudadana centra capítulo haré referencia a las definiciones brin-
su preocupación en los riesgos y las amenazas, dadas sobre seguridad ciudadana. Para este fin,
focalizando sus esfuerzos en las causas de ellos y opté por seguir el marco conceptual desarrollado
no en sus efectos, siempre que se tengan presente en el Informe sobre Seguridad Ciudadana y Dere-
algunos criterios básicos. Es preciso asegurar que chos Humanos del año 2009, publicado por la Co-
cualquier medida que signifique restricción de la misión Interamericana de Derechos Humanos.
libertad se funde en un orden democrático de de- Seguidamente esbozaré algunas líneas sobre
recho, que busca asegurar la justa realización de lo que últimamente es tema central —principal-
la libertad. mente desde los análisis sociológicos—: la sensa-
ción de inseguridad que a diario se instala en la
vida ciudadana.
(22) Se ampliará oportunamente más adelante. Finalmente, en un último apartado, definiré la
(23) Como ejemplo resulta sorprendente que, mientras Política Criminal y su relación con el tema segu-
los responsables de las políticas de seguridad de todos los ridad, atendiendo esencialmente al sentido de su
niveles de gobierno señalan como prioritario el control y actuación.
reducción de la circulación de armas, una decisión admi-
nistrativa de un Director Nacional haya relajado los requi- 1. Enfoque conceptual de la seguridad ciudadana
sitos para obtenerlas en todo el territorio nacional. Así, el
Director a cargo del Registro Nacional de Armas (RENAR) No resulta tarea sencilla definir el término se-
en 2003 dejó sin efecto la disposición 187/02 que estable- guridad ciudadana y mucho menos encontrar el
cía la acreditación de un correcto estado de salud psicofí-
sica y de idoneidad por parte de quien requiera permiso
para tener armas, considerando que aquella resolución (24) DOMÍNGUEZ VIAL, Andrés; HACIA UNA SEGU-
era muy gravosa para el solicitante. Documento MÁS DE- RIDAD CIUDADANA; Serie Estudios Básicos de Derechos
RECHOS, MÁS SEGURIDAD; POLÍTICAS PÚBLICAS Y SE- Humanos; Instituto Interamericano de Derechos Huma-
GURIDAD EN UNA SOCIEDAD DEMOCRÁTICA; op. cit. nos; op. cit.

130 • Derecho Penal y Criminología - AÑO v • Nº 07 • AGOSTO 2015


DPyC Hernán Gabriel Pasero

concepto más completo dentro de la doctrina ju- dimiento de que la protección de los ciudadanos
rídica. Esto en virtud de que existen variadísimos por parte de los agentes del orden debe darse en
enfoques del mismo vocablo y, en este sentido, un marco de respeto de la institución, las leyes y
circunscribir la idea del término recortando ele- los derechos fundamentales. Así, desde la pers-
mentos de un modo relativamente arbitrario lle- pectiva de los Derechos Humanos, cuando en la
varía a una visión parcializada del problema, aco- actualidad se habla de seguridad, no podemos
tando a su vez, las soluciones que se propongan. limitarnos a la lucha contra la delincuencia, sino
que se habla de cómo crear un ambiente propi-
Me pareció interesante seguir el Informe de la cio y adecuado para la convivencia pacífica de las
Comisión Interamericana toda vez que nos am- personas. Por ello, el concepto de seguridad debe
plía la mirada sobre una voz que no es ajena a poner mayor énfasis en el desarrollo de las polí-
caer en uno de los inconvenientes del lenguaje ticas de prevención y control de los factores que
natural: la textura abierta del lenguaje. generan violencia e inseguridad, y no en tareas
meramente represivas o reactivas ante hechos
Refiere aquel Informe que existe en las Amé- consumados.
ricas el uso cada vez más seguido de emplear
conceptos diferentes para aludir al mismo objeto La Comisión remarca que el accionar delictivo
de estudio. En el supuesto de la seguridad, dicho es solamente una de las tantas formas de violen-
objeto no es más que la “protección y garantía de cia que en la actualidad afectan a las personas
los Derechos Humanos frente a la violencia y el que viven en la región. El delito hace referencia
delito”. sólo a las formas de violencia tipificadas en los
ordenamientos jurídicos-penales. (25)
En ese sentido, en algunos casos se maneja
una definición muy amplia que incorpora me- El concepto de “seguridad ciudadana” es el
didas de garantías de otros Derechos Humanos más adecuado para el abordaje de los problemas
(como el derecho a la educación; el derecho a la de criminalidad y violencia desde una perspec-
salud; el derecho a la seguridad social; o el dere- tiva de los Derechos Humanos, en lugar de los
cho al trabajo, entre otros). En otros casos, por el conceptos “seguridad pública”, “seguridad huma-
contrario, la definición se reduce a las interven- na”, “seguridad interior” u “orden público”, señala
ciones de las fuerzas policiales y, eventualmente, el Informe de la OEA.
del sistema judicial.
La seguridad ciudadana aparece como una
Del mismo modo, continúa el Informe, se de las dimensiones de la seguridad humana. Si
manejan indistintamente conceptos diferentes, se toma en consideración que la seguridad hu-
como los de “seguridad pública”; “seguridad hu- mana es uno de los medios o condiciones para
mana”; o “seguridad democrática”, lo cual genera el desarrollo humano, que implica además, el
un marco impreciso desde el punto de vista téc- proceso que permite ampliar las opciones de los
nico para definir los estándares de Derechos Hu- individuos, sea el disfrute a una vida prolonga-
manos comprometidos. da y saludable, el acceso al conocimiento y a los
recursos necesarios para lograr un nivel de vida
Expresa el informe que, en oportunidades an- decente o el goce de las libertades políticas, eco-
teriores, la Comisión había sostenido que “La se- nómicas y sociales, la seguridad ciudadana es
guridad ha sido desde siempre una de las funcio- concebida como un aspecto de aquélla. Sería de
nes principales del Estado. Indudablemente, con este modo, la situación social en la que todas las
la evolución de los Estados autoritarios hacia los personas pueden gozar libremente de sus dere-
Estados democráticos, ha ido evolucionando tam- chos fundamentales, a la vez que las institucio-
bién el concepto de seguridad”. nes públicas tienen la suficiente capacidad, en el
marco de un Estado de Derecho, para garantizar
El antiguo concepto de seguridad se preocupa- su ejercicio y responder con eficacia cuando és-
ba únicamente por garantizar el orden como una tos son vulnerados.
expresión de la fuerza y supremacía del poder
del Estado. Hoy en día, los Estados democráti- (25) Vid. Informe sobre Seguridad Ciudadana y Dere-
cos promueven modelos policiales acordes con chos Humanos; Comisión Interamericana de Derechos
la participación de los habitantes, bajo el enten- Humanos; OEA; Doc. 57; dic. 2009.

AÑO v • Nº 07 • agosto 2015 - Derecho Penal y Criminología • 131


DPyC Política Criminal doctrina

La seguridad ciudadana, deviene, según el In- El sociólogo Gabriel Kessler explica en “Claves
forme, una condición necesaria —aunque no efi- del Sentimiento de Inseguridad”(29) que “el sen-
ciente— de la seguridad humana, que finalmente, timiento de inseguridad no es un fenómeno social
es la última garantía del desarrollo humano. (26) simple. Nunca fue un mero reflejo de los índices de
delito, de los cuales es relativamente autónomo:
Otro Informe, el de Desarrollo Humano para aumenta cuando se produce un incremento de la
América Central 2009-2010, señala cinco carac- criminalidad, pero una vez instalado como proble-
terísticas de la seguridad ciudadana. Ellos son: ma social, no disminuye aunque las tasas de delito
1) La seguridad ciudadana está en la base de la desciendan [...]. Un aumento brusco de las tasas
seguridad humana. históricas de delitos suele generar un fuerte temor,
aunque los índices sigan siendo comparativamen-
2) La seguridad ciudadana es la forma princi- te bajos, mientras que un importante descenso,
pal de la seguridad humana. aunque las tasas de delitos sigan siendo elevadas
—como en Bogotá o Medellín—, genera una reno-
3) Como consecuencia de la anterior, la segu-
vada confianza y una disminución del miedo”.
ridad ciudadana garantiza Derechos Humanos
fundamentales. La sensación de inseguridad como es de es-
perarse, lejos de contribuir a solucionar esta
4) La seguridad respecto del crimen es un com-
ponente esencial de la ciudadanía. problemática, por el contrario, interviene como
agravante a la hora de buscar políticas apropia-
5) La seguridad ciudadana atañe inmediata- das brindadas en el marco de la Constitución Na-
mente a la libertad que es la esencia del desarrollo cional y los Derechos Humanos.
humano. (27)
Es así que este sentimiento de ser víctima en
En los últimos años, indica el informe de la cualquier momento de un hecho ilícito provoca
OEA, se ha logrado una mejor aproximación serios efectos en los habitantes. Los principales
conceptual a la seguridad ciudadana desde la pueden resumirse del siguiente modo:
perspectiva de los Derechos Humanos.
1) Produce una fuerte carga de irracionalidad
Por último, resulta oportuno apuntar que los en el sujeto, conduciéndolo a un aislamiento y a
problemas de seguridad responden a la genera- una restricción del número de interacciones so-
lización de una situación en la cual el Estado no ciales. El individuo se procura un reducto interno,
cumple, total o parcialmente, con su función de donde se siente seguro, aumentando los disposi-
brindar protección ante el crimen y la violencia tivos que pueden garantizarle una mayor sensa-
social, lo que significa una grave interrupción de ción de seguridad: alarmas, rejas; armas; perros;
la relación básica entre gobernantes y gobernados. etcétera.
2. Enfoque sociológico de la seguridad ciudadana 2) Incrementa el delito en razón de la sensación
de impunidad y oportunidades que se transmiten
“Al hablar de Inseguridad es importante dife-
de persona a persona o por los medios de informa-
renciar el delito del temor del delito. El delito es
ción, lo que hace suponer a la delincuencia que
el hecho concreto, la materialización del hecho
puede delinquir y que el hecho quedará impune.
antijurídico, mientras que el temor del delito o la
sensación de inseguridad es el estado emocional e 3) Genera violencia institucional y policial, ya
imaginario que provoca en el sujeto la represen- que puede producir cierta tendencia al revan-
tación de una amenaza real sobre sus derechos chismo contra la delincuencia en algunos estratos
patrimoniales o extrapatrimoniales. Es la forma policiales, haciéndose un uso inapropiado de la
de miedo y temor de ser víctima de un delito”. (28) fuerza pública.

(26) Ibídem. NAL Y CRIMINOLOGÍA PARA ESTUDIANTES Y JÓVENES


(27) Véase: htto://www.hdr.undp.org/es/informes/re- GRADUADOS; La Plata; Septiembre 1996; pp. 141-148.
gionalreports/americalatinacaribe/name,19660,es.html. (29) KESSLER, Gabriel; CLAVES DEL SENTIMIENTO
(28) SOMMER, Christian G.; LA INSEGURIDAD Y SU PRE- DE INSEGURIDAD; http://www.revistatodavia.com.ar/
VENCIÓN; VIII CONGRESO NACIONAL DE DERECHO PE- todavia21/21.opinionnota.html.

132 • Derecho Penal y Criminología - AÑO v • Nº 07 • AGOSTO 2015


DPyC Hernán Gabriel Pasero

4) Provoca reacciones colectivas dadas por ma- problema público a escala nacional. La transmi-
nifestaciones que reclaman sanciones severas y un sión de noticieros desde Buenos Aires, que bajo
reforzamiento de los efectivos policiales. (30) la rúbrica cotidiana de “inseguridad” presentan
el “saldo de la jornada”, colabora en crear la idea
Kessler señala que hoy en la Argentina el sen- de una ciudad capital donde “la gente ya no pue-
timiento de inseguridad es la expresión de una de salir a la calle”. La recurrente imagen mediática
demanda hacia el Estado, percibido como inca- de la “ola de inseguridad” causa inquietud. Por tal
paz de garantizar un umbral de riesgo aceptable razón, dice Kessler que “las políticas para dismi-
en los espacios públicos y privados. Expresa que nuir el sentimiento de inseguridad deben ser es-
“el rasgo distintivo del sentimiento de inseguridad pecíficas, orientadas a restablecer la confianza en
es la aleatoriedad; lo causa toda amenaza a la la capacidad del Estado de garantizar protección e
integridad física —más que a los bienes— que pa- inclusión simbólica y real a todos los ciudadanos”.
reciera poder abatirse sobre cualquiera. La alea-
toriedad se relaciona con: 3. Enfoque político de la seguridad ciudadana
-La deslocalización del peligro, o sea, el fin de la Como indica Jorge De la Rúa, “todo reemplazo
división entre zonas seguras e inseguras, bien de- de un Código, y en este caso, un Código penal (32),
finidas en grandes y medianas ciudades del país. requiere un nivel de debate profundo, con consen-
Cuando se siente que la amenaza ha sobrepasa- so en ciertos aspectos fundamentales y así lograr
do las fronteras tradicionales y puede penetrar en que la sociedad sepa lo que se da a sí misma para
cualquier territorio, se retroalimenta la sensación regular el ejercicio del poder punitivo por parte
de inseguridad. del Estado”. (33) Allí entra a considerarse la Polí-
tica Criminal, vocablo compuesto que se desen-
-La desidentificación relativa. El temor no es
traña a continuación.
generado sólo por las figuras más clásicamente
estigmatizadas y discriminadas, sino que hay des- La realidad es que, en este capítulo reservado
confianza extendida. En efecto, en algunas entre- esencialmente a establecer conceptos y defini-
vistas se relatan robos consumados por personas ciones, al igual que lo sucedido en el término
“grandes y bien vestidas” o en barrios cerrados cir- “seguridad ciudadana”, el vocablo compuesto Po-
culan historias de hombres que entraron a robar lítica Criminal no es fácil de enmarcar concep-
“con traje y corbata”, y en los comercios de barrios tualmente. No se da un concepto único. En con-
populares, se habla de hechos delictivos protago- secuencia, cuando hacen alusión al término, al-
nizados por mujeres con bebés en brazos, o hasta gunos autores dicen una cosa y otros dicen otra.
por parejas de ancianos. (31)
De La Rúa resume algunas posiciones marca-
Ningún lugar, grande o pequeño, permanece damente diversas al definir Política Criminal. A
al margen de las influencias externas. Los me- su vez señalo una última definición, básicamente
dios de comunicación y, en especial la televisión, dogmática. Veamos cuáles son esas definiciones:
intensifican la percepción de otras realidades. El
espacio mediático común contribuye a instalar un a) La posición tradicional, desde Soler (34),
tomó la dicotomía de Von Lisz: El Derecho Penal
(30) BECKER, Howard; LOS EXTRAÑOS; Bs. As.; Ed. De es lo que es y la Política Criminal lo que debe ser.
Tiempo Contemporáneo; 1971. La Política Criminal es, para esta posición, el es-
(31) “No obstante, la desidentificación es, como dice tudio de la mejora de la ley.
Kessler, relativa, pues las figuras clásicas de estigma y temor
siguen siendo compartidas, mientras que hay otras más te- (32) Agrego en este sentido, cualquier reforma legis-
mibles según el sector social, sexo, grupo de edades y área lativa, ya sea nacional, provincial o de jurisdicción mu-
de residencia. Los policías y guardias de lugares de diver- nicipal.
sión (los ‘patovicas’) son fuente de temor sobre todo para
los jóvenes de sectores populares. Los agresores sexuales lo (33) DE LA RÚA, Jorge; LA POLÍTICA CRIMINAL EN
son para las mujeres de barrios del conurbano bonaerense. ARGENTINA; en ANALES; Academia Nacional de De-
Gente como ‘limpiavidrios’ o ‘cartoneros’ son fuente de te- recho y Ciencias Sociales de Córdoba; año 46; Ene./Dic.
mor para gente que habita los sectores altos de la ciudad de 2007; pp. 69-76.
Buenos Aires. Mientras que otros temen a la policía y des- (34) SOLER, Sebastián; DERECHO PENAL ARGENTI-
confían de los guardias privados”. KESSLER, Gabriel; op. cit. NO; Ed. TEA; Bs. As.; 1999.

AÑO v • Nº 07 • agosto 2015 - Derecho Penal y Criminología • 133


DPyC Política Criminal doctrina

b) Por otro lado, con mayor actualidad se desa- Justicia en la Política Criminal se destacan sobre
rrolla una posición según la cual, el propio Dere- todo el principio de culpabilidad, el principio del
cho Penal es la concreción de una política crimi- Estado de Derecho y el principio de humanidad”.
nal, de modo tal que no están separados por un Afirma después que “para asegurar la vigencia
muro, sino que están entrecruzados. del Estado de Derecho, deben limitarse las inter-
venciones del aparato sancionador a las que sean
c) Roxin (35), con su método funcional teleoló- estrictamente necesarias, y particularmente con
gico, parte del fin de la pena y del fin de protec- respeto al principio de proporcionalidad”. (37)
ción de la norma con fundamentación político-
criminal. Como se observa, las posturas reseñadas de-
fienden visiones originales, dispares, pero poco
d) Otra concepción es la brindada por Zaffaro-
aportan al momento de clarificar el panorama.
ni. (36) Este autor asegura que la Política Criminal
En esta confusión es imprescindible definir la
es un sustituto de la política. Su idea surge a par-
Política Criminal del Estado argentino y sus
tir de considerar que el Derecho Penal no puede
cuestiones, como expresa De La Rúa. No tienen
permanecer separado de la política y para evitar el
que ser abordadas oportunistamente por funcio-
escándalo de semejante negación, se inventó un
sustituto que da la impresión de mantener la in- narios políticos de turno, ni por jueces locuaces o
terdisciplinariedad. Para Zaffaroni, la apelación a por el jefe de policía que pareciera ser el hombre
los argumentos del ser y del deber ser y la función de la Política Criminal.
preventiva general de la pena, permite que las po- 3.1. La técnica de las “Checklisten” como herra-
líticas sancionen leyes con falsos fines manifiestos mienta de la política criminal
aumentando el ámbito de arbitrariedad crimina-
lizante y el de vigilancia policial. Allí radicaría la La forma más visible de actuación de la política
función de la Política Criminal. criminal es a través de las leyes. Mediante la san-
ción, reforma o derogación de la legislación, el
e) Jescheck define a la Política Criminal como Estado, en cualquiera de sus niveles, direcciona
la disciplina que “se ocupa de cómo debe confor- las políticas que considera adecuadas para admi-
marse el Derecho Penal para cumplir mejor su nistrar el país.
misión de proteger a la sociedad. La Política Cri-
minal conecta con las causas del delito, se ocupa En materia de seguridad, la política criminal en
de cómo hayan de recogerse correctamente los los últimos años ha tenido un trabajo incesante
elementos de los tipos penales para responder a merced al aumento de hechos delictivos, trabajo
la realidad de aquél; intenta determinar los efec- que, inclusive, se vio forzado a partir de los recla-
tos de las sanciones empleadas en el Derecho Pe- mos populares masivos o reacciones colectivas
nal; considera hasta qué limite puede extender el que, en términos de Becker, en el sentimiento
legislador el Derecho Penal para no restringir la de inseguridad “dan la voz de alarma” al sentirse
esfera de libertad del ciudadano más allá de lo víctimas o eventuales víctimas de delitos.
absolutamente indispensable, y examina si el De-
recho Penal material se encuentra configurado de Las políticas públicas giraron —y aún lo ha-
manera que pueda realizarse en el proceso penal. cen— en torno a sanciones de leyes más gravo-
Aunque la Política Criminal sea también, como sas; modificaciones al Código Penal y a los Có-
toda ciencia, libre en su investigación y se halle digos Procesales locales; reformas de leyes; muy
sometida tan sólo a la verdad, hay que contar pocas derogaciones; actuaciones administrati-
con ciertos límites para el logro de las metas legis- vas a partir de reglamentaciones que intentaban
lativas que propone. No todo lo que parece con- poner en práctica proyectos de leyes, etcétera.
veniente es asimismo justo. Como criterios de la
Toda esta proliferación de normas jurídicas,
muchas de ellas innecesarias, contradictorias o
(35) ROXIN, Claus; POLÍTICA CRIMINAL Y SISTE-
MA DEL DERECHO PENAL; 2ª edición; Ed. Hammurabi
reiterativas, que la doctrina bautiza con el nom-
S.R.L.; 2000. bre de “contaminación legislativa” o “marca nor-
(36) ZAFFARONI, Eugenio R.; MANUAL DE DERECHO
PENAL -PARTE GENERAL-; 2ª edición; Ed. S.A. Editora, (37) JESCHECK, Hans H.; TRATADO DE DERECHO PE-
Comercial, Industrial y Financiera; 2006; p. 126. NAL; Parte General; Ed. Comares; p. 18.

134 • Derecho Penal y Criminología - AÑO v • Nº 07 • AGOSTO 2015


DPyC Hernán Gabriel Pasero

mativa” o “indigestión del cuerpo social” (38), en Advierte el autor que las checklisten no evitan
nuestro país y respecto de la problemática de la que se dicten normas innecesarias cuando se
inseguridad, se dio a una velocidad que podría sabe que lo son, pero sí pueden evitar que por
llamarse histórica en los últimos diez años. error se propicie y se sancione una norma inne-
cesaria, contradictoria, ineficaz o inconveniente.
En el afán de encontrar soluciones o calmar
el estado general de disconformidad social, los En nuestro país, la organización constitucional
debates parlamentarios, necesarios en toda san- permite adaptar algunos ítems cuya inclusión en
ción o reformulación legislativa, se hicieron ago- checklisten resultaría favorable si llegara a apli-
biantes, por lo que su escasa práctica fue justifi- carse esta técnica en el ámbito gubernamental.
cada por la urgencia (o en términos políticos, por Así, al momento de diseñar, proyectar, sancionar
la emergencia). y promulgar alguna ley sobre inseguridad, sería
de gran utilidad, previo al debate parlamentario
De este modo, la contaminación legislativa, ineludible, preguntarse, v.gr.:
como expresa Leiva Fernández, rompió el equili-
brio del sistema de las leyes debido al crecimien- -¿Es jurídicamente obligatorio dictar una ley en
to descontrolado de las normas legislativas y a la esta materia?
dificultad de eliminar los residuos (normas de-
rogadas). Esa inflación legislativa golpea a diario -¿Qué Cámara del Congreso debe iniciarla?
al operador del derecho desde el momento que -¿Existe legislación federal o común anterior?
tiene que verificar si una norma legal deroga otra
anterior sin referirlo expresamente. -¿Existe algún proyecto sobre el tema que haya
sido presentado en el Congreso?
Como lo indica el autor citado, este fenómeno
no puede ser remediado por la ciencia del Dere- -¿Aplicar la ley requiere una partida presupues-
cho, porque parte de su objeto de estudio es in- taria?
terpretar las leyes existentes.
-Etcétera. (40)
El control de esta legislación masiva puede
efectuarse desde la Técnica Legislativa encarga- TERCERA PARTE
da de la composición y redacción de las leyes y Del análisis del conflicto en el ámbito de los
disposiciones jurídicas. Para alcanzar su fin, la Derechos Humanos
legística (como la doctrina alemana llama a la
Técnica Legislativa) hace uso de las checklisten. Como ya se sabe, la seguridad ciudadana no
“Una checklisten es un conjunto de directrices puede ser estudiada independientemente del
redactadas en forma de cuestiones que deben te- marco de los Derechos Humanos. De este modo,
nerse presentes desde el inicio de la redacción de la figura en análisis halla sustento normativo
un proyecto legislativo”. (39) suficiente para su observancia, tanto nacional
como internacional.
Estas checklisten son redactadas en forma de
cuestionario de manera tal que pueden contestarse No obstante no surgir expresamente en las
indicando en casilleros “SÍ” o “NO”. Por ejemplo: normas internas (Constitución Nacional, pro-
vincial o leyes de rango inferior), el derecho a la
-¿Es realmente necesario hacer algo?; seguridad frente al delito o a la violencia inter-
-¿Hay que actuar ahora?; personal o social se halla implícito en el bloque
de Tratados Internacionales, obligando a los Es-
-¿Es razonable la relación costos-beneficios?; tados-Parte a adecuar su legislación conforme al
compromiso internacional asumido.
-Etcétera.
(40) Téngase en cuenta que cada pregunta, a su vez,
(38) LEIVA FERNÁNDEZ, Luis F. P.; CHECKLISTEN: contiene subpreguntas que amplían o fundamentan la
UNA TÉCNICA CONTRA LA INFLACIÓN LEGISLATIVA; respuesta inicialmente dada. Por razones de espacio en
La Ley, 1996-E, 1324 y ss. este Trabajo las he omitido. Véase para mayor informa-
(39) LEIVA FERNÁNDEZ, Luis F.P.; op. cit. ción: LEIVA FERNÁNDEZ, Luis; op. cit.

AÑO v • Nº 07 • agosto 2015 - Derecho Penal y Criminología • 135


DPyC Política Criminal doctrina

Puede entenderse que ese derecho surge de la 3) Obligaciones de asegurar al titular del dere-
obligación del Estado de garantizar la seguridad cho a acceder al goce del mismo cuando no pueda
de la persona en los términos del artículo 3 de la hacerlo por sus medios.
Declaración Universal de Derechos Humanos,
al disponer: “Todo individuo tiene derecho a la 4) Obligaciones de promover caracterizadas
vida, a la libertad y a la seguridad de su persona”. por el deber de desarrollar condiciones para que
los individuos accedan al bien.
Por su parte, el artículo 1º de la Declaración
Americana de los Derechos y Deberes del Hom- La Comisión remarca una importante obliga-
bre, expresa: “Todo ser humano tiene derecho a la ción estatal vinculada al esclarecimiento judicial
vida, a la libertad y a la seguridad de su persona”. de las conductas ilícitas, eliminando la impuni-
Coincidentemente el artículo 7º de la Conven- dad y evitando su repetición.
ción Americana sobre Derechos Humanos pres-
1. Obligaciones de los Estados conforme a la
cribe: “Toda persona tiene el derecho a la libertad
Convención Americana
y a la seguridad personales”.
Relacionados con la seguridad ciudadana, el
Finalmente, en el mismo sentido, el artículo 9
Pacto de San José de Costa Rica protege el dere-
del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Po-
cho a la vida (artículo 4º); a la integridad perso-
líticos consagra el derecho de todo individuo a la
libertad y a la seguridad personal. nal (artículo 5º) y a la libertad (artículo 7º). Entre
los compromisos asumidos por los Estados-Par-
Si bien los Tratados mencionados aluden a la te, el artículo 1º de la Convención establece: “Los
seguridad, la Comisión Interamericana ha consi- Estados-Partes se comprometen a respetar los de-
derado que “la base de las obligaciones exigibles rechos y libertades reconocidos en ella y a garan-
al Estado se encuentra en un plexo normativo tizar su libre y pleno ejercicio a toda persona que
que interpela la garantía de derechos particula- está sujeta a su jurisdicción, sin discriminación
res afectados por conductas violentas o delictivas, alguna por motivos de raza, color, sexo, idioma,
cuya prevención y control son los objetivos de las religión, opiniones políticas o de cualquier otra
políticas sobre seguridad ciudadana. Concreta- índole, origen nacional o social, posición econó-
mente, este cúmulo de derechos está integrado por mica, nacimiento o cualquier otra condición so-
el derecho a la vida; el derecho a la integridad físi- cial”.
ca; el derecho a la libertad; el derecho a las garan-
tías procesales y el derecho al uso pacífico de los Los Estados tienen la obligación de adoptar
bienes, sin perjuicio de otros derechos”. medidas para prevenir la vulneración de dere-
chos vinculados a la seguridad ciudadana. Medi-
El último Informe de la Comisión Interameri- das aquéllas de carácter jurídico, político, admi-
cana reconoce que la inseguridad generada por nistrativo y cultural que promueven la salvaguar-
la criminalidad y la violencia en las Américas da de los Derechos Humanos y que aseguran
constituye un gran problema donde está en jue- que su posible conculcación sea efectivamente
go la vigencia de los Derechos Humanos. considerada y tratada como un hecho ilícito sus-
ceptible de acarrear sanciones para quien las co-
La principal directiva en materia de políticas
meta, así como la obligación de indemnizar a las
sobre seguridad debe evaluarse desde la pers-
víctimas por sus consecuencias perjudiciales.
pectiva del respeto y garantía de los Derechos
Humanos. Estas políticas involucran obligacio- Es necesario tener en cuenta, sin embargo, que
nes positivas y negativas por parte del Estado en los Estados no son responsables por cualquier
cuatro niveles: violación de Derechos Humanos cometida entre
1) Obligaciones de respetar sin obstaculizar, im- particulares dentro de su jurisdicción. Las obli-
pedir o sin injerencia estatal en el acceso al goce gaciones de garantía a cargo de los Estados no
de los bienes que constituyen el objeto del derecho. implican una responsabilidad ilimitada de éstos
frente a cualquier acto o hecho de particulares.
2) Obligaciones de proteger, impidiendo que Sus deberes de adoptar medidas de prevención
terceros interfieran, obstaculicen o nieguen el ac- y protección de los particulares en sus relaciones
ceso a aquellos bienes. entre sí se encuentran condicionados al cono-

136 • Derecho Penal y Criminología - AÑO v • Nº 07 • AGOSTO 2015


DPyC Hernán Gabriel Pasero

cimiento de una situación de riesgo real e inme- CUARTA PARTE


diato y a las posibilidades razonables de prevenir
o evitar ese riesgo. Previo a atribuirle automática- De la seguridad y la política criminal en
mente responsabilidad al Estado, debe atenderse Argentina
a las circunstancias particulares del caso. (41) Las políticas públicas sobre seguridad en nues-
Otra obligación importante del Estado, surgida tro país han adquirido gran protagonismo en las
de la Convención Americana, es la de investigar últimas décadas. Fundadas en el aumento de la
conductas que afectan los derechos protegidos delincuencia y bajo los síntomas de una profun-
en ella. Esta obligación deriva de la garantía ge- da sensación de inseguridad, la política criminal
neral establecida en el artículo 1.1, en conjunto ha proliferado con serios cambios legislativos,
con el derecho sustantivo que debe ser ampa- políticos y administrativos.
rado, protegido y garantizado y las garantías Señala Binder (42) que el debate sobre los pro-
del debido proceso y protección judicial de los
blemas de seguridad en nuestro país transita por
artículos 8º y 25. De este modo, es deber del Es-
carriles superficiales. Nota que se ha producido
tado, toda vez que las autoridades tengan cono-
un aumento en la intensidad, extensión y pro-
cimiento sobre alguna conducta que haya afec-
fundidad de la inquietud por los temas referidos
tado los derechos protegidos en la Convención y
a la inseguridad personal y colectiva pero es poco
sea perseguido de oficio, iniciar sin dilación una
el avance en el análisis, comprensión y diseño de
investigación seria, imparcial y efectiva, por to-
soluciones frente al progreso real de la crimina-
dos los medios legales disponibles, orientada a la
lidad o el miedo frente a la inseguridad. Muchos
determinación de la verdad y el enjuiciamiento y
menos aun, continúa Binder, puede probarse la
eventual castigo de los autores.
ejecución de políticas de seguridad o políticas
Durante el proceso, sea en la etapa de investi- criminales que superen las meras promesas de
gación como en el trámite judicial, las víctimas acabar con los criminales. La falta de ideas y de
o sus familiares deben tener oportunidad de profundidad, sumada a la ausencia de políticas
participar y ser escuchados, tanto en el esclareci- verdaderamente eficaces, va generando la idea
miento de los hechos y la sanción de los respon- de que la inseguridad es un “fenómeno natural”
sables, como en la búsqueda de una justa com- que no puede revertirse.
pensación.
En aquel sentido, Binder realiza una reformu-
Si las conductas ilícitas se atribuyen a particu- lación conceptual. Aclara que lo que se deno-
lares, de no ser investigadas seriamente, tal falta mina fenómeno criminal o criminalidad no es
comprometería la responsabilidad internacional una realidad natural sino que es el entrecru-
del Estado. Por su parte, si las acciones involu- zamiento de fenómenos culturales (conflictivi-
cran a agentes estatales, los Estados tienen una dad) y políticas estatales (procesos de crimina-
espacial obligación de esclarecer los hechos y lización). Se distinguen así, dos elementos de la
juzgar a los responsables. misma temática: la conflictividad de base, de la
que poco se sabe en nuestro país y, a su vez, los
Por último, relacionado con la seguridad ciu- procesos de criminalización hechos totalmente
dadana, la Corte Interamericana ha establecido a ciegas frente a los primeros. Este proceder a
que resultan inadmisibles las amnistías, las dis- ciegas y basado, en la mayor parte de los casos,
posiciones de prescripciones y el establecimien- en la urgencia, fundan la idea del orden como
to de excluyentes de responsabilidad que preten- paradigma elemental de comprensión del fenó-
dan impedir la investigación y posterior sanción meno criminal. Según esa visión, toda conflic-
de los responsables de graves violaciones de los
tividad es un desorden y como tal, un desequi-
Derechos Humanos, v. gr. tortura; ejecuciones
sumarias, extralegales o arbitrarias y las desapa-
riciones forzadas de personas. (42) BINDER, Alberto M.; EL CONTROL DE LA CRIMI-
NALIDAD EN UNA SOCIEDAD DEMOCRÁTICA. IDEAS
PARA UNA DISCUSIÓN CONCEPTUAL; en Seguridad
(41) Informe sobre Seguridad Ciudadana y Derechos Ciudadana. Nuevos Paradigmas, reforma policial y po-
Humanos; Comisión Interamericana de Derechos Huma- líticas innovadoras; compilador Kessler Gabriel; Ed. Ed-
nos; OEA; op. cit. hasa.

AÑO v • Nº 07 • agosto 2015 - Derecho Penal y Criminología • 137


DPyC Política Criminal doctrina

librio de la armonía social que debe ser resta- 1. La problemática de la política criminal
blecido. (43) Argentina
Como consecuencia de lo considerado ante- Como se ha mencionado anteriormente, la
riormente, una política es una política de resta- última década se ha caracterizado, en materia
blecimiento del orden. (44) político-criminal, por una profusa actividad le-
gislativa penal y procesal penal. Se ha sucedido
Para Binder, la forma en que actualmente se ve
una larga serie de reformas al Código Penal y le-
el fenómeno de la criminalidad es ya una con-
yes complementarias, motivada en su mayoría
dición de ineficacia de las políticas criminales o
por hechos de trascendencia que conmovieron a
de seguridad. Ello en razón de que al problema
señalado anteriormente, se suma un segundo la opinión pública.
inconveniente en el modo de analizar la insegu- La gran lista de reformas se refiere a la creación
ridad y su control que influye de forma directa en de tipos penales o a la incorporación de nuevas
el éxito de las políticas públicas de seguridad y en situaciones en tipos ya existentes o en sus agra-
las de persecución penal. vantes, y en incrementos de penas. Pero lo tras-
Continúa el autor citado señalando que co- cendente de estas reformas radica en la rapidez y
tidianamente se enfrenta al problema de la cri- frecuencia en que fueron llevadas a cabo, lo que
minalidad bajo una larga tradición moralista del condujo, como era de preverse, a un gran caos
Derecho Penal (mala in se) que hace pensar que normativo e interpretativo.
el problema es el de una conducta que merece
Respecto a la materia procesal penal, el núcleo
un reproche y, por tal, debe ser castigada.
de las modificaciones atiende, en líneas genera-
Por un déficit de producción teórica (escaso les, al régimen de excarcelaciones. (46)
desarrollo del análisis político-criminal), se pre-
tende hacer política criminal o de seguridad des- Silva Sánchez (47) explica que uno de los ras-
de el Derecho Penal. Se olvida así, según Binder, gos más significativos de las sociedades de la era
todo el proceso que lleva a tomar la decisión de postindustrial es la sensación general de insegu-
que una determinada área de conflictos reclama ridad creada en gran medida por la proliferación
la intervención violenta (ya sea reactiva o disua- del fenómeno delictivo. En ese marco, la política
siva) y restringe el debate al aumento o disminu- criminal del Estado habrá de recurrir (aunque
ción de la intensidad de la respuesta penal, que no exclusivamente) al establecimiento de nor-
en la gran mayoría, es notoriamente ineficiente y mas que regulan relaciones sociales esenciales
no produce resultados reales de protección. y sanciones para su transgresión. Entiende que
sólo parte de la política criminal se dedica a la
Por otra parte, la visión sobre las personas determinación de las conductas punibles, ya que
debe vincularse necesariamente al estudio de la la disciplina tiene por objeto la respuesta estatal
política criminal. La mirada sobre las personas integral al fenómeno del delito, que no se limita,
adquiere centralidad porque ha sido la Crimino- a pesar de lo que parece entender el legislador,
logía la disciplina que más consistentemente se a prever nuevos tipos penales o a modificar pe-
ha pensado a sí misma como productora de tec-
nologías de control de la criminalidad. (45)
siempre la mirada que viene a nuestros días desde la vie-
ja estadística policial o judicial y, entre estas últimas, las
(43) Ibídem. encuestas sobre victimización. Sólo muy recientemente,
(44) Ampliaré estas ideas tratando, por un lado, el fenó- el análisis espacial del delito (los llamados mapas del deli-
meno de las políticas criminales diseñadas como reaccio- to) ha roto ese predominio aunque con un uso aún insufi-
nes elementalmente irracionales, arbitradas bajo circuns- ciente y precario. BINDER, Alberto M.; op. cit.
tancias de urgencia, escaso debate político y guiadas por (46) QUIAN ZAVALÍA, Santiago; LA POLÍTICA CRIMI-
la necesidad de alcanzar el orden social a cualquier precio. NAL Y SEGURIDAD CIUDADANA: ENSAYO CRÍTICO SO-
Por el otro lado, surgen nuevos principios como conse- BRE EL CASO ARGENTINO; Revista “El Derecho Penal”
cuencia del fracaso de la anterior política que apuntan a lo de “El Derecho”; sept. 2004.
que llamo acción preventiva fundada en una visión diver- (47) SILVA SÁNCHEZ, Jesús M.; LA EXPANSIÓN DEL
sa a las de las ideas del orden. DERECHO PENAL. ASPECTOS DE LA POLÍTICA CRI-
(45) Gran parte de la información que hoy producimos MINAL EN LAS SOCIEDADES POSTINDUSTRIALES; Ed.
se centra en contar casos y definir personas. Esa ha sido Civitas; p. 32.

138 • Derecho Penal y Criminología - AÑO v • Nº 07 • AGOSTO 2015


DPyC Hernán Gabriel Pasero

nas, sino que también incluye los métodos que también al estudio de las otras manifestaciones
tienden a evitar la comisión de delitos, es decir, delictivas que provocan la disminución de su
la llamada prevención delictiva. aptitud preventiva (fundamentalmente la men-
cionada delincuencia organizada, la económica
Es necesario comprender que la actividad del
y de la corrupción administrativa).
Estado, a través de la política criminal, no pue-
de referirse exclusivamente a la respuesta ex post 2. La política criminal Argentina: una cuestión
facto para arribar a niveles aceptables de seguri- de “legística rudimentaria”
dad ciudadana, sino que debe asignarse especial
atención a medidas ex ante. Esta última es la pre- La última década ha dado las pautas para cali-
vención delictiva de un Estado, a la que se arriba ficar la política criminal argentina dentro del pa-
con un estudio de las causas de las distintas ma- radigma de lo que llamo Reacción Irracional. La
nifestaciones criminales y el establecimiento de respuesta estatal frente a la creciente ola de inse-
mecanismos tendientes a eliminarlas o contro- guridad se fundó en una política que sin pensar
larlas, con adecuación a los distintos grados de seriamente la cuestión, sin debate profundo y
complejidad, ya que no es la misma la respuesta sin previsión de sus consecuencias, propugnaba
que habrá de darse a la delincuencia violenta su- desvirtuar una acción delictiva inicial.
burbana llevada a cabo por sectores marginales
de la población, que a las manifestaciones delic- La actividad consistente en la selección de
tivas organizadas o económicas. conductas pasibles de sanción penal y de moda-
lidades de la respuesta punitiva debe plasmarse
La política criminal, afirma la doctrina, no ten- a través de lo que el jurista Carlos Mahiques lla-
dría que conformarse con dar una respuesta a los ma “canales formadores del consenso”. Estos ca-
delitos ya ocurridos, sino lograr que su ocurren- nales basan su teoría y práctica en el Constitucio-
cia, cuanto menos, disminuya, puesto que de lo nalismo Penal, el Derecho Penal Internacional y
contrario su efectividad quedaría seriamente li-
el Derecho de los Derechos Humanos. (49)
mitada. Y ello no se logra solamente con amena-
zar a través de la imposición de una pena. Mahiques concluye que los argumentos que
Asimismo, no se desconoce que los incre- motivaron la política de los últimos años en nues-
mentos de pena que en los últimos años se han tro país se dispusieron alrededor de un consenso
promulgado se refieren esencialmente a la delin- artificial fundado exclusivamente en el reclamo
cuencia primaria o “violenta” (sea contra las per- popular, que exhibe un conjunto de respuestas
sonas, la integridad sexual, la libertad y la pro- espasmódicas ante ese reclamo y que termina por
piedad) que muchas veces es generada por otras dar una legislación meramente simbólica preo-
manifestaciones de delincuencia más impercep- cupada por crear en las personas la impresión de
tibles pero quizás con mayor impacto social. (48) tener el problema bajo control.
En este sentido, la delincuencia organizada o la
La legislación así dada no soluciona ni morige-
económica es la generadora de aquellas manifes-
taciones delictivas primarias e inmediatamente ra el fenómeno delictivo; tampoco importa una
perceptibles por su afectación directa a intereses disminución estadística de la comisión de ilíci-
individuales. tos; por el contrario, es un discurso meramente
aparente y de breve viabilidad ya que a corto pla-
Si el Estado pretende morigerar los índices de zo cae por su ineficacia. (50)
la delincuencia violenta cometida por sectores
marginales con finalidades generalmente econó- (49) MAHIQUES, Carlos A.; CUESTIONES DE POLÍTI-
micas (robos con armas; secuestros extorsivos; CA CRIMINAL Y DERECHO PENAL; Fabián Di Plácido
etc.) no solamente debe considerar las causas de editor; cap. 3º.
la exclusión y tratar de paliarlas, sino que debe (50) “Además, la cuestión revela también otra conse-
abandonar la tendencia a desarrollar una acti- cuencia muy grave, y es que promueve el distanciamien-
vidad político-criminal limitada al análisis de to de la ciudadanía con los Tribunales. Cierto es que la
las expresiones ilícitas primarias, para abocarse complejidad del lenguaje jurídico empleado y la especia-
lidad de disciplinas muchas veces conspira contra el acer-
camiento, pero la actividad legislativa irreflexiva acentúa
(48) QUIAN ZAVALÍA, Santiago; op. cit. la tendencia”. MAHIQUES, Carlos A.; op. cit.

AÑO v • Nº 07 • agosto 2015 - Derecho Penal y Criminología • 139


DPyC Política Criminal doctrina

2.1. El aumento del sistema penal argentino de las reglamentaciones estatales, que no protegen
bienes ya existentes, sino que se dictan al servicio
a) Delitos de poca significancia de las misiones públicas de orden y bienestar, en
Uno de los principios que surgen del artículo cuanto desobediencias éticamente incoloras, deben
19 de la Constitución Nacional es el de ofensi- castigarse con sanciones no criminales”.
vidad, según el cual sólo merece sanción penal
c) El Derecho Administrativo sancionatorio
aquella conducta que tenga al menos un mínimo
de potencialidad de dañar un bien jurídico de- La propensión a prever como figuras delictivas
terminado. las meras infracciones normativas aludidas en el
La intervención del aparato punitivo debe li- apartado anterior, sin ofensividad suficiente, se
mitarse a los supuestos en que haya una lesión, debe a una falta de respuesta por parte del Dere-
se produzca un peligro concreto o se verifique cho Administrativo sancionatorio. Este inconve-
una conducta que revista cuanto menos la posi- niente está motivado, en primer lugar, por la di-
bilidad de poner en riesgo el objeto de tutela. ficultad de establecer ordenamientos uniformes
en todo el país debido a la naturaleza local del
La política criminal de los últimos tiempos se Derecho Administrativo.
ha basado en la creación, en gran parte, de tipos
penales que describen conductas que no tienen En segundo lugar, existe cierta ineficiencia de
aptitud ofensiva suficiente y que, por lo tanto, de algunos órganos en virtud de la carencia de me-
ninguna forma ameritan una respuesta sancio- dios idóneos para operar en supuestos de com-
natoria penal del Estado, que siempre aparecerá plejidad técnica.
como desproporcionada.
Frente a esta situación se opta por la respuesta
b) Delitos de mera infracción normativa penal ya que sin dudas es más disuasiva que la
sanción administrativa (por fundamentos pre-
Algunas descripciones normativas han inclui- ventivos generales), pero éste no es un argumen-
do conductas con ofensividad suficiente y otras to válido ya que importa una renuncia parcial al
que no lo eran tanto. En esos delitos llamados principio de última ratio, que es una de las direc-
de mera infracción normativa, el legislador ha trices del moderno Derecho Penal.
establecido una serie de pautas administrativas
obligatorias, cuyo incumplimiento habilita la im- Pero, ¿cómo conciliar el Derecho Administrati-
posición de sanciones penales. (51) vo de esencia local con la posibilidad de establecer
normas administrativo-sancionatorias con validez
Roxin (52), en su obra Derecho Penal -Parte Ge- en todo el país, en vez de optar por respuestas pe-
neral-, critica la inclusión en la legislación penal nales ante las meras infracciones normativas? Es
de estas meras infracciones normativas [contra- posible, responde la doctrina, en la medida en que
venciones para el autor]. Basa su negación argu- haya “cuestión federal” ya que el Estado Nacional
mentando que “los autores que han pre-elaborado está legitimado para dictar legislación administra-
científicamente el Derecho Contravencional fueron tiva destinada a la regulación de los presupuestos
esencialmente codeterminados por la idea de que mínimos de actividades particulares y las sancio-
el Derecho Penal tiene que proteger bienes jurídicos nes que se correspondan a sus incumplimientos.
previamente dados, mientras que las infracciones
Existirá, por tanto, cuestión federal, cuando al-
(51) Ejemplo de este supuesto lo brinda la ley 25.761 gunos preceptos constitucionales exijan para su
que fija un régimen normativo para la actividad del desar- materialización el dictado de normas que regulan
mado de automotores, el cual exige una habilitación pre- su puesta en acto y establezcan la forma en la que
via, emisión de un certificado de baja del automotor en el determinados procederes deben desarrollarse
Registro de la Propiedad, etc., y requisitos posteriores que
debe cumplir quien realice esta actividad, reprimiéndose —normas programáticas—; allí es cuando se en-
penalmente a quien procede al desguace de un vehículo cuentra habilitada la intervención nacional. (53)
con el objeto de utilizar sus partes, sin la autorización que
establece la misma ley. (53) Ejemplo de ello pueden ser las normas administra-
(52) ROXIN, Claus; DERECHO PENAL -PARTE GENE- tivas medio-ambientales; las que pretenden la defensa de
RAL-; Ed. Civitas; 2008. los consumidores; las que se refieren al desempeño de las

140 • Derecho Penal y Criminología - AÑO v • Nº 07 • AGOSTO 2015


DPyC Hernán Gabriel Pasero

La doctrina resalta el cuidado que ha de tener- Mahiques explica que una política criminal ra-
se en la selección de las conductas para integrar cional, que considere datos empíricos, no puede
el Derecho Administrativo sancionatorio, ya que ignorar que la eficacia preventiva de la pena de-
si bien la respuesta que se asigne será de menor pende más de la certeza, inexorabilidad e inme-
entidad que la penal, lo cierto es que también es diatez en su imposición, que de la medida de su
menor el marco de garantías procedimentales. severidad. (54)
d) La necesidad de sanciones alternativas a la 2.2. Incongruencias intrasistemáticas de las úl-
pena timas reformas penales
Aparece como conveniente la adopción de a) Falta de adecuación de institutos de la Parte
sanciones alternativas a la pena para supuestos General del C.P. a las nuevas realidades
de escasa ofensividad, como podría ocurrir en
el delito de daño, usurpación, hurtos, amena- Es notable, a poco que se comienza a rela-
zas simples, etc., en los que podría optarse por cionar la Parte General del Código Penal con la
respuestas restitutivas o educadoras. Ello aun Parte Especial, que los Institutos de aquella pri-
prescindiéndose de la voluntad de la víctima en mera parte no se adecuan a las nuevas realidades
términos de sanción o de resarcimiento. sociales. Tales desajustes se notan, por ejemplo,
con la inclusión de la suspensión del proceso a
Debe quedar en claro que se hace referencia
prueba. (55) Durante el debate parlamentario,
a sanciones alternativas a la pena y no proce-
uno de los senadores que aprobaba el proyecto
dimientos de mediación, ya que la cuestión, si
amerita intervención del Derecho Penal con la explicaba que “lo que pretende este Instituto es
consecuente expropiación del conflicto, no pue- atender a cada delincuente primario, ocasional o
de depender exclusivamente de la voluntad de que comete un delito una sola vez en la vida. Por
las partes. eso, existe una política social del Código Penal
que apunta a contemplar la situación de aque-
e) La relación entre la calidad y la cantidad de llos delincuentes que en determinados delitos
la respuesta punitiva y los niveles de inseguridad culposos terminan siendo condenados porque las
ciudadana circunstancias del caso lo conducen a la condena
siendo, que tal vez, nunca más esa persona vuelva
La única respuesta que prácticamente se ha
a cometer un acto ilícito. Un homicidio culposo,
brindado ante los reclamos de la ciudadanía que
busca la disminución de la inseguridad, ha sido, por ejemplo, sería el caso de quien atropella a una
en los últimos años, un notorio incremento de persona con un vehículo. Esa es la política crimi-
las escalas punitivas previstas normativamente. nal a la que apunta este Instituto, y en esa direc-
Asimismo, la descripción de nuevas situaciones ción va encaminado”. (56)
a las que se atribuye una pena (tipo legal) y al-
guna reforma en la organización de la policía o (54) Nunca estuvo más clara esta cuestión que en el
el aumento del número de los integrantes de las presente. La anterior redacción del Código Penal no tenía
previsión de una agravante para el caso en que ocurriera
fuerzas de seguridad al patrullaje. el homicidio de la víctima de un secuestro extorsivo. La ley
25.742, que entró en vigencia en junio de 2003, consagró
No existe una relación inversamente propor- esa agravante, asignándole como pena la prisión o reclu-
cional entre la previsión legislativa de escalas sión perpetua. Sin embargo, tal previsión no logró que los
penales y los episodios delictivos, es decir, es secuestros disminuyan, por el contrario, luego de la entra-
erróneo creer que cuanto mayor y más severa da en vigencia de la norma, se han incrementado en pro-
sea la pena, menor será la estadística criminal. porciones alarmantes. QUIAN ZAVALÍA, Santiago; op. cit.
No es razonable afirmar que el delincuente que (55) Este Instituto, sancionado como modalidad para
se apresta a cometer un hecho delictivo realice concluir procesos investigativos de determinados deli-
tos, tiene el objeto de descomprimir el sistema y, a su vez,
un cálculo probabilístico de la pena que pudiera adoptar una resolución alternativa para conflictos de me-
llegar a corresponderle. nor grado de ofensividad llevados a cabo por quienes no
registren antecedentes condenatorios. QUIAN ZAVALÍA,
aduanas; a determinar servicios públicos nacionales; etc. Santiago; op. cit.
QUIAN ZAVALÍA, Santiago; op. cit. (56) Antecedentes Parlamentarios; Ed. La Ley, 1994-2; 58.

AÑO v • Nº 07 • agosto 2015 - Derecho Penal y Criminología • 141


DPyC Política Criminal doctrina

El ejemplo al que hacía referencia quien ex- Muchas veces se privilegia el establecimiento
ponía el sentido político-criminal del proyecto, de tipos demasiado abiertos para poder prever
es decir, el homicidio culposo es, precisamente, todas las posibles manifestaciones ilícitas, o se
uno de los casos en los que no es posible la sus- incluyen numerosos elementos normativos que
pensión del juicio a prueba, según la redacción pueden tornar inaplicable la norma.
adoptada por los artículos 76 bis y siguientes
del Código Penal, ya que dicha normativa la Pero estas dificultades no son propias exclusi-
vamente de la delincuencia económica u organi-
impide en relación a los delitos que tengan
zada. Podemos encontrar ejemplos en el artículo
pena de inhabilitación prevista, cuando el ar-
142 bis, inc. 4º respecto del concepto de “enfer-
tículo 84 establece como pena conjunta a la de
mo” o el de “habitualidad” del artículo 170, in-
prisión o multa, justamente, la inhabilitación
cluido en numerosas normas; también la calidad
especial.
de “utilería” de un arma en el artículo 166; “ac-
Queda claro entonces, cómo la regulación pre- ceso carnal” y “abuso gravemente ultrajante” del
vista para dar respuesta a un fenómeno delictivo, artículo 119; la “relación de preeminencia respec-
debido a la forma en la que fue finalmente san- to de la víctima u otra circunstancia equivalente”
cionada e incorporada a la legislación positiva, del artículo 120, y tantos otros.
torna imposible su aplicación para ese supuesto No solamente aparece como inadecuada la
en particular. (57) descripción de muchos tipos penales, sino tam-
Se advierten otros desajustes en algunas ca- bién, su inclusión en los Títulos y Capítulos co-
tegorías del Código Penal debido a la evolución rrespondientes del Código Penal, circunstancia
dogmática de su concepción. Puede mencio- que puede dificultar la determinación del bien
narse la tentativa en delitos cometidos con dolo jurídico tutelado y, por ende, también su aplica-
eventual —quizás impedida por la redacción del ción. (58)
artículo 42 del C.P—. También la imposibilidad Por último, existe una dificultad que se presen-
de afirmar coautoría funcional por quien no par- ta por la deficiente utilización de un tipo penal
ticipa en la ejecución material del delito —ar- en blanco. El artículo 206 del C.P. reprime penal-
tículo 45 C.P—. Se advierten desajustes en la in- mente la infracción a las reglas establecidas por
clusión en la misma categoría de causas de falta las leyes de policía sanitaria animal. Estas normas
de capacidad de culpabilidad (inimputabilidad); tipifican un delito de mera infracción normativa
causas de justificación (legítima defensa, estado y peligro presunto, importando al mismo tiempo
de necesidad) y causas que eliminan el reproche una parcial renuncia a la delegación efectuada por
(obrar con coacción) —art. 34—, estableciéndose las provincias al Gobierno federal para sancionar
solamente que no serán punibles estos supues- los Códigos de Fondo (artículo 75 inc. 12, C.N.). Al
tos, cuando si bien esta es la consecuencia últi- remitirse a la infracción de leyes de policía sanita-
ma, no es la única, ya que los distintos casos pue- ria y no exigir que éstas sean nacionales, permite
den provocar que se elimine la culpabilidad, y en la consideración de reglas provinciales e incluso
otros la antijuridicidad de la conducta, eliminán- municipales. Recordándose que la regulación ad-
dose también en este último, la posibilidad de ministrativa es local, ello implicaría que una omi-
participación criminal. sión sea punible como delito en una provincia o
municipio, mientras que en otros no lo sea.
b) Deficiente previsión legislativa de los tipos
penales (58) V. gr. el delito de soborno transnacional —artículo
258 bis C.P.— fue incluido dentro del Título XI de los de-
No es fácil la tarea legislativa consistente en
litos contra la Administración Pública, cuando no necesa-
establecer las descripciones típicas de una con- riamente la afecta, ya que el tipo es común, no requiere
ducta delictiva, más aun cuando se refiere a ninguna cualidad funcional para el sujeto activo, y la ad-
conductas complejas vinculadas con relaciones ministración perjudicada es extranjera, no la nacional.
económico-financieras o de delincuencia orga- Pareciera que el delito afecta más al orden económico, y
nizada y empresarial. que la incorporación al capítulo del cohecho se motivó
más que en su relación con el bien jurídico tutelado, en la
similitud de la previsión legal de la conducta —entrega de
(57) QUIAN ZAVALÍA, Santiago; op. cit. dádivas con un fin de obtener un beneficio—.

142 • Derecho Penal y Criminología - AÑO v • Nº 07 • AGOSTO 2015


DPyC Hernán Gabriel Pasero

c) Desproporción de las escalas penales respecto una persona lesiones leves, es que confiese que
de los bienes jurídicos tutelados tuvo la intención de causarlas, ya que así acota el
margen de sanción posible y además puede pro-
Ya con anterioridad al proceso de reformas curar la obtención de la “probation”.
generado en la última década, el ordenamiento
penal sustantivo presentaba una visible despro- Esta desigualdad se consagra también con la
porción entre las respuestas punitivas sanciona- sanción de la ley 25.886 que reformó el artículo
torias previstas para algunos delitos en pondera- 189 bis, ocurrida también luego de un episodio
ción al bien jurídico tutelado y a las consecuen- de trascendencia pública que puso en jaque al
cias que la ilicitud conlleva. sistema de seguridad estatal. Dicha norma prevé
una pena que oscila entre tres años y seis meses
“Últimamente el legislador, en vez de realizar y ocho años y seis meses para la portación de
un examen pormenorizado de los contenidos de armas de guerra y, por lo tanto, hace que si se
la ilicitud de las distintas manifestaciones delicti- condena a una persona por este ilícito, que es de
vas en relación al objeto de tutela y la modalidad, peligro abstracto, deba imponerse una pena su-
motivaciones y consecuencias de las conductas, en perior a la que está prevista para el efectivo em-
forma previa a la previsión de la sanción en abs- pleo de ese arma contra una persona sin herirla
tracto, como parte de la respuesta espasmódica (artículo 104 C.P.) —ilícito que ya es de peligro
que brinda a los reclamos populares, ha previsto concreto—.
sanciones que poco tienen que ver con tales pará-
metros”. (59) Así, por ejemplo, luego del reclamo Estos son sólo dos casos de imperfección que
social generado a partir de tomar estado público nuestro Código Penal refleja a raíz de las refor-
un hecho en el que perdieran la vida dos perso- mas legislativas apresuradas y poco debatidas.
nas a causa del impacto sufrido por un automo-
tor que participaba en las conocidas “picadas”, 2.3. Incongruencias extrasistemáticas
se sancionó la ley 25.189 que elevó las penas de Las incongruencias en el sistema penal pro-
los delitos de homicidio y lesiones culposas. En vocadas a raíz de una deficiente técnica legisla-
este último supuesto (artículo 94 C.P.) se fijó una tiva y producto de reformas aceleradas exceden
pena máxima de tres años de prisión. a las normas establecidas en particular para la
Se produce así una situación que da lugar a materia y se transfieren a leyes de otras espe-
una notoria desproporción, ya que la lesión leve cialidades. Por ejemplo, mientras se mantiene
dolosa tiene prevista una pena máxima de un la represión penal del deudor no comerciante
año de prisión (artículo 89 C.P.) mientras que si concursado civilmente que haya llevado a cabo
es culposa, ésta se eleva a tres años. Claro está las conductas que prescribe el artículo 176 C.P.
que en ambos supuestos se provocó una lesión en perjuicio de sus acreedores, el procedimiento
leve y, por ende, el desvalor de resultado puede del concurso civil fue eliminado por la nueva ley
considerarse idéntico. mercantil sobre la materia.

Ese desvalor de la acción dolosa es superior al También es posible analizar el supuesto de los
de la conducta culposa por lo que aquella ame- cheques extraviados. Ante lo normado por el ar-
ritaría una sanción más grave. Pero, como se ve, tículo 63 de la ley 24.452, las entidades bancarias
la situación normativa es a la inversa. No sólo la exigen a sus clientes que refieren haber extravia-
sanción prevista para el supuesto del menor in- do un cheque que, si lo que desean es el recha-
justo es tres veces superior sino, que no es posi- zo del cartular al ser presentado al cobro, que la
ble de adquisición del beneficio de la suspensión denuncia de la pérdida sea en sede judicial, no
del juicio a prueba ya que prevé conjuntamente siendo suficiente con la tradicional exposición
la pena de inhabilitación especial. civil de extravío ante una dependencia policial.
De esta manera es frecuente que los particulares
Esta desigualdad hace que la mayor defensa concurran a una mesa de entradas o receptoría
que puede aconsejarse a quien, a causa de la co- de denuncias y, como el extravío no es delito,
lisión con su vehículo automotor le provoque a formulan una denuncia por estafa. Una vez radi-
cada la denuncia en la Fiscalía correspondiente
(59) QUIAN ZAVALÍA, Santiago; op. cit. y convocado el denunciante a ratificar el hecho

AÑO v • Nº 07 • agosto 2015 - Derecho Penal y Criminología • 143


DPyC Política Criminal doctrina

que desea anoticiar, éste refiere simplemente políticas de seguridad no actúa a consecuencia
que extravió una chequera y que, no obstante, no de una acción ilícita original de conflicto sino,
presentarse nadie para cobrar el cartular, el Ban- que se pretende actuar identificando el nudo
co girado le exigía la denuncia en sede judicial del problema y corrigiendo dentro del marco de
para detener el pago de cualquier documento la Ley Fundamental, los Derechos Humanos y
que eventualmente se presentase. En términos demás garantías constitucionales. Este accionar
del autor, así, se inunda una vez más los Tribu- racional evita que el conflicto tenga consecuen-
nales de expedientes cuya confección es prescindi- cias visibles en la sociedad, o al menos procura
ble, destinándose la escasa fuerza laboral judicial que se manifieste dentro de un marco de “nor-
para trámites estrictamente burocráticos. (60) malidad”. (61)
QUINTA PARTE Para Domínguez Vial (62) existe una amplia
distancia que separa las políticas de seguridad
De la transición del paradigma de reacción ciudadana propias de un Estado democrático de
irracional al de acción preventiva Derecho, con las llamadas “políticas de seguri-
Como ya lo he expresado en diferentes partes dad” a secas. Estas últimas, expresa el autor, na-
de este Trabajo, las políticas públicas diseñadas cen en el seno de políticas de confrontación que
en nuestro país, en los últimos tiempos, con el giran el tema de la seguridad hacia un hecho casi
fin de garantizar la seguridad de todos sus ha- bélico, transformando a cualquier autor de con-
bitantes me permiten, no obstante existir en la ductas calificadas como delictivas en la ley penal,
doctrina innumerables paradigmas, resumir dos como un enemigo, no al que hay que neutralizar
visiones perfectamente diversas. Una, la que me sino, aniquilar y destruir. Continúa describiendo
propongo identificar con el nombre de “reacción la lógica de esta política del modo siguiente: la
irracional”, ha tenido —y tiene aún— gran apli- delincuencia crea un sentimiento de inseguridad
cación por parte de las políticas criminales con- y este sentimiento emocional crea la necesidad
temporáneas. Basado en la idea de control del or- compulsiva de la seguridad, lo cual transforma
den interno, guiado por el criterio de la tolerancia ante los ojos y oídos de la opinión pública al po-
cero, convencido de que sus medidas deben ser licía en un agente salvador de quienes sufren esa
las respuestas más eficaces frente a las acciones angustia, por lo cual se llega a estar dispuesto
delictivas cotidianas. De allí que sus pretendidas a renunciar a sus propias libertades y derechos
soluciones sean reacciones abruptas consecuen- para concederles a ellos las facultades excepcio-
tes de una acción ilícita inicial; soluciones éstas nales de control y detención. De esta manera se
que alcanzan el menor costo temporal y analítico termina por invertir la racionalidad democrática
desde que, justificada la urgencia, relega el pro- y la seguridad devora la libertad.
fundo debate que amerita toda respuesta estatal.
A continuación reseño las principales políti-
Surge de este modo una conjunción de princi-
cas promovidas por ambos paradigmas, hacien-
pios irracionales que atentan, en su mayor parte,
contra los más elementales derechos del hom-
bre, garantías constitucionales y la organización (61) Cuando hago referencia a alcanzar, en una socie-
dad, un “marco normal” en el conflicto de inseguridad,
republicana de gobierno. apelo a la consideración de la delincuencia en niveles
estadísticos bajos pero no de inseguridad cero. Delitos
Por otro lado, aparece en los últimos años, una y hechos ilícitos o antijurídicos fueron, son y serán casi
posición ideológica abiertamente contraria a la como “un elemento inseparable” en la organización de
anterior de reacción irracional. El nuevo paradig- un Estado. Pero ese “elemento” en niveles exorbitantes o
ma, cuyos postulados se orientan en pos del es- potenciales, sumado a altas dosis de sensación de estar
quema de políticas de prevención, pone el acento inseguros por parte del “elemento población”, trascienden
en estrategias que se reorientan bajo la salvaguar- aquella normalidad convirtiéndose, por la visión de me-
dios de comunicación y opinólogos, en exageradamente
da de los modernos dogmas constitucionales. caótica. Ello indudablemente repercutirá en toda organi-
zación social.
A este nuevo modelo lo denomino de “acción
preventiva” puesto que el Estado a través de sus (62) DOMÍNGUEZ VIAL, Andrés; HACIA UNA SEGU-
RIDAD CIUDADANA; Serie Estudios Básicos de Derechos
Humanos; Instituto Interamericano de Derechos Huma-
(60) QUIAN ZAVALÍA, Santiago; op. cit. nos; op. cit.

