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Escuela Normal Superior de Piedecuesta – 2017- Decimo Orflopra

Tema 8 Conflicto Armado y Violencia


Conflicto Ideas previas

Piensa en Colombia y responde: ¿cuál es la división social de! país?, ¿con qué tipo de recursos naturales cuenta?,
¿cuál es el mayor producto de exportación?, ¿las oportunidades son las mismas para todas las personas? Explica
tus respuestas.

Antecedentes del conflicto armado colombiano

Un conflicto es una situación en la que los intereses de los actores individuales o colectivos difieren y entran en
confrontación produciendo acciones que buscan neutralizar o eliminar al rival, al enemigo. En los conflictos
suelen verse afectadas indirectamente otras personas y no solo los implicados en la disputa.

Colombia ha sido un país agrario por excelencia, durante mucho tiempo nuestra economía ha dependido, en buena
parte, de la producción agrícola; sin embargo, ha existido en el país una distribución inequitativa de la tierra,
lo que condujo a un conflicto entre terratenientes y campesinos. Ante la situación de inequidad en las primeras décadas
del siglo XX, se conformaron organizaciones conocidas como Ligas Campesinas, las cuales promovieron una
lucha agraria, especialmente en las zonas cafeteras del país, con el objetivo de defender para los campesinos los
derechos vulnerados como el acceso a la propiedad de la tierra o el reconocimiento como sujetos sociales y
productivos.

Estas organizaciones campesinas contaron con el apoyo de los partidos políticos de izquierda que estaban surgiendo
en la misma época: Partido Socialista Revolucionario (PSR), creado en 1926. Una de sus figuras representativas,
reconocida por su liderazgo político, fue María Cano, quien fue llamada "la flor del trabajo". En 1930, es conformado
el Partido Comunista Colombiano (PCC) y en 1933 Jorge Eliécer Gaitán decide separarse del partido liberal y
conformar su propio partido: UNIR (Unión Nacional Izquierdista Revolucionaria),

Uno de los acontecimientos más destacados en el origen de la violencia ocurrió en Ciénaga, Magdalena, en el año
1928. Allí, fueron asesinados un número indeterminado de trabajadores de la United Fruit Company, quienes habían
organizado una huelga con el objeto de reclamar mejores condiciones laborales y la reivindicación de sus derechos;
este acontecimiento se conoce como "la masacre de las bananeras". El PSR participó apoyando la huelga
de los trabajadores, pero ante el desenlace de los hechos, sus dirigentes terminaron presos. Jorge Eliécer Gaitán,
miembro de la Cámara de Representantes, viajó a la zona para investigar el incidente y a su regreso a Bogotá denunció
la masacre, dando a conocer al país lo ocurrido. Como consecuencia, Gaitán se ganó el respeto y el apoyo de los
trabajadores.

El ambiente político se hacía cada vez más complejo. Las medidas implementadas por el presidente Olaya Herrera
(1930-1934) resultaban insuficientes para algunos liberales y socialistas, quienes reclamaban reformas
constitucionales y sociales. Al desequilibrio político y social existente, se sumó la guerra entre Colombia y Perú
por el territorio de Leticia, entre 1932 y 1933.

Este panorama nacional hizo que la figura de Jorge Eliécer Gaitán resultara cada vez más notoria debido a su
cercanía con los sectores populares del país. Gaitán fue alcalde de Bogotá, Ministro de Educación, Presidente del
Senado, Ministro de Trabajo, y posteriormente, candidato presidencial en 1946, vencido en las urnas por el
conservador Mariano Ospina Pérez. El 20 de abril de 1946, en uno de sus discursos en el Teatro Municipal, Gaitán
afirmó que en Colombia existían dos países: el "país político" y el "país nacional", y que la diferencia entre ellos era
que "el país político piensa en sus empleos, en su mecánica y en su poder, y el país nacional piensa en su trabajo, en
su salud, en su cultura, desatendidos por el país político. El país político tiene metas diferentes a las del país nacional.
¡Tremendo drama en la historia de un pueblo!".

Allí encontrarás una lectura titulada "La novela como historia. Cien años de soledad y las bananeras" de Eduardo
Posada Carbó.

En grupos de tres personas, una vez realizada la lectura, desarrollen una discusión en torno a las siguientes preguntas:
a. ¿Cuál es la importancia de las fuentes para elaborar un trabajo de carácter histórico y cómo podemos determi nar
la veracidad de las fuentes? b ¿Por qué razón García Márquez en su novela afirmó la

Conflicto armado y violencia

existencia de un número determinado de muertos? c. ¿Qué es una masacre y cuántos muertos necesitamos para
considerar que en el país ha ocurrido u ocurre algo que debe cambiar?

