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Piensa en Colombia y responde: ¿cuál es la división social de! país?, ¿con qué tipo de recursos naturales cuenta?,
¿cuál es el mayor producto de exportación?, ¿las oportunidades son las mismas para todas las personas? Explica
tus respuestas.
Un conflicto es una situación en la que los intereses de los actores individuales o colectivos difieren y entran en
confrontación produciendo acciones que buscan neutralizar o eliminar al rival, al enemigo. En los conflictos
suelen verse afectadas indirectamente otras personas y no solo los implicados en la disputa.
Colombia ha sido un país agrario por excelencia, durante mucho tiempo nuestra economía ha dependido, en buena
parte, de la producción agrícola; sin embargo, ha existido en el país una distribución inequitativa de la tierra,
lo que condujo a un conflicto entre terratenientes y campesinos. Ante la situación de inequidad en las primeras décadas
del siglo XX, se conformaron organizaciones conocidas como Ligas Campesinas, las cuales promovieron una
lucha agraria, especialmente en las zonas cafeteras del país, con el objetivo de defender para los campesinos los
derechos vulnerados como el acceso a la propiedad de la tierra o el reconocimiento como sujetos sociales y
productivos.
Estas organizaciones campesinas contaron con el apoyo de los partidos políticos de izquierda que estaban surgiendo
en la misma época: Partido Socialista Revolucionario (PSR), creado en 1926. Una de sus figuras representativas,
reconocida por su liderazgo político, fue María Cano, quien fue llamada "la flor del trabajo". En 1930, es conformado
el Partido Comunista Colombiano (PCC) y en 1933 Jorge Eliécer Gaitán decide separarse del partido liberal y
conformar su propio partido: UNIR (Unión Nacional Izquierdista Revolucionaria),
Uno de los acontecimientos más destacados en el origen de la violencia ocurrió en Ciénaga, Magdalena, en el año
1928. Allí, fueron asesinados un número indeterminado de trabajadores de la United Fruit Company, quienes habían
organizado una huelga con el objeto de reclamar mejores condiciones laborales y la reivindicación de sus derechos;
este acontecimiento se conoce como "la masacre de las bananeras". El PSR participó apoyando la huelga
de los trabajadores, pero ante el desenlace de los hechos, sus dirigentes terminaron presos. Jorge Eliécer Gaitán,
miembro de la Cámara de Representantes, viajó a la zona para investigar el incidente y a su regreso a Bogotá denunció
la masacre, dando a conocer al país lo ocurrido. Como consecuencia, Gaitán se ganó el respeto y el apoyo de los
trabajadores.
El ambiente político se hacía cada vez más complejo. Las medidas implementadas por el presidente Olaya Herrera
(1930-1934) resultaban insuficientes para algunos liberales y socialistas, quienes reclamaban reformas
constitucionales y sociales. Al desequilibrio político y social existente, se sumó la guerra entre Colombia y Perú
por el territorio de Leticia, entre 1932 y 1933.
Este panorama nacional hizo que la figura de Jorge Eliécer Gaitán resultara cada vez más notoria debido a su
cercanía con los sectores populares del país. Gaitán fue alcalde de Bogotá, Ministro de Educación, Presidente del
Senado, Ministro de Trabajo, y posteriormente, candidato presidencial en 1946, vencido en las urnas por el
conservador Mariano Ospina Pérez. El 20 de abril de 1946, en uno de sus discursos en el Teatro Municipal, Gaitán
afirmó que en Colombia existían dos países: el "país político" y el "país nacional", y que la diferencia entre ellos era
que "el país político piensa en sus empleos, en su mecánica y en su poder, y el país nacional piensa en su trabajo, en
su salud, en su cultura, desatendidos por el país político. El país político tiene metas diferentes a las del país nacional.
¡Tremendo drama en la historia de un pueblo!".
Allí encontrarás una lectura titulada "La novela como historia. Cien años de soledad y las bananeras" de Eduardo
Posada Carbó.
