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EL PERDON - Carola de Goya libro "Los cuatro sietes”

"En la antigüedad dijo un sabio:

"Dadme un punto de apoyo y moveré el mundo", pues aquí trataremos de dártelo; el punto de apoyo
inamovible es el perdón, si de verdad tú aceptas y practicas el perdonar, moverás tu mundo.

Con el perdón no puedes ser hipócrita o inconsciente; porque internamente tú sabes si realmente perdonas
incondicionalmente, o aceptas el perdón para regenerarte.

Tú podrás engañarte a ti mismo creyendo que amas, o que eres inteligente, o que eres un gran benefactor o
cualquier otra cualidad; pero jamás podrías engañarte creyendo que has perdonado o que has aceptado el
perdón.

El perdón es el gran punto de apoyo que por tanto tiempo se ha buscado.

Estas palabras son tanto para ti que me lees como para mí que las escribo. "

EL PERDON INTRODUCCION
Estoy reflexionando sobre una persona conocida que está sufriendo uno tras otro disturbios con
su cuerpo. (Operaciones, dolores, caídas con fracturas etc.)

Y lo que pienso lo comparto con Uds.


Porque en vez de decir "pobrecita" ante una situación así, vemos que es lo que nos está
mostrando, que aprendizaje podemos tener de esa situación.

Lo primero que nosotros sabemos que la enfermedad se da de adentro hacia afuera.


Traducción: lo que nos perturba a nivel emocional (desde algo tan “sencillo” como el sobrepeso
hasta dolor, rencor, resentimiento, etc.) pasa al nivel mental (querer Justicia) y finalmente se
exterioriza en el cuerpo físico.
No parece coherente que sigamos auto-agrediendo el cuerpo por no tener la valentía de hacer los
cambios necesarios en el nivel emocional.

Por eso (cada uno de nosotros tendrá su historia) es fundamental que hagamos un trabajo intenso
sobre el perdón.

También sabemos que "como es abajo es arriba".

Pensemos que si las leyes de casi todos los países contienen lo que se denomina "prescripción"
(que significa que el transcurso del tiempo hace que por ejemplo una deuda, después que pasaron
10 años no se puede reclamar, o p. ej que el que cometió un delito y se mantiene prófugo, pasado
el tiempo del máximo de la pena que da la ley para ese delito, ya no puede ser juzgado o
condenado) también es Ley - que el transcurso del tiempo libera.-

Con esto no quiero decir que pasado determinado tiempo la "memoria" hace que se olviden los
viejos datos por haber cargado nuevos, (como la memoria de una computadora)
O que cuantos más la saturamos con demasiados datos nuevos, creamos que no tiene "espacio"
para retener temas viejos, estos últimos de vez en cuando tenemos que mandarlos a la "Papelera
de Reciclaje" archivos o carpetas que no nos sirven más.
El perdón no quiere decir que naturalmente uno se va olvidando de cosas viejas, o tiene que hacer
como que las olvida o negar lo que pasó.

Es preciso y hasta reconfortante recordar "el pasado" sabiendo que "tal cosa o situación" no se va
a volver a repetir!
Que de esa situación nada más y nada menos aprendimos!

Cuando dejamos espacio en nuestra "memoria" tenemos posibilidad de elaborar un buen o mejor
plan para el futuro.

A través del tiempo todo se ve distinto.

Si bien "lo que pasó" fue horrible, con transcurso del tiempo vemos que lo único que podemos
hacer con ello es dar vuelta a esa hoja negra y pasar a la siguiente que es una página en blanco.

La "Justicia" es un don divino, no la debemos buscar en la tierra porque la Ley misma dice que
todo debe estar en equilibrio.

Cuando la balanza que simboliza la "justicia" se inclina para determinado lado, por acción del
hombre, también actúa la Ley de la Causa y Efecto o llamada Ley de Karma. Es decir que por Ley
las cosas se equilibraran.
Einstein demostró científicamente que la Energía no se pierde, se modifica. (Lo que no sabemos es
como o en que se transforma, pero eso no nos debe preocupar)

No es asunto nuestro saber ni pretender poder manejar esa balanza, puesto que cuando una
energía se "desbalancea" la ley de Causa y Efecto irremediablemente va a volver a ponerla en
equilibrio, devolviendo o transformando esa energía. Aunque no lo veamos.

