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CENTRO POLITECNICO PARTICULAR DE CONCHALI

SANDRA Nº 1280 FONO FAX: 7960342 FONOS: 7960340


DEPARTAMENTO DE LENGUA Y LITERATURA
contacto@politecnicoconchali.cl
RBD: 25396-0

“ANÁLISIS DE TEXTOS REFLEXIVOS”


Cuarto medios- nm4 - 2020

Unidad 1: Tradición y cambio

OBJETIVOS DE APRENDIZAJE:
AE 01 Analizar e interpretar textos literarios de carácter reflexivo-argumentativo (ensayos, crónicas de opinión, columnas de
opinión, etcétera)

ACTIVIDAD: MUJERES Y EL CAMBIO DE PARADIGMA

NOMBRE:…………………………………………………………………………….

CURSO:……………………………………………………………………………….

PROPÓSITO DE LA ACTIVIDAD:
El propósito de esta actividad es propiciar habilidades para poseer mentes reflexivas y críticas, mediante el
análisis de textos argumentativos- reflexivos.

INSTRUCCIONES:

- Menciona tu nombre y curso en los lugares correspondientes.


- Realice las actividades propuestas a continuación, guiándose por la pauta de evaluación que aparece al final.
- Recuerde que la copia desde internet o de un compañero transforma su trabajo a NO realizado.
- Si perteneces al IV° A, C o D y terminaste tu trabajo, debes enviarlo al correo del profesor Andrés barra
barra.profesor@gmail.com.
- Si perteneces al IV °B y terminaste tu trabajo, debes enviarlo al correo del profesor Pedro Navarro
antuhue@hotmail.cl .
- Puedes realizar la actividad en tu cuaderno y presentarla a tu profesor de lenguaje correspondiente el día en que
se normalice la situación.
- Fecha de entrega vía correo: 17 de abril
-
ACTIVIDADES:

1. Realiza las investigaciones que se solicitan.


2. Lee los textos “Hombres necios” y “Segundo sexo” de Sor Juana Inés de la Cruz y Simone De Beauvoir,
respectivamente.
3. Responde las preguntas establecidas para cada texto

I. ANTES DE LA LECTURA:

1. ¿Quién fue Juana Inés de la Cruz y qué importancia tiene en la literatura?

2. ¿Quién fue Simone De Beauvoir y qué importancia tiene en la literatura?

3. ¿Qué similitud hay en la vida de ambas?

II. Lee el poema de Juana de Arco y responde las preguntas:

Hombres necios que acusáis, Juana de Arco.

Hombres necios que acusáis si no os admite, es ingrata,


a la mujer sin razón y si os admite, es liviana.
sin ver que sois la ocasión
de lo mismo que culpáis: Siempre tan necios andáis
que, con desigual nivel,
si con ansia sin igual a una culpáis por crüel
solicitáis su desdén y otra por fácil culpáis.
¿por qué queréis que obren bien
si las incitáis al mal? ¿Pues cómo ha de estar templada
la que vuestro amor pretende
Combatís su resistencia si la que es ingrata, ofende,
y luego, con gravedad, y la que es fácil, enfada?
decís que fue liviandad
lo que hizo la diligencia. Mas, entre el enfado y pena
que vuestro gusto refiere,
Queréis, con presunción necia, bien haya la que no os quiere
hallar a la que buscáis, y quejáos en hora buena.
para pretendida, Thais,
y en la posesión, Lucrecia. Dan vuestras amantes penas
a sus libertades alas,
¿Qué humor puede ser más raro y después de hacerlas malas
que el que, falto de consejo, las queréis hallar muy buenas.
él mismo empaña el espejo
y siente que no esté claro? ¿Cuál mayor culpa ha tenido
en una pasión errada:
Con el favor y el desdén la que cae de rogada,
tenéis condición igual, o el que ruega de caído?
quejándoos, si os tratan mal,
burlándoos, si os quieren bien. ¿O cuál es más de culpar,
aunque cualquiera mal haga:
Opinión, ninguna gana; la que peca por la paga,
pues la que más se recata, o el que paga por pecar?
Pues ¿para qué os espantáis acusaréis la afición
de la culpa que tenéis? de la que os fuere a rogar.
Queredlas cual las hacéis
o hacedlas cual las buscáis. Bien con muchas armas fundo
que lidia vuestra arrogancia,
Dejad de solicitar, pues en promesa e instancia
y después, con más razón, juntáis diablo, carne y mundo.

