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1.

Introducción
El sistema linfático está formado por una serie de vasos que recorren todo el cuerpo y por ganglios
que son como unos colectores.

Los ganglios linfáticos son como unas pequeñas bolsitas (o racimo de uvas) que se encuentran, en
distintas partes del organismo, en zonas como el cuello, las axilas, las ingles, el tórax, el abdomen y
la pelvis.

Estas dos estructuras transportan y contienen la linfa que está compuesta por un tipo de glóbulos
blancos llamados linfocitos.

El tejido linfático también se forma en otros órganos de nuestro cuerpo como son el bazo, la
médula ósea y el timo.

La función de los linfocitos es la de defensa del organismo.

El bazo, glándula vascular sanguínea, situada en el lado izquierdo del abdomen, debajo de las
costillas, produce linfocitos y otras células del sistema linfático. También almacena células sanas de
la sangre y filtra células dañadas, bacterias y productos de desecho de las células.

La médula ósea es el tejido esponjoso que se encuentra en el interior de los huesos y que se encarga
de la producción de células sanguíneas (glóbulos rojos, glóbulos blancos y plaquetas).

El timo es una glándula que se encuentra, en la base del cuello, en el tórax y que produce un
linfocito especial llamado linfocito T.

Los linfomas, o tumor del tejido linfático, se clasifican en dos tipos: linfomas o enfermedad de
Hodgkin, denominados así por el doctor Thomas Hodgkin, quien los descubrió, y los linfomas no
Hodgkin.

2. Linfoma de Hodgkin
2.1. Concepto
La enfermedad de Hodgkin es un cáncer que se produce en el sistema linfático, que es una parte del
sistema inmunitario o de defensas, por lo que se le describe como un linfoma.

Las células de los linfomas Hodgkin se denominan células de Reed-Sternberg, apellidos de los
médicos que las descubrieron, y son un tipo de linfocitos B malignos. Los linfocitos B normales son
los que se encargan de la defensa de las infecciones.

La enfermedad de Hodgkin produce una inflamación del tejido linfático. Puede ocurrir en cualquier
zona donde se encuentre este tejido. Además, los linfocitos B malignos pueden diseminarse, a través
de los vasos linfáticos, a cualquier zona del cuerpo. También si pasan al torrente sanguíneo pueden
afectar a múltiples órganos (hígado, bazo, médula ósea...).

La enfermedad es más frecuente en hombres que en mujeres. Afecta más a adultos jóvenes (es muy
frecuente de los 15 a los 34) y a adultos mayores de 55 años.
2.2. Causas
La causa es desconocida aunque se piensa que el virus Epstein-Barr, que causa una infección
llamada mononucleosis infecciosa, tiene relación con la enfermedad. Aunque en el 50% de los
pacientes no está probada la presencia de este virus.

Se ha observado también que este cáncer es más frecuente en personas que tienen el sistema
inmunológico deteriorado como son aquellas que padecen el sida, o aquellas que han sido sometidas
a un trasplante y que, para evitar un posible rechazo, se ha suprimido su sistema inmunológico.

2.3. Síntomas y pruebas


La enfermedad de Hodking produce una inflamación del tejido linfático, siendo lo más llamativo es
la inflamación de los ganglios. Generalmente suelen detectarse alterados los del cuello, axilas o
ingles.

Otros síntomas que suelen acompañar a la enfermedad son la pérdida de peso, cansancio
permanente, fiebre prolongada, sudores nocturnos, picores intensos en la piel, etc. Los síntomas
variarán según el desarrollo de la enfermedad.

El médico primero realizará una exploración física para comprobar si nota inflamados los ganglios
linfáticos. Después podrá pedir otra serie de pruebas como son un análisis de sangre, radiografía de
tórax o tomografía compterizada.
La prueba que se precisa para confirmar el diagnóstico es una biopsia de los ganglios. A través de
ella se observará al microscopio el tejido del ganglio y se podrá comprobar la existencia de células
cancerosas (de Reed-Sternberg) o no.

