Академический Документы
Профессиональный Документы
Культура Документы
La cultura Maya se divide en tres períodos principales: El Preclásico, Clásico y Posclásico; Estos
fueron antecedidos por el Período Arcaico, que vio los primeros asentamientos y el desarrollo
temprano de la agricultura. Gracias a la gran variedad geográfica del área hay una diversidad
cultural e histórica, pues los mayas no fueron un grupo homogéneo, sino un conjunto de etnias
con distintas lenguas, costumbres y formas de vinculación con su área. Pero la economía, la
organización sociopolítica, las construcciones y las obras escultóricas y pictóricas, así como los
conocimientos científicos y la religión de los grupos mayances, presentan semejanzas que
permiten considerarlas como producto de una misma cultura.
La historia prehispánica de los mayas cubre casi 3,500 años, desde el establecimiento de las
primeras aldeas, hacia el 2000 a.C.; hasta el sometimiento paulatino a la Corona española, en los
siglos XVI y XVII d.C.
Entre los años 1800 a.C. y 250 d.C se ubica el periodo Preclásico se desarrolla el idioma maya, el
pueblo obtiene experiencia y grandes ciudades empiezan a aparecer. En la agricultura se da
prioridad al cultivo de maíz, frijol y calabaza, en tanto a la caza, la pesca y recolección quedan
como actividades extras; por este motivo este periodo es conocido como el periodo agrícola. Se va
desarrollando una religión con la creencia de una vida ultra terrenal y culto a los muertos.
Durante el Período Preclásico Medio, pequeños pueblos comenzaron a crecer para al final dar
paso a ciudades. Para el año 500 a. C. estas ciudades poseían grandes templos decorados con
máscaras de estuco que representaban a los dioses. Guatemala fue la primera ciudad bien
documentada en las tierras bajas mayas, donde las grandes estructuras se han fechado hacia 750
a. C. Nakbé ya contó con una arquitectura monumental, monumentos esculpidos y calzadas que
caracterizaron a las posteriores ciudades en las tierras bajas mayas
Las tierras bajas del norte de Yucatán fueron ampliamente colonizadas en el Preclásico Medio.
Aproximadamente por el 400 a. C., cerca del final del período Preclásico Medio, los gobernantes
mayas fueron levantando estelas que celebraban sus logros y validaban su derecho a gobernar.
El período clásico es el período durante el cual en las tierras bajas mayas se levantaron
monumentos fechadas, utilizando el calendario de la cuenta larga. Este período marcó el auge de
la construcción a gran escala y el urbanismo, el registro de inscripciones monumentales, y
demostró un significativo desarrollo intelectual y artístico, sobre todo en las regiones de las tierras
bajas del sur.
Alrededor del siglo III d.C. se inició una época de florecimiento en todos los órdenes, llamada por
ello “clásica”, que culminó en el siglo IX. Recibe este nombre porque antes se creyó que un grupo
sacerdotal consiguió el poder político y la economía, lo social y cultural se desarrolló según la
religión, dando como consecuencia una estratificación social.
Entre los muchos sitios que florecieron durante este período podemos destacar a Kamínaljuyú,
Tikal, Palenque, Caracol, Yaxchilán, Bonampak, Chinkultik, Copán, Quiriguá, Calakmul, Cobá, Edzná,
Uxmal, Ek Balam y la Chichén Itzá clásica.
Hacia el siglo IX se inició una serie de cambios profundos, que se denominó “colapso maya”, que
consistió principalmente en el cese de las actividades políticas y culturales de las grandes ciudades
del área central, muchas de las cuales fueron abandonadas para luego desaparecer bajo la espesa
selva. Hay varias hipótesis sobre las causas de este fenómeno, entre las que se mencionan crisis
agrícolas, ruptura del equilibrio ecológico y hambrunas, que pudieron acarrear graves conflictos
políticos.
En el periodo posclásico que abarco los años 1000-1687 dc, después de que se abandonaron los
centros ceremoniales mayas del periodo clásico, a las Tierras altas del sur del área maya arribaron
varios pueblos extranjeros que modificaron el rumbo de la historia de esta civilización.