144 • Derecho Penal y Criminología - AÑO v • Nº 07 • AGOSTO 2015


DPyC Hernán Gabriel Pasero

do especial referencia al caso de la provincia de social de la dureza represiva, reviviendo el viejo


Buenos Aires y dando al final del capítulo, algu- proverbio de “la letra con sangre entra”. (63)
nas soluciones propuestas por la acción preventi-
va de inseguridad. Muchas prácticas se trazaron bajo esta mirada,
tales como la inclusión de las Fuerzas Armadas
1. La política de la reacción irracional en el esquema de seguridad interior; el uso de las
instituciones de seguridad nacionales en el terri-
Como se señaló oportunamente, en el debate torio de las provincias o el énfasis en la persecu-
político y en el de los medios de comunicación, ción penal de los menores, entre muchas otras.
el problema de la inseguridad es descripto sim-
plificadamente y en ese mismo sentido se lo hace Lo grave de la aceptación política de estas
respecto de sus soluciones. ideas radica en dos puntos clave para el gobierno
de la seguridad. Por una parte, no da cuenta de
Una serie de soluciones es brindada por las
los derechos dado que este paradigma los perci-
políticas de reacción irracional cuyo objetivo
be como obstáculos al incremento de la violencia
central es el reforzamiento del orden en las ca-
estatal. Por otro lado, los sucesivos fracasos de
lles e ignorar virtualmente derechos y garantías
estas políticas son utilizados para evaluar como
constitucionales. Las políticas implementadas
insuficiente la fuerza aplicada y, consecuente-
desde esta óptica son ineficaces, pues el tiempo
mente, solicitar aumentos mayores de manera
así lo ha demostrado en nuestro país, y plantean
respuestas que sólo acarrean más riesgos y vio- irresponsable sin rendir cuenta de los resultados
lencia social. obtenidos. (64)

En este tipo de conceptualización, las postu- “En estas políticas de seguridad los poderes
ras que describen la situación actual como un públicos siempre se muestran vacilantes, pues
Estado de “excepción”, se articulan con la lógica son manejados por las coyunturas emocionales y
de la guerra contra el caos. Una guerra contra la siempre están poniendo en discusión las leyes con
proliferación inédita de riesgos y contra determi- el pretendido propósito de aumentar su eficacia,
nados individuos —identificados confusamente al tiempo que incorporan formas de inteligencia
como la “delincuencia”— que deben ser contro- más parecidas al espionaje, que permiten la crea-
lados por una autoridad eficaz. ción de poderes imposibles de ser controlados de-
mocráticamente, por su propio contenido”. (65)
Bajo el discurso de este paradigma se legiti-
ma la idea de que la inseguridad constituye una “En la ‘Sociedad Excluyente’, el criminólogo
fuerza a la que se debe oponer una fuerza su- Jock Young describe los pilares de la criminología
perior en intensidad y contraria en sentido. Esta de la intolerancia: intolerancia forjada por un uso
segunda fuerza (la del aparato represivo estatal) intensivo de la policía, enfocado éste hacia gente
anularía la fuerza del delito; “reaccionaría con- marginada e infracciones menores, acompañado
tra el delito”. por la intolerancia del sistema carcelario que au-
menta regularmente sus cifras cada año”. (66)
Con el fin de lograr sus metas, este tipo de po-
líticas introduce mecanismos comunes, entre (63) DOMÍNGUEZ VIAL, Andrés; HACIA UNA SEGU-
los que se señalan: las definiciones vagas y ex- RIDAD CIUDADANA; Serie Estudios Básicos de Derechos
tensivas de los delitos o la creación de simples Humanos; Instituto Interamericano de Derechos Huma-
“delitos de peligro” o de “estados antisociales”; nos; op. cit.
la banalización de formas extremas de represión, (64) Documento MÁS DERECHOS, MÁS SEGURIDAD;
con la ordinaria ocurrencia de lesiones y hasta POLÍTICAS PÚBLICAS Y SEGURIDAD EN UNA SOCIE-
DAD DEMOCRÁTICA; op. cit.
muertes; el desarrollo de un discurso público es-
tigmatizante y desvalorizante de la dignidad de (65) DOMÍNGUEZ VIAL, Andrés; HACIA UNA SEGU-
RIDAD CIUDADANA; Serie Estudios Básicos de Derechos
toda persona sospechosa o acusada de carácter Humanos; Instituto Interamericano de Derechos Huma-
totalizante; la confusión entre procedimientos de nos; op. cit.
detención y del proceso penal y formas propias (66) JOCK, YOUNG; LA SOCIEDAD EXCLUYENTE. EX-
a sanciones penales ordenadas por sentencias CLUSIÓN SOCIAL, DELITO Y DIFERENCIA EN LA MO-
definitivas, la pretendida capacidad pedagógica DERNIDAD TARDÍA; en Informe CELS 2010; cap. IV; p. 171.

AÑO v • Nº 07 • agosto 2015 - Derecho Penal y Criminología • 145


DPyC Política Criminal doctrina

En el contexto de esas ideas, voy a referirme La restricción de las excarcelaciones fue la me-
brevemente a la situación particular de la pro- dida estelar adoptada desde el 2008, alimentada
vincia de Buenos Aires. La marca distintiva de a su vez, por los medios de comunicación y por
las últimas políticas criminales bonaerenses ha acontecimientos que una vez más conmovieron
sido la apelación al uso intensivo de la policía y a la opinión pública por su crueldad o por su
el encarcelamiento masivo como respuesta insti- percepción de actuación impune de sus respon-
tucional prioritaria. Esta orientación, que conva- sables. (68) Se sucedieron así reformas al Código
lidaba el incremento del índice de prisionización Procesal Penal que limitaron la concurrencia de
producido por el aumento sostenido de las de- medidas alternativas y morigeradoras a la pri-
tenciones policiales, la persecución de los casos sión preventiva (artículos 159 y 163 C.P.P.).
flagrantes y el uso abusivo de la prisión preven-
El endurecimiento del sistema también se vio
tiva, se disimuló con artilugios sobre su eficacia reflejado en la promoción de juicios políticos a
para erradicar el delito. los jueces que conceden libertades, utilizados
Relata el Informe del año 2010 del CELS (67) como mensajes disciplinarios extorsivos para el
que las decisiones de política criminal, judicial y resto del Poder Judicial bonaerense.
penitenciaria que se tomaron desde el 2000 lleva- Por último, siguiendo el Informe del CELS, haré
ron al colapso del sistema carcelario, hasta que en referencia a las políticas que involucran a los ni-
2005 intervino la Corte Suprema para ordenar al ños; políticas éstas que también mostraron serios
Estado provincial que adecuara sus políticas a la retrocesos. La tendencia de estas políticas, en el
Constitución Nacional y a los Tratados Interna- marco del paradigma aquí analizado, había sido
cionales de Derechos Humanos, en el marco del la práctica de alojar a menores en comisarías. Esta
caso “Verbitsky”. cuestión llevó a la presentación de hábeas corpus
denunciando esta práctica claramente violatoria
Expresa aquel Informe que la provincia de
de la Convención de los Derechos del Niño. Si
Buenos Aires representa uno de los bastiones
bien en el plano normativo, cuando se detiene a
principales por el avance de los discursos y las
un joven se lo debe alojar en un Centro de Recep-
políticas restrictivas de derechos en materia de
ción del sistema de encierro de la Subsecretaría
seguridad, justicia penal y Derechos Humanos.
de Niñez, muchas veces los menores de edad son
Las respuestas a las demandas de seguridad alojados en dependencias policiales, permane-
se basaron en la irracionalidad punitiva y así, se ciendo con mayores, sin contención, en franca y
mantuvo el foco en los delitos de calle y en las manifiesta vulneración de los derechos de éstos.
“incivilidades”, tal como sostienen las visiones 2. Las políticas de la acción estatal preventiva
vinculadas a las doctrinas del control del delito,
como por ejemplo, la llamada Tolerancia Cero. Tras el fracaso de las nociones de tolerancia
cero o punitividad exagerada o mano dura o, más
Las políticas concretas se combinaron con de- sencillamente, reacción irracional, en los últimos
claraciones que plantearon un discurso autorita- tiempos se hace lugar muy lentamente a un cam-
rio y relativizaron los límites del Estado de Dere- bio en el modo de pensar y delinear políticas pú-
cho para privar a una persona de libertad. blicas sobre seguridad ciudadana.
Otro pilar central sobre el que descansan los El nuevo paradigma revela, a poco que se pro-
discursos y las prácticas de endurecimiento del fundiza en él, una nueva visión de las políticas
sistema penal provincial es la prisión preventiva. de seguridad que se involucra con otras políticas
Su implementación justificó el avance de refor-
mas normativas para restringir las excarcelacio- (68) La última reforma en este orden fue la promovida
nes y abrió paso a fuertes mensajes para que los por la ley 14.434 de diciembre del 2012, cuyo debut se vio
jueces no concedieran libertades durante el pro- opacado a raíz de la interposición de una acción de incons-
ceso judicial. La prisión preventiva resultó un cli- titucionalidad instaurada por ante el Máximo Tribunal de
ché para responder a las demandas de seguridad. la provincia. Finalmente, la ley 14.517, de junio de 2013,
modifica el art. 171 del ritual, estableciendo en qué circuns-
tancias será denegada la excarcelación. Véase Código de
(67) CELS- DERECHOS HUMANOS; Informe 2010. procedimiento Penal de la Provincia de Buenos Aires.

146 • Derecho Penal y Criminología - AÑO v • Nº 07 • AGOSTO 2015


DPyC Hernán Gabriel Pasero

públicas como las políticas sociales, las relacio- El diseño, implementación y evaluación de las
nadas con la actividad laboral de las personas, las políticas sobre seguridad ciudadana tienen que
políticas de empleo, las acciones que se asocian estar definidos por el encuadre que proporcio-
con el espacio público, los vínculos sociales y la nan los principios internacionales de Derechos
salud. A su vez, incluye en su diseño, políticas Humanos, particularmente, los principios de
que intervienen sobre los modos de convivencia participación, rendición de cuentas y no dis-
proporcionando recursos para mejorar la calidad criminación. Según las definiciones adoptadas
del lazo social. por el Informe de la Comisión Interamericana,
el principio de participación implica que “Toda
Las nuevas políticas no permanecen inactivas persona y todos los pueblos tienen derecho a par-
a la espera de una acción que ponga en trauma la ticipar activa, libre y significativamente en el de-
convivencia social para allí comenzar a reaccionar. sarrollo, como así también a contribuir y disfrutar
Por el contrario, basan su idea en acciones que pre- del desarrollo civil, económico, social y político,
vengan el desarrollo de focos de inseguridad. donde pueden ser realizados los Derechos huma-
La política de acción preventiva, como he de- nos y libertades fundamentales”. Por el principio
cidido identificarla, procura evitar la crimina- de rendición de cuentas, “los Estados deben res-
lización de conflictos, reducir la intervención ponder por el cumplimiento de los Derechos Hu-
de las instituciones de seguridad y la violencia manos. Deben cumplir con las normas legales
institucional ejercida sobre la población y trata y los principios contenidos en los Instrumentos
de restituir capacidades de autogobierno. Así, Internacionales”. Por último, el principio de no
promueve la cultura de resolución de conflictos discriminación alude a que “todos los individuos
interpersonales. son iguales como seres humanos en virtud de la
dignidad inherente a toda persona...”.
Pensar las políticas en materia de seguridad
junto con las políticas sociales, en una sociedad 2.1. Los principales lineamientos de una políti-
con altos niveles de exclusión y desigualdad, ca de acción preventiva
implica necesariamente desarticular aquellas Las políticas públicas deben ser sustentables
vinculaciones entre políticas públicas que incre- debido a que requieren tiempo de ejecución en el
mentan la conflictividad social, provocan la vio- mediano y largo plazo. Cualquier clase de políti-
lación de derechos e inclusive, distorsionan las ca sobre seguridad ciudadana, para ser verdade-
instituciones y políticas de seguridad. ramente eficaz, debe sostenerse en fuertes con-
Las visiones meramente reactivas sobre el fe- sensos políticos y amplios acuerdos sociales, as-
nómeno de la inseguridad sólo se preocupan por pectos que son centrales para el fortalecimiento
mantener el orden, como se ha visto. Responden de la gobernabilidad democrática. Para alcanzar
con violencia y transgrediendo los Derechos Hu- aquel consenso político y los acuerdos sociales,
manos una vez que el conflicto ya está instalado este paradigma recurre a la colaboración entre
en las calles. Por el contrario, una visión proac- las diferentes instituciones a nivel local. Procura
tiva del problema permite anticiparse al mismo, llegar a elaborar verdaderos planes de acción en
preverlo y prevenirlo. (69) los cuales cada individuo se comprometa según
sus propias responsabilidades y no haya confu-
Debe siempre tenerse en cuenta que una polí- sión de roles.
tica sobre seguridad ciudadana debe incorporar
los estándares de Derechos Humanos como guía Las organizaciones que tradicionalmente se
y a la vez como límite infranqueable para las in- ven como necesarias en la lucha contra la de-
tervenciones del Estado. (70) lincuencia son la policía, los Tribunales y las
instituciones carcelarias, pero la amplitud con
la que la acción preventiva trata la cuestión de la
(69) Documento MÁS DERECHOS, MÁS SEGURIDAD;
POLÍTICAS PÚBLICAS Y SEGURIDAD EN UNA SOCIE- seguridad ciudadana, debe incluir instituciones
DAD DEMOCRÁTICA; op. cit. importantes como la familia y su apoyo por el Es-
(70) Informe sobre Seguridad Ciudadana y Derechos tado, la comunidad local, la escuela, la iglesia y
Humanos; Comisión Interamericana de Derechos Huma- la estructura de los servicios sociales. Todas ellas
nos; OEA; op. cit. son importantes para la prevención del delito,

AÑO v • Nº 07 • agosto 2015 - Derecho Penal y Criminología • 147


DPyC Política Criminal doctrina

sin olvidarse que a priori debe considerarse a la do la comisión de delitos y abusos por aquellas.
víctima. Es lo que la doctrina llama “profilaxis so-
cial”. (71) Cuando las empresas privadas de seguridad
están autorizadas en el país, el ordenamiento ju-
Los criterios [a favor y en contra] que desa- rídico interno debe regular sus funciones. De este
rrollan estas políticas y las soluciones en vistas modo debe determinarse, por ejemplo, el tipo
a mejorar el conflicto que aquí se trata, se veri- de armamento y medios materiales que pueden
fican, según la Comisión Interamericana, en las emplear; implementarse un Registro Público; es-
áreas temáticas que a continuación expongo: pecificar el tipo de actividad que desempeñan;
exigirse requisitos de selección y capacitación
a) La atención a las víctimas de la violencia y
los delitos de las personas contratadas por tales empresas;
etcétera.
La “Declaración Sobre Principios Fundamenta-
les de Justicia para las Víctimas de Delitos y del Siempre debe tenerse en claro que estas em-
Abuso del Poder” de las Naciones Unidas define presas privadas no son un complemento de las
como víctima de la violencia y el delito a “todas obligaciones del Estado en materia de seguridad.
las personas que, individual o colectivamente, ha- c) La gobernabilidad democrática de la seguri-
yan sufrido daños, inclusive lesiones físicas o men- dad ciudadana
tales, sufrimiento emocional, pérdida financiera o
menoscabo sustancial de los derechos fundamen- La Comisión entiende por “gobernabilidad
tales como consecuencia de acciones u omisiones democrática de la seguridad ciudadana” la capa-
que violen la legislación penal vigente en los Esta- cidad institucional por parte de las autoridades
dos Miembros, incluida la que proscribe el abuso legítimas de diseñar, implementar y evaluar po-
de poder”. líticas de prevención y control del delito y de la
Cuando a pesar de esta actividad preventiva violencia.
se producen víctimas de delitos o hechos violen- Históricamente estas responsabilidades fue-
tos, los Estados tienen la obligación de brindar a ron delegadas informalmente por el sistema polí-
éstas la debida atención. La participación de las tico a las fuerzas de seguridad. En consecuencia,
víctimas en las distintas etapas procesales cons- las decisiones sobre la seguridad de las personas
tituye garantía del derecho a la verdad y a la jus- y sus bienes respondieron primordialmente a los
ticia. Ello favorece la fiscalización ciudadana de intereses de esas fuerzas, siendo asumidas con
los actos de gobierno. total autonomía del resto de las políticas públi-
b) La privatización de la seguridad ciudadana cas y sin control por parte de la ciudadanía. Esto
favoreció los abusos y las desviaciones del poder
En los últimos años las empresas privadas que por parte de las fuerzas de seguridad.
ofrecen servicios de seguridad se han reprodu-
cido constantemente. Pero, la falta de registro A los fines de no dañar el normal fun-
legal de las policías privadas favorece la inexis- cionamiento de las instituciones democráticas,
tencia de control estatal de las actividades desa- es imprescindible que las autoridades guberna-
rrolladas por ellas. Es por ello que el Estado debe mentales legítimamente electas, asuman la res-
asumir las funciones de prevención, disuasión y ponsabilidad de trazar e implementar políticas
represión del delito y la violencia, por ser el de- públicas de seguridad ciudadana.
positario del monopolio de la fuerza legítima.
d) La profesionalización y modernización de
Muchas veces la privatización de las funciones las fuerzas policiales
de seguridad ciudadana se desvincula de la no-
ción de Derechos Humanos, cuya defensa, pro- Ha manifestado la Comisión que: “la policía
tección y garantía competen al Estado, facilitan- constituye una institución fundamental para la vi-
gencia del Estado de Derecho y para garantizar la
(71) SOMMER, Christian G.; La inseguridad y su pre- seguridad de la población”. Una fuerza policial ho-
vención; viii Congreso Nacional de Derecho Penal y Cri- nesta, profesional, preparada y eficiente, es la base
minología para Estudiantes y Jóvenes Graduados; op. cit. para desarrollar la confianza de los ciudadanos.

148 • Derecho Penal y Criminología - AÑO v • Nº 07 • AGOSTO 2015


DPyC Hernán Gabriel Pasero

Es recién a principios de los años noventa que la intervención de las Fuerzas militares estu-
cuando comienza un proceso para incorporar vo, en el contexto histórico, ligada a violaciones
cambios de fondo en las instituciones policiales, de Derechos Humanos al actuar frente a hechos
dirigidos a su modernización y profesionaliza- ilícitos, la práctica aconseja evitar la participa-
ción. Sin embargo, este proceso debió enfrentar ción de dichas Fuerzas en cuestiones de seguri-
históricas debilidades institucionales. dad interna. El entrenamiento que reciben está
dirigido a derrotar al enemigo y no a la protec-
Los cambios necesarios deben direccionarse ción y control de civiles —entrenamiento que es
hacia la actualización del marco doctrinario po- propio de los entes policiales—.
licial pues, éste se mantiene ligado al concepto
de orden público. A su vez, la referencia a los De- Estas son, entre muchas otras, las medidas que
rechos Humanos, en la doctrina clásica policial, promueve una nueva visión en el control de la
aparece como accesoria. inseguridad. Un cambio paradigmático que no
sólo implica un cambio nominativo sino profun-
La fuerza policial requiere de una formación
das modificaciones vinculadas estrechamente al
teórica moderna, debe seleccionar su personal
reconocimiento de un Estado democrático pro-
y capacitarlo permanentemente. La moder-
tector de los Derechos Humanos. Prevención,
nización de esta institución debe abandonar
el modelo reactivo y asumir la idea de un fun- participación e integración son palabras claves
cionamiento proactivo de trabajo policial, dirigi- de estas políticas estatales de acción preventiva.
do especialmente a la prevención y disuasión de Consideraciones finales
la violencia y el delito.
A lo largo del desarrollo de este Trabajo se han
Las fuerzas policiales deben contar con el advertido diversas problemáticas que giran alre-
personal y la infraestructura especializada para dedor de un hecho social central: la inseguridad
brindar un servicio de calidad según las necesi- ciudadana.
dades de aquellos sectores de la población más
vulnerables frente a la violencia y el delito, como Desde el reconocimiento de los modelos idea-
son las mujeres, los niños y adolescentes, la po- les de seguridad, pasando por la ardua tarea de
blación indígena y la población migrante. definir qué implica vivir en una sociedad pacífica
hasta alcanzar una legislación que se sustente en
Por último, debe subrayarse la necesidad de principios de política criminal que no evada las
esquematizar, en el marco de estos procesos de normas constitucionales, esta monografía cum-
modernización, mecanismos de rendición de plió con el fin de demostrar que la temática de la
cuentas que aseguren una gestión transparente inseguridad lejos está de identificarse exclusiva-
además del establecimiento de normas definidas mente con la violencia y la comisión de delitos.
y claras que establezcan las potestades y los lími-
Se ha podido concluir que el nudo de toda la pro-
tes de la policía en sus intervenciones.
blemática está íntimamente relacionado a una
e) La intervención de las Fuerzas Armadas en conjunción de situaciones que amerita hallar
tareas de seguridad ciudadana respuestas en aquellos modelos que propugnan
un análisis integral.
Una de las mayores preocupaciones de la Co-
misión en relación con las acciones implementa- Dejar de lado, en el estudio de la seguridad
das por los Estados en el marco de sus políticas ciudadana, toda referencia a su vinculación con
sobre seguridad, ha sido la participación de las conflictos que trascienden la mera exclusión so-
Fuerzas Armadas en tareas que corresponden cial o la pobreza o desocupación, significa, como
exclusivamente a las fuerzas policiales. se manifestó oportunamente, recortar el proble-
ma y en consecuencia, hallar soluciones parcia-
Por el propio funcionamiento del sistema de- lizadas.
mocrático, debe efectuarse una separación clara
y precisa entre la seguridad interior (como fun- Allí donde las respuestas estatales se circunscri-
ción propia de la policía) y la defensa nacional ben a paliar situaciones de desprotección social y
(como función de las Fuerzas Armadas). Siendo diseñar políticas que esquivan momentáneamen-
dos funciones bien diferenciadas y recordando te muchos otros embates promotores de inseguri-

AÑO v • Nº 07 • agosto 2015 - Derecho Penal y Criminología • 149


DPyC Política Criminal doctrina

dad, se agrava la situación cayendo en un círculo Bibliografía y páginas web visitadas


que termina por convencer que la violencia y la
delincuencia son elementos naturales de la orga- -ARROYO JUÁREZ, Mario; Nuevos paradigmas
nización estatal. en seguridad; Centro Internacional de Estudios
sobre Seguridad; http://www.estepais.com.
Es importante dejar acentuado en esta instan-
cia que aquel “idealista” paradigma de acción -AXAT, Julián; Diez razones para cuestionar
el proyecto de limitación de las excarcelaciones;
preventiva no debe necesariamente tenerse
http://www.pensamientopenal.org.ar.
como una “quimera” al momento de llevarse a la
práctica. Por el contrario, sus bases y fundamen- -BECKER, Howard; Los extraños; Bs. As.; ed.
tos ostentan todos los elementos suficientes para De Tiempo Contemporáneo; 1971.
que su operatividad se torne efectiva.
-BINDER, Alberto M.; El control de la crimina-
Así, el apego a una técnica legislativa que lidad en una sociedad democrática. ideas para
modifique su costumbre de sancionar y regla- una discusión conceptual; en Seguridad Ciuda-
mentar leyes siguiendo la idea del orden y del dana. Nuevos Paradigmas, reforma policial y po-
castigo a cualquier precio, argumentando que líticas innovadoras; compilador Gabriel Kessler;
es la única salida a una situación declarada de Ed. Edhasa.
“emergencia” o, la ampliación de conceptos y
que los mismos sean abordados multidiscipli- -CELS - Derechos Humanos; Informe 2010.
nariamente y, por último, como una cuestión -Constitución Nacional; Tratados Internacio-
esencial, el reflejo en las políticas públicas del nales de Derechos Humanos.
respeto por los derechos fundamentales del
hombre y de las máximas garantías constitu- -Código Penal Argentino; Código Procesal Pe-
cionales, resultan ser los pilares básicos para nal de la provincia de Buenos Aires.
iniciar un cambio profundo. Un gran cambio
-DE LA RÚA, Jorge; La política criminal en
que funde en la población toda la confianza en
Argentina; en ANALES; Academia Nacional de
el Estado. Un cambio que se ponga en marcha
Derecho y Ciencias Sociales de Córdoba; año 46;
sobre la racionalidad de los representantes y se Ene./Dic. 2007.
produzca teniendo como único estandarte la le-
tra misma de nuestra Ley Suprema. -Documento Más derechos, más seguridad;
políticas públicas y seguridad en una sociedad
Es el momento justo de sentarse a debatir, di- democrática; publicación del Centro de Estudios
señar, proyectar, comprendiendo que, no obs- Legales y Sociales (CELS); “http://www.cels.org.
tante, ser la cuestión de la inseguridad un hecho ar” http://www.cels.org.ar.
de creciente preocupación, la misma puede al-
canzar soluciones eficaces y de sólida aplicación. -DOMÍNGUEZ VIAL, Andrés; Hacia una se-
guridad ciudadana; Serie Estudios Básicos de
Nada puede ser obstáculo y ninguna medida Derechos Humanos; Instituto Interamericano de
puede arrastrar obstrucciones a la solución de Derechos Humanos; Tº 3; reimpresión diciem-
conflictos si se acude a fuentes serias de informa- bre, 1999.
ción, si se piensa con profundidad y si se debate
con conciencia. -htto://www.hdr.undp.org/es/informes/regional-
reports/americalatinacaribe/name,19660,es.html.
El problema está planteado, las respuestas
estatales no están distantes —o al menos no de- -http://www.mseg.gba.gov.ar/mjysseg/Subse-
bieran estarlo—. Política Criminal, Constitución cInvestig/PaginaInicial.html.
Nacional y Derechos Humanos no son termino- -http:// “http://www.webdianoia.com/contem-
logías irreconciliables sino, los cimientos para poránea/kuhn.html” www.webdianoia.com/con-
emprender la conversión de una realidad que, temporánea/kuhn.html.
al día de hoy, parece no tener vuelta atrás. Por
lo menos eso inspira el sentimiento de vivir cada - “http://es.wikipedia.org/wiki/Paradigma” http:
día más inseguros. //es.wikipedia.org/wiki/Paradigma.

150 • Derecho Penal y Criminología - AÑO v • Nº 07 • AGOSTO 2015


DPyC Hernán Gabriel Pasero

-Informe sobre Seguridad Ciudadana y De- -QUIAN ZAVALÍA, Santiago; La política crimi-
rechos Humanos; Comisión Interamericana de nal y seguridad ciudadana: ensayo crítico sobre el
Derechos Humanos; OEA; Doc. 57; dic. 2009. caso argentino; Revista “El Derecho Penal” de “El
Derecho”; sept. 2004.
-JESCHECK, Hans H.; Tratado de derecho pe-
nal; Parte General; Ed. Comares. -ROXIN, Claus; Política criminal y sistema del
-JOCK, YOUNG; La sociedad excluyente. exclu- derecho penal; 2ª edición; Ed. Hammurabi S.R.L.;
sión social, delito y diferencia en la modernidad 2000.
tardía; en Informe CELS 2010; cap. IV. -ROXIN, Claus; Derecho penal -Parte General-;
-KESSLER, Gabriel; Claves del sentimiento de Ed. Civitas; 2008.
inseguridad; “http://www.revistatodavia.com.
-SILVA SÁNCHEZ, Jesús M.; La expansión del
ar/todavia21/21.opinionnota.html” http://www.
derecho penal. aspectos de la política criminal en
revistatodavia.com.ar/todavia21/21.opinionno-
las sociedades postindustriales; ed. Civitas.
ta.html.
-KUHN, Thomas S.; La estructura de las revolu- -SOLER, Sebastián; Derecho penal argentino;
ciones científicas; Ed. Fondo de Cultura Económi- Ed. TEA; Bs. As.; 1999.
ca de Argentina S.A.; Bs. As.; 1996. -SOMMER, Christian G.; La inseguridad y su
-LEIVA FERNÁNDEZ, Luis F. P.; Checklisten: prevención; VIII Congreso Nacional de Derecho
una técnica contra la inflación legislativa; La Ley, Penal y Criminología para Estudiantes y Jóvenes
1996-E. Graduados; La Plata; Septiembre 1996.

-MAHIQUES, Carlos A.; Cuestiones de política -ZAFFARONI, Eugenio R.; Manual de derecho
criminal y derecho penal; Fabián Di Plácido edi- penal -Parte General-; 2ª edición; ed. S.A. editora,
tor; cap.3º. Comercial, Industrial y Financiera; 2006. u

AÑO v • Nº 07 • agosto 2015 - Derecho Penal y Criminología • 151


Garantías Constitucionales
DPyC Garantías Constitucionales DOCTRINA

La prohibición de doble punición y doble enjuiciamiento


Por Héctor Fabián Assad

Sumario: I. Introducción. — II. Concepto de non bis in idem. — III. Aná-


lisis en el ámbito nacional. — IV. Análisis en el derecho administrativo
sancionador. — V. Análisis en el ámbito internacional. — VI. Garan-
tía non bis in idem en el derecho de Estados Unidos de América. —
VII. Reflexiones parciales (comparación). — VIII. Conclusión.

I. Introducción Es así que, a través de las garantías constitu-


cionales, se pretende determinar el ámbito de
La presente investigación tiene por objeto ana-
libertad de los contratantes y la consecuente
lizar la relevancia doctrinaria y jurisprudencial
imposibilidad de su vulneración por parte de los
de la garantía non bis in idem, la cual proscribe
órganos vitales del Estado (2).
la múltiple persecución judicial penal por un
mismo hecho. Razón por la cual las garantías penales tienden
No obstante ello, previo a su análisis, correspon- a proteger derechos individuales del sujeto so-
de destacar que las garantías constitucionales tie- metido a un proceso penal procurando respetar
nen como objetivo principal controlar los excesos la dignidad del ser humano que como integrante
que derivan del ejercicio de la coacción estatal. de la sociedad jurídicamente organizada le debe
ser reconocida.
En este sentido, Sagüés afirma que “el dere-
cho constitucional se ocupa de la organización De lo contrario habremos convertido a nues-
fundamental del Estado y eso obliga a definir su tro país, tal vez, en un lugar con bajos índices de
estructura y fines. Aparentemente el enunciado criminalidad, pero a costa de hallarnos todos los
de los derechos de los habitantes, sería un tema habitantes a merced de la arbitrariedad, la fuerza
accesorio y hasta ajeno a aquellos objetos. Al- y la opresión (3).
gunas constituciones incluso han omitido las De esta manera, el propósito es reflexionar
descripciones de tales derechos. Sin embargo el sobre la naturaleza de la garantía de non bis in
constitucionalismo y el derecho constitucional idem, su evolución normativa, los lineamientos
nacen, entre otras metas esenciales, para reco- generales en el ámbito nacional e internacional
nocer ciertos derechos personales básicos y para y la problemática en el derecho administrativo
poner topes al Estado. Por tal motivo la organi- sancionador.
zación de ese Estado comprende tanto enunciar
sus órganos y atribuciones como proclamar los II. Concepto de non bis in idem
derechos de los particulares frente a él. Desde un
punto de vista técnico, el sub-principio consti- El principio “non bis in idem” tiene un funda-
tucional de distribución exige que se delimiten mento superior, que es el de seguridad jurídica,
las competencias de las autoridades públicas y que sostiene que una persona no puede estar in-
los derechos de los habitantes, desde una pers- definidamente sujeta a persecuciones litigiosas,
pectiva axiológica, la declaración de los derechos cuando ya haya sido condenada y hubiera cum-
de las personas y grupos en la constitución se plido su condena, o más bien cuando ya hubiera
presenta hoy como condición de legitimación sido absuelta. Es una consecuencia del principio
del Estado de derecho, si no hay un adecuado de cosa juzgada, que se define como la fuerza
régimen constitucional en materia de derechos y
garantías el estado del caso no tiene justificación,
(2) MOLERO, Marco Antonio, Garantías constituciona-
ni es un auténtico Estado constitucional”(1). les. Respeto a los derechos inmanentes a la condición de
ser humano.
(1) SAGÜÉS, Néstor Pedro, Elementos de derecho cons- (3) CARRIÓ, Alejandro, Garantías constitucionales en el
titucional, T. II, Astrea, p. 275. proceso penal, Hammurabi, 4ª edición actualizada.

AÑO v • Nº 07 • agosto 2015 - Derecho Penal y Criminología • 155


DPyC Garantías Constitucionales doctrina

que pone el derecho a los resultados del proceso al mismo tiempo darle un derecho al hombre a
o más acertadamente llamado “non bis in idem” no ser juzgado dos veces por un mismo delito.
significa que una persona no puede ser juzgada
“Mazzeo” se inició por la presentación efectua-
dos veces por la misma causa. El basamento de
da en forma conjunta por Sara de Castiñeiras, Iris
este principio procesal está dado por un princi-
Pereyra de Avellaneda, Floreal Avellaneda, Juan
pio superior, que es el de seguridad jurídica. Este
Manuel Castiñeiras y Ana María Astudillo, jun-
principio no sólo se aplica en materia penal, sino
tamente con sus representantes letrados y Alicia
también en lo civil y administrativo.
Palmero, en representación de la Liga Argentina
Ambos principios parten de una misma idea, por los Derechos Humanos, quienes solicitaron
que es la “certeza del derecho” que tiene el indi- la declaración de inconstitucionalidad del decre-
viduo de que su situación jurídica no será modi- to 1002/89, mediante el cual el Poder Ejecutivo
ficada. Nacional indultó, entre otros, a Santiago Omar
Riveros, por los hechos a él imputados en la ex
III. Análisis en el ámbito nacional causa 85 de la Cámara Federal de Apelaciones de
San Martín.
Aunque ya se conoció en el antiguo Derecho Ro-
mano, fue con la Revolución Francesa que adoptó El Juzgado Federal n. 2 de San Martín hizo lu-
esta denominación. gar a la presentación, declarando la inconstitu-
cionalidad del decreto 1002/89, y dispuso privar
En la Argentina, el artículo 29 de la Constitu-
de efectos, dentro de las actuaciones principales,
ción de la Provincia de Buenos Aires consagra
a la totalidad de actos y resoluciones dictadas
expresamente este principio, cuando dispone:
como consecuencia del decreto mencionado.
“A ningún acusado se le obligará a prestar jura-
mento, ni a declarar contra sí mismo en materia El mencionado pronunciamiento fue apela-
criminal, ni será encausado dos veces por un do por el abogado defensor de Santiago Omar
mismo delito”. La Constitución Nacional no lo Riveros, con fundamento, entre otros, en que
previó expresamente teniéndose comprendido la excepción de cosa juzgada en relación con el
entre los derechos no enumerados del artículo sobreseimiento se encontraba firme.
33. La reforma constitucional de 1994 que in-
corporó los pactos sobre derechos humanos con La Cámara Federal de Apelaciones de San
jerarquía constitucional hizo que los articulados Martín acogió el recurso de la defensa con sus-
de dichos pactos, como el de San José de Costa tento en que ese tribunal ya se había expedido en
Rica, fueran considerados parte de la Ley Funda- la causa 85 acerca de la validez del indulto pre-
mental, y ahora se considera entonces el non bis sidencial. Apelado dicho pronunciamiento por
idem como parte expresa de ella. El Pacto de San distintos grupos de querellantes, la Sala II de la
José de Costa Rica, en su artículo 8 inciso 4 dice Cámara Nacional de Casación Penal se pronun-
que quien fuera absuelto por sentencia firme, no ció por la inconstitucionalidad del decreto de in-
podrá por los mismos hechos ser sometido a un dulto 1002/89. En cuanto al fondo de la cuestión
nuevo proceso. entre otras exhaustivas consideraciones se recor-
1. Caso “Mazzeo” dó que la reforma constitucional de 1994 acordó
jerarquía constitucional a la Declaración Ameri-
Partiendo de la jurisprudencia a nivel nacio- cana de los Derechos y Deberes del Hombre; la
nal, tenemos el fallo “Mazzeo” de la Corte Supre- Declaración Universal de Derechos Humanos; la
ma de Justicia de la Nación, emitido con fecha 13 Convención Americana sobre Derechos Huma-
de julio de 2007. En donde se contempla la vali- nos; el Pacto Internacional de Derechos Econó-
dez de los derechos humanos y, en contraposi- micos, Sociales y Culturales; el Pacto Internacio-
ción a estos derechos, el principio de non bis in nal de Derechos Civiles y Políticos y su Protocolo
idem. Por un lado, resultando impune un delito Facultativo; la Convención sobre la Prevención y
calificado como de “lesa humanidad”, en donde la Sanción del Delito de Genocidio; la Conven-
en reiteradas oportunidades la doctrina ha esta- ción Internacional sobre la Eliminación de todas
blecido su persecución in eternum, prohibiendo las Formas de Discriminación Racial; la Conven-
la posibilidad de que queden impunes. Por el ción sobre la Eliminación de todas las Formas de
otro lado, en favor de la seguridad jurídica, y de Discriminación contra la Mujer; la Convención

156 • Derecho Penal y Criminología - AÑO v • Nº 07 • AGOSTO 2015


DPyC Héctor Fabián Assad

contra la Tortura y otros Tratos o Penas Crueles, quía constitucional que es aquella que prohíbe el
Inhumanos o Degradantes; y la Convención so- doble juzgamiento. En cuanto al indulto, señaló
bre los Derechos del Niño (art. 75, inc. 22 de la además que ni la Constitución Nacional ni los
Constitución Nacional). tratados incorporados en la reforma del 94 pro-
híben tal facultad presidencial para los delitos de
Señaló que si bien el decreto de indulto lesa humanidad. Finalmente, consideró que las
1002/98 había sido dictado con anterioridad al acciones penales nacidas de los hechos se en-
reconocimiento de la jerarquía constitucional de contraban prescriptas.
tales instrumentos internacionales, lo cierto era
que, tratándose de delitos de lesa humanidad, no Finalmente, la Corte Suprema de Justicia de la
existían limitaciones a su juzgamiento en tiempo Nación declaró la inconstitucionalidad del de-
y espacio, y tampoco podía concederse indultos creto del Poder Ejecutivo 1002/89 que dispuso el
o dictarse leyes de prescripción que impidieran indulto del recurrente y se declaró procedente el
su juzgamiento y condena. Citó para ello juris- recurso extraordinario.
prudencia de la Corte Europea de Derechos Hu-
manos. En la misma línea de pensamiento, fundamen-
tó su voto la Dra. Carmen Argibay, quien estable-
Finalmente, sostuvo que la solución que mejor ció que no correspondía tener por configurada
realizaba el valor justicia resultaba de acordar a la cosa juzgada írrita que permitiera apartarse
víctimas, familiares y sociedad el acceso a la ju- de la regla según la cual las decisiones judiciales
risdicción a los efectos de que se investigaran los firmes —en el caso, la que sobreseyó a un pro-
graves hechos calificados de lesa humanidad que cesado en forma definitiva, por indulto, hacía 17
habían motivado las actuaciones, garantizando a años— tienen carácter irrevocable, si no estaba
las partes sometidas a esa jurisdicción, como en en duda la honradez de los magistrados que dic-
todo proceso, el pleno respeto de sus derechos taron la resolución cuestionada —sin perjuicio
constitucionales para que en esas condiciones se de que se mantuvieran profundas diferencias ju-
establecieran las responsabilidades penales que rídicas o intelectuales con éstos, con relación a
pudieran corresponder. ella— ni existían razones para pensar que hubie-
ran actuado bajo el influjo de alguna restricción
Ante la mentada resolución de la Cámara Na- a su independencia.
cional de Apelaciones en lo Criminal y Correc-
cional, la defensa técnica de Santiago Omar Ri- Ni la Corte Suprema de Justicia de la Nación
veros dedujo recurso extraordinario federal en ni ningún otro tribunal de justicia pueden eludir
los términos del art. 14 de la ley 48. Señaló que los efectos de la cosa juzgada —en el caso, la que
la sentencia impugnada era definitiva, y que su emana del sobreseimiento definitivo firme de
apelación procedía no sólo contra sentencias de- una persona, por indulto—, pues, de lo contrario,
finitivas, sino contra aquellas que sin serlo pro- se estarían poniendo las condiciones para que
vocaban un agravio de imposible o insuficiente dicho fallo, en el futuro, sea también revocado
reparación ulterior. Denunció, además, la viola- con argumentos contrarios —esto es, alegando
ción del principio inmutable de la cosa juzgada, error, injusticia, etc.—, haciendo con ello que el
al decretarse la inconstitucionalidad del decreto carácter final de las decisiones judiciales venga
1002/89, pues el control de constitucionalidad a significar apenas más que nada, pues sólo sería
sobre tal norma ya se había ejercido en la cau- respetado por los jueces futuros en la medida en
sa por parte de la Cámara Federal de Apelacio- que fueran compartidas por ellos.
nes de San Martín, que se había expedido sobre
la legitimidad de dicho decreto para resolver la Una vez pronunciado un fallo judicial y ago-
excepción opuesta y sobreseer al imputado el tados los recursos para su revisión, son irrevo-
10 de noviembre de 1989. Recordó que la cosa cables sus efectos —en el caso, sobreseimiento
juzgada, conforme a nuestro ordenamiento pro- definitivo por indulto a favor de una persona
cesal, solamente podía ser atacada mediante un procesada—, conocidos bajo la expresión de
recurso de revisión, y que ella estaba amparada cosa juzgada, constituyendo una garantía cons-
incluso por los tratados internacionales. Indicó titucional de los derechos individuales que
que la declaración de inconstitucionalidad había debe ser respetada incluso por los tres poderes
implicado además violar otra garantía de jerar- del Estado.

AÑO v • Nº 07 • agosto 2015 - Derecho Penal y Criminología • 157


DPyC Garantías Constitucionales doctrina

2. Caso “Videla” pabilidad y permanece destruida toda presun-


ción de inocencia”.
La sentencia de Cámara Nacional de Casación
Penal rechazó los recursos de casación deduci- Sobre la base de esto, se sostuvo que en la re-
dos por las defensas de los ex miembros de la Cú- solución que concede el perdón y la que lo re-
pula de las Fuerzas Armadas Videla y Massera, a voca no se discutió para nada sobre los hechos
quienes se les imputó la comisión de crímenes y las conductas que motivaron la condena firme
de lesa humanidad durante las dictaduras mi- y plenamente vigente, pues ambas resoluciones
litares que dirigieron. Como consecuencia de no afectarían de modo alguno la declaración
esa decisión, quedó firme el pronunciamiento de culpabilidad que contiene aquella decisión.
de Cámara de Apelaciones, en cuanto declaró la Con lo que, desde este punto de vista, son aje-
inconstitucionalidad parcial del decreto 2741/90 nas al principio de inmutabilidad de la cosa juz-
del Poder Ejecutivo Nacional, por el cual fueron gada, garantía que, como se ha fallado, “se diri-
indultadas las penas que se les habían impuesto. ge a lograr la plena efectividad de la prohibición
de la doble persecución penal” (considerando
Contra esa decisión, las defensas de los impu- 33 del voto de la mayoría en “Mazzeo”). Para lle-
tados interpusieron sendos recursos extraordi- gar a estas conclusiones se entendió que Videla
narios alegando que se habían violado los princi- y Massera nunca habían dejado de estar con-
pios de la cosa juzgada, en cuanto, a su entender, denados por los crímenes en que intervinieron
se pretendía revisar los hechos juzgados en 1985, como cabezas del plan sistemático y clandesti-
y consideraban que se intentaba prescindir de las no de aniquilación de personas en violación de
sentencias de la Cámara Federal y de la Corte Su- los derechos humanos y que esa condena, no
prema que habían confirmado, en su momento, la pena, devino firme, inmutable e irrepetible.
la legitimidad del indulto. Arguyeron que tanto la Finalmente, la Corte Suprema de Justicia de la
Convención Americana de Derechos Humanos, Nación confirmó la sentencia apelada enten-
como el Pacto Internacional de Derechos Civiles diéndose que no se hallaría afectada la garantía
y Políticos, declaran que todos los delitos, inclu- del non bis in idem.
so los más graves sancionados con la pena de
muerte, pueden ser indultados. Y que, de acuer- 3. Caso “Mattei”
do con lo que define la “intención del legislador” Aparte de las normas contenidas en las leyes
—en este caso, la Convención Nacional Constitu- procesales, tanto antiguas como recientes, que
yente de 1994—, la única excepción a la facultad consagran la “garantía de la doble persecución”
de indultar, concedida al Poder Ejecutivo Nacio- los fallos de la Corte Suprema nacional procla-
nal por el art. 99, inc. 5, de la Constitución, es la maron el rango constitucional de esa garantía.
prevista en el art. 36 del mismo cuerpo legal. El Ello así, mucho antes de la incorporación de los
Tribunal explicó que, ante una declaración de pactos internacionales a nuestra carta magna.
culpabilidad por delitos de lesa humanidad, el Veamos pues, el precedente “Mattei” (año 1969),
Estado tiene la obligación internacional de “san- en el cual se señaló que el non bis in idem tie-
cionar adecuadamente a los responsables”, por lo ne un fundamento garantizador de raigambre
que dejó establecido, contrariamente a lo soste- constitucional y es uno de los pilares básicos de
nido por la defensa de Videla, que el indulto es ordenamiento penal.
inoponible para casos como el examinado y que
no se puede hacer valer la objeción de cosa juz- En este fallo, el imputado había sido procesa-
gada derivada de él, so pena de que el Estado in- do por el delito de contrabando y, luego de un
curra en responsabilidad internacional; Hay que proceso que duró más de 4 años, fue absuelto en
recordar que en el precedente “Agosti” se había primera instancia, pero el Tribunal de segunda
sostenido que “cabe poner de relieve, como fun- instancia decretó la nulidad de las actuaciones,
damento de cualquier reflexión que se haga al sobre la base de que el juez de instrucción no ha-
respecto, que conforme es doctrina del Tribunal, bía agotado la investigación.
el indulto es un perdón de la pena y no de la con-
dena [...] Por lo tanto, al conservar su vigencia Ante ello, la defensa interpuso recurso extraor-
la condena, declarativa de los hechos delictivos dinario, alegando violación de la garantía de la
que la motivaron, subsiste la declaración de cul- defensa en juicio.

158 • Derecho Penal y Criminología - AÑO v • Nº 07 • AGOSTO 2015


DPyC Héctor Fabián Assad

La Corte se pronunció al respecto señalando: calificación del auto de procesamiento, la cual


“El derecho a un juicio razonablemente rápido se excluía expresamente toda hipótesis de fraude.
frustraría si se aceptara que, cumplidas las eta-
pas esenciales del juicio y cuando no falta más La Corte, finalmente, hizo lugar al recurso ex-
que el veredicto definitivo, es posible anular lo traordinario y señalando el precedente “Mattei”
actuado en razón de no haberse reunidos prue- sostuvo “que no es válido recurrir al argumento
bas de cargo, cuya omisión solo cabría imputar a de la incompetencia para adoptar una decisión
los encargados de producirlas, pero no por cierto que importe someterlo nuevamente a juicio,
el encausado” (consid. 15). temperamento este que lesiona el fundamento
garantizador, como tal de raigambre constitucio-
Ahora bien, se hacen propias las palabras del nal, que ha inspirado la consagración legislativa
Dr. Alejando Carrió cuando sostiene: “El im- de ciertos pilares básicos del ordenamiento pe-
putado tiene un derecho constitucional que su nal, entre los cuales se encuentra el principio del
proceso avance, si por deficiencias en la investi- non bis in idem” (consid. 15).
gación (...) se ha dado causa a una nulidad, los
tribunales están inhibidos de retrotraer el proce- A su vez sostuvo que “se había lesionado el de-
so a una etapa ya concluida, hacerlo, no es solo recho del imputado de no ser juzgado dos veces
violatoria del derecho a un procedimiento penal por el mismo hecho, ya que dicha garantía tiene
rápido —incluido éste en la garantía de defensa vigencia para el imputado a partir de que éste
en juicio—, sino que además del principio cons- adquirió el derecho a que se lo declarase culpa-
titucional que prohíbe someter al imputado a un ble o inocente del hecho por el que se lo acusó,
doble juzgamiento por un hecho único”(4). Vere- siempre, claro está que como en el sub examine
mos a continuación otro análisis jurisprudencial se hayan observado las formas esenciales del jui-
derivado del Alto Tribunal. cio y la causa que determine uno nuevo no le sea
imputable” (consid. 19).
4. Fallo “Polak”
IV. Análisis en el derecho administrativo
A raíz del requerimiento de un fiscal el impu- sancionador
tado había sido sometido a investigación por el
delito de fraude en perjuicio de la Administra- 1. Extensión de la garantía a otros ámbitos del
ción Pública, aunque fue procesado sólo por el derecho
delito de violación de los deberes de funcionario
público. El requerimiento de elevación a juicio Un punto de análisis a tratar es la extensión
también fue sólo por dicho delito, descartándose que le asignaremos a la garantía de non bis in
la calificación de fraude. idem, toda vez que se encuentra en discusión
si los principios que rigen en materia penal de-
El juez correccional declaró la apertura a ben ser receptados en otros ámbitos del derecho,
prueba y abrió audiencia de debate. Tras escu- como por ejemplo en el derecho administrativo.
char distintos testimonios, el fiscal planteó la
incompetencia en razón de la materia, conside- Al respecto, resulta dable destacar que en ma-
rando que se trataría de un hecho de adminis- teria aduanera como en el derecho tributario se
tración fraudulenta. El imputado fue finalmente prevén investigaciones previas por parte de las
absuelto. Administraciones en sus respectivas sedes que
luego son juzgadas no sólo en la instancia admi-
Tras la presentación de instancias recursiva, el nistrativa sino también, en caso de corresponder,
caso llegó por vía de recurso extraordinario a la en el ámbito penal.
CSJN.
En virtud de ello, merece analizarse la norma-
Allí se planteó que había habido violación al tiva y el procedimiento utilizado por los organis-
principio de preclusión, al haber el fiscal consen- mos administrativos para definir si dicha garan-
tido en su requerimiento de elevación a juicio la tía se encontraría vulnerada por el procedimien-
to aplicado.

(4) CARRIÓ, Alejandro D., Garantías Constitucionales Por otra parte, cabe recordar que las sanciones
en el proceso penal, Hammurabi, 5ª edición. de multas que podría imponer una autoridad

AÑO v • Nº 07 • agosto 2015 - Derecho Penal y Criminología • 159


DPyC Garantías Constitucionales doctrina

administrativa ante una infracción material o como consecuencia de un delito y son impues-
formal tienen naturaleza penal. Nuestro máximo tas por el Poder Judicial siguiendo el proceso
tribunal sostuvo en la causa “Amuchástegui, José penal. Las administrativas están previstas como
G.”(5) que “sin perjuicio de su función repara- respuesta a una infracción y son aplicadas por
toria de la renta fiscal menoscabada, las multas la Administración a través de un procedimiento
por infracciones tributarias revisten el carácter administrativo”(6).
de sanciones de tipo penal”. Asimismo en los au-
tos “Usandizaga, Perrone y Juliarena SRL c/Fisco Es así que la anterior redacción del artículo 15
Nacional (DGI) s/demanda contenciosa”, el Tri- de la ley 23.771 regulaba en su texto normativo
bunal expresó que “las infracciones y sanciones que “la pena de prisión establecida por esta ley y
tributarias integran el derecho penal especial y las accesorias en su caso, serán impuestas sin per-
les son aplicables las disposiciones generales del juicio de las sanciones fiscales o previsionales”.
Código Penal, salvo disposición expresa o implí- Frente a esta situación la Cámara Nacional Pe-
cita en contrario”. nal Económica se expidió sobre la constituciona-
Por esta razón reviste importancia examinar lidad de dicho artículo y sostuvo que “es perfec-
si, ante una eventual sentencia condenatoria en tamente admisible que un mismo hecho dé lugar
instancia penal, los organismos administrativos a distintas consecuencias jurídicas. No conculca
pueden sancionar al mismo sujeto por ese único la garantía contra la persecución penal múltiple
hecho. una segunda imputación por distinta causa, y no
es inconstitucional la norma de la ley penal tri-
2. Aplicación de la garantía de non bis in idem butaria que contempla casos de esa índole (art.
en los distintos ordenamientos administrativos 15, ley 23.771)”(7).
La problemática gira en torno a dilucidar si el En la actualidad el artículo 17 de la ley penal
principio constitucional del non bis in idem se tributaria prevé que “Las penas establecidas por
encontraría vulnerado por la decisión adoptada esta ley serán impuestas sin perjuicio de las san-
en sede administrativa relativa a los hechos que, ciones administrativas fiscales”.
como realidad fáctica o suceso histórico, fueron
atribuidos a ese mismo sujeto en sede penal. Ello De este modo, la intención que tuvo el legis-
como consecuencia de la naturaleza penal de las lador al momento de la sanción de la norma fue
sanciones administrativas. la de fijar una independencia entre ambos or-
denamientos permitiendo que los organismos
Por ello, a continuación analizaremos la nor- administrativos tuvieran la posibilidad de im-
mativa de los distintos ordenamientos, a efectos poner sanciones administrativas aun cuando se
de determinar la existencia de una doble perse- hubieran aplicado las sanciones de la ley penal
cución penal-infraccional sobre hechos que ya tributaria.
fueron juzgados en otro ámbito del derecho.
Sin embargo, de acuerdo con el artículo 20
3. La garantía del non bis in idem en el derecho de la ley 24.769 “La autoridad administrativa se
penal tributario abstendrá de aplicar sanciones hasta que sea
dictada la sentencia definitiva en sede penal [y]
En primer lugar, cabe destacar que la norma- una vez firme la sentencia penal, la autoridad
tiva de rigor contempla la posibilidad de aplicar administrativa aplicará las sanciones que corres-
independientemente de la pena instaurada en pondan, sin alterar las declaraciones de hechos
sede penal una sanción de multa que será aplica- contenidas en la sentencia judicial”.
da por el organismo administrativo.
Así se establece una prevalencia de los hechos
La multa es una sanción por la realización probados en sede penal clausurando la posibili-
de una conducta contraria a la norma, con dos
variantes: “las multas penales y las multas ad-
ministrativas. Las penales están contempladas (6) RATEGUI, Alejandro R., “Superposición de multas
por evasión y defraudación fiscal”, Doctrina Penal Tribu-
taria y Económica Errepar, mayo 2012.
(5) Fallos: 282:345, LI - XXV — 1384. (7) CNPEcon., sala A, 19/4/1996, “Sirsa”.

160 • Derecho Penal y Criminología - AÑO v • Nº 07 • AGOSTO 2015


DPyC Héctor Fabián Assad

dad de que el organismo fiscal proceda a la apli- Al igual que el régimen penal tributario, la pro-
cación de sanciones administrativas sobre una blemática giró en torno a la eventual aplicación
base fáctica distinta a la que resolvió el juez. de una sanción penal juntamente con multas ad-
ministrativas. Sin embargo, esa eventualidad ha
En este sentido, la Cámara Contencioso Admi- sido dirimida por nuestro Máximo Tribunal en
nistrativo, sala II, manifestó en una causa pen- el caso “De la Rosa Vallejos”, en donde concreta-
diente de sentencia por parte de la justicia penal mente se determinó la aplicación de la prejudi-
que “resulta claro que no corresponde pronun- cialidad absoluta, lo cual implica suspender las
ciarse en el estado actual de la cuestión sobre los actuaciones administrativas hasta tanto el Poder
hechos que se encuentran en estudio del Juzgado Judicial dicte sentencia definitiva (10).
Federal 1, Secretaría 1 de La Plata, Provincia de
Buenos Aires, para evitar la inseguridad jurídi- En dicho precedente, la Corte Suprema de
ca que se provocaría ante el eventual dictado de Justicia de la Nación sostuvo que “corresponde
sentencia contradictorias sobre el sustento fácti- concluir en orden a la primera de las cuestiones
co del asunto”(8). planteadas en el consid. 6°, que la atribución de
competencia a la Administración Nacional de
Sin embargo, en la actualidad el problema se Aduanas para la aplicación de las sanciones de
plantea con la reforma de la ley 26.735, ya que decomiso, multa e inhabilitación previstas en los
con el texto anterior “la evasión que involucraba incs. a, b, c, f y g del art. 191 de la ley de aduanas,
a los entes ideales o sujetos tributarios era casti- no responde a su jurisdicción en cuestiones de
gada en sede penal únicamente con la prisión de infracciones aduaneras, sino a su facultad admi-
las personas que intervinieron en el hecho como nistrativa de imponer ciertas consecuencias ac-
órgano o representantes (art. 14, LPT, en su an- cesorias de la condena penal”.
terior redacción) y en sede administrativa con la
multa por defraudación aplicada al ente (arts. 17 A su vez, expresó que “la independencia a la
y 20, LPT). Con la vigencia de la ley 26.735, se han que se refiere el artículo consiste en la autono-
incorporado sanciones para las personas de exis- mía de los procedimientos aduaneras y de los
tencia ideal cuando la evasión ha sido realizada principios que los rigen para la aplicación de las
‘en nombre o con la intervención o en beneficio’ penas previstas en el art. 191, incs. a, b, c, f y g, y
de aquélla”(9). no para el juzgamiento sobre la materialidad del
ilícito y la individualización de sus responsables,
Por ello, la superposición de sanciones de mul- y por otra parte, en dejar abierta la posibilidad
ta por los ilícitos de la ley penal tributaria y la de- de que la incriminación de un mismo hecho
fraudación administrativa para una persona de —el contrabando o sus tipos subordinados— no
existencia ideal por el mismo hecho resultaría en se agote con la condenación en sede penal, sino
principio violatoria de la garantía bajo análisis. que además sea pasible de las sanciones acceso-
4. La garantía de non bis in idem en el derecho rias para cuya aplicación se faculta a la Aduana”.
aduanero De este modo, el Máximo Tribunal armonizó
En el régimen aduanero la ley 22.415 estipula la normativa aplicable con el objeto de evitar que
los delitos a partir del artículos 863 y subsiguien- se vea conculcada la garantía que prohíbe el do-
tes; y las infracciones administrativas, en los ca- ble juzgamiento y/o persecución y el escándalo
sos del artículo 947 y siguientes. jurídico que se podría producir en el caso de sen-
tencias contradictorias.
Sin embargo, a través de los artículos 1018 y
1026 las competencias para cada uno de los ilí- Asimismo, cabe poner en relieve que en la ju-
citos se encuentran diferenciadas ya que ambas risprudencia bajo análisis se estableció la acce-
jurisdicciones no son simultáneas. soriedad de las sanciones administrativas, es de-
cir que las sanciones impuestas por el organismo
administrativo son dependientes de la sanción
(8) Cámara Nacional Contencioso Administrativo Fede-
ral, sala II, 10/6/2008, “Ingeniero Rouza S.A”.
impuesta en sede penal.
(9) RATEGUI, Alejandro R., “Superposición de multas
por evasión y defraudación fiscal”, Doctrina Penal Tribu- (10) CSJN, 10/3/1983, “De La Rosa Vallejos, Ramón”,
taria y Económica Errepar, mayo 2012. Fallos: 305:246.

AÑO v • Nº 07 • agosto 2015 - Derecho Penal y Criminología • 161


DPyC Garantías Constitucionales doctrina

No obstante ello, la problemática se presen- Americana de Derechos Humanos y el Estatuto


ta cuando un mismo hecho puede representar de Roma de la Corte Penal Internacional, entre
a su vez una infracción y un delito aduanero, otros.
como por ejemplo “la tenencia injustificada de
mercadería extranjera” la cual puede constituir La Corte Interamericana de Derechos Huma-
el delito de contrabando o una infracción admi- nos remarcó que el principio de non bis in idem
nistrativa. busca proteger los derechos de los individuos
que han sido procesados por determinados he-
En tal situación, la superposición de figuras tí- chos para que no vuelvan a ser enjuiciados por
picas se resuelve con la aplicación de las reglas ellos.
de concurso ideal, y el principio de absorción
conlleva a que la conducta menor quede subsu- Igualmente, a diferencia de otros instrumen-
mida en la mayor o más grave (11). tos internacionales de derechos humanos, como
el Pacto, que utiliza la palabra “delito”, la Corte
Sin embargo, si se llegara a comprender que Americana de Derechos Humanos utilizaba la
son dos “hechos distintos”, a efectos de no que- expresión “mismos hechos” que es un término
brantar el principio bajo análisis se deberá acre- que beneficia más a la víctima.
ditar fehacientemente las circunstancias que
fundan dichas diferencias, ya que si en la sen- Con respecto al Estatuto de Roma, su art. 20
tencia de sede judicial se descartan los indicios contiene la institución de cosa juzgada, pero su
para indagar sobre la calificación de un delito regulación es especial, ya que el principio non
aduanero, la conducta del sujeto acusado podrá bis in idem opera en tres ámbitos: respecto de
ser encuadrada en la figura infraccional sólo si se sentencias dictadas por la propia Corte Penal
detectan otros elementos fácticos que hacen po- Internacional, ante ella misma, respecto a sen-
sible su encuadre en el tipo legal administrativo. tencias emitidas por la CPI que se encuentran
ante otro tribunal y respecto de sentencias emi-
En virtud de ello, se puede concluir que las re- tidas por otro tribunal que se encuentran ante
glas concursales tienden a proteger el principio la CPI.
de non bis in idem y desalentar la existencia de
una doble persecución al mismo sujeto, por un Por su parte el Estatuto de Roma reconoce que
idéntico hecho. nadie puede ser juzgado por la CPI por conduc-
tas que constituyen crímenes de su competencia,
V. Análisis en el ámbito internacional si la persona ya hubiera sido absuelta o conde-
Tras un breve análisis de la Doctrina Inter- nada por ésta. El precepto añade que nadie será
nacional, cabe resaltar lo expuesto por la Dra. procesado por cualquier otro tribunal si la CPI ya
Isabel Montoya Ramos en su artículo “El princi- lo hubiere hecho. Contrariamente, no procesa-
pio non bis in idem a la luz de la jurisprudencia rá a nadie que ya haya sido enjuiciado por otro
de la Suprema Corte de la Justicia de la Nación tribunal por hechos que constituyen crímenes
y de la Corte Interamericana de los Derechos de su competencia, a menos que el proceso en
Humanos”(12). el otro tribunal se hubiere llevado a cabo para
sustraer a la persona de su responsabilidad pe-
Veamos pues que en el ámbito internacional el nal o el juicio no hubiere sido imparcial indepen-
principio non bis in idem se encuentra regulado diente o hubiere sido de manera tal que, en las
en distintos instrumentos internacionales en- circunstancias del caso, fuere incompatible con
tre los que se encuentran el Pacto Internacional la intención de llevar a la persona a la acción de
de Derechos Civiles y Políticos, la Convención la justicia.

Por último, el Comité de Derecho humanos


(11) VIDAL ALBARRACÍN, Héctor G.: “Concurrencia determinó que el principio de non bis in idem se
entre una modalidad de encubrimiento de contrabando encuentra limitado a ofensas del orden penal, y
y la infracción de tenencia de mercadería extranjera sin
acreditar legítima introducción”, LL 1996-E-339. que no opera cuando se trata de investigaciones,
ya que solamente se refiere al juzgamiento que
(12) DR 2013 Instituto de Investigaciones Jurídicas, Su-
prema Corte de la Justicia de la Nación, Fundación Konrad terminó con una sentencia sobre hechos que ha-
Adenauer. yan sido juzgados con anterioridad.