2.4. Etapas de extensión


En principio de diferencian dos tipos de enfermedad:
Enfermedad de Hodgkin tipo A
Enfermedad de Hodgkin tipo B
EL tipo B se denomina cuando están presentes alguno de los siguientes síntomas:
• Pérdida de mas del 10% de peso en los últimos 6 meses.
• Fiebre sin causa conocida.
• Sudoración nocturna que le deja el cuerpo mojado.
Etapa I
El cáncer se encuentra limitado a un área o órgano.
Etapa II
El cáncer se encuentra en dos o mas áreas de los ganglios linfáticos en el mismo lado del diafragma,
o el cáncer se encuentra en un órgano y en los ganglios linfáticos circundantes.
Etapa III
El cáncer se encuentra en los ganglios linfáticos a ambos lados del diafragma.
La enfermedad puede haberse propagado a un área u órgano adyacente al ganglio linfático y/o al
bazo.
Etapa IV
La enfermedad de Hodgkin se ha propagado a uno o más órganos fuera del sistema linfático, tales
como la médula ósea o el hígado.
Según el estadio de la enfermedad se dan los siguientes índices de supervivencia:
Para la fase I, la probabilidad de curación es superior al 90%.
Para la fase II, la probabilidad de curación es del 90%.
Para la fase III, es de un 80%.
Para la fase IV, oscila entre un 60 a un 70%.

2.5. Tratamiento
De forma general, los dos tratamientos más frecuentes son la quimioterapia y la radioterapia.

La radioterapia consiste en el uso de rayos X de alta energía para eliminar las células cancerosas o
disminuir el tumor. Esto se realiza a través de una máquina que emite esos rayos en las zonas que se
precise. La radioterapia se aplica sólo en las áreas afectadas.
El paciente tendrá que ir, de forma ambulatoria, a la clínica u hospital donde le administren la
radioterapia. La duración de cada sesión son unos veinte minutos. El enfermo estará solo en una
sala aislada para que las radiaciones no se propaguen.

La quimioterapia consiste en el empleo de fármacos para destruir las células cancerosas. Estos
fármacos pueden administrarse por boca, por inyecciones intramusculares o por inyecciones
intravenosas. Independientemente de por dónde se administre, el medicamento irá al torrente
sanguíneo y de ahí a todo el cuerpo para llegar a las células cancerosas y destruirlas.
Generalmente se emplean diversas combinaciones de fármacos para el tratamiento de la enfermedad
de Hodgkin en función de las características de la enfermedad y el paciente.

En aquellos casos en los que se empleó una combinación de ambas terapias, habrá que intensificar
la terapia y si se emplean altas dosis de quimioterapia, habrá que realizar un trasplante de médula
ósea.

2.6. Nuevos descubrimientos contra el Linfoma de Hodgkin


“The National Academy of Sciences” ha publicado un reciente estudio del Instituto de Cáncer
Dana-Farber sobre el efecto de una proteína sobre el linfoma de Hodgkin.
El estudio consistió en la observación, en ratones, del comportamiento del gen “Gal1″, que se
descubrió estar 30 veces más activo en la célula cancerosa, Reed-Sternberg, relacionada con el
linfoma Hodgkin.
Esta célula, por su gran tamaño oculta una considerable cantidad de la proteína Gal1, rechazando la
respuesta inmune Th1.
De ser la hipótesis exitosa, los investigadores afirman que se podrían evitar algunas de las
complicaciones a largo plazo, tales como: los daños cardiacos o la posibilidad de generación de otro
cáncer, efectos derivados de la radiación.
Los tumores de la enfermedad de Hodgkin pueden llegar a ser de gran tamaño, como una pelota de
baloncesto, pese a que los cánceres más sólidos se basan en células tumorales y que su conteniendo
cuente con sólo un 5% de células cancerosas Reed-Sternberg. El resto, son diferentes tipos de
células inmunes, poco efectivas, destinadas a luchar con el tumor.
Según los investigadores se podría esperar que toda esta cantidad de células inmunes atraídas al
área de las células tumorales pudieran aumentar una mayor respuesta antitumoral.
Las células inmunes incluyen diversos tipos de células T, entre ellas las células adicionales Th1, que
reconocen los agentes infecciosos extraños y algunos tumores; y las Th2, que normalmente
controlan las respuestas alérgicas y, las T Reg, que son supresoras de otros tipos de células T
además, de cerrar la respuesta inmune cuando el trabajo está hecho. Los tumores Hodgkin presentan
gran cantidad de Th2 y células T Reg las cuales sirven de guardaespaldas del cáncer.
El estudio demostró que añadiendo la proteína Gal1, las células inmunes Th1 sufrieron una
apoptosis, al tiempo que se contuvo el aumento de números de células Th2 y las células Treg.
Usando la técnica de un gen silencioso, la interferencia de ARN a ARNi y la conversión del gen
Gal1 en las células Reed-Sternberg en Hodgkin mostró que se bloquea la muerte de las células
normales Th1 infiltradas, haciendo el mismo efecto en las células Th2.
También se podría aplicar en cáncer de piel, y quizás en otros tipos de tumores.