En grupos de tres personas, una vez realizada la lectura, desarrollen una discusión en torno a las siguientes preguntas:
a. ¿Cuál es la importancia de las fuentes para elaborar un trabajo de carácter histórico y cómo podemos determi nar
la veracidad de las fuentes? b ¿Por qué razón García Márquez en su novela afirmó la
existencia de un número determinado de muertos? c. ¿Qué es una masacre y cuántos muertos necesitamos para
considerar que en el país ha ocurrido u ocurre algo que debe cambiar?
El Bogotazo
La complicada situación de violencia política del país llevó a Jorge Eliecer Gaitán a organizar, el 7 de febrero de 1948,
la "Manifestación del Silencio" que convocó a más de cien mil personas en la Plaza de Bolívar. Allí pronunció
la Oración por la paz: "...Señor Presidente: serenamente, tranquilamente, con la emoción que atra-
viesa el espíritu de los hombres que llenan esta plaza, con esa emoción profunda os pedimos
que ejerzáis vuestro mandato, el mismo que os ha dado el pueblo, en favor de la tranquilidad
pública. Todo depende de vos; sabemos que quienes anegan en sangre este país cesarían en
su pérfida siega. Esos espíritus de mal corazón cesarían al simple imperio de vuestra voluntad.
Escuela Normal Superior de Piedecuesta – 2017- Decimo Orflopra
Amamos hondamente a esta patria nuestra y no queremos que nuestra nave victoriosa
navegue sobre ríos de sangre".
–Sí: qué infamia. Que mataron a Gaitán, ¡lo asesinaron!, repite Forero Benavides. Y viéndome todo incrédulo y estupefacto,
dice:
–Mire cómo corre la gente hacia San Francisco. Miré cómo corren todos…
–Sí: qué infamia. Que mataron a Gaitán, ¡lo asesinaron!, repite Forero Benavides. Y viéndome todo incrédulo y estupefacto,
dice:
–Mire cómo corre la gente hacia San Francisco. Miré cómo corren todos…
Aprende en grupo
–¿Qué hay? ¿Qué pasa?
Y esa voz iba creciendo para convertirse de duda en certidumbre, de grito esporádico en ola de pavor. En coro, casi, retumbaba
por la carrera séptima entre la plaza de Bolívar y San Francisco esa tremenda consigna que quedará en los anales patrios al
principio de una era política nueva cortada de todo lo anterior por un episodio oscuro, sin nombre, que manchó por unos
instantes la tradición patria. Aún nada se veía más que estupor, desconcierto, ira y sed de loca venganza contra un crimen
infinitamente cobarde.
El ambiente en la carrera séptima solo puede explicarse en los primeros momentos por la historia que se había vivido en los
meses y días anteriores, como reacción contra el gobierno conservador homogéneo. Un estado de ira colectiva se apoderó de
las mentes. Los viajeros de los tranvías dejaban sus vehículos. Algunas mujeres se santiguaban como presintiendo una
catástrofe.
Por entre la muchedumbre me abría paso. Detrás de mí seguía el fotógrafo, la máquina en alto. La gente, absorta, lloraba. Las
caras mostraban en los más una tensión que debía buscar escape. Al fin llegué hasta el grupo que rodeaba al asesino yacente.
Había dos oficiales de la policía y recuerdo a un agente, abriendo, con más público, un círculo alrededor del hombre tendido
sobre el pavimento.
Y en ese momento yo estaba agachado encima de la cara del villano asesino; el hombre, casi exánime, movía los labios. Un joven
se había sentado sobre las rodillas de Roa y se acercaba a la cara como para escuchar lo que alcanzara a balbucir.
Un grito siguió al otro, los oficiales de la policía hacían el máximo esfuerzo por contener a la masa enfurecida. No se pudo. Por
unos segundos se creía que podría aplazarse el castigo, para escuchar, si posible, alguna palabra que identificara a los facedores
del crimen. Pero nada. Nada. Era más fuerte el dolor que se veía en las caras de todos. Nuestros gritos fueron contagiándose:
–¡Muera el asesino!
Y apenas puede retirarme, cuando a pisotazos el hombre exánime ya, quedó sin vida.
