Вы находитесь на странице: 1из 26

La microviolencia de género en Universidades de Colombia,

desde colectivos feministas y medios de comunicación

Emely de Dios Anaya Russo

Universidad de Medellín

Estudiante de Comunicación y Relaciones Corporativas

Medellín, Colombia
2020-1

Planteamiento del problema

La lucha contra la violencia de género en Colombia no es de hace poco, y ha estado

acompañando el desarrollo de las sociedades a nivel global. Además, se ha pasado de las

protestas en las calles, a migrar a los entornos digitales como medios que soportan el reclamo

de los colectivos por el respeto entre los géneros y la igualdad de condiciones. Bien se conoce

que la violencia ha sido parte de la historia del ser humano como muestran los registros

históricos, así como ha sido un tema de reflexión para diversos pensadores de distintas

épocas, finalmente haciendo la clasificación de distintos tipos de violencia, y sus pequeñas

manifestaciones, que se denominan microviolencias. El Diccionario de Neologismos del

Español Actual define la microviolencia como “acto de violencia que pasa inadvertido por no

tener consecuencias relevantes como hecho aislado, ejercido contra personas que están en

situación de inferioridad respecto de quien lo comete”, y así como esta se encuentra de forma

física en la cotidianidad de los seres humanos, sea a nivel individual o a nivel grupal, también

se puede encontrar en los espacios digitales, los cuales han sido utilizados además para su

denuncia, refugio y como terrenos de debate. De esta manera, quienes han sido víctimas o

reconocen la microviolencia como una problemática social, dentro de un mismo grupo o

individualmente, han creado colectivos que luchan incansablemente por la visibilidad y el

reconocimiento de sus facultades como seres humanos con dignidad, que merecen respeto y

seguridad en los entornos donde se desenvuelven. Así, surgen colectivos en las Universidades

de Colombia que abogan por quienes han sentido que la justicia no ha estado de su lado, se

han sentido invisibilizados y hasta silenciados, por aquellos quienes normalizan actos de

violencia y pretenden borrar situaciones que evidentemente atacan la integridad tanto física

2
como psicológica de un individuo, además de su libre desarrollo, expresión y sentido de

existencia. Las microviolencias no se limitan a espacios ni grupos sociales, sino que se

pueden evidenciar en un sinnúmero de situaciones, grupos, con diferentes condiciones,

situaciones, ubicación, etcétera. A raíz de lo anterior, en distintas universidades de Colombia

se han conformado colectivos que pretenden denunciar y visibilizar estos actos de

microviolencia basadas en género, presentes desde que la mujer empieza a asistir a los

espacios de educación superior, y que hasta hace muy poco se ha empezado a hablar de

manera pública específicamente de la microviolencia en Universidades, usando los medios

digitales como las redes sociales como plataforma para tales denuncias y como terreno para la

discusión del tema; cuestionando además la existencia o ausencia de protocolos de denuncia y

acompañamiento por parte de las Universidades colombianas.

Para el desarrollo de este trabajo, se analizaron cuatro cuentas de la red social Instagram de

colectivos feministas que surgen en Universidades de Colombia, que son Bolívar en Falda

(Universidad Pontificia Bolivariana, Medellín), El Grito de Pandora (Universidad de

Medellín, Medellín), Polifonía (Pontificia Universidad Javeriana, Bogotá) y No es Normal

(Universidad de Los Andes, Bogotá). Además, se monitorearon artículos presentados por la

revista Semana y el periódico El Tiempo de Colombia, que han tratado el tema de la violencia

de género en las Universidades del país, siendo estos últimos soportes para el desarrollo y

análisis del contenido que se pueda encontrar expuesto por los colectivos feministas de las

universidades.

Por lo tanto, se planteó el siguiente cuestionamiento que soporta el desarrollo de esta

investigación: ¿Cómo evidencian los colectivos feministas la microviolencia de género que se

3
presentan en las Universidades de Colombia, a través de los medios digitales como las redes

sociales y cuál es el trasfondo ético que soporta esta situación?

Introducción

Hablar sobre la microviolencia de género en las Universidades de Colombia ha venido

tomando fuerza en los últimos años, pues cada vez son más quienes se atreven a denunciar

estos hechos, y gracias al surgimiento de colectivos que sirven de apoyo para personas que

viven estas situaciones, se visibiliza y aumenta la necesidad de tomar medidas que vayan

acorde al tratamiento de las consecuencias que deja la microviolencia. Debido a la ausencia

de protocolos de denuncia y acompañamiento por parte de las universidades, que han

manifestado los mismos colectivos interesados a través de plataformas digitales como la red

social Instagram, que fue fundamental para el desarrollo de este cuestionamiento, quienes

están involucrados en situaciones de microviolencia migran a estos espacios digitales para

denunciar, refugiarse o comunicar sus experiencias, y que son apoyados por la comunidad

que se crea en estos entornos. El miedo como condición humana mueve a los grupos e

individuos a buscar maneras de expresar sus experiencias, o por el contrario y más común, los

detiene a actuar, no denunciar los hechos y simplemente seguir invisibilizando una

problemática que tiene impacto a nivel global. Aquí se expone, hasta cierto grado, cómo

algunos colectivos feministas, inmersos en las Universidades, evidencian la microviolencia de

género, utilizando la red social Instagram, y el trasfondo ético de esta situación.

