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Este itinerario o camino pas-
cual se inicia tomando concien-
cia de la propia realidad, de lo
que soy y cómo estoy frente a
Jesús, a mí mismo y a los her-
manos. No hay camino pascual
sin hacerme cargo de mi propia
realidad de pecado para ofrecer-
la al Mesías, quien sólo así pue-
de hacernos vivir el proceso de
transformación en «nueva criatu-
ra» (2 Cor 5,17; Gál 6,15; Ef
2,15; 4,24
Este itinerario o camino pas-
cual se inicia tomando concien-
cia de la propia realidad, de lo
que soy y cómo estoy frente a
Jesús, a mí mismo y a los her-
manos. No hay camino pascual
sin hacerme cargo de mi propia
realidad de pecado para ofrecer-
la al Mesías, quien sólo así pue-
de hacernos vivir el proceso de
transformación en «nueva criatu-
ra» (2 Cor 5,17; Gál 6,15; Ef
2,15; 4,24
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Este itinerario o camino pas-
cual se inicia tomando concien-
cia de la propia realidad, de lo
que soy y cómo estoy frente a
Jesús, a mí mismo y a los her-
manos. No hay camino pascual
sin hacerme cargo de mi propia
realidad de pecado para ofrecer-
la al Mesías, quien sólo así pue-
de hacernos vivir el proceso de
transformación en «nueva criatu-
ra» (2 Cor 5,17; Gál 6,15; Ef
2,15; 4,24
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Pastoral Bíblica Parroquia San Antonio. Gral. San Martín. Chaco
El itinerario pascual del discípulo según el camino de los de Emaús
El relato de los discípulos de Alejarse de Jeru- plan salvador del inmediato en anuncio del Señor Emaús es propio de Lucas (Lc salén, por tanto, es Padre llevado a cabo resucitado para vida del mun- 24,13-35). abandonar al Se- por su Ungido. Volve- do. ñor y sustraerse a rán inmediatamente Marcos sólo ofrece una corta e- Todo el itinerario pascual la donación del de Emaús a Jerusa- noticia de este encuentro con el tiene un fundamento: el aconte- Espíritu y, por lo lén porque nada Resucitado (Mc 16,12). cimiento liberador de Jesús de mismo, abortar la tienen que hacer en Nazaret, Mesías e Hijo de Dios. El relato de Lucas se ocupa misión (cfr. Hch la aldea que repre- del centro de la fe cristiana, la 1,8). senta la derrota Jesús Maestro, Profeta, Sa- victoria de Jesús sobre el pecado cuando en realidad cerdote y Señor sale al encuen- Jerusalén re- y la muerte, explicando aquello el Mesías de Dios tro de dos de sus discípulos presenta el ámbito que los ángeles comunicaron a está vivo en medio de los suyos para caminar con ellos y hacer- teológico de encuentro con las mujeres que fueron al sepul- en Jerusalén. se cargo de su realidad, sanar Jesucristo vivo, razón de la es- cro: «¿Por qué buscan entre los su condición y enviarlos a ex- peranza, fuente de inteligencia El itinerario pascual de los de muertos al que está vivo? No tender su misión. Para esto, en espiritual y fuerza para el testi- Emaús está compuesto de mo- está aquí, ha resucitado» (24,5- el camino de la vida, Jesús invi- monio. Emaús, en cambio, re- mentos sucesivos : 6; cfr. 1 Cor 15,17). ta a los de Emaús a celebrar la presenta en el relato de Lucas a- La interpelación de la reali- liturgia del peregrino en la fe, El mismo día en que encuen- lo cotidiano, lo de antes y lo de dad de incredulidad y desaliento sediento del Mesías, y les ofre- tran el sepulcro vacío y reciben la siempre, es decir, la muerte de por parte de Jesús Maestro y Pas- ce el pan de su palabra y el pan noticia de la resurrección de la ilusión que Jesús había sem- tor. de la eucaristía, alimentos me- Jesús sucede lo de Emaús brado en ellos, el sin sentido, siánicos que los transforman en (24,13). refugio a la desesperanza por la b- El discernimiento de la volun- testigos de la buena noticia de lejanía con el Resucitado y su tad del Padre en virtud de la ense- El “camino” de Jerusalén a la salvación. comunidad pascual. Allí, en ñanza de Jesús Profeta quien, Emaús tiene un profundo signifi- Emaús, sólo