Hay muchas cosas que no se ven pero existen. Y hoy día tenemos la tecnología para verlas.

Por eso no es tarea nuestra buscar "Justicia", porque la justicia está implícita en la Ley y en el
"Castigo", quizás el castigo no sea tan solo la cárcel, puede ser algo que nosotros ahora no vemos
pero la Ley se cumple irremediablemente.

Por la Ley se cumple aunque nosotros no la veamos o no creamos en ella, al querer ejercer
atributos que no son humanos sino divinos y por quedarnos callados y guardarnos los que nos ha
causado “dolor y daño”, nos enfermamos.

Lo explico:
Dios es nada más ni nada menos que la Energía
La Energía se rige por Leyes, que son como las de la Física, aunque no entendamos mucho la Ley
de Arquímedes o Faraday, aunque no veamos los átomos, sus conductas están perfectamente
identificadas y precisas.

Por eso, porque NO veamos la consecuencia que tiene o tuvo o tendrán las acciones en quien nos
causó daño, no quiere decir que la Ley de Causa y Efecto deje de cumplirse.
Si nuestra falta de fe en la Ley de la Energía, somos nosotros los que nos desbalanceamos
albergando rencor, resentimiento, hacemos esfuerzos por buscar "el ojo por ojo" provocando la
Ley de Causa y Efecto, que irremediablemente se cumplirá, (emocional y mental) se exteriorizara
sobre nosotros mismos en donde lo veamos, en el cuerpo.

Por eso Perdonar no es una facultad, sino un deber para con nosotros mismos. Nos "conviene"
perdonar, es terapéutico.

Perdonar NO significa que sigamos permitiendo que quien te hirió o daño, continúen abusando o
en contacto con nosotros. Ya que si aún tenemos el dolor, ver al agresor, o a quien nos hirió
podemos llegar a sentir un incremento de ese dolor o esa herida.

Cuanto más vueltas le damos mentalmente a la situación, a pesar que el tiempo haya pasado, a
pesar de saber que esa situación ya no se va a volver a repetir, en ocasiones nos "apegamos" al
sufrimiento. Así es como atraeremos a nuestras vidas personajes que nos volverán a herir una vez
y otra vez, hasta que terminemos auto-agrediéndonos o lastimando nuestra propia mente y
sistema emocional (generalmente no nos damos cuenta del año que nos hacemos al estar
encerrados en ese círculo vicioso).

Al evitar hacer las correcciones necesarias en nuestro sistema emocional: PERDONAR, en nuestra
mente (hacer juicios, ajusticiamientos mentales, etc.) el cuerpo es el que termina
exteriorizándolos PARA QUE LO VEAMOS.

¿Qué hubiera sido de la humanidad si Colon, Madame Curie, Newton o Graham Bell no hubieran
creído en lo que no veían...?

Podemos creer en la Ley de la Energía o podemos creer en ella mediante el sufrimiento!

Debemos aprender a PERDONAR...Sabemos que no es sencillo pero se puede lograr.

EL PERDÓN – PRIMERA PARTE


Es fundamental que hagamos un trabajo sobre el perdón.

Perdonar no significa asumir que lo que te pasó fue culpa propia ni permitir que quien te hiriera
continúe abusando. Tampoco quiere decir que tienes que olvidar, porque es bueno recordar el
pasado sabiendo que no se repetirá y ver que aprendimos mientras buscamos un plan para el
futuro.

A través del tiempo todo se ve distinto, vemos que no fue tan malo después de todo o que fue
bueno porque nos sirvió para dar vuelta a la hoja y pasar a la siguiente.