Debo confesar que quienes vivimos este primer momento de perplejidad estábamos paralizados por el pavor. No se pensó sino
en llevar el cadáver o a ese hombre cuyo corazón posiblemente aún latía, a pesar de su estado de desfallecimiento, a las puertas
de palacio. Se pensó quizá en ponerlo ante la presencia del mandatario, para pedirle desagravio por ese horroroso crimen que
lesionaba hasta lo más profundo la sensibilidad de cualquier escándalo, ya fuera o no adicto o seguidor fiel de Jorge Eliécer
Gaitán. Era un crimen monstruoso contra el jefe de las mayorías liberales de la democracia colombiana. Por eso, quienes
estuvimos de testigos en ese primer instante de caos podemos afirmar que la primera reacción no solo tuvo ese temblor de
humanidad sensibilizada, sino que cobijó, con igual e indescriptible emoción, a quienes posiblemente nunca antes se habían
reunido en una manifestación gaitanista. Fue un clamor que, por un instante y con la más elevada sensibilidad, se levantó unido
y puro para gritar contra la destrucción de toda base cívica y de todo fundamento de democracia: ¡el derecho al pensamiento!
En masa, fuimos hasta las puertas de palacio con el asesino en hombros. La gente que lo llevaba casi le quita todas las vestiduras.
El uno tomó la chaqueta; el otro, la camisa; otro me pasó los pantalones. Todos buscábamos entre los bolsillos para localizar
documentos. Entre los pantalones, de azulosa y burda tela nacional, encontré, en el bolsillo pequeño, junto al cinturón, unas
monedas de a veinte y diez centavos. No las sacamos. Las devolvimos a su sitio. Alguien buscó una vara, surgían por encima de
las cabezas.
El gentío llegó a palacio. Se pedía que salieran a explicar. Se oían ‘abajos’ al régimen y a figuras del gobierno conservador cuyos
nombres ya se han acallado entre el rumor de los acontecimientos, y desaparecieron del horizonte político en el término de una
hora.
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El gentío llegó a palacio. Se pedía que salieran a explicar. Se oían ‘abajos’ al régimen y a figuras del gobierno
conservador cuyos nombres ya se han acallado entre el rumor de los acontecimientos, y desaparecieron del
horizonte político en el término de una hora.
Luego comenzó la pedrea. Los primeros vidrios, que sonaban como campanillas en duelo, fueron los faroles de la
calle octava con la carrera séptima. Avanzaba la piedra y comenzó el desenfreno de dolor contenido. El asesino
dejó de existir, casi en el mismo momento en que dejara de existir el jefe único del Partido Liberal de Colombia,
doctor Jorge Eliécer Gaitán. Mientras este entregaba su espíritu rodeado de todos los hombres que, momentos
después, debían salir a las calles a asumir la dirección del destino colectivo, aquel quedaba, yerto y semidesnudo,
echado boca arriba ante las puertas cerradas de palacio y en medio de los vidrios que caían de las ventanas hechas
añicos por la piedra.
Pasaron cerca de 30 minutos. Estábamos a unos 6 metros de las puertas de palacio. Entre el gentío se oían sollozos,
mezclados con palabras de dolor iracundo.
–¿Y qué hacer ahora?
El desconcierto se apoderó de muchos, y se inició la desolación.
De esa desolación vimos surgir la acción a que impulsa el desespero.
En ese preciso momento, salió la guardia por el lado de San Agustín. Adelante venía el oficial, un teniente, con el
sable en alto. Algunos corrieron. Los más iban retirándose paso a paso. El oficial se acercó con su tropa hasta
empujarme para que siguiera. Sin resistencia, sin premeditación, el gentío retrocedía.
Sonó de pronto un disparo. Uno de los soldados disparó. En ese momento el gentío, en lugar de correr o retirarse,
quedó como clavado en el piso.
Gritos:
–¡No! Así no... ¡No es con ustedes!
Y otros, luego:
–¡Viva el ejército de Colombia!
Y un coro unánime:
–¡Vivaaa!
El oficial, aun antes de escuchar la reacción de las voces, se había acercado, retrocediendo hasta donde estaba el
soldado, y le dio órdenes que no escuchamos. Pero no sonó un disparo más. No pasó nada.
Como testigo presencial, puedo afirmar que no fue más lo que ocurrió en ese primer acercamiento a palacio. Así lo
vieron los colegas de la prensa extranjera, asomados a las ventanas del hotel Astor, en diagonal al palacio y al
Capitolio Nacional.