El Bogotazo

La complicada situación de violencia política del país llevó a Jorge Eliecer Gaitán a organizar, el 7 de febrero de 1948,
la "Manifestación del Silencio" que convocó a más de cien mil personas en la Plaza de Bolívar. Allí pronunció
la Oración por la paz: "...Señor Presidente: serenamente, tranquilamente, con la emoción que atra-
viesa el espíritu de los hombres que llenan esta plaza, con esa emoción profunda os pedimos
que ejerzáis vuestro mandato, el mismo que os ha dado el pueblo, en favor de la tranquilidad
pública. Todo depende de vos; sabemos que quienes anegan en sangre este país cesarían en
su pérfida siega. Esos espíritus de mal corazón cesarían al simple imperio de vuestra voluntad.
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Amamos hondamente a esta patria nuestra y no queremos que nuestra nave victoriosa
navegue sobre ríos de sangre".

A pesar del apoyo del pueblo, con el que contaba Gaitán, el 9


abril de 1948, mientras se llevaba a cabo en Bogotá la reunión
de la IX Conferencia Panamericana, Juan Roa Sierra disparó
contra el líder político. Los móviles del asesinato y la culpabilidad
intelectual del acontecimiento continúan aún sin esclarecerse. La
conmoción se apoderó de la población quien en señal de
protesta salió a las calles a pedir la renuncia del presidente
Mariano Ospina. El centro de la ciudad quedó en llamas y las
calles parecían ríos de personas sin vida. Este periodo de
protestas y represión desatadas luego del asesinato de Gaitán
es conocido como El Bogotazo.

CÓMO NACIÓ EL MOTÍN EN BOGOTÁ EL 9 DE ABRIL DE 1948


En imágenes quedó registrado el histórico momento. Aquí la historia contada por un testigo.
Por: REDACCIÓN EL TIEMPO. 12:33 p.m. | 9 de abril de 2014

Foto: Archivo fotográfico de Sady González, Biblioteca Luis Ángel Arango


Remolcan por la avenida Jiménez uno de los tranvías destruidos. Bogotá, abril de 1948.
Una semana después del 9 de abril de 1948, EL TIEMPO publicó esta crónica del periodista y escritor Jaime Quijano
Caballero, testigo presencial de la revuelta que se armó en la capital tras el asesinato de Jorge Eliécer Gaitán y del
linchamiento de Juan Roa Sierra. Las imágenes son de Sady González, conocido como "el fotógrafo del Bogotazo",
y forman parte de la exposición 'Foto Sady: recuerdos de la realidad', abierta en la Biblioteca Luis Ángel Arango.
(Vea también: Así luce hoy el centro, destruido durante el 'Bogotazo')
Había pasado toda la noche en el Capitolio Nacional, en las oficinas del departamento de documentos de la
conferencia haciendo la recopilación de todo aquello que se debía entregar al día siguiente en las casillas de las
delegaciones. En el curso de la mañana las sesiones transcurrieron dentro de la mayor normalidad y los debates en
las comisiones presentaban ya aspectos de creciente interés. En muchas comisiones se entreveía ya un camino
hacia la meta final, aunque eran aún delicadas ciertas soluciones.
Hacia la una de la tarde del viernes, 9 de abril, todo estaba en calma. Salía para encaminarme a mi casa. Las oficinas
del departamento de documentos están situadas en el tercer piso. Para bajar a la plaza Bolívar hay un camino que
pasa, necesariamente, por frente a la delegación de la Unión Panamericana. El autor de estas líneas iba
acompañado de un fotógrafo de la prensa y al pasar por frente a la puerta de dicha delegación salían los doctores
Lleras y Carlos Lozano, este último presidente de la delegación colombiana.
–¿Cómo van las labores? –le pregunté.
–Hay aún algo que discutir con los argentinos. Pero considero ya muy adelantada la obra.
Luego, el doctor Lozano siguió comentando las razones que tenía para afirmar lo dicho, y en tanto llegamos a las
escaleras frontales del primer piso, frente a la plaza de Bolívar. Miré el reloj para confirmar la hora en que debía
venir el carro. Habían pasado unos minutos después de la 1:30. Al mirar alrededor en busca del chofer, y mientras
el doctor Carlos Lozano descendía las escaleras de piedra, vi a mi derecha toda la fachada del capitolio con la guardia
de policía como de costumbre. Con esos cascos de lata, brillantes, que parecían platones de pensionado de
estudiantes. Los guardias inmutables. Y luego, al mirar hacia atrás, por entre las columnas, veo acercarse a Abelardo
Forero Benavides y más allá a Antonio García.
–Quijano, ¡que mataron a Gaitán!

Ese grito fue como un golpe seco sobre la frente.

–Sí: qué infamia. Que mataron a Gaitán, ¡lo asesinaron!, repite Forero Benavides. Y viéndome todo incrédulo y estupefacto,
dice:

–Mire cómo corre la gente hacia San Francisco. Miré cómo corren todos…

Y esas palabras fueron como una orden imperiosa.


