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queda de los orígenes históricos de las imá- que deben guiar sus 1~rácticasc.amo cineas-
genes familiares y amateurs que inundan tas amateurs, las forrnas en la'5 que deh)en
aspirar/renunciar a construir narraciones al las numerosas reiteraciones de corte teórico
modo de las producciones de Hollywood o no siempre justificadas, así como de un pró-
las técnicas para lograr imágenes más artís- logo donde abundan ambiciosas referencias
ticas/naturalistas/realistas, Zimmermann va teóricas y excesivas definiciones de grandes
reconstruyendo los márgenes en los que la conceptos, todo ello innecesario dada la
sociedad americana ubica sucesivamente las calidad de un trabajo cuyos presupuestos
prácticas cinematográficas no comerciales. quedan ampliamente justificados en su mis-
Son pues los textos y los aparatos, antes que mo desarrollo.
las producciones propiamente dichas que El volumen colectivo coordinado por
tan sólo aparecen puntualmente como ejem- Roger Odin es de una naturaleza bien dife-
plos de ciertas tendencias, los que guían a rente. Tomando el cine y el vídeo familiar
la autora en un recorrido en ocasiones te- como elemento aglutinador, las contribu-
dioso, otras sugerente. Así se suceden diver- ciones al mismo (en su mayoría debidas a
sos perfiles e imágenes asociadas al cineas- investigadores vinculados a la Universidad
ta amateur: el hombre hecho a sí mismo, el París III, a los que se unen otros teóricos e
inventor individual a extinguir en la socie- historiadores europeos a través de la Red
dad capitalista, el retratista de la belleza Europea de investigación acerca del cine y
natural al estilo decimonónico, la mujer lo audiovisual dirigida por el propio Roger
que observa pacientemente el hogar a tra- Odin, en la que se inscribe la investigación
vés de la cámara, el turista (versus antropó- que está en el origen de la obra) constitu-
logo, arqueólogo, misionero) que filma pa- yen un desigual volumen que aspira a pre-
rajes y pueblos exóticos tocado de una pul- sentar las múltiples caras que ofrece el estu-
sión imperial, el profesional que experi- dio y la reflexión en torno a estas imágenes
menta con nuevos lenguajes visuales y nue- familiares. El carácter desigual de los traba-
vos públicos o el padre de familia cuyas jos que lo integran radica menos en la dife-
imágenes deben reflejar el perfecto hogar rencia entre los enfoques teóricos de los
norteamericano y convertirse en la memo- autores, dado que la mayoría de ellos pre-
ria del país. Igualmente Patricia Zimmer- dica un ejercicio semio-pragmático que
mann sigue a las cámaras diseñadas para atiende a un mismo tiempo a los textos y a
uso no profesional en la guerra, el arte, la su funcionamiento en diferentes contextos
empresa o la educación, mientras las pecu- e instituciones sociales, que en la excesiva
liaridades de las imágenes por ellas produ- generalidad que convierte a algunos de los
cidas permeabilizan algunos ámbitos del trabajos en vacuos ensayos. Tal sería el caso
cine profesional. de los artículos que sirven de apertura y
La obra consigue pues encontrar en la cierre del volumen, firmados por Eric de
tecnología y en una literatura menor una Kuvper y Jean-Pierre Esquenazi respectiva-
atalava desde la que reconstruir una buena mente. En otras ocasiones, un puñado de
parte del contexto económico, social, cul- películas familiares o amateurs se convierte
tural e ideológico en el que se ha desarro- en mero recurso para el ejercicio retórico o
llado el cine no profesional en los Estados la excusa para insustanciales ((aventurasse-
Unidos. Los análisis de películas familiares mióticas))(la expresión es del propio autor:
v amateurs concretas sirven en ocasiones Marc Ferniot,»La revanche de I'anecdote.
de ejemplos, otras de contra-ejemplos o rup- Trois lectures pour une esthétique irivole du
turas con los valores que los discursos atri- film de famille))!
buven a las prhcticas del cine aficionado; El estudio central de la obra lo constitu-
en cualquier caso, el lector echa de menos ye el trabajo de Roger Odin, «Le film de
referencias más frecuentes a los films visio- tamille dans I'institution familiale)), en el
nados por la autora en la Wisconsin Histori- que, partiendo de una restrictiva definición
cal Societv y la Smithsonian lnstitution íúni- del objeto de estudio, el film familiar, pre-
cos archivos por ella trabajados), lo que no senta un lúcido análisis de las característi-
implica que reclamemos alqo que la inves- cas formales del mismo en función del con-
tigación no ha pretendido ser: un estudio texto de producción, recepción y reconsti-
basado en el análisis de las películas. Final- tución en el que funcionan: así, en los ras-
mente, el origen de la publicación, una te- gos definitorios de las imágenes familiares,
sis doctoral, posiblemente sea la causa de de estos films habitualmente adjetivados de
«mal hechos)), radica precisamente en su O'Connor perfilara en lmage as Artifact. The
capacidad de servir como aglutinante de la Historical Analysis of Film and Television,
memoria familiar y espacio de remodela- la articulación de las mismas con los pro-
ción de la historia vivida sin entrar en con- blemas específicos que plantea el cine fa-
flicto con los recuerdos individuales. Otros miliar, heredero de prácticas simbólicas
artículos de la obra aspiran igualmente, des- como el retrato de familia o la fotografía
de posiciones muy distintas, a arrojar nueva familiar, es sin duda notable.
