Вы находитесь на странице: 1из 3

28 de abril

BEATA MA. FELICIA DE JESÚS SACRAMENTADO –


CHIQUITUNGA
La beata María Felicia de Jesús Sacramentado, (María Felicia Guggiari Echeverría)
conocida familiarmente como Chiquitunga, nació en Villarrica del Espíritu Santo
(Paraguay) el 12 de enero de 1925. A los 16 años se unió con entusiasmo a la Acción
Católica y se ocupó de los ancianos, los enfermos y los presos. Esta fructífera experiencia
de apostolado, apoyada por la Eucaristía diaria, dio como resultado la consagración al
Señor. Entró en el Carmelo de Asunción el 2 de febrero de 1954, caracterizándose por una
vida de entrega, de profunda humildad, y de gran generosidad envuelta en una sana
alegría; el lema de su vida fue: TODO TE OFREZCO, SEÑOR. Murió a los 34 años,
aceptando su enfermedad con serenidad. Fue beatificada el 23 de junio de 2018 por el
delegado del Papa Francisco, cardenal Ángelo Amato, S.D.B.
Del común de Vírgenes
OFICIO DE LECTURA
SEGUNDA LECTURA
De los escritos de la Beata María Felicia de Jesús Sacramentado, virgen
(Positio Vol. II Diarios Íntimos Pg. 323, 311,308, 295, 254, 319, 294, 320,335. Cta.47.
Pag.622, Cta.2b. Pag. 376.)
En medio de todo, yo siento que el apostolado, ya sea de oración o de acción, ésa es mi
vocación.
En medio de todo, yo siento que el apostolado, ya sea de oración o de acción, ésa es mi
vocación. Mi consagración al Señor está hecha; ya nada me pertenece, ni me pertenezco...
Mas ¿por qué me inquieto, Señor? Si a Ti me he entregado y en Ti me he abandonado, ¿qué
es lo que temo? ¡Jesús mío, Dueño único, Dueño verdadero de todo mi amor, por quien he
dado y entregado y aceptado integralmente TODO! También yo quisiera un día llegar a ser
Santa. Dame fuerzas para la lucha y dame sobretodo mucho, mucho amor, ardiente amor a
Ti, Jesús Eucaristía, al Ideal, a las almas, hazme una verdadera apóstol.
En todos los trabajos que estoy realizando trato de poner el sello de nuestro espíritu
cristiano, porque quiero que todo se sature de Cristo, y, dondequiera que sea, pueda dejar
un rayito de su luz... No porque sea yo, ¡Tú lo sabes, Señor! Ahí, ahí me propongo estar y
cumplir el pedido del Santo Padre: Presencia de la mujer cristiana en el mundo de hoy, y
trabajar hasta hacer que el día tenga 25 horas, hasta caer rendida de felicidad por haber
tenido todo y haber dado todo, especialmente este afecto, Señor, que, renovando mi
ofrenda, lo pongo nuevamente a tus plantas: ¡Todo te ofrezco, Señor!
Yo me vi más de una vez andar tranquila... recorriendo hogares, prodigando aunque sea tan
sólo una sonrisa como fruto espontáneo de la gracia palpitante en nuestras almas, encendido
nuestro pecho de Amor, Amor Divino. Ser apóstoles, Señor, qué hermoso sueño. Nunca
imaginé que tuviera que ser tan feliz llevando consuelo a quienes con su dolor hacen
posible nuestra vida. Quiero abarcar todo.
Que tenga a flor de labios siempre una canción y una sonrisa, aunque en el corazón lleve
las llagas del desengaño y de la incomprensión, y aunque todo a mi derredor se derrumbe,
cante yo tus glorias y te diga: “¡Gracias, Señor!”
Estoy relativamente más tranquila, casi indiferente, como ausente a todas las cosas. Sobre
todo, quiero aumentar mi vida de unión con mi Dios, intimidad profunda, que me cuesta
bastante. ¡Cuánto es lo que quisiera en verdad conversar con Él, sin preocupaciones de
horas, momentos y lugar! Tanta falta me hace, que espero poder tener esos días para
llenarme de mi Dios y poder luego desbordar su palabra, su ejemplo, su vida ¡en todas las
almas!
Yo, por otra parte, estoy ya decidida a mi vocación: no veo mi felicidad fuera de una
entrega total de abnegación y sacrificio y de inmolación constante de mi vida por la gloria
de Dios y salvación de las almas ¡y santificación de los sacerdotes!
El miércoles, 2 de febrero, con una sencilla ceremonia, Dios y la Virgencita mediante,
dejaré tras mis espaldas todo, para abrazarme a solo Él, el único que puede saciar las
ansiedades insondables del corazón.
Dios mío, Trinidad Santísima, Jesús Crucificado, Virgen María del Carmen, una sola cosa
voy a pediros, que lo demás, lo demás en verdad me vendrá y me lo daréis por añadidura.
Lo que pido es Amor para Amar, que con ello nada me faltará, nada me sobrará.
RESPONSORIO Cf. Fip. 3.7-8
R/ Lo que era para mí ganancia, lo he juzgado una pérdida a causa de Cristo. * Y más aún:
juzgo que todo lo estimo pérdida comparado con el inapreciable conocimiento de Cristo
Jesús, mi Señor.
V/ Por él, he sacrificado todas las cosas, a las que considero desperdicio, con tal de ganar a
Cristo y estar unido a Él.
R/ Y más aún: juzgo que todo lo estimo pérdida comparado con el inapreciable
conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor.
ORACIÓN
Padre bueno y misericordioso, Tú que nos ofreces en la beata María Felicia un vivo
testimonio de amor a tu Hijo Jesucristo en la alegría de las bienaventuranzas, concédenos,
por su intercesión, ser conquistados por ese mismo amor, y ofrecer nuestra vida para gloria
tuya y la salvación del mundo. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que contigo vive y
reina, en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén.
LAUDES