Desde ese momento en que salimos corriendo en dirección hacia el sitio de la tragedia, repitiendo las palabras increíbles:
¡mataron a Gaitán!, corrió también una descarga eléctrica por el sistema nervioso de todos los transeúntes. Los tranvías todavía
no habían frenado. Lentamente se estancaba el tránsito. Preguntaban desde los estribos, por entre las ventanillas.

–¿Qué hay? ¿Qué pasa?

–¡Que asesinaron a Gaitán!

–Quijano, ¡que mataron a Gaitán!

Ese grito fue como un golpe seco sobre la frente.

–Sí: qué infamia. Que mataron a Gaitán, ¡lo asesinaron!, repite Forero Benavides. Y viéndome todo incrédulo y estupefacto,
dice:

–Mire cómo corre la gente hacia San Francisco. Miré cómo corren todos…

Y esas palabras fueron como una orden imperiosa.


Desde ese momento en que salimos corriendo en dirección hacia el sitio de la tragedia, repitiendo las palabras increíbles:
¡mataron a Gaitán!, corrió también una descarga eléctrica por el sistema nervioso de todos los transeúntes. Los tranvías todavía
no habían frenado. Lentamente se estancaba el tránsito. Preguntaban desde los estribos, por entre las ventanillas.
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Aprende en grupo
–¿Qué hay? ¿Qué pasa?

–¡Que asesinaron a Gaitán!

Y esa voz iba creciendo para convertirse de duda en certidumbre, de grito esporádico en ola de pavor. En coro, casi, retumbaba
por la carrera séptima entre la plaza de Bolívar y San Francisco esa tremenda consigna que quedará en los anales patrios al
principio de una era política nueva cortada de todo lo anterior por un episodio oscuro, sin nombre, que manchó por unos
instantes la tradición patria. Aún nada se veía más que estupor, desconcierto, ira y sed de loca venganza contra un crimen
infinitamente cobarde.

El ambiente en la carrera séptima solo puede explicarse en los primeros momentos por la historia que se había vivido en los
meses y días anteriores, como reacción contra el gobierno conservador homogéneo. Un estado de ira colectiva se apoderó de
las mentes. Los viajeros de los tranvías dejaban sus vehículos. Algunas mujeres se santiguaban como presintiendo una
catástrofe.

La primera descarga de ira se produjo contra el asesino.

–¿Dónde está el asesino de Gaitán?

Y otra ola de voces pedía venganza y muerte para el vil asesino.


–¡Vive todavía el asesino!

Por entre la muchedumbre me abría paso. Detrás de mí seguía el fotógrafo, la máquina en alto. La gente, absorta, lloraba. Las
caras mostraban en los más una tensión que debía buscar escape. Al fin llegué hasta el grupo que rodeaba al asesino yacente.
Había dos oficiales de la policía y recuerdo a un agente, abriendo, con más público, un círculo alrededor del hombre tendido
sobre el pavimento.

–¿Dónde está el doctor Gaitán?

–Lo acaban de llevar a la clínica central, contestaron muchos en coro.

–Maten al asesino, gritaban otros.

Y en ese momento yo estaba agachado encima de la cara del villano asesino; el hombre, casi exánime, movía los labios. Un joven
se había sentado sobre las rodillas de Roa y se acercaba a la cara como para escuchar lo que alcanzara a balbucir.

–¡Déjenlo confesar! ¡Sí, déjenlo confesar!

Un grito siguió al otro, los oficiales de la policía hacían el máximo esfuerzo por contener a la masa enfurecida. No se pudo. Por
unos segundos se creía que podría aplazarse el castigo, para escuchar, si posible, alguna palabra que identificara a los facedores
del crimen. Pero nada. Nada. Era más fuerte el dolor que se veía en las caras de todos. Nuestros gritos fueron contagiándose:

–¡Muera el asesino!
Y apenas puede retirarme, cuando a pisotazos el hombre exánime ya, quedó sin vida.

–¡A palacio! ¡A palacio! ¡A que expliquen!

Y fue como si una nueva descarga eléctrica se apoderara de todos.

Debo confesar que quienes vivimos este primer momento de perplejidad estábamos paralizados por el pavor. No se pensó sino
en llevar el cadáver o a ese hombre cuyo corazón posiblemente aún latía, a pesar de su estado de desfallecimiento, a las puertas
de palacio. Se pensó quizá en ponerlo ante la presencia del mandatario, para pedirle desagravio por ese horroroso crimen que
lesionaba hasta lo más profundo la sensibilidad de cualquier escándalo, ya fuera o no adicto o seguidor fiel de Jorge Eliécer
Gaitán. Era un crimen monstruoso contra el jefe de las mayorías liberales de la democracia colombiana. Por eso, quienes
estuvimos de testigos en ese primer instante de caos podemos afirmar que la primera reacción no solo tuvo ese temblor de
humanidad sensibilizada, sino que cobijó, con igual e indescriptible emoción, a quienes posiblemente nunca antes se habían
reunido en una manifestación gaitanista. Fue un clamor que, por un instante y con la más elevada sensibilidad, se levantó unido
y puro para gritar contra la destrucción de toda base cívica y de todo fundamento de democracia: ¡el derecho al pensamiento!