El Período Posclásico fue marcado por una serie de cambios que distinguían a sus ciudades de las
de la época clásica anterior. La gran ciudad de Kaminaljuyú en el Valle de Guatemala fue
abandonada después de un periodo de ocupación continua que se extendió por casi dos mil años.
Esto fue sintomático de los cambios que estaban barriendo a través de las tierras altas y la llanura
de la costa del Pacífico, en los cuales las ciudades situadas en terrenos expuestos fueron
reubicadas, al parecer debido a una proliferación de la guerra.
En los días antes de la conquista española, las tierras altas de Guatemala fueron dominadas por
poderosos estados mayas. La supremacía de Mayapán llego a su fin en 1441, cuando el líder xiu de
Uxmal, Ah Xupan Xiu, la destruyo masacrando a la familia real cocom. Durante su auge, Mayapán
llego a tener hasta 12 mil habitantes. En el Petén, Taysal de los Itzáes, Zacpetén de los Ko’woj y
Queixil de los Yalnain, fueron las ultimas ciudades Mayas y Mesoamericanas en ser conquistadas,
en el 1697 dc, por el conquistador Hernán Cortés en 1542.
Período Preclásico
La período preclásico está también llamado Período Agrícola, comenzaría en al año 1000 adC y
terminaría al 320 dC. Durante este periodo se desarrolla el idioma maya, el pueblo maya adquiere
experiencia y algunas grandes ciudades aparecen.
Existen algunos fragmentos del Chilam Balam de Chumayel donde se afirma que éstos provenían
de una migración que se produjo en el núcleo original maya que ciertos arqueólogos han
encontrado en la zona maya guatemalteca conocida como El Petén, cuando en el Preclásico medio
se comezaron a desarrollar ciudades monumentales, en la Cuenca del Mirador, como Nakbé, ca
1000 AC El Mirador, ca 600 AC, Cival, ca 450 AC y San Bartolo ca 400 AC con sus ahora famosos
murales del Preclásico, los más finos y antiguos del área Maya. Estas grandes ciudades, ya
contaban con todas las características que hicieron famosos a los Mayas del periodo Clásico, y
dando lugar a la duda si los Olmecas y Mayas, de hecho fueron culturas que se desarrollaron
independientemente.
El trabajo de la tierra dio prioridad al cultivo del maíz, el frijol y la calabaza, en tanto la caza, la
pesca y la recolección quedaron como actividades complementarias; por eso a este periodo se le
conoce también como agrícola. En él se va desarrollando una religión sencilla con la creencia en
una vida ultra terrena y el culto a los muertos.
Del período Preclásico Tardío se han detectado numerosos asentamientos humanos entre los
cuales se encuentran Santa Marta (Chiapas), donde se constata una temprana ocupación en
labores de cerámica y cultivo de maíz, fechada con el año 1320 adC; Chiapa de Corzo, Tonalá,
Padre Piedra, e Izapa, con influencia olmeca; Edzná, Xicalango, Tixchel y Santa Rosa Xtampak
(Campeche); Yaxuná, Acanceh, Dzibilchaltún (Yucatán); Chalchuapa (El Trapiche, Casa Blanca,
Laguna Cuzcachapa, La victorias y Bolinas) en el departamento de Santa Ana de El Salvador;
Kaminaljuyú en el sur de Guatemala. Los pobladores de este último asentamiento controlaron las
relaciones comerciales de la zona con el resto de Mesoamérica hasta que fueron invadidos hacia el
año 400 dC, por guerreros provenientes del centro de México, de la poderosa ciudad de
Teotihuacan, cuya influencia militar y cultural se dejó sentir desde entonces en todo el ámbito
maya.
Tikal :
Templo de Palenque :
Palenque :
• Período Posclásico
Abarca los años 1000-1687 dC Una vez abandonados los centros ceremoniales mayas del periodo
clásico, la fuerza generadora de esta época va a ser una corriente migratoria identificada
étnicamente con los mayas arraigados en la región, que traía consigo una cultura mestizada de
fuerte contenido náhuatl.