162 • Derecho Penal y Criminología - AÑO v • Nº 07 • AGOSTO 2015


DPyC Héctor Fabián Assad

VI. Garantía de non bis in idem en el derecho sancionado por un delito por el cual haya sido ya
de Estados Unidos de América (13) condenado o absuelto por una sentencia firme
de acuerdo con la ley y el procedimiento penal de
1. Reseña histórica cada país”. La Convención Americana de Dere-
La Regla que en nuestros días conocemos bajo chos Humanos (Pacto de San José de Costa Rica),
el nombre non bis in idem surge históricamente dispone en su art. 8.4.: “El inculpado absuelto
de la designación romano-canónica bis de ea- por una sentencia firme no podrá ser sometido a
dem res ne sit actio, o, abreviadamente, ne bis in nuevo juicio por los mismos hechos”.
idem, o también, se entiende como derivación Una vez introducidos en tema, es dable en este
de la máxima res judicata pro veritate habetur punto comenzar a desarrollar cómo está con-
y tiene una vigencia indudablemente universal. templada la garantía en el sistema Judicial de
Con distintos alcances y aplicaciones, con un los Estados Unidos, tanto a nivel constitucional,
contenido sustancial o de fondo —y paradójica- como doctrinario y jurisprudencial. Al efecto es
mente más restringido— o procesal o de forma que comenzaremos por la Constitución de los
—y, contrastantemente, más amplio—, con va- Estados Unidos de América.
riantes también en su jerarquía normativa, es de-
cir en su rango en la pirámide jurídica, que oscila La garantía reconocida en la Quinta Enmien-
desde regla meramente ordenatoria a derecho o da de la Constitución de los Estados Unidos tie-
garantía fundamental. ne una terminología aparentemente original:
...nor shall any person be subject for the same
Asimismo la regla presenta un indudable sig- offence to be twice put in jeopardy of life or
nificado político que asumió en el devenir histó- limb (es decir: ninguna persona podrá ser dos
rico de la cultura occidental al establecerse como veces puesta en peligro de vida o de [la integri-
restricción al derecho de perseguir o de imponer dad de] sus miembros, por el mismo delito). La
castigos, derecho éste que fue apropiado y con- etimología de la voz inglesa jeopardy remite
vertido en prerrogativa de la autoridad centrali- al francés del siglo XIV jeu parti, es decir: jue-
zada de los reyes a medida que fueron forjándose go dividido. De las dos acepciones que dan los
los grandes Estados nacionales. diccionarios de idioma inglés, la segunda indi-
Este último significado tuvo expresión con las ca, específicamente: peligro al que una persona
proclamas de derechos de fines del siglo XVIII y acusada se encuentra sujeta cuando se la juzga
su consolidación, ya con perspectivas de vigen- por una ofensa de carácter criminal. Se origina,
cia supranacional, tuvo lugar en época relativa- según LaFave & Israel, en dos de las fórmulas de
mente reciente, con los tratados internacionales excepciones previas del derecho común de In-
de la comunidad europea y la organización inte- glaterra pertenecientes al género que se desig-
ramericana celebrados en la segunda mitad del na como pleas, denominadas autrefois acquit
siglo XX. y autrefois convict. Citan en respaldo de esa
afirmación el caso ex parte Lange de 1873 en el
Previo a adentrarnos en el análisis de la garan- que, además, se consagró la doctrina de que la
tía a la luz del Derecho vigente en los Estados garantía comprende toda clase de delitos y no
Unidos de América, resulta importante resaltar sólo a los que estuvieran castigados con penas
que en el ámbito de los Pactos Internacionales de capitales o corporales.
Derechos Humanos —que en el derecho argenti-
El fundamento de tal regla, según lo ha esta-
no gozan de jerarquía constitucional (art. 75, inc.
blecido la Corte Suprema de los Estados Unidos,
22 de la Constitución Nacional)— el art. 14, inc.
es “que no se le debe permitir al Estado, con to-
7, del Pacto Internacional de Derechos Civiles y
dos sus recursos y poder, llevar a cabo esfuerzos
Políticos, establece: “Nadie podrá ser juzgado ni
repetidos para condenar a un individuo por un
supuesto delito, sometiéndolo así a molestias,
(13) Las citas de autores que se refieren a la explicación gastos y sufrimientos, y obligándolo a vivir en un
histórica del Instituto fueron tomadas de la Investigación continuo estado de ansiedad e inseguridad, au-
realizada por el Dr. Edmundo Hendler y que fuera publi-
cada en su trabajo incluido en el volumen Las garantías mentando, también, la posibilidad de que, aun
penales y procesales, Facultad de Derecho -Universidad siendo inocente, sea hallado culpable” (355 U.S.
de Buenos Aires y Editores del Puerto. 184, entre otros).

AÑO v • Nº 07 • agosto 2015 - Derecho Penal y Criminología • 163


DPyC Garantías Constitucionales doctrina

Volviendo al tema de la redacción de la Quinta derecho penal y procesal de Inglaterra. Las deno-
Enmienda de la Constitución de Estados Unidos minaciones de las distintas modalidades del ejer-
de América, está claro que fue propuesta por Ma- cicio de la acción penal se remontan al siglo XII y
dison en los siguientes términos: “.salvo casos de obedecen a algunas peculiaridades del sistema de
juicio político (impeachment) nadie será someti- procedimiento penal inglés que, como es conoci-
do a más de un juicio o de un castigo por el mismo do, se destaca por la particularidad de no haber
delito”. Esa redacción fue discutida en la Cámara instituido un ministerio público ni un organismo
de Representantes por Benson de Nueva York que oficial encargado de la persecución del castigo de
la consideró dubitativa en tanto impediría incluso los delitos hasta hace unos pocos años, en 1986.
la apelación de quien hubiera sido condenado por
lo que propuso suprimir las palabras “de un jui- En teoría, aún en la actualidad en Inglaterra
cio o”, no obstante lo cual resultó sancionada por todas las acciones son iniciadas por individuos
la Cámara la propuesta de Madison. Fue el Sena- privados y no por el Estado o por organismos es-
do el que suprimió la mitad final sustituyéndola taduales aunque, en las acusaciones que trami-
por “será puesto dos veces en riesgo de la vida o tan ante el Tribunal de la Corona, el acusador se
la integridad de los miembros en una acusación considera que actúa en nombre de la Corona y la
pública”. Luego un comité conjunto suprimió esta causa se caratula: “La Reina y... (el acusado)”. En
última referencia (en una acusación pública) sin la práctica casi todas las acciones son iniciadas
que haya registros de los debates que condujeron por funcionarios policiales actuando en ejercicio
a esas modificaciones de la propuesta original. de sus funciones y, aunque figura ese funcio-
nario como iniciador de la acción (o a veces el
Una obra reciente sobre el aspecto histórico de funcionario superior de la fuerza), lo real es que
la regla en el derecho anglosajón es la de George siempre es el organismo quien está detrás.
C. Thomas III (1998). Aunque el autor admite que
La más antigua es la acción iniciada por vía de
no hay un paralelismo directo entre la experien-
appeal, voz que se traduce al castellano y que se
cia inglesa y la cláusula de la quinta enmienda
emplea en la actualidad en el idioma inglés con
norteamericana, encuentra que la terminología
el significado de “apelación” pero que, en sus
de Blackstone se reconoce en esta última y supo-
orígenes, en el medioevo, indicaba el ejercicio
ne apartarse de la empleada por Madison en su
de la acción privada. Surge posteriormente la
propuesta prefiriendo en cambio la fraseología
iniciación por vía de Presentment que supone la
clásica del common law con lo cual, entiende, se
denuncia traída por los vecinos de una comarca
produce el problema del contexto que hace di-
que son el origen del Gran Jurado o jurado de
fícil la interpretación y permite la elasticidad de
acusación, a quienes se alude también como “el
las elaboraciones jurisprudenciales.
país”. De esa modalidad deriva la iniciación por
No hay dudas, entonces, de que la pregunta vía de indictment que se distingue de la ante-
conduce necesariamente a los orígenes de la re- rior en que la denuncia es preparada por escri-
gla en el derecho común de Inglaterra. No sólo to por profesionales del derecho y luego recién
los autores coinciden en el punto. También la aprobada por el Gran Jurado. Está finalmente la
jurisprudencia de la Corte estadounidense lo iniciación por vía de Information que supone la
destaca, por ejemplo, en el ya citado fallo del año denuncia de algún funcionario sin necesidad de
1873 ex parte Lange. aprobación de Gran Jurado.
Lo importante es distinguir el significado de la
“No person...; nor shall any person be subject
voz indictment, ya que las transformaciones ac-
for the same offence to be twice put in jeopardy
tuales ocurridas en Inglaterra, por un lado, y en
of life or limb;” (una traducción bastante literal
los Estados Unidos, por el otro, pueden generar
sería: ninguna persona estará expuesta por el
cierta confusión. Hoy en día, en Inglaterra, des-
mismo delito a ser puesta dos veces en amenaza
pués de suprimido el Gran Jurado, el vocablo se
de su vida o integridad corporal).
emplea para indicar una acusación preparada
2. Origen en el derecho común con ciertas formalidades destinada a ser cono-
cida por los tribunales de la Corona en lugar de
Una aclaración terminológica es necesaria an- las Cortes de Magistrados o Jueces de Paz. En los
tes de abordar las fuentes que explican el antiguo Estados Unidos, que han conservado en la mitad

164 • Derecho Penal y Criminología - AÑO v • Nº 07 • AGOSTO 2015


DPyC Héctor Fabián Assad

de las jurisdicciones la práctica del Gran Jurado, pa sostiene que la regla concerniente a la doble
la expresión tiende a señalar que se trata de una persecución es tan antigua como el mismo com-
acusación que reúne el requisito de haber sido mon law aludiendo a la controversia entre Enri-
aprobada por un jurado de acusación. que II y Thomas Becket que condujo a reconocer,
en 1176, que “los tribunales del rey no podían
En cambio, en la época que en este momento
castigar a quien ya hubiera sido condenado en
nos interesa, es decir en el período de gestación
tribunales eclesiásticos”.
del common law la expresión indictment sirve
para distinguir las acciones penales que autorizan La reseña posterior de Friedland destaca que
la intervención de los jueces nombrados por el rey después de la controversia de Becket, en el siglo
pese a no existir un accionante privado que sosten- XIII, quedó establecido que la condena o abso-
ga la acusación. Es decir la disyuntiva es la acción lución en “la acción iniciada por un acusador
de un particular o la de un funcionario del rey. privado (appellor) impedía un nuevo juicio de
su parte así como una sentencia en juicio ini-
Dice uno de los más importantes historiadores
ciado por indictment del rey impedía un nuevo
del Derecho Penal inglés, James Fitzjames Ste-
juicio por el mismo monarca”. Al mismo tiempo
phen, que a partir de la conquista normanda se
y durante parte del siglo XIV unas y otras, acusa-
establecieron esas distintas modalidades de pro-
ciones privadas y del rey, no eran impedimento
cesos criminales. La historia de las acusaciones
unas respecto de otras, especialmente en casos
privadas, aclara este autor, es también la de los
de acciones privadas que implicaban la eventua-
combates judiciales (trial by battle). Pero está
lidad de un combate a duelo.
claro que esta última modalidad tenía lugar sólo
cuando no había prueba suficiente de la culpabi- También alude a una disposición anterior
lidad. Así explica que los jueces debían indagar adoptada por el mismo Enrique II en 1166 per-
oficiosamente y si existían pruebas no debían mitiendo el castigo de destierro de quienes hu-
permitir el combate. El resultado del comba- bieran sido absueltos en una ordalía con lo que,
te daba lugar a tres alternativas: que el acusa- en definitiva, termina concluyendo que la regla
do fuera derrotado en cuyo caso era ahorcado; no estaba clara ni había sido definida o aplicada.
que triunfara en cuyo caso era absuelto, o que el Coincide en ese punto Jay A. Siegler, en uno de
acusado consiguiera mantenerse hasta el ano- los trabajos más completos sobre el tema. Du-
checer en cuyo caso también se lo absolvía. Sin rante el reinado de Enrique II, dice concordan-
embargo, añade Stephen, en tanto la acusación temente este autor, se habría establecido que la
privada era considerada como una presunción absolución obtenida en una ordalía no era impe-
de culpabilidad, después de la absolución se lo dimento para un segundo juicio. También refiere
juzgaba por el jurado como si hubiera existido que, antes todavía, en el reinado de Enrique I, la
indictment. Alude también a normas de fines del muerte o la mutilación eran el castigo de casi to-
siglo XIII (1278) estableciendo una limitación de dos los delitos en caso de segunda condena de
un año un día para la acusación (se entiende la donde se sigue que las expresiones life or limb, es
acusación posterior). decir la vida o los miembros, tendrían un sentido
literal.
El otro comentario de Stephen es que, pro-
bablemente, dice, las más usuales acusaciones Según Siegler, en el siglo XVIII se consagra la
privadas fueran las de delatores o approvers. Las distinción de delitos capitales que eran los que
relata de esta manera: si el acusado de algún de- mayormente permitían aplicar el resguardo del
lito, especialmente robo, se reconocía culpable y doble riesgo citando un caso de 1796 en el que
ofrecía entregar a sus cómplices, se podía otorgar se estableció la doctrina de que la vida o la in-
la gracia real de vida e integridad (life and limb) tegridad (life or limb) no estaban en peligro en
si lograba que determinado número de malhe- casos de acusación por delitos menores (mis-
chores fueran: o bien muertos en combate, es demeanors). De todos modos, la conclusión del
decir derrotados en una acusación privada o ap- autor es que no puede demostrarse que el con-
peal, o bien condenados por un jurado. cepto de doble riesgo estuviera profundamente
arraigado en la historia de Inglaterra. Invoca la
Un autor canadiense, Martin L. Friedland, en obra de Glanville, el más antiguo tratado sobre el
una obra reciente dedicada al tema que nos ocu- common law, de 1187, en el que no se lo men-

AÑO v • Nº 07 • agosto 2015 - Derecho Penal y Criminología • 165


DPyC Garantías Constitucionales doctrina

ciona para nada aunque sí se habla de la vida o una acción privada posterior. También podía
la mutilación en el sentido literal. Lo mismo dice procederse de esa manera si mediaba un perdón
de Bracton que escribe poco tiempo después. De real luego de la condena por indictment. En caso
Britton, un tratadista que escribió por orden de de realizarse el combate, si el acusador termina-
Eduardo I, extrae que recién un siglo después de ba pidiendo piedad o se reconocía vencido, con
1187 aparece alguna insinuación de doble riesgo lo que quedaba deshonrado, el acusado era ab-
aunque referida a acusaciones privadas y no a las suelto, resarcido de sus daños y quedaba exento
deducidas por indictment del rey. de por vida de persecución por indictment. Pero
las explicaciones de Blackstone que resultan
De todas maneras, la explicación más cabal del bastante esclarecedoras son las que se refieren
derrotero que habría de seguir la cuestión en el a las excepciones previas (pleas in bar) que se
derecho inglés tiene que ver con las acusaciones distinguen por aplicarse tanto frente a acciones
privadas en casos de homicidio a fines del siglo privadas (appeals) como a indictments. Son las
XV. Una determinación de los jueces, verdadero que se designan como autrefois acquit y autre-
caso de legislación judicial, de 1482, estableció fois convict. La ley que suprimió la práctica de
un plazo de un año antes de dar curso a un in- demorar un año y un día para tratar cualquier
dictment para preservar la prioridad de la acción indictment por muerte de un hombre también
privada. Esa práctica resultó tan repudiada por la dispuso que no fuera admisible la excepción de
opinión pública que tuvo que ser abrogada por autrefois acquit, es decir la de haber sido ante-
ley (3 Hen. VII c. 1) seis años después, estable- riormente absuelto, frente a una acción privada,
ciéndose entonces la regla de que la absolución si se basaba en un juicio iniciado por indictment.
frente a un juicio promovido por acusación de En lo que se refiere a la otra variante, la excep-
un gran jurado (indictment) no era impedimen- ción referida a haber sido anteriormente conde-
to para una acusación privada posterior. Tam- nado autrefois convict, aclara que se trata de la
bién se estableció el juzgamiento inmediato de invocación de un anterior veredicto aunque no
las acusaciones de gran jurado por homicidio de hubiera sido seguido de sentencia, es decir que
manera que se ventilase primero ese juicio con la excepción igualmente cabía si la sentencia
lo que se consiguió el resultado de que en la ma- estaba pendiente o en suspenso por beneficio
yoría de los casos la cuestión se terminase allí, del clero o por otra causa. De allí que, sigue, un
salvo cuando una absolución hubiera causado veredicto condenatorio por homicidio atenuado
gran insatisfacción en cuyo caso sí se producía (por ser meramente culposo o provocado, mans-
la acusación privada posterior. Recién en 1819, laughter) autoriza la excepción frente a una ac-
por una norma que se cita como 59 Geo. 3, c.46, ción privada, y más aún frente a un indictment
fueron abolidas las acusaciones privadas suscep- por homicidio simple o doloso (murder).
tibles de dar lugar a combate. Todavía en un caso
ocurrido ese año, ante el planteo de una acusa- En definitiva, entonces, el perfil de la cuestión
ción posterior a la absolución por un homicidio, en el antiguo derecho inglés está vinculado más
el acusado reclamó el derecho de combatir con que nada con la duplicidad de enjuiciamientos
el acusador, derecho que debió serle reconocido a que da lugar el ejercicio de acciones privadas
a partir de la verificación de que, contrariamente que se mantuvieron desde siempre en ese orde-
a lo que sostuvo el acusador, no había presuncio- namiento jurídico y debieron armonizarse con la
nes indiscutibles de su culpabilidad. posibilidad de ejercitar la acción sin participa-
ción de acusadores privados, es decir, por parte
Blackstone, por su parte, refiere esa misma de la autoridad real. No se trata, sin embargo, de
práctica como originada en la costumbre de los un perfil nítido ni está exento de inconsecuen-
germanos conocida como weregild y la explica cias. Sin ir más lejos, una ley dictada en 1534 por
diciendo que “si el acusado obtenía un veredic- Enrique VIII estableció el nuevo juzgamiento de
to favorable en una acción privada o appeal se delitos cometidos en el principado de Gales en
entendía que no podía después ser perseguido caso en que los tribunales de ese país hubieran
por acción de la Corona”. Eso se debía, añade, al absuelto al acusado o le hubieran impuesto sola-
principio jurídico expresado con el latín: nemo mente una pena de multa. Tampoco estaba claro
bis punitur pro eodem delicto. En cambio, si el principio en la jurisprudencia de los tribuna-
triunfaba frente a un indictment eso permitía les: un famoso fallo de 1591, por ejemplo, permi-

166 • Derecho Penal y Criminología - AÑO v • Nº 07 • AGOSTO 2015


DPyC Héctor Fabián Assad

tió un nuevo juicio después de una absolución de 1648 atribuyéndoles el significado que llevó
basado en que la anterior acusación había sido a su consagración como garantía fundamental.
defectuosa. Corsi e ricorsi, en 1664, un tribunal Coincide, de todos modos, con otros autores,
desestimó la posibilidad de enjuiciar nueva- en que el primer texto constitucional en consa-
mente por homicidio a un tal Thomas, absuelto grar el principio fue el de Nueva Hampshire en
en los tribunales galeses, desconociendo de esa 1784. Coincide igualmente en la inspiración de
manera el texto expreso de la ley de 1534. Y lo Madison y en la falta de registros de los debates
que es más trascendente aún: en 1677 se deses- que habrían llevado a la redacción definitiva de
timó igualmente el nuevo juicio de quien había la quinta enmienda mencionando que, en la ac-
sido juzgado y absuelto en un país extranjero, en tualidad (se refiere a 1969), treinta y cinco de las
ese caso, Portugal. Al mismo tiempo, sin embar- constituciones estaduales tienen una redacción
go, los jueces habían consolidado una práctica similar. Finaliza con la advertencia del agudo
francamente frustratoria de cualquier resguardo criticismo que, aun desde sus orígenes, suscitó
de doble persecución: cuando suponían el ad- la adopción del principio de la protección contra
venimiento de un veredicto absolutorio por de- el doble riesgo, aludiendo a las dificultades para
fectos de la prueba de cargo disolvían al jurado su aplicación y al apresuramiento de los redacto-
permitiendo a la acusación presentar de nuevo res de las constituciones estaduales. Puntualiza
su caso. Recién en 1697 resultó desestimada esa la existencia de críticas que aluden a la “devota
práctica en un pronunciamiento que se atribuye sumisión a una interpretación errónea” así como
a Lord Holt. a la postura de quienes coinciden en general con
las finalidades del resguardo pero preferirían que
3. Antecedentes jurisprudenciales de la regla tuviera mayor flexibilidad en su aplicación y no
non bis in idem que se lo considere un principio fundamental.
En cuanto al desenvolvimiento de la cuestión 4. Estado actual en los Estados Unidos de América
en los Estados Unidos se impone destacar una
conclusión de Siegler, el autor anteriormente Volviendo a lo que ocurre en la actualidad en
citado, a quien se debe uno de los trabajos más los Estados Unidos, los fallos de la Corte Suprema
completos y relativamente recientes en la mate- que, como es sabido, son siempre fuente de ins-
ria. Según él, para la época de redactarse la cons- piración para la Corte argentina permiten trazar
titución federal en la que se procuraba preservar algunas pautas interpretativas acerca de las cues-
los derechos de que tradicionalmente disfruta- tiones suscitadas por la aplicación del principio
ban los súbditos ingleses, no puede valorarse non bis in idem. Las excepciones a su aplicación
como claramente establecida una protección suelen tratarse en cuatro distintos apartados:
contra el doble riesgo. La considera, por otra par-
a) casos de nuevo juicio posterior a una resolu-
te, una de las disposiciones de la Declaración de
ción de anulación (mistrial);
Derechos de la constitución americana que han
dado lugar a mayor controversia pero que se en- b) casos de nuevo juicio posterior a una sen-
cuentran menos esclarecidas. tencia de desestimación o sobreseimiento (dis-
Leonard W. Levy en su ensayo sobre los oríge- missal) o bien de absolución (acquittal);
nes de la Declaración, después de apuntar que la
c) casos de nuevo juicio posterior a una con-
garantía contra la doble persecución estaba ad-
dena; y
mitida en buen número de casos en la jurispru-
dencia colonial no obstante no figurar en ningu- d) casos de nuevo juicio por diferente soberanía.
no de los grandes documentos consagratorios de
las libertades inglesas (la Carta Magna, la Peti- Dos aclaraciones de significación terminoló-
ción de Derechos, la Declaración de Derechos), gica son previas y se encuentran resueltas por
refiere que fue New Hampshire el primer Estado la jurisprudencia. La primera es que las referen-
en acordarle protección constitucional. Por su cias a la vida e integridad de la quinta enmienda
parte, Siegler dice que tiene origen en el Derecho no acotan su significado ni suponen que sólo se
Penal de Massachussets que considera más ade- aplique en casos de penas capitales o corporales
lantado en el siglo XVII que el de Inglaterra. Alu- sino que atañe a todo juicio criminal. La otra es
de al Body of Liberties de 1641 y a la codificación la relativa a la oportunidad en que surge la situa-

AÑO v • Nº 07 • agosto 2015 - Derecho Penal y Criminología • 167


DPyC Garantías Constitucionales doctrina

ción de riesgo a que se refiere la enmienda. Es interpretación de la ley sustantiva con el de una
decir se trata de determinar qué instancia pro- absolución y, por ende, se entendió que un fallo
cesal debe haberse alcanzado para que quede de esa índole no podía ser apelado por el fiscal
vedada una nueva persecución. Esto último se por el razonamiento de que, en caso de admi-
encuentra resuelto en el sentido de que el riesgo tirse la apelación, habría necesidad de realizar
surge a partir del momento en que el jurado ha un nuevo juicio con mengua para el resguardo
sido instalado y prestó juramento, con la variante constitucional. Pero el criterio fijado posterior-
de que si se trata de un juicio sin jurado entonces mente es otro. En el caso United States v. Scott de
recién existe riesgo a partir del momento en que 1978 se entendió que el sobreseimiento dictado a
el juez comienza a recibir la prueba en el juicio. pedido del acusado basado en las demoras de la
acusación que perjudicaron su defensa era sus-
- En la primera de las hipótesis mencionadas ceptible de apelación ya que, en caso de hacerse
al comienzo, los casos de anulación (mistrial), no lugar a ella, la continuación del juicio no afecta-
se aplica el principio non bis in idem en tanto se ría el resguardo de la doble persecución.
trate de anulaciones requeridas por el acusado
o bien consentidas por él. Sólo conducen a apli- - La tercera hipótesis propuesta, la del nuevo
carlo las anulaciones que se dictan a iniciativa juicio después de recaída una condena, está tra-
del juez o por pedido del fiscal. Pero esto último tada como caso de excepción en que no se aplica
también reconoce salvedades: no hay doble per- el principio de double jeopardy. El precedente
secución si la anulación dispuesta de esa manera es el ya mencionado caso United States v. Ball de
obedece a razones de manifiesta necesidad. Con 1896 y el criterio es que los vicios procesales de
esa expresión se alude a los casos, por ejemplo, una sentencia condenatoria no impiden el nuevo
de un jurado bloqueado por no poder alcanzar juicio luego de revocada aquélla en un tribunal
un veredicto unánime o a aquellos que se inclu- de apelación. Se cuestiona ese criterio en tanto
yen en el concepto de vicios insalvables en los supone una inconsecuencia con lo que ocurre
que el nuevo juicio no se considera que infrinja en los casos de la primera hipótesis menciona-
la prohibición de doble juzgamiento. Pueden da, cuando los vicios procesales dan lugar a una
mencionarse como ejemplos de esto último los desestimación o sobreseimiento anterior al fallo
de comprobación durante el juicio de que uno de condenatorio, en cuya situación sí se prohíbe el
los jurados había sido jurado de acusación o te- nuevo juzgamiento. La explicación es que en esa
nía amistad con el acusado o cuando el defensor situación, la de quien resultó condenado en jui-
hizo un alegato inicial impropio que comprome- cio, a diferencia de lo que ocurre con quien sólo
tió la imparcialidad del jurado. Es decir, en todos llegó a la desestimación o sobreseimiento, no
estos casos, no obstante que la anulación sea por hubo privación del derecho a tener un veredicto
iniciativa del juez, puede haber un nuevo juicio del primer jurado sorteado para intervenir.
sin afectar el resguardo de la doble persecución.
Hay una excepción a la excepción que recién
- En la segunda hipótesis, la de desestimación, surge con un precedente de la Corte Suprema
sobreseimiento o absolución, la regla es, en cam- de 1978. En Burks v. United States se hizo la dis-
bio, en principio, la aplicación del resguardo de tinción de la condena que resultó revocada por
la doble persecución. El caso típico es el del acu- considerarse insuficiente la prueba de cargo y
sado absuelto por veredicto de un jurado tratado se entendió que esa clase de casos no permiten
en un precedente de la Corte Suprema de 1896 nuevo juzgamiento.
United States v. Ball en el que se distinguió la
situación de quien había sido absuelto respecto Otra salvedad que surge con los casos de esta
de quienes habían sido condenados en el mismo tercera hipótesis es la de condenas que supon-
juicio. Producida la anulación por objeciones de gan una absolución implícita. En el precedente
los condenados se confirmó la condena de estos Green v. United States resuelto por la Corte Su-
últimos dictada en el nuevo juicio pero se revo- prema en 1957, se trataba de una acusación de
có la del primero por entenderlo amparado en homicidio calificado (first degree murder) y el
el resguardo de la quinta enmienda. En alguna jurado fue instruido de que podía condenar tam-
jurisprudencia se llegó a equiparar el caso de un bién por homicidio simple (second degree mur-
sobreseimiento o desestimación basados en la der) que fue lo que en definitiva hizo. Revocada la

168 • Derecho Penal y Criminología - AÑO v • Nº 07 • AGOSTO 2015


DPyC Héctor Fabián Assad

condena por vicios procesales, en el nuevo juicio ministro para proceder en ese sentido. Esas ins-
se reiteró la acusación de homicidio calificado y trucciones, no obstante ser reconocidas por los
se dictó condena por ese delito la que fue dejada tribunales, no dan lugar a que puedan hacerlas
sin efecto por la Corte Suprema en la inteligencia valer los propios acusados. Las leyes de distintos
de que el acusado había sido implícitamente ab- Estados, por su parte, establecen en muchos ca-
suelto de esa acusación en el primer juicio. sos la prohibición de perseguir el castigo de de-
litos que hubieran sido ya perseguidos por la ley
La última hipótesis propuesta, la de nuevos jui- federal. No hay, sin embargo, uniformidad y la
cios promovidos ante otra autoridad soberana, es extensión de las prohibiciones es variable.
la más clara e indiscutida situación de excepción
a la aplicación de la regla. Juega no sólo frente VII. Reflexiones parciales (comparación)
a Estados extranjeros sino también en el orden
interno entre distintos Estados miembros de los Existen ciertos tópicos que por sus particula-
Estados Unidos e, igualmente, entre autoridades ridades resulta necesario mencionar, los cuales
federales y de los Estados. Quiere decir que una fueron tomados de diferentes propuestas doc-
persona juzgada en un tribunal estadual o fede- trinales del Dr. Eugenio Zaffaroni. Como hemos
ral puede ser juzgada nuevamente por el mismo dicho no es posible juzgar ni penar dos veces a
hecho ante los tribunales de otra jurisdicción. Un una persona por el mismo hecho. Cuando la
claro ejemplo de los alcances de esta excepción doble punición importa también un doble juz-
puede verse en un caso llegado a la corte Supre- gamiento, los casos suelen ser evidentes. Pero
ma en 1985 Heath v. Alabama, Heath fue acusado hay supuestos menos claros, en que la doble pu-
y condenado a prisión perpetua en el Estado de nición opera sin violación del principio procesal,
Georgia por el homicidio de su esposa que ha- existiendo por lo menos tres grupos de casos de
bía perpetrado por medio de sicarios. Como una esta naturaleza que merecen particular atención
parte del hecho había tenido lugar en el Estado por su frecuencia.
de Alabama fue también acusado y juzgado en El primero tiene lugar cuando la administra-
este último Estado en el que se impuso la pena ción impone penas, tratándose de coerciones
de muerte. La Corte desechó sus reclamos de que no tienen carácter reparador o restitutivo ni
infracción a la protección de doble juzgamiento de coacción directa, pero que conforme a los ele-
señalando que la existencia de dos leyes dictadas mentos negativos del discurso penal no son con-
por diferentes autoridades soberanas supone el sideradas penas. Suele tratarse de multas, cesan-
derecho de cada una de ellas a que sus tribunales tías, exoneraciones o inhabilitaciones, más gra-
juzguen a los transgresores sin importar que se ves que algunas penas de la ley manifiestamente
trate de un único hecho. punitiva. El remedio adecuado es la inconstitu-
cionalidad de toda punición no manifiesta.
No se considera óbice a esa interpretación la
circunstancia de que, en 1969, quedó consagra- El segundo grupo lo constituyen los casos de
do que el resguardo contra la doble persecución personas que sufren lesiones, enfermedades o
de la quinta enmienda era aplicable en los Esta- perjuicios patrimoniales por acción u omisión
dos por entendérselo involucrado en la noción de los agentes del Estado en la investigación o
del debido proceso de la enmienda XIV. represión del delito cometido. Dado que las cár-
celes no son lugares seguros, pues la prisioni-
La rigidez del criterio de que se trata fue re- zación aumenta las probabilidades de suicidio,
lativamente morigerada en 1959 por medio de homicidio, enfermedad y lesiones, no son raros
instrucciones impartidas en aquel entonces por los casos de presos que sufren lesiones graves
el Ministro de Justicia a los fiscales federales in- y gravísimas. Tampoco es extraño que en sede
dicándoles una actitud de colaboración con las policial se acrediten torturas, pero que no sea
autoridades locales en el sentido de permitir que posible individualizar a los autores. Todas esas
los casos fueran juzgados en la jurisdicción que consecuencias —y otras— forman parte de la
resultase más conveniente al interés general abs- punición, o sea, que constituyen penas crueles
teniéndose de iniciar acciones cuando ya hubie- que, si bien están prohibidas, en los hechos se
ran sido deducidas en los tribunales de los Esta- ejecutan por acción u omisión de funcionarios
dos, salvo, en este caso, autorización del propio del Estado. La agencia judicial debe tomarlas en

AÑO v • Nº 07 • agosto 2015 - Derecho Penal y Criminología • 169


DPyC Garantías Constitucionales doctrina

cuenta para decidir el conflicto, porque no puede do la limitación de castigar o juzgar dos veces
sostener que lo prohibido no existe ni confundir a una persona por el mismo hecho. Su recono-
lo que debió ser con lo que realmente fue. Si to- cimiento tiene su génesis en el Derecho romano
das esas penas prohibidas, cuando en la realidad del período imperial, reconociéndose como otro
se impusieron y sufrieron, no por prohibidas de- hito histórico fundacional la V enmienda de la
jan de ser penas. Se trata de un efectivo dolor pu- Constitución de los Estados Unidos de Nortea-
nitivo que debe descontarse del que se autoriza mérica, por ser la primera inclusión en una carta
judicialmente, so pena de incurrir en doble puni- fundamental de derechos que la estableció como
ción. Para establecer criterios de compensación finalidad política expresa. Debe ser considerado
pueden ser útiles las propias escalas penales de el non bis in idem como un principio y no como
delitos de lesiones. garantía, ya que cumple una función política de
limitadora.
El tercer grupo de casos de doble punición
tiene lugar cuando se trata de personas que, por Desde un punto de vista sistemático puede cla-
pertenecer a pueblos indígenas con culturas dife- sificárselo: en una primera variante sustantiva o
renciadas, tienen su propio sistema de sanciones material, que implica la prohibición de castigar
y de solución de conflictos. Cuando una persona a una persona dos o más veces por el mismo
haya sido sancionada conforme a la cultura indí- hecho; y otra variante adjetiva o procedimental,
gena a la que pertenece, el Estado no puede im- que se traduce en la veda de múltiple persecu-
ponerle una nueva pena, o al menos, debe com- ción penal, sucesiva o simultánea, por idéntico
putar la pena comunitaria como parte de la pena hecho.
que pretende imponerle, a fin de evitar el riesgo
de incurrir en doble punición. El reconocimiento Desde el plano sustantivo, se podría conside-
constitucional de la preexistencia étnica y cultural rar que constituye un bis in idem la aplicación
de los pueblos indígenas argentinos (art. 75 inc. 17 simultánea de una sanción penal y una sanción
CN) obliga a tomarlas en cuenta, pues no puede administrativa. Siguiendo estos razonamientos
afirmarse que el derecho no las reconoce cuando también podría serlo la institución de la reinci-
lo hace el mismo texto supremo, dado que todo dencia. Un tercer planteo, en sentido ordinal con
sistema de solución de conflictos es cultural. este principio, estaría dado por la posibilidad
de eximir de responsabilidad penal, o rebajar la
VIII. Conclusión pena, en los casos de personas pertenecientes a
comunidades indígenas, que hayan sufrido san-
A modo de conclusión y a esta altura de la ex- ciones establecidas en estas últimas, siempre
posición resulta menester efectuar una última que se trate del mismo hecho.
sistematización. En primer lugar debe señalar-
se que el Derecho Penal derivado de un Estado Ya en el plano adjetivo o procesal, la prohibi-
de Derecho debe cumplir una misión política, ción de non bis in idem impide una renovada
que se traduce en la contención y justa regula- persecución estatal, en aquellos casos en que
ción del poder punitivo que es ejercida desde el la persona haya sido absuelta o condenada con
mismo Estado, a través de las distintas agencias anterioridad y por el mismo hecho, por decisión
que componen un sistema penal. Toda construc- firme. Igualmente, opera cuando se pretende
ción de Derecho Penal, debe basarse en princi- instaurar un nuevo proceso contra la persona,
pios limitadores, sobre la premisa esencial de su cuando ésta se encuentre siendo enjuiciada en
fundamento ético-político. El non bis in idem se otro proceso que tenga por objeto el mismo he-
enrola en el marco de tales principios implican- cho punible. u

170 • Derecho Penal y Criminología - AÑO v • Nº 07 • AGOSTO 2015


Derecho Procesal
DPyC Derecho Procesal DOCTRINA

El uso del anticipo jurisdiccional de prueba para disminuir


la revictimización de testigos-víctimas del art. 158 del
CPPN (ley 27.063)
Por Carlos E. Llera

Sumario: I. Planteo del tema.— II. El marco jurídico nacional y del


sistema interamericano de derechos humanos.— III. Naturaleza de la
actividad probatoria desarrollada en la sala Gesell.— IV. Conclusión.

I. Planteo del tema específicamente a ella, sino con una descripción


genérica, un recinto provisto de un vidrio espeja-
El nuevo Código Procesal Penal de la Nación
do, micrófono, equipo de video o cualquier otro
aprobado por ley 27.063 (1) regula la entrevista
medio técnico con que se cuente.
en sala Gesell, en el artículo 158 (2), sin aludir
El mecanismo tiene por norte la protección
(1) Publicada en el Boletín Oficial del 10 de diciembre adecuada para disminuir la revictimización (3),
de 2014.
(2) “Artículo 158.— Declaración de menores de edad,
víctimas de trata de personas, graves violaciones a dere- ciones previas de la víctima en ese u otro proceso judicial.
chos humanos o personas con capacidad restringida. Si Si las partes requiriesen la comparecencia a los efectos de
se tratare de víctimas o testigos menores de edad que a la controlar la prueba, el juez les requerirá los motivos y el
fecha en que se requiera su comparecencia no hubiesen interés concreto, así como los puntos sobre los que pre-
cumplido dieciséis años, personas con capacidad restrin- tendan examinar al testigo, y admitirá el interrogatorio
gida, y testigos-víctimas de los delitos de trata y explota- sólo sobre aquéllos que hagan al efectivo cumplimiento
ción de personas u otras graves violaciones a derechos del derecho de defensa; “g. la declaración se registrará en
humanos, si la naturaleza y circunstancias del caso así lo un video fílmico. “Si se tratase de actos de reconocimiento
aconsejasen, se deberá adoptar el siguiente procedimien- de lugares o cosas, el menor de edad o la persona con ca-
to: “a. serán entrevistados por un psicólogo especialista de pacidad restringida víctima del delito será asistido por un
acuerdo a las condiciones de la víctima;”b. si la víctima profesional especialista. Si se tratare del delito de trata o
fuera menor de edad o persona con capacidad restringida, explotación de personas, la víctima será acompañada por
el acto se llevará a cabo de acuerdo a su edad y etapa evo- un profesional especialista; en ningún caso estará presen-
lutiva, o adecuado a su estado de vulnerabilidad si fuera te el imputado.”Si se tratase de víctimas que a la fecha en
víctima del delito de trata o explotación de personas u otra que se requiere su comparecencia ya hubiesen cumplido
grave violación a los derechos humanos;”c. en el plazo que dieciséis años pero fuesen menores de dieciocho años de
el representante del Ministerio Público Fiscal disponga, el edad, antes de la recepción del testimonio, se requerirá
profesional actuante elevará un informe detallado con las informe a un especialista acerca de la existencia de ries-
conclusiones a las que arribe; “d. el desarrollo del acto po- go para la salud psicofísica del menor de edad en el caso
drá ser seguido por las partes desde el exterior del recinto de que compareciese ante los estrados judiciales en pre-
a través de un vidrio espejado, micrófono, equipo de vi- sencia de las partes. Esta medida debe llevarse adelante
deo o cualquier otro medio técnico con que se cuente; en evitando la revictimización del niño, niña o adolescente”.
ese caso con anterioridad a la iniciación del acto, el juez (3) Las principales formas de revictimización en los ni-
o el representante del Ministerio Público Fiscal, según el ños son: a) la sugerencia de la responsabilidad del niño en
caso, hará saber al profesional a cargo de la entrevista las los hechos; b) el someter al niño a preguntas constantes
inquietudes propuestas por las partes así como las que sobre los hechos, sea por desconocimiento técnico del
surjan durante el transcurso del acto, las que serán cana- personal o por falta de coordinación entre las instituciones
lizadas teniendo en cuenta las características del hecho de justicia criminal; c) la responsabilización del niño por
y el estado emocional de la víctima;”e. si la víctima estu- el resultado del proceso; d) la actuación sin asesoramiento
viera imposibilitada de comparecer por motivos de salud jurídico, psicológico y social; e) la actuación con el niño
o por residir en un lugar distante a la sede del tribunal, o de manera sobreprotectora; f) el proceso pasa a ocupar el
para garantizar la protección de su seguridad, se podrá centro de la vida cotidiana del niño; entre otras (ESTADOS
realizar el acto a través de videoconferencias;”f. se podrá UNIDOS MEXICANOS, “Acciones para evitar la revictimi-
admitir la exhibición del registro audiovisual de declara- zación del niño víctima del delito”, disponible en http://

AÑO v • Nº 07 • agosto 2015 - Derecho Penal y Criminología • 173


DPyC Derecho Procesal doctrina

instaura mecanismos de protección adecuados II. El marco jurídico nacional y del sistema
para minimizarla (4), y comprende a: 1) la decla- interamericano de derechos humanos
ración de víctimas o testigos menores de edad y
personas con capacidad restringida; y 2) de testi- Lo que hoy se conoce como cámara Gesell, fue
gos-víctimas de los delitos de trata y explotación inicialmente concebida como un domo (Gesell
de personas u otras graves violaciones a dere- dome), por el médico pediatra y psicólogo Ar-
chos humanos, si la naturaleza y circunstancias nold Gesell. (7) Este domo tenía estaba destinado
del caso así lo aconsejasen. a observar la conducta de sus pacientes, sin que
estos sean perturbados por la presencia de una
En las siguientes líneas nos referiremos a la si- persona extraña.
tuación de los niños, niñas y adolescentes, desde Para el trabajo forense, en la actualidad, la
que aparecen como el colectivo más numeroso cámara Gesell es un ambiente especialmente
en la experiencia tribunalicia (5), sin perjuicio acondicionado que permite la realización de
que la mayoría de los conceptos admiten ser entrevistas a víctimas y testigos. Es un instru-
extrapolados a los otros grupos vulnerables (6) mento para escuchar las declaraciones de ni-
abarcados por la norma. ños, niñas y adolescentes; su uso, en el ámbito
Formularemos una propuesta para optimizar penal, procura convertirse en una garantía tan-
la prueba en sala Gesell, a partir de un instru- to para la pretensa víctima como para el supues-
mento novedoso que aporta el proceso penal to victimario.
acusatorio: el anticipo jurisdiccional de prueba. Se presenta como una herramienta que dismi-
nuye la revictimización (8) en poblaciones vul-
nerables, y de manera específica en niños, niñas
y adolescentes, considerando el interés superior
del niño.
www.inm.gob.mx/static/Autorizacion_Protocolos/SSP/
Tomo%20_IV_Acciones_para_evitar_la_revictimizacion_ El objetivo fundamental en sede penal radica
del_niNo.pdf, pp. 69/70). en lograr el testimonio de niños, niñas o adoles-
(4) ROMERO VILLANUEVA, Horacio J. y GRISETTI, Ri- centes, que ha sido víctima de violencia y/o abu-
cardo A., “Código Procesal Penal de la Nación. Comenta- so sexual, o hayan sido testigos de algún delito
do. Ley 27.063”, tomo II (arts. 100 a 194), AbeledoPerrot,
Buenos Aires, 2015, p. 1092. del cual pueda dar declaración, sin ser victimi-
(5) Guías de Santiago, “Capítulo 1ª. Tratamiento de
zado.
las víctimas. Apartado 9. Especial referencia a los niños y Consiste en un recinto que posee dos salas se-
adolescentes como víctimas”: “Los niños y adolescentes
son víctimas definidas por la más alta vulnerabilidad, la
paradas por un vidrio espejado de visión unilate-
cual viene dada tanto por su propia condición como por ral, se puede ver de un solo lado (ventana reflexi-
el hecho de que en muchas ocasiones es su propio en- va), que cuentan con equipos de audio y video
torno el que acoge la producción del delito” (disponible para observar las conductas de los niños sin ser
en http://www.ministeriopublico.gob.pa/minpub/Por- perturbados o que la presencia de una persona
tals/0/Pdfs/GUIA%20DE%20SANTIAGO%20SOBRE%20 extraña cause alteraciones.
PROTECCION%20DE%20VICTIMAS%20Y%20TESTI-
GOS.pdf ).
(6) Las Reglas de Brasilia sobre Acceso a la Justicia de (7) Arnold Lucius Gesell (21 de junio de 1880 - 21 de
las Personas en Condición de Vulnerabilidad refieren que: mayo de 1961) fue un psicólogo y pediatra estadouniden-
“11) Se considera en condición de vulnerabilidad aquella se especializado en el desarrollo infantil. Su trabajo rela-
víctima del delito que tenga una relevante limitación para cionado con el establecimiento de unas pautas de con-
evitar o mitigar los daños y perjuicios derivados de la in- ducta infantil a lo largo del desarrollo, está considerado
fracción penal o de su contacto con el sistema de justicia, como uno de los más influyentes en la puericultura de los
o para afrontar los riesgos de sufrir una nueva victimiza- años ‘40 y ‘50. En sus observaciones, utilizó vidrios espe-
ción. La vulnerabilidad puede proceder de sus propias jados que permiten mirar en una sola dirección, con lo
características personales o bien de las circunstancias de cual inventó la cámara que lleva su nombre, a través de la
la infracción penal. Destacan a estos efectos, entre otras cual los niños pueden ser observados sin ser molestados.
víctimas, las personas menores de edad, las víctimas de (8) Código Procesal Penal de la Nación, ley 27.063,
violencia doméstica o intrafamiliar, las víctimas de delitos artículo 158, último párrafo: “Esta medida debe llevarse
sexuales, los adultos mayores, así como los familiares de adelante evitando la revictimización del niño, niña o ado-
víctimas de muerte violenta”. lescente”.

174 • Derecho Penal y Criminología - AÑO v • Nº 07 • AGOSTO 2015


DPyC Carlos E. Llera

Con el uso de la cámara de Gesell se busca que El aludido principio es un mandato de favora-
el esclarecimiento de la verdad histórica, que lle- bilidad. (12) Se deben seleccionar las disposicio-
va a que el menor víctima tenga que rememorar nes más favorables a los menores.
hechos angustiosos, sea lo menos traumática po- Mandato de favorabilidad cuya tutela encare-
sible; por tal razón es que se deja en manos de ce, elevándolo al rango de principio, la Conven-
profesionales psicólogos la toma de declaración ción sobre los Derechos del Niño (13), de jerar-
en menores. (9) quía constitucional con arreglo al art. 75, inc. 22,
de la Constitución Nacional. (14)
Debería ser el único momento en que el niño
víctima sea interrogado. El pro persona (15) sería el principio general o
marco, mientras que los otros mandatos de favo-
Procura preservar el interés superior del niño (10), rabilidad —el interés superior del niño, en este
en tanto sujeto de derecho, y proporcionarle la caso— constituyen una especie de subprincipios
garantía de ser escuchado, como reclama el art. o mandatos específicos.
12 de la Convención Internacional de los Dere-
La finalidad específica es que, en el modelo
chos del Niño (CDN), en función del cambio de
de Estado constitucional de derechos, primen
paradigma que se suscitó, por el cual ya no se lo
los principios más favorables a los justiciables
considera “objeto” de medidas judiciales sino que presentan una situación de mayor vulne-
“sujeto de derechos”. (11) rabilidad (16), situación que no admite desco-
Se trata —el principio del interés superior del nocimiento de norma constitucional para su no
niño— de un verdadero criterio constitucional- aplicación, porque su falta de aplicación acarrea
vulneración de derechos, al poner en riesgo los
convencional que favorece la interpretación o
bienes jurídicos que protege la Carta Fundamen-
aplicación de la norma más benéfica.
(12) El principio del interés superior del niño está legis-
(9) En los procesos de atención primaria a las víctimas lado en la Convención sobre los Derechos del Niño en los
de un hecho delictivo en el caso de los niños, niñas y ado- artículos 3º, 9º, 18, 20, 21, 37 y 40. Son también mandatos
lescentes, en especial los que han sufrido un abuso sexual, de favorabilidad: los principios: in dubio pro reo, favor li-
el interés superior del niño, la no revictimización, y la mi- bertatis e in dubio pro actione, la aplicación retroactiva de
nimización del impacto judicial, son principios básicos a la ley penal más benigna y el principio protector en mate-
tomar en cuenta. ria laboral, in dubio pro operario.
(10) El art. 3º, in fine, de la ley 26.061 ordena que “Cuan- (13) Fallos 318:1269; 322:2701; 323:854, 2021, 2388,
do exista conflicto entre los derechos e intereses de las 3229; 324:122, 908, 1672.
niñas, niños y adolescentes frente a otros derechos e in-
tereses igualmente legítimos, prevalecerán los primeros”. (14) Fallos 318:1269; 319:3370; 320:1292; 322:328;
323:854, 2021; 324:908; y más recientemente, Corte Sup., P.
(11) La Convención Internacional sobre los Derechos del nro. 709, L. XXXVI, “Portal de Belén - Asociación Civil sin
Niño (aprobada por las Naciones Unidas en el año 1989) fue Fines de Lucro c/ Ministerio de Salud y Acción Social de la
incorporada a nuestro derecho positivo en el año 1990 me- Nación s/ amparo”, del 5/3/2002.
diante la ley nro. 23.849, adquiriendo rango y supremacía
constitucional en 1994. La CDN impone a los Estados que la (15) El principio pro persona es un criterio de interpre-
hubiesen ratificado la obligación de aplicar sus normas en tación que se proyecta en todos el campo de los derechos
sus territorios, bajo apercibimiento de incurrir en respon- humanos reconocidos en nuestro sistema jurídico, ya sean
sabilidad internacional. Un aspecto nuclear de esta norma, de fuente constitucional o internacional. Su operación no
que debe ser incluido en el derecho interno del Estado sus- se limita a la manera de interpretar un derecho determi-
criptor, consiste en concebir a los niños como sujetos de nado, como el debido proceso o la legalidad penal, sino
derecho, otorgándoles una protección integral. Conforme que también informa todo el sistema jurídico e institucio-
al art. 4º de la Convención, los Estados Partes se obligaron nal. Consecuentemente, el principio pro persona es un
a adoptar “todas las medidas administrativas, legislativas mandato general de interpretación favorable que coexiste
y de otra índole para dar efectividad a los derechos reco- con otros mandatos específicos. El principio pro persona
nocidos en la presente Convención”. En cumplimiento de se vincula directamente con la necesidad de dotar de sen-
esa obligación internacional, el 28 de septiembre de 2005 tido a las normas secundarias, al atender a los mandatos
se sancionó la ley 26.061 denominada de “Protección de los constitucionales e internacionales de protección de la per-
Derechos de las Niñas, Niños y Adolescentes”; la norma ex- sona humana.
plícitamente declara al niño “sujeto de derecho” (arts. 3º y (16) Cumbre Judicial Iberoamericana, Reglas de Bra-
9º), y a sus prescripciones de orden público: irrenunciables silia. Disponible en http://www.derechoshumanos.net/
e intransigibles (art. 2º). normativa/normas/ america/reglasdeBrasilia-2008.pdf.

AÑO v • Nº 07 • agosto 2015 - Derecho Penal y Criminología • 175


DPyC Derecho Procesal doctrina

tal, y que están íntimamente relacionados e inhe- En tal sentido, el Estado debe prestar especial
rentes al ser humano. atención a las necesidades y a los derechos de los
niños, en consideración a su condición particu-
Este principio representa uno de los cuatro
lar de vulnerabilidad. (20)
preceptos generales de la Convención “...en lo que
respeta a la interpretación y aplicación de todos La Corte Interamericana de Derechos Huma-
los derechos del niño y lo aplica como un concepto nos (Corte IDH) ha señalado que, de conformi-
dinámico que debe evaluarse adecuadamente en dad con el artículo 19 de la Convención Ameri-
cada contexto”. El sentido del concepto del interés cana (21), el Estado debe asumir una posición
superior del niño es garantizar el disfrute pleno especial de garante con mayor cuidado y res-
y efectivo de todos los derechos reconocidos por ponsabilidad, y debe tomar medidas o cuidados
la Convención y el desarrollo holístico (es decir, especiales orientados en el principio del interés
físico, mental, espiritual, moral, psicológico y so- superior del niño (22), pues éstos son acreedores
cial) del niño. (17) de una atención especial, cumpliendo el Estado
En sintonía con la nueva condición jurídica del el rol de garante. (23)
menor la ley 26.061 de Protección de los Dere- El corpus juris internacional de los derechos
chos de las Niñas, Niños y Adolescentes”(18), es- del niño toma como elemento nuclear el evoca-
tablece el criterio de la denominada “capacidad do principio elemental: el “interés superior del
progresiva”, en lo relativo a los actos que el niño niño”, consagrado en el artículo 3.1º de la Con-
puede ejercer directamente (arts. 19, inc. a], y 24, vención sobre los Derechos del Niño (CDN) (24),
inc. b]). mediante el procedimiento especial de entrevista
La nueva forma de escucharlos se compadece se hace efectivo, se garantiza ese principio. (25)
con lo establecido por la Declaración de Nacio-
nes Unidas sobre Principios Fundamentales de (20) Condición Jurídica y Derechos Humanos del Niño,
Justicia y Asistencia para las Víctimas de Delitos opinión consultiva OC-17/2002 del 28 de agosto de 2002,
serie A, nro. 17, párrs. 60, 86 y 93; “Caso de la Masacre de
(1985), que entre otros derechos prevé que las las Dos Erres vs. Guatemala. Excepción Preliminar, Fondo,
víctimas deben ser tratadas con respeto y con Reparaciones y Costas”, sentencia del 25 de mayo de 2010,
compasión, manteniendo su dignidad. Se deben serie C, nro. 212, párr. 184; y “Caso Chitay Nech y otros vs.
minimizar las agresiones y asegurarles una ade- Guatemala. Excepciones Preliminares, Fondo, Reparacio-
cuada preservación de su intimidad. (19) nes y Costas”, sentencia del 25 de mayo de 2010, serie C,
nro. 212, párr. 164.
(21) El artículo 19 de la Convención Americana de Dere-
(17) Comité de los Derechos del Niño de las Nacio- chos Humanos establece que “Todo niño tiene derecho a
nes Unidas, observación general nro. 14, disponible en las medidas de protección que su condición de menor re-
http://www2.ohchr.org/English/bodies/crc/docs/GC/ quieren por parte de su familia, de la sociedad y del Estado”.
CRC.C.GC.14_sp.pdf, p. 3.
(22) Condición Jurídica y Derechos Humanos del Niño,
(18) KIELMANOVICH, Jorge L, “Reflexiones procesales opinión consultiva OC-17/2002 del 28 de agosto de 2002,
sobre la ley 26.061 de Protección de los Derechos de las serie A, nro. 17, párrs. 56, 59 y 60; “Caso Servellón García
Niñas, Niños y Adolescentes”, LL del 17/11/2005, p. 1. vs. Honduras. Fondo, Reparaciones y Costas”, sentencia
(19) Con anterioridad a la vigencia de la ley 25.852, la del 21 de septiembre de 2006, serie C, nro. 152, párr. 116;
Corte Suprema de Justicia de la Nación se expidió en la y “Caso Chitay Nech y otros vs. Guatemala. Excepciones
causa nro. 43.394/96, M.1116.XXXVI, recurso de hecho, Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas”, sentencia del
“Migliaccio, Adriana y otros s/ abuso deshonesto”, resuel- 25 de mayo de 2010, serie C, nro. 212, párr. 164.
ta el 27 de junio de 2001. El Tribunal Cimero entendió (23) FERNÁNDEZ, Silvia E., “La evaluación de la com-
que las múltiples declaraciones testimoniales obligarían petencia jurisdiccional en el sistema de protección inte-
al niño a rememorar la situación traumática vivida, con el gral de derechos de la infancia”, LL 2011-C-523.
consiguiente efecto postraumático y estado de estrés, que
esas intervenciones conllevan a una edad tan temprana, (24) “Artículo 3.1º: En todas las medidas concernientes
sosteniéndose además, que tanto las características del de- a los niños las instituciones públicas o privadas de bien-
lito cuanto la edad del niño imponían que se evitara en lo estar social, los tribunales, las autoridades administrativas
posible su sometimiento a actos procesales que pudieran o los órganos legislativos, una consideración primordial a
afectar aún más su desarrollo psíquico. Sin perjuicio de lo que se atendrá será el interés superior del niño”.
expuesto, en materia del derecho del niño a ser oído, la ley (25) ROMERO VILLANUEVA, Horacio J. y GRISETTI,
26.061 impone la obligación a la autoridad competente de Ricardo A., “Código Procesal Penal de la Nación. Comen-
escucharlo cada vez que aquél lo solicite (art. 27, inc. a]). tado. Ley 27.063”, cit., tomo II (arts. 100 a 194), p. 1097.

176 • Derecho Penal y Criminología - AÑO v • Nº 07 • AGOSTO 2015


DPyC Carlos E. Llera

En el caso “X. Y. vs. Argentina”, la Comisión In- Las Reglas de Brasilia también establecen que
teramericana de Derechos Humanos (Comisión la condición de vulnerabilidad de los niños vícti-
IDH) ha concluido que: “un niño es especialmen- mas de delitos genera ciertas obligaciones para
te vulnerable a las violaciones de sus derechos los Estados, en especial la de “...mitigar los efec-
porque, en virtud de su condición misma, en la tos negativos del delito (victimización primaria).
mayoría de los casos no tienen autoridad legal Asimismo se procurará que el daño sufrido por la
para tomar decisiones en situaciones que pueden
víctima del delito no se vea incrementado como
tener consecuencias graves para su bienestar. El
consecuencia de su contacto con el sistema de jus-
Estado tiene la obligación especial de proteger a
los niños y de asegurarse que cuando las autori- ticia (victimización secundaria)”. (29)
dades públicas ejecutan acciones que lo pueden
La obligación de proteger el interés superior de
afectar de alguna manera, se tomen las precau-
ciones para garantizar los derechos y el bienestar los niños y niñas durante cualquier procedimien-
del niño”. (26) to en el cual estén involucrados (30) puede impli-
car: i) suministrar la información e implementar
Debe destacarse que esta modalidad de recep- los procedimientos adecuados adaptándolos a
ción del testimonio, a diferencia de lo que se re- sus necesidades particulares, garantizando que
gula para el resto de los testigos, prohíbe que el cuenten con asistencia letrada y de otra índole
Tribunal o las partes interroguen en forma direc-
en todo momento, de acuerdo con sus necesida-
ta al “menor víctima o testigo de delitos sexuales
o lesiones”. (27) des (31); ii) asegurar especialmente en casos en
los cuales niños o niñas hayan sido víctimas de
El derecho internacional de los derechos hu- delitos como abusos sexuales u otras formas de
manos reconoce la existencia de la vulnerabili- maltrato, su derecho a ser escuchados se ejerza
dad de acceso a la justicia para los niños víctimas garantizando su plena protección, vigilando que
de los delitos. En este sentido, las “Consideracio- el personal esté capacitado para atenderlos y que
nes especiales” de las Directrices sobre la Justicia
las salas de entrevistas representen un entorno
en Asuntos Concernientes a los Niños Víctimas y
Testigos de Delitos, aprobadas por la resolución seguro y no intimidatorio, hostil, insensible o in-
2005/20 del Consejo Económico y Social de las
Naciones Unidas, establecen que “[...] los niños proceder de sus propias características personales o bien
son vulnerables y requieren protección especial de las circunstancias de la infracción penal. Destacan a es-
tos efectos, entre otras víctimas, las personas menores de
apropiada para su edad, nivel de madurez y ne- edad, las víctimas de violencia doméstica o intrafamiliar,
cesidades individuales especiales”. (28) las víctimas de delitos sexuales, los adultos mayores, así
como los familiares de víctimas de muerte violenta”.
(26) Comisión IDH, informe del caso “X. Y. vs. Argen- (29) El párrafo 78 de las Reglas de Brasilia dispone que
tina” (ver en http://www.cidh.oas.org/annualrep/96span/ “En los actos judiciales en los que participen menores se
Argentina10506.htm, párr. 103). Considerando la vulne- debe tener en cuenta su edad y desarrollo integral, y en
rabilidad y la necesidad de que se promueva el principio todo caso: i) se deberán celebrar en una sala adecuada;
del interés superior del niño, muchos países de la región ii) se deberá facilitar la comprensión, utilizando un len-
latinoamericana han incorporado su aplicación de for- guaje sencillo; y iii) se deberán evitar todos los formalis-
ma explícita en sus constituciones, como es el caso de la mos innecesarios, tales como la toga, la distancia física
Constitución Política de Bolivia en su artículo 60, o la de con el tribunal y otros similares”.
Paraguay en su artículo 54. (30) Comité de los Derechos del Niño, observación ge-
(27) Código Procesal Penal de la Nación, ley 27.063, neral 12: “El derecho del niño a ser escuchado”, 51º perío-
artículo 158, apartado a): “serán entrevistados por un do de sesiones, 2009, U.N. Doc. CRC/C/GC/2009 (20 de
psicólogo especialista de acuerdo a las condiciones de la julio de 2009), párr. 70.
víctima”. (31) Comité de los Derechos del Niño, observación
(28) En el mismo sentido, las Reglas de Brasilia sobre general 5: “Medidas generales de aplicación de la Con-
Acceso a la Justicia de las Personas en Condición de Vul- vención sobre los Derechos del Niño (artículos 4º y 42, y
nerabilidad refieren que “11) Se considera en condición párrafo 6º del artículo 44)”, 34º período de sesiones, 2003,
de vulnerabilidad aquella víctima del delito que tenga una U.N. Doc. CRC/GC/2003/5 (27 de noviembre de 2003),
relevante limitación para evitar o mitigar los daños y per- párr. 24; y Comité de los Derechos del Niño, observación
juicios derivados de la infracción penal o de su contacto general 12: “El derecho del niño a ser escuchado”, 51º pe-
con el sistema de justicia, o para afrontar los riesgos de ríodo de sesiones, 2009, U.N. Doc. CRC/C/GC/2009 (20 de
sufrir una nueva victimización. La vulnerabilidad puede julio de 2009), párr. 64.

