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Los deberes formales están dados de manera tal para que la administración
tributaria pueda tomar acciones que conlleven en forma segura a que el tributo
se transforme en tributo percibido.
Entre los deberes formales más comunes que deben cumplir los
contribuyentes, responsables y terceros están:
Identificar los distintos tributos que están obligados a cumplir por parte
de la organización, sean nacionales, estatales o municipales e inclusive
los extranjeros para evitar la doble tributación.
Los años sujetos a revisión según la contratación de la auditoría.
Situaciones significativas fiscales relacionadas con los tributos ocurridos
en los años sujetos a revisión.
Últimas declaraciones de los tributos que tiene su efecto en la
organización.
Naturaleza y monto de las diferencias de tiempo que resultan en registro
de partidas en diferido.
Método contable para el registro de impuestos diferidos.
Asientos que se realizan para el pago de tributos, ajustes de revisiones
efectuadas internamente, por auditoría externa o por la administración
tributaria correspondiente.
2) Estrategia y planificación de la auditoría tributaria
El auditor debe conocer los principios de contabilidad que aplica la empresa
para los registros tributarios, observar la confianza del control interno
tributario, los factores de riesgo e importancia relativa y las pruebas de
auditoría necesarias.
La planificación incluye la elaboración de un programa de auditoría para
desarrollar su trabajo.
Alvarado y Cruz (2008: 262), indican que la materia impositiva ofrece varias
oportunidades para el ejercicio del contador público, por lo que se considera
como un punto de partida para la clasificación de la auditoría tributaria, el
campo de actuación del profesional de la contaduría pública. Bajo este criterio
se ha clasificado la auditoría tributaria como:
Cepeda (1997: 401) expresa que, “todo proceso señalado está sujeto a una
supervisión permanente por parte de los diferentes niveles jerárquicos del
equipo de auditoria tributaria”. El propósito esencial de la supervisión es
asegurar el cumplimiento de los objetivos de la auditoria y la calidad razonable
del trabajo. Una supervisión y un control adecuados de la auditoria tributaria
son necesarios en todos los casos y en todas las etapas del trabajo, desde la
planeación hasta la emisión del informe y su análisis con los factores de la
entidad auditada. Asimismo, debe garantizar el cumplimiento de las Normas de
Auditoria y que el informe final refleje correctamente los resultados de las
comprobaciones, verificaciones e investigaciones realizadas.
Según Alvarado y Cruz (2008: 289), “en la ejecución del trabajo de campo de
auditoria va estar referido a la aplicación de los procedimientos de auditoria
para obtener las evidencias suficientes y competentes que apoyen los
resultados de la auditoria”. Las evidencias son obtenidas a través de una
combinación de procedimientos de control y sustantivos y va a significar la
información que !e va a permitir al auditor llegar a conclusiones sobre la cual
basar los resultados de la auditoria.
Formulación del Informe Final: finalizada la etapa de trabajo de campo, se
redactará el informe final o dictamen del auditor sobre los estados financieros
examinados y la carta de recomendaciones de control interno teniendo en
cuenta los aspectos resultantes de la discusión final sostenida con los
empleados de la empresa examinada. En los exámenes subsecuentes se
deberá verificar el oportuno cumplimiento y aplicación de las recomendaciones
formuladas en las cartas de control interno.
Lo anterior induce a determinar, que en esta etapa el auditor tributario se
dedica a formalizar en un documento los resultados a los cuales llegaron los
auditores en la auditoria tributaria ejecutada y demás verificaciones vinculadas
con el trabajo realizado. Además, se debe considerar en esta etapa la
comunicación de los resultados al máximo nivel de dirección de la entidad
auditada y otras instancias administrativas, así como a las autoridades que
correspondan, cuando esto proceda.
1 DELGADILLO GUTIERREZ, Luis Alberto. Principios de Derecho Tributario. Editorial U musa, México, 2005.
2 FLORES POLO, Pedro. Derecho Financiero y Tributario Peruano.ltal Perú, Lima, 1982, p.25.
3 DONDE RO UGARRIZA, Flavia. El Estado de Derecho y La Realidad Peruana. Revista del Instituto de Investigación Jurídica de la
USMP (http://www.derecho. usmp.edu.pe/instituto), Urna.
4 GONZÁLES OJEDA, Magdiel. El Estado Social y Democrático de Derecho y El Estado Peruano. Revista Derecho y Sociedad N° 23,
Lima, 2001.
5 GONZALES OJEDA, Magdiel. El Estado Social y Democrático de Derecho y El Estado Peruano. Revista Derecho y Sociedad N° 23,
Lima, 2001.
Así entonces, como lo señala el Dr. Osear lván Barco 6 , podríamos resumir los
principales fines de los tributos en los siguientes:
• La obtención de recursos para financiar los gastos públicos.