luz acerca de estas imágenes familiares a Un último bloque de trabajos explora el
través de sus peculiares formas de funcio- encuentro entre las imágenes familiares y
namiento. Así Patrick Lacoste (~Psynema. otros contextos institucionales. Dos muy in-
Remarques psychoanalytiques propos du teresantes artículos de Laurence Alland
film de famille))) profundiza en los efectos (((Unerencontre entre film de famille et film
del cine familiar sobre la restitución de la experimental: le cinéma personnel))y «Tél<
?moriaindividual a través del uso que de vision et amateurs: de vidéogag a la télév
es posible realizar, frente a otras herra- sion de proximité)))analizan respectivameni
entas visuales como la fotografía, en la el encuentro entre el cine familiar y el cin
rerapia psicoanalítica. Y Karl Sierek («'C1est experimental, por una parte, y el vídeo am;
beau, ici': Se regarder vois dans le film de teur y la televisión francesa contempor;
famille))) reconstruye la experiencia de si- nea, por otra. En el primero de ellos S
tuarse como espectador ante unas imáge- exploran los puntos de encuentro entre I
nes no concebidas para el extraño, pero de práctica del cine familiar y la modalidad de
las que éste puede realizar lecturas signifi- cine experimental que se sitúa en el univer-
cativas - c o m o utopías visibles por las que so de lo personal. El cine familiar operaría
sus productores intentan comprender y re- en este último ora como referente formal
construir el mundo- v no reificantes, al (tanto temático como estilística), ora como
establecer un diálogo c:on sus interlocutores modelo emancipador respecto a las cons-
-tanto la persona quie filma v la que es tricciones socioeconómicas del cine profe-
filmada. sional, convirtiéndose lo amateuren un pre-
Con el estudio de caso,
L u l l v ~ ~ Je- ciado valor para el cineasta experimenta'
ffrey K. Ruoff (((1927:Cinékodak Modele B Junto a todo ello, el cine familiar y el cin
et voiture Ford Modele T: un film de voyage personal compartirían un cierto aire de fc
de Kiyooka Eiichi))) muestra las posibilida- milia que se materializa en el rechazo
des de reconstrucción histórico-cultural que adquirir una dimensión pública, resultand
ofrece el análisis del contexto de produc- de ello productos que tan sólo adquiere
ción y circulación de las películas amateurs, significación en la ((familian cultural qu
mientras resulta llamativo que tan sólo uno los produce, que utilizan lenguajes priv:
de los artículos de la obra que reseñamos dos y que crean comunidades de comun
(Susan Aasman, «Le film de famille comme cación propias. El acercamiento a la telev
document historique)))aborde directamente sión francesa de los últimos años sirve
las relaciones entre el ejercicio historiográ- autor para abordar, por una parte, las estrz
fico y el cine familiar. Las reflexiones de tegias por las que las imágenes privada,
Aasman parten de su propia trayectoria in- acceden al ámbito de lo público, las estra-
vestigadora centrada en el estudio del film tegias puestas en marcha por los profesio-
amateur como fuente para la historia regio- nales del medio televisivo para que adquie-
nal (en estos momentos focalizada en el ran significación e interés para el especta-
desarrollo de un tesis doctoral acerca de la dor medio; por otra, gracias al análisis de
vida doméstica en los Países Bajos, 1920- las relaciones conflictivas pero fructíferas
1970) y conducen a una flexible definición entre el ámbito profesional de la televisión
del carácter familiar de los documentos (pu- y el mundo de la producción de imágeneq
diendo ser el criterio operante la produc- amateurs, Allard vislumbra una próxima re
ción, el contenido o el contexto de produc- definición de lo amateur inscrita en la ap2
ción) en función del objeto de estudio. Aun- rición de una red de televisiones de prox8
que su contribución no sea en absoluto no- midad (locales)que lleve a~areiadala cre;
8 , .-
~ ¡ a s » acompañando
, los hechos y el desa- caron títulos como Rio 30 Graus (1954-
rrollo del pensamiento de Pereira dos San- 1935) v Vidas Secas (1962-1 963), entre va-
tos: su nacimiento, historia familiar, íorma- rios, independiente del fenómeno de ruptu-
ción, vida afectiva, actividades políticas, via- ra v transformación que en líneas generales
jes y regresos... Todo obt palabras signif'ica la obra del gran cineasta, un pau-
de Salem, a que (<lavida cedor de lista que +n palabras del escritor Jorge
películas es una película Ama(do, citado especialmente por Salem-
La secuencia uno (((El nene se presen-
m «se hlizo carioca v después perdió toda es-
tan), contada inicialmente a partir de testi- trechez regional [...] Por eso, la historia de
monios familiares, trata el perfil humano y Nelson es sobre todo la historia de la lucha
abre paso a una zambullida ardua donde por la afirmación de la identidad cultural
paulatinamente se termina en el complejo brasileña. Por eso, el libro de Salem contri-
contexto sociopolítico de la historia brasile- buve esencialmente al reconocirniento v
ña desde finales de los años 40. Transgresor valoración cultural de su pueblo)).
radical de la ley v, tal vez por las mismas Para la autora, su tratado sobrie Pereira
razones éticas, disciplinado cumplidor de dos Santos es también, entonces, ,,un míni-
la misma, Pereira dos Santos se nos presen- m o intento por ayudar a que podamos ver
ta como vector generacional, históricamen- la propia imagen tupinambo, negra, blanca,
te imprescindible en medio de la efewes- mulata, pobre v rica brasileña,). De ahí que
cencia política v cultural de la que son cau- Nelson Pereira dos Santos (El sueño imposi-
sa y efecto, desde siempre, sus films. ble del cine brasileño), este viaje por el
Desde su primer corto Ju~3entude (1950), vasto v generoso mundo nelsoniano. sea un
hasta su trabajo más reciente, Cinema de libro no sólo para cinéiilos: ,(Las verdades v
/&rimas (1996), desde sus influencias lite- los sueños de Pereira dos Santos nos perte-
rarias hasta su pacto sagrado con la esencia necen a todos, v no sólo a los amantes del
del neorrealismo italiano, desde sus cola- cine., evplica Helena Salem a los lectores,
boraciones con Glauber Rocha hasta sus «porque es un luchador incansable, que es-
--en todo caso, independientes- conce- coqió el cine para hablar del ser humano,
siones frente a los coproductores ingleses, del amor, de Brasil)>.