En masa, fuimos hasta las puertas de palacio con el asesino en hombros. La gente que lo llevaba casi le quita todas las vestiduras.
El uno tomó la chaqueta; el otro, la camisa; otro me pasó los pantalones. Todos buscábamos entre los bolsillos para localizar
documentos. Entre los pantalones, de azulosa y burda tela nacional, encontré, en el bolsillo pequeño, junto al cinturón, unas
monedas de a veinte y diez centavos. No las sacamos. Las devolvimos a su sitio. Alguien buscó una vara, surgían por encima de
las cabezas.

El gentío llegó a palacio. Se pedía que salieran a explicar. Se oían ‘abajos’ al régimen y a figuras del gobierno conservador cuyos
nombres ya se han acallado entre el rumor de los acontecimientos, y desaparecieron del horizonte político en el término de una
hora.
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El gentío llegó a palacio. Se pedía que salieran a explicar. Se oían ‘abajos’ al régimen y a figuras del gobierno
conservador cuyos nombres ya se han acallado entre el rumor de los acontecimientos, y desaparecieron del
horizonte político en el término de una hora.
Luego comenzó la pedrea. Los primeros vidrios, que sonaban como campanillas en duelo, fueron los faroles de la
calle octava con la carrera séptima. Avanzaba la piedra y comenzó el desenfreno de dolor contenido. El asesino
dejó de existir, casi en el mismo momento en que dejara de existir el jefe único del Partido Liberal de Colombia,
doctor Jorge Eliécer Gaitán. Mientras este entregaba su espíritu rodeado de todos los hombres que, momentos
después, debían salir a las calles a asumir la dirección del destino colectivo, aquel quedaba, yerto y semidesnudo,
echado boca arriba ante las puertas cerradas de palacio y en medio de los vidrios que caían de las ventanas hechas
añicos por la piedra.
Pasaron cerca de 30 minutos. Estábamos a unos 6 metros de las puertas de palacio. Entre el gentío se oían sollozos,
mezclados con palabras de dolor iracundo.
–¿Y qué hacer ahora?
El desconcierto se apoderó de muchos, y se inició la desolación.
De esa desolación vimos surgir la acción a que impulsa el desespero.
En ese preciso momento, salió la guardia por el lado de San Agustín. Adelante venía el oficial, un teniente, con el
sable en alto. Algunos corrieron. Los más iban retirándose paso a paso. El oficial se acercó con su tropa hasta
empujarme para que siguiera. Sin resistencia, sin premeditación, el gentío retrocedía.
Sonó de pronto un disparo. Uno de los soldados disparó. En ese momento el gentío, en lugar de correr o retirarse,
quedó como clavado en el piso.
Gritos:
–¡No! Así no... ¡No es con ustedes!
Y otros, luego:
–¡Viva el ejército de Colombia!
Y un coro unánime:
–¡Vivaaa!
El oficial, aun antes de escuchar la reacción de las voces, se había acercado, retrocediendo hasta donde estaba el
soldado, y le dio órdenes que no escuchamos. Pero no sonó un disparo más. No pasó nada.
Como testigo presencial, puedo afirmar que no fue más lo que ocurrió en ese primer acercamiento a palacio. Así lo
vieron los colegas de la prensa extranjera, asomados a las ventanas del hotel Astor, en diagonal al palacio y al
Capitolio Nacional.
Ni el muerto fue descuartizado y echado al fuego de los tranvías, ni hubo muerto alguno causado por esa bala
disparada frente a palacio, la primera en esa infinita serie de disparos que se han escuchado desde esa hora funesta
en toda la República.
En esta primera reacción de dolor no hubo ni orden ni concierto subversivos. Se clamaba por un desagravio justo
que, ¡pobre de Colombia!, jamás se podrá dar a quienes lo pedían.
Cuando el gentío retrocedió siguió para el Capitolio Nacional, por la carrera séptima, y en ese momento se lanzó la
primera piedra contra esa reliquia nacional. Pasábamos todos por frente a la placa que conmemora el asesinato
del gran jefe liberal de antaño que se llamó Rafael Uribe Uribe.
en toda la República.
En esta primera reacción de dolor no hubo ni orden ni concierto subversivos. Se clamaba por un desagravio justo
que, ¡pobre de Colombia!, jamás se podrá dar a quienes lo pedían.
Cuando el gentío retrocedió siguió para el Capitolio Nacional, por la carrera séptima, y en ese momento se lanzó la
primera piedra contra esa reliquia nacional. Pasábamos todos por frente a la placa que conmemora el asesinato
del gran jefe liberal de antaño que se llamó Rafael Uribe Uribe.
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Las guerrillas en Colombia