3. Linfoma no Hodgkin

3.1. Concepto
Los linfomas no Hodgkin (LNH) son un grupo de síndromes del sistema linfático. Puede decirse
que es un cáncer que se produce en este sistema.
Es el quinto tipo de cáncer más frecuente. En Estados Unidos, el año pasado, se diagnosticaron unos
55.000 casos y se produjeron 26.000 muertes.

El sistema linfático es un sistema formado por vasos y ganglios que transportan la linfa.
La linfa es un líquido incoloro que contiene glóbulos blancos, células encargadas de la defensa del
organismo. Las células principales se denominan linfocitos. Éstas reconocen cualquier sustancia
extraña al organismo y liberan otras sustancias que destruyen al agente agresor.

Hay dos tipos de linfocitos, los B y los T. Los linfomas de células B son más frecuentes que los
linfomas de células T. Existen varios tipos de células T y B, según sea su desarrollo y morfología.
Existen muchos tipos de linfomas, más de veinte. Los linfomas se suelen diferenciar y parecer a un
tipo de linfocito.

Los ganglios linfáticos, localizados en distintas zonas del organismo (cuello, axilas...), el bazo, el
timo, la adenoides y amígdalas o la mñedula ósea son sitios susceptibles de presentar un linfoma no
hodgkin.

Los linfomas no Hodgkin son tumores potencialmente curables. Como existen muchas formas, es
importante identificar qué linfoma es el que presenta la persona, para clasificarlo dentro de un grupo
concreto y establecer el tratamiento específico a esa enfermedad.

3.2. Causas
Las causas específicas del linfoma no Hodgkin no se conocen con certeza. Es posible que la
genética y la exposición a infecciones virales puedan aumentar el riesgo de desarrollar este mal.
También se relacionó al linfoma no Hodgkin con la quimioterapia y la radioterapia. No Hodgkin
quizá sea un mal secundario, que se produce como resultado del tratamiento contra ciertos cánceres.
Se han llevado a cabo numerosas investigaciones acerca de la relación del virus Epstein-Barr
(Epstein-Barr virus, EBV), que causa la mononucleosis; como también del virus de
inmunodeficiencia humano (HIV), que causa el síndrome de inmunodeficiencia adquirida (SIDA).
Se logró establecer una relación entre ambos virus infecciosos y el desarrollo del linfoma Burkitt.
La mayoría de los casos de linfoma Burkitt aparecen como resultado de un reordenamiento
cromosómico entre los cromosomas 8 y 14, que hace que los genes cambien su posición, funcionen
en forma diferente y, como consecuencia, estimulen un crecimiento celular descontrolado. Se
observaron otros reordenamientos cromosómicos en el linfoma no Hodgkin (de todos los tipos) que
también se consideran estimulantes del crecimiento celular excesivo.
Los niños y adultos con anormalidades hereditarias corren mayor riesgo de desarrollar el linfoma no
Hodgkin, entre ellos, los pacientes con ataxia telangectasia, enfermedad linfoproliferativa ligada a
X o el síndrome de Wiskott-Aldrich.

3.3. Síntomas y pruebas


El linfoma no Hodgkin puede causar diversos síntomas, los cuales dependen del área del cuerpo
afectada por el cáncer. Dichos síntomas puede abarcar:
• Transpiración excesiva, especialmente mientras duerme en la noche
• Fiebre
• Picazón severa
• Inflamación de los ganglios linfáticos en el cuello, las axilas, la ingle u otras áreas
• Pérdida de peso involuntaria
Se puede presentar tos o dificultad para respirar si el cáncer afecta el timo o los ganglios
linfáticos en el pecho, lo cual ejerce presión sobre la tráquea u otras vías respiratorias.
Algunos pacientes pueden presentar hinchazón o dolor de estómago, lo que puede llevar a
inapetencia, estreñimiento, náuseas y vómitos.
Si el cáncer afecta las células en el cerebro, la persona puede presentar dolores de cabeza,
problemas de concentración, cambios de personalidad o crisis epilépticas.
El médico llevará a cabo un examen físico y revisará áreas del cuerpo con ganglios linfáticos para
sentir si están inflamados. Los exámenes para diagnosticar y clasificar el linfoma no Hodgkin
abarcan:
• Análisis bioquímico de la sangre
• Biopsia y aspiración de médula ósea
• Conteo sanguíneo completo con fórmula leucocitaria
• Tomografía computarizada del tórax, el abdomen y la pelvis
• Biopsia de ganglio linfático
• TEP (tomografía por emisión de positrones)
• Radiografías