este homenaje escrito con la misma dosis
de profesionalismo investigativo como de 1v cruz (
sensibilidad, es, en síntesis, un viaje en to-
Ángel Q ~ i n t a n a novimiento homogéneo y etiquetable.
iubo, sin duda, distintos neorrealistas y dis-
El cine italiano l! intas teorías neorrealistas. El neorrealismo
Barcelona 2s una actitud, una manera de ver («una
Paidós, 19' descripción global de la realidad a través
267 págin: de una conciencia global*, escribía Ayfre
2.500 pese en Cahiers du Cinéma) con la que los reali-
zadores encaran el mundo cualquiera que
sea su ideología. El neorrealismo no es una
escuela. Es un clima moral que acaba do-
El libro de Ángel Quintana se centra en minando, o mejor, reconduciendo todo po-
-----.-
una de las rpvLn3 ,..- . A..A.. <...
Liuua t i l a , ~ i ~ ~ c i c ~ a i l t e ,sicionamiento estético previo.
c ;r,to.,.c~.
v simultáneamente más estudiada, del cine Es obvio que no todo el cine hecho en
italiano: los años que van del surgir y asen- Italia en el período historiado fue neorrea-
tamiento del neorrealismo clásico (Obse- lista, ni mucho menos. El tramo puramente
sión, Roma, ciudad abierta, Paisi, Ladrón neorrealista fue más bien corto, y no todas
de bicicletas, La terra trema) a la presenta- sus películas gozaron de la misma populari-
ción oficial de las nuevas formulas de in- dad. La perspectiva del estudio de Quinta-
vestigación realista en el Festival de Vene- na es, pues, mucho más amplia y queda
cia de 1961 de la mano de Pier Paolo Paso- expuesta como hipótesis inicial en las pri-
lini (Accattone), Vittorio De Seta (Banditi a rneras páginas: «Entre 1942 y 1961, en el
Orgosolo) v Ermanno Olmi (El empleo). En (:ine italiano, se produce un debate en tor-
medio, excelentes obras de Federico Fe1lini 130 a la forma en que el cine puede acercar-
y de Michelangelo Antonioni, dos persona- 5;e a la realidad que desemboca en nuevas
lidades básicas en la cinematografía ~oncepcio nes del rc2alismo ciinematogriáfi-
neorrelista, marcaban por caminos diver co, entre las que dse forma F~rogresivairá
una transición estilísticamente rutilante, p omando <:uerpo la Inoción de cine rnocler-
también moralmente algo desazonada a 10)).
a sociedad que les tocaba reflejar. Estamos El discurso fílmico que va de la inme-
.n la llamada edad de oro del cine italiano, diata posguerra a esa modernidad se en-
dicho de otra manera para coincidir con marca inevitablemente en un ámbito mu-
a hipótesis historiográfica en la que se apo- cho más general, tanto estético como políti-
/a el trabajo del autor, en los anos - e s p e - co y económico, v sobre todo social, mar-
:¡almente cruciales en los cincuenta- de cado fuertemente por el advenimiento de la
laso hacia la modernidad. sociedad de consumo, la liberalización de
Es conocida la tendencia a ajustar cuen- las costumbres, la despoblación rural, y la
as con el neorrealismo que, desde distintas mutación del papel tradicional, doméstico
jpticas ideológicas, imperaba entre los crí- sobre todo, pero también público, del hom-
icos italianos militantes de los años sesen- bre y de la mujer. Los medios de comunica-
a. Por estas tierras vivimos entonces v des- ción, y las películas de esos años en parti-
~ u é stambién, de rebote, una especie de cular, reflejan esa situación. Semejante inte-
.esaca cálida de las teorías vecinas quizás rrelación no es en absoluto ajena al libro
i n tanto superficial. Por eso, volver al dis- que comentamos. Dicho intento de contex-
:urso de la evolución del neorrealismo ci- tualización cultural de los aconteceres ci-
~ematográíicoitaliano, sin ardores míticos nematográficos dan al ensayo de Angel
1i desdenes iconoclastas, se antoja una la- Quintana una dimensión más panorámica,
Ior siempre útil para entender sin equívo- Y también más divulgadora, que lo acerca a
:os ni prejuicios lo que fue una nueva ma- un tipo de lector que trasciende los intere-
nera de ver la realidad v de manifestarla en ses del especialista o del cinéiilo.
imágenes, y más ahora, cuando nos aden- E l libro arranca con una introducción
tramos cori enorme 1perplejidad en la era de teórica sobre los diferentes conceptos de
SU simulac:ión. realismo en literatura y en el cine que da
t , ~ ~01=,
De e n ...A- -, ,
, ~,utor se desmarca clara- paso a la imagen cerrada del cine fascista,
nente de esa suerte de enciclopedismo fá- al caligrafismo burgués, y a la negación na-
:il que presenta al neorrealismo como un turalista de los valores del fascismo que re-
presenta Obsesión, la primera película de José Nieto
Luchino Visconti. Siguen los años del ((idea-
lismo)) neorrealista (1945-1949) y de su pos- Música para en. La influencia
terior transfiguración (1949-1954). La crisis secreta
del modelo industrial y económico, sus re- Madrid
percusiones en la cinematografía nacional, Sociedad Gen Editores,
la incertidumbre de los viejos maestros y el 1996.