El territorio del que provenían los putunes era el delta de los ríos Usumacinta y Grijalva, una
región de ríos, riachuelos, lagunas y pantanos en donde predominaba el transporte acuático. Esto
hizo de los putunes unos excelentes navegantes y mercaderes, que controlaban las rutas
marítimas comerciales alrededor de la península de Yucatán, desde la Laguna de Términos en
Campeche hasta el centro de Sula en Honduras.
De esta época datan las influencias toltecas en el arte y la arquitectura mayas.
Hacia el año 1000, Chichén Itzá formó una alianza con los cocomes de Mayapán y los xiu de Uxmal.
Dicha alianza es conocida con el nombre de Confederación o Liga de Mayapán, rota en 1194 por
Hunacc Ceel, líder de los cocomes. Las hostilidades desembocaron en la derrota tanto de los itzaes
como de los xiu. El auge de Chichén-Itzá y de sus gobernantes maya-toltecas terminó en caos hacia
fines del siglo XIII. Los itzaes abandonaron su ciudad y se dirigieron a las selvas desiertas del Petén.
Allí, en el lago Petén-Itzá, fundaron una nueva población localizada en la isla de Tayasal.
La supremacía de Mayapán llegó a su fin hacia 1441, cuando el líder xiu de Uxmal, Ah Xupan Xiu, la
destruyó masacrando a la familia real cocom. Durante su apogeo, Mayapán llegó a tener hasta 12
mil habitantes. Era una ciudad fortificada, rodeada de una muralla de piedra. Se pueden ver en su
arquitectura claras influencias toltecas.
En el Petén, Tayasal de los Itzáes, Zacpetén de los Ko’woj y Queixil de los Yalnain, fueron las
últimas ciudades Mayas y Mesoamericanas en ser conquistadas, en el 1697 DC, para el
conquistador Hernán Cortés en 1542.
Kukulkán es el nombre Maya de Quetzalcóatl, personaje importante en el Período Posclásico de
los mayas.
BIOGRAFÍA E HISTORIAS DE LA CULTURA XINCA
El pueblo xinca o etnia xinca es una etnia amerindia, casi extinta, que se situaba en Centroamérica,
en lo que hoy es Guatemala y El Salvador. Se caracterizaban por hablar el idioma xinca, de familia
desconocida1 y no relacionado con ninguna lengua maya y tampoco el azteca.2
Antes de la llegada de los colonizadores españoles, el señorío xinca se extendía desde la costa del
Pacífico hasta las montañas de Jalapa. Los xincas opusieron resistencia a Pedro de Alvarado y sus
hombres, cuando atravesaron la zona rumbo a Cuscatlán. Finalmente, el conquistador los venció y
tomó como esclavos a muchos de ellos, a quienes obligó a acompañarlo a la conquista de lo que
ahora es El Salvador. De ese hecho se deriva el nombre del pueblo, el río y el puente “Los
Esclavos”, en el municipio de Cuilapa, Santa Rosa. La batalla tuvo lugar el 26 de mayo de 1524 y
resultó en una reducción significativa de la población de xinca.3 Después de 1575, el proceso de
extinción de la población xinca se aceleró, principalmente por el traslado de la población a otros
lugares y la hispanización gradual de la población.
Antes de la llegada de los colonizadores españoles, el señorío xinka se extendía desde la costa del
Pacífico hasta las montañas de Jalapa.
Los xinkas opusieron resistencia a Pedro de Alvarado y sus hombres, cuando atravesaron la zona
rumbo a Cuscatlán.
Finalmente, el conquistador los venció y tomó como esclavos a muchos de ellos, a quienes obligó a
acompañarlo a la conquista de lo que ahora es El Salvador. De ese hecho se deriva el nombre del
pueblo, el río y el puente Los Esclavos, en el municipio de Cuilapa, Santa Rosa.
