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Libro de Hechos
Introducción
La palabra de Dios nos llama a ser llenos del Espíritu Santo, he dicho que si no nos
llenamos del poder del Espíritu Santo, nuestro trabajo será inefectivo en las cosas del
Señor. Además seremos cristianos que no podrán vencer las tentaciones, el mundo y la
carne. Ser llenado de la llenura del Espíritu Santo, me dará autoridad y poder para alcanzar
a otros para Cristo Jesús. El Espíritu Santo es el dador de dones espirituales a la iglesia (I
Corintios 12:7-11) para capacitarte, para que seas una persona que alcancen a otros y con
tu vida des testimonio del Señor.
El Espíritu Santo nos da poder con habilidades divinas para abundar en dones
espirituales. I corintios 12:1-11
El bautismo en el Espíritu Santo te otorgara poder para hacer las obras de Jesús en la
tierra. Juan 14:12, Mateo 11:4-5, Lucas 4:18
Para destruir las obras del diablo y librar a las personas de ataduras y fuerzas
demoníacas.
Cuando dice ser llenos del Espíritu Santo: Esto significa ser llenado (pleroo) tanto que no
haya lugares vacíos en el vaso. La promesa del bautismo del Espíritu Santo es para todo
cristiano nacido de nuevo.
El bautismo en el Espíritu Santo es una capacitación sobrenatural de poder del cielo, para
permitirle al cristiano dar un testimonio y un servicio efectivos.
Nuestras vidas de oración llegan a una nueva dimensión, mucho más profunda.
ROMANOS 8:26-27
Los dones del Espíritu no han cesado – están disponibles para nosotros hoy en día. I
Corintios 14:1
Los dones del espíritu no son sólo para unos privilegiados en el cuerpo de cristo, sino para
todo creyente. I Corintios 12:7, 11. Debemos caminar y servir en el amor de Dios con el
motivo de bendecir a los demás. La base de todos los dones es el amor. I Corintios 13:1-8
Conclusión
Serie Persona y Obra del Espíritu Santo
Debes darte cuenta, y empezar a creer que Dios te quiere usar en los dones del espíritu, y
demostrar así la realidad del evangelio.
Todos nosotros, todos, en nuestras propias fuerzas, somos inadecuados. Por eso mismo
necesitamos y tenemos el Espíritu Santo que nos da poder y vive a través de nosotros.
Debemos operar y ministrar en la autoridad que Jesús nos dio. No en nuestro talento ni
autoridad. Es el poder de Cristo por medio del Espíritu Santo y su autoridad.
Cada vez que tengas la ocasión de ministrar a alguien en necesidad, alguien enfermo,
deprimido o presa del miedo, etc. ¡hazlo!