Para el desarrollo de la investigación, fue necesario una revisión del concepto de violencia

de género, los colectivos feministas, los espacios digitales como medios alternativos de

denuncia y el papel de la ética alrededor de esta temática. El diseño metodológico de la

4
investigación es cualitativo exploratorio/descriptivo, tomando como muestra cuatro cuentas

de Instagram de colectivos feministas surgidos en las universidades, teniendo como objetivo

analizar la microviolencia de género en las universidades de Colombia evidenciada por los

colectivos feministas, a través de la red social Instagram, y el trasfondo ético que contienen

las acciones alrededor de esta situación. Finalmente se hizo un análisis e interpretación del

cuestionamiento inicial.

Justificación

La microviolencia de género en los entornos de educación superior es un tema que no debe

ser pasado por alto, pues se estaría eliminando otra cuestión que está presentándose ante los

ojos de la sociedad, y no darle el tratamiento adecuado pueden tener consecuencias muy

negativas tanto para la víctima, como para quienes se encuentran alrededor, así como a nivel

social. Este trabajo pretende exponer la manera en cómo la red social Instagram ha servido de

plataforma para sostener las denuncias y cuestiones que plantean los colectivos feministas

que surgen en las instituciones de educación superior en Colombia, bien sea por falta de

normatividad por parte de la IES para la denuncia y el tratamiento de la microviolencia de

género que se da en estos entornos, o bien sea porque es un medio alternativo, masivo, lo cual

pretenden que los hechos se den a conocer a gran medida; así como también para analizar el

trasfondo ético que hay alrededor de esta situación. Si bien en Colombia han existido

investigaciones sobre la violencia de género en las universidades, exponer la microviolencia

desde la mirada de los colectivos feministas, tal y como ellos lo denuncian, le da otra cara a la

situación, pues se estaría tocando el tema desde una fuente directa, que ha venido luchando

por ser escuchados y han buscado todos los medios para que su voz se tome en cuenta. Así,

está investigación se hace con el objetivo de mostrar a grandes rasgos todo aquello que estos

5
colectivos denuncian valiéndose de la red social Instagram, pudiendo ser un referente para

futuras investigaciones de microviolencia de género en los entornos de educación superior en

Colombia. Por lo tanto, para su desarrollo, se realiza un marco teórico que es la base para el

análisis e interpretación de los datos recolectados, así como también para el alcance de los

objetivos y conclusiones que puedan aportar al campo de estudio de la cuestión aquí expuesta.

Marco teórico

La violencia, definida por Domenach como el “uso de una fuerza abierta u oculta, con

el fin de obtener de un individuo, o de un grupo, algo que no quiere consentir libremente"

(1981), de género, término acuñado por el feminismo, que remite precisamente al carácter

social y cultural del proceso por el que se atribuyen características y significados

diferenciados y jerarquizados a mujeres y hombres, constituyendo estereotipos que varían

geográfica y temporalmente, sobre lo que es y debe representar nacer varón o mujer

(Montero, 2006) pareciera que hubiese surgido desde que la mujer existe en el universo, solo

basta revisar los textos antiguos, incluso la Sagrada Biblia, donde se expone la mujer como

“inmunda” luego de dar a luz (Levítico 12:1,2-5), pudiéndose observar además cómo es

tomada por objeto y manejada a gusto de quienes tienen el poder de la palabra; así, llegando

un poco más a los textos modernos, como lo expone Luisa Posada Kubissa (2008),

extrayendo del capítulo V del texto de Rousseau Emilio o la educación:

Generalmente, las niñas son más dóciles que los muchachos –nos dice

Rousseau, para añadir–: y también debe hacerse mayor uso de la autoridad

con ellas (…). Acostumbrad a las niñas a que se vean interrumpidas en sus

juegos y a que las llamen para otras ocupaciones sin que murmuren (…)

6
porque toda la vida han de ser esclavas de la más continua y severa

sujeción (…). Es preciso acostumbrarlas a la sujeción cuanto antes (y

como sea), con el fin de que nunca les resulte violenta; hay que

acostumbrarlas a que resisten todos sus caprichos, para someterlos a las

voluntades ajenas (Rousseau, 1979:515-517)

Planteando así un panorama sobre el cual las sociedades modernas se basan en ideales que

implican violencia de género, y que no solo se limitan a la violencia entre parejas, sino que se

da desde diversos actores, bien sean cercanos a la víctima o no, incluso por parte de

instituciones, grupos, hasta por medio de las distintas expresiones del arte.

La figura de la mujer a lo largo de la historia se ha limitado al rol de madre y cuidadora,

evidenciándose desde el privilegio que se le ha otorgado al hombre de poder asistir a

instituciones educativas, participar en la política, tener altos cargos laborales, por mencionar

algunos, hechos que aún para la mujer son una lucha, y que son parte fundamental de las

dinámicas de los colectivos que promulgan el cambio y la equidad de género.