exordio de los nuevos cineastas (1956-1959) 268 páginas
inician la segunda parte del estudio que se 3.50O pesetas
cierra con un recorrido crítico por el nuevo
cine italiano (1959-1961) y con la persona-
Iísima figura de Pier Paolo Pasolini, referen-
cia ideológica obligada para el debate so- Lo primero que debe hacerse ante un
bre el problema realista y para una puntua- libro como éste es congratularse de su mera
lización histórica del nacimiento del cine existencia. Y diversos son 10s motivos que
moderno en Italia. me conducen a hacer semejante afirmación
La publicación se completa con una y nc sólo, como en principio se pudiera
apretada, pero útil, cronología, con la fil- pens,ar, una pasional afición por la música
mografía esencial seleccionada de entre las cine1matográfica que me pueda conducir a
más de dos mil películas que se produjeron sobrcevalorar cualquier novedad editorial y
en aquellos veinte años, y con una cuidada discc)gráfica relacionada con el mundo de
bibl!ografía básica. la música de cine. Ajeno, precisamente, a
Angel Quintana es profesor de Historia mitomanías de ningún tipo, me complace
y Teoría del Cine en la Universidad de Ge- ver c:ómo el trabajo de otros profesionales
rona, escribe crítica de cine en varias publi- (amiin de los omnipresentes directores y
caciones, y es autor de una tesis doctoral acto!res) asoma la nariz, aunque sea tímida-
titulada El proyecto didáctico de Roberto men'te, a las temáticas cinematográficas (por
Rossellini, sobre quien también ha publica- no d'ecir claramente cinéfilas) cultivadas tra-
do una monog dicionalmente por el mundo editorial. Lejos
queda todavía el ansiado, por algunos, equi-
LuiS Urbez librio temático en los estantes de librerías y
bibliotecas; pero poco a poco parece que
cuaja más la idea de cine de equipo de la
cual, también algunos, estamos profunda-
mente convencidos.
Más visceral es la alegría por la apari-
ción de un libro que describe con diáfana
minuciosidad el método de trabajo de un
profesional de la música cinematográfica
española, puva recurrente de mis empobre-
cidas neuronas. Y satisfacción por ser preci-
samente Pepe Nieto (aunque el libro lo fir-
me con su oficial ((José),),quien cumple
con creces los requisitos para ser calificado
como profesional de la composición para
cine, quien ponga esta pica en Flandes.
Los libros rigurosos sobre métodos de
trabajo cinematográficos no abundan en
nuestro país, y el panorama surge desolador
ante nosotros cuando el tema es su música.
Lejanos quedan los tevtos mas o menos dog-
máticos de Salvador Ruiz de Luna para el
Festival de Cine de San Sebastián, las cultas
opiniones de Robert Gerhard en la revista
Mirador, o las de Joaquín Turina en la Re-
ista Nacional de Educación, así como la materia a pesar de la claridad expositiva y
ienos conocida serie de artículos escritos un texto en absoluto farragoso y no exento
or Rafael Martínez Torres en Espect,ículo, en ocasiones de sentido del humor (tónica
algunas declaraciones de compositores qc~e general de la obra).
han salpicado páginas de las más variopin- Pepe Nieto tiene ideas rnuy claras sobre
tas publicaciones españolas. Hacía tiempo la composición de música para el audiovi-
que nadie tenía rnuy claro como trabajaba sual y sabe transmitirlas con eficacia. Posi-
el compositor cinematográfico español v blemente no inventa ni descubre nada; pero
parecía necesario que alauien lo coritara. transmite. Básicamente, transmite. Y ahí está
N o obstante, el libro de Pepe Nieto re- el quid de la cuestión, la madre del cordero
fleja un método: el suyo, el que ha podido \( la piedra filosofal (todo en uno) que han
seguir en la mayoría cle sus películas. Lo provocado que Nieto esté abonado al can-
oirece con todo luio de detalles para quien delero sin que decaiga su labor ni como
pueda estar interesaclo en él y nos teme- compositor, ni como docente: su capacidad
mos, por desgracia, que ese potencial pú- de conectar con el público, su verbo fácil y
blico sea más bien escaso. Desde el punto tluiclo (que está también presente en el li-
cle vista del historiador tiene el interés cle bro). Nieto es consciente que el lenguaje
una monografía. de un árhol que (aunque (musical o verbal) no es un +inen si mismo,
sea una sequoia declarada casi de interés sino una herramienta que permite conse-
nacional) no nos enseña el bosque, quizá guir objetivos y, por tanto, Nieto explota
menos profesionalizado. Bajo el prisma del esa herramienta. Su música cinematográfi-
profesional del cine tendrá interés en direc- ca v sus palabras convencen: la primera
ta proporción al interés que éste demuestre lleva más de veinte años haciéndolo (el re-
por la música cinematográfica. Si tomamos conocimiento unánime de público, crítica y
como referencia el simple aficionado mitó- profesión da fe de ello), las segundas son
mano puede Ile\,arse una clecepción ma- menos veteranas pero se han prodigado en
yúrcula ! y me consta que a l ~ u n o scompra- numerosos seminarios, conferencias, cursos
ron el libro convenciclos rle que estaban y talleres por el mundo. Su labor educativa
ante una biografía v estciclio al uso sobre el se verá, sin duda, reforzada ahora con la
compositor madrilerio;. Para el profesional aparición en el mercado editorial de este
de la música que quiera cl~dicarsea com- libro que podríamos subtitular, sin ningún
poner para la imagen es simplemente la ánimo pevorativo, Manual de buen compo-
Bil?lia (aunqcie, como en ella sucede, alpu- sitor para e l audiovisual.
