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DELITO DE DIFAMACIÓN
fue la condena a cinco meses de pena privativa de libertad, dado que el delito por
el que se le procesó y condenó difamación, con la circunstancia agravante de
haber sido cometido por medio de la prensa tiene prevista una pena no menor de
uno ni mayor de tres años de pena privativa de libertad.
Por ello la sala revisora, ante esta irregularidad, ha elevado la pena a dos años de
pena privativa de libertad, optando, como es de público conocimiento, por
suspender la ejecución de la pena por un periodo de prueba de un año. Esta es la
razón por la que la conductora de televisión recuperó su libertad y pudo recibir el
año nuevo en el calor del hogar.
Las reglas de conducta son cargas que el juez impone al autor de un delito con
una doble finalidad como medida de control sobre el agente o para facilitar una
adecuada reinserción social. Son fijadas por el juez cuando dispone una
suspensión de la ejecución de la pena
La Sala fijó también como regla de conducta: “Reparar el daño causado por el
delito (reparación civil y multa fijada)”. Al respecto, cabe mencionar que no parece
apropiado fijar como regla de conducta lo que ostenta la naturaleza de una
sanción penal.
En este propósito, el CPV en el artículo 442 realiza una copia del Código Penal
italiano de Zanardelli de 1889, al establecer como supuesto de hecho de la
difamación, atribuir a algún individuo un hecho determinado capaz de exponerlo al
desprecio u ofensivo a su honor, delito doloso que requiere el animus difamandi,
es decir, la intención de desacreditar al sujeto pasivo.
Igualmente, establece como agravante, que el medio de comisión del delito sea a
través de documento público o con escritos, dibujos divulgados o expuestos al
público, o con otros medios de publicidad. Consagrando la norma antes referida
que las publicaciones, escritos o documentos, se tendrán como prueba del hecho
punible. Ello en virtud de que al sujeto que difame no se le permitirá probar la
verdad o notoriedad del hecho.
En este tipo penal, el elemento subjetivo es, el animus difamandi, que no es más
que la voluntad consiente de difamar, el querer dañar la honorabilidad de la
persona, atribuyéndole hechos determinados que afecten su reputación, así
mismo, el elemento del tipo es la comunicación con personas reunidas o
separadas y se considera agravada la acción, si se realiza por medio de
documento público, dibujos, escritos o cualquier medio de publicación