es posible la triste- anunciado en la Antigua Alianza, En el trasfondo de este itine- cado. Dos discípulos de Jesús za y el vacío por la falta de fe en abre el sentido genuino de la Es- rario pascual se halla la convic- bajan de Jerusalén camino a la obra de Dios por su Mesías. critura. ción cristiana de que la fe nace Emaús situada a unos 12 kiló- del anuncio del acontecimiento metros de la capital (Lc 24,13). Hacer el camino de Jerusa- c- El gesto sacramental de Je- de Jesucristo muerto y resucita- lén a Emaús, es deshacer el sús Sumo sacerdote que ilumina y Con tal alejamiento se distan- do, fuerza salvadora del Padre itinerario pascual, hundiéndose sana a los dos de Emaús dotándo- cian de Jesucristo muerto y resu- que, por la acción eficaz del en la derrota al creer que Dios los de aquella luz interior que abre citado en Jerusalén y de los her- Espíritu, la Iglesia sigue exten- no pudo vencer el pecado y la al conocimiento y a la adhesión manos que allí se reúnen a ben- diendo por el mundo entero. muerte. En el camino a Emaús, vital del Mesías. decir a Dios (24,52-53) y a espe- Jesús invita a sus dos discípu- rar «la fuerza que viene de lo d- El testimonio de los de Ema- los, que no lo reconocen, a re- alto» ús acerca de lo que han escucha- hacer el itinerario pascual gra- do y vivido; la experiencia perso- (24,49; Hch 1,4). cias al cual comprenderán el nal con Jesús la transforman de
Jesucristo, el acontecimiento liberador
La pregunta de un desconoci- cuyo protagonista es Jesús, y la días. Algunas mujeres dicen que que Pablo resume así: «Cristo do a los de Emaús sobre lo que manifestación de las esperan- su cuerpo no está donde lo sepul- murió por nuestros pecados, vienen conversando (Lc 24,17) zas que había suscitado en taron porque se enteraron por los según las Escrituras, fue sepul- tiene por respuesta la informa- ellos. ángeles «que está vivo» (24,19- tado y resucitó al tercer día, ción de lo que ha pasado en 24). según las Escrituras» (1 Cor Jesús de Nazaret, tenido por Jerusalén en «estos días» (24,18). 15,3-4; cfr. Hch 10,39-40). profeta de Dios y liberador de La respuesta contiene, sin que La respuesta no es una doctri- Israel, fue entregado por las los de Emaús lo sepan, el kerigma La fe en Jesucristo arranca na o teología sobre Jesús, sino la autoridades a la muerte en o profesión de fe de la Iglesia del anuncio de un aconteci- narración de un acontecimiento, cruz, y de esto hace ya tres apostólica (Lc 24,20-22), kerigma miento salvador: el Padre Dios, por su Hijo Jesús muerto y resuci- nión con él (Jn 1,17; Rom 8,1- don de la fe y de la comunidad de salvación, y tado por nosotros, constituido 4). conversión introduce es quien posibilita una vida Señor y Mesías (Hch 2,36; 5,31; al creyente en la Igle- en creciente sintonía con la El Espíritu Santo que abre al 10,42), nos ofrece vivir en comu- sia, Cuerpo de Cristo y condición de nueva criatura
Jesucristo y la interpelación de la vida
Los de Emaús han perdido la fe siempre, tristes, desconcerta- comprender por qué su líder aca- de la desesperanza del corazón en Jesús. Retornan desconcerta- dos y con sus esperanzas des- bó muerto, situación que afecta al sentido salvífico de los acon- dos a su aldea. Aquel en quien hechas. Mientras no sean ca- substancialmente su condición tecimientos (Lc 24,31: “ojos que habían puesto su esperanza se paces de abandonar sus pla- de vida actual y su futuro. Aquel ven”) y a la adhesión vital a Je- reveló inoperante: «Nosotros es- nes y se dejen encontrar por profeta «poderoso en obras y sucristo vivo (24,32: “corazón perábamos que él fuera el que Jesucristo vivo no cambiarán palabras» en quien creyeron, ¡no que arde”). iba a liberar a Israel» (Lc 24,21). sus motivaciones ni su conduc- era el liberador de Israel! Este itinerario o camino pas- ta. (24,19.21). Ellos dos, como muchos de su cual se inicia tomando concien- tiempo, alentaban la idea de un El