Ni el muerto fue descuartizado y echado al fuego de los tranvías, ni hubo muerto alguno causado por esa bala
disparada frente a palacio, la primera en esa infinita serie de disparos que se han escuchado desde esa hora funesta
en toda la República.
En esta primera reacción de dolor no hubo ni orden ni concierto subversivos. Se clamaba por un desagravio justo
que, ¡pobre de Colombia!, jamás se podrá dar a quienes lo pedían.
Cuando el gentío retrocedió siguió para el Capitolio Nacional, por la carrera séptima, y en ese momento se lanzó la
primera piedra contra esa reliquia nacional. Pasábamos todos por frente a la placa que conmemora el asesinato
del gran jefe liberal de antaño que se llamó Rafael Uribe Uribe.
en toda la República.
En esta primera reacción de dolor no hubo ni orden ni concierto subversivos. Se clamaba por un desagravio justo
que, ¡pobre de Colombia!, jamás se podrá dar a quienes lo pedían.
Cuando el gentío retrocedió siguió para el Capitolio Nacional, por la carrera séptima, y en ese momento se lanzó la
primera piedra contra esa reliquia nacional. Pasábamos todos por frente a la placa que conmemora el asesinato
del gran jefe liberal de antaño que se llamó Rafael Uribe Uribe.
Escuela Normal Superior de Piedecuesta – 2017- Decimo Orflopra
Evalúa
2. Selecciona un proceso de paz e identifica sus particularidades. ¿Consideras que fu e
efectivo? ¿Por qué?
Narcotráfico y paramilitarismo
¿Has oído alguna vez en los noticieros o leído en la prensa que Colombia es uno de los países con mayor producción
y exportación de narcóticos?, ¿te has preguntado por qué? Y ¿en qué medida esta producción y exportación afecta a
la sociedad y recrudece e impide la resolución del conflicto armado?
En los años 70, los grupos ilegales habían crecido en número de
efectivos y aumentado su presencia en los distintos
departamentos del territorio nacional. Las rutas utilizadas para la
explotación y comercio de esmeraldas (negocio legal), así como
las rutas del contrabando (negocio ¡legal) fueron utilizadas para
el tráfico de droga. Los explotadores de esmeraldas
requirieron de ejércitos particulares para defender su mercancía,
dando paso a la conformación de grupos de sicarios que luego
harían parte de las redes narcotraficantes.
En la década del 80 se consolidaron los carteles de Medellín
(Pablo Escobar, los hermanos Ochoa, Gonzalo Rodríguez
Gacha), Cali (Miguel y Gilberto Rodríguez Orejuela), Norte del
Valle (Wilber Varela) y la Costa (Alberto Gamboa). El
enfrentamiento por los territorios de cultivo de coca, las rutas y la
influencia de los capos los condujo al exterminio. Fue una guerra
cruel que afectó a la población civil, debido a la implementación
de acciones terroristas, como carros bomba, asesinatos
y secuestros selectivos, etc.
El narcotraficante Pablo Escobar, una de las figuras más representativas en este periodo de violencia, fue candidato
suplente al Senado, fundador del movimiento político "Civismo en marcha" y fue quien lideró el grupo conocido como
"los extraditables". Este grupo convirtió a la extradición en tema coyuntural entre Estado y narcotraficantes; el
narcoterrorismo ejerció presión en el gobierno y la extradición no fue incluida en la reforma constitucional de 1991. En
esa década fue exterminada la UP (Unión Patriótica), fueron asesinados algunos candidatos presidenciales y el
Ministro de Justicia.
Tanto guerrillas como paramilitares se han enfrentado por décadas, disputándose buena parte del territorio
colombiano; ¿por qué? Una de las razones es su interés por las zonas de influencia, es decir, aquellos lugares
donde adentrados en la selva es posible sembrar coca y donde tienen la posibilidad de acceder a rutas terrestres,
aéreas o marítimas. Otra razón tiene que ver con los nexos entre estos grupos ¡legales y las esferas del poder nacional
que han permeado la vida política y las fuerzas armadas; muestra de ello son los casos de políticos condenados por
parapolítica o denunciados por tener nexos con las FARC; finalmente, los odios arraigados. Los paramilitares son un
grupo creado para combatir a las guerrillas que se ha financiado con capitales privados (de terratenientes, ganaderos
y narcotraficantes amenazados por la guerrilla), con el narcotráfico, el secuestro y con aportes de multinacionales
como Chiquita Brands (sucesora de la United Fruit Company, empresa protagonista en 1928 de la huelga de las
bananeras).