AÑO v • Nº 07 • agosto 2015 - Derecho Penal y Criminología • 177


DPyC Derecho Procesal doctrina

adecuado (32); y iii) procurar que los niños y ni- 158 del CPPN, ley 27.063, presenta características
ñas no sean interrogados en más ocasiones que propias de una declaración testimonial, una pe-
las necesarias para evitar, en la medida de lo po- ricia, o una figura sui generis, compartiendo par-
sible, la revictimización o un impacto traumático ticularidades de ambas.
en el niño. (33)
El acto por el cual el experto escucha el relato
Con la clara finalidad de evitar (o disminuir) del niño, si bien debe ser llevado a cabo obser-
los efectos de la revictimización (34) que los me- vando ciertas previsiones instituidas para evitar
nores experimentan al narrar los hechos vividos, su ulterior repetición, y a su vez garantizar el de-
además de la intervención de un psicólogo —que recho de defensa en juicio, no guarda las caracte-
hace de intermediario entre el órgano judicial y rísticas propias de una declaración testimonial ni
el testigo—, el acto debe llevarse a cabo de modo reviste las formalidades de ese medio probatorio
de evitar su reiteración, posibilitando el control en particular (37), pues constituye una entrevista
de dicha prueba por parte de los defensores. (35) que debe realizarse en un ámbito especialmente
acondicionado a ese efecto, y no en un despacho
III. Naturaleza de la actividad probatoria de- del órgano instructor ni en la sala de audiencias
sarrollada en la sala Gesell de un tribunal oral.
Puestos a interrogarnos acerca de la naturale- No desconozco la opinión de varios magistra-
za jurídica de la cámara Gesell, advertimos que dos de la Cámara del Crimen en el sentido que
existen posturas diversas respecto a si el proce- “estos informes [...] no revisten calidad de peritaje
dimiento estatuido mediante el art. 250 bis del y, en consecuencia, no resulta aplicable la nor-
CPPN (36) del estatuto de rito vigente, y del art. mativa que regula estrictamente para la prueba
de peritos...”.(38) Pero se trata de decisiones que
(32) Comité de los Derechos del Niño, observación ge- resuelven situaciones originadas en causas don-
neral 12: “El derecho del niño a ser escuchado”, 51º perío- de, por la falta de notificación de la entrevista a
do de sesiones, 2009, U.N. Doc. CRC/C/GC/2009 (20 de las defensas, se podría estar en presencia de una
julio de 2009), párrs. 21 in fine, 34 y 64. nulidad absoluta, que se intenta evitar por la re-
(33) Comité de los Derechos del Niño, observación ge- percusión pública —strepitus fori— de los casos
neral 12: “El derecho del niño a ser escuchado”, 51º perío- sometidos a proceso. (39)
do de sesiones, 2009, U.N. Doc. CRC/C/GC/2009 (20 de
julio de 2009), párr. 24.
(34) Para evitarse un trato revictimizante al niño, se nial o pericial?”, Revista de Derecho Penal y Criminología,
debe garantizar: — Un trato adecuado, cordial, con ca- La Ley, noviembre de 2013.
lidad y calidez hacia el niño víctima y/o testigo.— Evitar (37) Los menores de dieciséis años no prestan juramen-
la cosificación del niño a través de actividades procesa- to de decir verdad, ya que no son punibles por su edad y,
les redundantes o excesivas.— La menor realización de por ende, no quedan sujetos a las penalidades del falso
entrevistas y declaraciones ante las instancias policiales, testimonio (art. 275 del Código Penal).
del Ministerio Público y/o judiciales.— La abstención de (38) C. Nac. Crim. y Corr., sala 4ª, causa 27.777,
revisiones y exámenes médicos innecesarios.— Evitar que “Ruíz Díaz, Santos Isabelino s/ abuso sexual”, rta. el
las actividades del proceso penal afecten negativamente 25/10/2005; íd., sala 5ª, causa 35.455, “Corsi, Jorge s/
a la rutina diaria del niño.— Que el niño no tenga ningún procesamiento”, rta. el 7/8/2008, voto del Dr. Rodolfo
contacto con el presunto agresor.— Evitar que el niño per- Pociello Argerich.
manezca en las mismas instalaciones o ambientes por es-
pacios de tiempo prolongados. (39) “...en el particular caso del sub examen, ninguna
violación a la intervención del imputado puede derivar-
(35) El Preámbulo de la Convención sobre los Derechos se de la omisión invocada por el señor defensor oficial
del Niño ratifica que “el niño, por su falta de madurez física [fundó su agravio en la circunstancia de que al haberse
y mental, necesita protección y cuidado especiales, inclu- cumplido la entrevista en los términos del artículo 250 bis
so la debida protección legal, tanto antes como después del Código Procesal Penal sin control ni examen por par-
del nacimiento”. En su artículo 3º, inciso 1º, establece que te de ese ministerio, debido a la ausencia de notificación
en todas las medidas concernientes a los niños que tomen del acto], en la medida en que, como se dijo, la asistencia
las instituciones públicas o privadas de bienestar social, letrada conserva la facultad de examinar el testimonio así
los tribunales, las autoridades administrativas o los ór- producido mediante la introducción de las inquietudes
ganos legislativos, “una consideración primordial que se que eventualmente se generaren, siempre, con arreglo a
atenderá será el interés superior del niño”. la disposición contenida en el artículo 250 bis del Códi-
(36) LLERA, Carlos Enrique, “La entrevista en la ‘cáma- go Procesal Penal” (causa nro. 30.072, “M. G., J.”, del 14 de
ra de Gesell’ del art. 250 bis del CPPN, ¿es prueba testimo- septiembre de 2006, citada en C. Nac. Crim. y Corr., sala 7ª,

178 • Derecho Penal y Criminología - AÑO v • Nº 07 • AGOSTO 2015


DPyC Carlos E. Llera

Sin embargo, la resolución PGN nro. 59/2009 (40), Dicen también las resoluciones PGN 8/2009 y
instruye a los fiscales en el sentido de notificar PGN 59/2009 que los fiscales deberán constatar
a los imputados y sus defensas de las medidas que en todos los procesos en los que se investigue
en cámara Gesell y en los peritajes sobre las su- la presunta comisión de delitos contra la integri-
puestas víctimas (apartados b] y c]), ampliando dad sexual de menores de dieciocho años de edad
la adopción de los recaudos contenidos en las “se notifique al imputado y a su defensa la realiza-
resoluciones PGN 25/1999, 90/1999 y 820/09 ción de peritajes sobre las víctimas”, lo que permite
“...en el doble sentido de velar por la concreción entender que en el acto procesal regulado por el
del debido proceso legal y de optimizar la perse- art. 250 bis —art. 158 del CPPN, ley 27.063 (43)—
cución penal al evitar nulidades y demoras proce- que contempla una declaración pero también un
sales mediante mecanismos eficaces que eviten la “informe”, debe darse además, la oportunidad
revictimización y reduzcan la posibilidad de que para designar un perito (art. 258 del CPPN vigente,
estos actos procesales indispensables produzcan arts. 161 y siguientes del CPPN, ley 27.063).
efectos perjudiciales cuando sus protagonistas son La referencia a un informe está indicando que
menores de dieciocho años de edad...” (sexto pá- el acto regulado por el art. 250 bis del rito —art.
rrafo de los considerandos). 158 del CPPN, ley 27.063—, posee una naturale-
za jurídica mixta entre declaración testimonial y
Anteriormente, mediante la resolución PGN examen pericial, por lo tanto considero funda-
8/2009 —por medio de la cual se produce al ad- mental la oportunidad de designar defensor para
hesión a las llamadas “Reglas de Santiago”(41)—, controlar el desarrollo de la declaración y de ele-
la Procuración General de la Nación dispuso que gir perito psicólogo para controlar la realización
en todos los procesos en que se reciban declara- del informe, “a fin de garantizar el derecho de
ciones testimoniales en los términos del art. 250 defensa en juicio”. (44)
bis del Código Procesal Penal de la Nación —art.
158 del CPPN, ley 27.063—, se realice la filma- Si bien el medio probatorio es esencialmente
ción de la entrevista con la víctima y se proceda a una declaración testimonial conforme surge del
notificar al imputado y a su defensa la realización propio texto legal —y de su ubicación en el ca-
de dicho acto. pítulo de los testimonios (45)—, esta diligencia
probatoria también se caracteriza por cuanto
De este modo, se lo califica como un acto defi- debe ser llevada a cabo por un psicólogo espe-
nitivo e irreproducible, evitándose la reiteración cialista en la materia. En virtud de ello, es que
de la declaración de los niños, niñas y adolescen- debe equipararse, por aplicación del principio de
tes víctimas (NNA) y la afectación del derecho de la analogía de las medidas probatorias reguladas
defensa. (42) en la ley adjetiva (46), la actuación de este profe-
sional a la de un perito.
causa nro. 36.280, “S., R.” del 27/4/2009, http://www.pjn.
gov.ar/Publicaciones/00013/00027168.Pdf). (43) Dispone el apartado c): “en el plazo que el repre-
(40) Resolución PGN nro. 59/2009, disponible en http:// sentante del Ministerio Público Fiscal disponga, el pro-
www.mpf.gov.ar/resoluciones/pgn/2009/pgn-0059-2009- fesional actuante —psicólogo especialista— elevará un
001.pdf. informe detallado con las conclusiones a las que arribe”.
(41) Este Congreso tuvo lugar los días 9 y 10 de ju- (44) ROMERO VILLANUEVA, Horacio J. y GRISETTI, Ri-
lio de 2008 en República Dominicana, Asociación Ibe- cardo A., “Código Procesal Penal de la Nación. Comenta-
roamericana de Ministerios Públicos. Guías de Santiago do. Ley 27.063”, cit., tomo II (arts. 100 a 194), p. 1090. DÍAZ
(disponible en http://www.ministeriopublico.gob.pa/ CANTÓN, Fernando, “Las manifestaciones de la víctima
minpub/Portals/0/Pdfs/GUIA%20DE%20SANTIAGO%20 menor de edad como prueba en los delitos contra la in-
SOBRE%20PROTECCION%20DE%20VICTIMAS%20Y%20 tegridad sexual y física. ¿Es posible conciliar el ejercicio
TESTIGOS.pdf). del derecho fundamental del imputado a interrogarla con
la necesidad de evitar la revictimización?”, en Acceso a la
(42) FREEDMAN, Diego y TERRAGNI, Martiniano, “Los justicia de niños/as víctimas, cit., p. 183.
derechos de niños, niñas y adolescentes víctimas de de-
litos y su recepción en el derecho argentino”, en Acceso a (45) Código Procesal Penal de la Nación, ley 27.063, Tí-
la justicia de niños/as víctimas, disponible en http://www. tulo III, “Testimonios”.
unicef.org/argentina/spanish/OriginalLibroVictimas.pdf, (46) GUTIÉRREZ, Pedro A., “El menor víctima de abuso
p. 18. sexual”, La Rocca, 2012, p. 77.

AÑO v • Nº 07 • agosto 2015 - Derecho Penal y Criminología • 179


DPyC Derecho Procesal doctrina

Solo si la medida probatoria es llevada a cabo: después del hecho, lo que le imprime verdaderos
1) con la debida intervención de la defensa, rasgos de experticia.
notificándola con antelación de la medida; y
2) durante su producción, permitiéndole, mu- Al estar obligada a presentar un informe —de-
nido del correspondiente asesoramiento especia- ber de elevar un informe, del art. 250 bis, apar-
lizado, proponer pregunta al niño, a través del tado c), del CPPN (50)— donde el psicólogo
profesional que realiza la entrevista, se podrá evalúe cuestiones vinculadas con los dichos de
considerar que no se vulnera el debido proceso la supuesta víctima en cámara Gesell y formula
y el derecho de defensa en juicio del imputado. conclusiones (v.gr.: una evaluación sobre la vero-
similitud o credibilidad de los dichos del niño/a
El carácter pericial de la entrevista está dado, o adolescente), el profesional deje de ser única-
especialmente, en que luego de producida, el mente un facilitador de la entrevista entre el juez,
entrevistador deberá entregar un informe al que fiscal o tribunal y el menor de edad, para asumir
arribará a partir de un análisis de contenidos ba- tareas de un perito psicólogo.
sados en criterios (CBCA). La evaluación de la
validez de la declaración (SVA) —validación de Es habitual que se reclame al psicólogo espe-
la credibilidad del testimonio (47)— es una de cialista del Cuerpo Médico Forense que con las
las técnicas más utilizadas en la valoración de la declaraciones del menor se formule un examen
veracidad de las declaraciones verbales, siendo pericial tendiente a establecer si la menor pre-
éste un método semi-estandarizado. (48) senta: a) conflictividad en la esfera psicosexual;
b) si presenta signos o rastros de violencia sexual
Respecto a la participación del especialista en- contra su voluntad; c) perturbación emocional
trevistador, se debe consignar que se aplican a su compatible con haber sido víctima de abuso se-
respecto, las normativas generales establecidas xual; d) si sus comportamientos resultan com-
para los peritos, esto es las partes pueden recu- patibles con conductas sexuales inadecuadas
sarlo o efectuar los planteos que la ley procesal y cómo se encuentran exteriorizadas; e) identi-
autorice. ficar si fue desviado el normal desarrollo de su
Lo dicho nos autoriza a sostener que esta mo- sexualidad; f) si la conducta a la que habría sido
dalidad probatoria presenta aspectos de ambos sometida tuvo entidad suficiente para desviar su
medios probatorios (testimonial y pericial), con- normal desarrollo sexual y si presenta bloqueos
formando un medio de prueba sui generis.(49) y/o reacciones vivenciales de angustias que se
relacionen con este suceso; g) si presenta una
Las entrevistas si bien no son estrictamente personalidad fabuladora o indicadores de fabu-
un peritaje, sino la declaración de un menor de lación; y h) si su relato se compadece con el de
edad que se presume víctima, que declara sobre un NNA de su edad o puede inferirse que ha sido
hechos conocidos en una relación psicólogo-en- influido o inducido; u otros semejantes.
trevistado, esa información debe ser valorada a
partir de su carácter profesional y de la circuns- En ese orden de ideas, el Lic. Osvaldo Varela,
tancia de haber atendido a la pretensa victima profesor titular plenario de Psicología Jurídica
de la facultad de Psicología de la UBA, expresa
(47) ROMERO VILLANUEVA, Horacio J. y GRISETTI,
que “...Esta pericia es testimonial, significa que
Ricardo A., “Código Procesal Penal de la Nación. Comen- no puede ser repetida porque no se puede revic-
tado. Ley 27.063”, cit., tomo II (arts. 100 a 194), p. 1097. timizar al chico. Por eso es grabada y filmada...”,
(48) GODOY, Verónica y CERVERA, Lorenzo Higueras, y abunda: “...Del otro lado [del vidrio espejado]
“El análisis de contenido basado en criterios (CBCA) en la pueden estar presentes “el juez o el secretario gene-
evaluación de la credibilidad del testimonio”, en Papeles ral, el abogado defensor y el acusador, puede estar
Psicológicos, vol. 26, , Universidad de Granada, 2005, ps. el fiscal o asesor de menores y los peritos de ambas
92/98. partes...”. (51)
(49) Se ajusta a la definición: “los medios de prueba
son aquellos modos, formas y procedimientos que la ley
procesal establece para formular los distintos elementos o (50) Código Procesal Penal de la Nación (ley 27.063),
sujetos de prueba que proporcionan conocimiento al juez art. 158, apartado c).
sobre determinado objeto de prueba” (WASHINGTON (51) Ver en http://www.laprensa.com.ar/407713-En-
ÁVALOS, Raúl, “Derecho Procesal Penal”, t. II, Ediciones que-consiste-y-por-que-se-utiliza-la-Camara-gesell.note.
Jurídicas Cuyo, p. 371. aspx.

180 • Derecho Penal y Criminología - AÑO v • Nº 07 • AGOSTO 2015


DPyC Carlos E. Llera

No se discute en doctrina que la persona que Como por principio, debe evitarse la reitera-
se encuentra imputada de un delito posee el de- ción del acto, a fin de sortear la denominada vic-
recho de presenciar el debate, controlar la prue- timización secundaria del menor (54), entonces
ba de cargo, carearse con los testigos, repregun- más allá de la posición que se sostenga en orden
tarlos personalmente, ejercitando de esta mane- a la naturaleza jurídica de la prueba en cáma-
ra su defensa material. (52) ra Gesell —esto es, testimonial o pericial— por
aplicación de las normas de los actos definitivos
Sin embargo, este derecho del imputado de
e irreproducibles, debe permitirse una participa-
confrontarse con la prueba de cargo en los casos
ción activa de la defensa.
en que se investigan posibles infracciones a la in-
tegridad sexual de infantes, presenta caracterís- Predican las Directrices sobre la Justicia en
ticas muy especiales, pues por un lado aparece Asuntos Concernientes a los Niños, Niñas y Ado-
su derecho a controlar la prueba, y por el otro lescentes Víctimas y Testigos de Delitos (55) que,
—con igual intensidad— se halla el derecho del más allá del criterio jurisprudencial que ha ava-
niño —supuesta víctima— a ser tratado con res- lado la toma de la declaración de los niños, niñas
peto, y fundamentalmente, y a no ser sometido a y adolescentes víctimas (NNA) con la utilización
una victimización secundaria con motivo de los de la “cámara Gesell” o dispositivos similares,
actos del procedimiento. Esos actos procesales sería además aconsejable avanzar en la posibi-
de la pesquisa deben ser armonizados con los lidad de que este tipo de acto procesal sea con-
estándares mínimos que realizan el principio de siderado como una prueba irreproducible (con
protección especial a la niñez, en salvaguarda del las garantía legales para el imputado resguarda-
aludido interés superior del niño. (53) das adecuadamente), evitándose de ese modo la
reiteración de la declaración. Debe garantizarse
(52) El art. 8.2º, letra f), de la Convención Americana de también, ya en otro plano, la continuidad en la
Derechos Humanos (CADH) comprende —entre los dere- intervención de los profesionales. (56)
chos de toda persona imputada de un delito— el “derecho de
la defensa de interrogar a los testigos presentes en el tribunal Esa participación activa, solo es posible si la
y de obtener la comparecencia, como testigos o peritos, de defensa técnica puede ser asistida por un espe-
otras personas que puedan arrojar luz sobre los hechos”, y el cialista en materia psicológica con experiencia
art. 14.3º, letra e), del Pacto Internacional de Derechos Civiles
y Políticos (PIDCyP) reconoce a todo acusado de un delito el
en niñez y adolescencia. (57)
derecho “a interrogar o hacer interrogar a los testigos de car-
go y a obtener la comparecencia de los testigos de descargo y colo Adicional a la Convención Americana sobre Derechos
que éstos sean interrogados en las mismas condiciones que Humanos en Materia de Derechos Económicos, Sociales y
los testigos de cargo”. Las disposiciones citadas están com- Culturales (conocida como “Protocolo de San Salvador”).
prendidas entre las garantías mínimas de un proceso equita- (54) “Victimización secundaria”, consistente en aque-
tivo en cuanto respecta a todo acusado de un delito. llos sufrimientos soportados por las víctimas, los testi-
(53) Al “interés superior del niño” alude el art. 12 de la gos y sobre todo los sujetos pasivos de un delito, que son
Convención sobre Derechos del Niño (CDN), en estos tér- provocados por las instituciones encargadas de impartir
minos: “En todas las medidas concernientes a los niños que justicia tales como: policías, jueces, peritos, criminólogos,
tomen las instituciones públicas o privadas de bienestar funcionarios de instituciones penitenciarias. Se diferencia
social, los tribunales, las autoridades administrativas o los de la “victimización primaria”, que consiste en las conse-
órganos legislativos, una consideración primordial a que cuencias que sufre la víctima directa de un crimen; y de la
se atenderá será el interés superior del menor”. De acuerdo “victimización terciaria”, que es la estigmatización que la
con la Convención sobre Derechos del Niño (CDN), los ni- sociedad realiza luego sobre la víctima.
ños, niñas y adolescentes (NNA) son titulares no sólo de los (55) Aprobadas por el Consejo Económico y Social
derechos que les corresponden a todas las personas, sino de las Naciones Unidas en su resolución 2005/20 del
también de derechos específicos por su circunstancia de 2/7/2005, e incluidas como Anexo II.
sujetos en crecimiento. Este desarrollo normativo en ma-
teria de derechos de los NNA fue incorporado al derecho (56) Directriz 30 de las Directrices sobre la Justicia en
interno a partir de la ratificación de la CDN por la ley 23.849, Asuntos Concernientes a los Niños, Niñas y Adolescentes
y consolidado mediante su elevación a rango constitucio- Víctimas y Testigos de Delitos, aprobadas por el Consejo
nal con la reforma constitucional del año 1994. Dentro Económico y Social de las Naciones Unidas en su resolu-
del sistema interamericano de protección de los derechos ción 2005/20 del 2/7/2005, e incluidas como Anexo II.
humanos es preciso considerar también a la Declaración (57) ROMERO VILLANUEVA, Horacio J. y GRISETTI,
Americana de Derechos y Deberes del Hombre (1948), la Ricardo A., “Código Procesal Penal de la Nación. Comen-
Convención Americana de Derechos Humanos y el Proto- tado. Ley 27.063”, cit., tomo II (arts. 100 a 194), p. 1090.

AÑO v • Nº 07 • agosto 2015 - Derecho Penal y Criminología • 181


DPyC Derecho Procesal doctrina

La observación de esos extremos tiene el senti- Es que como predicó nuestra Corte Suprema
do de lograr una intervención plena y efectiva de de Justicia de la Nación en el precedente conoci-
las partes que, al preservar el derecho de defensa do popularmente como causa “Bulacio”“...la de-
del imputado y evitar la revictimización del me- fensa sólo es inviolable cuando puede ser ejercida
nor (58), admite obviar —salvar— la reiteración en forma amplia...”. (60)
del acto.
Abundando, el aludido principio pro homine (61),
No se puede hablar de control efectivo y útil de que emerge de la norma de interpretación del
la prueba en sala Gesell, si la defensa técnica del
artículo 29 de la Convención Americana de Dere-
imputado no cuenta con el asesoramiento de un
chos Humanos (CADH), indica que “se debe acu-
profesional de la psicología que lo ayude a elabo-
rar y postular las “inquietudes propuestas por las dir a la norma más amplia, o a la interpretación
partes”, y las que surjan “durante el transcurso del más extensiva, cuando se trata de reconocer dere-
acto”, para su adecuada canalización, de acuer- chos protegidos e, inversamente, a la norma o a
do al estado emocional de la menor (CPPN, ley la interpretación más restringida cuando se trata
27.063, art. 158, apartado d]). de establecer restricciones al ejercicio de derechos”.
El derecho de ofrecer y producir prueba es bá- Dicho principio revela que el intérprete ha de
sico para la preparación de la defensa, y es por seleccionar y aplicar la norma o la interpretación
ello que el rechazo injustificado de cualquier que en cada caso resulte más favorable para la
prueba que pudiera haber sido de utilidad para persona humana, para su libertad y sus dere-
la posición de una parte, puede acarrear la nu- chos, cualquiera sea la fuente que la suministre,
lidad de la decisión que se adopte, ya sea que se ya sea interna o internacional. (62)
trate de un acto administrativo o de una senten-
cia, penal, civil o de cualquier otro carácter. Ricardo Canese vs. Paraguay”, del 31/8/2004, párr. 164;
Sin perjuicio del amplio ámbito de aplicación “Caso Lori Berenson Mejía vs. Perú”, del 25/11/2004, párrs
183/185; “Caso García Astoy Ramírez Rojas vs. Perú”, del
del principio contradictorio, debe reconocerse 25/11/2005, párrs. 152/154; “Caso Ivcher Bronstein”, Perú,
que en el proceso penal adquiere un vigor mu- del 6/2/2001, párrs. 104, 106 y 110.
cho mayor, obviamente a favor del acusado, re- (60) Corte Sup., E.224.XXXIX, “Espósito, Miguel Ángel
vistiendo especial importancia la posibilidad de s/ incidente de prescripción de la acción penal promovido
examinar los testigos en su contra y a su favor, por su defensa”, resuelta el 23/12/2004 (considerando 12
bajo las mismas condiciones, con el objeto de del voto de la mayoría).
ejercer su defensa, como lo ha señalado en forma (61) El principio pro homine implica que toda dispo-
reiterada la Corte Interamericana de Derechos sición legal deba interpretarse de la manera que más be-
Humanos. (59) neficie a la persona humana, razón por la cual, toda nor-
mativa que restrinja los derechos de la persona deberá ser
interpretada restrictivamente (arts. 30, CADH, 29.2º y 30,
(58) Las principales formas de revictimización en los Declaración Universal de Derechos Humanos, 5.1º, Pac-
niños son: a) la sugerencia de la responsabilidad del niño to Internacional de Derechos Civiles y Políticos). La Cor-
en los hechos; b) el someter al niño a preguntas constan- te Interamericana de Derechos Humanos, en su tercera
tes sobre los hechos, sea por desconocimiento técnico del opinión consultiva (OC-3/1983), premisas ampliadas en
personal o por falta de coordinación entre las instituciones la octava (OC-8/1987), dejó en claro que “...entre varias
de justicia criminal; c) la responsabilización del niño por opciones para alcanzar ese objetivo debe escogerse aqué-
el resultado del proceso; d) la actuación sin asesoramiento lla que restringe en menor escala el derecho protegido y...
jurídico, psicológico y social; e) la actuación con el niño si a una misma situación le son aplicables la Convención
de manera sobreprotectora; f) el proceso pasa a ocupar el Americana y otro tratado internacional, debe prevalecer la
centro de la vida cotidiana del niño; entre otras (ESTADOS norma más favorable a la persona humana...” (Corte IDH,
UNIDOS MEXICANOS, “Acciones para evitar la revictimi- informe 35/07 —caso 12.553—, “Jorge, José y Dante Peira-
zación del niño víctima del delito”, disponible en: http:// no Basso”, República Oriental del Uruguay, del 1º de mayo
www.inm.gob.mx/static/Autorizacion_Protocolos/SSP/ de 2007).
Tomo%20_IV_Acciones_para_evitar_la_revictimizacion_ (62) Código Procesal Penal de la Nación, “Interpretación
del_niNo.pdf, pp. 69/70). restrictiva y analógica. Art. 2º: Toda disposición legal que
(59) Corte IDH, “Caso Castillo Petruzzi y otros vs. Perú”, coarte la libertad personal, que limite el ejercicio de un de-
del 30/5/1999, párr. 153; “Caso del Tribunal Constitu- recho atribuido por este Código, o que establezca sanciones
cional vs. Perú”, del 31/1/2001, párr. 83; “Caso Cantoral procesales, deberá ser interpretada restrictivamente. Las le-
Benavides vs. Perú”, del 18/8/2000, párrs. 127/128; “Caso yes penales no podrán aplicarse por analogía”.

182 • Derecho Penal y Criminología - AÑO v • Nº 07 • AGOSTO 2015


DPyC Carlos E. Llera

Se trata de garantizar a la defensa el derecho En conclusión, leído el precepto del art. 250
de controlar las declaraciones de cargo, realiza- bis del CPPN del Código vigente, y versión en el
das para sostener la imputación que se le endil- rito de la ley 27.063, el art. 158 —integrado con
ga. (63) las resoluciones PGN nros. 8 y 59 de 2009—, en
clave “pro homine”, debemos concluir que el con-
La única oportunidad realmente útil, “adecua-
cepto de “defensa técnica” comprende o incluye
da” o “suficiente”(64), de control de la prueba es
la primera declaración del menor. La experien- no sólo al abogado sino también al experto en
cia demuestra que la declaración posterior —en psicología.
caso de ser permitida, lo cual difícilmente ocu- En otros términos, la particular naturaleza del
rre— no resultará útil, adecuada o suficiente para acto, así como desplaza al juez o al fiscal en la ac-
revertir el estado de cosas ya consolidado en la tividad procesal de la toma de la declaración al
primera declaración. niño, niña o adolescente, a favor de un profesio-
IV. Conclusión nal de la psicología, también coloca en un segun-
do plano al abogado en la actividad defensista.
Debido a que lo que se persigue es evitar la re- De tal suerte que el control de la prueba, reitero,
petición del acto, se debe realizar con previsiones por la naturaleza del acto, y por la especial condi-
que regulan el procedimiento a seguirse para la ción del menor, pasa a estar en cabeza principal-
recepción de elementos de prueba por medios mente del experto en psicología.
que, por su naturaleza y características, no pue-
den ser renovados, es decir que deben ser consi- Esta es la dinámica que aconsejan las directri-
derados definitivos e irreproducibles (art. 200 del ces de la ONU, a través de la UNICEF, y a las que
CPPN vigente). Se les debe dar participación a los me he referido previamente (67), y que mejor
defensores de las partes, de modo tal que puedan preservan los derechos de la supuesta víctima y
presenciar y participar de manera activa, formu- del imputado.
lando preguntas, proponiendo medidas, hacien- Como expresa la Lic. Ana María Barchietto (68),
do observaciones o solicitando se deje constancia psicóloga especialista del Cuerpo Médico Foren-
de irregularidades. (65) No debemos olvidar que, se de la Justicia Nacional: “...A partir del año 2004
en muchos casos, la pretensa víctima también re- el proceso pericial psicológico comprende dos eta-
viste el rol procesal de testigo único. (66) pas. La primera incluye la obtención del testimo-
nio del menor y la elaboración del informe, con la
(63) Fallos 329:5556, “Benítez, Aníbal Leonel s/ lesiones aplicación del Análisis del Contenido Basado en
graves”, rta. el 12/10/2006, donde decidió hacer lugar al
recurso, declarándolo procedente, dejando sin efecto la Criterios (CBCA) y las conclusiones. En la segun-
sentencia apelada por haberse producido una lesión al da etapa se aplica el Listado de Criterios de Vali-
derecho de la defensa, al no haber tenido la defensa la po- dez, donde si bien el psicodiagnóstico del menor es
sibilidad de controlar la prueba. el elemento central del análisis, también se valo-
(64) Esta posición es sostenida también por el Tribunal ran otras variables que elevan acentuadamente el
Europeo de Derechos Humanos (conf. causas “Unterper- grado de confiabilidad y validez de la declaración
tinger v. Austria” y “Bönisch v. Austria”). Es por esto, que
si no se le permite a la defensa la posibilidad de controlar
del menor...” (el destacado no pertenece al texto
dicha prueba, se estarían infringiendo los principios de original).
inmediación y defensa, pilares del proceso penal, al tiem-
po que conculcando los derechos que consagra el artículo (67) Directrices sobre la Justicia en Asuntos Concer-
8.2.f) de la Convención Americana de Derechos Humanos nientes a los Niños, Niñas y Adolescentes Víctimas y Tes-
y el artículo 14.3.c) del Pacto Internacional de Derechos tigos de Delitos, aprobadas por el Consejo Económico y
Civiles y Políticos, situación que conlleva la invalidez del Social de las Naciones Unidas en su resolución 2005/20
acto procesal. GARCÍA, Luis M., “El derecho a interrogar a del 2/7/2005 e incluidas como Anexo II (disponible en
los testigos de cargo en caso de abuso sexual sobre niños”, http://www.unicef.org/argentina/spanish/OriginalLibro-
LL Suplemento de Jurisprudencia Penal, del 23/9/2002. Victimas.pdf).
(65) CAFFERATA NORES, José y TARDITTI, Aída, “Có- (68) CRIADO, Marcela del Carmen y ELETA, Graciela F.,
digo Procesal Penal de la Provincia de Córdoba comenta- “El testimonio infantil en los casos de denuncia de abuso
do”, tomo 2, Editorial Mediterránea, Córdoba, 2003, p. 17. sexual - Ley 25.852”, en Evaluación física médico-forense
(66) LLERA, Carlos E., “¿Testis unus, testis nullus?”, LL del abuso sexual infantojuvenil, Dosyuna Editorial, Bue-
Suplemento de Penal y Procesal Penal, noviembre de 2013 nos Aires, 2008, ps. 15/35.

AÑO v • Nº 07 • agosto 2015 - Derecho Penal y Criminología • 183


DPyC Derecho Procesal doctrina

Y agrega al analizar la primera etapa de la de prueba, más específicamente en el apartado


entrevista psicológica-forense de declaración: a): “Las partes podrán solicitar el anticipo juris-
“...Los profesionales patrocinantes y los peritos de diccional de prueba únicamente en los siguientes
parte sólo serán presentados [al menor] si el menor casos: a) Si se tratara de un acto que, por las cir-
expresa interés o curiosidad por su presencia...” (el cunstancias o por la naturaleza y características
destacado no pertenece al texto original). de la medida, debiera ser considerado como un
El carácter eminentemente pericial de la me- acto definitivo e irreproducible (...) La diligencia
dida probatoria reclama entonces, la participa- será documentada en acta u otro medio idóneo
ción del perito psicólogo de la defensa, a fin de y quedará bajo la custodia del representante del
no afectar las garantías judiciales del imputado Ministerio Público Fiscal, quien será responsable
(CADH, art.8.2º). por su conservación inalterada”.
De este modo se atenúa la afectación al derecho Como interesante novedad, el Código estatu-
a la confrontación cara a cara o contra-examen ili- ye que si existe acuerdo de todas las partes sobre
mitado de los testigos, preservando, en función de la necesidad y modo de realización de la prueba
las particulares características de la situación, el anticipada, y siempre que se trate de alguno de
contradictorio, para que no se vea desnaturaliza- los supuestos mencionados en el primer párrafo,
do en su esencia el derecho de defensa en juicio. el juez deberá disponer la producción anticipada
Insisto, solo desde el momento en que todas de prueba. (70)
las partes se hallan debidamente notificadas de La finalidad del anticipo de prueba es con-
la realización de la audiencia, se invita al impu- servar uno o varios medios de prueba antes del
tado a proponer abogado defensor y se le hace juicio frente a la inminente posibilidad de que
saber el derecho de designar un perito de parte, el mismo pueda desaparecer o sea imposible re-
queda debidamente satisfecha la exigencia cons- producirlo en el juicio
titucional del debido proceso.
El artículo debe ser leído a la luz de los artícu-
El art. 8.2.f) de la Convención Americana de los 3º, esto es, del principio del interés superior
Derechos Humanos consagra el principio de del niño, y 12, el derecho del niño de ser escucha-
contradicción. Una lectura apresurada podría
do, ambos de la Convención sobre los Derechos
inclinarnos a pensar que el inciso alude exclusi-
del Niño.
vamente al derecho de hacer comparecer e inte-
rrogar testigos, peritos u otras personas frente al
tribunal, una interpretación ideológica, sistemá- camente en los siguientes casos: “a. Si se tratara de un
acto que, por las circunstancias o por la naturaleza y ca-
tica y dinámica del texto convencional, permite racterísticas de la medida, debiera ser considerado como
afirmar que su alcance es muchísimo más am- un acto definitivo e irreproducible;”b. Si se tratara de una
plio, y que, en rigor de verdad, el artículo evoca- declaración que probablemente no pudiera recibirse du-
do consagra efectivamente el principio de contra- rante el juicio;”c. Si por la complejidad del asunto existiera
dicción, en virtud del cual, cada parte en un pro- la probabilidad de que el testigo olvidara circunstancias
ceso, debe ser puesta en condiciones de conocer esenciales sobre lo que conoce;”d. Si el imputado estuvie-
ra prófugo, fuera incapaz o existiera un obstáculo consti-
y rebatir los argumentos y las pruebas aducidos tucional y se temiera que el transcurso del tiempo pudiera
por la contraria, garantizándose el derecho de dificultar la conservación de la prueba. “El juez admitirá o
los litigantes de ofrecer, y exigir la producción, de rechazará el pedido en audiencia. Si hace lugar, ordenará
todas las medidas de prueba que estimen condu- la realización con citación de todas las partes. “Si existe
centes en sustento de sus fundamentos. acuerdo de todas las partes sobre la necesidad y modo de
realización de la prueba anticipada, y siempre que se tra-
En orden a las razones expuestas, en materia te de alguno de los supuestos mencionados en el primer
procesal penal el nuevo ordenamiento aprobado párrafo, el juez deberá disponer la producción anticipada
por ley 27.063, brinda una magnífica herramien- de prueba. “La diligencia será documentada en acta u otro
medio idóneo y quedará bajo la custodia del representan-
ta para afrontar esta prueba, esa herramienta es te del Ministerio Público Fiscal, quien será responsable
el artículo 229 (69), que legisla sobre el anticipo por su conservación inalterada”.
(70) ROMERO VILLANUEVA, Horacio J. y GRISETTI,
(69) “Artículo 229.— Anticipo de prueba. Las partes Ricardo A., “Código Procesal Penal de la Nación. Comen-
podrán solicitar el anticipo jurisdiccional de prueba úni- tado. Ley 27.063”, cit., tomo III (arts. 195 a 349), p. 1559.

184 • Derecho Penal y Criminología - AÑO v • Nº 07 • AGOSTO 2015


DPyC Carlos E. Llera

En cuanto al principio del interés superior del le pueda llevar a abandonar el libre ejercicio de
niño, es importante tener en cuenta que el Co- sus derechos”. (71)
mité de los Derechos del Niño de las Naciones
Unidas concluyó que este principio tiene una “El Ministerio Público debe asumir la presencia
naturaleza triple de derecho sustantivo, prin- de estas víctimas en el proceso valorando tanto su
cipio interpretativo y norma de procedimiento. escasa predisposición a la colaboración como la
Cabría destacar que es con respecto del prin- fugacidad de su disponibilidad, por lo que debe
cipio de naturaleza jurídica triple, reconocido articular oportunos mecanismos de prueba pre-
como parte del bloque de constitucionalidad constituida con plenas garantías para todas las
del ordenamiento jurídico nacional, como se partes a fin de que la persecución penal de la
debería interpretar la utilización del anticipo de conducta sea eficaz, la víctima no sea sometida a
prueba en los casos de niños víctimas y testigos procesos de revictimización y la propia dilación y
del delito como un acto definitivo e irreprodu- reiteración de actuaciones suponga tanto un ries-
cible. go para su seguridad como un riesgo de ineficacia
para el propio proceso”. (72)
Conviene desatacar que su característica irre-
producible no es originada de la posibilidad de En síntesis, en el nuevo Código Procesal Penal
la pérdida del elemento probatorio, sino en las de la Nación (ley 27.063) aparece aconsejable
distintas normas del derecho internacional de echar mano al mecanismo del anticipo jurisdic-
los derechos humanos que instan a los Estados cional de prueba del memorado art. 229, para
a que el derecho del niño de ser escuchado sea recabar el testimonio en cámara Gesell (73), en
realizado de forma que no perjudique su condi- una única diligencia que luego será presentada
ción psicológica, y muy especialmente, evitando e introducida por su reproducción o lectura en el
se reiteración. juicio oral, siempre que se la considere un acto
definitivo e irreproducible (art. 229, apartado a]),
Dentro de las “Medidas procesales”, la regla 37
y, en consecuencia, se otorgue a la defensa el de-
de las Reglas de Brasilia recomienda, en relación
recho de controlarla, con la asistencia de un pe-
con el anticipo jurisdiccional de la prueba, “la
rito psicólogo. (74)
adaptación de los procedimientos para permi-
tir la práctica anticipada de la prueba en la que
participe la persona en condición de vulnerabili- (71) Guías de Santiago, “Capítulo 1ª. Tratamiento de las
víctimas. Apartado 5. El rol de la víctima durante el proceso:
dad, para evitar la reiteración de declaraciones, estatuto de la víctima y pautas de actuación” (ver en http://
e incluso la práctica de la prueba antes del agra- www.ministeriopublico.gob.pa/minpub/Portals/0/Pdfs/
vamiento de la discapacidad o de la enfermedad. GUIA%20DE%20SANTIAGO%20SOBRE%20PROTEC-
A estos efectos, puede resultar necesaria la graba- CION%20DE%20VICTIMAS%20Y%20TESTIGOS.pdf).
ción en soporte audiovisual del acto procesal en el (72) Guías de Santiago, “Capítulo 1ª. Tratamiento de las
que participe la persona en condición de vulnera- víctimas. 7. Especial referencia a las víctimas de los deli-
bilidad, de tal manera que pueda reproducirse en tos de trata de personas” (ver en http://www.ministerio-
publico.gob.pa/minpub/Portals/0/Pdfs/GUIA%20DE%20
las sucesivas instancias judiciales”. SANTIAGO%20SOBRE%20PROTECCION%20DE%20VIC-
TIMAS%20Y%20TESTIGOS.pdf).
El evocado art. 158 del nuevo CPPN (ley 27.063)
(73) El art. 158 dispone que “el desarrollo del acto podrá
prevé en su apartado g) que la declaración se re- ser seguido por las partes desde el exterior del recinto a
gistrará en un video fílmico. través de un vidrio espejado, micrófono, equipo de video
o cualquier otro medio técnico con que se cuente” (apar-
En el mismo sentido las Guías de Santiago so- tado d]).
bre la Protección de Víctimas y Testigos predican (74) El Código Procesal Penal de Neuquén vigente (ley
que “La investigación no debe alterar la seguridad 2784) legisla el instituto en el artículo 155 referido al deno-
de la víctima y a lo largo de la misma debe valo- minado “anticipo jurisdiccional de prueba”, y determina
rarse la posible práctica de actuaciones de prueba en su apartado 4º que “...Cuando deba recibirse testimonio
de víctimas de delitos contra la integridad sexual menores
anticipada para que, con garantía para todas las
de dieciséis años, y testigos menores de edad si se toma
partes, se evite que el proceso, en su desarrollo, se con la modalidad de cámara Gesell y con el auxilio de pro-
convierta en causa de victimización secundaria o fesionales especializados...” (el destacado no pertenece al
suponga un factor de presión sobre la víctima que texto original).

AÑO v • Nº 07 • agosto 2015 - Derecho Penal y Criminología • 185


DPyC Derecho Procesal doctrina

Si la prueba anticipada es tratada de manera en el proceso en que se señala a un menor como


correcta y en estricta observancia de las normas víctima del delito.
nacionales e internacionales, el testimonio será
recogido por única vez y no será necesario vol- Tanto el principio del interés superior del in-
ver a convocar a la víctima o testigos para que se fante como el principio de presunción de ino-
realice de nuevo la entrevista, de esta manera se cencia del imputado deben encontrar su justa
logrará reducir la revictimización, además, al ser aplicación, el primero para proteger ese interés
grabada en la cámara Gesell o medio técnico simi- tomando las medidas necesarias que aseguren
lar, se tendrá una constancia veraz de lo ocurrido. su protección y las mejores condiciones durante
el desahogo de las pruebas y la instrucción del
Es que afirmar la favorabilidad de los derechos proceso, y el segundo porque la única causa que
de una persona —o un grupo de personas, este justifica el dictado de una sentencia condenato-
caso los niños—, sin ninguna otra consideración ria en materia penal, se soporta en la afirmación
resultaría en un detrimento —probablemente de elementos de pruebas suficientes y eficaces
desproporcionado, arbitrario o discriminato- que acrediten la plena responsabilidad del con-
rio— de los derechos de un tercero. denado en la comisión del injusto.
Subrayo finalmente que la calidad de irreprodu-
Nuestra doctrina constitucional reclama la cible de la declaración en sala Gesell tiene su géne-
ponderación es el ejercicio normativo aplicable sis en las normas del derecho internacional de los
en este escenario ya que la sola presencia de un derechos humanos que reclaman a los Estados Par-
principio de favorabilidad —interés superior del te del sistema que el niño sea escuchado de modo
niño— aplicable al caso concreto no anula, la po- adecuado a su estado de vulnerabilidad, y muy
sibilidad de realizar un ejercicio de ponderación especialmente, evitando la reiteración del acto.
en el caso concreto.
En conclusión, el anticipo de prueba se nos
La utilización del expediente del anticipo de presenta como una de las diligencias en el siste-
prueba en las declaraciones alcanzadas por el ma penal acusatorio que, utilizada correctamen-
art. 158 del nuevo CPPN, con debido control de te, puede ser un instrumento para la reducción
la defensas, aparece como un ejercicio razonable de la revictimización de integrantes de poblacio-
de la ponderación de derechos en conflicto, sin nes vulnerables, condicionado a que lo que se
renunciar a una lectura expansiva de todos los realice en la audiencia de anticipo jurisdiccional
derechos en colisión, observando estrictamente probatorio sea volcado a un soporte audio visual
el mandato de favorabilidad pro persona. que deje debida constancia de lo sucedido, y que
se dé intervención a la defensa para asegurar las
Es que la aplicación del principio de presun- garantías judiciales del imputado, evitando que
ción de inocencia en el orden jurídico penal, no el Estado incurra en responsabilidad internacio-
pueda ser objeto de ponderación, sino una regla nal (arts. 1º, 2º y concs., Convención Americana
de aplicación general en todos los casos, incluso de Derechos Humanos). u

186 • Derecho Penal y Criminología - AÑO v • Nº 07 • AGOSTO 2015


DPyC Derecho Procesal DOCTRINA

Diligencias de la defensa durante la Investigación Penal


Preparatoria en el Código Procesal de Santa Fe (*)
Por Mariano Aliau

Sumario: I. Características generales de la actividad investigativa du-


rante la IPP. — II. El momento oportuno para realizar las diligencias
propuestas. — III. Una posible solución. — IV. Soluciones del dere-
cho comparado. — V. La investigación autónoma de la defensa. —
VI. Conclusión.

I. Características generales de la actividad Ahora bien, en puridad, toda la actividad de


investigativa durante la IPP confirmación o investigación practicada durante
la IPP, no es propiamente probatoria, ya que no
La ley 12.734, a través del artículo 251, esta- debiera ser más que información o evidencia que
blece que la Investigación Penal Preparatoria sólo podrán adquirir el carácter de prueba lue-
es dirigida por el titular de la acción penal —el go de ser incorporadas al debate respetando los
Fiscal— y determina también que tanto la de- principios de inmediatez, contradicción y orali-
fensa como el querellante deben a acudir a él dad. Es posible afirmar que la IPP constituye una
para producir información durante la misma fase principalmente administrativa, vinculada
para que forme parte del legajo de investigación esencialmente a construir una acusación duran-
—art. 286 CPP— (1). te el juicio, pero aún así puede tener repercusio-
nes en decisiones jurisdiccionales previas a este.
De esta forma, instaura un sistema de investi-
gación oficial, a cargo del fiscal y todas las me- De hecho, el legajo de pruebas del fiscal —y el
didas probatorias que solicite la defensa durante equivalente que pueda desarrollar la defensa—
la Investigación Penal Preparatoria y que preten- podrá ser utilizado a la hora de evaluar la posibi-
da que se incorporen a esa investigación oficial, lidad de una medida de coerción, analizar la via-
quedarán entonces sujetas a la decisión unilate- bilidad de una acusación, examinar la legalidad
ral del Ministerio Público de la acusación. de un procedimiento abreviado, etc.
Esta lógica no se ve conmovida por la posibi- Se torna necesario entonces considerar estas
lidad acordada a la defensa de recurrir ante el circunstancias al analizar el momento adecuado
Fiscal Superior, ya que, en definitiva, la decisión para realizar medidas de investigación.
siempre quedará en la órbita de una de las partes
—el Ministerio Público de la Acusación—. II. El momento oportuno para realizar las di-
ligencias propuestas
(*) El presente trabajo cuenta con el referato del “Cen- El Código permite, a partir del artículo 299,
tro de Investigación Científica del Derecho Procesal Penal
Comparado” de la Universidad Nacional de Rosario (di-
proponer pruebas para el juicio, pero ello en ab-
rector Héctor Superti). soluto es suficiente para salvaguardar en tiempo
oportuno el derecho de defensa, ya que si con-
(1) ARTÍCULO 251. Competencia. La Investigación Penal
Preparatoria corresponderá al Ministerio Público Fiscal,
cluimos que la información que se procesa en la
según las disposiciones de la ley y la reglamentación que investigación penal preparatoria es considerada
se dicte. Podrá sin embargo quedar la misma a cargo del a los fines de tomar decisiones judiciales, y que
querellante, en los términos de este Código. ARTÍCULO tales decisiones son transcendentes para el im-
286. Proposición de diligencias probatorias. El imputado, putado, resulta indiscutible que un adecuado
su defensor y el querellante podrán proponer diligencias ejercicio del derecho de defensa implica interve-
probatorias en el curso de la investigación y ocurrir ante
el superior en grado del Fiscal interviniente, si este no las
nir activamente en aquella información que a la
practicase. El Fiscal superior resolverá lo que corresponda vez incidirá en las resoluciones jurisdiccionales
tras breve averiguación sumaria, sin recurso alguno. que definan su situación procesal.

AÑO v • Nº 07 • agosto 2015 - Derecho Penal y Criminología • 187


DPyC Derecho Procesal doctrina

Por supuesto que para aquel que ha sido for- audiencia en los albores de la investigación, en la
malmente imputado a través de una audiencia que el juez debe decidir, entre otras cosas, acerca
imputativa, o incluso aquel que ha sido mera- de la verosimilitud de la imputación (3).
mente sospechado —sin la realización formal de
aquella audiencia— es trascendente darle fini- Si bien la imposición de una medida de coer-
quito en el menor tiempo posible a la situación ción procesal puede ser reconsiderada, no se pue-
de incertidumbre que implica estar sometido a de desconocer el perjuicio que conlleva para el
una investigación por un delito penal. imputado una decisión tomada en esa audiencia,
en la que no ha tenido el tiempo o los medios su-
En algunos casos más graves, a esta situación ficientes para producir su propia prueba y el fiscal
de incertidumbre, se le agrega el gravamen irre- le ha denegado la producción de la que propuso.
parable y concreto vinculado a algún tipo de res-
tricción a la libertad corporal —que puede llegar En este contexto, la decisión de un juez acerca
incluso hasta la prisión preventiva— por lo cual de la prisión preventiva, en la que la defensa, por
es sumamente trascendente para la defensa in- la sola voluntad unilateral de su contraparte, no
terrumpir este proceso en el modo más breve pudo producir su prueba implica un menoscabo
posible, sobretodo en aquellos casos en que el al derecho de defensa en juicio, que no puede ser
imputado puede demostrar que no es necesario reparado por la propuesta posterior en la que si
seguir avanzando con la investigación y no debe existe revisión jurisdiccional y que se da en el trá-
en consecuencia esperar hasta el juicio para pro- mite del procedimiento intermedio —artículos
ducir su prueba. 299 y 303 de la ley 12.734— ya que esta revisión
es tardía en virtud de las consecuencias que ya
Sobre esta cuestión, no es ocioso recordar, lo viene soportando el imputado por su estado de
que señalaba Carnelutti: “...cuando tras un largo detención.
proceso se reconoce que el imputado es inocen-
te, la gente cree que se ha evitado el error judi- Así lo señalaron tanto la Corte Suprema de
cial; pero aparte de la posibilidad de que sea en Justicia de la Provincia, como la de la Nación,
cambio culpable, la decisión de la absolución al puntualizar que en caso de encontrarse una
¿qué otra cosa es sino la confesión del error judi- persona en prisión preventiva, los recursos que
cial cometido al someter a un inocente al marti- se interpongan contra estas decisiones se consti-
rio de un proceso que se ha descubierto después tuyen excepcionalmente en objeto procesal de la
que no era merecido por él? (2). impugnación extraordinaria pues, en tanto impi-
Un imputado que puede contradecir y demos- de la libertad del imputado con anterioridad al
trar en tiempo oportuno que no existen elemen- fallo final de la causa, ocasiona un perjuicio que
tos probatorios en su contra, no tiene porque ser podría resultar de imposible reparación ulterior
perjudicado en una demora en la decisión juris- y requiere por lo tanto tutela inmediata (4).
diccional que así lo declare, quedando atada su
Por lo tanto, debe otorgarse a la defensa los re-
posibilidad de demostrarlo a lo decidido por la
medios jurisdiccionales necesarios para resguar-
contraparte —el fiscal—, por más criterio obje-
dar el derecho de defensa en tiempo oportuno.
tivo que se proclame como guía de su actuación.
En esta premura por culminar cuanto antes la No debemos olvidarnos que una decisión so-
investigación, juega un rol protagónico, como se bre la privación de libertad del imputado duran-
señaló antes, el instituto de la prisión preventiva,
ya que este es el que implica mayores perjuicios (3) ARTÍCULO 219. Procedencia de la prisión preventi-
durante el proceso, mientras dure la indefinición va. A pedido de parte podrá imponerse prisión preventiva
al detenido, cuando se estimaran reunidas las siguientes
procesal. condiciones: 1) existencia de elementos de convicción su-
ficientes para sostener su probable autoría o participación
Es que la regulación de esa cautelar en nues- punible en el hecho investigado.
tro sistema procesal se configura a través de una
(4) Conforme criterio de A. y S., T. 190, p. 415; T. 191,
p. 12; T. 216, ps. 158 y 306; T. 220, ps. 156 y 170; T. 222, ps.
(2) CARNELUTTI, “Cómo se hace un proceso”, Romadi- 212 y 350; en el mismo sentido, Fallos: 307:549; 314:791;
llas, Buenos Aires, 1999, p. 137. 328:1108; 330:1465, entre otros.

188 • Derecho Penal y Criminología - AÑO v • Nº 07 • AGOSTO 2015


DPyC Mariano Aliau

te el proceso, entraña en definitiva una limitación para evitar el estigma que significan la prisión
de los derechos fundamentales, y por lo tanto el preventiva, la acusación y la condena, así como
Órgano Jurisdiccional debe otorgar suficiente fun- los posibles efectos adversos de la prisión.
damentación que justifique tal medida, y el proce-
so que llevó a tal decisión debe también preservar No debemos perder de vista que un sistema
el adecuado control e intervención de las partes. procesal eficaz y eficiente impone respetar las
premisas constitucionales y otorgar las mejores
Desde otro punto de vista, el proceso adversa- herramientas a los operadores jurídicos para re-
rial se nutre de la confrontación de las partes, y solver los conflictos que ingresen a su sistema.
de hecho, el sistema necesita del aporte de am-
bos contendientes procesales para obtener la III. Una posible solución
información de mejor calidad, y así brindar una
Con este panorama, sería un error creer que
adecuada respuesta jurisdiccional, que en deter-
únicamente con la actuación revisora del supe-
minadas etapas, será vital para la subsistencia
rior del Fiscal ya se ha protegido el derecho del
del sistema.
imputado. El error radica en otorgarle al carácter
Así se da, por ejemplo, en el proceso interme- de objetivo de la actuación del fiscal una exten-
dio, cuyo centro de gravedad es la audiencia pre- sión desmesurada que permite tenerlo por ga-
liminar y tiene por objeto —entre otros— contro- rante de los derechos de la contraparte.
lar la acusación y verificar que a juicio lleguen
Sobre esta cuestión, referida a la exigencia al
solamente casos que lo ameriten, y no los que
fiscal de ser parte y, a la vez, garante de legali-
no presenten ninguna chance real de sostener la
dad, creo oportuno traer a colación las severas
acusación con los extremos necesarios para arri-
palabras del ministro Zaffaroni: “...es una ficción
bar a una condena.
que la investigación se hace siempre en búsque-
La exigencia no nace únicamente en evitar da de la verdad: sin presuponer ninguna patolo-
desgaste de recursos y recarga laboral en los gía institucional —corrupción— es natural que
tribunales, sino asegurar el cumplimiento de la acusación disponga de todo lo necesario para
mandatos básicos de las convenciones interna- llevar a cabo su función con éxito, y en ese em-
cionales que ponen en primer plano el respeto peño, es humanamente explicable que pierda
a la dignidad humana. Como consecuencia de de vista la verdad [...] las ficciones son siempre
este postulado, es deber de los estados evitar en peligrosas cuando se trata del ejercicio o de la
lo posible que una persona sea sometida incluso contención del poder punitivo y, por ello, siem-
a simple enjuiciamiento si ello no resulta impres- pre será preferible la sinceridad, que permite
cindible, dada la inevitable carga estigmatizante admitir que la acusación, por principio, investiga
que ello importa. para acusar...” (5).

Así lo han expresado las Directrices sobre la Con indudable realismo, el profesor Zaffaroni
función de los fiscales dictadas por la Oficina del pone en evidencia descarnadamente la dificul-
Alto Comisionado para los Derechos Humanos tad intrínseca que entraña esa dualidad (objeti-
va/parcial) de los agentes fiscales.
de la Organización de las Naciones Unidas, que
en su punto 18 establecen que de conformidad Por ello, entiendo que, no obstante no encon-
con la legislación nacional, los fiscales conside- trarse prevista en la ley 12.734, debe reconocer-
rarán debidamente la posibilidad de renunciar al se una instancia de revisión judicial frente a una
enjuiciamiento, interrumpirlo condicional o in- propuesta de una medida investigativa —proba-
condicionalmente o procurar que el caso penal toria, según el artículo 286— por parte de la de-
no sea considerado por el sistema judicial, respe- fensa para que sea realizada dentro del legajo de
tando plenamente los derechos del sospechoso y investigación del fiscal.
de la víctima. A estos efectos, los Estados deben
explorar plenamente la posibilidad de adoptar
(5) ZAFFARONI, Eugenio Raúl, “Las ideas básicas en
sistemas para reducir el número de casos que la relación defensa pública-Estado de derecho”, en Revis-
pasan a la vía judicial, no solamente para aliviar ta Penal y Estado, nro. 5, Defensa Pública, Ediciones del
la carga excesiva de los tribunales, sino también INECIP, Buenos Aires, 2002, p. 19.

AÑO v • Nº 07 • agosto 2015 - Derecho Penal y Criminología • 189


DPyC Derecho Procesal doctrina

Únicamente de esta manera se encontrara tu- El de Córdoba en el artículo 335 establece que:
tela judicial oportuna exigida por el artículo 8 de “Las partes podrán proponer diligencias, las que
la Declaración Universal de los Derechos Huma- serán practicadas salvo que el Fiscal no las consi-
nos —en cuanto a la existencia de un recurso ante dere pertinentes u útiles, si las rechazara, podrán
los tribunales que ampare al ciudadano frente a la ocurrir ante el Juez de Instrucción en el término
afectación de sus derechos— y lo establecido por de tres días. El juez resolverá en igual plazo. La
el 8.2.c. del Pacto de San José de Costa Rica —en denegatoria será apelable.” De donde se extrae
referencia a que deben resguardarse los medios que no solamente se otorga un andamiaje juris-
adecuados para la defensa del imputado en jui- diccional para resolver la controversia entre las
cio—; 8.2.f del mismo tratado y 14.3.e del Pacto In- partes, sino que se otorga la posibilidad de ape-
ternacional de Derechos Civiles y Políticos —que lación a esa decisión.
preserva el derecho de interrogar testigos y quien
pueda arrojar luz sobre los hechos—. En el marco internacional, pero sin alejarnos
de nuestra región, visualizamos el de Guatemala,
Frente a estas situaciones, en las que la norma- que en su artículo 315 tiene previsto que: “El im-
tiva procesal local no alcanza a resguardar dere- putado, las personas a quienes se les haya dado
chos de raigambre constitucional —más allá de intervención en el procedimiento, sus defenso-
las pertinentes y necesarias adaptaciones legales res y los mandatarios podrán proponer medios
que corresponde hacer a las legislaturas— la ju- de investigación en cualquier momento del pro-
risprudencia de más alto rango ha decidido que cedimiento preparatorio. El Ministerio Público
corresponde el dictado de las medidas pertinen- los llevará a cabo si los considera pertinentes y
tes, razonables y apropiadas para superar las si- útiles, debiendo dejar constancia de su opinión
tuaciones que pudieran tener impacto sobre los contraria, a los efectos que ulteriormente corres-
procesos penales y la posible conculcación de pondan. En caso de negativa el interesado podrá
garantías, y cuya finalidad tenga en miras brindar acudir al juez de paz o de primera instancia res-
al justiciable el efectivo y pertinente resguardo a pectivo, para que valore la necesidad de la prácti-
las garantías en juego (6). ca del medio de investigación propuesto”.

IV. Soluciones del derecho comparado Lo mismo ocurre en Costa Rica, a través del
artículo 292 observa la regla de que “Cualquie-
Haciendo un rápido racconto por algunos de ra de las partes podrá proponer diligencias de
los Códigos procesales adversariales de nuestra investigación. El Ministerio Público deberá reali-
región, encontramos que siempre existe algún zarlas si las considera pertinentes y útiles, y hará
tipo de recurso para la defensa, ante la negativa constar las razones de su negativa, a los efec-
del fiscal de practicar determinada prueba pro- tos que después correspondan. En este último
puesta por la defensa. caso, las partes pueden acudir ante el tribunal
del procedimiento preparatorio que se pronun-
Así en el Código Procesal Penal de Chubut: ciará, sin sustanciación, sobre la procedencia
art. 278: “...Durante la investigación, tanto el de la prueba y en República Dominicana en el
imputado como los demás intervinientes en el artículo 286 —paradójicamente el mismo núme-
procedimiento podrán solicitar al fiscal todas ro que nuestro Código Santafesino, pero en otra
aquellas diligencias que consideraren pertinentes fórmula más acertada a mi criterio—: - Proposi-
y útiles para el esclarecimiento de los hechos. El ción de diligencias. Las partes tienen la facultad
fiscal ordenará que se lleven a afecto aquellas que de proponer diligencias de investigación en cual-
estimare conducentes. Si el fiscal rechazare la so- quier momento del procedimiento preparatorio.
licitud, se podrá reclamar ante el juez penal con El ministerio público las realiza si las conside-
el propósito de obtener un pronunciamiento de- ra pertinentes y útiles; en caso contrario, hace
finitivo acerca de la procedencia de la diligencia”. constar las razones de su negativa. En este último
caso, las partes pueden acudir ante el juez, para
(6) “Llerena”, Fallos: 328:441, Acordada 23/05 de la CSJN
que decida sobre la procedencia de la prueba
y luego reafirmada en “Nicolini” (del 28/3/2006) y “Die- propuesta. Si el juez estima que la diligencia es
ser”, Fallos: 329:3034; “ Sampaolesi” A. y S. T. 231 p. 75 de la procedente, ordena al ministerio público su rea-
CSJSF y acta 32 del mismo Órgano. lización.

190 • Derecho Penal y Criminología - AÑO v • Nº 07 • AGOSTO 2015


DPyC Mariano Aliau

De esta manera, se observa principalmente un V. La investigación autónoma de la defensa


primer análisis por parte del Ministerio Público
Fiscal acerca de la propuesta de la diligencia de la Es cierto que muchos de estos problemas se
defensa, pero este dictamen no puede basarse en aventarían —sin necesidad de obligar al fiscal a
argumentos discrecionales sino que tiene como que produzca prueba que no considera condu-
presupuesto la pertinencia y que no sea supera- cente según su discreción— por vía de la posibi-
bundante en cuyo caso el fiscal estaría obligado a lidad de la defensa de producir su propio legajo
realizarlo, y en caso de que no lo haga, tales pre- de investigación.
supuestos —en cierta manera objetivables— se-
rán revisados por un órgano jurisdiccional. Pero no debemos olvidarnos que la investiga-
ción de la defensa se encuentra en una situación
También el proyecto de Reforma del Código de desventaja frente a la investigación fiscal prin-
Procesal Federal contiene dispositivos que per- cipalmente por dos motivos. Primeramente por
miten la revisión jurisdiccional de la medida pro- la falta de recursos, ya que la investigación de la
puesta por la defensa y negada por el fiscal, en su defensa es autofinanciada —sin perjuicio de que
artículo 229:” PROPOSICIÓN DE DILIGENCIAS. en el marco del Servicio Provincial de la Defensa
Sin perjuicio de sus poderes de investigación se establezcan institucionalmente convenios con
autónoma, las partes tienen la facultad de pro- entidades públicas o privadas o se creen organis-
poner diligencias en cualquier momento de la mos de investigación en su seno— y por otro lado
investigación preparatoria, cuando por su natu- no cuenta con potestades para recabar informa-
raleza no pueda producirla o se trate de medidas ción en forma compulsiva. La fiscalía puede citar
cuya realización pueda verse frustrada de no ser personas bajo apercibimiento de arresto y obli-
practicadas en esa oportunidad. En este último gar a las instituciones a brindar información para
caso, el Fiscal deberá expedirse dentro del plazo un caso determinado.
de CUARENTA Y OCHO horas. Podrá rechazar la
Existen situaciones puntuales en donde la ac-
medida cuando no se comprueben los extremos
tividad investigativa de la defensa encontrará
del párrafo anterior o se trate de medidas evi-
escollos legales para desenvolverse, ya que inde-
dentemente dilatorias. Dentro del plazo de TRES
fectiblemente se necesitara de una orden oficial
días, las partes podrán solicitar al juez una au-
para poder acceder al órgano probatorio.
diencia para que decida sobre la procedencia de
las diligencias propuestas. Si el juez estima que Además, desde el punto de vista estratégico,
es procedente, ordenará al Fiscal su realización”. la defensa puede desear que determinado tes-
timonio sea directamente recepcionado por el
Por lo tanto, podemos concluir que, en los
fiscal, con participación de la defensa, si se tiene
Códigos adversariales de la región, la solución
en cuenta que para la mayoría de los operadores
plausible para garantizar los derechos antes
de los sistemas judiciales argentinos, el contacto
mencionados es instaurar la posibilidad de una
unilateral con la defensa con el testigo es sinóni-
audiencia ante el Juez de la Investigación Penal
mo de manipulación —cosa que no ocurre con
Preparatoria, frente a un rechazo por parte del
los países de tradición anglosajona— (8).
Ministerio de la Acusación de realizar determi-
nada diligencia probatoria. Particularmente sobre la entrevista —o testi-
monio— recibido directamente por la defensa,
De hecho, en el marco del proceso penal en
podemos encontrarnos con la normativa supra-
nuestra provincia son varias las normas que
nacional y nuestras previsiones procesales que
mandan a intervenir al juez de la Investigación
Penal Preparatoria, aún en el marco de una in-
vestigación protagonizada por el fiscal, cuando de investigación sea imprescindible el allanamiento de
domicilio, la interceptación de correspondencia, la inter-
se encuentre en juego algún principio constitu- vención de las comunicaciones o cualquier otra medida
cional que requiere de resguardo (7). que pudiera afectar derechos y garantías amparados cons-
titucionalmente.
(7) ARTÍCULO 285. Garantías constitucionales. El Fiscal (8) Patricia Ana Larocca en “ Jurisprudencia anotada”,
requerirá al Juez de la Investigación Penal Preparatoria la Revista de Derecho Procesal Penal, 2011-1, “La investiga-
correspondiente orden, cuando para practicar la medida ción Penal Preparatoria”. Ed. Rubinzal Culzoni, p. 531.

AÑO v • Nº 07 • agosto 2015 - Derecho Penal y Criminología • 191


DPyC Derecho Procesal doctrina

protegen a las víctimas y testigos en situaciones formalización de la investigación, es necesaria la


de vulnerabilidad. Indudablemente que la situa- previsión a través de un recurso rápido y eficaz
ción de vulnerabilidad de un testigo —por ejem- ante una instancia jurisdiccional e imparcial, en
plo, un menor— o la especial categoría de delito aquellos supuestos en que el fiscal —y su supe-
que impone evitar la revictimización —víctima rior— denegaren la producción de una diligencia
de delito contra la integridad sexual— resultan probatoria que la defensa considera fundamen-
obstáculos insalvables para la defensa en su afán tal durante la IPP, lo que se agudiza cuando la
de entrevistarlos en forma autónoma. defensa encuentra obstáculos legales o impedi-
mentos de cualquier naturaleza para desarrollar-
Entiendo que, hasta que la absorción cultural las por sí misma.
sea completa, y las prácticas y la doctrina estan-
daricen parámetros de actuación de la defensa Ello es una derivación directa del derecho de
en su actividad investigativa autónoma, se hará defensa, que debe otorgar posibilidades de ejer-
necesaria una reglamentación que mitigue el cerse en tiempo oportuno y, por manda consti-
impacto de una cultura jurídica no demasiado tucional, llegado el caso, ser resuelto —y protegi-
permeable a dejar totalmente en manos de parti- do— por un magistrado y no por un fiscal.
culares las cuestiones penales en que está indu-
dablemente comprometido el interés público. En estos casos, se debe aclarar que el juez no
actúa como el juez inquisitivo, imponiendo nue-
VI. Conclusión vas medidas probatorias, sino que sólo se expide
respecto de las pedidas por las partes y no practi-
Más allá de la actividad probatoria propia lle- cadas por el fiscal, es decir, se encuentra ausente
vada a cabo por la defensa en un régimen de des- el impulso oficioso. u

192 • Derecho Penal y Criminología - AÑO v • Nº 07 • AGOSTO 2015


DPyC Derecho Procesal NOTA A FALLO

inicio a una causa penal resultó legítima, pues,


PROCESO PENAL no existió una invasión a la privacidad, ya que
Exclusión probatoria. Invasión a la privacidad. el tercero solo accedió a la información con la
Teléfono celular olvidado en un local de comidas. finalidad de individualizar al dueño y, una vez
Hallazgo de videos que dieron inicio a una causa que ese objetivo se interrumpió por el hallazgo
penal. Validez. Rechazo de la exclusión de prueba. que lo sorprendió, concurrió ante personal po-
licial en un lapso prudente para hacer entrega
del teléfono.
Hechos: Quien explota un local de comidas
encontró un teléfono celular que había sido ol- 2. — Quien revisó un teléfono celular que había
vidado por un cliente. Luego de revisar su con- sido olvidado por un cliente en un local co-
tenido, a fin de tratar de identificar al dueño, mercial y encontró un video que dio inicio a
encontró videos que lo llevaron a constituirse una causa penal no incurrió en una injeren-
en una comisaría y hacer entrega del artefacto. cia arbitraria en la vida privada del imputado,
A raíz de dicho hallazgo se inició una investi- pues no tuvo otro móvil que el de concretar el
gación por delitos contra la integridad sexual reintegro del aparato a su propietario, y la cir-
de una menor. La defensa solicitó la declara- cunstancia de que se haya constituido en una
ción de nulidad de la denuncia y del aporte del comisaría a las pocas horas para dar cuenta de
denunciante. La sentencia no le hizo lugar. La su hallazgo evidencia un prudente y razonable
Cámara la confirmó. proceder (del voto del Dr. Cicciaro).

