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UNIVERSIDAD ABIERTA PARA ADULTOS

(UAPA)

Asignatura:
Psicopatología

Tema:

Trastornos asociados a las necesidades biológicas y


adicciones

Facilitador:
Dáyelin Dassiel Gómez

Participante:

Daniela Alcántara Fabián              


                       
Mat.
2018-03191
Después de leer reflexivamente el libro básico DSM-V y los materiales
colgados en la plataforma, se le sugiere la siguiente actividad:

1. Desarrolla un Glosario sobre los conceptos de esta semana.

Verborragia: es una actitud de las personas que tienen excesiva necesidad


de hablar. Se caracteriza por la abundancia exagerada de palabras en su
elocución, enganchando una idea con otra sin necesaria conexión.

Trastorno bipolar: es una enfermedad grave del cerebro. También se


conoce como enfermedad maníaco-depresiva o depresión maníaca. Las
personas con trastorno bipolar tienen cambios inusuales en el estado de
ánimo. A veces se sienten muy felices y “animados” y son mucho más
enérgicos y activos de lo habitual

El episodio maniaco es un periodo delimitado y persistente, durante el cual


hay un estado de ánimo anormalmente elevado, expansivo o irritable, menos
frecuente que el depresivo y relativamente fácil de detectar

Musulmán: es quien acepta las creencias islámicas, es decir, que cree en un


solo Dios y además en el profeta Mahoma como Mensajero de "Dios"

Prolijamente: es algo esmerado o cuidadoso. También puede referirse a lo


dilatado con exceso, lo impertinente o lo molesto.
2. Discuta el caso anexo para que elabore un análisis psicológico.

Caso 12
La paciente es una mujer de 27 años, casada y sin hijos. Es enfermera en
una unidad de salud materna infantil.
Motivo de consulta: Fue llevada al hospital por su marido porque estaba
muy excitada y verborragia. Después de discutir con su esposo cuatro días
antes, se fue de su casa enojada a la mezquita donde permaneció rezando
toda la noche. Cuando regresó a la mañana siguiente su esposo estaba
enojado con ella y le dijo que si quería pasar toda la noche en la mezquita
podía irse a vivir allí. Se fue a la casa de su mamá donde se perturbó más y
más. Estaba muy excitaba, no podía dormir, hablaba casi incesantemente y
se negaba a comer. Rezaba fervientemente, pero mezclaba palabras,
aparentemente sin darse cuenta. Su interminable conversación era
especialmente sobre religión y la interrumpía sólo para cantar plegarias en las
que acusaba a numerosas personas de pecar y les ordenaba rezar. Su madre
llamó al marido y le dijo que él era responsable de ella. Como la paciente se
negó a ser tratada, su esposo la trajo al hospital por la fuerza.

Antecedentes: El segundo matrimonio de la paciente tuvo lugar dos años


antes de ocurrir el actual episodio. Su esposo tenía 34 años y era un
musulmán devoto que trabajaba en una fábrica de autos. No tenían hijos lo
que causaba tensión en el matrimonio. Su primer matrimonio fue a los 21
años; duró sólo unos pocos meses porque su esposo se fue a trabajar a un
país fronterizo y no lo había vuelto a ver ni a oír desde entonces. Al momento
de la internación su padre tenía 54 años y su madre 56. La paciente era la
quinta de una familia de dos hermanos y seis hermanas. Se había interesado
en la religión desde chica. A los siete años mostraba ya un gran entusiasmo
en leer el Corán y memorizó casi todas las secciones del libro. Tenía una
hermosa voz y a menudo la invitaban a eventos sociales porque cantaba muy
bien. Se integraba adecuadamente con la gente y le era fácil hacer amigos,
disfrutando el hecho de que su canto -y también el baile- a menudo la
convertían en el centro de atención. Era una mujer enérgica y por lo general
optimista, aunque admitió estar a veces deprimida. No había antecedentes de
enfermedad mental en su familia. A la edad de 22 tuvo un largo episodio de
depresión al disolverse su primer matrimonio. Estaba triste e insegura, se
retrajo y no quería cantar ni ir a fiestas. Tenía dificultad para dormir, se
despertaba temprano y se sentía cansada; además no tenía ganas de comer
y perdió peso. De todas maneras logró continuar con su trabajo con sólo unos
pocos días de licencia por enfermedad. No consultó a un médico y después
de unos pocos meses gradualmente mejoró y recobró su estado de ánimo
habitual y su nivel de actividad. Tuvo un accidente de tránsito a los siete años
y se rompió un brazo. Tenía bocio, con un nódulo palpable en el lóbulo
izquierdo de la tiroides.