El feminismo es uno de los movimientos que aporta a la sociedad global y a la humanidad

como tal, una mirada distinta a la manera en cómo se vive, pues este surge ante la

necesidad de enfrentarse ante un conflicto que está muy profundamente arraigado en la

sociedad, y es transversal, que surge principalmente por el simple hecho del nacimiento de

la mujer. (Montero, 2006)

Ha sido la misma lucha de las mujeres a través de la historia la que ha permitido un avance

en materia de transformar el rol de la mujer, de la visibilización de sus capacidades y

habilidades más allá de ser madre y esposa. Bien lo afirma Alice Echols (1989) en su texto

7
“Daring to be bad” que “la influencia del feminismo ha conseguido cambios en ámbitos

como el derecho a la educación, el voto de la mujer, el derecho al trabajo, la igualdad ante la

ley o los derechos reproductivos, entre muchos otros.”

Siguiendo a Posada (2008) “Si vamos a una aproximación más actual sobre el problema de

la violencia de género, y lo hacemos además desde el uso de la teoría feminista como teoría

crítica, convendrá establecer antes que nada que se parte aquí de que el problema de la

violencia contra las mujeres resulta ser también el problema del discurso o del gran relato –

social, político y cultural– en el que ésta está inserta”. Así expuesto, Posada afirma la

influencia que tiene el discurso en el que la mujer está viviendo su día a día, y en el cual ella,

a veces, por sí misma y sin darse cuenta, puede estar adentrándose.

Por otra parte, tema de la violencia de género ya no se ve desde los actos donde el uso de

la fuerza y la agresión física es necesario para considerarse violencia, sino que ahora se

amplía la visión de la violencia a lo micro, dado desde actos pequeños que se han

normalizado, a veces imperceptibles y con connotación de abuso de control y poder, a veces

siendo tan arraigados al discurso cotidiano que no suponen intencionalidad ni planeación.

La microviolencia basada en género, es definida por Luis Bonino, quien le ha denominado

micromachismo, “como pequeños, casi imperceptibles controles y abusos de poder

cuasinormalizados que los varones ejecutan permanentemente” (1995), de esta manera

pudiéndose concluir que la violencia de género no es solo física, sino que siempre ha estado

de otras maneras, pero de forma imperceptible. Los micromachismos o la microviolencia de

género “Son hábiles artes de dominio, maniobras que, sin ser muy notables, restringen y

violentan insidiosa y reiteradamente el poder personal, la autonomía y el equilibrio psíquico

8
de las mujeres, atentando además contra la democratización de las relaciones. Dada su

invisibilidad se ejercen generalmente con total impunidad” (Bonino, 1995).

Con relación a lo anterior, podría mencionar que el hecho de negar la posibilidad a la

mujer de acceder a una educación igual que la de los hombres, incluso de asistir a las

instituciones de educación superior, es una muestra de microviolencia, pues se estaba

poniendo por debajo las capacidades de la mujer con relación a las del hombre, siendo esto

normalizado y parte de la cultura sin ser cuestionado. La presencia de las primeras figuras

femeninas en las universidades en Colombia tienen fecha de alrededor de finales de los años

veinte, enfrentándose a un país que se resistía a que la estructura social de esa época se viera

afectada, además de que esto sería un cambio en el rol de la mujer, pues ya cambiaría sus

labores de la casa, y migraría a la educación, y por consiguiente, empezaría a ocupar lugares

al igual que el hombre, lo que era una amenaza para la sociedad patriarcal de Colombia,

siendo así desde sus inicios. Esto no ha cambiado mucho, pues aún la sociedad colombiana,

tanto dentro de instituciones educativas, como entornos laborales y mucho más familiares,

tiene aún un tinte patriarcal y con rasgos machistas que abren las posibilidades de cuestionar

el avance en materia de equidad de género en el país.

Asimismo, en el entorno de las universidades de hoy día, se encuentran formas de

violencia sutiles, actos de microviolencia en la cotidianidad que suponen desde una palabra

hasta una acción física, una forma de violencia no explícita, y que pareciera no hay ojos muy

abiertos que se están percatando de esto en todo momento. A raíz de la convivencia y las

dinámicas naturales de los entornos universitarios, y al empezar a hacer frente a los actos de

microviolencia, surgen colectivos que luchan por la seguridad de quienes están siendo

vulnerados, no solo desde la condición de ser mujer sino también desde las comunidades

9
LGBTBI que convergen en este entorno. Siendo estos actores sociales a quienes por muchos

años se la he venido vulnerando derechos y las propias vidas, sus libertades, sus capacidad y

habilidades, que están más allá de la identificación de un género en particular, pues su

condición de personas está por encima de todas las etiquetas que se le puedan atribuir.

Los grupos integrados por mujeres feministas empiezan a surgir entonces con el fin de

estudiar, comprender y proyectarse con acciones ante la desfavorable condición de las

mujeres dentro de los entornos universitarios, como lo menciona el Grupo Mujer y Sociedad,

de la Universidad Nacional de Colombia, quienes se conformaron desde el año 1985. Con el

paso de los años, la mujer ya se encuentra completamente inmersa en los entornos de

educación superior, y van tomando protagonismo en las decisiones que aquí se toman, y

ocupando cargos de alta responsabilidad, así como la conformación de grupos de

investigación y se encuentra ya inmersa en diversas dinámicas que eran solo para hombres, o

que así se pensaba.