4. ¿Cuál es el tema principal del poema? Utiliza versos del poema para demostrarlo.
5. Explica, utilizando tus palabras, la diferencia entre Thais y Lucrecia.
6. ¿A qué se refieren los versos “él mismo empaña el espejo/ y siente que no esté claro”?
7. El hablante lírico hace referencia a la prostitución ¿En qué versos lo hace y qué piensa de aquello?
8. Relaciona el contexto de producción con la temática del poema. (El contexto de producción es el universo de
circunstancias económicas, emocionales, políticas, religiosas, sociales y culturales en las que se ve inmerso un
escritor al momento de producir una obra literaria)

III. Lee el segundo texto y responde las preguntas:

El segundo sexo, Simón De Beauvoir.


En cierto sentido, la iniciación sexual de la mujer, como la del hombre, empieza desde la más tierna infancia. Hay un
aprendizaje teórico y práctico que se prosigue de manera continua desde las fases oral, anal y genital hasta la edad adulta.
Pero las experiencias eróticas de la joven no son una simple prolongación de sus actividades sexuales anteriores; a menudo
tienen un carácter imprevisto y brutal; y siempre constituyen un acontecimiento nuevo que crea una ruptura con el pasado.
Cuando vive estas experiencias, todos los problemas que se le plantean a la joven se encuentran resumidos bajo una forma
urgente y aguda. En algunos casos, la crisis se resuelve con facilidad; pero hay coyunturas trágicas en las que solo se
resuelve por el suicidio o la locura. De todos modos, la mujer, según la forma en que reaccione en estos momentos,
comprometerá gran parte de su destino. Todos los psiquiatras están de acuerdo respecto a la extremada importancia que para
ella tienen sus comienzos eróticos, que repercuten a lo largo de toda su existencia. La situación es aquí profundamente
distinta para el hombre y para la mujer, tanto desde el punto de vista biológico como desde el social y psicológico. Para el
hombre, el paso de la sexualidad infantil a la madurez es relativamente simple: hay una objetivación del placer erótico que, en
lugar de realizarse en su presencia inmanente, se proyecta sobre un ser trascendente. La erección es la expresión de esa
necesidad; sexo, manos, boca, el hombre se tiende con todo su cuerpo hacia su pareja, pero permanece en el centro de esa
actividad, como en general el sujeto frente a los objetos que percibe y los instrumentos que manipula; se proyecta hacia lo
otro sin perder su autonomía; la carne femenina es para él una presa y toma de ella las cualidades que su sensualidad reclama
de todo objeto; sin duda, no logra apropiárselas, pero, al menos, las estrecha entre sus brazos; la caricia, el beso, implican un
semifracaso: pero este fracaso mismo es un estimulante y un gozo. El acto amoroso halla su unidad en su culminación
natural: el orgasmo. El coito tiene un fin fisiológico preciso; mediante la eyaculación, el varón se descarga de secreciones que
le pesan; después del celo, obtiene una completa liberación acompañada, desde luego, de placer. Y, ciertamente, el placer no
era la única finalidad; a menudo le sigue la decepción: la necesidad, más que satisfacerse, ha desaparecido. En todo caso, se
ha consumado un acto definido y el hombre se encuentra con un cuerpo íntegro: el servicio que ha prestado a la especie se ha
confundido con su propio placer. El erotismo de la mujer es mucho más complejo y refleja la complejidad de la situación
femenina. Ya hemos visto que, en lugar de integrar en su vida individual las fuerzas específicas, la hembra es presa de la
especie, cuyos intereses están disociados de sus fines singulares; esa antinomia alcanza su paroxismo en la mujer; entre
otras cosas, se expresa por la oposición de dos órganos; el clítoris y la vagina. En el estadio infantil, el primero es el centro
del erotismo femenino: algunos psiquiatras sostienen que existe una sensibilidad vaginal en algunas niñas, pero esta es una
opinión muy controvertida, y, en todo caso, no tendría más que una importancia secundaria. El sistema clitoridiano no se
modifica en la edad adulta, y la mujer conserva durante toda su vida esa autonomía erótica; el espasmo clitoridiano, como el
orgasmo masculino, es una suerte de deshinchazón que se obtiene de manera cuasi mecánica; pero solo indirectamente está
ligado al coito normal, no representa ningún papel en la procreación. La mujer es penetrada y fecundada por la vagina, que
solo se convierte en centro erótico por la intervención del hombre, la cual constituye siempre una suerte de violación. En
otros tiempos, la mujer era arrancada a su universo infantil y lanzada a su vida de esposa mediante un rapto real o simulado;
se trata de una violencia que la transforma de niña en mujer: también se habla de «arrebatar» la virginidad a una jovencita, de
«tomarle» la flor (…)