Se sabe que en Chiquimulilla, los Xinkas recolectan sal y pescan, y los que viven el área rural
cultivan maíz. En el señorío Xinka, que se extendía desde la costa del Pacífico hasta las montañas
de Jalapa, hubo valientes guerreros que opusieron fiera resistencia a Pedro de Alvarado y sus
hombres, cuando atravesaron la zona rumbo a Cuscatlán. Finalmente, el español los venció y tomó
como esclavos a muchos de ellos, a quienes obligó a acompañarlo a la conquista de lo que ahora
es El Salvador. De ese hecho se deriva el nombre del pueblo, el río y el puente Los Esclavos, en el
municipio de Cuilapa, Santa Rosa.
Gaitán Lara realizó en 1997 el Breve estudio de la comunidad lingüística xinka. En la actualidad, el
xinka, único idioma indígena cuyo origen no se remonta a los antiguos mayas, estaba en franca
desaparición, pues lo hablan apenas entre 1000 y 2500 personas, en la actualidad existen más de
150000 xinkas en sumatoria de los municipios de Jutiapa, Jalapa y Santa Rosa.
Según estudios recientes, es hablado en siete municipios y una aldea de Santa Rosa, Jutiapa,
Jalapa. En 1991 se mencionaba que sólo tenía 2500 hablantes, pero en 1997 se decía que eran
29700, y en el 2010 con apoyo de las Comunidades Indígenas, Instituciones Como CODISRA y le
Ministerio de Educación, donde se está llevando proceso de rehabilitación del idioma en grupos de
Docentes que transmitirán el idioma a sus estudiantes como proyecto ley para rescatar la
Identidad del Pueblo xinka en el cual labora su servidor.
Para ese último año, se mencionaba que en Guazacapán, Santa Rosa, sólo lo hablaban 25 ó 40
abuelos la mayoría de más de 80 años, y la juventud se está preocupando por aprenderlo.
Una de la referencia más antigua sobre este idioma la proporcionó el arzobispo Pedro Cortés y
Larraza, durante una visita pastoral a la diócesis de Taxisco, en 1769.
Los expertos aseguran que la reconstrucción del xinka se puede visualizar como posible mediante
métodos de lingüística histórica y arqueología lingüística, que pueden ser aplicados por equipos de
lingüistas dedicados a este campo.
Desde 1575 los xinkas entraron en lo que se llama "proceso de extinción" en donde el idioma
materno de la etnia se va extinguiendo debido a la muerte de los hablantes y a la no enseñanza
del idioma a las siguientes generaciones y con el idioma también la cultura, pero con los acuerdos
de paz y la creación de la Ley de Idiomas Nacionales se iniciaron los intentos por salvar este
idioma, y uno de estos intentos fue la creación del consejo del Pueblo Xinka, el cual se dedica a
realizar esfuerzos por salvar el idioma y la cultura xinka por medio de un estudio gramatical del
mismo.
Los primeros habitantes de la región en la época prehispánica fueron los Xinkas, quienes ocuparon
todo el territorio desde la costa del actual departamento de Escuintla hasta las montañas de
Jalapa.
El señorío Xinka de Santa Rosa, fue el más aguerrido y valiente durante la conquista española en el
siglo XVI. El conquistador Pedro de Alvarado los tomó como esclavos para la reducción militar de
Cuscatlán en la actual República de El Salvador. De este hecho se deriva el nombre del pueblo, el
río y el puente Los Esclavos, en el municipio de Cuilapa. Hay testimonios de que estos indígenas
fueron los primeros esclavos formalmente asignados por los conquistadores en el paraje que
actualmente lleva ese nombre.
Con la llegada de los europeos, los indígenas Xinkas de otras etnias originarias fueron extinguidos,
y los habitantes españoles y criollas, se asentaron en esas tierras fértiles.
Por esta razón histórica, en la actualidad la población del departamento es de clara ascendencia
mestiza y "ladina vieja", con conexiones muy directas con los primeros hacendados y ganaderos
hispanos. Sin embargo, actualmente en algunos municipios como Chiquimulilla y San Juan
Tecuaco, existe una tendencia a la inmigración de habitantes de la República de El Salvador.