Debido a los fuertes enfrentamientos suscitados entre liberales y conservadores que desembocaron en persecuciones
y masacres, las organizaciones campesinas se consolidaron como grupos de autodefensa. Luego de lo
ocurrido el 9 de abril de 1948, estos grupos asumieron la conformación de guerrillas, las cuales, en su primera etapa
(1949-1953), tuvieron un carácter defensivo como respuesta a la persecución de los conservadores y de la fuerza
pública. En esta etapa, la violencia bipartidista fue uno de los detonantes que condujo a que, en regiones como
los Llanos Orientales y el sur del Tolima, se organizaran grupos guerrilleros.
FARC-EP
Las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia son, en este momento, el grupo guerrillero con
mayor presencia de efectivos en el territorio nacional. Algunos de sus fundadores como Isauro Yosa, Juan (Ciro)
Trujillo, Pedro Antonio Marín, alias Manuel Marulanda Vélez (Tirofijo), entre otros, pertenecieron a las ligas y
autodefensas campesinas.
La violencia bipartidista condujo a que algunos miembros de las ligas campesinas, campesinos liberales y sus familias
huyeran de sus tierras y emprendieran un recorrido a pie durante tres meses. Partieron de la vereda de Chicalá
(Tolima) con treinta personas y cuando llegaron a la región de Irco eran cerca de doscientas. Luego, los c ampesinos
de la Columna de Marcha, reunidos en el sur del Tolima, se establecieron en un lugar al que bautizaron "El
Davis"; y es allí donde el grupo de campesinos alzados en armas se convirtió en una organización de autodefensa
que desarrolló para sí una nueva organización social. Este enclave funcionó por un corto tiempo debido a que los
Integrantes de este grupo tuvieron, finalmente, un enfrentamíento interno de carácter Ideológico conocido como la
guerra entre los "limpios" (liberales fieles al partido) y los "comunes" (liberales que adoptaban ideas comunistas). Los
primeros, liderados por los hermanos Loayza; y los segundos, liderados por Pedro Antonio Marín.
En 1962, el senador Alvaro Gómez declaró que existían en el país cinco repúblicas independientes:
Riochiquito, Pato, Guayabera, Marquetalia y Sumapaz. En 1964, bajo el gobierno de Guillermo León Valencia, se llevó
a cabo la "Operación Marquetalia", de carácter cívico-militar contra el asentamiento del grupo guerrillero comandado
por Manuel Marulanda Vélez.
A partir de ese momento, las FARC cambió su estructura a guerrilla móvil; esto significó que en el ata que contra el
ejército implementaron nuevas tácticas que les facilitaba atacar los puntos débiles mediante emboscadas; este cambio
posteriormente será asumido como guerra irregular. En 1964, la guerrilla asume el nombre de "Bloque sur", y a partir
de 1966, el de Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC). En 1982, las FARC realizó su conferencia
número siete donde asumió su organización interna como la de un ejército regular, razón por la cual se agrega al
nombre de FARC la terminación EP: Ejército del Pueblo.
pensamiento critico
Interpreta
1. Investiga acerca de Guadalupe Salcedo, líder de la guerrilla de los Llanos, y acerca
del origen de la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN). Expresa una
opinión frente a la información
Evalúa
2. Investiga quiénes eran los Pájaros v los Chulavitas. Re flexiona y responde si las
pasiones políticas pueden ser benéficas o perjudiciales para la sociedad. Explica tu
respuesta con ejemplos.
Analiza
3. ¿Cuáles consideras son los factores que llevaron a la conformación de grupos
guerrilleros en Colombia? ¿Consideras que en la actualidad persisten? ¿Por qué?
Gobierno de Rojas Pinilla (1954-1957) y Frente Nacional
En este contexto es importante recordar que los dirigentes de los partidos tradicionales, ante la ola de violencia
desatada en el país, aceptaron que para mantener el orden público era
conveniente que asumiera el poder un gobierno militar, encabezado
por Gustavo Rojas Pinilla. Su gobierno propuso para los alzados entarimas
una ley de amnistía, a la que muchos se acogieron y otros no. El
gobierno de Rojas Pinilla finalizó abriendo las puertas al pacto bipartidista
conocido como el Frente Nacional, en el que tanto liberales como
conservadores se alternarían el poder por un lapso de 16 años.
Si bien el Frente Nacional tuvo la intención y, en cierta medida, logró
estabilizar al país, durante este periodo (1958-1974); en esta nueva etapa,
la violencia en Colombia tomó nuevos rumbos, La exclusión en el poder
de partidos políticos diferentes al liberal y al conservador fortaleció la
confrontación.
M-19
Este grupo guerrillero surge como consecuencia del resultado electoral de
1970, periodo del último gobierno del Frente Nacional. Los candidatos a la
presidencia con mayor votación fueron Gustavo Rojas Pinilla y Misael
Pastrana quien resultó ganador en los comicios. Las denuncias, acusando
la votación como fraudulenta, llevaron a que un grupo de jóvenes
(algunos miembros de la Juventud Comunista, las FARC y la facción
socialista de la ANAPO, partido de Rojas Pinilla) se unieran para conformar
un nuevo grupo armado, una guerrilla urbana: el Movimiento 19 de abril,
nombre tomado de la fecha en la que se llevaron a cabo las elecciones.
Algunas de las acciones cometidas por este grupo fueron: robo de la Espada de Bolívar (1974), asalto al Cantón Norte
(batallón del ejército, 1978), toma de la embajada de República Dominicana (1980) y la toma del Palacio de Justicia
(1985).
Acuerdos de paz
Durante el gobierno de Julio César Turbay (1978-1982) se declaró el Estado de sitio y el Estatuto de Seguridad
Nacional debido al crecimiento de los grupos guerrilleros, el narcotráfico y los problemas de orden público. El Estatuto
otorgaba facultades al ejército para realizar allanamientos, juicios militares y detenciones, acciones que posteriormente
serían denunciadas como casos de violación a los derechos humanos.
Ante esa nueva situación, Belisario Betancur (1982-1986) decidió que su mandato debería enfrentar la guerra con paz,
y los alzados en armas fueron llamados a dialogar. Esta política culminó con algunos resultados importantes para el
momento: acuerdos de La Uribe (Meta) que permitieron un acercamiento entre las FARC y el gobierno, además de la
creación, en 1985, de un nuevo partido político: la UP (Unión Patriótica) el cual logró una participación
significativa en las elecciones de 1986, pero fue sistemáticamente exterminado por grupos paramílitares y
narcotraficantes entre 1985 y 1990. Acuerdos de Corinto (Cauca): con el M-19, el EPL (Ejército Popular de Liberación)
y con el grupo de Auto Defensa Obrera (ADO). En el siguiente cuadro puedes apreciar otros avances hacia la paz:
Desarrolla pensamiento crítico
Infiere
1. Investiga acerca de lo ocurrido en el Palacio de Justicia en 1985; utiliza fuentes de
la época y textos o noticias recientes. Realiza un escrito donde identifiques las
causas y las consecuencias de este acontecimiento,
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Evalúa
2. Selecciona un proceso de paz e identifica sus particularidades. ¿Consideras que fu e
efectivo? ¿Por qué?