encuentro se inicia por Jesús le reprocha a los de cia de la propia realidad, de lo Mesías poderoso en obras y pala- iniciativa de Jesús quien inter- Emaús su falsa comprensión de que soy y cómo estoy frente a bras, capaz de revertir la situa- pela sus vidas. «¿Qué es lo que los planes de Dios. Mientras ellos Jesús, a mí mismo y a los her- ción de opresión que vivía Israel vienen conversando por el ca- piensan en un liberador naciona- manos. No hay camino pascual bajo el yugo romano, haciendo de mino?», les pregunta (Lc lista que conduzca a Israel a la sin hacerme cargo de mi propia Jerusalén el centro sagrado des- 24,17). Ellos relatan lo que han cabeza de las naciones, Dios realidad de pecado para ofrecer- de el cual el Santo de Israel vivido los últimos tres días en ofrece a su Ungido o Cristo que, la al Mesías, quien sólo así pue- atraería hacia sí a todas las na- Jerusalén (24,19-24). Insisten como Siervo sufriente de Dios (Is de hacernos vivir el proceso de ciones (Zac 14; ver Mc 10,35-37). en sus anhelos rotos: han con- 52,13-53,10), guía a la humani- transformación en «nueva criatu- Confunden “Reino de Dios” con fiado en Jesús como profeta de dad al encuentro con el Padre (Lc ra» (2 Cor 5,17; Gál 6,15; Ef “reinado de Israel” sobre las na- Dios y liberador de Israel, pero 24,26). 2,15; 4,24). ciones (Hch 1,6). terminó muerto en cruz. Ya Sin Jesús, la senda recorrida nada se puede hacer (24,21). Este mesianismo nacionalista de Jerusalén a Emaús se convier- La amargura no puede ser no fue capaz de dar sentido a la te en desencanto pascual. Dejar- mayor. «Sus ojos estaban cega- existencia de los dos de Emaús, se encontrar por Jesucristo es dos» nos informa Lucas que representan a muchos discí- rehacer el itinerario pascual, pa- (24,16), es decir, no logran pulos de Jesús. Vuelven a lo de sando de la ceguera de los ojos y
Jesucristo y las Sagradas Escrituras
A partir de las nefastas huellas por Dios se ha cumplido en de «las Escrituras» -como en Lu- la lectura que explica las Escritu- que han dejado los últimos acon- Jesús de Nazaret. En este en- cas 24,27.32 (ver 2,23-24)- es ras en razón del Mesías y Siervo tecimientos en los de Emaús, cuentro, la palabra es media- para hacer una explícita referen- de Yahvé que ofrece su vida Jesús los invita a escrutar la vo- ción de comunicación, pues, cia a la voluntad de Dios expresa- para la redención de la humani- luntad de Dios: “¿por qué son tan por un lado, expresa la desilu- da en los Libros Sagrados. Jesús, dad (24,26). El fin principal de la torpes y no comprenden lo que sión humana (palabra del hom- por tanto, remite todos los acon- antigua alianza «era preparar la dicen las Escrituras acerca del bre) y -por otro- revela el miste- tecimientos ocurridos en Jerusa- venida de Cristo, redentor uni- Mesías de Dios?” (cfr. Lc 24,27). rio de la redención divina lén respecto a su persona a la versal, y de su reino mesiánico, La pregunta equivale a “¿por qué (palabra de Dios). Luego, los de voluntad salvífica de su Padre. Al anunciarla proféticamente (Lc tienen el corazón obstinado y los Emaús reconocen la fuerza de conocimiento de esta voluntad 24,44; Jn 5,39; 1 Pe 1,10), pre- ojos cegados (24,16.31) para la palabra de Jesús: su corazón divina se accede mediante una sentarla con diversas imágenes comprender los planes de Dios arde cuando les habla y les lectura complexiva, mesiánica y (1 Cor 10,11)», (Dei Verbum, de liberar a Israel y a la humani- abre el sentido de las Escritu- significativa de las Escrituras: 15). dad oprimida?”