Академический Документы
Профессиональный Документы
Культура Документы
personas privadas
de libertad, a sus
familias, a los
sueños de buena
voluntad
Cuentos de Cárcel · 1
Edición
Claudio Geisse
Valeria Aldana
Diseño
Lucía Paz
Supervisión editorial
FdR GTZ/MINJU
Proyecto de Reforma de los Procedimientos y
Bases Legales en el Ámbito Penitenciario.
2010
Morandé 107, Santiago de Chile
www.reformapenitenciaria.cl
2 · Cuentos de Cárcel
Presentación
Claudio Geisse
Director de Talleres
6·
Remy Huerta Rojas
CCP de Colina I, Pabellón Asystir
EL COLUDO Y EL BARBUDO
Bernardo Reyes
CDP de Santiago Sur, Módulo B
Cuentos de Cárcel · 9
prepara para desaparecer de este mundo. El Coludo se prepara,
dirige sus ondas invisibles para cautivar al gordito. Este ni siquiera
lo pesca. Está absorto con su plato de comida. El coludo insiste, le
susurra al oído, arremete mentalmente contra él, pero todo es en
vano y se pregunta: ¿Cómo puede ser más importante un plato
de comida que todos mis poderes? ¡No puedo estar poniéndome
viejo, este gordo no me la va a ganar!
10 · Cuentos de Cárcel
fuerzas, y como puede sigue al gordito a su pieza, no se le va a
escapar. Ahí está, lo encuentra echado en su cama viendo un
programa de farándula en la TV. El Coludo se acerca, ensaya todas
sus artes hipnóticas… el gordito está a punto de caer… el Coludo
esgrime una amplia sonrisa de triunfo que muestra sus afilados y
amarillos dientes: —“Jejeje ya es mío”… pero pasa algo, terminan
los comerciales y comienza un programa totalmente original e
inédito: “Historias de Cárcel”. El gordo queda hipnotizado, pero no
por el Coludo, sino por la tele. Y lo peor, aparecen más internos
para ver el programa cultural. El Coludo insiste una y otra vez, pero
todo es en vano. Aparte de su tradicional rival, ahora se suman
otros: el barbudo, la tv… —y se pregunta… así ¿cómo diablos voy
a conquistar almas?
Cuentos de Cárcel · 11
CARLOTO
Humberto López Candia
CDP de San Miguel, Cruceta 1, Sección Platina
12 · Cuentos de Cárcel
puerta de la más añosa celda, Carloto sentenció que antes que los
milicos le quitaran la vida, ya que estaba condenado a muerte por
una Corte Marcial, se la quitaría él por su propia mano. Al cerrar y
poner el cerrojo, Araniz sintió un hielo recorrer su espalda, como
una sentencia sintió esas palabras que rebotaron en su cerebro,
como campanadas de piedras secas, y así, con esa sensación se
marchó de la Unidad Penal, con un temor soterrado y umbroso,
con esa antigua intuición de paco viejo, que le decía que aquella
sentencia tenía algo más que le inquietaba, tanto que aquella
noche soñó que veía a Carloto caminar hacia él con las venas
abiertas y con lágrimas de sangre ensuciando su cara de niño.
Cuentos de Cárcel · 13
HUMANO II (POR FIN LIBRE)
Víctor José Calderón Gutiérrez
CDP de Santiago Sur, Módulo A
14 · Cuentos de Cárcel
Algo indescriptible le ataba a este lugar, algo así como
una energía, una poderosa energía que le guiaba, hacia un
evidentemente caótico y cláustrico enigma.
Debía descubrirlo, así que entró de una buena vez. Nada ni nadie
lo detuvo. Fue en ese preciso instante donde todo se aclaró en
su mente: vio su cuerpo tendido, yacía calcinado, desnudo. Sintió
paz, que raro todo, “Reía” y realmente no supo si era él tendido
soñándose, o él parado viéndose soñar.
Cuentos de Cárcel · 15
QUE LARGA LA ESPERA
Oriana Rojas Bravo
Madre del Interno Héctor Villa Rojas
CDP de Talagante
16 · Cuentos de Cárcel
qué largo el camino, qué larga
es la espera, viendo a mi hijo,
ahí entre rejas.
En este largo caminar, has
cargado una pesada mochila,
no te preocupes hijo,
la desocuparás algún día.
Los días que pasan y los atardeceres
se han vuelto más cortos,
pensando que te queda poco.
Ya no habrá más navidades,
incompletas, ni abrazos vacíos
porque estarás tú llenando
todos mis vacíos.
Son tantas las palabras,
que quisiera decir en este cuento,
que en cada fragmento que escribí,
lo hice con todo mi sentimiento.
Cada letra que escribí, cada
palabra que inventé,
sólo sé que del alma me salió
por el gran amor que siento yo.
Cuando miro, hacia el cielo,
veo a mi lindo lucero, al cual
siempre le he pedido
un gran deseo:
“Vuélvele la paz y tranquilidad
a mi hijo, que al salir de aquí
el se encuentre con su niño
y que todos juntos vivamos
un sólo regocijo”
Qué largo el camino
qué larga es la espera de ver
a mi hijo de nuevo
en mi vereda…
Cuentos de Cárcel · 17
Panorama de Santiago Sur
Vuelvo a la ex penitenciaria después de los sucesos. Los chicos
me esperan. Todo está bien y me reciben con cariño. Les explico
los motivos personales de la ausencia, sumandos a los sucesos
relativos al paro de Gendarmería. Me dicen que no me preocupe,
que todo está bien, que hay que hacer todo lo que sea “por la ma-
mita”. Me piden que les hable de ella, les hablo de ella, pero corto
y preciso, les hablo con alegría, con memoria de belleza, ellos se
ponen un poco melancólicos, quizás pensando en sus propias
pérdidas, en sus ausencias, en sus sacrificadas madres que visita
tras visita llevan alegrías y regalos. No pretendo que la muerte
se apodere de ellos en el discurso, este día no es necesaria tanta
tristeza. Tengo en mi bolso escondido el libro de sonrisas que
hará que todos se vuelvan infantes bien paridos y niños bellos.
Papelucho es mi arma secreta. No lo saben hasta que desenfun-
do el libro y los apunto, todos levantan los brazos en signo de
que están desarmados.
Claudio Geisse
Director de Talleres
18 ·
20 · Cuentos de Cárcel
Mención Honrosa
Cuentos de Cárcel · 21
Mención Honrosa
rocas donde el agua parecía subir por escaleras invisibles y caer
rápidamente al abismo de acantilado y refugiarse nuevamente en
el inmenso mar.
22 · Cuentos de Cárcel
Mención Honrosa
el infinito del inmenso mar, dándome a comprender que yo era
lo más importante de su vida”... –Yo impávido también sentía que
si ella no estuviese allí, mi vida no tendría sentido... Mario quiero
decirte que te amo… -exclamó.