Narcotráfico y paramilitarismo
¿Has oído alguna vez en los noticieros o leído en la prensa que Colombia es uno de los países con mayor producción
y exportación de narcóticos?, ¿te has preguntado por qué? Y ¿en qué medida esta producción y exportación afecta a
la sociedad y recrudece e impide la resolución del conflicto armado?
En los años 70, los grupos ilegales habían crecido en número de
efectivos y aumentado su presencia en los distintos
departamentos del territorio nacional. Las rutas utilizadas para la
explotación y comercio de esmeraldas (negocio legal), así como
las rutas del contrabando (negocio ¡legal) fueron utilizadas para
el tráfico de droga. Los explotadores de esmeraldas
requirieron de ejércitos particulares para defender su mercancía,
dando paso a la conformación de grupos de sicarios que luego
harían parte de las redes narcotraficantes.
En la década del 80 se consolidaron los carteles de Medellín
(Pablo Escobar, los hermanos Ochoa, Gonzalo Rodríguez
Gacha), Cali (Miguel y Gilberto Rodríguez Orejuela), Norte del
Valle (Wilber Varela) y la Costa (Alberto Gamboa). El
enfrentamiento por los territorios de cultivo de coca, las rutas y la
influencia de los capos los condujo al exterminio. Fue una guerra
cruel que afectó a la población civil, debido a la implementación
de acciones terroristas, como carros bomba, asesinatos
y secuestros selectivos, etc.
El narcotraficante Pablo Escobar, una de las figuras más representativas en este periodo de violencia, fue candidato
suplente al Senado, fundador del movimiento político "Civismo en marcha" y fue quien lideró el grupo conocido como
"los extraditables". Este grupo convirtió a la extradición en tema coyuntural entre Estado y narcotraficantes; el
narcoterrorismo ejerció presión en el gobierno y la extradición no fue incluida en la reforma constitucional de 1991. En
esa década fue exterminada la UP (Unión Patriótica), fueron asesinados algunos candidatos presidenciales y el
Ministro de Justicia.
Tanto guerrillas como paramilitares se han enfrentado por décadas, disputándose buena parte del territorio
colombiano; ¿por qué? Una de las razones es su interés por las zonas de influencia, es decir, aquellos lugares
donde adentrados en la selva es posible sembrar coca y donde tienen la posibilidad de acceder a rutas terrestres,
aéreas o marítimas. Otra razón tiene que ver con los nexos entre estos grupos ¡legales y las esferas del poder nacional
que han permeado la vida política y las fuerzas armadas; muestra de ello son los casos de políticos condenados por
parapolítica o denunciados por tener nexos con las FARC; finalmente, los odios arraigados. Los paramilitares son un
grupo creado para combatir a las guerrillas que se ha financiado con capitales privados (de terratenientes, ganaderos
y narcotraficantes amenazados por la guerrilla), con el narcotráfico, el secuestro y con aportes de multinacionales
como Chiquita Brands (sucesora de la United Fruit Company, empresa protagonista en 1928 de la huelga de las
bananeras).
Desde 1975 hasta hoy vivimos una etapa de violencia diferente a las dos anteriores.
Durante los años en que Colombia ha vivido en conflicto, en el mundo ocurrieron acontecimientos como periodo
entreguerras, Segunda Guerra Mundial, comienzo y fin de la Guerra Fría, comienzo de la lucha antiterrorismo,
consolidación de Estados Unidos como potencia mundial.