De esta manera, conforme va avanzando el tiempo y la sociedad, han surgido colectivos

feministas con diversos propósitos alrededor del movimiento feminista, que van permeando

las universidades y se van adentrando a tomar partido en asuntos alrededor de la academia.

Así, siguiendo a los líderes del colectivo Bolívar en Falda de la Universidad Pontificia

Bolivariana de Medellín, la mayoría de estos colectivos nacen con el objetivo de “crear un

espacio amigable para la seguridad y tranquilidad de la comunidad universitaria,

desnaturalizando las acciones machistas, desde un enfoque multidisciplinario y con

perspectiva de género”. (s.f)

10
Con el desarrollo de la tecnología y las nuevas herramientas de comunicación, aparecen las

redes sociales como “una forma de interacción social, como un intercambio dinámico entre

personas, grupos y organizaciones en diferentes contextos” (Rodríguez, 2011) siendo una

plataforma que permite el flujo de mensajes de manera masiva, bien sea exponiendo la

identidad o dentro del anonimato. El Internet es la tecnología que soporta estos espacios “en

el que las personas encuentran una forma alternativa de comunicación, que inclusive puede

ser múltiple e instantánea en varios espacios de este ciberespacio (Parra, 2010), posibilitando

el envío y recepción de mensajes de manera inmediata, además del consumo de información a

gran escala.

De modo que, valiéndose de alternativas para la difusión de sus mensajes de lucha y para

el alcance de sus objetivos, los colectivos feministas de universidades se encuentran en este

ciberespacio para reunirse y abrir posibilidades a la conversación, a la denuncia, a la reflexión

de la sociedad acerca de lo que está sucediendo, y se invisibiliza la mayor parte del tiempo.

Por lo tanto, los colectivos feministas promulgan el lema de la equidad de género y su lucha

por el respeto hacia la mujer y la denuncia al abuso que se le hace, no solo en el contexto

social, sino también en los espacios de educación superior, que se supone “es un lugar en

donde confluyen un sinnúmero de elementos que giran en torno al saber y al comprender el

mundo que nos rodea; representa un espacio en el cual las personas se agremian con el fin de

recibir derechos colectivos legales como la educación, y simboliza la noción de libertad

académica, de libre expresión, de respeto por las diferencias en torno al bienestar humano”

(Gonzáles, 2015).

Las universidades son los espacios que se encargan de formar ciudadanos profesionales

que le aporten a sus sociedades desde diversos conocimientos, para su avance y evolución,

11
“se conciben a sí mismas como instituciones de prestigio y calidad, baluarte de los derechos

humanos, al servicio del desarrollo intelectual y material de los pueblos, del progreso del

conocimiento, de la paz, de la igualdad entre las mujeres y los hombres y de la defensa

ecológica del medio ambiente pero, ¿hasta qué punto esta declaración ha calado en las

prácticas cotidianas de la universidad?” (López, Viana & Sánchez, 2016) pues en materia

de brindar garantías para las víctimas de violencia y microviolencia de género en las

universidades, específicamente en las de Colombia, como cuenta a Contagio Radio una

estudiante que pidió estar en el anonimato “(…) solo 3 universidades públicas tienen una

política de género: La Universidad Nacional, la UIS y la Universidad del Valle.

Adicionalmente, sostuvo que, de las 32 Universidades Públicas del país, sólo 6 cuentan con

protocolos contra las violencias basadas en género: UIS, Universidad Nacional, Universidad

del Valle, Universidad Pedagógica Nacional, Universidad de Antioquia y la Universidad

Pedagógica y Tecnológica de Colombia”. (2020)

Existe dentro del ordenamiento jurídico la Ley 1257 de 2008, según la cual el Ministerio

de Educación debe:

- Velar por que las instituciones educativas incorporen la formación en el respeto de los

derechos, libertades, autonomía e igualdad entre hombres y mujeres como parte de la cátedra

en Derechos Humanos.

-Desarrollar políticas y programas que contribuyan a sensibilizar, capacitar y entrenar a la

comunidad educativa, especialmente docentes, estudiantes y padres de familia, en el tema de

la violencia contra las mujeres.

12
Expone Luz Ángela Gómez (2019) que, dentro de lo anteriormente establecido, “el

Ministerio no ha atendido el llamado de la Corte Constitucional por divulgar lineamientos

para que las instituciones de educación superior creen mecanismos de atención, sanción,

prevención y erradicación de la violencia sexual y para que den a las víctimas una atención

adecuada e integral que no revictimice y haga más grave y dolorosa la situación”.

Así pues, desde Adela Cortina (1986) y la ética mínima, habla de los mínimos éticos:

“Los «mínimos éticos» —recordemos— no son «minimalistas», no consisten en

una especie de moral de rebajas para cuestas de enero. Más bien nacen de la

conciencia de que socialmente sólo podemos exigirnos mutuamente esos mínimos de

justicia, a los que al menos verbalmente ya hemos dado nuestro asentimiento y que

tienen su fundamento en una razón sentiente. Los máximos no pueden exigirse, pero

son el suelo nutricio de los mínimos, a ellos puede invitarse y deben hacer tal

invitación quienes realmente crean que son una respuesta al afán de felicidad”.