. ras (24,32; cfr. Hch 17,2-3). In- A) Complexiva: «Empezando C) Significativa: «¿No ardía terpretar las Escrituras es pe- Jesús, Palabra eterna del Pa- por Moisés y siguiendo por todos nuestro corazón mientras nos netrar con los “ojos” dre (Jn 1,1-2), «empezando por los profetas…» (Lc 24,27). Es la hablaba en el camino y nos ex- Moisés y siguiendo por los todos (comprensión) y aquilatar con lectura que abarca toda las Escri- plicaba las Escrituras?» (Lc los profetas» (Lc 24,27), les abre el “corazón” (afectos) la buena turas, sin cercenarla ni prefirien- 24,32). Es la lectura que inter- el sentido de la Escritura para noticia de Jesús (Mc 1,1) como do unos textos sobre otros. pela la vida concreta de los des- que comprendan y acepten (cfr. voluntad del Padre Dios. tinatarios de la Palabra, suscita B) Mesiánica: «Les explicó lo 14,25) que lo prometido en ella aquella luz que abre sus ojos y Cuando en el NT se habla que decían de Él…» (Lc 24,27). Es aquel gusto por la Palabra que ravillosa de Dios (2,33; 4,22; nes del corazón» (Heb 4,12-13) y sacia el corazón. Se trata de una 9,43; 13,17; 24,12). suscita nuestra adhesión vital a interpretación que toca los an- Jesucristo. Esta forma de penetrar en la helos humanos más profundos, voluntad de Dios consignada en por eso se reconoce la autoridad la Escritura es la que «discierne de la palabra proclamada y gene- los pensamientos y las intencio- ra la admiración por la obra ma-
Jesucristo y gestos sacramentales
A la enseñanza que explica el mesa con ellos, tomó el pan, Jesús desapareció Aquellos cora- sentido de la vida de Jesús sigue rezó la bendición, lo partió y se de su lado (Lc zones obstina- el gesto sacramental que alimen- lo dio» (ver Lc 24,30 y 24,31). Ellos, luego, dos y ojos inca- ta la adhesión vital a él. Aún los 22,14.19). darán testimonio de pacitados ojos de los de Emaús están cega- lo que les ocurrió (24,16) para Desde su origen la celebra- dos y no reconocen en el peregri- «cuando iban de reconocer al ción cristiana une palabra y no al Mesías, al «profeta podero- camino y cómo lo Resucitado gesto sacramental. La Eucaris- so en obras y palabras ante Dios reconocieron al partir que camina tía, pues, es comunión por el y todo el pueblo», al «liberta-dor el pan» (24,35). El gesto sacra- con ellos son iluminados con el diálogo y el sacrificio, por la de Israel» (Lc 24,19.21). mental de partir el pan es el ali- Pan de la Palabra y del Cuerpo Palabra y el Cuerpo del Señor, mento que lleva a su plenitud en de Cristo, haciendo posible el La mesa preparada por el realidades que se exigen mutua- los de Emaús aquella luz sobrena- conocimiento del misterio divino anuncio de la Palabra y el pan mente, aunque cada una con su tural que les permite adherirse revelado (cfr. Heb 10,32). bendecido, partido y compartido propia eficacia. Juan Pablo II nos con fe intensa a Jesucristo vivo, configuran el momento sacra- dice que «en cada celebración Los dones de Cristo (Jn liberador de Israel. mental que lleva a plenitud el eucarística el encuentro con el 6,31.49), Palabra y Cuerpo, son encuentro con Jesucristo vivo. Resucitado se realiza mediante Mientras que por las palabras los dones escatológicos del Sólo «entonces se les abrieron la participación en la doble me- de Jesús, que les llegan “al cora- nuevo pueblo de Dios (Sal los ojos y lo reconocieron» sa de la Palabra y del Pan de zón”, reconocen que lo sucedido 78,23-25; Ap 2,17) «que man- (24,31). Aquella cena de los de vida» (Dies Domini, 39; ver nº al Nazareno es la voluntad de tiene a los que creen» en él (Sal Emaús con Jesús, Lucas la llama 40; cfr. Sacrosanctum Conci- Dios consignada en la Escritura 16,26), y cuya inmediata conse- «fracción del pan» (1 Cor 10,16; lium, 7). (Lc 24,32), por la participación en cuencia es el testimonio (Lc Hch 2,42.46) y la presenta con la fracción del pan abren “los 24,33-34). De inmediato después de “la los mismos verbos que emplea ojos” y reconocen que el Nazare- fracción del pan” se les abrieron para la institución de la Eucaris- no, que murió en la cruz «hace los ojos a los de Emaús y reco- tía: «Cuando estaba sentado a la tres días» (24,21), ha resucitado. nocieron al Resucitado, pero
Jesucristo y el discípulo enviado como testigo
