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Tipos de personalidad que se aferran a una relación tóxica de

pareja en jóvenes universitarios de Piura


Introducción:

Planteamiento del problema

En los últimos años, se ha podido reflejar un aumento de relaciones patológicas en el contexto


en el que nos estamos desarrollando, ya sea una relación amical, amorosa o laboral. Esta
problemática, se ve expuesta en todas las generaciones, desde la generación de nuestros
abuelos, hasta la de los jóvenes; sin embargo, la razón no ha variado tanto; cuando nos
referimos a una relación amorosa, en generaciones pasadas, el querer formar una familia,
construir un hogar y tener hijos, era la razón de la existencia, por lo tanto, el “soportar todo”
de la otra persona, era algo muy “normal”, aunque cabe resaltar que gran cantidad de
personas que conforman la generación actual, continua con el mismo ideal, lo cual refleja que
las relaciones toxicas pueden ser producto de la misma cultura que tenemos impuesta, aparte
de los ejemplos que hemos visto de “amor” de nuestras figuras cercanas.

No obstante, también se pueden relucir algunos aspectos psicopatológicos en este ámbito,


como las personalidades dependientes, limites, antisociales, narcisistas, etc. Es decir, en las
relaciones toxicas hay una víctima y un victimario, en donde la palabra “violencia” va a ser
encontrada como algo rutinario, puesto que este tipo de personas piensan que el amor es
someter, es manipular, es hacerle sentir a la otra persona que es de su pertenencia;
prohibiéndole cosas, celándola, querer tener acceso a su privacidad; o caso contrario,
utilizando frases como “no puedo estar sin ti”, “si te vas, me muero”, “no sé qué haría sin ti”,
etc. Donde el victimario se encarga de realizar este tipo de conductas, mediante palabras o
golpes porque “es normal” tomar el mando en la relación (cultura) o porque disfruta
haciéndolo (psicopatología), mientras la victima las acepta, porque si bien no cree que es
correcto (cultura), se siente bien siendo maltratado/a. (psicopatología).

Cuando hablamos de la psicopatología, nos referimos a la parte enferma de la psiquis de la


persona, lo cual produce un grave daño en su personalidad. Sin embargo, este tipo de
personalidades (víctima y victimario) tienen un origen; según teorías psicológicas que
fundamentan la razón por la cual la persona obtiene este comportamiento, tales como las de
Freud, Bandura, etc.

Ahora hablamos de que el mismo perfil de personalidad más la cultura impuesta, nos ha dado
como resultado una personalidad aferrada a las relaciones toxicas. Es por esto, que ambos
forman un enganche patológico tan fuerte que es muy difícil desapegarse.

Fijándonos en la última palabra, el “desapegarse” es la solución a este tipo de relaciones


toxicas, ya sean de pareja, de amigos, jefe-colaborador, etc.

¿Por qué? ¿Para que? ¿Qué quieres encontrar? La utilidad, el aporte. Informacion estadística
¿Cómo esta el problema actualmente?.
Es altamente necesario investigar cómo se viene desarrollando la alta taza de relaciones
toxicas que llevan los jóvenes universitarios, debido que en estas relaciones podemos
encontrar un alto número de violencia tanto física como psicológica, que se manifiesta en uno
o en ambos; como un desgaste emocional que siguen viviendo a pesar del malestar que les
causa estar juntos, y a pesar de esto no querer separarse.

Lo que se pretende relucir en esta investigación es las características de las personas que
suelen engancharse en una relación toxica, asimismo, descubriendo a que se debe y que
impulsa sus “ganas” de retener una relación enfermiza. Si bien es cierto, en la mayoría de los
casos, dichas personas conocen conscientemente que viven una relación toxica, sin embargo,
les es imposible soltarla; siendo esta la inquietud a resolver.

Por otro lado, en la actualidad, centrándonos en nuestro país, en el año 2016, en una encuesta
a alumnos universitarios, se reveló que seis de cada diez universitarias alguna vez fue agredida
física o psicológicamente por su pareja. El 58.5 % de las universidades, señaló que la forma de
maltrato más frecuente fue la humillación, el 31.9 % violencia verbal y el 26.9 % violencia física
leve. Refiriéndose a violencia “leve” como jaloneos, cachetadas, empujones; mientras que la
violencia grave sería golpes fuertes o el uso de armas punzocortantes. Afirmando, el 7% de
mujeres haber sido agredidas gravemente.

El año pasado, la Policía Nacional del Perú manifestó recibir 4,310 denuncias de violencia
conyugal en el año, lo cual genera una gran preocupación en los profesionales que velan por la
salud.

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