localizaciones

en
 ISBN: 978-84-120586-5-9
Depósito legal: B 29100-2019
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 localizaciones
arack
Este pequeño Abisal se encuentra
1 en un territorio apartado del valle
—en pleno coto de caza de depredadores
peligrosos—, y pese a ello, una comunidad
ha establecido de manera temeraria un
campamento para extraer sus recursos. No
hay mineros expertos en este grupo ni las
estructuras que han erigido para extraer
los minerales son firmes. Los miembros
de esta comunidad simplemente están
aquí porque no tienen otra elección. En
estas circunstancias, la comunidad de
Arack estará dispuesta a colaborar con
cualquiera que llegue al asentamiento con
una oportunidad de negocio u ofreciendo
protección frente a criaturas salvajes o
posibles «competidores». Puede que el
Abisal sea pequeño, pero sus vetas de
minerales son suficientemente ricas como
para mantener a todos los miembros de la
comunidad gracias al comercio. Por otro
lado, si la existencia de Arack llegara a
oídos de los miembros del Puño de Cobre,
seguramente les harían pagar impuestos
abusivos, o les arrebatarían el control del
Abisal.
cahdmus
Esta pequeña ciudad, como Yrgäe, se
2 encuentra construída en torno a un
Abisal y cobijada por murallas decoradas
con huesos de dragón. Aunque esta
comunidad minera está gobernada por los
líderes de varias tribus y gremios, quien
controla realmente la ciudad es Marlöss, un
miembro del Puño de Cobre muy influyente
entre las masas que solo se involucra en el
gobierno de la ciudad por causas sociales.
De esta forma, este aventurero retirado
despliega su carisma cuando se trata de
6
combatir el comercio de esclavos, dar cobijo
a las comunidades que llegan a Cahdmus en
busca de refugio, o defender los derechos
de los mineros del Abisal. Su carácter
combativo le ha hecho ganarse la enemistad
de muchos poderosos, que quieren verlo
muerto. Hasta ahora ha sobrevivido a varios
intentos de asesinato gracias al aviso de los
pocos amigos con poder que le quedan. En
los últimos tiempos, Cahdmus está siendo
alcanzada por los efluvios de la Herrumbre
que se escapan del Abisal y cada día se
encuentra algún cadáver horriblemente
mutilado tirado en las calles.
dientes de yabboth
Más allá del Mar Ardiente y
3 poniendo límite a la región de Heyrä
se levanta la cordillera de los Dientes de
Yabboth. Esta cadena montañosa toma
su nombre de la criatura más temida
por los habitantes de estas tierras. Es
una zona completamente deshabitada y
sin recursos naturales. Se dice que está
maldita y sus informes formaciones
rocosas, que parecen salidas de otro mundo,
parecen gritarlo a los cuatro vientos.
el bosque de
córvidas
Este es un lugar de peregrinación
4 vinculado a Maelja, diosa de la
naturaleza, los viajes y la artesanía. En
realidad este «bosque» no está formado por
árboles, sino por columnas de piedra caliza
que alcanzan alturas de hasta diez metros.
Se dice que sus menhires tienen forma de
puntas de lanza afiladas –o de los picos
codiciosos de un centenar de cuervos–.
Cercano al Valle de Llhere, originalmente
era un paraje frondoso que formaba parte
 el valle de los huesos
del único bosque de Heyrä, pero el desierto
se lo tragó en la época de las guerras con los
dioses. No obstante, a lo largo del tiempo
se ha seguido considerando un enclave
consagrado a la naturaleza, y sirve de punto
de encuentro de comunidades que rinden
culto a Maelja. Tanto es así, que es habitual
ver por estos lares a personalidades tan
importantes como Mböuh, de los Khotoü,
y por supuesto a Jevenba, sacerdotisa
suprema de la iglesia de Maelja y miembro
del Puño de Cobre. Recientemente un par
de columnas fueron robadas y vendidas
en las ciudades como «pedazos sagrados»,
así que Jevenba ha reclutado a algunos
guerreros para hacer guardia día y noche, y
atrapar al ladrón.