Cuentos de Cárcel · 23
Mención Honrosa
en este lugar. Luego del éxtasis, nos dimos cuenta que de repente
apareció una inmensa luz dorada que crecía en el horizonte, crecía
de tal modo que parecía conseguir tocar la más distante y lejana
estrella de la galaxia… habíamos descubierto otro frente que unía
lo visible con lo invisible, y que Andreíta comenzaba a criar dentro
de su vientre, sin saberlo, esa unión cósmica de la creación y con
ese BIG BAN, he acabado...
Al día siguiente Don Mario fallece a causa del mal que lo aqueja,
ese día no hubo clases y se recordó a Mario, cada uno de nosotros
y los integrantes al taller recordamos una historia o anécdota que
hubiéramos compartido con Mario, y descubrimos que esa anhelada
historia que el quería plasmar junto con el profe sobre su árbol seco,
Mario se estaba refiriendo a su propia vida, a su necesidad de vivir
y no sentirse que estaba muriendo. DUERME LEÓN DUERME EN
PAZ…
EL PROFE.
24 · Cuentos de Cárcel
Selección Especial
Así, cada día cantaba la María cuando barría mi casa. Era una
mujer muy alegre y muy enamorada. Le hacía ojitos a Juanito el
jardinero, don Tito del almacén y al cojo Claudio el que cuidaba
autos. A todo hombre que veía, ella le sonreía.
Cuentos de Cárcel · 25
Selección Especial
Y así fue como la María y sobretodo después que don Tito, el del
almacén, le dijo “María, cásese conmigo”, y ella que era decente,
pero no lesa, le dijo altiro que sí, y la María desde ese día no dejó
más de cantar “El sol sale, la luz se prende y así es como se alegra
mi alma cuando el tito vuelve”.
26 · Cuentos de Cárcel
Mención Honrosa
Cuentos de Cárcel · 27
Mención Honrosa
Su llegada fue para nosotros de gran bendición. Pues además
de enseñarnos las técnicas para dominar las diferentes artes
de ciencias, trajo a nuestra comunidad mucha abundancia y
prosperidad; también nos dejó como legado nuestras leyes
morales:
HAYNA corría sin descansar. En el día INTI (sol) cuidaba sus pasos
y en la noche su esposa Killa (luna) protegía su andar, descansando
únicamente en los TAMBOS donde se reabastecía de hojas de
coca que CHARCHANDO continuamente alegaban el hambre y el
cansancio.
28 · Cuentos de Cárcel
Mención Honrosa
acogida), en donde sería consagrada como MAMAQUNA (virgen
del sol).
Para los dos era un gran conflicto, pues debían colocar en una
balanza, por un lado el fuerte y bello sentimiento de amor que
había entre los dos, sumado a la más desbordante pasión que la
naturaleza humana podía generar entre el hombre y una mujer,
en la plenitud de su juventud, contra la responsabilidad de asumir
su destino ya marcado y la misión que cada uno debía cumplir.
HAYNA, como CHASQUI, tenía que llegar donde el INCA e informar
la noticia que le habían encomendado transmitir. En tanto que
SUMALLA KACHAKI debía ser consagrada como MAMAQUNA
(virgen del sol) y dedicar el resto de su existencia al servicio de
INTI y del INCA. El sentido de pertenencia de su cultura, las leyes
morales grabadas en su personalidad, el respeto a las tradiciones y
la absoluta obediencia a los designios de APU KON TITI VIRACOCHA
(Dios creador de todo el Universo), no los dejaron llevar a cabo lo
planeado, la JALSUÑA (la fuga).
Cuentos de Cárcel · 29
Mención Honrosa
Hoy HAYNA, convertido en QUIPOQAMAYOC (encargado
de interpretar el QUIPU), nos transmite a nosotros toda la
instrucción necesaria. Legándonos la historia, el mito de origen,
las leyes morales, la cultura y las tradiciones de nuestro pueblo,
acompañado de la enseñanza de cuentos y relatos de hechos
recordados. Al terminar la instrucción, para ser investido como
MACHAQA ILAKATAS, nuestro querido hermano HAYNA, como
AWATIRI (sacerdote intercesor), nos enseña con su historia
que los anhelos personales nunca deben anteponerse a la
responsabilidad que tenemos con nuestra cultura, nuestras
tradiciones y nuestra moral. También es nuestro deber asumir
el rol que nos corresponde para el correcto funcionamiento del
orden social en nuestra comunidad.
30 · Cuentos de Cárcel
Mención Honrosa
AMOR HELADO
Cristian Eduardo Meza Arriada
CDP de Santiago Sur, Calle 13
Cuentos de Cárcel · 31
Mención Honrosa
quedó triste, pero poco pudo hacer al respecto. El día de aquella
discusión no lo esperó a cenar, ella tenía ganas de romper la rutina
de cada noche. Se acostó en la cama y se puso a leer. Cuando
sintió que se abría la puerta, fingió estar dormida. Él se acercó
silencioso y creyendo su embuste, estiró una mano temblorosa
para acariciar su cabello. En ella su corazón se contuvo. Luego, su
boca buscó la de ella robándole un beso nervioso. De allí salió del
dormitorio para buscar algo de comer. Desde la puerta, antes de
salir, le susurró que la amaba. Ella no pudo evitarlo, lloró toda la
noche en silencio. Se dio cuenta que su amor helado no era tal,
que no existía aquello de lo que se había enamorado. Se sintió
traicionada, burlada y dolida. Fue triste para ella darse cuenta de
la realidad.
32 · Cuentos de Cárcel
Panorama de San Miguel
Entro a San Miguel y el trato es cortés y respetuoso. Todos tie-
nen muy buena voluntad y disposición para mi ingreso al penal.
Subo 5 pisos hasta el lugar donde recurrentemente hago el ta-
ller y tengo que bajar los 5 pisos nuevamente, junto a los chicos,
pues el salón está ocupado. Por hoy trabajaremos en una sala
que hace las veces de iglesia evangélica. Todo está rodeado de
pequeños altares y cuadros que muestran una especie de paraí-
so. En cada cuadro se aprecian ríos luminosos y llenos de agua
cristalina. Le pregunto a un hermano evangélico las razones que
tienen los cuadros de su religión para mostrar ese tipo de co-
rrientes de agua.
-Son los ríos de agua viva, los ríos del señor. –me responde serio.
Luego posa sus ojos en el techo y exclama ¡Amén!
Hablamos de la situación carcelaria. De los problemas que po-
drían venir. De lo que ellos quieren y necesitan.
Después comenzamos con las lecturas. Muchos traen sus traba-
jos en sobre para entregármelos para el concurso literario. Hay
motivación y ganas de participar.
Leemos los trabajos. Hay buenas cosas. Hay literatura. Hay vida
en los escritos.
Para la mayoría es primera vez que participan en un taller, para
otros es primera vez que escriben algo. La sensación de emoción
recorre muchas venas en la torre 2 de la cárcel de San Miguel.
