El texto de Roberto S. Goizuela, trata de la relación entre la solidaridad social (especialmente el ámbito de la justicia) y el perdón. Se refiere a una nueva lógica, en cuanto los valores cristianos invierten la concepción ético-moral y la cosmovisión de las realidades comunitarias humanas. Dice: “La verdadera reconciliación, la verdadera comunidad, se hace posible sólo cuando las exigencias de justicia son trasformadas por un amor extravagante, gratuito , que, todavía, portando las heridas de la traición, perdona sin tener en cuenta el costo”. Fundamenta esta nueva concepción de los comunitario (capital en las relaciones efectivas u eficaces en las relaciones interpersonales) por medio del pensamiento teológico de Gustavo Gutiérrez y referencias bíblicas que justifican el modelo cristiano como capaz obtener la armonía y el equilibrio optimo en las relaciones interpersonales, especialmente aquellas que estan permeadas por el pecado o por lo moralmente malo. El teólogo anteriormente enunciado afirma que: “[…] los dos temas principales de las Escrituras son la gratuidad del amor de Dios y el amor preferencial de Dios por los pobres” La justicia y el perdón se elevan a categorías divinas, experimentadas por el Verbo encarnado y las eleva a posición privilegiada, afirma: “Jesucristo revela la posición privilegiada de la víctima inocente como mediador de la extravagante, inesperada misericordia de Dios”.
¿Qué me dice el texto?
Dios en su amor misericordioso reconoce en los pobres, oprimidos, desvalidos, enfermos e injustamente tratados; un modelo insuperable para demostrar la gratuidad y magnanimidad del amor divino, a partir de estas realidades humanas, el mismo Dios vivencia estos dramas humanos que son inherentes a la existencia, pero que a su vez, representa un oportunidad inmejorable para demostrar la dignidad divina propia de lo humano, de lo demasiado humano. Esto quiere decir que lo que antes se consideraba despreciable y causaba rechazo y repulsa; ahora se considera una realidad teológica que el mismo Jesucristo denominó preferida. A partir del giro cristiano, los preferidos de Dios son los pobres, necesitados, afligidos e incomprendidos. El autor lo manifiesta con estas palabras: “A través de las víctimas de la historia, Jesús, de esta forma, extiende un perdón que transforma la lógica de la justicia, […] La economía de los derechos humanos es transformada por la no-economía del don, el cual no puede ser exigido sino solo transformado”. “La enseñanza de Jesús es sobre cómo la libertad involucra el no vivirse sólo como quien está poe en-cima/en-contra, es decir, como creaturas que sólo actúan reactivamente… la enseñanza es acerca de cómo relacionarse con el otro como un don, en lugar de una carga que nos define y limita. Lo que hace este movimiento posible es la victima que perdona, mediada para nosotros en la transformación de la relacionalidad humana”.