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comunes como universales. Así como también es causa de la falsedad. Todo ello
Se trata entonces de hacer notar cuáles son las relaciones existentes entre la
éste se ve afectado por múltiples cuerpos y su uso adecuado de las ideas es lo que le
permite crear tal conocimiento; adecuando sus ideas a las ideas de Dios, y no creyendo
que las cosas se han hecho para que él disponga de ellas como mejor le plazca. Sirva
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II. Generación de vestigios en el cerebro y la imaginación de los cuerpos exteriores.
halle presente. Representación, es, por tanto, la vuelta de la presencia de los objetos. En
palabras de Spinoza: “El alma podrá contemplar, como si estuvieran presentes, los
cuerpos exteriores por los que el cuerpo humano ha sido afectado una vez, aún cuando
puede ser entendida como lo que percibimos de los objetos con nuestros aparatos
perceptuales, esto es, la imagen que se forma en nosotros que se encuentra mediada por
nuestra propia composición física. Es, por tanto, pura experiencia sensible que hace que
Ahora bien, si no podemos conocer sino la mera imagen de los objetos, sin poder
aprehenderlos, ¿cómo es que la imagen que éstos objetos no es distinta cada vez que los
vemos? ¿Cómo es qué se sabe que es el mismo objeto basándose sólo en la imagen, y
choques de los cuerpos exteriores con el cuerpo humano. El choque constante de los
cuerpos exteriores deja, finalmente, en el cerebro, ciertas impresiones que tienen clara
Así, la relación entre la imaginación y los vestigios del cerebro, por cuanto éstos
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Como se puede apreciar en E2P13S P5. Sin embargo, en sentido estricto, Spinoza
plantea que la sangre es determinada, por el choque de los cuerpos exteriores, a ir
al cerebro a imprimir los vestigios,
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En otro sentido, la ya mencionada relación es la que permite discernir lo
verdadero de lo falso, ya que, aunque las representaciones no sean por sí mismas falsas;
pues el hombre, al decir que lo que percibe es tal como lo ve3, cae en una idea
inadecuada del objeto, el vestigio que permanece en su cerebro le permite recordar que
el objeto del que emite un juicio no es adecuado, si no corresponde con lo que la razón
entre sí, y no exclusivamente por sus estados de reposo y movimiento, sino por su
La memoria tiene que ver con la imaginación tanto como con el ordenamiento de las
imaginarán las dos. Es la asociación de los objetos según la experiencia propia. Pues,
“la concatenación es tan sólo de aquellas ideas que implican la naturaleza de aquellas
ideas que implican la naturaleza de las cosas que están fuera del cuerpo humano, pero
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Por ejemplo si un hombre al poner un dedo frente sus ojos, y al percibirlo más
grande que un edificio de veinte pisos dijera que éste, el dedo, es más grande que
el segundo, el edificio. Asimismo, vid. Infra. p.3, para un desarrollo más completo de
la representación como causa de la falsedad.
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Explicado en E2P18
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Pero a pesar de que estas asociaciones son unipersonales, la memoria de cada
uno de los hombres comparte el principio de asociación, porque está concatenación “se
efectúa según el orden de las afecciones del cuerpo humano, a fin de distinguirla de la
concatenación de las ideas que se hace según el orden del entendimiento […] que es el
La memoria, así vista, parece ser una en cada hombre, lo que no permitiría la
comunicación entre los mismos; pues a pesar de compartir los mismos datos sensoriales,
cada uno recordaría lo que conforme su biografía personal ha percibido, podría nombrar
aquí que entra el lenguaje, pero únicamente como convención, como común acuerdo
Pues las palabras son convenciones. Ya que tanto el sonido articulado como la
palabra escrita no tienen relación alguna con el objeto. Antes bien, el lenguaje se da por
se le dice que eso es un perro, el niño dirá que eso es un perro, solamente porque ha
asociado el sonido “perro” con la imagen que percibe cuando ve ese cuerpo, cuando es
encadenamiento de dos cosas, distintas entre sí, el cuerpo y el sonido, hace que el
hombre ordene el sonido con la imagen. Así, por el principio de asociación, cuando se
recordará el nombre. Sin que se deje de lado la biografía personal de cada hombre, pues
cada hombre, “según se ha acostumbrado a unir y concatenar las imágenes de las cosas
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Es visible ahora, que tanto la memoria como el lenguaje guardan una relación
para crear lazos comunes con los demás hombres. El lenguaje es lo que permite que
lenguaje para relacionar un sonido, una letra, con un objeto, para que aparezcan de
por cuanto un objeto que representa a otro es un signo, ya sea este visual o auditivo.
Para explicar lo que Spinoza entiende por nociones universales se debe, antes que otra
cosa, explicar lo que son los términos trascendentales, ya que la formación de éstos es
Los términos trascendentales como ser, cosa, algo […] tienen su origen en el hecho de
que el cuerpo humano, por ser limitado, sólo es capaz de formar en él, cierto número de
forma simultánea y distintamente es muy superado, se confundirán unas con otras […]
todos los cuerpos confusamente y sin distinción alguna, y los englobará, por así decirlo,
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La formación de tales términos trascendentales es, entonces, la falta de capacidad del
individuo para retener al mismo tiempo una- gran cantidad de imágenes sin quitar o
darle más atributos de lo que realmente tiene esas imágenes. El error recae nuevamente
hombre decide que las cosas son tal como las ordena.