El camino a Emaús, ya lo de lo alto y la los heraldos de no de Jerusalén hasta los extre- hemos dicho, es retorno a lo coti- comunidad apos- la Buena Nueva. mos de la tierra (Hch 1,8) es la diano, a la vida que los discípulos tólica que confie- senda del misionero, es decir, El camino de tenían antes de conocer al Señor. sa a su Señor. del Espíritu que suscita testigos Galilea a Jerusa- Establecerse en Emaús es matar Aquí, en Jerusa- del Señor resucitado (4,31; ver lén (Lc 9,51) es la ilusión de la liberación de Is- lén, aquilatarán Mc 3,13-14). la senda del rael, el fin de la utopía humana con los apóstoles discipulado, de Los “caminos” por donde (Lc 24,21). Refugiarse en Emaús su experiencia quien sigue a transita el discípulo se convier- es aceptar el fracaso del plan del Resucitado. Desde aquí, de Jesús (Hch 1,21; 4,13) para estar ten así en itinerarios o caminos salvador de Dios, el fin de la uto- Jerusalén, saldrán esta vez a con él y aprender de él (Mc 3,14). pascuales que conducen de la pía divina. anunciar a todas las naciones El camino de Jerusalén a Emaús falta de fe y de la desesperanza «la conversión y el perdón de En el camino a Emaús ocurrió es la ruta interior del desencanto al reconocimiento de Jesucristo los pecados» (Lc 24,47; Hch el encuentro con el Resucitado y y del abandono del seguimiento. vivo y su anuncio gozoso. 2,38). En Jerusalén, no en el reencanto con su persona y El regreso de Emaús a Jerusalén Emaús, se forjan los testigos con la misión que les confió. Por es la senda de la escucha de la de aquel «que vino a dar su eso no se establecen en Emaús, Palabra y de la fracción del pan vida en rescate por todos» (Mc sino que regresan a Jerusalén, la para reconocer al Resucitado y 10,45), escuchando al Señor ciudad donde los espera el poder vivir en comunión con él. El cami- no abandonándolo se generan Pedagogía de Jesús e itinerario pascual del discípulo La pedagogía de Jesús Maestro. rente; Heb 2,14-18; 7,20-28) y en “ojos iluminados” y en cuanto Cordero del sacrificio “corazones ardientes”. El encuentro con los de Ema- Jesús-Profeta (la ofrenda). Jesús, Sacerdote y ús revela la pedagogía de Jesús, La pedagogía de Jesús-Señor y la revelación de la volun- Víctima, es el mediador perfecto «maestro bueno» lleva a los de Emaús a testimo- tad del Padre de la nueva alianza (9,11-12). niar al Resucitado con quien se (Mc 10,17), que conduce a des- (Lc 24,25-28) Apenas Jesús celebra la frac- encontraron en el camino de sus animados discípulos a la procla- ción del pan se abren los ojos de vidas. El discípulo es por defini- mación del Resucitado y a la El profeta es el hombre elegi- los de Emaús (Lc 24,16) y lo ción un testigo de «los aconteci- inserción en la comunidad pas- do por Dios para escudriñar el reconocen de inmediato (24,30- mientos que se han cumplido cual. La función de “maestro” de corazón del hombre y la historia 31; ver 24,32). entre nosotros» (Lc 1,1-2; ver Jesús se completa con otras desde el conocimiento que tiene 24,48). Los de Emaús deben funciones, presentes en el relato del plan salvífico de Yahvé. Je- La pedagogía de Jesús-Sumo volver a Jerusalén para ser re- de Emaús y en el NT, que susten- sús es el «gran Profeta» del Pa- sacerdote conduce a su plenitud vestidos con la fuerza de los tan su pedagogía. dre (Lc 7,16) en quien encuen- en la fracción del pan la luz so- testigos: el Espíritu Santo que tra su cumplimiento toda la Ley brenatural gracias a la cual los Jesús-Maestro suscita la obediencia de fe (Hch y los Profetas (Mt 5,17-20; Heb de Emaús reconocen que el mis- 1,8; ver 5,29-32). La experiencia y la interpelación de la vida 1,1-2) y por quien el Padre se ha mo que había sido crucificado ha del Resucitado y la misión de- (Lc 24,15-24) dicho completa y verazmente (Jn resucitado (Lc 24,21). ben ser validadas por la comuni- 1,3.14). dad apostólica (Lc 24,33-35). Al La figura del maestro o rabi- La participación en la mesa de no es muy venerada en el NT. La labor pedagógica con los la Palabra