Estamos leyendo cuando llega un funcionario de Gendarmería
avisando que estamos en la hora. Con rapidez todos se ponen de
pie, pero de todas formas nos damos un abrazo.
Claudio Geisse
Director de Talleres
· 33
César Rivera
Colina 2
Mención Honrosa
FATAL ENCUENTRO
José Saavedra Lepe
CDP de Santiago Sur, Módulo B
Cuentos de Cárcel · 35
Mención Honrosa
espantar sus cavilaciones, camina sigiloso. Isabel, al parecer, no se
encontraba en el hogar. Se dirigió al dormitorio, lugar de tantos
encuentros íntimos, discusiones y alegrías. Lentamente abre la
puerta de lo que para él era su santuario y lo que ven sus ojos lo
regresan abruptamente a la realidad. Ahí estaba la razón de su vida,
desnuda, tendida en la cama y en los brazos de un desconocido.
36 · Cuentos de Cárcel
Mención Honrosa
Andrés ante todos dijo que ese regalo era el preciado secreto
de su mujer.
Cuentos de Cárcel · 37
Selección Especial
NO TE ALEJES
Juan Pablo Vásquez
CDP de Santiago Sur
38 · Cuentos de Cárcel
Mención Honrosa
AMOR DE FAMILIA
Autor: Marcos Inostroza B.
Editor: Jorge Corona Z.
CDP de Puente Alto
Los días que él tenía libre en la mina, salía con su familia a pasear
a la plaza de armas de Rancagua, en ese lugar ellos disfrutaban
mucho al ver jugar a sus hijos, mientras ellos compartían un rico
helado, cuando terminaron sus días libres tuvo que volver a trabajar
nuevamente en las minas, pero no pudo quedarse trabajando,
pues lo habían despedido, él volvió a su casa muy triste sin saber
que hacer, y reunió a su familia y les comunicó la mala noticia, su
esposa que lo amaba mucho, le dijo, no debes preocuparte, tu sabes
trabajar en otras cosas, y no te faltará empleo, sus hijos lo abrazaron
y lo besaban por todos, tal vez por su edad o por su enfermedad,
y muy triste y cansado de tanto caminar por la calle, quiso volver a
su hogar, cuando justamente caminaba de regreso a su casa, pudo
darse cuenta que en un lugar apartado desarmaban un circo, se
dirigió hacía el, y de inmediato preguntó por el dueño del circo,
y se ofreció para trabajar desarmando el circo, en eso se acercó el
dueño del circo, lo miró, y le preguntó, ¿usted a trabajado antes en
Cuentos de Cárcel · 39
Mención Honrosa
un circo?, no, pero puedo aprender, soy muy trabajador y se hacer
de todo, el dueño del circo le pregunta, ¿y en qué trabajaba antes?,
yo trabajaba en unas minas de cobre y me despidieron porque ya
no les servía, está bien ya no digas más, pero debo decirte que
nosotros viajamos por todo el país y como le decía esta pega no
es para las personas con familia, porque la distancia destruye
todo, señor yo tengo mi familia, pero también necesito trabajar,
está bien, el trabajo es suyo, pero recuerde que usted tiene una
familia, no se vaya a olvidar de mis palabras, en el circo se puede
perder todo, tomaré en cuenta su consejo y muchas gracias por
el trabajo, no lo decepcionaré, y así fue como este hombre, este
padre de familia, comenzó a trabajar en el circo para sustentar a su
familia, y a viajar por el País y a conocer lugares donde jamás había
estado, comenzó como maestro en manutención, en ese puesto
se mantuvo como dos años, y ahí aprendió otros oficios, y todos
los meses le enviaba dinero a su familia, junto a una pequeña carta
que decía: querida familia los extraño mucho, pero aún no puedo
volver, pero les prometo que pronto lo haré, cuídense su padre y
esposo que los ama mucho.
Un día él dueño del circo al verlo, que todos los días pasaba
ebrio, tomó la decisión de echarlo del circo, y fue así como sucedió,
este pobre hombre que estaba borracho quedó en la calle, y para
peor estaba muy lejos del pueblo donde él vivía, y el dinero que
40 · Cuentos de Cárcel
Mención Honrosa
había recibido por su trabajo se lo había gastado todo en drogas,
durmió en la calle, hasta llegó a humillarse, el andar todo sucio y
hediondo, comenzó a pedir en las calles, lloraba y siempre se decía
que juntaría dinero para volver a Rancagua, junto a su familia,
pero una vez que tenía un poco dinero se lo gastaba, y volvía a
lamentarse, de no poder volver a su pueblo junto a su familia.
Pero lo que él no sabía, era que en ese lugar existía una iglesia,
la cual todos los días estaba llena, pero él no se atrevía a entrar,
porque nunca había estado en una de ellas, un día que estaba
caminando en el patio de esta cárcel, escuchó que alguien decía:
“tú que caminas solo por la vida sin Dios, sin nada, porque todo
lo has perdido, ven y busca a Dios, que todo lo que el Diablo
Cuentos de Cárcel · 41
Mención Honrosa
te ha quitado, Dios te lo devolverá con creces”. Este hombre al
escuchar estas palabras, se dijo a si mismo, es Dios quien esta
hablando a mi vida a través de este hombre, los demás internos
lo quedaron mirando, de cómo él caminaba hacia la iglesia sin
detenerse, y cuando ya estaba dentro de ella, se arrodilló en el
suelo, y comenzó a llorar desconsolado, y a pedir perdón por todo
el daño que se había causado a si mismo y a su familia, ese día fue
el más maravilloso de su vida, porque él conoció a Dios, y desde
ese momento se propuso salir adelante, y recuperar a su familia.
42 · Cuentos de Cárcel
Mención Honrosa
que había pasado, y se preguntaba ¿Dónde estaba su familia?
¿Qué pudo haber pasado?, y así, él tuvo que comenzar de nuevo
a trabajar en sus carteras, su fama se fue haciendo muy conocida
por los distintos pueblos de alrededor de donde él vivía, lo más
curioso de todo es que nadie sabía su nombre, todos lo conocían
como “el rey del cuero”, este hombre comenzó a juntar dinero, y
pudo comprarse un local en el centro de Rancagua, y lo llamó por
nombre “busco a mis hijos”, era el mejor local del centro, y venían
de distintos lugares y pueblos a comprar sus productos, los cuales
eran de excelente calidad, o sea que a este hombre con la ayuda de
Dios todo le estaba saliendo bien, y como de costumbre, abría su
local primero que todos, y cerraba de los últimos, y todos los días
preguntaba por sus hijos, si alguien tenía noticias de su familia,
pero esto no sucedía.
