Академический Документы
Профессиональный Документы
Культура Документы
En los tiempos prehistóricos, las causas de los trastornos mentales estaban influidas por la
creencia universal en fenómenos sobrenaturales, específicamente en la influencia de los
espíritus.
Hipócrates, aproximadamente en el año 450 A. de C., acuñó el término melancolía (bilis negra)
para denotar la depresión, siendo esta la primera alusión científica y realizando las primeras
referencias conceptuales y clínicas de esta enfermedad.
Las enfermedades mentales giraban alrededor de la interacción de cuatro humores del cuerpo
(sangre, bilis negra, bilis amarilla y flema), que eran el resultado de la combinación de cuatro
cualidades básicas de la naturaleza (calor, frío, humedad y sequedad) marcados por
Hipócrates.
Ya en el siglo XIX, Pinel, Esquirol, Falret y Baillarger, conceptúan con mayor precisión este tipo
de alteración, marcando Esquirol que "La melancolía es un delirio parcial crónico sin fiebre;
determinado y mantenido por una pasión triste, debilitante o depresiva".
Hasta fines del siglo pasado, el término melancolía es el habitual para referirse al síndrome
depresivo.
A finales del siglo XIX, Kraepelin (1896) en su tratado sobre las enfermedades mentales, agrupa
y clasifica todos los síndromes depresivos. Fue el primero en considerar que la depresión y la
manía formaban parte de una misma enfermedad.
Modelos de comportamiento
Las primeras explicaciones propuestas por este modelo argumentaron que la depresión
ocurre debido a la falta de refuerzo de comportamientos previamente reforzados, un exceso
de conductas de evitación y la falta de refuerzo positivo o la pérdida de eficiencia de los
refuerzos positivos. Un niño con depresión inicialmente recibe mucha atención de su entorno
social (familia, amigos ...), y se refuerzan comportamientos como el llanto, las quejas o las
expresiones de culpa. Cuando estos comportamientos depresivos aumentan, la relación con el
niño se vuelve aversiva, y las personas que solían acompañarlo evitan estar con él, lo que
contribuye a agravar su depresión.
La depresión es principalmente un fenómeno aprendido, relacionado con interacciones
negativas entre el individuo y su entorno. Estas interacciones están influenciadas por
cogniciones, comportamientos y emociones.
Modelos cognitivos
La impotencia aprendida está relacionada con las atribuciones cognitivas, que pueden ser
específicas / globales, internas / externas y estables / inestables. La atribución global implica la
convicción de que el evento negativo es contextualmente consistente en lugar de específico a
una circunstancia particular. La atribución interna está relacionada con la creencia de que la
situación aversiva ocurre debido a condiciones individuales más que a circunstancias externas.
La atribución estable es la creencia de que la situación aversiva no cambia con el tiempo. Las
personas propensas a la depresión atribuyen eventos negativos a factores internos, estables y
globales y hacen atribuciones externas, inestables y específicas para el éxito, un estilo
cognitivo también presente en niños y adolescentes con depresión.