el laberinto
del gusano
Se trata de un pozo que desciende a
5 las profundidades —aunque no es
un Abisal— de más de dos kilómetros de
profundidad, y desde el que se extienden
más de dos mil túneles subterráneos. Por
supuesto, esta red de cuevas y cavernas
se encuentra en plena Geoscuridad, con
todo lo que esto conlleva: la atmósfera
es asfixiante y la única luz proviene
de ocasionales colonias de larvas
bioluminiscentes. Cerca del foso que sirve
para conectar verticalmente esta red, los
Hombres Gusano mantienen un fuerte
desde el que se despliegan partidas de caza
de trácnidos. El comandante al mando
es Lgögee, un caudillo de los esclavistas.
Este fuerte funciona al mismo tiempo
como criadero de trácnidos y centro
de «corrección» para algunos presos
particularmente rebeldes. Además, en algún
lugar del laberinto se encuentra un refugio
para esclavos fugados, administrado por
Vhiär, miembro renegado de los Hombres
Gusano. Solo los simpatizantes de la causa,
así como los propios trácnidos ¬¬—los
cuales tienen una capacidad natural para
seguir las telarañas tejidas en los túneles
hasta el centro de la red¬— tienen alguna
posibilidad de encontrar esta guarida. Sin
embargo, es una cuestión de tiempo que los
Hombres Gusano la descubran también.
el teatro de
los svangr
Al oeste de Kippar, ocupando
6 un desfiladero, se encuentre este
hipnótico erial. Se distingue por sus
agujas de roca, por los cañones profundos
y riscos escarpados, así como por una
geografía que favorece la acústica y
hace murmurar al viento de manera
fantasmagórica. Algunos bárbaros tienen
por costumbre internarse en solitario
en el Teatro, en busca de visiones y
encuentros con los espíritus que, se
dice, merodean el desfiladero. Cada año
en las mismas fechas, un gigantesco
espíritu elemental aparece en distintos
puntos del Teatro y debe ser vencido
en combate. Durante las últimas
generaciones, un centenario miembro
de los Peregrinos de los Huesos, Okjolo,
se ha dedicado a estudiar al espíritu
para tratar de eliminarlo para siempre.
Cada año acostumbra a reclutar a un
grupo de aventureros místicos para
derrrotarlo, pero hasta ahora ninguno
lo ha conseguido. Ofrecerse voluntario y
triunfar en la tarea es una buena manera
de ganarse el respeto de los Peregrinos de
los Huesos.
7
 localizaciones
fangal de las
bestias
Los habitantes del valle cuentan que
7 el lugar está imbuido por una extraña
energía telúrica que atrae a las bestias hasta
aquí para morir. Y no están equivocados.
Hace muchos siglos, cuando el valle era
próspero y verde, existía un pequeño lago
donde muchos animales venían a pasar
sus últimos días. Desde entonces sus
cadáveres han formado parte del paisaje.
El Fangal de las Bestias es una de las
pocas zonas húmedas del valle. Se extiende
decenas de kilómetros a través de un
paisaje pantanoso de tonos ocres y rojos,
salpicado de matorrales y lleno de algas
que tiñen el agua de colores renegridos.
En el paisaje destacan los miles de huesos
gigantes hundidos en los humedales. Con
el paso de los siglos se han fosilizado y
ahora sobresalen de la tierra como astas
amenazadoras. Estos huesos también se
encuentran diseminados fuera de esta zona,
lo que indicaría que el Fangal de las Bestias
era mucho más grande en el pasado.