Cuando un día este hombre camina por la plaza, pudo ver que
unos niños pedían dinero para comer, y pensó, tal vez un día mi
familia estuvo así, y él se les acerco y los invitó a comer al mejor
restaurante de la ciudad, y les dijo, pidan lo que deseen de comer,
que yo se los pagaré, pero los niños le respondieron; no señor,
mejor llevamos la comida para nuestra casa y ahí la comeremos
junto a nuestra madre, el hombre que tenía un enorme cargo
de conciencia, se detuvo un minuto en silencio y de repente
se desvaneció en el suelo, los niños muy asustados pidieron la
comida, y se fueron a su hogar, el hombre despertó de su desmayo,
a los dos días en una sala de hospital. Ahí estuvo como un mes, en
donde no recibió ninguna visita, durante esos días el hombre se
sintió morir, sin esposa, sin hijos y extrañaba su trabajo, al salir del
hospital lo primero que hizo fue volver a su local, para preguntar
si alguien de su familia había ido a buscarlo, pero nadie fue, él
muy desilusionado de la vida se regresó a su casa, pero antes de
irse sacó esa cartera, que había hecho en la cárcel con tanto amor
para su hija, la que tanto amaba, caminó en dirección a la plaza, a
donde llevaba a sus hijos a jugar cuando eran pequeños, estaba
Cuentos de Cárcel · 43
Mención Honrosa
muy triste pensando en que no vería más a su familia, cuando una
mujer se acerca y le pregunta, señor ¿es usted “el rey del cuero”?,
¡sí!, yo soy, sabe quisiera saber si usted vende esa cartera que tiene
en sus manos, muy alterado respondió que ¡no!, porque era para su
hijita pequeña, no se moleste le dijo la dama, sólo deseaba saber si
la vendía pero veo que la quiere mucho, y no se la voy a comprar,
bueno señor, me puedo sentar junto a usted para conversar
mientras mis hijos juegan en el balancín, claro que puede sentase,
me servirá mucho conversar con alguien, sabe, también traía
a mis hijos a jugar a esta plaza mientras que con mi esposa nos
comíamos un rico helado, la dama preguntó, y qué pasó con su
familia, bueno lo de mi familia es una historia muy larga y dolorosa
para mi, bueno yo tengo tiempo para conversar y usted señor, sí
por supuesto, creo que me hará bien conversar con alguien de
todo esto, bueno yo trabajaba en las minas de esta ciudad, pero
un día me quedé sin trabajo, y fue ahí donde todo comenzó, yo
salí a buscar trabajo pero nadie me quiso recibir, por la edad o tal
vez por mi enfermedad de tuberculosis, y comencé a trabajar en
un circo, el cual recorría todo el país, y sin darme cuenta caí en
el alcohol y las drogas, por eso me despidieron, incluso estuve
en la cárcel por error, donde aprendí a trabajar el cuero, pero lo
más importante de todo, es que ahí conocí al Dios verdadero, y
gracias a él salí adelante, la mujer lloraba en el silencio, mientras
que el hombre narraba su historia, al terminar de hablar, la mujer
con los ojos llenos de lágrimas le pregunta ¿señor es usted, Raúl
Maldonado, sí le respondió el, y al levantar la mirada pudo darse
cuenta que ella no dejaba de llorar, la mujer lo abrazó y lo besó,
y le decía, padre eres tú, yo siempre supe que estabas vivo, y que
algún día nos veríamos aquí en este lugar, es por eso que siempre
vengo, ¿Hija en verdad eres tú? ¡Sí padre soy yo!, la que te ha
buscado desde hace mucho tiempo, padre llevo años viniendo a
este lugar con la esperanza de encontrarte.
44 · Cuentos de Cárcel
Mención Honrosa
Ambos se abrazaron y él llorando le preguntó por su esposa y
por su hermano, bueno mi hermano está por llegar, y mi madre
enfermó cuando te fuiste y no resistió el estar sin ti, pero nosotros
le prometimos esperarte todo el tiempo en esta plaza y lo hemos
hecho padre mío hasta el día de hoy.
Fin
Cuentos de Cárcel · 45
Mención Honrosa
EL TESORO
Marcos Inostroza B.
CDP de Puente Alto
–¡Ya po´ gancho, cuéntese una de esas historias que ud. sabe!
Pero en los últimos días con sus compañeros quiso hablar, con
la alegría y esperanza de volver a estar junto con su gran tesoro.
46 · Cuentos de Cárcel
Mención Honrosa
–¡Eh cholito no te olvidí, no dejes de contar cuentos!
No respondieron.
–¿Qué desea?
Cuentos de Cárcel · 47
Mención Honrosa
De reojo miró hacia el interior de la casa y se dio cuento que no
se había equivocado: aquella era su casa.
–Oh, doña Cecilia, más o menos siete años que vendió esta casa
y se fue con sus hijos. Nadie sabe dónde, jamás hemos vuelto a
saber nada de ella.
–No negro, por favor, piensa en nosotros, esa plata con más
esfuerzo y más trabajo, la vas a recuperar.
48 · Cuentos de Cárcel
Panorama de Colina II
Llegan todos a la vez y bajamos al locutorio. Hoy está ocupado
en otra actividad, así que buscamos un rinconcito privado por
ahí, y nos sentamos a conversar y leer. Alguien lee un texto que
habla de la ferocidad de Colina II y de la desesperanza, alguien
lee un cuento corto de una riña producto de beber mucha “chi-
cha”. Alguien lee un escrito muy fuerte que relata los pormeno-
res de la locura de esta prisión, de la ferocidad a la que deben
enfrentarse y que en cualquier momento, por a veces razones
que desbocan en la tontera, es necesario enfrentarse con otras
personas para mantener el respeto y la dignidad. Les digo que
en el mundo real, “de los giles”, del trabajo, también es nece-
sario luchar con personas inescrupulosas y megalómanas para
lograr ciertos objetivos. Me dicen que no es lo mismo, que en
la cárcel es con cuchillas. Le digo que si fuera con cuchilla, qui-
zás habría muchos muertos en muchas oficinas y empresas del
país. Esto último los hace reír. Un alumno me confiesa que hace
algunos años era considerado un loco. Vivía de la manera más
despreciable su reclusión, sus compañeros de dormitorio eran
muy desordenados y cochinos y que él se adaptó a ese lugar y
se transformó en una persona que es temida en la prisión. Nos
cuenta que peleaba varias veces a la semana, que no estaba “ni
ahí con nada”, que era desordenado, sucio, molestoso, agitador,
que si tenía que pegarle una puñalada a alguien no le importaba,
que “andaba en la vida” sin importarle la vida.
Fernando nos comenta que la cosa es así no más, o es la vida del
otro o es la vida de uno, que si hay que pelear, se pelea no más. Me
cuenta que luego de la muerte de los 12 reclusos hace unos meses
atrás, el ambiente quedó tranquilo, que hay más funcionarios
por módulo y que eso está bien, hace que uno se sienta más se-
guro, aunque hayan más “pacos” como llaman a los gendarmes
por su uniforma verde, similar al que usan los carabineros.