1. — La conducta del propietario de un comercio 3. — La información obtenida por el Estado de un


que revisó un celular que había sido olvidado particular que revisó el teléfono celular que
por un cliente y encontró videos que dieron el imputado dejó olvidado en un comercio no

La admisión de prueba Siempre se ha reconocido que las exclusiones


probatorias constituyen uno de los temas del de-
ilícita en delitos graves recho constitucional y procesal penal en los que
se advierte con mayor claridad la tensión exis-
tente entre el interés social en la persecución y
POR Maximiliano Hairabedián represión del delito y la preservación de los de-
rechos y garantías individuales consagrados por
Sumario: I. Introducción. — II. La de- el sistema constitucional. Y el fallo a comentar
cisión del tribunal de apelaciones. — lamentablemente ilustra esta contradicción. Se
III. ¿Prueba lícita o ilícita? — IV. La in- trata de un caso trágico, no sólo desde el punto
fracción constitucional privada. V. La de vista del drama humano, también desde la
buena fe. — VI. El principio de propor- situación del juzgador, porque no hay solución
cionalidad. — VII. Conclusiones. posible sin sacrificar algún interés tutelado por el
ordenamiento jurídico.
I. Introducción II. La decisión del tribunal de apelaciones
El caso que se anota es sencillo desde el punto La defensa solicitó la declaración de nulidad
de vista fáctico, pero complejo en su dimensión de la denuncia y del aporte del denunciante. El
jurídica y axiológica. Una persona olvidó su ce- planteo fue rechazado. Recurrida, la resolución
lular en un comercio al que había concurrido fue confirmada por la Cámara de Apelaciones,
como cliente. El comerciante que lo encontró pronunciándose por la validez del procedimien-
revisó su contenido, descubriendo algo terrible: to. Sintéticamente los argumentos fueron:
un menor de seis años obligado por un adulto
a practicarle sexo oral. Radicada la denuncia 1) Se reconoce que la protección del artículo 18
se desencadenó una investigación, en la que de la CN a la correspondencia y papeles privados
se determinó que el autor del aberrante hecho comprende también los correos electrónicos, lla-
aprovechaba la situación de convivencia para mados telefónicos o mensajes de texto porque
cometerlo. tiene por finalidad garantizar el respeto a la vida

AÑO v • Nº 07 • agosto 2015 - Derecho Penal y Criminología • 193


DPyC Derecho Procesal NOTA A FALLO

puede ser excluida como indicio válido para Fundamentó su postura en que la Convención In-
iniciar un proceso penal, pues dicha exclusión teramericana de Derechos Humanos establece que
solo procede contra actos que provengan de “El artículo 11 de la Convención prohíbe toda inje-
órganos estatales. rencia arbitraria o abusiva en la vida privada de las
personas, enunciando diversos ámbitos de la misma
CNCrim. y Correc., sala de feria A, 15/01/2015. - C. como la vida privada de sus familias, sus domicilios
Q., Á. G. s/ nulidad. o sus correspondencias”. Y que en ese sentido el fallo
de la Corte Interamericana de Derechos Humanos ha
[Cita on line: AR/JUR/108/2015] sostenido que: “el ámbito de la privacidad se carac-
2ª Instancia.- Buenos Aires, enero 15 de 2015. teriza por quedar exento o inmune a las invasiones o
agresiones abusivas o arbitrarias por parte de terce-
El doctor Lucini dijo: ros o de la autoridad pública” (“E. y otros Vs. B., rta.
06/07/2009).
El recurrente ha centrado sus agravios en que V.
C. compulsó los archivos digitales que tenía alma- El artículo 18 de la Constitución Nacional dispone
cenados en la memoria del aparato, de los cuales se la inviolabilidad de domicilio, la correspondencia
desprenderían las conductas que son objeto de esta epistolar y los papeles privados. No caben dudas res-
investigación, afectando así el derecho a la privacidad pecto a que dentro de esa enunciación quedan com-
contenido en los arts. 18, 19 y 33 de la Constitución prendidas también las comunicaciones de cualquier
Nacional, art. 12 de la Declaración Universal de Dere- tipo, sean correos electrónicos, llamados telefónicos
chos Humanos y art. 17, incs. 1 y 2 del Pacto Interna- o mensajes de texto, entre otros. Sobre ello práctica-
cional de Derechos Civiles y Políticos en función del mente no hay controversia jurisprudencial ni doctri-
art. 75, inc. 22, de la Carta Magna. naria.

privada de la persona en sus ámbitos más ínti- cuando el objeto fue dejado en un lugar de ac-
mos, “por lo que resulta difícil excluir a los regis- ceso público. Por ende, la actitud de quien lo en-
tros audiovisuales que un individuo conserva en cuentra y lo revisa en aras de identificar a su titu-
su computadora personal, sea en una memoria lar para reintegrarlo no resulta ilegítima, máxime
de almacenamiento (pendrive) o, como en este si se tiene en cuenta que el teléfono se hallaba en
supuesto, en un teléfono móvil”. El resguardo se su local y, por consiguiente eventualmente bajo
extiende a los objetos que se encuentran “dentro su égida (voto del Dr. Lucini) (2).
de la esfera de custodia de cada individuo” y que
contengan datos de su vida privada, reveladores 3) El acceso a los archivos del teléfono fue de
de su personalidad que desea preservar (1) (voto buena fue ya que se dirigía a tratar de identifi-
del Dr. Lucini). car al cliente que se lo olvidó y luego fue puesto
a disposición de la autoridad. Se destaca que el
2) Quien olvida sus pertenencias en la vía pú- teléfono perdido carecía de un chip de la com-
blica las coloca en una situación de exposición pañía telefónica, lo que posiblemente dificul-
a terceros que condiciona su expectativa de pri- taba aún más contactar al usuario. Y si bien el
vacidad. De esta manera, resulta difícil sostener artículo 2534 del CC dispone que el que hallare
la existencia de una invasión al ámbito privado una cosa perdida y no supiere la identidad de su
titular debe entregarlo al juez más cercano o a
(1) Cita en este sentido a la Sala II del TC de España: “si
la policía del lugar, lo cierto es que es usual que
no hay duda de que los datos personales relativos a una primero intente dar con su dueño y lo restituya,
persona individualmente considerados (...), están dentro
del ámbito de la intimidad constitucionalmente protegi-
do, menos aún puede haberla de que el cúmulo de la in- (2) Invoca jurisprudencia extranjera según la cual la
formación que se almacena por su titular en un ordenador persona tiene una expectativa de privacidad respecto de
personal, entre otros datos sobre su vida privada y profe- los bienes que tiene dentro de su domicilio (CS de EE.UU.,
sional (en forma de documentos, carpetas, fotografías, vi- “Payton v. New York, 445 US 573, citado en “La investiga-
deos etc.) -por lo que sus funciones podrían equipararse ción penal y las garantías constitucionales, Ricardo Matías
a los de una agenda electrónica-, no sólo forma parte del Pinto, Ed. La Rocca, Buenos Aires, 2009, p. 232), aclarando
mismo ámbito, sino que además a través de su observa- el magistrado que el vocablo “domicilio” que allí se utiliza
ción por los demás pueden descubrirse aspectos de la es- debe ser entendido como la esfera de custodia o ámbito
fera más íntima del ser humano” (S. 173 del 7/11/2011). inmediato de protección.

194 • Derecho Penal y Criminología - AÑO v • Nº 07 • AGOSTO 2015


DPyC Maximiliano Hairabedián

No obstante, en los casos “F.”, “A. “ y “F. P. “ de la Cor- privada, reveladores de su personalidad que desea
te Suprema de Justicia de la Nación, y “K. “ y “L. “ de preservar.
la Cámara Federal de Casación Penal, se advierte una
postura cautelosa tendiente a evitar una extensión de En este sentido la Sala II del Tribunal Constitu-
esa protección más allá de la letra de la norma. cional de España ha entendido que “si no hay duda
de que los datos personales relativos a una persona
Ante la razonabilidad de su aplicación entonces, individualmente considerados (...), están dentro del
corresponde determinar ahora en qué circunstancias ámbito de la intimidad constitucionalmente prote-
los archivos multimedia pueden ser objeto de la tute- gido, menos aún puede haberla de que el cúmulo
la que establece nuestra Carta Magna. de la información que se almacena por su titular en
Así es evidente que la protección otorgada tiene un ordenador personal, entre otros datos sobre su
por finalidad garantizar el respeto a la vida privada vida privada y profesional (en forma de documen-
de la persona en sus ámbitos más íntimos, por lo que tos, carpetas, fotografías, videos etc.) -por lo que sus
resulta difícil excluir a los registros audiovisuales que funciones podrían equipararse a los de una agenda
un individuo conserva en su computadora personal, electrónica-, no sólo forma parte del mismo ámbito,
sea en una memoria de almacenamiento (pendrive) sino que además a través de su observación por los
o, como en este supuesto, en un teléfono móvil. demás pueden descubrirse aspectos de la esfera más
íntima del ser humano.” (Sentencia 173/2011, del
El avance de la tecnología y el desarrollo de los 7/11/2011).
medios de comunicación obligan necesariamente a
extender el resguardo a todos aquéllos objetos que Partiendo de tal premisa, debe analizarse si la in-
se encuentran “dentro de la esfera de custodia de tromisión de T. V. C. en el teléfono de C. Q. resultó o
cada individuo” y que contengan datos de su vida no ilegítima y si, por lo tanto, la denuncia que radica-

para lo cual obviamente antes debe examinarlo En síntesis, la información que el Estado ob-
(voto del Dr. Lucini). En consecuencia, no hubo tenga de un particular en situación como la aquí
injerencia arbitraria o abusiva en la vida privada estudiada no puede ser excluida como indicio
del imputado porque la revisión del equipo tuvo válido para iniciar un proceso penal y, en conse-
como finalidad “concretar el reintegro”, mediante cuencia, no advirtiéndose una violación a las ga-
la comparación de “alguna fotografía que pudie- rantías consagradas en nuestra Constitución Na-
ra contener el dispositivo con aquellas personas” cional, votó por homologar la decisión recurrida.
que estuvieron en el local, identificando así a una
persona que aparecía en las fotos (voto del Dr. 5) Se trata de una imputación grave por abu-
Cicciaro) (3). so sexual en perjuicio de un menor. “Sucesos de
tales características evocan las disposiciones de
4) Tratándose de un acto de un particular, no la Convención sobre los Derechos del Niño, cuya
se aplican las reglas de exclusión probatoria (4). aplicación cabe a las autoridades judiciales (arts.
6, 16, 19 y concordantes)” (voto del Dr. Cicciaro).
III. ¿Prueba lícita o ilícita?
(3) Valoró que en menos de 24 horas se constituyera en La primera cuestión que plantea el análisis del
una comisaría para dar cuenta de tal hallazgo, evidencian- caso es si la actitud del dueño del local comercial
do “un prudente y razonable proceder, de modo que pue-
de inferirse su buena fe, pues como lo ha sostenido nues-
de hurgar los archivos del teléfono móvil olvi-
tra Corte Federal ya en el siglo XIX (1871), “es también un dado por un cliente constituye una intromisión
principio de derecho que todo hombre se reputa bueno, en la esfera de privacidad. En el fallo que se co-
mientras no se le pruebe lo contrario” (Fallos: 10:338, cita- menta no aparece una respuesta acabada. Por un
do en Fallos: 321:3630)”. lado, se acepta que la protección constitucional
(4) Se citan fallos de Estados Unidos y el texto del prece- se extiende al contenido de las comunicaciones
dente local sosteniendo que “las reglas de exclusión de la electrónicas, computadoras, celulares, etc. Al
prueba ilegalmente obtenida buscan evitar que el Estado mismo tiempo, se concluye que con el fisgoneo
se beneficie, o eventualmente construya sus sentencias,
como consecuencia de un acto que los funcionarios hayan
del teléfono no hubo invasión indebida al ámbito
desplegado transgrediendo las normas” (CSJN., “C. H.”, Fa- de reserva, o que “resulta difícil” sostenerla. Por
llos, 46:36; “M., L.” Fallos: 303:1938). otra parte, fundan la validez en tres conocidas

AÑO v • Nº 07 • agosto 2015 - Derecho Penal y Criminología • 195


DPyC Derecho Procesal NOTA A FALLO

ra como consecuencia del contenido de los videos allí En este aspecto, A. C. enseña que para que el ám-
contenidos puede ser admitida en el proceso. bito de privacidad sea digno de tutela, será necesario
por un lado que el individuo se haya comportado de
A diferencia de lo sostenido por el juez de la ante- manera tal de exhibir un interés en mantenerlo; al
rior instancia, entiendo que el imputado no renunció tiempo que la expectativa de privacidad deberá ser
a su expectativa de privacidad por el solo hecho de una que el Estado esté dispuesto a reconocer como
haber olvidado el teléfono en el comercio de la de- razonable (Garantías constitucionales en el proceso
nunciante. penal, ed. Hammurabi, pág. 438).
El Diccionario de la Real Academia Española defi- Resulta difícil sostener la existencia de una inva-
ne la renuncia como la “dimisión o dejación volunta- sión al ámbito privado cuando el objeto fue dejado en
ria de algo que se posee, o del derecho a ello”. un lugar de acceso público.
No caben dudas que quien olvida sus pertenencias La actitud de quien lo encuentra y lo revisa en aras
en la vía pública no las está abandonando voluntaria- de identificar a su titular para reintegrarlo no resulta
mente, aunque sí las coloca en una situación de expo- ilegítima, máxime si se tiene en cuenta que el teléfono
sición frente a terceros que condiciona su expectativa se hallaba en su local de comidas y, por consiguiente
de privacidad. eventualmente bajo su égida.
En definitiva, doy por sentado que la renuncia im- En este aspecto, la jurisprudencia norteamericana
plica un acto voluntario que no se verifica en el legajo ha entendido que la persona tiene una expectativa de
y que haber dejado por descuido el objeto en un lugar privacidad respecto de los bienes que tiene dentro de
de acceso público relativiza el nivel de protección que su domicilio (United States Supreme Court, “Payton
la normativa privilegia. v. New York, 445 US 573, citado en “La investigación

excepciones a las exclusiones probatorias, como rias se contraponen a la admisibilidad o la valo-


son la prueba ilícita obtenida por particulares, la ración. En cuanto a los de orden axiológico, no
buena fe y el principio de proporcionalidad. Esto hay dudas de que una acción inmoral o contraria
de alguna manera encierra alguna debilidad en a la ética lo es tanto si la lleva a cabo el Estado por
el razonamiento. Porque si la conducta de hurgar medio de sus agentes durante la investigación o
el celular encontrado no constituyó una vulnera- si la comete una persona ajena a las agencias
ción al derecho a la intimidad del que lo perdió, penales. Hay una diferencia: ciertos ilícitos son
era innecesario aplicar o argumentar sobre la base más graves o cuestionables si los ejecuta quien
de tales excepciones. Precisamente, éstas versan tiene el deber de defender la ley, pero el disvalor
sobre situaciones en las que frente a una prueba subsiste. Y si la regla de exclusión está inspirada
obtenida en infracción a garantías constituciona- en que la justicia no puede basar sus decisiones
les, se admite que éstas o sus derivaciones sean en actos contrarios a la Constitución y las leyes
valoradas (5). En otras palabras, si no hay dudas ni aprovechar sus resultados, da lo mismo que
de la legalidad, no hace falta aplicar las limitacio- la génesis del proceso haya estado viciada por
nes a la doctrina de los frutos del árbol venenoso. el actuar contrario a derecho de un particular o
un funcionario. Ejemplo, si una persona sufre un
IV. La infracción constitucional privada robo, le da una golpiza a un sospechoso que con-
fiesa e indica dónde escondió las cosas sustraí-
Como lo indica el fallo que se anota, la juris- das y lo denuncia, la validez del procedimiento
prudencia norteamericana registra numerosos consiguiente no parece diferir demasiado para la
precedentes que se pronuncian por la no exclu- hipótesis de que el golpeador haya sido un poli-
sión de la prueba ilícita cuando ha sido obtenida cía. Y sin embargo, este último caso es de manual
por particulares. para la doctrina de los frutos del árbol venenoso.
No compartimos esa posición porque los argu- Si nos atenemos al fundamento preventivo
mentos que justifican las prohibiciones probato- o disuasorio, según el cual hay que dotar de in-
eficacia a la prueba ilícita y sus derivadas por
(5) Hairabedián, Maximiliano, Eficacia de la prueba ilí-
la necesidad de evitar la obtención de pruebas
cita y sus derivadas en el proceso penal, Ad Hoc, 2da. Ed., por fuera de la ley, esto es tan aplicable para los
Buenos Aires, 2010. dependientes del Estado, sean de las fuerzas de

196 • Derecho Penal y Criminología - AÑO v • Nº 07 • AGOSTO 2015


DPyC Maximiliano Hairabedián

penal y las garantías constitucionales, Ricardo Matías lo que posiblemente dificultaba aún más contactar
Pinto, Ed. La Rocca, Buenos Aires, 2009, pág. 232), a su usuario.
postura que comparto aunque con la aclaración que
el vocablo “domicilio” que allí se utiliza, debe ser en- Ante ese panorama es posible afirmar que el acceso
tendido como la esfera de custodia o ámbito inmedia- a los archivos de fotos y videos se presume de buena
to de protección. fe y sólo para determinar si conocía al propietario. De
otra manera no lo hubiese luego puesto a disposición
En el contexto en análisis un tercero accedió a la de la autoridad, sino que se habría apoderado del ob-
información, con la única finalidad aparente de indi- jeto.
vidualizar a su dueño, ya que una vez que ese objeti-
vo se interrumpió por el hallazgo que lo sorprendió, Resta determinar si el Estado puede utilizar la no-
concurrió a la prevención en un lapso prudente e hizo vedad que el particular puso en su conocimiento para
entrega del celular. dar inicio a una investigación criminal.
En tal sentido debe recordarse que las reglas de
Cabe recordar que si bien el artículo 2534 del Cód. exclusión de la prueba ilegalmente obtenida buscan
Civil dispone que el que hallare una cosa perdida y evitar que el Estado se beneficie, o eventualmente
no supiere la identidad de su titular debe entregar- construya sus sentencias, como consecuencia de un
lo al juez más cercano o a la policía del lugar, pero acto que los funcionarios hayan desplegado transgre-
lo cierto es que es usual que sea el particular quien diendo las normas (Corte Suprema de Justicia de la
primero intente dar con su dueño y lo restituya, para Nación, “C. H.”, Fallos: 46:36; “M., L.” Fallos: 303:1938).
lo cual obviamente debe previamente examinarlo.
Además, el teléfono olvidado por C. Q. carecía de De tal manera, no es nula la actuación de un par-
un chip de una compañía prestataria de servicios, ticular que no interviene como funcionario, en tanto

seguridad o de los órganos judiciales, como para en la actividad de persecución (7). Inclusive la
los particulares. Al igual que ocurre con las moti- valoración de evidencias tomadas ilegalmente
vaciones valorativas, quizás haya una diferencia por particulares puede constituir un atajo o in-
de grado, porque aquellos que tienen la tarea de vitación para que los agentes estatales utilicen a
investigar pueden encontrarse con más posibili- terceros en la adquisición de pruebas mediante
dades de desbordes de la legalidad o porque es mecanismos vedados, y así lograr ingresarlos al
más grave que cometan delitos o irregularidades proceso. Es decir que, aun para quienes argu-
en la recolección oficial de la prueba penal. mentan que la disuasión únicamente importa
en la medida que esté dirigida a las fuerzas po-
Algunos fenómenos actuales requieren espe- liciales, resulta difícil justificar la no aplicación
cial atención por las formas en que ciertos sec- de las exclusiones probatorias para los actos
tores no gubernamentales obtienen pruebas. privados.
Actividades de la prensa, de empresas en cada
vez mayor y más exigente carrera competitiva,
el creciente comercio de la seguridad (6), los
modernos artefactos de intromisión en la inti- (7) En suma, la evolución de la tecnología presenta
midad a disposición de cualquiera, han adquiri- serios desafíos para el derecho a la intimidad. Como se
advertía hace varias décadas, “No parece que el progreso
do en los últimos tiempos un gran poder de vul-
de la ciencia para proveer al gobierno con medios de es-
neración de derechos, cuyos frutos no deberían pionaje vaya a detenerse con la grabación sobre alambre.
ser utilizados por los tribunales por idénticos Algún día podrán desarrollarse medios por los cuales el
motivos que llevan a despreciar los igualmen- Estado, sin sacar papeles de cajones secretos, podrá repro-
te logrados de manera irregular por el Estado ducirlos ante un tribunal, y por medio de los cuales estará
capacitado para exponer ante un jurado los más íntimos
sucesos de un hogar. El avance en la física y las ciencias
relacionadas con ella podrá traer medios para explorar las
(6) La doctrina norteamericana observa con razón que convicciones no expresadas, pensamiento y emociones.
actualmente las agencias de seguridad privadas suplan- Eso pone la libertad de cada hombre en las manos de cual-
tan a la policía pública, por lo cual también deberían ser quier funcionario insignificante” (CS EE.UU., voto del juez
objeto de disuasión (La Fave, Wayne-Israel, Jerold, Crimi- Brandeis en “Olmstead vs. US”, 277 US, 438, 474, citado por
nal procedure, 2nd. Ed., West Publishing Co., Minnesota, D’Alessio, Andrés, Privacidad y progreso tecnológico, Re-
1992, p. 118). vista Lexis Nexis N° 7/2007, p. 1267).

AÑO v • Nº 07 • agosto 2015 - Derecho Penal y Criminología • 197


DPyC Derecho Procesal NOTA A FALLO

las garantías constitucionales, en principio, tienen ob. cit. Pág. 233, en la que se citó: “United States v. Mi-
como fin proteger al imputado frente al poder estatal. llar, 425 US 435).
Por ello, la exclusión de la prueba obtenida ilegítima-
mente sólo procede contra actos que provengan de En síntesis, la información que el Estado obtenga
órganos estatales. En ese aspecto se sostiene que “la de un particular en situación como la aquí estudiada
regla de exclusión probatoria requiere que la eviden- no puede ser excluida como indicio válido para ini-
cia obtenida sea la consecuencia directa o indirecta ciar un proceso penal y, en consecuencia, no advir-
de la violación por parte del gobierno a las enmien- tiéndose una violación a las garantías consagradas en
das cuarta, quinta y sexta de la Constitución” (Cor- nuestra Constitución Nacional, voto por homologar la
te Suprema de los Estados Unidos, fallos: “Weeks v. decisión recurrida.
U.S”, 232 U.S. 383, 398 1914-; “Mapp v. Ohio”, 367 U.S.
643, 654 -1961-, citado en C.C.C., Sala VI, causa nro. El doctor Cicciaro dijo:
1259/2012 “G. , R. N.”, rta. 03/10/2012, entre otras). Con arreglo a la propuesta formulada por el doctor
Lucini, el rechazo del planteo de nulidad debe con-
En la misma línea se dijo “la Corte Suprema nortea-
firmarse.
mericana ha sostenido que la cuarta enmienda cons-
titucional no se aplica a registros, aun cuando sean El caso reporta circunstancias particulares que
irrazonables, que son practicados por un individuo conducen a desechar cualquier afectación a la inti-
particular que no actúa como un agente del gobierno. midad o privacidad (arts. 18 y 19 de la Constitución
De esta manera no puede presentar una afectación Nacional) y, de igual modo, no se ha verificado una
a las garantías constitucionales, y por ello no puede injerencia arbitraria o abusiva en la vida privada del
ocurrir un caso de exclusión de la prueba, por ser el imputado A. G. C. Q. (art. 11 de la Convención Ameri-
producto de un acto gubernamental ilegal” (“Pinto...”, cana sobre Derechos Humanos).

En un caso con similitudes al que nos ocupa, la V. La buena fe


Cámara Federal de La Plata (8) sostuvo la inefi-
cacia probatoria de un secuestro de documenta- La excepción de la “buena fe” consiste en la
ción delictiva que se hallaba dentro de un maletín posibilidad de valorar pruebas contrapuestas a
apropiado indebidamente por un particular. El principios constitucionales si fueron obtenidas
portafolio había sido olvidado en un domicilio y sin intención de quebrar la ley, generalmente
el morador lo abrió y revisó, observando que entre por error o ignorancia de hecho. Fue creada con
los papeles había instrumentos falsos, que basa- ese nombre por la Corte Suprema de Estados
ron una denuncia. Al revocar el procesamiento, Unidos (9) al argumentar que “la regla está im-
el tribunal de apelaciones descalificó la prueba puesta para disuadir conductas de la policía que
obtenida por la ilegitimidad de su origen y todas deniegan a los acusados sus derechos constitu-
sus consecuencias necesarias. Para ello, cues- cionales. Donde la policía actúa de buena fe, el
tionó puntualmente la conducta que derivó en propósito de la fuerza de disuasión no tiene apli-
la noticia criminis, distinguiendo claramente los cación”.
actos del Estado en la investigación penal y de De otro costado, la aplicación de la excepción
los particulares. La Alzada consideró que la re- tampoco es incompatible con el fundamento éti-
glamentación procesal de los intereses constitu- co de las exclusiones probatorias, porque donde
cionales en juego, al establecer el modo, tiempo, no hay mala fe generalmente no aparece afecta-
circunstancias, guarda y preservación de los efec- do el valor ético del sistema.
tos incautados y además las personas facultadas a
registrarlos y secuestrarlos, no permite a los par-
ticulares semejante injerencia en la privacidad.
(9) “US v. Leon”, 468 US 897, 104 S. Ct. 3405 1984. Tam-
bién “Arizona v. Evans” (NDP 1996-A-345), cuando se con-
validó un procedimiento en el que la policía interceptó a
(8) Sala III, 25/9/2001, L.L., Supl. Penal, diciembre 2001 una persona que conducía en contramano, sobre la cual
con nota a favor de Lino Palacio, “Un fallo ejemplar sobre la computadora informaba erróneamente que estaba vi-
la regla de exclusión probatoria en materia penal”, ps. 1 a gente una orden de detención. Al esposarlo, se le cayó un
6. También en Nueva Doctrina Penal 2001-B, con comen- cigarrillo armado manualmente que olía a marihuana.
tario favorable del autor, “La prueba obtenida ilícitamente Requisado el automóvil, le encontraron una bolsa de esta
por particulares”, ps. 663 y ss. sustancia debajo de su asiento.

198 • Derecho Penal y Criminología - AÑO v • Nº 07 • AGOSTO 2015


DPyC Maximiliano Hairabedián

Debe puntualizarse en ese orden que el teléfono ner avisos de treinta en treinta días”; como tampoco
celular fue dejado -olvidado o no- en un lugar que podría achacársele que no examinara el teléfono de
oficia como sitio de comidas al que accede pública- modo tal que esquivara -conocimientos especiales
mente cualquier persona (fs. 1 y 9). mediante- cualquier dato o contenido que pudiera
invadir la intimidad o privacidad de quien lo utili-
Como indica la experiencia común -uno de los sus- zaba.
tratos de la sana crítica-, es habitual en la vida cotidia-
na el hallazgo de dispositivos de tal naturaleza, sean No otro móvil que el de concretar el reintegro del
perdidos o previamente sustraídos, como también lo aparato se desprende de su conducta y una de las ma-
es que quien encuentra un teléfono en tales circuns- neras dirigidas a tal fin, razonablemente -el aparato
tancias pretenda devolverlo. carecía de chip-, consistía en comparar alguna foto-
grafía que pudiera contener el dispositivo con aque-
T. V. C. es quien explota el lugar y luego de que se llas personas que en la mañana del 16 de enero de
retirara el sujeto que adquiriera comida, encontró el 2014 se habían constituido en su local. Precisamente,
teléfono. Aquélla se trata de una persona de naciona- a fs. 9 vta. dijo haber visto a una persona “en las fotos”.
lidad ....., de 32 años de edad y que reside en el país
desde hace tres años. Debe recordarse que ningún proceso penal se ha-
bía iniciado y que evidentemente lo que ocurrió fue
Harto improbable es que, al tiempo del hallazgo, un hallazgo de las imágenes involucradas, extremo
conociera las disposiciones del art. 2534 del Cód. éste que concita cierto parecido con la situación que
Civil, que reza: “Si el que hallare la cosa no supiese emerge de la autorización prevista en el art. 224 in fine
quién era el dueño, deberá entregarla al juez más in- del Código Procesal Penal en ocasión de un registro
mediato, o a la policía del lugar, los que deberán po- domiciliario.

En el orden local distintos fallos nacionales VI. El principio de proporcionalidad


parecen aceptar implícitamente el argumento,
como ocurrió cuando la Corte en su anterior in- Este principio ha tenido mayor influencia en
tegración ratificó el valor de un secuestro de dro- Europa continental que entre nosotros (13). Su-
gas efectuado en un domicilio al que se entró con pedita la aplicación de la exclusión a la relación
orden de un juez municipal de faltas sin jurisdic- de importancia y gravedad que tengan el acto ile-
ción, porque se desconocía tal situación (10); o gal y las consecuencias negativas de su eventual
al convalidarse un allanamiento y secuestro de ineficacia (p. ej., en un allanamiento ilegal sin or-
droga efectuados en el interior de una pensión den se secuestraron bombas y se desbarata una
en una de sus unidades habitacionales que no célula terrorista y, de excluir la prueba, se deri-
estaba especificada en la orden, porque se igno- varía la impunidad de los autores). Básicamen-
raba esa división interna (11); o cuando se recha-
zó nulificar una orden de allanamiento en la que (13) Sin llegar a aceptarlo como medio convalidante de
se consignó un domicilio distinto al allanado, prueba ilícita, nuestra Corte ha admitido que la gravedad
pero se debía a un error material (12). del hecho es un factor a tener en cuenta para ponderar una
nulidad “La sentencia que declaró la nulidad no cuenta
con fundamentos mínimos suficientes y, por lo tanto, obs-
(10) CSJN., 19/5/1992, Fallos, 315:1043, “Torres y Ra- tan a su calificación como acto judicial válido en los térmi-
suk”, 19/5/1992. nos de la doctrina de la arbitrariedad. Máxime si se tiene
en cuenta la magnitud del delito investigado en la que ha
(11) CFed. Apel., Cba., A. 29/3/1999, “Bontá Morales”; sido llamada la causa más compleja de la historia judicial
CApel. y Garantías. San Isidro, Sala II, 16/3/2004, Revista de del país con 85 muertos y 120 lesionados. Desde ya que
Derecho Penal y Procesal Penal Nº 4/06, Lexis Nexis, p. 732. dicha magnitud —obvio es decirlo— no debe ser entendi-
(12) TSJCba., Sent. N° 119 del 26/12/2001 en “Martínez”. da en modo alguno como salvoconducto para vulnerar los
En similar sentido, CNCP., Sala III, reg. 147, 23/4/1998, derechos de los imputados. Sin embargo ello no autoriza
“Ramírez de Núñez”. Igualmente la jurisprudencia espa- a descartar con ligereza parte de las pruebas acumuladas,
ñola, al sostener que el cambio de denominación de un sin que a su respecto se hubiera comprobado violación de
barco y del pabellón intencionalmente, no invalida el auto garantía constitucional alguna, puesto que, en el caso, la
de abordaje y registro ya que dicha circunstancia no podía extrema gravedad de los hechos así como su repercusión y
ser adivinado por los funcionarios de las fuerzas y cuerpos desgraciadas consecuencias, imponen el mayor de los es-
de seguridad españolas, que, así, actuaron de buena fe con fuerzos en la recolección de evidencias en pos de arribar a
los datos que tenían (TSE., S. 4967, Res. 801, 23/9/2010). la verdad material” (CSJN., 27/5/2009, “Telleldín”).

AÑO v • Nº 07 • agosto 2015 - Derecho Penal y Criminología • 199


DPyC Derecho Procesal NOTA A FALLO

Por lo demás, el hecho de que en menos de 24 ho- la medida en que se trata de la documentación de un
ras se constituyera en una comisaría para dar cuenta hecho histórico acaecido, en el marco del criterio de
de tal hallazgo, evidencia un prudente y razonable no taxatividad de los medios de prueba (CFCP, Sala
proceder -al cabo, paradojalmente, satisfizo aquello IV, causas números 847, “W. , C. “, del 30/10/1998 y
que manda la norma civil aludida-, de modo que pue- 1390, “P., D.”, del 07/09/1999; en igual sentido, de la
de inferirse su buena fe, pues como lo ha sostenido Sala VII de esta Cámara, causa N° 27.283, “G., N.”, del
nuestra Corte Federal ya en el siglo XIX (1871), “...es 20/09/2005).
también un principio de derecho que todo hombre se
reputa bueno, mientras no se le pruebe lo contrario” A mayor abundamiento, debe apuntarse que se
(Fallos: 10:338, citado en Fallos: 321:3630). está en presencia de una gravosa imputación, según
la cual C. Q. habría obligado reiteradamente a un me-
Como podrá verse, V. C. no se ha quedado con el nor de seis años de edad a practicarle sexo oral apro-
teléfono ni se advierte que su conducta se hubiera en- vechando la situación de convivencia preexistente,
caminado a conocer datos de la vida privada de una práctica que era filmada.
persona a la que, a la sazón, no conocía.
Sucesos de tales características evocan las disposi-
La denunciante no reviste la condición de funcionaria ciones de la Convención sobre los Derechos del Niño,
pública. En torno a la prueba aportada por particulares, cuya aplicación cabe a las autoridades judiciales
en base a un texto constitucional análogo, “la jurispru- (arts. 6, 16, 19 y concordantes) -de la Sala VII de esta
dencia norteamericana ha considerado que cuando Cámara, causa N° 41.024, “O., C.”, del 31/05/2011-.
un ciudadano privado entrega pruebas de un delito a
un oficial de policía, no se entiende que la prueba esté Por ello y de conformidad con lo dictaminado oral-
manchada de ilegalidad, y tradicionalmente se la ha juz- mente por el Ministerio Público Fiscal en la audien-
gado admisible ante el Tribunal” (Corwin, E.S., La Cons- cia, debe confirmarse lo resuelto.
titución de los Estados Unidos y su significado actual,
Editorial Fraterna, Buenos Aires, 1987, p. 463). En consecuencia, esta Sala resuelve: Confirmar
el auto documentado a fs. 6/9 de este incidente, en
Igual orientación ha seguido nuestra jurispruden- cuanto fue materia de recurso. Devuélvase y sirva lo
cia al respecto, en el sentido de que las grabaciones proveído de atenta nota de envío. — Juan E. Cicciaro.
constituyen prueba documental, de suyo válidas, en — Julio M. Lucini.

te, no se aceptan las prohibiciones probatorias opinión de Walder, en el sentido de que “se debe
cuando el hecho objeto del proceso sea grave, la examinar caso a caso si la violación legal es tan
infracción constitucional probatoria leve y una grave que no permite utilizar la prueba obtenida
eventual exclusión conduzca a la impunidad del ilegalmente, para cuya determinación hay que
caso. ponderar los intereses y los derechos en juego”.
Un aspecto importante de este caso es que fija
En la jurisprudencia alemana, el principio de una pauta para establecer objetivamente cuándo
proporcionalidad se limita “a situaciones excep- una infracción constitucional puede ser tolera-
cionales e inusuales, siempre que, la admisión da, tomando en cuenta si la medida probatoria
de la prueba ilícita constituya el único camino viciada es de las que puede ser dispuesta con or-
posible y razonable para proteger otros valores den judicial, como ocurre con los registros domi-
fundamentales y más urgentes”; “importa un ciliarios, a diferencia de una confesión forzada.
examen entre el medio empleado y la finalidad a Es decir, se está refiriendo a aquellos derechos y
la cual se tiende, de forma que, la prueba obteni- garantías constitucionales que no son absolutos
da por medios inconstitucionales será admisible porque admiten su quebrantamiento mediando
cuando consista en el único medio de evitar un ciertos requisitos (p. ej., el secreto de las comuni-
desastre de grandes proporciones”(14). Adhiere caciones o la inviolabilidad del domicilio), sobre
a este principio el Tribunal Federal de Casación los cuales el proceso penal ofrece una “protec-
Penal suizo, que en el caso “Schenk”(15) siguió la

dividido y sin entrar a considerar la admisión de la prueba


(14) Cfr. Minvielle, Bernardette, “La prueba ilícita en el cuestionada -empleo de grabación particular de conver-
derecho procesal penal”, Lerner, Córdoba, 1987, ps. 106 y saciones sobre el planeamiento de un asesinato por en-
107. cargo-, entendió que la condena se había dictado tras un
(15) Confirmado por el TEDH -12/7/1988- que en fallo proceso globalmente justo.

200 • Derecho Penal y Criminología - AÑO v • Nº 07 • AGOSTO 2015


DPyC Maximiliano Hairabedián

ción de segundo nivel”(16). No ocurre lo mismo que rodearon el caso, imponían la necesidad de
con otros derechos absolutos, como el de no ser convalidar el ingreso del personal policial al pre-
torturado. dio en las condiciones en que efectivamente se
produjo”(18).
En esta línea, un ejemplo de aplicación del
principio es el tratado por la jurisprudencia VII. Conclusiones
española, al considerar desproporcionado de-
clarar la nulidad de un registro en el que se se- Cuando el comerciante que encontró el celu-
cuestró un cargamento de hachís, por haberse lar se puso a examinar su contenido, incluyendo
practicado en las primeras horas de la noche en fotos y videos, indudablemente se metió en la es-
el marco de una orden sin la correspondiente fera de intimidad, desde que ésta protege aque-
habilitación (17). llos aspectos de la vida privada que las personas
tienen interés en preservar del acceso de otras.
La casación nacional efectuó consideraciones En este sentido, actualmente un teléfono celular
pertinentes para resolver un caso en que policías es un gran contenedor de elementos de la pri-
recibieron una llamada anónima anoticiando el vacidad: detalles de comunicaciones, agendas,
aterrizaje de una avioneta en zona rural con un mensajes, correos, fotos, videos, etc. Es cierto
cargamento de droga e ingresaron a un campo que las imágenes de un acto delictivo no gozan
cortando alambrados sin orden judicial, secues- del amparo de este derecho, porque son acciones
trando más de 400 kilogramos de droga. Sostuvo ilegales trascendentes que no pueden tener pro-
la sala interviniente que los magistrados actuan- tección legal, pero también lo es que difícilmente
tes omitieron ponderar los intereses en juego co- una casa, una computadora, un teléfono móvil o
rrespondientes al caso concreto al descalificar la un pendrive, sólo tengan este tipo de informa-
validez del procedimiento policial. Así, tuvieron ción. Si se escoge una herramienta que sólo per-
en cuenta que existía una mínima injerencia en mite detectar lo delictivo, sin ingresar a lo no de-
la expectativa de privacidad del imputado que lictivo, sería más fácil su justificación (19), pero
supone el ingreso a un predio rural de grandes normalmente no sucede así.
dimensiones ubicado en una zona inhóspita,
cuya titularidad siquiera le pertenecía; y que no Entonces, puede sonar forzado decir que fue
resulta idéntica la expectativa de privacidad que conforme a derecho la revisación del celular por-
se puede presuponer respecto de una morada,
casa o local, que en el marco de un terreno rural (18) CNCP., Sala III, 2/8/2011, causa 13.132, “Mansi-
de grandes dimensiones. También tuvo en cuen- lla”. La sala IV implícitamente parece dispuesta a admitir,
ta particularmente que se trataba de un caso vin- el principio de proporcionalidad, toda vez que cuando
invalidó el resultado de un allanamiento durante el cual
culado con el tráfico de drogas, donde el Estado los moradores fueron obligados a permanecer reducidos
Argentino ha asumido compromisos internacio- y encapuchados durante el procedimiento, advirtió que
nales por medio de la ley 24.072, al ratificar la “la exclusión de la prueba colectada en el procedimiento
Convención de Naciones Unidas contra el tráfico ilegal no puede evitarse por aplicación del ‘principio de
de estupefacientes y sustancias psicotrópicas, y proporcionalidad’, si se advierte fácilmente la despropor-
atendiendo al singular daño social que genera ción entre la magnitud de la vulneración a los derechos del
imputado y su mujer, frente a la ínfima cantidad de sustan-
la comisión de delitos análogos a los investiga- cia secuestrada” (136 grs. de marihuana) (C.N.C.P., Sala IV,
dos, como así también el notable y evidente cre- 11/9/2012, “V., N.F.”). A contrario sensu, podría interpre-
cimiento de tales actividades criminales, de una tarse que otra hubiese sido la solución si la droga hallada
actualidad y extrema potencialidad lesiva para el fuese significativa.
cuerpo social, por lo que consideraron “que un (19) Aun así la solución no es pacífica. La Corte Supre-
adecuado análisis de todas las circunstancias ma de Estados Unidos en fallo dividido consideró poten-
cialmente peligrosa para la intimidad, por uso de tecno-
logía, la práctica policial de emplear sobre una casa un
(16) Según la denominación que usa García, Luis en “La aparato de detección de radiación térmica, para saber si
intervención de las comunicaciones y otras telecomuni- adentro se utilizaban lámparas especiales para el cultivo
caciones”, Cuadernos de Doctrina y Jurisprudencia Penal, interior de la marihuana. Con ese resultado como funda-
Año III, N° 6, Ad Hoc, Buenos Aires, 1997, p. 417. mento, un juez ordenó el allanamiento, confirmándose la
(17) TSE., S. 867, 17/4/1993, cit. por Luzón Cuesta, José hipótesis de la investigación (11/6/2001, “Kyllo vs. U.S.”,
M., La prueba en el proceso penal derivada de la entrada y traducido en Pensamiento Penal y Criminológico Nº 7,
registro, Colex, Madrid, 2000, p. 81. Mediterránea, Córdoba, 2003).

AÑO v • Nº 07 • agosto 2015 - Derecho Penal y Criminología • 201


DPyC Derecho Procesal NOTA A FALLO

que el examinador que vio fotos y videos quería nen un alto grado de “generalidad”(22) por el
encontrar al titular en esas imágenes para ayu- bajo nivel de “determinabilidad de los casos de
darlo en la recuperación del equipo. Al menos es aplicación”(23).
dudosa la finalidad altruista, ya que no puede sa-
berse si la inspección de las imágenes era idónea La jurisprudencia alemana ha brindado un cri-
para devolver el celular y ni siquiera se había es- terio referido a la ponderación, cuando sostiene
perado un tiempo prudencial a que el olvidadizo que “sólo derechos fundamentales de terceros
cliente apareciera a buscar su equipo extraviado. que entren en colisión y otros valores jurídicos de
rango constitucional están —en vista de la unidad
No resulta de recibo sostener que el comer- de la Constitución y de todo el orden de valores
ciante actuó conforme a derecho porque el celu- protegido por ella— excepcionalmente en condi-
lar estaba en su negocio y no en poder del dueño ciones de restringir en algunas relaciones hasta
o porque era un particular y no un policía, ya que los derechos fundamentales ilimitables”(24).
las personas no pierden su derecho a la intimi-
dad sobre los elementos que no están a su alcan- Para resolver la crisis de principios, fundamen-
ce y no fueron voluntariamente abandonados (v. tal es establecer “cuál disposición constitucional
gr., la basura). tiene un peso mayor para la cuestión que concre-
tamente hay que decidir” ya que “la norma más
Quizá podría haberse intentado una argumen- débil puede ser desplazada sólo en la medida en
tación en contra de la antijuridicidad con base en que ello parezca necesario desde el punto de vis-
la legítima defensa de un tercero (CP., 34 inc. 7°), ta lógico y sistemático”(25).
pero igualmente hubiese tropezado con dificul-
tades, como el hecho de que al ponerse a ver el En la temática que nos ocupa, la aplicación del
celular ajeno, el que lo hacía no estaba en cono- principio expuesto aparece más clara y simple,
cimiento del peligro que se cernía sobre el menor. porque cuando de minoridad se trata, el sistema
legal supranacional establece expresamente el
La solución a favor de la convalidación del interés que debe prevalecer.
caso encuentra su mejor apoyo en la aplicación
del principio de proporcionalidad como excep- En nuestra legislación constitucional el criterio
ción a la exclusión probatoria, aspecto que desli- de proporcionalidad requerirá analizar el interés
za o toca uno de los fundamentos contenidos en del menor, en los términos de la Convención so-
el fallo analizado. bre los Derechos del Niño, por cuanto dicho tra-
tado internacional incorporado a nuestra carta
En el caso que nos ocupa claramente hay co- magna con la reforma de 1994 establece que en
lisión de intereses del mismo origen normativo: todas las medidas que se tomen concernientes a
el derecho a la intimidad del dueño del celular los niños, su “interés superior” deberá ser siem-
frente a la preservación de un niño víctima de pre una “consideración primordial a que se aten-
un delito atroz y la represión del culpable. “Se derá” (art. 3 inc. 1º). Esto implica que “el estándar
necesita pues la búsqueda de una solución su- jurídico del interés superior del niño representa-
peradora, porque cuando dos principios entran rá la valoración prevaleciente en la especie a de-
en colisión (...) uno de los dos principios tienen cidir, con alcances particulares”(26).
que ceder”(20). Para ello es una herramienta
necesaria la utilización de este criterio, que re- Por aplicación de esta regla de interpretación,
sulta “en el fondo ya de la propia esencia de los la jurisprudencia ha sostenido que en el marco
derechos fundamentales”(21), ya que se aplica
frente a pugnas de idéntica jerarquía legal, en (22) Cfr. Raz, Christie, Hughes, Simonius, menc. por
general constitucionales, y cuando los principios Alexy, ob. cit., p. 83.
contrapuestos —a diferencia de las reglas— tie- (23) Cfr. Esser, cit. por Alexy, ob. cit., ps. 83 y 84.
(24) BVerfGE 28, 243 (261) menc. por Alexy, ob. cit., cit.,
(20) Cfr. Alexy, Robert, Teoría de los derechos funda- ps. 119 y 120.
mentales, Centro de Estudios Constitucionales, Madrid, (25) BVerfGE 28, 243 (261) menc. por Alexy, ob. cit.,
1993, ps. 88 y 89. ps. 119 y 120.
(21) TCFedAlemania, BVerfGE 19, 342 -348-, menc. por (26) D’Antonio, Daniel Hugo, Convención sobre los
Alexy, ob. cit., p. 112. Derechos del Niño, Astrea, 2001, p. 48.

202 • Derecho Penal y Criminología - AÑO v • Nº 07 • AGOSTO 2015


DPyC Maximiliano Hairabedián

de actuaciones sobre violencia familiar se debe el que aparece el portador tirándole una piedra
tener primordialmente en cuenta la Convención, a un cartel callejero, dañándolo, difícilmente se
“conforme a la cual las decisiones que se adopten hubiera sostenido la validez de la persecución
cuando haya menores involucrados deben con- penal.
sultar primordialmente su interés”(27) y que “la
tutela de los derechos del niño es factor primor- En suma, una vez que el examinador del telé-
dial de toda relación judicial”, por lo que “ante fono móvil se inmiscuyó en la intimidad ajena
cualquier conflicto de interés de igual rango, el y tomó conocimiento del crimen que se estaba
interés moral y material de los menores debe te- cometiendo, se imponía la denuncia ante la au-
ner prioridad sobre cualquier otra circunstancia, toridad para su protección. Primero hizo algo in-
y toda decisión debe estar inspirada en lo que debido (revisar) y luego lo correcto (denunciar).
resulte más conveniente para su protección”(28). Es que una vez desguarnecida la privacidad, la
disyuntiva generada por el descubrimiento se
Si en el caso tratado, el comerciante que en- inclinaba claramente hacia una dirección: si no
contró y revisó el celular, en vez de un abuso anoticiaba, un niño podría seguir siendo abusa-
sexual infantil, hubiese descubierto un video en do y un depravado continuaría suelto. Los bienes
en juego están bien delimitados y la superioridad
(27) CNCiv., Sala A, 28/5/96, DJ, 1997-I-228, menc. por de unos sobre otros también. Como dijo Einstein,
D’Antonio, ob. y p. cit. “el mundo es un lugar peligroso, no por aquellos
(28) CNCiv., Sala I, 31/5/95, JA, 1995-I-322, menc. por que hacen el mal, sino por aquellos que miran y
D’Antonio, ob. y p. cit. no hacen nada”. u

AÑO v • Nº 07 • agosto 2015 - Derecho Penal y Criminología • 203


Penal Tributario
DPyC Penal Tributario DOCTRINA

Reforma del Régimen Penal Tributario y ley penal más


benigna a la luz de las Resoluciones P.G.N. 5/12 y
1467/14
Por José Pablo Tumminello

Sumario: I. Introducción. — II. Conclusiones.

I. Introducción corresponde considerar cometidos los delitos de


evasión, apropiación y aprovechamiento de sub-
La reforma a la Ley Penal Tributaria efectua- sidios, entre otros cambios.
da por la ley 26.735, en cuanto elevó los montos
establecidos inicialmente en los tipos penales Para dar una muestra de tales incrementos to-
de evasión simple y agravada, aprovechamiento maremos el art. 1 del RPT de manera tal que para
indebido de subsidios entre otros, obliga necesa- caer en el tipo penal, o sea en la comisión del
riamente a una revisión de las condenas impues- delito de evasión simple, debía igualar o supe-
tas así como también a los procesos en trámite rarse el monto de cien mil pesos ($100.000) por
bajo la anterior norma, inexorablemente dando tributo y ejercicio anual. En cambio, a partir de la
como resultado el sobreseimiento del individuo. reforma, el umbral lo constituye la suma de cua-
trocientos mil pesos ($400.000). Y así podríamos
En el curso del presente artículo desarrollare- seguir con cada uno de los tipos penales modifi-
mos los argumentos tanto a favor como en contra cados, pero lo resumiremos diciendo que ha sido
de la aplicación retroactiva de la reforma. Pero elevado cada uno de los montos establecidos por
previniendo que nuestra convicción es que no los arts. 2, 3, 6, 7, 8 y 9.
existe reparo alguno en la aplicación de esta nor-
ma más beneficiosa en cuanto la misma obedece Posturas respecto de la aplicación retroactiva:
a un mandato constitucional, y no son atendibles
las valoraciones sobre la “actualización moneta- Por un lado encontramos a una parte de la
ria” efectuada por la reforma, sino que debemos doctrina que considera aplicable retroactiva-
atenernos al texto de la ley en cuanto resulta cla- mente la reforma.
ro y cognoscible e importa así, la desincrimina- Entre ellos podemos mencionar a Carlos Chia-
ción de aquellas conductas por debajo del piso ra Díaz y Enzo Finocchiaro, quienes estiman
monetario establecido en el tipo penal. que “...es incorrecto pretender que ese principio
Ello en tanto las modificaciones deben ser constitucional [aplicación retroactiva de la ley
aplicadas retroactivamente por imperio del art. 2 penal] quede supeditado a un cambio sustancial
del Código Penal, el art. 9 del Pacto de San José acerca de la consideración de dicho ilícito, supe-
de Costa Rica y el art. 15 del Pacto Internacional rando y/o desconociendo el nuevo ámbito ob-
de Derechos Civiles y Políticos —ambos con ran- jetivo previsto en la ley tributaria...” (1). Adhiere
go constitucional a partir de la reforma del año Mariano Juárez Goñi al decir que “...ni el Código
1994— en los términos del art. 75 inc. 22 de la Penal, ni los tratados internacionales, hacen nin-
Carta Magna nacional. gún distingo en cuanto a qué parte o concepto
de la ley penal puede ser aplicada retroactiva-
Reforma del Régimen Penal Tributario:
El 27 de diciembre del año 2011 fue promul-
gada la ley 26. 735, modificatoria del Régimen (1) CHIARA DÍAZ, Carlos A. Y FINOCCHIARO, Enzo,
Penal Tributario (en adelante RPT) establecido “Ley penal más benigna en el ámbito penal tributario”,
anteriormente por la ley 24.769. Esta reforma au- LA LEY 23/04/2013, 23/04/2013, 5; LA LEY 2013-C, 1 (AR/
mentó sustancialmente los montos por los que DOC/1160/2013, p. 4).

AÑO v • Nº 07 • agosto 2015 - Derecho Penal y Criminología • 207


DPyC Penal Tributario doctrina

mente y cual no...” (2). Coincidentemente, tanto punibilidad” (7) y por ello no permite aplicar la
para Flavia Irene Melzi, como para Gastón Vidal ley penal más benigna, porque hace a la tipici-
Quera (3) “...la modificación de la cuantía debe dad (8).
ser considerada a la luz del principio de ley penal
más benigna...” (4). Sin expedirse específicamente, Facundo Maggio
estima a la reforma como una actualización de
En el mismo camino y con un magistral análi- valores, especificando que “...el criterio adopta-
sis, Fernando Díaz Cantón expresa que: do por el legislador para el reajuste fue el tipo de
cambio en relación al dólar, el que resulta de mul-
“Si se trata de una situación de naturaleza per- tiplicar los montos que estaban vigentes por cua-
manente (régimen penal tributario, aduanero, tro... [y] resulta coherente manteniendo intacta la
ambiental, etc.), se debe aplicar siempre la ley pe- intención del legislador...” (9).
nal más benigna, sin excepción alguna, aunque
cambien algunas circunstancias, como el valor de El caso “Palero” (10):
la moneda. Si se trata de una situación de natura-
Este decisorio sirve de base a nuestra conside-
leza transitoria, es posible no aplicar la ley penal
ración, así como también de valoración negativa
más benigna, a no ser que se registre un cambio de
en los considerandos de la propia RPGN, por lo
valoración, como por ejemplo que se reconociera
cual creemos necesario brindarle un breve aná-
que la ley anterior era errónea” (5).
lisis expositivo.
Por su parte, Mario Villar considera en un óp-
En el año 2003, el Tribunal Oral Federal Nº 1
timo análisis que “la aplicación de la retroactivi-
de Mendoza condenó al Sr. Palero al considerar-
dad, de la ley más benigna en este caso no es la
lo autor del delito de apropiación indebida de
solución óptima, pero es teleológica y sistemáti-
recursos de la seguridad social. Posteriormente
camente correcta” (6).
fue reformada la ley Nº 24.769 por la ley 26.063,
Para otro sector de la doctrina, los efectos elevando la frontera de punibilidad del viejo ar-
de la reforma no son operativos de manera re- tículo 9º, de cinco mil pesos mensuales ($5.000)
troactiva. Juan Carlos Bonzón Rafart considera como mínimo a diez mil pesos ($10.000). Así, la
—efectuando un análisis estructural del tipo pe- conducta de Palero resultaba atípica por esa mo-
nal— que los montos modificados son parte de dificación.
las condiciones objetivas de punibilidad y que El Procurador General en ese entonces sostuvo
“no tienen nada que ver ni con la culpabilidad, que:
ni con la antijuridicidad; tienen que ver con la
“Si bien al momento de dictarse la sentencia
(2) JUÁREZ GOÑI, Mariano, “Ley penal más benigna. condenatoria...dichos importes resultaban sufi-
Resolución PGN Nº 5/2012 a la luz de fallos recientes”, IJ cientes para que su respectiva retención confi-
Editores, Revista de Derecho Tributario, 05?06?2014 (IJ/ gurara el delito previsto en el art. 9º de la ley Nº
LXXI/810, p. 6). 24.769, la reforma operada con la sanción de la
(3) VIDAL QUERA, Gastón, “Reformas a la Ley Penal Tri- Ley 26.063 es clara en cuanto a la exigencia que
butaria”, Sup. Esp. - Nuevo Régimen Penal Tributario 2012 dicha conducta ilícita implique la omisión de
(enero-febrero), 16/01/2012, 94 (AR/DOC/6728/2011, p.
1).
(4) MENZI, Flavia I. “Notas sobre la reforma a la Ley (7) BONZÓN RAFART, Juan C., IJ Editores, Revista Ar-
Penal Tributaria”, Sup. Esp. - Nuevo Régimen Penal gentina de Derecho Penal y Procesal Penal, 24/10/2012
Tributario 2012 (enero-febrero), 16/01/2012, 72 (AR/ (IJ-LXVI-365, p. 4).
DOC/6719/2011, p. 2). (8) BONZÓN RAFART, op. cit., p. 5.
(5) DIAZ CANTÓN, Fernando, “Reforma de la ley penal (9) MAGGIO, Facundo, “Reforma a la Ley Penal Tri-
tributaria y aplicación de la ley penal más benigna”, LA butaria y Previsional Ley 26.735”, DJ 10/04/2012, 93 (AR/
LEY 29/05/2012, 29/05/2012, 1; LA LEY 2012-C, 981 (AR/ DOC/1022/2012, p. 1).
DOC/2003/2012, p. 5). (10) Dictamen de la Procuración General, al que
(6) VILLAR, Mario A., “La sucesión de leyes penales y remitió la CSJN, disponible en la web de la Corte Su-
su integración en relación con la conducta típica”, IJ Edito- prema de Justicia de la Nación, en: http://servicios.
res , Revista Argentina de Derecho Penal y Procesal Penal, csjn.gov.ar/confal/ConsultaCompletaFallos.do/
28?12?2012 (IJ/LXVI/873, p. 6). method=verDocumentos&id=608591

208 • Derecho Penal y Criminología - AÑO v • Nº 07 • AGOSTO 2015


DPyC José Pablo Tumminello

ingresar los recursos de la seguridad social por Considera que no cualquier ley debe aplicar-
una suma superior a los diez mil pesos por cada se retroactivamente —a pesar de que ello resulte
mes... En tales condiciones, entiendo que resulta mandato constitucional a partir de los arts. 9 y 15
aplicable al caso en forma retroactiva esta ley que del Pacto de San José de Costa Rica y del Pacto
ha resultado más benigna para el recurrente de Internacional de Derechos Civiles y Políticos—,
acuerdo a lo normado por el artículo 2 del Có- sino que sólo aquellas que constituyan un cam-
digo Penal, en tanto que la modificación intro- bio de valoración sustancial de la conducta que
ducida importó la desincriminación de aquellas implique que lo que antes era considerado delito
retenciones mensuales menores a dicha cifra, ahora no lo es más. La reforma efectuaría una ac-
entre las que se incluyen las que conformaron tualización proporcional de valores monetarios
el marco fáctico original de la pena impuesta al por causa de la depreciación sufrida durante el
apelante que, de ser mantenida, importaría vul- tiempo de vigencia del R.P.T, y lo funda directa-
nerar aquel principio receptado en los tratados mente en el propio debate parlamentario al mo-
internacionales con jerarquía constitucional a mento de su sanción así como en el proyecto de
las que se ha hecho mención...”. elevación del mismo (12). Y el legislador así, no
habría pretendido modificar la valoración social
El problema a partir de la Resolución P.G.N de los comportamientos descriptos en el tipo pe-
5/2012: nal, sino mantener los valores monetarios intac-
El 8 de de marzo del año 2012, la Procura- tos al presente.
ción General de la Nación a cargo entonces del Resolución P.G.N 1467/14 (13):
Dr. Esteban Righi (11) emite la Resolución 5/12.
En ella, se instruye a los fiscales a su cargo con Posteriormente y ya bajo la conducción de la
competencia en materia penal para que adopten Procuración General de la Nación a cargo de la
la interpretación efectuada y en consecuencia, Dr. Alejandra Gils Carbó, en fecha 10 de julio de
se opongan a la aplicación retroactiva de la ley 2014 se procedió a revocar la resolución 5/12 por
26.735. medio de la Resolución 1467/14.