nos pasajes no cleban ser interpretados al En definitiva, es éste un libro imprescin-
pie c!e la letra). Yo nos engañemos, Pepe dible para profesionales de la música e his-
Nieto ha pretendido, y conseguido, escribir toriadores de la banda sonora española, in-
i i n libro de texto con rlecidicla utilidad do- teresante para los profesionales del cine y
cente. A l ~ u n o scle sus pasajes v. desde lue- cinéíilos curiosos, v perfectamente obviable
50, el Apénrlice, sólo son aptos para profe- para aíicionados mitómanos.
sionales del meclio o aprenclices del mismo,
v su comprensión escaaa al protano en la Josep Lluís i Falcó
Aitor Yraola ( c o m ~ . centra exclusivamente en la historia con-
temporánea española, más exactamente en
Historia C o n t e r n p o i España y el siglo XX. Desde un punto de vista crono-
Cine lógico abarca sólo la guerra civil y el fran-
Madrid quismo. Echamos en ialta, pues, estudios
Ediciones de la Universidad Au tónorna de
b sobre la presencia de otros periodos históri-
Madrid, 1997 cos en el cine español, tanto de los años
148 páginas veinte como de la Guerra del 98 o como la
misma transición española. Sólo en el
artículo de Valeria Camporesi («La españo-
Las relaciones entre cine e historia han lada histórica en imágenes)))se alude a la
jpertado en el mundo académico espa- Segunda República y al periodo mudo de
ñol un interés creciente en los últimos años. nuestro cine. Quizá, dados sus contenido!
Habría que mencionar aquí nombres pio- el título debería haber sido menos ambicic
neros como los profesores JoséMaría Capa- so, acotando mejor el espacio temporal dc
r,rós Lera, de la Universidad de Barcelona, o que realmente se ocupa.
Angel Luis Hueso, de la Universidad de San- Tras un breve prólogo o presentación
tiago de Compostela. Además, por supues- del compilador Aitor Yraola, Caparrós Lera
to, de otros historiadores del cine español, introduce desde un punto de vista general
como los profesores Román Gubern v Ra- la cuestión. Su artículo (((Relacioneshisto-
món Sala, de la Universidad Autónoma de ria-cine en el contexto español))) es un e>
Barcelona, o Emilio García Fernández, de celente estado de la cuestión con un arr
la Universidad Complutense. Todos ellos, y plio repaso bibliográfico tantcJ nacioni
otros que no mencionamos, autores de obras como internacional.
de indispensable consulta. Tres de los textos se ocupan de la guerra
Han aparecido en España obras de auto- civil española. De manera específica el de
res extranjeros sobre esta compleja relación. Alfonso del Amo («Aproximacióna la Cine-
Así la clásica de Marc Ferro, Historia con- matografía como fuente para la historia de
temporánea v cine (1) o la más reciente del la Guerra Civil Española)))v también el de
norteamericano Robert A. Rosenstone, El Wolfgag Martin Hamdorf («Film \! propa-
pasado en imágenes (2). También el Depar- ganda en la Guerra Civil Española))).Más
tamento de Historia de la Comunicación brevemente lo hace Alvaro Soto Carmona
Social de la Facultad de Ciencias de la In- (((Guerra,franquismo y sociedad, el marcl
formación, de la Universidad Cornplutense histórico))) que también se o c ula~ del fran
de Madrid, ha organizado en los años 1994 quismo.
y 1995 dos coloquios sobre esta cuestión Del Amo nos ofrecce aquí un aperitivi
que han dado lugar a sendos libros ( 3 ) .
-
de lo que ya es hoy una opra senera ne ia
S ,
ili hlarc Ferro: Cinema et histoire. París. Éd'tioris DenMl'Cal'i- 13, hlaria .4nlonia Paz \. lulin hlontern !Coord.:: H;qtoria i. cine.
mard. lq93 11". lQ-:i. [Hav traducc;k e l caztellano. H;s:n- R~~lgdad. Ficcróv i Propa>aoanrli,\laclrid, Ed,tnraal Comolute~re,
ria conternporjnea \ cine, \iadrid. -\riel Historia. laQ5,. 1445. IuI:o \1ontrro 1' \:aria -\n!nwa P ~ ,zC O O ~ ~La. I :hi~tn,!~?
l ? i Rohert 4. Rosenstone: Reiiiionivc Hi5fn.i. F ~ and
I the Conc- qiic el cinc nos turnh. E! rnuor!o dc b po<gii.r~~. \q.$;-lo<ii,
tructron of a ,\'ew P'ist, Pricenton (l.¡.l. I q W . :Ha\ traducción Ilñdrid. Ediciones Tempo, l Qq-. hlario P. Diaz Rarrado ied.1,
en ca~tellano:El drsaiío ~ P cineI a nuestra idea ( i historia.
~ Irnawn e Hcctoria. Mad~id.hlarcial Pons, lqQr,,
Madrid. ?riel Historia. 199-1.
tranjera que más se ocupó de aquel conflic- específicamentea los norteamericanosdon-
(4). de echamos en falta la relación que estos
Del periodo franquista, además del men- tuvieron con NO-DO, algo que está estu-
onado de Soto, se ocupan el resto de los diado y publicado en España con abundan-
,,tículos. Es interesante el relato de José te base documental de archivos estadouni-
Luis García Sánchez sobre la preparación denses (5). El otro texto dedicado a NO-DO
de una película que fue clave en las postri- analiza la sociedad española de los años
merías de franquismo (((Materialespara Can- cincuenta tal y como ésta se veía reflejada
ciones para después de una guerra))).Sergio en el noticiario.
