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República Bolivariana de Venezuela

Universidad Católica Santa Rosa


Materia: Derecho Penal III

DELITO DE DIFAMACIÓN

Profesor: José Luis Santamaria Integrante:


Biscochea Gabriel C.I: 27.659.676

Caracas, Abril 2019


El delito de difamación. (Caso de Paolo
Guerrero)
El 16 de octubre de 2008 Magaly Medina fue condenada, como autora del delito
de difamación, en agravio de Paolo Guerrero, a cinco meses de pena privativa de
libertad, la misma que debía ser cumplida de manera efectiva. El fallo, en cuanto a
este punto, generó vivas polémicas, pues más allá de la fama de esta conductora
de televisión, no es usual que los procesados por delitos contra el honor sean
condenados a penas efectivas, con el consiguiente ingreso a un establecimiento
penal.

fue la condena a cinco meses de pena privativa de libertad, dado que el delito por
el que se le procesó y condenó difamación, con la circunstancia agravante de
haber sido cometido por medio de la prensa tiene prevista una pena no menor de
uno ni mayor de tres años de pena privativa de libertad.

Cierto es que al juez corresponde la tarea de determinar si el agente es o no


responsable penalmente en términos coloquiales, si es inocente o culpable Sin
embargo, es el legislador quien decide qué comportamientos son penalmente
relevantes, y cuál es el tipo de pena Desde luego, existen casos en los que el
legislador permite al juez imponer una pena por debajo del mínimo legal pero la
sentencia no hace referencia a ningún supuesto atenuante. En este orden de
ideas, fue un error, fijar cinco meses de pena privativa de libertad, ahí donde el
legislador prescribe no menos de un año. Peor aún, si no se menciona la
circunstancia que, en todo caso, habría tenido por virtud reducir la pena por debajo
del mínimo legal.

Por ello la sala revisora, ante esta irregularidad, ha elevado la pena a dos años de
pena privativa de libertad, optando, como es de público conocimiento, por
suspender la ejecución de la pena por un periodo de prueba de un año. Esta es la
razón por la que la conductora de televisión recuperó su libertad y pudo recibir el
año nuevo en el calor del hogar.

Las reglas de conducta son cargas que el juez impone al autor de un delito con
una doble finalidad como medida de control sobre el agente o para facilitar una
adecuada reinserción social. Son fijadas por el juez cuando dispone una
suspensión de la ejecución de la pena

La Sala fijó también como regla de conducta: “Reparar el daño causado por el
delito (reparación civil y multa fijada)”. Al respecto, cabe mencionar que no parece
apropiado fijar como regla de conducta lo que ostenta la naturaleza de una
sanción penal.

La legislación venezolana establece el supuesto de hecho que define la


difamación en el artículo 442 del CPV, al acotar: “Quien comunicándose con varias
personas, reunidas o separadas, hubiere imputado a algún individuo un hecho
determinado capaz de exponerlo al desprecio o al odio público, u ofensivo a su
honor o reputación, será castigado con prisión...”.

De la norma se desprende que el sujeto activo puede ser cualquier persona. En


relación a los sujetos pasivos de este delito (a algún individuo), igualmente puede
ser cualquier persona. Se observa que en este tipo penal, ni el victimario ni la
víctima requieren de cualidades especiales. Posteriormente se realizará el análisis
sobre si las personas jurídicas pueden ser sujetos pasivos de este tipo penal.

En este propósito, el CPV en el artículo 442 realiza una copia del Código Penal
italiano de Zanardelli de 1889, al establecer como supuesto de hecho de la
difamación, atribuir a algún individuo un hecho determinado capaz de exponerlo al
desprecio u ofensivo a su honor, delito doloso que requiere el animus difamandi,
es decir, la intención de desacreditar al sujeto pasivo.

Igualmente, establece como agravante, que el medio de comisión del delito sea a
través de documento público o con escritos, dibujos divulgados o expuestos al
público, o con otros medios de publicidad. Consagrando la norma antes referida
que las publicaciones, escritos o documentos, se tendrán como prueba del hecho
punible. Ello en virtud de que al sujeto que difame no se le permitirá probar la
verdad o notoriedad del hecho.

En este tipo penal, el elemento subjetivo es, el animus difamandi, que no es más
que la voluntad consiente de difamar, el querer dañar la honorabilidad de la
persona, atribuyéndole hechos determinados que afecten su reputación, así
mismo, el elemento del tipo es la comunicación con personas reunidas o
separadas y se considera agravada la acción, si se realiza por medio de
documento público, dibujos, escritos o cualquier medio de publicación

El CPV al definir la injuria en el artículo 444 preceptúa: “Todo individuo que en


comunicación con varias personas, juntas o separadas, hubiere ofendido de
alguna manera el honor, la reputación o el decoro de alguna persona, será
castigado con prisión de 6 meses a 1 año y una multa de 50 unidades tributarias a
100 unidades tributarias.

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