La vida del departamento se inicia alrededor del pueblo que se llamó Nuestra Señora de los
Dolores o de la Candelaria de los Esclavos, el cual en 1570, contaba con un sacerdote. El 21 de
agosto de 1573, a solicitud de Baltazar de Orellana, síndico procurador, las autoridades del reino
acordaron la construcción del puente de Los Esclavos, que se inició en 1592.
En Chiquimulilla existen dos barrios indígenas: Santiago y San Sebastián. Ambos poseían terrenos
comunales, los indígenas de Santiago poseían El Astillero (1,5 caballerías equivalente a 67,5
hectáreas) situado en las tierras bajas del municipio y San Sebastián, El Pajal que aún conserva. En
la década de 1960, Una tradición relevante respecto de la tierra que los xincas actuales mencionan
como costumbre de sus antepasados, es la limpieza colectiva de los mojones del común. Esta se
hacía cuando las autoridades convocaban mediante el toque del pito y el tambor. Al escucharlos,
en la madrugada, los pobladores se dirigían a los mojones donde trabajaban todo el día. En la
comunidad de Las Lomas de Chiquimulilla, los dirigentes se han planteado el rescate de esta
costumbre.
Cuando los xinKas hablan de sus abuelos, se refieren a una identidad perdida en la historia del
despojo y el etnocidio. Se refieren a un pasado mítico en el que la posesión del territorio permitía
la conservación de la cultura, el idioma, el traje y las formas tradicionales de organización social. El
racismo, la discriminación, la pérdida de la tierra y la represión de sus rasgos identitarios más
evidente les obligaron a asimilarse, aunque aparencialmente, a la sociedad dominante. Se perdió
el hilo conductor del tejido social y cultural de los originales xinKas, pero no se perdió la memoria
que constituye el punto de partida para los procesos actuales de reestructuración identitaria. La
historia oral de este pueblo es el relato de las relaciones con los otros culturales. Desde la
Conquista, cuando el otro suponía la relación entre el conquistado y el conquistador hasta el
presente, cuando denota la relación entre el expropiado y el expropiador de la tierra.
“De acuerdo a la comunidad indígena Xinka del municipio de Jutiapa, Los Indios de la Justicia. En el
año de 1601 los nativos protestan porque el padre Antonio de España edifica una casa de su
propia autoridad perjudicando los sembrados que los nativos tenían y que servían para asegurar
su alimento. De la misma manera el español Juan Orozco de Ayala, solicita a España un sitio que se
componía de cinco caballerías de extensión territorial viendo esto los indios justicia se opusieron
armando un tremendo pleito y protestando ante su majestad, exigiendo la medición de las tierras
propiedad de ellos en esta región”. “En 1708 se vuelve a actualizar el asunto de la construcción de
la iglesia…… como siempre fueron los justicias y común del pueblo de San Cristóbal de Jutiapa, los
que ese mismo año piden a la Audiencia se les conceda la cuarta parte de su tributo para
emplearlo en la construcción de su iglesia”
El municipio de Jutiapa con un área de 620 kilómetros y a una altura de 895 metros sobre el nivel
del mar, limita al norte con el municipio de Monjas (Jalapa), El Progreso y Santa Catarina Mita
(Jutiapa); al este con Asunción Mita, Yupiltepeque y El Adelanto (Jutiapa); y al oeste con Quesada
(Jutiapa) y Casillas (Santa Rosa).
En la actualidad, el xinca, único idioma indígena cuyo origen no se remonta a los antiguos mayas,
está en franca desaparición, pues lo hablan apenas entre 100 y 250 personas. Según estudios
recientes, es hablado en siete municipios y una aldea de Santa Rosa y Jutiapa. En Santa Rosa, la
cultura Xinca se establece en los municipios de: San Juan Tecuaco, Chiquimulilla y Guazacapán. En
1991 se mencionaba que solo tenía 25 hablantes, pero en 1997 se decía que eran 297. Para ese
último año, se mencionaba que en Guazacapán, Santa Rosa, solo lo hablaban 5 o 6 abuelos, la
mayoría de más de 80 años. Una de las referencia más antiguas sobre este idioma la proporcionó
el arzobispo Pedro Cortés y Larraz durante una visita pastoral a la diócesis de Taxisco, en 1769. Los
expertos aseguran que la reconstrucción del xinca se puede visualizar como posible mediante
métodos de lingüística histórica y arqueología lingüística, que pueden ser aplicados por equipos de
lingüistas dedicados a este método. Dentro de este ámbito de trabajo llevado a cabo por los
indígenas de la sociedad xinca, encontramos un gran desempeño agricultor, el cual se encarga de
la producción de elementos básicos y cotidianos para el ser humano, tal como lo es el café, los
frijoles, los cultivos de maíz y las sandías para luego realizar su comercialización y así poder
seguirle sacándole provecho a estos alimentos.