Alegre nos ofrece otra entrega del tema en La obra se cierra con el citado artículo
el que es especialista («Las imágenes de la de Valeria Camporesi en el que se analizan
División Azul: los vaivenes de la política sobre todo dos películas ejemplo de la es-
exterior e interior de Franco a través del pañolada durante el periodo franquista, La
cine))). duquesa de Benamejí (1949) y Morena Cla-
También relacionado con la Segunda ra (1954) ambas dirigidas por Luis Lucía. Es
Guerra Mundial es uno de los dos artículos un estudio muv sugerente sobre un género
que se ocupan del NO-DO, el de Josefina esencial para entender el devenir de nues-
Martínez (((La Segunda Guerra Mundial a tra cinematografía.
través del NO-DO»). Vuelven sobre el NO- No puedo por menos dejar de señalar
DO Vicente Sánchez Biosca y Rafael R. Tran- que me sorprende el desorden cronológico
che («Losaños cincuenta en NO-DO, de la en el que se presentan los artículos. No
autarquía al desarrollismo»). El estudio del llego a entender cual ha sido el criterio para
noticiario franquista, a pesar de las relativa- ordenarlos. El buen orden cronológico siern-
mente numerosas aportaciones recientes, pre facilita la lectura de una obra que tiene
está necesitado de un estudio amplio y com- en su conjunto una coherencia espacio-tern-
pleto de toda su historia. poral.
Aunque en un artículo falto de aparato La obra representa en conjunto un inte-
crítico, josefina Martínez aborda una cues- resante panorama de las relaciones entre el
tón importantísima, como es el papel del cine y la historia en el periodo 1936-1975,
noticiario monopolístico del franquismo en con aportaciones muy valiosas para un ar-
los dos últimos años de la guerra, es decir, gumento en el que cada vez más estudiosos
en el momento en que hasta para el propio estamos interesados.
dictador comienza a verse clara la futura
vi ctoria aliada. La autora toca distintos as- Alejandro Pizarroso Quintero
Pf tos pero tiene un subepígrafe dedicado
11:DP w t ~ m ame he ocuoado perconalrnen!e en var!a< oca~io- comp 1. b o a ñ o i ~et italianos en el mundo con!rmwráneo. Ma-
nes: Panla C o ~vi 4lpjandrci P z a n m o . Crnrna!! conto. a l i Leefn- drid. C.S.I.C.. lW. po. 243-2-8.
narioa r VI! (;ari!~aJd:,?n.. La prcioapaiida d w ! ~i!d;ani el!^? i 41~iandroPizarroso Quintero: $El cine americano en España
puerr;? d i Soaona. -\leisand:ia. Ed:ztciq, de!"Orso. 1443, DO 30- durante la Seunda Guerra Mundial: Iniomación v propaqan-
51: \. -\leia~drnPizarro$o: -!a pronaeanda c~nematoen;ca ira- da*, en R ~ i i i t aE'oañoiz de Es*ud~os\ortedmericano~, r 7,
liana v la Guerra Ci\,l Esoannia. e l : Garcia Sanz, Ferlanr!o 1°94. pp. 121-1 5 5 , snire todo op. 115 v sr.
naro Talens y Santos Zunzunegui ciales. El ejercicio de descubrimiento de los
«puntos»de la «constelación»corresponde,
por supuesto, a la tarea de elaboración de
istoria General del Cine. la historia. Pero también debe extenderse a
IV: América (191 5-1 928) la lectura que han de hacer quienes se acer-
quen a estos libros.
La mayor impresión de homogeneidad
general que causa el dedicado a América
(Vol. IV) frente al dedicado a Europa y Asia
(Vol. V) se debe al hecho de que el primero
Manuel Palacio y Julio Pérez Perucha está hablando de una misma cinematogra-
fía y el número de firmas que componen la
nómina de sus autores es más reducido que
Historia General del Cine. la del segundo. Pero ambos libros están re-
Vol. V: Europa y Asia (191 8-1930) corridospor la característica común de la
mezcla de enfoques, que hace de ellos
Madrid
-más allá de la dificultad personal de los
Cátedra, 1997
estudiosos para escribir una narración que
365 páginas
construya la Historia- la muestra de la frag-
1900 pesetas
mentación en el punto de vista, causada
por la convivencia simultánea de un con-
junto muy diverso de escuelas teóricas. Sus
diferentes miradas sobre el objeto de estu-
Lo dice Silvestra Mariniello en su es- dio son la mejor prueba de sus distintas
pléndida aportación «Cine y sociedad en «verdades»no sólo en un sentido diacróni-
Los años de oro del cine soviético)) (Vol. V, co de su historia, sino también sincrónico.
p. 219): «Cada narración tiende a simplifi- No hace falta que cada autor asuma la difi-
car y a organizar los elementos, aunque cultad de narrar como propia. La narración
sean contradictorios, en un todo coherente; queda rota por principio, porque la dificul-
así es como se han escrito las Historias y tad anida ya en el esquema original de lo
como,se convierten en disciplinas de estu- que se enuncia como una ((Historia Gene-
dio. Ultimamente, esta tarea narrativa en- ral».