Desde 1975 hasta hoy vivimos una etapa de violencia diferente a las dos anteriores.
Durante los años en que Colombia ha vivido en conflicto, en el mundo ocurrieron acontecimientos como periodo
entreguerras, Segunda Guerra Mundial, comienzo y fin de la Guerra Fría, comienzo de la lucha antiterrorismo,
consolidación de Estados Unidos como potencia mundial.
al programa de Verdad, Justicia y Reparación, pero que luego lo abandonaron; otros que se quedaron a l margen de
este proceso de reinserción y algunos delincuentes comunes los grupos identificados hasta el momento como bandas
criminales son: Águilas Negras, Nevados, Nueva Generación y Rastrojos; o preocupante en este caso es que para las
autoridades no resulta fácil identificar a los cabecillas de estas organizaciones, las cuales están distribuidas en un
número amplio de facciones que permite operar tanto en el sector rural como en el urbano.
Discute con tus compañeros acerca de cuál sería una propuesta de reinserción teniendo en cuenta la variedad de
actores al margen de la ley que existen en Colombia.
Verdad, justicia y reparación
El ex presidente Álvaro Uribe llevó a cabo un proceso de desmovilización de los grupos paramilitares, el cual tuvo
como soporte jurídico la ley de justicia y paz (ley 975 de 2005) "Por la cual se dictan disposiciones para la
reincorporación de miembros de grupos armados organizados al margen de la ley, que contribuyan de manera efectiva
a la consecución de la paz nacional". ¿Pero en qué consistía esa consecución de la paz nacional?; entre otras cosas,
en la desmovilización, entrega de armas, vinculación al proceso de reinserción y de verdad, justicia y reparación.
Como reza el Artículo 6 de la Ley 975, derecho a la reparación de las víctimas, que plantea "El derecho de las víctimas
a la reparación comprende las acciones de restitución, indemnización, rehabilitación y satisfacción, para obtener las
garantías de no repetición".
• La restitución consiste en devolver a la víctima a la situación anterior a la comisión del delito.
• La indemnización consiste en compensar económicamente los perjuicios causados por el delito.
• La rehabilitación consiste en recuperar a las víctimas que sufren traumas físicos y sicológicos como
consecuencia del delito.
• La satisfacción consiste en restablecer la dignidad de la víctima y difundir la verdad sobre lo sucedido.
Escuela Normal Superior de Piedecuesta – 2017- Decimo Orflopra
Además de las anteriores, las garantías de no repetición comprenden, entre otras, la puesta en marcha de mecanismos
de reparación simbólica y colectiva.
El proceso de desmovilización de los grupos paramilitares logró la entrega de un número aproximado de 31.600
individuos, tras el Acuerdo de Santa Fe de Ralito (Córdoba). Dicho proceso, si bien desmanteló al mayor grupo
paramilltar del país: las AUC (Autodefensas Unidas de Colombia) dirigido por los hermanos Carlos y Fidel Castaño,
sus resultados han tenido fuertes críticas debido a que los jefes paramilitares no han cumplido con las garantías de
verdad y justicia exigidas en un proceso de estas dimensiones.
La condena a los jefes paramilitares que confesaran la verdad de sus crímenes se estableció en 8 años de prisión.
Lamentablemente, los tropiezos han generado otros resultados, entre ellos: la presencia de narcotraficantes que se
hicieron pasar por jefes paramilitares, la reparación a las víctimas no ha sido eficiente (en ocasiones se ha denunciado
que los victimarios han recibido mayores garantías que las víctimas) y la creación de bandas criminales
(desmovilizados y reinsertados han estado delinquiendo, y estructurando nuevos grupos). Los paramilitares, al igual
que los otros grupos ilegales, han sido fuertemente criticados por organismos internacionales debi do a los actos de
violación a los derechos humanos que cometen: secuestros, masacres, torturas, desapariciones, desplazamientos
forzados.