• Lograr una adecuada redistribución de los recursos existentes.
• Establecer una vía adecuada de control de los desfases económicos que
genera el propio sistema (inflación, deflación, etc.).
• Ejercer un control sobre las diversas actividades, fomentando las más
adecuadas y limitando las que a criterio propio no resulten deseables.
• Ejercer un claro control de la actividad social y política de un sistema.
Por tanto, independientemente de los fines que se persigan, es esencial dos
rasgos sumamente esenciales en la imposición tributaria: por un lado, el tributo
debe tener una eficacia recaudatoria determinada, es decir, debe lograr el o los
objetivos deseados, el costo por recaudar debe ser marginal frente a lo que se
recauda y que la capacidad de éxito, es decir, sus resultados, se encuentren al
margen de los efectos sociales que ocasiona. Por otro lado, la función
recaudadora solo puede ejercitarse dentro de los límites que la normatividad
vigente determine, tal como se expondrá en los próximos puntos.
Así pues, en el caso peruano, la potestad tributaria se puede apreciar en los
tres niveles de gobierno; nacional, regional y local, en base a un debido orden y
respeto de las competencias que la propia Constitución otorga, por lo que,
citando al Dr. Francisco Ruiz de Castilla 7 , para apuntar a la sistematización de
los tributos conviene establecer un mayor grado de intensidad en la
centralización de la regulación de impuestos. Es recomendable que solamente
en el nivel del Gobierno Nacional exista la facultad de crear y estructurar
impuestos, toda vez que se trata del recurso fiscal más importante que requiere
un tratamiento altamente técnico para modular adecuadamente sus efectos en
la población, el crecimiento de la economía y las finanzas públicas. Además, de
conformidad con el principio de simplicidad, es conveniente en la economía la
menor cantidad de impuestos posible. Si todas las instancias de gobierno
(Gobierno Nacional, Gobierno Regional y Gobierno Local) tuviesen la facultad
de regular impuestos, habría una proliferación desordenada de estos tributos
que terminaría por afectar muy seriamente los niveles de bienestar de la
población, el desarrollo de la economía y la eficiencia de las finanzas públicas.
"( ... )En el caso de los impuestos, no toda su recaudación va dirigida a costear
un servicio público, ya que la infraestructura del Estado, por su propio
funcionamiento, requiere recursos para solventar sus gastos internos; además
para solventar actividades que sólo puede cumplir el Estado mismo, que son
las actividades de gobierno, como las de defensa, asistencial, relaciones
internacionales, etc.( ... )"
6 BARCO, Osear lván. Teoría General de lo Tributario. Editora Grijley, Lima, 2009, p. 378.
7 RUIZ DE CASTILLA PONCE DE LEÓN, Francisco Javier. Potestad Tributaria de los Gobiernos Regionales y Locales,
http://blog.pucp.edu.pe/item/85248.
Principales diferencias
La auditoría fiscal es un proceso independiente, con entidad propia,
mientras que la auditoría financiera es impulsada desde la propia
empresa.
La auditoría fiscal supone un examen objetivo acerca del
cumplimiento de las obligaciones fiscales de la empresa y no tanto
de las cuentas, globalmente (auditoría financiera).
La auditoría fiscal se centra en los resultados contables, mientras
que la auditoría financiera se focaliza más en el patrimonio y las
finanzas de la empresa.
La auditoría fiscal examina la situación tributaria de la empresa y la
auditoría financiera la situación de los libros contables.
La auditoría fiscal la lleva a cabo un funcionario del Estado (o un
profesional subordinado a su cargo), mientras que en el caso de la
auditoría financiera el auditor proviene del ámbito privado.
La auditoría fiscal se realiza en cualquier momento del ejercicio
contable y la auditoría financiera se lleva a cabo, por regla general,
el último día del año.
La auditoría fiscal obtiene, como resultado, una opinión (reflejada
en un informe) acerca de la situación de la empresa, mientras que
en la auditoría financiera no siempre es obligatorio.
La auditoría fiscal, al tratarse de una inspección, tiene,
habitualmente, menos acceso a la información que la auditoría
financiera, la cual supone una colaboración voluntaria.
La auditoría fiscal puede obtener información de diferentes fuentes
(de otros contribuyentes, de bases de datos estatales, etc.)
mientras que la auditoría financiera se limita más a los propios
datos de la organización.
BIBLIOGRAFÌA
Revista PUCP - El Poder Tributario del Estado: ¿Nuestros Bolsillos a la Deriva? Christian André
Paredes Montoya
http://miraflores205.blogspot.com/
https://es.slideshare.net/launicaanali/auditoria-contable-8297801
https://slideplayer.es/slide/12906268/
https://www.emaze.com/@ALIIQTWF
http://auditoriatributariauvm.blogspot.com/