cuentra obstáculos cada vez más notables: Así pues, el itinerario propuesto al lector
las «verdades» no siguen siendo verdades fluctúa entre el relato de cada autor y la
por mucho tiempo, y los medios de comu- interacción que se desprende de la unión
nicación son responsables de una nueva de las partes, no tanto en términos de conti-
comprensión de la «Historia» y de la actua- nuidad histórica tradicional, como en aso-
lidad, donde nada puede estabilizarse y todo ciación de ideas y fenómenos. Los periodos
interactúa creando continuas transformacio- históricos respectivos a cada volumen, en
nes. Para comprender esta dinániica, en cier- gran parte coincidentes, acotan la época en
to modo debemos renunciar a narrar, inten- que Estados Unidos se convierte en el gran
tando descubrir los puntos de algo parecido dominador de la industria cinematográfica
a una constelación, sin pretender alinear- mundial y de aquí se deriva uno de los
los». principales puntos de contacto entre las pá-
Lejos de ser esta última frase la premisa ginas que componen los dos libros: escribir
teórica asumida por todos quienes firman sobre la historia del cine a partir de la Pri-
las colaboraciones que forman estas dos mera Guerra Mundial supone tener siempre
obras, la cita recoge un panorama con el en cuenta al país norteamericano. Si hablar
que ambos libros tienen que ver tanto en su del cine estadounidense entre 1915 y 1928
concepción, como en su resultado. La «di- es contar cómo su potencia industrial crece
námica» de la que habla Mariniello queda y se extiende de forma imparable de la mano
establecida por las respectivas coordinacio- del sistema de estudios y de un conflicto
nes, planteada sobre las diferencias no sólo bélico que devasta Europa, hablar del resto
entre momentos y lugares, sino también del mundo es contar cómo la mayoría los
entre aspectos industriales, culturales y so- mercados nacionales cayeron bajo el con-
trol de Estados Unidos y cómo, desde ese positivo económico/técnico favorece la re-
momento, las indutrias cinematográficas de petición.)) (p. 166).
cada país luchan por la supervivencia fren- Desde el inicio del cine, la repetición,
te a un rival tan poderoso. La presencia del un elemento implicado en facetas de la ins-
país de las estrellas es permanente bien de titución cinematográfica que van de lo eco-
forma directa o constituvéndose en el fan- nómico a lo antropológico, juega un papel
tasma contra el que las cinematografías más fundamental para entender los cambios su-
diversas deben construir su propio destino. tridos por las películas. Consciente de su
La observación de este fenómeno se hace importancia, Leutrat utiliza la repetición
posible desde el principio. La división te- como instrumento con el que bucear en las
mática realizada en el volumen IV -«El representaciones fílmicas a la búsqueda de
cine de las dos Américas)), «El apogeo de los cánones que conforman los géneros de
los géneros))\! ~~Protagonistas»-comienza, la época. En esta tarea basa su apasionante
precisamente, por exponer dos travectorias trabajo y deja al descubierto los códigos
tan distintas como las de Estados Unidos y que conforman la fisonomía del western, el
América Latina. A pesar de la irregular apor- cine de aventuras o el cine bélico, sin olvi-
tación de Ann Marie Stock en «El cine mudo dar que no se tratan de mundos cerrados,
en América Latina: paisajes, espectáculos e sino intercambiables, que «interactúan»en-
historias)), podemos interpretar el panora- tre sí. De esa forma llega hasta el melodra-
ma latinoamericano del periodo como el de ma, el más inaprensible de los géneros, para
los intentos de construir industrias en con- el que acaba proponiendo la función focali-
diciones a veces paupérrimas, imitando mo- zadora a través de la cual interpretar la com-
delos cuvo desarrollo exitoso se llevaba a posición genérica de la institución.
cabo miles de kilómetros más arriba. Una La parte dedicada en el volumen IV a
mayor atención a la exhibición por parte de los ((Protagonistas))posee en general la ca-
Stock o de Antonio Santos en su capítulo racterística de la exhaustividad, que a veces
((Laexpansión internacional de Hollvwood~), juega en su contra 4 1 buen trabajo reali-
habrían dejado ver la penetración del veci- zado por Manuel Vidal Estévez en «Aporta-
no del norte en estos incipientes mercados. ciones europeas al cine americano)) se sola-
El relato de Santos sobre (!La consolida- pa en algunas partes a propósito de directo-
ción de los estudios)) ofrece una completa res y productoras con la narración de A.
visión de la organización y el desarrollo Santos en «La consolidación de los estu-
industriales que Hollywood alcanzó. Desde dios»-, pero que propicia unas aportacio-
la narración evhaustiva de los avatares em- nes de alto valor informativo. Ese es el caso
presariales de los estudios, hasta la interpre- del ((Significadodel nuevo Star-System))de
tación semiótica de sus logotipos, el trabajo Alberto Boschi, que está acompañado de
de Santos facilita de ese modo la compren- una división de los protagonistas muv escla-
sión de por qué el país norteamericano se recedora en términos del tuncionamiento
convirtió en la potencia cinematográfica que comercial y cultural del cine de Hollywood
sigue siendo. Entre las claves para entender realizado entonces. «El director es la estre-
el proceso, una idea que tiene eco dentro lla», de Leonardo Gandini, goza de la vir-
del mismo volumen: ((Al productor le inte- tud añadida de ocuparse de un tema que,
resan mercancías uniformes por razones in- va desde su enunciado, pone de manifiesto
dustriales. Pero dicho mecanismo es igual- la evistencia de un íenómeno mucho antes
mente beneficioso de cara a su comerciali- de lo consagrado por el tópico que estable-
zación. El público demanda, habitualmen- ció la historia anterior, seguida de gran par-
te, repetir el consumo de un espectáculo te de la crítica.
