Respeto por la dignidad y la diversidad Los evaluadores deberán: a.
Respetar las diferencias
culturales, en las costumbres locales, creencias y prácticas religiosas, las relaciones personales, discapacidad, edad y etnia, y ser conscientes de las potenciales implicaciones de dichas diferencias a la hora de planificar, realizar e informar sobre las evaluaciones, utilizando instrumentos de evaluación adecuados al contexto cultural. b. Evitar al máximo las perturbaciones durante la recogida de la información necesaria, ofreciendo los mayores plazos a los individuos e instituciones a los que desean implicar en la evaluación, optimizando las solicitudes de tiempo y respetando el derecho a la intimidad de las personas. Derechos y justa representación A la hora de incluir a individuos o grupos en la evaluación, los evaluadores deberán asegurar: a. El derecho a la autodeterminación. Los potenciales participantes deberán ser tratados como agentes autónomos y deberán gozar del tiempo y la información necesarios para decidir si quieren o no participar, así como para poder tomar una decisión independiente sin presión alguna, ni temor a represalias por no participar. b. Justa representación. Los evaluadores seleccionarán a los participantes de manera justa en relación con los objetivos de la evaluación y no simplemente en función de su disponibilidad o porque sea relativamente fácil asegurar su participación. Se velará de manera especial por asegurar que grupos relativamente débiles, “escondidos” o excluidos de cualquier otra forma estén representados. Cumplimiento de los códigos para grupos vulnerables Cuando la evaluación implique la participación de miembros de grupos vulnerables, los evaluadores deberán conocer y cumplir los códigos legales (tanto internacionales como nacionales) en vigor, al entrevistar a niños o jóvenes, por ejemplo. Reparación Las partes interesadas recibirán información suficiente para saber a) cómo obtener la reparación oportuna por cualquier perjuicio ocasionado por la evaluación o cualquiera de los proyectos a los que haga referencia, y b) cómo presentar una queja en relación con la conducta de una agencia de implementación o ejecución. Confidencialidad Los evaluadores respetarán los derechos de las personas a facilitar información de manera confidencial, e informarán a los participantes del alcance y límites de la confidencialidad. Los evaluadores deben garantizar que no pueden rastrearse las fuentes de la información sensible, de manera que los individuos afectados estén protegidos de cualquier posible represalia. Prevención de daños Las evaluaciones pueden tener un efecto negativo sobre los objetos a los que se refieren o sobre las personas que participan en ellos. Por ello, los evaluadores deberán procurar: minimizar los riesgos y cargas sobre las personas que participan en la evaluación; y maximizar los beneficios y reducir los daños innecesarios que puedan derivarse de una evaluación negativa o crítica, sin poner en peligro la integridad de la evaluación.