3.4. Tipos

Existen muchos tipos de linfomas no Hodgkin. Gracias a los avances en biología molecular, en
inmunohistoquímica, en técnicas de imagen y medicina nuclear y en estudios farmacológicos se han
desarrollado espectacularmente el diagnóstico y el tratamiento en los últimos diez años.
Los más frecuentes en niños y adolescentes son los que se detallan a continuación:
• Linfoma de Burkitt: El linfoma de Burkitt o leucemia de células de Burkitt es una rara
forma de cáncer del sistema linfático—asociado principalmente a linfocitos B—que afecta
predominantemente a gente joven, descrita más frecuentemente en África central, aunque
también lo ha sido en otras áreas del mundo. La forma vista en África parece estar asociada
con la infección del virus de Epstein Barr, aunque el mecanismo patogénico es desconocido.
El linfoma de Burkitt resulta de una característica translocación cromosómica que afecta al
gen Myc. Una translocación cromosómica significa que el cromosoma se ha roto, lo que
permite su unión con otras partes cromosómicas. En el linfoma de Burkitt afecta al
cromosoma 8, lo que altera su función natural de control en el crecimiento y proliferación
celuar.
• Linfoma Burkitt-like
• Linfoma de células B grandes
• Linfoma linfoblástico
• Linfoma de células grandes anaplásicas

3.5. Tratamiento
El linfoma de Hodgkin se trata con radioterapia, quimioterapia o una combinación de las dos. La
decisión en cuanto a qué tipo de tratamiento debe usarse dependerá de la extensión de la
enfermedad, las áreas involucradas y el patrón de la muestra de la biopsia. Estos factores se utilizan
para subclasificar a la enfermedad en uno de los varios patrones patológicos de nódulo linfático
determinados al inspeccionar a la biopsia bajo el microscopio y establecer el estadío de la
enfermedad de acuerdo a las áreas del cuerpo involucradas (cuello, axilas, mediastino, abdomen,
ingle, bazo, médula ósea, huesos, pulmones, etc.).

Tanto la radioterapia como la quimioterapia puede producir debilitamiento y efectos colaterales


desagradables, la mayoría de los cuales desaparece al terminar el tratamiento. El paciente deberá
consultar al médico para saber qué efectos colaterales pueden producirse y mantenerlo al tanto de
los efectos inesperados que puedan ocurrir. Es aconsejable hablar con el médico acerca de la
extensión de la enfermedad durante el tratamiento, el enfoque de dicho tratamiento y las razones por
las que se ha elegido el mismo, así como también los efectos colaterales del mismo a corto y largo
plazo.

El linfoma de Hodgkin es uno de los importantes triunfos de la terapia contra el cáncer. En la


mayoría de
los pacientes se logra una cura de la enfermedad y un control de la misma a largo plazo es posible
en otros. Los pacientes jóvenes y de mediana edad tienen un índice de cura más elevado que los
pacientes de mayor edad pero el progreso en el tratamiento ha sido sustancial para todos.
Dados los altos porcentajes de cura, la preocupación en la última década ha sido mantener
excelentes niveles de curabilidad sin secuelas tóxicas. Para ello se emplearon combinaciones de
drogas que no producen toxicidad tardía como gonadal o la posibilidad de producir otro tumor.
Además se asocia a radioterapia solo en campos comprometidos al diagnóstico y a bajas dosis. Con
ello, también se reduce significativamente la toxicidad de la radioterapia.

3.6. Esperanza para el Futuro:


La detección temprana de la enfermedad es la clave para la cura y es muy importante realizar una
rápida biopsia de los ganglios linfáticos inflamados sin explicación. Las nuevas técnicas de
diagnóstico por imágenes han reducido la necesidad de técnicas de diagnóstico invasivas, tales
como la cirugía abdominal exploratoria. El trasplante de células progenitoras de sangre periférica es
una nueva opción de tratamiento para aquellos pacientes que no responden a las otras alternativas o
que tienen una recaída precoz de la enfermedad.

4. Bibliografía
- http://www.healthsystem.virginia.edu/uvahealth/peds_ent_sp/nhodgkns.cfm
- http://www.seom.org/es/infopublico/info-tipos-cancer/linfomas-y-mieloma/linfoma-no-
hodgking/1501-tipos-de-linfomas-no-hodgkin
- http://www.elmundo.es/elmundosalud/especiales/cancer/hodgkin.html

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