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COMPLEJIDAD: CONCEPTO
Ningún sistema está dado en el punto de partida de la investigación. El sistema no está definido, pero es definible.
Una definición adecuada sólo puede surgir en el transcurso de la propia investigación y para cada caso particular. La
información anterior no constituye una proposición metodológica, aunque las implicaciones metodológicas son obvias.
Su fundamentación es estrictamente epistemológica. En efecto, la afirmación allí contenida es antiempirista, en tanto
niega que las características del sistema estén dadas y sean accesibles a la experiencia directa de cualquier
"observador neutro".
«La complejidad hace referencia a la condición del universo, integrado y a la vez demasiado rico y variado para que
se pueda entender mediante los habituales métodos simples mecánicos o lineales. Mediante tales métodos se pueden
comprender muchas partes del universo, pero los fenómenos más amplios y más intrínsecamente relacionados sólo
pueden entenderse a través de principios y pautas; no detalladamente. La complejidad trata de la naturaleza de la
emergencia, la innovación, el aprendizaje y la adaptación.»
(Grupo de Santa Fé, 1996)
CONCEPTO
Conjunto de características de lo que está formado por muchos elementos y relaciones entre ellos, características
tales como: Comportamientos no fáciles de predecir, supervisar o controlar.
(Ph. D. Hernán López Garay. 2008)
Existencia de muchas partes conectadas.
(Joseph O`Connor, Ian Mc Dermott: “The Art of Systems Thinking” . 2007)
La complejidad no es una propiedad intrínseca a una cosa, proceso o situación sino que depende de la relación entre
el observador y lo observado. Todavía no tenemos una definición de la naturaleza de complejidad. No existe todavía
un acuerdo acerca de su significado y su incorporación en las ciencias sociales, ó económicas (es todavía limitada).
Pero... Si se manifiesta en comportamientos de sistemas.
SISTEMAS COMPLEJOS
Básicamente, un sistema puede definirse como un «conjunto de elementos en interacción» (Bertalanffy, 1968). Los
sistemas complejos (p. ej. Organismos pluricelulares, colonias de hormigas, ecosistemas, economías, sociedades…)
están caracterizados por tener una estructura compuesta por varios niveles. En estos sistemas complejos (Vicsek,
2002; Gilbert, 2004):
• Los componentes de niveles jerárquicos inferiores suelen mostrar un grado de autonomía significativo.
• El comportamiento del sistema surge a partir de la auto-organización de sus componentes, sin que esta
organización esté controlada ni dirigida por ningún ente exterior al sistema.
• Los componentes básicos de estos sistemas complejos (células, hormigas, individuos, poblaciones,
empresas…) perciben su entorno y responden a cambios en él de forma potencialmente diferente.
Por si esto fuera poco, muchos sistemas complejos son también adaptativos. En estos sistemas adaptativos
(organismos, ecosistemas, economías, sociedades…), el comportamiento de los componentes básicos del sistema
puede evolucionar en el tiempo, dando lugar a una cierta capacidad de respuesta frente a cambios en el entorno por
medio de mecanismos de:
• Aprendizaje a escala individual, y/o
• selección y reemplazo (lo cual da lugar a un aprendizaje a escala poblacional).
Todas estas características hacen que el proceso de modelado formal de sistemas complejos difiera sustancialmente
del de otros sistemas más simples. En particular, su naturaleza descentralizada, la presencia de bucles de causalidad
y retroalimentación no lineales, y el hecho de contener varias unidades más o menos autónomas, que pueden
interaccionar, evolucionar, y adaptar su comportamiento a cambios en el entorno, implica que en la mayoría de los
casos es muy difícil—si no imposible—conseguir un modelo que pueda describir el sistema complejo adecuadamente
y que además sea resoluble matemáticamente.