Aun siendo un paraje teñido por la
muerte, en el fangal abundan los recursos
naturales. Desde agua (debe hervirse antes
de consumirla), a hongos y bulbos que solo
crecen aquí, pasando por arcilla, restos
óseos y madera de balsa (la madera más
liviana que se conoce). A menudo se ven
campamentos improvisados de viajeros
y mercaderes que, ignorando las fuerzas
que lo habitan, se detienen en este lugar
desolador para aplacar la sed de sus bestias.
Pero, como suele suceder en el valle, el
Fangal de las Bestias esconde mucho más
de lo que se ve a simple vista. Adentrarse
en sus paisajes puede revelar tesoros o
ruinas antiguas que flotan en el barro. Los
8
rumores hablan de que lo más peligroso
no es la Herrumbre sino el barro, que
está vivo, cobra forma de criatura y es
capaz de engullir caravanas enteras.
kippar
La ciudad de Kippar siempre se
8 sintió orgullosa de alzarse junto a la
entrada que lleva directamente a la fragua
del Jarghal. Esta situación privilegiada, y
los recursos que siempre ha obtenido del
gran Abisal y de los bosques del Valle de
Llhere, la convirtieron en la ciudad más
rica de Heyrä. Con una población de unos
pocos miles de habitantes, recibía un flujo
constante de mercaderes, peregrinos y
todo tipo de mercenarios y aventureros
que llegaban en busca de trabajo y riqueza.
Pero todo esto cambió cuando los
Oyhun tomaron la ciudad tras haberse
librado una gran batalla de sangre y fuego
que duró una semana. Los invasores
lograron entrar en la ciudad por el
Abisal y acometieron un ataque sorpresa
contra la población. Luego cerraron las
murallas de Kippar, esclavizaron a sus
gentes y mataron a todo aquel que podía
ser una amenaza. Se desconoce tanto
el motivo de este ataque como por qué
no han extendido su mano de hierro a
otros lugares cercanos. Desde entonces el
comercio en la zona se ha visto afectado
y los rumores sobre una conquista de
Heyrä y sobre el trono de la divinidad han
llegado más allá de los confines del valle.
Kippar es la ciudad más grande de
Heyrä. Se extiende a lo largo de varios
kilómetros y contiene un Abisal más grande
que el de Yrgaë. Su estructura es parecida
a la del resto de ciudades construidas al
borde de uno de estos agujeros inmensos.
Un gran puerto con varios estratos a
 el valle de los huesos
diferentes niveles, comunicados con poleas
y ascensores, permite extraer los recursos
que dan vida a la ciudad. A su alrededor se
han ido desarrollando los barrios, la vida
y las costumbres de la urbe. La llaman la
«ciudad negra» por la piedra oscura con la
que se han levantado la mayoría de murallas
y construcciones urbanas. A diferencia de
otras ciudades de Heyrä, Kippar tiene una
arquitectura más elaborada, que incluye
edificios de varias plantas y templos de
formas redondeadas. Sus estructuras son
más sólidas y sus acabados más vistosos,
símbolo de una ciudad que no ha dejado de
crecer y enriquecerse.
Pero ahora todas sus murallas están
calcinadas por el fuego de los Oyhun y a
sus pies descansa un inmenso campamento
de guerreros semidivinos salidos de los
desiertos de Qu-Garad. A día de hoy nadie
sabe realmente qué peligros se esconden tras
los muros de Kippar. Se dice que patrullas
de soldados y salamandras aladas custodian
sus calles para que los ciudadanos trabajen
día y noche y no crezca la semilla de la
rebelión.
la ciudad
transparente
Entre Cahdmus y el Laberinto
9 del gusano, al pie de un barranco,
descansan las ruinas de una antigua ciudad
enana con múltiples santuarios y cámaras
abandonadas dedicadas a Erlegmar. Se
presume que todavía debe haber aquí
cámaras subterráneas llenas de tesoros, por
no hablar de vetas de ámbar por explotar,
que están cada vez más contaminadas por
la Herrumbre y la Geoscuridad. Además,
la ciudad abandonada está decorada
profusamente por cristales de selenita o
piedras lunares, uno de los minerales más
cotizados por su transparencia. ¿Por qué
nadie ha aprovechado los recursos de este
lugar? Según parece, hay una ciudad enana
habitada cerca de estas ruinas. Desde este
asentamiento se encargan de proteger
el lugar con celo, como si fuera sagrado.
