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La retícula

Tipografía I

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La retícula y la filosofía del
diseño
El establecimiento de una retícula, no tiene que ver con pintar una página
con módulos de igual tamaño, o no, que están a una misma distancia unos
de otros. Establecer una retícula tiene que ver con construir una página,
generar una estructura uniforme, además de poder "proporcionar un
contexto dentro del cual lo elementos visuales y tipográficos actúen para
reforzar el significado de la pieza gráfica." (Kane, 2012, p. 178).

El empleo de la retícula como sistema de ordenación


constituye la expresión de cierta actitud mental, en tanto
que manifiesta que el diseñador concibe su trabajo de forma
constructiva y orientada hacia el futuro.
Esto expresa una ética profesional: el trabajo del
diseñador debe ser mostrar la cualidad claramente
inteligible, objetiva, funcional y estética del pensamiento
matemático.
Así, su trabajo debe ser una contribución a la cultura
común y formar en sí mismo parte de ella.
Un diseño constructivo, susceptible de análisis e
inteligible, puede influir y elevar el nivel del gusto de la
sociedad y el modo en que esta concibe las formas y los
colores.
El diseño objetivo, comprometido con el bien común,
bien compuesto y refinado constituye la base de una actitud
democrática. El diseño constructivista implica la
transformación de las leyes de diseño en soluciones
prácticas. El trabajo realizado de forma sistemática y de
acuerdo con principios formales rigurosos apela a esta
exigencia de claridad, transparencia e integración de todos
los factores que es también de la máxima importancia en la
vida sociopolítica.
El uso del sistema reticular implica: la voluntad de
ordenar y de clarificar; la voluntad de llegar a lo esencial y
de concretar; la voluntad de cultivar la objetividad en lugar
de subjetividad; la voluntad de racionalizar los procesos
creativos y técnico-productivos; la voluntad de integrar los
elementos formales, cromáticos y materiales; la voluntad de
alcanzar un domino arquitectónico de la superficie y del
espacio; la voluntad de tener una actitud positiva, orientada

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al futuro; el reconocimiento de la importancia de la
educación y el efecto de los proyectos elaborados con un
espíritu constructivo y creativo. (Müller-Brockmann, 2015, p.
10)

La retícula tipográfica
La retícula tipográfica se basa en la división de una superficie en campos,
en este caso veremos la división de una superficie bidimensional, pero
también se puede aplicar sobre objeto tridimensionales. Estos campos,
pueden tener iguales dimensiones o no, y "la altura de los campos
corresponde a un número determinado de líneas de texto y su anchura es
idéntica a la de las columnas". (Müller-Brockmann, 2015, p. 11).

Los campos se separan entre sí mediante un espacio


intermedio, llamados intervalos o calles, con el fin, por un
lado, de que las imágenes no se toquen y se conserve la
legibilidad, y por otro, de que puedan colocarse pies debajo
de las ilustraciones.
La distancia vertical entre los campos de es de una, dos o
más líneas de texto; mientras que el espacio horizontal
depende del tamaño del tipo y de las ilustraciones.
Con esta parcelación en campos reticulares pueden
ordenarse mejor los elementos de la maquetación:
tipografía, fotografía, ilustración y colores. El tamaño de los
elementos se adapta a la dimensión de los campos
reticulares y estos encajan con exactitud en sus medidas.
Como sistema de control, la retícula facilita la tarea de
organizar de forma racional una superficie o un espacio.
(Müller-Brockmann, 2015, p. 11)

¿Para qué sirve la retícula?


Los tipógrafos, diseñadores gráficos, fotógrafos y
diseñadores de exposiciones emplean la retícula para
resolver problemas visuales en dos y tres dimensiones. Los
diseñadores gráficos y los tipógrafos se sirven de ella para la
configuración de anuncios, folletos, catálogos, libros,
revistas, etc. (Müller-Brockmann, 2015, p. 13)

Organizar las superficies y espacios de acuerdo con una retícula permite al


diseñador ordenar los textos, las fotografías, los diagramas, etc. según

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criterios objetivos y funcionales. Los elementos visuales se reducen a unos
pocos formatos de iguales dimensiones. (Müller-Brockmann, 2015).

La construcción de la retícula
La retícula se desarrolla a partir del tamaño de la página.
Una retícula subdivide la página en campos es intervalos,
dentro del espacio definido por los márgenes. La forma
reticular del espacio debe estar siempre al servicio de su
objetivo: la colocación de los elementos dentro de la página.
Antes de comenzar con la subdivisión del espacio hemos de
conocer las características y las exigencias del texto, porque
las medidas de los campos e intervalos se establecerán a
partir de las variables tipográficas: la familia, la fuente, el
cuerpo, la medida de la línea y la interlínea. (Montesinos-
Hurtuna, 2005, p. 196)

Figura 1. División de la página

Fuente: Montesinos-Hurtuna, 2005, p. 197

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Al principio de cada proyecto debe estudiarse el
problema específico que este plantea. En esa etapa deben
clarificarse todas las cuestiones relativas al formato, la
tipografía, el material textual y gráfico, los epígrafes y pies
de imagen, la técnica de impresión y la calidad del papel.
Uno de los puntos que debe considerarse al elaborar un
boceto es el número de columnas en que se dividirán las
páginas: usar una sola columna para texto e ilustraciones
limita nuestra libertad para jugar con el tamaño de
reproducción de las imágenes.
Usar dos columnas para texto e imágenes ofrece más
posibilidades: en la primera columna pueden disponerse los
textos y en la segunda las imágenes. Además, la distribución
en dos columnas puede subdividirse de nuevo para obtener
una página de cuatro columnas.
Tres columnas pueden ofrecer también suficientes
alternativas para disponer con comodidad el texto y diversas
imágenes que tengan tamaños distintos. Este sistema
también puede subdividirse, a su vez, y formar una
organización de seis columnas.
Es recomendable emplear una división en cuatro
columnas cuando deba diseñarse un espacio para acomodar
un gran volumen de texto y muchas ilustraciones o cuando
deba incluirse material estadístico con proliferación de
números, curvas y gráficas.
La anchura de la columna influirá en la elección del
tamaño del tipo que se emplee. (Müller-Brockmann, 2015,
p. 57).

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Referencias
Kane, J. (2012). Manual de tipografía (2a. ed.). Barcelona, ES: Editorial Gustavo
Gili.

Montesinos, J. y Hurtuna, M. (2005). Manual de tipografía. Valencia:ES.


Campgrafic Editors.

Müller-Brockmann, J. (2015). Sistema de retículas. Un manual para diseñadores


gráficos. Barcelona, ES: Editorial Gustavo Gili.

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