pocas partes que tengan sólo unos cuantos estados y unas cuantas relaciones simples entre las partes. Un sistema
muy complejo será entonces el que tenga muchas partes o subsistemas que puedan cambiar a diferentes estados al
interactuar unos con otros. Imaginemos un sistema complejo como una tela de araña. La modificación afectará a las
demás partes del sistema con las que está vinculado. Las partes mostrarán resistencia al cambio porque implica que
ellas también tendrán que cambiar. Cada vez que se introduce un cambio en cualquier sistema complejo (una
empresa, una familia o nuestra propia manera de proceder) debemos esperar que haya resistencia. No puede haber
estabilidad sin resistencia; son las dos caras de una misma moneda. Pensemos en un equipo de profesionales que
trabajan en un proyecto. El estado de ánimo de cada miembro del equipo puede variaren cualquier momento. Son sin
duda muchas las formas en que pueden relacionarse unos con otros. Es decir, un sistema compuesto sólo de unas
cuantas partes puede tener sin embargo un grado elevado de complejidad dinámica. Así, problemas que en apariencia
parecen simples pueden encerrar tina gran complejidad dinámica cuando nos adentramos en ellos.
Las nuevas conexiones entre las partes de un sistema añaden complejidad, y al añadir una pieza se crean muchas
conexiones nuevas. Cuando se añade una pieza nueva, el número de conexiones posibles no se incrementa de forma
proporcional, sino que se incrementa exponencialmente. Dicho de otro modo: con cada nueva pieza el incremento es
mayor que el que teníamos con la pieza anterior. Por ejemplo, supongamos que comenzamos con dos piezas: A y B.
Los posibles vínculos y trayectos de influencia son dos: A sobre B y B sobre A. Si añadimos otra pieza, tendremos
tres partes: A, B y C. Sin embargo, el número de conexiones posibles habrá aumentado a seis; y a doce si pueden
darse uniones de dos de las partes para influir sobre la tercera (por ejemplo, A y B sobre C). Ya vernos cómo no hacen
falta muchas partes para crear un sistema dinámicamente complejo, ni siquiera es necesario que las partes puedan
cambiar de estado. Esto es algo que sabemos por experiencia: manejar a dos personas a la vez supone más del doble
de esfuerzo que manejar a una sola, hay más probabilidades de malentendidos en la comunicación. Tener un segundo
hijo, por ejemplo, supone para los padres bastante más del doble de esfuerzos y de alegrías que tener sólo uno.
Representar este tipo de sistema complejo sería como buscar la salida por un laberinto que cambiará completamente
de forma según la dirección que tomáramos en cada momento. Un juego de estrategia, por ejemplo, el ajedrez, es un
juego de complejidad dinámica, ya que con cada nuevo movimiento el tablero se transforma, pues se modifican las
relaciones entre las piezas (el ajedrez tendría una complejidad dinámica aún mayor si alguna de las piezas tuviera la
propiedad de convenirse en otra pieza distinta con cada nuevo movimiento).
La primera lección del pensamiento sistémico es saber si tratarnos con una complejidad simple o dinámica, es decir,
un puzzle o una partida de ajedrez. La relación entre las diversas partes de un sistema determina el funcionamiento
del mismo, de modo que cada parte, por pequeña que sea, puede influir en el comportamiento del conjunto. Por
ejemplo, el hipotálamo, una pequeña glándula del tamaño de un guisante que se encuentra en el centro del cerebro,
regula la temperatura del cuerpo, la frecuencia respiratoria, el equilibrio hídrico y la presión arterial. Asimismo, el ritmo
cardiaco influye en todo el organismo; cuando se acelera, nos sentimos ansiosos, excitados o eufóricos, y cuando se
lentifica, nos sentimos más relajados.
Todas las partes de un sistema son dependientes entre sí, todas mantienen una interacción recíproca. El modo en
que se relacionan unas con otras les da capacidad para influir en todo el sistema. De aquí puede inferirse una regla
interesante para influir en tos sistemas, en especial en los grupos: cuantas más conexiones tengamos, mayor será
nuestra influencia potencial. Crear redes de trabajo aporta influencia. De hecho, las investigaciones sugieren que los
directivos de mayor éxito profesional invierten cuatro veces más tiempo en el establecimiento de redes de trabajo que
sus colegas menos reconocidos.' Las diversas partes de un sistema pueden también combinarse para influir en el
conjunto. Así, los grupos que forman alianzas introducen diferencias en los gobiernos, las organizaciones y los
equipos.
Este sistema se compone de once elementos. Supongamos que el gobierno es estable, que todas las piezas encajan
y que el sistema funciona. Los vínculos entre las partes se mantienen firmes. Imaginemos ahora que queremos
modificar la forma de laborar el presupuesto, pero no podemos hacerlo sin tener en cuenta todas las partes con las
que se vincula este elemento. La modificación afectará a las demás partes del sistema con las que está vinculado.