Siguiendo lo que Cortina expone, y con relación a la responsabilidad ética que tienen las

universidades de garantizar la seguridad, el respeto, la libertad y la igualdad de quienes

convergen en el entorno institucional, se afirma que la universidad está en obligación de

incorporar protocolos que sean de guía para actuar frente a las situaciones que se presenten

dentro de las instituciones y entre quienes se vean involucrados, con el fin de cobijar las

dignidades humanas, de considerar a todas las personas como sujetos de derechos,

procurando su libre desarrollo, su libre expresión y su normal transcurrir de vida, sin que se

vea afectado, o por lo menos, desamparado por las instituciones en las que está inmerso.

Diseño metodológico

13
El diseño metodológico de la presente investigación es cualitativo exploratorio/

descriptivo, pues se está tratando un tema que poco se ha abordado, además de pretender

describir las características del fenómeno a tratar. Para la recolección de datos que sustenten

el cuestionamiento inicial, se hace un laboratorio de medios, principalmente la red social

Instagram de los colectivos feministas a analizar, y algunos medios de comunicación masivos

que traten el tema de la microviolencia de género en las universidades de Colombia.

Objetivo General

Analizar la microviolencia de género en las universidades de Colombia evidenciada por

los colectivos feministas, a través de la red social Instagram, y el trasfondo ético que

contienen las acciones alrededor de esta situación.

Objetivos específicos

- Monitorear la actividad y el contenido de los colectivos feministas en la red social

Instagram, con relación al tema de la microviolencia de género.

- Indagar en diversos medios de comunicación lo que se dice acerca de la microviolencia de

género en universidades de Colombia.

- Interpretar la información recolectada acerca de la microviolencia de género en

universidades colombianas, a través de los colectivos feministas en la red social Instagram

y algunos medios de comunicación.

14
Análisis e interpretación

Colectivo El Grito de Pandora @Elgritodepandora

Las imágenes anteriores aluden a una publicación en Instagram hecha por el colectivo feminista

de la Universidad de Medellín llamado El Grito De Pandora. De manera contextual, las

estudiantes del colectivo pusieron una caja en la universidad, sellada con solo una apertura donde

únicamente podrían entrar las hojas de papel, mismas que llevarían escritas denuncias de

estudiantes tanto mujeres como hombres, que hayan sido víctimas de acoso, violencia o abuso

dentro de la universidad, ya sea por parte de otros estudiantes, de maestros, directivos o el resto

de los miembros de la universidad, la caja duró en la universidad un día, las alumnas del

colectivo pasaron de salón en salón y por todo el campus de la universidad haciendo la invitación

a pasar por la caja y hacer sus denuncias y cada cierto tiempo revisaban la caja moviéndola y

veían si habían varios papeles, la caja ya llevaba varias denuncias, dichas denuncias servirían

para analizar cómo se vive la violencia de genero dentro del campus universitario y de la misma

forma crear una ruta adecuada en contra de la violencia de genero.

15
En la mañana siguiente la caja no estaba en la universidad, fue buscada y esta no había sido

trasladada, fue tomada por personas que aún mantienen el anonimato, se cree que fueron

directivos o profesores de la universidad, u otros alumnos, sin embargo esto desató en las

integrantes de la colectiva mucho enojo porque vieron lo sucedido como una forma de

silenciarlas, de que se mantuviera en lo desconocido todos esos casos que la universidad debía

cargar cuando salieran a la luz, lo que evidencia también como en algunas ocasiones los

colectivos feministas que se construyen dentro de la universidad no son apoyados por la misma,

en el caso del robo de la caja, la universidad no sé pronunció como un ente de apoyo para la

actividad, incluso muchos estudiantes que no pertenecían al colectivo, mostraron su descontento

por la forma en la que la universidad respondió a lo sucedido, debido a que cerca de la ubicación

de la caja habían cámaras de seguridad y no facilitaron el uso de ellas para ver que había

sucedido y de la misma forma hacer un llamado de atención. El no tener apoyo de la universidad

hace que los procesos de los colectivos sean más lentos, pero a su vez independientes y

transparente, porque en algunas ocasiones cuando la universidad desea apoyar al colectivo es con

el fin de poder controlar la información que en este se maneja.

Colectivo Bolívar en Falda @Bolivarenfalda

16
El colectivo bolívar en falda creado en la Universidad Pontificia Bolivariana nace a raíz de cómo

en esta universidad se vivía el machismo a través de ideas conservadoras, este toma fuerzas y sus

inicios, cuando en la universidad corre el comentario por varios profesores de la misma, de que

las estudiantes no debían ir a clases de faldas cortas ni de escotes muy pronunciados, incluso se

les envió un correo de cómo debían vestirse porque las alumnas distraían los profesores y a los

demás alumnos al llevar ropa en la que se viera la piel. A partir de ese suceso empezaron a ser

activas en redes y a crear algunas protestas dentro de la universidad.