Si uno permite que quien nos hirió siga haciéndolo vamos a llevar esa herida apegándonos al
sufrimiento, (nos herirán diario una vez y otra vez) lastimándonos nosotros mismos porque
consciente o inconscientemente nos mantenemos resentidos

Seguramente alguna vez alguien te fallo en un compromiso o te traiciono.


Cada uno de nosotros alguna vez hemos sufrido lo que consideramos una injusticia, un daño o un
perjuicio

Es importante hacer memoria, remontarse hasta esa situación y sentir que emociones despiertan
en uno:
Enojo,
Coraje,
Miedo,
Resentimiento,
Odio,
Desconfianza
Terror
Angustia
Depresión???

¿Se te ocurrió que podrías perdonar?

A perdonar dejamos de permitir que vuelva a suceder lo mismo, dejamos de aprobarlo, dejamos
de reclamar o iniciar acciones para reparar el daño causado.

Perdonar no significa olvidar.

Perdonar significa liberarnos del resentimiento, del coraje, del enojo, etc...

El perdón es una declaración de liberación personal, que nos permite salir de la prisión de una
emoción negativa y transitar hacia un espacio de paz, aceptación y bienestar.

Digo liberación personal, porque cuando uno perdona esa situación o a esa persona, en realidad el
único que se beneficia, es uno mismo.

El otro, el que nos ofendió, traiciono, etc., probablemente ni se entere, siga como siempre con su
vida, por ahí ni se "dio cuenta" que con su accionar hería, maltrataba, humillaba o lo que fuere.
Tampoco es para ir a decirle: "te perdono" porque es probable que ni le interese nuestra
valoración de su acción o palabras.

Por eso es uno el que se queda con el "paquete" acarreándolo durante años, poniéndolo delante
de cada nueva relación en vez de encarar que tiene que confiar en sí mismo y en alguien.

Llevar ese "paquete" es pesado, y para lo único que nos sirve es para boicotearnos nuevas
relaciones o situaciones que podrían haber sido de felicidad; pero anteponemos el pasado, la
desconfianza, el dolor y nos quedamos con la duda de saber que pudo haber sido si aceptábamos
esa nueva situación.

¿Con que persona estas enojada/o?

¿Qué situaciones te dan coraje?


¿Guardas algún rencor o resentimiento como si fuera un tesoro que no quisieras perder?

¿Qué nuevas posibilidades se te abrirían al perdonar?

Una conversación postergada, una relación diferente. O, tal vez, una despedida, un "dejar ir" a
alguien...

Tal vez no sea necesario saber perdonar para empezar a hacerlo.

Tal vez podamos empezar a practicarlo hoy... y en la práctica ir aprendiendo...

A raíz de lo que escribí, alguien me dice: “¿y que, nos vamos a quedar atados de manos?"

En ocasiones se deben tomar acciones, es cierto, aunque generalmente nos mantenemos callado y
en ocasiones queremos tomar acciones más físicas como golpear; si alguna ocasión te has peleado
de manos, fíjate que si en tu interior no hay una fuerza tremenda provocada por el coraje o la ira,
el golpe te va a salir flojito y eso va a animar al otro a que te lo devuelva con violencia

Sabemos por experiencia es que cuando tenemos coraje en nuestro interior hay un volcán y si
tuviéramos una ametralladora a mano la vaciaríamos!!!! Fíjate en los boxeadores y quienes tienen
que disparar un arma, se mentalizan; pero también fíjate lo lastimados que quedan los boxeadores
o los que son reclutados para ir a una guerra y tiene que disparar un arma contra otra persona...

Si crees que se trata de devolver una traición o actitud igual a la que nos causó tanto dolor te digo
que eso implica todo un plan, toda una elaboración mental, todo un desgaste de tiempo, de
emociones y desgaste físico: ¿cuándo? , ¿Cómo? , ¿Que le va a doler más?, ¿Dónde?, etc.

Mientras elaboramos esa trama de venganza se re-aviva el dolor en nuestro interior.