Las partes mostrarán resistencia al cambio porque implica que ellas también tendrán que cambiar.
Este es el problema de las reformas políticas. El sistema político es muy complejo y son muchos los políticos que han
visto frustradas sus carreras por la resistencia del sistema a cambiar. Los nuevos gobiernos heredan una vasta
burocracia, conocida por su exceso de cautela. En la famosa comedia televisiva de la BBC Si, señor ministro se
parodiaba la desesperación del ministro Jini Hacker (ascendido posteriormente, por encima de su nivel de
competencia, a primer ministro) luchando en vano contra las maquiavélicas artimañas de sus funcionarios. Cada vez
que intentaba adoptar una iniciativa o introducir algún cambio, de un modo u otro acababa reforzando el sistema que
pretendía modificar. El cuerpo funcionarial personificaba la resistencia de un sistema complejo a los cambios rápidos
(o, más bien, a todo tipo de cambios). Todo sistema actúa como una fuerte red elástica: si se estira de una pieza hacia
fuera se mantendrá en la nueva posición sólo mientras se ejerza presión sobre ella. Tan pronto como se deja de
ejercer la presión, volverá, para nuestra sorpresa y enojo, al lugar donde estaba antes. Cuando uno se da cuenta de
que esa obstinación es parte del sistema, y no malicia aislada, la resistencia no sólo resulta comprensible, sino
inevitable.
Los propósitos de enmienda de año nuevo son un buen ejemplo. Supongamos que tenemos algún hábito que nos
gusta cambiar. Los hábitos, en particular los que no cuentan con nuestra aprobación, son algo que parece «ajeno» a
nosotros mismos, algo de lo que podríamos desprendernos sin preocupamos lo más mínimo. Sin embargo, los hábitos
son parte de nuestro sistema de comportamientos. Aunque no nos gusten, están conectados a muchos otros panes
de nuestra \dila. A pesar de los buenos propósitos del día de fin de año, el hábito seguirá ahí a menos que hagamos
un esfuerzo constante por evitarla Sentiremos literalmente su presión sobre nosotros. Poner mucho empeño quizá no
sirva de nada. No es el hábito o la conducta concreta lo que tiene tanta fuerza, la resistencia proviene de todas las
partes a las que está vinculado. No tiramos sólo de él, tirarnos de todos los demás hábitos y experiencias a los que
está vinculado. Desde la perspectiva del pensamiento sistémico, nos resultará muy difícil mantener ese tipo de
resoluciones.
NIVELES DE COMPLEJIDAD Para Needham (1953) ―estamos
obligados a considerar al universo como una serie de niveles de complejidad creciente que comienzan por el nivel sub
atómico, pasan por el átomo, la partícula coloidal, el núcleo viviente, la célula, y llegan al órgano y al organismo, a las
entidades psicológicas y fisiológicas‖. En el nivel humano la complejidad es creciente, a través de la historia, y se
manifiesta en subniveles, además de presuponer todos los niveles anteriormente indicados, hasta llegar a las
entidades sociales en su multiforme aspecto educacional, político, económico, militar, ideológico, lúdico, literario,
artístico y filosófico. Nuestro lenguaje y nuestras matemáticas - formas fundamentales de expresión humana -
adquieren igualmente niveles de complejidad más elevados, apareciendo nuevos lenguajes lógico-matemáticos y
lenguajes informáticos para la comunicación con las máquinas electrónicas.
La regionalización, que se desarrolla sobre todo en el mundo occidental, supone, a pesar de las apariencias, un nuevo
nivel de complejidad, ya que para no convertirse en estéril disgregación, ha de complementarse con la integración
nacional e internacional. El éxito organizacional radica en su habilidad de entender y manejar la complejidad en la cual
actúa. Cómo reducir la complejidad? Trabajo en equipo, vocación de servicio, gestión de calidad y cambio,
planeamiento, etc. La complejidad también está siendo originada por el exceso de información. Las empresas deben
gestionar la complejidad emergente y dar una respuesta desde la exploración a partir del aprendizaje y comunicación.
Se requiere profesionales comprometidos con el manejo de complejidad.