Claudio Geisse
Director de Talleres
· 49
Ricardo Ferreira
Colina II
Mención Honrosa
Cuentos de Cárcel · 51
Mención Honrosa
LA SILLA MÁGICA
Sergio Aguilera Pinto
CCP Colina I, Torre 5A
Esto se trata de una silla que está triste y sola, pero no es una
silla cualquiera, es una silla de ruedas. Un día se encontró con una
persona que necesitaba de su servicio, y sin saberlo esta persona,
la tomó, la limpió y la engrasó. Cuando estaba terminando de
limpiarla, la silla le habló, le dio las gracias por haberla limpiado
y dejado en muy buen estado. La persona se asustó sin saber lo
que pasaba, la silla le dijo que no se asustara, que era una silla
mágica, que la podía llevar hasta donde quisiera. Fue así que la
silla y Magali fueron buenas amigas. Magali siempre había querido
volar y con la silla lo podía hacer como los pájaros. Así viajaron por
todo el mundo, conoció lugares imaginables, bosques, montañas,
cascadas y desiertos.
52 · Cuentos de Cárcel
Mención Honrosa
Un día domingo se arreglaron y salieron a visitarlo. En el camino
la silla pensaba que si la veían no podría ser más mágica. Al ver a su
amiga, que estaba más contenta que el primer viaje que hicieron
juntas, ya no podría pensar, hablar, volar: sólo sería una silla de
ruedas más.
Cuentos de Cárcel · 53
Selección Especial
VÍSPERAS DE NAVIDAD
Remy Huerta Rojas
CCP de Colina I, Pabellón Asystir
54 · Cuentos de Cárcel
Selección Especial
de río supo lo que era el dolor del hambre y laceración del frío
corporal y espiritual. Recuerda otras navidades y piensa en el
sentimiento que encierra navidad y el mensaje que nace en Belén,
hace más de dos mil años, cuando Cristo llega a este mundo en
un pesebre humilde, pobre y sencillo. Es perseguido, azotado y
crucificado. Su muerte es promesa de resurrección y vida eterna.
Nos deja el mensaje “Amaos los unos a los otros”, y que la navidad es
algo más sencillo, claro y comprensible. “Navidad es el nacimiento
de la familia”.
Cuentos de Cárcel · 55
Selección Especial
56 · Cuentos de Cárcel
Panorama del Centro Penitenciario Femenino
Cuando ingreso nuevamente a la cárcel de mujeres, recuerdo
la vez anterior cuando había un hilo de sangre que comenzaba
su recorrido desde la entrada del penal hasta perderse tras una
mampara de lo que se supone es la enfermería. Pienso si hallaré
nuevamente esa ruta de la sangre, como le llamo desde un co-
mienzo. Para mi sorpresa no hay ruta de sangre antigua, sino
una nueva, fresca y diferente, imagino que de otra persona. Esta
vez la ruta de la sangre es como una larga carretera, línea de san-
gre y luego nada, línea de sangre, luego nada, luego frente a una
puerta, un charco, sigue la línea discontinua, y se pierde tras esa
misteriosa puerta.
Espero a las chicas con la bibliotecaria, Mafalda Gaibisso y con
Lorena, su ayudante y quien también participa del taller. Ella
escribe unos magníficos cuentos infantiles.
Les presento la finalización del taller. Ellas están un poco tris-
tes, pero saben que quizás sigamos trabajando un tiempo más.
Varias vienen con sus trabajos terminados, listos para entregar.
Les digo que manden todos los trabajos que quieran, que yo los
puedo entregar. Quedamos en eso. Leen sus trabajos. Hay una
tarea pendiente. Ellas cumplen a cabalidad y con mucho esmero
lo que les pedí la semana anterior. Leen y las demás comentan el
trabajo de las chicas. Hay buenas palabras de parte de todas. A
Lorena le recomiendo que junte material para un próximo libro.
Que escriba siguiendo su estilo y junte material para presentarlo
en una editorial. Ella se alegra de esta propuesta.
Alguien, que hace mucho no escribía, cerca de cuatro años,
· 57
cuando fue trasladada de la cárcel de Rancagua, lee un sentido
texto sobre su reclusión y lo que extraña. Una joven se emocio-
na leyendo un texto escrito para su padre, que si bien ausente
en su niñez, hoy, estando privada de libertad, es acompañada y
asistida de forma permanente y generosa por parte de él. Ella se
emociona y traslada esa emoción a todos los que estamos ahí.
Cecilia lee un texto que habla desde el mundo poético infantil,
que ella trabaja de manera muy correcta.
Nelly me pide que le lleve un disco con música.
Nos damos muchos abrazos. El tiempo es corto. Es día de visita
y todas parten ansiosas a preparar las cosas para sus familias.
Están nerviosas. Me quedo con Mafalda y con Lorena. Hablamos
de la próxima sesión. Les cuento lo que viene. Lorena me va a
dejar a la puerta. Le digo que sus cuentos son hermosos. Ella me
abraza con emoción.
Afuera la sede San Joaquín de la Universidad Católica. Todos
muy ordenados.
Claudio Geisse
Director de Talleres
58 ·
Rómulo, hijo de Nelinda Ortiz
cpf
60 · Cuentos de Cárcel
Selección Especial
EL CASTILLO
Nelinda Ortiz Aguirre
Centro Penitenciario Femenino de Santiago, Sección Pabellón
Cuentos de Cárcel · 61
Selección Especial
62 · Cuentos de Cárcel
Selección Especial
Cuentos de Cárcel · 63
Selección Especial
Y CUANDO DESPERTÉ,
ELLA ESTABA AHÍ
Mirasol Gaona
Complejo Penitenciario de Rancagua
64 · Cuentos de Cárcel
Selección Especial
Cuentos de Cárcel · 65
Mención Honrosa
DE MI VENTANA SE VE LA CALLE
Gonzalo Alejandro Poblete Millán
CDP de Talagante, Colectivo 3
66 · Cuentos de Cárcel
Mención Honrosa
Tomamos once con pan con margarina derretida que tuve que
salir a conseguirme. Todos con pura cara de sapo, pero yo estaba
alegre en mi corazón. ¡Pero no estoy enamorado!
Cuentos de Cárcel · 67
Mención Honrosa
68 · Cuentos de Cárcel
Mención Honrosa
MUEBLERÍA VIRTUAL
Robinson Pinochet Pollastri
CDP de Santiago Sur, Módulo B
Jaime abrió los ojos y se estiró en la cama cuán largo era. Sintió
una pierna que no era la suya: suave, tibia y se sobresaltó. Movió
la cabeza a su izquierda y vio su cabellera rojiza, de largas ondas
que brillaron con la luz del sol que penetraba por el cortinaje. Para
completar la sensación, un aroma suave, floral, inundó su olfato.
Era su esposa. Finalmente la tenía a su lado, en su lecho, en su
hogar; atrás había quedado la litera del penal. Recordó la noche
anterior cuando salió por fin de ese lugar.