Datos actuales: La paciente estaba prolijamente vestida y aún más, era


elegante. Se la notaba excitada e irritable y gritaba agresivamente. Hablaba
demasiado y su conversación era difícil de seguir porque iba demasiado
rápido, cambiando de un tema a otro. Se creía superior a los demás, los que
estaban celosos de ella por su voz y belleza. Su inteligencia era superior a la
normal y se sentía más fuerte y saludable que nunca. Se distraía con
facilidad, pero estaba totalmente orientada con respecto al tiempo, al espacio
y a su persona. No mostraba falla en la memoria u otras funciones cognitivas.
Los exámenes físico y neurológico, EEG y pruebas de laboratorio, incluyendo
las de función tiroidea, eran normales.
Resultados: Trastorno bipolar, episodios maníacos.

Criterios diagnósticos
Para un diagnóstico de trastorno bipolar I es necesario que se cumplan los
criterios siguientes para un episodio maníaco. Antes o después del episodio
maníaco pueden haber existido episodios hipo-maníacos o episodios de
depresión mayor.

Episodio maníaco
A. Un período bien definido de estado de ánimo anormal y persistentemente
elevado, expansivo o irritable, y un aumento anormal y persistente de la
actividad o la energía, que dura como mínimo una semana y está presente la
mayor parte del día, casi todos los días (o cualquier duración si se necesita
hospitalización).
B. Durante el período de alteración del estado de ánimo y aumento de la
energía o la actividad, existen tres (o más) de los síntomas siguientes (cuatro
si el estado de ánimo es sólo irritable) en un grado significativo y representan
un cambio notorio del comportamiento habitual:
1. Aumento de la autoestima o sentimiento de grandeza.
2. Disminución de la necesidad de dormir (p. ej., se siente descansado
después de sólo tres horas de sueño).
3. Más hablador de lo habitual o presión para mantener la conversación.
4. Fuga de ideas o experiencia subjetiva de que los pensamientos van a gran
velocidad.
5. Facilidad de distracción (es decir, la atención cambia demasiado fácilmente
a estímulos externos poco importantes o irrelevantes), según se informa o se
observa.
6. Aumento de la actividad dirigida a un objetivo (social, en el trabajo o la
escuela, o sexual) o agitación psicomotora (es decir, actividad sin ningún
propósito no dirigida a un objetivo).
7. Participación excesiva en actividades que tienen muchas posibilidades de
consecuencias dolorosas (p. ej., dedicarse de forma desenfrenada a
compras, juergas, indiscreciones sexuales o inversiones de dinero
imprudentes).
C. La alteración del estado del ánimo es suficientemente grave para causar
un deterioro importante
en el funcionamiento social o laboral, para necesitar hospitalización con el fin
de evitar el daño a
sí mismo o a otros, o porque existen características psicóticas.
D. El episodio no se puede atribuir a los efectos fisiológicos de una sustancia
(p. ej., una droga, un medicamento, otro tratamiento) o a otra afección
médica.
Nota: Un episodio maníaco completo que aparece durante el tratamiento
antidepresivo (p. ej., medicación, terapia electroconvulsiva), pero persiste en
un grado totalmente sindrómico más allá del efecto fisiológico de ese
tratamiento, es prueba suficiente de un episodio maníaco y, en consecuencia,
un diagnóstico de trastorno bipolar 1.
Nota: Los Criterios A—D constituyen un episodio maníaco. Se necesita al
menos un episodio maníaco a lo largo de la vida para el diagnóstico de
trastorno bipolar I.

Tratamiento
El tratamiento para el trastorno bipolar I tiene que ser efectivamente tratado
para ambos episodios: maníacos y depresivos, así como también para el
estado de ánimo mixto y estados con ciclos rápidos. También es importante
prevenir que los episodios se repitan. El tratamiento para el trastorno bipolar I
por lo general incluye el uso de medicamentos en combinación con
intervenciones psicosociales, como la terapia cognitiva.

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