No se sabe qué motivos hay para tal
veneración, pero deben ser fuertes porque
la comunidad se niega a abandonar el lugar,
pese al peligro de que se vea engullida junto
con las ruinas y acabe en el vientre de la
Gran Sierpe.
la encrucijada
de los huesos
Atravesando las montañas del Valle
10 de Njolda, hay una ruta comercial
protegida por las fuerzas del Puño de Cobre,
que en uno de sus caminos se cruza con
un recorrido secreto que solo los Khotoü
utilizan en sus periplos migratorios. En
esta encrucijada se ubica un cementerio
de fósiles prehistóricos. La cantidad de
fósiles disminuye con el paso del tiempo, no
solo porque son recogidos como recuerdo
o para comerciar, si no porque algunos
druidas y chamanes los utilizan para crear
remedios tradicionales para la salud. Si bien
los Khotoü y el clan del Puño de Cobre
no han tenido más que desencuentros
y malentendidos en la Encrucijada de
los Huesos, es posible que las cosas se
compliquen más ahora que la encrucijada es
frecuentada también por Rthyga y su clan,
los últimos dracónidos del valle, quienes
han establecido recientemente una aldea en
los alrededores.
9
 localizaciones
la última aldea
Al oeste del valle se encuentra una
11 comunidad recóndita que lleva años
sometida por los Cabezas Negras. Esta
situación de dominio comenzó cuando
la organización criminal descubriera en
las cercanías de la localidad un cañón
subterráneo de difícil acceso por su relieve
kárstico. Desde que encontraron el lugar,
vienen usándolo como base secreta de
operaciones, y por tanto no es extraño
encontrar el pueblo tomado por hombres
de Antër, comandante del ejército del Puño
de Cobre y enlace de este con los Cabezas
Negras. Los vecinos de esta comunidad,
sin embargo, son tenaces supervivientes y
esperan su oportunidad de invertir las tornas.
las tumbas
de los ancestros
Estas tumbas antiguas fueron
12 construidas probablemente por las
tribus predecesoras de los bárbaros de las
Tierras Altas. Su arquitectura se caracteriza
por el uso de unas columnas de basalto
hexagonales que, según los más sabios, son
de origen natural volcánico. Estas «tumbas
de los ancestros» fueron profanadas
recientemente ¬–todavía no se sabe quién
o quiénes lo hicieron– lo que ha acarreado
alguna clase de maldición que hace que
los huesos de los muertos cobren vida,
obligándoles a salir de sus tumbas y atacar a
cualquiera en sus cercanías.
mar ardiente
Toda la zona este del valle, casi la
13 mitad de la región de Heyrä, está
formada por un inmenso mar de arena y
rocas que apenas está habitado. La dureza
10
de sus condiciones climáticas, la orografía
y la escasez de recursos lo han convertido
en un lugar olvidado. No obstante, algunos
aventureros se internan en esta tierra
desértica en busca de minerales y del ámbar
que brota hasta la superficie.
Esta extensión de arena, sal y rocas,
casi tan grande como la parte habitada
del Valle de los Huesos, ocupa más de
un centenar de kilómetros de dunas y
llanos que pintan un paisaje monótono
en marrones y ocres. Aquí no crece la
vegetación y sus arenas no albergan vida. Se
dice que bajo tierra aún fluyen los ríos de
lava que brotaron tras la toma de poder de
los Oyhun. Y quizá sea cierto: este mar de
arena desprende un calor tan extremo que
quien se adentra en él sufre quemaduras y
se deshidrata gravemente en pocas horas.