Cuentos de Cárcel · 69
Mención Honrosa
y extrajo su tarjeta Bip. ¡Increíble tecnología! Nunca se habría
imaginado hace 10 años -cuando ingresó a la Peni- que ya no
usaría monedas para cancelar el pasaje. Una hora más tarde,
después de muchos apretones y empujones y con su traje algo
arrugado, llegó a la mueblería en Arturo Prat. Su jefe ya estaba ahí.
Rubén era su nombre. Lo recibió sonriente: –¿qué tal Jaime?, qué
elegante vienes -le dijo. –Es para impresionar bien el primer día
-contestó. –Ahí tienes tu buzo de trabajo -le dijo Rubén.
70 · Cuentos de Cárcel
Mención Honrosa
EL MECHAS DE CLAVOS
Carlos Fontecilla Toro
CDP de Colina I
Cuentos de Cárcel · 71
Mención Honrosa
a volver a la vergüenza que lo hacían sentir sus hermanos por ser
diferente.
72 · Cuentos de Cárcel
Mención Honrosa
asomaban unas rucas hechas con paja y cañas. Empezó a divisar
personas con características muy similares a él. Su acogida fue
muy buena, ya que compartían muchas características: tenían
remolinos hasta en sus cejas y sus pelos eran como de un gato
asustado.
Cuentos de Cárcel · 73
Panorama de Buin
Hoy existe un escenario distinto para trabajar. La capilla de la
cárcel. Es preciosa, pequeña, como iglesia de pueblito. Entra luz
a raudales. Da para creer en Dios. No puedo fumar mis seis ci-
garros normales, aunque ganas no me faltan, alguien se podría
ofender. Me aguanto.
Trabajamos en torno a imágenes. Cada cual escribe acerca de
la imagen que observa. Es un trabajo interesante. Luego de un
proceso de escritura, en silencio y con todo ese entorno de paz,
comenzamos las lecturas. Los textos que resultan son buenos
y creativos. Los comentamos. Me piden que les corrija textos.
Se los corrijo. Hablamos de cada trabajo y de cada motivación
para escribir. Las felicitaciones y aplausos no se hacen esperar.
El entorno ayuda. En las otras ocasiones hemos trabajado en las
galerías, frías, húmedas, con olor a orina, oscuras. Esto es otra
cosa. El entorno estimula.
Entre lectura y lectura nuestro tiempo de taller se acaba. Es la
hora del rancho. Nos despedimos de abrazos. Quedamos de ver-
nos luego. Gonzalo, un señor y alumno, me regala un dibujo en
blanco y negro. Le prometo editarlo en un libro. El sonríe larga-
mente. Sería lo primero que publique en su vida.
Claudio Geisse
Director de Talleres
74 ·
Río de Dolores
Gonzalo Poblete Corona
CCP de Buin, Módulo 2
76 · Cuentos de Cárcel
Mención Honrosa
RÍO DE DOLORES
Gonzalo Poblete Corona
CCP de Buin, Módulo 2
Cuentos de Cárcel · 77
Mención Honrosa
Acorralado entre choros, narcos, sohues y gendarmes, una
sombra vino a mi socorro. De la mano me toma y empuja escaleras
abajo donde las celdas expelen olor a castigo y muerte. –¡Pasó la
pelada! -se escuchó desde la mazmorra que se inundó del Río de
Dolores, el Río Aqueronte. En mi rauda caída al fondo de mí, en lo
más profundo de la oscuridad, la Noche Eterna congeló este, mi
cuerpo tibio.
78 · Cuentos de Cárcel
Mención Honrosa
Algunas madrugadas de este otoño veo por mi ventana al
Lucero Vespertino, Venus, que anuncia el amanecer con sus gamas
violetas. Me siento a contemplar la aurora. Hay un vacío dentro
de mí. ¿Habré perdido a mi adorada hija? Un cálido rayo de Sol
dorado, atraviesa barrotes y rejas, estiro las manos para atrapar
la Luz y con un soplo de mi aliento, te envío un Arco Iris con mi
bendición y sanación.
Cuentos de Cárcel · 79
Selección Especial
MIS MANOS
Nelly Bastías Godoy
Centro Penitenciario Femenino de Santiago, Pabellón
80 · Cuentos de Cárcel
Selección Especial
Cuentos de Cárcel · 81
Selección Especial
Quiero que se abran las puertas, una por una, de par en par. Diez
son las puertas, igual que mi condena, cada una con un seguro
guardián, tras la décima, sobre una litera, sólo queda esperar.
82 · Cuentos de Cárcel
Selección Especial
Cuentos de Cárcel · 83
Mención Honrosa
Pablo Vergara era uno más de allí. 35 años, delgado, pelo rubio
y una nariz prominente, que hacía que su rostro mostrara una
apariencia aún más ruda de la que tenía. Poseía unos enormes
ojos de mirada profunda que parecían querer saltar de su
posición, su cuerpo mostraba las cicatrices que le habían dejado
las innumerables batallas que había librado, durante los tres largos
años que ha tenido que estar privado de su libertad. A pesar de
todo, era sólo un hombre débil, tratando de dar una impresión de
fortaleza.
84 · Cuentos de Cárcel
Mención Honrosa
Creaba historias acerca de mundos fantásticos, en los que él era el
protagonista. Podía -por su ventana- pasarse largo rato mirando al
cielo, contemplando la luna y las estrellas.
Pablo Vergara tenía una mujer y dos hijos, les amaba porque
-a pesar de los sufrimientos del pasado- no juzgaban el futuro,
creían en él, eran el motivo principal para subsistir día a día,
combatía por ellos, vivía por ellos; les amaba con su amor
sufrido, se culpaba por haber sacrificado los sueños propios y
los sueños de ellos, por pretender alcanzar algo que ni siquiera
poseía, pero también sabía que eran ellos los que tenían el poder
de crear en el, felicidad. Cerraba sus ojos y podía ver sus rostros
claramente, si ponía atención y escuchaba atentamente, podía
incluso oír sus voces; no perdía ocasión para declararles su amor,
le hacía dichoso hacerlo, pero aún más cuando ellos también se
lo declaraban a él.
Cuentos de Cárcel · 85
Mención Honrosa
Son casi la una de la madrugada y enciende el último cigarrillo.
El frío se ha hecho más intenso, es necesario tender una frazada
más sobre la cama. Pero a pesar de todo, Pablo Vergara se dormirá
con una sonrisa en su rostro. Quizás Dios quiera conquistarle esta
noche un sueño con su familia, verdes prados, arco iris, y esas
cosas, pero además, dormirá feliz, porque un día más le ha restado
a su condena.
86 · Cuentos de Cárcel
Panorama de las Damas del Ep de Rancagua
Lo que viene a continuación es la belleza en todas sus dimensio-
nes. Mirasol es como su nombre, como una pregunta al sol. Las
respuestas vienen solas. Ella es lesbiana, me cuenta que desde
niña se sintió así, sin embargo en el transcurso de su vida tuvo
una hija. Fue obrera agrícola, en realidad, es obrera agrícola y
está privada de libertad. Mirasol habla de lo real, habla desde la
emoción de despertar y que ella está ahí. Habla de que era un ser
imperfecto al ser mujer y sin embargo sentir como hombre. Es
sutil y delicada cuando lee. Ella a través de su lesbianismo, pero
sobre todo a través del nacimiento de su hija, pudo ser real, pudo
ser perfecta. Su maternidad la hizo un ser humano de verdad. Su
texto es muy intelectual, pero suave y tierno, y de una decencia y
honestidad que me conmueve.
