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INSTITUCION EDUCATIVA.

DISTRITAL"JESÚS ESPELETA FAJARDO"


BARRIO LA PAZ
NIT. 800193408 - 0
APROBADO SEGÚN RESOLUCIÓN No 979 DEL 30 DE NOVIEMBRE DE 2004
EMANADA DE LA SECRETARIA DE EDUCACIÓN DISTRITAL

GUÍA INTEGRADA SOCIALES ÉTICA Y RELIGIÓN


GRADO: UNDÉCIMO
DOCENTES: WILFRI RODRIGUEZ MARQUEZ CORREO profewilfri1971@gmail.com teléfono
3164323222.
ARMANDO SOCARRAS , email: armando.fi@hotmail.com celular: 3007717121
FECHA:
TIEMPO:
TEMA LA GLOBALIZACIÓN EN TIEMPOS DE PANDEMIA
OBJETIVO: Analizar la situación del mundo y de nuestro país en materia económica y política y su
impacto en la sociedad?

Globalización y Covid-19: una lección de política pública

MANUEL AGUILERA

Pasajeros procedentes de Europa, analizados a la entrada de Corea del Sur. EFE

La historia contemporánea parecía habernos enseñado que las grandes disrupciones económicas
y sociales que afectaban a los países, solían tener su origen en desastres naturales
(terremotos, huracanes), en catástrofes generadas por el hombre (procesos de contaminación
de recursos, accidentes nucleares), en problemas de naturaleza financiera (que rápidamente
se trasladaban a la economía real), o bien, en el extremo, en conflictos armados (guerras
civiles o entre países). No obstante, desde finales del siglo XX, la difusión del proceso de
globalización ha puesto en claro que las grandes disrupciones de la economía y de la
sociedad, independientemente de su localización geográfica y origen específico, tienen -cada
vez más- una dimensión global.

Este entorno de un mundo más interconectado e interrelacionado hizo que la sociedad global
fuera modificando sus arreglos institucionales a nivel local, para avanzar en la construcción de
nuevos mecanismos internacionales que le permitieran lidiar de forma más eficiente con este
fenómeno emergente. Así, se han creado redes globales de información y monitorización de
fenómenos naturales y, hoy día, se analizan las trayectorias de los huracanes en todo el
mundo y se da seguimiento a los efectos de los seísmos no solo en el sitio en el que ocurren,
sino previendo su impacto en otras latitudes (un terremoto en Chile dispara las alarmas de
tsunami en las costas de Japón). En el ámbito financiero, la globalización de estas actividades
ha implicado igualmente la creación de mecanismos de estandarización de la regulación
financiera, que permitan reducir el riesgo de que desequilibrios en un mercado local puedan
llegar a tener un impacto sistémico de carácter global.

Hoy, la pandemia del coronavirus Covid-19 nos está mostrando una nueva cara de los riesgos
asociados a la construcción de una sociedad global. Se trata, sin duda, de la primera gran
crisis sanitaria de esta nueva etapa del mundo; una crisis que, con independencia de la
letalidad del virus que la protagoniza, ha conseguido adquirir las dimensiones que tiene
gracias a la interrelación e interdependencia que caracteriza a la actividad económica y social
de nuestros días. Puede decirse que la crisis del Covid-19 es la prueba fehaciente de que la
sociedad mundial es ya una sola.

Esta nueva crisis -aún en desarrollo, pero que ya tiene implicaciones al menos equivalentes a las
de las mayores crisis económicas que registra la historia del mundo- nos dejará muchas
lecciones, pero hay una que ya podemos registrar en los pendientes de la sociedad global. A
diferencia de los riesgos asociados a los desastres naturales y humanos, así como al
funcionamiento de los mercados financieros, la sociedad global no se ha preparado
correctamente para lidiar con las pandemias, no solo en términos de la atención de los riesgos
sanitarios en sí mismos, sino también de las consecuencias derivadas de las medidas de
contención. Se trata de un tema de política pública cuya discusión, en el mejor de los casos,
se ha diferido y que, al menos hasta el momento, presenta dos aristas relevantes.

La primera es la relacionada con la política económica. La problemática generada por la


pandemia ha creado un escenario en el que las herramientas tradicionales de las políticas
monetaria y fiscal, resultan insuficientes. Los esfuerzos de los bancos centrales a través de la
reducción del coste del dinero y de la dotación de liquidez, y de los ministerios de finanzas
intentando diseñar y poner en práctica programas de estímulo fiscal, probablemente
conseguirán mitigar en parte los efectos de la dislocación de las cadenas productivas y de la
estructura del empleo, pero ya se muestran claramente insuficientes para ofrecer una salida
satisfactoria. En este ámbito, la llamada es a repensar los instrumentos de política económica,
los cuales -no parece haber alternativa- deben alejarse del ámbito nacional y comenzar a
situarse en la construcción de instrumentos de alcance global.

Y la segunda arista tiene que ver con los sistemas sanitarios. A lo largo de las últimas décadas, a
medida que ha avanzado el proceso de transición demográfica hacia el envejecimiento de la
población global, el deterioro en la efectividad de los sistemas de salud ha sido casi una
constante. La crisis que vivimos ha demostrado que uno de los elementos clave en la
contención de la pandemia está precisamente en la existencia y efectividad de los sistemas de
atención de la salud en los diferentes países. Parece claro que aquellas naciones con
sistemas sanitarios mejor estructurados y eficaces podrán reducir los efectos perniciosos
-tanto sociales como económicos- de la pandemia. Y si esto es cierto entre los países más
avanzados (desde donde, en general, el virus se viene expandiendo y entre los cuales la
calidad de los sistemas sanitarios es muy dispar), lo será también en las naciones menos
desarrolladas, en donde la pandemia no ha alcanzado todavía niveles críticos y en donde, por
desgracia, la realidad del deterioro de los sistemas de salud es un hecho más evidente. El
asunto ha dejado de ser una cuestión taxonómica que clasifique a los países en uno u otro
grupo; es la pescadilla mordiéndose la cola, porque las deficiencias de uno, tarde o temprano,
terminarán golpeándonos a todos.

Albert Camus escribió en su novela La peste: «La plaga no esta hecha a la medida del
hombre, por lo tanto el hombre se dice que la plaga es irreal, es un mal sueño que tiene
que pasar. Pero no siempre pasa, y de mal sueño en mal sueño son los hombres los
que pasan...» Allí están, no para la sociedad del futuro, sino para la que saldrá de esta
crisis global, algunos retos cuya atención no debe diferirse, a riesgo de que esta
pandemia se convierta en una lección que debamos aprender nuevamente cuando el
futuro vuelva a alcanzarnos.

Manuel Aguilera es director general del Servicio de Estudios de MAPFRE.

Actividad

DESDE EL ÁMBITO POLÍTICO

1. ¿Qué cambios en el orden político ha sufrido el mundo por efectos del coronavirus?
2. ¿estás de acuerdo con las medidas que ha tomado el gobierno en materia política durante la
emergencia?
3. ¿consideras democráticas o antidemocráticas las medidas que han tomado a nivel mundial y
nacional los gobiernos?. Argumenta tu respuesta.

DESDE EL ÁMBITO ECONÓMICO

1. ¿Por qué se afirma en el texto que la pandemia del coronavirus Covid-19 nos está mostrando
una nueva cara de los riesgos asociados a la construcción de una sociedad global?
2. ¿Cómo se evidencia la crisis económica que ha provocado el coronavirus a nivel mundial?
3. ¿Cuál es el mensaje que nos deja al final el autor de este escrito?

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