HIMNO ANTÍFONAS
Antífona 1
Sí, todo te ofrezco, Señor,
Jesús mío, Dueño único, Dueño verdadero de todo mi amor, por
todo cuanto hay en mí:
quién he dado y he entregado y aceptado integralmente todo.
las alegrías de mi alma, Aleluya.
las agonías sin fin.
Antífona 2
Todo te ofrezco, Señor: Yo te doy gracias, mi Dios, y quisiera poder en todo y siempre decir:
mis trabajos, mis pesares, ¡Si, Padre!, conformando a Tu divina Voluntad mi pequeña
las notas de los cantares voluntad. Aleluya.
que a continuo elevo a Tí.
Antífona 3
Todo cuanto hay en mí, He procurado en todo momento, Jesús mío encontrar Tú voluntad y
¡de acuerdo a ella actuar! Aleluya.
todo te ofrezco, Señor,
para que sea de mí
CÁNTICO EVANGÉLICO
lo que te plazca, mi Dios.
Ant. En todos los trabajos que estoy realizando trato de poner el sello de
Toda entera y sin reserva, nuestro espíritu cristiano, porque quiero que todo se sature de Cristo, y,
haz que me llegue a subir, dondequiera que sea, que pueda dejar un rayito de su luz. Aleluya.
para estar contigo siempre,
aunque me cueste “morir”.

ORACIÓN

Padre bueno y misericordioso, Tú que nos ofreces en la beata María Felicia un vivo
testimonio de amor a tu Hijo Jesucristo en la alegría de las bienaventuranzas, concédenos,
por su intercesión, ser conquistados por ese mismo amor, y ofrecer nuestra vida para gloria
tuya y la salvación del mundo. Por nuestro Señor Jesucristo, tú Hijo, que contigo vive y
reina, en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén.

Вам также может понравиться