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1. La Corona de Espinas
3. Enseñanza
Enseñanza
Mamá Santísima nos invita ahora, a las almas enamoradas del Cielo de la
Humanidad de Jesús, a fundirnos en el momento de su coronación de espinas
y entender más allá del dolor físico que sufrió Jesús en el momento de la
coronación, sino comprender el dolor divino y la Potencia que dejó Jesús en
este Acto para bien de las almas. Lo más grandioso de todo esto es que tesoro
divino es que cada vez que el conocimiento devela el tesoro divino que se
esconde en cada acto de Jesús, el alma penetra en los confines de su Reino y
de su Querer entendiendo los misterios más sublimes que estaban escondidos
para la creatura, por eso en los Evangelios se nos muestra a nuestro Amado
Jesús cuando predicaba el Reino, que hablaba en parábolas porque era
imposible que se entendiera que dentro de cada acto de la vida de su
Humanidad había una VIDA DIVINA, y en la medida que se toman esas vidas
divinas se forma el cielo en el alma de la creatura.
Ahora Mamá Santísima nos lleva a girar en el conocimiento de los
misterios de la coronación de espinas y entender el pensamiento de Dios en
este acto de dolor, es decir, comprender lo que sucede en la vida interior, la
vida invisible que profesamos en nuestro Credo cuando decimos Creo en lo
visible y lo invisible. La Potencia de un Dios que no se cansa de manifestar su
amor más allá de los que ven los ojos humanos, sino la gracia que derrama en
el alma que despierta sus sentidos más profundos para ver con los ojos del
alma la manifestación de Dios en lo invisible.
La coronación de espinas es uno de los actos que nos explica con
sencillez las bases para comprender el Reino de la Divina Voluntad:
Primeramente, porque una coronación siempre ocurre en la cabeza, en ella se
encuentran los pensamientos que dirigen al cuerpo. En este sentido, la Cabeza
en nuestra iglesia es Cristo y los miembros somos toda su iglesia, todas las
creaturas que hemos sido creadas por Él y para Él, de aquí que hemos sido
creados a imagen y semejanza de Dios, porque, así como el Reino de Dios tiene
una cabeza que es Cristo y nosotros somos los miembros de su cuerpo, así
también nosotros fuimos creados con una cabeza que dirige a nuestro cuerpo
humano. Jesús es imagen del hombre y es imagen y semejanza del Reino de
Divino aquí en la tierra. Jesús le dice a Luisa:
(…) siendo la cabeza la que une todo el cuerpo y toda el alma, de modo
que el cuerpo sin la cabeza es nada tanto que se puede vivir sin los otros
miembros, pero sin la cabeza es imposible, siendo la parte esencial de
todo el hombre, tan es verdad que, si el cuerpo peca o hace el bien, es la
cabeza la que dirige. (Vol. 5, octubre 12, 1903)
Con la corona de espinas, Jesús con su Potencia Divina abraza las inteligencias
humanas para destruir la barrera que más impide vivir en el Reino de la Divina
Voluntad, que es: la soberbia.
“¡Ah! Hija mía, muchos no lo creen, que las espinas penetraron hasta
dentro de la boca. Es tan feo el pecado de la soberbia, que es veneno
para el alma y el cual la mata; así como quien tiene una cosa atravesada
en la boca, y ésta le impide que tome algún alimento para darle vida al
cuerpo; así la soberbia impide la Vida de Dios en el alma; por eso quise
sufrir tanto por la soberbia humana; y con todo esto, la criatura llega a
Así es hermanos, Jesús unió con las pinzas del dolor de las espinas nuestra
voluntad con la voluntad divina para hacerlas inseparables y “unir la
inteligencia divina a la humana, porque la inteligencia divina estaba como
dispersa en las mentes humanas, y mis espinas, dice Jesús, la llamaron del
Cielo y la injertaron de nuevo. No sólo esto, sino que obtuve, para quien debía
manifestar las cosas divinas, ayuda, fuerza, lucidez para hacerla conocer a los
demás”. (Vol. 4, enero 31, 1903)
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Fiat Siempre
4. Examen de Conciencia
Acto de reparación
“Ah, hija mía, esta segunda coronación me es mucho más dolorosa, la cabeza
me la siento nadando entre espinas, y en cada movimiento que hago o golpe
que me dan, tantas muertes crueles sufro. Reparo así la malicia de las ofensas,
reparo por aquellos que en cualquier estado de ánimo en que se encuentren,
en vez de pensar en la propia santificación se disipan y rechazan mi Gracia, y
regresan a darme espinas más punzantes, y Yo soy obligado a gemir, a llorar
con lágrimas de sangre y a suspirar por su salvación. ¡Ah, Yo hago todo por
amarlas, y las criaturas hacen de todo para ofenderme! Al menos tú no me
dejes solo en mis penas y en mis reparaciones.” (18a hora de la Pasión)
Acto de decisión
Yo he agregado: “¡Ah! Señor, por cuantas gotas derramaste, por cuantas
espinas sufriste, por cuantas heridas, tanta gloria intento darte por
cuanta gloria deberían darte todas las criaturas si no existiera el pecado
de soberbia, y tantas gracias intento pedirte para todas las criaturas para
hacer que este pecado se destruya”. (Vol. 4, septiembre 9, 1901)
6. Tarea
En este día y para siempre, revestiré cada uno de mis pensamientos con las
espinas de Jesús, no permitiré que algún pensamiento de mi propia voluntad
se encuentre en mi inteligencia. En todo momento veré la ocasión de decirle
a Jesús que lo Amo por todos los que no lo aman, que reparo las inteligencias
humanas entregándole mis pensamientos y le pediré a Mamá Santísima que
me corone con la corona de espinas de mi Jesús para estar atento a que
ningún pensamiento mío domine mi día. Fiat Siempre.
7. Jaculatoria Divina
Dulce Madre mía, tus penas son las mías, por eso pongo mi frente para ser
coronada junto a mí Jesús, y en cada espina pongamos a las almas para
liberarlas de su voluntad, y llevarles a todas la luz de la verdad, y nuestro Jesús
sea por siempre amado, reconocido y constituido como nuestro Rey, FIAT
SIEMPRE ❤️👑❤️