Los primeros antepasados de los garífunas fueron esclavos negros que desde África Occidental
eran trasladados hacia las minas y plantaciones de América; se cree que fue en 1635, cuando dos
barcos españoles naufragaron frente a las costas de San Vicente y sus cautivos escaparon
nadando. Los Caliponan les dieron refugio a estos africanos ansiosos por establecer lazos
amistosos y comenzar una nueva vida. Al mezclarse formaron la cultura Garinagu (Garífuna) o
Caribes Negros, una amalgama entre las tradiciones de pesca y agricultura caribe y la
espiritualidad, música y danza africana.
En el siglo XVI, la expresión Kalinagu se utilizaba en la isla para identificar negros radicados en ese
espacio caribeño. Del Kalinagu se derivó en el siglo XVII, el término Garinagu-garifuna. El nuevo
pueblo se fortaleció y creció a lo largo del siguiente siglo, convirtiéndose en un enclave de
hombres libres; una seria amenaza para los países esclavistas.
La población negra de San Vicente se incrementaba con los africanos esclavizados que huían de las
cercanas islas de Barbados, Santa Lucía y Granada. Para el siglo XVII la sociedad negra era la
dominante en isla. La disputa por recursos y territorios hizo que los grupos se dividiera: los
Garífunas se establecieron en el noroeste y obligaron a los Caliponan a moverse al oeste de la isla.
Cuando la noticia de las disputas entre los grupos de pobladores de San Vicente llegaron a Francia,
su gobierno intentó apoderarse de la isla. Se aliaron con los Caliponan y enviaron (año 1719) unos
500 soldados. Los Garífuna desde las montañas practicaron una guerra de guerrillas, los franceses
no pudieron dominarlos y al cabo de unos años optaron por establecer lazos amistosos con ellos.
La comunidad Garífuna adquirió de los franceses el gusto por el vino, adoptaron la moneda
francesa como medio de intercambio para el comercio, obtuvieron nombres franceses y
eventualmente se convirtieron en sus aliados contra de la colonización inglesa.
La firma del Tratado de París de 1763 otorgó a Inglaterra la posesión de la isla de San Vicente,
numerosos colonos ingleses comenzaron a llegar, intentaban que los garífunas les cedieran sus
tierras fértiles para la siembra de caña de azúcar, ante su intransigencia, los provocaron hasta
llegar a la guerra declarada, la "Primera Guerra del Caribe". El 17 de febrero de 1773 firmaron un
tratado de paz, los Caribes Negros se reconocían como súbditos del rey Jorge III y se radicaban en
la mitad norte de la isla, autorizados a ejercer el libre comercio y la pesca.
El 14 de marzo de 1795 los ingleses asesinan al líder Chatoyer, hecho que derrumbó el ánimo
garífuna, produjo el retiro de los franceses y un vuelco en el curso de la guerra. La resistencia
indígena continuará bajo el liderazgo de Du Valle hasta su rendición al año siguiente.
Los ingleses expulsan a los garífunas de San Vicente, 4.644 son embarcados como prisioneros a la
isla de Baliceaux, de 130 hectáreas de superficie -entre las de San Vicente y Granada- donde las
condiciones para la vida eran imposibles. Sobreviven 2.026 que son transportados a Punta Gorda
en la Isla de Roatán frente a las costas de Honduras donde son abandonados el 12 de abril de
1797.