éstos esquemas en niveles de complejidad extrema (superiores) puede conducir a obtener soluciones ―sesgadas‖,
en unos casos o a que la solución que se proponga sea metodológicamente imposible de aplicar.
El efecto de replicación, por ejemplo, necesario en el método científico para inferir en una ley es imposible de llevar a
cabo en un proceso social. Popper(1974) habla precisamente de la pobreza del historicismo, debido a esa
imposibilidad. En un artículo escrito hace tres años (Rodríguez Ulloa, 1990) se decía en relación a éste problema
(Ejemplo recordar caso partido de fútbol). Cabe recalcar bien que, de acuerdo con los niveles de complejidad
expuestos por Boulding cuando se habla de gestión organizacional, se está hablando, en el fondo, de sistemas
socioculturales, por cuanto una organización lo es; y por sistemas socioculturales se entiende aquella porción de la
realidad en la que se desarrollan fenómenos físicos, químicos, biológicos, psicológicos, axiológicos, culturales,
sociales, políticos, económicos e ideológicos, entre otros factores; ocurriendo todo esto a la misma vez, a través de la
combinación sinérgica de éstos factores.
Así la gran dificultad que tiene el método de la ciencia para poder entender ésta complejidad extrema y proponer
―soluciones viables‖ que permitan aliviar o mejorar la situaciones problema que se enfrentan en estos niveles de
complejidad es su reduccionismo, expresado en diversas disciplinas nacidas bajo su influencia. El esquema anterior
sirve para poner en evidencia e indicar las limitaciones que tiene el método de la ciencia para tratar los diversos niveles
de complejidad que hay en el mundo real, e indica algunos vacíos aún existentes para poder contar con un sistema
de conocimientos lo suficientemente integral que permite abordar los problemas existentes en su real dimensión (por
parte del método de la ciencia), pero proponemos una alternativa de ver esas limitaciones con la aplicación del
pensamiento sistémico.
SISTEMA DE REFERENCIA
El Sistema de Referencia es cualquier sistema, desde el átomo, a la molécula, a la sociedad, a la empresa, al concepto,
etc., en el cual se proyecta la atención del investigador. Es, por lo tanto, un concepto relativo, que depende lo objetivos
de la actividad o de los intereses del usuario. Cada ser humano, o cada grupo social se consideran a sí mismo como
Centro de Referencia de sus entornos y de los sistemas que pueblan sus entornos. El sistema de referencia puede
ser individual o colectivo , como un átomo, un conjunto de átomos , un ser humano , un grupo de seres humanos , un
municipio, una empresa , la tierra , el sistema solar , etc. Un sistema de referencia compuesto de tres subsistemas se
representa gráficamente de tal manera siguiente.
SUPRASISTEMAS E INFRASISTEMAS
EL Sistema de Referencia se encuentra dentro de una línea jerárquica compuesta por:
Suprasistemas, que lo engloban o de los que depende. Un Ayuntamiento, por ejemplo, depende jerárquicamente de
diversas superestructuras políticas y administrativas: Diputación, Comunidad Autónoma, Ministerios centrales, en
relación con sus diversas funciones. Si se trata de la filial de una empresa, dependerá de su central. La central, a su
vez, dependerá en sistros aspectos, de otros sistemas políticos y administrativos nacionales e internacionales. Una
universidad, considerada como sistema de referencia, puede ser autónoma o depender de un Ministerio de Educación
RESUMEN 07
U.E.C. TEORIA DE SISTEMAS
SUPRASISTEMA SUPRASISTEMA
A B
Sistema de
referencia
INFRASISTEMA INFRASISTEMA
Ia1. Ia2.
ISOSISTEMAS Y HETEROSOSTEMAS
Los sistemas del mismo nivel que no pertenecen a la línea jerárquica son representables horizontalmente.
Distinguiremos dos grandes grupos:
ISOSISTEMAS. Sistema de jerarquía y estructura análoga al Sistema de Referencia. Todos los seres humanos ,
consideramos como tales , son Isosistemas , como son los Ministerios de un Gobierno , los profesores de una
Universidad o las empresas de análoga estructura jurídica o de igual especialidad .Los Isosistemas poseen
estructuras , normas y comportamientos análogos y, aunque estén interrelacionados , no se hallan subordinados
unos a otros. Los Isosistemas no tienen por que ser exactamente iguales y sus comportamientos pueden ser muy
diferentes Entre si. Tanto pueden colaborar como entrar en conflicto, como en el caso de la competencia ínter
empresarial choque de interés políticos o estratégicos entre grupos sociales o entre Estados.