Otro punto de vista


Bandas criminales (Bacrim)
La Comisión Nacional de Reparación y Reconciliación (CNRR) afirma que el término para el fenómeno que está
viviendo el país con estos grupos ilegales no es el apropiado, puesto que "no se trata de solo un asunto de delincuencia
común. Hay presentes rezagos del paramilitarismo porque tienen estructuras militares, dominio territorial y, lo que es
peor, aún subsisten algunos vínculos con sectores estatales, fuerza pública y, en menor proporción, hay re des con
aliados políticos".
El día 18 de enero de 2011, la prensa nacional dio a conocer que el número de personas que integran las estructuras
de estas bandas llegó a 6000. Pero ¿quiénes son? Una parte de sus integrantes son ex paramilitares desmovilizados
y reinsertados que se acogieron

al programa de Verdad, Justicia y Reparación, pero que luego lo abandonaron; otros que se quedaron a l margen de
este proceso de reinserción y algunos delincuentes comunes los grupos identificados hasta el momento como bandas
criminales son: Águilas Negras, Nevados, Nueva Generación y Rastrojos; o preocupante en este caso es que para las
autoridades no resulta fácil identificar a los cabecillas de estas organizaciones, las cuales están distribuidas en un
número amplio de facciones que permite operar tanto en el sector rural como en el urbano.
Discute con tus compañeros acerca de cuál sería una propuesta de reinserción teniendo en cuenta la variedad de
actores al margen de la ley que existen en Colombia.
Verdad, justicia y reparación
El ex presidente Álvaro Uribe llevó a cabo un proceso de desmovilización de los grupos paramilitares, el cual tuvo
como soporte jurídico la ley de justicia y paz (ley 975 de 2005) "Por la cual se dictan disposiciones para la
reincorporación de miembros de grupos armados organizados al margen de la ley, que contribuyan de manera efectiva
a la consecución de la paz nacional". ¿Pero en qué consistía esa consecución de la paz nacional?; entre otras cosas,
en la desmovilización, entrega de armas, vinculación al proceso de reinserción y de verdad, justicia y reparación.
Como reza el Artículo 6 de la Ley 975, derecho a la reparación de las víctimas, que plantea "El derecho de las víctimas
a la reparación comprende las acciones de restitución, indemnización, rehabilitación y satisfacción, para obtener las
garantías de no repetición".
• La restitución consiste en devolver a la víctima a la situación anterior a la comisión del delito.
• La indemnización consiste en compensar económicamente los perjuicios causados por el delito.
• La rehabilitación consiste en recuperar a las víctimas que sufren traumas físicos y sicológicos como
consecuencia del delito.
• La satisfacción consiste en restablecer la dignidad de la víctima y difundir la verdad sobre lo sucedido.
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Además de las anteriores, las garantías de no repetición comprenden, entre otras, la puesta en marcha de mecanismos
de reparación simbólica y colectiva.
El proceso de desmovilización de los grupos paramilitares logró la entrega de un número aproximado de 31.600
individuos, tras el Acuerdo de Santa Fe de Ralito (Córdoba). Dicho proceso, si bien desmanteló al mayor grupo
paramilltar del país: las AUC (Autodefensas Unidas de Colombia) dirigido por los hermanos Carlos y Fidel Castaño,
sus resultados han tenido fuertes críticas debido a que los jefes paramilitares no han cumplido con las garantías de
verdad y justicia exigidas en un proceso de estas dimensiones.
La condena a los jefes paramilitares que confesaran la verdad de sus crímenes se estableció en 8 años de prisión.
Lamentablemente, los tropiezos han generado otros resultados, entre ellos: la presencia de narcotraficantes que se
hicieron pasar por jefes paramilitares, la reparación a las víctimas no ha sido eficiente (en ocasiones se ha denunciado
que los victimarios han recibido mayores garantías que las víctimas) y la creación de bandas criminales
(desmovilizados y reinsertados han estado delinquiendo, y estructurando nuevos grupos). Los paramilitares, al igual
que los otros grupos ilegales, han sido fuertemente criticados por organismos internacionales debi do a los actos de
violación a los derechos humanos que cometen: secuestros, masacres, torturas, desapariciones, desplazamientos
forzados.
Panorama actual
En Colombia existen varios grupos armados u organizaciones al margen de la ley: guerrillas (FARC-EP, ELN, EPL),
paramilitares, bandas criminales o emergentes, narcotraficantes y sicarios. Sumado a eso, tenemos altos niveles de
corrupción y la vinculación de miembros de la fuerza pública y políticos en casos de narcotráfico, alianzas con grupos
ilegales y en actos de violación a los derechos humanos. Según el último informe de Planeación Nacional y el DAÑE,
el 45,5% de los hogares colombianos se encuentran en estado de pobreza, es decir, 19 millones 900 mil colombianos;
y en estado de indigencia el porcentaje es de 16,4% de la población, es decir, 7 millones 200 mil colombianos. Estas
cifras resultan de la medición de los ingresos percibidos.
En este estudio, se definió como pobre a una persona
que, en el año 2009, a cambio de su trabajo, recibió al
mes menos de $281.384 pesos mensuales; e indigentes,
a las personas que recibieron menos de $120.588 pesos
mensuales. La pobreza en los sectores rurales es más
pronunciada, y la indigencia es mayor en los sectores
urbanos. La pobreza es uno de los factores que incide
en la vinculación de los jóvenes a las organizaciones al
margen de la ley.
De igual forma, en la actualidad, Colombia y Afganistán
producen más del 70% de la heroína y la cocaína ilícita
en el mundo. Francisco Thoumi afirma que la
rentabilidad que genera e! negocio de las drogas ilegales
es una condición necesaria para la producción, pero no
es condición suficiente. "La producción de opio-heroína,
para el caso de Afganistán y de coca-cocaína para
Colombia requiere también la posibilidad de llevar a cabo
una serie de actividades ilegales: obtener productos químicos en mercados negros, desarrollar cultivos ilícitos,
establecer producciones manufactureras clandestinas, desarrollar redes criminales de mercadeo para contrabandear
y distribuir drogas, redes para lavar los ingresos y los activos acumulados ¡legalmente". En Colombia y en Afganistán
existen ciertas condiciones para que las leyes del Estado sean evadidas, entre ellas, la vinculación de quienes ostentan
el poder con los grupos al margen de la ley. La producción de coca está concentrada en Lati noamérica en Colombia,
Bolivia y Perú; y el cultivo de amapola para producir opio se encuentra concentrado en Afganistán, Birmania y Laos.
¿Qué significa?
Reinsertado: persona que se integra de nuevo a la sociedad.