Aquí las temperaturas son mucho más altas
que en cualquier otro lugar del valle, por
eso no existen formas de vida locales.
Aún siendo un lugar tan hostil, pequeñas
comunidades de bárbaros, druidas y
guerreros tribales plantan sus campamentos
en las pocas islas de piedra que emergen
sobre el mar de arena. Algunas de estas
comunidades nómadas habitan estos parajes
desde hace generaciones. Se desplazan
de un sitio a otro en busca de recursos
y sus capacidades mágicas les ayudan a
sobrevivir en este entorno. Sus antepasados
llegaron hasta aquí hace siglos atraídos
por la energía del Mar Ardiente y ellos se
sienten conectados a ese caudal energético,
que según dicen, les permite acceder más
fácilmente a las fuerzas del Jarghal y a los
dioses. Se han adaptado al medio y han
desarrollado técnicas y herramientas únicas
que les facilitan la supervivencia. Tienen
una capacidad innata para detectar aguas
subterráneas, una gran habilidad para
 el valle de los huesos
construir pozos y han construido su propio
medio de transporte (unas balsas de madera
con las que se desplazan por la arena como
si fueran en barco). El peligro más grande
que acecha a estos pueblos es el Yabboth,
una gigantesca criatura reptiliana (o gusano,
según quién lo describa) que devora pueblos
enteros cuando cae la noche.
montañas
del dios errante
Una colosal cordillera rocosa se
14 extiende al norte del Valle de Njolda y
pone límite a las tierras conocidas de Heyrä.
Se desconoce que hay más allá. Aquellos
que han logrado atravesarla vuelven con
relatos de una tierra una tierra desierta de
color rojo intenso. El suelo y el aire queman
en estas montañas y la vida no existe,
como en el Mar Ardiente. Fue aquí donde
se cree que se ocultaron los Maör tras la
ascensión al poder de los Oyhun, pero nadie
se ha atrevido a comprobarlo. Incluso los
bárbaros que antaño habitaban las cumbres
de estas montañas imponentes se han
asentado en tierras cálidas, las Tierras Altas
de Njolda, porque el clima se ha vuelto tan
hostil que uno nunca sabe si verá amanecer.
Pero no solo se fueron por las inclemencias
del tiempo: por las noches merodean
bestias horrendas que emergen de la
Geoscuridad y la Herrumbre parece filtrarse
como en ningún otro sitio de la región.
Nadie vive en estas montañas a
excepción de algunos clanes de enanos que
sobreviven en los pueblos de piedra que
construyeron sus ancestros en las capas
superficiales de la Geoscuridad. Subsisten
gracias al comercio con minerales y
hongos de las cuevas. No es tarea fácil,
pues deben combatir los horrores que
surgen de las profundidades cada vez con
mayor frecuencia.
näre
Näre está considerada la manzana
15 podrida del valle. Esta pequeña
ciudad, construida al pie de la cordillera
del Dios Errante, se ha convertido en
un estercolero de mugre, criminales y
buscavidas. El motivo de tanta corrupción
son las minas situadas a pocos kilómetros.
Sus minerales y metales preciosos
despiertan la codicia de aquellos que
se niegan a trabajar toda la vida en el
campo. Pero hacerse rico no es tan fácil
como entrar en las minas y extraer una
fortuna, por eso hay muchos criminales
que prefieren enriquecerse asaltando
caminos o traficando con esclavos.
Näre se encuentra en el sur del
valle, en una altiplanicie de poca altura
que la mantiene a salvo de ataques de
salteadores o criaturas famélicas. La
ciudad es una aglomeración de casas de
piedra, con fachadas que van de los tonos
negros al rojizo, contra las que se apiñan
las humildes chozas de arcilla de los
menos pudientes. Junto a las viviendas
despuntan algunos edificios públicos
construidos con materiales de mayor
calidad, que han sido tomando por las
bandas criminales que ostentan el poder.