Las imágenes hacen referencia al mal uso de la frase que tanto se ha normalizado que dice “las

mujeres son como las leyes, se hicieron para violarlas”, la anterior es dicha de manera común y

por hombres que cumplen papeles importantes dentro la sociedad, como es el caso del concejal

de Manizales o del presidente de los españoles en el exterior. Las mujeres del colectivo se

pronuncian por medio de las redes sociales ante el mal uso del lenguaje que refuerzan las ideas de

violencia de género y en este caso algo tan grave como la violación.

Colectivo Polifonía @Polifoniacg

17
El colectivo Polifonía se creó dentro de la Universidad Javeriana, las dos imágenes pertenecen a

una conmemoración del Día de La Mujer Trabajadora dentro de la Universidad Javeriana.

Podemos evidenciar cómo hacen públicas sus denuncias dentro del campus de la universidad y

cómo varias de sus estudiantes se reúnen y se suman al movimiento, sin embargo, no se hace

explícitas dichas denuncias. En el caso de la imagen izquierda, la camisa expone que en la

Facultad de Ciencias Políticas acosan, pero no se expone quién o de qué manera, lo que hace que

la idea quede en el aire y que no sea muy claro el mensaje, siendo esta una manera más simbólica

de estar en contra del sistema opresor, o que los mensajes van dirigidos hacia aquellas personas

que pertenecen al campus o tienen conocimiento previo de la información, por lo tanto la difusión

en redes puede ser un poco ambigua.

Colectivo No es Normal @Noesnormal_uniandes

No es Normal es un colectivo feminista perteneciente a la Universidad de los Andes, en el

ejemplo de las fotografías anteriores, vemos una alianza entre otro colectivo llamado “Lxs

Perrxs” el cual busca desmantelar las acciones machistas que se encuentran en el Departamento

de Artes de la universidad. De esta alianza surge un estudio de la violencia de género dentro de la

universidad donde se encuesta a los estudiantes y sale un resultado muy diciente donde el 39,2%

18
se han sentido acosados o violentados dentro de la universidad de diversas formas, No es normal

hace publica estas estadísticas y datos en sus redes sociales, lo que permite que de manera pública

se haga evidente el sentir de los estudiantes y que se cuestionen también las dinámicas de

violencia de género y cómo esta se vive dentro del campus. El uso de las redes ha sido una buena

herramienta para este colectivo porque se han creado alianzas para poder trabajar el feminismo

dentro de la universidad, de manera exacta y con pruebas en los casos de acoso.

Fuente o autor Análisis

¿Cómo detener la violencia sexual en las Este artículo escrito por Luz Ángela Gómez para
universidades de Colombia? El Tiempo. el periódico El Tiempo, refleja las problemáticas
que viven los colectivos feministas dentro de las
universidades de Colombia, y qué es lo que hace
el Gobierno por estas causas, debido a que los
avances y estudios son hechos por las estudiantes
de los colectivos sin apoyo gubernamental o
directivo por parte de la universidad, lo que hace
que el trabajo sea merito únicamente de las
estudiantes que pertenecen al colectivo, incluso
ellas mismas toman el mando en los casos de
violencia de género dentro de la universidad,
mando que debería ser tomado por bienestar
universitario o entidades legales.

Acoso sexual en universidades: estudiantes Es este artículo de El Tiempo se evidencia la falta


ponen el tema sobre la mesa. El Tiempo. de apoyo a los colectivos feministas de las
universidades, muestra cómo las entidades
estatales no han tomado la iniciativa por llevar a
cabo un rastreo de las violencias de género dentro
de las universidades e incluso la inexistencia de
una ruta de prevención de violencia de género, y a
su vez la participación de los medios la cual suele
ser más activa que la participación del Gobierno
con relación a este tema.

Las mujeres que lideran denuncias de acoso En la columna presente se hace un análisis de la
sexual en las universidades. El Tiempo. participación de los colectivos feministas en la

19
universidades, como el caso del colectivo No es
normal quienes son pioneras en crear un protocolo
para prevenir y atender la violencia de género y
violencia sexual en el campus, otra universidades
con colectivos feministas también han
implementado rutas o protocolos en casos de
violencias de género, sin embargo en muchas
ocasiones no han sido tan efectivas o las rutas no
son muy claras, a su vez también resaltan la
importancia de tener colectivos feministas ya que
estas representan la voz de aquellas mujeres que
tiene miedo a denunciar y en muchos otros casos
ayudan a hacer una denuncia de manera adecuada.

Aumenta la lucha por la equidad de género en La revista Semana hace un rastreo por el trajinar
las universidades. Revista Semana. histórico de la lucha de las mujeres en la
educación superior, de aquellos retos a los que se
enfrentan como mujeres en un entorno donde la
mayoría son hombres. En este hacen referencia al
caso de la Universidad Pontifica Bolivariana
donde le enviaron un correo a los estudiantes
dándoles tips para vestirse dentro de la
universidad con el fin de no distraer a la población
masculina de esta, a su vez exponen otros casos
donde las estudiantes han sido víctimas de abuso
dentro de las universidades y cómo muchas de
aquellas universidades no hacen frente a los casos
que se presentan.