Panorama actual
En Colombia existen varios grupos armados u organizaciones al margen de la ley: guerrillas (FARC-EP, ELN, EPL),
paramilitares, bandas criminales o emergentes, narcotraficantes y sicarios. Sumado a eso, tenemos altos niveles de
corrupción y la vinculación de miembros de la fuerza pública y políticos en casos de narcotráfico, alianzas con grupos
ilegales y en actos de violación a los derechos humanos. Según el último informe de Planeación Nacional y el DAÑE,
el 45,5% de los hogares colombianos se encuentran en estado de pobreza, es decir, 19 millones 900 mil colombianos;
y en estado de indigencia el porcentaje es de 16,4% de la población, es decir, 7 millones 200 mil colombianos. Estas
cifras resultan de la medición de los ingresos percibidos.
En este estudio, se definió como pobre a una persona
que, en el año 2009, a cambio de su trabajo, recibió al
mes menos de $281.384 pesos mensuales; e indigentes,
a las personas que recibieron menos de $120.588 pesos
mensuales. La pobreza en los sectores rurales es más
pronunciada, y la indigencia es mayor en los sectores
urbanos. La pobreza es uno de los factores que incide
en la vinculación de los jóvenes a las organizaciones al
margen de la ley.
De igual forma, en la actualidad, Colombia y Afganistán
producen más del 70% de la heroína y la cocaína ilícita
en el mundo. Francisco Thoumi afirma que la
rentabilidad que genera e! negocio de las drogas ilegales
es una condición necesaria para la producción, pero no
es condición suficiente. "La producción de opio-heroína,
para el caso de Afganistán y de coca-cocaína para
Colombia requiere también la posibilidad de llevar a cabo
una serie de actividades ilegales: obtener productos químicos en mercados negros, desarrollar cultivos ilícitos,
establecer producciones manufactureras clandestinas, desarrollar redes criminales de mercadeo para contrabandear
y distribuir drogas, redes para lavar los ingresos y los activos acumulados ¡legalmente". En Colombia y en Afganistán
existen ciertas condiciones para que las leyes del Estado sean evadidas, entre ellas, la vinculación de quienes ostentan
el poder con los grupos al margen de la ley. La producción de coca está concentrada en Lati noamérica en Colombia,
Bolivia y Perú; y el cultivo de amapola para producir opio se encuentra concentrado en Afganistán, Birmania y Laos.
¿Qué significa?
Reinsertado: persona que se integra de nuevo a la sociedad.
Mapa Conceptual
Taller a Resolver
1. Para comprender el conflicto armado colombiano es necesario estudiarlo como un
proceso de larga duración. Teniendo en cuenta lo visto en el tema, identifica
algunos de los principales problemas del país en ese proceso y describe sus
cambios en el tiempo, Elabora un escrito al respecto.
2. Escribe tu opinión sobre los siguientes factores generadores de violencia.
1, El conflicto bipartidista,
2, Etapa de crecimiento económico entre los años 1945-1955, en la que aumenta
el precio del café, principal producto de exportación. Sin embargo, estos avances
generan acumulación de capital, lo que amplía la desigualdad entre las clases
sociales.
3, La acumulación de capital propició también la concentración de la tierra, Es decir
que solo un número reducido de personas son propietarias de grandes
extensiones de tierra, ¡o que intensifica el conflicto entre terratenientes y
campesinos,
4, La creación del PSR y del PCC, la huelga de las bananeras y la agitación social
que vivía el país desde la década del 20 aumentan el temor que siente el sector
capitalista colombiano de que se expandan las ideas comunistas. El clima
geopolítico de la Guerra Fría llega a Colombia y permea su conflicto interno, El
gobierno declara ilegal al Partido Comunista Colombiano.
Analiza
3. Reflexiona acerca de la siguiente afirmación,
Escuela Normal Superior de Piedecuesta – 2017- Decimo Orflopra
5. ¿En qué aspectos de los abordados en el tema consideras que debes profundizar?
Argumenta tu respuesta.