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Corte Suprema de Justicia

MP: Pedro Octavio Munar Cadena


Expediente N°: 7741
Veintiséis (26) de julio de dos mil cinco (2005).
Demandante: HILDA ISABEL GUEVARA DE LOPEZ
Demandado: HILDA CLEOTILDE GUEVARA DE AÑAÑOS

La demandante pretende que se declare indigna a su hermana (demandada) de suceder


a su padre por cometer atentado grave contra la vida, honra y bienes de éste; además,
por no haberlo asistido durante su demencia y por no haber permitido que se nombrara
curador o tutor, con todo esto quiere que se le restituya la herencia.

Consideró el recurrente: Si bien la demandada se aprovechó de la situación de su


padre, esto es demencia senil, para hacerle vender unos bienes en Melgar, y se declaró
por esto la nulidad de la escritura pública que concedía la venta, el tribunal consideró que
esto no era suficiente para involucrarla penalmente, el atentado grave contra los bienes
del causante fue de estirpe puramente civil, por lo que no constituye causal para
declararla indigna, destacando además, que muy pocas personas percibieron la condición
del señor, y que la misma demandante vivía fuera del país.
Para declarar la indignidad es necesario tener como prueba específica la sentencia
en materia criminal.

Consideró el a quem: Que el numeral 2° del artículo 1025 del Código Civil, nunca habla
de sentencia penal ejecutoriada, sino, acertadamente, de “Sentencia Ejecutoriada”, pues
cuando el atentado grave proviene de conductas atípicas en lo penal, debe estarse el
fallador a la sentencia de índole eclesiástico, civil o familiar que se aporte al plenario para
comprobarlas.

Por tanto se evidencia una violación de los artículos 1018 y 1019 del Código Civil, por
indebida aplicación y el artículo 1025 No. 2° del mismo texto; considera que la sentencia
ejecutoriada, así se de tipo civil, constituye la prueba del atentado grave contra el honor o
los bienes del de cujus. Sin embargo, de la sentencia de tipo civil no se desprende que la
demandada tuviera conocimiento de la enfermedad de su padre, ni que se hubiera valido
de la misma para obtener beneficios a su favor en perjuicio de aquél, ni que hubiera
aprovechado ese estado de indefensión para la celebración del contrato.

Considera la Corte: Que si el Tribunal estimó que la sentencia proferida por el Juzgado
Civil del Circuito de Melgar, por medio de la cual se decretó la nulidad de la ya
mencionada escritura no era “suficiente”, no fue porque considerase que carecía de todo
vigor probatorio para acreditar la causal de indignidad prevista en el numeral 2° del
artículo 1025 del Código Civil, por no tratarse de una decisión emanada de un juez penal,
sino que, reparando en ella, la desestimó por las razones (no era suficiente esta para
demostrar la indignidad), las cuales se abstuvo de impugnar el recurrente, deficiencia que
impide a la Corte cualquier pronunciamiento sobre el fondo del asunto.

Decisión: La corte NO CASA la sentencia del 12 de abril de 1999, proferida por la Sala de
Familia del Tribunal Superior del Distrito Judicial de Bogotá.

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