A pesar de que la ciudad está repleta de
criminales, el gobierno que han formado
estas bandas ha logrado mantener cierta
estabilidad, gracias al favor que otorgan
a los individuos más peligrosos, con los
que es mejor llevarse bien. A destacar que
a la banda de los Cabezas Negras, con
fuerte presencia en la ciudad, no le gustan
los forasteros que llegan con ganas de
aventuras.
11
 localizaciones
tierras altas de
njolda
Desde hace siglos, la mayoría de las
16 tribus bárbaras de las montañas vive
en esta sucesión de colinas y altiplanos.
Antaño estas tribus vivían más al norte,
en las cumbres de las Montañas del Dios
Errante, pero la hostilidad del clima, la
falta de recursos naturales y las filtraciones
de Herrumbre las obligaron a trasladarse
a estas tierras. Aquí se establecieron más
de una decena de tribus compuestas
por guerreros, druidas, exploradores y
cazadores. Algunos de estos pueblos viven
todavía de forma primitiva y arraigados
a su ecosistema, mientras que otros se
han visto obligados a cambiar su estilo
de vida para acercarse a las ciudades a
vender sus mercancías, conseguir recursos
y defenderse de criminales y salteadores.
Casi todas estas tribus están formadas por
humanos y orcos, aunque también hay
una de elfos nómadas, un clan de enanos
y una pequeña familia de dracónidos.
Básicamente subsisten como pueblos
cazadores-recolectores pero algunos han
desarrollado una agricultura primitiva.
Su ancestral riqueza cultural está muy
vinculada a los Maör. Chamanes, videntes
y druidas mantienen viva la cultura
anterior al gran cataclismo que azotó
Heyrä tras la toma de poder de los Oyhun.
A diferencia de otros lugares del
Valle de los Huesos estas tierras son
especialmente abruptas. Sus colinas
solo se alzan unos pocos cientos de
metros, pero sus riscos y desniveles son
escarpados, haciendo casi imposible viajar
por estas tierras si no se conocen sendas
más transitables en algunos puntos o se
es un buen escalador. Esta orografía es
12
una arma de doble filo. Dificulta tanto
los ataques a ras de tierra o los asaltos
de hordas de animales salvajes como el
paso de las caravanas de mercaderes,
que a menudo se ven obligadas a dar
grandes rodeos. Debido a esto algunas
tribus están tan aisladas que siguen
viviendo como lo hacían sus ancestros.
valle de llhere
Es el lugar más al este del Valle de
17 Njolda. Se trata un paraje insólito,
ya que alberga el único bosque de toda
Heyrä. Gracias a las aguas subterráneas
y a las lluvias que se producen al chocar
las nubes bajas con el nudo de cordilleras,
este valle tiene suficiente humedad para
nutrir un bosque en medio de tanta aridez.
Esto ha favorecido que tribus de elfos
nómadas se instalen en estas tierras. Entre
sus arboledas, también viven varios clanes
de minotauros y de orcos que cultivan las
tierras y comercian con sus productos.
El hecho de que la vida sea más llevadera
aquí que en el resto del Valle de Njolda
ha provocado que otros pueblos hayan
tratado de instalarse en este pequeño
oasis. Pero nunca han sido bien recibidos y
han tenido que marcharse. Actualmente,
varios círculos druídicos protegen el lugar
de buscavidas que llegan con la intención
de enriquecerse con la explotación de
los recursos naturales de la zona.
Las arboledas que crecen en el
Valle de Llhere están compuestas en su
mayoría por árboles grandes y nudosos,
de tronco seco y hojas pequeñas. Esta
morfología les permite retener mejor el
agua. Entre ellos crecen arbustos secos y
puntiagudos, además de bulbos, hongos
y cactus de distintos colores y formas.