Las nociones universales, como ya se dijo, surgen de manera similar que estos
términos, pero varían en la manera en la que se forman en cada uno de los hombres,
pues “varían en cada uno en razón de de la cosa por la que el cuerpo ha sido afectado
con mayor frecuencia y que la mente imagina y recuerda con mayor facilidad. […] Y así
de las demás cosas: cada uno, según la disposición de su cuerpo, formará de ellas [de las
controversia por cuanto las nociones universales son unipersonales, haciendo que cada
persona que tiene una noción universal se halle en conflicto con otra persona que tiene
una noción universal distinta, aunque hayan sido producidas ambas por los mismos
objetos exteriores.
Se ha dicho hasta aquí que las nociones universales se forman por la afectación
sufrida por objetos exteriores, Y estas pueden ser representadas a partir de signos, estos
son ideas semejantes a las ideas que suelen ser imaginadas, pero que debido a la
frecuencia con la que afecta se vuelve personal, así, cuando se recuerda algo se piensa
en lo que representa para esa persona. A manera de ejemplo se puede pensar en una
persona vivió en la Alemania separada por el muro de Berlín, en una persona que ha
sólo el muro sino lo que significa para ellos; pues para la persona que vivió en
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Alemania será un signo de separación y alejamiento, para el prisionero será un signo de
este modo que las nociones universales que cada persona tiene se ven afectadas y son
formadas no sólo por los objetos externos, sino también, y tal en mayor medida, por lo
que significa para que las hace. Siendo, de nueva cuenta el intelecto humano el
Por último se han de considerar las nociones comunes, pues hay algo “que es
común a todas las cosas […] y que está igualmente en la parte y en el todo [y] no
constituye la esencia de ninguna cosa singular.”10 Así, lo que se halla en todas las partes
debe ser percibido por el intelecto como adecuado, pues en los hombres existen estas
ideas comunes y por tanto son percibidas por todos los hombres de la misma manera,
esto es, clara y distintamente. Constituyendo de esta forma la base de la razón del
hombre, pues el uso de las nociones comunes produce ideas adecuadas solamente, ideas
que no se dan ni en la finitud ni en la contingencia humana, sino que, antes bien, sin
solamente cuando el alma no tiene una idea que excluye la existencia de lo imaginado;
esto es, el alma debe pensar que lo que imagina no tiene existencia real. Lo falso es, por
piensa como presente; la falsedad se evitaría si, “el alma, mientras imagina las cosas no
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existentes como presentes a ella, supiera a la vez que esas cosas no existen realmente,
inexistente, lo inexistente debe hallarse fuera de Dios, pero esto no puede ser ya que
todo está en él. Tales inadecuaciones son únicamente inadecuaciones creadas por un
vuelve inadecuada a una imagen es el hecho de afirmar que ésta corresponde con la
realidad de manera real; esto es, cuando se dice que lo que se ve es tal cual se ve12.
palabras de Spinoza: “los hombres se equivocan, en cuanto piensan que son libres; y
esta opinión sólo consiste en que son conocimientos de sus acciones e ignorantes de las
causas por las que son determinados.”13 La inadecuación se da, entonces, sólo en el alma
singular de cada hombre, no en Dios, pues todas las ideas que se refieren a Dios son
verdaderas14.
mismo cuerpo humano no le permite más que tener un cierto número de imágenes, de
representaciones, antes de que las comience a confundir unas con otras; su pensamiento
termina englobando todas las representaciones de los cuerpos bajo un mismo atributo,
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Vid. Supra. Nota 3.
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cuando esto no es ni debe ser así. Por tanto, al ser el error enteramente humano, se debe
pensar que como tal, el error varía de persona a persona, pues cada hombre es afectado
de manera distinta por los objeto y por la representación que hace de ellos. Por
universales, las cuales hacen que las imágenes que son posibles de ser representadas por
el hombre sean superadas, “no totalmente sin duda, pero sí hasta el punto de que el alma
no puede imaginar las pequeñas diferencias de cada una […] ni su número preciso; y de
VI. Conclusión.
Se ha hecho notar cómo es que para Spinoza la imaginación si tiene un papel importante
adecuada de Dios.
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diga que de hecho estoy viendo un caimán, y no tengo un soporte físico que apoye mi
visión. En todo caso, mi visión estaría producida por la falta de mi capacidad intelectual
imaginación sino en la falla de mis capacidades cognitivas que se hallan, tal vez sólo
momento en el que se piensa que lo imaginado es falso, hasta que es visto bajo la luz de
la razón, de las nociones comunes. Pues éstas permiten ver a la imaginación como la
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Si estoy en un lugar donde es imposible que vivan los caimanes, y mi mente
percibe uno, entonces el error radica en el hecho de que no conocía, por principio el
lugar en el que estaba, lo que posibilitaba la alucinación. Por tanto, la imaginación
no sólo depende de mi intelección sino también del entorno.
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Bibliografía
Spinoza, B., Ética demostrada según el orden geométrico, Madrid: Trotta, 2000.
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