Roxana habla de Dios y de sentirse cobijaba en sus brazos. Y
cuando despertó Roxana, Dios estaba ahí.
Soledad escribe una carta a su madre; Isabel habla de su corazón
destrozado, de tormentas interiores, de adioses, de hacer polvo
de las caídas; Elizabeth habla de su hija y de la profunda sensa-
ción de extrañarla. Luego comenta que cada vez que viene su hija
ella queda deshecha, que se le viene el mundo encima. Elizabeth
es fuerte y no se quiebra. Dice que una vez su hija le escribió un
papelito que decía “no sabes cuánto me haces falta mamá”. Es
una frase muy fuerte y así lo siento. Habla de sus hijas con todo
el corazón en sus labios. Todas la escuchan con atención.
Paula habla de la casa de hielo donde vive, de cerrar los ojos, de
su hija, de la permanencia, de recorrer el cielo. Paula no llora,
pero dan ganas de llorar.
Hay tanta humanidad, hay tanta belleza en todo esto, que de
verdad dan ganas de llorar.
Claudio Geisse
Director de Talleres
· 87
Ámbar Leiva
EP. Rancagua
Mención Honrosa
LA NOCHE
Juan Abarca Cabello
Complejo Penitenciario de Rancagua, Módulo 54
Cuentos de Cárcel · 89
Mención Honrosa
DESDE LA CORNISA
Bernardo Reyes F.
CDP de Santiago Sur, Módulo B
90 · Cuentos de Cárcel
Mención Honrosa
curioso, el otro día me puse a pensar en los perkins. Los perkins
son varios hermanos que son muy trabajadores. Siempre están
haciendo algo. El papá de ellos debe de haber sido muy mujeriego,
y tuvo puros hijos hombres con varias mujeres, y estos a su vez,
también tuvieron hijos varones, y como el apellido manda, resulta
que estamos llenos de perkins. A cada rato los llaman desde todos
lados. A ese llamado le dicen “peladas”. En todos los recintos por
los cuales a veces me paseo, siempre escucho que llaman a uno
de ellos. También están los hermanos. A veces son simpáticos y
otras veces no. Cuando cantan lo hacen muy bien, aunque sólo
la mitad participa, los otros se entretienen mirando para todos
lados. Lo malo es que siempre repiten lo mismo: “El caballero de
la serpiente del desierto, y que luego abrió las aguas de cierto
mar”. Y otros predican como si estuvieran en el campo, a puro
grito. También están los sapos ¡qué manera de haber sapos en
este lugar! Pero lo que más me llaman la atención son aquellos
que “tiran huincha” muy juntitos, pero demasiado juntitos,
intercambian miradas un tanto picaronas, se dicen cosas al oído
y en la tarde, desde sus respectivas ventanas, se hacen señas y
se desean las buenas noches. Sus actitudes se parecen un poco
a las de mi amigo Palomín, un palomo medio amariconado que
anda por aquí. Yo me ubico siempre en la cornisa y me encanta
verlos a todos muy ordenaditos en la fila. Cuando hay poca gente
bajo a la cancha con mis amigas, y camino y cago, camino y cago,
camino y cago, al igual que lo hacen ellos, que caminan y escupen,
caminan y escupen. ¡Qué linda se ve la cancha con tantas cacas y
escupos! Pero no todo es maravilla. Los que echan a perder todo
es un par de feos bichos llamados peucos, que nos quieren comer
con papas fritas, como dicen en este lugar. Anochece, me retiraré
con mis amigas, mañana veré de nuevo a los mozos, los perkins,
los hermanos, los tomates, los pelaos, los agujas, los pescaos, los
carolos, los correcaminos, los risas, los chacales, los salmones, y
por supuesto, los sapos.
Cuentos de Cárcel · 91
Mención Honrosa
LA NIÑA
Miguel A. Figueroa
CDP de Santiago Sur, Módulo B
92 · Cuentos de Cárcel
Mención Honrosa
un espacio de la celda que habitaba junto a otros dos internos,
vulnerando el régimen interno del recinto. Ella, conciente de su
condición de “ilegal” dentro del módulo, aprendió a evitar ser
vista por los funcionarios cuando hacían sus rondas, detectando
su presencia por el sonido provocado por los bototos de color
negro o el olor que emanan los uniformes de color verde olivo
que éstos usan, lo que le permitía tener el tiempo suficiente para
ocultarse bajo la ropa de cama o en cualquier lugar de la celda que
le garantizara no ser detectada.
Cuentos de Cárcel · 93
Mención Honrosa
Esta notificación también era para La Niña, por lo que juntos y
raudamente empacaron lo poco y nada que tenían, y acompañados
por el funcionario, caminaron a través de las penumbras de los
interminables pasillos y cruzaron las ruidosas y frías rejas, hacia la
anhelada libertad.
94 · Cuentos de Cárcel
Mención Honrosa
Cuentos de Cárcel · 95
Mención Honrosa
–No tiene mucha importancia -contestaba el esquelético
custodio en el ínterin que pateaba la transparente puerta y escupía
algunos denuestos contra el desgraciado perro, que permanecía
echado, ignorándolo completamente, como si nada.
96 · Cuentos de Cárcel
Panorama de Colina I
Ricardo León lee un texto que tiene que ver con el Sida. Él está
enfermo de Sida y tiene novia. Se cuidan para que ella no se con-
tagie. Habla que estando en la Ex penitenciaría, enfermo, en los
huesos, fue discriminado por la galería donde estaba. Fue echa-
do de la galería, pensaban que era adicto a la pasta base y por eso
su delgadez extrema. Él se sintió muy discriminado y encerró
a un pabellón. Los iba a quemar con parafina. Los demás reos
gritaban asustados. Ricardo obró de esa manera, porque se sin-
tió discriminado. Tenía rabia y ganas de morir, de hecho estaba
muriendo.
Gendarmería optó por trasladarlo a Colina. Acá las cosas cam-
biaron, se sintió protegido y encontró personas que no lo discri-
minaron. Subió de peso, ganó autoestima y tuvo un tratamien-
to para su enfermedad. A Ricardo a veces le duelen los huesos,
también le duele el alma.
Su texto habla del miedo, del pánico de contagiar a su novia, de
la sensación de destrucción de sí mismo. Cuando habla de su
amada lee “pagaré el costo, para no contagiarte”. El costo es el
alejamiento, su propia muerte. Ricardo entiende perfectamente
el significado del terror.
Luego Yerko Huerta lee el primero de unos maravillosos textos.