Interpreta a la reforma de los montos como un Más allá del efecto reducido de este tipo de
“ajuste de valores” a partir de los cuales son puni- resoluciones en el ordenamiento jurídico, cabe
bles las conductas tipificadas por el RPT. Estima destacar que resulta por demás curioso que en su
que no debe aplicarse retroactivamente de for- contenido se insista en el acierto de la interpreta-
ma mecánica e irreflexiva esta nueva normativa ción normativa realizada por la resolución revo-
y dice que: cada, cuando se menciona en sus considerandos
que una “interpretación distinta...provocaría la
“El sentido del principio [de aplicación de la clausura masiva de centenares de causas penales
ley más benigna] es asegurar que las penas no se por delitos de la Ley Penal Tributaria iniciadas
impongan o mantengan cuando la valoración so- antes de la sanción de la ley 26.735”.
cial que pudo haberlas justificado en el pasado ha
cambiado, de modo que lo que antes era reproba- Motiva tal resolución el fallo dictado por la
ble ahora no lo es, o no lo es tanto. Por ello, al san- Corte Suprema de Justicia de la Nación en los
cionarse una nueva ley cuya aplicación retroacti- autos “Soler, Diego s/ recurso de casación” (14),
va podría beneficiar al imputado de un delito, la
aplicación del principio exige evaluar si la nueva (12) Disponible en la web oficial de la Honorable Cáma-
ley es la expresión de un cambio en la valoración ra de Diputados de la Nación, en: http://www1.hcdn.gov.
ar/dependencias/dsecretaria/Periodo2010/PDF2010/
de la clase de delito que se imputa. Pues sólo si lo
TP2010/0003-PE-10.pdf
fuera, tendría ese imputado el derecho que asegu-
(13) Disponible en la web oficial de la Procuración Ge-
ran las dos cláusulas citadas del derecho interna- neral de la Nación, en: http://www.mpf.gov.ar/resolucio-
cional de los derechos humanos.” nes/pgn/2014/PGN-1467-2014-001.pdf
(14) Disponible en la web oficial de la Corte Su-
(11) Disponible en la página web de la Procuración Ge- prema de Justicia de la Nación, en: http://servicios.
neral de la Nación http://www.mpf.gov.ar/resoluciones/ csjn.gov.ar/confal/ConsultaCompletaFallos.do/
pgn/2012/pgn-0005-2012-001.pdf method=verDocumentos&id=708694

AÑO v • Nº 07 • agosto 2015 - Derecho Penal y Criminología • 209


DPyC Penal Tributario doctrina

en donde nuestro máximo tribunal, en uso de la tamente inciden en la elaboración del derecho
facultades que le acuerda el art. 280 del Código penal y que limitan el poder punitivo del Estado,
Procesal Civil y Comercial de la Nación (15), des- como el de legalidad contenido en el art. 18 y el
estima el recurso interpuesto por el Ministerio de reserva en el art. 19 respectivamente.
Público Fiscal, ya que la cuestión sometida a su
juicio carece de sustancia o trascendencia o no Aunque en nuestra concepción, entende-
ofrece agravio federal suficiente. Y así, ese sólo mos que la Constitución es mucho más que un
pronunciamiento le basta a la Procuración Ge- mero límite al poder represivo, sino que es pre-
neral para “autolimitarse” a fin de “lograr un uso cisamente el único y primario fundamento de la
eficiente de la actividad procesal y evitar dispen- pena y del derecho nacional en su conjunto. No
dios jurisdiccionales” (16). debe ser vista como un producto de selección
que arroja resultados en cuanto a que conductas
No puedo dejar de mencionar este curioso pueden incriminarse o no, o que bienes jurídicos
hecho, ya que esta resolución finaliza (17) “auto- merecen protección o quedan al margen de pro-
rizando” a cada uno de los magistrados a juzgar tección, sino que esta visión es más comprome-
sus casos según su leal saber y entender y con tida. La Constitución es el fundamento de todo
arreglo a las circunstancias de cada causa. Como el derecho penal (de todo el derecho en verdad,
si ello fuera una venia que esta institución conce- pero el objeto de estudio del presente se limita a
de a la magistratura y arrogándose en facultades la primera especie) ya que en ella encontramos
que no le son propias. Pero esto es materia que un cuadro de valores y una jerarquía de bienes a
excedería ampliamente el tema tratado. los que el legislador debe ceñirse al elaborar los
intereses penalmente tutelables.
Nuestra opinión:
b) Ley penal más benigna:
a) Marco constitucional aplicable a la cuestión:
La vigencia del principio de aplicación de la ley
La Constitución Nacional contiene preceptos penal más benigna constituye una excepción a la
que —directa o indirectamente— conforman regla fundamental de irretroactividad de la ley,
el complejo sistema punitivo argentino. Tales, la que emerge asimismo como una derivación
integran el sistema de relaciones que contiene del principio de legalidad emanado del art. 18
principios generales que vinculan al legislador de la Constitución Nacional. Y a partir de la ley
y a los juzgadores en la conformación de todo 23.054 aprobatoria de la Convención America-
el ordenamiento. Existen en ella, preceptos que na sobre Derechos Humanos —más conocida
consagran principios fundamentales que direc- como Pacto de San José de Costa Rica—, que
en su art. 9 (18) reconoce expresamente la apli-
(15) Art. 280. - Llamamiento de autos. Rechazo del re- cación de este principio, la regla de la ley penal
curso extraordinario. Memoriales en el recurso ordinario: más benigna ha adquirido rango de ley suprema
“Cuando la Corte Suprema conociere por recurso extraor- expresamente. Poco más tarde mediante la ley
dinario, la recepción de la causa implicará el llamamiento 23.313 siguió igual camino el Pacto Internacional
de autos. La Corte, según su sana discreción, y con la sola
invocación de esta norma, podrá rechazar el recurso ex- de Derechos Civiles y Políticos, el que en su art. 15
traordinario, por falta de agravio federal suficiente o cuan- contiene similares previsiones (19).
do las cuestiones planteadas resultaren insustanciales o
carentes de trascendencia. Si se tratare del recurso ordina- (18) Artículo 9. Principio de Legalidad y de Retroactivi-
rio del artículo 254, recibido el expediente será puesto en dad. “Nadie puede ser condenado por acciones u omisio-
secretaría, notificándose la providencia que así lo ordene nes que en el momento de cometerse no fueran delictivos
personalmente o por cédula. El apelante deberá presen- según el derecho aplicable. Tampoco se puede imponer
tar memorial dentro del término de DIEZ días, del que se pena más grave que la aplicable en el momento de la co-
dará traslado a la otra parte por el mismo plazo. La falta misión del delito. Si con posterioridad a la comisión del
de presentación del memorial o su insuficiencia traerá delito la ley dispone la imposición de una pena más leve,
aparejada la deserción del recurso. Contestado el traslado el delincuente se beneficiará de ello”.
o transcurrido el plazo para hacerlo se llamará autos. En
ningún caso se admitirá la apertura a prueba ni la alega- (19) Artículo 15: “1. Nadie será condenado por actos
ción de hechos nuevos.” u omisiones que en el momento de cometerse no fueran
delictivos según el derecho nacional o internacional. Tam-
(16) RPGN 1467/14, op. cit., p. 2 poco se impondrá pena más grave que la aplicación en el
(17) Ibídem. momento de la comisión de delito. Si con posterioridad a

210 • Derecho Penal y Criminología - AÑO v • Nº 07 • AGOSTO 2015


DPyC José Pablo Tumminello

El propio Código Penal en su art. 2 establece ¿Por qué hacer distinciones donde la ley no
que: lo hace? El trabajo analítico (22) del tipo penal
es enriquecedor y saludable para la doctrina
“Si la ley vigente al tiempo de cometerse el de- y el aprendizaje pero ello no puede servir de
lito fuere distinta de la que exista al pronunciar- pretexto para hacer caso omiso a la letra de la
se el fallo o en el tiempo intermedio, se aplicará ley (23). Si no hay conflicto normativo no exis-
siempre la más benigna. Si durante la condena se te posibilidad de apartarse de ella. No existe
dictare una ley más benigna, la pena se limitará conflicto con ninguna norma superior, no hay
a la establecida por esa ley. En todos los casos del
inconstitucionalidad ni nada que se le parezca
presente artículo, los efectos de la nueva ley se ope-
y que motive un apartamiento al propio texto
rarán de pleno derecho”.
de la ley.
c) Interpretación:
La Corte Suprema de Justicia tiene dicho desde
Negar la aplicación retroactiva de la ley 26.735 antaño que:
no se corresponde con los principios generales
“...la primera fuente de interpretación de la ley
de interpretación de la ley. La primera forma de
interpretar una norma es por su sentido gramati- es su letra, pero, por encima de lo que las leyes pa-
cal, y si bien otro de los métodos para interpretar recen decir literalmente, corresponde indagar lo
la ley es indagar sobre la voluntad del legislador que dicen jurídicamente, y si bien no cabe prescin-
—en el caso las discusiones parlamentarias o el dir de las palabras, tampoco resulta adecuado ce-
proyecto elevado por el Poder ejecutivo—, no ñirse rigurosamente a ellas cuando así lo requiera
encontramos razones particulares que lo justi- la interpretación razonable y sistemática...” (24).
fiquen aquí. No existe oscuridad en la ley, o co- Es decir que más allá de la letra de la ley (25),
lisión con norma alguna, en otras palabras, no debemos interpretar la norma de manera siste-
existe un problema normativo a resolver y sobre mática con todo el ordenamiento jurídico, léase
este punto pretendo extenderme. Constitución Nacional, tratados internacionales
Cuando el texto legal es claro y no contiene mencionados y Código Penal, y ciertamente una
conceptos indeterminados, un juego de palabras resolución de la procuración general pertenece
como ser “actualización de los valores” no salva a una escala sumamente inferior en contraste
su incumplimiento. Alejandro Becerra (h.) sos- con la constitución nacional y los tratados in-
tiene que “la averiguación de la finalidad de la ternacionales. Recordemos que si bien la propia
ley o la llamada voluntad del legislador, sólo se R.P.G.N. hace mención a que si bien el texto final-
justifica si la interpretación gramatical deja lugar
a dudas” (20). O en palabras del maestro Carlos (22) Para una realista exposición en cuanto a las condi-
Nino “algunos procedimientos de interpretación ciones objetivas de punibilidad, véase SPOLANSKY, Nor-
de nuestro Derecho positivo suelen constituir una berto E., “Delitos tributarios y condiciones objetivas de
punibilidad”, LA LEY 2005-F, 1475 - DPyC 2011 (septiem-
buena excusa para imponer los valores propios bre), 01/09/2011, 221(AR/DOC/3222/2005).
del intérprete, pero sin decirlo ni justificarlo” (21).
(23) En el mismo sentido, LITVIN, César R. y CORNEJO
COSTAS, Emilio (h.), “Aumento de los montos de la Ley
la comisión del delito la ley dispone la imposición de Penal Tributaria y aplicación de la ley penal más benigna”,
una pena más leve, el delincuente se beneficiará de ello. Sup. Esp. - Nuevo Régimen Penal Tributario 2012 (enero-
2. Nada de lo dispuesto en este artículo se opondrá al jui- febrero), 16/01/2012, 80 (AR/DOC/6734/2011, p. 5).
cio ni a la condena de una persona por actos u omisiones (24) Dictamen de la Procuración General, al que
que, en el momento de cometerse, fueran delictivos según remitió la Corte Suprema en autos “RHE Corpora-
los principios generales del derecho reconocidos por la ción Financiera Internacional c/Aragón, Luis Alber-
comunidad internacional”. to Facundo”. 03/07/2007 Disponible en http://servi-
(20) BECERRA, Alejandro (h.), “Modificación de los cios.csjn.gov.ar/confal/ConsultaCompletaFallos.do/
montos mínimos de evasión tributaria. Principio de be- method=verDocumentos&id=604608
nignidad”, LA LEY 26/04/2012, 26/04/2012, 1 - LA LEY (25) Para un mayor análisis en cuanto a interpretación
2012-C, 635, (AR/DOC/1593/2012, p. 2). de la ley véase: AZAR, Aldo M., “Del espíritu de la ley a los
(21) NINO, Carlos S., Introducción al Análisis Filosófico fines de la ley: concepto, evolución del concepto y alcance
del Derecho, Editorial. Astrea, Buenos Aires, 1995, 2ª ed., de la regla de interpretación legal”, DJ 22/10/2014, 1 (AR/
(7ª reimpr., p. 326 y ss.). DOC/3849/2014).

AÑO v • Nº 07 • agosto 2015 - Derecho Penal y Criminología • 211


DPyC Penal Tributario doctrina

mente sancionado no coincidió plenamente con II. Conclusiones


el del proyecto del Poder Ejecutivo Nacional, a
pesar de ello, es decir de no haberse plasmado Por lo expuesto precedentemente, no son
atendibles un proyecto de ley modificado, sus
en el texto de la ley, le confiere rango de tal en
discusiones parlamentarias o una resolución ni
su interpretación. La presunta voluntad del le-
sus valoraciones sobre “actualización moneta-
gislador que pretende extraerse del proyecto y
ria” efectuada por la reforma. Debemos atener-
su discusión no es tal, no fue eso lo plasmado
nos al texto de la ley, que importa la atipicidad de
en la ley y no puede servir de base para su des-
las conductas anteriormente castigadas.
obediencia.
Deben aplicarse ineludiblemente y de manera
No cabe duda de que al aumentarse los mon- retroactiva los efectos de la reforma por imperio
tos mínimos de punibilidad de los delitos de eva- constitucional, en particular los efectos de la ley
sión, los jueces deberían aplicar de pleno dere- penal más benigna. Esto deriva del art. 18 de la
cho esta nueva normativa de forma retroactiva a Const. Nacional, del art. 2 del Código Penal, el
los hechos cometidos con anterioridad a su en- art. 9 del Pacto de San José de Costa Rica y el art. 15
trada en vigencia, por ser más beneficiosos para del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Po-
los acusados, de acuerdo a lo previsto por los art. líticos. Ninguno de estos instrumentos hace dis-
2 del Código Penal, el art. 9 del Pacto de San José tingo en cuanto a que parte o concepto de la ley
de Costa Rica y el art. 15 del Pacto Internacional penal puede ser aplicada retroactivamente y cual
de Derechos Civiles y Políticos. no, y no tenemos derecho a hacerlo. u

212 • Derecho Penal y Criminología - AÑO v • Nº 07 • AGOSTO 2015


Penal Juvenil
DPyC Penal Juvenil DOCTRINA

Sistema convencional de justicia para adolescentes


Por Zulita Fellini

La administración de justicia para adolescen- porta una comparación entre su carta magna y
tes ha salido en la actualidad de la órbita exclu- las normas que por su rango se encuentran por
siva de cada Estado para formar parte en nuestra debajo de ella, debiendo darle prioridad a la pri-
región, del sistema interamericano de derechos mera. Se habla así de un control concentrado,
humanos. Los pactos, tratados y convenciones típico de algunas constituciones del sistema con-
existentes en la materia han fortalecido la cons- tinental europeo, donde la revisión es realizada
trucción de avances normativos que tienen por exclusivamente por un cuerpo especialmente
finalidad el establecimiento de un orden más creado para ello; esto difiere del control difuso
justo para las personas menores de determinada que debe ser llevado a cabo por todos y cada uno
edad. de los magistrados judiciales, como es el caso de
Estados Unidos, Argentina, y con características
Reconocer la importancia y la vigencia que tie- particulares México.
nen los acuerdos a que se han obligado los Esta-
dos respecto de ciertos temas y el cumplimiento El control de convencionalidad, en cambio,
de esas obligaciones, no ha sido tarea sencilla, responde a un concepto creado en el ámbito del
cuando además de la incorporación al derecho sistema interamericano de derechos humanos
interno de esos acuerdos, se deben incluir pos- a partir del caso “Myrna Mack Chang” del año
teriormente las consecuencias de su incum- 2003 (2), donde es utilizado el término en el voto
plimiento por parte de los Estados que asumie- razonado del juez de la Corte Interamericana de
ron obligaciones. Derechos Humanos (Corte IDH) Sergio García
Ramírez, que supone atender a lo que significa
La cuestión tiene distintos puntos de análisis, una comparación entre el Pacto de San José de
el primero requiere averiguar sobre la facultad Costa Rica y otras convenciones, con las dispo-
u obligación que tiene el juez nacional en el siciones de derecho interno de los Estados parte.
ejercicio del control de constitucionalidad y de
convencionalidad, cuando una ley o resolución Distinguir si los jueces nacionales deben o
resulte contradictoria a la ley suprema, y a su vez pueden ejercer el control de constitucionalidad
también a disposiciones de tratados internacio- y de convencionalidad respecto de la aplicación
nales a los que el Estado se ha obligado por ratifi- del propio ordenamiento jurídico y de las reso-
cación o adhesión. luciones que emanan de sus órganos constitu-
ye un tema que en la actualidad ocupa un lugar
Otro punto a analizar será el de las consecuen- importante en las discusiones jurídicas. En el
cias jurídicas del incumplimiento por el Estado control de convencionalidad no se aplica sólo la
de esas obligaciones asumidas en cualquiera de Convención Americana sobre Derechos Huma-
sus estamentos. nos (CADH), sino el corpus iuris vinculante para
Los órganos de competencia local y los tribuna- el Estado parte en virtud del artículo 29 de dicha
les constitucionales que en determinados países Convención (3).
no dependen del Poder jurisdiccional (1) ejercen
el llamado control de constitucionalidad, que im- (2) La terminología “control de convencionalidad” fue
utilizada por primera vez en el voto razonado del juez Ser-
gio García Ramírez en el caso “Myrna Mack Chang”, en el
(1) En algunos países de América Latina el control cons- año 2003. Posteriormente la Corte en pleno lo hizo en el
titucional sólo puede ser ejercido en forma concentrada, caso “Almonacid Arellano”.
ya sea por una Corte Suprema como ocurre por ejemplo (3) “Ninguna disposición de la presente Convención
en Uruguay; por una Sala Constitucional de ella como puede ser interpretada en el sentido de:”a) permitir a
ocurre en Costa Rica, Paraguay y Venezuela; o sólo por alguno de los Estados Partes, grupo o persona, suprimir
una Corte o Tribunal Constitucional, como es el caso de el goce y ejercicio de los derechos y libertades reconoci-
Chile. dos en la Convención o limitarlos en mayor medida que

AÑO v • Nº 07 • agosto 2015 - Derecho Penal y Criminología • 215


DPyC Penal Juvenil doctrina

En principio dependerá de las disposiciones para los Estados cuando éstos son parte en el
que se establezcan en las Constituciones políti- caso, según lo establece expresamente el artículo
cas de cada Estado. 68 (5) CADH: “los Estados Parte en la Conven-
ción se comprometen a cumplir la decisión de la
En la Argentina, podemos ver distintos mo- Corte en todo caso en que sean parte”(6).
mentos en la evolución del reconocimiento del
Sistema Interamericano de Derechos Humanos Muy distinto es el caso del efecto vinculante de
(SIDH), desde su incorporación a él: en 1984 las sentencias dictadas en aquellos casos en don-
aprobó y ratificó la Convención Americana de de el Estado integrado al SIDH no ha sido parte;
Derechos Humanos; ocho años después (1992) se trataría entonces del efecto vinculante del pre-
la Corte Suprema modificó su jurisprudencia en cedente (7). Pero sobre este punto la CADH no
el fallo “Ekmekdjian v. Sofovich” subordinando dice nada.
el derecho interno al internacional, confirmando
por lo demás la posición asumida desde la ratifi- La Corte IDH ha sostenido que el poder judi-
cación de la Convención de Viena sobre el Dere- cial de los Estados debe tener en cuenta no sola-
cho de los Tratados (1969); y en 1994 la reforma mente el Tratado, sino también la interpretación
constitucional incorporó directamente a su texto que de él haya hecho la Corte Interamericana, in-
ciertos tratados sobre derechos humanos en las térprete último de la Convención Americana (8).
condiciones de su vigencia, es decir que tienen Esto lo ha afirmado a partir del caso “Almonacid
jerarquía constitucional, entre los que se en- Arellano”(9) en repetidas oportunidades.
cuentran la Convención Americana de Derechos En la Argentina los jueces tienen el control di-
Humanos (CADH) y la Convención sobre los De- fuso de constitucionalidad, que surge de lo esta-
rechos del Niño (CDN). blecido en los artículos 116 (10) y 117 de la Cons-
Podría decirse entonces que mediante este
nuevo orden constitucional, la Argentina incor-
(5) En algunos países de América Latina el control cons-
poró la doctrina del llamado control de conven- titucional sólo puede ser ejercido en forma concentrada, ya
cionalidad, al que alude la Corte Interamericana sea por una Corte Suprema como ocurre por ejemplo en
de Derechos Humanos cuando resuelve casos Uruguay; por una Sala Constitucional de ella como ocurre
contenciosos (4). en Costa Rica, Paraguay y Venezuela; o sólo por una Corte o
Tribunal Constitucional, como es el caso de Chile.
Para establecer el carácter vinculante de los fa- (6) Utilizado también en el caso “Bulacio v. Argenti-
llos de la Corte IDH, corresponde distinguir si el na” sobre el concepto de secuela de juicio, “resulta de
Estado integrado al Sistema Interamericano de cumplimiento obligatorio para el Estado Argentino (68.1,
Derechos Humanos ha sido parte en el proceso se- DADH) por lo cual también esta Corte, en principio, debe
guido en un caso concreto ante la Comisión Intera- subordinar el contenido de sus decisiones a las del Tribu-
nal Internacional”.
mericana de Derechos Humanos, o no lo ha sido.
(7) Sistema seguido en los países anglosajones.
Parece claro que en el primer caso las senten- (8) Este principio fue establecido en “Almonacid Arella-
cias de la Corte IDH son vinculantes, obligatorias no”: “cuando un Estado ha ratificado un tratado internacio-
nal como la Convención Americana, sus jueces, como parte
del aparato del Estado, también están sometidos a ella, lo
la prevista en ella;”b) limitar el goce y ejercicio de cual- que los obliga a velar por los efectos de las disposiciones de
quier derecho o libertad que pueda estar reconocido de la Convención que no se vean mermadas por la aplicación
acuerdo con las leyes de cualquiera de los Estados Partes de leyes contrarias a su objeto y fin, y que desde un inicio
o de acuerdo con otra convención en que sea parte uno de carecen de efectos jurídicos. En otras palabras el Poder Ju-
dichos Estados;”c) excluir otros derechos y garantías que dicial debe ejercer una especie de control de convenciona-
son inherentes al ser humano o que se derivan de la for- lidad entre las normas jurídicas internas que aplican en los
ma democrática representativa de gobierno, y”d) excluir o casos concretos y la CADH. En esta tarea el Poder Judicial
limitar el efecto que puedan producir la Declaración Ame- debe tener en cuenta no solamente el tratado, sino también
ricana de Derechos y Deberes del Hombre y otros actos in- la interpretación que del mismo ha hecho la Corte IDH, in-
ternacionales de la misma naturaleza”. terprete última de la Convención Americana”.
(4) Se ha sostenido que esto implica una forma de con- (9) Corte IDH, caso “Almonacid Arellano v. Chile”, 2006.
trol de la CADH sobre las normas de derecho interno, y (10) Artículo 116 de la Constitución Nacional Argenti-
por lo tanto un abandono de soberanía en el orden judi- na: “Corresponde a la Corte Suprema y a los tribunales in-
cial. feriores de la Nación, el conocimiento y decisión de todas

216 • Derecho Penal y Criminología - AÑO v • Nº 07 • AGOSTO 2015


DPyC Zulita Fellini

titución Nacional, respecto a la competencia de rechos humanos de acuerdo a los principios de


la Corte Suprema de Justicia de la Nación, es de- universalidad, interdependencia, indivisibilidad
cir el conocimiento y decisión de todas las causas y progresividad, con la finalidad de uniformar la
que versen sobre puntos regidos por la Constitu- forma de valoración que el juzgador deberá to-
ción y por las leyes de la Nación, entre otras por mar. Con la reforma del artículo 1 constitucional,
los tratados con las naciones extranjeras. llevada a cabo en el año 2011, se transforman las
garantías individuales en derechos humanos y
Por ejemplo en México el criterio adoptado por se establece la obligación para todos los jueces
la Corte establece un distinto sistema de control y magistrados, judiciales y administrativos, de
difuso, en el que jueces y magistrados no pueden tomar en cuenta por encima de la legislación na-
invalidar la norma inconstitucional o expulsarla cional, lo que dicen los tratados internacionales
del sistema jurídico, pero sí pueden no aplicarla, en esta materia, de acuerdo a principios especí-
lo que de alguna manera constituye un control ficos de interpretación. Se establece además por
difuso por inaplicabilidad de la norma detectada parte de la Corte la obligación de aplicar este
inconstitucional. Se deberá tomar en cuenta lo control convencional de oficio, al mismo tiempo
establecido en los convenios internacionales en de dejar de aplicar aquellas normas que se con-
materia de derechos humanos, por encima de lo sideren inconstitucionales. Esto quiere decir que
que diga la legislación nacional, lo que abre una el control difuso de constitucionalidad adquiere
dimensión amplísima de derechos para el ciuda- otra dimensión, al extenderse esta obligación a
dano. Asimismo, establece la Constitución en el todos los juzgadores, cuestión que antes sólo era
artículo 1 (11) la obligación de interpretar los de- materia del poder judicial federal.
Hasta aquí lo avanzado en el orden interna-
las causas que versen sobre puntos regidos por la Consti- cional es aplicable a adultos y adolescentes, para
tución, y por las leyes de la Nación, con la reserva hecha preservar la vulneración de derechos humanos
en el inciso 12 del artículo 75; y por los tratados con las
en general.
naciones extranjeras; de las causas concernientes a em-
bajadores, ministros públicos y cónsules extranjeros; de En materia de adolescentes se han establecido
las causas de almirantazgo y jurisdicción marítima: de los
asuntos en que la Nación sea parte; de las causas que se disposiciones especiales como la relevancia de la
susciten entre dos o más provincias; entre una provincia y condición de niñez y su interés superior (12), en-
los vecinos de otra; entre los vecinos de diferentes provin- tre otras cuestiones para establecer las garantías
cias; y entre una provincia o sus vecinos, contra un Estado y los procedimientos que se llevarán a cabo en el
o ciudadano extranjero”. supuesto en que estén involucrados menores de
(11) “En los Estados Unidos Mexicanos todas las perso- edad (13).
nas gozarán de los derechos humanos reconocidos en esta
Constitución y en los tratados internacionales de los que
el Estado Mexicano sea parte, así como de las garantías opiniones, las preferencias sexuales, el estado civil o cual-
para su protección, cuyo ejercicio no podrá restringirse quier otra que atente contra la dignidad humana y tenga
ni suspenderse, salvo en los casos y bajo las condiciones por objeto anular o menoscabar los derechos y libertades
que esta Constitución establece.”Las normas relativas a los de las personas”.
derechos humanos se interpretarán de conformidad con
esta Constitución y con los tratados internacionales de (12) Artículo 4 de la Constitución de México: “...En todas
la materia favoreciendo en todo tiempo a las personas la las decisiones y actuaciones del Estado se velará y cum-
protección más amplia. Todas las autoridades, en el ámbi- plirá con el principio del interés superior de la niñez, ga-
to de sus competencias, tienen la obligación de promover, rantizando de manera plena sus derechos. Los niños y las
respetar, proteger y garantizar los derechos humanos de niñas tienen derecho a la satisfacción de sus necesidades
conformidad con los principios de universalidad, inter- de alimentación, salud, educación y sano esparcimiento
dependencia, indivisibilidad y progresividad. En conse- para su desarrollo integral. Este principio deberá guiar el
cuencia, el Estado deberá prevenir, investigar, sancionar y diseño, ejecución, seguimiento y evaluación de las políti-
reparar las violaciones a los derechos humanos, en los tér- cas públicas dirigidas a la niñez.”Los ascendientes, tuto-
minos que establezca la ley. Está prohibida la esclavitud res y custodios tienen la obligación de preservar y exigir
en los Estados Unidos Mexicanos. Los esclavos del extran- el cumplimiento de estos derechos y principios. El Estado
jero que entren al territorio nacional alcanzarán, por este otorgará facilidades a los particulares para que coadyuven
solo hecho, su libertad y la protección de las leyes.”Queda al cumplimiento de los derechos de la niñez...”.
prohibida toda discriminación motivada por origen étni- (13) Artículo 18 de la Constitución de México: “...La Fe-
co o nacional, el género, la edad, las discapacidades, la deración, los Estados y el Distrito Federal establecerán, en
condición social, las condiciones de salud, la religión, las el ámbito de sus respectivas competencias, un sistema in-

AÑO v • Nº 07 • agosto 2015 - Derecho Penal y Criminología • 217


DPyC Penal Juvenil doctrina

La Constitución política de los Estados Uni- En la Argentina hay autores que han sosteni-
dos Mexicanos que fuera reformada en el año do sin reservas que la interpretación de la CADH
2011 establece en el artículo 4 que en todas las por parte de la Corte IDH es vinculante para
decisiones y actuaciones del Estado se velará y nuestros tribunales; otros sostienen la misma
se cumplirá con el principio del interés superior opinión pero con algunas reservas; y otros sos-
de la niñez, garantizando de manera plena sus tienen que la jurisprudencia de la Corte IDH
derechos y que este principio deberá guiar el di- sólo debe tomarse como pauta o guía, pero sin
seño, ejecución, seguimiento y evaluación de las carácter vinculante. Algún autor argentino llega-
políticas públicas dirigidas a esa etapa de la vida. do a este punto argumentó que en los casos en
Adicionalmente, la reforma del artículo 73 (14) que Argentina ha sido parte, “el fallo de la Corte
establece la facultad de expedir leyes que esta- IDH puede dejar sin efecto una sentencia de la
blezcan la concurrencia de la Federación, de los Corte Suprema, con lo cual ésta perdería, en la
Estados, el Distrito Federal y los Municipios, en el materia de la mencionada convención, carácter
ámbito de sus respectivas competencias, en ma- de suprema”; a ello se le ha respondido que el
teria de derechos de niñas, niños y adolescentes, tribunal internacional decide respecto a la exis-
velando en todo momento por el interés superior tencia de responsabilidad del Estado basada en
de ellos mismos y cumpliendo con los tratados un “error judicial”, por lo que el demandado es el
internacionales de la materia, de los que México Estado Nacional, en un juicio diferente, en el cual
sea parte. un tribunal inferior a la Corte puede determinar
dicha responsabilidad, sin que ello le haga per-
der a la Corte su condición de suprema, ni colo-
tegral de justicia que será aplicable a quienes se atribuya que al tribunal que dicta la sentencia por encima
la realización de una conducta tipificada como delito por de ella (15).
las leyes penales y tengan entre doce años cumplidos y
menos de dieciocho años de edad, en el que se garanticen La sentencia de la Corte Suprema no queda eli-
los derechos fundamentales que reconoce esta Constitu-
minada como acto judicial, pero el Estado debe
ción para todo individuo, así como aquellos derechos es-
pecíficos que por su condición de personas en desarrollo responder como lo indica el artículo 63.1 de la
les han sido reconocidos. Las personas menores de doce CADH: cuando se constate que hubo violación
años que hayan realizado una conducta prevista como de un derecho o libertad protegidos en esta Con-
delito en la ley, solo serán sujetos a rehabilitación y asis- vención, la Corte dispondrá que se garantice al
tencia social.”La operación del sistema en cada orden de lesionado el goce de su derecho o libertad con-
gobierno estará a cargo de instituciones, tribunales y auto-
culcados. Puede disponer también que se repa-
ridades especializados en la procuración e impartición de
justicia para adolescentes. Se podrán aplicar las medidas ren las consecuencias de la medida o situación
de orientación, protección y tratamiento que amerite cada que ha configurado la vulneración de esos dere-
caso, atendiendo a la protección integral y el interés su- chos y el pago de una justa indemnización a la
perior del adolescente.”Las formas alternativas de justicia parte lesionada.
deberán observarse en la aplicación de este sistema, siem-
pre que resulte procedente. En todos los procedimientos El sistema convencional permite construir per-
seguidos a los adolescentes se observará la garantía del manentemente y revisar los estándares de justi-
debido proceso legal, así como la independencia entre las cia para adolescentes desde distintas ópticas.
autoridades que efectúen la remisión y las que impongan
las medidas. Éstas deberán ser proporcionales a la con- En principio parece necesario hacer referencia
ducta realizada y tendrán como fin la reintegración social
y familiar del adolescente, así como el pleno desarrollo de
al impacto causado por la CDN en los sistemas
su persona y capacidades. El internamiento se utilizará juveniles y sus niveles de eficacia. Ello supone
solo como medida extrema y por el tiempo más breve que verificar si la CDN cambió de alguna manera el
proceda, y podrá aplicarse únicamente a los adolescentes antiguo paradigma proteccional tuitivo existen-
mayores de catorce años de edad, por la comisión de con- te, por otro respetuoso de los derechos humanos.
ductas antisociales calificadas como graves”. Hoy seguimos discutiendo el estatus de los dere-
(14) Artículo 73, XXIX-P. “Expedir leyes que establezcan
la concurrencia de la Federación, los Estados, el Distrito
Federal y los Municipios, en el ámbito de sus respectivas (15) Ver Sagüés, Néstor P. Manual de Derecho Consti-
competencias, en materia de derechos de niñas, niños y tucional, Astrea, Buenos Aires, 2007, pág. 395. En contra-
adolescentes, velando en todo momento por el interés rio puede verse la opinión de Bianchi, Alberto G. Una re-
superior de los mismos y cumpliendo con los tratados in- flexión sobre el llamado control de convencionalidad, en
ternacionales de la materia, de los que México sea parte”. La Ley, Suplemento Constitucional, 2010.

218 • Derecho Penal y Criminología - AÑO v • Nº 07 • AGOSTO 2015


DPyC Zulita Fellini

chos de la infancia en el contexto de los derechos del derecho, que aún no ha concluido. De esta
humanos y la función cumplida por los Estados manera podríamos hacer una distinción que im-
miembros conforme a los compromisos asumi- plique conceptualizar los estadios anteriores y
dos internacionalmente. El derecho, las leyes, posteriores al hard law y el soft law (16) en razón
los códigos, las sentencias de los tribunales, las de su naturaleza vinculante o no.
resoluciones de la Comisión Interamericana de
Derechos Humanos, las opiniones consultivas de Éste está compuesto en el orden regional por la
la Corte IDH y los fallos de ella misma, además CDN de 1989, las Reglas de Beijing de 1985, las de
de toda la documentación emanada de Nacio- Tokio de 1990, las de La Habana, y las Directrices
nes Unidas sobre la materia, como los informes de RIAD, de 1990 en lo que podríamos llamar el
del Comité de Seguimiento, las observaciones hard law sin discusiones. Sobre el llamado soft
generales, las relatorías especiales, etc., pueden law habrá que discutir respecto de la naturaleza
influir para provocar un cambio que conlleve a de su poder vinculante en cada país.
un mayor reconocimiento de los derechos de la
En la Argentina, la CDN fue incorporada al
infancia.
cuerpo normativo de la Constitución Nacional
Parece obvio observar un antes y un después en el año 1994 en el artículo 75, inciso 22, jun-
en el plano de lo que se ha dado en llamar es- tamente con la Convención Americana de Dere-
tado de convencionalidad. Evidentemente esta chos Humanos, la Declaración Americana de los
estructura responde a un modelo en el que la in- Derechos y Deberes del Hombre, la Declaración
terpretación de la CDN ha requerido ajustes de- Universal de Derechos Humanos, el Pacto Inter-
bido a que en los planos de legalidad nacional no nacional de Derechos Económicos, Sociales y
se ha observado coherencia con un sistema res- Culturales, el Pacto Internacional de Derechos
petuoso de los derechos humanos. Es decir que Civiles y Políticos y su protocolo facultativo, la
después de la CDN se ha continuado aplicando Convención contra la tortura y otros tratos o
en alta proporción el sistema proteccional tuiti- penas crueles, inhumanos o degradantes, entre
vo, o tutelar asistencialista. otros, estableciendo que su aplicación será en
las condiciones de su vigencia, y se entenderán
La CDN contiene conceptos amplios, ambi- complementarios de los derechos y garantías re-
guos e imprecisos en ciertos aspectos, que per- conocidos por la Constitución Nacional.
miten que se introduzcan todavía estructuras
antiguas. Las Reglas de Beijing, Riad, La Habana y To-
kio no fueron incluidas en el texto de la reforma
Podemos preguntarnos si las opiniones con- constitucional argentina, posteriormente estos
sultivas y la Corte IDH misma han dado respues- documentos fueron incorporados a la legislación
ta a los cuestionamientos de derechos humanos interna en el año 2006, mediante el decreto regla-
para niños y adultos. Los procesos culturales han mentario 415, de la “Ley de Protección Integral
influido en los modos de reacción internacio- de los Derechos de las niñas, niños y adolescen-
nales y en su apreciación dentro de los modelos tes” n. 26.061, que había sido dictada en el año
nacionales en América latina. Todavía es posi- 2005. Esta ley, que no es penal, trató de dar res-
ble cuestionar los límites de algunos conceptos puesta a los requerimientos formulados respecto
frecuentemente utilizados como protección in- de la adecuación de la legislación juvenil interna,
tegral, e interés superior del niño, y este es un totalmente tuitiva, a los estándares de derechos
problema que deja brechas y fisuras que se lle- humanos enunciados en el orden internacional,
nan con deseos de buena voluntad. Es necesario circunstancia que hasta la fecha no ha tenido lu-
revisar permanentemente las incógnitas que se gar, porque esta ley no contiene normas penales,
presentan en la región y las soluciones que se por lo tanto nada dice respecto del sistema penal
dan a los casos concretos, porque ello nos permi- de niñas, niños y adolescentes. En todo caso, es
te realizar una nueva construcción del sistema.

El corpus juris de la infancia se compone de (16) Se entiende la expresión como manifestación de


instrumentos internacionales que, no obstante carecer de
diferentes instrumentos que responden a con- efectos vinculantes, tienen cierta relevancia jurídica tanto
cepciones histórico-culturales variables que han en el ámbito interno como de los Estados como en el De-
permitido un cambio paulatino en la concepción recho Internacional.

AÑO v • Nº 07 • agosto 2015 - Derecho Penal y Criminología • 219


DPyC Penal Juvenil doctrina

ponderable que en su artículo 2 dispone que la Respecto del carácter vinculante de los trata-
CDN será de aplicación obligatoria en las condi- dos en el contexto argentino, la doctrina sentada
ciones de su vigencia, lo que tampoco ocurre. por la CSJN en el año 1992 en el fallo “Ekmekd-
jian v. Sofovich” sostuvo que cuando se ratifica
En la Argentina, desde hace 35 años en materia un tratado existe una obligación internacional
de niñez y adolescencia rige, discutiblemente, la consistente en que todos los órganos del Estado,
ley 22. 278 del año 1980, sancionada en tiempos administrativos o jurisdiccionales, apliquen ese
de dictadura militar, reñidos con el estado demo- instrumento siempre que contenga descripcio-
crático de derecho. Se trata de una ley tuitiva en- nes lo suficientemente concretas que hagan po-
raizada en el estado peligroso, que no distingue sible su aplicación inmediata.
entre menores de edad víctimas y victimarios;
que vulnera todos los principios del debido pro- En el año 1995 otro fallo de la misma Corte
ceso, que permite que se les apliquen las mismas nacional (“Giroldi”) sostuvo que a ella le corres-
sanciones que a los adultos con la única morige- pondía como órgano supremo de uno de los po-
ración de que podrán los jueces reducirlas con- deres del Gobierno federal, en la medida de su
forme a la escala de la tentativa. Pertenece a la jurisdicción, aplicar los tratados internacionales
época en que no existían juicios contradictorios a que el país se obligó, ya que lo contrario podría
entre los jóvenes y el Estado, porque se suponía implicar responsabilidad de la Nación frente a la
que era el propio Estado quien protegía sus de- comunidad internacional.
rechos, por lo tanto no aplicaban las medidas
determinadas en el tiempo, ni su duración por el En tal sentido, la Corte Interamericana precisó
menor tiempo posible: se suponía que el Estado el alcance del art. 1° de la CADH, en cuanto los
intervenía en beneficio del menor. Estados parte deben no solamente “respetar los
derechos y libertades reconocidos en ella”, sino
Todo esto no es muy diferente de lo que ocu- además “garantizar su libre y pleno ejercicio a
rrió en casi todos los países de nuestro conti- toda persona sujeta a su jurisdicción”.
nente. Lo grave es que Argentina es el único país
Según dicha Corte, “garantizar” implica el de-
que aún no ha adaptado esa nefasta legislación
ber del Estado de tomar todas las medidas nece-
al nuevo sistema, e igualmente grave es que sos-
sarias para remover los obstáculos que puedan
tenga lo contrario, es decir que justifique que esa
existir para que los individuos disfruten de los
legislación no contradice parámetros internacio-
derechos que la Convención reconoce. Por con-
nales. Lo cierto es que la mayoría de los jueces la
siguiente, la tolerancia del Estado a circunstan-
siguen aplicando, generalmente utilizando una
cias o condiciones que impidan a los individuos
fórmula de compromiso que dice: “aplicamos la
acceder a los recursos internos adecuados para
ley 22.278 en concordancia con la 23.845” (que es
proteger sus derechos, constituye una violación
la ley interna de ratificación de la CDN).
al art. 1.1 de dicha Convención (opinión consul-
También existían distintas edades de respon- tiva 11/90) (17). Garantizar entraña, asimismo,
sabilidad, se era penalmente responsable a los 18 “el deber de los Estados parte de organizar todo
años, mientras que la capacidad civil se adquiría el aparato gubernamental y, en general, todas las
a los 21. Esta situación fue modificada en el año estructuras a través de las cuales se manifiesta el
2009, mediante la ley n° 26.579 que equiparó la ejercicio del poder público, de manera tal que
edad en 18 años. sean capaces de asegurar jurídicamente el libre
y pleno ejercicio de los derechos humanos” (18).
Cabe recordar que la Argentina firmó y es parte
de la Convención de Viena de 1969 sobre el De- En el caso “Almonacid Arellano v. Chile” (19),
recho de los Tratados, que en su artículo 27 dis- la Corte IDH en pleno se ocupó de esta temática,
pone que un Estado no puede oponer obstáculos refiriéndose a delitos de lesa humanidad, sostuvo
de derecho interno al cumplimiento de las obli-
gaciones internacionales. (17) Op. Consultiva 11/90, del 10 de agosto de 1990 “Ex-
cepciones al agotamiento de los recursos internos”, párr. 34.
Se discutió en principio si la CDN, a pesar de (18) CSJN, fallo 318:514, “Giroldi, Horacio David y otro s/
estar incorporada a la CN, era de carácter opera- Recurso de Casación”, considerando 12, del 7 de abril de 1995.
tivo o programático. (19) Corte IDH, “Almonacid Arellano v. Chile”, 2006.

220 • Derecho Penal y Criminología - AÑO v • Nº 07 • AGOSTO 2015


DPyC Zulita Fellini

“que es conciente de que los jueces y tribunales No se entiende por qué si existió voluntad polí-
internos están sujetos al imperio de la ley, y obli- tica para derogar en esa ley la 10.903, no ocurrió
gados por ende a aplicar las normas vigentes en el lo mismo con la 22.278 que pertenece a la misma
ordenamiento jurídico. Pero cuando el Estado ha ideología.
ratificado un Tratado, como el Pacto de San José
de Costa Rica, sus jueces como parte del aparato Es importante señalar que algunas leyes pro-
estatal también están sometidos a ella, lo que los vinciales con posterioridad a la reforma cons-
obliga a velar para que los efectos de la Conven- titucional del año 94, y en atención al sistema
ción no se vean mermados por la aplicación de de organización federal vigente, incorporaron
normas jurídicas contrarias a su objeto y fin”. Esta a su cuerpo normativo la legislación juvenil
afirmación ha sido sostenida por la Corte IDH, a contenida en los tratados internacionales, en-
partir de ese fallo en repetidas oportunidades. tre ellos Riad y Beijing como principios inter-
pretativos (21).
De tal manera debe entenderse que el control
de convencionalidad será llevado a cabo primero En materia de niñez y adolescencia dos ar-
por los magistrados locales, haciendo una com- tículos han permitido sentar jurisprudencia por
paración entre el derecho interno y el interna- parte de la Corte IDH, y también por los Estados
cional (convencional), a fin de velar por el efecto parte, utilizando los preceptos de lo que ha dado
útil de los instrumentos internacionales, sea que en llamarse el hard law y el soft law: son ellos el
surja de los tratados, del jus cogens o de la juris- 19 de la CADH que establece que todo niño tie-
prudencia de la Corte IDH; luego esa tarea debe ne derecho a las medidas de protección que su
ser ejercida por el Tribunal regional si es que el condición de menor requiere por parte de su fa-
caso llega a sus estrados. milia, de la sociedad y del Estado, y el artículo VII
de la Declaración Americana de los Derechos y
Como se señala más arriba, en el año 2005 se Deberes del Hombre que dispone que toda mu-
sancionó en la Argentina la ley 26.061 que en su ar- jer en estado de gravidez o en época de lactancia,
tículo 2 reforzó la obligatoriedad del cumplimien- así como todo niño, tienen derecho a protección,
to de la CDN prescribiendo que es de aplicación cuidado y ayuda especial.
obligatoria en las condiciones de su vigencia. Sin
embargo esta ley tampoco fue suficiente para Cabe recordar que la Corte regional no se ocu-
adecuar la legislación interna a la internacional, pa de la legislación interna de cada Estado, sólo
salvo en lo que se refiere a la derogación de la ley escruta si ella transgrede las disposiciones de la
de patronato 10.903 que tampoco era una ley pe- CADH (y otros tratados), y si así lo advierte, se
nal, pero compartía su inspiración con la 22.278. lo hace saber al país infractor para que modifi-
que los actos ejecutados por cualquiera de sus
De todos modos, hay que reconocer el avance tres poderes, a fin de evitar que éste incurra en
normativo que significó la derogación expresa responsabilidad estatal (arts. 1.1 y 2 del Pacto de
de esa ley de principios del siglo XX, que como SJCR).
se dijo, no se trataba específicamente de una ley
penal, sino que regulaba el patronato del Esta- En materia de adolescencia, el tribunal inter-
do sobre los menores de edad, que facultaba a nacional ha actuado a través distintos pronun-
los jueces para disponer preventivamente y por ciamientos en países en los que se realizaron
tiempo indeterminado, de los menores acusados denuncias por violación de derechos humanos,
o víctimas de delitos, en estado de abandono o
peligro material o moral, con independencia de (21) Por ejemplo, entre otras legislaciones provinciales,
las medidas o sanciones que correspondieran se puede mencionar el artículo 10 de la ley 13.298 de la
por la aplicación de la ley penal. Asimismo, es- provincia de Buenos Aires: “Se consideran principios in-
tablecía sanciones pecuniarias o arresto de has- terpretativos de la presente Ley, las Reglas Mínimas de
ta un mes para los padres o responsables de la las Naciones Unidas para la Administración de Justicia de
guarda de los menores de edad (20). Menores (Reglas de Beijing) Resolución Nro. 40/33 de la
Asamblea General; las Reglas de las Naciones Unidas para
la protección de los menores privados de libertad, Resolu-
ción Nro. 45/113 de la Asamblea General, y las Directrices
(20) Fellini, Zulita. Derecho Penal de Menores. Ad-Hoc, de Naciones Unidas para la prevención de la Delincuencia
Buenos Aires. Agosto, 2001. Juvenil (Directrices del RIAD), Resolución 45/112”.

AÑO v • Nº 07 • agosto 2015 - Derecho Penal y Criminología • 221


DPyC Penal Juvenil doctrina

sentando precedentes importantes para la evolu- su vez el 45% de ellos son adolescentes de entre
ción de la materia juvenil. 13 a 17 años de edad. Señaló también su preo-
cupación por la inexistencia de juzgados espe-
Por temas interesantes debemos entender la cializados en niñez y adolescencia. Dijo que “el
edad de responsabilidad penal; la separación en- paradigma de los derechos de los niños se asien-
tre el llamado sistema tutelar y el de garantías; el ta en asegurar a los niños y niñas desde bien pe-
reconocimiento de todas las garantías debidas a queños, una vida en familia y en su comunidad,
los adultos, más las especiales por su condición en un contexto de no violencia; al no contar con
de inmadurez; el concepto de interés superior ello, y ante la recurrente institucionalización y la
del niño; el respeto de los principios de legali- falta de otras oportunidades, muchos adolescen-
dad, culpabilidad y proporcionalidad; el derecho tes están más vulnerables a incurrir en activida-
a recurrir las medidas que se apliquen en pro- des de infracción a la ley”.
cedimientos especiales; la privación de libertad
como excepción, la aplicación de procedimien- Estas manifestaciones se encuentran insertas
tos y medidas alternativas, el principio celeris en el contexto de dos instrumentos muy utiliza-
en el procedimiento y la erradicación definitiva dos en la materia, ellos son la Opinión Consultiva
de la prisión perpetua para adolescentes, entre 17/02 (22) emanada de la Corte IDH sobre “Con-
otros. dición Jurídica y Derechos Humanos del Niño”, y
la Observación General 10/07 del Comité de De-
Recientemente, en el mes de septiembre de rechos Humanos de Naciones Unidas sobre “De-
2014, en medio de la discusión que se está lle- rechos del Niño en la Justicia de Menores”.
vando a cabo en Uruguay acerca de la reducción
de edad de responsabilidad penal para adoles- La primera, Opinión Consultiva 17/02 define
centes, la Relatora de la Comisión de Niñez de la lo que se entiende por niño: Niño o menor (qui-
CIDH se manifestó respecto de la propuesta sur- tándole tinte peyorativo) de edad es toda per-
gida para bajar la edad de imputabilidad de 18 a sona que no haya cumplido 18 años, salvo que
16 años. En tal sentido reiteró lo señalado por la hubiere alcanzado antes la mayoría de edad, por
Corte IDH en otros casos: “se entiende por niño mandato o por ley (art 1 de la CDN).
a toda persona que no ha cumplido 18 años de Separa los ámbitos de protección, y de garan-
edad”. Sostuvo que bajar la edad de imputabili- tías de derechos (art. 19 CADH). Los niños ejer-
dad constituiría grave violación de los derechos cen sus derechos de manera progresiva a medida
fundamentales de los adolescentes, e iría en que desarrollan un mayor nivel de autonomía
contra de los tratados internacionales, dado que personal.
infringe la garantía de ser procesado penalmen-
te bajo una justicia excepcional y especializada. Por interés superior del niño (art. 3 de la CDN)
Criticó asimismo una reforma legislativa recien- entiende su desarrollo y el ejercicio pleno de sus
temente aprobada en Uruguay (ley 19.055), que derechos, criterios rectores en la elaboración de
agrava penas convirtiendo la privación de liber- normas y en su aplicación en todos los órdenes
tad en regla, al establecer que no pueden ser de la vida del niño.
excarcelados por el término de un año los ado-
lescentes que cometan delitos gravísimos; dijo El principio de igualdad (art. 24 de la CADH)
que esto, en la práctica, ha implicado un cambio no impide la adopción de reglas y medidas es-
regresivo y un incremento exponencial de la pri- pecíficas en relación con los niños en función de
vación de libertad. Señaló además que el Estado sus condiciones especiales. La misma Corte IDH
es responsable por todas las personas que se en- ha establecido que no existe discriminación por
cuentren privadas de libertad bajo su custodia, y
en forma particular también, por lo que deben (22) En el año 2001 la CIDH sometió a la CIDH una soli-
adoptarse medidas positivas para asegurar que citud de Opinión Consultiva sobre la interpretación de los
las niñas, niños y adolescentes gocen efectiva- artículos 8 y 25 de la CADH con el objeto de determinar si
mente de todos sus derechos. Destacó su preo- la medidas especiales establecidas en su art. 19 constitu-
yen “límites al arbitrio o a la discrecionalidad de los Esta-
cupación porque las niñas, niños y adolescentes dos” en relación con niños, y asimismo solicitó la formula-
institucionalizados aún representan un 70% de ción de criterios generales válidos sobre la materia dentro
la población sin cuidados parentales y porque a del marco de la Convención Americana.

222 • Derecho Penal y Criminología - AÑO v • Nº 07 • AGOSTO 2015


DPyC Zulita Fellini

razón de edad o condición social en los casos en Resalta el establecimiento de órganos jurisdic-
que la ley limita el ejercicio de la capacidad civil cionales especializados distintos de los corres-
a quienes por ser menores o no gozar de salud pondientes a mayores de edad.
mental, no están en condiciones de ejercerla sin
riesgo de su propio patrimonio. La Observación General 10/2007, “Derechos
del Niño en la Justicia de Menores”, del 25 de abril
La familia constituye el ámbito primordial para del 2007, resultó como consecuencia de los infor-
el desarrollo del niño y el ejercicio de sus dere- mes enviados por los Estados parte al Comité de
chos, consideración que el Estado debe favore- los derechos del niño, donde se advierte que los
cer, preservando la permanencia del niño en su Estados se refieren a “niños en conflicto con la
núcleo familiar, salvo que existan razones deter- ley”, y se ocupan fundamentalmente de las pre-
minantes para separarlo de ella en función de su visiones contenidas en los artículos 37 y 40 de la
interés superior (excepcionales y temporales). El CDN (medidas sancionatorias).
Tribunal estima que el término “familiares” con-
tenido en las normas internacionales, debe enten- El Comité sostiene que una política de justicia
derse en sentido amplio, que abarque a todas las juvenil sin un sistema de medidas dirigidas a la
personas vinculadas por un parentesco cercano. prevención de la delincuencia juvenil sufre de
defectos serios. Los Estados parte deben integrar
Los niños deben poder disfrutar ampliamente completamente en su política nacional integral
de todos sus derechos, entre ellos los económi- de la justicia juvenil las pautas de Naciones Uni-
cos, sociales y culturales, resguardados mediante das para la prevención de la delincuencia juvenil.
acciones positivas del Estado.
En consonancia, formula el desarrollo y la im-
Debe preservárselos también de malos tratos plementación de medidas sin llegar a la judicia-
en su relación con las autoridades públicas, en lización de los casos, lo que, además de evitar
las relaciones inter-individuales, o con entes no la estigmatización, es un criterio positivo tanto
estatales. para los niños como para la seguridad pública, y
En los procedimientos judiciales o adminis- resulta más económico. Reitera que la privación
trativos se deben respetar las reglas del debido de libertad debe ser el último recurso.
proceso (23): juez natural, competente, inde-
En la administración de la justicia juvenil, los
pendiente e imparcial, doble instancia, presun-
Estados parte deben aplicar sistemáticamente
ción de inocencia, contradicción y audiencia y
los principios generales contenidos en los artícu-
defensa. Deben estar sujetos a órganos jurisdic-
los 2, 3, 6 y 12 del CDN, tanto como los principios
cionales distintos de los correspondientes a los
fundamentales de la justicia juvenil consagrados
mayores de edad (integración, funcionamiento y
en los artículos 37 y 40.
medidas diferentes).
Se debe respetar el principio de legalidad (con- Hace referencia al principio de no discrimina-
ducta descripta en la ley penal) culpabilidad y ción, interés superior, derecho a la vida, a la su-
proporcionalidad. pervivencia y al desarrollo, a ser oído, además de
los contenidos en los referidos artículos 37 y 40,
Otros casos como desvalimiento o abandono, todos de la CDN.
riesgo o enfermedad deben ser atendidos en for-
ma diferente (también deben observarse reglas Sostiene que una política integral de la justicia
del debido proceso legal tanto en procedimien- juvenil debe considerar los siguientes elementos
tos judiciales como administrativos). de base: la prevención de la delincuencia juve-
nil; intervenciones sin recurrir al procedimiento
Finalmente se refiere a la posibilidad de utili- judicial e intervenciones en el contexto de proce-
zar vías alternativas de solución de conflictos. dimientos judiciales; la edad mínima en materia
de responsabilidad criminal y las edades límites
superiores de la justicia juvenil; las garantías
(23) Los arts. 8 y 25 de la CADH, en concordancia con el
art. 40 de la CDN, recogen garantías que deben observarse
para un proceso justo; incluyendo la privación de
en cualquier proceso en el que se determinen derechos de la libertad previa al juicio y el encarcelamiento
un niño. posterior.

AÑO v • Nº 07 • agosto 2015 - Derecho Penal y Criminología • 223


DPyC Penal Juvenil doctrina

Todas las consideraciones tenidas en cuenta table internacionalmente que niños menores de
tanto en la opinión consultiva referida como en 12 años sean responsabilizados ante la justicia
la observación general constituyen una reitera- juvenil por infringir las leyes penales, aun menos
ción de las prescripciones contenidas en la CDN. ante la justicia penal ordinaria.
Si el menor es sometido a proceso, deben apli- El Comité recomienda firmemente que los
carse los principios de un juicio imparcial y equi- Estados parte fijen una EMRP que no permita,
tativo. a título de excepción, la utilización de una edad
menor (25).
Al mismo tiempo, el sistema de la justicia de
menores debe ofrecer amplias oportunidades La Corte IDH dictaminó a la fecha, en reitera-
para tratar a los niños que tienen conflictos con dos casos en que se cuestionó la responsabilidad
la justicia con medidas sociales y/o educativas, de distintos Estados de la región por la violación
y limitar de manera estricta la privación de li- de Convenciones que resguardan derechos de
bertad, en particular la detención preventiva, personas menores de edad, siendo el primero de
como medida de último recurso. En la fase deci- ellos el conocido como “Niños de la Calle” (“Vi-
soria del procedimiento, la privación de libertad llagrán Morales y otros v. Guatemala”), en el año
deberá ser exclusivamente una medida límite y 1999.
empleada por el período más breve que proce-
da (art. 37 b). Esto significa que los Estados Parte Entre los países que tienen más denuncias
deben tener un servicio competente de libertad ante la Comisión IDH, se mencionan Argentina,
vigilada que permita recurrir en mejor medida y México, Colombia y Perú.
con la mayor eficacia posible a medidas como las Al final del año 2013 se encontraban 2061 peti-
órdenes de orientación y supervisión, la libertad ciones ingresados a la Comisión Interamericana
vigilada, el seguimiento comunitario o los cen- de Derechos Humanos, de las cuales se procesa-
tros de presentación diaria obligatoria, y la posi- ron 733, y 123 fueron admitidas y están en trámi-
bilidad de una puesta anticipada en libertad. te ante la Corte Interamericana. Pendientes en la
Los niños que cometen un delito cuando toda- Comisión: 8548 casos hasta ahora.
vía no han cumplido la edad mínima no podrán Un buen número de fallos de la Corte Intera-
considerarse responsables en un procedimiento mericana de Derechos Humanos pueden men-
penal. cionarse como importantes en la materia, para
En la observación general 10 el Comité de los tener en cuenta en ese indispensable diálogo
Derechos del Niño manifiesta su preocupación virtual de convencionalidad que debe existir
por la práctica de prever excepciones a la edad entre los Estados de la región para colaborar
mínima de responsabilidad penal (EMRP) (24), con una mejor calidad en la impartición de jus-
que permite la aplicación de una edad mínima ticia juvenil.
menor a efectos de responsabilidad penal en
los casos en que, por ejemplo, se acuse al niño
de haber cometido un delito grave o cuando se (25) En Granada, Trinidad y Tobago y algunos estados
infiera que el niño está suficientemente maduro de Estados Unidos, los niños de 7 años pueden infringir
para considerárselo responsable penalmente. Al leyes penales. En Antigua y Barbuda, San Kitts y Nevis, y
respecto recomienda fijar la edad mínima entre San Vicente y Las Granadinas la imputabilidad inicia a los
14 y 16 años de edad, y sostiene que no es acep- 8 años. En Bahamas, Guyana y Surinam, se imputa a niños
a partir de los 10 años, mientras que en Barbados la edad
mínima es de 11 años. En otros Estados miembros como
(24) El art. 40, párr. 3 de la CDN sostiene que los Esta- Dominica, Santa Lucía, Jamaica, Belice, Bolivia, Brasil, Ca-
dos deberán promover el establecimiento de una edad nadá, Costa Rica, Ecuador, El Salvador, Honduras, Méxi-
mínima de responsabilidad penal antes de la cual se pre- co, Panamá, Perú y Venezuela la edad mínima es 12 años.
sumirá que los niños no tienen capacidad para infringir En Haití, Guatemala, Nicaragua, República Dominicana y
las leyes penales. En la Regla 4 de Beijing se recomienda Uruguay es 13 años. En Chile, Colombia y Paraguay es a
que la edad mínima no debe fijarse a una edad demasiado los 14 años. El límite más elevado de la región es Argenti-
temprana, habida cuenta de las circunstancias que acom- na con 16 años y únicamente para delitos que no sean de
pañan la madurez emocional, mental e intelectual de los acción privada o reprimidos con pena privativa de libertad
niños. que exceda de dos años, con multa o con inhabilitación.

224 • Derecho Penal y Criminología - AÑO v • Nº 07 • AGOSTO 2015


DPyC Zulita Fellini

Son ellos: las investigaciones relacionadas con la desapari-


ción y muerte en Ciudad Juárez de Claudia Ivette
“Niños de la Calle” (“Villagrán Morales y otros Gonzáles (20 años), Esmeralda Herrera Monreal
v. Guatemala”), año 1999 (15 años) y Laura Berenice Ramos Monárrez (17
El caso se refiere a la responsabilidad inter- años).
nacional del Estado por la detención y posterior “Rosendo Cantú, Valentina y otra v. México”,
asesinato de Julio Caal Sandoval (15 años), Jovito año 2010
Juárez Cifuentes (17 años), Anstraum Villagrán,
Henry Giovanni Contreras (18 años), Federico El caso se refiere a la responsabilidad interna-
Figueroa Túnchez (20 años) por parte de agentes cional del Estado mexicano por la violación se-
policiales, así como a la falta de investigación y xual y tortura en perjuicio de la señora Rosendo
sanción de los responsables de los hechos. Cantú, así como la falta de debida diligencia en
la investigación y sanción de los responsables de
“Bulacio v. Argentina”, año 2003 esos hechos.
El caso se refiere a la responsabilidad interna- “Mendoza y otros v. Argentina”, año 2013
cional del Estado por la detención arbitraria y
posterior muerte del joven Walter David Bulacio El 14 de mayo de 2013 la Corte Interamericana
(20 años). Asimismo, la falta de investigación, di- de Derechos Humanos emitió una sentencia me-
lación indebida y sanción de los responsables de diante la cual declaró internacionalmente respon-
los hechos. sable a la República Argentina por las violaciones
de derechos humanos cometidas al haber im-
“Instituto de Reeducación del Menor v. Para- puesto penas de privación perpetua de la libertad
guay s/Materia Penal Menores”, año 2004 a cinco personas por delitos cometidos durante su
El caso se refiere a la responsabilidad interna- infancia. Además de inadecuación del sistema re-
cional del Estado por la muerte y lesiones de ni- cursivo a la luz de la CADH, tratos crueles, torturas
ños internos en el Instituto de Reeducación del a internos y falta de investigación de la muerte de
Menor “Coronel Panchito López”, así como a las uno de ellos bajo custodia estatal.
deficientes condiciones de dicho centro.
“Hermanos Landaeta Mejías y otros v. Vene-
“Hermanos Gómez Paquiyauri v. Perú”, año zuela”, año 2014
2004
El 27 de agosto de 2014 la Corte Interameri-
El caso se refiere a la responsabilidad inter- cana de Derechos Humanos dictó sentencia de-
nacional del Estado por la detención y posterior clarando que el Estado es internacionalmente
asesinato de los hermanos Rafael Samuel Gómez responsable por la violación de la obligación de
Paquiyauri (17 años) y Emilio Moisés Gómez Pa- respeto y garantía del derecho a la vida de Igmar
quiyauri (14 años) por parte de agentes policiales. Alexander Landaeta Mejías (18 años), en rela-
ción con el deber de adoptar disposiciones de
“Molina Theissen v. Guatemala”, año 2004 derecho interno. Asimismo, la Corte estableció
que el Estado es responsable por la violación del
En el marco de desaparición forzada de per-
derecho a la libertad personal y a la obligación de
sonas que vivió el país, una serie de individuos
respeto y garantía de los derechos a la vida y a la
registraron la casa familiar y se llevaron a Marco
integridad personal, en relación con los derechos
Antonio Molina Theissen de 14 años en un costal.
del niño, en perjuicio de Eduardo José Landae-
Sus familiares interpusieron una serie de recur-
ta Mejías, de 17 años de edad al momento de los
sos a fin de ubicarlo y sancionar a los responsa-
hechos. Además, el Tribunal concluyó que el Es-
bles. Sin embargo, no se realizaron mayores di-
tado venezolano es responsable por la violación
ligencias.
de los derechos a las garantías judiciales, a la pro-
“González y otras (Campo Algodonero) v. Mé- tección judicial y a la integridad personal de los
xico”, año 2009 familiares de los hermanos Landaeta Mejías.
El caso se refiere a la responsabilidad inter- La Corte Suprema de Justicia de la Nación Ar-
nacional del Estado por la falta de diligencia en gentina ha resuelto casos importantes adaptados

AÑO v • Nº 07 • agosto 2015 - Derecho Penal y Criminología • 225


DPyC Penal Juvenil doctrina

relativamente, a los estándares fijados por el sis- nes contrarias a los principios de culpabilidad,
tema convencional de justicia para adolescentes. inocencia, derecho penal de hecho y ne bis in
Sin embargo y sin perjuicio de los méritos que idem. Que los niños tienen las mismas garantías
pudieran reconocerse en ese sentido, éste es un básicas del proceso penal que los adultos, tales
proceso al cual el máximo tribunal ha llegado como legalidad, culpabilidad, presunción de
lentamente. inocencia, proporcionalidad y defensa en juicio,
más derechos especiales derivados de su condi-
La intención de este trabajo es comentar el últi- ción, a los que corresponden deberes específicos
mo fallo de la Corte Interamericana de Derechos de la familia, la sociedad y el Estado (Corte IDH.
Humanos contra el Estado argentino: “Mendoza OC 17). Que la pena de prisión perpetua que se
y otros”, del año 2013. relaciona en mayores con la gravedad del hecho
Antes de ello, valen algunas reflexiones que cometido tiene distintos criterios de valoración
servirán para aclarar los considerandos del fallo. en menores, ya que incluso cuando el juzgador
decida aplicar la pena más grave, aún tiene la po-
Fundamentalmente dos sentencias de la CSJN sibilidad de aplicar la escala de la tentativa. Con-
resultan importantes para sentar estándares sideró que se violó el derecho a ser oído (art. 12
que manifiestan posturas ajustadas a un mejor CDN) (derecho a la inmediación) aplicando una
acercamiento al Sistema Interamericano de De- pena mayor, perpetua, sin tomar conocimiento
rechos Humanos. No son las únicas. del imputado. Que la necesidad de la pena no
debe equipararse con gravedad del hecho, ni con
El fallo “Maldonado” de diciembre de 2005, y el peligrosidad, sino que conforme al art. 40, inc 1
fallo “Casal” de septiembre del mismo año. de la CDN deben atenderse fines de resocializa-
ción, promover la reintegración social y que la
Maldonado recibió una condena de 14 años de
persona asuma una función constructiva en la
prisión por parte del TOM 2 de Capital Federal
sociedad. La medida de la pena no puede exce-
(robo agravado con armas en concurso real con
der la del reproche que se le formule a la persona
homicidio calificado con el fin de lograr su impu-
por haber escogido el ilícito, cuando tuvo la po-
nidad) tenía entonces 16 años. Contra ese fallo, el
sibilidad de comportarse conforme a la norma,
fiscal general interpuso recurso de casación, por
o sea que la pena debe ser proporcional a la cul-
entender que al atenuar la pena impuesta a Mal-
pabilidad del autor, y esta culpabilidad se deter-
donado por medio de la aplicación de la escala
mina según el ámbito de autodeterminación que
penal de la tentativa, el tribunal había hecho una éste haya tenido para ejercer su conciencia moral
errónea interpretación del art. 4 de la ley 22.278. en la constelación situacional en que hubiese ac-
La Cámara Nacional de Casación Penal, deci- tuado y en relación con sus personales capacida-
dió casar la sentencia y condenó a Maldonado des en esa circunstancia. Critica la peligrosidad
a prisión perpetua. La defensa oficial interpuso como base del derecho penal de autor, con refe-
recurso extraordinario ante la Corte Suprema de rencias de la Corte IDH en el caso “Fermín Ramí-
Justicia de la Nación. rez v. Guatemala” (2005).
La CSJN resolvió en el año 2005, por primera
vez en temas de justicia penal de menores, reco- La CSJN consideró procedente el recurso y
dejó sin efecto la sentencia apelada.
nociendo que se encontraba en discusión el al-
cance de la CDN como pauta interpretativa del El fallo “Casal” del año 2007 (20 de septiembre)
régimen de aplicación de penas a menores de tiene que ver con el derecho al recurso amplio de
edad, y en consecuencia existía cuestión federal la condena.
para abrir la vía recursiva.
Casal fue condenado por el delito de robo con
Consideró que el ser menor de edad ya es un armas y se le impuso una pena de cinco años de
requisito necesario para la aplicación de la escala prisión. Él apeló esa sentencia argumentando
atenuada, lo que es constitucionalmente obliga- que no estaba probado que hubiera usado armas
torio por aplicación del art. 40, inc. 1 de la CDN. y que la sustracción sólo había quedado en grado
Sostuvo que la expresión “peligrosidad”, también de tentativa. Si estos argumentos prosperaban le
contemplada en el art. 41 del CP, no puede consi- correspondía recibir una pena significativamen-
derarse como una puerta de ingreso a valoracio- te menor. La Cámara de Casación Penal lo recha-

226 • Derecho Penal y Criminología - AÑO v • Nº 07 • AGOSTO 2015


DPyC Zulita Fellini

zó, con el argumento de que Casal pretendía la secuencia fuera de su competencia los casos en
revisión de los hechos que se dieron por proba- que un justiciable se agraviaba del modo en que
dos en la sentencia y que esto era ajeno a la com- estas reglas fueron aplicadas (voto de los jue-
petencia de la Cámara que sólo puede revisar la ces Petracchi, Maqueda, Lorenzetti, Zaffaroni y
manera en que se interpretaron y aplicaron las Fayt).
leyes penales y procesales. Casal interpuso re-
curso ante la Corte argumentando que se había Merece ahora consideración especial el caso
violado la CADH y el Pacto Internacional de De- “Mendoza” de la Corte IDH, resuelto en el año
rechos Civiles y Políticos, con jerarquía constitu- 2013, por ser el más reciente respecto de la Ar-
cional. La Corte hizo lugar al recurso y ordenó a gentina y por entender, además, que la Corte
la Cámara de Casación Penal que revisara la con- IDH actualiza y completa permanentemente sus
dena de Casal. propios estándares en la materia. En este caso
condenó al Estado argentino por la imposición
La Corte tuvo en cuenta que los procedi- de la pena de prisión perpetua a cinco menores
mientos orales y públicos ponen un límite a esa de edad, por delitos cometidos entre los años
revisión. Con base en que la jurisprudencia in- 1997 y 1998, sentencias domésticas de los años
ternacional establece que la revisión de la con- 1999 y 2002.
dena debe ser integral, el Tribunal sostuvo que
los únicos aspectos de la condena que no pue- Se conoce como el caso “Mendoza” tanto por-
den ser reexaminados por la casación son los que que dos de los jóvenes se llaman Mendoza (fue-
están íntimamente vinculados a la inmediación, ron juzgados en Buenos Aires), y otros hechos
es decir aquellos aspectos excepcionales que se acaecieron en la provincia de Mendoza, como
relacionen con cuestiones de prueba recibidas luego se verá.
ante los magistrados que sentenciaron.
La Corte IDH adujo que las condenas impues-
Seguidamente la Corte remarcó que la nor- tas por los tribunales argentinos no cumplieron
ma procesal que regula el recurso de casación con los estándares que trazan las obligaciones
—art. 456 CPPN— no restringe el alcance del re- internaciones relativas a los derechos del niño,
curso entendido de este modo. Señaló que esta ya que las penas perpetuas impuestas violan, en-
norma había sido interpretada restrictivamente tre otros, los requisitos de excepcionalidad de la
—y, por ende, de modo inconstitucional— por pena, de privación de libertad por el menor tiem-
haber sido leída a la luz de una justificación his- po posible y de revisión periódica de la necesi-
tórica, pero que su formulación en sí no era in- dad de la privación de libertad, en consecuencia,
constitucional. Por ello, la Corte no declaró la las sentencias vernáculas violaron el artículo 7.3
inconstitucionalidad de la norma sino que esta- de la CADH.
bleció cuál es el criterio con que debe ser inter-
pretada y aplicada. El tribunal regional reiteró que por su propia
naturaleza las penas señaladas impiden todo tipo
La sentencia de la Corte Interamericana de de resocialización, además de constituir tratos
Derechos Humanos en el caso “Herrera Ulloa” crueles, inhumanos y degradantes incumpliendo
dictada en julio de 2004 fue un antecedente de- el artículo 5 del Pacto de San José de Costa Rica.
cisivo para que la Corte Suprema se pronunciara El Estado argentino también violó el artículo 8.2
de este modo en el caso “Casal”. h) de la CADH al omitir revisar, de manera opor-
tuna y amplia, las condenas impuestas cuando
En segundo lugar, el fallo analizado repercuti- así lo exige el artículo señalado.
rá positivamente en el trabajo de la propia Corte
Suprema, en la medida en que les llegarán me- A mayor abundamiento, en el caso no se per-
nos reclamos. Es importante señalar que en la mitió la revisión de las cuestiones fácticas o pro-
Corte hubo mayoría para resolver que, a diferen- batorias por una instancia superior, según los
cia de lo que le corresponde a la casación o al tri- recursos de casación estipulados en el Código
bunal provincial equivalente, ella sólo analizaría Procesal Penal de la Nación y en el Código Pro-
planteos de arbitrariedad en los casos en los que cesal Penal de la provincia de Mendoza, pese a
no había mediado ninguna clase de aplicación que en el año 2005, la CSJN argentina se había
de las reglas de la sana crítica, estando en con- pronunciado en contrario en el fallo “Casal”.