Análisis general

20
La violencia de género está siendo cada vez más visibilizada y denunciada por parte de

víctimas y colectivos que surgen para enfrentar este problema social que se da a nivel mundial,

además de ser abordada por diversos autores en medios masivos de comunicación. Se reconoce a

la violencia de género como una problemática a la que se enfrentan la mayoría de las sociedades,

desde diversos aspectos como lo son violencia psicológica, física, sexual, política, económica y

laboral. Así, se puede encontrar que la violencia de género ha migrado a situaciones donde se han

normalizado, desde pequeñas acciones hasta palabras donde se tiene que ver con lupa.

La violencia de género contiene la microviolencia de género, esta última normalizada bien sea

de manera deliberada, o porque está tan inmersa en la cotidianidad que simplemente se pasa por

alto. Sin embargo, esta violencia ha sido denunciada de múltiples maneras, como se evidencia en

las piezas de redes sociales de los colectivos feministas de algunas universidades anteriormente

analizadas, siendo este otro plano relevante para su visibilidad, el de la educación superior, que es

el entorno donde se supone se enseña a valorar la vida y la integralidad del otro, pero que se

puede ver la presencia explícita de quienes agreden a la mujer en lugar de aportar a la

construcción de un entorno protector y que procure hacerle frente a la violencia.

Siguiendo con lo anterior, en el análisis de estas piezas, y en los perfiles de los colectivos

como tal, se evidencia la indignación que los participantes de estos colectivos sienten.

Claramente, se les está vulnerando muchos derechos y sus valores se están viendo directamente

afectados, los reclaman por medios donde puedan sentirse escuchados, pues allí también

manifiestan el poco respaldo por parte de las instituciones tanto educativas como

gubernamentales, por ende buscan los medios para hacer escuchar sus voces y así paso a paso

avanzar en el proceso de búsqueda por el respeto de las mujeres y todos aquellos a quienes la

violencia de género se les presenta directamente.

21
Los artículos seleccionados con relación a la violencia de género son un soporte a las muchas

denuncias que tienen los colectivos surgidos en las universidades, donde principalmente exponen

la ausencia de protocolos y apoyo por parte de las universidades a los casos de acoso y violencia

que se dan dentro del campus, o relacionados con algún integrante de la universidad, bien sea por

parte del cuerpo profesorado o entre los mismos estudiantes masculinos. Lo anterior traduce que

estos colectivos se atribuyen los avances que en cierta medida han tenido para contener las

muchas denuncias y los muchos casos de violencia de género dentro de las universidades, quienes

se enfrentan a autoridades, la opinión pública y otras entidades procurando ser vistas y que las

acciones pertinentes sean tomadas y llevadas a cabo.

Al analizar tanto las piezas de los colectivos como los artículos de los medios de

comunicación, no se presenta el término microviolencia, sino que se habla de violencia en

general. Con esto, se puede decir que la violencia para estos colectivos no tiene tamaño, no es

micro, sino que es violencia, desde una mirada, o una palabra, hasta el mismo acto físico.

A raíz de lo anterior, se afirma que la violencia de género es un problema directamente

relacionado con los derechos humanos, por lo tanto, está estrechamente vinculado con la

reflexión de la ética y la moral. La ética de mínimos que presenta Adela Cortina proporciona las

bases para la reflexión de las condiciones de relacionamiento que se llevan a cabo en la sociedad,

con respecto a los géneros femenino y masculino, y aquellos otros que están en camino de

reconocimiento social. Cortina expresa en su reflexión de la ética de mínimos que existen

principios, valores, actitudes y hábitos a los que no se pueden renunciar, por muy subjetiva que

sea la ética, y que, de la mano de la Declaración de Los Derechos Humanos, que le dan sentido al

hombre, son el camino para la comunicación y el entendimiento en las relaciones con los demás.

En la reflexión de la ética de mínimos, los valores de justicia, igualdad, respeto y solidaridad,

22
deben ser aquellos que constituyan las bases de las relaciones sociales y procuran lograr el bien

común, a los que cualquier ser racional acude para entablar una relación y basar sus actos de

convivencia.

La reflexión ética de esta temática, supone adentrarse a los actores que aquí tienen cabida,

víctimas y victimarios, y los roles que están cumpliendo en la sociedad colombiana, y en el

entorno en el que se encuentran inmersos, el educativo, que hace un contraste y podría entrar en

el aspecto incoherente del ejercicio de ser parte de una sociedad. No existe justificación alguna

para que la violencia de género se permita y se normalice, así como tampoco debería haber

impedimento hacia aquellos quienes luchan porque exista un mínimo de respeto a la existencia de

las mujeres y los diversos papeles que cumplen en la sociedad.

La responsabilidad ética que tienen las instituciones educativas es mucho más profunda que el

mero hecho de tener entre sus valores institucionales y los contenidos educativos la ética para

reflexionar, sino que esta debe ser, como para todos y cada uno de los individuos pertenecientes a

una sociedad, aplicada y sea evidenciada en las actuaciones por parte de quienes hacen parte de la

institución. Así como también los medios de comunicación tienen la responsabilidad de abrir

espacios de reflexión de estos actos y de estas problemáticas que van más allá del mero capricho

de un colectivo, pues la violencia de género existe y hace parte de la cotidianidad de las

sociedades.