que le resultó placentero.)>(p. 21). Siqniíi- Algo parecido puede decirse del trabajo
cativamente, lean-Louis Leutrat también ha- de Richard Abel en el volumen V. S i Gandi-
bla del concepto de repetición en su traba- ni cuenta con toda naturalidad cómo el di-
jo sobre los géneros: «La repetición es indi- rector pasó a ocupar el lugar de estrella en
sociable del género que trata de crear en el América va desde los años diez, Abel, en
espectador un sistema de expectativas me- «LesAnnéesFolles: Reinventar un Cine Fran-
diante la repetición de personajes, escenas, cés» coloca en el mismo periodo un primer
situaciones, etc. El funcionamiento del dis- intento de establecer en el país galo cierta
politique de auteurs. Abel, tras un intere- «La Industria del cine en Asia y Orient
sante repaso a las películas francesas de los Medio» y el interés por la recepción qu
veinte a través de los campos de la produc- recorre el trabajo sobre «Cine de vargua
ción, distribución, exhibición y géneros. dia» realizado por Manuel Palacio, introdi
habla de la «red cinematográfica alternati n el replanteamiento necesario de cues-
va» que permitió el establecimiento de ciei nes que afectan a los temas de los que se
tos nombres que acabarían teniendo gra upan respectivamente
influencia en la historia posterior del cin Lejos de la ambición general presente
francés: Clair, Dulac, Gance, Epstein, etc. los estudios del volumen V, hay que s
La localización de prácticas en momen ir el decepcionante trabajo de Jean Fre
tos distintos de los consagrados por el tópi rg sobre el cine en Escandinavia. Su afá
co ayuda, sin duda, a la ruptura de cánone :opilatorio de nombres v títulos apenas S
históricos donde el señalamiento de un he- ve acompañado por un discurso reflexivo
cho que se produce supuestamente por vez sobre las diferentes industrias v sus produc-
primera da lugar a convertirlo en verdad tos. Un motivo diferente es el que juega en
inamovible y en fenómeno excepcional. La contra de ((La industria del cine en otros
ruptura con ciertos cánones históricos, pero países europeos)), de Emilio García Fernán-
nombrada de manera explícita, también está dez. Frente a un trabajo que tiene la virtud
presente en el trabajo de Thomas Elsaesser de tratar un terreno casi siempre ignorado,
«Del Kaiser a la crisis de Weimar)), el más se sitúa el solapamiento que se produce
completo de los que conforman el volumen entre esta aportación v la realizada por
V. En su lectura del cine alemán entre 1918 A. Santos en el volumen IV a propósito de
y 1930, el autor pone en práctica una am- «La expansión internacional de Hollywo-
plia gama de recursos que van del profundo odn. Tampoco se escapa de esta situación
conocimiento industrial y cultural del pe capítulo aparte dedicado al cine español
riodo cinematográfico tratado, al dominil iscrito por Julio Pérez Perucha. Pero tiene
del análisis textual. De ese modo, Elsaesse 'u favor el hecho de poder tratar el tema
conduce su relato hasta una conclusión don r extenso e incluir un sintín de cuestiones
de resalta la contradicción entre las pruebaS m: is, aparte de la tratada también por San-
aducidas por él y la verdad histcjrica soste tos,. Pérez Perucha elabora una historia del
nida hasta ese momento. cirie realizado en Madrid donde, a falta de
. . . ..
Idéntico resultado r.evisionist;
i es el conI-
.. , ,
seguido por Silvestra Marinieilo. Además de
un análisis textual profundo de las obras, se
PUede encontrar el trazado de un entrama-
encarnar, junto con la parte del volumen 1' r/ do humano muy revelador de la relación
realizada por Leutrat, el corazón autorrc entre el cine v la sociedad española de en-
flexivo de estos dos libros, Mariniello inteir- torices. Al mismo tiempo, podemos cono-
preta la historia del cine soviético de los cer y valorar, entre otras cosas, la naturale-
años veinte a partir de cuestiones como la za de las fuentes económicas que sustenta-
política económica adoptada por la URSS ron la industria cinematográfica, así como
durante aquel periodo, el fenómeno de la del mundo cultural del que se sirvió v al
fascinación soviética por la cultura ameri e se incorporó el cine que se realizaba.
cana o la reescritura del papel jugado por I resultado es una radiogratía que muestra
figura de Kuleshov en las prácticas cinema mo muchas de las características del cine
tográficas realizadas entonces. El logro d mñol mejor conocido, aquél que se de-
arrojar nueva luz sobre una época tan estu .rolla a partir de la llegada del sonoro,
diada -y complementada en este quintl n de ser interpretadas en continuidad con
volumen con el competente trabajo de Ivál cine mudo si se quiere entendi?r correcttt-
Darias y Cuido Cortell Huot-Sordot ((La wte la historia de las mismas.
aportaciones expresivas de los directore> Para acabar el recorrido por ~ . X U >"0s
soviéticos»- puede entenderse aquí como libros, una muestra de las conclusiones de
la consecuencia de haber encontrado pun- sus autores sobre lo que supone hacer his-
tos de partida diferentes de los utilizados toria del cine. De un lado, la interpretación
normalmente. En ese sentido, la parte dedi- clásica de la historia como enseñanza per-
cada a las políticas cinematográficas y los manente para el futuro: ((Buenoes conocer
códigos de censura por Alberto Elena en las circunstancias que permitieron la supre-
macía internacional de Hollywood por si Dos concepciones distintas del quehacer his-
alguna vez, en un futuro aún lejano, al- tórico que evidencian el carácter rniscelá-
guien quisiera corregir su gobierno absolu- neo de los enfoques que se dan cita en los
to sobre el reino del cinematógrafo.)) (Anto- dos volúmenes. Más allá de que la variedad
nio Santos, Vol. IV, p. 127) De otro, la idea sea el resultado de construir un proyecto a
de la historia como reescritura constante partir de colaboraciones individuales, tam-
desde el mismo momento en que acaba de bién puede interpretarse como la apuesta
ser, una vez más, formalizada: «Pero no son particular hecha por los responsables del
éstos los métodos con los que debería escri- mismo para superar el reto que afronta toda
birse la historia, va que están llenos de elaboración de la historia: ser una forma en
aproximaciones v de repeticiones (...). Esto presente de contar el pasado.
significa que la historia del cine estadouni-
dense (como la del cine en general) está
aún por hacer.)) (Leut U, p. 290). Daniel Sánchez Salas
D E E R R A T A S