y del Pan abren al discípulo le corresponde apren- Los maestros son expertos en la de Emaús, la continúa Jesús- discípulo al conocimiento íntegro der del Testigo fiel e imitar su interpretación de la Ley de Moi- profeta mediante una cateque- del Resucitado y a su adhesión conducta para anunciarlo a sus sés y de sus tradiciones. Para sis bíblica que saca a la luz el vital, y renuevan su capacidad de hermanos. Jesús, un “maestro sabio” es sentido mesiánico de las Escri- juicio y discernimiento para sa- quien discierne la ley antigua turas. Este sentido es explícita ber «cuál es la voluntad de Dios, desde la novedad del Reino (Mt voluntad de Dios, es decir, es lo qué es lo bueno, lo que le agra- Escuchar a Jesús 13,51-52), por tanto, desde la que los de Emaús deben creer da, lo perfecto» (Rom 12,1-2; cfr. aceptación de Jesús como Mesí- acerca de Jesús, liberador de Didajé, IX 3). En el camino de la vida nece- as que cumple las promesas de Israel (Lc 24,21; ver 24,45-47), sitamos luz y fortaleza si real- Jesús-Señor mente queremos ser discípulos la Escritura (1 Cor 15,3-5; ver porque Dios es fiel a sus prome- Hch 13,32-33). sas (Rm 15,8-9). y el envío de sus testigos (Lc del Resucitado. Reconocer y 24,31-35) escuchar al Maestro que camina Para los de Emaús, la sabidu- Quien busca escuchar a con nosotros se convierte en ría de Jesús-maestro se expresa Jesús-profeta «como los discípu- Al final del encuentro con los una necesidad vital por cuanto en preguntas sin importancia los» deja que su Señor le des- de Emaús, Jesús se revela señor de esto depende nuestra identi- aparente: «¿Qué es lo que vienen pierte el oído, sin resistirse ni de los suyos y de la historia y los dad de cristianos en el mundo y conversando por el camino?... echarse atrás (Is 50,4-5). La envía como testigos (Lc 24,31- nuestra misión en la Iglesia y la ¿Qué ha pasado?» (Lc 24,17.19). escucha atenta de la Palabra de 35). El Mesías resucitado ha sido sociedad. Gracias a estas preguntas, cuyas Dios produce la obediencia filial constituido por Dios Señor de la respuestas Jesús conoce, saca a a Dios como el mejor de sus vida y de la muerte (Flp 2,9-11), Que, como los de Emaús, la luz la íntima realidad de sus frutos, y al hijo no le importa «Alfa y Omega, principio y fin», escuchemos a Jesús, Maestro y dos defraudados discípulos tanto comprender las razones «amén» del Padre, «testigo fiel y Profeta, que nos abre el sentido (24,19-24). del Padre cuanto confiar y entre- verdadero» (3,14). En él y por él de las Escrituras y parte para garse a sus designios de salva- toda criatura alcanza la plenitud nosotros el pan, dones mesiáni- La pedagogía de Jesús- cos que llenan de luz nuestros ción, porque sabe que él es su de su vocación (21,5; 1 Cor maestro parte por hacerse cargo ojos y de ardor nuestro corazón. Padre y no lo va a defraudar. 15,25-27). La soberanía celestial de la realidad del otro acogiendo Que nos dejemos acompañar del Señor junto a su Padre (Hch sus esperanzas y tragedias (Lc Jesús-Sumo Sacerdote por el Peregrino de Emaús que 3,21) garantiza que su fuerza 24,19); luego lo anima a contarla nos explica el sentido de su y el cumplimiento de la salvadora -que la Iglesia debe para poder sanarla. Al discípulo existencia y nos implica en su proclamar siempre- se haga pre- le corresponde la adhesión a voluntad del Padre misión. sente en todo tiempo y lugar. Jesús-verdad que da sentido a sus sufrimientos, y la comunión (Lc 24,29-30) La explicación del sentido de con Jesús-vida que lo hace partí- La institución del sacrificio la entrega de Jesús según la cipe de la naturaleza divina (2 Pe eucarístico (Lc 22,19 y 24,30) Sagrada Escritura y la ilumina- 1,4). Nada de esto es posible si es función propia de Jesús en ción sobrenatural para acogerla no se pone la propia realidad cuanto Sumo Sacerdote (el ofe- transforman la desilusión y la bajo la fuerza revitalizadora del desesperanza de los de Emaús