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1. ¿Qué es la acción reivindicatoria?

La ACCIÓN REIVINDICATORIA es una acción que protege el derecho de


propiedad.

La mayoría de las acciones reivindicatorias van encaminadas a la defensa de la


propiedad sobre bienes inmuebles (fincas rústicas, urbanas, parcelas, locales,
pisos, etc.), aunque también podría ejercerse sobre muebles (vehículos, etc.)

La acción reivindicatoria está amparada en el artículo 1434 del Código civil: La


acción de reivindicación nace del dominio que cada uno tiene de cosas
particulares, y en virtud de ella, el propietario que ha perdido la posesión, la
reclama y la reivindica contra aquel que se encuentra en posesión de ella”.

El objetivo de la acción reivindicatoria es recuperar la cosa por el propietario no


poseedor frente al poseedor no propietario.

La acción reivindicatoria es aquélla en la cual el actor alega que es propietario de


una cosa que el demandado posee o detenta sin derecho para ello y,
consecuencialmente, pide que se le condene a la devolución de dicha cosa, dicha
acción en ciertos casos permite también la restitución o el valor de frutos y gastos,
es la acción judicial que puede ejercitar el propietario de una cosa contra las
personas que la poseen sin ser propietarios

EJEMPLO: 

El propietario de una finca interpone una acción reivindicatoria contra el vecino


colindante o un extraño porque viene poseyendo parte la finca de su propiedad.

2. ¿Quiénes pueden intentar la acción reivindicatoria?


Pueden intentar la acción reivindicatoria las personas que cumplan los
siguientes requisitos:
1. Prueba del dominio: El demandante ha de probar la propiedad de la cosa,
“en virtud de causa idónea para dar nacimiento a la relación en que el
derecho real consiste, exista o no acto documental escrito”. El actor ha de
acreditar título de dominio, es decir, una justificación de la adquisición.
2. Posesión actual del bien por el demandado: Sólo cabe ejercitar la acción
contra quien posee la cosa al tiempo de la demanda. No es necesario que
esta posesión sea en concepto de dueño, pero debe tratarse de una
posesión injustificada frente al propietario.
3. Prueba de la identidad de la cosa poseída injustamente con la que se
reclama: La acción no puede prosperar, lógicamente, si lo que se reclama,
y a lo que se refiere el título de dominio del actor, no es la cosa que posee
el demandado. La identificación de la cosa “ha de acreditarse con la debida
precisión”, y también debe quedar claro que esa finca “identificada”
(situación, cabida, linderos) es precisamente la que posee el demandado.

3. ¿Contra quiénes se pueden intentar la acción reivindicatoria?

La acción reivindicatoria puede intentarse contra:


a. El poseedor de la cosa, y contra todos los que tengan derechos reales;
o simplemente tenedores (Art. 1436 C).
b. Contra el heredero del poseedor que es al mismo tiempo poseedor
quedando obligado hasta la parte poseída (Art. 1448 C).
c. Contra el que al momento de la demanda no tiene posesión, pero sí la
tiene al tiempo de la sentencia (Art.1449 C).
d. Contra el que por delito hubo la cosa mueble del reivindicante (Art. 1450
C).
e. Contra el despojante del reivindicante tratándose de inmuebles (Art.
1451 C).
f. Contra el actual poseedor de buena fe que por cualquier título la haya
obtenido de un enajenante de mala fe, o de un sucesor obligado a
restituirla al reivindicante, como el comodatario (Art. 1452 C).
g. Contra el que posea a nombres de otro (Art. 1457 C).
h. Contra el que por dolo o hecho suyo ha dejado de poseer para dificultar
o imposibilitar la acción (Art. 1460 C).
i. Contra el actual poseedor de la cosa mueble o inmueble, aunque sea de
buena fe, cuando la haya obtenido por un acto nulo o anulado, del
propio reivindicante.

4. ¿Cuáles son las reglas cuando dos personas diferentes compran el


mismo inmueble?
Cuando dos personas diferentes compran el mismo inmueble, tendrá el
derecho real el primero que inscriba el inmueble.

5. Uso: concepto, características, diferencias con el usufructo, derechos


y deberes y prohibiciones del usuario; extinción.
Este concepto esta expresado en el art. 1547 C: “El uso da derecho para
percibir de los frutos de una cosa ajena los que basten a las necesidades
de usuario y su familia, aunque ésta se aumente”.

Se distingue del usufructo por:


a. Porque nunca lo establece la ley, mientras hemos visto que en ciertas
legislaciones del Derecho comparado (México, Francia, etc.) el usufructo
proviene de la ley.
b. Porque no puede enajenarse, pues aunque participe del elemento
patrimonial del usuario, esto no puede disponer de su derecho a la
porción necesaria de los frutos, debe usar el y su familia exclusivamente
su derecho.

Los derechos y obligaciones del usuario se regularán por los títulos constitutivos
respectivos (Art. 1546 C). El uso da derecho para percibir de los frutos de una
cosa ajena; el que tuviere el uso de un rebaño de ganado, podrá aprovecharse de
las crías, leche y lana en cuanto baste para su consumo y el de su familia, así
como del estiércol necesario para el abono de las tierras que cultive (Art. 1550 C).
El usuario puede vender los frutos a que tiene derecho y que no hubiere
consumido (art. 1556 C). Es prohibido constituir los derechos reales del uso a
favor de dos o más personas para que las gocen alternativa o sucesivamente.

Extinción del uso: Al tenor del art. 1557 C. se extingue este derecho real por las
mismas formas de extinción del usufructo (art. 1529 C) y además por abuso grave
de la cosa.

6. Habitación: concepto, características, reglas específicas.


Es definido por el art. 1547 C. fracción 2, así: “La habitación da a quien
tiene este derecho la facultad de ocupar todas las ´piezas necesarias para
sí y para las personas de su familia; pero no puede coger los frutos del
edificio. Puede además recibir a otra persona en su compañía”. Este
derecho real brinda un goce vitalicio que tiene muy pocas diferencias con el
uso. Ambos derechos se rigen por el título constitutivo (art. 1546 C), y en
defecto, por las disposiciones de este título XXXI.

Cuando el usuario consumiere todos los frutos de la cosa, o el habitador


habitaré toda la casa, estará obligado a los gastos de su cultivo, a los
reparos ordinarios de conservación, y al pago de los impuestos, de la
misma manera que el usufructuario, a quien el legislador equipará en estos
dos casos excepcionales. Cuando solo perciba de los frutos o habitaré
parte de la casa siempre que quede al propietario una parte de los frutos o
bastantes aprovechamiento para cubrir gastos y cargas, no deberá nada.

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