El querer pagar con la misma moneda supone toda una elaboración mental, física y emocional de
planear como, cuando, con que, etc., es decir que en nuestro interior se va a recrear el rencor, la
ira, cada vez que tramamos o elaborando la venganza.

Eso es patológico y consiste en una adicción al dolor.


El dolor, la coraje, la preocupación, la angustia; etc. son situaciones que producen adrenalina
“negativa” en nuestro cuerpo, muy toxica pero adictiva, nos pegan un martillazo en la mano y
nosotros volvemos a cada rato hacia el martillo para recordar cómo y cuánto nos dolió!!!

Por el momento dejaremos de lado al "otro," y razonaremos porque nos conviene a NOSOTROS
perdonar

Esa ira, ese rencor, duele cada vez que recordamos y si no hacemos algo nos vamos a ir poco a
poco mentalizando y acostumbrándonos al miedo a que nos pase otra vez, poniendo defensas,
siendo desconfiados, llevando todo ese enorme peso y además eso no evita que volvamos a
sentirnos ofendidos, humillados; etc.

Por lo menos podemos intentar razonar, hagamos memoria lo que sentimos ese día que paso "la
ofensa" y si sentimos igual cada vez que nos acordamos, y que medidas adoptamos para que no
vuelva a pasar?

Porque seguramente esas heridas nos bloquean las situaciones actuales o futuras que
subconscientemente boicoteamos una vida un poco más feliz y tranquila.

Si hacemos el trabajo del perdón, dejaremos el dolor en el camino y desde un nuevo estado
emocional, se nos abrirán nuevas alternativas y tendremos otras acciones disponibles.

Desde este nueva mirada del significado del perdón te invito para que juntos hagamos un
ejercicio:

Una vez que hicimos la anteriores reflexiones de acordarnos de alguna traición, humillación o mal
trato que alguien nos hizo, ya sean nuestros padres, ex-parejas, socios, amigos, compañeros etc.,
tengamos claro que hubo un antes y un después de tal episodio.

Después de la conducta del que nos ofende o nos causa dolor seguramente de allí en adelante
siempre estaremos prevenidos, atentos y/o desconfiados. Nos condicionamos.

Si no reaccionamos e intentamos el camino del perdón, se va formando en nuestra personalidad,


una estructura defensiva, de inseguridad, etc. Que de forma solapada, desde atrás y sin que nos
demos cuenta conscientemente, va a modificar el modo de relacionarnos con quienes más
adelante vayan apareciendo en nuestro camino.

Nosotros andamos por la vida creyendo que hacemos lo que queremos pero en realidad solo nos
movemos dentro de una estructura predeterminada que formamos en el momento en que fuimos
desilusionados, ofendidos o traicionados, con el supuesto fin de protegernos para que no nos pase
más de allí en adelante.

De todos modos como la Ley Universal dice que "lo semejante atrae lo semejante" nunca vamos a
estar totalmente a salvo de gente mentirosa, manipuladora, irresponsable, etc. Seguro que hemos
comprobado que cuanto más miedo se le tiene a algo más lo atraemos, como se dice "profecía
auto cumplida"

Por eso, el rencor, la desconfianza, el miedo, el dolor, etc., no nos va a mantener a salvo, al
contrario, vamos a ir como el disco rayado pasando siempre por el mismo surco. Esas constantes
frustraciones nos hacen creer que en el fondo somos medio estúpidos o inocentes, que no nos
damos cuenta que estamos tratando otra vez con personas inescrupulosas o traidoras. Con lo cual
la autovaloración cae a su más profundo nivel!!!

Un día que puede ser hoy nos vamos a hartar de desilusiones, de fracasos, de frustraciones, y
vamos a decidir terminar con esos rencores, esos miedos, esas inseguridades que nos han
provocado tales nefastas experiencias.

Muchas personas llegan a decir:


"Como crees que se puede perdonar tal cosa que me hizo...tal persona" "Es imperdonable!"