AÑO v • Nº 07 • agosto 2015 - Derecho Penal y Criminología • 227


DPyC Penal Juvenil doctrina

Más allá de lo expuesto, la Corte IDH señaló no habían explorado todas las diferentes alter-
que, tal como está regulado “actualmente”, el re- nativas de la ley impuesta ni fundamentaron la
curso de casación (en la Argentina) no alcanza no aplicación de las facultades de reducción de
de manera suficiente para garantizar el derecho pena previstas en dicha ley, más exactamente
de las víctimas a recurrir el fallo ante un juez o en su artículo 4. En ese sentido, dichas con-
tribunal superior. Con ello, también se incumple denas violaron el estándar internacional de li-
con el artículo 2 de la CADH ya que no se adecuó mitar la privación de libertad de adolescentes
el derecho interno a la Convención mencionada. como medida de último recurso y por el tiem-
po más breve que proceda. No es una novedad
Las torturas padecidas por dos de las víctimas, que las penas de prisión perpetua aplicadas a
la falta de debida diligencia en las investigacio- jóvenes resultan violatorias de la prohibición
nes de aquéllas y la muerte de otra de ellas, todas de aplicar penas, tratos crueles, inhumanos o
ocurridas cuando se encontraban bajo custodia degradantes.
estatal, fueron consideradas probadas por la
Corte IDH. La Argentina violó en este caso entre otros, tan-
to el principio de subsidiaridad en materia penal
El caso “Mendoza y otros v. Argentina” sólo juvenil, al aplicar las penas de prisión perpetua,
es otro precedente donde la Corte IDH señala y como también el principio de igualdad y no dis-
remarca la habitualidad y la persistencia de tor- criminación, el principio del interés superior del
turas en el país, mostrando falencias en la admi- niño y las medidas de protección especial esta-
nistración de justicia para investigar y sancionar blecidas en el artículo 19 de la CADH.
a los funcionarios responsables.
El Estado argentino fue renuente en llegar a
El tribunal internacional, como lo viene reali- soluciones amistosas, no obstante lo cual asu-
zando desde los últimos años, ordenó al Estado mió parcialmente ante la Corte IDH su respon-
que adopte importantísimas medidas de repara- sabilidad internacional por haber impuesto pe-
ción. Entre estas últimas, se destacan las que van nas perpetuas a jóvenes, fundamentando que el
más allá del caso particular, y otras que contem- sistema normativo vigente en el país lo permitía.
plan el caso en especial, por ejemplo la obliga-
ción de investigar. Pese a ello aclaró que en el caso en cuestión se
había producido un error de juzgamiento, omi-
La Argentina tiene por delante tareas de una tiendo aplicar el principio de culpabilidad en los
gran transcendencia institucional como refor- términos establecidos por la Corte nacional en el
mar el sistema de impugnación de sentencias fallo “Maldonado”.
penales y el régimen penal juvenil.
También sostuvo el Estado en defensa del cri-
Los hechos que llegaron a conocimiento de terio asumido en la materia, que el plexo norma-
la Corte IDH tuvieron lugar entre los años 1999 tivo establecido en las Reglas de Naciones Unidas
y 2002, periodo en el que se registraron las con- (Beijing, RIAD, Tokio, etc.), estaba contemplado
denas cuestionadas, contra cinco jóvenes que no a través de la entrada en vigencia de la ley 26.061
habían cumplido los 18 años de edad al momen- que en su artículo 2 especifica expresamente que
to de la comisión de los hechos y por tratarse de la CDN es obligatoria en las condiciones de su vi-
sanciones de prisión y reclusión perpetuas. Fue- gencia, en toda decisión administrativa, judicial
ron cinco condenas, tres de ellas impuestas por o de cualquier naturaleza.
el Tribunal Oral de Menores I de la Capital Fe-
deral, mientras que las otras dos fueron resueltas Argumentó el Estado que a partir del fallo
por un Tribunal Penal de Menores de la provin- “Maldonado”, no se habían producido más sen-
cia de Mendoza. tencias firmes condenando a jóvenes a prisión
perpetua.
Las condenas internas encontraron su argu-
mento en la ley 22.278, norma que, como se se- Asimismo refirió que la Reglas de Beijing pro-
ñalara más arriba, aún siguen aplicando la mayor movían reducir penas e incluso absolver y que
parte de los magistrados del país para sancionar ello entonces debía interpretarse como una con-
a las personas menores como si fueran adultos. cordancia con la llamada discrecionalidad de los
Aun así, los jueces que intervinieron en los casos jueces que permitía el sistema normativo argen-

228 • Derecho Penal y Criminología - AÑO v • Nº 07 • AGOSTO 2015


DPyC Zulita Fellini

tino, como también respecto de la consideración La Corte IDH sostuvo, refiriéndose a la viola-
de las sanciones perpetuas equiparables a trato ción del derecho a la integridad personal, que
cruel, inhumano o degradante, todo lo cual no la CDN prohíbe la aplicación de la pena de pri-
estaría prohibido en el orden internacional. sión perpetua sin posibilidad de excarcelación, y
que la grave desproporcionalidad entre el hecho
En el año 2010, en la provincia de Santa Fe se y la sanción puede constituir un trato cruel con
dictó una sentencia a prisión perpetua respecto efecto devastador. Por ello el tribunal regional
de un joven que al momento del hecho tenía 17 entendió que las penas aplicadas a los cinco jó-
años, condena que habría quedado firme. Como venes del caso “Mendoza” habían constituido
puede advertirse, dicho caso es posterior a la en- tratos crueles e inhumanos prohibidos por los
trada en vigencia de la ley 26.061, de su decreto artículos 5.1 y 5.2 en relación con los artículos 19
reglamentario y del fallo “Maldonado”. Además y 1.1, todos de la CADH interpretados conforme
de ello se registró un número de casos en los a la CDN.
cuales los fiscales solicitaron, incluso en fechas
recientes, penas a perpetuidad. Reconoció que las sentencias domésticas ha-
bían sido posibles por la existencia de normati-
Respecto a que la discrecionalidad se encon- va vigente en materia penal juvenil como la ley
traría en armonía con las Reglas de Beijing, hay 22.278, que permite la consideración de otros
que reconocer el error de ello, ya que dichas re- elementos además del delito cometido y también
glas están pensadas para favorecer al niño (prin- la imposición a jóvenes de penas previstas para
cipio pro persona), y así reducir el contenido adultos, por lo que esa ley es contraria al princi-
punitivo, motivo por el que hay que descartar pio de proporcionalidad y culpabilidad. Sostuvo
cualquier interpretación que funcione como fa- también que el plazo de 20 años que contempla
cultad arbitraria permitiendo que se lo iguale a el Código Penal de la Nación en su artículo 13
un adulto como ocurre en la Argentina. para poder solicitar por primera vez la libertad
A pesar de que la CADH no incluye un catálo- era desproporcionado ya que en algunos ca-
go de medidas punitivas que los Estados puedan sos implicaba la obligación de permanecer más
aplicar, cuando se trata de niños la Corte IDH tiempo privados de libertad, que el tiempo de
sostiene que cobra un papel relevante el prin- vida de ellos, antes de la comisión de los hechos
cipio de proporcionalidad, por el cual, debe y de la imposición de la pena.
existir un adecuado equilibrio entre la reacción Ante el argumento de que la ley 26.061 habría
penal y sus presupuestos, ya sea en la individua- solucionado el tema de la ejecución y revisión
lización de la pena como en el momento de la periódica de las sanciones, la Corte regional sos-
ejecución. Este criterio implica que la respuesta tuvo que dicha ley era una propuesta integral,
penal debe ser adecuada a los circunstancias pero que en cuanto a los aspectos relativos a la
del menor de edad y al delito, siempre tomando determinación de las sanciones penales se rigen
como criterio rector su reintegración a la socie- por la ley 22.278 y por el Código Penal de la Na-
dad y a su familia. ción.
La Corte IDH estableció en el caso que las con- Por tales motivos y teniendo en consideración
denas a penas perpetuas configuraron un encar- los aspectos positivos del fallo “Maldonado”, y
celamiento arbitrario según el artículo 7.3 de la también la anulación de las penas perpetuas
CADH, y a la luz de la CDN. por parte de la Cámara Federal de Casación
En particular, este tipo de sanciones van en Penal (26) y de la Corte Suprema de Justicia de
contra de la finalidad de la reintegración social
de los jóvenes, ya que importan la máxima exclu-
sión del niño de la sociedad, operando de mane- (26) A raíz de los recursos de revisión interpuestos por
las defensas oficiales de dos de los jóvenes y el interpuesto
ra plenamente retributiva. in pauperis forma por otro de ellos, el 21/08/2012 la Sala
Las penas así concebidas no son proporciona- II de la Cámara Federal de Casación Penal dictó sentencia
en la causa “Mendoza, Cesar Alberto y otros s/recurso de
les ya que anulan la finalidad de resocialización revisión”, causa 14.087, haciendo lugar a los planteos, de-
del niño, violando lo estipulado en el artículo 5.6 clarando la inconstitucionalidad del art. 80 inc. 7 del CP y
de la CADH. reenviándola causa al Tribunal Oral de Menores N° 1 para

AÑO v • Nº 07 • agosto 2015 - Derecho Penal y Criminología • 229


DPyC Penal Juvenil doctrina

Mendoza, ordenó al Estado argentino que ade- lo que fue descartado por la Corte IDH en razón
cue su legislación a los estándares internaciona- de ello significaba que el Estado descargó en las
les en materia penal juvenil. víctimas su obligación de investigar.
Las víctimas, mientras cumplían con estas pe- Lamentablemente el caso “Mendoza” es otro
nas contrarias a los estándares internacionales, precedente adverso en que la Corte IDH consi-
sufrieron distintas violaciones adicionales a sus deró responsable al Estado Argentino por afec-
derechos, que también configuraron violencia tación de los derechos a la integridad personal y
institucional. falta de la debida diligencia a la hora de investi-
gar.
Uno de los jóvenes perdió la vida en un con-
fuso hecho mientras se hallaba en una de las Respecto de la práctica de las torturas y ausen-
cárceles de las penitenciarías de Mendoza, en cia de investigación eficaz, la Argentina no sólo
un supuesto suicidio que nunca fue eficazmente ha sido objeto de recomendaciones de la Corte
investigado por la justicia provincial. IDH; también ha recibido distintas observacio-
Dos de las víctimas fueron objeto de torturas nes e informes del Comité de Derechos Huma-
en oportunidad de su detención en el complejo nos y del Comité de los Derechos del Niño en los
penitenciario federal de Ezeiza, en diciembre del años 2000 y 2010, e incluso en el año 2004 fue
año 2007. Estas torturas fueron perpetradas por tema de las observaciones finales contra la tor-
agentes del Estado (Sistema Penitenciario Fede- tura (CAT).
ral), mediante diferentes formas como la “falan- En un precedente del año 2012, más precisa-
ga”; fueron golpeados en la cabeza, en la espalda mente en la causa “Mohamed v. Argentina”, la
y en las plantas de los pies, incluyendo posicio- Corte IDH había manifestado una advertencia
nes de fuerza bajo agobiante calor. relacionada con los problemas del sistema recur-
Pese a contarse con informes médicos que sivo penal argentino. En aquella oportunidad la
confirmaron las lesiones sufridas, los hechos no Corte regional consideró que la víctima no contó
fueron investigados de manera eficaz por los or- con un medio impugnatorio adecuado confor-
ganismos jurisdiccionales, máxime teniendo en me a la Convención Americana. Ella había sido
cuenta que ello es frecuente en delitos cometidos objeto de condena en segunda instancia luego
por agentes del Estado en lugares de encierro. de una absolución en la instancia previa. Esta
falencia mostrada por el sistema recursivo sigue
La Corte IDH consideró vulnerados los artícu- ocurriendo y puede hacer incurrir al Estado en
los 8.1 y 25.1 de la CADH ya que se privó a las víc- responsabilidad internacional.
timas de una investigación justa e imparcial, in-
dependiente y minuciosa que explicara el origen A mayor abundamiento, la Corte IDH se expi-
de cómo se produjeron las lesiones e identificara dió en esa oportunidad diciendo que el recurso
a los responsables. extraordinario federal no cumple con los requi-
sitos de la Convención (en materia recursiva), en
La Argentina fue condenada por la falta de in- tanto no es un medio de impugnación penal sino
vestigación adecuada de los hechos en cuestión que es un recurso extraordinario que está limita-
y por las torturas descriptas en el caso (contra las do a las causales de procedencia por cuestiones
víctimas). federales y que excluyen las cuestiones fácticas y
probatorias, así como también toda instancia de
El Estado usó como uno de sus argumentos
naturaleza jurídica no constitucional.
defensivos la poca colaboración de las víctimas,
Los problemas de los recursos de casación
que determinara una nueva pena. Dicha audiencia aún no (artículos 456 y 457 del Código Procesal Penal
se ha llevado a cabo en tanto que el fiscal general ante la de la Nación) ya habían sido analizados por la
Cámara Federal de Casación penal, Raúl Omar Pleé, inter- Corte Nacional en el año 2005 en oportunidad
puso recurso extraordinario contra aquella sentencia y,
tras su denegación, recurso de queja ante la CSJN, el que
del pronunciamiento del caso “Casal”. En aque-
recientemente ha sido desistido por la Sra. Procuradora lla ocasión la CSJN afirmo que “lo único no re-
General de la Nación (dictamen de 4/9/2013), esperando visable es lo que surge directa y únicamente de
a la fecha resolución por parte del máximo Tribunal. la inmediación. Por ende, debe interpretarse que

230 • Derecho Penal y Criminología - AÑO v • Nº 07 • AGOSTO 2015


DPyC Zulita Fellini

los artículos 8.2 h) de la CADH y 14.5 del Pacto Según una constante jurisprudencia, la Corte
exige la revisión de todo lo que no esté absoluta- IDH estableció que la CADH traza un deber ge-
mente reservado a quienes hayan estado presen- neral de los Estados parte de adecuar su derecho
tes como jueces en el juicio oral. Esto es lo único interno a ella.
que los jueces de casación no pueden valorar,
no sólo porque cancelaría el principio de publi- Esto implica en principio dos consideraciones
cidad, sino también porque directamente no lo relevantes: en primer lugar, la supresión de las
conocen, lo que significa, que a su respecto rige normas o prácticas de cualquier naturaleza que
el límite real de conocimiento”. signifiquen una violación a las garantías previs-
tas en la Convención y, en segundo lugar —no
La CSJN argentina, como se informó más menos importante—, la expedición de normas
arriba, sostuvo la ampliación de los márgenes y el desarrollo de prácticas teniendo en miras la
de revisión del recurso de casación haciéndose efectiva observancia de las garantías allí estable-
eco de la doctrina de la “teoría de la capacidad cidas (en la CADH).
de rendimiento”. La misma establece que el tri-
bunal de casación debe agotar la revisión de Debemos destacar que el recurso de casación
lo revisable. Esta problemática del recurso de en la Argentina es muy restringido y contrario a
casación argentino queda expuesta de manera la Convención, tema que no fue negado por el
palmaria en el caso “Mendoza”, cuya incompa- Estado.
tibilidad con la CADH, y con el artículo 14.5 del En razón de lo expuesto, la Corte IDH identifi-
PIDCyP en relación con el derecho a recurrir el có la necesidad de que los jueces sigan ejercien-
fallo fue notoria. do el control de convencionalidad para garan-
tizar el cumplimiento de la Convención y su ju-
En este sentido, dentro de la CADH se habla
risprudencia. Por lo cual, dadas las deficiencias
expresamente de ciertas garantías mínimas,
señaladas en el caso “Mendoza”, la Corte IDH
como por ejemplo la de recurrir el fallo ante un
ordenó como medida de reparación adecuar en
juez o tribunal superior, toda vez que se trata de
el plazo razonable el ordenamiento interno de
una garantía esencial que se debe observar como
acuerdo con lo ordenado por la sentencia y la
requisito básico del debido proceso, en benefi-
Convención.
cio de cualquier persona a la que se inculpe de
delito. Ello es así en razón de protegerla de una En el caso particular del recurso de casación
posible decisión arbitraria. argentino, por su carácter restringido que ya
De tal manera, la Corte IDH dijo: “con base en apuntamos, la CSJN realizó una interpretación
fórmulas rígidas contrarias a la revisión integral de los artículos 456 y 457 de la legislación pro-
del fallo en el sentido exigido por la Convención, cesal mencionada, en las situaciones en que
el rechazo a los recursos de casación fue in limi- no surge claramente de la letra de la ley. Ello se
ne, sin ningún análisis sobre el fondo de la cues- suma al sistema de control de constitucionalidad
tión y sin considerar que las cuestiones fácticas o difuso argentino, según el cual la sentencia de
probatorias también pueden incidir en la correc- la CSJN es obligatoria sólo en el caso concreto y
ción de una condena penal”. para otros procesos distintos sólo subsiste como
una “obligación moral” de acatamiento, razón
Es relevante que cuando el caso estaba ya por la cual, la revisión amplia propuesta en “Ca-
muy avanzado en sede internacional, ambos sal” tiene un elemento fuertemente discrecional
tribunales (la Corte Suprema de la Provincia de en relación con el resto de los tribunales.
Mendoza y la Sala II de Casación Penal) habían
Todo lo expuesto desemboca en un inconve-
reconocido que resolvieron rechazar los recur-
niente no menos importante y central, que es la
sos de casación con argumentos contrarios a la
falta de una previsión legal clara, pudiendo resul-
CADH, y no se había realizado un examen inte-
tar una posible aplicación desigual de la garantía
gral y riguroso de la decisión recurrida, por lo
convencional estipulada.
que, control de convencionalidad mediante, la
Argentina violó el derecho al recurso recono- La reforma en el régimen de impugnación
cido en el artículo 8.2 h) de la Convención en penal es un tema pendiente en la agenda parla-
perjuicio de los jóvenes. mentaria (legislativa) de la Argentina.

AÑO v • Nº 07 • agosto 2015 - Derecho Penal y Criminología • 231


DPyC Penal Juvenil doctrina

Cuando la Corte IDH resolvió el caso “Mendo- ca; la posibilidad de una revisión íntegra del fallo
za” retomó algunos estándares que habían sido condenatorio que garantice un examen integral
puestos de manifiesto por primera vez en el caso de la decisión recurrida; también la posibilidad
“Herrera Ulloa v. Costa Rica” en el año 2004. En de evitar que quede firme una decisión adoptada
aquella oportunidad, la consagración de estos en un procedimiento viciado mediante errores;
principios provocaron la modificación de la le- y que se establezca un recurso extraordinario
gislación costarricense mediante la sanción de la accesible y eficaz, que debe ser garantizado an-
ley 8503 del año 2006, conocida como la ley de tes de que la sentencia adquiera calidad de cosa
apertura de la casación penal a la que posterior- juzgada. Asimismo se estableció la necesidad
mente se sumó una profunda reforma del Código de permitir analizar las cuestiones fácticas, pro-
Procesal Penal, ampliando el régimen de impug- batorias y jurídicas en que se basa la sentencia
nación de sentencias a través de la incorporación impugnada; las causales de procedencia del re-
del recurso de apelación. curso deben posibilitar un control amplio de los
aspectos impugnados y la regulación debe respe-
Los principios enunciados fueron que la sen- tar las garantías procesales mínimas que bajo el
tencia adversa puede ser revisada por un juez y artículo 8 de la Convención resulten relevantes y
tribunal distinto y de superior jerarquía orgáni- necesarias para resolver los agravios. u

232 • Derecho Penal y Criminología - AÑO v • Nº 07 • AGOSTO 2015


Páginas Clásicas
DPyC Páginas Clásicas DOCTRINA

Notas sobre la teoría normativa de la culpabilidad (*)


Por Jorge Frías Caballero (**)

Sumario: Primera parte: I. Colocación sistemática de la culpabilidad


en la teoría general del delito. — II. La teoría general de la culpabili-
dad. Problemas. — III. El problema: A. El concepto tradicional de la
culpabilidad; B. La concepción normativa; C. El problema en nues-
tro derecho; D. Los problemas del normativismo; E. Consecuencias
dogmáticas del normativismo. — Segunda parte: A. Incongruencias
e inconsecuencias de los psicologistas; B. El problema dogmático.
Las objeciones en el código; C. Las causas de no culpabilidad. Nuevas
inconsecuencias.

PRIMERA PARTE frente al concepto de imputabilidad que, como


es sabido, es también un conjunto de presupues-
I. Colocación sistemática de la culpabilidad
tos de la pena situados en la persona del autor.
en la teoría general del delito
La vieja teoría penal, por razones que no hacen al
La culpabilidad, conforme a la concepción ge- caso, no se sintió urgida por la necesidad de dis-
neral de este problema cuyas raíces se remontan tinguir entre imputabilidad y culpabilidad. Así, la
ya al pensamiento clásico, es concepto que hace teoría de Francisco Carrara, el criminalista más
referencia esencial a todos aquellos presupues- grande de todos los tiempos, relativa a las fuerzas
tos de la pena, elementos o aspectos del delito del delito (fuerza física y fuerza moral) engloba
(como quiera llamárseles), situados en el alma ambos conceptos dentro del de fuerza moral. La
del autor. Por tanto son, en primer término, pre- distinción se debe, fundamentalmente, a una
supuestos de la pena de carácter psicológico, es larga y cuidadosa elaboración de la dogmática
decir, subjetivo, que aluden no sólo a la partici- alemana que en esto, como en muchísimas otras
pación sino —y adviértase esto con claridad— a cosas, ha marcado el rumbo del pensamiento
la actitud anímica del autor frente a su propio penal contemporáneo. Y bien, la diferencia con-
acto. Esto distingue ya, sin dificultad, la culpabili- siste, esencialmente, en que mientras la imputa-
dad del tipo y de la antijuridicidad. Una acción es bilidad es un estado bio-psicológico —recalco la
típica cuando realiza externa, objetivamente, la palabra estado que da una idea de cierta perma-
acción descripta por la ley penal. Lo es, así, frente nencia— que supone determinada calidad o ap-
al art. 79 del cód. penal, la de quien externamen- titud de dicha índole en la persona responsable:
te ha realizado la acción de matar a un hombre. se es imputable cuando en virtud de un estado
A su vez una acción es antijurídica con arreglo de equilibrio de la personalidad bio-psíquica se
a criterios igualmente objetivos. El carácter an- tiene la aptitud de comprender la criminalidad
tijurídico de una conducta supone el contraste de la acción y de dirigir la propia conducta con-
exterior entre esta conducta —objetivamente forme a esa comprensión; en cambio la culpabi-
examinada— y algo igualmente objetivo: nor- lidad consiste en una actitud psicológica, en una
ma, valor, etc. Lo típico y lo antijurídico son, por posición actual —y, por tanto, momentánea—
tanto, eminentemente objetivos; la culpabilidad que adopta el autor respecto de la acción de-
es, ante todo, psicológica y, por tanto, subjetiva. lictiva que comete. La culpabilidad no es, pues,
Sobre esto no hay dificultad. La hay, en cambio, una aptitud o calidad de la persona penalmente
responsable. Por esto se es imputable en general,
(*) LA LEY, t. 60, p. 845, Sec. doctrina, año 1950. frente a cualquier especie de delito; pero sólo se
es culpable en concepto, es decir, con referencia
(**) (1915-1998) Exprofesor de Derecho Penal de la Uni-
versidad de La Plata. Exjuez de sentencia en lo criminal de a un determinado delito y no a otro que puede
la Capital Federal y juez de la Cámara de Apelaciones en lo cometerse, incluso contemporáneamente, en
Criminal y Correccional de la Capital Federal. forma no culpable. La diferencia se percibirá con

AÑO v • Nº 07 • agosto 2015 - Derecho Penal y Criminología • 235


DPyC Páginas Clásicas doctrina

mayor claridad cuando tratemos de las causas de ral de la culpabilidad. Un punto troncal de esa
no culpabilidad, por oposición a las de inimpu- teoría general es el de la naturaleza de la culpa-
tabilidad: éstas excluyen la responsabilidad por bilidad jurídico penal. De él vamos a ocuparnos.
cualquier delito cometido en estado de inim- Otros problemas, harto seductores de esa teoría
putabilidad; aquéllas, como el error, sólo por el general, como el de la responsabilidad por la cul-
delito concreto a que la inculpabilidad se refiere, pabilidad y no por el resultado; el de si existe una
pudiendo realizar, la misma persona y al mismo culpabilidad del carácter; si la peligrosidad pue-
tiempo, otros delitos culpables. de substituir alguna vez a la culpabilidad, etc.,
etc., nos son, por ahora, totalmente indiferentes.
Una distinción más es necesaria. El Profesor
Peco, cuando estructuró el programa de la ma- El problema concreto que hemos de tratar es el
teria colocó como título de la Bolilla las palabras siguiente: se ha dicho ya que la culpabilidad es,
“imputabilidad, culpabilidad, responsabilidad”. en primer término, un conjunto de presupuestos
Y no lo hizo inadvertidamente. Hay una grada- de la pena situados en el alma del autor, es decir,
ción sucesiva entre esos conceptos, dos de los un conjunto de presupuestos de índole psicoló-
cuales acabamos de diferenciar. Dos palabras gica. Ahora bien, este conjunto de presupuestos
más para distinguir culpabilidad y responsabi- psicológicos, ¿agota el concepto de la culpabili-
lidad. Algunas veces en tratados de técnica más dad o la culpabilidad es algo más de índole no
o menos deficientes se usan de un modo indis- psicológica? He aquí el problema sobre el cual
tinto las palabras “culpabilidad”, “responsabili- voy a intentar ofrecer una información tan ele-
dad”, para referirse a una misma cosa. Ello ocurre mental y clara como me sea posible.
también en ciertas leyes. Si se abre el código de
En realidad el debate sobre este punto es cosa
procedimiento penal de la provincia obsérvase
recentísima en nuestro país. Aunque en Europa
que un artículo dispone que la acusación está
nace ya a comienzos de siglo, en la Argentina se
obligada a probar la “culpabilidad” del proce-
plantea después de la venida de Jiménez de Asúa,
sado y, en otra parte, se dice que para decretar
el sabio maestro español de quien me declaro,
la prisión preventiva es necesario que exista al
con orgullo, su más modesto discípulo. Asúa, en
menos semiplena prueba de esa “culpabilidad”.
efecto, pone la cuestión sobre el tapete por la pri-
El término no se usa aquí con rigor técnico y
mera vez en un artículo publicado el año 1941,
significa lisa y llanamente “responsabilidad”. La
aunque, en rigor, Ricardo C. Núñez había ya he-
responsabilidad es, en síntesis, y basta esto por
cho referencias a él —más o menos incidenta-
ahora, un concepto que hace alusión a las conse-
les— en un trabajo del año 1938.
cuencias jurídicas resultantes de la comisión de
un delito preexistente. Por tanto es la consecuen- Veamos, pues, en qué consiste la apasionan-
cia del delito a la cual se vincula la aplicación de te cuestión que ha mantenido y mantiene entre
la pena; está, pues, fuera del delito mismo. Ya he- nosotros viva la llama de una polémica cuyos
mos visto, en cambio, que la culpabilidad es un términos inconciliables tienen en nuestro país
presupuesto de la pena y, por tanto, es el delito representantes muy ilustres.
mismo en uno de sus aspectos.
III. El problema
II. La teoría general de la culpabilidad.
Problemas A. El concepto tradicional de la culpabilidad
Como es obvio no hemos usado la palabra Tradicionalmente la culpabilidad ha sido con-
“culpabilidad” en sentido de culpa por oposición cebida como un “hecho de naturaleza puramen-
a dolo, sino como concepto amplio comprensivo te psicológica”. Adviértase que digo “puramente
tanto del dolo como de la culpa (formas, especies psicológica” utilizando textualmente expresio-
o elementos de la culpabilidad según las distin- nes de uno de los defensores de este punto de
tas concepciones que al respecto se han elabo- vista a quien me he de referir a menudo, porque
rado). Ahora bien, este concepto amplio de cul- en esto está el meollo de esta concepción. La di-
pabilidad está cuajado de problemas que afectan cotomía carrariana que concebía el delito como
igualmente y de la misma manera a la conducta la resultante de dos fuerzas (fuerza moral y fuer-
dolosa y a la culposa. La discusión de tales cues- za física), y que, dentro de la fuerza moral no
tiones corresponde, por tanto, a una teoría gene- distingue entre imputabilidad y culpabilidad, ya

236 • Derecho Penal y Criminología - AÑO v • Nº 07 • AGOSTO 2015


DPyC Jorge Frías Caballero

concebía esta última de un modo puramente psi- vismo naturalista en el ámbito del derecho, como
cológico. Posteriormente cuando esa dicotomía Soler y Núñez— que la culpabilidad se agota en
fue substituida por la tricotomía, por obra de la un hecho de índole psicológica.
técnica alemana, el concepto de culpabilidad no
B. La concepción normativa
sufrió modificación substancial ninguna y el cri-
terio psicológico llegó a ser, hasta nuestros días, Frente a esta teoría la conceptuación normati-
preponderante en la doctrina. va, denominada también “teoría normativa de la
culpabilidad”, sostiene que ésta no se agota con
Según este punto de vista la culpabilidad se
los elementos psicológicos contenidos en el dolo
agota totalmente con la consideración de los pre-
o en la culpa y que la culpabilidad no es un he-
supuestos psicológicos de la pena comprendidos
cho de ninguna especie sino un juicio normativo,
en el dolo o en la culpa que son meras formas del
un juicio de valor sobre una situación de hecho,
actuar culpable. Por tanto, ser un hombre culpa-
“ordinariamente” psicológica. La culpabilidad,
ble significa simplemente haber obrado con dolo
según ello, es el conjunto de aquellos presupues-
o por culpa: la culpabilidad es un mero hecho
tos de la pena que fundamentan, frente al autor,
psicológico cuyo teatro de acción es el alma del
la reprochabilidad de la conducta antijurídica.
autor en el momento del delito.
La acción aparece, así, como expresión jurídica-
Por esto Ricardo C. Núñez, el notable discípulo mente desaprobada de la personalidad del agen-
de Soler define a la culpabilidad como “el com- te (Edmundo Mezger). No basta para que un ser
portamiento psíquico que la ley penal exige en el humano sea penalmente culpable con investigar
autor material de un delito para que responda de si ha realizado su acción con los elementos psi-
él”. Concepto que, en esencia, es el de cualquier cológicos que constituyen el contenido del dolo o
psicologista. Como es natural, la doctrina argen- de la culpa; es necesario que sobre esos elemen-
tina, desde Tejedor hasta los autores citados en tos psicológicos y sobre otros que ya veremos, el
último término han adoptado esta postura como juez realice un juicio de valor. Este juicio de valor
la única compatible con el sistema positivo de consiste, en esencia, en lo siguiente: una acción
nuestro derecho. antijurídica es reprochable, es decir culpable,
cuando el autor imputable —o sea con capaci-
En cierto modo el psicologismo participa de un dad biopsicológica de comprender la criminali-
presupuesto filosófico hoy superado y que afec- dad del acto y de dirigir sus acciones— ha obrado
tó, con su secuela de errores ontológicos y meto- con dolo o por culpa y además —obsérvese esto
dológicos, durante el siglo XIX y comienzos del cuidadosamente— el derecho podía exigirle otra
presente, todo el horizonte del pensamiento hu- conducta conforme al derecho y por tanto dis-
mano: el positivismo. Es más aun, la concepción tinta de la realizada. En esto de “poder exigirle”,
psicologista supone una especie particularmen- o sea, en el concepto de exigibilidad radica la
te perjudicial de ese positivismo: el positivismo esencia del concepto de la culpabilidad norma-
naturalista. Es en virtud de él, en efecto, que se tiva. La exigibilidad es fundamento del juicio de
ha concebido a la acción humana como un mero reproche o reprochabilidad: el acto doloso de un
hecho de la naturaleza. Por ello el delito, que es hombre imputable es reprochable cuando le era
acción humana, se ha escindido en dos hechos exigible otra conducta conforme al derecho.
que vienen a componer el hecho delictivo: un
hecho externo y material que produce la lesión Como se ve el concepto de exigibilidad está en
prevista y castigada en la ley; otro hecho inter- el núcleo de la teoría y no es de índole psicológi-
no y psicológico que constituye la culpabilidad. ca sino que da pie al juicio de valor en qué con-
Dualismo naturalista que recuerda la escisión siste la culpabilidad. Los elementos psicológicos
cartesiana entre cuerpo y alma y que lo recuerda siguen siendo, ahora como en la teoría tradicio-
tan de cerca que hay quien ha hablado de la cul- nal, el dolo y la culpa.
pabilidad como del “alma” del delito y de la con-
ducta externa como del “corpus delicti”. Pero esta Ahora bien, ¿cuándo existirá la exigibilidad?
concepción de la conducta del hombre ha sido Haciendo un esfuerzo por expresar con claridad
ya abandonada por el pensamiento contemporá- el concepto pudiera decirse que la exigibilidad
neo, no obstante lo cual se sigue creyendo por al- existe, dando fundamento al juicio de reproche,
gunos —y aun por quienes abominan del positi- cuando el imputable que ha obrado dolosamen-

AÑO v • Nº 07 • agosto 2015 - Derecho Penal y Criminología • 237


DPyC Páginas Clásicas doctrina

te o por culpa, lo ha hecho en circunstancias ta- der. Ordinariamente la exigibilidad existe y por
les que le han permitido al autor una motivación tanto la reprochabilidad, cuando el sujeto pudo y
normal (he aquí una de las razones para adjeti- por ello debió obrar de otra manera. Cuando ese
var de “normativa” a la teoría). Dicho en otras poder no existió la culpabilidad desaparece.
palabras: esas circunstancias no han de impedir
el normal juego de los motivos que impulsan de Mas ese poder o no poder puede ser de distin-
una parte a actuar, de otra a abstenerse: por un tas especies. He aquí tres ejemplos que ilustrarán
lado la representación del resultado (querido mejor que los meros conceptos:
en el dolo), por otro la representación de que lo
querido es delictuoso y por tanto prohibido por a) Si un demente precoz realiza un delito, no
la ley. Existen, en efecto, circunstancias externas, cabe hablar de autor culpable de ninguna espe-
independientes del autor, que al convertir en cie. La demencia, síndrome de alienación mental,
anormal el proceso de motivación que ha con- quita al sujeto la posibilidad de comprender la
ducido al autor a realizar dolosa o culposamente criminalidad del acto y de dirigir sus acciones; ca-
el acto antijurídico, no le han permitido otra con- rece de aptitud para hacer de la prohibición legal
ducta en que prevaleciera el motivo de obedien- motivo o contramotivo de su conducta. No puede
cia a la ley. En estos casos no se le puede exigir obrar de otra manera y por tanto no es reprocha-
otra conducta conforme al derecho y, por consi- ble. Mas, obsérvese que aquí el “no poder” es de
guiente, el juicio de reproche no tiene lugar; en- orden bio-psíquico, deriva de condiciones natura-
tonces la culpabilidad no existe a pesar de que el les, exactamente como el ciego de nacimiento no
autor ha obrado con los elementos psicológicos ve los colores porque carece del sentido de la vista.
constitutivos del dolo o de la culpa en los cuales b) Pero tampoco puede obrar de otra manera
para el psicologismo se agota la culpabilidad. quien realiza un delito en la firme creencia de
que ejecuta un acto inocente y lícito (error de
En suma, para el normativismo existe una nor- hecho no imputable). Quien ignora, de un modo
ma de deber derivada de la ley en cuya virtud el insuperable, que lo que ejecuta es ilícito no pue-
autor debió detenerse por la representación de de hacer un deber de una representación de que
que lo que iba a realizar era punible. Cuando carece. Trátase de una imposibilidad transitoria
no obstante no se detiene, es decir, cuando no de orden puramente psíquico.
convierte la prohibición en motivo o mejor, en
contramotivo de su conducta, aquél es culpable c) Mas, a veces, el no poder obrar de otra mane-
siempre que el juego de motivos haya sido nor- ra no deriva de una tosca circunstancia natural, o
mal, porque le era exigible otra conducta confor- de una imposibilidad radical de motivación con-
me al derecho. El homicidio presupone la norma traria. Por excepción ese “no poder” puede ser la
“no matarás”; esta norma, en la faz objetiva, da resultante de una valoración consciente en cuya
lugar a que objetivamente se juzgue como desva- virtud el sujeto no pudo humanamente obrar de
liosa la conducta de quien mata, juicio que origi- otra manera, porque debieron prevalecer en su
na la antijuridicidad; pero esa misma norma, en conciencia motivos que para él eran necesaria-
su faz subjetiva, exige convertirse para el autor en mente superiores al deber de motivarse por la
deber: debe ser motivo para abstenerse de ma- representación del contenido de la norma. Si a
tar; si a pesar de ello no se ha convertido en tal mí me dicen que seré sancionado con la pena de
motivo da pie al juicio de culpabilidad, es decir, muerte si es que no entrego a mi hijo al verdugo
a la reprochabilidad, cuando las circunstancias que le ha de arrebatar la vida en cumplimiento de
permitían exigir al autor que hiciera prevalecer la ley, yo no puedo hacer de la representación de
en la intimidad de su conciencia el motivo de la la norma que a ello me obliga un motivo prepon-
ley al motivo que le impelía a delinquir. derante al motivo de salvar la vida de mi hijo, aun
a costa de la mía. En tal hipótesis el derecho no
La exigibilidad de otra conducta conforme al puede exigirme la conducta conforme al derecho,
derecho, núcleo de la teoría normativa parte, es decir, la entrega de mi hijo, y, si no lo entrego, no
pues, del concepto de que el autor debió obrar de puede jurídicamente reprocharme mi conducta.
otra manera; debió optar por un comportamien-
to distinto al que realizó. Pero es obvio que el En los tres ejemplos que anteceden no existe
concepto de deber presupone el concepto de po- el poder de obrar conforme a la norma de deber;

238 • Derecho Penal y Criminología - AÑO v • Nº 07 • AGOSTO 2015


DPyC Jorge Frías Caballero

pero es en el tercero en que la teoría normativa La necesidad de la síntesis y acaso también la


cobra un interés superlativo. En efecto, en tal hi- falta de utilidad han reducido la cita de autores al
pótesis, una pura construcción psicologista de la mínimo, tanto más cuanto que la doctrina tiene
culpabilidad se hallaría sin salida puesto que el muchos matices en cada uno de sus partidarios y
agente es imputable (posee la aptitud de motivar- lo que queda dicho es una especie de resumen de
se por la representación del contenido de la nor- lo que es común o más o menos común en todos.
ma) y la relación de índole psicológica con su pro- Sin embargo, no puede dejar de señalarse que el
pio acto (actitud psíquica) reúne todos los requisi- primer autor que emprende una revisión en este
tos psicológicos del dolo. La teoría normativa, en sentido es Reinhard Frank, un notable técnico
cambio, excluye la culpabilidad en base al juicio alemán, en 1907, al que le siguen luego James
de valor: no existe la exigibilidad de otra conducta Goldschmidt, Freudenthal, Mezger, etc., y, luego,
conforme a derecho y está ausente, por tanto, la en Italia, Bettiol, en su reciente “Parte Generale”
reprochabilidad (culpabilidad) del acto realizado. (1945), Musotto y, entre nosotros, Jiménez de
Asúa.
Cuanto acaba de decirse es un esquema ele-
mental, y por ello muy imperfecto, del concepto C. El problema en nuestro derecho
de la culpabilidad normativa que tiende a de-
mostrar que la culpabilidad no se agota con la Un problema fundamental para nosotros es
consideración de los presupuestos psicológicos saber si —como sostienen los que como Núñez
de la pena contenidos en el dolo y en la culpa. se han opuesto a la recepción de la doctrina—
Pero no es más que un esquema elemental, que en nuestro derecho existen obstáculos legales
prescinde, por ello, de todos los detalles, suma- insuperables para concebir normativamente la
mente complejos, de dicha teoría. culpabilidad la que, por otra parte, obedecería
a insuficiencias del derecho alemán inexistentes
Se dijo ya que, en el fondo, la teoría psicológica en el nuestro.
resulta tributaria del positivismo naturalista para
el cual el delito, como conducta humana, parti- En la segunda parte nos ocuparemos extensa-
cipa de los caracteres de los objetos naturales. mente de ese problema haciéndonos cargo de los
La teoría normativa, por el contrario, cae bajo argumentos y exponiendo los que a nosotros nos
el influjo de las ideas provenientes de la filoso- parecen decisivos en refutación de esa tesis.
fía de los valores que con Windelband y Rickert,
Por ahora recordemos que la doctrina norma-
sobre todo, han escindido el mundo de la reali-
tiva, aceptada por el Tribunal del Reich en sen-
dad en naturaleza y cultura (para nosotros, aquí,
tencias hoy clásicas —a las cuales retorna hoy la
naturaleza y conducta). Para tal punto de vista,
jurisprudencia germánica después del episodio
la conducta humana tiene un sustrato natural,
nazi— también ha tenido cabida, si bien parca,
fáctico, de hecho (los elementos psicológicos son
en tribunales argentinos. En Alemania fueron
un aspecto de ese sustrato), mas, la esencia de la
notables los casos conocidos por el de “La cigüe-
conducta humana consiste en que ese sustrato
ña ante los jurados” y el del “Leinenfänger” o ca-
es portador de un sentido valioso o disvalioso.
ballo que no obedece a la rienda. En el primero
Por esto la situación de hecho psicológica de la
una empresa minera había resuelto que el día en
culpabilidad sólo se convierte en culpabilidad a
que la mujer de un obrero tuviese un hijo, el pa-
través de un juicio de valor en virtud del cual la
dre quedaría eximido de la obligación de traba-
conducta aparece como expresión jurídicamente
jar sin pérdida del sueldo respectivo. Los obreros
desaprobada de la persona del autor.
para aprovechar esta circunstancia obligaron a la
Bastan estas nociones para lo que aquí nos partera que allí atendía a sus mujeres a declarar
proponemos. La claridad, difícil de lograr sobre como nacidos en día hábil los niños que nacieran
tema tan arduo se ha de ver grandemente favo- en domingo, amenazándola en caso de que así
recida cuando más adelante tratemos de las cau- no lo hiciera con no contratar más sus servicios.
sas que excluyen la culpabilidad ya que ellas son, La partera, temerosa de verse sin trabajo, se hizo,
precisamente, las circunstancias que al convertir así, responsable del delito de inscripciones falsas
en anormal la motivación del autor excluyen la en el Registro. En el caso del “Leinenfänger” el
exigibilidad y, por consiguiente, el reproche y la dueño de un caballo indócil y peligroso había or-
culpabilidad. denado al cochero que lo enganchase para pres-

AÑO v • Nº 07 • agosto 2015 - Derecho Penal y Criminología • 239


DPyC Páginas Clásicas doctrina

tar servicio. El cochero justamente alarmado y norma de valuación y origina el juicio de an-
previendo un accidente se resistió, pero el dueño tijuridicidad; en su faz subjetiva es “norma de
le amenazó con despedirle. El cochero obedeció determinación” y se vincula a la culpabilidad;
entonces y el animal, que se desbocó, produjo le- b) tampoco hay acuerdo en cuanto a la estructu-
siones a un transeúnte. El Reichgericht resolvió, ra misma de la culpabilidad. ¿Es pura reprocha-
en ambos casos, que no podía exigírseles a los bilidad como sostiene Goldschmidt, y el dolo y la
acusados otra conducta conforme al derecho. No culpa, la imputabilidad y las causas de no culpa-
podía exigírseles que por hacer de la norma de bilidad son meros presupuestos de hecho de la
deber una motivación preponderante de su con- culpabilidad, o bien, como creen Frank-Mezger,
ducta perdieran sus medios de vida, es decir, “su todos estos son elementos del juicio de culpabi-
colocación y su pan”. Entre nosotros Jiménez de lidad? La consideración de estos problemas nos
Asúa, en el artículo ya aludido sobre la no exigi- llevaría muy lejos y complicarían en extremo es-
bilidad de otra conducta señala varios casos de tos conceptos elementales. Algo de ello veremos,
recepción de la doctrina en la Argentina. Pero sin embargo, en seguida, al referirnos a las con-
acaso más interesante aun resulta una sentencia secuencias dogmáticas del normativismo.
muy anterior a la época en que en nuestro país
E. Consecuencias dogmáticas del normativismo
se debaten estos temas y que por eso demuestra
el contenido de verdad que tiene la concepción Tres son los aspectos fundamentales en que,
normativa. En dicho fallo, fechado en Paraná, el como consecuencia de su respectivo planteo
19 de junio de 1939, confirmado por el Supremo inicial, discrepan el naturalismo psicologista y
Tribunal de Entre Ríos, el juez absuelve sin tex- la teoría normativa: a) estructura de la culpabili-
to expreso de ninguna clase que prevea el caso, dad; b) función de la misma; c) causas excluyen-
aparentemente por analogía del art. 278 del Cód. tes de la culpabilidad.
Penal que se refiere al ocultamiento de próximos
parientes. Pero, en realidad, por no exigibilidad a) Estructura de la culpabilidad: como he-
de otra conducta conforme al derecho. El fallo mos visto el psicologismo sostiene que la cul-
está estractado por García Quiroga en su obra so- pabilidad se agota en sus formas: dolo y culpa,
bre el código de procedimiento penal de la Pro- cuyo contenido es “puramente” psicológico. De
vincia de Buenos Aires. ahí que la imputabilidad, estado biopsíquico al
que ya hemos aludido es, simplemente, presu-
Dejando por ahora el problema dogmático, puesto subjetivo de la culpabilidad, así como la
sobre el que nos ocuparemos más adelante, y las antijuridicidad es su presupuesto objetivo. Im-
inconsecuencias e incongruencias del psicolo- putabilidad y antijuridicidad yacen, como sus
gismo, incluso cuando él se expone por maestros presupuestos, fuera de la culpabilidad. A su vez,
de la talla de Sebastián Soler o de su discípulo las causas de inculpabilidad constituyen la faz
Ricardo C. Núñez, es preciso, aquí, completar, negativa de la culpabilidad; por tanto son tam-
en breve esbozo, las nociones ya dadas sobre la bién de índole psicológica (Núñez dice que se
teoría normativa. trata de “estados psicológicos”. Prescindiendo de
que la palabra “estados” se ajusta más a la esen-
D. Los problemas del normativismo
cia de la imputabilidad, usándola en singular, he
Una de las objeciones que suelen hacerse al aquí el reconocimiento expreso de la índole de
normativismo consiste en que sus partidarios dichas causas conforme a la concepción psicolo-
no han llegado a un perfecto acuerdo sobre gista). Frente a esto, para la teoría normativa, en
puntos fundamentales de la teoría. Esto es general, forman parte de la culpabilidad, como
cierto. Así, y para no referirnos sino a lo más sus elementos, todos aquellos presupuestos de
importante: a) algunos sostienen que la culpa- la pena que hacen posible el juicio de reproche.
bilidad normativa presupone la existencia de Por tanto es elemento —y no presupuesto de la
una norma de deber o “norma de motivación”, culpabilidad—, la imputabilidad, al lado del dolo
autónoma e independiente de la norma de valo- o de la culpa y de las circunstancias que excluyen
ración que daría base al juicio de antijuridicidad: la culpabilidad, es decir, aquellas circunstancias
Goldschmidt; otros, en cambio, como Mezger que al convertir en anormal el proceso motiva-
sostienen que se trata de una única norma y no dor hacen que no hubiera podido exigirse al
de dos. Dicha norma, en su aspecto objetivo es autor otra conducta conforme al derecho. En la

240 • Derecho Penal y Criminología - AÑO v • Nº 07 • AGOSTO 2015


DPyC Jorge Frías Caballero

enumeración de esos elementos estas circuns- jurídico, para convertirse en algo vital y elástico,
tancias excluyentes de culpabilidad suelen for- permitiendo la individualización de la respon-
mularse aludiendo, al lado de la imputabilidad, sabilidad criminal en contacto con la palpitante
del dolo y de la culpa, a la ausencia de motivos de realidad de la vida.
inculpabilidad. La sistemática de la materia va-
ría, pues, fundamentalmente, según sea la posi- Preguntémonos, en efecto, qué haría el psico-
ción adoptada, como bien lo ha señalado Núñez logismo frente al clásico náufrago de la tabla de
comparando los Tratados de Mezger y Soler. Carneades que para salvar su vida en peligro se
apodera, en medio del mar, del madero en que
b) Función de la culpabilidad: también diver- otro infeliz pugna dramáticamente por arrebatar
gen aquí las dos concepciones. Para el psicolo- su existencia a una muerte segura e inmediata y
gismo, en el cual, repito, la culpabilidad supone que sólo puede contener el peso de una perso-
la simple verificación de la existencia o inexis- na. En rigor tendríamos que castigarle porque
tencia del nexo psicológico entre acto y autor, ninguna norma del código argentino contempla
la culpabilidad no es susceptible de medida, de expresamente el caso. No existe, en efecto, como
un más o un menos; es un hecho, y, como tal, o se afirma con inconsecuencia, un estado de ne-
existe o no existe. Para el normativismo —sobre cesidad del art. 34, inc. 3°, pues ambos bienes
todo en base a los motivos y otros elementos— la son de igual jerarquía objetiva para el derecho
culpabilidad es susceptible de grados y esa gra- y ese artículo exige la preeminencia valorativa
dación influye en la medida de la pena: mayor o del bien que se salvaguarda sacrificando el bien
menor deber, mayor o menor exigibilidad y re- inferior. ¿Qué otra eximente aplicaríamos, pues?
prochabilidad: mayor o menor pena. Ninguna. Y sin embargo no podemos castigarle.
Creer aquí que la ley quiere castigar a quien no se
c) Causas excluyentes de la culpabilidad (cau- resuelve a morir en aras de la vida de su prójimo
sas de inculpabilidad): es aquí donde se aprecian y que esto le es exigible jurídicamente, es tan ab-
con mayor claridad las diferencias así como la fe- surdo como creer que la ley podría disponer, de
cundidad de la concepción normativa frente a la un modo eficaz y vigente, que las aguas de un río
teoría psicológica. remonten su curso en sentido inverso. En ambos
Para la teoría psicológica estas causas consti- casos la norma que lo pretendiese se limitaría a
tuyen un catálogo cerrado expresamente previs- una validez puramente formal, sin contenido vi-
to en los códigos. En nuestro caso dichas causas tal y, por tanto, jamás sería, en realidad, norma
no son, ni pueden ser más de dos o tres: error de vigente. La moral puede exigirme el sacrificio y el
heroísmo, nunca el derecho. Este es una norma
hecho no imputable, coacción moral y, en cier-
práctica de vida y no puede trasmutar el rigor de
tos casos, obediencia debida. En cambio para el
las leyes físicas que gobiernan el mundo natural
normativismo no se trata de un catálogo cerrado
ni los impulsos entrañables de la humana natu-
y, por consiguiente, rígido, formal e inflexible,
raleza. El hombre no se ha de decidir al heroísmo
sino de una mera enumeración no exhaustiva.
porque así se lo mande la ley, o lo suponga. El de-
Las causas legalmente formuladas son, por esen-
recho no se formula para héroes ni para santos,
cia, simples ejemplificaciones particulares del
sino para seres humanos comunes, con todas sus
principio de la no exigibilidad de otra conducta
debilidades y pasiones, con todos sus impulsos,
conforme al derecho. Al margen de ellas, es decir,
sentimientos y esperanzas.
más allá de la ley, suprajurídica, pero no más allá
del derecho, metajurídica, existe la causa supra- Supongamos, no obstante, que el derecho me
legal de no exigibilidad. Esta hará posible el juicio exige el máximo sacrificio bajo amenaza de pena
de valor individualizado en cada caso, en virtud severísima. ¿Serán alguna vez satisfechas sus
del cual la culpabilidad se excluye y, por tanto, exigencias? Y si esto no ocurrirá nunca, ¿a qué
la pena, cuando la valoración hubiere demostra- queda reducida la vigencia de la norma? Supon-
do que no podía, en el caso concreto, exigírsele gamos más aún, que la pena se ha de descargar
al autor otra conducta conforme al derecho. De tan irracionalmente que se ha de prescindir de
este modo el derecho penal, a semejanza de lo verificar si el autor concreto podía humanamen-
que ocurre en materia de antijuridicidad, con la te plegarse a su mandato o, por el contrario, ha-
admisión de causas supralegales de justificación, bía de preferir, en todo y de hecho, someterse a la
pierde la rigidez desvitalizada del formalismo pena antes que doblegarse a la norma. ¿A qué se

AÑO v • Nº 07 • agosto 2015 - Derecho Penal y Criminología • 241


DPyC Páginas Clásicas doctrina

habría reducido, entonces, el fin de prevención 1. Los propios psicologistas, al construir la teo-
general y especial de la pena? ría del dolo y de la culpa superan, con contradic-
ción, el fundamento naturalista que han comen-
Es que el legislador no es omnipotente. No zado por asignar a la culpabilidad. En efecto. Si
puede exigir, ni suponer, que el hombre haga co- la culpabilidad se agotase con los presupuestos
sas extraordinarias para plegarse a sus designios. psicológicos contenidos en el dolo o en la cul-
Cada vez que pretenda dirigirse a santos o héroes pa, no habría inconveniente en afirmar que el
se encontrará burlado por seres de carne y hueso,
que se defiende legítimamente de la agresión
que han preferido la pena a la santidad o al he-
de un tercero, causándole la muerte, ha obrado
roísmo que pretende exigirles en nombre de los
con dolo. El sujeto activo de la legítima defensa
intereses generales representados por la ley que
obra, en efecto, poniendo en su acción todos los
son, en el caso concreto, contrarias a la ley de su
ingredientes psicológicos que integran el dolo.
naturaleza.
Pero esto es absurdo puesto que quien se defien-
El derecho penal no puede, en consecuencia, de obra secundum jus y el juicio de culpabilidad
castigar al náufrago que se salva a costa de la presupone un acto antijurídico. Por esto ningún
muerte de su desdichado compañero. Noventa psicologista afirma que hay dolo en quien se de-
y nueve de cada cien preferirían sufrir la pena, fiende. Pero esto demuestra ya, abinitio, que la
incluso la de muerte, que en el momento de la culpabilidad no es un mero hecho psicológico
acción es, al fin y al cabo, una amenaza remota y —hecho natural— sino algo fáctico pero referido
eventual, para salvar, aunque fuese para perder- a una valoración, es decir, a una norma. Los mis-
la después, su propia vida. La teoría normativa mos psicologistas se apresuran a enseñarnos que
de la culpabilidad nos da la solución para este y los conceptos de dolo y culpa no son puramente
para otros casos semejantes que la vida nos pre- psicológicos sino jurídicos y por tanto normati-
senta con su dramatismo multiforme y cotidiano, vos.
como lo veremos a continuación.
2. La inconsecuencia de la posición psicolo-
SEGUNDA PARTE gista se denuncia a sí misma en la terminología
empleada habitualmente. Siempre que se alude
Expuesto, así, de un modo elemental, el con- al dolo o a la culpabilidad con términos seme-
cepto de la culpabilidad psicológica y el de la teo- jantes a voluntad culpable, voluntad viciada, o
ría normativa, veamos ahora la posición crítica se hace referencia a una voluntad libre o espon-
de ambas teorías y, especialmente, las inconse- tánea, por oposición a la voluntad constreñida,
cuencias y contradicciones de la teoría psicolo- etc., etc., se está adosando al concepto algo que
gista, así como la fecundidad dogmática que en- no es ya puramente psicológico, sino, muchas
cierra el normativismo. Planteemos el problema veces, normativo. Así, el término “culpable”
con referencia al derecho vigente y situémoslo, denuncia de inmediato la valoración, la refe-
finalmente, en el ámbito de las causas que ex- rencia normativa (al derecho, a la moral, etc.),
cluyen la culpabilidad, principalmente en el de y no una mera situación de hecho, psicológica.
la coacción moral para demostrar que ésta no es Quienes emplean el adjetivo no se percatan que
la faz negativa de índole también psicológica del su léxico es normativo por antonomasia; el vo-
dolo o de la culpa —aspecto psicológico positivo cablo “culpable” no puede tener jamás un puro
en que para el psicologismo consistiría la culpa- sentido naturalista: en la naturaleza pura no hay
bilidad—, sino que dicha causa de no culpabili- valor, no existe ni lo bueno ni lo malo, lo justo ni
dad, legislada en el inc. 2° del art. 34, implica la lo injusto, lo culpable ni lo inocente. Igual cosa
recepción legal de la teoría normativa. sucede con los términos: consentimiento vicia-
A. Incongruencias e inconsecuencias de los psi- do (derecho civil) o voluntad viciada (derecho
cologistas penal) con los que suele aludirse a los efectos
que sobre la voluntad en el delito o sobre el con-
La postura psicologista nos muestra, de entra- sentimiento en el contrato ejerce la amenaza, el
da, notables contradicciones consigo misma, es engaño, etc., de un tercero. La palabra “viciado”
decir, con su pretensión de que la culpabilidad es implica referencia a una norma: la voluntad
un hecho de naturaleza puramente psicológica. para ser válida (he aquí el valor) debió ser de
Veamos. otra manera.