Bitácoras de Recuerdos. Yerko, ex capitán de navío, habla de sus
primeros años, de balcones hacia el mar, del nogal donde subía
para espiar a las personas que pasaban. Ventanas con marcos de
madera y pintura partida por el viento marino. Todos escuchan
con atención a Yerko. Comenta y ríe cuando habla de Capi, su
primer y querido perro, de nobleza porteña y ferocidad de mue-
lle. Ríe, pues con el paso de los años el no sería Capi, sino capi-
tán, y mueve sus manos, y se emociona evocando bellezas que se
hacen presente en su piel arrugada que habla de años, que habla
de mar.
Comentamos los textos. Insisto. Tiene sentido todo esto.
Claudio Geisse
Director de Talleres
· 97
Patricio Véliz
CCP de Colina I
Selección Especial
FITO
Flor Rojas
Centro Penitenciario Femenino, Sector Patio
Estoy viejo, sé que mis días están contados, no sin antes hablar
de mis experiencias de vago y el poco tiempo en que he tenido
amos.
Cuentos de Cárcel · 99
Selección Especial
CARPE DIEM
Guido Oñederra O.
CCP de Colina I, Torre 2
Que alta es la reja que nos encierra, por fuera pasan animales
grandes que nos miran sonriendo con cierta tristeza, algunos nos
hacen muecas de simpatía, otros parecen mirarnos con apetito,
otros sólo pasan…
Uno de ellos entra todos los días y trae comida, agua fresca,
limpia nuestras fecas, y a veces me acaricia con manos toscas y
dura. No me gusta que me toque o me agarre.
un rato más en el turno. Y ese conejo gordo y que parece tan feliz.
Come con glotonería, bebe, fornica con varias hembras, sin tener
que ganarse la vida. Y estos pies que me duelen tanto. Otro día de
abrir y cerrar puertas, manteniendo encerrada a gente que sólo
desea salir, que me mira con rencor, pero yo tampoco deseo estar
aquí. Ellos recluidos día y noche, yo encerrado todo el día, con
ellos, y en la noche, enterrado en mi pequeño infierno.
EL PAYA Y PACA
Matías Pinto E.
CDP de Santiago Sur, Módulo C
EL CONDE
Ramón Ángel Vidal Roncallo
CDP de Santiago Sur, Calle 3-A
–Yo soy de los Andes taita -me decía por enésima vez el “Conde”,
nunca fui ladrón, era temporero. Un día de pago, junto a mi
compañero y amigo, nos fuimos a meter a una casa de remolienda,
en donde éramos clientes. Los días de pago nos chupábamos toda
la plata, y cuando las putas nos vieron patos nos echaron cagando
a la calle. El haber quedado picados y con el hocico caliente, hizo
que nos dirigiéramos a la casa del patrón con el propósito de
robarnos un par de cajas de duraznos, que era lo que nos pedían
las putas para seguir la jarana.
–Tá loco tatita, con esa plata arriendo una pieza y me compro
hasta una cama –me respondió.
110 ·
Bárbara Moraga
EP. Rancagua
112 · Cuentos de Cárcel
Mención Honrosa
PIEDRA DE LA MUERTE
Jaime Enrique Demonte Mejías
CCP de Colina I, Torre 3B
LA TARJETA
Luis Castro C.
CDP de Santiago Sur
Espero que los que lean esta historia reflexionen y si tienen vivo
a su padre cuídenlo y ámenlo como mis hijos me aman a mi, se
despide un papá orgulloso de tener unos hijos como ellos.
RECOMPENSA
Gabriel Jiménez E.
CCP Colina I
Cuando creí que la vida no tenía ningún sentido para mí, conocí
al Rafael en la Calle Siete de la Penitenciaría, el “Rafa” era agrio,
de muy pocas palabras, por lo general no se reunía con nadie.
Cuando lo hacía era para compartir en ruedas de mate, ocasiones
en las que él opina muy poco.
· 119
Remy Huerta Rojas
CCP de Colina I, Pabellón Asystir
Mención Honrosa
Ahora era diferente, estaba acá y tenía que hacerlo como nunca
hubiera cantado, con toda la fuerza de mis pulmones y con la única
idea en mente de ganar, queda decir que siento mucho respeto
por los que hacen música y por los canta-autores, y era acá mi gran
día, que cantaré para que le llegue al público. Era un público muy
especial.
Manos con caca ¿por qué yo manos con caca? Si soy igual a todo
el mundo, a cualquier otro hombre. ¡Oh, soy especial! Mi mamá
me mira, se ríe de mí, como mi padre y mis hermanos, ¿triste no?
Porque aparte de feo, horrible y chueco de boca, ¡para más remate
soy turnio!
Luego tuve edad más adulta, pero era tan feo y turnio. Más
encima, cada vez que iba al baño la fatalidad me seguía: si no me
caía en la taza del baño, me ensuciaba mis manos o mi ropa con
caca. Muchas veces no me daba cuenta que la ropa la tenía con
caca, así que era portador de una gran hediondez, aparte de ser
turnio, corto de vista: en pocas palabras nací fatal.
Sí, es un sueño, pero sólo debo pensar que esto algún día
tendrá un término, pero la vida es y será para algunos una alegría,
y para otros un desastre. ¿Pero qué más? Aunque no quiera tengo
que amarme, pero yo amo mucho a mi mamá, a mi papá, y a mis
hermanos. Me alegra mucho que yo sea una alegría para ellos. Sólo
les pido que nunca dejen de amarme aunque sea feo y hediondo,
chueco, turnio, corto de vista y horrible: el amor lo tapa todo y lo
llena todo.
ROMA
Sergio González M.
CDP de Santiago Sur, Módulo B
Presentación..................................................................................................................3
Panorama de Santiago Sur...................................................................................... 6
EL COLUDO Y EL BARBUDO ....................................................................................9
CARLOTO..................................................................................................................... 12
HUMANO II (POR FIN LIBRE).................................................................................. 14
QUE LARGA LA ESPERA.......................................................................................... 16
Panorama de Santiago Sur....................................................................................18
PASEANDO CERCA DEL MAR CON ANDREITA................................................ 21
LOS AMORES DE MARÍA......................................................................................... 25
COMO DIJO EL BÚHO.............................................................................................. 27
AMOR HELADO......................................................................................................... 31
Panorama de San Miguel.......................................................................................33
FATAL ENCUENTRO.................................................................................................. 35
NO TE ALEJES............................................................................................................. 38
AMOR DE FAMILIA.................................................................................................... 39
EL TESORO................................................................................................................... 46
Panorama de Colina II.............................................................................................49
LAS FIESTAS PATRIAS............................................................................................... 51
LA SILLA MÁGICA..................................................................................................... 52
VÍSPERAS DE NAVIDAD........................................................................................... 54
Panorama del Centro Penitenciario Femenino.................................................57
EL CASTILLO............................................................................................................... 61
Y CUANDO DESPERTÉ, ELLA ESTABA AHÍ......................................................... 64