Por lo tanto, la lucha por la visibilización de las voces víctimas de violencia de género no solo

es de las mismas, sino que es una responsabilidad que como partes que articulan una sociedad

deberíamos hacer frente, y reflexionar las éticas individuales, y que desde la ética de los mínimos

de Adela Cortina, no supone mayor accionar que reconocer la existencia del otro, un mínimo de

23
respeto por su vida, procurar atender a los actos de justicia y ser cuidadosos con los propios, para

no pasar por encima de nadie, así como ver al otro desde la igualdad como ser humano, con

derechos y deberes, los cuales nadie se encuentra en posición de vulnerar.

Conclusiones

A raíz de la violencia de género que sufren muchas mujeres no solo en sus casas, trabajos, en los

espacios públicos, sino también en los entornos educativos, surgen colectivos que alzan sus voces

utilizando todas las maneras posibles para ser escuchadas, y encuentran refugio en las redes

sociales como Instagram, que son espacios digitales que posibilitan la masificación de un

mensaje, además de apoyarse en los medios tradicionales de comunicación, como se puede

evidenciar en el análisis de los artículos seleccionados.

La microviolencia de género sigue siendo violencia y esto es expuesto por los colectivos pues no

se refieren a los “pequeños” actos de violencia como pequeños, pues violencia es violencia en

cualquier grado. Aquí encontramos una reflexión acerca de la ética frente a esta situación, pues,

seguramente lo que para muchos es algo nimio y que no tiene relevancia, para una víctima de

violencia de género no lo es, y habrá una discusión por lo que se considera violencia. Sin

embargo, sí hay unos mínimos de ética, como lo reflexiona Cortina, que al integrarlos van a

permitir hacer una reflexión de estos casos de violencia y que, con mucha responsabilidad, se

estarán afrontando. Pero como todo, de la teoría al hecho, hay un largo camino por recorrer.

Bibliografía marco teórico

Bonino, L. (1995). Los micromachismos y sus efectos, claves para su detección.

https://www.redalyc.org/pdf/167/16711589018.pdf

24
Cortina, a (1986) Ética mínima. Editorial TECNOS.

Domenach, J.M (1981). La violencia y sus causas. Editorial de la Unesco.

Echols, A. (1989). Daring to be bad. Minnesota.

López-Francés, I., Viana-Orta, M.I. & Sánchez-Sánchez, B. (2016).La

equidad de género en el ámbito universitario: ¿un reto resuelto?

Revista Electrónica Interuniversitaria de Formación del Profesorado,

19(2), 349-361.

Montero, J. (2006). Feminismo: un movimiento crítico. Intervención Psicosocial, 2006, vol.

15 n.º 2

Parra, C, E. (2010). Las redes sociales de Internet: también dentro de los hábitos de los

estudiantes universitarios, Revista Anagramas, 9(17), 107 – 116.

R. Larena, S. Molina (2010). Violencia de género en las universidades: Investigaciones y

medidas para prevenirla Trabajo Social Global. Revista de Investigaciones en Intervención

Social. Vol. 1, nº 2. diciembre 2010, 202-219 203

Rousseau, J. (1979). Emilio o de la educación. Barcelona-Buenos Aires: Bruguera-Edición

especial.

Suaza, M. (2014) BOLETÍN CULTURAL Y BIBLIOGRÁFICO, VOL. XLVIII, NÚM. 85,

2014.

Artículos analizados

25
Gómez, l. (2019, 09 de junio) ¿Cómo detener la violencia sexual en las universidades de

Colombia? El Tiempo. Recuperado de https://www.eltiempo.com/vida/educacion/como-detener-

la-violencia-sexual-en-las-universidades-de-colombia-373192

Gonzáles y Peña. (2019, 01 de abril) Acoso sexual en universidades: estudiantes ponen el

tema sobre la mesa. El Tiempo. Recuperado de https://www.eltiempo.com/vida/educacion/acoso-

sexual-en-universidades-343888

Redacción El Tiempo (2020, 20 de marzo) Las mujeres que lideran denuncias de acoso sexual

en las universidades. El Tiempo. Recuperado de https://www.eltiempo.com/podcast/no-es-hora-

de-callar/las-mujeres-que-lideran-denuncia-de-acoso-sexual-en-las-universidades-475232

Restrepo, m. (2019, 23 de enero). Aumenta la lucha por la equidad de género en las

universidades. Revista Semana. Recuperado de

https://www.semana.com/educacion/articulo/colectivos-feministas-que-denuncian-violencia-de-

genero-en-las-universidades/598932

Rojas, t. (2019, 25 de septiembre). Acoso sexual en las aulas: universidades firman pacto para

luchar contra este delito. Revista Semana. Recuperado de

https://www.semana.com/educacion/articulo/universidades-firman-pacto-para-erradicar-el-acoso-

sexual-de-las-aulas/633194

26

Вам также может понравиться