242 • Derecho Penal y Criminología - AÑO v • Nº 07 • AGOSTO 2015


DPyC Jorge Frías Caballero

3. Pero las inconsecuencias son más graves y una exigibilidad de orden jurídico. Si yo manejo
trascienden los problemas de léxico. En una con- imprudentemente mi automóvil a gran veloci-
cepción “puramente” psicologista no cabe en dad en lugar muy poblado y como consecuencia
absoluto aceptar como causa de no culpabilidad mato a un transeúnte, ¿por qué me castiga el de-
ninguna especie de “no exigibilidad”. El concep- recho? Porque pude prever que podía matar y sin
to es incongruente con la estructura puramente embargo no tuve previsión (el derecho me exige
psicológica de la culpabilidad. Sin embargo caen tenerla) o porque, teniendo previsión, debí dete-
en él los más conspicuos y autorizados psicolo- nerme o manejar más despacio. En suma, se me
gistas. Así Soler, partidario declarado del psico- castiga porque el derecho me exige prever que
logismo acepta para excluir la culpabilidad del voy a matar o, si preveo, me exige detenerme. En
agente el principio de la no exigibilidad en situa- definitiva porque violo una norma de deber.
ciones en que el psicologismo debiera postular la
pena si es consecuente consigo mismo. Por esto No es posible negar, frente a esto, que la culpa
ha podido reprocharle Núñez, discípulo ilustre implica un momento normativo y que no se ago-
del maestro de Córdoba, inconsecuencia con las ta en una pura conceptuación psicológica.
premisas de su propio pensamiento. B. El problema dogmático. Las objeciones en el
Código
4. Cuando el psicologismo acude a circuns-
tancias o criterios totalmente extraños al nexo Los opositores del normativismo en nuestro
psicológico entre la mente del autor y su acto y país afirman que su recepción encuentra trabas
hace de ellos indicios de culpabilidad “una con- legales irreductibles. Dice Ricardo C. Núñez que
cepción psicológica, volenti o nolenti, está ya el carácter retributivo de la pena que presupone
superada” (1). un destinatario consciente que actúe como tal al
cometer el delito que aquella retribuye, funda-
Tal ocurre con Núñez cuando éste afirma que menta políticamente que la responsabilidad se
la esencia de la culpa no radica en la posibilidad base en la culpabilidad y que el fundamento de la
de prever el resultado o en el de haberlo previs- culpabilidad sea la autoría moral que se satisface
to pero no consentido (concepción tradicional) con que el autor obre voluntaria o culposamente
sino en la violación de una norma de deber o sin condición ninguna de índole normativa.
precaución. Esto es reconocer que la culpabili-
dad culposa no radica en alguna de naturaleza Pero aquí se olvida que la pena no tiene un
sólo psicológica sino —primordialmente— en el carácter puramente retributivo; le inspira, igual-
contraste con una norma de deber y, por tanto, mente, una finalidad de prevención (prevención
en algo eminentemente normativo. La construc- especial en cuanto se refiere al propio sujeto que
ción de Núñez es paradojal. delinque). Pero a su vez esta prevención especial
presupone que el autor ha podido —y debido—
Mas la contradicción está igualmente latente obrar de otra manera. Si así no fuese esa pre-
en cualquier otra concepción de la culpa, por- vención especial no tendría sentido. Es de toda
que esta forma de la culpabilidad —y esto no lo evidencia que el derecho, cuando aplica la pena,
han podido destruir jamás los psicologistas— es supone que el autor, en las concretas circunstan-
concepto de esencia normativa. En efecto, si, cias en que ha actuado, ha podido obrar en el
con la posición tradicional, decimos que la culpa fondo de su conciencia de otra manera, y el de-
consiste en la posibilidad de prever el resultado recho ha esperado —y exigido— que obre de ese
que sin embargo no se ha previsto, se nos está di- modo. Si al derecho le fuese indiferente este mo-
ciendo que la pena se descarga porque pudien- mento normativo y castigara siempre, aunque el
do prever, se debió prever (elemento normativo) autor, en un futuro cercano o remoto, puesto en
y de hecho la previsión ha faltado. La normati- circunstancias idénticas volvería a delinquir por-
vidad es, por consiguiente, de la esencia de la que, como ahora, no podía obrar de otra manera,
culpa. Implica violación de una norma de deber; se habría aniquilado el fin de prevención espe-
cial, ínsito a la pena... simplemente porque el
(1) Las objeciones señaladas en este número y las ex- autor volvería a delinquir, a pesar de la sanción.
puestas en primer y segundo lugar (núms. 1 y 2), se inspi-
ran en lo expuesto por GIUSEPPE BETTIOL, en su “Diritto Y que nuestro derecho no es puramente retri-
penale”, Palermo, Priulla, ps. 239 y 240. butivo, lo que implicaría descargar la pena todas

AÑO v • Nº 07 • agosto 2015 - Derecho Penal y Criminología • 243


DPyC Páginas Clásicas doctrina

las veces que existe un actuar voluntario, típica- mayor a que ha sido extraño”. Según este artículo
mente antijurídico, se demuestra por el hecho de sólo está legitimado por el estado de necesidad,
que excluye la pena, como veremos más adelan- la salvaguarda del bien de mayor entidad a costa
te, aunque se den aquellos requisitos, cuando el del bien de rango inferior, conforme a una escala
sujeto no hubiese podido humanamente actuar de valor que nada tiene que ver con la subjetivi-
de otra manera. dad de ninguno de los dos protagonistas.
Es que en realidad está latente en el sistema Mas la cosa no para aquí. La causa de justifi-
—a veces de un modo explícito— la idea de que cación convierte el hecho en legítimo. ¿Pero, es
ser culpable supone el poder obrar conforme a la que podemos creer, con justicia, que hay derecho
norma y en virtud de ello el derecho puede exigir a matar a un náufrago inocente y que su muerte
que se obre de ese modo y no se cometa el delito. es considerada como legítima? Basta pensar en
las consecuencias civiles: de un hecho legítimo,
He aquí los fundamentos de esta afirmación: conforme al derecho, no cabe deducir ninguna
especie de responsabilidad, ni siquiera la indem-
a) Náufragos. Necesidad y conflicto de bienes
nización del daño ex delicto. La solución resulta,
de idéntica jerarquía valorativa: aludimos ya an-
así, de paladina injusticia y sus resultados vienen
teriormente al conflicto posible entre dos bienes
a exaltar al rango de derecho las veleidades del
objetivamente de igual jerarquía y en el cual ne-
azar, cuando no el brutal hecho de la fuerza.
cesariamente se ha de destruir uno para salvar el
otro. La hipótesis procede de la más remota anti- Más aun, si estuviésemos frente a un genuino
güedad (Cicerón y el filósofo griego Carneades). estado de necesidad la intervención de terceros
sería igualmente legítima (como en toda justi-
Soler resuelve el problema lisa y llanamente
ficante). Y preguntémonos, entonces, con Ali-
aplicando el estado de necesidad del art. 34,
mena: “¿no es profundamente repugnante que
inc. 3°.
un transeúnte que ve dos hombres sobre una
Discrepamos con el parecer del maestro de tabla que no puede sostener a ambos y que van
Córdoba, pues tal solución parécenos triplemen- a caer en el abismo, saque su revólver y tranqui-
te inconsecuente. lamente, como si tirase al blanco, asesine a uno
de ellos? ¿No sería mejor que estos desgraciados
Quien como él ha construido con elegancia y siguieran su suerte antes que dar el espectáculo
corrección dignas de su jerarquía científica, la de semejante crueldad?”. No obstante ello, si con-
teoría de la antijuridicidad, concibiéndola de un sideramos aplicable el inc. 3° no podemos evitar
modo eminentemente objetivo, hace aquí una este resultado: siempre que el agente obre legí-
inadmisible concesión al subjetivismo que hace timamente cualquiera puede, con idéntico dere-
saltar, hecha añicos, su propia elaboración doc- cho, ayudarle.
trinaria. Si lo antijurídico es un juicio que recae
sobre la faz objetiva, externa, de la conducta, en Pero no es esto todo. Piénsese en lo siguiente:
virtud del cual se contrasta esta conducta con la imaginemos un estado de necesidad en que co-
norma, que es igualmente externa al alma del au- lisionan, igualmente, dos vidas humanas, con la
tor, no se comprende porque en este caso la juri- diferencia de que ese estado proviene de la ame-
dicidad o antijuridicidad de una conducta típica naza de un tercero. Como Soler nos enseña que
se ha de resolver conforme al punto de vista del no podemos aplicar el inc. 3° aludido, porque
autor, es decir, subjetivamente, ya que una valo- sólo se refiere a hechos ajenos a la acción huma-
ración objetiva nos muestra inmediatamente la na (un naufragio, por ejemplo), nos vemos for-
idéntica jerarquía de los bienes en conflicto: una zados a aplicar el inc. 2°, que regula la coacción
vida humana frente a otra vida humana. ¿Confor- moral. Pero adviértase que la coacción moral no
me a cuál criterio vendría a resultar para el dere- legitima el acto que permanece contrario al de-
cho superior —a posteriori— la vida que se salva recho, es decir, antijurídico, puesto que sólo ex-
a costa de la vida del otro náufrago inocente? cluye la culpabilidad (el agente no es culpable),
a diferencia del inc. 3° en que su conducta es le-
La solución es tanto más sorprendente cuanto gítima. Pues bien, en ambos supuestos existe un
que la propia ley se inspira, aquí, en el principio estado de necesidad que pone en conflicto dos
del interés preponderante; nos habla del “mal vidas humanas igualmente inocentes; sin em-

244 • Derecho Penal y Criminología - AÑO v • Nº 07 • AGOSTO 2015


DPyC Jorge Frías Caballero

bargo, sacrificadas éstas, el agente obró en un va de la culpabilidad, en base a que no hay para
caso contra el derecho, en otro conforme al dere- ellas solución en el código.
cho. Una circunstancia puramente fortuita: que
He aquí como construyen —probablemente
el estado de necesidad provenga de la amenaza
con toda corrección— tanto Soler como Núñez,
de un tercero decide sobre la antijuridicidad o
la causa de no culpabilidad de dicho inciso: no es
legitimidad de la acción. Ahora bien, es absurdo
punible el que ha obrado “por amenaza de sufrir
pensar que el derecho resuelve de un modo tan
un mal grave e inminente”. Según ambos la ame-
distinto dos situaciones substancialmente idén-
naza de dicho artículo alude a la que hace una
ticas desde el punto de vista del valor. O ambos
persona a otra con el fin específico de que ésta
casos son legítimos o los dos son antijurídicos.
realice un delito y exime de culpabilidad por este
El derecho argentino resuelve congruentemente
delito, cometido bajo el imperio de la amenaza.
ambas hipótesis, al menos desde el punto de vis-
He aquí la hipótesis exacta: un asesino quiere
ta del art. 34, inc. 3°: la muerte necesaria de un
vengarse de su enemigo y quiere, a su vez, que
inocente para salvaguardar la vida de otro ino-
un sujeto determinado ejecute su muerte; para
cente es antijurídica. Trátase de casos de mera
ello amenaza a éste en forma grave e inminente
inculpabilidad y no de justificación.
con quitarle la vida o hacerle sufrir un daño se-
Pero ahora preguntémonos, ¿si no podemos mejante si no obedece a sus exigencias (adviér-
aplicar el art. 34, inc. 3° al caso de los dos náu- tase que por hipótesis el caso excede a la legítima
fragos qué otro aplicamos para absolverle? Evi- defensa: no hay agresión sino amenaza actual de
dentemente, ninguno. Esto demuestra que, o se un mal grave e inminente). Si en esta hipótesis el
castiga al infeliz que salvó su vida en alta mar a amenazado realiza el delito exigido bajo amena-
costa de la vida del otro, tan inocente como él, o za, y mata, a su vez, al tercero inocente, la pena
se recurre a la no exigibilidad de otra conducta. se excluye, no es culpable por aplicación del inc.
El derecho no puede exigir el heroísmo. Esto, por 2°. No se olvide que el caso, conforme a las en-
de pronto, nos demuestra dos cosas: el derecho señanzas de Soler cae fuera del ámbito del inc.
argentino no es tan perfecto como sostienen los 3° (genuino estado de necesidad) porque es pro-
psicologistas; el derecho argentino exige la re- ducto de la amenaza de un tercero (ello da lugar
cepción de la teoría normativa de la culpabilidad. a la inconsecuencia señalada en el número an-
terior). Ahora deformemos un poco la hipótesis
Si resumimos lo dicho respecto de la tesis de y supongamos que el amenazado en vez de dar
Soler tenemos: a) resolver la situación conforme muerte al tercero inocente se da maña, favo-
al inc. 3° (estado de necesidad) no guarda con- recido por las circunstancias excepcionales, y
gruencia con una construcción objetiva de la mata al delincuente. ¿Absolvemos a este sujeto?
antijuridicidad como la que correctamente pos- ¿Cómo le absolvemos? El caso no es una imagi-
tula Soler; b) desde un punto de vista dogmático naria construcción de laboratorio: erróneamen-
vulnera dicho inciso en cuanto exige que el bien te lo resolvió no hace mucho tiempo —aunque
salvaguardado sea, objetivamente, de mayor je- hubo de absolver— la Cámara Tercera de Apela-
rarquía valorativa; c) la solución es injusta; d) es ciones de La Plata. ¿Aplicamos el inc. 3°? No, por
cruel y repugnante en cuanto no es posible evitar cierto, porque el estado necesario proviene de un
la legítima intervención de terceros; e) es incon- tercero. ¿El inc. 2°, entonces? Menos, porque la
secuente porque si el mismo estado necesario coacción moral libera por la comisión del delito
proviene de un tercero y no de un hecho de la na- exigido y no por el delito cometido, como reac-
turaleza, la misma situación no es legítima sino ción, sobre el que amenaza. ¿Buscaremos la so-
meramente inculpable; f) consagra, en definiti- lución en el inc. 6°? Tampoco, pues hemos dicho
va, la legitimidad del azar, cuando no el derecho que no hay agresión. Y si no podemos servirnos
brutal de la fuerza. del genuino estado de necesidad, de la coacción
moral ni de la legítima defensa, estaremos cons-
b) Hipótesis que caen fuera del art. 34, inc. 2° treñidos a castigar, aunque sea atenuadamente?
(coacción moral): todo cuanto acaba de decirse Soler y Núñez debieran responder afirmativa-
cobra nueva fuerza frente a otras hipótesis que, mente.
conforme a la propia construcción dogmática de
Soler y de Núñez, escapan al inc. 2° del art. 34 y Pero la injusticia y la incongruencia serían tre-
que, por tanto, exigen una concepción normati- mendas. ¿Cómo absolveríamos e incluso legiti-

AÑO v • Nº 07 • agosto 2015 - Derecho Penal y Criminología • 245


DPyC Páginas Clásicas doctrina

maríamos la muerte de un náufrago inocente por citado me exime de pena. La naturaleza de esta
obra de otro náufrago inocente (así lo quiere So- eximente ha sido revelada entre nosotros por
ler: inc. 3° del art. 34), y eximiríamos igualmente Jiménez de Asúa; hasta entonces era concebi-
de pena —aunque esta vez no legitimemos— la da como una simple excusa absolutoria, o sea,
muerte dada en virtud de una orden bajo amena- como una causa de no punibilidad. Algunas fra-
za hecha por un delincuente, a un tercero tan ino- ses de Francisco Carrara apuntaban ya, acciden-
cente como los náufragos, y en cambio debamos talmente, hacia este camino. Ahora bien, no cabe
castigar cuando el estado necesario se resuelve duda que el padre está aquí exento de pena por
dando muerte al verdadero asesino? En idénticos el acto típicamente antijurídico (encubrimiento)
conflictos, en que colisionan dos vidas humanas, porque humanamente no se le puede exigir la
¿cómo puede el derecho absolver cuando el es- entrega del hijo: no se le puede exigir que en su
tado necesario se resuelve sacrificando la vida de conciencia el motivo de obediencia a la ley sea
un inocente y castigar cuando se conjura dando preponderante al motivo de liberar a su hijo de
muerte al genuino delincuente? un mal inevitable —acaso la pena de muerte—.
Y esta motivación debe ser respetable para el de-
Pero no hay otra alternativa. Si aceptamos la recho si no se quiere instaurar el más crudo des-
construcción de Soler sobre el estado de nece- potismo. Quien pone a su hijo en las manos del
sidad, y la que postula —esta vez acompañado verdugo, porque así se lo manda el derecho, o se
por Núñez—, respecto de la coacción, al mismo dispone a ejecutar la orden por sí mismo, como
tiempo que la concepción psicologista en que en el bíblico mandato, podrá ser un campeón
militan ambos, estamos constreñidos a castigar. deshumanizado y monstruoso del fanatismo de
He aquí las consecuencias de un psicologismo la ley; pero, por fortuna para la humanidad, estos
intransigente. sujetos sólo existen en la frontera gris de la locura
Nosotros no podemos aceptar esta consecuen- o en el mundo fabuloso del mito.
cia. Si el derecho renuncia a la pena cuando en Con esta recepción expresa de la idea inspi-
idéntico conflicto se sacrifica al inocente, con radora del normativismo “caen todas aquellas
mayor razón ha de absolver si el sacrificado es objeciones” (Bettiol), fundadas en que la ley no
un vil asesino, mientras es inocente, en todos los acepta el principio normativo, puesto que nos
casos, quien ejecuta la muerte. Esto no es posible demuestran que es inmanente al sistema del de-
si el elenco de las eximentes es cerrado y exhaus- recho positivo, con una inmanencia explícita y
tivo como lo postula el psicologismo; si lo es si categórica.
la culpabilidad es normativa: en todos los casos
no se le puede exigir a quien mata otra conducta C. Las causas de no culpabilidad. Nuevas in-
conforme al derecho. consecuencias
He aquí, por segunda vez, un caso no resuel- Si examinamos ahora las causas de no culpa-
to expresamente en el código penal argentino. bilidad legisladas en el código, singularmente el
Es que este código, como el alemán, o cualquier error no imputable y la coacción moral (art. 34,
otro, será siempre imperfecto para atrapar en sus incs. 1° y 2°), hallaremos aun nuevas inconse-
mallas la inmensa riqueza de la vida, obligándo- cuencias del psicologismo.
nos a romper el formalismo para construir la cul-
pabilidad sobre bases normativas. Ya sabemos que para la teoría psicológica ta-
les causas constituyen la faz negativa del dolo y
c) El ocultamiento de próximos parientes: Has- de la culpa. Evidentemente esto exige construir-
ta aquí hemos debido recurrir a hipótesis más o las también de un modo puramente psicológico
menos complicadas para demostrar que su so- como la propia culpabilidad que se agota en el
lución correcta exige una concepción normati- actuar doloso o culposo.
va de la culpabilidad. Pero hemos dicho que la
idea normativa está explícitamente consagrada La tesis no hallaría mayores obstáculos si sólo
en el código. Esto es lo que ocurre en el art. 278 se tratase del error de hecho no imputable. Este
ya aludido anteriormente: si un hijo mío comete podría, hasta cierto punto, construirse de un
un delito y yo le oculto para que no le castiguen, modo puramente psicológico y como aspecto
cometo encubrimiento; no obstante, el artículo negativo del dolo y aun de la culpa. En efecto,

246 • Derecho Penal y Criminología - AÑO v • Nº 07 • AGOSTO 2015


DPyC Jorge Frías Caballero

el contenido psicológico de ambas “formas” de una causa de no culpabilidad? Esto, para el psi-
la culpabilidad comprende elementos intelec- cologismo, carece de respuesta, al menos de res-
tuales y elementos volitivos o emocionales. Los puesta satisfactoria.
elementos intelectuales consisten, en esencia,
en la representación mental de que aquello que Por esto nos permitimos creer que no está en
se realiza es, efectivamente, una conducta que se lo cierto Núñez cuando afirma que el inc. 2° no
corresponde con la acción delictiva: quien mata exige el abandono de la teoría psicológica de la
debe saber que mata a un hombre. Pues bien, el culpabilidad, reprochándonos el haber sosteni-
error destruye el elemento psicológico de la re- do lo contrario en un artículo sobre la teoría del
presentación; el sujeto obra, en tal hipótesis, bajo delito. Es de toda evidencia, aquí, un cierto afán
la errónea e insalvable creencia de que su acción de mantener a toda costa el psicologismo y sus
no es delictiva: el que da muerte a otro propinán- consecuencias, entre ellas la de querer construir
dole arsénico cree, por error insalvable, que ha las causas de no culpabilidad como la faz negati-
suministrado agua con azúcar. Evidentemente va —de índole psicológica— de la culpabilidad.
esta situación psicológica de error podría con-
siderarse como el reverso, la negación de la cul- Y adviértase que la objeción no se salva sino
pabilidad también psicológica: cuando hay error que se la escamotea diciendo que los “estados
sobre una cosa no existe representación sobre la psicológicos” de no culpabilidad no destruyen
índole real de la cosa. un estado preexistente de culpabilidad sino que
en vez de uno positivo se presenta un estado ne-
Pero la teoría falla al aplicarse a la coacción gativo que, en realidad, “descarta de antemano
moral del inc. 2°. En efecto, si la coacción fuese la posibilidad de existencia de aquél”. Tampo-
en verdad algo puramente psicológico, negativo co se nos dice nada decisivo afirmando que el
del contenido psicológico del dolo o de la culpa coacto no es responsable porque “no ha sido la
¿cuál sería ese elemento psíquico que vendría causa moral del delito, porque le ha faltado la li-
a negar o excluir de antemano? No, por cierto, bre determinación de su voluntad”. En un plano
el elemento intelectual o representativo. ¿Será, puramente psicológico ¿qué sentido tiene eso
pues, el volitivo? No tal. Ya los romanos decían de “causa moral” del delito y de “libre determi-
coactus voluit y lo siguen diciendo los psicolo- nación” de la voluntad? ¿La pura psicología nos
gistas. El que comete el delito por coacción mo- aclara estos conceptos? ¿La voluntad, puramente
ral no carece de volición. Muy al contrario: en psicológica, deja, por ello, de ser auténtica volun-
la coacción moral la voluntad del agente toma tad?
posición consciente respecto del resultado pu- Es que, en verdad, lo que en tal supuesto acon-
nible; el autor quiere, con un querer de primera tece es que el derecho admite, por segunda vez
fila que es lo propio del dolo directo: el resultado de un modo expreso, la idea de la no exigibilidad:
típicamente antijurídico. Frente al conflicto que no se le puede exigir al amenazado el sacrificio
le plantea la amenaza opta voluntariamente por personal grave e inminente para no cometer
salvaguardarse de ella cometiendo el delito; esto el delito que se le exige bajo amenaza; no se le
es tan evidente que si se tratase de un hombre puede exigir jurídicamente al cajero que se deje
excepcional preferiría el sacrificio voluntario a matar para no entregar el depósito que se le ha
incurrir en el delito. Hay, pues, un querer, una entregado; no se le puede exigir la ofrenda de su
voluntad; si se quiere una mala voluntad, una vida en holocausto del patrimonio de su patrón.
voluntad sin deseo (el dolo es representación y He aquí, pues, en el propio código, una vez más
voluntad; no representación y deseo), pero que- —¡y ya son varias!— la idea de la culpabilidad
rer y voluntad al fin, suficientes para considerar normativa.
psicológicamente integrados los elementos inte-
lectivos y volitivos del dolo. Señalemos, para terminar, una última incon-
gruencia. Recordamos ya que Núñez reprocha
No podemos, pues, afirmar, que la coacción a Soler —con sobrada razón, puesto que éste
es la faz psicológica negativa de la culpabilidad, también es psicologista— echar mano de la no
concebida también de un modo puramente psi- exigibilidad para la solución de algunos casos.
cológico. Pero si la coacción moral deja intactos Trátase de supuestos muy semejantes a los del
los elementos psicológicos del dolo, ¿por qué es Leinenfänger resuelto por el Reichgericht. Por

AÑO v • Nº 07 • agosto 2015 - Derecho Penal y Criminología • 247


DPyC Páginas Clásicas doctrina

razones accidentales el motorman de un tran- Los argumentos de tipo dogmático que hemos
vía es obligado a seguir trabajando no obstante señalado no sólo destruyen el psicologismo au
su evidente fatiga, bajo amenaza de expulsión. trance de muchos escritores sino que reducen
En esta situación se produce el accidente con a la nada —según creemos— las objeciones he-
resultados dañosos para terceras personas. A chas al normativismo.
su vez Núñez refiere el caso del maquinista de
un vapor, igualmente fatigado por el exceso de Soler dice que todo esto es un “equívoco ver-
trabajo, obligado a trabajar por su patrón bajo bal”; que sostener que la culpabilidad es repro-
amenaza de despido y no obstante haberle ad- chabilidad es como afirmar que la virtud es apro-
vertido del consiguiente peligro. Soler recurre a bación. Pero esto es no decir nada. Detrás de este
la no exigibilidad y, en verdad, de no exigibili- “equívoco verbal” está, no obstante, la solución
dad se trata. correcta de las hipótesis que él resuelve al mar-
gen del sentido de la propia ley y poniendo en
Mas, ¿qué hace Núñez? Caer, una vez más, en jaque su propia dogmática; están aquellas que
inconsecuencia semejante a la que reprocha, él no resuelve de ninguna manera y está la acep-
pues resuelve tales hipótesis aplicando el inc. 2° tación de la no exigibilidad que se cuela en su
del art. 34. Pero adviértase que él nos ha enseña- sistema de un modo ciertamente asistemático.
do insistentemente que el inc. 2° aludido (coac- Menos vale aún la objeción de De Benedetti, el
ción moral) alude al caso del sujeto que quiere Profesor del Litoral, que sostiene que la teoría
la comisión de un delito y lo exige por medio de normativa implica el triunfo del egoísmo sobre
la amenaza a un tercero (el agente de la amenaza el altruismo (?). ¿Quién ha dicho que la pena es
“quiere el delito”; el delito es “exigido”; el fin de el cancerbero de la pureza interior? ¿Es que con
la amenaza es lograr que la víctima “cometa un tan “tosco instrumento” hemos de enseñar a los
delito”, se la hace “para que delinca”, se pone “es- hombres a ser mejores? ¿No es también el egoís-
pecialmente en juego para lograr de él una activi- mo el que triunfa y se legitima en un genuino esta-
dad delictuosa”, para “inducirlo a la ejecución de do de necesidad o se exime de pena en la coacción
un delito”, etc., etc.). Ahora yo me pregunto si el moral? No menos inconsistente, aunque más es-
patrón del motorman o del maquinista quieren pectacular porque se adorna de ribetes jusfilosófi-
el accidente y exigen que se realice, bajo ame- cos, es la afirmación de que el normativismo, con
naza de despido, o, por el contrario, sólo quie- su secuela: la no exigibilidad de otra conducta,
ren la prestación del servicio, esperando que el vulnera el principio, valioso para el derecho, de
accidente no se realice. En verdad nadie quiere y la seguridad jurídica. Bettiol ha respondido a esto
persigue, con la amenaza, la comisión del delito con éxito diciendo que cuando la certeza jurídica
que, por hipótesis, es culposo. Lo que se busca es es obstáculo a la libre irrupción de una exigencia
la prestación del servicio en situaciones de peli- psicológica y ética en el sector de las excusantes,
gro imprudente y no —¡por cierto!— los daños o cuando viene a interponerse entre el acusado y
el accidente culposos que de ello resulta. Quiere su libertad, es un principio embarazoso. Yo me
decir, pues, que la forma en que Núñez construye atrevería a añadir algo más: nadie puede negar el
machacona, aunque correctamente, esta causa valor jurídico de la seguridad cuando fundamenta
de no culpabilidad, impide su aplicación a las hi- la justicia; no cuando la destruye. La seguridad no
pótesis de delitos culposos como los que se seña- es más que un rótulo vacío, un principio fantas-
la. No nos queda, pues, aquí también, otra salida mal, que debe rechazarse con violencia, cuando
que la no exigibilidad de otra conducta, como lo deshumaniza al hombre al extremo de exigir su
postula Soler, en tácito reconocimiento de la ver- castigo por no haber podido comportarse como
dad de la teoría normativa. un héroe o como un santo.

Por todo lo dicho nos parece que es preciso En definitiva, la concepción normativa de la
concluir, a pesar de la autoridad de Soler y de culpabilidad hará más flexible nuestro derecho;
su discípulo Ricardo Núñez, por quienes senti- lo convertirá en algo más vital y menos formalis-
mos el máximo respeto, que el psicologismo no ta, es decir, más humano y más justo. Y no olvi-
tiene razón en su oposición a la teoría norma- demos que la Justicia es, quiérase o no, la estrella
tiva, exigida y consagrada por el propio código polar del derecho, aunque a veces, en épocas de
penal. crisis, estemos tentados de ponerlo en duda. u

248 • Derecho Penal y Criminología - AÑO v • Nº 07 • AGOSTO 2015


Actualidades
DPyC ACTUALIDADES

Los jueces de ejecución penal


y la situación carcelaria bonaerense

Frente a los periódicos ataques a los que vie- 1969) no sólo prescribe que “Nadie debe ser so-
nen siendo sometidos los Jueces de Ejecución metido a torturas ni a penas o tratos crueles, in-
Penal de la provincia de Buenos Aires, en par- humanos o degradantes. Toda persona privada
ticular, cada vez que algún liberado —conforme de libertad será tratada con el respeto debido a
al criterio de progresiva reinserción en el medio la dignidad inherente al ser humano. La pena no
social y familiar— incumple las condiciones fi- puede trascender de la persona del delincuente”,
jadas para su egreso anticipado de la cárcel, “La sino también enfatiza que “Las penas privativas
Red de Jueces Penales de la Provincia de Bue- de la libertad tendrán como finalidad esencial la
nos Aires” cree necesario hacer conocer cuáles reforma y la readaptación social de los condena-
son las normas y principios que rigen esta acti- dos” (art. 75 n° 22 de la CN, art. 5 de la CADH).
vidad jurisdiccional.
3. Con ese marco constitucional se sancionó
1. Por expreso mandato de la Constitución Na- la ley nacional 24.660 (del 16/7/1996), precisan-
cional de 1853, “Las cárceles de la Nación serán do como principio fundamental que “La ejecu-
sanas y limpias, para seguridad y no para castigo ción de la pena privativa de libertad, en todas sus
de los reos detenidos en ellas, y toda medida que modalidades, tiene por finalidad lograr que el
a pretexto de precaución conduzca a mortificarlos condenado adquiera la capacidad de compren-
más allá de lo que aquélla exija, hará responsable der y respetar la ley procurando su adecuada re-
al juez que la autorice” (art. 18). inserción social, promoviendo la comprensión y
el apoyo de la sociedad” (art. 1). Entre otros, se
2. Por su parte, la reforma de 1994 —al darle establecieron dos preceptos cardinales; a saber:
jerarquía constitucional a los tratados interna-
cionales de Derechos Humanos— incorporó a) “La ejecución de la pena privativa de liber-
nuevas normas sobre la cárcel y el tratamiento tad, en todas sus modalidades, estará sometida
penitenciario, según las cuales: “Toda persona al permanente control judicial. El juez de eje-
privada de libertad será tratada humanamente cución o juez competente garantizará el cum-
y con el respeto debido a la dignidad inherente plimiento de las normas constitucionales, los
al ser humano” y, más específicamente toda- tratados internacionales ratificados por la Repú-
vía, “El régimen penitenciario consistirá en un blica Argentina y los derechos de los condenados
tratamiento cuya finalidad esencial será la re- no afectados por la condena o por la ley” (art. 3);
forma y la readaptación social de los penados.
Los menores delincuentes estarán separados de b) “El régimen penitenciario se basará en la
los adultos y serán sometidos a un tratamiento progresividad, procurando limitar la permanen-
adecuado a su edad y condición jurídica” (art. 75 cia del condenado en establecimientos cerrados
n° 22 de la C.N., art. 10 del Pacto Internacional y promoviendo en lo posible y conforme su evo-
de Derechos Civiles y Políticos, aprobado por la lución favorable su incorporación a instituciones
Resolución n° 2200 de la Asamblea General de semiabiertas o abiertas o a secciones separadas
Naciones Unidas del 16/12/1966). regidas por el principio de autodisciplina” (art. 6).

En la misma línea, la también constitucio- 4. En el ámbito provincial, a su vez, se dictó la


nalizada Convención Americana de Derechos ley 12.556 (del 2/1/2001), donde se dispuso que
Humanos (Pacto de San José de Costa Rica, de “El fin último de la presente ley es la adecuada

AÑO v • Nº 07 • agosto 2015 - Derecho Penal y Criminología • 251


DPyC ACTUALIDADES

inserción social de los procesados y condenados Por último, en el caso “Verbitsky, Horacio
a través de la asistencia o tratamiento y control” s/ hábeas corpus” (sent. del 3/5/2005; Fallos,
(art. 4), para lo cual “La asistencia y/o tratamien- 328:1146), la Corte Suprema hizo lugar a un
to estarán dirigidos al fortalecimiento de la digni- hábeas corpus correctivo y colectivo por la si-
dad humana y el estímulo de actitudes solidarias tuación de los presos alojados en cárceles bo-
inherentes a su condición de ser social, a partir de naerenses, expresando que “las Reglas Mínimas
la satisfacción de sus necesidades y del desarrollo para el tratamiento de Reclusos de las Naciones
de sus potencialidades individuales” (art. 5). Unidas, recogidas por la ley 24.660, configuran
las pautas fundamentales a las que debe ade-
Para alcanzar esa finalidad resocializado- cuarse toda detención”, al tiempo que exhortó
ra de la pena de prisión es indispensable un “a los Poderes Ejecutivo y Legislativo de la Pro-
tratamiento penitenciario que favorezca, real y vincia de Buenos Aires a adecuar su legislación
efectivamente, la promoción humana y el desa- procesal penal en materia de prisión preventiva y
rrollo integral de los penados. El encierro insti- excarcelación y su legislación de ejecución penal
tucional, sin más, agrava las condiciones de las y penitenciaria, a los estándares constitucionales
personas encarceladas, convirtiendo a la cárcel e internacionales”.
en un depósito de presidiarios. Por otro lado,
la prisión como castigo va en sentido opuesto 6. Fiel a esas premisas normativas y juris-
a las normas constitucionales transcriptas y, prudenciales, una de las funciones legalmen-
en definitiva, conspira contra cualquier ex- te asignadas a los Jueces de Ejecución Penal
pectativa de resocialización. Además, para el es la de intervenir en favor de “la reeducación
logro de la pretendida reinserción social de de los internos, fomentando el contacto del pe-
los internos debe mediar no sólo un sólido nado con sus familiares, y dando participación
compromiso estatal (en especial, a través de a entidades públicas y privadas que puedan
la ensamblada actuación de los organismos influir favorablemente en la prosecución de
penitenciarios —Servicio Penitenciario Bo- tal fin; propendiendo a la personalización del
naerense— y post-penitenciarios —Patronato tratamiento del interno mitigando los efectos
de Liberados—), sino también de la sociedad, a negativos del encarcelamiento” (art. 25 n° 10
quien la ley 24.660 le pide apoyo y comprensión, del CPP).
sin cuyo aporte será por demás dificultosa la re-
adaptación a la comunidad. Siendo uno de sus cometidos fundamentales
el de evitar las consecuencias nocivas del encie-
5. La Corte Suprema de Justicia de la Nación, rro carcelario, máxime en la delicada situación
intérprete final de la Constitución Nacional y que se describe en nuestro informe sobre los
garante de su supremacía, se refirió al tema de “Aspectos salientes de la problemática peniten-
las penas privativas de la libertad en dos senten- cia en le provincia de Buenos Aires” (adjunto al
cias que son de plena actualidad. presente), los Jueces de Ejecución Penal deben
asegurar, tanto como sea posible, los principios
En primer lugar, en el caso “Romero Cacha- de progresividad y minimización de la violencia
rane, Hugo Alberto s/ ejecución penal” (sent. para favorecer la efectiva reinserción social de
del 9/3/2004; Fallos, 327:388), la Corte Federal los condenados.
sostuvo que “las decisiones del Servicio Peniten-
ciario que afectan la modalidad de la ejecución 7. Por lo tanto, no podemos menos que recha-
de una pena están sometidas al control del juez zar los recurrentes e incisivos ataques que vie-
de ejecución… El fundamento es que los reclusos nen sobrellevando estos magistrados que —en
tienen el derecho constitucional a exigir que los el cabal cumplimiento de sus deberes jurídicos,
jueces controlen toda la etapa de ejecución de la al amparo de las normas constitucionales y lega-
pena y a apelar las decisiones que implican una les que enmarcan su actividad jurisdiccional—
alteración en su modo de ejecución. Este derecho dictan medidas y resoluciones que no tienen
a la protección judicial es necesario para asegu- por qué ceñirse a las recomendaciones técnicas
rar que se respeten durante la detención todos los de funcionarios del Servicio Penitenciario Bo-
demás derechos fundamentales”. naerense (SPB), las más de las veces, proclives a

252 • Derecho Penal y Criminología - AÑO v • Nº 07 • AGOSTO 2015


DPyC ACTUALIDADES

mantener el encierro inflexible de los internos, Por último, es preciso señalar que hay al-
aun cuando —en muchos casos— gozan de ex- gunas críticas mediáticas que parecen desco-
celente concepto y conducta ejemplar, a criterio nocer que las penas de prisión tienen fecha
de las propias autoridades del SPB. de vencimiento y que las salidas transitorias
y progresivas permiten una gradual readap-
Cabe destacar, asimismo, que hay varios De- tación del convicto al medio libre, al trabajo y
partamentos Judiciales en los que las decisiones al entorno familiar. Tampoco puede ignorarse
adoptadas en la materia se hacen en el ámbito que a mayor precariedad y hacinamiento car-
de audiencias orales, públicas y contradictorias: celarios, tanto o más necesarias son las alter-
tal es el caso de Mar del Plata, Necochea y Do- nativas al encierro riguroso —luego de cumplir
lores. Además, en todos los casos de la fase eje- plazos significativos de la condena y de reunir
cutiva, se prevé la activa intervención de un re- las condiciones legalmente exigibles, como
presentante del Ministerio Público Fiscal, quien sucede en la mayor parte de los países— para
dispone de amplias potestades recursivas para buscar, en definitiva, una sensible reducción a
lograr que las sentencias dictadas por los Jueces las tasas de reincidencia.
de Ejecución Penal puedan ser reexaminadas
por un tribunal de segunda instancia. La Plata, 17 de junio de 2015.

Ricardo S. Favarotto Adriana L. Nanni


Presidente Secretaria

Pedro Rodríguez Esteban I. Viñas


Tesorero Vocal

AÑO v • Nº 07 • agosto 2015 - Derecho Penal y Criminología • 253


DPyC ACTUALIDADES

Aspectos salientes de la problemática


penitenciaria en la provincia
de Buenos Aires

“Las cárceles de la Nación serán sanas y limpias,


para seguridad y no para castigo de los reos detenidos en ellas,
y toda medida que a pretexto de precaución
conduzca a mortificarlos más allá de lo que aquélla exija,
hará responsable al juez que la autorice” (art. 18 de la Const. Nac.)

I. Judicialización de la ejecución penal: ne- cuestiones deben regirse por los principios de
cesidad de su reafirmación oportunidad y conveniencia propios del Poder
Ejecutivo, por lo que se afirma que la judicatura
A pesar de la expresa previsión que hacen las invade ámbitos competenciales de otro de los
leyes de ejecución penal, tanto de la Nación (ley poderes públicos.
n° 24.660, art. 3), como de la provincia de Bue-
nos Aires (ley n° 12.256), en sintonía con lo re- Particularmente grave resulta que algunas re-
suelto por la CIDH (“Romero Cacharane”), por soluciones judiciales son ignoradas por las au-
la CSJN y por la SCBA (“Verbitsky”), se observa toridades administrativas, como si las mismas
con preocupación que hay funcionarios del go- fueran actos jurídicos inexistentes, pretendien-
bierno provincial que hacen críticas públicas de do poner en crisis la propia competencia cons-
resoluciones adoptadas por jueces penales en el titucional del Poder Judicial en resguardo de los
ámbito de sus competencias funcionales, resol- derechos individuales.
viendo favorablemente acciones de hábeas cor-
pus correctivos (CN, 43 in fine; CPBA, 20 n° 1). Se podrá coincidir en que la planificación y
ejecución de las obras de infraestructura de-
Llama la atención que organismos de la ad-
ben permanecer dentro de la injerencia de las
ministración pública interpongan recursos
autoridades penitenciarias (SPB), pero al com-
contra las medidas cautelares dispuestas (so-
probarse el estado de inhabitabilidad de algún
bre todo, en la clausura de pabellones), lue-
sector de la cárcel, disponer su inmediata clau-
go de verificarse el estado de indignidad para
sura no es más que un deber jurídico impuesto
mantener encerradas personas en las cárceles
al juez en lo penal, que actúa como garante del
bonaerenses (sobrepoblación, hacinamiento,
cumplimiento de los pactos internacionales de
insalubridad, etc.); en dichos casos se sostuvo
DDHH (2).
de manera sistemática que los jueces del fuero
penal carecen de facultades para resolver “in-
audita parte”, pretendiendo que primero se les
confiera traslado (1) y, en definitiva, que esas
(2) En distintos departamentos judiciales hay hábeas
corpus en los que se verifica esta situación: sólo a modo de
(1) En rigor, la tramitación del hábeas corpus impone ejemplo citamos: a) por Bahía Blanca: causa 16/14 del Juz-
oficiar al “autor de la medida” denunciada, para que ex- gado De Ejecución Penal n° 1; sentencia del 30/12/2014
plique la situación irregular (art. 409 CPP); y tal es su en causa n° 19.214 hábeas corpus colectivo. b) por Mar
oportunidad de ser oído. Instancia esta que resulta impro- del Plata ver causa n° causa n° 7813 del Juzgado de Ejecu-
cedente cuando la ilegalidad es verificada por el órgano ción Penal n° 1 causa n° 14.355 “Mestrín M.F. – Verbitsky
judicial interviniente. H. s/ h. corpus”, e/o.

254 • Derecho Penal y Criminología - AÑO v • Nº 07 • AGOSTO 2015


DPyC ACTUALIDADES

II. Deficientes prestaciones de servicios sa- III. Problemas alimentarios. Parque auto-
nitarios motor, combustible, materiales, etc.

Desde unos años a esta parte se vienen agra- Desde hace unos meses a la fecha se advier-
vando, progresiva e incesantemente, las defi- te que en varias unidades del SPB no llegan
ciencias de las prestaciones sanitarias en las las provisiones indispensables para atender a
cárceles bonaerenses. las necesidades de la población carcelaria, de
modo que si los familiares de los internos no
Sin pretensión de exhaustividad, pueden ci- les llevan comidas éstos no tienen provisión
tarse como ejemplos de ese marcado deterioro suficiente de alimentos. Esta situación, de por
de las prestaciones médicas básicas las siguien- sí grave, genera además, problemas de salud,
tes: a) ausencia o insuficiencia de médicos de conflictos de convivencia y seguridad entre los
guardia (a menudo, esas guardias son cubiertas internos (4).
por enfermeros); b) escasa o nula provisión de
medicamentos y materiales de emergencia (fal- Resulta incomprensible que, existiendo uni-
tan gasas, vendas, desinfectantes, analgésicos, dades con importantes porciones de tierra
antipiréticos, antidiarreicos, así como fármacos cultivable, el estado provincial no promueva la
para el tratamiento de la diabetes, la hiperten- producción de granjas y quintas para la auto-
sión arterial o el asma), y más aún de medica- subsistencia, tal como se está haciendo —por
ciones más sofisticadas o de retrovirales para ejemplo— en la Unidad 19 de Saavedra (5).
pacientes de HIV (según se afirma, provistos por
el Ministerio de Salud de la Nación); c) mal es- Estas carencias también se observa con la
tado de asepsia de las instalaciones; d) falta de insuficiencia de medicamentos, con el muy
materiales radiológicos, incluso en lugares don- precario estado del parque automotor con el
de hay equipos para radiografías de emergen- que se efectúan los traslados de los detenidos
cia; e) escasas ambulancias —y estas a su vez, (lo que genera riesgo para las personas trans-
muchas veces, en mal estado— para la urgente portadas), la insuficiente disponibilidad de
derivación de enfermos a centros sanitarios de combustible para ello; la falta de reposición de
mayor complejidad; f ) retardos injustificados, materiales e instrumentos para educación, ca-
cuando no incumplimientos, de las órdenes ju- pacitación, trabajo, limpieza y mantenimiento
diciales de traslados, de tratamientos médicos de la unidad, etc.
complejos y/o de intervenciones quirúrgicas de
internos cuyas enfermedades lo requieren con
urgencia; g) escasez de profesionales en salud
mental (médicos psiquiatras y psicólogos) acor-
de a las demandas de la población carcelaria; Ejecución n° 1 de Bahía Blanca (ver causa n° 16 “Visi-
ta Institucional- Bimestral Acordada nº 3.632 S.C.P.B.;
h) deficitario o nulo tratamiento preventivo o Circuito I: Unidad Penitenciaria nro. IV Bahía Blanca,
reparador de adicciones (los pabellones respec- sentencia del 16/3/2014” y las causas allí referidas, donde
tivos sólo permiten la internación de no más de se denuncias deficiente prestaciones desde el año 2011,
veinte internos y el ambulatorio es muy esporá- sin solucionar), TOC 5 de Lomas de Zamora, la senten-
dico); i) falta de provisión de estos tratamientos cia dictada por el Juzgado de Ejecución n° 1 de Mar del
para el personal penitenciario (3). Plata en causa n° 7.813, actualmente en trámite ante la
sala III de la Cámara Apelación y Garantías en lo Penal.
Ídem sentencia causa n° 17.065 del 16/3/2014 y causa n°
17.888 sentencia del 8/5/2014 del Juzgado de Ejecución
(3) Sirva como referencia de esta situación los infor- n° 1 Bahía Banca.
mes de seguimiento de unidades penales de sus respec-
tivos departamentos judiciales presentados a la SCBA (4) Ver informes de comisiones de seguimiento carce-
y Procuración General por los Comités de Seguimiento larios de los departamentos judiciales Bahía Banca y Mar
Carcelario –Ac. 3632– de los Departamentos Judiciales de del Plata durante los años 2013 a la fecha y causas ya re-
Bahía Blanca, Mar del Plata, Mercedes, Dolores, Lomas feridas.
de Zamora, Mercedes, Azul-Tandil. La Plata, Olavarría, (5) En el Complejo Penitenciario Batán-Mar del Plata
Campana-Zárate, La Matanza, San Isidro, etc., y las reso- se han presentado, tanto desde la Dirección de Trabajo del
luciones dictadas en diferentes causas por los Juzgados propio S.P.B. como de ONG, varios proyectos sobre esta
de Ejecución N° 1 y 2 de Mar del Plata. Ídem Salas I, II materia que podrían contar con mayor impulso estatal
y III de la Cámara de Apelación y Garantías en lo Penal, para concretarlo en tiempos razonables.

AÑO v • Nº 07 • agosto 2015 - Derecho Penal y Criminología • 255


DPyC ACTUALIDADES

IV. Capacitación en oficios y trabajo, como viaje a los internos en tránsito no se les brinda
herramienta tratamental y derecho humano alimentos ni bebidas.

Una exigua cantidad de la población carcela- Los traslados se centralizan en distintas zonas
ria bonaerense realiza alguna capacitación que de la provincia, de modo que cualquiera sea la
le permita, ahora y a futuro, trabajar; el mismo unidad de la que sale el interno y a la que se di-
porcentaje de internos es el que puede realizar rige, primero tiene que pasar por la unidad de
tareas laborales y remuneradas, conforme a las tránsito regional y esperar que haya un móvil
normas legales que regulan las relaciones labo- disponible que lo traslade a su destino final. Es-
rales. Cabe aclarar que capacitación para el tra- tas condiciones no hacen más que dificultar el
bajo no es sinónimo de actividades de limpieza, acceso de los internos a la jurisdicción y al con-
dentro del establecimiento carcelario. tacto con su defensa.

La cárcel debería ser un centro de capacitación Asimismo se verifica una significativa canti-
y trabajo que propenda a la futura reinserción la- dad de casos en los que el SPB, de forma irregu-
boral de los internos, antes que un negocio para lar y discrecional, dispone traslados infringien-
empresarios privados. En este sentido, sin dejar do la reglamentación de la SCBA (P. 107.609),
de reconocer que en la actual Jefatura del SPB se bajo el pretexto de urgencias o falta de respuesta
han corregido varias prácticas irregulares, resta al pedido de aval del juzgado interviniente (6).
bastante por hacer; todavía hay quienes sólo ven
viable una oferta laboral cuando hay una empre- VI. Alojamiento de detenidos en comisarías
sa detrás que se hace cargo del emprendimien- y otras dependencias policiales
to, aportando dinero y materiales.
A pesar de lo expresamente resuelto por la
Las cárceles deberían capacitar y generar CSJN y la SCBA en el caso “Verbitsky”, el Poder
puestos de trabajos que impliquen un servicio Ejecutivo ha dispuesto —volviendo sobre sus
a la comunidad, a la vez que sean facilitadores pasos, tras la creación de las alcaldías para el
de la readaptación social de los internos, en alojamiento de internos en etapa intermedia del
áreas tan necesarias como la construcción de proceso— la reapertura de los calabozos de las
viviendas económicas, caminos, forestación, comisarías, como centros de detención.
producción de alimentos, maquinarias, alum-
brado público, etc. Más aún, en forma manco- Los jueces penales han dispuesto numerosas
munada con universidades nacionales, sindi- clausuras de calabozos, al constatar graves ca-
catos y cámaras empresarias, pueden generarse rencias (por ej., sanitarios precarios e infectos,
actividades productivas que satisfagan esas dos insuficiencia en la alimentación, falta de camas,
finalidades. ventilación, etc.), pero las autoridades adminis-
trativas no realizan las obras o remodelaciones
El Patronato de Liberados bonaerense sus- necesarias para subsanarlas, argumentando
cribió convenios con el Ministerio Trabajo de falta de recursos presupuestarios, limitándose
la Nación para el otorgamiento de subsidios de a derivar los detenidos a otras dependencias
capacitación y empleo, como emprendimientos policiales, provocando nuevos hacinamientos
productivos, tanto para personas que aún están y empeorando las condiciones de la detención.
detenidas, como para liberados. Sin embargo, Incluso, se han verificado algunos casos en los
estos convenios siguen pendiente de su com- que se encontraron detenidos en Comisarías
pleta ejecución. cuyos calabozos estaban clausurados por reso-
luciones judiciales (7).
V. Traslados de internos en condiciones
infrahumanas
(6) Ver por todos el hábeas corpus colectivo que tra-
mitó bajo el n° 52.115 desde el año 2012 a la fecha ante la
El traslado de detenidos en toda la provin- Sala I del Tribunal de Casación Penal Bonaerense. Ídem
cia es un sufrimiento adicional al encierro, por sentencia del 1/4/2014, causa n° 17.877 Juzgado de Ejecu-
varios motivos: los móviles son insuficientes y ción n° 1 Bahía Blanca.
por lo común están en pésimas condiciones de (7) Ver al respecto caso de Seccional 6 de Lanús Este
mantenimiento; además, en largas jornadas de IPP n° 07-00-077885-11 caratulada “Personal policial La-

256 • Derecho Penal y Criminología - AÑO v • Nº 07 • AGOSTO 2015


DPyC ACTUALIDADES

VII. Problemas edilicios, malas condiciones Esta situación recurrentemente genera la


de habitabilidad, higiene, salubridad y segu- clausura de pabellones y su habilitación pos-
ridad. Hacinamiento en numerosos centros terior, sin que se evidencia ninguna política
de detención. Ley de cupos eficaz de prevención y control en procura del
cuidado y conservación de los dichos espacios
En distintos Departamentos Judiciales (8), que constituyen los lugares de alojamiento de
mediante las visitas de inspección que realizan los internos, en las condiciones de dignidad que
jueces unipersonalmente o integrando Comités requieren las normas internacionales y consti-
de Seguimiento de la Situación Carcelaria, tan- tucionales.
to a Unidades Penales como a Comisarías Poli-
ciales, se constatan graves deficiencias, falta de Asimismo, son varias las sentencias judiciales
cuidado y conservación, que se advierten por: que señalan las condiciones de hacinamiento
falta de higiene básica, precariedad de instala- existente en distintos centros carcelarios, deri-
ciones eléctricas con riesgos de electrocución, vadas del alojamiento de una cantidad de inter-
ausencia o deficiente mantenimiento de equi- nos muy superior a la tolerable, en función de
pos de prevención y contención de incendios, los requerimientos mínimos que permitan un
ausencia de higiene y mecanismos periódicos hábitat digno de los mismos. En tales procesos
de desinfección, fumigación, etc., lo que genera se puso de manifiesto la imperiosa necesidad de
presencia de roedores e insectos transmisores sancionar una ley de cupos, como la proyectada
de enfermedades, humedad, falta de ilumina- en su momento por el Centro de Estudios Lega-
ción, instalaciones sanitarias, calefacción, pin- les y Sociales (CELS), iniciativa que acompaña-
tura, etc. (9) mos decididamente (11).

En las celdas de aislamientos se advierten un VIII. Torturas y vejamenes en cárceles pro-


gran deterioro edilicio, con letrinas tapadas y al- vinciales. Fiscalías especializadas en violen-
gunas sin provisión de agua (10). cia institucional

El Defensor General del Tribunal de Casación


nús Sexta s/ Desobediencia”; la Seccional Esteban Eche- Penal Bonaerense, Dr. Mario Coriolano, reclamó
verría 3ra., tramita ante la U.F.I. nro. 4 Departamental, la
la formación de IPP por 265 casos de torturas en
I.P.P. nro. 07-00-015483-12 caratulada “Personal Policial
Esteban Echeverría 3ra. s/ Desobediencia Denunciante centros carcelarios bonaerenses, vinculados a
Tribunal Oral en lo Criminal nro. 5”; Seccional Quinta de procesados y penados de los departamentos ju-
Lomas de Zamora, en la Unidad Funcional de Instrucción diciales de Morón, Mercedes, Lomas de Zamo-
Nº 15 Departamental tramita la I.P.P. nro. 07-00-031491-13 ra, La Matanza, La Plata y Mar del Plata.
caratulada “Personal Policial Seccional 5ta. Lomas de Za-
mora -Villa Fiorito- s/ Desobediencia Dte. TOC 5 Depar- De los hechos denunciados, el 42% (112 ca-
tamental”; Comisaría Sexta de Lomas de Zamora, ver sen- sos) tienen como autores a personal del S.P.B.,
tencia del 20/5/15 del TOC 5 de dicho depto. judicial, e/o.
Ver al respecto informe del TOC N° 5 del Departamento y el 56% (149) a policías bonaerenses. 218 casos
Judicial de Lomas de Zamora de mayo de 2015. son por golpes de puño y patadas; 15 por culata-
(8) Ver informes de Jueces y de Comisiones de Se- zos, varios por ducha fría y picana.
guimiento Carcelario derivados de las visitas impuestas
por los Ac. 3390, 3415 y 3632 de la SCBA, de distintos de- La denuncia informa que entre el año 2000 y
partamentos judiciales – citamos como ejemplos los de los el presente ya hubo en nuestro territorio 10.457
Bahía Blanca, Mar del Plata, Lomas de Zamora, Quilmes, casos de tortura.
San Isidro, Mercedes y La Plata entre otros. Asimismo sen-
tencia en causa n° 16/14 del Juzgado de Ejecución n° 1 de Añadimos a lo expuesto el precario estado de
Bahía Blanca. muchas de las comisarías del Conurbano —ve-
(9) Informe realizado de la Unidad Nº 47, en partido rificado en numerosos informes de las comi-
de León Suarez, 28/05/2015, por el Presidente de la Sala
II, Cámara de Apelaciones y Garantías de San Isidro, Dr.
Pitlevnik. (11) Ver sentencia aludida en causa “Mestrin”, Sala I de
(10) Informe realizado de la Unidad Nº 21 el Complejo Cámara prelación y Garantías en lo Penal Mar del Plata;
Penitenciario Campana, 03/06/2015, por el Presidente de causa n° 16 hábeas corpus colectivo y causa n° 19.214, sen-
la Sala II, Cámara de Apelaciones y Garantías de San Isi- tencia del 30/12/2014 hábeas corpus s/ condiciones de se-
dro, Dr. Pitlevnik. guridad Juzgado Ejecución n° 1 Bahía Blanca; e/o.

AÑO v • Nº 07 • agosto 2015 - Derecho Penal y Criminología • 257


DPyC ACTUALIDADES

siones de seguimiento de sus departamentos legal como infracción disciplinaria en nuestra


judiciales y del CELS— y, salvo honrosas ex- jurisdicción, dado que el art. 48 inc. “r” de la ley
cepciones (por ej., San Martín), la falta de im- n° 12.256 (t.o. ley n° 14.296), a la que casi siem-
plementación de las Fiscalías Especializadas en pre recurre el SPB., tipifica “mantener o intentar
Violencia institucional, a pesar de lo dispuesto contactos clandestinos dentro del establecimiento
por la ley n° 14.613, además de carecerse de me- o con el exterior”; el celular podría ser un instru-
dios adecuados para investigar este tipo de ilici- mento para la comunicación clandestina, aun-
tudes, en especial cuando los denunciantes son que no necesariamente: su uso puede limitarse
los mismos internos. a facilitar el contacto familiar permitido. Pero lo
cierto es que se realizan actas de infracción y se-
Repudiamos que en pleno siglo XXI sigamos cuestros de estos aparatos de comunicación tele-
viviendo este tipo de situaciones y reclamamos fónica, con una llamativa frecuencia, circulación
a las autoridades competentes, eficacia y fideli- que sólo puede ser posible por falta de preven-
dad a la ley, no sólo para investigar los hechos ción, cuando no su favorecimiento (14).
y condenar a sus eventuales responsables, sino
especialmente para prevenirlos y desterrarlos X. Clasificación, tratamiento y expedientes
de la vida carcelaria bonaerense. disciplinarios

IX. Tráfico de celulares y drogas en cárceles Conforme se verifica en distintas sentencias


bonaerenses de numerosos organismos jurisdiccionales de
ejecución penal, de primera y segunda instan-
Llamamos la atención respecto de conduc- cia (15), los organismos de Clasificación y Tra-
tas ilícitas que también se vienen repitiendo en tamiento del SPB, encargados de proveer infor-
nuestros establecimientos carcelarios, y en las mes exigidos legalmente previos a que aquellos
que no puede descartarse la participación ne- jueces resuelvan diferentes salidas previstas en
gligente, cuanto no venal, de funcionarios pú- las leyes nacional y bonaerense de ejecución de
blicos. la pena y en el Código Procesal Penal —libertad
asistida, libertad condicional, salidas transito-
Nos referimos, por un lado, al tráfico de droga rias, trabajos en comunidad, morigeraciones,
dentro de pabellones, respecto de lo cual exis- etc.—, suelen producir informes técnico-crimi-
ten denuncias en trámite (12); y por el otro, des- nológicos que no cumplen mínimas exigencias
de al menos 2012, se ha verificado el tráfico de legales, sea por guiarse por criterios positivistas
celulares (13). carentes de respaldo objetivo (es decir, derecho
Adviértase que para muchos organismos ju- penal de autor y no de acto, contrariando al art.
risdiccionales tal conducta no tiene regulación 18 CN), sea por mantener calificaciones de con-
ductas inexactas por estar basadas en infraccio-
nes disciplinarias que han sido revocadas judi-
cialmente, están apeladas (art. 57, ley n° 12.256:
(12) Ver al respecto la IPP n° 17.223/14 “Viñas, Esteban
s/ Denuncia” a la que se añade la IPP n° 19.530 iniciada
recurso con efecto suspensivo) o han caducado.
por investigación del Ministerio Público Fiscal, que tra-
mitan ante la UFI especializada en delitos de tráfico de Asimismo en numerosos expedientes de
estupefacientes del Depto. Judicial Mar del Plata. Ver asi- infracciones disciplinarias no se verifica el
mismo sentencia del 13/3/2014, en causa n° 16, del Juz- cumplimiento de garantías mínimas del debi-
gado Ejecución Penal n° 1 de Bahía Blanca e informes de do proceso legal exigidas, además de normas
Comisión Seguimiento Carcelario de ambos distritos de constitucionales y legales, en el fallo “Romero
los años 2014/15.
(13) Durante el año 2014 se secuestraron en el Comple-
jo Penitenciario Batán-Mar del Plata más de 600 celulares.
En todas las causas que se trata de su tenencia la Sala I (14) Cf. IPP 02-00-015250-12, realizada en Unidad
de la Cámara de Apelación y Garantías en lo Penal de N110 (Zorzano), Juez de Garantías Nº 3, Dra. Susana Calci-
este Depto. Judicial, mandó investigar estos hechos, ver nelli, existiría tráfico de celulares organizado por agentes
por todas las causas 24.246 “Giménez” 01/11/2013, Reg. penitenciarios dentro de su unidad.
400-R, 24.227 “Domenec Chapa” 12/11/2013 Reg. 162 S; (15) Tanto de las distintas salas del Tribunal de Casa-
24.890 “Martínez” 06/6/2014, Reg. 50-S y 25219 “Mellado” ción Penal Bonaerense, como de las Cámaras de Apela-
16/7/2014 Reg. 71-S e/o. ción y Garantías en lo Penal provinciales.

258 • Derecho Penal y Criminología - AÑO v • Nº 07 • AGOSTO 2015


DPyC ACTUALIDADES

Chacarane” de la Corte Federal y numerosos En este sentido, entendemos que tal incum-
precedentes jurisprudenciales provinciales, sin plimiento ocasiona una lesión al derecho de
llegar a ajustarse a los criterios que les imponen acceso expedito a la jurisdicción y al mante-
distintos fallos de manera reiterada. nimiento de los vínculos familiares (16).

XI. Incumplimiento de la res. nº 1938/10 del Declaración aprobada en la reunión plenaria


ministerio de justicia de “La Red de Jueces Penales de la Provincia
de Buenos Aires”, celebrada en la Ciudad Autó-
Se advierte un generalizado incumplimiento noma de Buenos Aires, a los 13 días del mes de
de la Resolución nº 1938/10 del Ministerio de junio de dos mil quince.
Justicia bonaerense, en cuanto dispone la redis-
tribución de la población carcelaria, tomando
como referencia la cercanía familiar y la juris- (16) Ver informes de Mar del Plata, Bahía Blanca, Flor-
dicción departamental a la que los internos es- encio Varela, San Martín, San Isidro y/o, el informe del
tán sometidos. CELS/2014.

Ricardo S. Favarotto Adriana L. Nanni


Presidente Secretaria

Pedro Rodríguez Esteban I. Viñas


Tesorero Vocal

AÑO v • Nº 07 • agosto 2015 - Derecho Penal y Criminología • 259


DPyC ACTUALIDADES

CONGRESO MUNDIAL
JURISDICCIÓN UNIVERSAL EN EL SIGLO XXI
9 y 10 de septiembre de 2015
Teatro Nacional Cervantes
Libertad 815 – Ciudad de Buenos Aires – Argentina

Directores: 
Baltasar Garzón Real, presidente de FIBGAR
Eugenio Raúl Zaffaroni, Juez de la Corte Interamericana de Derechos Humanos

Coordinación académica:
Dolores Delgado, fiscal de la Audiencia Nacional de España

Comité científico: 
Hernán Hormazábal, catedrático de Derecho Penal
Manuel Ollé Sesé, profesor de Derecho Penal Internacional de la Universidad Complutense de Madrid
Dolores Delgado, fiscal de la Audiencia Nacional
Baltasar Garzón Real, presidente de FIBGAR
Manuel Vergara, responsable legal de FIBGAR 
Matías Bailone, letrado de la  Corte Suprema de Justicia de la Nación Argentina
y Profesor de Criminología de la Universidad de Buenos Aires
Daniel Galizzi, responsable legal de FIBGAR Argentina 

Coordinación logística y gerencia: 


Marta López Garzón, directora  FIBGAR Argentina

Responsable de Comunicación: 
José Jimenez Almeida, responsable de comunicación de FIBGAR Argentina

La primera fase de este ambicioso proyecto de carácter global tuvo lugar en Madrid en el mes de mayo
de 2014. En esa oportunidad se elaboró un documento que incluye los Nuevos Principios de Jurisdic-
ción Universal, los cuales serán objeto del análisis en este evento internacional que se celebrará en la
ciudad de Buenos Aires.

En una segunda fase del proyecto, el texto se remitió a diferentes partes del mundo para su discu-
sión, análisis y replanteo, con la intención de dar cabida a todas las opiniones, experiencias y realida-
des, de manera que los nuevos principios sean un reflejo del actual contexto global.

En este sentido, se han organizado sesiones de grupos de trabajo de carácter regional, en Puerto
Rico, con asistencia de ponentes de Estados Unidos, El Salvador, Guatemala, Perú, México o

260 • Derecho Penal y Criminología - AÑO v • Nº 07 • AGOSTO 2015


DPyC ACTUALIDADES

Ecuador, Guatemala, Benín o Camerún; Asunción, que reunió a expertos procedentes de Argentina,
Paraguay, Chile y España; Johannesburgo, que convocará a ponentes que viajarán desde Sudáfrica,
Ghana, Liberia, Yibuti y Kenya; La Haya, con expertos procedentes de Países Bajos, Alemania, Reino
Unido, Suiza, Bélgica; Ammán, donde se reunieron juristas y expertos de Marruecos, Egipto, Pales-
tina, Pakistán e Israel y la pequeña localidad española de Alfaz del Pi, dónde se reunieron juristas y
académicos de España, Italia, Noruega, Malasia y Ghana. Finalmente, en el mes de agosto se cele-
brará el grupo de trabajo de Kuala Lumpur, en Camboya, que reunirá a expertos asiáticos.

El objetivo de estos grupos de trabajo multidisciplinares ha sido preparar el debate final que tendrá
lugar en Buenos Aires en septiembre. Todo este trabajo previo cristalizará en un evento que pretende
aglutinar a los mejores especialistas y autoridades en la materia.

Los Principios de Madrid sobre Jurisdicción Universal tienen un carácter eminentemente progresista.
Su intención es la de dar un paso más en la reafirmación del consenso ya existente, la codificación
nuevos elementos y la proposición de nuevos mecanismos para la lucha contra la impunidad a través
de la aplicación de la Jurisdicción Universal en el mundo.

Desean ser la base para nuevos estudios, análisis doctrinales, discusiones, así como servir de punto
de referencia para el legislador del Estado que quiera luchar activamente contra la impunidad.

Se busca incidir en la importancia de la cooperación en la investigación y enjuiciamiento entre Esta-


dos y en la más clara delimitación de las facultades y obligaciones complementarias o concurrentes
de los mismos.

Más información: http://www.principiosju.org/

AÑO v • Nº 07 • agosto 2015 - Derecho Penal y Criminología • 261


SE TERMINÓ DE IMPRIMIR EN LA 2da. QUINCENA DE JUlIO DE 2015
EN LOS TALLERES GRÁFICOS DE “LA LEY” S.A.E. e I. - BERNARDINO RIVADAVIA 130
AVELLANEDA - PROVINCIA DE BUENOS AIRES - REPÚBLICA ARGENTINA

Вам также может понравиться