Mapa Conceptual

Taller a Resolver
1. Para comprender el conflicto armado colombiano es necesario estudiarlo como un
proceso de larga duración. Teniendo en cuenta lo visto en el tema, identifica
algunos de los principales problemas del país en ese proceso y describe sus
cambios en el tiempo, Elabora un escrito al respecto.
2. Escribe tu opinión sobre los siguientes factores generadores de violencia.
1, El conflicto bipartidista,
2, Etapa de crecimiento económico entre los años 1945-1955, en la que aumenta
el precio del café, principal producto de exportación. Sin embargo, estos avances
generan acumulación de capital, lo que amplía la desigualdad entre las clases
sociales.
3, La acumulación de capital propició también la concentración de la tierra, Es decir
que solo un número reducido de personas son propietarias de grandes
extensiones de tierra, ¡o que intensifica el conflicto entre terratenientes y
campesinos,
4, La creación del PSR y del PCC, la huelga de las bananeras y la agitación social
que vivía el país desde la década del 20 aumentan el temor que siente el sector
capitalista colombiano de que se expandan las ideas comunistas. El clima
geopolítico de la Guerra Fría llega a Colombia y permea su conflicto interno, El
gobierno declara ilegal al Partido Comunista Colombiano.
Analiza
3. Reflexiona acerca de la siguiente afirmación,
Escuela Normal Superior de Piedecuesta – 2017- Decimo Orflopra

La mayor parte de la población del país es católica, pero en la época de la


Violencia, a los liberales se les prohibía entrar en la iglesia, acusados de ser
ateos y de ir en contra de la institución religiosa, Los sacerdotes, en oca siones,
animaron a los conservadores a pelear contra los liberales, es decir, tomaron
partido. Todo ello ocasionó el crecimient o de la intolerancia religiosa y convirtió
a la iglesia en escenario de discusión política.
Realiza un escrito en el que expreses tu opinión sobre este tema y propo nga algunas
normas de convivencia para tu colegio que tengan como objetivo la tolerancia y el
respeto de las ideas de los otros,
Evalúa
4. Reflexiona sobre el término "desaparecido". Realiza un escrito en el que presentes
tu opinión acerca de la existencia de las "desapariciones" en Colombia, teniendo en
cuenta las siguientes preguntas: ¿qué tipo de población puede ser víctima u objeto
de "desaparición"? ¿Tú mismo podrías serlo? ¿Por qué?
Autorregula

5. ¿En qué aspectos de los abordados en el tema consideras que debes profundizar?
Argumenta tu respuesta.

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