Las aldeas diseminadas se funden con
 el valle de los huesos
el paisaje, en completa consonancia
con la biodiversidad. Aunque aquí
existen más recursos naturales que en
otros lugares, los habitantes del Llhere
también padecen la escasez de agua y
alimentos en las épocas más calurosas.
A pesar de que es un lugar protegido
por círculos druídicos, los asaltos se han
convertido en algo habitual. Por la noche,
pequeñas bandas de criminales se internan
en el bosque para robar a los campesinos
o para secuestrarlos, buscando cobrar un
rescate. A veces, incluso, queman graneros
y almacenes, para peligro del bosque.
Para proteger sus tierras y combatir esta
amenaza, las gentes del lugar se han
organizado en grupos de exploradores,
guardias y guerreros tribales.
valle de los
hombres de piedra
Esta pequeña hendidura en la
18 corteza terrestre se encuentra en la
parte norte de la zona habitada del Valle
de los Huesos. Se dice que el río de fuego
líquido que cambió el paisaje de Heyrä
tras la ascensión al poder de los Oyhun
brotó de sus entrañas. Se caracteriza por
unos acantilados escarpados de piedra
negra como la noche, que pueden engullir
a los exploradores y escaladores más
experimentados al intentar descender por
el valle.
Por todo ello apenas hay comunidades
asentadas en estas tierras a pesar de que
existe un pequeño Abisal. En realidad, más
que un Abisal es una cueva inmensa que
se fragmenta en un complejo entramado
de túneles y galerías. Se dice que hace
milenios, cuando la región era verde, aquí
vivieron los primeros hombres gigantes.
Ahora, sus muros y estancias de piedra,
prácticamente derruidos, descansan
cubiertos de hongos y raíces secas, como
una ciudad subterránea abandonada.
Desde hace siglos este valle ha sido el
hogar de varios clanes enanos que llegaron
hasta aquí tras abandonar las Montañas del
Dios Errante. Muchos de sus miembros
se sintieron atraídos por el complejo de
túneles y galerías subterráneas y decidieron
vivir en su interior, pero otros no
quisieron correr el riesgo de adentrarse en
la oscuridad, un lugar tan peligroso como
maldito, y construyeron aldeas de piedra
en la superficie. Pero no son los únicos
que habitan en estas tierras inhóspitas.
Miembros de los Cabezas Negras viven
escondidos en las pequeñas cuevas que
hay por el valle, desde donde organizan
asaltos y elaboran planes para expandir
su poder. Por los alrededores también se
han visto elfos nómadas y dracónidos
errantes. Incluso guerreros ancestrales
devueltos a la vida por la Herrumbre.
Este lugar, como el Fangal de las
Bestias, está cargado de energía: el aire es
denso, las plantas crecen en los rincones
más insólitos y de sus profundidades
emergen criaturas extrañas.
ummar
Ubicado en el suroeste de Kippar,
19 este es el segundo asentamiento
más influyente de la región después de
esta. Estructurado en torno a su propio
Abisal, posee unas murallas labradas con
exquisitos motivos. Se encuentra bajo el
control del gremio de mercaderes elfos,
que tiene gran poder dentro del clan del
Puño de Cobre. Su líder es Berack, un viejo
aventurero al que no costará demasiado
convencer de la amenaza real sobre el valle
13
 localizaciones

que suponen los Oyhun. Sin embargo,

Berack y sus socios no son en absoluto
poseedores de una moralidad intachable,
y someten a tributos abusivos a muchas
de las aldeas circundantes… en especial a
aquellas donde no viven elfos.

14
 el valle de los huesos

notas para las localizaciones

15
 localizaciones

16
Este suplemento incluye todas
las localizaciones de El Valle
de los Huesos, más nuevas
localizaciones creadas para ampliar
las posibilidades de aventura en la
ambientación de sangre y fuego de
la campaña Descenso a las entrañas
de la bestia.

PVP: 4,95€

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