Heterosistemas. Son sistemas de nivel análogo al Sistemas de Referencia, pero pertenecientes a otro grupo o clase.
Si consideramos al conjunto de empresas publicas como sistemas de referencia, las empresas privadas, serán
heterosistemas las fundaciones, las asociaciones profesionales los sindicatos, los ayuntamientos o cualquier otro
conjunto definido al mismo nivel. Es frecuentemente creer que las cosas ―son ― como las definimos , confundiendo
así nuestros esquemas conceptuales con la realidad .El enfoque sistemático nos hace apercibirnos de la diferencia
entre nuestros conceptos y sus sistemas postulados cuya estructura y relaciones pueden definirse de muy diversas
formas , opuestas o complementarias. Las relaciones del Sistema de Referencia con los Isosistemas y Heterosistemas
se presentan gráficamente de este modo:
RESUMEN 07
U.E.C. TEORIA DE SISTEMAS
HETEROSISTEMA
P ISO
SISTEMA
B
ISO
HETERO SISTEMA
Sistema de C
SISTEMA Q Referencia
SUBSISTEMA - SUPERSISTEMA
Los diferentes y complejos sistemas están formados por múltiples partes o subsistemas. Todo análisis de sistemas
debe tener en cuenta cuál es la posición del subsistema dentro del sistema que lo incluye, y cuáles son las partes que
la forman; estas relaciones son de naturaleza jerárquica. En general podemos decir que cada una de las partes que
encierra un sistema, es un subsistema, es un conjunto de partes e interrelaciones que se encuentra estructuralmente
dentro de un sistema mayor o supersistema. El concepto de subsistema, lleva implícita la idea de recursividad, porque
los subsistemas son además, sistemas. En este sentido, las propiedades generales de los elementos son semejantes
y fácilmente se pueden encontrar o derivar analogías y homologías. Los sistemas pueden dividirse en subsistemas
por objeto, por nivel, por grado, por área. La división por objeto puede ser: subsistema operativo, donde se realizan
los procesos de operación; subsistema directivo, donde se realizan los procesos de decisión. La división por nivel es
la que vincula cada subsistema como integrante de un subsistema mayor, el sistema mundo tiene varios subsistemas:
continente, país, provincia, ciudad, llegando al nivel de análisis requerido. La división por grado se da cuando el
sistema mayor se divide en compensar subsistemas. Éstos en los que se divide, son de un grado inferior, hasta llegar
al de análisis menor, que se lo denomina raíz o base. La división por área se da cuando se considera un subsistema
en un nivel determinado, y se lo divide en subsistemas componentes, de un grado equivalente, pero de distinto tipo
de operación. La división por área es de sentido horizontal. A cada subsistema así concebido por jerarquización, le
corresponden las mismas propiedades y características del sistema de origen.
CONCLUSIONES
• La complejidad de detalle implica que hay un gran número de partes distintas.
• La complejidad dinámica implica que hay un gran número de conexiones posibles entre las partes, porque cada una
de ellas puede tener distintos estados.
• Cada parte de un sistema influye en el sistema entero.
• Siempre que cambiamos algún elemento, hay efectos secundarios.
RESUMEN 07
U.E.C. TEORIA DE SISTEMAS
• Los sistemas resisten los cambios porque las partes están interconectadas. Sin embargo, cuando llegan a cambiar,
pueden hacerlo de forma repentina y espectacular. Hay puntos concretos en los que es posible efectuar grandes
cambios con muy poco esfuerzo una vez que comprendemos el sistema. Ese hecho recibe el nombre de efecto
palanca.
BIBLIOGRAFIA
John Boardman, Brian Sauser. “Pensamiento Sistémico” (“Systems Thinking”, Coping with 21 st Century Problems). Edit.
Taylor & Francois Group. LLC. 1ra Edición. 217 pp. Boca Raton, Florida EE. UU. (2008). Joseph O`Connor, Ian Mc Dermott.
“Introducción al Pensamiento Sistémico” (“The Art of Systems Thinking”). Edit. URANO S.A. 1ra Edición. 302 pp. España
(2007).