Por más horrible que haya sido "eso que hizo" el otro; nos conviene a nosotros perdonar porque
si no viviremos dentro de un círculo vicioso y no vamos a tener paz, no vamos a poder disfrutar de
las cosas buenas que nos pasan, por la superestructura tan pesada que nos vamos poniendo y
acarreamos tampoco nos garantiza que no nos vuelvan a engañar o traicionar.

No es tan difícil porque el programa que creamos lo hicimos nosotros mismos. Como los creadores
del programa somos los únicos que pueden hacerle modificaciones o eliminarlo.

Y vamos a tener que perdonar....

-Para liberarnos de ese encuadre...

-Para sentirnos aliviados...

-Así mismo como medicina preventiva, porque a la larga o a la corta, todas esas energías
guardadas, (de las cuales a veces solo nosotros sabemos y no las contamos a nadie) se van a
evidenciar, como ulceras, asma, hipertensión, o...cáncer.

El asunto es ver cómo hacemos para perdonar algo que tanto nos ha dolido.

Las sugerencias que doy son solamente una transmisión de experiencias.

¿CÓMO LE HACEMOS?
En primer lugar tenemos que ver cuáles han sido las ofensas, lo que nos ha humillado, la
mentira; dejando de la lado la anécdota de tiempo y lugar.

Lo que duele es saber que “el otro” ha hecho algo que nosotros nunca hubiéramos hecho
con alguien más 0 que no entra en nuestra escala de valores.
De ahí se desprende una conclusión:
“El otro, No es como YO”
Yo soy de una manera y el “el otro” es distinto = Somos DIFERENTES
“El otro” no es como esperaba o creía que debía ser, sino que es como “es”.
Por lo tanto para poder perdonar, hay que saber cómo es “el otro”
Una vez teniendo claro este punto y reflexionando al respecto, podremos plantarnos un
momento en los pies del “el otro” y comprenderlo. Y así poco a poco surgirá el perdón

Cuando analizamos al "otro" tenemos que ver toda su personalidad, la forma en que acostumbra a
manejarse en su vida, también un poco de su historia personal nos puede servir para saber porque
hace lo que hace.

Ver la edad, la forma en que fue criado, la familia que tuvo, los amigos de los que se rodeó, el nivel
cultural o social que tiene, que tipo de trabajo hace, en que ámbito laboral se desempeña

No para criticarlo, ni para justificarlo, Sino para poder conocer realmente a que pudo deberse la
conducta que tuvo hacia ti

También para darnos cuenta de que nivel de espiritualidad tiene (no de religiosidad) porque puede
tratarse de una persona con un nivel de espiritualidad más bajo que el nuestro (aunque no
tengamos forma de medirlo) y está realizando un aprendizaje más básico.

Si nosotros no se nos ocurre traicionar a alguien, es porque ya fuimos traicionado o ya


traicionamos

Si no humillamos a nadie es porque fuimos humillados o porque fuimos humilladores

Si no somos agresivos, es porque ya luchamos y pegamos mucho y probablemente matamos


también...!

Una vez que tenemos más o menos claro como es en realidad el otro podemos darnos cuenta de
él porque actúa o actuó de esa manera

Y ahí el perdón viene instantáneamente porque lo comprendemos, lo vemos como un Ser


Espiritual haciendo una experiencia terrenal, donde hace lo que puede...

Como nosotros también habremos ya pasado por la encarnación donde fuimos soberbios, o
abandonadores, o violentos, o traidores, tenemos que comprender que ese ser a quien llamamos
"el otro" está en un camino de aprendizaje en un nivel inferior al nuestro.

¿Cómo podría un Universitario enojarse o no comprender a un alumno de la escuela primaria que


no sabe resolver un problema de matemáticas avanzadas?

Tampoco hay que ayudarlo, porque cada uno hace su propia vivencia, tampoco tenemos que lidiar
con el karma de otro, bastante tenemos con el propio!

Esta observación nos va a servir solamente para que la conducta del "otro" no nos duela, no nos
mortifique...

entenderlo, es aceptarlo, (pero no que vuelva!) y eso es amarlo!!!!