Según una leyenda, los garífunas escondieron entre sus ropas mandioca, que se mantuvo en buen
estado gracias al sudor que emanaba de los cuerpos hacinados de los cautivos. Plantaron la
mandioca en esa isla, donde creció en abundancia. Cada año, en Belice, al representar su llegada,
los lugareños se hacen a la mar y se dejan llevar de regreso a la playa, mientras ondean frondas de
palmeras y hojas de bananos como símbolos de la mandioca que dio sustento a sus ancestros
La mayoría no permanecerá mucho tiempo en la isla, solicitan a los españoles que se lo traslade a
la costa hondureña, que los autoriza a cambio de usarlos como soldados o fuerza de trabajo, así
arriban a Trujillo antigua capital de Honduras (hoy capital del Departamento de Colón).
En Honduras el clima político no les favorecía, estaban aliados a los españoles cuando se gestaba
la independencia centroamericana, así se produce un movimiento poblacional que funda aldeas
pesqueras por todas la costa caribeña centroamericana, el mayor número se dirige a Belice. Allí se
celebra el 19 de Noviembre como el "Día del Arribo" al igual que en Nicaragua, mientras en
Guatemala se lo hace el 26 de Noviembre y en Honduras el 12 de abril.
Además de los pueblos indígenas que existen en Guatemala, en su mayoría de ascendencia maya,
también existe el pueblo Garífuna, que es de ascendencia africana y caribeña. El pueblo garífuna
ha luchado por preservar su identidad y cultura, unificando los esfuerzos para mantenerse vivo,
pero existen múltiples problemas sociales que afronta hoy en día, como el peligro latente de
perder la medicina ancestral.
Son ceremonias religiosas, en la que se conjugan todas las expresiones culturales más importantes
del pueblo garífuna como lo son la lengua, la música, danzas, indumentaria y gastronomía. Se
realizan en el templo garífuna llamado Dabuyaba. En estas ceremonias se da la comunión entre las
familias garífunas con sus ancestros, los seres espirituales y elementos del universo. El objetivo de
las ceremonias pueden ser varios, desde una acción de agradecimiento hasta la sanación de
alguna enfermedad de tipo espiritual. Puede ser una celebración de tres o cuatro días, en la que se
dan varios rituales: rariguou, agambahani, arandaruni, afunahani, abelagüdahani, amalihani,
dagagüduou, abayuhani, ladaruweyu, agudahani, malí o amalihani -contemplación-
(Conocimientos Ancestrales de la salud de Pueblo Garífuna, 2011)
La organización y planificación de las ceremonias puede extenderse de seis meses a dos años. Las
personas encargadas y con autoridad para la celebración de las ceremonias están encabezadas por
el Buyei, los ebus, los gayusas o cantoras, doumbrias o tamboristas, abougutiñas -cocineros,
cocineras-, gangayu o guardian de las ofrendas, tebusisira o maraquero y el ounagülei o mensajero
(Conocimientos Ancestrales de la salud de Pueblo Garífuna, 2011).
Poseen una cultura idiosincrásica, conservada desde los orígenes africanos hasta la actualidad,
compuesta por costumbres, idioma, ritos y tradiciones que los caracterizan y diferencian de otros
grupos étnicos del país. Pero su conservación cultural es un reto porque en la actualidad están
pasando por una etapa de aculturación que pone en riesgo el patrimonio cultural: por la pérdida
del idioma y el poco conocimiento escrito de la historia, de los ritos y de las tradiciones garífunas y
por la introducción de factores externos y estereotipos extranjeros (Conocimientos Ancestrales de
la salud de Pueblo Garífuna, 2011).
Es tradición su pure de plátano, el casabe -galleta de yuca-, el pan de coco, de banano, de piña y
de camote (Castillo, 2015).
Entre los platillos típicos están: el Dugito -guiso de papa-, el Gallo Pinto cocinado con aceite de
coco y el Johny Cake, pastel que preparan para los velorios. También esta el Guifiti, que es la
bebida típica más popular, hecha con varias hierbas y ron (Culturas, s.f.).