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https://ec.aciprensa.com/wiki/Cuaresma
1 Origen de la palabra
2 Origen de la costumbre
3 Duración del ayuno
4 Naturaleza del ayuno
5 Relajamiento del ayuno cuaresmal
Origen de la palabra
El vocablo teutón Lent, que se utiliza en inglés para designar los cuarenta días
de ayuno anteriores a la Pascua, originalmente significaba nada más que la estación de
primavera. Sin embargo, se ha utilizado desde la época anglosajona para traducir el término
en latín más significativo quadragesima (francés: carême; italiano: quaresima; español:
cuaresma), de mayor precisión que significa "cuarenta días", o, más literalmente, "el
cuadragésimo día". Esta palabra, a su vez, imitaba el nombre griego de la
Cuaresma, tessarakoste, (cuadragésimo), una palabra formada por la analogía
con Pentecostés (pentekoste), que en el pasado se usaba para designar la fiesta judía anterior
al Nuevo Testamento. Esta etimología, como veremos, es de cierta importancia para explicar
el desarrollo temprano del ayuno oriental.
Origen de la costumbre
Ya en el siglo V algunos Padres apoyaban la opinión de que este ayuno de cuarenta
días era una institución apostólica. Por ejemplo, San León (m. 461) exhorta a sus
oyentes a abstenerse para que "con sus ayunos puedan cumplir con la institución
apostólica de los cuarenta días" ---ut apostolica institutio quadraginta dierum jejuniis
impleatur (P.L., LIV, 633), y el historiador Sócrates (m. 433) y San Jerónimo (m. 420)
utilizan un lenguaje parecido. (P.G., LXVII, 633; P.L., XXII, 475).
Pero los mejores eruditos modernos son casi unánimes en el rechazo de este punto de
vista, ya que en los documentos existentes de los primeros tres siglos encontramos
tanto una considerable diversidad de prácticas en lo tocante al ayuno anterior a
la Pascua, y también un proceso gradual de desarrollo en materia de su duración. El
pasaje más importante es uno citado por Eusebio (Hist. Ecl. V, 24) de una carta de San
Ireneo al Papa Víctor con relación a la Controversia Pascual. En ella Ireneo dice que no
sólo existe una controversia acerca de la fecha de observancia de la Pascua, sino
también acerca del ayuno preliminar. "Pues”, continúa, “algunos piensan que deben
ayunar durante un día, otros que durante dos, y otros incluso durante varios, mientras
que otros cuentan cuarenta horas del día y la noche, para su ayuno.” También alega
que esta variedad de usos tiene un origen muy antiguo, lo que implica que no pudo
haber habido una tradición apostólica sobre ese asunto. Rufino, quien tradujo a Eusebio
al latín hacia fines del siglo IV, parece haber interpolado signos de puntuación en ese
pasaje para hacer decir a Ireneo que algunas personas ayunaban durante cuarenta
días. Anteriormente existía alguna diferencia de opinión en cuanto a la lectura correcta,
pero la crítica moderna (por ejemplo, la edición de Schwartz comisionada por la
Academia de Berlín) se pronuncia fuertemente a favor del texto traducido anteriormente.
Podemos, entonces, concluir que en el año 190 Ireneo no sabía de ningún ayuno
pascual de cuarenta días.
Sea como fuere, ya para los albores del siglo IV encontramos la primera mención del
término tessarakoste. Aparece en el quinto canon del Primer Concilio de Nicea (325
d.C.), donde sólo se discute el tiempo apropiado para llevar a cabo un sínodo; y es
concebible que se pueda referir no a un período sino a una fiesta definida, por ejemplo,
la Fiesta de la Ascensión, o la Purificación, a la cual Ætheria
llama quadragesimae de Epiphania. Pero debemos recordar que el vocablo
antiguo, pentekoste (Pentecostés), de designar el quincuagésimo día, había llegado a
denotar la totalidad del período (al que deberíamos llamar tiempo pascual) entre el
Domingo de Pascua hasta el de Pentecostés (cf. Tertuliano, "De idolatria", XIV, ---
“pentecosten implere non poterunt”). Como quiera que sea, lo cierto es que, de acuerdo
a las "Cartas Festales" de San Atanasio, que en el año 331 este santo le ordenó a
sus fieles un período de cuarenta días de un ayuno preliminar a, pero no inclusivo de, el
ayuno más estricto de la Semana Santa; y en segundo lugar, que en 339 el
mismo Padre, después de haber viajado a Roma y por la mayor parte de Europa,
escribió en los más enérgicos términos para instar a su observancia al pueblo
de Alejandría, como una que se practicaba universalmente, “a fin de que mientras todo
el mundo esté ayunando, nosotros en Egipto no seamos el hazmerreír como el único
pueblo que no ayuna sino que nos dedicamos al placer”. Aunque Funk anteriormente
sostuvo que la Cuaresma de cuarenta días no se conocía en Occidente antes de la
época de San Ambrosio, esta es una evidencia que no puede echarse a un lado.
(La legislación actual de la Iglesia, según el Código de Derecho Canónico vigente desde
el 25 de enero de 1983, señala en sus artículos 1249-1253, la obligación de ayunar y
abstenerse de ciertos alimentos. El ayuno sólo obliga el Miércoles de Ceniza y el
Viernes Santo; la abstinencia de carne, u otro alimento señalado por las conferencias
episcopales, todos los viernes y el tiempo de Cuaresma. Cfr. También el Catecismo de
la Iglesia Católica, número 1438. Acerca de la percepción actual del sentido de la
Cuaresma y el Adviento, el otro "tiempo fuerte", penitencial, de la Iglesia, cfr.
Constitución Sacrosantum Concilium del Concilio Vaticano II, nos. 102-106; 109-110.
N.T.)