Así, pues, el «destino anatómico» del hombre y de la mujer es profundamente distinto. La situación moral y social de ambos
no lo es menos. La civilización patriarcal ha destinado la mujer a la castidad; se reconoce más o menos abiertamente el
derecho del hombre a satisfacer sus deseos sexuales, en tanto que la mujer está confinada en el matrimonio: para ella, el acto
carnal, si no está santificado por el código, por el sacramento, es una falta, una caída, una derrota, una flaqueza; tiene que
defender su virtud, su honor; si «cede», si «cae», provoca el desprecio; en cambio, la misma censura que se dirige contra su
vencedor está teñida de admiración. Desde las civilizaciones primitivas hasta nuestros días, siempre se ha admitido que el
lecho era para la mujer un «servicio» que el hombre agradece con regalos o asegurándole la subsistencia: pero servir es darse
un amo; en esa relación no hay ninguna reciprocidad. La estructura del matrimonio, como también la existencia de
prostitutas, es prueba de ello: la mujer se da, el hombre la remunera y la toma. Nada prohíbe al varón dominar, tomar
criaturas inferiores: los amores domésticos siempre han sido tolerados, mientras que la burguesa que se entrega al chófer o al
jardinero es socialmente degradada. Los sudistas norteamericanos, tan ferozmente racistas, siempre han sido autorizados por
las costumbres para acostarse con mujeres negras, tanto antes de la guerra de Secesión como hoy, y hacen uso de ese derecho
con una arrogancia señorial; pero una blanca que hubiese tenido comercio carnal con un negro en tiempos de la esclavitud,
habría sido condenada a muerte y hoy sería linchada. Para decir que se ha acostado con una mujer, el hombre dice que la ha
«poseído», que la ha «conseguido»; inversamente, para decir que se ha «conseguido» a alguien, a veces se emplean
expresiones sumamente groseras; los griegos llamaban «Parthenos ademos», virgen insumisa, a la mujer que no había
conocido varón; los romanos calificaban de «invicta» a Mesalina, porque ninguno de sus amantes le había procurado placer.
Para el amante, el acto amoroso es, pues, conquista y victoria. Si, en otro hombre, la erección aparece a menudo como una
irrisoria parodia del acto voluntario, cada cual, sin embargo, la considera en su propio caso con cierta vanidad. El vocabulario
erótico del varón se inspira en el vocabulario militar: el amante posee el ardor de un soldado, su sexo se tensa como un arco;
cuando eyacula, «descarga»; es una ametralladora, un cañón. Habla de asalto, de victoria. Hay en su celo no se sabe qué gusto
de heroísmo. «Consistiendo el acto generador en la ocupación de un ser por otro -escribe Benda-, impone, por un lado, la idea
de un conquistador y, por otro, la de una cosa conquistada. De tal modo que cuando tratan de sus relaciones amorosas, los
más civilizados hablan de conquista, ataque, asalto, asedio y defensa, derrota, capitulación, calcando nítidamente la idea del
amor sobre la de la guerra. Ese acto, que comporta la polución de un ser por otro, impone al que mancilla un cierto orgullo, y
al mancillado, aun consintiendo en ello, una cierta humillación.»

9. Define las palabras ennegrecidas (diez) y crea una oración para cada una de ellas.

10. ¿Cuál es el tema principal del texto? Utiliza pasajes del texto para demostrarlo.

11. ¿Qué diferencias hay entre la sexualidad del hombre y la mujer en el área de la PSÍCOLOGÍA?

12. ¿Qué diferencias hay entre la sexualidad del hombre y la mujer en el área de la BIOLOGÍA?

13. ¿Qué diferencias hay entre la sexualidad del hombre y la mujer en el área SOCIAL?

14. ¿Por qué Simone hace alusión a la esclavitud?

15. ¿Qué relación tiene Parthenos ademos y Mesalina?

16. ¿Por qué se dice que el hombre utiliza un lenguaje militar para referirse al acto sexual?

17. ¿Qué relación tiene el contexto de producción con la temática del ensayo?

18. ¿Estás de acuerdo con la postura que adopta Simone?

19. ¿Crees que este tema aún persiste en la actualidad? ¿Por qué?

20. Crea una tabla comparativa entre el poema y el ensayo. Utiliza al menos 3 diferencias y 3 similitudes.

¡ÉXITO!

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