Hilando más finito, podemos también hacer un poco de memoria como fue que nos relacionamos
con esa persona, cuando, donde, cual fue la primera impresión, cuáles fueron los primeros temas
que se tocaron, etc. Esto sirve para una relación de 20 años como para una de 10 minutos

Seguramente dijo o hizo algo, que nos marcó una señal de advertencia, pero si se trata de una
relación amorosa, seguramente no le dimos importancia obnubilados por la pasión

Y ¿cómo reaccionamos ante eso que dijo o hizo que nos dio una señal de advertencia? si no
pusimos en claro los limites, seguramente "el otro" pensó que no había problema con su forma de
ser y siguió adelante...

Esto no es para culparnos, porque cotidianamente encontramos personas, con las que se nos
presenta una señal como: "esto no me gusta"

Tampoco es para ir desechando a todos los que se nos crucen cuando dicen o hacen algo que
muestran una personalidad que no nos gusta
Pero se puede aceptar a ese "otro" pero teniendo en claro como es realmente

Si la relación avanza no faltara oportunidad para señalar los límites, obviamente si al "otro" no le
gusta que se los pongan, terminara cuanto antes esa relación

Que cantidad de dolores de cabeza, de lágrimas y de sufrimientos si "el otro" se hubiera ido al
principio de la relación y no después de habernos dañado!!!

Teniendo en cuenta estas premisas básicas se puede no solo perdonar, sino seguir adelante en la
vida, teniendo en claro que tipo de relación se va a entablar entre "el otro" y uno

Si nos vemos mutuamente como hermanos, hijos de la Energía Universal, Seres espirituales que
hacen una experiencia terrenal, la mirada hacia el otro es de Amor y ésta es una energía tan
suprema que sana, que ilumina, que transforma....

Perdonar es amar. Frase trillada, pero verdadera

Luz y Amor

QUIÉN GANA CUANDO PERDONAMOS** Meritxell Obiols


Mediante el perdón nos liberamos del rencor. No el perdón estético, que afirma "yo perdono pero
no olvido". Para disolver el rencor es necesario un perdón sentido, sincero y auténtico. El perdón
va de la mano de la comprensión. De ahí la importancia de empanizar con la persona que ha
causado la ofensa. Si logramos ponernos en el lugar del otro y entender cómo vive y siente,
seremos capaces de dar un nuevo significado a las palabras o acciones que tanto nos afectaron.
Probablemente, nos daremos cuenta de que esa persona simplemente no lo supo hacer mejor.
Cuando comprendemos que nuestro particular "agresor" no actuó de ese modo por maldad, sino a
causa de su ignorancia o su inconsciencia, podemos dejar caer el peso de la ofensa.

Con el perdón liberamos una cuenta pendiente, una deuda que se ha generado entre nosotros y
nuestro ofensor. Cuando perdonamos, nos liberamos del rencor acumulado y dejamos que
cicatricen nuestras heridas. No en vano, la raíz griega de "perdón" significa "cambiar y alterar". De
ahí que perdonar sea una oportunidad de limpiar nuestro presente, aunque la ofensa que
arrastramos haya afectado nuestro pasado. Para perdonar no necesitamos estar ante nuestro
agresor, es una decisión interna que nace de la comprensión y la consciencia. En última instancia,
perdonar significa darnos la oportunidad de avanzar y evolucionar.

En general, nos cuesta perdonar porque consideramos que es un regalo inmerecido que hacemos
a quien nos ha agraviado.
Solemos creer que perdonar a quien nos ha hecho algo "malo" es un acto de generosidad. Y a
menudo, nuestro orgullo y nuestro ego se alían para que lo concedamos sólo a quien se ha
disculpado previamente. Sin embargo, ¿quién sale ganando cuando perdonamos? La persona que
nos ofendió se sentirá más o menos aliviada, pero nosotros nos liberaremos de una nociva carga
emocional que muchas veces nos impide avanzar en nuestras relaciones. Perdonar supone
abandonar el resentimiento y los deseos de venganza. Es, sin duda, el mejor regalo que podemos
hacernos.

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